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UNIVERSIDDAD ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA

ASIGNATURA:
Filosofía General

PARTICIPANTES:

Elva Rafelina López Quiroz

FACILITADOR:

POLONIA YSBERTA NUÑEZ ESPINO


INDICE

 INTRODUCCION

 LA FILOSOFIA EN LOS SIGLOS XIX Y XX

 Filosofía del siglo XIX

 Tendencias filosóficas en el siglo XIX

 La filosofía en el siglo XX

 CONCLUSION

 BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION

La filosofía no es un coto tan sólo reservado a pensadores extraordinarios y


excéntricos, tal y como se suele suponer. Todos filosofamos cuando no
estamos inmersos en nuestras tareas cotidianas y tenemos la oportunidad de
hacernos preguntas sobre la vida y sobre el universo.

Los seres humanos somos curiosos por naturaleza y no podemos evitar


plantearnos interrogantes acerca del mundo que nos rodea y del lugar que
ocupamos en él.

También disponemos de una capacidad intelectual muy potente que permite


que, además de plantearnos preguntas, podamos razonar sobre las mismas.
Aunque no nos demos cuenta, siempre que razonamos pensamos
filosóficamente.

La filosofía consiste más en el proceso de intentar encontrar respuestas a


preguntas fundamentales mediante el razonamiento, sin aceptar las opiniones
convencionales o la autoridad tradicional antes de cuestionarlas, que en el
hecho propiamente dicho de encontrar esas respuestas.
LA FILOSOFIA EN LOS SIGLOS XIX Y XX

A principios del siglo XIX había distintas concepciones de cuáles debían ser los
métodos para estudiar las funciones. Por una parte los alemanes, encabezados
por Johannes Müller, pensaban que debían utilizar la observación objetiva y
rechazaban la vivisección por ser cruel e infructuosa. Por otra, los franceses,
encabezados por François Magendie (1783–1855), pensaban lo contrario; la
vivisección era indispensable para recoger datos sobre las funciones
corporales. Las dos escuelas hicieron con sus métodos importantes
contribuciones al conocimiento de las funciones orgánicas. Los primeros, por
ejemplo, estudiaron las glándulas, la sangre, la linfa, el sistema nervioso y los
órganos de los sentidos. Los segundos trabajaron en explicar la fonación,
funciones del sistema nervioso, la nutrición, la digestión, etc.

Ambos métodos confluyeron a mediados del siglo XIX. Los métodos fueron
expuestos de forma brillante por un fisiólogo francés: Claude Bernard (1813-
78), discípulo de Magendie, en su obra Introducción al estudio de la medicina
experimental (1865). Bernard fundamentó la investigación fisiológica en el
llamado razonamiento experimental. Se iniciaba éste con una idea a priori
elaborada racionalmente que debía ser confirmada o rechazada por
experimentación. También formuló el llamado experimento analítico para
descartar la influencia de las circunstancias en las que la prueba se realiza (por
ejemplo, presión y temperatura ambientales, edad y peso del animal utilizado
en el experimento, etc.) suprimiendo o variando, una a una, todas ellas y
observando los resultados. Así Claude Bernard fue capaz de explicar muchos
hechos importantes para conocer las funciones orgánicas como la síntesis del
glucógeno en el hígado a partir de los azúcares de los alimentos.

Filosofía del siglo XIX

La filosofía del siglo XIX es la filosofía que se desarrolló en el mundo


occidental, principalmente en Europa, durante el siglo XIX. Este período se
caracteriza por ser en gran parte una reacción a la filosofía de Immanuel Kant.1
Comenzó con el desarrollo del idealismo alemán (principalmente Fichte,
Schelling y Hegel), pero siguió con una cantidad de otros movimientos,2 la
mayoría de los cuales fueron creados por filósofos trabajando desde fuera del
mundo académico.3

En Alemania, los excesos metafísicos del idealismo dieron lugar a un


movimiento neokantista.

