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EFECTO DE LOS CAMBIOS DE HUMEDAD

EN LA RESISTENCIA DE UN SUELO PARCIALMENTE SATURADO


DERIVADO DE CENIZA VOLCÁNICA

Por

JUAN CARLOS GARCÍA LEAL

Ingeniero Civil

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


FACULTAD DE INGENIERÍA
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA CIVIL Y AGRÍCOLA
MAESTRÍA EN INGENIERÍA - GEOTECNIA
2004
EFECTO DE LOS CAMBIOS DE HUMEDAD
EN LA RESISTENCIA DE UN SUELO PARCIALMENTE SATURADO
DERIVADO DE CENIZA VOLCÁNICA

Por

JUAN CARLOS GARCÍA LEAL


Ingeniero Civil

Tesis para optar al título de


Magíster en Geotecnia

Director
JULIO ESTEBAN COLMENARES MONTAÑEZ
Ingeniero Civil, MG, MSc, DIC, PhD

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


FACULTAD DE INGENIERÍA
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA CIVIL Y AGRÍCOLA
MAESTRÍA EN INGENIERÍA - GEOTECNIA
2004

ii
Nota de aceptación

______________________________________

______________________________________

______________________________________

______________________________________
Ing. Julio Esteban Colmenares Montañez.
Director de la Tesis

______________________________________
Ing. Manuel García López
Jurado

______________________________________
Ing. Félix Hernández Rodriguez
Jurado

Bogotá, 4 de agosto de 2004

iii
A juancho y emilita.

v
AGRADECIMIENTOS

El autor expresa sus agradecimientos a:

El profesor Julio Esteban Colmenares Montañez, Director de la Tesis, por compartir su


conocimiento, por su paciencia y su permanente colaboración.

La ingeniera Adriana Lucía Ortiz T. y “Charly” Schmidt, quienes me dieron apoyo y me


soportaron.

La Universidad del Quindío, por la financiación, y a todas las personas de esta institución
que facilitaron mi trabajo, en especial mi agradecimiento a Hugo Monsalve J., Luis E.
Guayacán R., Luis Gerardo Zuluaga Z., Rubén Ortegón y Lina M. Cifuentes W.

vi
CONTENIDO

LISTA DE TABLAS ...........................................................................................................IX

LISTA DE FIGURAS .......................................................................................................... X

LISTA DE ANEXOS .......................................................................................................XIII

LISTA DE SÍMBOLOS .................................................................................................. XIV

RESUMEN ....................................................................................................................XVIII

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 1

1. OBJETIVOS Y PROCESO DE INVESTIGACIÓN ................................................. 3

2. OBSERVACIONES SOBRE LA RESISTENCIA DE LOS SUELOS


PARCIALMENTE SATURADOS ...................................................................................... 4
2.1. CONCEPTOS FUNDAMENTALES ................................................................................ 5
2.2. LA MEDICIÓN DE LA SUCCIÓN ............................................................................... 10
2.3. RELACIÓN ENTRE S UCCIÓN Y HUMEDAD ............................................................... 13
2.4. ETAPAS DEL S ECADO ............................................................................................. 17
2.5. LA RESISTENCIA AL CORTE DE LOS SUELOS PARCIALMENTE SATURADOS ............ 19
2.6. LA RELACIÓN ENTRE LA RESISTENCIA AL CORTE Y
LA CURVA DE RETENCIÓN DE HUMEDAD............................................................... 22
2.7. ECUACIONES QUE DESCRIBEN LA RESISTENCIA AL CORTE
DE LOS SUELOS PARCIALMENTE SATURADOS ........................................................ 25

3. MUESTREO Y DESCRIPCIÓN DE LOS SUELOS UTILIZADOS EN ESTE


ESTUDIO ............................................................................................................................ 32
3.1. LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA ................................................................................ 32
3.2. GEOLOGÍA ............................................................................................................. 33
3.3. MUESTREO ............................................................................................................. 35
3.4. CARACTERIZACIÓN DE LOS SUELOS UTILIZADOS EN ESTE ESTUDIO ........................ 38
4. ENSAYOS DE LABORATORIO ............................................................................. 45
4.1. ENSAYOS PARA MEDIR LA SUCCIÓN ...................................................................... 45
4.2. ENSAYOS PARA MEDIR LA RESISTENCIA AL CORTE................................................ 52

vii
5. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS ...................................................... 57
5.1. CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD .................................................................. 57
5.2. COMPORTAMIENTO ESFUERZO - DESPLAZAMIENTO............................................... 71
5.3. PARÁMETROS DE RESISTENCIA DE MOHR-COULOMB ............................................ 77
5.4. RESISTENCIA EN P ROCESOS DE SECADO-HUMEDECIMIENTO ................................. 82
5.5. PREDICCIÓN DE LA RESISTENCIA AL CORTE USANDO ECUACIONES ....................... 91
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ..................................................... 104
6.1. RELACIONES HUMEDAD-SUCCIÓN Y CAMBIOS DE VOLUMEN .............................. 105
6.2. COMPORTAMIENTO DEL SUELO PARCIALMENTE SATURADO EN LA FALLA ............ 105
6.3. PARÁMETROS DE RESISTENCIA AL CORTE ........................................................... 106
6.4. RESISTENCIA AL CORTE EN SECADO Y HUMEDECIMIENTO ................................... 106
6.5. PREDICCIÓN DE LA RESISTENCIA DEL SUELO PARCIALMENTE SATURADO ........... 107
6.6. RECOMENDACIONES PARA INVESTIGACIONES FUTURAS.................................... 108
REFERENCIAS ................................................................................................................ 110

ANEXOS ............................................................................................................................ 115

viii
LISTA DE TABLAS

TABLA 1. MÉTODOS DE MEDICIÓN DE LA SUCCIÓN (DE RIDLEY & WRAY, 1995) .................. 12
TABLA 2. FACTOR DE CRECIMIENTO DE LA RESISTENCIA AL CORTE
RESPECTO A LA SUCCIÓN (TAN φ ) EN DIFERENTES ECUACIONES EMPÍRICAS.......... 31
B

TABLA 3. GRUPOS DE SUELOS VOLCÁNICOS UTILIZADOS EN ESTE ESTUDIO .......................... 35


TABLA 4. DESCRIPCIÓN VISUAL DEL PERFIL DE SUELOS EN EL SITIO DE MUESTREO ............... 36
TABLA 5. CARACTERÍSTICAS Y PROPIEDADES DE LOS SUELOS
UTILIZADOS EN ESTE ESTUDIO ............................................................................... 43
TABLA 6. CONDICIONES DE ESFUERZO Y HUMEDAD EN LOS ENSAYOS
DE RESISTENCIA AL CORTE. ................................................................................... 56
TABLA 7. PARÁMETROS AJUSTADOS DE LA ECUACIÓN DE FREDLUND & XING (1994). ......... 59
TABLA 8. VARIACIÓN DEL ÍNDICE DE FRAGILIDAD CON LA HUMEDAD. ................................. 72
TABLA 9. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO CON MUESTRAS INUNDADAS.......... 78
TABLA 10. PARÁMETROS DE RESISTENCIA AL CORTE DE LOS SUELOS UTILIZADOS
EN EL ESTUDIO...................................................................................................... 79
TABLA 11. TEMPERATURAS DE ALMACENAMIENTO DE PROBETAS
EN UN PERIODO DE DOS MESES . .......................................................................... 121
TABLA 12. RESUMEN DE VALORES DE SUCCIÓN Y HUMEDAD
DEL LIMO ARENOSO EN SECADO......................................................................... 128
TABLA 13. RESUMEN DE VALORES DE SUCCIÓN Y HUMEDAD DE LA
ARENA LIMOSA EN SECADO. ............................................................................... 129
TABLA 14. VALORES DE SUCCIÓN Y HUMEDAD DEL LIMO ARENOSO
EN HUMEDECIMIENTO. ........................................................................................ 130
TABLA 15. VALORES DE SUCCIÓN Y HUMEDAD DE LA ARENA LIMOSA
EN HUMEDECIMIENTO. ........................................................................................ 131
TABLA 16. HUMEDAD Y RESISTENCIA AL CORTE DE MUESTRAS DE LIMO ARENOSO
EN PROCESO DE SECADO. .................................................................................... 133
TABLA 17. HUMEDAD Y RESISTENCIA AL CORTE DE MUESTRAS DE LIMO ARENOSO
EN PROCESO DE HUMEDECIMIENTO. .................................................................... 134
TABLA 18. HUMEDAD Y RESISTENCIA AL CORTE DE MUESTRAS DE ARENA LIMOSA
EN PROCESO DE SECADO. .................................................................................... 135
TABLA 19. HUMEDAD Y RESISTENCIA AL CORTE DE MUESTRAS DE ARENA LIMOSA
EN PROCESO DE HUMEDECIMIENTO. .................................................................... 136

ix
LISTA DE FIGURAS

FIGURA 1. PRESIONES EN UNA MEMBRANA CURVADA , VISTA EN DOS DIMENSIONES . .............. 9


FIGURA 2. MODELOS CAPILARES : A ) ESFERAS; C) DISCOS. ..................................................... 9
FIGURA 3. FORMA TÍPICA DE LA CURVA DE RETENCIÓN DE HUMEDAD .................................. 14
FIGURA 4. EFECTOS SOBRE LA CURVA DE RETENCIÓN. .......................................................... 15
FIGURA 5. ETAPAS DE SECADO EN LA CURVA DE RETENCIÓN DE HUMEDAD .......................... 18
FIGURA 6. RELACIÓN ENTRE EL PARÁMETRO χ Y EL GRADO DE SATURACIÓN S
DE SUELOS COMPACTADOS. .................................................................................. 20
FIGURA 7. ENVOLVENTE EXTENDIDA DE MOHR-COULOMB PARA SUELOS
PARCIALMENTE SATURADOS................................................................................. 21
FIGURA 8. RELACIÓN ENTRE LA CURVA CARACTERÍSTICA SUELO- AGUA
Y LA RESISTENCIA AL CORTE. ............................................................................... 23
FIGURA 9. VARIACIÓN DEL ÁREA DE AGUA EN EL MODELO DE FREDLUND ET AL. (1995). ..... 24
FIGURA 10. VARIACIÓN DEL ÁREA DE AGUA EN EL MODELO DE VANAPALLI ET AL. (1996). .. 26
FIGURA 11. MAPA DEL DEPARTAMENTO DEL QUINDÍO......................................................... 32
FIGURA 12. COLUMNA ESTRATIGRÁFICA DE LA SECUENCIA DE CENIZAS
EN LA CIUDAD DE A RMENIA . .............................................................................. 34
FIGURA 13. ASPECTO DE UNO DE LOS APIQUES PARA TOMA DE MUESTRAS. .......................... 37
FIGURA 14. DETALLE DE LA PREPARACIÓN DE MUESTRAS DE SUELO NATURAL. ................... 38
FIGURA 15. RECIPIENTES PARA ALMACENAMIENTO DE MUESTRAS EN EL LABORATORIO. ..... 38
FIGURA 16. IMAGEN DE MICROSCOPIO ELECTRÓNICO (ESEM) DE UN ANDISOL. ................... 40
FIGURA 17. FOTOGRAFÍA TOMADA CON MICROSCOPIO ESTEREOSCÓPICO
A UNA MUESTRA DE SUELO AL. .......................................................................... 44
FIGURA 18. ENSAMBLAJE PARA LA MEDICIÓN DE SUCCIÓN POR CONTACTO
CON PAPEL DE FILTRO......................................................................................... 46
FIGURA 19. VARIACIÓN DE LA HUMEDAD POR SECADO AL AIRE
DE UNA MUESTRA DEL LIMO ARENOSO. ............................................................. 48
FIGURA 20. M EDICIONES HUMEDAD- SUCCIÓN EN SECADO .................................................... 50
FIGURA 21. M EDICIONES HUMEDAD- SUCCIÓN EN HUMEDECIMIENTO ................................... 51
FIGURA 22. MUESTRAS DE SUELO PARA LOS ENSAYOS DE CORTE DIRECTO. .......................... 52
FIGURA 23. MÁQUINA DE CORTE DIRECTO UTILIZADA PARA LOS ENSAYOS........................... 54
FIGURA 24. RELACIÓN ENTRE HUMEDAD CALCULADA Y OBTENIDA EN LOS ENSAYOS
DE CORTE DIRECTO............................................................................................. 55
FIGURA 25. CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD DEL SUELO LA, EN SECADO
Y HUMEDECIMIENTO. .......................................................................................... 60
FIGURA 26. CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD DEL SUELO AL, EN SECADO
Y HUMEDECIMIENTO. ......................................................................................... 61

x
FIGURA 27. COMPARACIÓN DE LAS CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD DE LOS
SUELOS LA Y AL, RESPECTO A OTROS SUELOS DE LA REGIÓN DEL Q UINDÍO. ...... 62
FIGURA 28. CONSTRUCCIÓN GRÁFICA DE VANAPALLI ET AL. (1998)
PARA ESTIMAR EL VALOR DE ENTRADA DE AIRE. ............................................... 63
FIGURA 29. CURVAS DE RETEN CIÓN DE HUMEDAD EN COORDENADAS NATURALES . ............. 64
FIGURA 30. COMPARACIÓN DE CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD
EN SECADO Y HUMEDECIMIENTO. ....................................................................... 65
FIGURA 31. CAMBIOS DE LA RELACIÓN DE VACÍOS (E) CON LA SUCCIÓN............................... 67
FIGURA 32. CAMBIOS DEL VOLUMEN TOTAL Y DEL VOLUMEN DE AGUA
DURANTE EL SECADO. ........................................................................................ 68
FIGURA 33. RELACIÓN ENTRE SUCCIÓN Y DIÁMETRO DE LOS POROS EN EL SUELO AL. .......... 70
FIGURA 34. CURVA DE DISTRIBUCIÓN DE TAMAÑOS DE POROS DEL SUELO AL. ..................... 70
FIGURA 35. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO LA, EN SECADO........ 73
FIGURA 36. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO LA,
EN HUMEDECIMIENTO ........................................................................................ 74
FIGURA 37. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO AL, EN SECADO........ 75
FIGURA 38. RESULTADOS DE ENSAYOS DE CORTE DIRECTO DEL SUELO AL, EN
HUMEDECIMIENTO .............................................................................................. 76
FIGURA 39. ENVOLVENTES DE RESISTENCIA DEL SUELO EN ESTADO HÚMEDO (NATURAL)
INUNDADO.......................................................................................................... 80
FIGURA 40. ENVOLVENTES DE RESISTENCIA DEL SUELO SECO AL AIRE INUNDADO. .............. 81
FIGURA 41. EFECTO DEL SECADO EN LAS ENVOLVENTES DE RESISTENCIA PICO DEL SUELO . . 81
FIGURA 42. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DEL GRADO DE SATURACIÓN..................... 83
FIGURA 43. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DE LA SUCCIÓN EN EL LIMO ARENOSO. ...... 85
FIGURA 44. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DE LA SUCCIÓN EN LA ARENA LIMOSA . ..... 86
FIGURA 45. POSIBLE RELACIÓN ENTRE LA CAÍDA DE RESISTENCIA AL CORTE PARA
S=60% Y LA RETRACCIÓN DEL AGUA DE LOS MACROPOROS............................... 87
FIGURA 46. RESISTENCIA AL CORTE EN FUNCIÓN DE LA SUCCIÓN EN
UN CICLO SECADO- HUMEDECIMIENTO. ............................................................... 89
FIGURA 47. RESISTENCIA AL CORTE CON DIFERENTES VALORES DE HUMEDAD, EN SECADO
Y HUMEDECIMIENTO, RESPECTO A ENVOLVENTES DE RESISTENCIA DEL
SUELO HÚMEDO (NATURAL). .............................................................................. 90
FIGURA 48. MODELO DE VANAPALLI ET AL. (1996 B), APLICADO EN EL RANGO
COMPLETO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO............................ 92
FIGURA 49. MODELO DE VANAPALLI ET AL. (1996 B), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. ............................ 93
FIGURA 50. ÁNGULO φB DE CRECIMIENTO DE LA RESISTENCIA AL CORTE .............................. 94
FIGURA 51. RELACIÓN ENTRE EL PARÁMETRO DE AJUSTE (κ) Y EL ÍNDICE DE PLASTICIDAD. 95
FIGURA 52. MODELO DE ÖBERG & SÄLLFORS (1995), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. ............................ 96
FIGURA 53. MODELO DE KHALILI & KHABBAZ (1998), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. ............................ 98
FIGURA 54. PARÁMETRO χ DE LA ECUACIÓN DE ESFUERZOS EFECTIVOS DE BISHOP (1959) .. 99

xi
FIGURA 55. MODELO DE RASSAM & COOK (2002), APLICADO EN UN RANGO
LIMITADO DE SUCCIONES AL SUELO EN PROCESO DE SECADO. .......................... 100
FIGURA 56. COMPARACIÓN DE DIFERENTES FUNCIONES DE RESISTENCIA AL CORTE
RESPECTO A SUCCIÓN, PARA LOS SUELOS EN PROCESO DE SECADO................... 101
FIGURA 57. PREDICCIÓN DE RESISTENCIA AL CORTE (VANAPALLI ET AL., 1996B)
EN UN RANGO MUY ESTRECHO DE LA SUCCIÓN. ................................................ 102
FIGURA 58. MODELO DE VANAPALLI ET AL. (1996 B), PARA LOS SUELOS EN PROCESO
DE HUMEDECIMIENTO....................................................................................... 103
FIGURA 59. ENSAMBLAJE PARA LA MEDICIÓN DE SUCCIÓN POR CONTACTO CON
PAPEL DE FILTRO. ............................................................................................. 117
FIGURA 60. ENSAMBLAJE DE LA PROBETA DE SUELO , LOS ACCESORIOS Y EL PAPEL
DE FILTRO. ....................................................................................................... 118
FIGURA 61. SELLADO DE LA PROBETA DE SUELO UTILIZANDO PAPEL PLÁSTICO
Y CINTA ADHESIVA ........................................................................................... 119
FIGURA 62. ASPECTO DEL ENSAMBLAJE ENVUELTO EN PAPEL PLÁSTICO Y
CINTA ADHESIVA .............................................................................................. 119
FIGURA 63. INTRODUCCIÓN DEL ENSAMBLAJE EN LAS BOLSAS DE PLÁSTICO CON SELLO. ... 120
FIGURA 64. PAQUETE CON LA PROBETA ANTES DE INTRODUCIR A LOS RECIPIENTES
DE TEMPERATURA CONTROLADA ...................................................................... 120
FIGURA 65. RECIPIENTES TÉRMICOS UTILIZADOS PARA MANTENER LAS PROBETAS. ........... 121
FIGURA 66. RETIRO DE LA ENVOLTURA ALREDEDOR DE LA TAPA DE MATERIAL ACRÍLICO.. 122
FIGURA 67. ASPECTO DE LA PROBETA DESPUÉS DE RETIRADA LA TAPA DE LA ENVOLTURA .123
FIGURA 68. DESTAPADO DE LA PROBETA PARA RETIRAR EL PAPEL DE FILTRO. ................... 123
FIGURA 69. PESAJE DEL PAPEL DE FILTRO. .......................................................................... 124
FIGURA 70. RECIPIENTES DE SECADO, ROTULADOS............................................................. 124

xii
LISTA DE ANEXOS

ANEXO A. PROCEDIMIENTO PARA LA MEDICIÓN DE LA SUCCIÓN POR


CONTACTO ENTRE SUELO Y PAPEL DE FILTRO

ANEXO B. RESUMEN DE RESULTADOS DE LAS MEDICIONES DE SUCCIÓN

ANEXO C. RESUMEN DE RESULTADOS DE LAS MEDICIONES DE


RESISTENCIA AL CORTE

xiii
LISTA DE SÍMBOLOS

η= Porosidad.
ψ= Succión total.
ψr = Valor de la succión correspondiente al contenido de agua residual.
θ= Contenido de agua volumétrico o humedad volumétrica.
θr = Contenido de agua volumétrico residual.
θS = Contenido de agua volumétrico del suelo saturado.
θ90 = Contenido de agua volumétrico correspondiente al 90% del valor de la
humedad del suelo saturado.
Θ = Humedad volumétrica normalizada = θ /θS
ρ= Densidad total, o densidad de la masa constituida por sólidos y agua.
ρd = Densidad seca de la masa de suelo.
ρS = Densidad de los sólidos del suelo.
ρW = Densidad del agua.
π= Succión osmótica.
χ= Parámetro relacionado con el grado de saturación, en la ecuación de
esfuerzos efectivos de Bishop (1959).
κ = Parámetro de ajuste.
∆u = Diferencia de presiones entre ambas caras de una interfase aire-agua.
φ’ = Ángulo de resistencia al corte efectivo.
φ’pp = Ángulo de resistencia al corte efectivo pospico.
φb = Ángulo que representa el incremento de resistencia al corte respecto a la
succión.
σ’ = Esfuerzo normal efectivo.

xiv
σn = Esfuerzo normal total.
(σn – ua ) = Esfuerzo normal neto.
τ= Resistencia al corte del suelo.
τus = Componente de la resistencia al corte aportada por la succión.
τp = Resistencia máxima al corte o resistencia pico.
τpp = Resistencia al corte pos-pico, o valor de resistencia constante obtenido con
desplazamiento alto.
a = Parámetro de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994); generalmente corresponde a un valor un poco
mayor que el valor de entrada de aire.
aw = Ärea de agua normalizada.
A = Constante de ajuste.
Adw = En una sección de suelo, el área de agua correspondiente a cualquier grado
de saturación.
Atw = Área de agua en estado saturado.
Auw = Área de agua en la condición residual (o seca).
AW = Área de agua efectiva en contacto con los sólidos.
B = Constante de ajuste.
C = Constante de proporcionalidad.
C (ψ) = Función de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994).
c’ = Cohesión efectiva.
c’pp = Cohesión efectiva pospico.
D = Diámetro de los poros.
e = Relación de vacíos.
e = Base de los logaritmos naturales = 2.71828...
eW = Relación de vacíos equivalente (Toll, 1995).
GS = Gravedad específica o densidad relativa de los sólidos.
HR (%) = Porcentaje de humedad relativa.

xv
Ib = Índice de fragilidad, dado por (τpico – τpos-pico )/τpico x 100%
m = Parámetro de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994).
M = Masa molecular del vapor de agua.
MS = Masa de los sólidos.
MH = Masa húmeda.
Mi = Masa húmeda inicial.
MW = Masa del agua.
n = Parámetro de ajuste de la ecuación de la curva característica suelo-agua de
Fredlund & Xing (1994).
P = Presión de vapor de agua.
P0 = Presión de saturación de vapor de agua.
R = Constante universal de los gases (molar).
r = Coeficiente de correlación.
R1 = Radio de curvatura menor de un menisco o de una membrana curvada.
R2 = Radio de curvatura mayor de un menisco o de una membrana curvada.
RS = Radio de curvatura de la membrana agua-aire curvada.
S = Grado de saturación.
Se = Grado de saturación efectivo.
Sr = Grado de saturación residual.
T = Temperatura absoluta.
TS = Esfuerzos de tensión en la interfase agua-aire.
ua = Presión de aire.
uw = Presión de agua.
(ua – uw) = Succión matricial.
(ua – uw)b = Valor o punto de entrada de aire, también llamado presión de burbuja.
V = Volumen total del suelo.
VS = Volumen de sólidos.
VV = Volumen de vacíos en el suelo.

xvi
VW = Volumen de agua en los vacíos del suelo.
w = Contenido de agua (gravimétrico) o humedad (gravimétrica).
wf = Contenido de agua o humedad final.
wi = Contenido de agua o humedad inicial.
wr = Contenido de agua (gravimétrico) residual.

xvii
RESUMEN

En este trabajo se presenta un estudio de la resistencia al corte bajo condiciones de


saturación parcial realizado sobre un limo arenoso y una arena limosa, derivados de ceniza
volcánica de la región del Quindío. Para evaluar la componente de resistencia suministrada
por la succión, se determinó la resistencia al corte para diferentes valores de humedad, en
un ciclo controlado de secado al aire-humedecimiento. Conociendo los valores de
resistencia y humedad, se determinó la relación entre la resistencia al corte y la succión,
estimando la succión con base en curvas de retención de humedad. Estas relaciones
resistencia al corte - succión se modelaron mediante algunos criterios propuestos en la
literatura. En las mediciones de resistencia al corte se utilizó un equipo de corte directo
convencional, y en la determinación de las curvas de retención de humedad se usó la
técnica del papel de filtro para medir la succión. Se encontró que el comportamiento
durante la falla y el valor de la resistencia son afectados por los procesos de secado y
humedecimiento. La resistencia al corte crece inicialmente con el secado, y disminuye
cuando el suelo se aproxima al estado seco al aire. Cuando se humedece el suelo, estando
inicialmente seco al aire, ocurre una pérdida gradual de la resistencia, hasta un valor final
inferior a la resistencia del suelo natural saturado.

Abstract: Shear strength under partly saturated conditions, of two volcanic ash soils from
Quindío (Colombia), was studied. The contribution of the suction to the shear strength was
determined for different values of water content in a controlled cycle of air-drying -
wetting. Shear strength and suction relationship s were determined, using soil- water
characteristic curves. They were adjusted by means of semi-empirics strength criteria.
Changes in load-displacement behavior and shear strength were shown as the suction
changes. The shear strength initially increases with drying, and then it diminishes when the
soil approaches the air-dry state. The soil initially being air-dry, looses strength gradually
with wetting. The final strength is smaller than the one of the soil initially saturated.

Keywords: unsaturated soil, volcanic soil, suction, shear strength.

xviii
INTRODUCCIÓN

El conocimiento que tienen los ingenieros geotecnistas sobre los suelos volcánicos en
Colombia se sustenta en la mecánica de suelos clásica, la cual supone que el suelo está en
estado saturado o en estado seco. Esto es entendible porque la mecánica de suelos se
desarrolló principalmente para estudiar suelos saturados, abundantes en los países de zonas
templadas y de clima húmedo. Sin embargo, el clima, la topografía y la profundidad de los
niveles freáticos, característicos de las regiones de Colombia donde abundan los suelos
volcánicos, generan condiciones favorables para encontrarlos, casi siempre, en una
condición de saturación parcial.

Las capas del terreno más cercanas a la superficie son más susceptibles a las acciones
ambientales, llegando a experimentar cambios cíclicos secado-humedecimiento a lo largo
de cada año, debido a causas naturales o actividades humanas, que afectan especialmente el
comportamiento de pavimentos, taludes, rellenos y terraplenes. Por eso, el estudio del
fenómeno de la posible alteración de la resistencia con los cambios de humedad en los
suelos de origen volcánico, se aborda con el enfoque de la mecánica de suelos parcialmente
saturados, bajo el cual la interacción entre el agua y el aire de los poros juega un papel
principal en la determinación del estado de esfuerzos y en consecuencia en la resistencia al
corte.

La estabilidad de los depósitos de suelos volcánicos en condiciones naturales ha tratado de


ser explicada por la contribución de factores como la estructura del esqueleto mineral; la
composición química y mineralógica; la succión; o la combinación de éstos. La presente
investigación fue motivada por la observación del comportamiento de los taludes en la zona
del Quindío (Colombia), localizada en una región de mucha complejidad sismo-tectónica,
con suelos en su mayoría derivados de cenizas y flujos volcánicos. En esta región, es
frecuente encontrar taludes casi verticales y de altura considerable, como también es común
encontrar que, independiente de que la temporada sea de clima seco o lluvioso, se producen
fallas en taludes que originalmente tienen una apariencia estable. Situaciones como esta las
reportan O’Rourke & Crespo (1988) en suelos volcánicos del Ecuador y sur de Colombia.
También, Bommer & Rodríguez (2001) y Bommer et al. (2002), indican que ciertos
depósitos de suelos volcánicos de Centroamérica, en los cuales se ha encontrado que la
contribución de la cementación y la tensión capilar en la resistencia es importante,
experimentan fallas de taludes bruscas y súbitas durante sismos o ante altas precipitaciones.
Otras observaciones revelan fallas de taludes en suelos volcánicos debidas al deterioro
progresivo de la superficie, caracterizadas por la fisuración de tipo columnar y la caída de

1
bloques (García, 1992; O’Rourke & Crespo, 1988). Esto ocurre en depósitos de suelos que
pertenecen a la categoría de suelos parcialmente saturados.

