Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Por
Ingeniero Civil
Por
Director
JULIO ESTEBAN COLMENARES MONTAÑEZ
Ingeniero Civil, MG, MSc, DIC, PhD
ii
Nota de aceptación
______________________________________
______________________________________
______________________________________
______________________________________
Ing. Julio Esteban Colmenares Montañez.
Director de la Tesis
______________________________________
Ing. Manuel García López
Jurado
______________________________________
Ing. Félix Hernández Rodriguez
Jurado
iii
A juancho y emilita.
v
AGRADECIMIENTOS
La Universidad del Quindío, por la financiación, y a todas las personas de esta institución
que facilitaron mi trabajo, en especial mi agradecimiento a Hugo Monsalve J., Luis E.
Guayacán R., Luis Gerardo Zuluaga Z., Rubén Ortegón y Lina M. Cifuentes W.
vi
CONTENIDO
RESUMEN ....................................................................................................................XVIII
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 1
vii
5. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS ...................................................... 57
5.1. CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD .................................................................. 57
5.2. COMPORTAMIENTO ESFUERZO - DESPLAZAMIENTO............................................... 71
5.3. PARÁMETROS DE RESISTENCIA DE MOHR-COULOMB ............................................ 77
5.4. RESISTENCIA EN P ROCESOS DE SECADO-HUMEDECIMIENTO ................................. 82
5.5. PREDICCIÓN DE LA RESISTENCIA AL CORTE USANDO ECUACIONES ....................... 91
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ..................................................... 104
6.1. RELACIONES HUMEDAD-SUCCIÓN Y CAMBIOS DE VOLUMEN .............................. 105
6.2. COMPORTAMIENTO DEL SUELO PARCIALMENTE SATURADO EN LA FALLA ............ 105
6.3. PARÁMETROS DE RESISTENCIA AL CORTE ........................................................... 106
6.4. RESISTENCIA AL CORTE EN SECADO Y HUMEDECIMIENTO ................................... 106
6.5. PREDICCIÓN DE LA RESISTENCIA DEL SUELO PARCIALMENTE SATURADO ........... 107
6.6. RECOMENDACIONES PARA INVESTIGACIONES FUTURAS.................................... 108
REFERENCIAS ................................................................................................................ 110
viii
LISTA DE TABLAS
TABLA 1. MÉTODOS DE MEDICIÓN DE LA SUCCIÓN (DE RIDLEY & WRAY, 1995) .................. 12
TABLA 2. FACTOR DE CRECIMIENTO DE LA RESISTENCIA AL CORTE
RESPECTO A LA SUCCIÓN (TAN φ ) EN DIFERENTES ECUACIONES EMPÍRICAS.......... 31
B
ix
LISTA DE FIGURAS
x
FIGURA 27. COMPARACIÓN DE LAS CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD DE LOS
SUELOS LA Y AL, RESPECTO A OTROS SUELOS DE LA REGIÓN DEL Q UINDÍO. ...... 62
FIGURA 28. CONSTRUCCIÓN GRÁFICA DE VANAPALLI ET AL. (1998)
PARA ESTIMAR EL VALOR DE ENTRADA DE AIRE. ............................................... 63
FIGURA 29. CURVAS DE RETEN CIÓN DE HUMEDAD EN COORDENADAS NATURALES . ............. 64
FIGURA 30. COMPARACIÓN DE CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD
EN SECADO Y HUMEDECIMIENTO. ....................................................................... 65
FIGURA 31. CAMBIOS DE LA RELACIÓN DE VACÍOS (E) CON LA SUCCIÓN............................... 67
FIGURA 32. CAMBIOS DEL VOLUMEN TOTAL Y DEL VOLUMEN DE AGUA
DURANTE EL SECADO. ........................................................................................ 68
FIGURA 33. RELACIÓN ENTRE SUCCIÓN Y DIÁMETRO DE LOS POROS EN EL SUELO AL. .......... 70
FIGURA 34. CURVA DE DISTRIBUCIÓN DE TAMAÑOS DE POROS DEL SUELO AL. ..................... 70
FIGURA 35. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO LA, EN SECADO........ 73
FIGURA 36. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO LA,
EN HUMEDECIMIENTO ........................................................................................ 74
FIGURA 37. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO AL, EN SECADO........ 75
FIGURA 38. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO AL, EN
HUMEDECIMIENTO .............................................................................................. 76
FIGURA 39. ENVOLVENTES DE RESISTENCIA DEL SUELO EN ESTADO HÚMEDO (NATURAL)
INUNDADO.......................................................................................................... 80
FIGURA 40. ENVOLVENTES DE RESISTENCIA DEL SUELO SECO AL AIRE INUNDADO. .............. 81
FIGURA 41. EFECTO DEL SECADO EN LAS ENVOLVENTES DE RESISTENCIA PICO DEL SUELO . . 81
FIGURA 42. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DEL GRADO DE SATURACIÓN..................... 83
FIGURA 43. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DE LA SUCCIÓN EN EL LIMO ARENOSO. ...... 85
FIGURA 44. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DE LA SUCCIÓN EN LA ARENA LIMOSA . ..... 86
FIGURA 45. POSIBLE RELACIÓN ENTRE LA CAÍDA DE RESISTENCIA AL CORTE PARA
S=60% Y LA RETRACCIÓN DEL AGUA DE LOS MACROPOROS............................... 87
FIGURA 46. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DE LA SUCCIÓN EN
UN CICLO SECADO- HUMEDECIMIENTO. ............................................................... 89
FIGURA 47. RESISTENCIA AL CORTE CON DIFERENTES VALORES DE HUMEDAD, EN SECADO
Y HUMEDECIMIENTO, RESPECTO A ENVOLVENTES DE RESISTENCIA DEL
SUELO HÚMEDO (NATURAL). .............................................................................. 90
FIGURA 48. MODELO DE VANAPALLI ET AL. (1996 B), APLICADO EN EL RANGO
COMPLETO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO............................ 92
FIGURA 49. MODELO DE VANAPALLI ET AL. (1996 B), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. ............................ 93
FIGURA 50. ÁNGULO φB DE CRECIMIENTO DE LA RESISTENCIA AL CORTE .............................. 94
FIGURA 51. RELACIÓN ENTRE EL PARÁMETRO DE AJUSTE (κ) Y EL ÍNDICE DE PLASTICIDAD. 95
FIGURA 52. MODELO DE ÖBERG & SÄLLFORS (1995), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. ............................ 96
FIGURA 53. MODELO DE KHALILI & KHABBAZ (1998), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. ............................ 98
FIGURA 54. PARÁMETRO χ DE LA ECUACIÓN DE ESFUERZOS EFECTIVOS DE BISHOP (1959) .. 99
xi
FIGURA 55. MODELO DE RASSAM & COOK (2002), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. .......................... 100
FIGURA 56. COMPARACIÓN DE DIFERENTES FUNCIONES DE RESISTENCIA AL CORTE
RESPECTO A SUCCIÓN, PARA LOS SUELOS EN PROCESO DE SECADO................... 101
FIGURA 57. PREDICCIÓN DE RESISTENCIA AL CORTE (VANAPALLI ET AL., 1996B)
EN UN RANGO MUY ESTRECHO DE LA SUCCIÓN. ................................................ 102
FIGURA 58. MODELO DE VANAPALLI ET AL. (1996 B), PARA LOS SUELOS EN PROCESO
DE HUMEDECIMIENTO....................................................................................... 103
FIGURA 59. ENSAMBLAJE PARA LA MEDICIÓN DE SUCCIÓN POR CONTACTO CON
PAPEL DE FILTRO. ............................................................................................. 117
FIGURA 60. ENSAMBLAJE DE LA PROBETA DE SUELO , LOS ACCESORIOS Y EL PAPEL
DE FILTRO. ....................................................................................................... 118
FIGURA 61. SELLADO DE LA PROBETA DE SUELO UTILIZANDO PAPEL PLÁSTICO
Y CINTA ADHESIVA ........................................................................................... 119
FIGURA 62. ASPECTO DEL ENSAMBLAJE ENVUELTO EN PAPEL PLÁSTICO Y
CINTA ADHESIVA .............................................................................................. 119
FIGURA 63. INTRODUCCIÓN DEL ENSAMBLAJE EN LAS BOLSAS DE PLÁSTICO CON SELLO. ... 120
FIGURA 64. PAQUETE CON LA PROBETA ANTES DE INTRODUCIR A LOS RECIPIENTES
DE TEMPERATURA CONTROLADA ...................................................................... 120
FIGURA 65. RECIPIENTES TÉRMICOS UTILIZADOS PARA MANTENER LAS PROBETAS. ........... 121
FIGURA 66. RETIRO DE LA ENVOLTURA ALREDEDOR DE LA TAPA DE MATERIAL ACRÍLICO.. 122
FIGURA 67. ASPECTO DE LA PROBETA DESPUÉS DE RETIRADA LA TAPA DE LA ENVOLTURA .123
FIGURA 68. DESTAPADO DE LA PROBETA PARA RETIRAR EL PAPEL DE FILTRO. ................... 123
FIGURA 69. PESAJE DEL PAPEL DE FILTRO. .......................................................................... 124
FIGURA 70. RECIPIENTES DE SECADO, ROTULADOS............................................................. 124
xii
LISTA DE ANEXOS
xiii
LISTA DE SÍMBOLOS
η= Porosidad.
ψ= Succión total.
ψr = Valor de la succión correspondiente al contenido de agua residual.
θ= Contenido de agua volumétrico o humedad volumétrica.
θr = Contenido de agua volumétrico residual.
θS = Contenido de agua volumétrico del suelo saturado.
θ90 = Contenido de agua volumétrico correspondiente al 90% del valor de la
humedad del suelo saturado.
Θ = Humedad volumétrica normalizada = θ /θS
ρ= Densidad total, o densidad de la masa constituida por sólidos y agua.
ρd = Densidad seca de la masa de suelo.
ρS = Densidad de los sólidos del suelo.
ρW = Densidad del agua.
π= Succión osmótica.
χ= Parámetro relacionado con el grado de saturación, en la ecuación de
esfuerzos efectivos de Bishop (1959).
κ = Parámetro de ajuste.
∆u = Diferencia de presiones entre ambas caras de una interfase aire-agua.
φ’ = Ángulo de resistencia al corte efectivo.
φ’pp = Ángulo de resistencia al corte efectivo pospico.
φb = Ángulo que representa el incremento de resistencia al corte respecto a la
succión.
σ’ = Esfuerzo normal efectivo.
xiv
σn = Esfuerzo normal total.
(σn – ua ) = Esfuerzo normal neto.
τ= Resistencia al corte del suelo.
τus = Componente de la resistencia al corte aportada por la succión.
τp = Resistencia máxima al corte o resistencia pico.
τpp = Resistencia al corte pos-pico, o valor de resistencia constante obtenido con
desplazamiento alto.
a = Parámetro de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994); generalmente corresponde a un valor un poco
mayor que el valor de entrada de aire.
aw = Ärea de agua normalizada.
A = Constante de ajuste.
Adw = En una sección de suelo, el área de agua correspondiente a cualquier grado
de saturación.
Atw = Área de agua en estado saturado.
Auw = Área de agua en la condición residual (o seca).
AW = Área de agua efectiva en contacto con los sólidos.
B = Constante de ajuste.
C = Constante de proporcionalidad.
C (ψ) = Función de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994).
c’ = Cohesión efectiva.
c’pp = Cohesión efectiva pospico.
D = Diámetro de los poros.
e = Relación de vacíos.
e = Base de los logaritmos naturales = 2.71828...
eW = Relación de vacíos equivalente (Toll, 1995).
GS = Gravedad específica o densidad relativa de los sólidos.
HR (%) = Porcentaje de humedad relativa.
xv
Ib = Índice de fragilidad, dado por (τpico – τpos-pico )/τpico x 100%
m = Parámetro de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994).
M = Masa molecular del vapor de agua.
MS = Masa de los sólidos.
MH = Masa húmeda.
Mi = Masa húmeda inicial.
MW = Masa del agua.
n = Parámetro de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994).
P = Presión de vapor de agua.
P0 = Presión de saturación de vapor de agua.
R = Constante universal de los gases (molar).
r = Coeficiente de correlación.
R1 = Radio de curvatura menor de un menisco o de una membrana curvada.
R2 = Radio de curvatura mayor de un menisco o de una membrana curvada.
RS = Radio de curvatura de la membrana agua-aire curvada.
S = Grado de saturación.
Se = Grado de saturación efectivo.
Sr = Grado de saturación residual.
T = Temperatura absoluta.
TS = Esfuerzos de tensión en la interfase agua-aire.
ua = Presión de aire.
uw = Presión de agua.
(ua – uw) = Succión matricial.
(ua – uw)b = Valor o punto de entrada de aire, también llamado presión de burbuja.
V = Volumen total del suelo.
VS = Volumen de sólidos.
VV = Volumen de vacíos en el suelo.
xvi
VW = Volumen de agua en los vacíos del suelo.
w = Contenido de agua (gravimétrico) o humedad (gravimétrica).
wf = Contenido de agua o humedad final.
wi = Contenido de agua o humedad inicial.
wr = Contenido de agua (gravimétrico) residual.
xvii
RESUMEN
Abstract: Shear strength under partly saturated conditions, of two volcanic ash soils from
Quindío (Colombia), was studied. The contribution of the suction to the shear strength was
determined for different values of water content in a controlled cycle of air-drying -
wetting. Shear strength and suction relationship s were determined, using soil- water
characteristic curves. They were adjusted by means of semi-empirics strength criteria.
Changes in load-displacement behavior and shear strength were shown as the suction
changes. The shear strength initially increases with drying, and then it diminishes when the
soil approaches the air-dry state. The soil initially being air-dry, looses strength gradually
with wetting. The final strength is smaller than the one of the soil initially saturated.
xviii
INTRODUCCIÓN
El conocimiento que tienen los ingenieros geotecnistas sobre los suelos volcánicos en
Colombia se sustenta en la mecánica de suelos clásica, la cual supone que el suelo está en
estado saturado o en estado seco. Esto es entendible porque la mecánica de suelos se
desarrolló principalmente para estudiar suelos saturados, abundantes en los países de zonas
templadas y de clima húmedo. Sin embargo, el clima, la topografía y la profundidad de los
niveles freáticos, característicos de las regiones de Colombia donde abundan los suelos
volcánicos, generan condiciones favorables para encontrarlos, casi siempre, en una
condición de saturación parcial.
Las capas del terreno más cercanas a la superficie son más susceptibles a las acciones
ambientales, llegando a experimentar cambios cíclicos secado-humedecimiento a lo largo
de cada año, debido a causas naturales o actividades humanas, que afectan especialmente el
comportamiento de pavimentos, taludes, rellenos y terraplenes. Por eso, el estudio del
fenómeno de la posible alteración de la resistencia con los cambios de humedad en los
suelos de origen volcánico, se aborda con el enfoque de la mecánica de suelos parcialmente
saturados, bajo el cual la interacción entre el agua y el aire de los poros juega un papel
principal en la determinación del estado de esfuerzos y en consecuencia en la resistencia al
corte.
1
bloques (García, 1992; O’Rourke & Crespo, 1988). Esto ocurre en depósitos de suelos que
pertenecen a la categoría de suelos parcialmente saturados.
Los suelos parcialmente saturados han sido objeto de numerosos trabajos de investigación
en las últimas dos décadas, y en la actualidad existe una base teórica para entender su
comportamiento. La dificultad para implementar la teoría está en la complejidad de las
pruebas de laboratorio y de campo, requeridas para medir las variables que definen el
estado de esfuerzos en un suelo parcialmente saturado. Por esta razón, gran parte de esa
investigación también se ha dirigido al desarrollo de tecnología y de técnicas que hagan
aplicable la teoría a los problemas geotécnicos. Actualmente, se observa cierta tendencia a
plantear una mecánica de suelos generalizada, que pueda aplicarse tanto a los suelos
saturados como a los parcialmente saturados, ya que éstos últimos se encuentran ocupando
las zonas más pobladas de la tierra y casi un tercio de su superficie.
El trabajo experimental que se presenta en esta Tesis de Maestría, podría tener un alcance
práctico interesante, al simular el efecto de las condiciones de exposición ambiental de las
capas más superficiales del terreno sobre la resistencia al corte del suelo, a través de un
ciclo de secado al aire-humedecimiento. Los resultados constituyen una contribución para
la interpretación del comportamiento del suelo estudiado, porque muestran que existe un
aporte importante de la succión a la resistencia, y que la magnitud de esta contribución no
es independiente de los ciclos de secado-humedecimiento. La integración de estos
resultados a criterios de resistencia servirá para una mejor caracterización de los suelos de
origen volcánico teniendo en cuenta su condición de saturación.
2
1. OBJETIVOS Y PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Antes de iniciar el proceso de secado, las muestras en estado natural fueron puestas en
condición cercana a la saturación, y llevadas gradualmente hasta condición seca al aire.
Posteriormente, las muestras secas al aire fueron humedecidas gradualmente hasta alcanzar
el estado de inundación. Se utilizaron en este trabajo muestras inalteradas, obtenidas por
labrado de bloques in-situ, con el fin de preservar la estructura original del suelo.
3
2. OBSERVACIONES SOBRE LA RESISTENCIA DE LOS SUELOS
PARCIALMENTE SATURADOS
Cuando se estudian los efectos de los cambios en el contenido de agua sobre las
propiedades físicas y mecánicas de los suelos, se deben precisar las acciones que producen
los cambios y las condiciones bajo las cuales se producen éstos.
Otra condición del suelo es aquella en que presenta un volumen de agua menor que el
volumen de los vacíos; esto es cuando el suelo está parcialmente saturado. Esta condición
del suelo se encuentra normalmente en la zona del terreno más cercana a la superficie o en
la zona por encima de niveles de agua freática profundos, en la cual la humedad del suelo
es una variable controlada por diversos factores, como la lluvia, la evaporación, la
vegetación, la infiltración, el relieve, el tipo de suelo, la porosidad, etc. Por consiguiente, en
suelo parcialmente saturado pueden suceder cambios de humedad sin haberse producido
necesariamente cambios idénticos del volumen de los vacíos del suelo, y sin cambios
previos de los esfuerzos. En suelo parcialmente saturado, la interacción de la película o
interfase aire-agua con las partículas del suelo, desempeña un papel importante en el estado
de esfuerzos (Fredlund & Rahardjo, 1993). Los cambios de humedad modifican la forma de
actuar de esta interfase con la superficie de los sólidos, alterando el estado de esfuerzos y
por ende produciendo el cambio de volumen del suelo. Bajo este contexto se revisará el
estado de conocimientos necesario para abocar el tema de la influencia de los cambios de
humedad por secado-humedecimiento en la resistencia de un suelo de origen volcánico
parcialmente saturado, con el fin de construir el marco teórico mínimo para el análisis de
los resultados experimentales de esta investigación.
4
2.1. CONCEPTOS FUNDAMENTALES
Las relaciones masa- volumen se definen tomando como base el sistema de tres fases:
sólidos, agua y aire, en el cual se descarta el volumen de la membrana contráctil, porque es
demasiado pequeño para influir en los cálculos y porque se considera su masa como parte
de la masa del agua. Dentro de las propiedades volumétricas y gravimétricas del suelo de
tres fases, está uno de los conceptos más elementales y básicos: la Porosidad (η), la cual es
definida como la relación entre el volumen de los vacíos (VV), esto es la suma de los
volúmenes de aire y agua, respecto al volumen total (V).
VV
η= (2.1)
V
Otras relaciones importantes son: la Relación de vacíos (e), definida por la relación entre el
volumen de los vacíos (VV), y el volumen de los sólidos (VS ):
VV
e= (2.2)
VS
Una variable parecida a la anterior, que ha sido utilizada para representar el contenido de
agua del suelo parcialmente saturado, se llama la Relación de vacíos equivalente (eW), y se
define como la relación entre el volumen de agua (Vw), y el volumen de los sólidos (VS )
(Toll, 1995):
VW
eW = (2.3)
VS
Grado de saturación (S), es el porcentaje del volumen de los vacíos (VV) ocupado por un
volumen de agua (Vw):
100 VW
S= % (2.4)
VV
5
Humedad gravimétrica o contenido gravimétrico de agua (w), se define como la relación
entre la masa del agua (M W) respecto a la masa de los sólidos (MS ).