Kierkegaard y Nietzsche sentaron las bases para la filosofía existencialista.4

Auguste Comte acuñó el término «positivismo» y popularizó la escuela del


mismo nombre.56
En la ética, Jeremy Bentham y John Stuart Mill elaboraron el utilitarismo, según
el cual la acción correcta es aquella que produce la mayor cantidad de felicidad
general.7

Karl Marx y Friedrich Engels invirtieron la filosofía hegeliana para sentar las
bases del materialismo dialéctico.

En los Estados Unidos, Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey
dieron origen a la escuela pragmatista.8

Por el final del siglo, Edmund Husserl inició la escuela de la fenomenología


trascendental.

En el último tercio del siglo, Gottlob Frege empezó con su trabajo en lógica
matemática, que habría de proveer las herramientas para la filosofía analítica,
pero que permanecería desconocido hasta el siglo XX.

Con respecto al siglo XVIII, son los desarrollos científicos los que desafiarían la
filosofía: el más importante fue el trabajo de Charles Darwin, el cual se basaba
en la idea de auto-regulaciones orgánicos encontrados en filósofos como Adam
Smith.

El siglo XIX tomó las nociones radicales de la auto-organización y del orden


intrínseco de la metafísica de Goethe y Kant, y procedió a la larga elaboración
de la tensión en el desarrollo sistemático y orgánico. El más destacado fue el
trabajo de Hegel, el cual propuso un marco dialéctico para el ordenamiento del
conocimiento. A partir de la crítica de Marx y Engels a la dialéctica hegeliana,
nace la dialéctica materialista y el materialismo histórico, y el Marxismo como
corriente de pensamiento. El siglo XIX también incluiría la negación de la
voluntad de Schopenhauer.

Tendencias filosóficas en el siglo XIX


En el siglo XIX se producen tres hechos fundamentales: la Revolución
Industrial, las revoluciones burguesas y la aparición del darwinismo. Estos
acontecimientos marcarán el nacimiento de corrientes filosóficas cuyas
doctrinas se centran en torno a las problemáticas generadas por los mismos;
éstas son: el materialismo dialéctico; el positivismo y utilitarismo; y
el historicismo. Paralelamente, el irracionalismo se preocupará por el tema de
la existencia.

Entre los filósofos existencialistas o irracionales se encuentran el


alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860), quien concibe, el mundo
eliminando la oposición sujeto-objeto. Esto es voluntad ciega y egoísta. Su
filosofía es fatalista. Y el danés Soren Kierkegaard (1813-1855), quien
defiende que el hombre es pensamiento. Este pensamiento es inseparable de
la existencia, por lo que todo intento de reflexión es subjetivo. La realidad es un
conjunto de posibilidades de acción, sin embargo, el hombre elige a ciegas lo
que le conduce a la angustia. Ante tal situación, sólo la fe proporciona apoyo al
individuo.

Auguste Comte (1798-1857) es el padre del positivismo. El eje central de su


pensamiento es la ley de los tres estados o desarrollos históricos necesarios
del progreso de la humanidad. El primer estadio es el teológico-mitológico, en
el que el hombre interpreta los fenómenos naturales como producto de unas
divinidades o poderes superiores. El segundo es el metafísico, en el que éstos
son interpretados mediante fuerzas abstractas e inmanentes. En el último, o
estadio positivo, el hombre se limita a establecer leyes descriptivas de los
fenómenos.

Auguste Comte creó la palabra altruismo que significa: dar sin esperar nada a
cambio, y vivió en función de ello.

Hegel nació en Stuttgart y estudió Teología, Filosofía y Lenguas clásicas en la


Universidad de Tubinga, en 1801 ejercía como profesor en la ciudad de Jena,
ciudad que abandonó a raíz de la invasión de Napoleón. Su pensamiento
tendrá una enorme influencia en filósofos posteriores, tanto que es considerado
en la historia clásica de la filosofía como el representante de «la cumbre del
movimiento decimonónico alemán del idealismo filosófico» y como un
revolucionario de la dialéctica.

