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LECCIONES DE
DERECHO CONSTITUCIONAL 2º
T. I
MONTEVIDEO 1993
6 "Historia Constitucional del Uruguay"
INTRODUCCION A LA
HISTORIA CONSTITUCIONAL
Una de las disciplinas que guarda mayor relación con el Derecho Constitucio-
nal es, indudablemente, la Historia. Dentro de ella resulta posible distinguir, por una
parte, la llamada general y, por otra, la del Derecho.
La doctrina considera que la Historia general es una disciplina no jurídica
vinculada con el Derecho Constitucional y de la cual éste puede extraer elementos a
efectos de elaborar sus construcciones. La Historia general —universal, nacional,
etcétera—, utiliza, obviamente, un método histórico, y comúnmente los historiadores
distinguen dos posibilidades: la historia narrativa, que se limita a efectuar una expo-
sición de los hechos o sucesos, y la pragmática, que procura extraer conclusiones con
carácter de enseñanzas. La mera descripción de los ámbitos y de las posibilidades de la
Historia general demuestra diferencias con la Historia Constitucional.
Con el curso del tiempo fueron delineándose historias especiales: por ejemplo,
la Historia política, la Historia de las instituciones, la Historia del Derecho, la Historia
Constitucional, etcétera.
La Historia del Derecho se ocupa de investigar el pasado jurídico de una
sociedad determinada, o de todo el mundo, con el objeto de analizar la evolución de las
instituciones y de los sistemas, y perfeccionar así el conocimiento de una de las
manifestaciones culturales de mayor importancia. Este es el concepto que proporcionan
MOUCHET y ZORROAQUÍN BECÚ en Introducción al Derecho, y que en líneas generales
es compartido por los cultores de dicha disciplina. Su finalidad es la de investigar los
fenómenos jurídicos del pasado y su evolución, conforme lo expresa ANDRADE DE
OCHOA en su Curso de Historia del Derecho.
La Historia Constitucional ha ocupado la atención de la doctrina, espe-
cialmente en los últimos años, y se ha advertido que sus enfoques pueden ser
sustancialmente de dos tipos: es posible intentar una Historia Constitucional llamada
nacional o particular, que guardará relación con un Estado determinado —ese,
precisamente, será el objeto de nuestra preocupación: la Historia Constitucional
nacional uruguaya— pero cabe la posibilidad de realizar un estudio de Historia
Constitucional comparada tendiente a extraer, en base al cotejo de los diversos sistemas
—de acuerdo con la amplitud que se proponga el investigador—, conclusiones útiles
para el Derecho Constitucional. Son todavía escasos en el mundo los estudios con estas
características.
Cualquiera sea, entonces, la amplitud que el investigador asigne al objeto de la
Historia Constitucional, surgen algunas cuestiones que resulta menester, por lo menos,
plantear. Una de ellas es la del método que habrá de utilizarse para el estudio de una
8 "Historia Constitucional del Uruguay"
pliegos de instrucciones orientales del año 1813, pero sus textos no son conocidos; el
caso de los de Canelones, San Juan Bautista, San José y Extramuros de Montevideo.
Un primer aspecto que hallamos en los diversos textos atañe a la estructura del
Estado. Mientras las Instrucciones del 5 de abril, las del 13 y las del 18 expresan: "No
admitirán otro sistema que el de la Confederación para el pacto recíproco con las
Provincias que forme nuestro Estado", las de Maldonado, con otra fórmula, indican en
su artículo 7º: "El título será de Confederación, denominándose: Provincias Unidas del
Río de la Plata".
La fuente de inspiración de la solución adoptada respecto de la estructura del
Estado se encuentra evidentemente en los Artículos de Confederación y Perpetua Unión
y en la Constitución Federal estadounidense. Aunque en lo literal se utilice la expresión
"Confederación", algunos autores han interpretado que podría tratarse de un Estado
federal.
Si nos ceñimos al texto de las Instrucciones, existen elementos que para la
Teoría General del Derecho Constitucional de comienzos del siglo XIX conducen a
considerar al sistema como de Confederación y no de Estado Federal, especialmente
por el empleo reiterado en la formulación de la soberanía como nota características de
las Provincias o Estados integrantes de la 'Confederación'.
Dispone concretamente la 9ª Instrucción del Congreso de Abril: "Que esta
Provincia retiene su soberanía, libertad e independencia; todo poder, jurisdicción y
derecho que no es delegado expresamente por la Confederación a las Provincias Unidas
[que] decidirán juntas en Congreso", fórmula que coincide sustancialmente con la 11ª
de ARTIGAS y 6ª de Maldonado.
Con alcance similar dispone la 10ª del Congreso: "Que esta Provincia por la
presente entrará separadamente en una firme liga de amistad con cada una de las otras
para su defensa común, seguridad de su libertad, y para la mutua y general felicidad,
obligándose a asistir a cada una de las otras contra toda violencia, o ataque hechos sobre
alguna de ellas por motivo de religión, soberanía, tráfico, o algún otro pretexto
cualquiera que sea". En el mismo sentido, la 10ª de ARTIGAS y la 8ª de Maldonado.
Asimismo, la Instrucción 12ª del 5 de abril establece: "La Constitución
garantirá la soberanía, libertad e independencia de los Pueblos, su felicidad y
prosperidad con estatutos de la fuerza competente". Esta Instrucción carece de
concordancia en los restantes pliegos.
Se formula en segundo término una indicación acerca de la Independencia.
Con redacciones que presentan algunas variantes, se trata de la 1ª Instrucción de 5, 13 y
18 de abril, y de la 4ª de Maldonado. La fórmula más completa es la de Maldonado:
"Pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas Colonias, que ellas están
absueltas de toda obligación de fidelidad a la Corona de España y familia de los
Borbones, y que toda conexión política entre ellas y el Estado de España, es, y debe ser,
totalmente disuelta: y como Provincias libres e Independientes, tienen un pleno poder
para hacer la guerra, concluir la Paz, contratar alianzas, establecer Comercio, y hacer
todos los actos y cosas que los Estados Independientes pueden por derecho hacer".
En la 4ª Instrucción de Maldonado, a diferencia de la 1ª de los otros tres pliegos
con texto conocido, hallamos elementos útiles en el marco de la Teoría General del
Eduardo G. Esteva Gallicchio 59
americana". Las de Maldonado, "para todo lo cual imploramos la gracia del Espíritu
Santo para que lo ilumine y guíe por el camino de tan santos fines".
Para la teoría general del Derecho Constitucional, es relativamente sencillo
examinar la problemática que plantean estas redacciones, porque la cuestión de las
relaciones entre el Estado y la o las Iglesias se traduce en una cuestión de
confesionalidad o no del Estado, porque la existencia de una religión oficial se refiere
preferentemente al aspecto anterior, y porque dependerá de las fórmulas que la acom-
pañen el que implique existencia o inexistencia de libertad religiosa o de libertad de
cultos.
Si sobre esas bases se examinan estos textos, parece evidente que están
respondiendo a la solución imperante en la época, porque en estos territorios, que
recibieron directamente el influjo de España, obviamente, la religión Católica
Apostólica Romana es la preponderante. Se indica a los representantes que no admitirán
otra. Estimo que esto se relaciona con la confesionalidad del Estado. Mientras que las
Instrucciones firmadas por ARTIGAS expresan que deberán promover la libertad
"Religiosa en toda su extensión imaginable", esta redacción puede ser interpretada en
dos formas: con un método histórico, como hacen algunos autores, se puede estimar que
se procura la libertad respecto del ejercicio del derecho de patronato con relación a la
confesión oficial del Estado, a efectos que no quedare centralizado en Buenos Aires el
ejercicio de dicho derecho; o se puede interpretar con una proyección técnico jurídica,
asignándole a la expresión "libertad religiosa" su alcance preciso, por lo que las
Instrucciones estarían admitiendo todas las manifestaciones que caben en la libertad
religiosa.
Recién entonces es posible preguntarse si las Instrucciones de Soriano incurren
en contradicción, como se ha dicho, porque recogen las dos fórmulas anteriores. Estimo
que no habría contradicción, cualquiera fuere el método interpretativo que se utilice.
Las referencias finales contenidas en las de Soriano y Maldonado, simplemente son
exteriorización de la orientación mayoritaria que existía en la época en favor de la
Religión Católica Apostólica Romana.
La organización interior está regulada en idéntica forma que para el Senado por
el artículo 11.
La competencia del sistema orgánico legislativo muestra, en primer término, la
consagración de institutos tendientes a hacer efectiva la responsabilidad político-penal,
al estilo estadounidense, porque compete a la Cámara de Representantes, según el
artículo 11 in fine, formular la acusación. El Senado dispone del poder —o, con otra
terminología, de la atribución— para juzgar o procesar a los acusados por la Cámara de
Representantes, de acuerdo con el artículo 16. En este caso, los miembros del Senado
deben prestar un juramento especial. Para que el órgano adopte decisión, se requieren
dos tercios de votos de los miembros presentes y el objeto de su pronunciamiento está
ceñido por el artículo 17. Consiste —cuando exista mérito para ello— en la remoción
del oficio, en la declaración de "incapacidad para ejercer y obtener algún empleo de
honor, o de confianza o provecho de las Provincias Unidas", todo sin perjuicio de la
ulterior acusación, juicio y castigo, según lo que disponga la ley.
Dentro del sistema orgánico en examen, la competencia para expedir las
normas de procedimiento parlamentario las hallamos, fundamentalmente, en los
artículos 20, 21 y 56, porque cada una de las Cámaras puede determinar las reglas de sus
procedimientos; tendrá un Diario de sus "operaciones" o procedimientos, que de tiempo
en tiempo será dado a publicidad, salvo en los aspectos que requieren secreto.
En materia de rentas, el artículo 25 opta por la asignación de competencia para
la iniciativa, que resultaba ya tradicional. Es la Cámara de Representantes el órgano en
el cual tienen su origen las leyes que tengan por objeto levantar rentas, pero el Senado
aparece como segunda Cámara, en posición de paridad jurídica, excepto respecto a la
iniciativa, si la comparamos con la de Representantes. El proyecto establece que el
Senado podrá oponer sus reparos, como en cualquier otro proyecto de ley.
El procedimiento de elaboración de la ley es difícilmente caracterizable,
porque el inciso segundo del artículo 25 estructura un procedimiento, e incluso indica
las formas de superar las eventuales discrepancias que se produzcan entre ambas
Cámaras.
El empleo de algunas expresiones y la ubicación como segundo inciso del
artículo 25, que refiere a rentas, genera ciertas dudas acerca de si allí se consagra un
procedimiento general de aprobación y de promulgación de los proyectos de ley, o si
sólo se estructura el procedimiento referente a las normas legislativas ordinarias que
establezcan rentas. DEMICHELI se ha afiliado a la primera posición.
Por último, hallamos la atribución de competencia al Congreso, extremo que
obliga en cada caso a examinar si se trata de atribuciones cuyo ejercicio se concreta en
la expedición de actos legislativos formales, o en el dictado de actos administrativos.
Dicha competencia surge de los artículos 34 a 36 y 60, en lo fundamental.
Una de las atribuciones de mayor interés conferida al Congreso es la con-
sagrada por el artículo 36, que lo estructura como un tribunal de conflictos respecto de
apelaciones atinentes a las disputas y diferencias que existieren o pudieren suscitarse
entre dos o más provincias acerca de límites, jurisdicción u otros motivos.
Los artículos 34 y 35 son los que, en lo sustancial, regulan el grueso de las
competencias del Congreso. Encontramos allí, si las clasificamos materialmente,
26 "Historia Constitucional del Uruguay"
calidad de residente en las Provincias Unidas. También se fija como mínimo 35 años de
edad —que luego será común en el Derecho uruguayo— para el desempeño del cargo.
La competencia del Ejecutivo podemos extraerla de varios miembros de
oraciones. En el artículo 25 se consagra la facultad de devolver un proyecto de ley, es
decir, el comúnmente llamado veto, junto con el veto "de bolsillo" del
constitucionalismo estadounidense en caso de receso de las Cámaras. Del artículo 26
surge la necesaria aprobación por el Poder Ejecutivo de toda "orden, resolución o voto",
para el cual se requiere la concurrencia del Senado y la Sala de Representantes.
En el proyecto no son mencionados los Secretarios del Ejecutivo.
En cuanto al Poder Judicial, sólo hallamos mínimas referencias. Una, la ya
indicada del artículo 63, consagradora de su independencia. Otra, en el artículo 35, que
importa la existencia de una Corte Suprema y de Tribunales inferiores instituidos por el
Congreso.
Ingresando a la parte dogmática, en materia de ciudadanía, hallamos normas
dispersas en los artículos 35, 44 y 54 que implican la existencia de dos clases de
ciudadanía y la eventualidad de pérdida de la misma en los supuestos que se establecen.
En materia de derechos y libertades, encontramos diversas fórmulas. Mientras
el artículo 4º está consagrando las libertades de migración interprovincial y de
comercio, el 45 consagra la libertad de prensa, los derechos de petición y de reunión de
"los pueblos" y otros artículos instituyen varias libertades o derechos. Por ejemplo, el
49, que regula el principio del non bis in idem en materia penal; la posibilidad de
privación del derecho de propiedad pero mediando causal —"para los usos públicos"—
y justa recompensa; el debido proceso en los supuestos de privación de la vida, libertad
o bienes, éste último complementando por el artículo 50, especialmente para la materia
criminal. Y sin que la enumeración que realizo sea completa, el artículo 51, que regula
las penas no admitiendo algunas de ellas, el caso de las crueles, y que contiene el primer
antecedente vernáculo del actual artículo 72 de la Constitución de 1967 al disponer que
"la enumeración en la constitución de ciertos derechos, no será hecha para negar o
desigualar los otros retenidos por el Pueblo".
Cada Provincia tendrá su propia Constitución, que a más de estructurarse en
base a los cuatro puntos principales incluidos sobre el final del proyecto, debe respetar y
debe ajustarse a las previsiones de reserva contenidas en los artículos 27 a 31, 39 y 58,
especialmente.
La concepción general para la "Constitución provincial" es la radicación, con
carácter original, del poder en el pueblo; la existencia de soportes de los órganos del
gobierno —nominados en el proyecto Magistrados u Oficiales del Gobierno— en
calidad de derivados del pueblo, investidos de las autoridades —esto es, funciones—
legislativa, ejecutiva y judicial —técnicamente, jurisdiccional—, pero en carácter de
sustitutos, y agentes del pueblo, responsables en todo tiempo ante él.
El Gobierno se instituye "para el bien común, para la protección, seguridad y
prosperidad del pueblo". El pueblo tiene un derecho inalienable, incontestable e
irrevocable para constituir el Gobierno y para modificarlo o cambiarlo totalmente
cuando lo requieran su protección, seguridad, prosperidad y fidelidad. Debe existir
igualdad para el ejercicio de los oficios públicos. Las elecciones deben revestir la nota
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de ser libres. La igualdad, pero en proyección general, para los hombres, corporaciones
o asociaciones de hombres; la desigualdad admitida sólo en consideración a los
públicos servicios; la inadmisibilidad de los títulos, distinciones o cualesquiera otras
notas desigualitarias, trasmisibles o hereditarias, porque todos los hombres, según el
último punto, han nacido iguales por naturaleza, y ninguno nace magistrado, legislador
o juez.
Independientemente, pues, que este texto fue sólo un proyecto, el mayor
interés que presenta radica en su perfecta coherencia en lo estructural y en lo dogmático,
con las Instrucciones orientales del año 1813, y su proyección para el
constitucionalismo uruguayo ulterior, amén de la modernidad de algunos de los puntos
que destaqué.
del último tercio del quinto año", porque el término de actuación de los soportes del
Senado es de cinco años. Se trata de una Junta que se celebra en público, y en esa
oportunidad los ciudadanos "con libertad" seleccionan "tres sujetos de probidad, juicio
de conocimientos", que habrán de conformar, con los tres seleccionados por cada uno
de los otros Pueblos, la Asamblea competente para elegir a los miembros del Senado.
Las calidades necesarias para poder ser elegido Senador están previstas por el
artículo 10º. Se requiere:
a) poseer legítimamente una propiedad dentro de la provincia, cuyo valor sea
de seis mil pesos, por lo menos;
b) tener bienes muebles hasta el valor de tres mil pesos; y
c) ser habitante de la Provincia al tiempo de la elección o ciudadano, según la
Constitución.
Los miembros del Senado perciben, de acuerdo con el artículo 11 del capítulo
4º, una remuneración calificada como "salario arreglado y honorífico, ampliamente
suficiente". Están sujetos a la incompatibilidad que consagra el artículo 6º del capítulo
5º, porque "ninguna persona podrá ejercer a un mismo tiempo dos empleos", por
ejemplo, el de legislador —esto es, senador— y representante; o legislador y
gobernador, etcétera. Prevé, asimismo, una prohibición en carácter de inelegibilidad,
por el mismo artículo in fine, porque no podrá ser elegida una persona que esté en
ejercicio de los empleos que la norma especifica.
El Senado celebra juntas ordinarias cada cuatro meses y puede reunirse con
carácter extraordinario cuando lo juzgue necesario, o mediando convocatoria del Poder
Ejecutivo para tomar consejo sobre asuntos interesantes a la felicidad de la Provincia,
todo de acuerdo con el artículo 3º de capítulo 2º.
La organización interior deriva, fundamentalmente, del artículo 11 del capítulo
2º. Al Senado compete designar al Presidente del Cuerpo; nombrar sus Oficiales;
determinar las reglas del procedimiento, extremo complementando por el artículo 7º del
mismo capítulo respecto del "diario de operaciones" de esta Sala.
La Sala de Representantes, por su parte, está estructurada, en lo sustancial, por
el capítulo 3º. En principio, es un órgano formado por sesenta miembros,
correspondiendo tres soportes a cada Cabildo. Por supuesto que de sufrir alteración el
número de los Cabildos, también se modificará el número de miembros de la Sala de
Representantes.
Existiría una contradicción entre la fórmula de encabezamiento del proyecto en
examen y el artículo 14 del capítulo 2º, porque mientras la primera menciona veintitrés
Pueblos, el segundo hace referencia a sesenta diputados de los diferentes Pueblos. Si
todos esos Pueblos tuvieran "Cabildo", deberían integrarse sesenta y nueve —en vez de
sesenta— miembros a la Sala de Representantes.
La elección es también indirecta, de acuerdo con los artículos 1º y 2º del
capítulo 3º, y supone la intervención de los Cabildos, definidos como "verdaderos
órganos de los Pueblos".
Eduardo G. Esteva Gallicchio 59
porque "ninguna tasa, carga, impuesto o derecho será establecido, fijado, impuesto o
levantado, bajo algún pretexto ... sin el consentimiento del Pueblo o sus representantes
en la Sala de la legislatura".
También se regula, con carácter específico, la legislación en materia de ense-
ñanza, por el artículo 3º del capítulo 1º.
El juicio político comienza con la acusación, como atribución de la Sala de
Representantes; son sujetos pasibles de este procedimiento cualesquiera de los Oficiales
y empleados de la Provincia; las causales son: mala conducta y mala administración en
sus empleos; es competente al Senado para —como corolario del juicio político—,
"separarlo del cargo, declararlo inepto para tener o gozar alguna plaza de honor,
confianza o provecho, bajo acusación criminal, proceso juicio o castigo según las
leyes", todo conforme, pues, en lo sustancial, con la fórmula estadounidense incluida en
las fuentes que indiqué.
La competencia básica del sistema orgánico Legislativo se incluye en el
artículo 5º del capítulo 2º. Entre otras atribuciones destaco: constituir tribunales de
justicia y expedir órdenes, leyes, estatutos, ordenanzas, direcciones, instrucciones,
etcétera.
El segundo sistema orgánico a mencionar es el Ejecutivo. El proyecto prevé la
solución unipersonal. Su soporte será el Gobernador de la Provincia Oriental del
Uruguay, de acuerdo con el artículo 1º del capítulo 4º. Su elección requiere la actuación
del órgano reunión de ambas Salas antes mencionado. Su mandato se extiende por un
año, según el artículo 2º del capítulo 4º.
Las calidades requeridas para ser designado Gobernador resultan de la
conjugación de los artículos 10º del capítulo 2º y 2º del capítulo 4º. Coinciden, en lo
sustancial, con las establecidas para los miembros de los órganos legislativos, con el
agregado de profesar la Religión Cristiana.
La retribución prevista por el artículo 11 del capítulo 4º, es coincidente, en lo
conceptual, con la fijada para los legisladores.
En caso de vacancia de la Gobernación, existen dos soluciones según el
artículo 12 del capítulo 4º. Una, para ser actuada de inmediato, en virtud de la cual se
hace competente al Cuerpo del Cabildo en consorcio de 33 ciudadanos
—probablemente se trate del Cabildo Gobernador de la Provincia—, y otra, que
podríamos llamar definitiva, que reclama el ejercicio de la competencia del órgano
reunión de ambas Salas, en la forma preceptuada para cualquier designación en
titularidad del soporte del órgano jerarca del ejecutivo.
Dentro de la competencia del Ejecutivo destaco la prevista participación en el
ejercicio de la función legislativa a través del "veto"; el Gobernador es Comandante
General de las fuerzas militares de las Provincias, puede dirigir la milicia, reunirla,
adoptar medidas de emergencia, dispone de atribuciones para quitar la vida a los
miembros del Ejército, Armada y Fuerza de Mar que falten a las leyes militares según la
Ordenanza del Ejército y Armada; es competente para el ejercicio de un poder de
emergencia en tiempo de revolución, para tomar y sorprender por todas las vías y
medios (cualesquiera que sean) todas y cada una de las personas que de una manera
hostil invadieren o intentaren invadir, conquistar o perjudicar a esta Provincia.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 59
Alguna de sus atribuciones —los casos previstos por los artículos 7º, 8º y 9º—
requieren el ejercicio concertado de atribuciones de coadministración asignadas al
Senado y a la Sala de Representantes.
El Gobernador es competente para dirigir propuestas al Senado, a efectos de
lograr su aprobación, para la designación del Secretario, Tesorero, Comisario, Oficiales
de oficinas y Capitanía de Puerto —hallamos, pues, en el proyecto en consideración,
una mención expresa al Secretario del Ejecutivo. Debe también dar noticia —según el
artículo 10º— al Legislativo, con periodicidad anual, del estado de algunos aspectos de
la Provincia, referentes, fundamentalmente, a cuestiones de defensa.
Merece destaque la competencia del Senado como un verdadero Consejo de
Estado —según el modelo del proyecto de la Sociedad Patriótica y en forma indirecta
del Derecho público español—: el artículo 5º del capítulo 4º establece que el
Gobernador podrá convocar a los senadores de la Provincia, o a lo menos a cinco de
ellos durante el tiempo de su receso, para tomar consejo sobre asuntos importantes y
prontos de la Provincia, conforme a la Constitución y a las leyes.
El tercer sistema orgánico, el Judicial, fue previsto por el proyecto de
Constitución para la Provincia en base a dos principios: uno incluido en el artículo 10º
del capítulo 1º —todos los individuos deben obtener justicia libremente, sin ser
obligados a comprarla y sin ninguna repulsa o dilación, conforme a las leyes—; el otro
resulta del artículo 17 del mismo capítulo, cuando expresa que: "Todo Ciudadano será
juzgado por Jueces los más imparciales para preservación de los derechos de su vida,
libertad, propiedad y felicidad de su existencia política".
El proyecto dedica el capítulo 5º al Poder Judiciario. Confía el ejercicio
predominante de la función jurisdiccional, de acuerdo con la fórmula tradicional del
Derecho español, a los Cabildos de las ciudades y de las villas.
La elección de los miembros de los Cabildos está prevista por el artículo 1º del
capítulo 3º, procurando lograr la participación de todos los ciudadanos de la Provincia
en base a los principios de igualdad, felicidad y seguridad de la vida. Los miembros de
los Cabildos son elegidos por voto público, por cada habitante que tenga derecho a
votar. El período de actuación de los miembros de los Cabildos es anual.
Otros órganos de la Administración de Justicia son: el Senado, en carácter de
órgano competente para conocer de las apelaciones en los casos dudosos respecto de
sentencias pronunciadas y que no puedan resolver definitivamente sobre la importante
vida de un ciudadano. Siendo la proyectada una organización primaria para la
Administración de Justicia, es razonable que el artículo 5º del capítulo 2º establezca
como atribución del Legislativo "erigir y constituir tribunales de Justicia ... para
escuchar, juzgar y determinar sobre todo género de crímenes, ofensas, alegaciones,
procesos, quejas, hechos, materias, causas y cosas cualquiera que se originen, o sucedan
dentro de la Provincia, o que sean concernientes a los habitantes o residentes en ella, o
traídos dentro de la misma".
El proyecto prevé, por último, jueces anunciadores, como verdaderos jueces
instructores, cuyas tareas serán reglamentadas por el Legislativo de acuerdo con el
artículo 2º del capítulo 5º; los que tendrán como competencia, original para la época, el
examen de las faltas consistentes en que un habitante propietario en su departamento no
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ponga a sus hijos en la escuela antes de darles otro giro; y en las causas criminales, de
acuerdo con el artículo 12 del capítulo 1º, haciéndoseles responsables por las omisiones
en que incurrieren.
La solución del proyecto respecto del fuero militar, resulta, básicamente, de
dos artículos. El 19 del capítulo 1º, en cuanto establece que "Ningún habitante de esta
Provincia gozará fuero militar, ni estará sujeto a las leyes de él, excepto los que están
empleados en el Ejército, Buques de fuerza y la milicia cuando esté en el actual
servicio"; y el artículo 8º del capítulo 4º, en virtud del cual "El Gobernador, dando
cuenta al Senado, podrá separar a los Oficiales, Comandantes y demás empleados de
sus puestos, haciéndoles formar sus correspondientes procesos, para ser juzgados en un
Juicio legal de un Consejo de Guerra, por el cual se les aplique la Ley que hubiesen
quebrantado, y sin cuyo requisito no serán removidos de sus empleos".