Los suelos parcialmente saturados han sido objeto de numerosos trabajos de investigación
en las últimas dos décadas, y en la actualidad existe una base teórica para entender su
comportamiento. La dificultad para implementar la teoría está en la complejidad de las
pruebas de laboratorio y de campo, requeridas para medir las variables que definen el
estado de esfuerzos en un suelo parcialmente saturado. Por esta razón, gran parte de esa
investigación también se ha dirigido al desarrollo de tecnología y de técnicas que hagan
aplicable la teoría a los problemas geotécnicos. Actualmente, se observa cierta tendencia a
plantear una mecánica de suelos generalizada, que pueda aplicarse tanto a los suelos
saturados como a los parcialmente saturados, ya que éstos últimos se encuentran ocupando
las zonas más pobladas de la tierra y casi un tercio de su superficie.

El trabajo experimental que se presenta en esta Tesis de Maestría, podría tener un alcance
práctico interesante, al simular el efecto de las condiciones de exposición ambiental de las
capas más superficiales del terreno sobre la resistencia al corte del suelo, a través de un
ciclo de secado al aire-humedecimiento. Los resultados constituyen una contribución para
la interpretación del comportamiento del suelo estudiado, porque muestran que existe un
aporte importante de la succión a la resistencia, y que la magnitud de esta contribución no
es independiente de los ciclos de secado-humedecimiento. La integración de estos
resultados a criterios de resistencia servirá para una mejor caracterización de los suelos de
origen volcánico teniendo en cuenta su condición de saturación.

En la investigación se midieron las variables que definen el estado de esfuerzos en los


suelos parcialmente saturados, mediante herramientas tecnológicas relativamente sencillas
y de uso corriente, disponibles en muchos laboratorios de mecánica de suelos. La técnica
utilizada para evaluar la resistencia al corte, aunque no mide directamente ni controla las
presiones en los poros, arroja resultados coherentes con los obtenidos por otros
investigadores mediante técnicas avanzadas de ensayo. Estos resultados son prometedores
en el proceso de implementación de la mecánica de suelos parcialmente saturados en la
práctica de la geotecnia.

2
1. OBJETIVOS Y PROCESO DE INVESTIGACIÓN

El objetivo principal de la investigación es evaluar la influencia del contenido de agua y la


succión matricial sobre la resistencia al corte, de un suelo parcialmente saturado derivado
de ceniza volcánica, de la región del Quindío (Colombia).

Para lograr el objetivo principal se fijaron los siguientes objetivos específicos:

a) Determinar la relación constitutiva entre el contenido de agua y la succión.


b) Medir la resistencia al corte del suelo con diferentes grados de saturación, en un ciclo
secado-humedecimiento.
c) Estimar la resistencia al corte en función de la succión, y observar el ajuste de los
resultados a los modelos de resistencia al corte propuestos en la literatura sobre el tema.

Antes de iniciar el proceso de secado, las muestras en estado natural fueron puestas en
condición cercana a la saturación, y llevadas gradualmente hasta condición seca al aire.
Posteriormente, las muestras secas al aire fueron humedecidas gradualmente hasta alcanzar
el estado de inundación. Se utilizaron en este trabajo muestras inalteradas, obtenidas por
labrado de bloques in-situ, con el fin de preservar la estructura original del suelo.

El procedimiento experimental incluyó los siguientes puntos:

• Caracterización física de los suelos


• Ensayos de medición de la succión, por el método del papel de filtro, para la
elaboración de curvas de retención de humedad en secado y humedecimiento.
• Preparación de muestras por secado gradual a partir del estado natural, hasta lograr los
valores de humedad dados.
• Preparación de muestras por humedecimiento gradual a partir del estado seco al aire,
hasta lograr los valores de humedad dados.
• Ensayos de resistencia al corte de muestras con diferentes contenidos de agua,
sometidas a valores diferentes de esfuerzo normal, utilizando un aparato convencional
de corte directo.

3
2. OBSERVACIONES SOBRE LA RESISTENCIA DE LOS SUELOS
PARCIALMENTE SATURADOS

Cuando se estudian los efectos de los cambios en el contenido de agua sobre las
propiedades físicas y mecánicas de los suelos, se deben precisar las acciones que producen
los cambios y las condiciones bajo las cuales se producen éstos.

La condición más estudiada en la mecánica de suelos se presenta en un suelo saturado, en el


cual los vacíos están completamente llenos de agua. En este caso pueden ocurrir cambios
en el contenido de agua del suelo, pero se mantiene constante la condición de saturación.
En condición drenada, un cambio en la humedad se debe al cambio en el estado de
esfuerzos, con disminución o aumento del volumen de los vacíos, e idéntica disminución o
aumento del volumen de agua. Esta condición se presenta en los suelos muy cercanos al
nivel freático o por debajo de éste.

Otra condición del suelo es aquella en que presenta un volumen de agua menor que el
volumen de los vacíos; esto es cuando el suelo está parcialmente saturado. Esta condición
del suelo se encuentra normalmente en la zona del terreno más cercana a la superficie o en
la zona por encima de niveles de agua freática profundos, en la cual la humedad del suelo
es una variable controlada por diversos factores, como la lluvia, la evaporación, la
vegetación, la infiltración, el relieve, el tipo de suelo, la porosidad, etc. Por consiguiente, en
suelo parcialmente saturado pueden suceder cambios de humedad sin haberse producido
necesariamente cambios idénticos del volumen de los vacíos del suelo, y sin cambios
previos de los esfuerzos. En suelo parcialmente saturado, la interacción de la película o
interfase aire-agua con las partículas del suelo, desempeña un papel importante en el estado
de esfuerzos (Fredlund & Rahardjo, 1993). Los cambios de humedad modifican la forma de
actuar de esta interfase con la superficie de los sólidos, alterando el estado de esfuerzos y
por ende produciendo el cambio de volumen del suelo. Bajo este contexto se revisará el
estado de conocimientos necesario para abocar el tema de la influencia de los cambios de
humedad por secado-humedecimiento en la resistencia de un suelo de origen volcánico
parcialmente saturado, con el fin de construir el marco teórico mínimo para el análisis de
los resultados experimentales de esta investigación.

4
2.1. CONCEPTOS FUNDAMENTALES

2.1.1 Las relaciones de fases en un suelo parcialmente saturado.

El suelo es un material compuesto de partículas sólidas, líquidos y gases, entre ellos


diferentes tipos de minerales, materia orgánica, agua, sales disueltas, etc. Aunque el suelo
se describe para fines prácticos como un sistema de tres fases: sólidos, agua y aire,
Fredlund y Morgenstern (1977) (en Fredlund & Rahardjo, 1993) propusieron un sistema de
cuatro fases, mediante la adición de la película aire-agua como cuarta fase, denominada por
ellos la “membrana contráctil”, por su capacidad de resistir esfuerzos de tensión. Bajo este
concepto desarrollaron su teoría de estado de esfuerzos de los suelos parcialmente
saturados.

Las relaciones masa- volumen se definen tomando como base el sistema de tres fases:
sólidos, agua y aire, en el cual se descarta el volumen de la membrana contráctil, porque es
demasiado pequeño para influir en los cálculos y porque se considera su masa como parte
de la masa del agua. Dentro de las propiedades volumétricas y gravimétricas del suelo de
tres fases, está uno de los conceptos más elementales y básicos: la Porosidad (η), la cual es
definida como la relación entre el volumen de los vacíos (VV), esto es la suma de los
volúmenes de aire y agua, respecto al volumen total (V).

VV
η= (2.1)
V
Otras relaciones importantes son: la Relación de vacíos (e), definida por la relación entre el
volumen de los vacíos (VV), y el volumen de los sólidos (VS ):

VV
e= (2.2)
VS
Una variable parecida a la anterior, que ha sido utilizada para representar el contenido de
agua del suelo parcialmente saturado, se llama la Relación de vacíos equivalente (eW), y se
define como la relación entre el volumen de agua (Vw), y el volumen de los sólidos (VS )
(Toll, 1995):

VW
eW = (2.3)
VS
Grado de saturación (S), es el porcentaje del volumen de los vacíos (VV) ocupado por un
volumen de agua (Vw):
100 VW
S= % (2.4)
VV
5
Humedad gravimétrica o contenido gravimétrico de agua (w), se define como la relación
entre la masa del agua (M W) respecto a la masa de los sólidos (MS ).

MW
w= (2.5)
MS
Contenido volumétrico de agua o humedad volumétrica (θ ), es la relación entre el volumen
del agua (V W) respecto al volumen total (V):

VW
θ= (2.6)
V

En los suelos parcialmente saturados, la humedad volumétrica (θ) constituye una variable
importante para el análisis de los cambios volumétricos asociados a variaciones del
contenido de agua.

Las relaciones entre masa y volumen se definen como Densidad o densidad total (ρ ):

MW + M S
ρ= (2.7)
V

Densidad seca (ρd ):


MS
ρd = (2.8)
V

Densidad de los sólidos (ρS ):

MS
ρS = (2.9)
VS

Densidad del agua (ρW ):


MW
ρW = (2.10)
VW
La relación entre la densidad de los sólidos (ρS ) respecto a la densidad del agua (ρW ), a
temperatura de 4ºC y presión atmosférica, se denomina densidad relativa de sólidos o
gravedad específica (GS ).

6
Por sustitución de variables, se pueden encontrar algunas otras formas fundamentales de las
relaciones masa- volumen en el suelo parcialmente saturado. El contenido de agua
volumétrico (θ ), puede expresarse en términos de la porosidad y el grado de saturación:

θ = Sη (2.11)

La ecuación (2.11) permite observar que en un suelo saturado S=1 (S=100%), el contenido
de agua volumétrico tiene el mismo valor de la porosidad ( θ = η ).

Los contenidos de agua gravimétrico (w) y volumétrico (θ ) se relacionan por medio de la


ecuación:

ρd
θ=w (2.12)
ρW
La relación de vacíos equivalente (e W) es una medida de la cantidad de agua, relacionada
con el contenido de agua (w) de la siguiente fo rma:

eW = w GS (2.13)

El uso de esta cantidad como medida del contenido de agua presenta la ventaja de permitir
observar los cambios de humedad sobre la misma escala de los cambios del volumen o la
relación de vacíos.

2.1.2 El comportamiento del agua en suelos parcialmente saturados.

Baver (1966) hizo un recuento bastante completo respecto al origen de la s teorías sobre el
comportamiento del agua en el suelo. Los primeros conceptos fueron desarrollados bajo la
hipótesis del tubo capilar, a finales del siglo 19. Esta hipótesis atribuye la retención de agua
a las fuerzas de tensión provenientes de la curvatura de las películas de agua que rodean las
partículas, que dependen del tamaño y cantidad de los tubos capilares en el suelo.
Posteriormente, a comienzos del siglo 20, se introdujo el concepto de potencial capilar para
definir la atracción del suelo y el agua. Desde el punto de vista de la física este concepto
expresa el trabajo para retirar una cantidad dada de agua del suelo. Por tanto, el potencial
representa la capacidad del suelo de retener humedad. Más adelante, se demostró que el
potencial capilar es función continua del contenido de agua. Estos dos enfoques, el del tubo
capilar y el de potencial capilar, no se excluyen entre si. Las presiones capilares y el
potencial capilar son de signo negativo, porque las moléculas del interior del agua ejercen
atracción sobre las moléculas de la interfase aire-agua, causando esfuerzos de tensión en la
superficie.

7
En los vacíos del suelo actúan otras fuerzas, además de las capilares, las cuales se suman
para conformar el potencial total. Childs y George (1948) (en Baver, 1966) se refieren a
cuatro componentes: el potencial gravitacional, la diferencia de presiones en la interfase
aire-agua, la presión osmótica, y el potencial de adhesión. La diferencia de presiones de
aire y de agua en la interfase ( ua – uw ), constituye la componente conocida como succión
matricial. La succión osmótica es la presión negativa produc ida por la presencia de sales
solubles en el fluido de poros o por diferencias en la disociación de iones adsorbidos sobre
la superficie de las partículas arcillosas. La suma de la succión matricial y la succión
osmótica se conoce como succión total o energía libre del agua en el suelo.

En los suelos parcialmente saturados el comportamiento del agua está ligado


principalmente al fenómeno de la succión, aunque también está condicionado por
fenómenos como evaporación, presión de vapor y cavitación (Cho & Santamarina, 2001).
Los cambios de temperatura, de presión de vapor, o de suministro de agua, que tienen lugar
en el interior de los poros no saturados, producen agitación térmica de las moléculas de
agua en la interfase aire-agua, las cuales empiezan a pasar desde el fluido hacia el vapor,
hasta que logra establecerse el equilibrio cuando se alcanza el punto de saturación del
vapor. Este fenómeno lo describe la termodinámica cuando define la succión total por
medio de la siguiente expresión (Fredlund & Rahardjo, 1993):

R T ρW  P 
ψ=− ln  (2.14)
M  P0 
Donde, ψ = succión total; R = constante universal de los gases (molar); T = temperatura
absoluta; ρW = densidad del agua; M = masa molecular del vapor de agua; P = presión de
vapor observada sobre la interfase; P0 = presión de saturación de vapor de agua sobre la
superficie lisa del agua pura a la misma temperatura. El término P/P 0 en la ecuación (2.14)
se conoce como la humedad relativa HR (%); de allí se deduce que un suelo con humedad
relativa de 100% tiene valor nulo de la succión y sólo cuando la humedad relativa sea
menor de 100% se tendrá algú n valor de succión.

En el menisco formado en un tubo capilar, la interfase aire-agua o membrana contráctil


tiene la propiedad de resistir esfuerzos de tensión (TS ). Las diferencias de presión en uno y
otro lado de una membrana curvada, vista en dos dimensiones, y la cual tiene un radio RS ,
se equilibran con las fuerzas de tensión a lo largo de ésta (ver la Figura 1). La diferencia de
presiones ∆u está dada por:

TS
∆u = (2.15)
RS

En el modelo físico, la cara cóncava está expuesta a la presión de aire (ua ), que es mayor
que la presión del agua (uw) que actúa sobre la cara convexa, y la diferencia entre ambas

8
presiones ∆u = (ua – u w) representa la succión. La ecuación (2.15) se puede extender al
modelo de superficie curvada en forma de cascarón, con radios de curvatura en las dos
dimensiones ortogonales R1 y R2 , o al micro- modelo de esferas o discos (ver la Figura 2).
La diferencia de presiones sobre la membrana contráctil (succión), se expresará en esos
casos como:

1 1 
(u a − u w ) = TS  +  (2.16)
 R1 R2 

β β
β

β

Figura 1. Presiones en una membrana curvada, vista en dos dimensiones.


(Fredlund & Rahardjo, 1993)

Figura 2. Modelos capilares: a) Esferas; c) Discos.


(Cho & Santamarina, 2001)

De las ecuaciones (2.15) y (2.16) se deduce que hay aumento de la succión matricial
cuando decrece el radio de curvatura de la interfase aire-agua. La relación entre los
conceptos de tubo capilar y potencial capilar, o la relación entre la presión de vapor y la
curvatura de la membrana contráctil, permite deducir que al evaporarse el agua durante

9
algún proceso de secado, la interfase aire-agua se curva debido a las diferencias de presión
en el aire y el agua.

Otro factor que influye en el fenómeno de la succión es la presencia de sales en el agua del
suelo. Cuando éstas se encuentran presentes, se reduce la presión de vapor sobre la
superficie de la interfase aire-agua, y disminuye la evaporación. Esta relación entre la
concentración de sales y la presión de vapor, es aprovechada como técnica para generar
determinado nivel de succión en algunas pruebas de laboratorio de suelos.

El fenómeno de la succión se puede resumir en los términos de Ridley & Wray (1995), de
acuerdo con los niveles en los cuales se puede hacer su medición. El primer nivel de
medición es la succión matricial (ua – uw), definida como la medida de la energía necesaria
para mover una molécula de agua dentro de la matriz del suelo. El segundo nivel es la
succión total ψ, definida por la medida de la energía requerida para remover una molécula
del agua hacia la fase de vapor. Cuando el agua del suelo no contiene sales, ambos valores
son iguales; en caso contrario, la presión de vapor se reduce y se incrementa la energía
necesaria para remover una molécula de agua, esto es, se incrementa la succión total. Este
incremento se denomina succión osmótica π. Las sales disueltas no cambian el nivel de
energía necesario para mover una molécula de agua dentro de la matriz; por tanto, la
succión osmótica y la succión matricial son independientes.

2.2. LA MEDICIÓN DE LA SUCCIÓN

2.2.1 Métodos para medir la succión.

Los métodos de medición de la succión pueden clasificarse en directos, cuando miden las
presiones en los poros; e indirectos, si relacionan la succión con alguna otra medida (como
humedad, grado de saturación del aire, etc.). También pueden clasificarse en métodos para
medir la succión total y métodos para medir la succión matricial (ver la Tabla 1). Aunque
existen métodos para medir la succión osmótica, por lo general se prefiere estimar ésta
como la diferencia entre las succiones total y matricial. La descripción completa de los
diferentes métodos puede verse en Fredlund & Rahardjo (1993) y Ridley & Wray (1995).

La base para calificar si un instrumento mide la succión matricial o la succión total es el


contacto que hace éste con el agua en los poros del suelo: cuando hay contacto, se mide la
succión matricial; cuando no hay contacto, se mide la succión total. Con cualquier método
de medición de la succión, se requiere dejar transcurrir un periodo de tiempo suficiente para
alcanzar el equilibrio entre el elemento de suelo y el instrumento de medida.

10
El método de medición de la succión que se utiliza en el presente trabajo se describe a
continuación.

2.2.2 Método del papel de filtro.

Este método utiliza, como instrumento de medida, papel de filtro tipo cuantitativo y libre de
ceniza (ash-free). La norma ASTM D 5298 1994 reglamentó el método, indicando el uso de
papel ASTM E382 Tipo II. Los papeles más utilizados son el Whatman No.42 de
fabricación inglesa, y el Schleicher & Schuell No.589 Banda Blanca de fabricación
alemana.

Para hacer la medición, el papel de filtro y el suelo deben estar juntos, en contacto o no,
durante el tiempo suficiente para que equilibre el flujo de humedad entre suelo y papel a
través de la fase líquida o a través del vapor. Cuando el papel de filtro hace contacto con el
suelo, de tal manera que el agua pasa por capilaridad, la medida es la succión matricial.
Cuando el papel y el suelo no están en contacto y la humedad se equilibra a través de vapor,
en un medio cerrado, la medida será la succión total. Una vez alcanzado el estado de
equilibrio, la succión en el papel de filtro será igual a la succión en el suelo. Si previamente
se conoce la relación entre la humedad y la succión del papel (curva de calibración),
entonces se puede estimar la succión del papel simplemente midiendo la humedad de éste.

El método de ensayo por contacto, consiste en colocar una hoja de papel de filtro en
contacto con la superficie lisa del suelo y recubrir con un elemento liso y liviano, por
ejemplo una lámina de material acrílico. El conjunto formado por el suelo, el papel de filtro
y la cubierta de material acrílico, se envuelve y sella completamente, y se coloca en
ambiente de temperatura controlada, mientras la succión del papel y el suelo se equilibra.
La variación de la temperatura en este proceso no debe superar ± 1ºC (Fredlund &
Rahardjo, 1993). Después de una semana la muestra se destapa, y se mide la humedad del
papel de filtro, secando en el horno a 105ºC, por tiempo de dos horas (Swarbrick, 1995).
Para evitar la pérdida de humedad del papel de filtro, todo el procedimiento debe hacerse
con pinzas y guantes quirúrgicos, y la operación de pesaje debe ser hecha muy rápidamente
y protegiendo el papel con un recipiente impermeable al aire.

En este método es fundamental controlar la precisión de la medida de la humedad del papel


de filtro. Hay que tener en cuenta que el papel de filtro Schleicher & Schuell No.589 de 7
cm de diámetro tiene masa seca alrededor de 0.30 gr., y por ello se requiere una balanza de
alta sensibilidad. Swarbrick (1995) calculó que el error es aceptable cuando la sensibilidad
de pesada es 0.0001 gr. Debe observarse la coherencia entre el proceso de calibración del
papel y el proceso de cambio de humedad que experimenta durante la medición de la
succión, ya que siendo el papel un medio poroso, no tiene la misma capacidad de retención
de humedad cuando se humedece y cuando se seca. Como la mayoría de las curvas de
calibración se han obtenido en procesos de humedecimiento del papel, se recomienda que al
iniciar el ensayo el papel se coloque en estado seco al aire.

11
Aunque es posible usar una ecuación de calibración única, independiente de que la
medición sea por contacto o sin contacto, las mediciones deben ser consistentes con el
método de calibración. Las ecuaciones de calibración generalmente se determinan
combinando dos métodos de medida: los platos de succión (contacto entre instrumento y
fase líquida del papel) para medir valores bajos de succión; y las soluciones salinas, que
imponen una succión dada al papel (sin contacto con la fase líquida), para medir valores
altos de succión. En la Tabla 1 se indica el rango de succión para el cual es confiable la
medición de succión matricial o total. Cuando se usa el método sin contacto entre papel
filtro y suelo (succión total), el resultado es bastante sensible a las modificaciones en las
condiciones de ensayo (tamaño de muestra y recipiente, tiempo de equilibrio, distancia
entre suelo y papel) respecto a las condiciones usadas en la calibración; por consiguiente en
el método sin contacto deben conservarse idénticas las características de medición de
succión y calibración del papel.

Tabla 1. Métodos de medición de la succión (de Ridley & Wray, 1995)

Método Modo de Rango de Tiempo de


Medida Medida (kPa) equilibrio
Psicrómetro de termocupla Total 100 a 7500 Minutos
Psicrómetro termistor/transistor Total 100 a 71000 Minutos
Papel de filtro (en contacto) Matricial 30 a 30000 7 días
Papel de filtro (sin contacto) Total 400 a 30000 7 a 14 días
Bloque poroso Matricial 30 a 3000 Semanas
Probador de conductividad térmica Matricial 0 a 300 Semanas
Placa de succión Matricial 0 a 90 Horas
Placa de presión Matricial 0 a 1500 Horas
Tensiómetro estándar Matricial 0 a 100 Minutos
Tensiómetro osmótico Matricial 0 a 1500 Horas
Tensiómetro del Imperial College Matricial 0 a 1500 Minutos

El tiempo necesario para alcanzar el equilibrio de humedad es función de la humedad del


papel. Con muy poco error, un tiempo mínimo de 7 días garantiza el equilibrio en casi
todos los casos (Swarbrick, 1995; Ridley & Wray, 1995).

El método del papel de filtro en contacto requiere la superficie de suelo perfectamente lisa
para asegurar que el papel haga contacto con la fase líquida y se mida la succión matricial.
Sin embargo, a medida que el suelo se seca y el agua se restringe a los poros más finos, esa
condición no se puede garantizar, y con mayor probabilidad la humedad se transfiere a
través del vapor, y el resultado será la medición de la succión total. Ridley & Wray (1995)
sugieren observar el modo en que despegan el papel de filtro y la muestra de suelo, cuando
el primero se retira con el objeto de medir la humedad: si el papel se pega al suelo es
probable que la medida corresponda a succión matricial; en caso contrario, cuando el papel
se perciba suelto, la medida es de succión total.

12
No obstante que las ecuaciones de calibración de papel de filtro Whatman No.42 y
Schleicher & Schuell No.589 han mostrado invariabilidad durante más de 30 años
(Swarbrick, 1995), por tratarse de una medición indirecta de la succión del suelo, basada en
la medición indirecta de la succión del papel de filtro, es necesario realizar varias
mediciones para obtener un estimativo confiable de la succión (Ridley & Wray, 1995).

2.3. RELACIÓN ENTRE SUCCIÓN Y HUMEDAD

2.3.1 Propiedades de la relación succión-humedad.

Mediante las relaciones de energía asociadas a la capacidad de retención de humedad del


suelo, se determinó que la succión es función continua de la humedad (Veihmeyer &
Edlefsen, 1937; en Baver, 1966). En un suelo homogéneo, a cada valor del contenido de
agua corresponde un valor de la succión y, un gráfico que relacione ambas variables, se
denomina curva característica suelo-agua 1 o curva de retención de humedad. En esta curva
el contenido de agua puede estar expresado en términos de humedad gravimétrica, w,
humedad volumétrica, θ, o grado de saturación, S. Como la curva presenta una parte en la
cual una pequeña variación de humedad está asociada con un cambio bastante amplio de la
succión, se prefiere dibujar el logaritmo de la succión contra el contenido de agua.

La curva de retención de humedad presenta forma típica en S (en gráfico semi- log), con dos
puntos característicos ideales (ver la Figura 3):

1) El valor de entrada de aire o presión de burbuja (ua – uw)b , correspondiente a la succión


que produce el ingreso del aire a los poros más grandes.

2) El contenido de agua residual o la saturación residual ( Sr, θr, o wr ) es el punto de la


curva donde se requiere gran cantidad de energía (succión) para producir un pequeño
cambio de humedad. Se conoce también como el punto de succión residual, ψr. Para
valores de succión por encima de este punto, cesa la capacidad de remover agua de la
matriz del suelo, y cualquier remoción posterior debe hacerse a través del vapor.

La capacidad del suelo para retener agua es diferente en los procesos de secado y de
humedecimiento. Para el mismo contenido de agua es mayor la succión en secado que en
humedecimiento. Esta característica se denomina histéresis hidráulica, y se expresa en la
forma o trayectoria diferente que presentan las curvas de retención en secado y

1
En idioma inglés se acostumbra designar la curva de retención de humedad por medio de la abreviatura
SWCC (soil-water characteristic curve), denominación que se propuso en el año 1940 (Barbour 1998).

13
humedecimiento (ver la Figura 3). El fenómeno tiene varias explicaciones, tales como: a) el
tamaño de los poros y la estructura del suelo que cambian como resultado de la retracción
por secado o de la expansión por humedecimiento; b) el aire atrapado como burbujas
durante el humedecimiento que produce menor contenido de agua; c) el ángulo de contacto
de los meniscos, que es mayor en proceso de humedecimiento, lo que hace aumentar el
radio de curvatura de la interfase aire-agua, y por consiguiente reduce la succión; d) el
tamaño y la forma de los vacíos que afecta la manera como el agua entra y sale de ellos
(Harrison & Bligth, 2000).

curva en
Contenido de agua

humedecimiento

curva
en secado

contenido de
aire residual

Succión

valor de contenido de
agua residual
entrada de aire

Figura 3. Forma típica de la curva de retención de humedad

En la forma de la curva de retención de humedad tienen que ver factores como el tipo de
suelo, el contenido de agua inicial de compactación, la densidad, la historia y el estado de
esfuerzos, la historia secado-humedecimiento y la estructura del suelo (Ng & Pang, 2000;
Vanapalli et al., 1999; Wan et al., 1995).

Cada tipo de suelo tiene su propia forma de la curva, de acuerdo con la distribución de
tamaños de poros, composición, estructura y fábrica. En la Figura 4a se observa que entre
más finas son las partículas del suelo, se incrementa el valor de entrada de aire (ua – u w)b , y
se aplana la curva de retención.

La influencia del estado y la historia de esfuerzos se observa en las curvas de retención de


humedad de muestras sometidas a diferentes esfuerzos de consolidación (Figura 4b). El
aumento del esfuerzo de consolidación produce la disminución del tamaño de los poros
grandes, y por tanto el incremento del valor de entrada de aire (ua – uw)b .

La manera como influye la humedad de compactación sobre la forma de la curva de


retención se observa en los suelos arcillosos compactados. Cuando se compacta por debajo
de la humedad óptima, se produce una estructura más abierta, y por tanto se tiene menor

14
valor de entrada de aire (ua – uw)b que cuando se compacta con la humedad óptima o por
encima (Figura 4c).

Figura 4. Efectos sobre la curva de retención.


a) Por textura del suelo (Vanapalli, 1994), b) Por consolidación (Huang, 1994), c) Por
compactación (Vanapalli, 1994) (tomada de Barbour, 1998).