El materialismo dialéctico será desarrollado por Marx (1811-1883)


y Engels (1820-1895) en su obra cumbre El capital. Éste es una transposición
del idealismo hegeliano al sustituir el concepto de Espíritu por el de materia,
sustrato físico y absoluto de todo lo existente. Este materialismo se considera
dialéctico en cuanto que la materia se halla sometida a un continuo proceso de
transformación y cambio. La realidad no es algo estático y la existencia no
necesita justificación teológica alguna, sino que se trata simplemente de lo
dado, de la plasmación de un tiempo determinado de esa continua tensión
dinámica de la materia.

Esta concepción de la realidad no puede separar naturaleza de historia, el


hombre es producto de su medio, sobre el que, a su vez, actúa. Por ello resulta
necesario desarrollar un materialismo histórico que estudie las condiciones
dialécticas del desarrollo histórico de la humanidad. El motor de la historia es
económico y está centrado en la tensión constante entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción que suponen la plasmación efectiva
de los diferentes sistemas políticos. Así, la dinámica de la historia es la lucha
de clases. En base a ella desarrolla su doctrina del socialismo científico regido
por la dictadura del proletariado.

Los filósofos vitalistas e historicistas analizaban al hombre en función de


sus actos y de su situación en el mundo. Entre ellos se encuentran el
alemán Wilhelm Dilthey (1836-1911), cuyo esfuerzo se centra en el análisis de
las diversas concepciones filosóficas de la historia mediante un método que él
denomina autognosis fundado en la vivencia, categoría subjetiva por medio de
la cual el individuo capta la realidad histórica y la interioriza.
El pensador suizo Jean-Jacques Rousseau fue un defensor del cristianismo.
De él son los conceptos de la civilización y la historia como corruptoras de la
bondad natural del ser humano.

El británico Herbert Spencer (1820-1903), precursor de Darwin en el término


evolución, intentó demostrar el proceso evolutivo tanto en el terreno físico-
biológico como en el histórico-sociológico. Friedrich Nietzsche (1844-1900) es
el filósofo más radical de esta tendencia. Se proclama a sí mismo como
pensador subjetivo, irracional y delirante, en cuanto el delirio es una forma
asumida del éxtasis vital. Afirma que, desde la perversión socrática del hombre,
la historia ha sufrido una continua decadencia, encarnada por la moral de
esclavos del cristianismo que ha hecho olvidar al hombre su individualidad
primaria y buscar el apoyo en un orden transcendente. Así, el hombre ha de
volver al punto inicial para recuperarse a sí mismo y para ello precisa la muerte
de Dios.

La filosofía en el siglo XX

En el siglo XX, y como consecuencia del enorme progreso científico, la filosofía


abandona su búsqueda de una totalidad real e ideal. El origen del Cosmos se
encuentra ahora en manos de la ciencia, pero frente a ello las devastadoras
guerras hacen que el hombre afronte por primera vez la posibilidad de la
extinción de la especie humana. En este sentido surgen nuevas filosofías
comprometidas, junto a ello el progresivo desgajamiento de ésta en diversas
disciplinas, la psicología, la sociología, etc. Sin embargo, durante todo el siglo
seguirán apareciendo diversos sistemas de interpretar el mundo.

La filosofía del italiano Benedetto Croce (1866-1952) es de clara raíz idealista y


metafísica. A pesar de su influencia hegeliana se opone al materialismo
histórico. Para él, la realidad es un proceso dialéctico de automanifestación del
espíritu expuesta en cuatro estadios (arte, filosofía, economía y ética). La
escuela idealista anglosajona tendrá sus máximos exponentes
en Whitehead (1861-1947), Samuel Alexander (1859-1938) y George
Santayana (1863-1952), su doctrina intentará reinterpretar el materialismo
científico de acuerdo con presupuestos idealistas. Frente al idealismo surgen
en Europa diversas tendencias que tratan de recuperar el criticismo de Kant. La
principal de éstas fue la fenomenología, expuesta por los filósofos alemanes
Husserl y Scheler.