En la parte orgánica del proyecto hallamos previsiones sobre el gobierno
municipal confiado a los Cabildos: deben formar anualmente padrones de habitantes en
sus distritos, de propiedades y valor de ellas, de nacimientos y fallecimientos en el año,
siendo obligación de los curas pasar anualmente correspondientes noticias de
matrimonios, etcétera.
Además de los principios generales ya señalados, en el proyecto se estructura
una parte dogmática, con normas referentes a derechos del hombre, derechos del
pueblo, principios institucionales, deberes del hombre y deberes del gobierno.
La solución adoptada acerca de los derechos del hombre importa la admisión
de la concepción ius naturalista contractualista, porque como todos los hombres nacen
libres e iguales y tienen ciertos derechos naturales esenciales e inajenables —esto es,
inalienables—, entre los cuales se cuenta el de gozar y defender sus vidas y su libertad,
el de adquirir, poseer y proteger la propiedad, buscar y obtener su seguridad y felicidad,
fórmula complementada por el artículo 9º del mismo capítulo 1º, por el cual "todos los
individuos de la sociedad tienen un derecho para ser protegidos por ella en el goce de su
vida, libertad y prosperidad, conforme a las leyes establecidas", solución ésta que
hemos de encontrar en el Derecho Constitucional uruguayo positivo, histórico y
vigente.
El proyecto de Constitución territorial para la Provincia Oriental prevé algunos
derechos del hombre —por utilizar una terminología moderna— entre los que se
encuentra el de adorar públicamente y en ocasiones determinadas al Ser Supremo, al
gran Creador y preservador del universo y practicar el culto en la manera y ocasiones
que más agrade a cada individuo, según lo dicte su propia conciencia. En definitiva, se
trata de aspectos de la libertad acerca del "cómo", según la construcción doctrinal de los
derechos de la personalidad. Ambos aspectos resultan del artículo 2º del proyecto en
examen.
El texto del proyecto prevé la protección del derecho de propiedad, no sólo
porque se le incluye en las fórmulas generales acerca de los derechos inherentes al
individuo, sino también porque se consagra la protección en el goce respecto de la
propiedad de cualquier individuo, de la cual no podrá ser privado sino mediante su
consentimiento o el del órgano legislativo respectivo.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 59
EL GOBIERNO ECONOMICO
EL REGIMEN DE PACTOS
de dos artículos de las Instrucciones. Destaca Alberto Ramón REAL que fue "acertada la
imitación de las Constituciones de Virginia y Massachusetts en cuanto éstas prohibieron
expresamente la reunión de dos o más de los poderes (entendidos como funciones) por
cada uno de los Departamentos de Gobierno". (Las ideas institucionales en la época de
las Instrucciones del Año XIII).
5º.- La representatividad política de dichos poderes, que se extrae del examen
armónico de los pliegos de Instrucciones y de los proyectos constitucionales.
6º.- Los derechos fundamentales del hombre y las libertades políticas, religio-
sas, civiles y económicas, en una hábil combinación de fuentes, por ejemplo, de la
declaración estadounidense de 1776 y de los artículos de Confederación y Perpetua
Unión.
7º.- La previsión de enseñanza primaria obligatoria y gratuita, de acuerdo con
el Proyecto de Constitución territorial.
8º.- La libre navegación de los ríos y el tránsito libre por todo el territorio.
9º.- La igualdad de las provincias.
10º.- El pacto preexistente, previo a la formación nacional, libremente
celebrado por todas las Provincias para la sanción y resguardo de la futura Constitución.
Quizá pueda sintetizarse el pensamiento de DEMICHELI —que se extrae de los
siete tomos que consagró al tema: los tres volúmenes de Formación constitucional
rioplatense, los dos de Origen federal argentino y Artigas el fundador— en la siguiente
expresión: es una rara combinación de fórmulas y principios, ya que de la Declaración
de Derechos de 1776, ARTIGAS capta la fórmula de la Declaración de la Independencia;
de los artículos de Confederación, los derechos de los Estados; de la Constitución Fede-
ral, la organización de los poderes públicos; de las enmiendas aprobadas o en curso de
aprobación hasta 1811, la concepción acerca de los derechos individuales; de la
Constitución de Massachusetts, las bases estructurales de las Constituciones
provinciales que luego serán Derecho positivo en las provincias argentinas; de la
Constitución de Virginia, las soluciones patrimoniales. Todo en singular selección y con
reconocido espíritu.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 59
que habrá de resultar de interés en virtud de los desarrollos posteriores— que "la
Provincia Oriental, desde su origen, ha pertenecido al territorio de las que componían el
Virreinato de Buenos Aires, y por consiguiente fue y debe ser una de las de la Unión
Argentina, representadas en su Congreso General Constituyente".
Esta convocatoria estuvo acompañada de lo que constituye la primera norma
electoral del Estado entonces denominado Provincia Oriental. Las instrucciones que
conforman la norma, hacen referencia, por una parte, a la composición del órgano
legislativo y, por otra, al procedimiento electoral que debía seguirse.
En cuanto a lo primero, la Sala de Representantes se compondrá, según la
primera instrucción, de tantos Diputados cuantos son los Pueblos de su comprensión.
El procedimiento electoral podemos sintetizarlo así:
En primer lugar correspondía practicar la citación del vecindario por edictos,
así como la de los jueces respectivos, de conformidad con la séptima instrucción.
En segundo término debía celebrarse una Asamblea primaria, en la cual debían
votar todos los que se encontraban establecidos en los pueblos, mayores de veinte años,
con excepción de los esclavos, según la tercera instrucción. Esta Asamblea primaria era
presidida por la autoridad judicial del pueblo y por el Párroco o, en su defecto, por el
vicepárroco. Debía designar un secretario y dos escrutadores, de acuerdo con la cuarta
instrucción.
En tercer lugar cada individuo en la Asamblea primaria votaba in voce por
electores, que debían ser ciudadanos propietarios en el Pueblo o su jurisdicción, de
conocido patriotismo, extremo que resulta de las instrucciones quinta y sexta.
En cuarto término se efectuaba el escrutinio y resultaban seleccionados como
electores los tres individuos que reunían el mayor número de votos en la Asamblea
primaria, según la instrucción octava.
En quinto lugar se reunían los tres electores así seleccionados y elegían al
Diputado del respectivo pueblo, que debía ser un individuo que mereciera su confianza,
sea de la clase civil, militar o eclesiástica, y debía reunir la calidad de americano o con
carta de ciudadanía, propietario y residente en cualesquiera de los distritos de la
Provincia, y conocido amigo de su independencia, requisitos que se extraen de la
instrucción novena.
Por último, el electo Diputado, munido del acta del nombramiento, debía
presentarse en la Villa de la Florida a efectos de incorporarse a la representación
provincial, añadiéndose, en virtud de las circunstancias de la época, que nadie podía
excusarse del encargo de Diputado bajo pretexto alguno, según la décima y undécima
instrucciones.
Esta primera norma electoral del Estado habrá de mantenerse en vigor —con
pocas alteraciones—, en los años inmediatos. Será el acto-regla que se aplicará para la
elección de los miembros de la Asamblea General Constituyente y Legislativa del
Estado, instalada en 1828, con el encargo de elaborar la primera Constitución
codificada de la República Oriental del Uruguay.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 59
más simpático; y eso fue lo que buscaron por el momento, confiando en que el porvenir
realizaría la obra total de la independencia".
Se debe a quien fuera Catedrático de Derecho Constitucional de la Facultad de
Derecho de la Universidad de la República, Luis ARCOS FERRAND, uno de los intentos
de examinar, en una perspectiva de mayor proyección, la cuestión que suscitan las dos
leyes fundamentales del 25 de agosto. ARCOS FERRAND examina los que denomina
"actos institucionales". Para él se trata de la instalación del gobierno provisorio, la ley
de independencia y la ley de incorporación a las Provincias Unidas. Analiza las
posiciones extremas sentadas hasta entonces por los historiadores y considera que la
respuesta la dan los hechos y los documentos que los perpetuaron. Afirma que los orien-
tales de 1823 y de 1825 no tenían como objeto inmediato la independencia absoluta de
la Banda Oriental ni consentían en renunciar a su vocación autonómica: procuraban, sí,
la unión convencional con las Provincias Unidas del Río de la Plata.
ARCOS FERRAND estima que cuando la ley de unión es comunicada al Go-
bierno y al Congreso Legislativo y Constituyente reunido en Buenos Aires, este último
era una Asamblea de Representantes de varias provincias dislocadas, separadas e
independientes, que iban a deliberar sobre su suerte futura, y que empezaban por
declarar que hasta la promulgación de la Constitución que el Congreso formase, las
Provincias se regirían por sus actuales instituciones (Ver del autor: La cruzada de los
Treinta y Tres).
Recuerda también ARCOS FERRAND la influencia que en la elaboración de las
dos leyes fundamentales, tuvo el pensamiento institucional artiguista.
Muy pocos años después, fue Eduardo JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA el que colaboró
al esclarecimiento, señalando cómo independencia e incorporación no son términos
antagónicos para la teoría general del Estado. Independencia e incorporación se pueden
conciliar perfectamente, y señala que, por tanto, también se podrán conciliar las dos
leyes fundamentales del 25 de agosto. Para eso sólo se requiere acudir a Paul LABAND, a
Jorge JELLINEK y a Hans KELSEN especialmente en sus estudios sobre la estructura del
Estado.
Entiende Eduardo JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA que la incorporación es la adhesión
a un régimen confederativo. Nadie puede discutir que el Estado miembro de una
Confederación es plenamente independiente. Más: aunque la doctrina alemana
generalmente le añada la nota de soberanía, el Estado independiente puede no ser
soberano.
Y en su perspectiva de examen de las ideas de ARTIGAS, Alberto DEMICHELI,
en el último libro que dedicó al tema, Artigas, el Fundador, sostiene que aparentemente
habría contradicción entre las tres leyes, ya que una proclama la independencia al
tiempo que las otras consagran la dependencia. Sin embargo, sostiene, no es así: la
independencia es del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del
universo, en clara alusión a todo monarca extranjero. La dependencia, en cambio,
—dice DEMICHELI— era de sí misma, pues argentinos eran entonces los orientales, a
cuya Patria común se reintegraban. No es un acto de independencia absoluta sino de
mera reintegración a la única patria que los orientales por entonces conocían.
46 "Historia Constitucional del Uruguay"
La Sala de Representantes expidió los actos legislativos con una fórmula que
importó la radicación en ella del ejercicio de las funciones legislativas ordinaria y
constituyente. Esto se advierte cuando hace referencia a la soberanía "ordinaria" y
"extraordinaria" que a ella corresponde. Es menester, pues, para formar la llamada
"preconstitución nacional", individualizar según el criterio material, cuáles fueron las
normas sustancialmente constitucionales expedidas por la H. Sala de Representantes de
la Provincia Oriental.
Los caracteres del Estado denominado Provincia Oriental, en esta Constitución
flexible, son fundamentalmente, los dos siguientes:
1º En cuanto a su confesionalidad, hallamos algún elemento que ha permitido a
determinados autores afirmar que ésa era la solución adoptada. Por ejemplo, la fórmula
prevista para el juramento por parte del Gobernador y Capitán General de la Provincia.
Y también se trae a colación un argumento consistente en una propuesta formulada por
el representante MUÑOZ, que fue rechazada por la Sala, y se interpreta dicho rechazo
como confirmatorio de una confesionalidad implícita, admitida por entonces en el
ámbito del órgano legislativo y constituyente;
2º el ya señalado de tratarse de una Constitución para una Provincia o Estado
—según la doctrina nacional dominante—, integrante de una entidad mayor.
Los caracteres del gobierno resultan de algunos textos expresos.
En primer lugar, se trata de un gobierno representativo republicano, de acuerdo
con la fórmula del mencionado juramento.
En segundo término, se consagra una distinción entre órganos a los cuales se
confía el ejercicio de las tres funciones jurídicas clásicas: un órgano ejecutivo, otro
legislativo y un sistema orgánico judicial. No obstante esa separación o distinción entre
los indicados órganos, hallamos en la ley de 7 de setiembre de 1825 una solución de
carácter transitorio, porque las apelaciones respecto de los pronunciamientos de los
jueces ordinarios actuantes en primera instancia, habrán de tramitarse ante el Gobierno
de la Provincia con carácter de "por ahora".
Tercero, se estructura un sistema cuasipresidencial, afirmación que es posible
extraer de la posición institucional asignada a los Ministros —rectius: verdaderos
Secretarios— del Ejecutivo, de acuerdo con la ley de 6 de febrero de 1826 que regula
como institutos el de la responsabilidad de los Secretarios, la concurrencia a Sala y el
"llamado" a Sala por el órgano legislativo.
Otras leyes completan la configuración de la llamada parte dogmática de las
Constituciones. En materia de derechos del hombre, por ley de 7 de setiembre de 1825
se reconoció la libertad de vientres y la prohibición del tráfico de esclavos. Esta norma
está modificando, en lo pertinente, la instrucción de 17 de mayo de 1825 acerca de las
calidades exigidas para formar parte de las Asambleas primarias electorales, porque en
lo sucesivo no nacerán esclavos en la Provincia, y precisamente la calidad de esclavo
era la que excluía a determinados individuos de la posibilidad de integrar dicha
Asamblea.
Por ley de 12 de julio de 1826 se regulan expresamente algunas libertades,
determinados derechos y sus correspondientes garantías:
48 "Historia Constitucional del Uruguay"
funciones, "hasta que, convocada la Sala de Representantes, nombre quien deba susti-
tuirle".
Entre los aspectos de mayor interés relativos a la competencia del Gobernador
y Capitán General, hallamos por vez primera en textos orientales, la previsión de
delegación, según el artículo 1º de la ley de 7 de setiembre de 1825. La norma establece
que "queda facultado el Gobernador para delegar en una o más personas, el mando
político, siempre que las ocurrencias de la guerra o cualquier otra causa le decidiesen a
hacerlo". Por consiguiente, no queda comprendida en la hipótesis de delegación la
atribución o atribuciones referentes al mando militar.
Según la ley de 5 de enero de 1826, se modifica la posibilidad de delegación,
porque el delegatorio será el Ministro Secretario cuando el delegante —esto es, el
Gobernador— tenga la necesidad de ausentarse a una distancia que se predetermina
respecto del lugar donde reside la Sala de Representantes; y se deroga la ley anterior.
Una de las principales atribuciones del Gobernador es designar "por sí" a su
Ministro Secretario o Ministros Secretarios, según las épocas. En la práctica de esta
solución, existió un pronunciamiento del órgano legislativo frente a una comunicación
del órgano ejecutivo respecto de la designación de un Ministro Secretario, en el sentido
que podía tratarse meramente de una cortesía mas no de un requisito jurídicamente
exigible. Ese aspecto contribuye a delinear el sistema como básicamente presidencial,
del subtipo cuasipresidencial o presidencial al modo latinoamericano en el que
corresponde incluirlo. (Leyes de 7 de setiembre de 1825 y 5 de enero de 1826).
El Gobernador también es competente para designar otros funcionarios. Es el
caso del Oficial Encargado del Despacho de Guerra. De él depende directamente la
Policía (Ley de 17 de octubre de 1826) y se le hace competente para ejercer poderes de
emergencia (Ley de 18 de abril de 1827).
Los Ministros Secretarios fueron tres originalmente —según la ley de 7 de se-
tiembre de 1825—, correspondientes a los Departamentos de Gobierno, Guerra y
Hacienda. Posteriormente —por ley de 5 de enero de 1826—, su número se redujo a
uno (Gobierno y Hacienda). Eran designados por el soporte del órgano ejecutivo jerarca
y por aplicación de principios generales de Derecho público, a él competía disponer su
cese. La responsabilidad en que podían incurrir el o los Ministros Secretarios —según el
momento que consideremos—, era según el tenor literal por el puntual y acertado
desempeño de sus respectivos Departamentos.
La remuneración de los Ministros era fijada por el órgano legislativo, y por ley
de 21 de marzo de 1827 debieron refrendar las comunicaciones del Gobierno. El
vocablo "Gobierno" en el conjunto de leyes en análisis, alude al órgano ejecutivo
jerarca.
Se previó un sistema orgánico legislativo y nos hallamos ante la primera
solución unicameral de la Historia Constitucional nacional. Ese órgano fue, obviamen-
te, la Sala Representantes. Su integración presentó, a través del tiempo, dos soluciones.
Originalmente se compuso de tantos Diputados cuantos eran los pueblos de la Provin-
cia, de acuerdo con la instrucción de 17 de junio de 1825. Más tarde, por ley de 20 de
enero de 1826, se integró por cuarenta Diputados, que se elegían en base a los nueve
Departamentos de la Provincia, correspondiendo ocho a Montevideo, cinco a Maldo-
50 "Historia Constitucional del Uruguay"
nado, cinco a Canelones, cuatro a San José, cinco a Colonia, cinco a Soriano, cuatro a
Paysandú, dos a Cerro Largo y dos entre Yí y Río Negro. Esta norma destaca la
diferente importancia en punto a la población que tenía cada uno de los mencionados
Departamentos.
La Sala de Representantes celebraba sesiones ordinarias y extraordinarias. La
primera Legislatura, instalada en agosto de 1825, debía, según la ley de 7 de setiembre
de 1825, suspender sus sesiones "tan luego que se concluyan los principales objetos que
motivaron su instalación". Por ley de 6 de febrero de 1826, se previó la realización de
sesiones ordinarias durante los últimos tres meses de cada año.
Por ley de 17 de julio de 1826, los miembros de la Sala se debían renovar
anualmente por tercios. El procedimiento electoral resultó originalmente de la
instrucción de 17 de junio de 1825, ratificada por ley de 19 de enero de 1826, con las
modificaciones que en lo pertinente resultaron de otras normas.
Las calidades requeridas para ser integrante del órgano legislativo, se extraen,
también, de la ley de 19 de enero de 1826, por remisión a la citada instrucción de 17 de
junio de 1825.
El estatuto jurídico de los representantes se integró con los siguientes institu-
tos: irresponsabilidad por opiniones, según la ley de 21 de marzo de 1827, porque ellos
jamás serían responsables por "sus opiniones, discursos o debates", fórmula que, en lo
sustancial, encontraremos en las Constituciones formales uruguayas; inmunidad de
arresto durante su asistencia a la Legislatura y mientras vayan o vuelvan de ella, salvo el
caso de delito flagrante; según la ley de 31 de diciembre de 1825 existió
incompatibilidad del ejercicio de las funciones de Representante con el desempeño de
cualquiera otro empleo, civil o militar; se previó una hipótesis que corresponde
aproximadamente a la del desafuero, porque si se formulaba querella por escrito contra
cualquier representante, debía realizarse un juicio público —extremo que lo aproxima a
las soluciones de juicio político— por parte de la Sala, y por resolución adoptada por
dos tercios de votos el acusado quedaba suspendido en sus funciones y era puesto a
disposición del tribunal competente, por lo que, estimo, básicamente, se consagró el
instituto del desafuero, aun cuando aparezcan vocablos —por entonces ya conocidos en
este territorio—, que corresponden al juicio político.
Las facultades disciplinarias de la Sala se consagraron por el artículo 4º de la
misma ley, porque a ésta competía corregir a cualquiera de sus miembros, por dos
tercios de votos, por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones. También
podía removerlos por inhabilidad física o moral superveniente a su incorporación. Las
renuncias eran aceptadas por la Sala por mayoría de presentes.
La competencia de la Sala de Representantes no surgía de un texto que la
enumerara. Simplemente, su competencia se concretaba en el ejercicio de la función
legislativa ordinaria y de la función constituyente. Deben tener presente que tratándose
de una Constitución flexible, prácticamente se estaba frente a la técnicamente llamada
"soberanía Parlamentaria".
Ello no obstante, se dictaron algunas leyes tendientes a precisar ciertas atribu-
ciones del órgano legislativo. Es el caso de la de 6 de febrero de 1826, de acuerdo con la
cual ninguna otra autoridad que la de los Representantes de la Provincia, podría
Eduardo G. Esteva Gallicchio 59
Esos fueron, por lo demás, los lineamientos que surgieron del Mensaje 15/980
dirigido por el Poder Ejecutivo al Consejo de Estado, a los efectos de la estructuración
del anteproyecto de "nueva" Constitución según la terminología expresamente utilizada
durante el orden de transición.
Habiendo sido rechazado mayoritariamente por la ciudadanía el proyecto de
Constitución plebiscitado en 1980, fue difundido el denominado "nuevo plan político"
que incluyó un cronograma para el período 1981-1985. No habiendo acordado los
representantes del Gobierno de facto con los representantes de los Partidos Colorado,
Nacional y Unión Cívica en 1983 —reuniones del Parque Hotel— sobre las reformas
constitucionales, quedó expedito —a la luz del referido cronograma institucional del
Gobierno de facto— el restablecimiento de la vigencia de la Constitución de 1967 —a
partir del 15-II-1985 ó 1-III-1985, según las Secciones—, lo que así se produjo
mediante el Acuerdo o Pacto del Club Naval, celebrado en agosto de 1984 por los repre-
sentantes de los Partidos Colorado, Unión Cívica y Demócrata Cristiano —lema que
empleaba la coalición Frente Amplio— y Laborista —de aparente creación ad hoc— e
instrumentado en el Acto Institucional 19.
Después de concretada en 1985 la restauración del ordenamiento constitucio-
nal de 1967, en forma simultánea con la realización de las elecciones generales de
noviembre de 1989 fue ratificado plebiscitariamente un proyecto de reforma
constitucional que adicionó un inciso al art. 67 —el inc. 2— y una Disposición
Transitoria y Especial, individualizada con la letra uve. Ambas incorporaciones se
hallan en vigor desde el 1-V-1990.
Es posible, en base al análisis de las diferentes etapas por las que ha atravesado
el Derecho Constitucional uruguayo, preguntarse si existe propiamente un
constitucionalismo uruguayo. Esta pregunta presenta como primera dificultad la de
precisar la acepción con que se utiliza el vocablo "constitucionalismo". Algunos autores
uruguayos han caracterizado al constitucionalismo como un movimiento en virtud del
cual los Estados se dan Constituciones escritas, y por lo común rígidas. Con esa
acepción, es evidente que existe un constitucionalismo uruguayo, desde el momento en
que Uruguay se inscribe, en el año 1830, entre los Estados que optan por la solución de
norma fundamental con características de supralegalidad o, como suele decirse, de
superlegalidad.
Los actos constitucionales formales uruguayos —1830 y enmiendas de 1912;
1918 y enmienda de 1932, 1934 y enmiendas de 1936 y 1938; 1942, 1952, 1967 y
enmiendas de 1990—, han sido estructuralmente codificados o, para usar la expresión
grata a Aníbal Luis BARBAGELATA, sistemáticos. Pero también se utilizan otras
acepciones del vocablo "constitucionalizar". En ocasiones, se le vincula con un
concepto valorativo de Constitución, por ejemplo, con el que surge del artículo 16 de la
Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de agosto de 1789.
También en ese sentido ha existido un constitucionalismo uruguayo, por la
recepción que en las diversas Cartas Constitucionales formales se ha realizado de los
64 "Historia Constitucional del Uruguay"
por un Ministro Letrado y dos hombres buenos. Uno de los puntos de mayor interés de
este decreto resulta de su artículo 10º, en cuanto establece un procedimiento tendiente a
resolver eventuales conflictos que se planteen entre el Gobierno y el máximo órgano
judicial, y que consiste en que concurran ambas autoridades "a discutir y conferenciar el
caso o duda", adoptándose decisión por la mayoría. Estima Jiménez de Aréchaga que se
trata de uno de los escasos ejemplos en el Derecho uruguayo de jurisprudencia como
fuente de Derecho.
Durante la gestión del Gobierno Provisorio en examen, habrá de celebrarse la
Convención Preliminar de Paz de 27 de agosto de 1828, con la mediación de Gran
Bretaña, y suscribiéndola los representantes de los Gobiernos de las Provincias Unidas
del Río de la Plata y del Imperio del Brasil. Se trata, como lo indica su denominación
oficial, de una Convención Preliminar, que debía ser seguida de un Tratado Definitivo
de Paz entre los Estados signatarios.
En cuanto antecedente del Derecho Constitucional uruguayo es preciso
destacar las siguientes disposiciones. Los artículos 1º y 2º, en cuanto ambos Estados
declaran a la Provincia de Montevideo, llamada por entonces Cisplatina, libre e
independiente de toda y cualquier Nación, utilizando la fórmula que en lo sustancial
aparecerá en el artículo 2º de todas las Constituciones formales uruguayas. Como
Estado con esas características, adoptará "La forma de gobierno que juzgare
conveniente a sus necesidades, intereses y recursos".
De acuerdo con el artículo 3º, ambos Estados signatarios se obligan a defender
la independencia e integridad de la Provincia de Montevideo, por el tiempo y el modo
que se ajustaría en el Tratado Definitivo de Paz.
El artículo 4º prevé la convocatoria de representantes de la Provincia de
Montevideo, que queda confiada al Gobierno actual de la Banda Oriental —esto es, al
ejercido por LAVALLEJA— y al Gobierno actual de Montevideo, en lo pertinente,
respecto de los representantes que correspondan a este Departamento.
A este propósito, LAVALLEJA había indicado el 7 de julio de 1828 al
Gobernador Delegado Luis Eduardo PÉREZ, que convocara a los pueblos para una
elección de representantes, puesto que él había sido designado como Gobernador y
Capitán General por la Sala de Representantes el 22 de agosto de 1825, y el término de
su actuación se había fijado en tres años, que estaban próximos a cumplirse.