La influencia de la historia de secado- humedecimiento se observó en un suelo volcánico


sometido a ciclos repetidos secado-humedecimiento (Ng & Pang, 2000). En ese material las
tasas de secado y de humedecimiento fueron más altas en el primer ciclo que en los
siguientes. En el primer ciclo el valor de la humedad que se alcanzó al final del proceso de
humedecimiento fue muy inferior a la humedad que se tuvo al inicio del proceso de secado.
En los demás ciclos de secado-humedecimiento los valores del contenido de agua al inicio
y al final fueron muy parecidos.

15
2.3.2 Modelo matemático de la curva de retención de humedad.

En la implementación de la mecánica de suelos parcialmente saturados para aplicaciones en


los fenómenos de resistencia al corte, compresibilidad y flujo, se requiere conocer las
funciones de comportamiento característico suelo-agua (curva de retención de humedad),
debido a la correspondencia que hay entre este comportamiento y el estado de esfuerzos en
los poros del suelo, y a que existe una relación entre la curva de retención y la función
conductividad hidráulica.

En los primeros trabajos de modelación, en la segunda década del siglo 20, se definió una
relación hiperbólica entre la succión y el contenido de agua (Baver, 1966):

A (2.17)
ψ= +B ; 0 <θ <1
θ

Donde ψ es la succión, θ es la humedad, A y B son constantes.

La mayoría de los modelos citados en la literatura (Fredlund & Xing, 1994; Gerscovich. &
Sayão, 2002; Tan et al., 2000), incluyen relaciones de tipo hiperbólico. Algunos modelos
están elaborados con base en la observación de la relación estrecha entre la forma de la
curva de distribución de tamaños de los poros y la forma de la curva de retención de
humedad; el modelo de Fredlund & Xing (1994) fue formulado bajo este principio, y se
escribe como:

θS
θ(ψ, a , n.m) = C (ψ)
{ ln[e + (ψ a ) ]}
n m (2.18)

Donde e = base de los logaritmos naturales; θS = contenido de agua de saturación; ψ =


succión; a, n y m = parámetros de ajuste (a tiene las mismas unidades de ψ), y C(ψ) =
función de corrección.

Se ha comprobado, experimentalmente y a través de principios termodinámicos, que la


mayoría de los suelos presentan humedad nula (θ = 0) para el valor de la succión ψ = 106
kPa (103 MPa). Mediante la función de corrección C(ψ) se obliga el paso de la ecuación
(2.18) por ese punto, la cual se define como:

ln(1 + ψ ψr )
C (ψ) = 1 −
[ ]
ln 1 + (10 6 ψr ) (2.19)

16
Donde ψr = succión correspondiente al contenido de agua residual en kPa.

El modelo de Fredlund & Xing (1994) tiene la ventaja de ser válido para diferentes tipos de
suelo y para cualquier intervalo de la succión. Se utilizará en la presente investigación para
representar las curvas de retención de humedad.

2.4. ETAPAS DEL SECADO

Es conveniente configurar un modelo conceptual del comportamiento suelo-agua, en


procesos de secado y de humedecimiento, con el fin de entender la manera como cambian
las propiedades del suelo, tales como la resistencia y la compresibilidad. En ese sentido, la
curva de retención de humedad constituye la herramienta conceptual e interpretativa,
fundamental para entender el comportamiento de los suelos parcialmente saturados
(Vanapalli et al. 1996a).

El proceso de secado comprende fundamentalmente cuatro etapas: a) etapa de saturación


bajo tensión o etapa de efecto límite; b) etapa de transición primaria; c) etapa de transición
secundaria; y d) etapa de saturación residual (Vanapalli et al. 1996b, Smith et al. 2002)
(Figura 5).

En la etapa de efecto límite, que ocurre desde S=100% hasta el valor de entrada de aire,
todos los poros se encuentran llenos de agua y, si bien el suelo se encuentra prácticamente
saturado y hay continuidad en la fase de agua, las presiones de poros son negativas.

Se pasa luego a la etapa de transición cuando el suelo comienza a perder saturación a partir
del valor de entrada de aire (ua –uw)b , al penetrar el aire los poros más grandes. En esta
etapa se pierde agua rápidamente con cualquier incremento de la succión, y se reduce la
continuidad del agua en los meniscos; el camino del agua se vuelve tortuoso. En la etapa de
transición primaria se asume que hay continuidad entre la fase de aire y la atmósfera, pero
no hay a través o en el interior de un elemento de suelo; aplicar una compresión producirá
flujo de agua y aire desde el elemento. En la parte secundaria de esta etapa, la fase de aire
se vuelve continua dentro del suelo, y de ese modo la compresión producirá el flujo de aire
principalmente.

El límite en la etapa residual es la humedad o saturación residual, se alcanza cuando la fase


de agua se vuelve discontinua y la cantidad de agua en los meniscos es muy pequeña. En
esta etapa la cantidad de agua disminuye principalmente por movimiento de vapor, que se
produce hasta que el agua en el suelo alcanza el punto de equilibrio con la presión de vapor
circundante. Una eventual compresión del suelo en esta etapa producirá flujo de agua
mínimo.

17
Valor de
entrada de aire
Etapa de
efecto límite
Grado de Saturación (%)

Etapa de
transición
secundaria

Etapa de
transición
primaria Etapa de
saturación
residual

(a) (b) (c) (d)

Succión

Figura 5. Etapas de secado en la curva de retención de humedad

En suelo seco en proceso de humedecimiento, el agua es adsorbida primero por los


minerales arcillosos, que ejercen mayor fuerza de atracción que la tensión capilar. Luego,
con el aumento de la cantidad de agua, las fuerzas de adsorción de los minerales arcillosos
disminuyen, y entonces comienzan a llenarse todos los poros por efecto de la tensión
capilar (Harrison & Bligth, 2000). Cuando empieza el humedecimiento la fase de agua es
discontinua y, con el ingreso del agua, gradualmente se volverá continua. Por distintas
razones, algunas de las cuales fueron presentadas antes, son diferentes las trayectorias de la
curva de retención de humedad en procesos de humedecimiento y secado.

18
2.5. LA RESISTENCIA AL CORTE DE LOS SUELOS PARCIALMENTE
SATURADOS

Son dos los enfoques para expresar la resistencia al corte de los suelos parcialmente
saturados: a) el enfoque basado en el principio de esfuerzos efectivos, y b) el enfoque con
variables de estado de esfuerzos independientes.

La más conocida de las aproximaciones en el enfoque de esfuerzos efectivos se fundamenta


en la ecuación de Bishop (1959), ampliamente referenciada en la literatura:

σ' = (σn − u a ) + χ ( u a − u w ) (2.20)

Donde, σ’ = esfuerzo normal efectivo; σn = esfuerzo normal total; ua = presión de aire en


los poros; uw = presión de agua en los poros; y χ = parámetro relacionado con el grado de
saturación. El valor del parámetro χ toma el valor 1 para suelo saturado, y 0 para suelo
seco.

Este enfoque considera que el estado de esfuerzos es dependiente del parámetro χ , el cual
no tiene relación única con el grado de saturación. Fredlund & Rahardjo 1993 y Öberg &
Sällfors 1995, citan diferentes trabajos que mostraron la dependencia que existe entre este
parámetro y diferentes factores, como: el tipo de suelo (ver la Figura 6), la micro estructura,
y la trayectoria de carga (como Jennings & Burland 1962, Coleman 1962, Bishop & Blight
1963, Burland 1964, Burland 1965, Blight 1965). La deficiencia de este enfoque se
encuentra en la dificultad para obtener el parámetro χ , y obviamente esto también afecta la
formulación de relaciones constitutivas.

El criterio de falla de Mohr-Coulomb, planteado en término de esfuerzos efectivos para


suelo saturado, se expresa como:

τ = c′ + σ ′ tan φ ′
(2.21)

Donde, τ = resistencia al corte del suelo; c’ = cohesión efectiva; φ’ = ángulo de resistencia


al corte efectivo. Si se sustituye la ecuación (2.20) en (2.21), se obtiene la ecuación de
resistencia al corte del suelo parcialmente saturado a partir del enfoque de esfuerzos
efectivos:

19
τ = c ′ + [ (σ n − u a ) + χ (u a − u w ) ]tan φ′ (2.22)

El segundo enfoque está basado en variables independientes de estado de esfuerzos,


sugerido primero por Coleman 1962 y Bishop & Blight 1963 (Wheeler & Karube 1995).
Posteriormente, Fredlund y Morgenstern (1977) (en Fredlund & Rahardjo 1993) mostraron
que el estado de esfuerzos del suelo parcialmente saturado, se puede representar utilizando
una de las combinaciones siguientes de dos variables independientes: (σn – ua ) y (ua – uw);
(σn – uw) y (ua – uw); o (σn – ua ) y (σn – uw).

Figura 6. Relación entre el parámetro χ y el grado de saturación S de suelos compactados.


(de Blight 1961, en Fredlund & Rahardjo 1993)

Posteriorme nte, Fredlund et al. (1978), propusieron una forma de la envolvente de


resistencia para el suelo parcialmente saturado, escrita en términos de variables
independientes de estado de esfuerzos:

τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ ′ + (u a − u w ) tan φ b (2.23)

Donde, (σn – ua ) = esfuerzo normal neto; (ua – uw ) = succión matricial; y c’= cohesión
efectiva. La contribución de cada variable independiente de estado de esfuerzos está
determinada por una propiedad distinta: φ’ = ángulo de resistencia al corte efectivo,
asociado con el esfuerzo normal neto, y φb = ángulo que representa el incremento de
resistencia al corte respecto a la succión. La representación de este criterio de falla es la
envolvente extendida de Mohr-Coulomb, que aparece dibujada como un plano en el sistema
tridimensional de ejes ortogonales (Figura 7).

20
Figura 7. Envolvente extendida de Mohr-Coulomb para suelos parcialmente saturados.

La razón de crecimiento de la resistencia al corte respecto a la succión (φb ) siempre es igual


o más pequeña que la razón de crecimiento de la resistencia respecto al esfuerzo normal
neto (φ’). Experimentalmente se ha encontrado que el crecimiento de la resistencia al corte
respecto a la succión es lineal para un intervalo de succiones pequeñas (Ho & Fredlund
1982), y no lineal cuando se aplica un intervalo de succiones elevadas, e incluso puede ser
negativo para succiones muy altas (Escario & Jucá 1989). El crecimiento no lineal de la
resistencia al corte respecto a la succión es debido a una disminución del aporte de la
succión, para valores por encima del valor de entrada de aire (Fredlund et al. 1995). Por
tanto, un suelo con alto valor de entrada de aire, por ejemplo una arcilla, podría presentar
crecimiento lineal de la resistencia al corte respecto a la succión en un intervalo amplio de
succiones. Pero un suelo con bajo valor de entrada de aire, como una arena por ejemplo,
podría presentar la envolvente no lineal a partir de valores de succión muy pequeños. La
ecuación (2.23) es aplicable tanto a la variación lineal como a la no lineal de la resistencia
al corte, siempre y cuando se tenga en cuenta el intervalo de succión adecuado al trabajo
(Vanapalli & Fredlund 1999).

La ecuación (2.23) exhibe el paso suave hacia el criterio de resistencia de Mohr-Coulomb


para suelos saturados indicado por la ecuación (2.21). Se observa en (2.23) que cuando el
suelo se acerca a la saturación, la presión de agua uw crece hasta igualar la presión de aire
en los poros ua , y hasta que la succió n matricial (ua – uw ) se anula; en ese punto se presenta
la transición suave de la envolvente extendida a la ecuación (2.21).

21
2.6. LA RELACIÓN ENTRE LA RESISTENCIA AL CORTE Y LA CURVA DE
RETENCIÓN DE HUMEDAD

Los suelos son un sistema de fases, en donde lo que suceda con alguna de éstas influye
sobre las otras. Los fenómenos hidráulicos y mecánicos regidos por estas fases, están
acoplados de tal manera que cualquier cambio en el estado de esfuerzos afecta las
propiedades hidráulicas y viceversa. Este hecho se percibe en la fuerte correlación entre la
forma de la curva de retención de humedad y el crecimiento de la resistencia al corte con la
succión, que se explica por la relación que hay entre el radio de los poros y los esfuerzos
capilares. El radio de los poros está representado a mayor escala en la distribución de
tamaños de los poros, la cual controla el comportamiento característico suelo-agua, y por
tanto determina el estado de esfuerzos que se desarrolla en los contactos entre partículas,
aire y agua.

En la Figura 8a se observa la primera etapa de secado, entre la saturación S=100% y el


valor de entrada de aire, en la cual la humedad cambia muy poco, todos los poros
permanecen llenos de agua, y existe continuidad en la fase de agua. En esta etapa son
iguales los factores de incremento de la resistencia al corte, respecto a la succión matricial y
respecto al esfuerzo normal neto, tanφb =tanφ’ (Figura 8b). En esta condición la variable de
estado de esfuerzo (σn – uw) describe el comportamiento del suelo parcialmente saturado de
la misma forma que en suelo saturado. Esta condición ha sido comprobada en pruebas de
laboratorio (Escario & Jucá 1989, Gan et al. 1988).

En la etapa de transición, cuando el aire penetra en los poros más grandes, la contribución
de la succión (tanφb ) es menor que la contribución del esfuerzo neto (tanφ’), y el
crecimiento de la resistencia al corte respecto a la succión se vuelve no lineal. Como la
humedad se reduce rápidamente ante algún aumento de la succión, también se reduce
drásticamente la contribución de la succión (tanφb ). En la etapa final de secado, cuando se
alcanza el punto de saturación residual, los cambios de humedad en las fases de agua y
vapor son muy pequeños aunque haya un incremento grande de la succión; entonces la
contribución de la succión a la resistencia será muy pequeña, o puede hacerse constante
(tanφb =0) o incluso negativa (Escario & Jucá 1989, Gan & Fredlund 1995).

Fredlund et al. (1995) relacionaron la tasa de incremento de la resistencia al corte con el


área de agua en contacto con los sólidos, y estimaron el valor de esa área para diferentes
valores de succión mediante la curva de retención de humedad. Al suponer que el
incremento de resistencia es proporcional a la variación de la succión matricial y al área
efectiva de agua en contacto con los sólidos, resulta la ecuación:

dτ = C AW d (u a − u w ) (2.24)

22
C = constante de proporcionalidad, y Aw es el área de agua efectiva en contacto con los
sólidos, en una sección transversal de la masa de suelo:

Adw − Auw
AW = (2.25)
Atw

Adw = área de agua correspondiente a cualquier grado de saturación, Atw = área de agua en
estado saturado, y Auw = área de agua en la condición residual (o seca). El valor de Aw
tiende hacia 1.0 cuando el suelo se encuentra saturado. Cuando disminuye el contenido de
agua, el área de agua va hacia el valor Auw (en la Figura 9), y el valor de Aw se aproxima a
cero.

Figura 8. Relación entre la curva característica suelo-agua y la resistencia al corte.


a) Curva de retención de humedad típica; b) Comportamiento de la resistencia con relación
a la curva de retención (Fredlund et al. 1995).

23
saturado residual

Atw Auw

Figura 9. Variación del área de agua en el modelo de Fredlund et al. (1995).

Se tiene variación similar en el denominado grado de saturación efectivo (Se), definido por
la relación:

S − Sr
Se = (2.26)
1 − Sr

Como sucede con Aw, cuando el suelo está saturado Se → 1.0, y cuando el suelo está en la
condición residual Se → 0. Por esta similitud de comportamiento, se propuso entre ambos
números la relación:

AW = (S e )κ
(2.27)

Resolviendo (2.24) en términos de (2.27), y asignando el valor κ = 1 al parámetro de ajuste,


Fredlund et al. (1995) encontraron una ecuación que expresa la relación entre la resistencia
al corte del suelo parcialmente saturado y la curva de retención de humedad:

ψ
 S − Sr 
τ = c ′ + (σn − u a ) tan φ′ + tan φ ′ ∫   d (u a − u w ) (2.28)
0
1− S r 

donde, ψ = es la succión en el suelo; el grado de saturación (S) es función de la succión en


la curva de retención de humedad; y Sr = grado de saturación residual, el cual se obtiene de
la curva de retención de humedad.

Estos autores encontraron buena correlación entre los datos experimentales de resistencia al
corte de un limo glacial compactado y los datos obtenidos mediante la ecuación (2.28).

24
2.7. ECUACIONES QUE DESCRIBEN LA RESISTENCIA AL CORTE DE LOS
SUELOS PARCIALMENTE SATURADOS

La definición de la envolvente de resistencia al corte de un suelo parcialmente saturado


requiere un trabajo experimental que es costoso y demorado. Con el fin de hacer factible la
predicción de la resistencia en la ingenie ría práctica, se han desarrollado diferentes
modelos, con base en los criterios de resistencia representados en las ecuaciones (2.22) y
(2.23), y los cuales se agrupan en dos categorías: 1) modelos empíricos, que usan la curva
de retención de humedad y las propiedades del suelo saturado; y 2) ecuaciones matemáticas
de tipo elíptico o hiperbólico, con parámetros ligados a propiedades del suelo saturado.
Mientras que en los modelos empíricos los parámetros de las ecuaciones se encuentran a
partir de la interpretación física del comportamiento del suelo, conservando la forma de los
criterios expresados en las ecuaciones (2.22) y (2.23), en los modelos del segundo tipo se
trata esencialmente de reproducir la forma de la envolvente de resistencia respecto a la
succión, sin respetar la forma fundamental de estas ecuaciones. Modelos del segundo tipo
son, por ejemplo, las ecuaciones de Escario y Jucá (1989), Shen & Yu (1996) (en Vanapalli
& Fredlund 1999), Rassam & Williams (1999), Rassam & Cook (2002), y Miao et al.
(2001). A continuación se hace la descripción de varios de los modelos empíricos del
primer tipo, y de uno de los modelos pertenecientes al segundo tipo.

2.7.1 Ecuaciones de Vanapalli et al. (1996) (Aproximaciones 1 y 2 de la Universidad de


Saskatchewan).

Vanapalli et al. (1996b) escribieron una ecuación que representa matemáticamente la


contribución de la succión en la resistencia al corte, para cualquier intervalo de la succión.
La ecuación propuesta indica que la contribución que hace la succión a la resistencia al
corte es proporcional al área de agua normalizada, con referencia al valor que tendría esta
contribución cuando el suelo está saturado. La contribución de la succión se expresa
mediante el tercer término del lado derecho de la ecuació n (2.23), y dado que para la etapa
de saturación bajo tensión se tiene que tanφb =tanφ, entonces:

τus = (u a − u w )(a w tan φ′ ) (2.29)

Donde: τus = componente de la resistencia al corte aportada por la succión; y aw = área de


agua normalizada. En una sección transversal de suelo, aw se define por la relación entre el

25
área de agua para un grado de saturación cualquiera (Adw) y el área de agua del suelo
saturado (Atw):

Adw
aW = (2.30)
Atw

Cuando cambia la cantidad de agua en el suelo, el área de agua normalizada aw cambia de


forma similar a la humedad volumétrica normalizada, la cual es definida como Θ = θ /θS ,
donde θ es el contenido de agua volumétrico, y θS es el contenido de agua volumétrico del
suelo saturado. Se observa que los valores de Θ y aw tenderán al valor 1.0 cuando el suelo
se encuentre saturado, ya que Adw se aproximará al valor de Atw y la humedad volumétrica θ
se acercará al valor de θS (ver la Figura 10). Cuando disminuya el contenido de agua, los
valores de Θ y aw se aproximarán a cero, a medida que el área de agua Adw y la humedad
volumétrica θ se acerquen a cero, hasta que se hacen nulos cuando el suelo esté
completamente seco. Por la similitud de comportamiento entre aw y Θ, se propuso la
relación:

κ
θ 
aw = Θ ( )κ
=   (2.31)
 θS 

Donde, κ es un parámetro de ajuste.

saturado seco

Atw Adw

Figura 10. Variación del área de agua en el modelo de Vanapalli et al. (1996).

La solución de la ecuación (2.29) conduce al criterio empírico para expresar la resistencia


al corte del suelo parcialmente saturado, en función de variables independientes de estado
de esfuerzos:

{
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ) (Θ )κ tan φ ′ } (2.32)

26
Es interesante notar que este criterio expresa la resistencia al corte como función del grado
de saturación S, ya que el contenido de agua volumétrico normalizado y el grado de
saturación son equivalentes:

θ
Θ= =S (2.33)
θS

Usando un concepto similar, Vanapalli et al. (1996b) presentan otras relaciones para la
resistencia al corte del suelo parcialmente saturado:

 S − S r  
τ = c′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w )   tan φ′ (2.34)
 1 − S r  

 θ − θr  
τ = c′ + (σn − u a ) tan φ ′ + (u a − u w )   tan φ′ (2.35)
 θ s − θr  

Se puede observar que la ecuación (2.34) es solución de la ecuación (2.28) (con el valor de
κ=1), y que la ecuación (2.35) se obtiene por sustitución de (2.11) en (2.34).

La ecuación (2.32) se conoce en la literatura como “primer método”, y las ecuaciones


(2.34) y (2.35) se conocen como “segundo método”, del criterio empírico de resistencia de
la Universidad de Saskatchewan (Fredlund et al. 1999).

Este criterio ha sido probado en todos los rangos de succión, con buen ajuste a los valores
de resistencia obtenidos por medición directa de las variables de estado de esfuerzos
(Vanapalli 2001, Vanapalli & Fredlund 2000, Nishimura & Fredlund 2000), incluso en el
caso donde se tienen valores de succión mucho más altos que el valor residual (Vanapalli et
al. 2000).

2.7.2 Ecuación de Öberg & Sällfors (1995).

Esta propuesta se basa en el enfoque de esfuerzos efectivos de Bishop (1959) (Ec. 2.20):

σ' = (σn − u a ) + χ ( u a − u w )

Los autores establecen como hipótesis que el parámetro χ expresa la relación del área de
los poros que es ocupada por agua:
Adw
χ= (2.36)
Atw

27
Donde, Atw = área total de poros, equivalente al área de agua en el suelo completamente
saturado, y Adw = área de agua en los poros para cualquier grado de saturación.

Por otra parte, si se asume válido sustituir los volúmenes por las áreas correspondientes, el
grado de saturación (Ec. 2.4) puede ser escrito en términos de las áreas de agua y de los
poros de la siguiente forma:

Adw
S= (2.37)
Atw

Basados en la observación del comportamiento experimental del parámetro χ respecto al


grado de saturación S (ver por ejemplo la Figura 6), Öberg & Sällfors (1995) concluyeron
que este parámetro puede ser representado por el grado de saturación S, en materiales no
arcillosos y con grado de saturación mayor de 50%.

De la ecuación (2.22), se obtiene el siguiente criterio empírico de resistencia al corte:

τ = c′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ){(S ) tan φ′} (2.38)

Se nota por comparación de las ecuaciones (2.32) y (2.38), que la hipótesis de este modelo
equivale a suponer que existe la relación uno a uno entre la cantidad aw y el grado de
saturación S, en el modelo de la Universidad de Saskatchewan.

2.7.3 Ecuación de Khalili & Khabbaz (1998).

Los autores utilizaron la ecuación (2.22) para describir la resistencia cuando se alcanza la
condición saturada del suelo parcialmente saturado, en el punto en que la presión de agua
iguala el valor de la presión de aire en los poros uw = ua , :

τ = c′ + (σn − u a ) tan φ ′ (2.39)

La diferencia entre la resistencia al corte en condición saturada y la resistencia al corte del


suelo parcialmente saturado, representa la contribución de la succión a la resistencia al
corte del suelo τus, que se escribe de la siguiente forma:

τus
χ=
(u a − u w ) tan φ′ (2.40)

28
Con base en datos experimentales de resistencia al corte de diferentes suelos parcialmente
saturados, Khalili & Khabbaz (1998) encontraron una relación única entre la succión
matricial normalizada y los valores del parámetro χ , dada por la ecuación de ajuste:

 (u − u w ) 
−0.55

χ=  a  (2.41)
 (u a − u w ) b 

Donde, (ua – uw) = succión matricial; y (ua – uw)b = valor de entrada de aire. El parámetro
exponente en (2.41) oscila entre -0.40 para suelos arcillosos y -0.65 para suelos arenosos.

Reemplazando (2.41) en (2.22) se obtiene el criterio de resistencia al corte:

  (u − u )  −0 .55 
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w )  a w
 tan φ′  (2.42)
  (u a − u w )b  

2.7.4 Ecuación de Rassam & Cook (2002).

Este modelo pertenece al segundo tipo, ya que no conserva la misma forma de los criterios
de resistencia básicos. El modelo es una ecuación potencial aditiva, generada a partir de la
ecuación de resistencia al corte (2.23), utilizando para ello un programa de computador con
capacidad de producir el modelo y hacer el ajuste de datos de manera automática (Rassam
& Williams 1999). Este modelo tiene como atractivo que solo requiere una prueba de
resistencia al corte para definir la envolvente de resistencia. La contribución de la succión
en la resistencia al corte está dada por la siguiente expresión:

 [(u a − u w ) − (u a − u w )b ]β  ′
τus = (u a − u w ) − ϕ  tan φ (2.43)
 tan φ′ 

donde, τus = componente de la resistencia al corte aportada por la succión; (ua – uw) =
succión matricial; (ua – uw)b = valor de entrada de aire; ϕ , β son parámetros de ajuste.

Mediante la interpretación de la relación entre la curva de retención de humedad y la


resistencia al corte del suelo, se fijaron las siguientes condiciones de frontera:

29
si (u a − u w ) = (u a − u w )b ⇒ tan φ b = tan φ ′
dτus
si (u a − u w ) = (u a − u w )r ⇒ =0
d (u a − u w )

La segunda condición supone que la resistencia alcanza el valor máximo al llegar a la


saturación residual.

Resolviendo (2.43) se determina el valor de las constantes de ajuste:

tan φ′ [(u a − u w ) r − (u a − u w ) b ]
β=
(u a − u w )r tan φ′ − τ sr (2.44)

(u a − u w )r tan φ′ − τ sr
ϕ=
[(u a − u w )r − (u a − u w )b ]β (2.45)

donde, (ua – uw)r = valor de la succión en el punto de saturación residual; (ua – uw)b = valor
de entrada de aire; y τsr = resistencia al corte bajo condición de saturación residual. La
ecuación completa de Rassam & Cook (2002), que modela la resistencia del suelo
parcialmente saturado hasta el punto de saturación residual, se escribe como:

τ = c ′ + (σn − u a ) tan φ ′ + τus (2.46)

donde, τus = componente de la resistencia al corte aportada por la succión, dada por la
ecuación (2.43). Para aplicar este modelo solo se requiere conocer las características de la
curva de retenc ión de humedad, y la resistencia al corte del suelo en el punto de saturación
residual.

En la Tabla 2 se resumen los factores de crecimiento que multiplican el tercer término del
lado derecho de la ecuación de la envolvente de resistencia de Fredlund & Morgernstern
(1978) (ecuación 2.23), y que expresan la contribución de la succión en la resistencia al
corte en los diferentes modelos presentados.

30
Tabla 2. Factor de crecimiento de la resistencia al corte respecto a la succión (tan φb ) en
diferentes ecuaciones empíricas.

tanφb Referencia

(Θ)κ tan φ′ (primer método) Vanapalli et al. 1996


κ
 S − Sr  Vanapalli et al. 1996
  tan φ′ κ =1
 1 − Sr  (segundo método)
κ
 θ − θr  Vanapalli et al. 1996
  tan φ′ κ =1
 θS − θr  (segundo método)
(S ) tan φ′ Öberg & Sällfors (1995)
−0.55
 (u a − u w )  Khalili & Khabbaz (1998)
  tan φ′
(
 au − u )
w b 

 [(u a − u w ) − (u a − u w )b ]β  tan φ′ Rassam & Cook (2002)


(u a − u w ) − ϕ 
 tan φ ′  (u a − u w )

31
3. MUESTREO Y DESCRIPCIÓN DE LOS SUELOS UTILIZADOS EN EL
PRESENTE ESTUDIO

3.1. LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA

Los suelos utilizados en el presente estudio se tomaron del campus de la Universidad del
Quindío, en la ciudad de Armenia, Departamento del Quindío (Colombia), en la posición
geográfica de latitud 4º 30.4’ norte y longitud 75º 37.5’ oeste. (Figura 11).

Figura 11. Mapa del Departamento del Quindío.