MW
w= (2.5)
MS
Contenido volumétrico de agua o humedad volumétrica (θ ), es la relación entre el volumen
del agua (V W) respecto al volumen total (V):
VW
θ= (2.6)
V
En los suelos parcialmente saturados, la humedad volumétrica (θ) constituye una variable
importante para el análisis de los cambios volumétricos asociados a variaciones del
contenido de agua.
Las relaciones entre masa y volumen se definen como Densidad o densidad total (ρ ):
MW + M S
ρ= (2.7)
V
MS
ρS = (2.9)
VS
6
Por sustitución de variables, se pueden encontrar algunas otras formas fundamentales de las
relaciones masa- volumen en el suelo parcialmente saturado. El contenido de agua
volumétrico (θ ), puede expresarse en términos de la porosidad y el grado de saturación:
θ = Sη (2.11)
La ecuación (2.11) permite observar que en un suelo saturado S=1 (S=100%), el contenido
de agua volumétrico tiene el mismo valor de la porosidad ( θ = η ).
ρd
θ=w (2.12)
ρW
La relación de vacíos equivalente (e W) es una medida de la cantidad de agua, relacionada
con el contenido de agua (w) de la siguiente fo rma:
eW = w GS (2.13)
El uso de esta cantidad como medida del contenido de agua presenta la ventaja de permitir
observar los cambios de humedad sobre la misma escala de los cambios del volumen o la
relación de vacíos.
Baver (1966) hizo un recuento bastante completo respecto al origen de la s teorías sobre el
comportamiento del agua en el suelo. Los primeros conceptos fueron desarrollados bajo la
hipótesis del tubo capilar, a finales del siglo 19. Esta hipótesis atribuye la retención de agua
a las fuerzas de tensión provenientes de la curvatura de las películas de agua que rodean las
partículas, que dependen del tamaño y cantidad de los tubos capilares en el suelo.
Posteriormente, a comienzos del siglo 20, se introdujo el concepto de potencial capilar para
definir la atracción del suelo y el agua. Desde el punto de vista de la física este concepto
expresa el trabajo para retirar una cantidad dada de agua del suelo. Por tanto, el potencial
representa la capacidad del suelo de retener humedad. Más adelante, se demostró que el
potencial capilar es función continua del contenido de agua. Estos dos enfoques, el del tubo
capilar y el de potencial capilar, no se excluyen entre si. Las presiones capilares y el
potencial capilar son de signo negativo, porque las moléculas del interior del agua ejercen
atracción sobre las moléculas de la interfase aire-agua, causando esfuerzos de tensión en la
superficie.
7
En los vacíos del suelo actúan otras fuerzas, además de las capilares, las cuales se suman
para conformar el potencial total. Childs y George (1948) (en Baver, 1966) se refieren a
cuatro componentes: el potencial gravitacional, la diferencia de presiones en la interfase
aire-agua, la presión osmótica, y el potencial de adhesión. La diferencia de presiones de
aire y de agua en la interfase ( ua – uw ), constituye la componente conocida como succión
matricial. La succión osmótica es la presión negativa produc ida por la presencia de sales
solubles en el fluido de poros o por diferencias en la disociación de iones adsorbidos sobre
la superficie de las partículas arcillosas. La suma de la succión matricial y la succión
osmótica se conoce como succión total o energía libre del agua en el suelo.
R T ρW P
ψ=− ln (2.14)
M P0
Donde, ψ = succión total; R = constante universal de los gases (molar); T = temperatura
absoluta; ρW = densidad del agua; M = masa molecular del vapor de agua; P = presión de
vapor observada sobre la interfase; P0 = presión de saturación de vapor de agua sobre la
superficie lisa del agua pura a la misma temperatura. El término P/P 0 en la ecuación (2.14)
se conoce como la humedad relativa HR (%); de allí se deduce que un suelo con humedad
relativa de 100% tiene valor nulo de la succión y sólo cuando la humedad relativa sea
menor de 100% se tendrá algú n valor de succión.
TS
∆u = (2.15)
RS
En el modelo físico, la cara cóncava está expuesta a la presión de aire (ua ), que es mayor
que la presión del agua (uw) que actúa sobre la cara convexa, y la diferencia entre ambas
8
presiones ∆u = (ua – u w) representa la succión. La ecuación (2.15) se puede extender al
modelo de superficie curvada en forma de cascarón, con radios de curvatura en las dos
dimensiones ortogonales R1 y R2 , o al micro- modelo de esferas o discos (ver la Figura 2).
La diferencia de presiones sobre la membrana contráctil (succión), se expresará en esos
casos como:
1 1
(u a − u w ) = TS + (2.16)
R1 R2
β β
β
β
∆
De las ecuaciones (2.15) y (2.16) se deduce que hay aumento de la succión matricial
cuando decrece el radio de curvatura de la interfase aire-agua. La relación entre los
conceptos de tubo capilar y potencial capilar, o la relación entre la presión de vapor y la
curvatura de la membrana contráctil, permite deducir que al evaporarse el agua durante
9
algún proceso de secado, la interfase aire-agua se curva debido a las diferencias de presión
en el aire y el agua.
Otro factor que influye en el fenómeno de la succión es la presencia de sales en el agua del
suelo. Cuando éstas se encuentran presentes, se reduce la presión de vapor sobre la
superficie de la interfase aire-agua, y disminuye la evaporación. Esta relación entre la
concentración de sales y la presión de vapor, es aprovechada como técnica para generar
determinado nivel de succión en algunas pruebas de laboratorio de suelos.
El fenómeno de la succión se puede resumir en los términos de Ridley & Wray (1995), de
acuerdo con los niveles en los cuales se puede hacer su medición. El primer nivel de
medición es la succión matricial (ua – uw), definida como la medida de la energía necesaria
para mover una molécula de agua dentro de la matriz del suelo. El segundo nivel es la
succión total ψ, definida por la medida de la energía requerida para remover una molécula
del agua hacia la fase de vapor. Cuando el agua del suelo no contiene sales, ambos valores
son iguales; en caso contrario, la presión de vapor se reduce y se incrementa la energía
necesaria para remover una molécula de agua, esto es, se incrementa la succión total. Este
incremento se denomina succión osmótica π. Las sales disueltas no cambian el nivel de
energía necesario para mover una molécula de agua dentro de la matriz; por tanto, la
succión osmótica y la succión matricial son independientes.
Los métodos de medición de la succión pueden clasificarse en directos, cuando miden las
presiones en los poros; e indirectos, si relacionan la succión con alguna otra medida (como
humedad, grado de saturación del aire, etc.). También pueden clasificarse en métodos para
medir la succión total y métodos para medir la succión matricial (ver la Tabla 1). Aunque
existen métodos para medir la succión osmótica, por lo general se prefiere estimar ésta
como la diferencia entre las succiones total y matricial. La descripción completa de los
diferentes métodos puede verse en Fredlund & Rahardjo (1993) y Ridley & Wray (1995).
10
El método de medición de la succión que se utiliza en el presente trabajo se describe a
continuación.
Este método utiliza, como instrumento de medida, papel de filtro tipo cuantitativo y libre de
ceniza (ash-free). La norma ASTM D 5298 1994 reglamentó el método, indicando el uso de
papel ASTM E382 Tipo II. Los papeles más utilizados son el Whatman No.42 de
fabricación inglesa, y el Schleicher & Schuell No.589 Banda Blanca de fabricación
alemana.
Para hacer la medición, el papel de filtro y el suelo deben estar juntos, en contacto o no,
durante el tiempo suficiente para que equilibre el flujo de humedad entre suelo y papel a
través de la fase líquida o a través del vapor. Cuando el papel de filtro hace contacto con el
suelo, de tal manera que el agua pasa por capilaridad, la medida es la succión matricial.
Cuando el papel y el suelo no están en contacto y la humedad se equilibra a través de vapor,
en un medio cerrado, la medida será la succión total. Una vez alcanzado el estado de
equilibrio, la succión en el papel de filtro será igual a la succión en el suelo. Si previamente
se conoce la relación entre la humedad y la succión del papel (curva de calibración),
entonces se puede estimar la succión del papel simplemente midiendo la humedad de éste.
El método de ensayo por contacto, consiste en colocar una hoja de papel de filtro en
contacto con la superficie lisa del suelo y recubrir con un elemento liso y liviano, por
ejemplo una lámina de material acrílico. El conjunto formado por el suelo, el papel de filtro
y la cubierta de material acrílico, se envuelve y sella completamente, y se coloca en
ambiente de temperatura controlada, mientras la succión del papel y el suelo se equilibra.
La variación de la temperatura en este proceso no debe superar ± 1ºC (Fredlund &
Rahardjo, 1993). Después de una semana la muestra se destapa, y se mide la humedad del
papel de filtro, secando en el horno a 105ºC, por tiempo de dos horas (Swarbrick, 1995).
Para evitar la pérdida de humedad del papel de filtro, todo el procedimiento debe hacerse
con pinzas y guantes quirúrgicos, y la operación de pesaje debe ser hecha muy rápidamente
y protegiendo el papel con un recipiente impermeable al aire.
11
Aunque es posible usar una ecuación de calibración única, independiente de que la
medición sea por contacto o sin contacto, las mediciones deben ser consistentes con el
método de calibración. Las ecuaciones de calibración generalmente se determinan
combinando dos métodos de medida: los platos de succión (contacto entre instrumento y
fase líquida del papel) para medir valores bajos de succión; y las soluciones salinas, que
imponen una succión dada al papel (sin contacto con la fase líquida), para medir valores
altos de succión. En la Tabla 1 se indica el rango de succión para el cual es confiable la
medición de succión matricial o total. Cuando se usa el método sin contacto entre papel
filtro y suelo (succión total), el resultado es bastante sensible a las modificaciones en las
condiciones de ensayo (tamaño de muestra y recipiente, tiempo de equilibrio, distancia
entre suelo y papel) respecto a las condiciones usadas en la calibración; por consiguiente en
el método sin contacto deben conservarse idénticas las características de medición de
succión y calibración del papel.
El método del papel de filtro en contacto requiere la superficie de suelo perfectamente lisa
para asegurar que el papel haga contacto con la fase líquida y se mida la succión matricial.
Sin embargo, a medida que el suelo se seca y el agua se restringe a los poros más finos, esa
condición no se puede garantizar, y con mayor probabilidad la humedad se transfiere a
través del vapor, y el resultado será la medición de la succión total. Ridley & Wray (1995)
sugieren observar el modo en que despegan el papel de filtro y la muestra de suelo, cuando
el primero se retira con el objeto de medir la humedad: si el papel se pega al suelo es
probable que la medida corresponda a succión matricial; en caso contrario, cuando el papel
se perciba suelto, la medida es de succión total.
12
No obstante que las ecuaciones de calibración de papel de filtro Whatman No.42 y
Schleicher & Schuell No.589 han mostrado invariabilidad durante más de 30 años
(Swarbrick, 1995), por tratarse de una medición indirecta de la succión del suelo, basada en
la medición indirecta de la succión del papel de filtro, es necesario realizar varias
mediciones para obtener un estimativo confiable de la succión (Ridley & Wray, 1995).
La curva de retención de humedad presenta forma típica en S (en gráfico semi- log), con dos
puntos característicos ideales (ver la Figura 3):
La capacidad del suelo para retener agua es diferente en los procesos de secado y de
humedecimiento. Para el mismo contenido de agua es mayor la succión en secado que en
humedecimiento. Esta característica se denomina histéresis hidráulica, y se expresa en la
forma o trayectoria diferente que presentan las curvas de retención en secado y
1
En idioma inglés se acostumbra designar la curva de retención de humedad por medio de la abreviatura
SWCC (soil-water characteristic curve), denominación que se propuso en el año 1940 (Barbour 1998).
13
humedecimiento (ver la Figura 3). El fenómeno tiene varias explicaciones, tales como: a) el
tamaño de los poros y la estructura del suelo que cambian como resultado de la retracción
por secado o de la expansión por humedecimiento; b) el aire atrapado como burbujas
durante el humedecimiento que produce menor contenido de agua; c) el ángulo de contacto
de los meniscos, que es mayor en proceso de humedecimiento, lo que hace aumentar el
radio de curvatura de la interfase aire-agua, y por consiguiente reduce la succión; d) el
tamaño y la forma de los vacíos que afecta la manera como el agua entra y sale de ellos
(Harrison & Bligth, 2000).
curva en
Contenido de agua
humedecimiento
curva
en secado
contenido de
aire residual
Succión
valor de contenido de
agua residual
entrada de aire
En la forma de la curva de retención de humedad tienen que ver factores como el tipo de
suelo, el contenido de agua inicial de compactación, la densidad, la historia y el estado de
esfuerzos, la historia secado-humedecimiento y la estructura del suelo (Ng & Pang, 2000;
Vanapalli et al., 1999; Wan et al., 1995).
Cada tipo de suelo tiene su propia forma de la curva, de acuerdo con la distribución de
tamaños de poros, composición, estructura y fábrica. En la Figura 4a se observa que entre
más finas son las partículas del suelo, se incrementa el valor de entrada de aire (ua – u w)b , y
se aplana la curva de retención.
14
valor de entrada de aire (ua – uw)b que cuando se compacta con la humedad óptima o por
encima (Figura 4c).
15
2.3.2 Modelo matemático de la curva de retención de humedad.
En los primeros trabajos de modelación, en la segunda década del siglo 20, se definió una
relación hiperbólica entre la succión y el contenido de agua (Baver, 1966):
A (2.17)
ψ= +B ; 0 <θ <1
θ
La mayoría de los modelos citados en la literatura (Fredlund & Xing, 1994; Gerscovich. &
Sayão, 2002; Tan et al., 2000), incluyen relaciones de tipo hiperbólico. Algunos modelos
están elaborados con base en la observación de la relación estrecha entre la forma de la
curva de distribución de tamaños de los poros y la forma de la curva de retención de
humedad; el modelo de Fredlund & Xing (1994) fue formulado bajo este principio, y se
escribe como:
θS
θ(ψ, a , n.m) = C (ψ)
{ ln[e + (ψ a ) ]}
n m (2.18)
ln(1 + ψ ψr )
C (ψ) = 1 −
[ ]
ln 1 + (10 6 ψr ) (2.19)
16
Donde ψr = succión correspondiente al contenido de agua residual en kPa.
El modelo de Fredlund & Xing (1994) tiene la ventaja de ser válido para diferentes tipos de
suelo y para cualquier intervalo de la succión. Se utilizará en la presente investigación para
representar las curvas de retención de humedad.
En la etapa de efecto límite, que ocurre desde S=100% hasta el valor de entrada de aire,
todos los poros se encuentran llenos de agua y, si bien el suelo se encuentra prácticamente
saturado y hay continuidad en la fase de agua, las presiones de poros son negativas.
Se pasa luego a la etapa de transición cuando el suelo comienza a perder saturación a partir
del valor de entrada de aire (ua –uw)b , al penetrar el aire los poros más grandes. En esta
etapa se pierde agua rápidamente con cualquier incremento de la succión, y se reduce la
continuidad del agua en los meniscos; el camino del agua se vuelve tortuoso. En la etapa de
transición primaria se asume que hay continuidad entre la fase de aire y la atmósfera, pero
no hay a través o en el interior de un elemento de suelo; aplicar una compresión producirá
flujo de agua y aire desde el elemento. En la parte secundaria de esta etapa, la fase de aire
se vuelve continua dentro del suelo, y de ese modo la compresión producirá el flujo de aire
principalmente.
17
Valor de
entrada de aire
Etapa de
efecto límite
Grado de Saturación (%)
Etapa de
transición
secundaria
Etapa de
transición
primaria Etapa de
saturación
residual
Succión
18
2.5. LA RESISTENCIA AL CORTE DE LOS SUELOS PARCIALMENTE
SATURADOS
Son dos los enfoques para expresar la resistencia al corte de los suelos parcialmente
saturados: a) el enfoque basado en el principio de esfuerzos efectivos, y b) el enfoque con
variables de estado de esfuerzos independientes.
Este enfoque considera que el estado de esfuerzos es dependiente del parámetro χ , el cual
no tiene relación única con el grado de saturación. Fredlund & Rahardjo 1993 y Öberg &
Sällfors 1995, citan diferentes trabajos que mostraron la dependencia que existe entre este
parámetro y diferentes factores, como: el tipo de suelo (ver la Figura 6), la micro estructura,
y la trayectoria de carga (como Jennings & Burland 1962, Coleman 1962, Bishop & Blight
1963, Burland 1964, Burland 1965, Blight 1965). La deficiencia de este enfoque se
encuentra en la dificultad para obtener el parámetro χ , y obviamente esto también afecta la
formulación de relaciones constitutivas.
τ = c′ + σ ′ tan φ ′
(2.21)
19
τ = c ′ + [ (σ n − u a ) + χ (u a − u w ) ]tan φ′ (2.22)
Donde, (σn – ua ) = esfuerzo normal neto; (ua – uw ) = succión matricial; y c’= cohesión
efectiva. La contribución de cada variable independiente de estado de esfuerzos está
determinada por una propiedad distinta: φ’ = ángulo de resistencia al corte efectivo,
asociado con el esfuerzo normal neto, y φb = ángulo que representa el incremento de
resistencia al corte respecto a la succión. La representación de este criterio de falla es la
envolvente extendida de Mohr-Coulomb, que aparece dibujada como un plano en el sistema
tridimensional de ejes ortogonales (Figura 7).
20
Figura 7. Envolvente extendida de Mohr-Coulomb para suelos parcialmente saturados.
21
2.6. LA RELACIÓN ENTRE LA RESISTENCIA AL CORTE Y LA CURVA DE
RETENCIÓN DE HUMEDAD
Los suelos son un sistema de fases, en donde lo que suceda con alguna de éstas influye
sobre las otras. Los fenómenos hidráulicos y mecánicos regidos por estas fases, están
acoplados de tal manera que cualquier cambio en el estado de esfuerzos afecta las
propiedades hidráulicas y viceversa. Este hecho se percibe en la fuerte correlación entre la
forma de la curva de retención de humedad y el crecimiento de la resistencia al corte con la
succión, que se explica por la relación que hay entre el radio de los poros y los esfuerzos
capilares. El radio de los poros está representado a mayor escala en la distribución de
tamaños de los poros, la cual controla el comportamiento característico suelo-agua, y por
tanto determina el estado de esfuerzos que se desarrolla en los contactos entre partículas,
aire y agua.
En la etapa de transición, cuando el aire penetra en los poros más grandes, la contribución
de la succión (tanφb ) es menor que la contribución del esfuerzo neto (tanφ’), y el
crecimiento de la resistencia al corte respecto a la succión se vuelve no lineal. Como la
humedad se reduce rápidamente ante algún aumento de la succión, también se reduce
drásticamente la contribución de la succión (tanφb ). En la etapa final de secado, cuando se
alcanza el punto de saturación residual, los cambios de humedad en las fases de agua y
vapor son muy pequeños aunque haya un incremento grande de la succión; entonces la
contribución de la succión a la resistencia será muy pequeña, o puede hacerse constante
(tanφb =0) o incluso negativa (Escario & Jucá 1989, Gan & Fredlund 1995).
dτ = C AW d (u a − u w ) (2.24)
22
C = constante de proporcionalidad, y Aw es el área de agua efectiva en contacto con los
sólidos, en una sección transversal de la masa de suelo:
Adw − Auw
AW = (2.25)
Atw
Adw = área de agua correspondiente a cualquier grado de saturación, Atw = área de agua en
estado saturado, y Auw = área de agua en la condición residual (o seca). El valor de Aw
tiende hacia 1.0 cuando el suelo se encuentra saturado. Cuando disminuye el contenido de
agua, el área de agua va hacia el valor Auw (en la Figura 9), y el valor de Aw se aproxima a
cero.