El 17 de agosto de 1828 se celebraron las elecciones para integrar la Sala de
Representantes, y ellas se utilizaron, en definitiva, para componer el órgano que preveía
la Convención Preliminar de Paz por sus artículos 4º y siguientes,en tanto que los ocho
Diputados por Montevideo fueron seleccionados —más tarde— el 31 de octubre de
1828 y con los anteriores integraron el órgano llamado Asamblea General
Constituyente y Legislativa del Estado.
La Convención previó en su artículo 6º los cometidos y atribuciones del órgano
representativo de la Provincia, cuyos soportes fueron elegidos según lo dispuesto por la
instrucción de 17 de junio de 1825 que oportunamente mencioné. Las atribuciones y
tareas en lo sustancial fueron: establecer un Gobierno provisorio para gobernar a toda la
Provincia hasta que se instale el Gobierno permanente que cree la Constitución; y por el
Eduardo G. Esteva Gallicchio 67
destinos se cumplirían luego que la sociedad fuera dueña de tutelarlos por sí misma.
Precisada a decidirse por una forma de gobierno había aceptado sin reserva el gobierno
republicano representativo, con la triple división del poder y la constitución del
Legislativo en dos ramas. Enemiga de las exclusiones, pedía el voto libre de todos los
ciudadanos para constituir los poderes públicos, como un acatamiento al ejercicio de la
soberanía en la única ocasión en que el pueblo no delega ese ejercicio; y consecuente
con esta declaración, rechazaba como perjudicial la idea que excluía a los militares de
los cuerpos deliberantes a título de precaución contra los manejos del Poder Ejecutivo.
Dejaba a este poder toda su independencia necesaria: la libertad de nombrar y destituir
sus ministros cuando lo creyera conveniente, y las demás iniciativas que le eran propias
como representante de la acción".
El principal representante de esta segunda escuela fue, en opinión de BAUZÁ,
Santiago VÁZQUEZ.
Destaca, también, la existencia de "otro grupo que representaba la ideas
religiosas de su tiempo, y que colocado entre los instintos libérrimos del señor ELLAURI
y las ideas conciliadoras de Don Santiago VÁZQUEZ, instaba a la Asamblea a sancionar
la religión católica como principio de gobierno, y pedía para ella la protección oficial
más excluyente. Los caudillos de ese grupo, aunque no todos igualmente ortodoxos,
eran Lázaro GADEA (presbítero), diputado por Soriano, Don Manuel BARREIRO
(presbítero) y Don Julián ALVAREZ, diputado por San José, Don Alejandro CHUCARRO,
diputado por Canelones y los señores MASINI y ZUDÁÑEZ".
La doctrina posterior a Francisco BAUZÁ, que expuso estas ideas en 1887,
compartió este distingo.
En época reciente se le efectúan algunas precisiones, a vía de ejemplo, la que
realiza Juan E. PIVEL DEVOTO en su estudio sobre las Ideas constitucionales del Dr.
José Ellauri", al sostener que ELLAURI en verdad era más partidario de las ideas de la
contrarrevolución que de las soluciones postuladas por los principales ideólogos de la
Revolución Francesa. ELLAURI, en esta opinión, se encontraría sumamente influido por
la obra de Benjamín CONSTANT, con todas las proyecciones críticas que de ella resultan
a la concepción de El Contrato Social de ROUSSEAU.
GROS ESPIELL, por ejemplo, ha formulado algunas objeciones al planteo
tradicional tajante de Francisco BAUZÁ, señalando que, quizás, sólo puede hablar de
tendencias que se aproximan a lo expresado por BAUZÁ.
LOS PROYECTOS
de Policía; cuatro Alcaldes y un Juez de Paz en cada uno de los distritos que tuviere el
Departamento.
En materia de hacienda pública, se establece la competencia del Ejecutivo para
presentar anualmente el Presupuesto de Gastos y dar cuenta de la inversión del
Presupuesto anterior. El control es confiado al Congreso General, sin perjuicio de
prever, también, la existencia de soportes de órganos como el Colector General de
Rentas, el Tesorero y el Contador General.
El interés básico de este proyecto atribuido a ERRAZQUIN resulta de su carácter
de antecedente de la Constitución de 1830 y del cotejo de las fórmulas en él incluidas
con las que encontramos en la Carta aprobada.
EL GOBIERNO PROVISORIO
LA CONSTITUCION FLEXIBLE
1830. Ambas normas continúan en vigor. Según la segunda ley, la denominación es:
Pabellón Nacional.
El Escudo de Armas del Estado (Escudo Nacional), es el resultante de la ley de
19 de marzo de 1829, con las modificaciones dispuestas por ley 3.060 de 1906.
La Escarapela Nacional fue establecida por ley de 22 de diciembre de 1828,
que continúa en vigor, mientras que la Escarapela Nacional para uso del Ejército y
Marina de la República (actualmente Ejército Nacional, Armada Nacional y Fuerza
Aérea Uruguaya) fue prevista por ley 5.458 de 1916.
En materia de derechos del hombre y sus garantías, la ley de 4 de junio de 1829
preceptuó que "todo ciudadano puede por medio de la prensa publicar sus ideas sobre
cualquier materia sin previa censura", sin perjuicio de la responsabilidad ulterior por
abusos en que pueden incurrir el autor o, en su caso, el impresor, derogándose "toda ley
anterior relativa a la libertad de escribir".
Por ley de 12 de agosto de 1829 quedan abolidos el juramento de los acusados
en causas criminales, la pena de tormento y la de confiscación de bienes (artículo 71) y
"en los delitos en que no haya de recaer pena corporal, serán puestos los acusados en
libertad, en cualquier estado de la causa, dando fianza legal, y ningún individuo podrá
ser preso por deuda civil que no provenga de delito o cuasi delito" (artículo 72).
Se dispone que en circunstancias ordinarias, ningún reo de muerte podrá ser
ejecutado antes de las cuarenta y ocho horas contadas desde el momento en que se le
ponga en capilla, según la ley de 3 de noviembre de 1829.
Por último se hace extensiva a todos los puntos del territorio la ley de 7 de
setiembre de 1825 relativa a libertad de vientres y prohibición del tráfico de esclavos, de
acuerdo con la ley de 22 de enero de 1830.
En el ámbito del Ejecutivo, la ley de 1º de diciembre de 1828 determinó las
calidades requeridas a la persona "del estado civil o militar" en quien recaiga el
nombramiento de Gobernador y Capitán General Provisorio: 1º) ser nacido dentro del
territorio llamado hasta aquí Provincias Unidas del Río de la Plata; 2º) de 35 años
cumplidos de edad; 3º) arraigado en él y con propiedad o capital que no baje de diez mil
pesos o empleo cuya renta equivalga al producto de aquél; 4º) conocido amigo de la
Independencia y libertad del País; 5º) de buen concepto público por servicios
remarcables en favor de la Libertad e Independencia.
Se trata de un órgano ejecutivo unipersonal, la Gobernación y Capitanía
General provisoria.
Por ley de 16 de setiembre de 1829 se dispuso la existencia de dos Ministros
Secretarios: uno de Gobierno, encargado del despacho de la Guerra y Relaciones
Exteriores; y otro de Hacienda. Luego, por ley de 8 de marzo de 1830 su número pasa a
ser de tres: uno de Gobierno y Relaciones Exteriores; otro de Hacienda y el tercero, de
Guerra y Marina. Asimismo se establece que para el servicio de la secretaría de
Relaciones Exteriores, habrá un Oficial primero.
Los Ministros son designados por el Gobernador, extremo que se extrae de la
ley de 18 de diciembre de 1829.
76 "Historia Constitucional del Uruguay"
LA CONSTITUCION DE 1830
Mientras que entre las llamadas fuentes indirectas, es posible incluir las
Constituciones francesas de 1791, de 1793 y 1795, la Constitución Federal esta-
dounidense de 1787.
El examen de las fuentes de la Constitución nacional de 1830 interesa,
especialmente, porque habremos de hallar varias de sus soluciones reiteradas en los
textos de Constituciones formales posteriores, al extremo que algunas de las fórmulas
de 1830 permanecen actualmente en vigor, incluso literalmente.
Al estudio de estas fuentes contribuyen dos documentos de la época: el
Discurso que pronunció ELLAURI como miembro informante de la Comisión
Legislativas y Constitucional de la Asamblea y el Manifiesto de la Asamblea General
Constituyente y Legislativa del Estado a los Pueblos que representa.
El discurso que pronunció el 6 de mayo de 1829 José ELLAURI en su carácter
de miembro informante de la Comisión de Constitución y Legislación de la Asamblea
General Constituyente y Legislativa del Estado reconoce, a su vez, como fuentes, por lo
menos en algunas de sus partes, el dictamen de la Comisión de Negocios
Constitucionales relativo al proyecto de Constitución elevado al Congreso General
Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata del 1º de setiembre de 1826 y,
por otra parte, incluye fragmentos que coinciden —en ocasiones literalmente y otras
veces sólo conceptualmente— con la obra de Ramón SALAS, Lecciones de Derecho
Público Constitucional para las Escuelas de España.
ELLAURI se propone en este discurso formular algunas explicaciones acerca de
"los fundamentos más firmes" y "de los grandes objetos" que se han tomado en
consideración para la redacción del proyecto de Constitución. Expresa —con conceptos
definitorios de la tarea de la Comisión—, que ésta "no tiene la vanidad de persuadirse
que haya hecho una obra original, grande, ni perfecta", porque entiende que "en materia
de Constitución poco o nada de nuevo ... [existe] ... después que las naciones más
civilizadas del globo han apurado las grandes verdades de la política y resuelto sus más
intrincados problemas que antes nos eran desconocidos".
ELLAURI hace referencia a la ausencia de comodidades, de libros y a la
inexistencia de una sociedad numerosa de ciudadanos a los cuales consultar. A pesar de
estas consideraciones, los integrantes de la Comisión Legislativa y Constitucional
elaboraron una Carta plenamente ajustada a las doctrinas constitucionales por entonces
imperantes, como lo destaca muy especialmente Pablo BLANCO ACEVEDO en sus
Estudios constitucionales.
La preocupación de los miembros de la Comisión fue "establecer el pacto",
considerando que la primera y más sagrada de sus atenciones era la "de constituir el
Estado", por ser ese el voto de los pueblos y una de las estipulaciones básicas de la
Convención Preliminar de Paz. ELLAURI adelanta, pues, en su discurso, la recepción de
la concreta concepción doctrinal por entonces dominante: la contractualista, extremo
que se refleja en la redacción del artículo 1º de la Constitución.
Siguiendo a SALAS, dice literalmente que: "la Comisión, al redactar el proyecto
en discusión, se propuso expresar en él todo lo que esencialmente debe contener una
buena Constitución, a saber: primero, la declaración de los derechos, que se reservan los
ciudadanos, señalando el modo y condiciones de su asociación; ..." —con ello reitera la
80 "Historia Constitucional del Uruguay"
Estado, porque "han cesado de hecho y de derecho en sus funciones sobre este territorio,
todas las autoridades extranjeras, y que la protección de las personas, de las propiedades
y de todos los derechos individuales de los ciudadanos y habitantes del país, están bajo
la garantía y salvaguardia del Gobierno Supremo del Estado ..."
año la caducidad de su responsabilidad penal, porque el artículo dice que pasado ese
año, "nadie podrá ya acusarlo".
Los casos de eventuales vacancias en la Presidencia se regulan por el artículo
77. Su sustituto será el Presidente del Senado. No se ha previsto un órgano
Vicepresidencia.
Dentro del sistema orgánico Ejecutivo hallamos los Ministerios. La posición
institucional de los Ministros ha motivado diversas opiniones doctrinales. El artículo 85
establece que: "Habrá para el despacho, las respectivas Secretarías de Estado a cargo de
uno o más Ministros, que no pasarán de tres" pero por ley se puede modificar el número
de los Ministerios.
Los Ministros son designados y cesan por resolución del Presidente de la
República, sin que se atribuya injerencia a los órganos integrantes del Poder
Legislativo. Las calidades necesarias para ser Ministro están establecidas por el artículo
87 y, su designación y cese, por el 81. Son responsables de los decretos que firmen, de
acuerdo con el artículo 86. No quedan exentos de responsabilidad por los delitos
previstos como causales del juicio político, aunque invoquen la orden escrita o verbal
del Presidente de la República, según la fórmula de la Constitución del Imperio del
Brasil de 1824. Son sujetos pasibles de juicio político y de juicio de residencia, por el
artículo 89. Pueden ser llamados a Sala por las Cámaras de Representantes y de
Senadores, así como por la Comisión Permanente y también pueden asistir
voluntariamente a las sesiones de las Cámaras, de acuerdo con la opinión que resulta del
discurso de ELLAURI como Miembro Informante del Proyecto, aunque en el texto no se
establece expresamente.
Estos son los elementos disponibles a efectos de ensayar un pronunciamiento
acerca de la posición institucional de los Ministerios de Estado o, en otros términos, de
la naturaleza jurídica de la institución ministerial.
Los tres ARÉCHAGA sostuvieron, en base al texto de la Constitución, que se
consagró un Poder Ejecutivo —a nivel del órgano jerarca— unipersonal, y que los
Ministros no integran dicho órgano o, en otros términos, que su voluntad no es
jurídicamente necesaria para que se forme la voluntad del órgano jerarca nominado
Poder Ejecutivo.
Una opinión diferente es la de Alberto Demicheli: consideró que la Consti-
tución de 1830 efectúa una modificación respecto del tradicional sistema estado-
unidense, porque los Ministros, según el texto de la Constitución, deben refrendar los
actos del Poder Ejecutivo o del Presidente, requisito sin el cual nadie estará obligado a
obedecerlos. Eso hace a los Ministros de Estado, en esta opinión, integrantes del
Ejecutivo.
Evidentemente, para la concepción de los ARÉCHAGA, el Ministro es un mero
secretario o, en otros términos, un simple actuario del Presidente. En la segunda
posición, el Ministro aparece como necesario para la formación de la voluntad del
órgano.
Se ha expuesto una tercera posición, la de Aníbal Luis BARBAGELATA, quien
entendió que evidentemente el Presidente de la República, en el contexto constitucional,
aparece como un funcionario de la mayor importancia si lo comparamos con la posición
88 "Historia Constitucional del Uruguay"
de los Ministros; pero sin embargo está constitucionalizado el refrendo que permite que
las decisiones del Presidente sean eficaces, siendo el Ministro responsable por los actos
que suscribe y, como hemos visto, no queda exento de responsabilidad por causa de
delito aunque argumente que ha recibido la orden del Presidente. Esa posición
intermedia o ecléctica de BARBAGELATA está señalando que se trata de un sistema
cuasipresidencial o de presidencialismo al modo latinoamericano.
Este es un problema que tuvo una señalada trascendencia durante la vigencia
de la Constitución de 1830 y que hoy nos interesa solamente en perspectiva de Historia
Constitucional, porque nos habrá de mostrar la evolución que al respecto se ha operado
en las Constituciones posteriores.
Son funcionarios del Poder Ejecutivo los Jefes Políticos y los Tenientes
subordinados a los Jefes Políticos. Al Jefe Político compete todo lo gubernativo en el
Departamento. Es, según el artículo 118, un agente del Poder Ejecutivo.
Tanto los Jefes Políticos como los Tenientes son designados exclusivamente
por el Poder Ejecutivo. Las calidades requeridas las fija el artículo 119. Sus
atribuciones, deberes, facultades, etcétera, serán detallados en un Reglamento especial
que formará el Presidente de la República, sujetándolo a la aprobación de la Asamblea
General.
La competencia del Poder Ejecutivo, en la Constitución de 1830, la hallamos
en artículos que hacen referencia a facultades (ejemplos, los números 79, 80, 81 y 84) y
deberes, (caso del artículo 82). Dentro de esa competencia es posible destacar, por una
parte, la atribución de potestad reglamentaria al Poder Ejecutivo, de acuerdo con el
artículo 82. Se trata de reglamentos de ejecución de la ley ordinaria y, por consiguiente,
no pueden contrariar ni las disposiciones de la ley ni, obviamente, las de la
Constitución; otro aspecto de la competencia es el ya mencionado ejercicio del derecho
de patronato por parte del Presidente de la República.
El ejercicio de múltiples atribuciones conferidas al Poder Ejecutivo implica,
simultáneamente, la puesta en ejercicio de atribuciones de control y de coadmi-
nistración que están asignadas a los órganos del Poder Legislativo.
El tercer sistema orgánico que lleva el nombre de Poder, es el Judicial. Consta
de órganos que prevé la Constitución, que son una Alta Corte de Justicia, un Tribunal o
Tribunales de Apelaciones y Juzgados Letrados de Primera Instancia, en la forma que
establecerá la ley.
La organización de la Alta Corte de Justicia queda confiada, por el artículo 92,
a la ley. Dicha ley fue dictada en el año 1907. A la Alta Corte se le asigna competencia
de nivel constitucional por el artículo 96 de la Constitución, que en lo sustancial será
reiterado por las Constituciones posteriores. La competencia de los Tribunales de
Apelaciones y Juzgados Letrados es, en definitiva, fijada también por acto legislativo
formal.
Es de destacar que el artículo 107 prevé la existencia de Juzgados de Paz, pero
como órganos competentes para entender en las conciliaciones.
El artículo 117 previó que la organización del Poder Judicial establecida por
los artículos 91 al 106, podría suspenderse por las legislaturas siguientes mientras "no
haya suficiente número de abogados y demás medios de realizarse".
Eduardo G. Esteva Gallicchio 89
EL GOBIERNO DE LA DEFENSA *
La Carta de 1830 tuvo, teóricamente, una vigencia dilatada, pero cabe acotar
que en el lapso comprendido entre 1830 y la entrada en vigor de la Constitución de
1918, existieron diversos Gobiernos provisorios o interinos.
En la larga cadena de crisis que experimentó la referida Constitución, cabe, en
primer término, citar la de 1838, que se desencadenó con el alejamiento de la
Presidencia de la República del General Manuel ORIBE. En el caso, se disolvieron de
inmediato las Cámaras legislativas y se convocó a elecciones para integrar la IVª
Legislatura constitucional.
La segunda crisis, que tal vez es la más grave, es la situación derivada de la
Guerra Grande, sobre todo a partir del comienzo del Sitio a Montevideo el 16 de febrero
de 1843. Aparecen entonces en escena dos gobiernos: el de los sitiadores, llamado
Gobierno del Cerrito, y el de los sitiados, el Gobierno de la Defensa.
Origen del régimen constitucional de la Defensa
*
Clase dictada por el Aspirante a Profesor Adscripto Dr. Felipe LUZARDO
MARTÍNEZ.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 95
integrarla; los jefes militares; las autoridades eclesiásticas; los jefes de oficinas
generales y, finalmente, "todos los ciudadanos que con acuerdo del Consejo de Estado,
considere notables en todas las carreras, el Poder Ejecutivo, por su patriotismo,
capacidad y virtudes", y que se fueran nombrando posteriormente.
Si bien se estructura una solución unicameralista, se previó como concesión al
bicameralismo tradicional, una doble discusión en el seno de la Asamblea.
Las atribuciones de la Asamblea de Notables son las siguientes:
1º) le compete velar sobre la Constitución y las leyes y la conservación de las
garantías individuales. Sin duda, esta atribución presenta al órgano como semejante a
una Comisión Permanente, apartándose ligeramente de la Constitución de 1830 y
adoptando una solución de neto cuño hispánico. Es destacable que en el caso de las
garantías individuales, dada la peculiaridad del objeto tutelado, se quita para esa
eventualidad "la traba del veto temporal del Ejecutivo, y manda que tenga vigor la
resolución inmediatamente que le fuera comunicada". En esta primera atribución de la
Asamblea, tenía injerencia el Consejo de Estado, quien debía denunciarle las
resoluciones del Poder Ejecutivo que importasen violación de una ley o norma
constitucional, a fin de que conocida la situación dictara las medidas que considerara
convenientes;
2º) le compete resolver como órgano deliberante todos los negocios y materias
que le someta al Poder Ejecutivo. Los actos expedidos por la Asamblea de Notables en
ejercicio de esta segunda atribución, se denominarán resoluciones. Sin embargo, son
ontológicamente actos legislativos y es en tal carácter que integran el orden jurídico
nacional. La particularidad de esta atribución se encuentra en que la iniciativa pertenece
exclusivamente al Poder Ejecutivo, careciendo por ende de ella los miembros de la
Asamblea;
3º)presenta a esta Asamblea como órgano electoral debiendo designar la
persona que haya de desempeñar el Poder Ejecutivo, en caso de vacancia. También
nombrará al Presidente y Vicepresidentes de la Asamblea y a los miembros del
Supremo Poder Judicial, dando a éste una organización provisoria. El Estatuto, por una
adición establece la facultad exclusiva de la Asamblea de interpretar sus disposiciones
de manera generalmente obligatoria.
En cuanto al Poder Ejecutivo, encontramos al Presidente Provisorio de la
República, soporte de un órgano unipersonal que reunía las calidades de Jefe de Estado
y Jefe de Gobierno.
El Presidente actúa con los Ministros, que formarán parte del Poder Ejecutivo
en las mismas condiciones, y situación que en el sistema establecido por la Constitución
de 1830, aunque su número fue inferior al establecido en la Constitución, llegándose en
algún momento al Ministro único.
También formó parte del Poder Ejecutivo, aunque con intermitencias, el
Consejo de Estado. Este Cuerpo reconoce como antecedente la solución que se adoptara
en 1842 cuando la Asamblea General votó una resolución en virtud de la cual
provisoriamente habría de existir un solo Ministro de Estado, pero las decisiones
fundamentales del Poder Ejecutivo se adoptarían en Consejo de Estado, del que
formarían parte individuos designados por el Presidente de la República, Sobre la base
Eduardo G. Esteva Gallicchio 97
*
Fin de la Clase dictada por el Dr. LUZARDO.
98 "Historia Constitucional del Uruguay"
Secretarios de Estado responsables, libremente elegidos por FLORES, y que cesan por su
determinación.
A la finalización de este Gobierno hallamos la ley Nº 928 de 30 de abril de
1868, que es un típico acto jurídico de convalidación dado que "se reconocen como
válidos los actos del Gobierno Provisorio dictatorial que invistió el Brigadier General
Venancio Flores desde el 20 de febrero de 1865 hasta el 15 de febrero de 1878".
Más tarde, en febrero de 1898, Juan Lindolfo CUESTAS procede a disolver las
Cámaras del Poder Legislativo, creando un Consejo de Estado. Los motivos son de
orden político, como en los casos anteriores. El Consejo de Estado se integra por 88
miembros, cuyos nombres son determinados por el decreto de 10 de febrero de 1898: 58
colorados y 30 constitucionalistas y nacionalistas. Su competencia es la que prevé la
Constitución para el Poder o Cuerpo Legislativo. La organización interior es confiada al
propio Consejo de Estado. En caso de vacancia en la Presidencia de la República, el
Consejo de Estado designa a quien deba asumirla. Y como sucedió en los casos
anteriores, se dicta una ley de convalidación, que es la 2.680 de 1901. Se trata de la
norma que en Uruguay y en el curso del siglo XIX tiene mayor alcance, porque por una
100 "Historia Constitucional del Uruguay"
*
Clase dictada por la Profesora Adjunta Dra. Marta PÉREZ PÉREZ de BLANCO.
102 "Historia Constitucional del Uruguay"
seguía diciendo que "El Estado Oriental del Uruguay adopta para su Gobierno la forma
representativo-republicana", en verdad la forma de gobierno que el proyecto establecía
no era representativa sino semirrepresentativa o mixta.
La Sección V, titulada "Del Poder Legislativo y sus Cámaras, mantenía los
mismos órganos de la Constitución de 1830. La principal modificación que introducía
estaba referida a la integración del Senado, el que se compondría, de acuerdo al artículo
24 del proyecto, de un número de Senadores doble del de Departamentos en que
estuviese dividida la República, los que serían elegidos a razón de dos por
Departamento y en forma directa. En cuanto a la Cámara de Representantes, se
aumentaba el número de ciudadanos requeridos para determinar cuántos representantes
le correspondería a cada Departamento.
Otras modificaciones consistían en las siguientes:
- se suprimía la exigencia de poseer un determinado capital o renta para poder
ser elegido Senador o Representante;
- se disminuía la edad exigida para ser Senador y se suprimía la prohibición
que establecía la Constitución de 1830 para los militares en actividad de poder ser
electos Senadores o Representantes. La última parte del artículo 22 del proyecto que
estamos analizando, establecía que "si el elegido fuese un militar, su calidad de tal
quedará en suspenso por todo el tiempo que ejerza la representación".
- se modificaba, además, el régimen de dietas que establecía la Constitución de
1830, sustituyéndolo por una renta (así lo establecía el artículo 32 del proyecto); y
- en cuanto a las atribuciones de la Asamblea General, se introducían pequeñas
modificaciones, algunas de ellas consecuencia de los cambios que en otras partes del
proyecto se establecían. Por ejemplo, en los ordinales 12 y 17, se establecía que a la
Asamblea General le competía determinar no sólo las atribuciones sino también las
dotaciones de los funcionarios públicos, pero para ajustarlo a las disposiciones
proyectadas para los gobiernos departamentales, se exceptuaba a los empleados
dependientes de las administraciones departamentales. Y en el ordinal 17 desaparecía la
referencia a la competencia de la Asamblea General para nombrar a la persona que
habría de desempeñar el Poder Ejecutivo.
La Sección VI, titulada "De las sesiones de la Asamblea General, del gobierno
interior de sus dos Cámaras y de la Comisión Permanente", no contenía modificaciones.
En la Sección VII, titulada "De la proposición, discusión, sanción, pro-
mulgación de las leyes", se agregaba "y plebiscitos".