32
La ciudad de Armenia se encuentra en un gran valle que se ha denominado geológicamente
como Glacis del Quindío, conformado por colinas suaves y redondeadas que alcanzan
altura promedio de 30 m sobre los lechos de los canales de drenaje y corrientes de agua. El
Glacis forma un valle suavemente inclinado, con altitudes entre 1200 y 1800 m sobre el
nivel del mar.

La ciudad de Armenia presenta altitud promedio 1450 m sobre el nivel del mar,
temperatura media de 23ºC, y precipitación promedio anual de 3000 mm. El campo de la
Universidad del Quindío, donde se realizó el muestreo de suelos, se encuentra a la altitud
de 1500 m.

3.2. GEOLOGÍA

En la recopilación del conocimiento sobre la geología regional y local, realizada por


Sandoval (2001), se encontró que la región del Quindío se localiza sobre el depósito
conformado por intercalaciones de cenizas volcánicas, flujos piroclásticos y laháricos, y
materiales fluvio-torrenciales, aluviales y glaciales, que se acomodan sobre rocas
metamórficas, ígneas y sedimentarias, plegadas y fracturadas. Este depósito cubre 600 km2
de área, de la cual el 35% se encuentra dentro del Departamento del Quindío.

La formación del depósito se atribuye al periodo Terciario, cuando se depositaron


alternadamente flujos piroclásticos, lahares, y acumulaciones fluviales y glaciales, debido a
la actividad volcánica de la Cordillera Central. Por la descongelación de casquetes glaciares
durante el Plioceno-Pleistoceno, se produjeron lahares que descendieron por los valles de
los ríos Quindío y Consota. En el Cuaternario se presentaron flujos piroclásticos y se
formaron depósitos volcano-clásticos. Cerca a los volc anes, cubriendo formaciones más
antiguas, hay flujos lávicos andesíticos, intercalados con flujos de lodo, y cubiertos por
depósitos piroclásticos.

En esta región está la ciudad de Armenia, asentada sobre flujos piroclásticos, lahares, y
flujos de lodos y escombros. En la zona, la secuencia de caída de cenizas volcánicas tiene
espesor de 15 a 20 metros, y se encuentra depositada en posición subhorizontal, o
moldeando la topografía subyacente, sobre el basamento cuaternario constituido por los
flujos de lodo. Dunoyer y Aguirre (1997) (en Sandoval 2001) realizaron la caracterización
macroscópica de la secuencia de cenizas de la ciudad de Armenia, la cual se muestra en la
Figura 12.

La composición de las cenizas volcánicas es andesítica, variando en algunos casos a


composición más ácida. La composición del magma que origina estos depósitos es de tipo

33
dacítico, aunque localmente se han identificado rocas de composición andesítica y
andesítico-basáltica, en capas ubicadas hacia la base de la secuencia de cenizas.

Figura 12. Columna estratigráfica de la secuencia de cenizas en la ciudad de Armenia.


(Dunoyer & Aguirre 1997 en Sandoval 2001).

34
3.3. MUESTREO

Para realizar el estudio se seleccionó un área de muestreo dentro del campus de la


Universidad del Quindío, localizado en la zona norte de la ciudad de Armenia. Se
seleccionó este sitio porque posee el perfil de suelos representativo de la secuencia de
cenizas volcánicas típica de la ciudad, y porque se contó con una caracterización básica,
fruto de las prácticas académicas del Laboratorio de Mecánica de Suelos de la Universidad
del Quindío.

Una de las características de la secuencia de cenizas volcánicas de la Figura 12 es la gran


cantidad de pequeñas capas y lentes, que resultaron de repetidos eventos volcánicos, y por
eso es factible encontrar en un solo sitio la sucesión continua y alternada de texturas, desde
arena media hasta arcilla. Para seleccionar el punto de muestreo se realizó inicialmente la
inspección visual de muestras de suelo, obtenidas mediante barrenos manuales de 3.0 m de
profundidad, que cubrieron un amplio sector del campus universitario, y que tenían por
objetivo identificar un sitio en el cual existieran dos suelos con texturas diferentes, y con
propiedades mecánicas diferentes y que pudieran contrastarse.

Se buscó dentro del campus de la universidad un suelo derivado de ceniza volcánica


reciente, con textura predominante arenosa y escasa plasticidad, y un suelo derivado de
ceniza volcánica más meteorizada, o un suelo residual de lodo volcánico, con mayor
plasticidad y textura más fina. Para seleccionar los suelos se utilizó el criterio aplicado por
Giraldo et al. (1986), quienes establecieron tres grupos de suelos, en función de
características de plasticidad y tamaño de los granos, en las cuales encontraron una buena
correlación entre el límite líquido (LL) y la relación entre el índice plástico (IP) respecto al
porcentaje de arena (%>0.074mm), como se ve en la tabla siguiente.

Tabla 3. Grupos de suelos volcánicos utilizados en este estudio


(Giraldo et al. 1986)

Grupo LL (%) IP
% > 0. 074mm
1 30 – 70 0 – 0.5
2 70 – 100 0.5 – 1.0
3 90 - 150 > 1.0

Después de la identificación en el terreno, y de hacer la comprobación en el laboratorio, se


escogió un sitio en el cual los suelos se distribuían en dos de las categorías de la Tabla 3.
Algunas exploraciones del subsuelo, adelantadas hace algunos años alrededor de uno de los
edificios del campus universitario, localizado a no más de 80 m de distancia del sitio
escogido, indicaron un espesor de 15 m de cenizas volcánicas y un nivel freático a 13 m de

35
profundidad. En una perforación de exploración con barreno manual adyacente al sitio de
muestreo seleccionado, se encontró el perfil del subsuelo descrito en la Tabla 4.

Tabla 4. Descripción visual del perfil de suelos en el sitio de muestreo

Profundidad Descripción
(m)
0.0 – 1.20 LIMO arenoso (con arena fina), café amarillento claro, húmedo, con
trazas de óxidos y raicillas.

1.20 – 1.40 ARENA fina limosa, café verdosa, húmeda, con trazas de óxidos.

1.40 – 1.50 ARENA fina con algo de limo, café amarillenta, húmeda, con
abundantes trazas de óxidos.

1.50 – 3.60 ARENA fina a media limosa, café verdosa clara, húmeda, con
trazas de óxidos.

3.60 – 3.90 LIMO arenoso (con arena fina), café amarillento, húmedo, con
trazas de óxidos y raicillas.

3.90 - ARENA fina a media con algo de limo, café verdosa, húmeda, con
abundantes trazas de óxidos.

Los suelos seleccionados para el presente estudio pertenecen a la capa de limo arenoso
encontrada entre 3.60 m y 3.90 m de profundidad, y a la capa de arena limosa que se
encuentra inmediatamente por debajo de ésta. La caracterización inicial de los dos tipos de
suelos, como LIMO ARENOSO y ARENA LIMOSA, se adoptó posteriormente para
diferenciar las muestras en el trabajo experimental. Con el objeto de reducir la profundidad
de excavación necesaria para extraer las muestras, se realizaron los apiques en una terraza o
explanada adyacente al punto de exploración, situada a un nivel 2.5 m más bajo. A
comienzos del mes de septiembre de 2001, se excavaron dos apiques de sección cuadrada
1.5 m x 1.5 m, hasta la profundidad donde se ubicaron los suelos de interés (ver la Figura
13).

Los apiques se excavaron hasta la profundidad de interés e inmediatamente se llenaron con


agua, con el fin de generar en el terreno un estado de humedad cercano al estado de
saturación. La alta permeabilidad de los materiales, obligó a repetir la inundación cada 8
horas. Pasadas las 24 horas iniciales, se comenzó la toma de muestras. La toma de muestras
se realizó en jornadas de trabajo de 8 horas, con rendimiento aproximado de una muestra

36
cada 90 minutos, tiempo que incluyó la preparación del sitio, el labrado, y el
almacenamiento. Al final de cada jornada se inundaron de nuevo los apiques.

Figura 13. Aspecto de uno de los apiques para toma de muestras.

Se obtuvieron 60 muestras de 12 cm (diámetro) x 15 cm (altura), 30 de éstas de cada tipo


de suelo. Las muestras del material natural se tallaron cuidando que las caras circulares
indicaran los planos horizontal y vertical del terreno, con el fin de controlar los efectos de
anisotropía en los ensayos. Durante el desarrollo del programa de ensayos, se verificó que
la resistencia al corte fuera evaluada sobre muestras con las caras en idéntica posición con
respecto a la posición en el terreno.

Con el fin de conservar la mayor homogeneidad posible en las características, el espesor de


la capa donde se tomaron las muestras se limitó a 30 cm en cada tipo de suelo. Con
referencia al perfil del subsuelo descrito en la Tabla 4, el LIMO ARENOSO se obtuvo de la
capa entre 3.6 m y 3.9 m, y la ARENA LIMOSA se obtuvo de la capa entre 4.0 m y 4.3 m.

Una vez pulidas las muestras, se les adicionó agua en cantidad suficiente hasta ver
exudación en las caras. Luego se envolvieron cuidadosamente con papel plástico
transparente de cocina y cinta adhesiva. El papel plástico de cocina se enrolló por lo menos
cuatro veces alrededor de cada muestra, y luego se amarró con cinta adhesiva (Figura 14).

Por último, en el laboratorio se desenvolvieron las muestras provenientes del terreno, y se


tallaron como cilindros aplanados, de 12 cm de diámetro y 5 cm de altura; así se obtuvieron
60 de estas muestras, de cada tipo de suelo. Para almacenar las muestras nuevamente se
adicionó agua, se envolvieron en cuatro capas de papel plástico de cocina, se sellaron con
cinta adhesiva, se rotularon y colocaron en recipientes térmicos de poliestireno expandido
(ver la Figura 15). Los recipientes se acomodaron en el laboratorio en un lugar protegido de
corrientes de aire.

37
Figura 14. Detalle de la preparación de muestras de suelo natural.

Figura 15. Recipientes para almacenamiento de muestras en el laboratorio.

3.4. CARACTERIZACIÓN DE LOS SUELOS UTILIZADOS EN ESTE ESTUDIO

3.4.1 Características generales.

La descomposición de cenizas volcánicas en el sitio, produce los denominados suelos


alofánicos o arcillas alófanas, que en la taxonomía de suelos de la FAO (1988) (en Malagón
et al., 1995) pertenecen al grupo de los andisoles. El concepto de andisol incluye suelos en
estado incipiente de alteración donde predomina el vidrio volcánico, o suelos con alto grado
de alteración donde predominan los minerales de bajo ordenamiento cristalino.

38
El proceso de descomposición de las cenizas volcánicas produce materiales amorfos o de
bajo ordenamiento cristalino (alófana, imogolita y óxidos de hierro amorfos), y también
silicatos laminares tipo 2:1. Cuando la alteración es avanzada, la alófana y la imogolita se
transforman en haloisita, caolinita, gibsita o arcillas tipo 2:1, y los óxidos de hierro amorfos
se convierten en goetita, que es la forma cristalina de éstos. En la formación de los
andisoles predominan los procesos de transformación mineral y son mínimos los procesos
de translocación de materiales (Henao, 2001).

Los andisoles se destacan por algunas características particulares (Henao, 2001; Malagón et
al., 1995; Uehara, 1982; Moldrup et al., 2003), entre las cuales se tienen:

• Densidades bajas, que correlacionan con el contenido de materiales amorfos.

• Malagón et al. (1995) indican que los andisoles tienen alta porosidad total y alta
macroporosidad 2 . Sin embargo, Pinzón (1992) reporta que hay una relación 1:4 de
desventaja de la macroporosidad respecto a la microporosidad en andisoles
colombianos. Moldrup et al. (2003) refieren que los andisoles poseen muy alta
porosidad total y distribución de tamaños de poros muy amplia, lo cual genera un
intervalo también amplio de poros que tienen diferentes potenciales de retención de
agua. La alta porosidad total y la microporosidad se atribuyen principalmente a que
existen poros dentro de las partículas y poros entre éstas. El conocimiento de la
distribución de tamaños de los poros, de los andisoles colombianos, es un aspecto que
tendrá que resolverse para mejorar la interpretación del comportamiento de estos suelos
en la condición parcialmente saturada.

• Alta dificultad para su dispersión, y en consecuencia dificultad para conocer su


granulometría. Debido a esto, Moldrup et al. (2003) sugieren reemplazar la
caracterización que se hace por medio de distribución de tamaños de granos por la
caracterización basada en la curva característica suelo-agua o curva de retención de
humedad, la cual está asociada a la distribución de tamaños de los poros.

• Buena capacidad de drenaje.

• Alta capacidad de retención de humedad 3 .

• Por secado al aire los andisoles se contraen irreversiblemente, y cambian


definitivamente varias de sus propiedades, como la retención de humedad, la capacidad

2
En ciencia del suelo, los poros se clasifican según el tamaño en: microporos con diámetro < 2µm;
mesoporos entre 2µm y 30µm; y macroporos > 30µm (Madero, 1998). De las Cuevas (1997) (en Colmenares,
2002), los clasifica como macroporos > 7.5µm y como microporos 7.5µm.
3
Por lo general los científicos de suelos califican esta capacidad con base en la humedad correspondiente a
una succión de 1.5 MPa.

39
de intercambio iónico y la agregación. Pinzón (1992) reporta reducciones entre 20% y
30% en el volumen de poros tras el secado.

El conocimiento de la microestructura es fundamental para comprender el comportamiento


y las propiedades que presentan los andisoles. La unidad básica de la alófana es una esfera
hueca de 50 Å (Uehara, 1982). Las esferas de alófana se enlazan fuertemente, conformando
dominios4 o micro-agregados con diámetro entre 0.01 y 1 µm, y a su vez los dominios se
enlazan débilmente, formando racimos (clusters) de tamaño entre 1 y 100 µm. Estos
agregados pueden estar unidos por puentes serpenteantes de imogolita (Wesley, 2001) o de
haloisita (González de Vallejo et al., 1981, en Mitchell & Sitar, 1982).

Sandoval (2001) estudió la microestructura de andisoles de la región del Quindío. En la


imagen de la Figura 16, tomada de dicho estudio, se presenta uno de los suelos en los que
ese autor hace notar la presencia de aglomerados y la alta microporosidad.

Figura 16. Imagen de microscopio electrónico (ESEM) de un andisol.


(de Sandoval, 2001)

Las esferas de alófana tienen capacidad de almacenar humedad interna, y lo mismo sucede
con los espacios entre dominios y racimos. La humedad dentro de las esferas de alófana y
de los dominios, puede conservarse firmemente adherida durante un proceso de
deformación, pero puede emerger y volverse parte de las mediciones de la humedad cuando
se determinan los límites de plasticidad por amasado (Rao, 1995). Esto podría ayudar a
entender la relación que hay entre el tiempo de amasado y la pérdida de consistencia de
estos suelos, así como la discrepancia entre la baja calificación de resistencia que puede

4
En idioma inglés, “domain” es un término físico que define una estructura de átomos alineados. Al parecer
fue trasladado a la micromorfología de suelos para denominar las agrupaciones de unidades básicas.

40
obtenerse con los sistemas tradicionales de clasificación de suelos y la resistencia
relativamente alta obtenida en realidad.

Los efectos del secado constituyen otro de los aspectos que se deben considerar al momento
de evaluar las propiedades de los andisoles y los sue los que contienen haloisita. Este
proceso puede producir varios efectos como: formación de agregados, cementación por
sesquióxidos, y pérdida de agua de minerales arcillosos hidratados. El último efecto se tiene
en el caso de la haloisita, la cual se trans forma en meta-haloisita de manera irreversible. El
secado al aire puede causar la agregación casi total de las partículas arcillosas en tamaños
limo y arena, y la pérdida total de la plasticidad (Mitchell & Sitar 1982).

3.4.2 Características de la muestra de suelo en estudio.

Los ensayos para determinar las características índices se adelantaron en el Laboratorio de


Mecánica de Suelos de la Universidad del Quindío, siguiendo las normas de ensayo ASTM-
95 en sus términos generales. Sin embargo, se introdujeron algunas variantes con el fin de
hacerlos más representativos de los suelos en su condición natural, teniendo presentes las
características particulares de estos suelos que fueron descritas atrás. En todos los ensayos,
se hicieron tres pruebas para tener la medida promedio. Las condiciones de los ensayos
fueron las siguientes:

• Humedad natural. Se tomó mediante el procedimiento estándar, utilizando un horno con


termostato entre 105ºC y 110ºC durante 24 horas.

• Densidad. La densidad de suelos se determinó por pesada y medida directa de las


dimensiones de muestras con forma cilíndrica.

• Gravedad específica. Este ensayo se realizó por el método del picnómetro, utilizando
una muestra sin secado previo al aire o en el horno. Se utilizó la muestra con la
humedad natural considerando que el secado puede producir la agregación de las
partículas, lo cual dificulta la extracción de las burbujas de aire. La preparación de la
muestra se hizo mediante inundación durante 24 horas, con el fin de disolver los
terrone s de suelo. El resto del procedimiento de ensayo se siguió de la manera usual.

• Granulometría. Se estableció la distribución de tamaños de los granos en húmedo,


pasando las muestras por los tamices No.10 y No.200. A diferencia del procedimiento
convenciona l, que consiste en secar la muestra antes del lavado, en este caso se tomó
una muestra de suelo húmedo en su estado natural, se colocó en un plato y se cubrió con
agua durante 24 horas para disolver los terrones de suelo. Luego se lavó la muestra
sobre los tamices mencionados, usando un frasco para rociar el agua, y cuidando que
todo el material lavado fuera recibido en un recipiente. Terminado el lavado, se recogió
el material retenido en los tamices y el lodo pasante por el tamiz No.200. Este último se

41
dejó sedimentar y el agua en exceso se retiró con una bomba de succión.
Posteriormente, se secaron las cantidades pasantes y retenidas en los tamices.
• Límites de plasticidad. El procedimiento se ajustó a la norma, pero se utilizaron
muestras naturales, sin secado previo al aire o en el horno. Para determinar el límite
líquido se utilizó la cazuela de Casagrande.

• Límite de contracción. Este valor está influenciado por la estructura del suelo al inicio
del ensayo (Fredlund, M.D. et al., 2002). En efecto, Hobbs et al. (2000) encontraron
que los suelos de origen volcánico que contienen haloisita y minerales alofánicos,
tienen valores del límite de contracción que dependen en gran medida de la fábrica
inicial. Sin embargo, para el presente estudio, en el cual se busca únicamente la
caracterización del material, se siguió el procedimiento tradicional de ensayo, en el cual
se usan muestras remoldeadas y la inmersión en mercurio para medir los volúmenes.

Con base en la descripción visual y por tacto, y en las características físicas que se
midieron, los materiales para este estudio se designaron como ARENA LIMOSA y LIMO
ARENOSO derivados de ceniza volcánica (Tabla 5). Los suelos se ajustan a los grupos 1 y
3 respectivamente, dentro del criterio sugerido por Giraldo et al. (1986).

En estado natural, el grado de saturación de los suelos utilizados en el presente estudio


oscila desde 73% en el LIMO ARENOSO a 84% en la ARENA LIMOSA.

El suelo LIMO ARENOSO tiene 57.6% de tamaños limo y arcilla, y presenta plasticidad.
Con un valor del límite líquido LL = 103.1%, y un índice plástico IP = 26.4%, el material
se ubica por debajo de la línea A en la carta de plasticidad de Casagrande. El peso unitario
seco tiene un valor muy bajo (γd = 5.7 kN/m3 ), que se traduce en una relación de vacíos
bastante alta (e = 3.44) y representa un porcentaje de poros de 77.5%.

La ARENA LIMOSA con 25.4% de tamaños limo y arcilla, no presenta plasticidad. El


peso unitario seco tiene un valor ligeramente bajo (γd = 11.3 kN/m3 ), y la relación de vacíos
es relativamente alta (e = 1.31) con relación a la que presentaría normalmente un suelo de
textura arenosa. La porosidad natural de este material es 56.7%.

En los dos tipos de suelo se observó a simple vista la abundancia de porosidad grande o
abierta. Esta es una de las características consideradas como típicas de los andisoles. Para
ilustrar este aspecto, en la Figura 17 se presenta la cara no pulida de una muestra de la
ARENA LIMOSA, que muestra la abundante cantidad de macroporos con diámetro mayor
o igual a 0.5 mm, algunos de los cuales se unen conformando canales y cámaras.

42
Tabla 5. Características y propiedades de los suelos utilizados en este estudio

Suelo
LIMO ARENOSO ARENA LIMOSA
Característica

ARENA media a fina


Descripción visual en estado LIMO arenoso, plástico, con
limosa, no plástica,
natural trazas de óxidos y raicillas.
abundantes trazas de óxidos.
10YR - 4/4 5Y – 5/4
Color (Munsell)
café amarillento oscuro olivo
% < 2 mm 100 100

% < 0.074 mm 57.6 25.4

Peso unitario total (kN/m3 ) 11.5 16.0

Peso unitario seco (kN/m3 ) 5.7 11.3

Gravedad específica 2.58 2.66

Humedad natural (%) 97.2 41.2

Humedad volumétrica (θ) 56.5 47.5

Límite líquido (%) 103.1 NL

Límite plástico (%) 76.7 NP

Límite de contracción (%) 53.0

Relación de vacíos (e) 3.44 1.31

Porosidad (%) 77.5 56.7


Grado de saturación
72.9 83.7
en estado natural (%)

43
CAMARA

CANAL

PORO

Figura 17. Fotografía tomada con microscopio estereoscópico a una muestra de suelo AL.

44
4. ENSAYOS DE LABORATORIO

El programa de ensayos tuvo como objetivo principal la medición de la resistencia al corte


en muestras de suelo con diferentes contenidos de agua, en procesos de secado y de
humedecimiento. Con ese objetivo, se ensayaron muestras con diferentes valores de
humedad, obtenidas en un proceso de secado gradual, y también se ensayaron muestras que
primero se secaron al aire y después se humedecieron hasta una humedad dada.

Como se explicó en un capítulo anterior, los esfuerzos en los poros del suelo y la resistencia
de los suelos parcialmente saturados están controlados por la humedad. Sin embargo, como
la humedad no es una variable de estado de esfuerzos, no puede involucrarse directamente
en ecuaciones de equilibrio de esfuerzos o en ecuaciones constitutivas y, por tanto, se
requiere una herramienta que encuentre su relación con los esfuerzos en el fluido de los
poros del suelo (succión). Este programa experimental también cubre la elaboración de esas
relaciones entre humedad-succión o curvas de retención de humedad.

4.1. ENSAYOS PARA MEDIR LA SUCCIÓN

4.1.1 Ensayos individuales de medición de la succión.

Las mediciones de succión se realizaron mediante la técnica del papel de filtro, siguiendo el
procedimiento sugerido por Ridley (1995) (en Melgarejo et al., 2002), el cual ha sido
practicado en la Universidad Nacional de Colombia, y antes en el Imperial College de
Londres, por el Profesor Julio E. Colmenares (Colmenares, 2002).

Para la medición de la succión por contacto entre el papel de filtro y el suelo, se utilizó un
ensamblaje de dos discos de material acrílico, colocados a manera de sándwich encerrando
un espécimen de suelo con forma de plato (Figura 18). El espécimen de suelo y el papel de
filtro se mantuvieron en contacto mediante la presión suave ejercida por los discos de
material acrílico. El ensamblaje se aisló con láminas de plástico, y se colocó en un
ambiente de temperatura controlada durante una semana, con el fin de permitir el equilibrio
entre el papel de filtro y el suelo. Cumplido el tiempo para el equilibrio entre papel y suelo,
el procedimiento consistió en medir la humedad del papel de filtro, y convertir ésta en un

45
valor de succión mediante una ecuación de calibración del papel. Se utilizó papel de filtro
Schleiche r & Schuell No.589 Ashless Ref. 300108, y la ecuación de calibración de
McQueen & Miller (1968) (en Fredlund & Rahardjo 1993). En el procedimiento se midió el
volumen de las muestras, con el fin de obtener los valores de la humedad volumétrica y el
grado de saturación correspondientes a cada valor de la succión. El procedimiento de
medición se describe en detalle en el Anexo A.

disco de
acrílico

h=2cm ⇒
d=10cm
PROBETA disco de
DE SUELO acrílico

Figura 18. Ensamblaje para la medición de succión por contacto con papel de filtro.

La probeta de suelo y el papel de filtro deben conservarse en ambiente de temperatura


controlada (±1ºC) durante una semana (7 días) con el fin de equilibrar la succión entre
ambos. Para cumplir este requisito se utilizaron recipientes térmicos de poliestireno
expandido, en sustitución de un cuarto de temperatura controlada que no estaba disponible.
Con el fin de revisar la eficacia de los recipientes térmicos, se introdujo un termómetro de
máximos y mínimos dentro de un recipiente de doble pared (un recipiente dentro de otro de
mayor tamaño), el cual se almacenó en la bodega del laboratorio, protegido de las
corrientes de aire y alejado de las paredes exteriores. Las lecturas de temperatura dentro de
las cajas y en la bodega, y la variación de éstas se registraron durante dos meses. Se
observó que la temperatura, tanto en la bodega como en el interior de los recipientes,
cambió con el paso de las semanas, probablemente siguiendo la variación climática de la
región. Sin embargo, la variación de la temperatura dentro de los recipientes no superó el
intervalo de ±1ºC dentro de periodos de 7 días, con lo cual se comprobó la condición dada
antes.

4.1.2 Elaboración de curvas de retención de humedad.

Las curvas de retención de humedad, en secado y humedecimiento, se construyeron


utilizando el método del papel de filtro, en muestras inalteradas obtenidas mediante labrado
de bloques de suelo. En total se construyeron cuatro curvas de retención de humedad: dos

46
curvas de Limo Arenoso (LA) 5 , correspondientes a secado y humedecimiento, y dos curvas
de Arena Limosa (AL), también en secado y humedecimiento. Para elaborar cada curva se
usaron tres muestras diferentes de cada tipo de suelo. Las muestras no se sometieron a
cargas de consolidación antes de los ensayos, y tampoco se les aplicó esfuerzo exterior en
el transcurso de éstos.

Como paso preliminar a los ensayos programados, se prepararon muestras de cada tipo de
suelo, de 10 cm de diámetro y 2 cm de altura, las cuales se dejaron secar al aire en el
ambiente de laboratorio, con el objeto de encontrar lo siguiente:

a) Los valores del contenido de agua en el estado seco al aire.


b) La magnitud de la reducción de volumen por secado, con relación al volumen inicial de
cada tipo de suelo.
c) El tiempo necesario para el secado completo al aire, establecido como el tiempo en el
cual no se produjo una variación mayor de 0.05 g entre pesajes consecutivos de la
muestra realizados cada 24 horas.

Estas muestras se colocaron en una mesa, apoyadas sobre el canto de 2 cm, buscando que la
exposición al aire fuera similar por todas las caras. Para reducir la fricción, y por
consiguiente la fisuración debida a diferencias de tensión en el borde, se colocaron sobre
una lámina de papel plástico de cocina que cumplió la función de superficie lubricante. En
ambos tipos de suelo se alcanzó el secado al aire en un periodo cercano a 20 días (ver la
Figura 19), bajo la humedad relativa del laboratorio que osciló siempre entre 60 y 80%. La
humedad relativa se midió mediante un higrómetro digital con memoria de máximos y
mínimos (RadioShack, modelo 63-1032).

El proceso de secado produjo el agrietamiento severo de la superficie y el canto de las


muestras de Limo Arenoso (LA), acompañado de la reducción apreciable del volumen. Las
muestras de Arena Limosa (AL) no presentaron fisuración ni reducción de volumen
importante.

5
Los especimenes de los dos tipos de suelo en estudio se han designado mediante las palabras clave: LA, para
el Limo Arenoso, y AL, para la Arena Limosa.

47
1

0.8

0.6

FECHA: 16-10-2001
0.4

0.2

0
0 5 10 15 20 25
Tiempo (días)

Figura 19. Variación de la humedad por secado al aire de una muestra del Limo Arenoso.