Edmund Husserl (1858-1938) Max Scheler (1874-1928)

Otro grupo de pensadores son los clasificados dentro de las filosofías de la


vida. El francés Henri Bergson (1859-1941) elaborará la teoría de la duración,
única manifestación cognoscible de la existencia real. El proceso entero del ser
es movimiento, evolución regida por una fuerza interna o vital que no obedece
a leyes físicas ni es lineal, sino que posee un carácter impredecible y
pluridimensional.

El filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955) estaba enormemente


influenciado por el pensamiento del alemán Dilthey, y esto se refleja en toda su
obra. Reviste gran importancia su labor pedagógica llevada a cabo desde el
año de 1910, aunque no llegó a desarrollar un pensamiento sistemático, sino
que sostuvo un relativismo centrado en el hecho irreductible de la existencia
humana, «yo soy yo y mis circunstancias». Postula un raciovitalismo por el cual
la razón sólo puede entenderse desde la perspectiva vital. El hombre es una
realidad dinámica que cambia con su propia historia (el hombre no es, sino va
siendo).

Como consecuencia de las dos guerras surge en Europa el existencialismo,


basado en una concepción agónica de la vida. Sus tres representantes
fundamentales son los alemanes Karl Jaspers (1883-1969) y Martín
Heidegger (1889-1976), y el francés Jean-Paul Sartre (1905-1980). El
fundamento de la filosofía de Jasper es el estudio de la tradición especulativa
anterior, que le lleva a negar toda demostración racional de la transcendencia.
El ser humano, sin embargo, posee un anhelo de infinitud y de conocimiento
absoluto de la verdad. De ahí la tragedia de la existencia que siempre se revela
como insatisfacción. Pero la tragedia en la que hemos de morir debe ser
transformada en una actitud positiva. Su filosofía aboga por la aceptación de la
realidad tal y como es.

La tragedia siempre implica muerte, en el sentido de pérdida total de la


esperanza de una vuelta atrás.

La filosofía de Heidegger está centrada en el problema del ser, en cuanto que


éste constituye el único fundamento original de la especulación intelectual. Las
tesis fundamentales de Sartre son la oposición entre la conciencia o para sí y la
realidad exterior o en sí. La conciencia o para sí es finita e intenta llegar al en sí
o realidad, pero nunca lo consigue. Ante esta angustia, el único escape para el
hombre es la conciencia de su libertad en un mundo sin Dios.

Durante este siglo y tras el fallecimiento de Engels el "pensamiento marxista"


se divide en tres corrientes. El sector reformista encabezado por Eduard
Bernstein, desviación radical del marxismo. Niega que el pensamiento
dialéctico pueda aplicarse a la ciencia y se muestra moderado en política. La
postura ortodoxa de Karl Kautsky, que se considera a sí misma como la
heredera doctrinal de Marx, y, por último, la izquierda reformista, con Rosa
Luxemburgo y Anton Pannekoek a la cabeza.

Frente a estas tres posturas, la corriente que alcanzó la hegemonía final fue la
revolucionaria, encabezada por Vladimir Ilich Ulianov Lenin (1870-1924). Su
doctrina, en el plano filosófico, reivindica el materialismo dialéctico, y en el
político sostiene la internacionalización del socialismo, propugna la lucha
revolucionaria de clases y defiende la necesidad de la dictadura del
proletariado, paso previo para la disolución comunista del Estado. La mayor
diferencia de su pensamiento con el de Marx estriba en su defensa de la
necesidad de un partido que dirija a las fuerzas proletarias.

Vladimir Ilich Ulianov Lenin. Al triunfar la revolución rusa abandona las


actividades teóricas y se dedica a reorganizar política, económica y
socialmente su país.

