JOAN B. LLINARES Y NICOLAS SANCHEZ DURA (EDS.) Ky) 5 a) UO ENSAYOS DE FILOSOFIA DE LA CULTURA np t F2408 4 BIBLIOTECA NUEVAAhv4aot © Los autores, 2002 © Editorial Biblioteca Nueva, S. L., Madrid, 2002 Almagro, 38. 28010 Madrid (Espafia) ISBN: 84-9742-042-X Depadsito Legal: M-43.225-2002 Impreso en Rogar, S. A. Printed in Spain - Impreso en Espana ‘Queda prohibida, salve excepcion prevista en la ley, cual- q forma de repreduccién, distribucién, comunicacién publica y transformacion de esta obra sin contar con la j6n de los titulares de propiedad intelectual, La infraccién de los derechos mencionados puede ser cons- titutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sigs. Codigo Penal). El Centro Espanol de Derechos Re- prograficos (www.cedro.org) vela por el respeta de los ci- tados derechos.~Podemos juzgar las culturas? Diversidad cultural, filosofia de la cultura y punto de vista moral Jose A, Perez Taras (Universidad de Granada) La pregunta que encabeza estas paginas —«,podemos juzgar las culturas?»— puede tomarse de entrada como una pregunta retérica que interroga por lo obvio: «claro que si» seria la respuesta a ella que de inmediato podria darse, cancelando el doble fondo de la cuesti6n para tomar su formulacion retorica en el peor sentido, esto es, en el de reforzar sin ninguna problematizacion lo que de hecho ha- cemos los humanos con harta frecuencia, que hacemos a cada paso, y se puede decir que hoy mas que antes por las relaciones mas intensas entre individuos y grupos de culturas distintas, es juzgar esas culturas. Ello sucede con la particularidad anadida de que el juicio de las culturas ajenas suele explicitarse, en marcado contraste con el jui- cio acerca de la propia cultura, que, salvo excepciones constituidas por «intelectuales criticos» o por grupos en al- in sentido contraculturales, mas bien queda en el terreno l¢ lo implicito. Desde ahi, el benevolente enjuiciamiento de lo propio opera en su condicién de no-dicho como elemento de contrastacion para evaluar lo ajeno, lo culturalmente di- ferente, respecto de lo cual con tanta arrogancia como li- gereza se concluye demasiadas veces en una sumaria apre- ciacién negativa. Lo que hemos denominado efnocentrismo, presente en todas las culturas, incluso en aquellas en que se critica «desde dentro» —autocritica que ha llegado a ser notable en la cultura occidental—, responde a ese ingenuo juicio —no hace falta insistir en que no siempre bieninten- cionado— que se hace respecto de las culturas ajenas to- mando como baremo las pautas de la propia. ;Como, en- tonces, sin caer en el etnocentrismo, pueden juzgarse las culturas, que no deben ser idolos intocables que tiranicen a los hombres? [333]