En la construcción de las curvas de retención de humedad, en proceso de secado, se


utilizaron las muestras de suelo preparadas durante el muestreo, las cuales se habían
humedecido con el objeto de mantenerlas en condición cercana a la saturación. Cada
espécimen se labró para darle forma de cilindro aplanado, de 12 cm de diámetro y 2.5 cm
de altura aproximadamente. Las muestras se humedecieron con atomizador, hasta el punto
en el cual se observó exudación, y luego se envolvieron en láminas de papel plástico y se
dejaron curar durante 24 horas en ambiente de temperatura constante 23ºC (±1ºC). Después
del curado se redujo el diámetro a 10 cm, para ajustar las muestras al diámetro de los discos
de acrílico utilizados en la medición de la succión, y se registraron las dimensiones y la
masa actuales. Con el material sobrante de la reducción del diámetro se determinó la
humedad de inicio, necesaria para tener el control en el desarrollo de la curva de retención
de humedad. Inmediatamente se hizo el montaje para medir la succión, atendiendo el
procedimiento detallado en el numeral anterior.

Para definir los siguientes puntos de la curva de retención de humedad, en el proceso de


secado, se escogieron algunos valores del contenido de agua, bajo el criterio de configurar
la curva con un mínimo de doce puntos de equilibrio humedad-succió n, repartidos en el
intervalo comprendido entre la humedad de inicio, cerca de la saturación completa, y el
estado seco al aire. En este proceso, fue preciso conocer el valor de la masa húmeda del
espécimen para cada punto escogido de humedad, y para esto fue necesario estimar la masa
de sólidos de cada espécimen, mediante la expresión:

Mi
MS = (4.1)
1 + wi
Donde, MS = masa seca; Mi = masa húmeda inicial; y wi = contenido de agua medido
durante el montaje inicial. El valor de la masa húmeda inicial es el correspondiente a la
medición realizada durante el montaje inicial del espécimen, para la primera lectura de

48
succión. Conociendo el valor de la masa seca (estimada), se puede calcular la masa húmeda
que debe tener el espécimen para cada valor escogido de la humedad mediante la ecuación:

(
M H = M S 1 + wf ) (4.2)

Donde, MH = masa húmeda del espécimen para hacer el montaje de la siguiente medida de
succión; y wf = contenido de agua final o deseado en el espécimen.

Una vez definido el contenido de agua que debía tener cada punto humedad-succión, y con
el valor correspondiente de la masa húmeda ya calculado, las muestras se envolvieron en
una lámina de papel plástico de cocina, la cual se dejó un poco suelta para permitir la
entrada del aire. En esta condición se dejó secar suavemente cada espécimen, en el
ambiente de laboratorio, hasta que la masa húmeda alcanzó el valor calculado. En general,
el tiempo de secado de cada espécimen osciló entre 1 y 4 semanas para llegar al siguiente
valor de humedad. Este proceso se repitió para cada valor de humedad escogido, midiendo
cada vez la succión, las dimensiones, y la masa de las muestras. El proceso de construcción
de la curva de retención de humedad se detuvo cuando las muestras llegaron al valor de
humedad del suelo seco al aire que se había determinado con anticipación.

En las Tablas B1 y B2 (del Anexo B) y en la Figura 20 se presentan los valores de humedad


y succión de la totalidad de muestras ensayadas de Limo Arenoso (LA) y Arena Limosa
(AL), en proceso de secado.

La segunda parte de este proceso experimental consistió en la elaboración de las curvas de


retención de humedad en proceso de humedecimiento. Para esto, se prepararon muestras de
suelo, secas al aire, en ambiente de laboratorio, labradas en forma de plato de 12 cm de
diámetro y 3 cm de espesor aproximadamente, obtenidas a partir de muestras que tenían la
humedad original de muestreo. Para asignar estas dimensiones se tuvo en cuenta la
reducción de volumen durante el secado, para que al final se obtuvieran los mismos 10 cm
de diámetro que tienen los discos de acrílico utilizados en la medición de la succión. Las
muestras se envolvieron en una lámina de papel plástico de cocina, ligeramente suelta para
permitir la entrada del aire, y se expusieron al ambiente de laboratorio (apoyadas sobre su
canto), en proceso que se prolongó hasta obtener el valor de la masa constante.

Al cabo de 4 a 6 semanas se obtuvieron muestras secas al aire de suelo AL en buen estado,


con escasas fisuras, poca reducción de volumen, y con alta resistencia en seco, que
pudieron manipularse y labrarse con facilidad. Con las muestras de suelo LA sucedió algo
diferente, ya que al final del proceso de secado se encontraban prácticamente desintegradas
debido a la excesiva fisuración, y exhibían muy baja resistencia en seco.

49
120

100

80
LA

w% 60

40
AL

20

0
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)

Figura 20. Mediciones humedad-succión en secado


(LA = limo arenoso, AL = arena limosa).

La desintegración de las muestras de Limo Arenoso (LA), obligó a probar con este suelo
otros dos procedimientos de secado al aire. Primero se probó un método que garantizaba el
secado más suave, utilizando dos capas de papel plástico de cocina para envolver las
muestras, durante dos meses de exposición al ambiente de laboratorio. No obstante, al final
también se obtuvieron muestras desintegradas por efecto de la fisuración. Finalmente, se
probó el secado dentro de un recipiente térmico de doble pared (un recipiente dentro de
otro), el cual se almacenó en una bodega del laboratorio, protegido de las corrientes de aire
y alejado de las paredes exteriores. En este recipiente se colocaron los especimenes,
envueltos firmemente en dos capas de papel plástico de cocina. Estas muestras se dejaron
secar en ese ambiente durante seis meses, al cabo de los cuales se pudieron recuperar
solamente dos de éstas, con la integridad suficiente para ejecutar las mediciones de succión,
aunque persistieron las fisuras y la friabilidad.

Después de tener las muestras de LA y AL, en estado seco al aire, se redujeron sus
diámetros a 10 cm, y se midieron las dimensiones y la masa de cada una. Con el material
sobrante de la reducción del diámetro se midió la humedad de inicio del proceso, y
enseguida se hizo el montaje para medir la succión en este estado, para determinar el primer
punto de la curva de retención de humedad en proceso de humedecimiento. Con el criterio
de conformar la curva con el número mínimo de doce puntos de humedad-succión, se
escogieron los contenidos de agua para los puntos restantes, y se calculó la masa húmeda
correspondiente mediante las ecuaciones (4.1) y (4.2). Para alcanzar la masa húmeda
deseada en cada punto, se utilizó el siguiente procedimiento:

• Se calculó la cantidad de agua necesaria para alcanzar el valor deseado de humedad de


cada espécimen.
• La cantidad de agua por adicionar se dividió en dos partes iguales.

50
• Usando un frasco volumétrico con gotero, se adicionó una de las partes de agua,
aplicando gotas de agua uniformemente repartidas en la circunferencia o canto de cada
espécimen.
• Se envolvieron las muestras en dos capas de papel plástico de cocina y se introdujeron
en un recipiente de temperatura constante durante 24 horas, con el fin de homogenizar
la humedad.
• Se repitió la adición y homogenización de la humedad con la segunda parte de agua.
• Terminada la adición de agua y alcanzada la masa húmeda deseada, se continuó el
montaje para la siguiente medición de la succión.

Al finalizar cada ensayo para medir la succión, se calculó la diferencia de humedad entre el
papel de filtro de la cara superior y el papel de la cara inferior de las muestras. La
comparación de estos dos valores de humedad, durante la elaboración de las curvas de
retención en humedecimiento, permitió validar el procedimiento de adición de agua, pues
se advirtieron valores similares de la humedad del papel en las dos caras de cada muestra.
El promedio de las diferencias de humedad entre los dos papeles de filtro de una probeta,
para la totalidad de las muestras ensayadas, dio los resultados siguientes: 2.8% y 2.1%, en
muestras de suelo LA en humedecimiento y secado respectivamente y, 1.5% y 1.4%, en
muestras de suelo AL en humedecimiento y secado respectivamente.

En las Tablas B3 y B4 (del Anexo B) y en la Figura 21 se presentan los valores humedad-


succión de la totalidad de especimenes, LA y AL, en proceso de humedecimiento. Se
observa que las muestras de suelo LA en humedecimiento pasaron rápidamente desde el
estado seco al aire (succión 29.6 MPa) hasta un valor relativamente pequeño de la succión
(0.2 MPa), con muy pocas mediciones intermedias. Este salto de humedad fue necesario, ya
que las muestras con escasa humedad se degradaron rápidamente con la manipulación. Con
la adición de agua en cantidad suficiente, el manejo fue más fácil y disminuyó el
desprendimiento de partículas.
80

LA
60
w%

40

AL
20

0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)

Figura 21. Mediciones humedad-succión en humedecimiento


(LA = limo arenoso, AL = arena limosa).

51
4.2. ENSAYOS PARA MEDIR LA RESISTENCIA AL CORTE

4.2.1 Preparación de muestras para ensayos de resistencia.

Con base en valores escogidos de la succión, inicialmente se definió el número de puntos


de ensayo de humedad-resistencia y los valores del contenido de agua de cada punto 6 . El
número de puntos de ensayo se escogió de forma que representaran valores de succión en
todo el intervalo de mediciones llevadas a cabo para elaborar las curvas de retención de
humedad. Con este criterio se definieron cinco puntos de ensayo para proceso de secado y
tres puntos para proceso de humedecimiento, adicionales a los puntos de ensayo en la
condición saturada (muestra inundada), la condición seca al aire, y la condición saturada
después del secado al aire.

Las muestras de suelo que habían sido humedecidas y almacenadas durante la actividad de
muestreo, se labraron con forma de poliedro de 80 mm x 80 mm x 40 mm (Figura 22), con
el fin de aproximarlos a las dimensiones de la cámara del aparato de corte directo. Todas
las muestras se humedecieron de nuevo usando un atomizador, luego se envolvieron en
láminas de papel plástico, y se dejaron curar durante 24 horas en recipientes de temperatura
constante 23ºC (±1ºC). Algunas de estas muestras se destinaron para ensayos de corte
directo en condición inundada, por tanto se envolvieron en capas adicionales de papel
plástico de cocina, se sellaron con cinta adhesiva y se almacenaron nuevamente en
recipientes de temperatura constante.

Figura 22. Muestras de suelo para los ensayos de corte directo.

6
Cada punto está representado por un espécimen de ensayo.

52
Las muestras para ensayos de corte directo se secaron al aire y se humedecieron siguiendo
un procedimiento igual al utilizado con las muestras utilizadas para la elaboración de las
curvas de retención de humedad. Las muestras para ensayos en proceso de secado se
colocaron en el ambiente de laboratorio, envueltas en una lámina de papel plástico, hasta
que se obtuvo la masa húmeda correspondiente al valor de succión escogido. Las muestras
para ensayos en proceso de humedecimiento se secaron envueltas en papel plástico dentro
de recipientes térmicos, y luego se les adicionó el agua en la cantidad calculada y
homogenizó su humedad, tal como se hizo con las muestras en las mediciones de la
succión, explicado detalladamente en el numeral 4.1.

4.2.2 Ensayos de corte directo.

Se programaron ensayos convencionales de corte directo, para evaluar la resistencia del


suelo con diferentes contenidos de agua, en procesos de secado y humedecimiento.

Se utilizó una máquina de corte que no permite ningún tipo de control de la succión en las
muestras de ensayo, de sección cuadrada de 50 mm x 50 mm con espesor de 18 mm. La
máquina utilizada tiene capacidad para aplicar esfuerzos verticales hasta 150 kPa, y
velocidad mínima de desplazamiento horizontal igual a 0.50 mm/min (ver la Figura 23).

Los ensayos de corte directo se hicieron bajo esfuerzos normales de 12, 50 y 150 kPa,
aplicados sobre un plano paralelo a la superficie del terreno. Con cada valor del esfuerzo
normal se ensayaron muestras en las siguientes condiciones de humedad:

• Condición 1: Condición inundada (casi saturada), en muestras con la humedad original


de muestreo, sumergidas en agua durante el ensayo.
• Condición 2: Condición inundada (casi saturada), en muestras secas al aire, sumergidas
en agua durante el ensayo.
• Condición 3: Condición seca al aire.
• Condición 4: Condición parcialmente saturada, de muestras en estado casi saturado que
fueron expuestas al aire, hasta alcanzar un valor de humedad previamente escogido con
base en relaciones humedad-succión.
• Condición 5: Condición parcialmente saturada, de muestras secas al aire que fueron
humedecidas, hasta obtener un valor de humedad previamente determinado con base en
relaciones humedad-succión.

En la Tabla 6 se resumen las condiciones de los ensayos de corte directo.

53
Figura 23. Máquina de corte directo utilizada para los ensayos.

En las muestras en condición parcialmente saturada, el control de la humedad deseada se


hizo con base en la medida de la masa húmeda (de la ecuación 4.2) de las muestras de 80
mm x 80 mm x 40 mm, antes de ajustarlas al tamaño de la cámara de corte directo (50 mm
x 50 mm x 18 mm). Con el objeto de evitar las pérdidas de humedad debido a la exposición
al ambiente durante el labrado, se controló el tiempo entre labrado y montaje del espécimen
para que no excediera de 60 minutos. Mediante este control y el procedimiento de secado y
humedecimiento adoptado, se alcanzaron humedades finales en los ensayos de resistencia
bastante cercanas a las humedades proyectadas (r=0.996), como se observa en la Figura 24.

Con las muestras en la condición deseada, se hizo la consolidación bajo el valor de esfuerzo
normal seleccionado (12, 50 o 150 kPa). La consolidación se desarrolló en tres pasos,
aplicando fracciones del esfuerzo normal total, de tal manera que cada paso siguiente
duplicó el esfuerzo del paso anterior. En el ensayo de las muestras en condición casi
saturada, la inundación de la cámara de ensayo se produjo después del primer paso de carga
normal (14% del esfuerzo normal). En el proceso de saturación no se presentó asentamiento
por colapso en ninguna de las muestras. El tiempo para lograr el 90% de la consolidación
en muy pocos casos superó los 20 minutos, para esfuerzo normal de 150 kPa, y los 10
minutos, para esfuerzos de 50 o 12 kPa. Sandoval (2001) reportó tiempos similares en
ensayos de consolidación de los suelos de la zona de estudio.

Después de consolidar las muestras se aplicó la carga de corte, hasta llegar a un


desplazamiento horizontal de 8 mm, a velocidad promedio de 0.5 mm/min. Tanto el
desplazamiento máximo como la velocidad mínima corresponden a los límites del equipo
disponible.

54
El tiempo total de ensayo, transcurrido entre el labrado del espécimen y la medición de la
humedad al final, se mantuvo alrededor de dos horas.

100

80

w obtenida

60

40

20 secado
humedecim.

0
0 20 40 60 80 100

w calculada

Figura 24. Relación entre humedad calculada y obtenida en los ensayos de corte directo.

Con la humedad gravimétrica medida al final del ensayo y con las dimensiones de cada
espécimen se calculó la densidad seca y la humedad volumétrica. El volumen del
espécimen se calculó al final de la consolidación, con base en las dimensiones iniciales
corregidas por deformación vertical. En los ensayos en condición casi saturada sólo se
obtuvo la humedad gravimétrica al final, debido a la dificultad para medir la masa del
espécimen en el momento de la inundación de la cámara de corte directo.

En el Anexo C se presenta el resumen de los resultados de resistencia cortante pico y


resistencia cortante pospico, y los valores de humedad final de todos los ensayos. La
resistencia cortante pospico se estimó como el promedio de la resistencia en la meseta de la
curva esfuerzo cortante-desplazamiento horizontal, después del pico de resistencia.

55
Tabla 6. Condiciones de esfuerzo y humedad en los ensayos de resistencia al corte.

σ Humedad proyectada (w) en el ensayo


Muestra normal
kPa En proceso de En proceso de
secado humedecimiento
Condición 1 Condición 3
Condición 4: Condición 5:
12 30%
95%
LA 50 36%
89%
150 40%
85%
69%
44% Condición 2
Condición 1 Condición 3
Condición 4: Condición 5:
12 11%
36%
50 15%
AL 25%
150 36%
20%
15%
11% Condición 2

56
5. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

5.1. CURVAS DE RETENCIÓN DE HUMEDAD

Con el fin de obtener las curvas de retención de humedad de los suelos LA y AL, se realizó
el ajuste matemático de los valores experimentales de humedad y succión, utilizando el
modelo propuesto por Fredlund & Xing (1994). La siguiente es la ecuación que representa
la curva de retención de humedad:

ln ( 1 + ψ ψr )  
m
 1 
θ = θs 1 − 
[ ]
n 
(5.1)
 ln [ 1 + (1000 ψr ) ]  ln e + (ψ a ) 

Donde, θ = contenido de agua volumétrico; θS = contenido de agua volumétrico de


saturación; e = base de los logaritmos naturales; ψ = succión en MPa; ψr = succión
correspondiente al contenido de agua residual, en MPa; a, n y m son parámetros de ajuste.

La ecuación anterior también se escribe en términos de la humedad gravimétrica (w) y del


grado de saturación (S), haciendo el reemplazo de las variables θ y θS por sus equivalentes:
w y ws para humedad gravimétrica, o también, S y 1 para grado de saturación. Los términos
segundo y tercero del lado derecho de la ecuación (5.1) se conservan iguales,
independientes de la variable de humedad utilizada. Este modelo se aplicó a las curvas de
retención de humedad en procesos de secado y humedecimiento.

En la Tabla 7, y las Figuras 25 y 26, se presentan los parámetros y las curvas que resultaron
del ajuste matemático llevado a cabo por el método de los mínimos cuadrados. Los
parámetros del modelo: a, m y n, se determinaron sin tener en cuenta su posible significado
físico; solamente se consideró la mejor representación de los datos. Este mismo criterio se
aplicó al escoger el valor de ψr, el cual se tomó como constante igual a 25 MPa, valor
cercano a la succión en el estado seco al aire, la cual fue registrada como 29.6 MPa en el
limo arenoso (LA) y 26.2 MPa en la arena limosa (AL). Este procedimiento está basado en
el trabajo de Vanapalli et al. (1998), quienes sugieren determinar inicialmente todos los
parámetros del modelo según el mejor ajuste a los datos experimentales y, posteriormente,
mediante una técnica gráfica, encontrar los dos puntos característicos de la curva de
retención de humedad: el valor de entrada de aire (ua – uw)b y la succión residual (ψr ). La

57
humedad de saturación θS (promedio de cada tipo de suelo) se estimó a partir de la
porosidad máxima alcanzada por cada espécimen, suponiendo el llenado con agua de todos
los poros. Mediante la ecuación (2.11), se calcularon los valores de humedad de saturación
dados en la Tabla 7.

En las Figuras 25c y 26c, se observa que las curvas de retención de secado inician en un
grado de saturación menor que 100%. Hay limitaciones experimentales de la técnica de
medición de succión con papel de filtro, que impiden iniciar la curva de retención a partir
del suelo saturado. Esta situación se hace más difícil en los suelos de este estudio, debido a
la presencia de canales de macroporos, como se mencionó en el numeral 3.4 (ver la Figura
17). Probablemente, la trayectoria que siguieron las curvas de retención en secado no
coincide completamente con la trayectoria de la curva principal de secado que iniciaría en
un grado de saturación S = 100%. Este aspecto fue estudiado por Colmenares (2002), con
mezclas de arena-arcilla.

En el ajuste de datos se obtuvieron coeficientes de correlación mayores de 0.97, lo cual es


común cuando los datos no están relacionados linealmente (Chapra & Canale, 1999). Por
este motivo, se evaluó la calidad del ajuste matemático con base en el valor del error,
calculado según el criterio propuesto por Gerscovich & Sayão (2002):

2
N (5.2)
∑ ( y i − yˆi )
1
ε=
N i =1

donde, ε = error del ajuste; N = número de datos; yi = medidas experimentales; i = valores


estimados por el modelo.

En suelos del Brasil se han observado ajustes aceptables cuando este criterio de error (ε )
tiene valor menor de 4.0 (Gerscovich & Sayão, 2002). En el presente caso, el modelo de
Fredlund & Xing (1994) hace una representación gráfica aceptable, aún con valores del
error muy superiores a 4.0.

Los valores de error (ε ) obtenidos indican mejor calidad de la predicción en los siguientes
casos: a) cur vas de retención de humedad de la arena limosa (AL); y b) curvas de retención
de humedad en proceso de secado. Estos resultados, confrontados con las condiciones de
los ensayos, pueden sugerir que la calidad del ajuste es sensible al número de datos
experimentales (hay menos datos en curvas de humedecimiento), y a la fisuración y
deterioro que experimenta el suelo LA con el secado y humedecimiento.

Con el objeto de verificar los resultados de las mediciones de la succión, realizadas


mediante la técnica del papel de filtro, se compararon las curvas de retención de humedad
(en secado) de los suelos del presente estudio, con curvas de retención de humedad de
suelos de textura similar y pertenecientes a la misma región geográfica, las cuales fueron
obtenidas por Henao (2001) mediante mediciones de la succión con placa de presión. El
primero de los suelos usados para la comparación pertenece a la Unidad Chinchiná

58
(Quindío), es descrito como suelo más evolucionado que los andisoles típicos, y clasificado
como inceptisol con propiedades ándicas. Este suelo presenta un pasante por el tamiz de
75µm de 58.1%, muy semejante al porcentaje de 57.6% del limo arenoso (LA) utilizado en
el presente estudio, cuya clasificación es MH en el sistema USCS. El segundo suelo de
comparación pertenece a la Unidad Montenegro (Quindío), se describe como suelo arenoso,
rico en vidrio volcánico, con 37.7% pasante por el tamiz de 75µm, y es clasificado como
andisol vítrico. Este es un suelo de grano grueso, lo mismo que la arena limosa (AL) del
presente estudio, clasificada como SM en el sistema USCS. La semejanza observada entre
las curvas de retención de humedad (ver la Figura 27), elaboradas en estudios diferentes y
con técnicas de ensayo muy distintas, sugiere que la técnica del papel de filtro utilizada
permitió obtener medidas de succión que están en el umbral de resultados correcto.

Tabla 7. Parámetros ajustados de la ecuación de Fredlund & Xing (1994).

CURVA DE RETENCIÓN DE HUMEDAD EN PROCESO DE SECADO


Tipo de suelo LA AL
Tipo de curva w% θ% S% w% θ% S%
Humedad de 128.3 76.8 100.0 45.3 54.6 100.0
saturación
ψr (MPa) 25.0 25.0 25.0 25.0 25.0 25.0
a (MPa) 0.40 0.40 0.40 0.171 0.171 0.171
m 1.18 1.16 1.15 1.28 1.28 1.27
n 0.77 0.61 0.55 0.90 0.91 0.91
ε 23.42 6.66 10.32 0.93 1.03 3.30

CURVA DE RETENCIÓN DE HUMEDAD EN PROCESO DE HUMEDECIMIENTO


Tipo de suelo LA AL
Tipo de curva w% θ% S% w% θ% S%
Humedad de 89.1 69.7 100.0 52.7 58.4 100.0
saturación
ψr (MPa) 25.0 25.0 25.0 25.0 25.0 25.0
a (MPa) 0.003 0.003 0.003 0.039 0.039 0.039
m 1.10 1.08 1.08 1.23 1.22 1.21
n 0.44 0.45 0.45 0.74 0.75 0.76
ε 24.60 15.41 32.90 2.31 1.73 5.01

59
140
secado
a)
humedecimiento
120

100

80
w%
60
secado

40

20 LIMO ARENOSO

0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)

80
b) secado
humedecimiento

60
θ %

40

20

LIMO ARENOSO

0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)

100
c) secado
humedecimiento

80

60
S%

40

20
LIMO ARENOSO

0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)

Figura 25. Curvas de retención de humedad del suelo LA, en secado y humedecimiento.

60
50
a) secado

humedecimiento
40

30

w%
20

10

ARENA LIMOSA

0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)

50
b) secado

humedecimiento
40

30
θ %

20

10
ARENA LIMOSA

0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)

100
secado
c)
humedecimiento
80

60
S%

40

20
ARENA LIMOSA

0
0,0001 0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000
Succión (MPa)

Figura 26. Curvas de retención de humedad del suelo AL, en secado y humedecimiento.

61
70
LA (secado)

Unidad Chinchiná
(Quindío)
Horizonte Bw
50
AL (secado)
θ%

Unidad Montenegro
(Quindío)
30 Horizonte Bw

10
0.01 0.1 1 10

Succión (MPa)

Figura 27. Comparación de las curvas de retención de humedad de los suelos LA y AL,
respecto a otros suelos de la región del Quindío.

Con el fin de determinar los puntos característicos de la curva de retención de humedad, el


valor de entrada de aire (ua – uw )b y la succión residual (ψr), se aplicó el método de
construcción gráfica sugerido por Vanapalli et al. (1998) a las curvas de retención de
humedad en términos de θ.

El valor de entrada de aire se buscó como la intersección entre la línea horizontal trazada
por la humedad de saturación y la línea tangente al tramo de máxima pendiente (ver la
Figura 28). De esta manera se estimaron valores de (ua – uw )b = 0.01 MPa (10 kPa) en el
suelo LA, y de (ua – uw )b = 0.005 MPa (5 kPa) en el suelo AL. Estos resultados son
coherentes con los rangos típicos de valores de entrada de aire de 0.004 – 0.007 MPa en
arenas finas y 0.007 – 0.025 MPa en limos (Aubertin et al., 1998).

En el rango de succiones altas del gráfico semi- logarítmico de la Figura 28 no fue posible
identificar con suficiente claridad un punto de inflexión en las curvas de retención. Por
consiguiente, no se pudo determinar el valor de la succión residual mediante esta técnica
gráfica. Vanapalli et al. (1998) reportaron este tipo de dificultad en arcillas densas y en
suelos con distribución bimodal de tamaños de poros.

En el numeral 2.2.2 se mostró que Ridley & Wray (1995) sugieren observar el modo en que
despegan el papel de filtro y la muestra de suelo, para determinar si una medición
corresponde a succión matricial o succión total. Este concepto puede ayudar a definir el
estado de saturación residual durante las mediciones de succión para elaborar las curvas de

62
retención de humedad. Cuando se observa la pérdida de adherencia entre el suelo y el papel
de filtro, se tiene un indicio del comienzo de la etapa de secado en la cual se presenta la
pérdida de continuidad en la fase de agua. En este estudio, se identificó esa condición para
un valor de la succión igual a 3 MPa (García & Colmenares, 2002).

En el intento de definir el estado residual, se dibujaron las curvas de retención de humedad


(en secado) en coordenadas aritméticas (ver la Figura 29). En el rango de succiones altas, se
observa una inflexión de la curva entre 1 y 7 Mpa. Por encima de 7 MPa, un aumento dado
de la succión produce una disminución de humedad muy pequeña. Se estima que el valor de
succión residual, para ambos suelos, se encuentra en el rango de 3 a 7 MPa.

80

(u a - u w ) b = 0.01 MPa

60
θ%

40

20

LIMO ARENOSO
a)

0
0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000 10000 100000

Succión (MPa)

60

50 ( u a -u w ) b = 0 . 0 0 5 M P a

40
θ%

30

20

10
ARENA LIMOSA
b)

0
0,001 0,01 0,1 1 10 100 1000 10000 100000

Succión (MPa)

Figura 28. Construcción gráfica de Vanapalli et al. (1998) para estimar el valor de entrada
de aire.

63
80
a) LIMO ARENOSO

θ % 60

40

20

0
0 5 10 15 20 25 30 35
Succión (MPa)

60
b) ARENA LIMOSA
50

40
θ %

30

20

10

0
0 5 10 15 20 25 30 35
Succión (MPa)

Figura 29. Curvas de retención de humedad en coordenadas naturales.

Las diferencias observadas en las curvas de retención de humedad en proceso de secado


(Figura 30), son consistentes con la diferencia de textura entre los suelos ensayados. La
curva del suelo LA, de textura más fina, se localiza por encima de la curva del suelo AL, de
textura más gruesa. A igual valor de la succión, el suelo LA tiene humedad más alta que el
suelo AL.

En secado, son bastante parecidas la forma y la pendiente (∆θ /∆ψ) de las curvas de
retención de los dos tipos de suelo (Figura 30b). Ambos tienen similar capacidad para
retener un volumen dado de agua. En humedecimiento, la forma y pendiente de las curvas
es diferente. Esto sugiere que, antes del secado al aire, los suelos LA y AL presentan una

64
distribución parecida de los tamaños de los poros, y que suceden cambios en la distribución
de los tamaños después del secado.