Otros teóricos del marxismo fueron K. Lukács, Korsch y Gramsci. Con el


nombre de la escuela de Frankfurt se conoce a una tendencia filosófica cuyos
miembros se agruparon en torno al Instituto de Ciencias Sociales de Frankfurt,
cuya doctrina se enfocaba hacia la teoría crítica de la sociedad y su fuente de
inspiración era el marxismo. Su fundador fue Max Horkheimer, que consideraba
que entre la teoría marxista y la conducta real de la sociedad existe una
contradicción, por ello hay que elaborar una teoría crítica que analice el
proceso que lleva a la conducta por medio de la aplicación matizada de las
teorías freudianas. Otros filósofos de esta escuela fueron Theodor
Adorno (1903-1969), Herbert Marcuse (1898-1979) y Louis Althuser (1921-
1982).

A principios del siglo XX surge también la filosofía analítica, cuyo planteamiento


general es el riguroso análisis filosófico. Sus principales representantes
fueron Bertrand Russell, Wittgenstein y el Círculo de Viena. Dentro del Círculo
de Viena un conjunto de pensadores, Carnap, Neurath, Hahn y Waismann,
hacia 1922 se agruparon en torno a Moritz Schlickformando una corriente
filosófica conocida como neopositivismo. El Círculo de Viena se disolvió
definitivamente en 1936 por causa del ascenso del nazismo en Austria.
Moritz Schlick creador del Círculo de Viena. En 1936 Moritz Schlick fue
asesinado por un estudiante Nazi, desde ese momento se disuelve el Círculo
de Viena y la mayor parte de los miembros escapan a otros países,
principalmente a Estados Unidos.

CONCLUSION
Los primeros filósofos de la historia, en la Grecia y la China antiguas, fueron
pensadores a los que no satisfacían las explicaciones establecidas
procedentes de la religión y de la costumbre, y que buscaron respuestas con
una base racional.

Del mismo modo que nosotros podemos compartir nuestras opiniones con
amigos y colegas, ellos comentaban sus ideas entre ellos, e incluso fundaron
«escuelas» en las que, además de enseñar las conclusiones a las que habían
llegado, también presentaban el proceso de pensamiento que les había llevado
hasta ellas.

Animaban a sus alumnos a disentir y a criticar las ideas que les planteaban,
para perfeccionarlas y pensar en otras distintas.
La idea del filósofo solitario que llega a sus conclusiones en el aislamiento es
muy habitual, pero también errónea, ya que en realidad esto sucede en muy
raras ocasiones. Las ideas nuevas surgen del debate, del examen, del análisis
y de la crítica de las ideas de los demás.

BIBLIOGRAFIA
 Aguilar y Lara, J, Cuadros sinóptico-descriptivos de fisiología humana,
Valencia, Pascual Aguilar, 1882.
 Bernard, C., Introduction a l’étude de la médecine experiméntale, Paris,
J.B. Baillière et fils,1865.
 Budge, J., Compendio de fisiología humana, traducido por el Dr. Juan
Aguilar y Lara, Valencia, Pascual Aguilar, 1877.
 Fresenius, R., Tratado de análisis química cualitativa..,. trad. de Vicente
Peset Cervera, Valencia, Pascual Aguilar, 1885.
 Fresenius, R., Tratado de análisis química cuantitativa..., trad de Vicente
Peset Cervera, Valencia, Pascual Aguilar, 1887-87.
 Gil y Morte, A., Tratado de Fisiología humana y nociones de fisiología
comparad, Valencia, Imprenta de Francisco Vives, 1902-1903.
 Magendie, F., , Compendio elemental de fisiología..., trad. de Ramón
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 Martínez Gil, E., Tratado de anatomía de los humores, Valencia, Manuel
Aluzfre, 1883.
 Müller, J., Los fenómenos fantásticos de la visión, trad. de José M.
Sacristán, Madrid, Espasa Calpe, 1946) (Edición alemana de 1826).

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