23
saturado residual
Atw Auw
Se tiene variación similar en el denominado grado de saturación efectivo (Se), definido por
la relación:
S − Sr
Se = (2.26)
1 − Sr
Como sucede con Aw, cuando el suelo está saturado Se → 1.0, y cuando el suelo está en la
condición residual Se → 0. Por esta similitud de comportamiento, se propuso entre ambos
números la relación:
AW = (S e )κ
(2.27)
ψ
S − Sr
τ = c ′ + (σn − u a ) tan φ′ + tan φ ′ ∫ d (u a − u w ) (2.28)
0
1− S r
Estos autores encontraron buena correlación entre los datos experimentales de resistencia al
corte de un limo glacial compactado y los datos obtenidos mediante la ecuación (2.28).
24
2.7. ECUACIONES QUE DESCRIBEN LA RESISTENCIA AL CORTE DE LOS
SUELOS PARCIALMENTE SATURADOS
25
área de agua para un grado de saturación cualquiera (Adw) y el área de agua del suelo
saturado (Atw):
Adw
aW = (2.30)
Atw
κ
θ
aw = Θ ( )κ
= (2.31)
θS
saturado seco
Atw Adw
Figura 10. Variación del área de agua en el modelo de Vanapalli et al. (1996).
{
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ) (Θ )κ tan φ ′ } (2.32)
26
Es interesante notar que este criterio expresa la resistencia al corte como función del grado
de saturación S, ya que el contenido de agua volumétrico normalizado y el grado de
saturación son equivalentes:
θ
Θ= =S (2.33)
θS
Usando un concepto similar, Vanapalli et al. (1996b) presentan otras relaciones para la
resistencia al corte del suelo parcialmente saturado:
S − S r
τ = c′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ) tan φ′ (2.34)
1 − S r
θ − θr
τ = c′ + (σn − u a ) tan φ ′ + (u a − u w ) tan φ′ (2.35)
θ s − θr
Se puede observar que la ecuación (2.34) es solución de la ecuación (2.28) (con el valor de
κ=1), y que la ecuación (2.35) se obtiene por sustitución de (2.11) en (2.34).
Este criterio ha sido probado en todos los rangos de succión, con buen ajuste a los valores
de resistencia obtenidos por medición directa de las variables de estado de esfuerzos
(Vanapalli 2001, Vanapalli & Fredlund 2000, Nishimura & Fredlund 2000), incluso en el
caso donde se tienen valores de succión mucho más altos que el valor residual (Vanapalli et
al. 2000).
Esta propuesta se basa en el enfoque de esfuerzos efectivos de Bishop (1959) (Ec. 2.20):
σ' = (σn − u a ) + χ ( u a − u w )
Los autores establecen como hipótesis que el parámetro χ expresa la relación del área de
los poros que es ocupada por agua:
Adw
χ= (2.36)
Atw
27
Donde, Atw = área total de poros, equivalente al área de agua en el suelo completamente
saturado, y Adw = área de agua en los poros para cualquier grado de saturación.
Por otra parte, si se asume válido sustituir los volúmenes por las áreas correspondientes, el
grado de saturación (Ec. 2.4) puede ser escrito en términos de las áreas de agua y de los
poros de la siguiente forma:
Adw
S= (2.37)
Atw
Se nota por comparación de las ecuaciones (2.32) y (2.38), que la hipótesis de este modelo
equivale a suponer que existe la relación uno a uno entre la cantidad aw y el grado de
saturación S, en el modelo de la Universidad de Saskatchewan.
Los autores utilizaron la ecuación (2.22) para describir la resistencia cuando se alcanza la
condición saturada del suelo parcialmente saturado, en el punto en que la presión de agua
iguala el valor de la presión de aire en los poros uw = ua , :
τus
χ=
(u a − u w ) tan φ′ (2.40)
28
Con base en datos experimentales de resistencia al corte de diferentes suelos parcialmente
saturados, Khalili & Khabbaz (1998) encontraron una relación única entre la succión
matricial normalizada y los valores del parámetro χ , dada por la ecuación de ajuste:
(u − u w )
−0.55
χ= a (2.41)
(u a − u w ) b
Donde, (ua – uw) = succión matricial; y (ua – uw)b = valor de entrada de aire. El parámetro
exponente en (2.41) oscila entre -0.40 para suelos arcillosos y -0.65 para suelos arenosos.
(u − u ) −0 .55
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ) a w
tan φ′ (2.42)
(u a − u w )b
Este modelo pertenece al segundo tipo, ya que no conserva la misma forma de los criterios
de resistencia básicos. El modelo es una ecuación potencial aditiva, generada a partir de la
ecuación de resistencia al corte (2.23), utilizando para ello un programa de computador con
capacidad de producir el modelo y hacer el ajuste de datos de manera automática (Rassam
& Williams 1999). Este modelo tiene como atractivo que solo requiere una prueba de
resistencia al corte para definir la envolvente de resistencia. La contribución de la succión
en la resistencia al corte está dada por la siguiente expresión:
[(u a − u w ) − (u a − u w )b ]β ′
τus = (u a − u w ) − ϕ tan φ (2.43)
tan φ′
donde, τus = componente de la resistencia al corte aportada por la succión; (ua – uw) =
succión matricial; (ua – uw)b = valor de entrada de aire; ϕ , β son parámetros de ajuste.
29
si (u a − u w ) = (u a − u w )b ⇒ tan φ b = tan φ ′
dτus
si (u a − u w ) = (u a − u w )r ⇒ =0
d (u a − u w )
tan φ′ [(u a − u w ) r − (u a − u w ) b ]
β=
(u a − u w )r tan φ′ − τ sr (2.44)
(u a − u w )r tan φ′ − τ sr
ϕ=
[(u a − u w )r − (u a − u w )b ]β (2.45)
donde, (ua – uw)r = valor de la succión en el punto de saturación residual; (ua – uw)b = valor
de entrada de aire; y τsr = resistencia al corte bajo condición de saturación residual. La
ecuación completa de Rassam & Cook (2002), que modela la resistencia del suelo
parcialmente saturado hasta el punto de saturación residual, se escribe como:
donde, τus = componente de la resistencia al corte aportada por la succión, dada por la
ecuación (2.43). Para aplicar este modelo solo se requiere conocer las características de la
curva de retenc ión de humedad, y la resistencia al corte del suelo en el punto de saturación
residual.
En la Tabla 2 se resumen los factores de crecimiento que multiplican el tercer término del
lado derecho de la ecuación de la envolvente de resistencia de Fredlund & Morgernstern
(1978) (ecuación 2.23), y que expresan la contribución de la succión en la resistencia al
corte en los diferentes modelos presentados.
30
Tabla 2. Factor de crecimiento de la resistencia al corte respecto a la succión (tan φb ) en
diferentes ecuaciones empíricas.
tanφb Referencia
31
3. MUESTREO Y DESCRIPCIÓN DE LOS SUELOS UTILIZADOS EN EL
PRESENTE ESTUDIO
Los suelos utilizados en el presente estudio se tomaron del campus de la Universidad del
Quindío, en la ciudad de Armenia, Departamento del Quindío (Colombia), en la posición
geográfica de latitud 4º 30.4’ norte y longitud 75º 37.5’ oeste. (Figura 11).
32
La ciudad de Armenia se encuentra en un gran valle que se ha denominado geológicamente
como Glacis del Quindío, conformado por colinas suaves y redondeadas que alcanzan
altura promedio de 30 m sobre los lechos de los canales de drenaje y corrientes de agua. El
Glacis forma un valle suavemente inclinado, con altitudes entre 1200 y 1800 m sobre el
nivel del mar.
La ciudad de Armenia presenta altitud promedio 1450 m sobre el nivel del mar,
temperatura media de 23ºC, y precipitación promedio anual de 3000 mm. El campo de la
Universidad del Quindío, donde se realizó el muestreo de suelos, se encuentra a la altitud
de 1500 m.
3.2. GEOLOGÍA
En esta región está la ciudad de Armenia, asentada sobre flujos piroclásticos, lahares, y
flujos de lodos y escombros. En la zona, la secuencia de caída de cenizas volcánicas tiene
espesor de 15 a 20 metros, y se encuentra depositada en posición subhorizontal, o
moldeando la topografía subyacente, sobre el basamento cuaternario constituido por los
flujos de lodo. Dunoyer y Aguirre (1997) (en Sandoval 2001) realizaron la caracterización
macroscópica de la secuencia de cenizas de la ciudad de Armenia, la cual se muestra en la
Figura 12.
33
dacítico, aunque localmente se han identificado rocas de composición andesítica y
andesítico-basáltica, en capas ubicadas hacia la base de la secuencia de cenizas.
34
3.3. MUESTREO
Grupo LL (%) IP
% > 0. 074mm
1 30 – 70 0 – 0.5
2 70 – 100 0.5 – 1.0
3 90 - 150 > 1.0
35
profundidad. En una perforación de exploración con barreno manual adyacente al sitio de
muestreo seleccionado, se encontró el perfil del subsuelo descrito en la Tabla 4.
Profundidad Descripción
(m)
0.0 – 1.20 LIMO arenoso (con arena fina), café amarillento claro, húmedo, con
trazas de óxidos y raicillas.
1.20 – 1.40 ARENA fina limosa, café verdosa, húmeda, con trazas de óxidos.
1.40 – 1.50 ARENA fina con algo de limo, café amarillenta, húmeda, con
abundantes trazas de óxidos.
1.50 – 3.60 ARENA fina a media limosa, café verdosa clara, húmeda, con
trazas de óxidos.
3.60 – 3.90 LIMO arenoso (con arena fina), café amarillento, húmedo, con
trazas de óxidos y raicillas.
3.90 - ARENA fina a media con algo de limo, café verdosa, húmeda, con
abundantes trazas de óxidos.
Los suelos seleccionados para el presente estudio pertenecen a la capa de limo arenoso
encontrada entre 3.60 m y 3.90 m de profundidad, y a la capa de arena limosa que se
encuentra inmediatamente por debajo de ésta. La caracterización inicial de los dos tipos de
suelos, como LIMO ARENOSO y ARENA LIMOSA, se adoptó posteriormente para
diferenciar las muestras en el trabajo experimental. Con el objeto de reducir la profundidad
de excavación necesaria para extraer las muestras, se realizaron los apiques en una terraza o
explanada adyacente al punto de exploración, situada a un nivel 2.5 m más bajo. A
comienzos del mes de septiembre de 2001, se excavaron dos apiques de sección cuadrada
1.5 m x 1.5 m, hasta la profundidad donde se ubicaron los suelos de interés (ver la Figura
13).
36
cada 90 minutos, tiempo que incluyó la preparación del sitio, el labrado, y el
almacenamiento. Al final de cada jornada se inundaron de nuevo los apiques.
Una vez pulidas las muestras, se les adicionó agua en cantidad suficiente hasta ver
exudación en las caras. Luego se envolvieron cuidadosamente con papel plástico
transparente de cocina y cinta adhesiva. El papel plástico de cocina se enrolló por lo menos
cuatro veces alrededor de cada muestra, y luego se amarró con cinta adhesiva (Figura 14).
37
Figura 14. Detalle de la preparación de muestras de suelo natural.
38
El proceso de descomposición de las cenizas volcánicas produce materiales amorfos o de
bajo ordenamiento cristalino (alófana, imogolita y óxidos de hierro amorfos), y también
silicatos laminares tipo 2:1. Cuando la alteración es avanzada, la alófana y la imogolita se
transforman en haloisita, caolinita, gibsita o arcillas tipo 2:1, y los óxidos de hierro amorfos
se convierten en goetita, que es la forma cristalina de éstos. En la formación de los
andisoles predominan los procesos de transformación mineral y son mínimos los procesos
de translocación de materiales (Henao, 2001).
Los andisoles se destacan por algunas características particulares (Henao, 2001; Malagón et
al., 1995; Uehara, 1982; Moldrup et al., 2003), entre las cuales se tienen:
• Malagón et al. (1995) indican que los andisoles tienen alta porosidad total y alta
macroporosidad 2 . Sin embargo, Pinzón (1992) reporta que hay una relación 1:4 de
desventaja de la macroporosidad respecto a la microporosidad en andisoles
colombianos. Moldrup et al. (2003) refieren que los andisoles poseen muy alta
porosidad total y distribución de tamaños de poros muy amplia, lo cual genera un
intervalo también amplio de poros que tienen diferentes potenciales de retención de
agua. La alta porosidad total y la microporosidad se atribuyen principalmente a que
existen poros dentro de las partículas y poros entre éstas. El conocimiento de la
distribución de tamaños de los poros, de los andisoles colombianos, es un aspecto que
tendrá que resolverse para mejorar la interpretación del comportamiento de estos suelos
en la condición parcialmente saturada.
2
En ciencia del suelo, los poros se clasifican según el tamaño en: microporos con diámetro < 2µm;
mesoporos entre 2µm y 30µm; y macroporos > 30µm (Madero, 1998). De las Cuevas (1997) (en Colmenares,
2002), los clasifica como macroporos > 7.5µm y como microporos 7.5µm.
3
Por lo general los científicos de suelos califican esta capacidad con base en la humedad correspondiente a
una succión de 1.5 MPa.
39
de intercambio iónico y la agregación. Pinzón (1992) reporta reducciones entre 20% y
30% en el volumen de poros tras el secado.
Las esferas de alófana tienen capacidad de almacenar humedad interna, y lo mismo sucede
con los espacios entre dominios y racimos. La humedad dentro de las esferas de alófana y
de los dominios, puede conservarse firmemente adherida durante un proceso de
deformación, pero puede emerger y volverse parte de las mediciones de la humedad cuando
se determinan los límites de plasticidad por amasado (Rao, 1995). Esto podría ayudar a
entender la relación que hay entre el tiempo de amasado y la pérdida de consistencia de
estos suelos, así como la discrepancia entre la baja calificación de resistencia que puede
4
En idioma inglés, “domain” es un término físico que define una estructura de átomos alineados. Al parecer
fue trasladado a la micromorfología de suelos para denominar las agrupaciones de unidades básicas.
40
obtenerse con los sistemas tradicionales de clasificación de suelos y la resistencia
relativamente alta obtenida en realidad.
Los efectos del secado constituyen otro de los aspectos que se deben considerar al momento
de evaluar las propiedades de los andisoles y los sue los que contienen haloisita. Este
proceso puede producir varios efectos como: formación de agregados, cementación por
sesquióxidos, y pérdida de agua de minerales arcillosos hidratados. El último efecto se tiene
en el caso de la haloisita, la cual se trans forma en meta-haloisita de manera irreversible. El
secado al aire puede causar la agregación casi total de las partículas arcillosas en tamaños
limo y arena, y la pérdida total de la plasticidad (Mitchell & Sitar 1982).
• Gravedad específica. Este ensayo se realizó por el método del picnómetro, utilizando
una muestra sin secado previo al aire o en el horno. Se utilizó la muestra con la
humedad natural considerando que el secado puede producir la agregación de las
partículas, lo cual dificulta la extracción de las burbujas de aire. La preparación de la
muestra se hizo mediante inundación durante 24 horas, con el fin de disolver los
terrone s de suelo. El resto del procedimiento de ensayo se siguió de la manera usual.
41
dejó sedimentar y el agua en exceso se retiró con una bomba de succión.
Posteriormente, se secaron las cantidades pasantes y retenidas en los tamices.
• Límites de plasticidad. El procedimiento se ajustó a la norma, pero se utilizaron
muestras naturales, sin secado previo al aire o en el horno. Para determinar el límite
líquido se utilizó la cazuela de Casagrande.
• Límite de contracción. Este valor está influenciado por la estructura del suelo al inicio
del ensayo (Fredlund, M.D. et al., 2002). En efecto, Hobbs et al. (2000) encontraron
que los suelos de origen volcánico que contienen haloisita y minerales alofánicos,
tienen valores del límite de contracción que dependen en gran medida de la fábrica
inicial. Sin embargo, para el presente estudio, en el cual se busca únicamente la
caracterización del material, se siguió el procedimiento tradicional de ensayo, en el cual
se usan muestras remoldeadas y la inmersión en mercurio para medir los volúmenes.
Con base en la descripción visual y por tacto, y en las características físicas que se
midieron, los materiales para este estudio se designaron como ARENA LIMOSA y LIMO
ARENOSO derivados de ceniza volcánica (Tabla 5). Los suelos se ajustan a los grupos 1 y
3 respectivamente, dentro del criterio sugerido por Giraldo et al. (1986).
El suelo LIMO ARENOSO tiene 57.6% de tamaños limo y arcilla, y presenta plasticidad.
Con un valor del límite líquido LL = 103.1%, y un índice plástico IP = 26.4%, el material
se ubica por debajo de la línea A en la carta de plasticidad de Casagrande. El peso unitario
seco tiene un valor muy bajo (γd = 5.7 kN/m3 ), que se traduce en una relación de vacíos
bastante alta (e = 3.44) y representa un porcentaje de poros de 77.5%.
En los dos tipos de suelo se observó a simple vista la abundancia de porosidad grande o
abierta. Esta es una de las características consideradas como típicas de los andisoles. Para
ilustrar este aspecto, en la Figura 17 se presenta la cara no pulida de una muestra de la
ARENA LIMOSA, que muestra la abundante cantidad de macroporos con diámetro mayor
o igual a 0.5 mm, algunos de los cuales se unen conformando canales y cámaras.
42
Tabla 5. Características y propiedades de los suelos utilizados en este estudio
Suelo
LIMO ARENOSO ARENA LIMOSA
Característica
43
CAMARA
CANAL
PORO
Figura 17. Fotografía tomada con microscopio estereoscópico a una muestra de suelo AL.
44
4. ENSAYOS DE LABORATORIO
Como se explicó en un capítulo anterior, los esfuerzos en los poros del suelo y la resistencia
de los suelos parcialmente saturados están controlados por la humedad. Sin embargo, como
la humedad no es una variable de estado de esfuerzos, no puede involucrarse directamente
en ecuaciones de equilibrio de esfuerzos o en ecuaciones constitutivas y, por tanto, se
requiere una herramienta que encuentre su relación con los esfuerzos en el fluido de los
poros del suelo (succión). Este programa experimental también cubre la elaboración de esas
relaciones entre humedad-succión o curvas de retención de humedad.
Las mediciones de succión se realizaron mediante la técnica del papel de filtro, siguiendo el
procedimiento sugerido por Ridley (1995) (en Melgarejo et al., 2002), el cual ha sido
practicado en la Universidad Nacional de Colombia, y antes en el Imperial College de
Londres, por el Profesor Julio E. Colmenares (Colmenares, 2002).
Para la medición de la succión por contacto entre el papel de filtro y el suelo, se utilizó un
ensamblaje de dos discos de material acrílico, colocados a manera de sándwich encerrando
un espécimen de suelo con forma de plato (Figura 18). El espécimen de suelo y el papel de
filtro se mantuvieron en contacto mediante la presión suave ejercida por los discos de
material acrílico. El ensamblaje se aisló con láminas de plástico, y se colocó en un
ambiente de temperatura controlada durante una semana, con el fin de permitir el equilibrio
entre el papel de filtro y el suelo. Cumplido el tiempo para el equilibrio entre papel y suelo,
el procedimiento consistió en medir la humedad del papel de filtro, y convertir ésta en un
45
valor de succión mediante una ecuación de calibración del papel. Se utilizó papel de filtro
Schleiche r & Schuell No.589 Ashless Ref. 300108, y la ecuación de calibración de
McQueen & Miller (1968) (en Fredlund & Rahardjo 1993). En el procedimiento se midió el
volumen de las muestras, con el fin de obtener los valores de la humedad volumétrica y el
grado de saturación correspondientes a cada valor de la succión. El procedimiento de
medición se describe en detalle en el Anexo A.
disco de
acrílico
h=2cm ⇒
d=10cm
PROBETA disco de
DE SUELO acrílico
Figura 18. Ensamblaje para la medición de succión por contacto con papel de filtro.
46
curvas de Limo Arenoso (LA) 5 , correspondientes a secado y humedecimiento, y dos curvas
de Arena Limosa (AL), también en secado y humedecimiento. Para elaborar cada curva se
usaron tres muestras diferentes de cada tipo de suelo. Las muestras no se sometieron a
cargas de consolidación antes de los ensayos, y tampoco se les aplicó esfuerzo exterior en
el transcurso de éstos.