110

a)

90

LA (secado)

70
w%

50
LA (humedecimiento)

30
AL (humedecimiento)
AL (secado)
10
0.01 0.1 1 10

Succión (MPa)

110
b)

90

70 LA (secado)
θ%

50

LA (humedecimiento)
30
AL (secado)
AL (humedecimiento)
10
0.01 0.1 1 10

Succión (MPa)

Figura 30. Comparación de curvas de retención de humedad en secado y humedecimiento.


a) Gravimétrica y b) Volumétrica.

Es notoria la histéresis hidráulica que presenta el suelo LA. Este suelo no recupera la
capacidad de retener agua ni la humedad inicial, después de pasar un ciclo secado-
humedecimiento. Una de las razones de dicha histéresis es la contracción por secado y la
expansión por humedecimiento, que alteran el tamaño de los poros y la estructura del suelo
(Harrison & Bligth, 2000). En este caso, se infiere que la histéresis del suelo LA se debe
principalmente a la retracción de volumen durante el secado. Esto se evidencia al observar

65
la reducción de la pendiente de la curva en términos de θ respecto a la pendiente de la
curva en términos de w. Mientras eso pasa en secado, el humedecimiento produce curvas
(en términos de θ y w) que tienen pendientes muy parecidas (ver las Figuras 30a y 30b).

La Figura 31a presenta la variación de la relación de vacíos en el suelo LA, frente a cambios
de la succión en los procesos de secado y humedecimiento. Con el secado, se advierte una
reducción fuerte de la relación de vacíos; más intensa con valores de succión mayores de
0.1 MPa (100 kPa). Cuando el suelo se humedece, la relación de vacíos se mantiene
prácticamente constante.

En las Figuras 32a y 32b, se presenta la relación entre los cambios del volumen de poros y
del volumen de agua contenida en éstos, en el proceso de secado. En el suelo LA, después
de una succión igual a 0.1 MPa, se acentúa simultáneamente la disminución de la relación
de vacíos (e) y la relación de vacíos equivalente (ew). Esto significa que la disminución del
volumen de poros es más fuerte cuando empieza la reducción más rápida del volumen de
agua en éstos. Por tanto, el valor de succión 0.1 MPa indica, probablemente, el punto en el
cual el agua se retrae de los poros de mayor tamaño del suelo LA, y comienzan a ejercerse
mayores esfuerzos capilares en los poros más pequeños (Toll, 1995).

La arena limosa (AL) presenta poco desplazamiento o histéresis entre las ramas de las
curvas de retención en secado y humedecimiento. Se considera normal que, al final del
ciclo secado-humedecimiento, la humedad y el grado de saturación sean menores que al
inicio del ciclo. En este caso, al final del ciclo resulta un valor más alto de la humedad y
casi el mismo grado de saturación. Esta condición singular se revela en la Tabla 7, en la
cual se lee una humedad de 45.3% al comienzo del secado, y una humedad de 52.7% al
final del humedecimiento. Algo similar se percibe con los valores de humedad más
cercanos a la humedad de inicio (cerca de la saturación), cuando se cruzan las curvas en las
Figuras 26a y 26b, colocándose las ramas de humedecimiento por encima de las ramas de
secado. Este comportamiento, en apariencia anormal, tiene causas experimentales, y se
explica porque las relaciones de vacíos iniciales de los especimenes utilizados para elaborar
las curvas de retención en humedecimiento, después de secarlos al aire en ambiente de
laboratorio durante 4 a 6 semanas, fueron mayores que las relaciones de vacíos de las
muestras usados para elaborar las curvas de retención en secado, que tomaron un tiempo
aproximado de 8 meses para llegar a secado similar (Figura 31b). Al parecer el secado
relativamente rápido produjo el cambio de la estructura del suelo, con aumento del volumen
de poros, o con generación de fisuras no visibles al ojo, lo que facilitó el ingreso de mayor
cantidad de agua a los poros de tamaño intermedio y grande, que probablemente controlan
la succión en el rango donde se entrecruzaron las curvas de humedecimiento y secado.

La arena limosa (AL) experimenta cambios muy pequeños en el volumen de poros con la
succión (ver la Figura 31b), tanto en secado como en humedecimiento. En secado, desde el
comienzo del proceso se advierte que la disminución de la relación de vacíos es leve pero
constante. Esto se nota con mayor claridad en la Figura 32b, que muestra la relación entre
los cambios del volumen de poros y del volumen de agua. Después de una succión igual a

66
0.05 MPa (50 kPa), crece un poco la tasa de reducción del volumen de poros con la succión
(expresado en la relación de vacíos e), y se acentúa la reducción del volumen de agua
(expresado en la relación de vacíos equivalente ew). Esto sugiere que la succión 0.05 MPa
puede ser el punto de retracción del agua de los poros de mayor tamaño en el suelo AL.

3.60
SECADO

HUMEDECIMIENTO

3.20

2.80
e

2.40

a ) LIMO ARENOSO

2.00
0.0001 0.001 0.01 0.1 1 10 100

Succión (MPa)

1.80
SECADO
HUMEDECIMIENTO

1.60

1.40
e

1.20

1.00

b) ARENA LIMOSA

0.80
0.001 0.01 0.1 1 10 100

Succión (MPa)

Figura 31. Cambios de la relación de vacíos (e) con la succión.

Colmenares (2002) describe el método para estimar la distribución de tamaños de poros a


partir de la relación que existe entre el contenido de agua y la succión, el cual se denomina
método de desorción7 de agua. En este método se asume que los poros son tubos
cilíndricos, y que se puede establecer una relación entre la succión, la tensión superficial

7
La desorción se define como la salida de los gases de un sólido cuando se alcanza un nivel determinado de
temperatura.

67
del agua y el radio de los tubos capilares. Este método sólo tiene validez en suelos que no
cambian de volumen ni reordenan su estructura a medida que cambia la succión. Con el fin
de apoyar la interpretación del comportamiento suelo-agua en el suelo AL (que tiene
cambios muy pequeños de volumen), se estimó la curva de distribución de tamaños de
poros, utilizando el procedimiento descrito por Watabe et al. (2000). El diámetro de los
poros para cada valor de la succión, se calculó mediante la expresión de Marshall (1958):

4 TS
D= (5.3)
ψ
Donde: D es el diámetro de poros; Ts es la tensión superficial del agua (a 20º, T = 75
kPa.µm); y ψ es la succión.

3,60
e
ew

2,80
e , ew

2,00

1,20
a ) LIMO ARENOSO

0,40
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)

1,60
e
ew

1,20
e , ew

0,80

0,40

b) ARENA LIMOSA

0,00
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)

Figura 32. Cambios del volumen total y del volumen de agua durante el secado.

68
Se conoce que el grado de saturación efectivo (Se) equivale al porcentaje volumétrico de
poros ocupados por agua libre, y está definido como:

S − Sr
Se = (2.26)
1 − Sr

donde, ψ = es la succión en el suelo; S = grado de saturación; y Sr = grado de saturación


residual.

Por medio de las ecuaciones (5.3) y (2.26), y de la relación entre humedad y succión (curva
de retención de humedad), se puede vincular cada valor de Se con un valor determinado de
la succión, asociado a su vez a un determinado diámetro de poros. Esto permite transformar
la curva de retención de humedad en una distribución de tamaños de poros, en la cual se
representa el porcentaje volumétrico de poros que corresponde a cada tamaño o diámetro.

En sus notas sobre ciencia del suelo, Madero (1998) menciona la siguiente clasificación de
tamaños según su diámetro (D): macroporos D > 30µm; mesoporos 2µm ≥ D 30µm;
microporos 2µm > D. Colmenares (2002) se refiere a la siguiente clasificación: macroporos
D > 7.5µm; microporos 7.5µm D 0.1µm; infraporos 0.1µm > D. Con base en estos
intervalos de tamaños, se puede analizar en la Figura 33 la relación entre la succión y el
tamaño de los poros, y en la Figura 34 la distribución de los tamaños (D) de poros.

Algunos valores de succión fueron destacados en el comportamiento suelo-agua de la arena


limosa (AL). Por ejemplo, con el método de construcción gráfica de Vanapalli et al. (1998),
fue identificada la succión 0.005 MPa como el valor de entrada de aire. En la Figura 33,
esta succión corresponde a un tamaño de poros de 50 µm. Se infiere que el método de
construcción gráfica hace un estimativo adecuado del valor de la succión cuando el aire
penetra los macroporos, aunque la curva de retención de humedad elaborada con la técnica
de papel de filtro no constituya una trayectoria principal de secado desde S=100%.

Otro de los puntos destacados en la arena limosa (AL) fue la succión 0.05 MPa. Este punto
fue identificado a través de los cambios de las relaciones e y ew con la succión (Figura 32b),
y se sugirió como la succión presente en el suelo cuando el agua se retrae de los poros de
mayor tamaño. En la Figura 33 se verifica que la succión 0.05 MPa está asociada con un
tamaño de poros 6 µm, cerca del límite entre macroporos y microporos.

Con la ayuda de la relación entre succión y tamaño de los poros, podría afirmarse que el
estado residual, estimado en los suelos AL y LA entre 3 y 7 MPa de succión, cuando se
pierde la continuidad en la fase de agua, está asociado con la retracción del agua hacia los
infraporos (< 0.1 µm).

69
100
ARENA LIMOSA

10

Succión (MPa)
1

0,1

0,01

0,001
0,01 0,1 1 10 100 1000

Tamaño de poros (µµm)

Figura 33. Relación entre succión y diámetro de los poros en el suelo AL.

La distribución de tamaños de poros de la arena limosa (AL) (Figura 34) indica alta
microporosidad en este suelo. Tomando 7.5 µm de diámetro como límite entre macroporos
y microporos, se estima que el volumen de poros se distribuye en 70% de microporos y
30% de macroporos. En la curva se observa que los poros sólo almacenan 75% del volumen
de agua posible (S=100%). El desfase se debe a la técnica de medición de la succión con
papel de filtro, que no permite la saturación completa, y a la presencia de macroporos
mayores de 200 µm, conectados como canales, que no trabajan como capilares. La curva
punteada representa el porcentaje volumétrico respecto al volumen de poros capilares.

100

80
Porcentaje volumétrico (%)

60

40

20
ARENA LIMOSA

0
0,01 0,1 1 10 100 1000
Tamaño de poros (µ m)

Figura 34. Curva de distribución de tamaños de poros del suelo AL.

70
Aunque es evidente la necesidad de un estudio experimental más avanzado, que incluya el
estudio de la estructura, se observa consistencia en el comportamiento suelo–agua de la
arena limosa (AL), a partir de diferentes herramientas de análisis, como por ejemplo la
relación succión-humedad, la curva de secado y la curva de distribución de tamaños de
poros. Por analogía, considerando la similitud de la pendiente y la forma de las curvas de
retención de humedad en secado de los suelos LA y AL, se asume que las características del
comportamiento suelo-agua del limo arenoso (LA) constituyen estimativos relativamente
confiables.

5.2. COMPORTAMIENTO ESFUERZO - DESPLAZAMIENTO

Los ensayos de corte directo se llevaron a cabo sobre muestras en cámara de ensayo
inundada (casi saturadas), muestras secas al aire (no saturadas), y muestras con diferentes
contenidos de humedad en procesos de secado y humedecimiento (parcialmente saturadas),
condiciones de ensayo que se presentaron detalladamente en la Tabla 6.

El comportamiento esfuerzo-desplazamiento se analizó en las curvas τ/σ’ (esfuerzo


cortante / esfuerzo normal efectivo) en función del desplazamiento horizontal (δh ), y en las
curvas de desplazamiento vertical (o cambio de volumen) (δv) contra desplazamiento
horizontal (δh ), obtenidas en los ensayos bajo esfuerzo normal σn = 0.05 MPa (50 kPa).

En la falla por cortante se observó un comportamiento relacionado con el tipo de suelo,


con el contenido de humedad y con los cambios de éste. En general, el limo arenoso (LA)
exhibe menor fragilidad 8 que la arena limosa (AL) (ver la Tabla 8). En ambos suelos la
fragilidad y la dilatancia se incrementan a medida que el suelo pierde humedad desde el
estado saturado, y disminuyen a medida que el suelo se humedece desde el estado seco al
aire.

En el limo arenoso (LA) en proceso de secado (ver la Figura 35), el cambio de


comportamiento de falla puede asociarse al crecimiento de las tensiones capilares, pero
también parece consistente con la disminución de la relación de vacíos que se observó en
las curvas de secado (ver la Figura 31a), y que permite inferir que el incremento de
fragilidad y dilatancia también se produce por el cambio de la estructura del suelo.

En la arena limosa (AL) en proceso de secado (ver la Figura 37), el cambio de


comportamiento de falla se relaciona con el aumento de las tensiones capilares, ya que este

8
El concepto de fragilidad se cuantificó como la diferencia entre la resistencia cortante pico y la resistencia
pos-pico. Bishop (1967) lo expresó por medio del índice de fragilidad, If = (τp – τpp ) /τp x 100%.

71
material no experimenta cambios importantes de la relación de vacíos con el secado (ver la
Figura 31b).

El secado al aire aumenta la fragilidad, pero este aumento no es monótonamente creciente.


Hay un punto de máxima fragilidad, en el cual se invierte la tendencia de aumento y la
fragilidad comienza a decrecer a medida que sigue la disminución de humedad. La más alta
fragilidad no corresponde al suelo completamente seco al aire (no saturado), sino a una
condición de suelo relativamente seco, con succiones estimadas alrededor de 7 MPa en el
suelo LA y 1 MPa en el suelo AL.

Tabla 8. Variación del índice de fragilidad con la humedad.

Índice de Fragilidad de Bishop (If)


Estado del
suelo Natural Parcialmente Seco al aire
Seco al aire
Tipo inundado saturado inundado
de suelo
LA 1 48 25 9
AL 42 56 44 21

El proceso de humedecimiento, después de que el suelo está completamente seco al aire,


invierte los cambios de comportamiento que tienen lugar en el proceso de secado. La
fragilidad y la dilatancia disminuyen a medida que el suelo se humedece, hasta llegar a un
comportamiento dúctil y con tendencia compresiva cuando el suelo tiene una humedad
cercana al estado saturado (Figura 36 y Figura 38).

Los cambios de comportamiento de falla, en un ciclo secado-humedecimiento, pueden


calificarse como histeréticos respecto a los cambios de humedad. Los suelos en estado
inundado, después del estado seco al aire, no recuperan la condición inicial que tenían en
estado natural e inundados. Después de un ciclo, en el suelo LA aumenta la fragilidad, y en
el suelo AL disminuye.

La tendencia de cambio de volumen durante la falla es afín al comportamiento esfuerzo-


desplazamiento. En efecto, las curvas esfuerzo-desplazamiento que tienen los picos más
altos de resistencia al corte corresponden a las muestras con la más alta dilatancia; las
curvas esfuerzo-desplazamiento más suaves corresponden a las muestras con la más baja
dilatancia o con tendencia compresiva.

72
2.5
LIMO ARENOSO
σn = 0 . 0 5 0 M P a
2 w=107.9%
w=85.0%
w=68.9%
1.5 w=40.6%
w=18.3%
τ/σ

0.5
a)

0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
δ (mm)
1

0.8

0.6

0.4
δ v(mm)

0.2

0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
-0.2
b)
-0.4

-0.6

-0.8
δh(mm)

Figura 35. Resultados de ensayos de corte directo del suelo LA, en secado
para σn =0.05 MPa.

73
1,6
LIMO ARENOSO
1,4 σn = 0 . 0 5 0 M P a

1,2

1
τ/ σ

0,8

0,6 w=18.3%
w=30.4%
w=43.7%
0,4
w=89.9%

0,2
a)
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
δ (mm)

0.5

0.4

0.3

0.2
δv(mm)

0.1

0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

-0.1
b)

-0.2
δh(mm)

Figura 36. Resultados de ensayos de corte directo del suelo LA, en humedecimiento
para σn =0.05 MPa.

74
3
ARENA LIMOSA
σn = 0 . 0 5 0 M P a
2.5

w=46.3%
2 w=37.6%
w=27.5%
w=20.7%
τ/σ

1.5 w=7.3%

0.5
a)

0
0 2 4 6 8 10
δ (mm)
1.2

0.8

0.6
δ v(mm)

0.4

0.2
b)
0
0 2 4 6 8 10

-0.2
δ h(mm)

Figura 37. Resultados de ensayos de corte directo del suelo AL, en secado
para σn =0.05 MPa.

75
2.5
ARENA LIMOSA
σn = 0 . 0 5 0 M P a
2
w=7.3%
w=9.4%
w=11.3%
1.5 w=15.4%
w=41.3%
τ/σ

0.5

a)

0
0 2 4 6 8 10
δ (mm)
1.2

0.8

0.6
δv(mm)

0.4

0.2

0
0 2 4 6 8 10

-0.2
b)
-0.4
δ h(mm)

Figura 38. Resultados de ensayos de corte directo del suelo AL, en humedecimiento
para σn =0.05 MPa.

Similar a lo observado respecto a la fragilidad, en el proceso de secado la máxima


dilatanc ia no se obtuvo con la humedad del estado seco al aire, sino con una humedad
mayor, aunque con una succión relativamente alta. Los ensayos inundados (casi saturados),
en muestras de tipo natural o en muestras secas al aire, presentan los picos de resistenc ia
más pequeños y los menores cambios de volumen en la falla.

Algunas de las muestras ensayadas completamente secas al aire (no saturadas), o secas al
aire y ensayadas con cámara inundada (casi saturadas), presentaron alteración de la

76
tendencia de cambio de volumen durante la carga de cortante, pasando de dilatantes a
contráctiles, al alcanzar valores altos del desplazamiento horizontal (ver las Figuras 35b,
36b y 38b). Al final de los ensayos, en estas muestras se notaron zonas de falla anchas, con
fragme ntación o desmoronamientos del material, en lugar de planos de falla lisos y limpios.
El desmoronamiento del suelo en el plano de falla explicaría la alteración de la tendencia
dilatante durante la falla.

El plano de falla observado al final de los ensayos, tuvo características distintas según el
tipo de suelo. En las muestras de arena limosa (AL), se presentaron planos de falla muy
rugosos, en donde las estrías más profundas coincidieron con trazas de sesquióxidos y
nódulos de suelo muy cementado. En las muestras de limo arenoso (LA), en general se
observaron planos de falla con poca rugosidad.

5.3. PARÁMETROS DE RESISTENCIA DE MOHR-COULOMB

Se obtuvieron envolventes de resistencia al corte del limo arenoso (LA) y la arena limosa
(AL), ensayados bajo tres valores diferentes del esfuerzo normal efectivo: σn ´ = 0.012, 0.05
y 0.150 MPa (12, 50 y 150 kPa).

Para determinar los parámetros efectivos de resistencia al corte del suelo, c’ y φ’, y
observar los efectos que tiene el secado al aire sobre estos parámetros, se analizaron
muestras bajo inundación (casi saturadas), muestras con la humedad natural y muestras
completamente secas al aire. En la Tabla 9 se muestran los resultados de los ensayos de
resistencia al corte, y las medidas de humedad gravimétrica y volumétrica realizadas al
final de cada prueba.

Estos datos permitieron trazar envolventes de resistencia al corte, utilizando valores de


resistencia pico y de resistencia pospico 9 . El ajuste a líneas rectas fue excelente, en el
intervalo del esfuerzo normal utilizado (ver las Figuras 39 y 40).

La resistencia de los suelos que contienen arcillas alófanas y haloisitas ha sido calificada
como atípica, en razón de los altos valores de los ángulos de resistencia al corte efectivos
(29º a 41º), poco afectados por el contenido de humedad y la plasticidad, y debido a las
pequeñas diferencias que se encuentran entre los valores de resistencia pico y residual
(Wesley, 1977; Rao, 1995). En este caso se evidencian estas características, a pesar de las
diferencias encontradas en la relación de vacíos inicial, la textura y la plasticidad, entre los
dos tipos de suelo utilizados en el presente estudio (ver la Tabla 5). Con ensayos en estado

9
Aunque el equipo no permite ensayos de resistencia residual, esta resistencia se aproxima al valor residual,
ya que fue medida cuando su valor fue casi constante y el desplazamiento tangencial fue mayor de 7 mm.

77
natural e inundados, en el limo arenoso (LA) se obtiene φ’=36.7º, y en la arena limosa (AL)
se obtiene φ’=39.5º. Los ángulos de resistencia al corte pospico son muy parecidos en
ambos suelos: φ’pp =38.0º en el suelo LA y φ’pp =39.9º en el suelo AL (ver la Tabla 10).

Tabla 9. Resultados de ensayos de corte directo con muestras inundadas

Condición σn w θ 10 τp τpp
Suelo de ensayo (MPa) (%) (%) (MPa) (MPa)
0.012 109.3 66.2 0.025 0.017
Húmedo
(natural) 0.050 108.2 64.9 0.053 0.052
Limo Inundado
0.150 106.2 70.3 0.128 0.126
Arenoso
(LA) 0.012 89.3 67.1 0.022 0.015
Seco al
aire 0.050 89.2 68.2 0.058 0.053
Inundado
0.150 91.0 69.4 0.136 0.136
0.012 43.1 49.8 0.061 0.027
Húmedo
(natural) 0.050 43.6 50.8 0.092 0.054
Arena Inundado
0.150 52.1 54.0 0.176 0.142
Limosa
(AL) 0.012 37.4 44.0 0.026 0.022
Seco al
aire 0.050 42.3 48.3 0.066 0.053
Inundado
0.150 44.0 52.5 0.131 0.126

Los resultados muestran una cohesión tres veces mayor en la arena limosa (AL) que en el
limo arenoso (LA), lo cual tampoco es consistente con las diferencias de textura y
plasticidad de cada uno de los suelos.

El comportamiento friccional parece estar influido principalmente por el alto contenido de


partículas gruesas, como residuos de ceniza volcánica, lapilli, etc. Sandoval (2001) analizó
al microscopio secciones delgadas de diferentes suelos de la región de estudio, encontrando
texturas en su mayoría equigranulares, con fragmentos líticos de formas subredondeadas a
subangulares. Esta podría ayudar a explicar que los ángulos de resistencia al corte pico y
pospico de la arena limosa (AL) sean prácticamente iguales, y que tengan valores muy
cercanos en el limo arenoso (LA).

10
El valor del contenido de agua volumétrico se calculó con base en el peso unitario medido después de
consolidar las muestras bajo la carga normal correspondiente.

78
El secado al aire (y posterior inundación) tiene los efectos siguientes sobre los parámetros
de resistencia al corte (Tabla 10):

• El secado aumenta el ángulo de resistencia al corte pico del limo arenoso (LA) y reduce
el ángulo de resistencia al corte pico de la arena limosa (AL).

• El secado aumenta el ángulo de resistencia al corte pospico del suelo LA. y reduce el
ángulo de resistencia al corte pospico del suelo AL.

• El secado reduce la cohesión en ambos suelos.

• El efecto neto del secado es el acercamiento de las envolventes de Mohr-Coulomb de


los dos suelos en estudio.

Tabla 10. Parámetros de resistencia al corte de los suelos utilizados en el estudio

Resistencia pico Resistencia pospico


Condición
Suelo c’ φ’ c’pp φ’pp
de ensayo
(MPa) (º) (MPa) (º)
Húmedo
(natural) 0.016 36.7 0.010 38.0
Limo Arenoso
inundado
(Figuras 39b y 40b)
Seco
0.014 39.2 0.006 40.9
inundado
Húmedo
(natural) 0.051 39.5 0.015 39.9
Arena Limosa
inundado
(Figuras 39a y 40a)
Seco
0.022 36.1 0.014 36.3
inundado

La reducción de la cohesión es mucho más significativa en la arena limosa (AL), que tiene
una pérdida del 57% respecto al valor de la cohesión antes del secado, mientras que el limo
arenoso (LA) pierde solamente una octava parte. Esto sugiere que la cementación entre los
granos es el componente fundamental de la cohesión11 en la arena limosa (AL) no plástica,
y que ésta disminuye significativamente con el secado al aire y saturación posterior.

Con el secado al aire, llevado a cabo de manera relativamente rápida, la arena limosa (AL)
experimenta cambios en su estructura, que se manifiestan en el aumento de la relación de
vacíos (ver la Figura 31), y de allí se explica la reducción de los ángulos de resistencia al
corte respecto al suelo en la condición natural. En el limo arenoso (LA), el secado al aire
produce la reducción drástica de la relación de vacíos, y esto se refleja en el incremento de
11
En este caso se está haciendo referencia a la cohesión verdadera, sin tener en cuenta el efecto de la succión.

79
los ángulos de resistencia al corte del suelo seco al aire respecto al suelo en la condición
natural. En la Figura 41 se presentan los efectos que tiene el secado al aire sobre las
envolventes de resistencia de Mohr-Coulomb.

Otra característica atípica que presentan estos suelos, consiste en que los ángulos de
resistencia al corte pospico son más altos que los ángulos de resistencia al corte pico.
Aunque no se conoce una explicación para este comportamiento, por la forma en que
convergen las envolventes de resistencia del suelo LA (Figura 39 y Figura 40), se infiere
que para un esfuerzo normal dado, los desplazamientos pospico eliminan los efectos de
estructura y probablemente producen rotura 12 de los fragmentos líticos del suelo volcánico,
haciendo que en la condición pospico la resistencia al corte se aproxime a la fricción propia
de los fragmentos. La convergencia de las envolventes de resistencia es más evidente en el
suelo LA, tal vez por su mayor grado de meteorización a partir de la ceniza volcánica, o tal
vez porque en este suelo se alcanza un umbral de esfuerzo normal13 donde colapsa la
estructura del suelo.

0,2 0,2
ARENA LIMOSA LIMO ARENOSO
( húmeda - inundada ) ( húmedo - inundado )
0,15 0,15

pico
(MPa)
(MPa)

0,1 0,1
τ
τ

pospico
pico
0,05 0,05

pico
pico pospico
pospico pospico
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2

a) σ' (MPa) b) σ' (MPa)

Figura 39. Envolventes de resistencia del suelo en estado húmedo (natural) inundado.

12
La rotura de los granos de ceniza volcánica o de lapilli se reporta frecuentemente en los ensayos de
plasticidad del laboratorio de la Universidad del Quindío, cuando se hace el amasado con espátula.
13
Wesley (2001) encuentra una presión vertical de fluencia característica de los suelos alofánicos,
independiente de la historia de esfuerzos del suelo, más allá de la cual se altera la estructura del suelo.

80
0,2 0,2

ARENA LIMOSA LIMO ARENOSO


( seca - inundada ) ( seco - inundado )

0,15 0,15
(MPa)

(MPa)
pico
0,1 0,1
τ

τ
pospico
0,05 0,05 pico

pico pico
pospico
pospico pospico
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2
a) b)
σ' (MPa) σ' (MPa)

Figura 40. Envolventes de resistencia del suelo seco al aire inundado.

0,2 0,2

ARENA LIMOSA LIMO ARENOSO

0,15 0,15
muestras húmedas
(naturales) muestras secas
(MPa)
(MPa)

0,1 0,1
muestras húmedas
τ
τ

muestras secas (naturales)

0,05 0,05

húmedas naturales

secas secas
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2
a) b)
σ' (MPa) σ' (MPa)

Figura 41. Efecto del secado en las envolventes de resistencia pico del suelo.

81
5.4. RESISTENCIA EN PROCESOS DE SECADO-HUMEDECIMIENTO

Ya fue explicado el programa de ensayos llevado a cabo para determinar la resistencia al


corte del suelo con diferentes contenidos de agua, en un ciclo de secado al aire y de
humedecimiento en laboratorio. El secado se realizó con especimenes de suelo en estado
natural, llevados inicialmente hasta la condición “casi saturada”, y luego sometidos a
secado al aire hasta lograr la humedad deseada. Otras de las muestras naturales en la
condición “casi saturada”, se dejaron secar completamente al aire hasta obtener un valor de
masa constante, y luego se humedecieron para alcanzar los contenidos de agua deseados.