El artículo 57 del proyecto ampliaba el plazo de que disponía el Poder
Ejecutivo para formular observaciones a un proyecto de ley, elevándolo a treinta días.
El Capítulo V de esta Sección contenía las normas referentes al plebiscito o referéndum
en materia legislativa, que era, según vimos, una de las principales ideas innovadoras
propuestas por este proyecto de reforma constitucional.
El artículo 66 establecía que la Junta Nacional de Gobierno, por dos terceras
partes de votos de sus miembros, podía plantear el plebiscito o referéndum cuando las
Cámaras reunidas levantasen las observaciones opuestas por el Poder Ejecutivo a un
proyecto de ley. La apelación de la Junta debería hacerse dentro de los diez días de la
Eduardo G. Esteva Gallicchio 107
sanción por la Asamblea General. La Junta también podía, por dos tercios de votos,
interponer este recurso cuando un proyecto de ley presentado por la Junta Nacional de
Gobierno hubiese sido rechazado por la Asamblea General o alterado en forma que
conceptuase inaceptable, o cuando no hubiese sido resuelto en el transcurso de dos
períodos legislativos o su tiempo equivalente. En estos casos se preveía al plebiscito
como un medio del que se dotaba al Poder Ejecutivo para lograr que se convirtiesen en
leyes sus proyectos, a pesar de la oposición o la demora de las Cámaras, o para lograr
que no rigiesen aquellas leyes que le habían merecido objeciones.
El artículo 67 preveía otra forma de interponer el recurso del plebiscito,
estableciendo que un quinto de los inscriptos en el Registro Cívico podían interponer
este recurso para dejar sin efecto una ley ya sancionada. La declaración de los
ciudadanos debía presentarse dentro de los sesenta días de la sanción de la ley. Como
consecuencia de la interposición del recurso, quedarían suspendidos los efectos de las
leyes contra las cuales se hubieran interpuesto. El plebiscito, según establecía el artículo
69, debía realizarse después de los treinta días y antes de los sesenta siguientes a la
fecha en que la Junta resolviese requerir o en que los ciudadanos hubiesen presentado la
declaración. Los ciudadanos se pronunciarían por "Si" o por "No", y los resultados del
plebiscito serían publicados encabezándolo con las palabras "El pueblo dispone" y el
texto de lo que hubiera resultado aprobado.
En lo referente a los plebiscitos o referéndums, fue uno de los puntos en torno a
los cuales los debates fueron más intensos y apasionados. Un impugnador del proyecto,
que escribía en el diario "La Nación" de Buenos Aires, sostuvo que "el plebiscito o
referéndum fue en todo tiempo el instrumento del cesarismo y la legalización de la
arbitrariedad", y agregaba: "El sistema plebiscitario no es sólo incompatible con el
sistema representativo; es su negación misma. El régimen del gobierno por delegación
ha nacido, precisamente, de la incapacidad probada de las masas para ejercer el
gobierno directo".
Ante esto, los partidarios del proyecto, en el diario "El Día", a través del cual
BATLLE defendió ardorosamente sus ideas, replicaban que "El sistema plebiscitario no
es la negación del sistema representativo. Es la pieza que le falta. Es su complemento.
¿Que las masas son incapaces para juzgar y adoptar resoluciones acertadas?
Renunciemos entonces a la democracia y a la República fundadas en el gobierno del
pueblo". "No diremos nosotros que los pueblos no se equivoquen, pero sí aseguramos
que si hay quienes tengan derecho a equivocarse sobre lo que les concierne, son ellos
mismos". "También afirmamos que las multitudes, cuando pueden deliberar y expresar
de una manera adecuada su voluntad, se equivocan menos que los individuos. El
pensamiento común no se forma sino por el choque de todos los pensamientos, y hay en
él, por tanto, una gran base de reflexión".
La Sección siguiente, la VIII, se titulaba: "Del Ejecutivo. Su elección,
organización, atribuciones, deberes y prerrogativas", y contenía las modificaciones más
trascendentes o, al menos, más espectaculares, y las que encendieron las mayores
polémicas.
El artículo 72 establecía que "El Poder Ejecutivo sería desempeñado por una
Junta de nueve personas que se denominará Junta Nacional de Gobierno". Sus
integrantes serían designados, dos por la Asamblea General, los que durarían seis años
108 "Historia Constitucional del Uruguay"
en sus cargos; y los siete restantes serían electos directamente por los ciudadanos
inscriptos en el Registro Cívico Nacional y durarían siete años en sus cargos. Cada año
se renovaría uno de estos miembros. La elección se haría por mayoría absoluta o
relativa de votos. La frecuencia de las elecciones que este régimen determinaba, fue
señalado como una ventaja por unos y como un inconveniente por otros. Como una
ventaja, porque se señalaba que establecía un mayor contacto entre los representantes y
los ciudadanos, dándole a éstos una mayor participación. Como un inconveniente, por
quienes consideraban que ello mantenía a la ciudadanía en una permanente agitación
electoral.
Para ser miembros de la Junta Nacional de Gobierno, el artículo 75 establecía
la siguiente condición: "ciudadanía natural con diez años de ejercicio o legal, con
veinticinco años". Se prohibía la reelección por un período, o sea, por un año, y se
establecía que en caso de vacancia se realizaría nueva elección por el período
complementario.
El artículo 98 disponía que por dos tercios de los miembros de la Junta
Nacional de Gobierno y de la Asamblea General, se podrían declarar cesantes a uno o
más miembros de la Junta, cuando así lo reclamase vivamente el interés público. En la
elección de los miembros de la Junta Nacional de Gobierno, actuaría como juez de
elección una Comisión integrada por los restantes miembros de la Junta, por el
Presidente del Senado y sus dos Vices, por el Presidente de la Cámara de
Representantes y el primer Vicepresidente, y por los miembros de la Alta Corte de
Justicia.
El Capítulo III regulaba el régimen de sesiones, las que se realizarían todos los
días, sin perjuicio de las sesiones extraordinarias que pudieran convocarse,
estableciendo que el quórum para sesionar sería de tres de sus miembros, pero que
cuando no estaba presente la mayoría, las resoluciones que se adoptasen no entrarían en
vigencia hasta pasadas las cuarenta y ocho horas, y que en cualquier momento, por
mayoría de miembros de la Junta, podrían revocarse las decisiones aprobadas.
La Junta sería presidida cada año por el último de los miembros electos
popularmente, y a diferencia de lo que establecían los Apuntes publicados en 1913, las
únicas atribuciones propias que tendría el Presidente de la Junta serían presidir las
sesiones, firmar las resoluciones y comunicaciones con el Ministro a que el asunto
correspondiese y con el Secretario las de orden interno; representar a la Junta cuando
ésta la resolviese y convocarla extraordinariamente en los casos graves e imprevistos de
conmoción interior y ataque exterior. La Junta tendría, además, un secretario que sería
nombrado y separado por la mayoría de votos de sus miembros, que refrendaría las
firmas del Presidente y del o de los Ministros, y que ejercería, además, la dirección de
sus Oficinas.
Los artículos 91, 92, 93 y 94 regulaban las atribuciones de la Junta, las que eran
en principio las mismas que la Constitución de 1830 le atribuía al Presidente de la
República, a las que se sumaba, como vimos, la competencia para convocar a plebiscito,
de acuerdo con lo establecido en la Sección VII del proyecto. Se establecían con todo
algunas modificaciones como consecuencia de cambios introducidos en otras partes del
proyecto. Se suprimían aquellas disposiciones que le atribuían al Poder Ejecutivo la
facultad de celebrar concordatos con la Silla Apostólica, ejercer el patronato o retener o
Eduardo G. Esteva Gallicchio 109
conceder el pase a las bulas pontificias, lo que era consecuencia de la separación que se
establecía entre la Iglesia y el Estado, y además se suprimía la prerrogativa que la
Constitución de 1830 le otorgaba al Presidente de la República, de indultar de la pena
capital ya que el proyecto prohibía la pena de muerte.
La Sección IX se titulaba "De los Ministros de Estado", estableciendo el
artículo 99 que "habrá para el despacho, las Secretarías de Estado que la Ley
determinase, desempeñadas por uno o más Ministros que serán nombrados y separados
de sus puestos por mayoría de votos de los miembros de la Junta".
Asimismo, se disminuía la edad requerida para ser Ministro, fijándola en
veinticinco años. La principal novedad de esta Sección figuraba en el artículo 104, que
establecía una serie de atribuciones propias de los Ministros que no existían en la
Constitución de 1830, y que luego fueron recogidas con pequeñas modificaciones en la
Constitución de 1918. De acuerdo a este artículo, serían "atribuciones de los Ministros
en sus respectivas reparticiones y de acuerdo con las leyes y disposiciones de la Junta:
hacer cumplir la Constitución, las leyes y los decretos, preparar y someter a
consideración de la Junta los proyectos de leyes y decretos que consideren
convenientes, ordenar el pago de las deudas del Estado, proponer nombramientos y
destituciones, arreglar los retiros de los empleados, fijar las pensiones que les
correspondan y concederles licencia, vigilar la gestión administrativa e imponer penas
disciplinarias, firmar y comunicar las resoluciones de la Junta y concurrir a las sesiones
de las Cámaras y tomar parte en las deliberaciones", cosa que no estaba expresamente
establecida en la Constitución de 1830.
En cuanto a la situación institucional de los Ministros, no se introducían
modificaciones. De acuerdo a los artículos 100 y 103, los Ministros seguían siendo
"responsables de los decretos u órdenes que firmasen" y no los "salva de res-
ponsabilidad por los delitos especificados en el artículo 23, la orden escrita o verbal de
la Junta".
Si analizamos en su conjunto estas disposiciones relativas al Poder Ejecutivo,
llegaremos a la siguiente conclusión: el proyecto, siguiendo las ideas expuestas por
BATLLE en los Apuntes, modifica sustancialmente la estructura del órgano jerarca del
Poder Ejecutivo ya que en la Constitución de 1830 era unipersonal y en el proyecto
pasaba a ser desempeñado por una Junta de nueve personas. Pero, en cambio, no se
altera ni la posición de los Ministros dentro del Poder Ejecutivo ni las relaciones entre el
Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. El régimen de gobierno que establece el
proyecto en este aspecto, continúa siendo un régimen de tipo cuasipresidencial.
Por lo tanto, no es correcto afirmar, como a veces se ha hecho sobre todo en
algunos libros extranjeros, que el régimen propuesto en este proyecto así como el
recogido en aquellas Constituciones posteriores que establecieron parcial o totalmente
un Ejecutivo colegiado, seguía el modelo suizo, o sea, un gobierno de tipo convencional
o directorial. (Como ustedes recordarán, se denomina gobierno convencional a aquél en
el cual la separación de poderes está muy atenuada y en el que no hay equilibrio entre el
Poder Ejecutivo y el Legislativo, dándose desde el punto de vista jurídico una
predominancia de este último).
110 "Historia Constitucional del Uruguay"
Si comparamos las disposiciones del proyecto con las del sistema de gobierno
suizo, encontramos que:
1º) El proyecto de Constitución trataba de establecer un sistema cuasipresi-
dencial, en el cual se establecía una separación neta de poderes, y se buscaba un
equilibrio entre ellos a través de lo que la doctrina norteamericana denomina "un
sistema de frenos y contrapesos". En cambio, en el sistema suizo la separación está tan
atenuada que casi desaparece, y jurídicamente predomina el Legislativo. (En la práctica,
y desde el punto de vista político, la realidad puede no ser así).
2º) Los miembros del órgano Ejecutivo en el proyecto eran electos directa-
mente por el pueblo. En Suiza, en cambio, los integrantes del Consejo Federal, que es el
órgano ejecutivo, son designados por la Asamblea Federal, que es el órgano legislativo.
3º) La Junta Nacional de Gobierno actuaría según el proyecto con Ministros
que serían sus Secretarios y refrendarían sus resoluciones, siendo además jefes de los
respectivos Departamentos o Carteras. En cambio, en el sistema suizo, cada integrante
del Consejo Federal tiene a su cargo un Departamento Ministerial, no existiendo
Ministros.
Por lo tanto, las semejanzas entre un sistema y otro son, podríamos decir, sólo
exteriores, existiendo, si analizamos ambos sistemas, diferencias fundamentales. Por
más que, según el mismo BATLLE, la idea del Ejecutivo colegiado se le haya planteado
el estar en contacto con la realidad suiza.
La Sección X de la Constitución titulada "Del Poder Judicial, sus diferentes
Tribunales y Juzgados y de la Administración de Justicia", no sufría modificaciones
permaneciendo incambiada con respecto a la Constitución de 1830.
En cambio, en la Sección XI, titulada "Del Gobierno y administración interior
de los departamentos", casi podría decirse que lo único que permanecía igual era el
título. En su contenido se encuentra una de las principales modificaciones del proyecto.
El artículo 133 establece que en cada departamento habrá una Asamblea
Representativa, una Junta Departamental de Gobierno y un Jefe de Policía. Estos
órganos se integrarían de la siguiente manera.
En primer lugar, las Asambleas Representativas serían órganos numerosos, lo
que para unos era una virtud y para otros un inconveniente. Sus miembros serían electos
directamente por los ciudadanos inscriptos en el Departamento. El número de
integrantes de las Asambleas Representativas se fijaba a razón de uno por cada
trescientos habitantes. En aquellos Departamentos que tuviesen más de treinta mil
habitantes, se agregaría uno por cada quinientos habitantes que sobrepasasen esa cifra, y
en Montevideo se agregaría uno por cada mil. Los cargos de miembros de las
Asambleas Representativas serían honorarios.
En segundo término y en cuanto a las Juntas Departamentales de Gobierno, el
artículo 142 establecía que estarían integradas por siete miembros, cinco de los cuales
serían elegidos por la Asamblea Representativa Departamental y los dos restantes serían
designados por la Junta Nacional de Gobierno. Para ser miembro de las Juntas
Departamentales se requerían veinticinco años de edad, ciudadanía en ejercicio y ser
hijo del departamento o vecino con dos años de residencia.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 111
El tercer órgano era la Jefatura de Policía, estableciendo el artículo 151 que "en
cada Departamento, uno de los miembros de la Junta Departamental designado por la
Junta Nacional de Gobierno, sería encargado por ésta de la jefatura de la policía".
En cuanto a las atribuciones de estos órganos, se establecía que a las
Asambleas Representativas Departamentales, dentro de su departamento y en cuanto no
se opusiese a la Constitución y a las leyes, le correspondía decretar impuestos salvo los
de aduana a los artículos de producción nacional, decretar los presupuestos sin
excederse de los recursos de que se dispusiesen, decretar todas las medidas que
requiriese el interés público, acusar y separar de sus cargos a los miembros de la Junta
Departamental que ella hubiese designado y a sus propios miembros por tres cuartos de
votos cuando hubiese mérito para ello, y acusar ante la Junta Nacional de Gobierno a los
miembros de la Junta Departamental designada por aquélla.
En cuanto a la contratación de empréstitos, se establecía que no podrían
hacerlo sin que previamente y en cada caso fuesen autorizados a ello por ley. Era esta
una de las pocas limitaciones que se establecían en el proyecto, ya que éste les concedía
a los Gobiernos Departamentales una amplia autonomía en materia financiera.
En segundo término y en cuanto a las Juntas Departamentales de Gobierno que
constituían los órganos ejecutivos departamentales, les competía, de acuerdo al artículo
147, "cumplir y hacer cumplir la Constitución, las leyes y resoluciones de la Asamblea
Departamental, cuidar de los intereses públicos y de su fomento, ejercer la
superintendencia de las oficinas públicas no pertenecientes a la administración nacional
o a la Policía; nombrar sus empleados, establecer su disciplina, suspenderlos en el
ejercicio de sus funciones sin goce de sueldo por períodos que en su conjunto no pasen
de dos meses" y destituirlos en caso de ineptitud, omisión grave o delito, por
unanimidad de votos o habiendo simplemente mayoría, con la venia del Senado,
presentar proyectos de resolución, y hacer observaciones a los que la Asamblea
Departamental sancionase dentro de los diez días de su aprobación.
La Asamblea Departamental podría dejar sin efecto las observaciones por dos
tercios de votos.
El proyecto establecía una amplia descentralización en favor de los Gobiernos
Departamentales, surgiendo así, junto a la administración general de la República, cuya
jefatura correspondía —según el proyecto— a la Junta Nacional de Gobierno,
diecinueve administraciones departamentales.
Con respecto a estas administraciones departamentales, la Junta Nacional de
Gobierno conservaba los siguientes poderes de contralor de acuerdo a lo que disponía el
artículo 150 del proyecto. "Cada Junta Departamental debería suministrar a la Junta
Nacional de Gobierno todos los informes que ésta les solicitase sobre su gestión", y
además la Junta Nacional de Gobierno "podrá, con la previa autorización de la
Asamblea General, destituir a los miembros designados por la Asamblea
Departamental, intervenir en sus actos y revocarlos o modificarlos a fin de que se
cumplan las leyes", con lo que se establecía un mecanismo a través del cual la Junta
Nacional de Gobierno ejercía un contralor de legalidad con respecto a los actos de las
Juntas Departamentales de Gobierno.
112 "Historia Constitucional del Uruguay"
1
En el suplemento especial que editó el Diario "El Día" el 21-V-1981 se indican
como integrantes de dicha Comisión a Domingo ARENA, Baltasar BRUM, J. A. BUERO y
Ricardo ARECO por los colorados y a Martín C. MARTÍNEZ, Carlos A. BERRO,
Alejandro GALLINAL y Leonel AGUIRRE por los nacionalistas.
En "La Semana" de "El Día" de 17-VII-1981 se señala como integrante de esa
Comisión a Ricardo COSIO en vez de R. ARECO.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 113
cargo formular las bases en torno a las cuales la Convención Nacional Constituyente a
través de su Comisión respectiva, redactó el proyecto de la Constitución. Dicho pro-
yecto fue aprobado por la Convención el 15 de octubre de 1917 y sometido a plebiscito
el 25 de noviembre de 1917. El resultado afirmativo del plebiscito fue promulgado el
día 3 de enero de 1918, disponiendo el texto de la Constitución aprobada que ésta
entraría en vigencia el 1º de marzo de 1919.*
dispone: "El Poder Judicial, por intermedio de la Alta Corte, deberá en todos los casos
en que declare inaplicables, por inconstitucionalidad o ilegalidad, leyes o decretos,
remitir copia de éstos, con los fundamentos de sus fallos, a la Comisión Parlamentaria
por intermedio de la Asamblea General sobre la inaplicabilidad declarada por el Poder
Judicial. La Asamblea hará en tales casos respecto de las leyes, declaración expresa
ratificándolas o derogándolas. En cuanto a los decretos, los pasará al Poder Ejecutivo
con los dictámenes y las advertencias que el artículo 46 atribuye a la Comisión
Parlamentaria.
"Todo ello sin perjuicio de la facultad privativa del Poder Judicial de declarar
inaplicables así los reglamentos contrarios a las leyes, como las leyes que estén en
oposición a la Constitución y derechos que ella garante.
"Para que pueda hacerse esa declaración es necesario, que se reúnan las
condiciones siguientes:
a) Que la cuestión sea planteada durante un juicio.
b) Que constituya una cuestión prejudicial.
c) Que la declaración, que jamás hará jurisprudencia, se funde en la intención
claramente expresada en los términos de la Constitución, comprendidos en su sentido
general y obvio, o en la historia fidedigna de su sanción"; también el establecimiento de
Municipalidades autónomas; etcétera.
- El Proyecto de Enrique AZAROLA, presentado a efectos de cumplir con la
exigencia reglamentaria por Antonio María RODRÍGUEZ, que caracterizaba a la Nación
uruguaya como constituida por la asociación de sus habitantes; hacía radicar la
soberanía en el pueblo; definía al sufragio como función pública; descartaba la
existencia de ley alguna que confiriera a los Poderes Públicos facultades
extraordinarias; reestructuraba el capítulo titulado "De la ciudadanía"; hacía residir el
Poder Legislativo en un Congreso Nacional bicameral; reorganizaba las Cámaras de
Senadores y de Representantes; establecía una "Diputación"permanente; preveía un
Poder Ejecutivo ejercido por el Presidente de la República por cinco años, el que era
elegido por una Asamblea de electores; la existencia de un Vicepresidente de la
República elegido en la misma forma que el Presidente; los Ministros —que serían
solidariamente responsables ante las Cámaras de la política general del Gobierno—
reunidos con el Presidente de la República formarían el Consejo de Ministros; la
dirección superior de la administración civil en cada uno de los Departamentos se
confiaba a un Prefecto como representante inmediato del Poder Ejecutivo; habría una
Municipalidad autónoma presidida por un Regidor, situándose el número de sus
miembros entre ocho y doce, siendo electos directamente por el pueblo; existirían
Concejos Comunales en las villas o pueblos cabecera de distrito; se formulaba una
declaración de principios y se proclamaban las garantías individuales (por ejemplo: los
jueces no aplicarán las leyes inconstitucionales o que desconozcan o contraríen las
prescripciones de la Constitución; los derechos de asociación y de reunirse
pacíficamente y sin armas; la no taxatividad de las declaraciones de principios y
garantías de los derechos individuales, etcétera); para la reforma de la Constitución, que
sería posible una vez transcurridos treinta años contados desde el día de su
Eduardo G. Esteva Gallicchio 117
Militar; declaraba que la propiedad del subsuelo pertenece a la Nación, la que no podrá
enajenarlo, etcétera. Se advierte, pues la filiación socialista de este proyecto.
- El de Horacio JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA, denominaba al Estado República de
Montevideo; reglamentaba minuciosamente el instituto del juicio político, rees-
tructuraba a la Comisión Permanente siguiendo los lineamientos del proyecto de Justino
E. JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA; el Poder Ejecutivo sería desempeñado por una sola persona,
el Presidente de la República de Montevideo, electo popularmente en forma directa; los
Ministros de conciben como Secretarios del Presidente de la República; se preveía un
Consejo de Estado compuesto de 7 miembros designado por ambas Cámaras, como
titular del Poder Administrador; regulaba la declaración de inaplicabilidad de las leyes
inconstitucionales, "en juicio", a petición de parte, y la sentencia será siempre tal que
sólo se ocupe de individuos particulares, limitándose a protegerlos y ampararlos en el
caso especial sobre que verse el juicio, sin hacer ninguna declaración general respecto
de la ley"; institucionalizaba Concejos Municipales e Intendencias; incluye la no
taxatividad de la enumeración de derechos y garantías hecha por la Constitución, la
obligatoriedad de la enseñanza primaria; prevé como competencia exclusiva del Poder
Legislativo "interpretar o explicar por vía de autoridad y con carácter generalmente
obligatorio, la presente Constitución"; en materia de reforma constitucional, se combi-
nan las fórmulas de 1830 y 1912.
- El Proyecto de Juan M. LAGO, bajo el título "Del Electorado" preveía la
existencia de una Suprema Corte Electoral, un Fiscal de Corte, Juntas Electorales a
razón de una por cada Departamento y Comisiones o Juntas de Distrito.
- Los Constituyentes Amaro J. CÚNEO, Rómulo MUÑOZ ZEBALLOS, Juan José
SEGUNDO, Doroteo R. NAVARRETE y Dionisio CORONEL, presentaron un proyecto que
expresaba: "Toda persona podrá defenderse y ejercitar en juicios sus acciones propias,
sin necesidad de firma de letrado".
- El Proyecto de Julián QUINTANA preveía en términos semejantes al de la
Comisión de Constituyentes Nacionalistas que todo ciudadano está obligado a la
defensa de la Patria y de la Constitución, agregando "el Ejército es una institución
nacional, y, como consecuencia, todos los ciudadanos hábiles están obligados a prestar
servicio en el mismo, en la forma y por el tiempo que determine la ley", precisando que
la integración del Ejército deberá realizarse por medio de la conscripción, debiendo
dictarse dentro del año siguiente a la aprobación de la Constitución, la ley que
normalice el servicio militar obligatorio, para el Ejército de tierra, haciéndose extensivo
para la Marina cuando las circunstancias lo requieran.
- El Proyecto de Fernando GUTIÉRREZ y Rómulo MUÑOZ ZEBALLOS expresa
que el Poder Ejecutivo ejercerá la facultad que le confieren los artículos 79, 80 y 81
inciso final de la Constitución de 1830, en los casos de guerra civil, de acuerdo con el
Derecho de Gentes y con los principios de Humanidad, en la forma que éstos hayan sido
consagrados en los congresos mundiales que legislen o hubieren legislado sobre usos y
costumbres de la guerra. Hace referencia, pues, a las Convenciones de La Haya sobre
Derecho Humanitario, por ejemplo, de 1907.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 119
pasivo en materia nacional o municipal o en ambas a la vez, podrá ser hecho por
mayoría de dos tercios del total de componentes de cada Cámara, solución
efectivamente adoptada por ley de 1932.
Si continuamos con el artículo 9º, advertimos que incluye como ordinal 4 a la
"representación proporcional integral" como base del sufragio.
La representación proporcional es, según la doctrina universal, un sistema
electoral y no una base o principio de organización del sufragio. Pero el sistema de
representación proporcional —producto del pacto político que dio base a esta Carta—,
tiene excepciones porque si de acuerdo con el artículo 26 la Cámara de Senadores se
compone de tantos miembros cuantos sean los Departamentos del territorio de la
República a razón de uno por cada Departamento, no puede pensarse a su respecto en
ese sistema, que para el lector inadvertido de la Constitución sería el generalmente
aplicable. Y si se lee el artículo 82, se advierte que para la distribución de cargos en el
Consejo Nacional de Administración se aplica como sistema electoral, el de
representación empírica de minoría —de mayoría con minoría, por solución de lista
incompleta—, que obviamente no es de representación proporcional, y lo mismo
correspondería señalar para el caso de elección del Presidente de la República. Sin
olvidar que de acuerdo con la Sección XI, la forma de la elección de los miembros de las
Asambleas Representativas y la representación de los partidos en los Concejos de Ad-
ministración Departamental, serán fijados por ley ordinaria.