Como paso preliminar a los ensayos programados, se prepararon muestras de cada tipo de
suelo, de 10 cm de diámetro y 2 cm de altura, las cuales se dejaron secar al aire en el
ambiente de laboratorio, con el objeto de encontrar lo siguiente:
Estas muestras se colocaron en una mesa, apoyadas sobre el canto de 2 cm, buscando que la
exposición al aire fuera similar por todas las caras. Para reducir la fricción, y por
consiguiente la fisuración debida a diferencias de tensión en el borde, se colocaron sobre
una lámina de papel plástico de cocina que cumplió la función de superficie lubricante. En
ambos tipos de suelo se alcanzó el secado al aire en un periodo cercano a 20 días (ver la
Figura 19), bajo la humedad relativa del laboratorio que osciló siempre entre 60 y 80%. La
humedad relativa se midió mediante un higrómetro digital con memoria de máximos y
mínimos (RadioShack, modelo 63-1032).
5
Los especimenes de los dos tipos de suelo en estudio se han designado mediante las palabras clave: LA, para
el Limo Arenoso, y AL, para la Arena Limosa.
47
1
0.8
0.6
FECHA: 16-10-2001
0.4
0.2
0
0 5 10 15 20 25
Tiempo (días)
Figura 19. Variación de la humedad por secado al aire de una muestra del Limo Arenoso.
Mi
MS = (4.1)
1 + wi
Donde, MS = masa seca; Mi = masa húmeda inicial; y wi = contenido de agua medido
durante el montaje inicial. El valor de la masa húmeda inicial es el correspondiente a la
medición realizada durante el montaje inicial del espécimen, para la primera lectura de
48
succión. Conociendo el valor de la masa seca (estimada), se puede calcular la masa húmeda
que debe tener el espécimen para cada valor escogido de la humedad mediante la ecuación:
(
M H = M S 1 + wf ) (4.2)
Donde, MH = masa húmeda del espécimen para hacer el montaje de la siguiente medida de
succión; y wf = contenido de agua final o deseado en el espécimen.
Una vez definido el contenido de agua que debía tener cada punto humedad-succión, y con
el valor correspondiente de la masa húmeda ya calculado, las muestras se envolvieron en
una lámina de papel plástico de cocina, la cual se dejó un poco suelta para permitir la
entrada del aire. En esta condición se dejó secar suavemente cada espécimen, en el
ambiente de laboratorio, hasta que la masa húmeda alcanzó el valor calculado. En general,
el tiempo de secado de cada espécimen osciló entre 1 y 4 semanas para llegar al siguiente
valor de humedad. Este proceso se repitió para cada valor de humedad escogido, midiendo
cada vez la succión, las dimensiones, y la masa de las muestras. El proceso de construcción
de la curva de retención de humedad se detuvo cuando las muestras llegaron al valor de
humedad del suelo seco al aire que se había determinado con anticipación.
49
120
100
80
LA
w% 60
40
AL
20
0
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)
La desintegración de las muestras de Limo Arenoso (LA), obligó a probar con este suelo
otros dos procedimientos de secado al aire. Primero se probó un método que garantizaba el
secado más suave, utilizando dos capas de papel plástico de cocina para envolver las
muestras, durante dos meses de exposición al ambiente de laboratorio. No obstante, al final
también se obtuvieron muestras desintegradas por efecto de la fisuración. Finalmente, se
probó el secado dentro de un recipiente térmico de doble pared (un recipiente dentro de
otro), el cual se almacenó en una bodega del laboratorio, protegido de las corrientes de aire
y alejado de las paredes exteriores. En este recipiente se colocaron los especimenes,
envueltos firmemente en dos capas de papel plástico de cocina. Estas muestras se dejaron
secar en ese ambiente durante seis meses, al cabo de los cuales se pudieron recuperar
solamente dos de éstas, con la integridad suficiente para ejecutar las mediciones de succión,
aunque persistieron las fisuras y la friabilidad.
Después de tener las muestras de LA y AL, en estado seco al aire, se redujeron sus
diámetros a 10 cm, y se midieron las dimensiones y la masa de cada una. Con el material
sobrante de la reducción del diámetro se midió la humedad de inicio del proceso, y
enseguida se hizo el montaje para medir la succión en este estado, para determinar el primer
punto de la curva de retención de humedad en proceso de humedecimiento. Con el criterio
de conformar la curva con el número mínimo de doce puntos de humedad-succión, se
escogieron los contenidos de agua para los puntos restantes, y se calculó la masa húmeda
correspondiente mediante las ecuaciones (4.1) y (4.2). Para alcanzar la masa húmeda
deseada en cada punto, se utilizó el siguiente procedimiento:
50
• Usando un frasco volumétrico con gotero, se adicionó una de las partes de agua,
aplicando gotas de agua uniformemente repartidas en la circunferencia o canto de cada
espécimen.
• Se envolvieron las muestras en dos capas de papel plástico de cocina y se introdujeron
en un recipiente de temperatura constante durante 24 horas, con el fin de homogenizar
la humedad.
• Se repitió la adición y homogenización de la humedad con la segunda parte de agua.
• Terminada la adición de agua y alcanzada la masa húmeda deseada, se continuó el
montaje para la siguiente medición de la succión.
Al finalizar cada ensayo para medir la succión, se calculó la diferencia de humedad entre el
papel de filtro de la cara superior y el papel de la cara inferior de las muestras. La
comparación de estos dos valores de humedad, durante la elaboración de las curvas de
retención en humedecimiento, permitió validar el procedimiento de adición de agua, pues
se advirtieron valores similares de la humedad del papel en las dos caras de cada muestra.
El promedio de las diferencias de humedad entre los dos papeles de filtro de una probeta,
para la totalidad de las muestras ensayadas, dio los resultados siguientes: 2.8% y 2.1%, en
muestras de suelo LA en humedecimiento y secado respectivamente y, 1.5% y 1.4%, en
muestras de suelo AL en humedecimiento y secado respectivamente.
LA
60
w%
40
AL
20
0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)
51
4.2. ENSAYOS PARA MEDIR LA RESISTENCIA AL CORTE
Las muestras de suelo que habían sido humedecidas y almacenadas durante la actividad de
muestreo, se labraron con forma de poliedro de 80 mm x 80 mm x 40 mm (Figura 22), con
el fin de aproximarlos a las dimensiones de la cámara del aparato de corte directo. Todas
las muestras se humedecieron de nuevo usando un atomizador, luego se envolvieron en
láminas de papel plástico, y se dejaron curar durante 24 horas en recipientes de temperatura
constante 23ºC (±1ºC). Algunas de estas muestras se destinaron para ensayos de corte
directo en condición inundada, por tanto se envolvieron en capas adicionales de papel
plástico de cocina, se sellaron con cinta adhesiva y se almacenaron nuevamente en
recipientes de temperatura constante.
6
Cada punto está representado por un espécimen de ensayo.
52
Las muestras para ensayos de corte directo se secaron al aire y se humedecieron siguiendo
un procedimiento igual al utilizado con las muestras utilizadas para la elaboración de las
curvas de retención de humedad. Las muestras para ensayos en proceso de secado se
colocaron en el ambiente de laboratorio, envueltas en una lámina de papel plástico, hasta
que se obtuvo la masa húmeda correspondiente al valor de succión escogido. Las muestras
para ensayos en proceso de humedecimiento se secaron envueltas en papel plástico dentro
de recipientes térmicos, y luego se les adicionó el agua en la cantidad calculada y
homogenizó su humedad, tal como se hizo con las muestras en las mediciones de la
succión, explicado detalladamente en el numeral 4.1.
Se utilizó una máquina de corte que no permite ningún tipo de control de la succión en las
muestras de ensayo, de sección cuadrada de 50 mm x 50 mm con espesor de 18 mm. La
máquina utilizada tiene capacidad para aplicar esfuerzos verticales hasta 150 kPa, y
velocidad mínima de desplazamiento horizontal igual a 0.50 mm/min (ver la Figura 23).
Los ensayos de corte directo se hicieron bajo esfuerzos normales de 12, 50 y 150 kPa,
aplicados sobre un plano paralelo a la superficie del terreno. Con cada valor del esfuerzo
normal se ensayaron muestras en las siguientes condiciones de humedad:
53
Figura 23. Máquina de corte directo utilizada para los ensayos.
Con las muestras en la condición deseada, se hizo la consolidación bajo el valor de esfuerzo
normal seleccionado (12, 50 o 150 kPa). La consolidación se desarrolló en tres pasos,
aplicando fracciones del esfuerzo normal total, de tal manera que cada paso siguiente
duplicó el esfuerzo del paso anterior. En el ensayo de las muestras en condición casi
saturada, la inundación de la cámara de ensayo se produjo después del primer paso de carga
normal (14% del esfuerzo normal). En el proceso de saturación no se presentó asentamiento
por colapso en ninguna de las muestras. El tiempo para lograr el 90% de la consolidación
en muy pocos casos superó los 20 minutos, para esfuerzo normal de 150 kPa, y los 10
minutos, para esfuerzos de 50 o 12 kPa. Sandoval (2001) reportó tiempos similares en
ensayos de consolidación de los suelos de la zona de estudio.
54
El tiempo total de ensayo, transcurrido entre el labrado del espécimen y la medición de la
humedad al final, se mantuvo alrededor de dos horas.
100
80
w obtenida
60
40
20 secado
humedecim.
0
0 20 40 60 80 100
w calculada
Figura 24. Relación entre humedad calculada y obtenida en los ensayos de corte directo.
Con la humedad gravimétrica medida al final del ensayo y con las dimensiones de cada
espécimen se calculó la densidad seca y la humedad volumétrica. El volumen del
espécimen se calculó al final de la consolidación, con base en las dimensiones iniciales
corregidas por deformación vertical. En los ensayos en condición casi saturada sólo se
obtuvo la humedad gravimétrica al final, debido a la dificultad para medir la masa del
espécimen en el momento de la inundación de la cámara de corte directo.
55
Tabla 6. Condiciones de esfuerzo y humedad en los ensayos de resistencia al corte.
56
5. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Con el fin de obtener las curvas de retención de humedad de los suelos LA y AL, se realizó
el ajuste matemático de los valores experimentales de humedad y succión, utilizando el
modelo propuesto por Fredlund & Xing (1994). La siguiente es la ecuación que representa
la curva de retención de humedad:
ln ( 1 + ψ ψr )
m
1
θ = θs 1 −
[ ]
n
(5.1)
ln [ 1 + (1000 ψr ) ] ln e + (ψ a )
En la Tabla 7, y las Figuras 25 y 26, se presentan los parámetros y las curvas que resultaron
del ajuste matemático llevado a cabo por el método de los mínimos cuadrados. Los
parámetros del modelo: a, m y n, se determinaron sin tener en cuenta su posible significado
físico; solamente se consideró la mejor representación de los datos. Este mismo criterio se
aplicó al escoger el valor de ψr, el cual se tomó como constante igual a 25 MPa, valor
cercano a la succión en el estado seco al aire, la cual fue registrada como 29.6 MPa en el
limo arenoso (LA) y 26.2 MPa en la arena limosa (AL). Este procedimiento está basado en
el trabajo de Vanapalli et al. (1998), quienes sugieren determinar inicialmente todos los
parámetros del modelo según el mejor ajuste a los datos experimentales y, posteriormente,
mediante una técnica gráfica, encontrar los dos puntos característicos de la curva de
retención de humedad: el valor de entrada de aire (ua – uw)b y la succión residual (ψr ). La
57
humedad de saturación θS (promedio de cada tipo de suelo) se estimó a partir de la
porosidad máxima alcanzada por cada espécimen, suponiendo el llenado con agua de todos
los poros. Mediante la ecuación (2.11), se calcularon los valores de humedad de saturación
dados en la Tabla 7.
En las Figuras 25c y 26c, se observa que las curvas de retención de secado inician en un
grado de saturación menor que 100%. Hay limitaciones experimentales de la técnica de
medición de succión con papel de filtro, que impiden iniciar la curva de retención a partir
del suelo saturado. Esta situación se hace más difícil en los suelos de este estudio, debido a
la presencia de canales de macroporos, como se mencionó en el numeral 3.4 (ver la Figura
17). Probablemente, la trayectoria que siguieron las curvas de retención en secado no
coincide completamente con la trayectoria de la curva principal de secado que iniciaría en
un grado de saturación S = 100%. Este aspecto fue estudiado por Colmenares (2002), con
mezclas de arena-arcilla.
2
N (5.2)
∑ ( y i − yˆi )
1
ε=
N i =1
En suelos del Brasil se han observado ajustes aceptables cuando este criterio de error (ε )
tiene valor menor de 4.0 (Gerscovich & Sayão, 2002). En el presente caso, el modelo de
Fredlund & Xing (1994) hace una representación gráfica aceptable, aún con valores del
error muy superiores a 4.0.
Los valores de error (ε ) obtenidos indican mejor calidad de la predicción en los siguientes
casos: a) cur vas de retención de humedad de la arena limosa (AL); y b) curvas de retención
de humedad en proceso de secado. Estos resultados, confrontados con las condiciones de
los ensayos, pueden sugerir que la calidad del ajuste es sensible al número de datos
experimentales (hay menos datos en curvas de humedecimiento), y a la fisuración y
deterioro que experimenta el suelo LA con el secado y humedecimiento.
58
(Quindío), es descrito como suelo más evolucionado que los andisoles típicos, y clasificado
como inceptisol con propiedades ándicas. Este suelo presenta un pasante por el tamiz de
75µm de 58.1%, muy semejante al porcentaje de 57.6% del limo arenoso (LA) utilizado en
el presente estudio, cuya clasificación es MH en el sistema USCS. El segundo suelo de
comparación pertenece a la Unidad Montenegro (Quindío), se describe como suelo arenoso,
rico en vidrio volcánico, con 37.7% pasante por el tamiz de 75µm, y es clasificado como
andisol vítrico. Este es un suelo de grano grueso, lo mismo que la arena limosa (AL) del
presente estudio, clasificada como SM en el sistema USCS. La semejanza observada entre
las curvas de retención de humedad (ver la Figura 27), elaboradas en estudios diferentes y
con técnicas de ensayo muy distintas, sugiere que la técnica del papel de filtro utilizada
permitió obtener medidas de succión que están en el umbral de resultados correcto.
59
140
secado
a)
humedecimiento
120
100
80
w%
60
secado
40
20 LIMO ARENOSO
0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)
80
b) secado
humedecimiento
60
θ %
40
20
LIMO ARENOSO
0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)
100
c) secado
humedecimiento
80
60
S%
40
20
LIMO ARENOSO
0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)
Figura 25. Curvas de retención de humedad del suelo LA, en secado y humedecimiento.
60
50
a) secado
humedecimiento
40
30
w%
20
10
ARENA LIMOSA
0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)
50
b) secado
humedecimiento
40
30
θ %
20
10
ARENA LIMOSA
0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)
100
secado
c)
humedecimiento
80
60
S%
40
20
ARENA LIMOSA
0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)
Figura 26. Curvas de retención de humedad del suelo AL, en secado y humedecimiento.
61
70
LA (secado)
Unidad Chinchiná
(Quindío)
Horizonte Bw
50
AL (secado)
θ%
Unidad Montenegro
(Quindío)
30 Horizonte Bw
10
0.01 0.1 1 10
Succión (MPa)
Figura 27. Comparación de las curvas de retención de humedad de los suelos LA y AL,
respecto a otros suelos de la región del Quindío.
El valor de entrada de aire se buscó como la intersección entre la línea horizontal trazada
por la humedad de saturación y la línea tangente al tramo de máxima pendiente (ver la
Figura 28). De esta manera se estimaron valores de (ua – uw )b = 0.01 MPa (10 kPa) en el
suelo LA, y de (ua – uw )b = 0.005 MPa (5 kPa) en el suelo AL. Estos resultados son
coherentes con los rangos típicos de valores de entrada de aire de 0.004 – 0.007 MPa en
arenas finas y 0.007 – 0.025 MPa en limos (Aubertin et al., 1998).
En el rango de succiones altas del gráfico semi- logarítmico de la Figura 28 no fue posible
identificar con suficiente claridad un punto de inflexión en las curvas de retención. Por
consiguiente, no se pudo determinar el valor de la succión residual mediante esta técnica
gráfica. Vanapalli et al. (1998) reportaron este tipo de dificultad en arcillas densas y en
suelos con distribución bimodal de tamaños de poros.
En el numeral 2.2.2 se mostró que Ridley & Wray (1995) sugieren observar el modo en que
despegan el papel de filtro y la muestra de suelo, para determinar si una medición
corresponde a succión matricial o succión total. Este concepto puede ayudar a definir el
estado de saturación residual durante las mediciones de succión para elaborar las curvas de
62
retención de humedad. Cuando se observa la pérdida de adherencia entre el suelo y el papel
de filtro, se tiene un indicio del comienzo de la etapa de secado en la cual se presenta la
pérdida de continuidad en la fase de agua. En este estudio, se identificó esa condición para
un valor de la succión igual a 3 MPa (García & Colmenares, 2002).
80
(u a - u w ) b = 0.01 MPa
60
θ%
40
20
LIMO ARENOSO
a)
0
0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000 10000 100000
Succión (MPa)
60
50 ( u a -u w ) b = 0 . 0 0 5 M P a
40
θ%
30
20
10
ARENA LIMOSA
b)
0
0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000 10000 100000
Succión (MPa)
Figura 28. Construcción gráfica de Vanapalli et al. (1998) para estimar el valor de entrada
de aire.
63
80
a) LIMO ARENOSO
θ % 60
40
20
0
0 5 10 15 20 25 30 35
Succión (MPa)
60
b) ARENA LIMOSA
50
40
θ %
30
20
10
0
0 5 10 15 20 25 30 35
Succión (MPa)
En secado, son bastante parecidas la forma y la pendiente (∆θ /∆ψ) de las curvas de
retención de los dos tipos de suelo (Figura 30b). Ambos tienen similar capacidad para
retener un volumen dado de agua. En humedecimiento, la forma y pendiente de las curvas
es diferente. Esto sugiere que, antes del secado al aire, los suelos LA y AL presentan una
64
distribución parecida de los tamaños de los poros, y que suceden cambios en la distribución
de los tamaños después del secado.
110
a)
90
LA (secado)
70
w%
50
LA (humedecimiento)
30
AL (humedecimiento)
AL (secado)
10
0.01 0.1 1 10
Succión (MPa)
110
b)
90
70 LA (secado)
θ%
50
LA (humedecimiento)
30
AL (secado)
AL (humedecimiento)
10
0.01 0.1 1 10
Succión (MPa)
Es notoria la histéresis hidráulica que presenta el suelo LA. Este suelo no recupera la
capacidad de retener agua ni la humedad inicial, después de pasar un ciclo secado-
humedecimiento. Una de las razones de dicha histéresis es la contracción por secado y la
expansión por humedecimiento, que alteran el tamaño de los poros y la estructura del suelo
(Harrison & Bligth, 2000). En este caso, se infiere que la histéresis del suelo LA se debe
principalmente a la retracción de volumen durante el secado. Esto se evidencia al observar
65
la reducción de la pendiente de la curva en términos de θ respecto a la pendiente de la
curva en términos de w. Mientras eso pasa en secado, el humedecimiento produce curvas
(en términos de θ y w) que tienen pendientes muy parecidas (ver las Figuras 30a y 30b).
La Figura 31a presenta la variación de la relación de vacíos en el suelo LA, frente a cambios
de la succión en los procesos de secado y humedecimiento. Con el secado, se advierte una
reducción fuerte de la relación de vacíos; más intensa con valores de succión mayores de
0.1 MPa (100 kPa). Cuando el suelo se humedece, la relación de vacíos se mantiene
prácticamente constante.
En las Figuras 32a y 32b, se presenta la relación entre los cambios del volumen de poros y
del volumen de agua contenida en éstos, en el proceso de secado. En el suelo LA, después
de una succión igual a 0.1 MPa, se acentúa simultáneamente la disminución de la relación
de vacíos (e) y la relación de vacíos equivalente (ew). Esto significa que la disminución del
volumen de poros es más fuerte cuando empieza la reducción más rápida del volumen de
agua en éstos. Por tanto, el valor de succión 0.1 MPa indica, probablemente, el punto en el
cual el agua se retrae de los poros de mayor tamaño del suelo LA, y comienzan a ejercerse
mayores esfuerzos capilares en los poros más pequeños (Toll, 1995).