En la Figura 42 se presenta la resistencia al corte en secado y humedecimiento, como


función del grado de saturación, de ensayos con esfuerzo normal igual a 0.05 MPa (50
kPa). El extremo de la izquierda en estas curvas corresponde a los ensayos inundados (casi
saturados) y el extremo de la derecha representa los ensayos con suelo seco al aire. La
desaturación o secado produjo el incremento de la resistencia al corte, y la saturación o
humedecimiento produjo el decrecimiento de la resistencia. Con la desaturación, la
resistencia inicial del suelo “casi saturado” se incrementa hasta un valor pico, y luego
disminuye hasta llegar a la resistencia al corte del suelo seco al aire. Cuando el suelo está
seco al aire y se conduce un proceso de humedecimiento, la resistencia disminuye de
manera continua. Ambos suelos alcanzan el estado seco al aire con saturación cercana a
S=20%, y la máxima resistencia con saturación S=40%. En el proceso de secado se produce
una caída de resistencia cuando el suelo tiene un grado de saturación entre 60 y 70%, y algo
similar sucede en el proceso de humedecimiento, para valores entre 30 y 40%.

Las muestras de arena limosa (AL) en condición inundada, secas al aire y naturales,
alcanzan un grado de saturación relativamente igual (ver la Figura 42b). Esto mismo se
observó en las curvas de retención de humedad, no obstante que en los ensayos de corte se
aplicó un esfuerzo normal a las muestras mientras que en la elaboración de las curvas de
retención se tuvieron condiciones de esfuerzo exterior nulo 14 .

Algo diferente sucede con las muestras inundadas de limo arenoso (LA), ya que las
muestras secas al aire presentan mayor grado de saturación que las muestras naturales. Esta
condición se puede explicar por medio de las curvas de retención de humedad (ver la
Figura 25c). Para los valores más grandes del grado de saturación, la curva de retención en
humedecimiento presenta mayor pendiente que la curva de retención de secado, con
tendencia a entrecruzarse y pasar por encima de la curva de secado. Esto indica un aumento

14
Solamente actúa la presión atmosférica, que se toma como el cero de referencia.

82
probable de la cantidad de fisuras en el suelo LA seco al aire y, por tanto, mayor facilidad
para la saturación de las muestras secas en condición inundada.

0,16
ARENA LIMOSA

σ n=0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,12

0,08

a)

0,04
100 80 60 40 20 0

0,16

LIMO ARENOSO

σ n=0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)

0,12

0,08

b)

0,04
100 80 60 40 20 0

Figura 42. Resistencia al corte en función del grado de saturación.

Para conocer el comportamiento de la resistencia al corte del suelo respecto a las presiones
de aire y agua en los poros, representadas por medio de la succión, se dibujó la variación de
la resistencia con la succión, aprovechando la relación existente entre esta última y el
contenido de agua a través de la curva de retención de humedad. En cada espécimen se
midieron dos valores de humedad gravimétrica al finalizar los ensayos de corte directo, en
cada una de las mitades del espécimen, encima y debajo del plano de falla. Los resultados
de estas medidas fueron siempre muy parecidos, lo que mostró que el procedimiento de
preparación y ensayo produjo el mismo valor de succión a través del espécimen.
Posteriormente, con base en la humedad gravimétrica y el volumen del espécimen se
obtuvo la densidad seca y la humedad volumétrica. El volumen se calculó al final de la
consolidación, usando las dimensiones iniciales y la deformación vertical ocurrida por

83
aplicación de la carga normal. En los ensayos con muestra inundada se asumió la condición
de suelo saturado, S=1 o θ=θs, debido a la dificultad para medir la densidad del espécimen
después de inundar la cámara de corte directo.

Una vez conocida la humedad final de cada espécimen, se aplicó la ecuación (5.1) con los
parámetros apropiados (de la Tabla 7) para obtener el valor de la succión. En el estimativo
de la succión para un valor dado de resistencia al corte, se utilizó la medida del volumen del
espécimen antes de empezar la etapa de falla y la medida de la humedad gravimétrica al
terminar dicha etapa, asumiendo que los cambios del volumen y la cantidad de agua son
demasiado pequeños y no afectan de manera significativa el valor de la succión durante la
etapa de corte.

La relación entre la resistencia al corte y la succión, en procesos de secado y


humedecimiento, se presenta en las Figuras 43 y 44.

En proceso de secado, a medida que aumenta la succión cambia la resistencia al corte,


siguiendo tendencias muy parecidas con cualquier esfuerzo normal aplicado. En general, la
resistencia al corte crece con el secado hasta un punto de máximo, cuando se alcanzan
succiones entre 4.0 y 7.0 MPa, en el limo arenoso (LA), y succiones entre 0.8 y 1.0 MPa, en
la arena limosa (AL). Después de este punto, el proceso de secado para llegar al estado seco
al aire, produce disminución de la resistencia al corte.

El incremento de la resistencia al corte es más acelerado cuando la succión es relativamente


baja: hasta succiones entre 0.15 y 0.20 MPa en el suelo LA, y hasta succiones entre 0.02 y
0.03 MPa en el suelo AL. Inmediatamente después de este incremento acelerado, se
presenta una caída de la resistencia. Este descenso brusco de la resistencia corresponde a
grados de saturación entre 60 y 70%, como se observa en la Figura 42. Posteriormente, la
resistencia continúa su aumento, aunque de manera más suave

El modelo interpretativo de la resistencia al corte, basado en la curva de retención de


humedad (Vanapalli et al., 1996b; Fredlund et al., 1995), indica que la resistencia del suelo
es creciente hasta alcanzar el estado residual de saturación. También, muestra que con
succiones menores que el valor de entrada de aire, el crecimiento es lineal y fuerte, y que
después de que el aire penetra en los poros más grandes (en el valor de entrada de aire), el
crecimiento es no lineal y menos fuerte. Como el método experimental utilizado, no
permite el control de la succión, no fue posible observar el comportamiento de la
resistencia antes de alcanzar la succión correspondiente al valor de entrada de aire
(estimado como 0.01 MPA en el suelo LA y 0.005 MPa en el suelo AL). Según este modelo,
la resistencia al corte aumenta hasta que la succión llega al estado residual, lo cual lleva a
interpretar que 1 MPa y 7 MPa, en la arena limosa (AL) y el limo arenoso (LA)
respectivamente, corresponden a los valores de la succión residual de cada suelo. En las
curvas de retención de humedad, con dificultad se identificó un intervalo para la succión
residual entre 3 y 7 MPa. Los valores de succión donde se alcanza la mayor resistencia al
corte con el secado, están relacionados con los valores de humedad que marcan un cambio
de comportamiento durante la falla del suelo (ver el numeral 5.2).

84
0,2

LIMO ARENOSO

Resistencia al corte (MPa)


0,15

0,1

0,05
Esf.n.= 0.012 MPa
Esf.n.= 0.050 MPa
a)
Esf.n.= 0.150 MPa
0
0 5 10 15 20 25 30

Succión (MPa)

0,2
Resistencia al corte (MPa)

0,15 ?
?

0,1

?
?

0,05
? ?
Esf.n= 0.012 MPa
Esf.n= 0.050 MPa b)
Esf.n.= 0.150 MPa
0
0 5 10 15 20 25 30

Succión (kPa)

Figura 43. Resistencia al corte en función de la succión en el limo arenoso.


a) Secado; b) Humedecimiento.

Se mencionó atrás que hay un incremento de la resistencia al corte más acelerado hasta
succiones en el rango 0.15-0.20 MPa en el suelo LA y 0.02-0.03 MPa en el suelo AL, y que
después hay una caída brusca de la resistencia al corte, relacionada con grados de
saturación entre 60 y 70% en ambos suelos. Esto se puede observar con más detalle en la
Figura 45, donde se presenta la relación entre la resistencia al corte y la succió n del suelo

85
AL en proceso de secado (para σn = 0.05 MPa), en el intervalo de succiones de interés.
También se presentan las curvas que relacionan la succión con los cambios de volumen del
suelo y volumen de agua, y con el tamaño de los poros. En la Figura 45 se observa que el
intervalo de succión en el pico e inmediata caída brusca de la resistencia al corte,
correlaciona con el valor sugerido para indicar el punto de la retracción del agua de los
macroporos (ver el numeral 5.1), el cua l se estimó como un valor de succión 0.05 MPa.

0,3
ARENA LIMOSA

0,25
Resistencia al corte (MPa)

0,2

0,15

0,1

0,05 Esf.n.= 0.012 MPa


Esf.n.= 0.050 MPa a)
Esf.n.= 0.150 MPa
0
0 5 10 15 20 25

Succión (MPa)

0.25

0.2
Resistencia al corte (MPa)

0.15

0.1

0.05
Esf.n.= 0.012 MPa
Esf.n.= 0.050 MPa b)
Esf.n.= 0.150 MPa
0
0 5 10 15 20 25

Succión (MPa)

Figura 44. Resistencia al corte en función de la succión en la arena limosa.


a) Secado; b) Humedecimiento.

86
0,14

Resistencia al corte (MPa)


0,12

0,1

0,08
σ n = 0.050 MPa

0,06
0 0,04 0,08 0,12 0,16 0,2

Succión (MPa)

1,60
ARENA LIMOSA e
ew

1,20
e , ew

0,80

0,40

0,00
0,001 0,01 0,1 1 10 100
Succión (MPa)

100
ARENA LIMOSA

10
Succión (MPa)

1
Macroporos

0,1

0,01

0,001
0,01 0,1 1 10 100 1000
Tamaño de poros (µ m)

Figura 45. Posible relación entre la caída de resistencia al corte para S=60% y la retracción
del agua de los macroporos.

87
Hay que tener en cuenta que la dilatancia es una característica notoria de ambos suelos en el
rango de humedades que corresponde a estos valores de succión, la cual se evidencia más
en la arena limosa (AL). Gan & Fredlund (1995) consideran que la fase de agua en estado
relativamente seco se rompe fácilmente con los desplazamientos de cortante. Se puede
sugerir la siguiente explicación al fenómeno observado: al retraerse el agua hacia los poros
más pequeños, y aumentar las tensiones capilares, entonces ocurre una caída de resistencia
debido a la apertura brusca de la fase de agua en los macroporos, la cual se presenta durante
la falla de cortante como consecuencia de la tendencia a dilatar que poseen estos suelos.
Este pico de resistencia y la caída subsiguiente, constituyen un aspecto a tener en cuenta
para la interpretación del comportamiento de estos suelos en condición de saturación
parcial (S = 60 a 70%), pues el rango de succión donde se presenta dicho fenómeno es el
mismo de la mayoría de las aplicaciones ingenieriles, aproximadamente entre 0 y 0.5 MPa.

Con valores altos de succión, en la etapa de saturación residual, la contribución neta de la


succión es negativa, causando el descenso de la resistencia al corte, en el limo arenoso (LA)
y en la arena limosa (AL). Diferentes autores han reportado este tipo de comportamiento en
otros suelos (Escario & Jucá, 1989; Gan & Fredlund, 1995). En muestras naturales de
suelos de origen volcánico, O’Rourke & Crespo (1988) observaron que la reducción del
grado de saturación produjo un aumento de la resistencia a tracción, hasta un valor de
resistencia pico, a partir del cual el secado adicional redujo la resistencia.

En el proceso de humedecimiento la resistencia al corte se reduce, desde el valor alcanzado


en estado seco al aire, hasta un valor más pequeño en el estado casi saturado. Al comenzar
el humedecimiento del suelo seco al aire se observa un comportamiento lineal con leve
decrecimiento de la resistencia en un rango muy amplio de succiones. Al llegar a succiones
alrededor de 0.1-0.15 MPa en el suelo LA, y 0.8-1.6 MPa en el suelo AL, se acelera el
descenso de la resistencia. Similar a lo que sucede en el proceso de secado, en el proceso de
humedecimiento también aparece sistemáticamente un punto de caída brusca de la
resistencia; en la arena limosa (AL) se presenta con succiones entre 2.0-3.5 MPa , y en el
limo arenoso (LA) se estimó (debido al limitado número de datos) entre 0.20-0.75 MPa. En
la Figura 42 se observó este bache para valores del grado de saturación entre 30 y 40%. Es
difícil formular una hipótesis probable para explicar este comportamiento. Sin embargo,
pueden sugerirse dos características del proceso que podrían estar asociadas al descenso
brusco de la resistencia: el valor de succión para el cual se recupera la continuidad de la
fase de agua en los poros, y también el valor de succión cuando ocurre el cambio del tipo
de falla por cortante, de dilatante a compresiva, al revertirse el comportamiento observado
durante el secado.

El ciclo secado-humedecimiento produce histéresis de la resistencia al corte respecto a los


cambios de humedad (ver la Figura 46); no se regresa al valor de la resistencia inicial del
suelo, sino a un valor más pequeño. Estos efectos son importantes únicamente en la arena
limosa (AL), pues el limo arenoso (LA) presenta muy poca diferencia entre la resistencia al
comienzo y al final del ciclo, aspecto analizado con mayor detalle en el numeral 5.2.

88
0,1

LIMO ARENOSO
σ
σn = 0 . 0 1 2 M P a
0,08
Resistencia al corte (MPa) secado

0,06

?
?
0,04 humedecimiento

0,02

a)

0
0 5 10 15 20 25 30

Succión (MPa)

0,16
ARENA LIMOSA
σ
σn = 0 . 0 1 2 M P a
Resistencia al corte (MPa)

0,12

secado

0,08

humedecimiento
0,04

a)

0
0 5 10 15 20 25

Succión (MPa)

Figura 46. Resistencia al corte en función de la succión en un ciclo secado-


humedecimiento.

Otra manera de observar el efecto de los cambios de humedad sobre la resistencia al corte
del suelo, se presenta en la Figura 47. En esta figura se dibujaron los resultados de
resistencia al corte pico y pospico en función del esfuerzo normal efectivo, de la totalidad
de ensayos de corte directo llevados a cabo en procesos de secado y humedecimiento. En el
mismo gráfico se trazaron las envolventes de resistencia de Mohr-Coulomb, de resistencia
pico y pospico, de las muestras naturales inundadas (casi saturadas). Esta figura sintetiza el
efecto, evidente y significativo, de los cambios de humedad sobre la resistencia al corte del

89
suelo saturado. El aspecto más destacado es que existe un umbral de mínima resistencia al
corte, que cubre cualquiera de los estados de humedad del suelo, incluyendo los efectos de
un ciclo completo secado- humedecimiento. Esta frontera se representa aceptablemente por
medio de la envolvente de resistencia pospico del suelo natural ensayado en condición
inundada.

Expresado en porcentaje, el aumento o la disminución de la resistencia al corte del suelo


parcialmente saturado, respecto a la resistencia del suelo natural ensayado bajo inundación
(casi saturado) es el siguiente: por efecto del secado se presenta un aumento de 30% en la
resistencia al corte, en el rango de succión de las aplicaciones comunes de ingeniería, que
llega hasta 0.5 MPa (valor asociado al límite plástico del suelo LA). El máximo incremento
de resistencia con el secado, que en promedio alcanza el 56% en el suelo AL y 120% en el
suelo LA, sólo se logra en cond iciones relativamente secas (con succión asociada al límite
de retracción del suelo LA).

0,3 0,3
ARENA LIMOSA LIMO ARENOSO
0,25 0,25

secado
0,2 0,2 humedecim.
(MPa)
(MPa)

pico
0,15 0,15
τ
τ

0,1 0,1
pospico
pico
0,05 0,05
secado
humedecim. pospico
0 0
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0 0,05 0,1 0,15 0,2
b)
a)
' (MPa) ' (MPa)

Figura 47. Resistencia al corte con diferentes valores de humedad, en secado y


humedecimiento, respecto a envolventes de resistencia del suelo húmedo (natural).

90
5.5. PREDICCIÓN DE LA RESISTENCIA AL CORTE US ANDO ECUACIONES

Con el fin de mejorar la interpretación del comportamiento de la resistencia al corte con los
cambios de humedad, y analizar las herramientas de predicción de la resistencia del suelo
parcialmente saturado, en procesos de secado y humedecimiento, se aplicaron las
ecuaciones descritas en el numeral 2.7. Las predicciones y los valores medidos de
resistencia al corte de los suelos utilizados en el presente estudio, fueron comparados
utilizando tres valores del esfuerzo normal neto, (σn – ua ) = 0.012, 0.05 y 0.15 MPa.

Para aplicar los modelos de predicción a los resultados de ensayos realizados en una
máquina convencional de corte directo, se asumió que la presión de aire aplicada en el
exterior de las muestras es igual a la presión atmosférica o presión cero de referencia, y que
esta presión es igual a través del espécimen. La succión en la falla se calculó suponiendo
que los cambios de volumen y cantidad de agua durante la etapa de corte son demasiado
pequeños y no afectan de manera significativa el valor de la succión. En los ensayos con
muestra inundada se consideró que el suelo estuvo saturado (S=1, θ=θs ) y que el valor de la
succión fue nulo.

Inicialmente se compararon las medidas de resistencia al corte con las ecuaciones de


predicción de los suelos en proceso de secado. Para obtener las ecuaciones se usaron los
parámetros efectivos de resistencia al corte obtenidos en el suelo natural con inundación de
la cámara de ensayo (suelo casi saturado): c’= 0.016 MPa y φ’=36.7º para limo arenoso
(LA); y c’= 0.051 MPa y φ’=39.5º para arena limosa (AL).

Se analizó en primer lugar el criterio de resistencia propuesto por Vanapalli et al. (1996b),
conocido como primer método de la Universidad de Sakatchewan:

{ }
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ) (Θ ) tan φ ′
κ (2.32)

Los datos se ajustaron utilizando las curvas de retención de humedad en el rango completo
de succiones medidas (hasta 30 MPa). En la Figura 48 se comparan las ecuaciones de
predicción (en línea continua) y los resultados experimentales (indicados como puntos). En
este rango de succiones, las ecuaciones modelan aceptablemente la resistencia al corte en
los valores más pequeños y los valores más grandes de la succión, pero no hacen una
adecuada predicción de los valores de resistencia con succiones en el rango intermedio
(entre 2 y 7 MPa), que coincide aproximadamente con el rango donde se obtuvieron las
máximas resistencias al corte, y donde se sugirió que podían encontrarse los valores de

91
succión residual. Para el rango completo de succiones se obtuvieron promedios del
parámetro de ajuste κ = 5.05 y κ = 3.40, para suelo LA y AL, respectivamente.

0,2

σ n=0.150 MPa − κ = 4,96


Resistencia al corte (MPa)

0,15

σn =0.050 MPa − κ = 4.80


0,1

0,05

σ n=0.012 MPa − κ = 5.41


LIMO ARENOSO
0
0 5 10 15 20 25 30

Succión (MPa)

0,3

σn =0.150 MPa − κ = 3,19


Resistencia al corte (MPa)

0,225

σn=0.050 MPa − κ = 3,09


0,15

0,075

σ n=0.012 MPa − κ = 3.92


ARENA LIMOSA
0
0 5 10 15 20 25 30

Succión (MPa)

Figura 48. Modelo de Vanapalli et al. (1996b), aplicado en el rango completo de succiones
al suelo en proceso de secado.

Observando lo anterior, se tomaron los datos en el rango de succiones hasta 2 MPa, con el
fin de analizar el ajuste del modelo en un rango limitado de la succión. En la Figura 49 se
muestra la aceptable predicción que hace el modelo en este rango de succión, especialmente

92
con valores de esfuerzo normal de 0.012 y 0.05 MPa. Los valores del parámetro de ajuste
(κ) se indican en la figura.

0,2

σn=0.150 MPa − κ = 5.54


Resistencia al corte (MPa)

0,15

0,1
σn=0.050 MPa − κ = 6.16

σn =0.012 MPa − κ = 6.82


0,05

LIMO ARENOSO

0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

0,3

σn =0.150 MPa − κ = 2.62


Resistencia al corte (MPa)

0,2

σn =0.050 MPa − κ = 2.84

σn=0.012 MPa − κ = 3.68


0,1

ARENA LIMOSA
0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

Figura 49. Modelo de Vanapalli et al. (1996b), aplicado en un rango limitado de succiones
al suelo en proceso de secado.

No es tan buena la predicción para los ensayos llevados a cabo en el suelo LA, bajo
esfuerzo normal 0.15 MPa. En el numeral 5.3 se sugirió que la convergencia de las
envolventes de resistencia pico y pospico podría ser causada por el posible colapso de la
estructura del suelo LA. Se requiere investigación adicional con el fin de conocer si existe

93
un valor límite de esfuerzo normal (o carga de colapso), que obligue a considerar el estado
de esfuerzos en la obtención de las relaciones humedad-succión. Hay que anotar que las
curvas de retención de humedad se obtuvieron bajo esfuerzo exterior nulo.

Por medio del modelo se estimó la variación del parámetro de crecimiento de la resistencia
al corte con la succión φ b , respecto a la humedad normalizada (ver la Figura 50), el cual se
escribe en la ecuación de Fredlund et al. (1978) de la siguiente forma:

τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ ′ + (u a − u w ) tan φ b (2.23)

40

a) LIMO ARENOSO

30

20
φb

10

0
1 0,8 0,6 0,4 0,2

40

b) ARENA LIMOSA

30

20
φb

10

0
1 0,8 0,6 0,4 0,2

Figura 50. Ángulo φb de crecimiento de la resistencia al corte


en función de la humedad volumétrica normalizada (Θ), interpretado según el modelo de
Vanapalli et al. (1996b).

94
La interpretación que hace el modelo de la contribución de la succión en la resistencia al
corte, expresada mediante el ángulo φ b , muestra que el aporte de la succión a la resistencia
es importante con humedades cercanas a la saturación, pero que éste decrece rápidamente a
medida que disminuye la humedad hasta que el suelo alcanza un grado de saturación
aproximado al 50%, donde la contribución de la succión se hace muy pequeña o se anula.

Vanapalli & Fredlund (2000) propusieron una relación entre el parámetro de ajuste (κ) y el
índice de plasticidad, para suelos compactados estáticamente. En la Figura 51 se dibujó la
relación que proponen los autores mencionados y las relaciones que se obtienen en los
suelos naturales de origen volcánico estudiados. Se encontró que el parámetro de ajuste (κ)
de los suelos utilizados en este estudio no puede ser obtenido por correlación con el índice
plástico usando la misma relación propuesta por Vanapalli & Fredlund (2000).

6
Parámetro de ajuste, κ

2
Vanapalli & Fredlund, 2000

LA y AL (rango amplio de succiones)


1
LA y AL (rango limitado succiones)

0
0 5 10 15 20 25 30 35 40

Índice de plasticidad (IP)

Figura 51. Relación entre el parámetro de ajuste (κ) y el índice de plasticidad.

Se analizó en segundo lugar el criterio de resistencia propuesto por Öberg & Sällfors
(1995), el cual relaciona directamente el parámetro χ de la ecuación de esfuerzos efectivos
de Bishop con el grado de saturación S:

τ = c′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w ){(S ) tan φ′} (2.38)

Esta ecuación es aplicable a materiales no arcillosos y con grado de saturación mayor de


50%.

95
En la Figura 52 se comparan las medidas de resistencia con las proyecciones que hace el
modelo de Öberg & Sällfors (1995). Se observa que este modelo no es adecuado para
predecir la resistencia de los suelos ensayados, ya que estima valores muy por encima de la
resistencia medida en el suelo parcialmente saturado. Aunque los suelos utilizados en el
presente estudio cumplen fácilmente, en un rango amplio de la succión, con la condición de
tener un grado de saturación S > 50%, al parecer el limo arenoso (LA) y la arena limosa
(AL), presentan una distribución de tamaños de poros más parecida a la distribución típica
de los suelos arcillosos, para los cuales no es adecuado este modelo.

0,3
Esf.n= 0.012 MPa
Esf.n= 0.050 MPa
Esf.n= 0.150 MPa
O & S 0.012 MPa
Resistencia al corte (MPa)

O & S 0.05 MPa


0,2 O & S 0.15 MPa

0,1

LIMO ARENOSO

0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

0,4

Esf.n= 0.012 MPa


Esf.n= 0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)

0,3 Esf.n= 0.150 MPa


O & S 0.012 MPa
O & S 0.05 MPa
O & S 0.15 MPa

0,2

0,1

ARENA LIMOSA

0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

Figura 52. Modelo de Öberg & Sällfors (1995), aplicado en un rango limitado de succiones
al suelo en proceso de secado.

96
En tercer lugar, se analizó la ecuación de predicción de la resistencia al corte de Khalili &
Khabbaz (1998), también basada en el parámetro χ de la ecuación de esfuerzos efectivos
de Bishop:

  (u − u )  −0 .55 
τ = c ′ + (σ n − u a ) tan φ′ + (u a − u w )  a w
 tan φ′  (2.42)
  (u a − u w )b  

Estos autores proponen la siguiente expresión general, cuyas variables se obtienen de la


curva de retención de humedad:

 (u − u w ) 
−0.55

χ=  a  (2.41)
 (u a − u w ) b 

El parámetro exponente de la ecuación anterior está entre -0.40 y -0.65, para suelos
arcillosos y arenosos respectivamente.

En la Figura 53 se observan las medidas de resistencia comparadas con la predicción que


hace el modelo de Khalili & Khabbaz (1998). En el rango de succiones considerado se
observa una aceptable representación de los datos por medio de la ecuación (2.42), cuyo
ajuste por el método de mínimos cuadrados arrojó valores promedio del parámetro
exponente de la ecuación (2.41) iguales a -0.74 y -0.54, para el limo arenoso (LA) y la arena
limosa (AL) respectivamente.

Como el valor del parámetro χ oscila entre 0 y 1, la ecuación sólo tiene validez para valores
de succión mayores que el valor de entrada de aire (ua – uw)b , por tanto la ecuación (2.42)
representa los datos para succiones por encima de 0.01 MPa y 0.005 MPa, en los suelos LA
y AL respectivamente.

El modelo de Khalili & Khabbaz (1998) permite interpretar la variación del parámetro χ, de
la ecuación de esfuerzo efectivo de Bishop, con el grado de saturación S (Figura 54). De
acuerdo con esta interpretación, en los suelos utilizados en el presente estudio estas dos
cantidades no se encuentran relacionadas en proporción uno a uno, lo cual explicaría la
dispersión en el ajuste que se observa con el modelo de Öberg & Sällfors (1995). La
relación que se muestra en la Figura 54 es típica de suelos arcillosos o de suelos que poseen
una distribución de tamaños de poros similar a la que tienen esos suelos (ver la Figura 6).

97
0,2

σ n=0.150 MPa

Resistencia al corte (MPa)


0,15

0,1 σ n=0.050 MPa

σn=0.012 MPa
0,05

LIMO ARENOSO
0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

0,4

σ n=0.150 MPa
Resistencia al corte (MPa)

0,3

0,2 σn =0.050 MPa

σ n=0.012 MPa
0,1

ARENA LIMOSA
0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

Figura 53. Modelo de Khalili & Khabbaz (1998), aplicado en un rango limitado de
succiones al suelo en proceso de secado.

98
1
LIMO ARENOSO

0,8

0,6

χ
0,4

0,2

0
0 20 40 60 80 100

S (%)

1
ARENA LIMOSA

0,8

0,6
χ

0,4

0,2

0
0 20 40 60 80 100

S (%)

Figura 54. Parámetro χ de la ecuación de esfuerzos efectivos de Bishop (1959)


interpretado según el modelo de Khalili & Khabbaz (1998).

Por último, se analizó la ecuación de predicción de la resistencia al corte de Rassam &


Cook (2002), que está basada en la curva de retención de humedad y sus cantidades
características, pero no conserva la forma básica de los criterios de resistencia al corte.

El ajuste de la ecuación de predicción de resistencia, por el método de mínimos cuadrados,


comparado con los valores de resistencia medidos se observa en la Figura 55. Se observa
que el modelo de Rassam & Cook (2002) sólo hace una adecuada representación de los
datos en el limo arenoso (LA), en un rango de succiones muy estrecho, por debajo de
0.5MPa.

99
0,3
LIMO ARENOSO
σn=0.150 MPa

Resistencia al corte (MPa) 0,2

σn=0.050 MPa
0,1

σn=0.012 MPa

0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

0,4
Resistencia al corte (MPa)

0,3 σ n=0.150 MPa


σ n=0.050 MPa

0,2
σ n=0.012 MPa

0,1

ARENA LIMOSA

0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

Figura 55. Modelo de Rassam & Cook (2002), aplicado en un rango limitado de succiones
al suelo en proceso de secado.

Con el fin de comparar la bondad de la predicción de cada uno de los modelos ensayados,
se dibujaron las proyecciones y los resultados de ensayos resistencia al corte, para el
esfuerzo normal 0.050 MPa (Figura 56).