Estas imperfecciones técnicas se reiteraron en los mismos términos en las
diversas Constituciones formales uruguayas posteriores, que no han sido objeto de
revisión desde esa perspectiva, a pesar de la posición afirmada desde esta Cátedra,
especialmente por Justino JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA nieto.
La organización del Poder Legislativo presenta una estructura que también va
señalando la configuración del edicto perpetuo constitucional uruguayo a través de sus
cuatro órganos principales. En el Estatuto de los Legisladores subsisten incambiadas las
normas relativas a incompatibilidades, irresponsabilidad, inviolabilidad, juicio político,
disciplina y remoción e imposibilidad de reelección inmediata de los Senadores.
Se innova, en cambio, respecto de las condiciones de elegibilidad de los
soportes de las Cámaras, porque los artículos 22 y 29 de la Carta de 1918 comparados
con los concordantes de la de 1830, sólo suponen la supresión de los requisitos
censatarios. Las condiciones o causales de inelegibilidad que prevén para ambas
Cámaras los artículos 24 y 30, implican el surgimiento de causal para los Jefes de
Policía, Jueces y Fiscales Letrados en los Departamentos en que desempeñan sus
funciones, y los militares en la región en que tengan mando de fuerza o ejerzan alguna
función militar, salvo que renuncien con seis meses de anticipación al acto electoral.
Las prohibiciones se incrementan y se añade por el inciso segundo del artículo
23 y artículo 30, que no pueden ser representantes los empleados militares o los civiles
en situación de dependencia respecto de los Poderes Ejecutivo o Judicial, por servicio a
sueldo, a excepción de los retirados o jubilados, todo esto como en 1830, pero los
militares que renuncien al cargo y al sueldo para ingresar al Cuerpo Legislativo,
conservarán el grado, pero durante el tiempo en que ejerzan el cargo no podrán ser
146 "Historia Constitucional del Uruguay"
por los dos tercios de sus miembros. Lógicamente resultaba necesario el ordinal 19 del
artículo 18 para los supuestos de conflictos.
La Constitución de 1918 consagra un Poder Ejecutivo al que se le ha
denominado bicéfalo en virtud de la existencia de dos órganos jerarcas: la Presidencia
de la República y el Consejo Nacional de Administración.
El Presidente de la República, de conformidad con lo dispuesto por el artículo
71 —y a diferencia de lo preceptuado por la Constitución de 1830—, es electo directa-
mente por el Cuerpo electoral mediante un sistema mayoritario simple, pero con
aplicación del llamado "doble voto simultáneo", esto es, por partido y por candidato.
Las calidades necesarias para ser Presidente de la República son las mismas
que se exigen a los Senadores, pero se requiere indispensablemente la ciudadanía
natural. El período presidencial se fija en cuatro años, se prohíbe la reelección sin que
medien ocho años entre su cese y la ulterior reelección. En los casos en que se produzca
alguno de los supuestos previstos por el artículo 75, el sustituto del Presidente de la
República interino es un miembro del Consejo Nacional de Administración, designado
por éste, que quedará en el ínterin suspendido en el ejercicio de sus funciones como
Consejero. En los casos en que la vacancia sea definitiva, es de aplicación el artículo 76
y se debe convocar a la Asamblea General para que designe, por mayoría absoluta de
votos, a la persona que debe desempeñarla hasta el 1º de marzo siguiente a las más
próximas elecciones de miembros del Consejo Nacional de Administración.
El órgano constitucional de control —según la Carta, juez— de la elección de
Presidente de la República, es el Senado.
El estatuto jurídico del Presidente de la República se complementa mediante
análogas previsiones, en cuanto a su carácter de sujeto pasible de juicio político y de
juicio de residencia, —el término se reduce de un año a seis meses—, que las que
halláramos en la Constitución de 1830. Sin embargo, como innovación, la oración final
del artículo 81 prevé que cuando la acusación formulada por la Cámara de
Representantes reúna dos tercios de votos, el Presidente quedará suspendido en el
ejercicio de sus funciones.
La competencia del órgano Presidencia de la República resulta, en lo
sustancial, de los diversos ordinales del artículo 79 y del artículo 80 in fine. Algunos
autores estiman que en base a las previsiones del artículo 79 el Presidente de la
República es el Jefe de Estado. A vía de ejemplo: le compete la representación del
Estado en el interior y en el exterior; el mando superior de todas las fuerzas de mar y
tierra; la designación y cese de los Ministros que actuarán en las tres Carteras
directamente dependientes de la Presidencia de la República: Relaciones Exteriores,
Guerra y Marina, e Interior; es el órgano que mantiene en lo sustancial las relaciones del
sistema orgánico ejecutivo con el Poder Legislativo configurando lo que será el germen
de ulteriores conflictos con el Consejo Nacional de Administración. Este artículo le
hace competente para tomar Medidas Prontas de Seguridad; la conservación del orden y
la tranquilidad en lo interior y la seguridad en lo exterior; designar a los Jefes de Policía,
pero seleccionados de ternas propuestas por el Consejo Nacional de Administración
para cada caso etcétera.
148 "Historia Constitucional del Uruguay"
integran, adoptada por mayoría especial de dos tercios de votos. Según este artículo, que
también regula otro tema, los Consejeros tampoco podrán individualmente dar órdenes
de ningún género.
La competencia del órgano ejecutivo jerarca pluripersonal nos muestra, por
una parte, atribuciones a las que podríamos calificar como particulares. Es el caso de la
prevista por el artículo 95, en virtud de la cual el Consejo Nacional de Administración
es competente para expedir el reglamento por el que se gobernará interiormente.
Otras normas prevén diversos aspectos de la competencia del Consejo
Nacional de Administración que aparecen como exclusivas de él. Uno de los artículos
básicos es el 97, que comienza con una fórmula atributiva de competencia, a la que se
podría calificar de negativa, porque le competen "todos los cometidos de administración
que expresamente no se hayan reservado para el Presidente de la República o para otro
Poder". Se trata de una fórmula de atribución residual de competencia. Y a partir de esa
noción —residual y genérica—, se formula una individualización "tales como"
—siguiendo la enumeración— "los relativos a instrucción pública, obras públicas,
trabajo, industrias y hacienda, asistencia e higiene". Lo que nos va dando el artículo 97
es un anticipo de la competencia, por razón de la materia de los Ministerios
dependientes del Consejo Nacional de Administración.
Y continúa: "dar cuenta instruida a la Asamblea General de la recaudación de
las rentas y de su inversión en el último año; preparar anualmente el Presupuesto
General de Gastos; dictar las providencias necesarias para que las elecciones se realicen
en el tiempo que se señala en la Constitución y para que se observe en ellas lo que
disponga la ley electoral". Pero el Consejo no puede "por motivo alguno suspender
elecciones ni variar sus épocas, sin que previamente lo resuelva ..." el órgano de
preeminencia institucional, que es la Asamblea General.
Para ese elenco o catálogo de materias integrantes de la competencia del
Consejo, se le atribuyen paralelamente las facultades y deberes que tiene el Presidente
de la República, por los ordinales 5 al 12 del artículo 79, aunque esto, obviamente,
según el texto de la Constitución, con las limitaciones que en dichos ordinales se
establecen.
Así llegamos a uno de los artículos de mayor importancia de la Constitución en
examen. Se trata del artículo 100, que implica la recepción, por vez primera en una
norma constitucional formal uruguaya, de la descentralización autonómica por
servicios.
La Constitución de 1830 no previó a texto expreso esta solución, lo cual
resultaba razonable para la época de su elaboración. Sin embargo, sobre el final del
siglo XIX fueron creados Entes Autónomos por actos jurídicos con forma de ley
ordinaria; a vía de ejemplo, el Banco de la República Oriental del Uruguay.
En doctrina, las opiniones al respecto estuvieron divididas. Algunos autores
estimaron que dicha creación por ley era inconstitucional —en virtud de lo dispuesto
por el artículo 79 de la Constitución de 1830—; otros consideraron que se trataba
simplemente de un desarrollo que la Constitución no prohibía y que resultaba admisible
con un método histórico de interpretación de la Carta de 1830; otros todavía sostuvieron
que no se podía pensar en la constitucionalidad o en la inconstitucionalidad, sino que
150 "Historia Constitucional del Uruguay"
Otros órganos, dentro del sistema orgánico Ejecutivo, son los Ministerios de
Estado, que aparecen como Secretarías según la fórmula literal del artículo 115, órganos
ora dependientes de la Presidencia de la República, ora del Consejo Nacional de
Administración. El Consejo Nacional requiere, para designar y cesar a sus Ministros, la
mayoría de votos de sus miembros. En este orden, y además de las peculiaridades de la
institución ministerial señaladas al hacer referencia al sistema de gobierno adoptado,
corresponde reiterar especialmente la atribución de competencias propias en régimen de
desconcentración a los Ministerios respecto del Poder Ejecutivo.
La Carta de 1918, efectúa, pues, una evidente división en el ámbito de máximo
nivel dentro del sistema orgánico ejecutivo, pero todavía utiliza el expediente técnico de
la desconcentración para incrementar el juego de recíprocos frenos entre los órganos
integrantes de este sistema orgánico, fórmula que se añade a la tradicional —que ya se
hallara en 1830— respecto de la separación de poderes, y producto, en definitiva, de
aspectos contenidos en el pacto político en que se apoyó la Constitución norma jurídica.
A nivel del Poder Judicial, el artículo 115 mantiene el esquema que en-
contramos en la Constitución de 1830. Una Alta Corte de Justicia, los Tribunales de
Apelación y Juzgados de Instancia. Los Juzgados de Paz aparecen con idéntica
competencia que en 1830. En la estructuración de la Alta Corte de Justicia encontramos
escasas innovaciones: en el artículo 117 se eliminan las referencias a los miembros
letrados y no letrados; se exige ahora, para ser miembro de la Corte, diez años de
ejercicio de la profesión de Abogado u ocho de Magistrado. En el artículo 118 se
suprime el miembro de oración configurador de la inamovilidad de los miembros del
máximo órgano judicial porque desaparece la redacción que decía: "Durarán en sus
cargos todo el tiempo de su buena comportación". En forma obviamente necesaria, en
virtud de la institucionalización de un Estado no confesional, la Alta Corte de Justicia
dejará de ser competente en los recursos de fuerza; y en la expedición de dictámenes
sobre admisión o retención de bulas o breves pontificios. El artículo que conforma la
competencia constitucional de la Alta Corte reitera a la letra la fórmula de 1830: se trata
del artículo 119.
El Gobierno y la Administración local, de acuerdo con el artículo 130 de la
Constitución de 1918, serán ejercidos por una Asamblea Representativa y por uno o
más Concejos de Administración autónomos. Ambos órganos se integrarán con
miembros elegidos por el cuerpo electoral, con aplicación de las normas
constitucionales referentes a la estructuración del sufragio.
Se innova, pues, en un doble aspecto: por un lado, en cuanto se prevén dos
órganos —necesarios— en el ámbito del Gobierno y Administración local, siendo
ambos pluripersonales. El segundo aspecto es la caracterización, por la norma
constitucional, de uno de esos órganos como "autónomo". Se constitucionaliza, pues, un
determinado grado de descentralización en lo territorial, aun cuando obviamente el
Estado continúe siendo unitario.
Los detalles referentes a la organización de estos órganos quedan confiados a
la ley, sin perjuicio de que por norma constitucional se establezcan determinadas bases
al respecto. A vía de ejemplo, el artículo 131, que establece que el Concejo de
Administración estará integrado por no menos de tres y por no más de siete miembros.
La ley ordinaria tiene a su cargo regular, entre otros aspectos, el término de actuación de
152 "Historia Constitucional del Uruguay"
las Asambleas Representativas, las calidades necesarias para ser elegibles, la forma y
fecha de elección, su competencia, los recursos que quepan contra sus decisiones y la
representación de los partidos en los Concejos de Administración. Los miembros de las
Asambleas Representativas no percibirán remuneración; serán —según los términos de
la Constitución— "cargos honorarios".
Otros aspectos de la competencia de estos órganos de Gobierno y Admi-
nistración local, están previstos por la norma constitucional. A vía de ejemplo: como
innovación de importancia respecto de la Constitución de 1830, el artículo 133 ordena a
la ley reconocer a las Asambleas Representativas la facultad de crear impuestos, con
determinadas excepciones: no podrá gravarse el tránsito, ni crearse impuestos
interdepartamentales a los artículos de producción nacional.
Esta norma contenida en el artículo 133 de la Carta, generará durante la
vigencia de la Constitución de 1918 importantes críticas, en el sentido que ella posibilita
la ruptura de la unidad en materia impositiva dentro del Estado unitario. Resulta de
interés, por lo demás, en cuanto configura un primer estadio de una evolución que
presentará oscilaciones a través de las diversas Cartas constitucionales formales
uruguayas.
Asimismo se prevé que las decisiones de las Asambleas Representativas
creando o modificando impuestos, podrán ser apeladas ante el Poder Legislativo por un
tercio de los miembros de la Asamblea Representativa, por la mayoría del Concejo de
Administración Departamental, por el Consejo Nacional de Administración o por 300
ciudadanos inscriptos.
En cuanto a los Concejos de Administración, tendrán los deberes y atri-
buciones que les asignen las leyes; serán competentes para destituir a los funcionarios
municipales por causal "ineptitud, omisión o delito" y con acuerdo de la Asamblea
Representativa.
El artículo 143 encabeza el Capítulo II de la Sección XI titulada "Del Gobierno
y Administración local" y se refiere a los ahora denominados Jefes de Policía. Habrá
uno por Departamento, el que será designado en la forma que ya examináramos al hacer
referencia a las competencias de la Presidencia de la República y del Consejo Nacional
de la Administración. Mientras que el artículo 145 aclara que las policías dependerán
directamente del Presidente de la República y sus presupuestos formarán parte del
Presupuesto General de Gastos. Esta es una norma que en su primera parte tendrá
importancia en la crisis institucional, hacia el año 1933.
En materia de Derechos y Garantías, la Constitución de 1918 conservó la
solución estructural adoptada por la de 1830 de incluir las normas respectivas sobre el
final de la Constitución. Entre las innovaciones de mayor importancia destaco las
siguientes:
1º) La ampliación de la titularidad de algunos de los derechos y libertades al
sustituirse el vocablo "ciudadanos" en varias disposiciones.
2º) El artículo 163, cuya primera oración establece que a nadie se le aplicará la
pena de muerte, por lo que el derecho a la vida pasa a ser, desde ese momento, en el
Uruguay, por norma de rango constitucional —ya se había prohibido la pena de muerte
Eduardo G. Esteva Gallicchio 153
por ley ordinaria 3.238 de 1907— un derecho de los calificados por la doctrina como
"absolutos".
3º) La constitucionalización, por el artículo 156, de la garantía denominada
"recurso de hábeas corpus".
4º) La inclusión, por vez primera en el acto constitucional formal —aun
cuando reconozca antecedentes en proyectos vernáculos— del artículo 173, que
determina la no taxatividad de la enumeración de Derechos y Garantías hecha por la
Constitución, por cuanto preceptúa que la enumeración constitucional no importa la
exclusión de aquéllos que son inherentes a la personalidad humano o se derivan de la
forma republicana de gobierno.
En materia de reforma constitucional, el Capítulo IV de la Sección XIII prevé
la posibilidad de revisión total o parcial de la Constitución, mediando una iniciativa
formulada en cualquiera de las Cámaras, planteándose de inmediato las enmiendas que
requerirán, para su aprobación, el voto conforme de los dos tercios del total de
miembros de que se componga cada una, y haciéndose aplicación de las reglas
establecidas para la elaboración de las leyes. El Consejo Nacional de Administración,
en conocimiento de la aprobación, debe, en el decreto de convocatoria a elecciones,
hacer la pertinente publicación, quedando sujetas a ratificación de la siguiente
Legislatura. Se requieren también en esta segunda Legislatura, los dos tercios de votos
del total de los miembros de que se compone cada Cámara.
Este procedimiento de reforma constitucional, que permite caracterizar a la
Constitución como rígida, será uno de los puntos centrales del debate constitucional que
se desarrollará, especialmente, a partir de 1932.
Por último, la Constitución, bajo el título "Disposiciones Transitorias",
incorpora una categoría o un tipo de normas que hallaremos también en los actos
constitucionales formales posteriores. Se trata, obviamente, de normas constitucionales,
aun cuando se refieran, por ejemplo, a la entrada en vigor de la Constitución, a la
celebración de elecciones, a la forma de designación del Presidente de la República para
el período 1919-1923 —designado por la Asamblea General por votación nominal a
pluralidad absoluta de sufragios—, a la elección de los miembros del Consejo Nacional
de Administración para el período 1919-1925, también electos por la Asamblea
General; a la facultad conferida a las autoridades directivas del partido al que
corresponda la minoría del Consejo para vetar la elección de dos candidatos titulares y
suplentes proclamados por los legisladores de la mayoría, y la misma facultad para las
autoridades directivas del partido de la mayoría con respecto a un candidato titular y
otro suplente proclamados por los legisladores de la minoría. Se advierte sin mayor
esfuerzo que algunas Disposiciones Transitorias reflejan el pacto político que dio base
fáctica a esta Constitución en cuanto implícitamente procuran impedir o dificultar una
inmediata tercera Presidencia de José BATLLE Y ORDÓÑEZ.
Por Ley 8902, de 27 de octubre de 1932, se hace aplicación, por única vez, del
Capítulo IV de la Sección III de la Constitución de 1918, y se reforma su artículo 27.
Desde entonces, la elección de los miembros de la Cámara de Senadores se hará
directamente por el pueblo, a mayoría simple de votantes, mediante el sistema del doble
voto simultáneo y con las garantías constitucionales del sufragio. Cuando se
perfecciona este cuarto acto constitucional formal uruguayo ya se encuentran en
gestación varios de los aspectos que generarán la crisis constitucional. A vía de ejemplo:
corresponde destacar, en primer término, la situación imperante en el Partido Colorado,
originalmente, y luego en el Partido Nacional.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 155
La Constitución de 1918, producto del Pacto de los Ocho, requería como obvio
presupuesto, según la opinión de la mejor doctrina uruguaya —el caso del segundo y el
tercero de los ARÉCHAGA— un funcionamiento de por lo menos dos partidos
mayoritarios, caracterizado por la unidad. Sin embargo los dos Partidos mayoritarios se
encuentran fraccionados, a tal extremo que se requieren pactos previos a los actos
electorales, los que luego generan alteraciones de mayorías respecto de lo previsible, en
el funcionamiento del Consejo Nacional de Administración.
Esa situación en el ámbito de los Partidos, es, probablemente, una de las
explicaciones que se encuentran para la celebración, en octubre de 1931, del pacto
conocido en la jerga política nacional como "Pacto del chinchulín", pacto éste
imprescindible para la aprobación de la Ley 8774, de creación de la Administración
Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland, y que se exteriorizará en leyes como la
Nº 8765, de 15 de octubre de 1931, de reorganización de los Entes Autónomos. A vía de
ejemplo: el artículo 1º de esta ley dispone que a los sesenta días de la promulgación de
la misma cesarán en sus cargos todos los miembros —incluso los miembros natos—, de
los Directorios de los siguientes entes del Estado, prorrogándose por ese término los
mandatos que hayan vencido antes de esa fecha: Banco Hipotecario del Uruguay,
Administración Nacional de Puertos de Montevideo, Usinas y Teléfonos del Estado,
Correos, Telégrafos y Teléfonos, la Enseñanza Primaria y Normal, Asistencia Pública
Nacional, Ferrocarriles y Tranvías del Estado, Departamento de Higiene. El artículo 2º,
por su parte, dispone que se procederá de inmediato a una nueva designación de
miembros por el Consejo Nacional de Administración, estableciendo cuáles de los
miembros durarán en sus funciones hasta el 1º de marzo de 1933, cuáles hasta el 1º de
marzo de 1935 y cuáles hasta el 1º de marzo de 1937. Las renovaciones sucesivas se
verificarán en el mismo orden, debiendo todos los miembros designados permanecer
seis años en el ejercicio de sus funciones. En lo sucesivo, de acuerdo con el artículo 3º,
los Directorios de los entes autónomos a que se refiere esta ley, estarán constituidos por
siete miembros. Y el artículo 5º —sin precedentes— dispone que en la designación del
personal de trabajo y de servicio de los entes autónomos, se aplicará el principio de la
representación proporcional, debiendo realizarse la distribución conforme a los
cómputos de la elección de miembros del Consejo Nacional de Administración más
cercana a la fecha de los nombramientos. Para los nombramientos que se efectúen antes
de diciembre del año 1932, podrán tomarse en cuenta, para alcanzar la
proporcionalidad, los lemas de Partidos que no habiendo concurrido a la última elección
de Consejeros Nacionales tengan representación en la Cámara de Representantes. Una
vez determinada la proporcionalidad, los miembros pertenecientes a un Partido tendrán
derecho a proponer por mayoría los candidatos que merezcan su confianza, debiendo,
156 "Historia Constitucional del Uruguay"
Este proyecto introducía innovaciones respecto del voto que pasaría a ser
obligatorio, hacía de la Asamblea General el órgano competente para designar a los
miembros de los Consejos o Directorios de los Entes Autónomos y del Tribunal de
Cuentas; fijaba el mandato de los Senadores en cuatro años; preveía que en los casos de
llamado a Sala de los Ministros, pedidos de datos e informes por los legisladores y
actuación de comisiones parlamentarias de investigación, cualquiera de las Cámaras
podría formular "recomendaciones"; suprimía la iniciativa privativa sobre impuestos
confiada a la Cámara de Representantes; suprimía el Consejo Nacional de
Administración; preveía Ministros políticamente responsables y un primer Ministro (el
ciudadano a quien el Presidente de la República hubiere confiado la formación del
Gabinete); regulaba minuciosamente "la cuestión de confianza" y "la apelación del
Presidente al Pueblo" como institutos de gobierno neoparlamentario; preveía la
competencia de la Alta Corte de Justicia para designar Fiscales Departamentales,
etcétera y para conocer de los reclamos formulados por los municipios "en defensa de la
autonomía"; abolía la jurisdicción militar para los delitos comunes; organizaba el
Gobierno y Administración interior de los Departamentos en base a una Intendencia y
un Concejo Deliberante; instituía en lo Departamental, el recurso de apelación ante la
Cámara de Senadores contra los decretos y resoluciones del Concejo Deliberante
contrarios a la Constitución, a la ley o a los reglamentos, también el recurso de
referéndum contra decretos sobre impuestos y la iniciativa popular del 25% de los
inscriptos en el Registro Cívico Departamental; organizaba Policías municipales y
Policía nacional; instituía un Tribunal de Cuentas y determinaba sus cometidos; e
incluía múltiples reformas de carácter social y general. Este es el proyecto que se
elabora en virtud de una asamblea herrerista realizada en el Teatro Albéniz por
delegados nacionalistas de todo el país. De allí que a este proyecto se le conozca como
"Proyecto del Albéniz".
En 1932 encontramos otros proyectos: por ejemplo, el del sector riverista del
Partido Colorado. Suprimía la tercera oración del artículo 5º de la Constitución de 1918;
suprimía la Comisión Permanente y el Consejo Nacional de Administración; creaba un
Tribunal Administrativo y Subsecretarías de Estado, instituía un sistema básicamente
parlamentario, confiaba el Gobierno y Administración locales a un Intendente y una
Junta; suprimía las Disposiciones Transitorias; etcétera.
El proyecto de José ESPALTER (Radical) creaba el Consejo de Ministros,
compuesto por un Presidente del Consejo que podría tener o no el desempeño de una
Cartera; hacía del Presidente de la República un Jefe de Estado competente para:
designar al Presidente del Consejo previas las consultas del caso para asegurarse que
cuenta con la adhesión de la Asamblea General, aceptar los candidatos a Ministros que
el Presidente del Consejo le proponga y convocar a plebiscito popular en caso de
conflicto de orientación política entre el Ejecutivo y el Legislativo que de ser
desfavorable implicaba la revocación del Presidente de la República; confiaba al
Consejo de Ministros todas las atribuciones ejecutivas y de administración que la
Constitución de 1918 asignaba al Presidente de la República y al Consejo Nacional de
Administración, con excepción de las que en el proyecto se atribuían al Presidente de la
República; regulaba minuciosamente las relaciones entre la Asamblea General y el
Consejo de Ministros.
160 "Historia Constitucional del Uruguay"
LA CONSTITUCION DE 1934
Tribunal que conozca de la causa, o la vía que se promueve por el interesado como
petitorio en un procedimiento judicial.
La competencia se asigna exclusivamente a la ahora llamada Suprema Corte de
Justicia, configurándose así un sistema concentrado de declaración de incons-
titucionalidad.
Los Arts. 181 a 193 se refieren a los Entes Autónomos y Servicios Des-
centralizados. Estos artículos sustituyeron al art. 100 de la Constitución de 1918 y dan la
sensación que el constituyente deseó crear dos tipos institucionales, a los que, como
especies del género descentralización por servicios o —con minúscula— entes des-
centralizados por servicios, se otorgaron nombres propios —con mayúsculas—: "Entes
Autónomos" y "Servicios Descentralizados".
Para el Gobierno y Administración de los Departamentos, la Sección XVI
previó como órganos las Intendencias Municipales, las Juntas Departamentales y las
Juntas Locales.
Corresponde señalar que los artículos 256 a 258 modificaron la fórmula de
atribución de potestad tributaria que presentara el artículo 133 de la Constitución de
1918.