La arena limosa (AL) presenta poco desplazamiento o histéresis entre las ramas de las
curvas de retención en secado y humedecimiento. Se considera normal que, al final del
ciclo secado-humedecimiento, la humedad y el grado de saturación sean menores que al
inicio del ciclo. En este caso, al final del ciclo resulta un valor más alto de la humedad y
casi el mismo grado de saturación. Esta condición singular se revela en la Tabla 7, en la
cual se lee una humedad de 45.3% al comienzo del secado, y una humedad de 52.7% al
final del humedecimiento. Algo similar se percibe con los valores de humedad más
cercanos a la humedad de inicio (cerca de la saturación), cuando se cruzan las curvas en las
Figuras 26a y 26b, colocándose las ramas de humedecimiento por encima de las ramas de
secado. Este comportamiento, en apariencia anormal, tiene causas experimentales, y se
explica porque las relaciones de vacíos iniciales de los especimenes utilizados para elaborar
las curvas de retención en humedecimiento, después de secarlos al aire en ambiente de
laboratorio durante 4 a 6 semanas, fueron mayores que las relaciones de vacíos de las
muestras usados para elaborar las curvas de retención en secado, que tomaron un tiempo
aproximado de 8 meses para llegar a secado similar (Figura 31b). Al parecer el secado
relativamente rápido produjo el cambio de la estructura del suelo, con aumento del volumen
de poros, o con generación de fisuras no visibles al ojo, lo que facilitó el ingreso de mayor
cantidad de agua a los poros de tamaño intermedio y grande, que probablemente controlan
la succión en el rango donde se entrecruzaron las curvas de humedecimiento y secado.
La arena limosa (AL) experimenta cambios muy pequeños en el volumen de poros con la
succión (ver la Figura 31b), tanto en secado como en humedecimiento. En secado, desde el
comienzo del proceso se advierte que la disminución de la relación de vacíos es leve pero
constante. Esto se nota con mayor claridad en la Figura 32b, que muestra la relación entre
los cambios del volumen de poros y del volumen de agua. Después de una succión igual a
66
0.05 MPa (50 kPa), crece un poco la tasa de reducción del volumen de poros con la succión
(expresado en la relación de vacíos e), y se acentúa la reducción del volumen de agua
(expresado en la relación de vacíos equivalente ew). Esto sugiere que la succión 0.05 MPa
puede ser el punto de retracción del agua de los poros de mayor tamaño en el suelo AL.
3.60
SECADO
HUMEDECIMIENTO
3.20
2.80
e
2.40
a ) LIMO ARENOSO
2.00
0.0001 0.001 0.01 0.1 1 10 100
Succión (MPa)
1.80
SECADO
HUMEDECIMIENTO
1.60
1.40
e
1.20
1.00
b) ARENA LIMOSA
0.80
0.001 0.01 0.1 1 10 100
Succión (MPa)
7
La desorción se define como la salida de los gases de un sólido cuando se alcanza un nivel determinado de
temperatura.
67
del agua y el radio de los tubos capilares. Este método sólo tiene validez en suelos que no
cambian de volumen ni reordenan su estructura a medida que cambia la succión. Con el fin
de apoyar la interpretación del comportamiento suelo-agua en el suelo AL (que tiene
cambios muy pequeños de volumen), se estimó la curva de distribución de tamaños de
poros, utilizando el procedimiento descrito por Watabe et al. (2000). El diámetro de los
poros para cada valor de la succión, se calculó mediante la expresión de Marshall (1958):
4 TS
D= (5.3)
ψ
Donde: D es el diámetro de poros; Ts es la tensión superficial del agua (a 20º, T = 75
kPa.µm); y ψ es la succión.
3,60
e
ew
2,80
e , ew
2,00
1,20
a ) LIMO ARENOSO
0,40
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)
1,60
e
ew
1,20
e , ew
0,80
0,40
b) ARENA LIMOSA
0,00
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)
Figura 32. Cambios del volumen total y del volumen de agua durante el secado.
68
Se conoce que el grado de saturación efectivo (Se) equivale al porcentaje volumétrico de
poros ocupados por agua libre, y está definido como:
S − Sr
Se = (2.26)
1 − Sr
Por medio de las ecuaciones (5.3) y (2.26), y de la relación entre humedad y succión (curva
de retención de humedad), se puede vincular cada valor de Se con un valor determinado de
la succión, asociado a su vez a un determinado diámetro de poros. Esto permite transformar
la curva de retención de humedad en una distribución de tamaños de poros, en la cual se
representa el porcentaje volumétrico de poros que corresponde a cada tamaño o diámetro.
En sus notas sobre ciencia del suelo, Madero (1998) menciona la siguiente clasificación de
tamaños según su diámetro (D): macroporos D > 30µm; mesoporos 2µm ≥ D 30µm;
microporos 2µm > D. Colmenares (2002) se refiere a la siguiente clasificación: macroporos
D > 7.5µm; microporos 7.5µm D 0.1µm; infraporos 0.1µm > D. Con base en estos
intervalos de tamaños, se puede analizar en la Figura 33 la relación entre la succión y el
tamaño de los poros, y en la Figura 34 la distribución de los tamaños (D) de poros.
Otro de los puntos destacados en la arena limosa (AL) fue la succión 0.05 MPa. Este punto
fue identificado a través de los cambios de las relaciones e y ew con la succión (Figura 32b),
y se sugirió como la succión presente en el suelo cuando el agua se retrae de los poros de
mayor tamaño. En la Figura 33 se verifica que la succión 0.05 MPa está asociada con un
tamaño de poros 6 µm, cerca del límite entre macroporos y microporos.
Con la ayuda de la relación entre succión y tamaño de los poros, podría afirmarse que el
estado residual, estimado en los suelos AL y LA entre 3 y 7 MPa de succión, cuando se
pierde la continuidad en la fase de agua, está asociado con la retracción del agua hacia los
infraporos (< 0.1 µm).
69
100
ARENA LIMOSA
10
Succión (MPa)
1
0,1
0,01
0,001
0,01 0,1 1 10 100 1000
Figura 33. Relación entre succión y diámetro de los poros en el suelo AL.
La distribución de tamaños de poros de la arena limosa (AL) (Figura 34) indica alta
microporosidad en este suelo. Tomando 7.5 µm de diámetro como límite entre macroporos
y microporos, se estima que el volumen de poros se distribuye en 70% de microporos y
30% de macroporos. En la curva se observa que los poros sólo almacenan 75% del volumen
de agua posible (S=100%). El desfase se debe a la técnica de medición de la succión con
papel de filtro, que no permite la saturación completa, y a la presencia de macroporos
mayores de 200 µm, conectados como canales, que no trabajan como capilares. La curva
punteada representa el porcentaje volumétrico respecto al volumen de poros capilares.
100
80
Porcentaje volumétrico (%)
60
40
20
ARENA LIMOSA
0
0,01 0,1 1 10 100 1000
Tamaño de poros (µ m)
70
Aunque es evidente la necesidad de un estudio experimental más avanzado, que incluya el
estudio de la estructura, se observa consistencia en el comportamiento suelo–agua de la
arena limosa (AL), a partir de diferentes herramientas de análisis, como por ejemplo la
relación succión-humedad, la curva de secado y la curva de distribución de tamaños de
poros. Por analogía, considerando la similitud de la pendiente y la forma de las curvas de
retención de humedad en secado de los suelos LA y AL, se asume que las características del
comportamiento suelo-agua del limo arenoso (LA) constituyen estimativos relativamente
confiables.
Los ensayos de corte directo se llevaron a cabo sobre muestras en cámara de ensayo
inundada (casi saturadas), muestras secas al aire (no saturadas), y muestras con diferentes
contenidos de humedad en procesos de secado y humedecimiento (parcialmente saturadas),
condiciones de ensayo que se presentaron detalladamente en la Tabla 6.
8
El concepto de fragilidad se cuantificó como la diferencia entre la resistencia cortante pico y la resistencia
pos-pico. Bishop (1967) lo expresó por medio del índice de fragilidad, If = (τp – τpp ) /τp x 100%.
71
material no experimenta cambios importantes de la relación de vacíos con el secado (ver la
Figura 31b).
72
2.5
LIMO ARENOSO
σn = 0 . 0 5 0 M P a
2 w=107.9%
w=85.0%
w=68.9%
1.5 w=40.6%
w=18.3%
τ/σ
0.5
a)
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
δ (mm)
1
0.8
0.6
0.4
δ v(mm)
0.2
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
-0.2
b)
-0.4
-0.6
-0.8
δh(mm)
Figura 35. Resultados de ensayos de corte directo del suelo LA, en secado
para σn =0.05 MPa.
73
1,6
LIMO ARENOSO
1,4 σn = 0 . 0 5 0 M P a
1,2
1
τ/ σ
0,8
0,6 w=18.3%
w=30.4%
w=43.7%
0,4
w=89.9%
0,2
a)
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
δ (mm)
0.5
0.4
0.3
0.2
δv(mm)
0.1
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
-0.1
b)
-0.2
δh(mm)
Figura 36. Resultados de ensayos de corte directo del suelo LA, en humedecimiento
para σn =0.05 MPa.
74
3
ARENA LIMOSA
σn = 0 . 0 5 0 M P a
2.5
w=46.3%
2 w=37.6%
w=27.5%
w=20.7%
τ/σ
1.5 w=7.3%
0.5
a)
0
0 2 4 6 8 10
δ (mm)
1.2
0.8
0.6
δ v(mm)
0.4
0.2
b)
0
0 2 4 6 8 10
-0.2
δ h(mm)
Figura 37. Resultados de ensayos de corte directo del suelo AL, en secado
para σn =0.05 MPa.
75
2.5
ARENA LIMOSA
σn = 0 . 0 5 0 M P a
2
w=7.3%
w=9.4%
w=11.3%
1.5 w=15.4%
w=41.3%
τ/σ
0.5
a)
0
0 2 4 6 8 10
δ (mm)
1.2
0.8
0.6
δv(mm)
0.4
0.2
0
0 2 4 6 8 10
-0.2
b)
-0.4
δ h(mm)
Figura 38. Resultados de ensayos de corte directo del suelo AL, en humedecimiento
para σn =0.05 MPa.
Algunas de las muestras ensayadas completamente secas al aire (no saturadas), o secas al
aire y ensayadas con cámara inundada (casi saturadas), presentaron alteración de la
76
tendencia de cambio de volumen durante la carga de cortante, pasando de dilatantes a
contráctiles, al alcanzar valores altos del desplazamiento horizontal (ver las Figuras 35b,
36b y 38b). Al final de los ensayos, en estas muestras se notaron zonas de falla anchas, con
fragme ntación o desmoronamientos del material, en lugar de planos de falla lisos y limpios.
El desmoronamiento del suelo en el plano de falla explicaría la alteración de la tendencia
dilatante durante la falla.
El plano de falla observado al final de los ensayos, tuvo características distintas según el
tipo de suelo. En las muestras de arena limosa (AL), se presentaron planos de falla muy
rugosos, en donde las estrías más profundas coincidieron con trazas de sesquióxidos y
nódulos de suelo muy cementado. En las muestras de limo arenoso (LA), en general se
observaron planos de falla con poca rugosidad.
Se obtuvieron envolventes de resistencia al corte del limo arenoso (LA) y la arena limosa
(AL), ensayados bajo tres valores diferentes del esfuerzo normal efectivo: σn ´ = 0.012, 0.05
y 0.150 MPa (12, 50 y 150 kPa).
Para determinar los parámetros efectivos de resistencia al corte del suelo, c’ y φ’, y
observar los efectos que tiene el secado al aire sobre estos parámetros, se analizaron
muestras bajo inundación (casi saturadas), muestras con la humedad natural y muestras
completamente secas al aire. En la Tabla 9 se muestran los resultados de los ensayos de
resistencia al corte, y las medidas de humedad gravimétrica y volumétrica realizadas al
final de cada prueba.
La resistencia de los suelos que contienen arcillas alófanas y haloisitas ha sido calificada
como atípica, en razón de los altos valores de los ángulos de resistencia al corte efectivos
(29º a 41º), poco afectados por el contenido de humedad y la plasticidad, y debido a las
pequeñas diferencias que se encuentran entre los valores de resistencia pico y residual
(Wesley, 1977; Rao, 1995). En este caso se evidencian estas características, a pesar de las
diferencias encontradas en la relación de vacíos inicial, la textura y la plasticidad, entre los
dos tipos de suelo utilizados en el presente estudio (ver la Tabla 5). Con ensayos en estado
9
Aunque el equipo no permite ensayos de resistencia residual, esta resistencia se aproxima al valor residual,
ya que fue medida cuando su valor fue casi constante y el desplazamiento tangencial fue mayor de 7 mm.
77
natural e inundados, en el limo arenoso (LA) se obtiene φ’=36.7º, y en la arena limosa (AL)
se obtiene φ’=39.5º. Los ángulos de resistencia al corte pospico son muy parecidos en
ambos suelos: φ’pp =38.0º en el suelo LA y φ’pp =39.9º en el suelo AL (ver la Tabla 10).
Condición σn w θ 10 τp τpp
Suelo de ensayo (MPa) (%) (%) (MPa) (MPa)
0.012 109.3 66.2 0.025 0.017
Húmedo
(natural) 0.050 108.2 64.9 0.053 0.052
Limo Inundado
0.150 106.2 70.3 0.128 0.126
Arenoso
(LA) 0.012 89.3 67.1 0.022 0.015
Seco al
aire 0.050 89.2 68.2 0.058 0.053
Inundado
0.150 91.0 69.4 0.136 0.136
0.012 43.1 49.8 0.061 0.027
Húmedo
(natural) 0.050 43.6 50.8 0.092 0.054
Arena Inundado
0.150 52.1 54.0 0.176 0.142
Limosa
(AL) 0.012 37.4 44.0 0.026 0.022
Seco al
aire 0.050 42.3 48.3 0.066 0.053
Inundado
0.150 44.0 52.5 0.131 0.126
Los resultados muestran una cohesión tres veces mayor en la arena limosa (AL) que en el
limo arenoso (LA), lo cual tampoco es consistente con las diferencias de textura y
plasticidad de cada uno de los suelos.
10
El valor del contenido de agua volumétrico se calculó con base en el peso unitario medido después de
consolidar las muestras bajo la carga normal correspondiente.
78
El secado al aire (y posterior inundación) tiene los efectos siguientes sobre los parámetros
de resistencia al corte (Tabla 10):
• El secado aumenta el ángulo de resistencia al corte pico del limo arenoso (LA) y reduce
el ángulo de resistencia al corte pico de la arena limosa (AL).
• El secado aumenta el ángulo de resistencia al corte pospico del suelo LA. y reduce el
ángulo de resistencia al corte pospico del suelo AL.
La reducción de la cohesión es mucho más significativa en la arena limosa (AL), que tiene
una pérdida del 57% respecto al valor de la cohesión antes del secado, mientras que el limo
arenoso (LA) pierde solamente una octava parte. Esto sugiere que la cementación entre los
granos es el componente fundamental de la cohesión11 en la arena limosa (AL) no plástica,
y que ésta disminuye significativamente con el secado al aire y saturación posterior.
Con el secado al aire, llevado a cabo de manera relativamente rápida, la arena limosa (AL)
experimenta cambios en su estructura, que se manifiestan en el aumento de la relación de
vacíos (ver la Figura 31), y de allí se explica la reducción de los ángulos de resistencia al
corte respecto al suelo en la condición natural. En el limo arenoso (LA), el secado al aire
produce la reducción drástica de la relación de vacíos, y esto se refleja en el incremento de
11
En este caso se está haciendo referencia a la cohesión verdadera, sin tener en cuenta el efecto de la succión.
79
los ángulos de resistencia al corte del suelo seco al aire respecto al suelo en la condición
natural. En la Figura 41 se presentan los efectos que tiene el secado al aire sobre las
envolventes de resistencia de Mohr-Coulomb.
Otra característica atípica que presentan estos suelos, consiste en que los ángulos de
resistencia al corte pospico son más altos que los ángulos de resistencia al corte pico.
Aunque no se conoce una explicación para este comportamiento, por la forma en que
convergen las envolventes de resistencia del suelo LA (Figura 39 y Figura 40), se infiere
que para un esfuerzo normal dado, los desplazamientos pospico eliminan los efectos de
estructura y probablemente producen rotura 12 de los fragmentos líticos del suelo volcánico,
haciendo que en la condición pospico la resistencia al corte se aproxime a la fricción propia
de los fragmentos. La convergencia de las envolventes de resistencia es más evidente en el
suelo LA, tal vez por su mayor grado de meteorización a partir de la ceniza volcánica, o tal
vez porque en este suelo se alcanza un umbral de esfuerzo normal13 donde colapsa la
estructura del suelo.
0,2 0,2
ARENA LIMOSA LIMO ARENOSO
( húmeda - inundada ) ( húmedo - inundado )
0,15 0,15
pico
(MPa)
(MPa)
0,1 0,1
τ
τ
pospico
pico
0,05 0,05
pico
pico pospico
pospico pospico
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2
Figura 39. Envolventes de resistencia del suelo en estado húmedo (natural) inundado.
12
La rotura de los granos de ceniza volcánica o de lapilli se reporta frecuentemente en los ensayos de
plasticidad del laboratorio de la Universidad del Quindío, cuando se hace el amasado con espátula.
13
Wesley (2001) encuentra una presión vertical de fluencia característica de los suelos alofánicos,
independiente de la historia de esfuerzos del suelo, más allá de la cual se altera la estructura del suelo.
80
0,2 0,2
0,15 0,15
(MPa)
(MPa)
pico
0,1 0,1
τ
τ
pospico
0,05 0,05 pico
pico pico
pospico
pospico pospico
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2
a) b)
σ' (MPa) σ' (MPa)
0,2 0,2
0,15 0,15
muestras húmedas
(naturales) muestras secas
(MPa)
(MPa)
0,1 0,1
muestras húmedas
τ
τ
0,05 0,05
húmedas naturales
secas secas
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2
a) b)
σ' (MPa) σ' (MPa)
Figura 41. Efecto del secado en las envolventes de resistencia pico del suelo.
81
5.4. RESISTENCIA EN PROCESOS DE SECADO-HUMEDECIMIENTO
Las muestras de arena limosa (AL) en condición inundada, secas al aire y naturales,
alcanzan un grado de saturación relativamente igual (ver la Figura 42b). Esto mismo se
observó en las curvas de retención de humedad, no obstante que en los ensayos de corte se
aplicó un esfuerzo normal a las muestras mientras que en la elaboración de las curvas de
retención se tuvieron condiciones de esfuerzo exterior nulo 14 .
Algo diferente sucede con las muestras inundadas de limo arenoso (LA), ya que las
muestras secas al aire presentan mayor grado de saturación que las muestras naturales. Esta
condición se puede explicar por medio de las curvas de retención de humedad (ver la
Figura 25c). Para los valores más grandes del grado de saturación, la curva de retención en
humedecimiento presenta mayor pendiente que la curva de retención de secado, con
tendencia a entrecruzarse y pasar por encima de la curva de secado. Esto indica un aumento
14
Solamente actúa la presión atmosférica, que se toma como el cero de referencia.
82
probable de la cantidad de fisuras en el suelo LA seco al aire y, por tanto, mayor facilidad
para la saturación de las muestras secas en condición inundada.
0,16
ARENA LIMOSA
σ n=0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,12
0,08
a)
0,04
100 80 60 40 20 0
0,16
LIMO ARENOSO
σ n=0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,12
0,08
b)
0,04
100 80 60 40 20 0
Para conocer el comportamiento de la resistencia al corte del suelo respecto a las presiones
de aire y agua en los poros, representadas por medio de la succión, se dibujó la variación de
la resistencia con la succión, aprovechando la relación existente entre esta última y el
contenido de agua a través de la curva de retención de humedad. En cada espécimen se
midieron dos valores de humedad gravimétrica al finalizar los ensayos de corte directo, en
cada una de las mitades del espécimen, encima y debajo del plano de falla. Los resultados
de estas medidas fueron siempre muy parecidos, lo que mostró que el procedimiento de
preparación y ensayo produjo el mismo valor de succión a través del espécimen.