La Constitución de 1934 previó los órganos denominados Tribunal de Cuentas
de la República y Tribunal de lo Contencioso Administrativo, con la característica de
órganos jerarcas de dos sistemas orgánicos de control de regularidad jurídica. Pero
mientras el Art. 202 instituyó directamente al Tribunal de Cuentas, en lo atinente al
Tribunal de lo Contencioso Administrativo la Constitución solo previó por el Art. 271
que debía ser establecido por Ley ("Se establecerá por ley..."). Nos hallamos ante una
norma programática de tipo orgánico que fue incumplida por los legisladores entre 1934
y 1951. La omisión fue superada mediante la creación directa por la Carta de 1951.
Finalmente, en la Sección XIX, hallamos enmiendas importantes respecto del
procedimiento de reforma constitucional.
La nueva Constitución previó tres grandes posibilidades. La primera, que co-
múnmente se denomina "de iniciativa popular", requería un 20% de los ciudadanos
inscriptos, que debían formular un proyecto articulado de enmiendas constitucionales;
la segunda posibilidad reclamaba 2/5 del total de componentes de la Asamblea General
—es el procedimiento que generalmente se conoce como "iniciativa de Legisla-
dores"—; la tercera y última posibilidad, era la reforma por medio de leyes constitu-
cionales, que requerían para su aprobación los 2/3 de votos del total de componentes de
cada una de las Cámaras dentro de un misma Legislatura. La peculiaridad que hallamos
en la Carta de 1934 respecto del tercer procedimiento radicaba en que las mencionadas
leyes constitucionales entraban en vigencia inmediatamente después de sancionadas por
ambas Cámaras. Ello no obstante debían ser sometidas a referéndum popular en la
primera elección que se realizare después de su sanción, y se debía estar a la decisión
plebiscitaria pronunciada por la mayoría de votos emitidos. Se trata, pues, de una
solución que coloca a la decisión plebiscitaria en carácter de condición resolutoria.
Respecto de los dos primeros procedimientos citados, la Constitución exigía
que en el plebiscito los proyectos obtengan el voto "por sí ... de ... la mayoría absoluta de
los ciudadanos legalmente hábiles para votar".
Eduardo G. Esteva Gallicchio 177
No todas estas normas han sido reconocidas por la doctrina nacional como
programáticas. Suele encontrarse la distinción —también en jurisprudencia— entre las
que se llaman "normas programáticas", y "normas meramente programáticas".
Es posible advertir un caso en el que el constituyente estableció el mandato
dirigido al legislador, al tiempo que le fijó un término para el cumplimiento. Esto
sucede en el Art. 57 porque la ley establecerá el Estatuto del Funcionario sobre la base
de directivas que la Constitución señala, pero este Estatuto deberá quedar establecido
dentro de los dos años de promulgada esta Constitución.
Sería posible concluir que el constituyente, conscientemente, como lo
demuestra la opinión de SECCO ILLA en el ámbito de la Constituyente y por cono-
cimiento de las soluciones de Derecho Comparado y de doctrina general, utilizó una
determinada técnica —si usamos la terminología de la escuela de Viena— para la
elaboración de las normas constitucionales.
Las normas programáticas pueden operar frente a casos prácticos como
elementos útiles para la interpretación; permiten fundar la responsabilidad por omisión
de los por ellas obligados cuando el constituyente no actúa confiriendo facultades sino
imponiendo deberes. Esa omisión se produce claramente respecto de la norma
constitucional que es la llamada "programática". Algunas permiten que el obligado
actúe dentro de un margen de discrecionalidad, pero generalmente el actuar no queda
confiado al buen placer del obligado.
En un texto como el uruguayo de 1934, la norma programática puede ser
"actualizada" —entendiendo este vocablo con el alcance preciso que le asignó tradi-
cionalmente la doctrina alemana: cuando transcurrió el término fijado por el cons-
tituyente, o cuando ese término no ha sido fijado, pero ha pasado lapso razonable—, por
parte de un Juez, para lo cual deberá simplemente aplicar la Constitución.
Este tema merece en nuestro país un replanteo técnico a partir de la
Constitución de 1942, porque en ella encontramos el Art. 282, que dispone la
aplicabilidad inmediata de algunas normas constitucionales, extremo que ha divido a la
doctrina y que examinaré en su oportunidad al desarrollar las soluciones de Derecho
constitucional positivo vigente.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 181
LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES
DE 1936 Y DE 1938
República, sin que en ningún caso proceda la acumulación de votos emitidos a favor de
distintos candidatos.
Se proporciona una fundamentación acerca de la modificación del Art. 240,
dado que este artículo también había sido enmendado en 1936. Se trata, según los
autores del proyecto, de restablecer la vigencia del texto original de 1934.
El Art. 149 se refiere a la elección de Presidente y Vicepresidente de la
República; el Art. 240, al régimen de titularidad y suplencias de las Intendencias
Municipales.
Por este proyecto, el Presidente y el Vicepresidente son electos conjunta y
directamente por el pueblo, a mayoría simple de votantes, pero "no pudiendo figurar
bajo el mismo lema más de una fórmula de Presidente y Vicepresidente", o sea
—agrega— que "por ningún concepto podrán acumularse votos emitidos a favor de
distintos ciudadanos".
Por Disposiciones Transitorias se prevé que los Arts. 149 y 240, con la
redacción de 1938, derogan toda otra disposición de fecha anterior que se les oponga.
Sucede que en la elección y simultáneo plebiscito de 27 de marzo de 1938,
resultan aprobados el proyecto de reforma constitucional de 1938 por cumplirse la
exigencia del literal B del Art. 284, dado que logra la mayoría absoluta de los
ciudadanos legalmente hábiles para votar, pero también fue ratificada ple-
biscitariamente la Ley Constitucional de 1936, por aplicación del literal C, del Art. 274
de la Constitución de 1934, porque bastaba para reputarse afirmativa la decisión
plebiscitaria la mayoría de los votos emitidos.
Frente a este resultado se plantea un complejo problema, porque resultaba
menester emitir un pronunciamiento acerca de cuál debía considerarse como texto
vigente del Art. 149. Este artículo, en efecto, tenía por entonces tres redacciones en
poco menos de cuatro años: la original de 1934, la de la Ley Constitucional de 1936,
ahora plebiscitariamente ratificada, y la de la reforma de 1938. La Corte Electoral,en
sesión de 16 de abril de 1941, se vio llamada a emitir un pronunciamiento en virtud de la
consulta que formulan los Partidos Colorado y Socialista y por mayoría resuelve que:
"el Art. 149 de la Ley Constitucional de 1936 se halla en abierta e insalvable oposición
con el artículo que para ese efecto contenía la enmienda constitucional de 24 de febrero
de 1938. Dada esa contradicción y habiendo surgido ambos textos simultáneamente con
carácter de definitivos, del mismo acto plebiscitario celebrado el mismo día, resultan de
coexistencia imposible, por lo cual la Corte Electoral entiende que "no se puede
considerar sustituido por ninguna de esas dos enmiendas el primitivo Artículo 149 de la
Constitución de 1934", y resuelve hacer saber a los Partidos consultantes que, en su
concepto, se halla en vigencia el Art. 149 con la redacción original. Esta resolución se
adoptó por cuatro votos contra tres.
En la misma fecha —27 de marzo de 1938— se celebran las elecciones y
triunfa la candidatura del candidato del Partido Colorado General Arquitecto Alfredo
BALDOMIR, frente a la del Doctor BLANCO ACEVEDO, resultado que sorprende a los
analistas políticos de la época, que llegan a concluir que, en verdad, quienes habían
manifestado su propósito abstencionista, probablemente habían votado en esa elección
...
Eduardo G. Esteva Gallicchio 187
ANTECEDENTES DE LA CONSTITUCION DE 1942
De modo, pues, que estas dos rupturas del orden institucional culminan
formalmente con la expedición de una nueva Constitución, o al perfeccionarse una
reforma constitucional, según la terminología que se prefiera, a diferencia de lo
sucedido con las rupturas del orden institucional durante la vigencia de la Constitución
de 1830 en el curso del Siglo XIX. Las reformas que se introdujeron en 1942, si bien no
son cuantitativamente importantes, se consideran trascendentes en perspectiva política,
y al menos una, tiene singular importancia en sentido técnico-jurídico.
LA CONSTITUCION DE 1942
- la previsión de que cada Cámara será juez para calificar la elección de sus
miembros; y
- de un régimen de incompatibilidad para el desempeño del cargo de Le-
gislador y cualesquiera otros electivos;
- un perfeccionamiento en la previsión de competencia del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo a ser creado por Ley; y
- la innovación en los procedimientos de reforma de la Constitución.
Acerca de lo último, establece en un 10% el porcentaje requerido para la
iniciativa a ser formulada por ciudadanos inscriptos en el Registro Cívico Nacional,
pudiendo la Asamblea General —actuando como órgano reunión de ambas Cámaras—
formular proyectos sustitutivos de los de iniciativa popular;
- la exigencia de que un proyecto de reforma constitucional formulado por
iniciativa popular o como proyecto sustitutivo, o como iniciativa de 2/5 de Legislado-
res, obtenga en el plebiscito de ratificación: la mayoría absoluta de los ciudadanos que
concurran a los comicios votando por "Sí", pero debiendo representar el 35% del total
de inscriptos en el Registro Cívico Nacional, con lo cual se procuró impedir la
repetición de la paradojal situación de 1938;
- la estructuración del procedimiento que requiere la actuación de una Con-
vención Nacional Constituyente para la reforma constitucional;
- y, finalmente, en el cuarto procedimiento que se consagra, el de las llamadas
Leyes Constitucional, que antes de entrar en vigor, deberán ser sometidas a plebiscito de
ratificación, modificándose de ese modo la solución contenida en la Constitución de
1934, que posibilitara la entrada en vigor de la Ley Constitucional de 1936 antes de ser
sometida al plebiscito de 27 de marzo de 1938.
Las reformas que tienen una proyección política, en lo sustancial son,
esquemáticamente:
- la eliminación de las mayorías especiales previstas en varios artículos, sin
perjuicio que sigan rigiendo las de los artículos e incisos que se enumeran;
- el retorno al régimen de representación proporcional integral como sistema
electoral para la composición de la Cámara de Senadores, que será presidida por el
Vicepresidente de la República;
- el establecimiento, por norma de nivel constitucional, de la representación
proporcional para la integración de la Cámara de Representantes, con los correctivos
que puedan resultar de la asignación de un número mínimo de representantes a cada
Departamento;
- una adecuación de la estructura de la Comisión Permanente, en base a las
soluciones adoptadas para la composición de las Cámaras de Representantes y de
Senadores;
- una alteración en el sistema de relaciones entre los Poderes Ejecutivo y
Legislativo, porque si bien subsiste el esquema básico, se torna más razonable, en la
medida que el Presidente de la República habrá de designar Ministros a ciudadanos que
cuenten "con el apoyo parlamentario";
Eduardo G. Esteva Gallicchio 197
LA CONSTITUCION DE 1952
respecto de los estatutos de los funcionarios públicos —arts. 58 inc. 2, 59 inc. 2, 60 a
65—, configurándose un régimen de estatutos múltiples.
En la Sección III, "De la ciudadanía y del sufragio", hallamos el Art. 79º, en
virtud del cual se consagran bases de nivel constitucional para la comúnmente llamada
"Ley de Lemas".
Bajo el nombre generalmente impropio de "Ley de Lemas", se incluyen
también disposiciones constitucionales. Se estableció, textualmente: "La acumulación
de votos por lema para cualquier cargo electivo sólo puede hacerse en función de lemas
permanentes, sin perjuicio de cumplirse en todo caso, para la elección de
Representantes, con lo dispuesto en la primera parte del artículo 88".
"La acumulación de votos queda sin embargo autorizada para fracciones que
pertenecieron a un mismo Partido y que posteriormente adquirieron o emplearon un
nuevo lema, y podrá efectuarse bajo el lema de una de ellas, o manteniendo cada una su
propio lema, para las listas de candidatos a Consejeros Nacionales, Senadores,
Representantes, miembros de los Concejos y de las Juntas Departamentales y de los
organismos electorales, conjunta o separadamente. En el caso de que las fracciones
políticas a que se refiere esta cláusula acuerden hacer uso del derecho de acumulación
que ella les concede, lo comunicarán por intermedio de sus autoridades nacionales a la
Corte Electoral, o a los organismos electorales departamentales, según los casos, con
treinta días de anticipación, por lo menos, a la fecha de elección, estableciéndose,
además en las hojas de votación respectivas, el carácter acumulativo de las listas que
hayan sido objeto del acuerdo".
"Las personas vinculadas a fracciones que pertenecieron a un mismo Partido y
que posteriormente adquirieron o emplearon un nuevo lema, podrán ser incluidas
indistintamente en las listas de candidatos de esas fracciones a miembros de ambas
Cámaras del Poder Legislativo, del Consejo Nacional de Gobierno, de los Concejos y
de las Juntas Departamentales, así como de cualquier órgano para cuya constitución o
integración las leyes establezcan el procedimiento de elección por el Cuerpo Electoral".
Se trata de un artículo que no reconoce antecedentes en las Constituciones
formales anteriores y que debe complementarse con previsiones incluidas en las
Disposiciones Transitorias y Especiales de la Constitución, dado que el artículo O
establece: "La acumulación autorizada por el inciso 2 del artículo 79 comprende sólo a
los lemas que concurrieron a las elecciones de 1950".
También en esta Sección hallamos una innovación, en el ordinal 9 del Art.
77º. Dispone que "La elección de los miembros de ambas Cámaras del Poder
Legislativo, del Consejo Nacional de Gobierno, de las Juntas y Concejos Departa-
mentales, así como la de cualquier órgano para cuya constitución o integración las leyes
establezcan el procedimiento de la elección por el Cuerpo Electoral, se realizará el
último domingo del mes de noviembre, cada cuatro años. Las listas de candidatos para
esos cargos se incluirán conjuntamente en una sola hoja de votación, bajo un solo lema,
sin perjuicio de lo dispuesto en el Art. 79".
En la estructuración de los Poderes políticos, advertimos que las Secciones IV
a VI, referentes al Poder Legislativo, permanecen en lo sustancial inmodificadas.
204 "Historia Constitucional del Uruguay"
municipales que llevan un nombre propio dado por el Art. 260 —decretos de los
Gobiernos Departamentales que tengan fuerza de ley en su jurisdicción— pueden ser
declarados inconstitucionales, tanto por razones de forma como de contenido.
En el ámbito de la descentralización, la Sección XVI se relaciona con la de
carácter territorial, mientras que la Sección XI regula la descentralización por servicios.
En la estructuración del Gobierno y Administración de los Departamentos,
hallamos novedades en las soluciones de carácter orgánico, porque se sustituye el
órgano ejecutivo unipersonal de las Constituciones de 1934 y 1942 —Intendencia
Municipal— por un órgano pluripersonal —el Concejo Departamental. Este órgano se
compone de siete miembros en el Departamento de Montevideo y de cinco en los
restantes Departamentos.
El órgano legislativo es la Junta Departamental, cuyo número de miembros se
eleva a 65 en el Departamento de Montevideo y a 31 en los restantes Departamentos.
En cuanto a la distribución de los cargos de los órganos departamentales,
hallamos soluciones expresas en el Capítulo II de la Sección XVI, porque de acuerdo
con el inciso segundo del Art. 271, "Corresponderán al Lema o agrupamiento de lemas
a que se refiere el artículo 79, más votado, cuatro cargos en el Departamento de
Montevideo y tres en los demás departamentos; y tres cargos y dos, respectivamente, al
Lema o agrupamiento de lemas que le siga en número de votos". Todavía, con relación a
la integración del Concejo Departamental de Montevideo, se prevé que "se adjudicarán
los cargos correspondientes a cada Lema o agrupamiento de Lemas, a la lista más
votada dentro del mismo. En los demás Departamentos, los cargos correspondientes a
cada Lema o agrupamiento de Lemas, se adjudicarán entre todas sus listas
proporcionalmente al caudal electoral de cada una".
Se faculta al Legislador nacional para —por mayoría especial de 2/3 de votos
del total de componentes de cada Cámara— elevar a nueve el número de miembros del
Concejo Departamental de Montevideo, estableciendo en ese caso la misma forma de
adjudicación de los cargos que la prevista para el Consejo Nacional de Gobierno.
Por su parte, los cargos de miembros de las Juntas Departamentales se asignan
de conformidad con lo dispuesto por el Art. 272. En principio se efectúa una
distribución por representación proporcional entre los diversos lemas, pero todo sin
perjuicio de lo que establecen los restantes incisos de este artículo: en caso que el Lema
o agrupamiento de Lemas a que se refiere el Art. 79 obtenga la mayoría del Concejo
Departamental, con mayoría relativa de sufragios, se adjudicará a ese lema —no
obstante ello— la mayoría de los cargos de la Junta Departamental, los que serán
distribuidos proporcionalmente entre todas sus listas. Los restantes cargos serán
distribuidos por el sistema de la representación proporcional integral entre los lemas
que no hubiesen obtenido representación en la adjudicación anterior. La ley, por 2/3 de
votos del total de componentes de cada Cámara, puede eliminar las excepciones
anteriores. De modo que, en el ámbito del órgano legislativo municipal, se asigna al
lema triunfante por mayoría relativa, la mayoría absoluta de los cargos de la Junta
Departamental.
Otra novedad importante de la Constitución de 1952, se relaciona con la
potestad tributaria asignada a los órganos municipales. Por sobre alguna imprecisión
Eduardo G. Esteva Gallicchio 207
técnica en que se incurre en el ord. 3 del Art. 273, se advierte la asignación de una
amplia potestad tributaria a los Gobiernos Departamentales. La Junta Departamental, en
ejercicio de sus atribuciones, es competente para crear o fijar, a proposición del Concejo
Departamental, impuestos, tasas, tarifas y precios. Para hacerlo se requiere la mayoría
absoluta de componentes de la Junta Departamental, salvo que se trate del supuesto que
prevé el ordinal 1 del Art. 297, relativo a impuestos sobre la propiedad inmueble
situada dentro de los límites del Departamento, para lo cual se requiere el voto
conforme de 2/3 del total de componentes de la Junta Departamental.
El ordinal 4 del Art. 274 consagra la correlativa atribución de iniciativa, en
materia tributaria, al Concejo Departamental, y el Art. 297 efectúa una minuciosa
determinación de cuáles serán las fuentes de recursos de los Gobiernos
Departamentales, decretados y administrados por éstos. En sus diversos ordinales
hallamos la existencia de las tres especies del género "tributos" (o sea impuestos, tasas y
contribuciones), así como otros tipos de recursos que se asignan a los Gobiernos
Departamentales.
Sin perjuicio de todo esto, en virtud del Art. 298, la ley, por 2/3 de votos del
total de componentes de cada Cámara, puede extender la esfera de aplicación de los
gravámenes departamentales, así como ampliar las fuentes sobre las cuales podrán
recaer, siempre que no se incurra en superposición impositiva.
Los actos legislativos formales municipales denominados "decretos con fuerza
de ley en su jurisdicción, cuando creen o modifiquen impuestos, no serán obligatorios
hasta que transcurran 10 días luego de ser publicados en el Diario Oficial, previéndose
su inclusión en dos periódicas del Departamento, así como en una Sección especial del
Registro Nacional de Leyes y Decretos.
Hallamos también la facultad del Consejo Nacional de Gobierno de apelar ante
la Asamblea General, dentro de los 15 días de publicados en el Diario Oficial, por
motivos de interés general, los decretos de los Gobiernos municipales que creen o
modifiquen impuestos. Se asigna a esa apelación —por el art. 300—, efecto suspensivo.
Otro tipo de apelación es el estructurado por el Art. 303 que, en lo que estamos
examinando, puede relacionarse con los decretos que tengan por objeto el aumento de
las rentas departamentales. Se trata, en definitiva, de procedimientos de control del
ejercicio de las potestades tributarias confiadas a los Gobiernos Departamentales.
En materia de descentralización por servicios, las innovaciones son varias. Se
estructura un régimen de coparticipación en la integración de los órganos jerarcas de las
personas jurídicas constitucionalmente nominadas Entes Autónomos y Servicios
Descentralizados. En el Capítulo I de la Sección XI se prevé que "Los Consejos o
Directorios, cuando fueren rentados, se compondrán de cinco o de siete miembros
según lo establezca la Ley en cada caso y sus integrantes serán designados"... —aquí
viene lo original— ..."en sesión del Consejo Nacional de Gobierno, tres a pluralidad de
votos por la mayoría y dos a pluralidad de votos por la minoría, en el primer caso, y
cuatro y tres, respectivamente, en el segundo", es decir, según que el órgano jerarca se
componga, respectivamente, de cinco o de siete miembros. "Estas designaciones se
pondrán en conocimiento de la Cámara de Senadores —se modifica la anterior venia—,
208 "Historia Constitucional del Uruguay"
la que podrá efectuar, dentro de los 15 días subsiguientes, observaciones sobre las
condiciones personales, funcionales o técnicas de los designados ..." (Art. 187).
Otra modificación de importancia la hallamos en la inclusión, como Capítulo II
de la Sección XI, de varios artículos que se refieren a los Entes Autónomos de
enseñanza. Se trata de los artículos 204 a 207, que configuran el tipo de máxima
descentralización y autonomía por servicios que consagra la Constitución. Sus
soluciones serán reiteradas, en lo esencial, por la Constitución de 1967.
A nivel de los órganos jerarcas de los sistemas orgánicos de control, encon-
tramos innovaciones de cierta importancia.
El Tribunal de Cuentas ve incrementado el número de sus miembros, de cinco
a siete; la Corte Electoral se integrará en lo sucesivo con nueve miembros, al
constitucionalizarse la solución de la ley de 1947. Pero probablemente, el aspecto de
mayor importancia —porque contribuyó a delinear el Estado de Derecho—, resulte de
la Sección XVII, puesto que el Art. 307, a diferencia de sus concordantes en las
Constituciones de 1934 y 1942, preceptúa que "Habrá un Tribunal de lo Contencioso
Administrativo ..."
Esto significa que la Constitución crea directamente este órgano jurisdiccional,
dado que los legisladores habían sido omisos en dar cumplimiento a lo previsto por las
normas programáticas orgánicas de las dos Cartas constitucionales anteriores. Esta
solución se complementa inequívocamente con el artículo L de las Disposiciones
Transitorias y Especiales, que establece que "El Tribunal de lo Contencioso
administrativo se constituirá inmediatamente después de su designación y asumirá
jurisdicción a partir del 1º de marzo de 1952". Se trata, evidentemente, de una
modificación que lleva a perfeccionar el sistema de controles jurídicos previstos por las
anteriores Constituciones formales.
Es importante también el Capítulo IV de la Sección XVII, porque en él se
efectúa lo que ha dado en llamarse la constitucionalización de algunos aspectos del
Derecho administrativo. En efecto en él se estructuran los recursos administrativos que
deben ser interpuestos a efectos de lograr el correcto agotamiento de la vía
administrativa.
Es de gran trascendencia el Art. 318 en cuanto prevé términos dentro de los
cuales las que llama "autoridades administrativas" —utilizando una terminología de
cuño francés—, deberán resolver los recursos que se interpongan contra sus decisiones.
Pero este artículo, a su vez, constitucionaliza la posibilidad de que cualquier titular de
un interés legítimo en la ejecución de un determinado acto administrativo, pueda
formular una petición que —a diferencia de las que regula con carácter general el Art.
30—, si transcurren los términos que el artículo fija se entenderá desechada. Ello
permitirá, ulteriormente, interponer el o los recursos administrativos correspondientes
para, de ese modo, disponer, de así corresponder, de la apertura de la jurisdicción
contenciosoadministrativa de anulación. El constituyente optó por una determinada
solución respecto de las diversas posibles, acerca del valor a asignar al silencio de la
Administración cuando recibe una petición que le dirige el titular de un interés legítimo.
Del contexto de esta Sección XVII resulta, en definitiva, un perfeccionamiento
de los medios de amparo para el individuo que se encuentre en las situaciones jurídicas
Eduardo G. Esteva Gallicchio 209
subjetivas que el constituyente regula, que pueden ser: en el Art. 309, la titularidad de
un derecho subjetivo o de un interés legítimo, y en el Art. 318, el interés legítimo.
Esta Sección será reiterada —en lo sustancial—, por la Constitución de 1967.
Haré por último una referencia a las modificaciones que contiene la Sección
XIII, titulada "De la Hacienda Pública".
Prevé que los Presupuestos de Sueldos, de Gastos y de Recursos del Poder
Ejecutivo y de los Concejos Departamentales, regirán para el período de gobierno. Esto
significa que el Presupuesto pasa a ser cuatrienal, sin perjuicio de eventuales
modificaciones anuales que puedan introducirse a la ley presupuestal por las vías que
autoriza el Art. 215, esto es, conjuntamente con la rendición de cuentas.
LA CONSTITUCION DE 1967
210 "Historia Constitucional del Uruguay"
No debe extrañar, entonces, que hacia fines del año 1965 y comienzos de 1966
se intensificara la propaganda en favor de la reforma constitucional.
Hallamos cuatro proyectos que son plebiscitados simultáneamente con las
elecciones celebradas el último domingo de noviembre de 1966.