Posteriormente, con base en la humedad gravimétrica y el volumen del espécimen se
obtuvo la densidad seca y la humedad volumétrica. El volumen se calculó al final de la
consolidación, usando las dimensiones iniciales y la deformación vertical ocurrida por
83
aplicación de la carga normal. En los ensayos con muestra inundada se asumió la condición
de suelo saturado, S=1 o θ=θs, debido a la dificultad para medir la densidad del espécimen
después de inundar la cámara de corte directo.
Una vez conocida la humedad final de cada espécimen, se aplicó la ecuación (5.1) con los
parámetros apropiados (de la Tabla 7) para obtener el valor de la succión. En el estimativo
de la succión para un valor dado de resistencia al corte, se utilizó la medida del volumen del
espécimen antes de empezar la etapa de falla y la medida de la humedad gravimétrica al
terminar dicha etapa, asumiendo que los cambios del volumen y la cantidad de agua son
demasiado pequeños y no afectan de manera significativa el valor de la succión durante la
etapa de corte.
84
0,2
LIMO ARENOSO
0,1
0,05
Esf.n.= 0.012 MPa
Esf.n.= 0.050 MPa
a)
Esf.n.= 0.150 MPa
0
0 5 10 15 20 25 30
Succión (MPa)
0,2
Resistencia al corte (MPa)
0,15 ?
?
0,1
?
?
0,05
? ?
Esf.n= 0.012 MPa
Esf.n= 0.050 MPa b)
Esf.n.= 0.150 MPa
0
0 5 10 15 20 25 30
Succión (kPa)
Se mencionó atrás que hay un incremento de la resistencia al corte más acelerado hasta
succiones en el rango 0.15-0.20 MPa en el suelo LA y 0.02-0.03 MPa en el suelo AL, y que
después hay una caída brusca de la resistencia al corte, relacionada con grados de
saturación entre 60 y 70% en ambos suelos. Esto se puede observar con más detalle en la
Figura 45, donde se presenta la relación entre la resistencia al corte y la succió n del suelo
85
AL en proceso de secado (para σn = 0.05 MPa), en el intervalo de succiones de interés.
También se presentan las curvas que relacionan la succión con los cambios de volumen del
suelo y volumen de agua, y con el tamaño de los poros. En la Figura 45 se observa que el
intervalo de succión en el pico e inmediata caída brusca de la resistencia al corte,
correlaciona con el valor sugerido para indicar el punto de la retracción del agua de los
macroporos (ver el numeral 5.1), el cua l se estimó como un valor de succión 0.05 MPa.
0,3
ARENA LIMOSA
0,25
Resistencia al corte (MPa)
0,2
0,15
0,1
Succión (MPa)
0.25
0.2
Resistencia al corte (MPa)
0.15
0.1
0.05
Esf.n.= 0.012 MPa
Esf.n.= 0.050 MPa b)
Esf.n.= 0.150 MPa
0
0 5 10 15 20 25
Succión (MPa)
86
0,14
0,1
0,08
σ n = 0.050 MPa
0,06
0 0,04 0,08 0,12 0,16 0,2
Succión (MPa)
1,60
ARENA LIMOSA e
ew
1,20
e , ew
0,80
0,40
0,00
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)
100
ARENA LIMOSA
10
Succión (MPa)
1
Macroporos
0,1
0,01
0,001
0,01 0,1 1 10 100 1000
Tamaño de poros (µ m)
Figura 45. Posible relación entre la caída de resistencia al corte para S=60% y la retracción
del agua de los macroporos.
87
Hay que tener en cuenta que la dilatancia es una característica notoria de ambos suelos en el
rango de humedades que corresponde a estos valores de succión, la cual se evidencia más
en la arena limosa (AL). Gan & Fredlund (1995) consideran que la fase de agua en estado
relativamente seco se rompe fácilmente con los desplazamientos de cortante. Se puede
sugerir la siguiente explicación al fenómeno observado: al retraerse el agua hacia los poros
más pequeños, y aumentar las tensiones capilares, entonces ocurre una caída de resistencia
debido a la apertura brusca de la fase de agua en los macroporos, la cual se presenta durante
la falla de cortante como consecuencia de la tendencia a dilatar que poseen estos suelos.
Este pico de resistencia y la caída subsiguiente, constituyen un aspecto a tener en cuenta
para la interpretación del comportamiento de estos suelos en condición de saturación
parcial (S = 60 a 70%), pues el rango de succión donde se presenta dicho fenómeno es el
mismo de la mayoría de las aplicaciones ingenieriles, aproximadamente entre 0 y 0.5 MPa.
88
0,1
LIMO ARENOSO
σ
σn = 0 . 0 1 2 M P a
0,08
Resistencia al corte (MPa) secado
0,06
?
?
0,04 humedecimiento
0,02
a)
0
0 5 10 15 20 25 30
Succión (MPa)
0,16
ARENA LIMOSA
σ
σn = 0 . 0 1 2 M P a
Resistencia al corte (MPa)
0,12
secado
0,08
humedecimiento
0,04
a)
0
0 5 10 15 20 25
Succión (MPa)
Otra manera de observar el efecto de los cambios de humedad sobre la resistencia al corte
del suelo, se presenta en la Figura 47. En esta figura se dibujaron los resultados de
resistencia al corte pico y pospico en función del esfuerzo normal efectivo, de la totalidad
de ensayos de corte directo llevados a cabo en procesos de secado y humedecimiento. En el
mismo gráfico se trazaron las envolventes de resistencia de Mohr-Coulomb, de resistencia
pico y pospico, de las muestras naturales inundadas (casi saturadas). Esta figura sintetiza el
efecto, evidente y significativo, de los cambios de humedad sobre la resistencia al corte del
89
suelo saturado. El aspecto más destacado es que existe un umbral de mínima resistencia al
corte, que cubre cualquiera de los estados de humedad del suelo, incluyendo los efectos de
un ciclo completo secado- humedecimiento. Esta frontera se representa aceptablemente por
medio de la envolvente de resistencia pospico del suelo natural ensayado en condición
inundada.
0,3 0,3
ARENA LIMOSA LIMO ARENOSO
0,25 0,25
secado
0,2 0,2 humedecim.
(MPa)
(MPa)
pico
0,15 0,15
τ
τ
0,1 0,1
pospico
pico
0,05 0,05
secado
humedecim. pospico
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2
b)
a)
' (MPa) ' (MPa)
90
5.5. PREDICCIÓN DE LA RESISTENCIA AL CORTE US ANDO ECUACIONES
Con el fin de mejorar la interpretación del comportamiento de la resistencia al corte con los
cambios de humedad, y analizar las herramientas de predicción de la resistencia del suelo
parcialmente saturado, en procesos de secado y humedecimiento, se aplicaron las
ecuaciones descritas en el numeral 2.7. Las predicciones y los valores medidos de
resistencia al corte de los suelos utilizados en el presente estudio, fueron comparados
utilizando tres valores del esfuerzo normal neto, (σn – ua ) = 0.012, 0.05 y 0.15 MPa.
Para aplicar los modelos de predicción a los resultados de ensayos realizados en una
máquina convencional de corte directo, se asumió que la presión de aire aplicada en el
exterior de las muestras es igual a la presión atmosférica o presión cero de referencia, y que
esta presión es igual a través del espécimen. La succión en la falla se calculó suponiendo
que los cambios de volumen y cantidad de agua durante la etapa de corte son demasiado
pequeños y no afectan de manera significativa el valor de la succión. En los ensayos con
muestra inundada se consideró que el suelo estuvo saturado (S=1, θ=θs ) y que el valor de la
succión fue nulo.
Se analizó en primer lugar el criterio de resistencia propuesto por Vanapalli et al. (1996b),
conocido como primer método de la Universidad de Sakatchewan:
{ }
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ) (Θ ) tan φ ′
κ (2.32)
Los datos se ajustaron utilizando las curvas de retención de humedad en el rango completo
de succiones medidas (hasta 30 MPa). En la Figura 48 se comparan las ecuaciones de
predicción (en línea continua) y los resultados experimentales (indicados como puntos). En
este rango de succiones, las ecuaciones modelan aceptablemente la resistencia al corte en
los valores más pequeños y los valores más grandes de la succión, pero no hacen una
adecuada predicción de los valores de resistencia con succiones en el rango intermedio
(entre 2 y 7 MPa), que coincide aproximadamente con el rango donde se obtuvieron las
máximas resistencias al corte, y donde se sugirió que podían encontrarse los valores de
91
succión residual. Para el rango completo de succiones se obtuvieron promedios del
parámetro de ajuste κ = 5.05 y κ = 3.40, para suelo LA y AL, respectivamente.
0,2
0,15
0,05
Succión (MPa)
0,3
0,225
0,075
Succión (MPa)
Figura 48. Modelo de Vanapalli et al. (1996b), aplicado en el rango completo de succiones
al suelo en proceso de secado.
Observando lo anterior, se tomaron los datos en el rango de succiones hasta 2 MPa, con el
fin de analizar el ajuste del modelo en un rango limitado de la succión. En la Figura 49 se
muestra la aceptable predicción que hace el modelo en este rango de succión, especialmente
92
con valores de esfuerzo normal de 0.012 y 0.05 MPa. Los valores del parámetro de ajuste
(κ) se indican en la figura.
0,2
0,15
0,1
σn=0.050 MPa − κ = 6.16
LIMO ARENOSO
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
0,3
0,2
ARENA LIMOSA
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
Figura 49. Modelo de Vanapalli et al. (1996b), aplicado en un rango limitado de succiones
al suelo en proceso de secado.
No es tan buena la predicción para los ensayos llevados a cabo en el suelo LA, bajo
esfuerzo normal 0.15 MPa. En el numeral 5.3 se sugirió que la convergencia de las
envolventes de resistencia pico y pospico podría ser causada por el posible colapso de la
estructura del suelo LA. Se requiere investigación adicional con el fin de conocer si existe
93
un valor límite de esfuerzo normal (o carga de colapso), que obligue a considerar el estado
de esfuerzos en la obtención de las relaciones humedad-succión. Hay que anotar que las
curvas de retención de humedad se obtuvieron bajo esfuerzo exterior nulo.
Por medio del modelo se estimó la variación del parámetro de crecimiento de la resistencia
al corte con la succión φ b , respecto a la humedad normalizada (ver la Figura 50), el cual se
escribe en la ecuación de Fredlund et al. (1978) de la siguiente forma:
40
a) LIMO ARENOSO
30
20
φb
10
0
1 0,8 0,6 0,4 0,2
40
b) ARENA LIMOSA
30
20
φb
10
0
1 0,8 0,6 0,4 0,2
94
La interpretación que hace el modelo de la contribución de la succión en la resistencia al
corte, expresada mediante el ángulo φ b , muestra que el aporte de la succión a la resistencia
es importante con humedades cercanas a la saturación, pero que éste decrece rápidamente a
medida que disminuye la humedad hasta que el suelo alcanza un grado de saturación
aproximado al 50%, donde la contribución de la succión se hace muy pequeña o se anula.
Vanapalli & Fredlund (2000) propusieron una relación entre el parámetro de ajuste (κ) y el
índice de plasticidad, para suelos compactados estáticamente. En la Figura 51 se dibujó la
relación que proponen los autores mencionados y las relaciones que se obtienen en los
suelos naturales de origen volcánico estudiados. Se encontró que el parámetro de ajuste (κ)
de los suelos utilizados en este estudio no puede ser obtenido por correlación con el índice
plástico usando la misma relación propuesta por Vanapalli & Fredlund (2000).
6
Parámetro de ajuste, κ
2
Vanapalli & Fredlund, 2000
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Se analizó en segundo lugar el criterio de resistencia propuesto por Öberg & Sällfors
(1995), el cual relaciona directamente el parámetro χ de la ecuación de esfuerzos efectivos
de Bishop con el grado de saturación S:
95
En la Figura 52 se comparan las medidas de resistencia con las proyecciones que hace el
modelo de Öberg & Sällfors (1995). Se observa que este modelo no es adecuado para
predecir la resistencia de los suelos ensayados, ya que estima valores muy por encima de la
resistencia medida en el suelo parcialmente saturado. Aunque los suelos utilizados en el
presente estudio cumplen fácilmente, en un rango amplio de la succión, con la condición de
tener un grado de saturación S > 50%, al parecer el limo arenoso (LA) y la arena limosa
(AL), presentan una distribución de tamaños de poros más parecida a la distribución típica
de los suelos arcillosos, para los cuales no es adecuado este modelo.
0,3
Esf.n= 0.012 MPa
Esf.n= 0.050 MPa
Esf.n= 0.150 MPa
O & S 0.012 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,1
LIMO ARENOSO
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
0,4
0,2
0,1
ARENA LIMOSA
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
Figura 52. Modelo de Öberg & Sällfors (1995), aplicado en un rango limitado de succiones
al suelo en proceso de secado.
96
En tercer lugar, se analizó la ecuación de predicción de la resistencia al corte de Khalili &
Khabbaz (1998), también basada en el parámetro χ de la ecuación de esfuerzos efectivos
de Bishop:
(u − u ) −0 .55
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ) a w
tan φ′ (2.42)
(u a − u w )b
(u − u w )
−0.55
χ= a (2.41)
(u a − u w ) b
El parámetro exponente de la ecuación anterior está entre -0.40 y -0.65, para suelos
arcillosos y arenosos respectivamente.
Como el valor del parámetro χ oscila entre 0 y 1, la ecuación sólo tiene validez para valores
de succión mayores que el valor de entrada de aire (ua – uw)b , por tanto la ecuación (2.42)
representa los datos para succiones por encima de 0.01 MPa y 0.005 MPa, en los suelos LA
y AL respectivamente.
El modelo de Khalili & Khabbaz (1998) permite interpretar la variación del parámetro χ, de
la ecuación de esfuerzo efectivo de Bishop, con el grado de saturación S (Figura 54). De
acuerdo con esta interpretación, en los suelos utilizados en el presente estudio estas dos
cantidades no se encuentran relacionadas en proporción uno a uno, lo cual explicaría la
dispersión en el ajuste que se observa con el modelo de Öberg & Sällfors (1995). La
relación que se muestra en la Figura 54 es típica de suelos arcillosos o de suelos que poseen
una distribución de tamaños de poros similar a la que tienen esos suelos (ver la Figura 6).
97
0,2
σ n=0.150 MPa
σn=0.012 MPa
0,05
LIMO ARENOSO
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
0,4
σ n=0.150 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,3
σ n=0.012 MPa
0,1
ARENA LIMOSA
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
Figura 53. Modelo de Khalili & Khabbaz (1998), aplicado en un rango limitado de
succiones al suelo en proceso de secado.
98
1
LIMO ARENOSO
0,8
0,6
χ
0,4
0,2
0
0 20 40 60 80 100
S (%)
1
ARENA LIMOSA
0,8
0,6
χ
0,4
0,2
0
0 20 40 60 80 100
S (%)
99
0,3
LIMO ARENOSO
σn=0.150 MPa
σn=0.050 MPa
0,1
σn=0.012 MPa
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
0,4
Resistencia al corte (MPa)
0,2
σ n=0.012 MPa
0,1
ARENA LIMOSA
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
Figura 55. Modelo de Rassam & Cook (2002), aplicado en un rango limitado de succiones
al suelo en proceso de secado.
Con el fin de comparar la bondad de la predicción de cada uno de los modelos ensayados,
se dibujaron las proyecciones y los resultados de ensayos resistencia al corte, para el
esfuerzo normal 0.050 MPa (Figura 56).
La comparación de los diversos criterios de predicción permite conc luir que las ecuaciones
de Vanapalli et al. (1996b) (primer método) y de Khalili & Khabbaz (1998), hacen las
mejores predicciones de resistencia al corte con la succión, en los suelos parcialmente
saturados y en proceso de secado, utilizados en este estudio.
100
0,125
LIMO ARENOSO
σ n = 0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,1
0,075
Ensayos
0,05 Vanapalli et al
Khalili & Khabbaz
Rassam & Cook
Oberg & Sallfors
0,025
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
0,2
ARENA LIMOSA
σn = 0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,15
0,1
Ensayos
Vanapalli et al
Khalili & Khabbaz
Rassam & Cook
Oberg & Sallfors
0,05
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
101
posiblemente se encontrarán la mayoría de las aplicaciones prácticas de ingeniería
(corresponde a S > 65% en suelo LA y S > 50% en suelo AL). En este rango de succio nes,
se determinaron los valores del parámetro siguientes: para la arena limosa (AL), κ=3.1; para
el limo arenoso (LA), κ=6.2. La Figura 57 muestra el aceptable ajuste entre el modelo y los
datos para este caso. Sin olvidar las limitaciones del presente estudio, estos parámetros
podrían ser empleados en la práctica como una primera aproximación de trabajo, en suelos
con características similares a los estudiados.
0,4 0,4
κ = 3,1 κ = 6,2
0,3 0,3
Resistencia al corte (MPa)
0,1
0,1
0
0
0 0,1 0,2 0,3 0,4
0 0,1 0,2 0,3 0,4
Succión (MPa) Succión (MPa)
Figura 57. Predicción de resistencia al corte (Vanapalli et al., 1996b) en un rango muy
estrecho de la succión.
Por último, se compararon las medidas de resistencia al corte con las ecuaciones de
predicción de Vanapalli et al. (1996b), de los suelos en proceso de humedecimiento. Para
tal efecto, se usaron los parámetros de la curva de retención de humedad en proceso de
humedecimiento y los parámetros efectivos de resistencia obtenidos en el suelo seco al aire
con inundación (casi saturado) (c’= 0.022 MPa y φ’=39.2º para suelo LA; c’= 0.026 MPa y
φ’=36.1º para suelo AL).
Los resultados del ajuste y los valores del parámetro κ se indican en la Figura 58. Aunque
la dispersión de los datos es mayor que en el proceso de secado, la tendencia indica que el
parámetro κ converge hacia un valor único, alrededor del promedio κ=3.1, para ambos
tipos de suelo.
La convergencia del parámetro κ hacia un valor único, cuando el suelo está en el proceso
de humedecimiento, se suma a otros aspectos observados después de aplicar un ciclo
secado-humedecimiento, tales como el acercamiento de las envolventes de Mohr-Coulomb
y la reducción de diferencias en el comportamiento durante la falla por cortante. Esto
102
parece indicar que los suelos de este estudio tienden hacia un único tipo de material,
después de que experimentan un ciclo secado-humedecimiento. Si esta suposición fuera
válida, las diferencias de textura y plasticidad en estado natural, se volverían irrelevantes al
momento de evaluar el comportamiento de la resistencia al corte en procesos de secado-
humedecimiento.
0,2
0,15
LIMO ARENOSO
0
0 0,5 1 1,5 2
Succión (MPa)
0,25
0,15
σn=0.050 MPa − κ = 2.82
0,1
σn=0.012 MPa − κ = 3.09
0,05
ARENA LIMOSA
0
0 2 4 6 8 10
Succión (MPa)
Figura 58. Modelo de Vanapalli et al. (1996b), para los suelos en proceso de
humedecimiento.
103
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
A continuación se presentan las principales conclusiones derivadas del trabajo, las cuales se
han organizado según los siguientes aspectos:
Por último, como consecuencia de los resultados del estudio se presentan recomendaciones
para comp lementar o abrir nuevas líneas de trabajo sobre el campo de estudio.
104
6.1. RELACIONES HUMEDAD-SUCCIÓN Y CAMBIOS DE VOLUMEN
• El valor de entrada de aire de los suelos puede ser estimado a partir de las curvas de
retención de humedad elaboradas en el presente estudio, mediante un método de
construcción gráfica (Vanapalli et al., 1998) que proporcionó resultados coherentes con
los valores típicos conocidos en limos y arenas. Sin embargo, el estado residual no se
identificó con facilidad usando el mismo método de construcción gráfica.
• La técnica empleada para elaborar las curvas de retención de humedad permitió obtener
curvas que relacionan los cambios de volumen con la succión. Se determinó que el
secado produce una reducción fuerte del volumen en el limo arenoso (LA), y muy
pequeña reducción de éste en la arena limosa (AL). En ambos materiales, el proceso de
humedecimiento no cambia el volumen.
• En los dos suelos del presente este estudio, la fragilidad y la dilatancia se incrementan a
medida que el suelo pierde humedad desde el estado casi saturado, y disminuyen a
medida que el suelo se humedece desde el estado seco al aire.
105
• Existe un punto de máxima resistencia asociado con el cambio en la tendencia de
ganancia o pérdida de fragilidad del suelo. Este punto está muy cerca del intervalo de
saturación residual identificado en ambos suelos.
• Después de un ciclo secado- humedecimiento, las muestras de suelo seco al aire y casi
saturado, no recuperan la rigidez que tenían en estado natural saturado. Después de un
ciclo, en el limo arenoso (LA) aumenta la fragilidad, y en la arena limosa (AL)
disminuye, volviéndose parecido el comportamiento de ambos suelos durante la falla.
• El secado al aire hace aumentar el ángulo de resistencia al corte (pico) del limo arenoso
(LA) y lo hace reducir en la arena limosa (AL).
106
• La desaturación o secado produce el incremento de la resistencia al corte, y la
saturación o humedecimiento produce el decrecimiento de la resistencia.
• Con el secado, la resistencia inicial del suelo casi saturado se incrementa hasta un valor
máximo, y luego disminuye hasta llegar a la resistencia al corte que tiene el suelo seco
al aire.
• Cuando el suelo está seco al aire y se humedece hasta el estado saturado, la resistencia
disminuye de manera continua.
• La máxima resistencia no se alcanza en el estado seco (al aire), sino con un valor del
grado de saturación S ≈ 40%, que está asociado con la succión residual estimada, lo
cual es acorde con el modelo interpretativo de la resistencia al corte, basado en la curva
de retención de humedad (Vanapalli et al., 1996b; Fredlund et al., 1995).de Fredlund et
al. (1995).
• Con los suelos del presente estudio, el método experimental utilizado no permite
determinar la relación entre la resistencia al corte y la succión para valores de la succión
inferiores al valor de entrada de aire.
Del análisis del ajuste de la relación entre la resistencia al corte y la succión y algunos de
los modelos propuestos para hacer esa representación, se concluyó lo siguiente:
• El criterio de resistencia propuesto por Vanapalli et al. (1996b), conocido como primer
método de la Universidad de Saskatchewan, modela aceptablemente la resistencia al
corte en proceso de secado en los suelos del presente estudio, para valores de la succión
ψ < 2 MPa y ψ > 7 MPa. Sin embargo, este modelo no hace buena predicción en el
intervalo de succión entre 2 y 7 MPa, en el cual se encontraron los valores de resistencia
al corte máxima.
107
• El modelo de Öberg & Sällfors (1995) no hace una buena predicción de la resistencia de
los suelos utilizados en el presente estudio, ya que estima resistencias muy superiores a
las medidas.
• El modelo de Khalili & Khabbaz (1998) hace una adecuada predicción de la resistencia
en el rango de succión ψ < 2 MPa. La tendencia de variación de los valores del
parámetro exponente de la ecuación obtenidos en este estudio (-0.74 para limo arenoso y
-0.54 para arena limosa), no es consistente con la que presentan los valores encontrados
por los autores de este modelo (-0.40 para suelos arcillosos y -0.65 para suelos
arcillosos).
• El modelo de Rassam & Cook (2002) sólo hace una adecuada representación de los
datos en el suelo limo arenoso (LA), en un rango de succiones pequeñas (ψ < 0.5MPa)
Como un resultado de las observaciones anteriores, se infiere que los suelos de este estudio
cuando son sometidos a un ciclo de secado-humedecimiento, tienden a convertirse en un
material de comportamiento mecánico similar. Esto se infiere al observar la convergencia
hacia un único valor del parámetro de la ecuación de Vanapalli et al. (1996b), la
disminución de la diferencia entre envolventes de resistencia al corte, y la reducción de
diferencias en el comportamiento durante la falla por cortante.
108
secado de suelos alofánicos, elaborando relaciones entre tiempos de secado,
temperaturas máximas y gradientes de temperatura de secado. Podría observarse la
incidencia del porcentaje de alófana, estudiando estas variables en suelos con diferentes
porcentajes de este mineral.
• El cambio que experimentan las envolventes de resistencia con el secado de los suelos
del presente estudio sugieren la posibilidad de que exista una carga de colapso bajo un
determinado nivel de esfuerzo. Se hace necesario investigar sobre la colapsabilidad de
este tipo de suelo, teniendo en cuenta la condición seca, saturada y parcialmente
saturada. En esta investigación se podría determinar el nivel de esfuerzo, respecto a la
carga de colapso, bajo el cual son confiables las determinaciones de la relación
humedad-succión con esfuerzo exterior nulo.
109
REFERENCIAS
Aubertin, M., Ricard, J.F. & Chapuis, R.P. (1998). A predictive model for the water
retention curve: application to tailings from hard-rock mines. Canadian Geotechnical
Journal. Vol.35, pp 55-69.
Barbour, S.L. (1998). Nineteenth Canadian Geotechnical Colloquium: The soil- water
characteristic curve: a historical perspective. Canadian Geotechnical Journal. Vol.35,
pp 873-894.
Barrera, M. (2002). Estudio experimental del comportamiento hidro- mecánico de suelos
colapsables. Barcelona, 414 p. Tesis Doctoral. Universitat Politécnica de Catalunya.
Departamento de Ingeniería del terreno, Cartográfica y Geofísica.
Baver, L.D. (1966). Soil physics. 3rd edition. John Wiley & Sons. 489 p.
Belloni, L. & Morris, D. (1991). Earthquake- induced shallow slides in volcanic debris
soils. Geotechnique. Vol.41, No.4, pp 539-551.
Bishop, A.W. (1967). Progressive failure-with special reference to the mechanism causing
it. Proc. Geotech. Conf., Oslo, 2, pp 142-150, en: Leroueil, S. (2001). Natural slopes
and cuts: movement and failure mechanisms. Geotechnique. Vol.51, No.3, pp 197-244.
Blight, G.E. (1961). Strength and consolidation characteristics of compacted soils. London,
217 p. Ph.D. Disertation. Univ. of London., en: Fredlund, D.G. & Rajardho, H. (1993).
Soil mechanics for unsaturated soils. John Wiley & Sons.
Bommer, J.J., & Rodriguez, C.E. (2001). Earthquake- induced landslides in Central
America. Engineering Geology, Elsevier Science B.V. (aceptado 01/06/01).
Bommer, J.J., Rolo, R., Mitruolia, A., & Berdousis, P. (2002). Geotechnical properties and
seismic slope stability of volcanic soils. 12ª European Conference on Earthquake
Enginneering, Paper 695.
Chapra, S.C. & Canale, R.P. (1999). Métodos numéricos para ingenieros. 3rd edición.
McGraw-Hill. 982 p.
Childs, E. C. & George, N.C. (1948). Interaction of water and porous materials, Soil
geometry and soil-water equilibria. Discussions of the Faraday Society. No.3, pp. 78-
85, en: Baver, L.D. (1966). Soil physics. 3rd edition. John Wiley & Sons.
Cho, G.C. & Santamarina, J.C. (2001). Unsaturated particulate materials-particle level
studies. ASCE Journal of Geotechnical and Geoenvironmental Engineering. Vol.127,
No.1, pp 84-96.
Colmenares, J.E. (2002). Suction and volume changes of compacted sand-bentonite
mixtures. London, 380 p. PhD Tesis. University of London. Imperial College of
Science, Technology and Medicine.
110
Escario, V. & Jucá, C. (1989). Strength and deformation of partly saturated soils. 12th Int.
Conf. Soil Mech. Found. Eng., Rio de Janeiro, August, 1989, Vol.1, pp 43-46.
Fredlund, D.G. (1985). Soil mechanics principles that embrace unsaturated soils. 11th Int.
Conf. Soil Mech. Found. Eng., San Francisco, August, 1985, Vol.2, pp 465-472.
Fredlund, D.G. & Morgenstern, N.R. (1977). Stress state variables for unsaturated soils.
ASCE Journal of Geotechnical Engineering. Vol.103, pp 447-466, en: Fredlund, D.G.
& Rajardho, H. (1993). Soil mechanics for unsaturated soils. John Wiley & Sons.
Fredlund, D.G., Morgenstern, N.R. & Widger, R.A. (1978). The shear strength of
unsaturated soils. Canadian Geotechnical Journal. Vol.15, No.3, 313-321.
Fredlund, D.G. & Rajardho, H. (1993). Soil mechanics for unsaturated soils. John Wiley
& Sons. 517 p.
Fredlund, D.G. & Xing, A. (1994). Equations for the soil- water characteristic curve.
Canadian Geotechnical Journal. Vol.31, pp 521-532.
Fredlund, D.G., Vanapalli, S.K., Xing, A. & Pufahl, D.E. (1995a). Predicting the shear
strength function for unsaturated soils using the soil-water characteristic curve. First
International Conference on Unsaturated Soils, Paris, September 6-8, 1995, ed. Alonso,
E.E. & Delage, P., A.A. Balkema, Vol.1, pp 63-69.
Fredlund, D.G., Xing, A., Fredlund, M.D. & Barbour, S.L. (1995b). The relationship of
the unsaturated soil shear strength to the soil-water characteristic curve. Canadian
Geotechnical Journal. Vol.32, pp 440-448.
Gan, J.K.M., Fredlund, D.G. & Rahardjo, H. (1988). Determination of the shear strength
parameters of an unsaturated soil using the direct shear test. Canadian Geotechnical
Journal. Vol.25, pp 500-510.
Gan, J.K.M. & Fredlund, D.G. (1995). Shear strength behavior of two saprolitic soils. First
International Conference on Unsaturated Soils, Paris, September 6-8, 1995, ed. Alonso,
E.E. & Delage, P., A.A. Balkema, Vol.1, pp 71-76.
Gan, J.K.M. & Fredlund, D.G. (1996). Shear strength characteristics of two saprolitic
soils. Canadian Geotechnical Journal. Vol.33, pp 595-609, en: Rassam, D.W & Cook,
F. (2002). Predicting the shear strength envelope of unsaturated soils. Geotechnical
Testing Journal. Vol.25, No.2, pp 215-220.
García, J.C. & Colmenares, J.E. (2002). Efectos del deterioro por secado en un suelo de
origen volcánico parcialmente saturado. IX Congreso Colombiano de Geotecnia,
Medellín, Noviembre 5-6, 2002 (publicado en CDrom).
García, Manuel (1992). Failure mechanisms in structured soil masses. US-Brazil NSF
Geotechnical Workshop on Applicability of Classical Soil Mechanics Principles to
Structured Soils, Belo Horizonte, Brasil.
Gerscovich, D.M.S. & Sayão, A.S.F.J. (2002). Evaluation of the soil- water characteristic
curve equations for soils from Brazil. Third International Conference on Unsaturated
Soils, Recife, March 10-13, 2002, ed. Jucá et al., P., A.A. Balkema, Vol.1, pp 295-300.
Giraldo, A.M., Martínez, N. & Ramos, L.F. (1986). Tercer aporte al estudio de las
características geotécnicas en los suelos residuales sector Montenegro-Quimbaya-
Quindío. Armenia, 165 p. Proyecto de Grado de Ingeniería Civil. Universidad del
Quindío. Facultad de Ingeniería Civil.
111
Harrison, B.A. & Bligth, G.E. (2000). The use of indicator tests to estimate the drying leg
of the soil- water characteristic curve. Asian Conference on Unsaturated Soils,
Singapore, May 18-19, 2000, ed. Rahardjo, H. et al., A.A. Balkema, pp 323-328.
Henao, M.C. (2001). Caracterización de algunos suelos derivados de cenizas volcánicas de
la zona cafetera central colombiana. Suelos del Eje Cafetero, Pereira, Junio, 2001, ed.
Facultad de Ciencias Ambientales UTP-Cooperación Alemana al Desarrollo GTZ, pp
57-77.
Ho, D.Y.F. & Fredlund, D.G. (1982). Increase in strength due to suction for two Hong
Kong soils. Engineering and Construction in Tropical and Residual Soils, ASCE,
Honolulu, January 11-15, 1982, pp 263-295.
Khalili, N. & Khabbaz, M.H. (1998). A unique relationship for χ for the determination of
the shear strength of unsaturated soils. Geotechnique. Vol.48, No.5, pp 681-687.
Madero, Edgar E. (1998). Agregados y poros. Palmira, Universidad Nacional de
Colombia, 60 p.
Malagón, D., Pulido, C., Llinás, R.D., Chamorro, C. & Fernández, J. (1995). Suelos de
Colombia. Bogotá, Instituto Geográfico Agustín Codazzi, 632 p.
McQueen, I.S. & Miller, R.F. (1968). Calibration and evaluation of a wide range method
of measuring moisture stress. J. Soil Sci.. Vol.106, No.3, pp 225-231, en: Fredlund,
D.G. & Rajardho, H. (1993). Soil mechanics for unsaturated soils. John Wiley & Sons.
Melgarejo, M.L., Ridley, A.M., & Dineen, K. (2002). A comparison of the soil water
characteristic curves for reconstituted and undisturbed samples of colluvium from Rio
de Janeiro. Third International Conference on Unsaturated Soils, Recife, March 10-13,
2002, ed. Jucá et al., P., A.A. Balkema, Vol.1, pp 313-316.
Miao, L., Yin, Z. & Liu, S. (2001). Empirical funtion representing the shear strength of
unsaturated soils. Geotechnical Testing Journal. Vol.24, No.2, pp 220-223.
Mitchell, J.K. & Sitar, N. (1982). Engineering properties of tropical residual soils.
Engineering and Construction in Tropical and Residual Soils, ASCE, Honolulu,
January 11-15, 1982, pp 30-57.
Moldrup, P., Yoshikawa, S., Olesen, T., Komatsu, T., & Rolston, D. (2003). Air
permeability in undisturbed volcanic ash soils: predictive model test and soil structure
fingerprint. Soil Sci. Soc. Am. Journal. Vol.67, pp 32-40.
Ng, C.W.W. & Pang, Y.W. (2000). Experimental investigations of the soil- water
characteristics of a volcanic soil. Canadian Geotechnical Journal. Vol.37, pp 1252-
1264.
Nishimura, T. & Fredlund, D.G. (2000). Relationship between shear strength and matric
suction in an unsaturated silty soil. Asian Conference on Unsaturated Soils, Singapore,
May 18-19, 2000, ed. Rahardjo, H. et al., A.A. Balkema, pp 563-568.
Öberg, A. & Sällfors, G. (1995). A rational approach to the determination of the shear
strength parameters of unsaturated soils. First International Conference on Unsaturated
Soils, Paris, September 6-8, 1995, ed. Alonso, E.E. & Delage, P., A.A. Balkema,
Vol.1, pp 151-158.
O’Rourke, T.D. & Crespo, E. (1988). Geotechnical properties of cemented volcanic soil.
ASCE Journal of Geotechnical Engineering. Vol.114, No.10, pp 1126-1147.
Pinzón, A. (1992). Cambios en las propiedades físicas de los andisoles debidos al secado.
IGAC, Investigaciones, Vol.4, No.1, pp 59-101.
112
Rao, S.M. (1995). Mechanistic approach to the shear strength behaviour of allophanic
soils. Engineering Geology. Vol.40, pp 215-221.
Rassam, D.W & Cook, F. (2002). Predicting the shear strength envelope of unsaturated
soils. Geotechnical Testing Journal. Vol.25, No.2, pp 215-220.
Ridley, A.M. (1995). Discusión del artículo “Laboratory filter paper suction
measurements”, por Houston et al., Geotechnical Testing Journal. Vol.18, No.3, pp
391-396, en: Melgarejo, M.L., Ridley, A.M., & Dineen, K. (2002). A comparison of
the soil water characteristic curves for reconstituted and undisturbed samples of
colluvium from Rio de Janeiro. Third International Conference on Unsaturated Soils,
Recife, March 10-13, 2002, ed. Jucá et al., P., A.A. Balkema, Vol.1, pp 313-316..
Ridley, A.M. & Wray, W.K. (1995). Suction measurement: a review of current theory and
practices. First International Conference on Unsaturated Soils, Paris, September 6-8,
1995, ed. Alonso, E.E. & Delage, P., A.A. Balkema, Vol.3, pp 1293-1322.
Sandoval, A. (2001). Comportamiento geotécnico de las cenizas volcánicas del Glacis del
Quindío. Bogotá, 137 p. Tesis de Magister en Geotecnia. Universidad Nacional de
Colombia. Facultad de Ingeniería.
Scotto di Santolo, A. (2000). Analysis of a steep slope in unsaturated pyroclastic soils.
Asian Conference on Unsaturated Soils, Singapore, May 18-19, 2000, ed. Rahardjo, H.
et al., A.A. Balkema, pp 569-574.
Sedano, J.I., Garga, V.K. & Vanapalli, S.K. (2002). Influence of volume change behavior
on the prediction of the shear strength of unsaturated soils. 55th Canadian Geotechnical
Conference, Niagara, 8 p.
Simms, P.H. & Yanful, E.K. (2001). Measurement and estimation of pore shrinkage and
pore distribution in a clayey till during soil- water characteristic curve tests. Canadian
Geotechnical Journal. Vol.38, pp 741-754.
Smith, P.G.C., Addenbrooke, T.I., & Potts, D.M. (2002). Coupled finite analisys of
infiltration into unsaturated soils. Third International Conference on Unsaturated Soils,
Recife, March 10-13, 2002, ed. Jucá et al., P., A.A. Balkema, Vol.1, pp 3-7.
Swarbrick, G.R. (1995). Measurement of soil suction using the paper filter method. First
International Conference on Unsaturated Soils, Paris, September 6-8, 1995, ed. Alonso,
E.E. & Delage, P., A.A. Balkema, Vol.2, pp 653-658.
Tan, J.L., Leong, E.C. & Rahardjo, H. (2000). Soil- water characteristic curves of peaty
soils. Asian Conference on Unsaturated Soils, Singapore, May 18-19, 2000, ed.
Rahardjo, H. et al., A.A. Balkema, pp 357-362.
Toll, D.G. (1995). A conceptual model for the drying and wetting of soil. First
International Conference on Unsaturated Soils, Paris, September 6-8, 1995, ed. Alonso,
E.E. & Delage, P., A.A. Balkema, Vol.2, pp 805-810.
Townsend, F.C. (1983). Geotechnical characteristics of residual soils. V Conferencia
Regional de Geotecnia. Sociedad Colombiana de Geotecnia. Armenia, 1983.
Uehara, G. (1982). Soil science for the tropics. Engineering and Construction in Tropical
and Residual Soils, ASCE, Honolulu, January 11-15, 1982, pp 13-26.
Vanapalli, S.K., Fredlund, D.G. & Barbour, S.L. (1996a). A rationale for an extended soil-
water characteristic curve. 49th Canadian Geotechnical Conference, New Foundland,
23-25 September 1996, Vol. 1, pp 457- 464.
113
Vanapalli, S.K., Fredlund, D.G., Pufahl, D.E. & Clifton, A.W. (1996b). Model for the
prediction of shear strength with respect to soil suction. Canadian Geotechnical
Journal. Vol.33, pp 379-392.
Vanapalli, S.K., Sillers, W.S. & Fredlund, D.G. (1998). The meaning and relevance of
residual state to unsaturated soils. 51st Canadian Geotechnical Conference, Edmonton,
Alberta, October 4-7, 1998.
Vanapalli, S.K. & Fredlund, D.G. (1999). Empirical procedures to predict the shear
strength of unsaturated soils. XI Asian Regional Conference on Soil Mechanics and
Geotechnical Engineering, Seoul, August 16-20, 1999, ed. Sung-Wan Hong et al., A.