Fueron, respectivamente:
- el proyecto que por iniciativa de 2/5 de Legisladores (art. 331-B) presentó el
28 de abril de 1966 el Partido Nacional y que en el plebiscito se individualizó con pape-
leta de color gris;
- el proyecto que por aplicación del procedimiento de iniciativa del 10% de
ciudadanos inscriptos (art. 331-A) fue presentado el 24 de mayo de 1966 por sectores
del Partido Colorado (Unidad y Reforma, Unión Colorada y Batllista, Por el Gobierno
del Pueblo - Lista 99, Lealtad a Luis Batlle y Partido Colorado Independiente) y se
plebiscitó con papeleta color rosado;
- el proyecto que también por iniciativa popular (art. 331-A) fue presentado el
24 de mayo de 1966 por el Movimiento de Trabajadores y Sectores Populares pro
Reforma Constitucional —apoyado políticamente por el Frente Izquierda de Liberación
(FIDEL)—, que se plebiscitó con papeleta color amarillo; y
- el proyecto sustitutivo —de los de iniciativa popular que aprobara la
Asamblea General el 24 de agosto de 1966, al que se conociera como "proyecto
interpartidario" y que fuera en definitiva postulado por quienes celebraron el Pacto: la
mayoría del Partido Colorado y algunos sectores del Partido Nacional —excepto el
sector herrerista denominado ortodoxo, liderado por Martín R. ECHEGOYEN que
continuó sosteniendo el proyecto plebiscitado con papeleta gris— y que fuera apoyado
por otros grupos menores.
212 "Historia Constitucional del Uruguay"
Central como Entes Autónomos; incrementar los controles del Poder Ejecutivo sobre
los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados, previendo incluso la intervención;
crear directamente el Consejo de la Economía Nacional fijando la ley la forma de
composición y disponiendo una integración inmediata y transitoria con once miembros;
prever por texto expreso que el Poder Ejecutivo podrá solicitar la declaración de
inconstitucionalidad de las leyes; facultar al legislador para crear un Tribunal Fiscal a
efectos de entender en el recurso jerárquico en materia tributaria, cuya decisión será
considerada acto administrativo, integrado con técnicos designados por el Poder
Ejecutivo, quienes actuarán con autonomía funcional; consagrar la técnica del
Presupuesto por Programa; instituir Intendencias Municipales y Juntas Departa-
mentales integradas con 31 miembros en Montevideo y 15 en los restantes Depar-
tamentos.
Por su parte, el proyecto auspiciado por el Partido Colorado incluía como
innovaciones: preveía expresamente la procedencia del recurso de hábeas corpus en
caso de arresto a título de medida pronta de seguridad y la del recurso o acción de
amparo para la protección de los derechos fundamentales; eliminar la previa com-
pensación en caso de expropiación de la tierra apta para la explotación agropecuaria que
no cumpla una finalidad social; considerar a la familia como base de nuestra sociedad;
ordenar al Estado orientar el comercio exterior de la República; prever que la ley creará
el Servicio Civil como órgano dotado de autonomía funcional; hacer obligatoria la
enseñanza media; extender el período de gobierno a cinco años; prever la pérdida de los
derechos inherentes a la ciudadanía para los ciudadanos que no participen sin causa
justificada en las elecciones ordinarias hasta la elección siguiente; incluir el actual
ordinal 10 del artículo 77; simplificar el régimen de acumulación de votos por lema;
procurar retornar a la enumeración de causales del juicio político que realizaran
Constituciones anteriores; prever la anualidad de los presupuestos de las Cámaras y del
Presupuesto General, el que se estructuraría por programas; prever como eventualidad
la caída del Presidente de la República en caso de disolución de las Cámaras; el
Presidente de la República actuaría con Ministros y el Consejo de Ministros tendría
competencia exclusiva en los casos previstos por los ordinales 6), 7) (declaratoria de
urgencia); 16, 17, 19 y 20 del actual artículo 168; prever la posibilidad de que los
Ministros deleguen atribuciones; hacer competente al Poder Legislativo para ampliar el
número de Subsecretarías en uno o más Ministerios: consagrar la solución del primer
inciso del actual artículo 185; prever la participación del Estado en empresas privadas;
disponer que la ley creará el Consejo Nacional de la Seguridad Social; crear el Banco
Central de la República; ordenar que la ley dispondrá la coordinación de la enseñanza;
instituir la Oficina de Planeamiento y Presupuesto; innovar en materia de contencioso
administrativo, porque los actos administrativos del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo serían procesables ante la Suprema Corte de Justicia y se facultaba a la
ley para extender la jurisdicción del Tribunal de lo Contencioso Administrativo a los
actos de las Personas de Derecho Público no Estatales; disponer que la ley proveerá lo
necesario para la solución de los conflictos de jurisdicción entre el Poder Judicial y el
Tribunal de lo Contencioso Administrativo; instituir Intendencias Municipales y Juntas
Departamentales, éstas integradas con 31 miembros en Montevideo y 15 en los demás
Departamentos.
214 "Historia Constitucional del Uruguay"
LA CONSTITUCION DE 1967
estos que casi no se llevaron a la práctica durante el primer período de plena vigencia de
la Constitución (1967-1973), habiéndose planteado la cuestión acerca de la posible
naturaleza programática de ese ordinal 11 y, en opinión de algunos autores, de la
indispensable reglamentación previa que requeriría para su aplicación.
- se realizan trascendentes innovaciones en la estructuración de la descen-
tralización por servicios, porque al tenor del Art. 185, con la redacción que se le diera en
la Constitución de 1967, "Los diversos servicios del dominio industrial y comercial del
Estado serán administrados por Directorios o Directores Generales y tendrán el grado
de descentralización que fijen la presente Constitución y las leyes que se dictaren con la
conformidad de la mayoría absoluta del total de componentes de cada Cámara". Esto
significa, a diferencia de la Constitución de 1952, que los diversos servicios del
dominio industrial y comercial del Estado no deberán estar necesariamente organizados
como Entes Autónomos, sino que podrán ser eventualmente Servicios
Descentralizados.
- se procura establecer un tipo de control, por el inciso 4 del Art. 185, que es
también una innovación, ya que "En la concertación de convenios entre los Consejos o
Directorios con Organismos Internacionales, Instituciones o Gobiernos extranjeros, el
Poder Ejecutivo señalará los casos que requerirán su aprobación previa, sin perjuicio de
las facultades que correspondan al Poder Legislativo, de acuerdo a lo establecido en la
Sección V".
- con respecto a los controles, probablemente lo de mayor trascendencia se
encuentre en los Arts. 197 y 198, porque "Cuando el Poder Ejecutivo considere
inconveniente o ilegal la gestión o los actos de los Directorios o Directores Generales,
podrá hacerles las observaciones que crea pertinentes, así como disponer la suspensión
de los actos observados. En caso de ser desatendidas las observaciones, el Poder
Ejecutivo podrá disponer las rectificaciones, los correctivos o remociones que considere
del caso, comunicándolos a la Cámara de Senadores, la que en definitiva resolverá ..."
Por el Art. 198 se prevé la posibilidad de que el Poder Ejecutivo pueda destituir a los
miembros de los Directorios o a los Directorios Generales con venia de la Cámara de
Senadores, en los casos que se especifican. Y actuando en Consejo de Ministros, podrá
reemplazar a los miembros de Directorios o Directores Generales cuya venia de
destitución haya solicitado, con otros miembros de Directorios o Directores Generales
correspondientes a otros entes. Todo esto hizo pensar a algunos autores —Aparicio
MÉNDEZ, Julio A. PRAT, etc.—, que se marcaba el punto final para la descentralización
con grado de autonomía en el Uruguay, llegándose a sostener que desde que se admitió
por el Art. 197 la eventualidad de que exista una manifestación de voluntad del Poder
Ejecutivo sustitutiva de la del órgano jerarca del Ente Autónomo, quedaba eliminada la
posibilidad de hablar técnicamente en lo sucesivo de descentralización autonómica, o
de autonomía.
- en la Sección XV, "Del Poder Judicial", Art. 236, se inserta una interesante
reforma, que se aplicó en la práctica reiteradamente: en caso que la Asamblea General
no efectúe la designación de miembros de la Suprema Corte de Justicia —y por
referencia del artículo 308, del Tribunal de lo Contencioso Administrativo—, dentro de
los noventa días de producida la vacancia, quedará automáticamente designado como
miembro de los mencionados órganos jurisdiccionales el miembro de los Tribunales de
218 "Historia Constitucional del Uruguay"
*El libro que reedito contenía clases dictadas hasta el 24 de agosto de 1981, por lo que procedí a
ampliar este capítulo que ahora comprende el período 1967-1985. Debe tenerse presente la proviso-
riedad del contenido porque configurando una mera guía de clase hago un simple prontuario de los
principales aspectos de interés para la Historia Constitucional nacional.
220 "Historia Constitucional del Uruguay"
solicitado. El Poder Ejecutivo formuló nueva solicitud por noventa días el 10 de enero
de 1971 y la Comisión Permanente la otorgó el 11 de enero por cuarenta días.
§ 8. Crisis en las relaciones entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo con
motivo del ejercicio del control parlamentario de las medidas prontas de seguridad.
La Asamblea General o la Comisión Permanente dejaban sin efecto determinadas me-
didas prontas de seguridad y de inmediato éstas eran restablecidas por el Poder
Ejecutivo.
Enumeraré algunos ejemplos: en junio de 1969 la Asamblea General dejó sin
efecto la clausura del diario "Extra" y en respuesta el Poder Ejecutivo clausuró dicho
periódico como medida pronta de seguridad; el 5 de agosto de 1969 la Asamblea
General dejó sin efecto las medidas incluidas en el decreto 354/969 sobre movilización
de los ciudadanos directores y funcionarios de la banca privada y el Poder Ejecutivo por
decreto del día siguiente reiteró la medida, expresando en el Mensaje a la Asamblea
General: "Este Poder estima —y tal vez la Asamblea General no haya reparado lo
suficiente en ello de acuerdo a la inteligencia de la referida resolución— que en la hora
presente está en juego la existencia misma del Estado y la integridad de sus institucio-
nes".
La Comisión Permanente, en marzo de 1970, levantó determinadas medidas
prontas de seguridad y el Poder Ejecutivo le envió mensaje afirmando que por falta de
motivación, al no expresar los fundamentos jurídicos, la resolución del órgano
legislativo era inválida y declaró que continuaban en vigencia; etc). Al producirse el
último acontecimiento Wilson FERREIRA ALDUNATE afirmó a la prensa: "El Poder
Ejecutivo viola la Constitución al desconocer el mandato de la Comisión Permanente:
lo sabe el Poder Ejecutivo y lo sabe el país entero. El Uruguay ha venido sufriendo un
proceso lento pero inexorable de descaecimiento de las normas constitucionales".
El 14 de julio de 1971 la Asamblea General levantó algunas medidas prontas y
el 15 de julio el Poder Ejecutivo las restableció por decreto 437/971. Frente a ello, la
Cámara de Representantes —con los votos de los legisladores del Partido Nacional, del
Frente Amplio, de los sectores de VASCONCELLOS y FLORES MORA y los diputados
CIGANDA y GARCÍA—, acusó ante la Cámara de Senadores al Presidente de la
República por violación de la Constitución, en virtud de la reimplantación de medidas
prontas de seguridad. En la Cámara de Senadores no se obtuvieron los dos tercios de
votos del total de sus componentes constitucionalmente necesarios para la separación
del cargo del Presidente de la República en el procedimiento del juicio político.
§ 9. Otros aspectos de las relaciones entre los Poderes Ejecutivo y Le-
gislativo. El funcionamiento del subsistema institucional del sistema político pre-
sentaba situaciones que demostraban que la Constitución "hoja de papel" al decir de
Ferdinand LASSALLE no regulaba efectivamente el proceso del poder.
Por ejemplo: el 22 de mayo de 1969 la Cámara de Senadores declaró
insatisfactorias las explicaciones del Ministro de Industria y Comercio Doctor Jorge
PEIRANO FACIO y propuso a la Asamblea General que censurara su gestión (Arts. 147 y
148 de la Constitución). El día 29 de mayo de 1969 la Asamblea General censuró la
gestión del Ministro por 76 votos contra 48 —votaron en favor de la censura los legisla-
dores del Partido Nacional, del Frente Amplio y algunos del Partido Colorado (por ej.
224 "Historia Constitucional del Uruguay"
Corte interino Fernando BAYARDO BENGOA y afirmada rápidamente por varios jueces
(Héctor AMILIVIA, Amelia PEREIRA NÚÑEZ de BALESTRINO, etc.) y fiscales.
Algunos jueces acogieron los recursos de hábeas corpus interpuestos en favor
de arrestados como medida pronta de seguridad pero el Poder Ejecutivo mantuvo
determinados arrestos.
El 27 de julio de 1971 el Poder Ejecutivo dirigió mensaje a la Suprema Corte
de Justicia para que "coordine los medios que estime adecuados" para disponer una
única solución en los casos de permisos otorgados por los Jueces de Instrucción a los
procesados de su jurisdicción para abandonar el país. El 2 de agosto la Corporación
hace saber por mensaje al Poder Ejecutivo que en su concepto "no es factible acceder a
lo solicitado" "porque obsta a ello nuestro régimen constitucional vigente".
§ 11. Ratificación de los Pactos de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas. En el entorno precedente, por ley 13.751 de 11-VII-1969 Uruguay ratificó los
Pactos aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Derechos
Civiles y Políticos y sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como el
Protocolo Facultativo.
§ 12. Modificación en el subsistema de partidos. En octubre de 1970 se
conoció un documento relativo a la creación de la coalición que se denominará Frente
Amplio y utilizará el lema permanente Partido Demócrata Cristiano, cuya declaración
política constitutiva, de 5 de febrero de 1971, fue expedida por el Partido Comunista, el
Movimiento por el Gobierno del Pueblo - Lista 99, el Partido Demócrata Cristiano, el
Movimiento Blanco Popular y Progresista, el Frente Izquierda de Liberación, el Partido
Socialista, el Movimiento Socialista, los Grupos de Acción Unificadora, el Movimiento
Herrerista - Lista 58, el Partido Obrero Revolucionario, el Movimiento Revolucionario
Oriental y el Comité Ejecutivo Provisorio de los ciudadanos que formularon el
llamamiento del 7 de octubre de 1970. Pocos días después se incorporó la Unión Po-
pular liderada por ERRO. El 26 de marzo de 1971 el Frente Amplio proclamó sus
candidatos para la elección de noviembre.
§ 13. Discursos políticos polarizados. Se definieron inevitable y básicamente
dos discursos políticos contrapuestos.
Por una parte el del Poder Ejecutivo y sus partidarios, que comenzó a
considerar insuficientes los medios disponibles de orden constitucional y legal para
enfrentar la subversión, que llegó a responsabilizar a los legisladores opositores y a los
propios órganos legislativos por el ejercicio de controles que el primero consideraba tra-
bas y por dilatorias u omisiones en el ejercicio de sus competencias; e incluyó severas
imputaciones a jueces del orden penal y al propio subsistema judicial. Este discurso a
través de los años priorizó como valores la Patria, la integridad del Estado, los derechos
fundamentales de la persona y de la familia, la defensa de la democracia, la autoridad, el
orden, la seguridad.
Por otra parte el de la oposición —no afecta la comprobación la diferente
ideología de los actores que la componían—, que comenzó a imputar al Presidente de la
República y al Poder Ejecutivo infracciones a la Constitución por exceso en el ejercicio
de los poderes de emergencia, por prescindencia del Poder Legislativo, por falta de
respeto de la independencia del Poder Judicial y por lesiones a los derechos de los
226 "Historia Constitucional del Uruguay"
contra la subversión, aún en casos en los cuales esas técnicas no constituyen graves
ataques a los derechos humanos. Parece claro que la responsabilidad por la esclerosis y
el envejecimiento del sistema no es imputable a quienes hoy deben señalar los restrictos
límites que él impone a la acción legislativa".
La Comisión de Constitución y Legislación de la Cámara de Senadores solicitó
opinión sobre el proyecto a diversos Profesores y ex Profesores de la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República, entre ellos, a Justino
JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA, Aníbal L. BARBAGELATA, Alberto Ramón REAL, Horacio
CASSINELLI MUÑOZ, Alberto PÉREZ PÉREZ, Héctor BARBÉ PÉREZ, Juan B. CARBALLA,
Fernando BAYARDO BENGOA, Adela RETA, Ofelia GREZZI, Adolfo GELSI BIDART, José
A. ARLAS Enrique Véscovi, Héctor PAYSSÉ REYES y Alvaro PACHECO SERÉ.
Las respuestas en el sentido de la inconstitucionalidad de las fórmulas propues-
tas fueron casi unánimes respecto de: asignar competencia a los órganos de la justicia
militar para juzgar a civiles; establecer por ley la facultad del Poder Ejecutivo de
someter a consulta popular sus iniciativas ante el Poder Legislativo o cualquier acto
jurídico que le competa según la Constitución; conceder por ley anuencia en forma
genérica para la suspensión de la seguridad individual; interpretar que no procede el
recurso de hábeas corpus en los casos de los arts. 31, 168-17 y 253 de la Constitución;
y las opiniones fueron divididas en punto a temas como si el proyecto lesiona o no la
autonomía de ciertos Entes (Justino JIMÉNEZ DE ARÉCHAGA expresó: "Siempre he
pensado que el otorgamiento de poderes autonómicos a determinados servicios públicos
—incluso los de enseñanza— no importa situarlos al margen del derecho común,
constituirlos en Rochelas de intereses clasistas, en «huertos sellados» para un
Parlamento y una Justicia democráticos, o en asilos sagrados de corte medioeval. Estas
concepciones antidemocráticas de la autonomía son las que han desacreditado el
principio hasta ponerlo en trance de muerte" "Ahora ha llegado el tiempo en que se debe
ajustar esa noción, para que ella valga como efectiva defensa para la libertad de cátedra,
para la libertad de aprender sin coerciones indebidas, para que se respete la especiali-
zación técnica y para que la gestión de ciertos servicios públicos no sea indebidamente
subordinada al menudo interés de los grupos políticos").
Es conveniente recordar fragmentos de las dos posiciones filosóficopolíticas y
de interpretación de la Constitución de 1967 que surgieron de los dictámenes. Una
posición puede ejemplificarse con fragmentos de los dictámenes de REAL y PÉREZ
PÉREZ; la otra posición tuvo como único expositor a PACHECO SERÉ.
REAL expresó: "Ese proyecto procura institucionalizar y dar forma jurídica
regular y permanente a una serie de medidas adoptadas, de hecho o por normas
inconstitucionales por el Poder Ejecutivo anterior. Creemos, como convicción científica
y jurídica que el país vivió, en el anterior período de gobierno, una típica dictadura".
Agregó que "había habido una mutación de facto del régimen político,
institucionalizándose un régimen autocrático y autoritario, contrario a las tradiciones
nacionales ..." Consideró que "el problema que se le ha planteado al Parlamento es el
mismo que se plantea al finalizar un régimen de facto, en cuyo caso hay que optar por
derogar, modificar o mantener las disposiciones dictadas por el gobierno de facto".
PÉREZ PÉREZ, en el capítulo "otras sugerencias" expresó: "Me limitaré a decir
que los señores senadores sabrán determinar si ha de continuar la dictadura, el régimen
Eduardo G. Esteva Gallicchio 233
autoritario e inconstitucional que se instauró en los últimos años en el país, sea bajo la
forma anterior de «Medidas Prontas de Seguridad» usadas con exceso y desviación de
poder, sea bajo el manto legal que el Poder Ejecutivo ha proyectado —y entonces son
inútiles «otras sugerencias»—, o si utilizarán todas sus competencias constitucionales
para restablecer la vigencia de la Constitución".
Como expositor de la otra posición, Alvaro PACHECO SERÉ —originalmente
Prosecretario y luego Secretario de la Presidencia en el período de BORDABERRY—
fundamentó el proyecto. Partió de los antecedentes —adopción por el Poder Ejecutivo
de medidas prontas de seguridad y actitud del Poder Legislativo de aprobación tácita;
solicitudes por el Poder Ejecutivo de anuencia para suspender la seguridad individual y
autorizaciones expresas del órgano legislativo competente; existencia de procesos por el
delito de atentado contra la Constitución que tramitaban ante el Poder Judicial— para
sostener que los tres Poderes "han manifestado su voluntad jurídica con la finalidad de
defender la Constitución y la soberanía nacional del atentado que en su contra se está
cometiendo".
Se refirió a continuación a los institutos de defensa constitucional, realizando
un excursus doctrinal —Raymond CARRÉ DE MALBERG, Jean DABIN, Joaquín V.
GONZÁLEZ, Francisco BAUZÁ, Paul LEROY, Genevieve CAMUS, Michel DEBRÉ— y
concluyó: "El derecho comparado y la doctrina universal como surge de este breve
resumen, reconocen el supremo derecho de los Estados democráticos a defender su
propia existencia ante la amenaza de peligros graves". Comprobado, pues, este extremo,
sus autoridades legítimas deben —en el marco de sus normas fundamentales interpre-
tadas con toda la flexibilidad que las circunstancias lo aconsejen— usar de las
potestades que posibiliten la salvación nacional. Las Constituciones tienen que tener en
su seno los medios indispensables para su conservación. Negárselos, en nombre de
interpretaciones restrictivas, supondría pretender sacrificar el país a la legalidad.
Cuando se reconoce la existencia de la amenaza a las instituciones y se le quiere
eliminar, el derecho no puede ser nunca obstáculo a tal finalidad". Por eso dice IHERING
que «el derecho es un medio al servicio de la existencia de la sociedad y no un fin en sí
mismo, todo lo que contraría este fin no es derecho e, inversamente, todo lo que es
conforme a dicho fin debe ser derecho».
Fundamentó la necesidad de la ley de seguridad del Estado porque el
Parlamento no ha dictado aún una ley de seguridad de la República (Art. 85-3 de la
Constitución). Añadió que "en las actuales circunstancias, cuando se dejan sin efecto las
medidas tomadas sin que dicha resolución se motive en la desaparición de las causas
que condujeron a su adopción, resulta necesario expedir una ley de seguridad nacional
que proteja al Estado y a sus habitantes".
Argumentó sobre la constitucionalidad del estado de guerra interno y sostuvo
que en caso de estado de guerra los civiles pueden ser sometidos a la jurisdicción
militar. Estimó que la Constitución de 1967 no prevé el plebiscito consultivo pero
tampoco lo prohibe y como el proyecto no asigna efectos jurídicos al pronunciamiento
popular sino solamente efectos cívicos o políticos no obligatorios, "se inscribe en el
espíritu democrático y republicano que inspira todo nuestro régimen constitucional".
Concluyó PACHECO SERÉ: "cuando existe un peligro para la supervivencia del
orden constitucional, hay que reforzar la eficacia de las técnicas gubernativas y la
234 "Historia Constitucional del Uruguay"
Nación y de ese modo hace competente por vía bifurcada a la justicia militar para juzgar
a civiles. Las soluciones contenidas en esta ley, especialmente en cuanto hizo com-
petente a la justicia militar para juzgar a civiles, generaron la imputación doctrinal de
inconstitucionalidad.
El 26 de setiembre de 1972 el Poder Ejecutivo solicitó prórroga de la
suspensión de la seguridad individual con individualización del alcance (arts. 11, 15, 16,
17 y 28 de la Constitución); el 28 de setiembre la Asamblea General concedió la
anuencia hasta el 30 de noviembre y el Poder Ejecutivo expidió el decreto 655/972. El
30 de noviembre la Asamblea General confirió nueva anuencia y el Poder Ejecutivo
suspendió la seguridad individual hasta el 15 de febrero de 1973 con este alcance: a los
solos efectos de la lucha contra la subversión, la garantía establecida en el art. 15 de la
Constitución y las establecidas por los arts. 16 y 17 de la Carta con peculiaridades ("Las
personas actualmente detenidas deberán ser procesadas por el Juez competente o
puestas en libertad, dentro del plazo establecido ... Las personas que sean detenidas a
partir de la fecha del presente decreto, deberán ser interrogadas por el Juez competente
dentro de un plazo máximo de diez días hábiles a contar de la fecha de su detención,
debiendo decretarse su procesamiento o libertad antes del 15 de febrero de 1973" y la
establecida por el art. 29 con este alcance: "al solo efecto de prohibir las divulgación por
la prensa oral, escrita o televisada [sic] de todo tipo de información, comentario o
grabación que, directa o indirectamente, mencione o se refiera a quienes conspiran
contra la Patria, con excepción de los comunicados oficiales" (Decreto 760/972). El
Poder Ejecutivo solicitó nueva anuencia el 14 de febrero de 1973 y la Comisión
Permanente confirió la anuencia el 15 de febrero hasta el 30 de marzo; el Poder
Ejecutivo solicitó nueva anuencia el 21 de marzo y la Asamblea General la concedió el
31 de marzo hasta el 31 de mayo de 1973, en los últimos casos con el mismo texto del
decreto 760/972.
Vencido el 31 de mayo de 1973 el término de la última anuencia, el Poder
Ejecutivo dictó medidas prontas de seguridad, que precedieron al decreto 464/973 de
disolución de las Cámaras.
§ 25. Desafuero del diputado Ferrer. El 2 agosto de 1972 el Poder Ejecutivo
solicitó el desafuero del diputado del Frente Amplio Washington FERRER, que estaba
privado de su libertad al ser convocado para integrar la Cámara, a efectos de ser
sometido a la Justicia militar. La Cámara dispuso el desafuero por 76 votos contra 14 el
día 7 del mismo mes. La doctrina sostuvo que no procedía el desafuero porque el art.
114 de la Constitución dice: "... ni aún por delitos comunes que no sean de los detallados
en el artículo 93 ..." y el Poder Ejecutivo lo solicitaba por imputación de delitos
militares de los mentados por la ley 14.068 de Seguridad del Estado.