A. Balkema, Vol. 1, pp 93-96.
Vanapalli, S.K., Fredlund, D.G. & Pufahl, D.E. (1999). The influence of soil structure and
stress history on the soil- water characteristics of a compacted till. Geotechnique.
Vol.49, No.2, pp 143-159.
Vanapalli, S.K., Wright, A., & Fredlund, D.G. (2000). Shear strength behavior of a silty
soil over the suction range from 0 to 1,000,000 kPa. 53rd Canadian Geotechnical
Conference, Montreal, October 15-18, 2000, pp. 1161-1168.
Vanapalli, S.K. & Fredlund, D.G. (2000). Comparison of different procedures to predict
unsaturated soil shear strength. Geo-Denver 2000, American Society of Civil
Engineers, Special Publication No.99, pp 195-209.
Vanapalli, S.K. (2001). A simple experimental procedure for determining the fitting
parameter, κ for predicting the shear strength of an unsaturated soil. 54th Canadian
Geotechnical Conference, Calgary, pp 622-629.
Vanapalli, S.K. & Lane, J. (2002). A simple technique for determining the shear strength
of unsaturated soils using the conventional direct shear apparatus. Second Canadian
Specialty Conference on Computer Applications in Geotechnique, April 2002,
Winnipeg, pp. 245-253.
Veihmeyer, F.J. & Edlefsen, N.E. (1937). Interpretation of soil- moisture problems by
means of energy-changes. Trans. Am. Geophys. Union, 18th Ann. Meeting Hydrol., pp.
302-318, en: Baver, L.D. (1966). Soil physics. 3rd edition. John Wiley & Sons.
Wan, A.W.L., Gray, M.N. & Graham, J. (1995). On the relations of suction, moisture
content, and soil structure. First International Conference on Unsaturated Soils, Paris,
September 6-8, 1995, ed. Alonso, E.E. & Delage, P., A.A. Balkema, Vol.1, pp 215-
222.
Watabe, Y., Leroueil, S. & Le Bihan, J-P. (2000). Influence of compaction conditions on
pore-size distribution and saturated hidraulyc conductivity of a glacial till. Canadian
Geotechnical Journal. Vol.37, pp 1184-1194.
Wesley, L.D. (1977). Shear strength properties of halloysite and allophane clays in Java,
Indonesia. Geotechnique. Vol.27, No.2, pp 125-136.
Wesley, L.D. (2001). Consolidation behaviour of allophane clays. Geotechnique. Vol.51,
No.10, pp 901-904.
Wheeker, S.J. & Karube, D. (1995). Constitutive modelling. First International Conference
on Unsaturated Soils , Paris, September 6-8, 1995, ed. Alonso, E.E. & Delage, P., A.A.
Balkema, Vol.3, pp 1323-1356.
114
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
ANEXOS
115
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
ANEXO A
Para la medición de la succión por contacto entre papel de filtro y suelo, se utilizó un
ensamblaje de dos discos de material acrílico colocados a manera de sándwich, encerrando
una probeta o espécimen de suelo con forma de plato (Figura 59). El equipo y materiales
necesarios para ejecutar este procedimiento fueron los siguientes:
116
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
disco de
acrílico
h=2cm ⇒
d=10cm
PROBETA disco de
acrílico
Figura 59. Ensamblaje para la medición de succión por contacto con papel de filtro.
El procedimiento paso a paso para medir la succión en una probeta de suelo es el siguiente:
1. Elaboración de la probeta.
Se corta la probeta de suelo con la forma de cilindro aplanado, de igual diámetro que los
discos de material acrílico (en este caso 10 cm), y con espesor alrededor de 2.5 cm El
procedimiento debe ser cuidadoso para asegurar que la probeta tenga forma circular y que
sus caras sean paralelas.
Las caras de la probeta se alisan perfectamente con la espátula, de tal manera que el
contacto entre ésta y los discos acrílicos sea uniforme.
Se toma una pareja de discos acrílicos y se rotulan con el marcador, diferenciando el disco
superior y el inferior. Se pesa cada disco de acrílico en una balanza con sensibilidad 0.01
gr.
Se coloca la probeta entre los discos de acrílico, verificando de nuevo que exista contacto
parejo entre las caras de discos y probeta. Sobre los lados de los discos de acrílico y de la
probeta de suelo, se pintan algunas señales con el marcador, con el objeto de mantener
durante todo el procedimiento la misma orientación de la probeta respecto a los discos.
117
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Con la ayuda de los guantes y las pinzas, se colocan dos círculos de papel filtro, uno en
cada cara de la probeta, y se tapan con los discos de acrílico (Figura 60). Los discos de
papel filtro se pasan directamente de su empaque a la probeta.
Una vez hecho el recubrimiento con el papel plástico transparente, se dibujan líneas cada
45º sobre la cara de uno de los discos acrílicos (Figura 61) y, en el sentido de cada línea
marcada, se enrolla una vuelta de cinta adhesiva, de tal manera que se den en total cuatro
vueltas alrededor del ensamblaje. Finalmente se enrolla una vuelta de cinta adhesiva de 4 a
5 cm de espesor, alrededor de la cara la teral del ensamblaje. Este procedimiento se repite
una vez, es decir, se colocan nuevamente dos capas de papel de cocina y más vueltas cinta
adhesiva, para completar en total cuatro capas de papel plástico de aislamiento. Después de
completar el sellado (Figura 62) se rotula el conjunto con lápiz marcador.
118
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Figura 61. Sellado de la probeta de suelo utilizando papel plástico y cinta adhesiva.
Figura 62. Aspecto del ensamblaje envuelto en papel plástico y cinta adhesiva.
Luego, este conjunto se introduce dentro de dos bolsas de plástico con sistema de sello
automático. Antes de cerrar el sello se extrae el aire, tratando de crear vacío en el interior
de la bolsa (Figura 63). El paquete se introduce primero en una de las bolsas y se sella, y
luego se introduce todo en la otra bolsa y también se sella ésta.
Por último, este paquete se envuelve en dos capas de papel plástico con burbujas, el cual se
sujeta mediante bandas elásticas de caucho, se rotula, e inmediatamente se introduce en un
recipiente de temperatura controlada.
119
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
En este caso, como no se disponía del cuarto de temperatura controlada, se optó por utilizar
recipientes térmicos de poliestireno expandido (Figura 65). Con el fin de revisar la eficacia
de los recipientes, se introdujo un termómetro de máximos y mínimos dentro de un
recipiente de doble pared (un recipiente dentro de otro), el cual se almacenó en la bodega
del laboratorio, protegido de las corrientes de aire y alejado de las paredes exteriores.
Figura 63. Introducción del ensamblaje en las bolsas de plástico con sello.
Figura 64. Paquete con la probeta antes de introducir a los recipientes de temperatura
controlada.
120
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Pasados siete días se retiran las probetas de los recipientes térmicos de almacenamiento.
121
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Se destapa la probeta, retirando el papel de burbujas y las bolsas de plástico, y con la ayuda
de un bisturí se corta la envoltura en forma circular alrededor de una de las tapas de
material acrílico; este corte se hace a la altura de la mitad de la pared del disco acrílico
(Figura 66). Se retira la envoltura de papel plástico que funciona a manera de tapa,
cuidando de no girar o levantar la tapa de material acrílico. Al final de este paso, el
conjunto se observa tal como aparece en la Figura 67.
De manera muy rápida, usando las pinzas, se retira el círculo de papel filtro del interior de
una de las bolsas de pesaje, y se pesa la bolsa vacía en la balanza analítica con precisión de
0.0001 gr. Inmediatamente después, con la bolsa vacía en la mano (tratando de mantener
abierta la entrada de la bolsa con los dedos pulgar e índice), se levanta la tapa de material
acrílico (Figura 68), y con la ayuda de las pinzas se retira el círculo de papel de filtro en
contacto con la probeta. Muy rápidamente se introduce el papel de filtro en la bolsa de
plástico, se coloca el sello automático, e inmediatamente se lleva el conjunto bolsa+papel a
la balanza analítica de sensibilidad 0.0001 gr. (Figura 69). El proceso de levantar la tapa de
acrílico, retirar el papel de filtro, y pesar en la balanza bolsa+papel, no debe tomar más de
30 segundos. La acción de retirar el papel de filtro de la probeta debe ser cuidadosa, para no
dañar la probeta con las pinzas.
Se anotan los pesos de la bolsa plástica vacía y de la bolsa con el papel de filtro. También
se anota la forma en que despegan el papel y la probeta (por ejemplo, si adhiere, si está
suelta).
122
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Este proceso se repite de forma idéntica con la segunda tapa del ensamblaje, con el objeto
de tener el promedio de humedades de los dos círculos de papel de filtro en las caras de la
probeta. Se debe tener el cuidado de usar distinta bolsa para cada determinación de la
humedad del papel.
123
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Con ayuda de las pinzas, se trasladan los círculos de papel de filtro desde las bolsas de
pesaje hasta recipientes o platos refractarios, limpios y rotulados (Figura 70), y se
introducen en el horno a 105ºC durante dos horas.
Para el pesaje del papel de filtro seco se alistan bolsas de plástico nuevas, con su respectivo
círculo de papel de filtro adentro para absorber la humedad higroscópica, tal como se hizo
para el pesaje del papel de filtro húmedo. Después de cumplidas las dos horas de secado, se
pesan las bolsas vacías. Con la bolsa vacía en la mano (con la entrada abierta usando el
pulgar y el índice), se abre inmediatamente la puerta del horno y, con la ayuda de las
pinzas, se retira el círculo de papel de filtro y se introduce en la bolsa de pesaje, se coloca el
sello automático, e inmediatamente se lleva la bolsa con el papel de filtro seco a la balanza
analítica. Esta operación no debe tomar más de 30 segundos, con el fin de que el papel de
filtro no capture humedad higroscópica cuando sale del horno. El proceso se repite con
124
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
cada círculo de papel de filtro, anotando los pesos de la bolsa vacía y de la bolsa con el
papel.
Por medio de la brocha pequeña se desprenden todos los residuos de suelo que quedan
adheridos a la envoltura de plástico retirada de la probeta, usando la superficie de trabajo
hecha con hojas de papel limpio. Estos residuos se colocan en el horno a 110ºC, hasta
obtener peso constante o durante 24 horas, y se pesan rápidamente en la balanza analítica.
Con los discos de acrílico colocados sobre las caras de la probeta (para facilitar la
manipulación), se toman medidas del diámetro y del espesor de ésta (con aproximación de
0.01 cm). Esto se hace sobre los mismos puntos en donde se midieron las dimensiones
iniciales, en cuatro puntos orientados a 0º, 90º, 180º y 270º, aprovechando las marcación
realizada para ello sobre los discos de acrílico.
En los Anexos B y C se presentan las hojas utilizadas para el registro de datos y para
calcular el valor de la succión.
Con los datos del pesaje de los círculos de papel de filtro, ya descontado el peso de las
bolsas plásticas vacías, se calcula la humedad de cada círculo de papel como:
125
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Con el cálculo de la humedad promedio del papel de filtro de ambas caras de la probeta, se
estima el valor de la succión usando una ecuación de calibración conocida. En este caso,
para papel de filtro Schleicher & Schuell No.589, se utilizó la ecuación de calibración de
McQueen & Miller (1968) 15 :
En el caso de las probetas utilizadas para lecturas sucesivas, como sucede cuando se
elaboran las curvas de retención de humedad, deben corregirse los valores individuales de
peso y volumen de cada lectura debido a las pérdidas que suceden durante el retiro de las
envolturas plásticas 16 . En ese caso, como el peso seco de la probeta sólo se puede conocer
al finalizar la última medición de succión de la curva de retención de humedad, el
procedimiento consiste en tomar el peso seco final correspondiente a la última medición de
la succión, y adicionar progresivamente los residuos de suelo seco correspondientes a cada
una de las mediciones anteriores. Cuando la pérdida de suelo acumulada a través del
proceso es significativa 17 , es necesario cuantificar la reducción de volumen, y hacer la
corrección respectiva en las mediciones posteriores.
15
En: Fredlund, D.G. & Rajardho, H. (1993). Soil mechanics for unsaturated soils. John Wiley & Sons. 517 p.
16
Si la medición es cuidadosa, los residuos de suelo durante cada lectura no deben superar 0.05 gr.
17
Esto se observa en la rotura de los bordes y paredes de la probeta.
126
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
ANEXO B
127
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
Tabla 12. Resumen de valores de succión y humedad del Limo Arenoso en secado.
SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
LA-4 1.2 111.4 68.1 89.2
LA-1 1.3 114.0 68.2 88.7
LA-2 1.3 114.5 67.5 87.4
LA-3 1.9 114.4 68.3 88.8
LA-4 3.4 103.1 63.7 83.7
LA-2 5.9 105.0 62.8 81.7
LA-4 7.4 99.2 60.9 79.9
LA-3 13.3 106.5 64.4 84.2
LA-2 21.2 96.9 57.8 75.2
LA-2 103.0 93.3 55.6 72.3
LA-4 286.1 82.8 51.1 67.2
LA-2 522.2 85.7 52.0 68.0
LA-2 2397.4 60.6 40.6 54.9
LA-2 3494.0 51.2 36.1 49.6
LA-4 3776.3 55.6 37.4 50.7
LA-4 5744.5 46.3 32.2 44.1
LA-2 8975.9 40.0 29.6 41.5
LA-6 24937.7 22.7 17.8 25.5
LA-5 29631.3 22.6 17.9 25.9
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.
128
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
AL-1 1.5 37.2 44.5 80.9
AL-3 1.6 36.3 43.4 78.6
AL-2 2.2 34.4 42.4 78.9
AL-1 4.5 35.0 42.4 77.7
AL-3 11.1 33.9 40.5 73.4
AL-2 13.4 32.2 39.7 74.1
AL-1 42.2 31.7 38.4 70.6
AL-3 64.2 30.9 36.7 66.4
AL-2 82.1 29.1 35.9 67.2
AL-1 94.4 30.0 36.2 66.3
AL-3 111.8 29.1 34.9 63.6
AL-2 146.4 27.3 33.7 63.0
AL-1 267.6 26.5 32.1 58.9
AL-3 474.2 22.0 26.4 48.2
AL-2 535.0 19.6 24.2 45.1
AL-1 1800.4 15.5 18.9 34.9
AL-3 3600.7 13.2 15.9 29.0
AL-2 4777.8 10.7 13.3 25.1
AL-1 6922.5 10.5 12.8 23.7
AL-3 16020.7 7.4 8.9 16.4
AL-5 18864.9 6.7 7.7 13.4
AL-2 20695.0 6.3 7.9 15.0
AL-6 21003.4 7.4 8.3 14.3
AL-1 24647.5 6.0 7.3 13.6
AL-4 26159.7 7.6 8.3 14.0
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.
129
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
LA-5 29631.3 22.6 17.9 25.9
LA-6 24937.7 22.7 17.8 25.5
LA-6 229.0 36.9 28.4 40.4
LA-6 177.6 36.8 28.3 40.4
LA-6 18.1 47.0 36.3 51.8
LA-5 3.3 58.4 44.9 64.1
LA-6 1.0 76.3 59.4 85.1
LA-5 0.9 68.8 54.1 77.8
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.
130
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
AL-4 26159.7 7.6 8.3 14.0
AL-6 21003.4 7.4 8.3 14.3
AL-5 18864.9 6.7 7.7 13.4
AL-4 7365.5 11.8 12.6 21.1
AL-5 883.9 15.8 18.1 31.9
AL-5 749.0 15.8 18.1 31.8
AL-4 575.5 20.6 22.1 37.2
AL-6 504.2 19.9 22.2 38.1
AL-4 347.8 23.5 25.5 43.2
AL-6 294.0 20.1 22.4 38.5
AL-6 150.6 25.4 28.5 49.3
AL-4 57.8 31.9 34.9 59.4
AL-6 16.5 35.7 40.0 69.2
AL-5 16.3 32.8 37.8 66.8
AL-4 15.6 36.9 40.5 68.8
AL-4 13.9 37.8 41.1 69.5
AL-6 6.4 40.5 46.1 80.5
AL-5 2.9 39.0 45.0 79.3
AL-5 1.9 40.7 47.2 83.9
AL-4 1.8 43.2 47.1 79.8
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.
131
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
ANEXO C
132
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
σ w θ τ τpospico
Muestra
kPa % % kPa kPa
LA-7 107.9 67.1 25.3 17.3
LA-8 95.3 61.2 27.8 22.5
12 LA-9 83.9 55.6 34.6 22.9
LA-10 60.6 44.7 44.6 21.6
LA-11 42.1 31.2 70.0 24.7
LA-12 107.9 67.1 52.6 52.0
LA-13 96.5 59.1 65.2 63.4
LA-14 85.0 54.8 77.2 70.0
50
LA-15 80.5 51.8 72.2 65.0
LA-16 68.9 46.3 73.5 61.9
LA-17 40.6 30.0 124.6 64.8
LA-18 107.9 67.1 127.8 126.2
LA-19 91.4 66.8 135.5 130.5
LA-20 83.6 58.7 151.4 150.5
150
LA-21 80.1 55.7 163.5 161.5
LA-22 63.7 43.1 156.0 148.4
LA-23 47.0 34.2 188.3 166.0
133
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
σ w θ τ τpospico
Espécimen
kPa % % kPa kPa
LA-24 89.9 68.2 22.4 14.8
LA-25 42.3 32.4 38.5 21.3
12 LA-26 39.7 29.8 35.4 19.8
LA-27 29.0 24.6 38.5 18.3
LA-28 18.3 15.2 47.5 22.2
LA-29 89.9 68.2 57.8 52.7
LA-30 43.7 33.6 77.5 62.7
50
LA-31 30.4 25.9 74.3 57.7
LA-32 18.3 15.2 78.5 58.7
LA-33 89.9 68.2 136.3 135.9
LA-34 41.3 32.4 148.1 140.9
150 LA-35 37.9 30.1 149.5 143.1
LA-36 28.7 24.1 142.5 135.4
LA-37 18.3 15.2 145.1 144.0
134
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
σ w θ τ τpospico
Espécimen
kPa % % kPa kPa
AL-7 46.3 51.5 61.3 27.1
AL-8 37.1 41.8 67.8 26.7
AL-9 24.7 28.6 81.6 27.9
AL-10 21.2 22.9 73.8 25.9
12
AL-11 18.3 20.9 89.9 24.8
AL-12 16.8 17.7 86.7 26.6
AL-13 15.4 16.9 87.9 26.7
AL-14 8.5 10.1 66.9 42.9
AL-15 46.3 51.5 91.6 53.6
AL-16 37.6 43.7 119.2 65.7
AL-17 35.7 39.9 130.4 70.1
AL-18 27.5 33.5 122.2 76.7
50
AL-19 24.8 32.1 121.7 81.6
AL-20 20.7 22.6 145.3 63.6
AL-21 17.5 20.0 148.6 69.4
AL-22 17.0 19.2 142.0 67.0
AL-23 46.3 51.5 175.7 142.0
AL-24 38.3 42.6 168.0 156.3
AL-25 35.6 40.9 208.2 170.0
150
AL-26 26.5 33.3 203.5 160.6
AL-27 19.1 22.0 264.6 152.7
AL-28 12.4 14.3 243.1 158.7
135
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica
σ w θ τ τpospico
Espécimen
kPa % % kPa kPa
AL-29 41.3 48.3 26.4 22.3
AL-30 15.5 19.4 62.9 20.7
12 AL-31 12.9 15.6 45.1 25.7
AL-32 10.1 12.0 58.4 20.7
AL-33 7.3 8.8 62.3 26.4
AL-34 41.3 48.3 57.8 52.7
AL-35 15.4 19.1 96.1 60.7
AL-36 11.3 13.8 72.5 58.2
50
AL-37 10.2 12.7 121.1 64.4
AL-38 9.4 11.4 120.9 53.8
AL-39 7.3 8.8 112.7 63.1
AL-40 41.3 48.3 131.4 125.7
AL-41 15.4 17.8 164.8 146.9
AL-42 14.8 16.0 198.6 150.9
150
AL-43 9.8 10.7 224.9 148.4
AL-44 8.9 9.7 212.8 145.3
AL-45 7.3 8.8 214.8 150.9
136