§ 26. Ley de Educación General. Luego de un intenso debate sobre la
constitucionalidad de algunas de sus disposiciones y sobre el mérito de otras, fue
aprobado por el Poder Legislativo el proyecto de ley llamado de Educación General,
cuya fórmula original fue elaborada durante el desempeño del Ministerio de Educación
y Cultura por Julio María SANGUINETTI y enviada al Poder Legislativo con declaratoria
de urgente consideración (Constitución, art. 168-4). El 4 de enero de 1973 el Poder
Ejecutivo la promulgó como ley 14.101. Esta ley Organizó como Ente Autónomo al
Consejo Nacional de Educación, instituyó como órganos desconcentrados a los
236 "Historia Constitucional del Uruguay"
de las Leyes Orgánicas o aún de las mismas Leyes Constitucionales rígidas. HAURIOU
dice: "Todos saben que, por ejemplo, el juego de nuestra Constitución de 1875, en el
medio siglo que lleva de existencia, se ha falseado considerablemente por las prácticas
seguidas, especialmente en lo que se refiere al poder del Presidente de la República en
sus relaciones con las Cámaras. Su derecho de disolución de la Cámara de Diputados,
como su derecho de exigir la segunda deliberación de una ley, aunque está determinado
en el Art. 5º de la Ley Constitucional de 25 de febrero de 1875 y en el artículo 7º de la
Ley de 16 de Julio de 1875, se considera caído en desuso". Concluye HAURIOU: "En mi
opinión, conviene citar el principio de que el falseamiento de la Constitución sólo crea
estados de hecho y no estados de derecho, que no modifican el derecho y que, por lo
tanto, es lícito desde que sea posible, la vuelta a las prescripciones y prerrogativas de la
Constitución. En el Derecho Francés no cabe admitir ni que las disposiciones
constitucionales puedan derogarse por disposiciones legales ordinarias, ni que se
deroguen por el no uso o por el uso contrario".
Esta noción de falseamiento constitucional que proporciona HAURIOU parece
corresponder a la contenida en el primer Considerando del decreto 464/973, porque
expresa que el apuntado falseamiento se ha originado por la aplicación de usos
contrarios o el desuso de normas básicas de la Carta.
Se agregó un elemento: "la desviación de poder". El Poder Ejecutivo expresó
que existió un "empleo de las facultades legales con desviación de sus fines propios". Y
precisamente el vicio en la finalidad de un acto jurídico se denomina "desviación de
poder", doctrina ésta que se ha desarrollado especialmente en el campo del Derecho
administrativo, como un aspecto de la teoría del acto administrativo pero que es
susceptible de aplicación cuando se examinan los vicios de cualesquiera otros actos
jurídicos.
El Ejecutivo sostiene que la situación que describe "es, en su conjunto,
gravemente violatoria de la Constitución de un Estado democrático liberal", por lo cual
se requería en su concepto "una pronta respuesta que detenga su marcha, anule sus
propósitos, restaure las instituciones corroídas por la traición y restituya al pueblo la
plenitud del poder que en forma encubierta e ilegítima tales fuerzas regresivas pugnan
por usurpar".
Por su parte, en el Resultando II de la parte expositiva, el Ejecutivo se refiere a
las organizaciones sindicales, la enseñanza en general y aún los propios Poderes del
Estado, "que padecen la penetración de grupos políticos sin sentido nacional y sufren
una conspiración por diferentes medios". Hizo referencia a la situación planteada con la
solicitud de desafuero del Senador ERRO, tanto a nivel de la Cámara de Senadores como
de la Cámara de Representantes, y estimó que se trató de "una demostración del
ejercicio de facultades constitucionales con una finalidad diferente a la que corresponde
al instituto", ... "sin consideración alguna por el interés general". De modo que el
Resultando III invocó nuevamente el concepto de desviación de poder.
En el Considerando II el Poder Ejecutivo expresó que en su carácter de
"custodio, en definitiva, de la unidad y continuidad del Estado, se halla en un estado de
necesidad que le impone adoptar medidas extraordinarias conducentes a procurar la
vigencia plena de los grandes fines de la Constitución, para revitalizar la Nación y sus
242 "Historia Constitucional del Uruguay"
ordinaria). Fue reiterada por los Actos Institucionales 8 y 12 la vigencia del Capítulo IX
de la Sección XV, de la Constitución de 1967, que regula la defensa de la
supralegalidad, con la salvedad que resultaba del Art. 88 del Acto Institucional 9 —y
por remisión a éste del 13—, porque estos admitían que un acto legislativo nominado
"ley especial", pudiera modificar sus normas, solución que, en perspectiva teórica,
también podía encararse considerando que ambos, por su materia, no eran en verdad
constitucionales. Esta circunstancia, por lo demás, estaría abonada en base a la historia
de su elaboración: estrictamente son muy escasas las normas en él incluidas que quepan
dentro de la materia constitucional.
Esta Constitución no codificada fue, paradojal e incuestionablemente en su
momento, la más extensa del mundo, porque a los numerosos preceptos y disposiciones
programáticas de la Constitución de 1967 que continuaron vigentes se añadieron los
extensos Actos Institucionales, salvo alguna excepción —como los Actos 1 y 10 en lo
fundamental—, y precisamente de la característica de Constitución no codificada,
derivaron múltiples dificultades cuando se trataba de realizar la interpretación de los
institutos que configuraban el Derecho positivo constitucional e institucional entonces
vigente.
En suma, desde el 12 de junio de 1976 el Poder Ejecutivo sustituyó como
fundamento el "estado de necesidad" por el "uso de las facultades que le confería la
institucionalización del proceso revolucionario" u otras fórmulas similares para
expresar el ejercicio de Poder Constituyente de facto a la luz de la Carta Política de
1967.
Entre los Actos Institucionales que generaron mayores objeciones se en-
contraron en 7 sobre pase a situación de disponibilidad simple o calificada de los
funcionarios públicos y 8 sobre Ministerio de Justicia y afectación de la posición
institucional tradicional del Poder Judicial.
En lo que interesa para este tema, el Acto Institucional 11 derogó, por su Art. 2,
los Arts. 4 y 11 del Decreto Constitucional 2/976, y al modificar la redacción del Art. 8
del mismo decreto, suprimió el literal B. Por tanto, la situación a ese momento resultaba
del Cuarto Considerando: "Con relación a las funciones constituyentes, ellas, podrán ser
ejercidas en la oportunidad y en la forma que se determine".
* Este capítulo reproduce la primera parte mi trabajo La reforma parcial de la Constitución uru-
258 "Historia Constitucional del Uruguay"
I
RECOPILACION DE ANTECEDENTES
§ 4. Estimo que las referidas son las principales normas a considerar a la fecha
en que tomaron posesión de sus cargos los ciudadanos electos en noviembre de 1984.
§ 5. Desde el restablecimiento de la vigencia de la Constitución plebiscitada en
noviembre de 1966, los Actos Institucionales 9 y 13 han regido con valor y fuerza de
ley.
Los autores difieren en la fundamentación. Horacio CASSINELLI MUÑOZ
sostiene que "Los actos 9 y 13 han quedado ratificados, convalidados por la misma ley
15.738, en virtud de que esta ley ratificó a los decretos-leyes que se referían a este acto y
que lo daban por vigente. Por ejemplo, al ratificarse la ley especial 11, que se remitía a
los actos 9 y 13, estos quedaron también convalidados en forma indirecta" 3.
Héctor FRUGONE SCHIAVONE afirma que "no fueron alcanzados por la ley de
convalidación 15.738; seguramente por ser actos formalmente administrativos y
materialmente constitucionales". Y concluye: "Por lo que bien dice el Tribunal ..." (de lo
Contencioso Administrativo, entre decenas, en sentencia 126/1987) "... recogiendo la
opinión de BELTRÁN, los Actos Institucionales 9 y 13 son leyes no sólo porque lo dijo el
acto 19, sino «también porque el propio Parlamento reconoció la plenitud de esa fuerza
jurídica en la Ley Nº 15.800, de enero de 1986, que derogó, para ...los artículos de estos
Actos referidos ... pues por ley no se derogan decretos, sino otras leyes»". "Tal
interpretación aparece plenamente consolidada en las leyes 15.841, 15.850 y 15.900,
donde se derogan y sustituyen disposiciones de los Actos Institucionales 9 y 13" 4.
§ 6. El Poder Ejecutivo expidió el decreto 137/985, de 12-IV-1985 (Visto lo
dispuesto por los arts. 73 del A. I. 9 y 11 del A. I. 13), fijando a partir del 1-IV-1985 un
"régimen de aumentos a los jubilados y pensionistas cuyas pasividades son servidas por
la Dirección General de la Seguridad Social, la Caja de Jubilaciones y Pensiones
Bancarias, la Caja der Jubilaciones y Pensiones Notariales y la Caja de Jubilaciones y
Pensiones de los Profesionales Universitarios". Dicho régimen estableció aumentos
diferentes y diferenciales, que implicaron para diversas asignaciones de jubilación y de
pensión un ajuste inferior al preceptuado por el art. 73, inc. 1º del A. I. 9 (ajuste anual
"... en función de la variación del Indice Medio de Salarios, elaborado según el
procedimiento establecido en el artículo 39 de la Ley Nº 13.728, de 17 de diciembre de
1968").
El decreto 137/985 —según lo declaró el Tribunal de lo Contencioso
Administrativo 5 —, interpretó erróneamente el art. 73 del A. I. 9, en la redacción
resultante del art. 11 del A. I. 13, en cuanto sostuvo que la facultad conferida al Poder
Ejecutivo por el inc. 3, de establecer índices diferentes o diferenciales podía implicar la
fijación de ajustes anuales inferiores al preceptuado por el inc. 1 (esto es, variación del
Indice Medio de Salarios).
3 "Cursillo de puesta al día /actualización 1985-1986", ps. 17-18, 3, segunda serie, "Cuadernos de
la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Montevideo, 1986.
4 Notas para un estudio de los efectos de la declaración de nulidad del acto administrativo por el
6 Artículo publicado en "El País", Montevideo, del 27-III-1986. Debe tenerse presente que
próximo a finalizar el Gobierno de facto, el Consejo de Estado expidió la resolución de 27 de
diciembre de 1984, que fijó la asignación mensual de los miembros de las Cámaras de Senadores y de
Representantes —que tomarían posesión de sus cargos el 15-II-1985— y ligó los futuros incrementos
con el índice de reajuste de las pasividades (con el menor, en caso de establecerse índices diferentes o
diferenciales). La Asamblea General, en sesión de 17 de abril de 1985, resolvió: "Art. 1º Sustitúyese el
párrafo segundo del artículo 1º de la resolución del Consejo de Estado de fecha 27 de diciembre de
1984, por el artículo 4º del Decreto ley Nº 15.698 de la misma fecha" "Art. 2º Déjese sin efecto el
artículo 5º (transitorio) de la resolución mencionada en el artículo anterior" ("Diario de Sesiones de la
Asamblea General", t. 60, nº 5, p. 44. El asunto fue declarado grave y urgente, se suprimió la lectura y
careció de discusión). En consecuencia, los ajustes de las asignaciones mensuales previstas por el art.
117 de la Constitución pasaron a realizarse cada seis meses de acuerdo con las variaciones del costo de
vida (I.P.C.) y quedaron desligados de los ajustes de las pasividades.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 261
pasividades deben estar a cubierto de toda erosión por pérdida del poder adquisitivo de
la moneda, principio reconocido en el art. 32 de la Constitución" 7.
§ 8. La ley 15.800, de 17-I-1986, art. 1, reinstitucionalizó el Ente Autónomo
"... Banco de Previsión Social creado por el artículo 195 de la Constitución,
suprimiéndose la Dirección General de la Seguridad Social una vez designados por el
Poder Ejecutivo, en la forma prevista en el artículo 187 de la Constitución, los cuatro
miembros a que hace referencia el literal a) de la Disposición Especial «M» de la
misma". Entre los cometidos del Banco de Previsión Social, el art. 4, ord. 4 dispuso:
"Proponer al Poder Ejecutivo la fijación del índice de revaluación de las pasividades así
como el monto de las prestaciones a su cargo".
§ 9. Posteriormente, el Poder Ejecutivo expidió el decreto 193/986, de
7-IV-1986, fijando a partir del 1-IV-1986 los "incrementos a los jubilados y pensionistas
cuyas pasividades son servidas por la Dirección General de la Seguridad Social,
aplicables en relación a los montos de pasividad correspondientes al mes de abril de
1985, conforme a las siguientes escalas ..." También en esta oportunidad, el Poder
Ejecutivo, consideró "I) Que analizada la situación económica financiera de los
recursos propios para atender las prestaciones que se sirven, así como el estado general
de las finanzas públicas en las que incide en forma fundamental la asistencia necesaria
para cubrir aquel déficit, se entiende imprescindible hacer uso de las facultades que le
otorgan las disposiciones aplicables, estableciendo, por las razones ya mencionadas,
índices diferenciales y diferentes para otorgar los aumentos"; y "II) Que la actual
distribución de ingresos de pasividad en la población amparada al sistema y el estado de
necesidad de los sectores de más bajos ingresos impone, por razones sociales,
económicas y éticas, dar un tratamiento preferencial a la mayor edad y el menor ingreso
en la consideración de los aumentos a otorgar".
Por decreto 205/986, de 16-IV-1986, el Poder Ejecutivo, en virtud de lo
preceptuado por el art. 5 de la ley 15.800 de 17-I-1986, dispuso que "los servicios no
estatales de previsión social ... determinarán en las condiciones establecidas por el
artículo 73 del Decreto Constitucional Nº 9 ... con las modificaciones establecidas por el
artículo 11 del Decreto Constitucional Nº 13 ..., el ajuste anual de las asignaciones de
jubilación y de pensión servidas por las citadas instituciones de acuerdo a sus reales
posibilidades financieras".
§ 10. El Poder Ejecutivo dictó el decreto 206/987, de 10 de abril de 1987,
fijando el incremento anual de las asignaciones de jubilación y pensión servidas por el
Banco de Previsión Social en un 70,65% —equivalente a la variación del Indice de
Precios al Consumo—, cuando el Indice Medio de Salarios tuvo una variación del
77,72%. Dispuso asimismo, ajustes diferenciales para los "sectores pasivos que, por
razón de su edad y nivel de ingresos, se encuentren en estado de mayor necesidad"
(Considerando III).
§ 11. Diversos interesados que habían oportunamente impugnado el decreto
137/985, obtuvieron su anulación por el Tribunal de lo Contencioso Administrativo 8.
9 V. el texto de una de las sentencias en "L.J.U.", XCVI, I, nº 10.928, ps. 108 y ss.
Eduardo G. Esteva Gallicchio 263
consideración la variación del Indice General de los Precios del Consumo y las
disponibilidades del Banco de Previsión Social y del Tesoro Nacional".
"Para los jubilados cuyos ingresos mensuales por pasividad sean inferiores al
valor equivalente a un Salario Mínimo Nacional, el porcentaje de cada adelanto no será
inferior al 85% (ochenta y cinco por ciento) del índice de ajuste por el que se haya
adecuado por última vez el valor de dicho salario".
"Para los jubilados cuyos ingresos por pasividad estén comprendidos entre uno
y cuatro Salarios Mínimos Nacionales el porcentaje de cada adelanto no será inferior al
55% (cincuenta y cinco por ciento) del mismo índice y del 50% (cincuenta por ciento)
para aquéllos cuyos ingresos por pasividad superen a cuatro Salarios Mínimos
Nacionales. Entre el ajuste anual y los adelantos a cuenta de las pasividades se ajustarán
anualmente el mismo número de veces en que se adecuen con carácter general las
remuneraciones de los funcionarios de la Administración Central, de acuerdo a lo
dispuesto por el artículo 6º de la ley 15.809, de 8 de abril de 1986".
El art. 4 refiere al llamado "tope de aumentos": "Los aumentos a las
pasividades servidas por el Banco de Previsión Social y a los retiros y pensiones a cargo
de otros organismos estatales sólo se liquidarán hasta alcanzar el monto mensual
equivalente a quince Salarios Mínimos Nacionales".
"En ningún caso, ya se trate de jubilados, retirados o pensionistas beneficiarios
de una o varias prestaciones de pasividad, el monto total a percibir por todas ellas a
consecuencia de los aumentos o ajustes podrá superar el monto máximo establecido en
el inciso anterior".
"En el caso de quienes perciban varias pasividades y cuando sea de aplicación
dicho monto máximo, las limitaciones en los ajustes o aumentos que corresponda
efectuar se practicarán en las pasividades de menor monto y siendo iguales, en las
menos antiguas".
Por último, en lo que aquí interesa directamente 10, el art. 12 dispuso: "El
ajuste de todas las asignaciones de jubilación y pensión servidas por el Banco de
10 Un ejemplo de norma que no refiere directamente al tema, es el art. 7 de la ley 15.900: "A partir
del mes siguiente al de la promulgación de la presente ley la cuota parte de la transferencia establecida
por el artículo 140 de la ley 15.851, de 24 de diciembre de 1986, correspondiente al impuesto creado
por el artículo 25 del decreto ley 15.294, de 23 de junio de 1982, que grava a las jubilaciones y
pensiones servidas por el Banco de Previsión Social, queda exclusivamente afectada a la construcción
de viviendas para dar en usufructo personal a jubilados y pensionistas cuyas asignaciones mensuales
de pasividad sean inferiores al monto de dos Salarios Mínimos Nacionales". "El Poder Ejecutivo
reglamentará las disposiciones de este artículo. Algunos jubilados promovieron acción de amparo
contra el Banco Hipotecario del Uruguay, Banco de Previsión Social y Poder Ejecutivo, contra el
presunto incumplimiento de lo dispuesto por el art. 7 precedentemente transcripto. La sentencia de
primera instancia acogió la demanda ("L.J.U.", t. XCIX, I, nº 11.264, ps. 140-148); la de segunda
instancia la revocó ("L.J.U.", cit., ps. 149-160). En perspectiva política, fue otro ejemplo de la
disposición de los pasivos a emplear medios previstos por el subsistema normativo en virtud de las
respuestas insatisfactorias proporcionadas al sector por el sistema político en el período 1985-1989. V.
respecto de dichas sentencias: M. R. BRITO, Acción de amparo, en "El Poder y su control", Serie
264 "Historia Constitucional del Uruguay"
137/985—, a la cuestión de carácter jurídico del efecto de las sentencias del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo (V. supra, nota 7).
Eduardo G. Esteva Gallicchio 265
55 y ss.; y, por todos: G.J. BIDART CAMPOS, , Breve introducción al estudio de los factores de presión y
de poder en "Boletín de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales", Universidad Nacional de
Córdoba, año XXIV, 1960, nº 3, ps. 47 y ss.
15 Digo inevitables consecuencias negativas, porque considerando el estado medio de la cultura
política, el signo de las consecuencias era independiente de los fundamentos que se invocaran.
266 "Historia Constitucional del Uruguay"
que se cumplieron las exigencias del art. 331 de la Constitución para la enmienda del
subsistema 16 normativo constitucional del sistema político.
En verdad fueron escasos los actores del sistema político que advirtieron desde
abril de 1985 la trascendencia de las cuestiones planteadas. Y ello, en cierto grado,
contribuye a individualizar una de las razones del resultado de las elecciones generales
de noviembre de 1989.
II
EL PROCEDIMIENTO EMPLEADO
PARA LA REFORMA EN 1989
§ 17. Fue el previsto por el ordinal A del art. 331 de la Constitución, esto es,
"por iniciativa del diez por ciento de los ciudadanos inscriptos en el Registro Cívico
Nacional, presentando un proyecto articulado que se elevará al Presidente de la
Asamblea General ..."
Destaco, como peculiaridad, que en las páginas de los diarios "El País",
"Ultimas Noticias", "La Mañana", "El Diario" y "La Hora Popular", se publicaron
durante algunos días de los meses de abril y mayo de 1989, formularios para ser
recortados, que contenían el texto del proyecto de reforma constitucional y espacios
para estampar la firma e individualizar la Credencial Cívica de los ciudadanos.
Los asociaciones de jubilados y pensionistas que promovieron el procedi-
miento de esta verdadera reforma constitucional por iniciativa popular, estimaron haber
obtenido 420.000 firmas en tan solo quince días hábiles. El 25 de mayo de 1989 fue
presentado el proyecto de reformas. Se cumplió, en la especie con el requisito
consagrado por el inc. final ord. C del art. 331 de la Constitución ("sólo se someterán a
la ratificación plebiscitaria simultánea a las próximas elecciones, ... (26 de noviembre
de 1989) ... los proyectos que hubieren sido presentados con seis meses de anticipación
—por lo menos— a la fecha de aquéllas...").
§ 18. De acuerdo con lo previsto por el art. 331, ord. A, inc. 2 de la Cons-
titución. Los legisladores NEGRO, GUADALUPE, José DÍAZ, CARÁMBULA, ALVAREZ,
LORENZO ROVIRA, RODRÍGUEZ CAMUSSO, PITA, CIGANDA, GARGANO, OLAZÁBAL,
JAURENA, PITTALUGA, SENATORE, RÍOS Y TORIANI —del Frente Amplio—, presentaron
el 16-VIII-1989 a la Asamblea General un "proyecto sustitutivo" del que fuera
promovido por iniciativa popular.
En la exposición de motivos, los referidos legisladores afirmaron: "En opinión
de quienes promovemos este proyecto sustitutivo, la reforma constitucional impulsada
por iniciativa popular tiene diversas carencias".
"Se destacan como las más importantes: a) la forma como está redactado su
artículo 1º lo induce a la interpretación de que está dejando sin efecto los actuales topes
legales (quince salarios mínimos), topes que se consideren de saludable mantenimiento.
No se considera equitativo que se privilegien las diferencias en favor de una minoría de
pasivos; b) no deja claramente establecida la periodicidad de los ajustes; c) restringe el
criterio de ajuste al índice medio de salarios, excluyendo el de precios al consumo, que
puede ser más beneficioso en ciertos casos y técnicamente más ajustado a esta materia;
d) insiste como fuente de financiamiento en las contribuciones obreras y patronales, en
circunstancias en que resultaría muy injusto el incremento de los descuentos a los
exiguos salarios de los trabajadores. Por su parte, los aumentos de aportes patronales
son habitualmente trasladados a los precios, circunstancia tampoco deseable en nuestra
coyuntura económica; e) no contempla ninguna solución compensatoria para las
pasividades diminutas o muy menores, a pesar de que el 81 por ciento de los jubilados y
pensionistas cobran por debajo de dos salarios mínimos nacionales; f) finalmente, ese
proyecto no aborda temas de enorme importancia para los pasivos, como son las
condiciones mínimas para gozar de la atención de la salud —en la edad en que
promedialmente más lo necesita— ni encara fórmula alguna para lograr que el
Directorio del Banco de Previsión Social se integre con representantes de afiliados
pasivos, activos y de empresas contribuyentes, como lo prevé la Constitución desde
hace veintidós años en la «disposición especial» «M» (habitual y erróneamente
considerada norma «transitoria»)".
"La lista de carencias del proyecto presentado por iniciativa popular, que se
acaba de reseñar, explica correlativamente las soluciones que se proponen en el presente
proyecto sustitutivo. En efecto el artículo 1º contiene una fórmula jurídicamente eficaz
para que la citada disposición M de la Constitución pueda cumplirse. El Art. 2º
—además de contener definiciones de principio de aceptación moderna generalizada en
materia de seguridad social— asegura una variación periódica justa para las pasividades
y pensiones. El Art. 3º encomienda al legislador, —fijándole un plazo de 90 días— el
establecimiento de un sistema de prevención y asistencia de salud para los pasivos, así
como aumentos complementarios anuales para los pasivos de ingresos diminutos; y el
Art. 4º, por su parte, le encomienda la creación o previsión de los recursos necesarios
para financiar los beneficios creados por el proyecto".
"En el aspecto puramente formal, es oportuno aclarar que la peculiar
numeración referida en los artículos 3º y 4º del proyecto «Art. 67 A» y «Art. 67 B» tiene
por objeto evitar —por razones prácticas y hasta documentales— que la introducción de
estas dos normas determine el cambio de numeración de todos los artículos siguientes
de la Constitución".
"Finalmente, aunque se reconoce que en la teoría de la formulación cons-
titucional pudiese sostenerse que varias de las normas del proyecto debieran ser de
rango legislativo ordinario, se ha optado por recoger una tradición de arraigo en el
constitucionalismo uruguayo: cuando determinadas soluciones tardan excesivamente
en ser legislativamente consagradas, se suele constitucionalizar el tema para lograr su
implantación (así ha ocurrido, por ejemplo, con el Tribunal de lo Contencioso
Administrativo, previsto desde la Carta de 1934 pero creado y regulado efectivamente
por la Constitución 1952; también con diversas soluciones electorales, etc.). Sin
268 "Historia Constitucional del Uruguay"
22 Los legisladores que sostuvieron lo contrario, no recordaban el inc. final del ord. C del art. 331
de la Constitución (V., op. cit., supra, nota (20), ps, 260 y ss.).
23 La más significativa fue la oposición al proyecto de reforma constitucional formulada por el
candidato a la Presidencia de la República por el sublema Batllismo del lema Partido Colorado. Jorge
BATLLE IBÁÑEZ fundamentó reiteradamente su opinión contraria.
24 Los guarismos incluidos en el texto fueron proporcionados por los medios de comunicación en
base a datos suministrados por la Corte Electoral el 5-II-1990. La cifra de votantes (2:056.176) puede
270 "Historia Constitucional del Uruguay"
creces las exigencias consagradas por el art. 331, ord. B, inc. 2 de la Constitución.
Quedó, así, jurídicamente perfeccionada la reforma constitucional.
Hasta el momento de entregar a la imprenta este volumen —febrero de
1993—, no fue publicado en la Sección Documentos del "Diario Oficial" el texto oficial
de la reforma constitucional en vigor desde el 1-V-1990 25.
incluir electores o votantes no ciudadanos (art. 78 de la Constitución), que no están legitimados para
pronunciarse a los efectos del art. 331 de la Carta.
25 El texto de las enmiendas puede verse en "Rev. Urug. de Der. Const. y Pol.", nos. 31-32, ps.
121-122.
INDICE