La comparación de los diversos criterios de predicción permite conc luir que las ecuaciones
de Vanapalli et al. (1996b) (primer método) y de Khalili & Khabbaz (1998), hacen las
mejores predicciones de resistencia al corte con la succión, en los suelos parcialmente
saturados y en proceso de secado, utilizados en este estudio.

100
0,125
LIMO ARENOSO
σ n = 0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)
0,1

0,075

Ensayos
0,05 Vanapalli et al
Khalili & Khabbaz
Rassam & Cook
Oberg & Sallfors

0,025
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

0,2
ARENA LIMOSA
σn = 0.050 MPa
Resistencia al corte (MPa)

0,15

0,1
Ensayos
Vanapalli et al
Khalili & Khabbaz
Rassam & Cook
Oberg & Sallfors

0,05
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

Figura 56. Comparación de diferentes funciones de resistencia al corte respecto a succión,


para los suelos en proceso de secado.

Para aplicar el modelo de Vanapalli et al. (1996b) no se requiere la determinación de los


valores característicos de la curva de retención de humedad, lo cual constituye una ventaja
en la práctica, ya que esos valores no son fáciles de determinar y para hacerlo se necesitan
mediciones humedad-succión en un rango muy amplio. Usando este modelo, se calculó el
parámetro κ en un rango de succiones estrecho (Succión < 0.4 MPa), en el cual

101
posiblemente se encontrarán la mayoría de las aplicaciones prácticas de ingeniería
(corresponde a S > 65% en suelo LA y S > 50% en suelo AL). En este rango de succio nes,
se determinaron los valores del parámetro siguientes: para la arena limosa (AL), κ=3.1; para
el limo arenoso (LA), κ=6.2. La Figura 57 muestra el aceptable ajuste entre el modelo y los
datos para este caso. Sin olvidar las limitaciones del presente estudio, estos parámetros
podrían ser empleados en la práctica como una primera aproximación de trabajo, en suelos
con características similares a los estudiados.

0,4 0,4

ARENA LIMOSA LIMO ARENOSO

κ = 3,1 κ = 6,2
0,3 0,3
Resistencia al corte (MPa)

Resistencia al corte (MPa)


0,2 0,2

0,1
0,1

0
0
0 0,1 0,2 0,3 0,4
0 0,1 0,2 0,3 0,4
Succión (MPa) Succión (MPa)

Figura 57. Predicción de resistencia al corte (Vanapalli et al., 1996b) en un rango muy
estrecho de la succión.

Por último, se compararon las medidas de resistencia al corte con las ecuaciones de
predicción de Vanapalli et al. (1996b), de los suelos en proceso de humedecimiento. Para
tal efecto, se usaron los parámetros de la curva de retención de humedad en proceso de
humedecimiento y los parámetros efectivos de resistencia obtenidos en el suelo seco al aire
con inundación (casi saturado) (c’= 0.022 MPa y φ’=39.2º para suelo LA; c’= 0.026 MPa y
φ’=36.1º para suelo AL).

Los resultados del ajuste y los valores del parámetro κ se indican en la Figura 58. Aunque
la dispersión de los datos es mayor que en el proceso de secado, la tendencia indica que el
parámetro κ converge hacia un valor único, alrededor del promedio κ=3.1, para ambos
tipos de suelo.

La convergencia del parámetro κ hacia un valor único, cuando el suelo está en el proceso
de humedecimiento, se suma a otros aspectos observados después de aplicar un ciclo
secado-humedecimiento, tales como el acercamiento de las envolventes de Mohr-Coulomb
y la reducción de diferencias en el comportamiento durante la falla por cortante. Esto

102
parece indicar que los suelos de este estudio tienden hacia un único tipo de material,
después de que experimentan un ciclo secado-humedecimiento. Si esta suposición fuera
válida, las diferencias de textura y plasticidad en estado natural, se volverían irrelevantes al
momento de evaluar el comportamiento de la resistencia al corte en procesos de secado-
humedecimiento.

0,2

σn=0.150 MPa − κ = 3.76


Resistencia al corte (MPa)

0,15

σn=0.050 MPa − κ = 2.93


0,1

σn=0.012 MPa − κ = 3.14


0,05

LIMO ARENOSO
0
0 0,5 1 1,5 2

Succión (MPa)

0,25

σn=0.150 MPa − κ = 2.75


0,2
Resistencia al corte (MPa)

0,15
σn=0.050 MPa − κ = 2.82

0,1
σn=0.012 MPa − κ = 3.09

0,05

ARENA LIMOSA
0
0 2 4 6 8 10

Succión (MPa)

Figura 58. Modelo de Vanapalli et al. (1996b), para los suelos en proceso de
humedecimiento.

103
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

En el presente estudio se utilizaron suelos derivados de la descomposición de cenizas


volcánicas y flujos de lodo, de la región del Quindío (Colombia). El primero de los suelos
consistió en un limo arenoso (LA), de alta plasticidad, y el segundo en una arena limosa
(AL) no plástica. Se midió la resistencia al corte de estos materiales, en una máquina
convencional de corte directo, utilizando muestras con diferentes contenidos de agua,
conseguidas en un proceso de secado a partir de muestras naturales casi saturadas, y en un
proceso de humedecimiento a partir de muestras secas al aire. El programa de ensayos
también incluyó la determinación de relaciones humedad–succión y la elaboración de
curvas de retención de humedad.

A continuación se presentan las principales conclusiones derivadas del trabajo, las cuales se
han organizado según los siguientes aspectos:

• Relaciones humedad – succión y cambios de volumen con los cambios de humedad.

• Comportamiento del suelo parcialmente saturado durante la falla.

• Parámetros de resistencia al corte.

• Resistencia al corte en procesos de secado y humedecimiento.

• Predicción de la resistencia del suelo parcialmente saturado.

Por último, como consecuencia de los resultados del estudio se presentan recomendaciones
para comp lementar o abrir nuevas líneas de trabajo sobre el campo de estudio.

104
6.1. RELACIONES HUMEDAD-SUCCIÓN Y CAMBIOS DE VOLUMEN

Los resultados de la elaboración de curvas de retención de humedad, mediante la técnica de


medición con papel de filtro, permiten enunciar las siguientes conclusiones:

• En los suelos LA y AL del presente estudio se lograron elaborar curvas suelo-agua, en


secado y humedecimiento, utilizando la técnica de medición de la succión con papel de
filtro, que ofrecen errores de ajuste aceptables respecto a la ecuación de predicción de
Fredlund & Xing (1994).

• El valor de entrada de aire de los suelos puede ser estimado a partir de las curvas de
retención de humedad elaboradas en el presente estudio, mediante un método de
construcción gráfica (Vanapalli et al., 1998) que proporcionó resultados coherentes con
los valores típicos conocidos en limos y arenas. Sin embargo, el estado residual no se
identificó con facilidad usando el mismo método de construcción gráfica.

• La técnica empleada para elaborar las curvas de retención de humedad permitió obtener
curvas que relacionan los cambios de volumen con la succión. Se determinó que el
secado produce una reducción fuerte del volumen en el limo arenoso (LA), y muy
pequeña reducción de éste en la arena limosa (AL). En ambos materiales, el proceso de
humedecimiento no cambia el volumen.

6.2. COMPORTAMIENTO DEL SUELO PARCIALMENTE SATURADO EN LA


FALLA

El análisis de los desplazamientos en el ensayo de corte directo, de muestras de suelo


ensayadas en condiciones inundada (casi saturada) y parcialmente saturada, permite obtener
las siguientes conclusiones:

• En los dos suelos del presente este estudio, la fragilidad y la dilatancia se incrementan a
medida que el suelo pierde humedad desde el estado casi saturado, y disminuyen a
medida que el suelo se humedece desde el estado seco al aire.

105
• Existe un punto de máxima resistencia asociado con el cambio en la tendencia de
ganancia o pérdida de fragilidad del suelo. Este punto está muy cerca del intervalo de
saturación residual identificado en ambos suelos.

• Después de un ciclo secado- humedecimiento, las muestras de suelo seco al aire y casi
saturado, no recuperan la rigidez que tenían en estado natural saturado. Después de un
ciclo, en el limo arenoso (LA) aumenta la fragilidad, y en la arena limosa (AL)
disminuye, volviéndose parecido el comportamiento de ambos suelos durante la falla.

6.3. PARÁMETROS DE RESISTENCIA AL CORTE

El análisis de las envolventes de resistencia de Mohr-Coulomb, obtenidas de ensayos de


corte directo en condición saturada (en estados natural y seco al aire), permite enunciar las
siguientes conclusiones:

• El secado al aire hace aumentar el ángulo de resistencia al corte (pico) del limo arenoso
(LA) y lo hace reducir en la arena limosa (AL).

• El secado aumenta el ángulo de resistencia al corte (pospico) del suelo LA y lo reduce


en el suelo AL.

• El secado al aire produce reducción de la cohesión respecto a la cohesión que posee el


suelo en la condición natural. Esta reducción es mucho más fuerte en la arena limosa
(AL) que en el limo arenoso (LA).

• El secado produce el acercamiento de las envolventes de Mohr-Coulomb de los dos


suelos en estudio.

6.4. RESISTENCIA AL CORTE EN SECADO Y HUMEDECIMIENTO

La relación entre la resistencia al corte y al succión, determinada a partir de relaciones


humedad-succión, en procesos de secado-humedecimiento, permite obtener las siguientes
conclusiones:

106
• La desaturación o secado produce el incremento de la resistencia al corte, y la
saturación o humedecimiento produce el decrecimiento de la resistencia.

• Con el secado, la resistencia inicial del suelo casi saturado se incrementa hasta un valor
máximo, y luego disminuye hasta llegar a la resistencia al corte que tiene el suelo seco
al aire.

• Cuando el suelo está seco al aire y se humedece hasta el estado saturado, la resistencia
disminuye de manera continua.

• La máxima resistencia no se alcanza en el estado seco (al aire), sino con un valor del
grado de saturación S ≈ 40%, que está asociado con la succión residual estimada, lo
cual es acorde con el modelo interpretativo de la resistencia al corte, basado en la curva
de retención de humedad (Vanapalli et al., 1996b; Fredlund et al., 1995).de Fredlund et
al. (1995).

• Con los suelos del presente estudio, el método experimental utilizado no permite
determinar la relación entre la resistencia al corte y la succión para valores de la succión
inferiores al valor de entrada de aire.

6.5. PREDICCIÓN DE LA RESISTENCIA DEL SUELO PARCIALMENTE


SATURADO

Del análisis del ajuste de la relación entre la resistencia al corte y la succión y algunos de
los modelos propuestos para hacer esa representación, se concluyó lo siguiente:

• El criterio de resistencia propuesto por Vanapalli et al. (1996b), conocido como primer
método de la Universidad de Saskatchewan, modela aceptablemente la resistencia al
corte en proceso de secado en los suelos del presente estudio, para valores de la succión
ψ < 2 MPa y ψ > 7 MPa. Sin embargo, este modelo no hace buena predicción en el
intervalo de succión entre 2 y 7 MPa, en el cual se encontraron los valores de resistencia
al corte máxima.

• La interpretación que hace el modelo de Vanapalli et al. (1996b) de la contribución de la


succión en la resistencia al corte de los suelos en estudio, indica que el incremento de
resistencia por succión (φ b ) es importante con humedades cercanas a la saturación, pero
que decrece aceleradamente hasta que el grado de saturación es cercano a 50%, donde la
contribución de la succión se hace muy pequeña o nula.

107
• El modelo de Öberg & Sällfors (1995) no hace una buena predicción de la resistencia de
los suelos utilizados en el presente estudio, ya que estima resistencias muy superiores a
las medidas.

• El modelo de Khalili & Khabbaz (1998) hace una adecuada predicción de la resistencia
en el rango de succión ψ < 2 MPa. La tendencia de variación de los valores del
parámetro exponente de la ecuación obtenidos en este estudio (-0.74 para limo arenoso y
-0.54 para arena limosa), no es consistente con la que presentan los valores encontrados
por los autores de este modelo (-0.40 para suelos arcillosos y -0.65 para suelos
arcillosos).

• El modelo de Rassam & Cook (2002) sólo hace una adecuada representación de los
datos en el suelo limo arenoso (LA), en un rango de succiones pequeñas (ψ < 0.5MPa)

• El modelo de Vanapalli et al. (1996b), aplicado a los suelos en proceso de


humedecimiento, muestra mayor dispersión de datos que la obtenida en el proceso de
secado. El ajuste de los datos al modelo indica tendencia hacia un único parámetro (κ),
independiente de que el suelo sea arena limosa (AL) o limo arenoso (LA).

Como un resultado de las observaciones anteriores, se infiere que los suelos de este estudio
cuando son sometidos a un ciclo de secado-humedecimiento, tienden a convertirse en un
material de comportamiento mecánico similar. Esto se infiere al observar la convergencia
hacia un único valor del parámetro de la ecuación de Vanapalli et al. (1996b), la
disminución de la diferencia entre envolventes de resistencia al corte, y la reducción de
diferencias en el comportamiento durante la falla por cortante.

6.6. RECOMENDACIONES PARA INVESTIGACIONES FUTURAS

Se sugiere que en esta línea de investigación se incluyan los siguientes aspectos:

• Todo el desarrollo de las relaciones humedad-succión, humedad-resistencia o succión-


resistencia, se han encontrado a partir de mediciones de la humedad del suelo realizadas
empleando el método normalizado de secado en horno a 110ºC. En la estructura de los
suelos con minerales alofánicos una parte del agua puede estar embebida, como agua de
constitución, en el interior de esferas del mineral alofánico. No se conoce si la
temperatura de secado normalizada de 110ºC conserva intacta el agua de constitución, o
si elimina una parte o la totalidad de ésta. En el último caso, la medición de humedad
estaría incluyendo erróneamente el agua de constitución en la parte de agua que drena o
que produce tensiones capilares. Es recomendable investigar acerca del método para el

108
secado de suelos alofánicos, elaborando relaciones entre tiempos de secado,
temperaturas máximas y gradientes de temperatura de secado. Podría observarse la
incidencia del porcentaje de alófana, estudiando estas variables en suelos con diferentes
porcentajes de este mineral.

• Con el fin de observar la influencia de la fisuración en la determinación de las


relaciones humedad-succión del limo arenoso (LA), y para buscar explicación al
incremento de volumen de la arena limosa (AL), se podrían adelantar estudios que
determinen el grado de avance de la fisuración en relación con la succión, y su
incidencia en la determinación de la relación humedad-succión.

• A raíz de la fisuración durante el secado, observada en la mayoría de muestras de limo


arenoso (LA), existe la posibilidad de un posible control de la resistencia por las
discontinuidades. Este aspecto podría investigarse mediante ensayos de resistencia de
muestras de gran tamaño, que permitan comparar la resistencia al corte o a tracción de
suelos con diferentes grados de fisuración.

• El cambio que experimentan las envolventes de resistencia con el secado de los suelos
del presente estudio sugieren la posibilidad de que exista una carga de colapso bajo un
determinado nivel de esfuerzo. Se hace necesario investigar sobre la colapsabilidad de
este tipo de suelo, teniendo en cuenta la condición seca, saturada y parcialmente
saturada. En esta investigación se podría determinar el nivel de esfuerzo, respecto a la
carga de colapso, bajo el cual son confiables las determinaciones de la relación
humedad-succión con esfuerzo exterior nulo.

109
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114
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

ANEXOS

115
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

ANEXO A

PROCEDIMIENTO PARA LA MEDICIÓN DE LA SUCCIÓN POR CONTACTO


ENTRE SUELO Y PAPEL DE FILTRO

Para la medición de la succión por contacto entre papel de filtro y suelo, se utilizó un
ensamblaje de dos discos de material acrílico colocados a manera de sándwich, encerrando
una probeta o espécimen de suelo con forma de plato (Figura 59). El equipo y materiales
necesarios para ejecutar este procedimiento fueron los siguientes:

• Discos de material acrílico, lo suficientemente rígidos para mantener buen contacto


entre el papel de filtro y la probeta de suelo. En este trabajo se utilizaron discos de
material acrílico transparente, de 10 cm de diámetro y 1 cm de espesor.
• Círculos de papel de filtro tipo cuantitativo, libre de cenizas, con curva de
calibración o de retención de humedad conocida. En este caso se usaron círculos de
de 70 mm de papel de filtro Schleicher & Schuell No.589 Ashless Ref. 300108.
• Balanza analítica con sensibilidad 0.0001 gr.
• Cuarto de ambiente fresco y temperatura controlada (±1ºC). En este caso se
reemplazó el cuarto de temperatura controlada por recipientes térmicos de
poliestireno expandido (icopor).
• Horno de laboratorio, con termostato y temporizador, que mantenga la temperatura
de 105ºC durante 2 horas.
• Papel plástico de película delgada, como el utilizado en cocina para envolver
alimentos.
• Bolsas de plástico transparente con sello automático, para guardar el ensamblaje de
suelo y discos acrílicos. De acuerdo con el tamaño de los discos de acrílico y de la
probeta de suelo, se seleccionaron bolsas de 17 cm x 20 cm.
• Bolsas de plástico transparente con sello automático, para guardar el papel de filtro
durante la operación de pesaje. Para esto se usaron bolsas de 10 cm x 10 cm.
• Cinta adhesiva transparente. Se utilizó cinta adhesiva de 2.5 a 5 cm de ancho.
• Papel plástico con burbujas, como el usado para empacar objetos delicados.
• Bandas elásticas de caucho.
• Calibrador o nonio.
• Pinzas pequeñas, similares a las usadas para depilación capilar.
• Guantes quirúrgicos.
• Bisturí.

116
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

• Marcador de tinta indeleble.


• Hojas de papel en blanco
• Brocha.
• Hojas de registro de datos. Para estos ensayos se elaboró la hoja presentada en el
Anexo A.

disco de
acrílico

h=2cm ⇒
d=10cm
PROBETA disco de
acrílico

Figura 59. Ensamblaje para la medición de succión por contacto con papel de filtro.

El procedimiento paso a paso para medir la succión en una probeta de suelo es el siguiente:

1. Elaboración de la probeta.

Se corta la probeta de suelo con la forma de cilindro aplanado, de igual diámetro que los
discos de material acrílico (en este caso 10 cm), y con espesor alrededor de 2.5 cm El
procedimiento debe ser cuidadoso para asegurar que la probeta tenga forma circular y que
sus caras sean paralelas.

Las caras de la probeta se alisan perfectamente con la espátula, de tal manera que el
contacto entre ésta y los discos acrílicos sea uniforme.

2. Ensamblaje del suelo con el papel de filtro y los discos acrílicos.

Se toma una pareja de discos acrílicos y se rotulan con el marcador, diferenciando el disco
superior y el inferior. Se pesa cada disco de acrílico en una balanza con sensibilidad 0.01
gr.

Se coloca la probeta entre los discos de acrílico, verificando de nuevo que exista contacto
parejo entre las caras de discos y probeta. Sobre los lados de los discos de acrílico y de la
probeta de suelo, se pintan algunas señales con el marcador, con el objeto de mantener
durante todo el procedimiento la misma orientación de la probeta respecto a los discos.

117
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Inmediatamente se mide el volumen inicial de la probeta, tomando por lo menos cuatro


lecturas del diámetro y cuatro lecturas del espesor, con aproximación de 0.01 cm. Respecto
a una norte imaginaria sobre la cara circular de la probeta, se hacen las lecturas de
dimensiones en puntos orientados a 0º, 90º, 180º y 270º. Luego se pesa el conjunto de
discos y suelo, en una balanza con sensibilidad 0.01 gr.

Con la ayuda de los guantes y las pinzas, se colocan dos círculos de papel filtro, uno en
cada cara de la probeta, y se tapan con los discos de acrílico (Figura 60). Los discos de
papel filtro se pasan directamente de su empaque a la probeta.

3. Sellado del conjunto de suelo, papel de filtro y discos de acrílico.

El conjunto se coloca sobre el papel plástico transparente de cocina, como se observa en la


Figura 60, y luego se recubre con dos capas de papel de cocina, presionando un poco para
garantizar el adecuado contacto entre el papel y el suelo. Se revisa que el recubrimiento
cubra todos los lados del ensamblaje.

Figura 60. Ensamblaje de la probeta de suelo, los accesorios y el papel de filtro.

Una vez hecho el recubrimiento con el papel plástico transparente, se dibujan líneas cada
45º sobre la cara de uno de los discos acrílicos (Figura 61) y, en el sentido de cada línea
marcada, se enrolla una vuelta de cinta adhesiva, de tal manera que se den en total cuatro
vueltas alrededor del ensamblaje. Finalmente se enrolla una vuelta de cinta adhesiva de 4 a
5 cm de espesor, alrededor de la cara la teral del ensamblaje. Este procedimiento se repite
una vez, es decir, se colocan nuevamente dos capas de papel de cocina y más vueltas cinta
adhesiva, para completar en total cuatro capas de papel plástico de aislamiento. Después de
completar el sellado (Figura 62) se rotula el conjunto con lápiz marcador.

118
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Figura 61. Sellado de la probeta de suelo utilizando papel plástico y cinta adhesiva.

Figura 62. Aspecto del ensamblaje envuelto en papel plástico y cinta adhesiva.

Luego, este conjunto se introduce dentro de dos bolsas de plástico con sistema de sello
automático. Antes de cerrar el sello se extrae el aire, tratando de crear vacío en el interior
de la bolsa (Figura 63). El paquete se introduce primero en una de las bolsas y se sella, y
luego se introduce todo en la otra bolsa y también se sella ésta.

Por último, este paquete se envuelve en dos capas de papel plástico con burbujas, el cual se
sujeta mediante bandas elásticas de caucho, se rotula, e inmediatamente se introduce en un
recipiente de temperatura controlada.

4. Tiempo de equilibrio entre suelo y papel de filtro.

La probeta de suelo y el papel de filtro deben conservarse en ambiente de temperatura


controlada (±1ºC) durante una semana (7 días) con el fin de equilibrar la succión entre el
papel y el suelo.

119
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

En este caso, como no se disponía del cuarto de temperatura controlada, se optó por utilizar
recipientes térmicos de poliestireno expandido (Figura 65). Con el fin de revisar la eficacia
de los recipientes, se introdujo un termómetro de máximos y mínimos dentro de un
recipiente de doble pared (un recipiente dentro de otro), el cual se almacenó en la bodega
del laboratorio, protegido de las corrientes de aire y alejado de las paredes exteriores.

Figura 63. Introducción del ensamblaje en las bolsas de plástico con sello.

Figura 64. Paquete con la probeta antes de introducir a los recipientes de temperatura
controlada.

En la Tabla 11 se presentan las lecturas de temperatura dentro de las cajas y en la bodega, y


la variación de éstas durante dos meses. Se observa que la temperatura, tanto en la bodega
como en el interior de los recipientes, está variando con el paso de las semanas,
probablemente siguiendo la variación climática de la región. Sin embargo, el intervalo de
variación de la temperatura es bastante menor que el reportado normalmente en la región, el
cual está entre 18ºC y 26ºC por día, mientras que dentro de las cajas térmicas la variación
de temperatura no superó nunca el rango de ±1ºC en periodos de 7 días.

120
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Figura 65. Recipientes térmicos utilizados para mantener las probetas.

Tabla 11. Temperaturas de almacenamiento de probetas en un periodo de dos meses.

Fecha TºC interior TºC ambiente


min max min max
12-Abr-02 23.4 23.4 23.1 23.8
13-Abr-02 23.5 23.6 22.7 24.0
22-Abr-02 23.0 23.6 22.7 24.0
15-May-02 23.4 23.5 23.0 24.3
16-May-02 23.4 23.6 23.2 23.7
17-May-02 23.4 23.9 23.4 24.2
18-May-02 23.8 24.0 23.3 24.1
20-May-02 23.8 23.9 23.0 24.2
21-May-02 23.7 23.9 22.9 24.0
22-May-02 23.8 23.8 23.1 24.4
23-May-02 23.6 23.8 22.9 23.8
24-May-02 23.6 23.7 22.9 23.9
02-Jun-02 22.5 22.9 21.8 22.9
05-Jun-02 22.5 22.9 21.7 22.9
07-Jun-02 22.4 22.2 21.6 22.6
08-Jun-02 22.5 22.3 21.8 23.2
12-Jun-02 22.5 22.5 21.8 22.7

5. Medición de la humedad del papel de filtro.

Pasados siete días se retiran las probetas de los recipientes térmicos de almacenamiento.

Antes de extraer las probetas de los recipientes de temperatura constante, y de retirar el


papel de burbujas y las dos bolsas plásticas que las envuelven, se deben hacer algunos
preparativos para la medición de la humedad del papel de filtro.

121
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

El primer paso consiste en preparar el recipiente de pesaje. En este caso, el equivalente al


recipiente de pesaje es una pequeña bolsa de plástico con sello automático, de tamaño
ligeramente superior al diámetro de los círculos de papel de filtro (en este caso, 10 cm x 10
cm). Se toman dos bolsas de plástico por cada probeta y se rotulan. Luego, en cada bolsa se
introducen círculos de papel de filtro no usados, que tienen por objeto capturar el agua
higroscópica del interior de las bolsas. Se procede a alistar la mesa de trabajo con hojas de
papel limpio, donde se colocarán la probeta y todos los demás elementos de trabajo.

Se destapa la probeta, retirando el papel de burbujas y las bolsas de plástico, y con la ayuda
de un bisturí se corta la envoltura en forma circular alrededor de una de las tapas de
material acrílico; este corte se hace a la altura de la mitad de la pared del disco acrílico
(Figura 66). Se retira la envoltura de papel plástico que funciona a manera de tapa,
cuidando de no girar o levantar la tapa de material acrílico. Al final de este paso, el
conjunto se observa tal como aparece en la Figura 67.

Figura 66. Retiro de la envoltura alrededor de la tapa de material acrílico.

De manera muy rápida, usando las pinzas, se retira el círculo de papel filtro del interior de
una de las bolsas de pesaje, y se pesa la bolsa vacía en la balanza analítica con precisión de
0.0001 gr. Inmediatamente después, con la bolsa vacía en la mano (tratando de mantener
abierta la entrada de la bolsa con los dedos pulgar e índice), se levanta la tapa de material
acrílico (Figura 68), y con la ayuda de las pinzas se retira el círculo de papel de filtro en
contacto con la probeta. Muy rápidamente se introduce el papel de filtro en la bolsa de
plástico, se coloca el sello automático, e inmediatamente se lleva el conjunto bolsa+papel a
la balanza analítica de sensibilidad 0.0001 gr. (Figura 69). El proceso de levantar la tapa de
acrílico, retirar el papel de filtro, y pesar en la balanza bolsa+papel, no debe tomar más de
30 segundos. La acción de retirar el papel de filtro de la probeta debe ser cuidadosa, para no
dañar la probeta con las pinzas.

Se anotan los pesos de la bolsa plástica vacía y de la bolsa con el papel de filtro. También
se anota la forma en que despegan el papel y la probeta (por ejemplo, si adhiere, si está
suelta).

122
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Este proceso se repite de forma idéntica con la segunda tapa del ensamblaje, con el objeto
de tener el promedio de humedades de los dos círculos de papel de filtro en las caras de la
probeta. Se debe tener el cuidado de usar distinta bolsa para cada determinación de la
humedad del papel.

Figura 67. Aspecto de la probeta después de retirada la tapa de la envoltura.

Figura 68. Destapado de la probeta para retirar el papel de filtro.

123
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Figura 69. Pesaje del papel de filtro.

Con ayuda de las pinzas, se trasladan los círculos de papel de filtro desde las bolsas de
pesaje hasta recipientes o platos refractarios, limpios y rotulados (Figura 70), y se
introducen en el horno a 105ºC durante dos horas.

A partir de este momento se adelanta el procedimiento de medición de volumen y peso de


la probeta (Paso 6), mientras el papel de filtro está en el horno.

Figura 70. Recipientes de secado, rotulados.

Para el pesaje del papel de filtro seco se alistan bolsas de plástico nuevas, con su respectivo
círculo de papel de filtro adentro para absorber la humedad higroscópica, tal como se hizo
para el pesaje del papel de filtro húmedo. Después de cumplidas las dos horas de secado, se
pesan las bolsas vacías. Con la bolsa vacía en la mano (con la entrada abierta usando el
pulgar y el índice), se abre inmediatamente la puerta del horno y, con la ayuda de las
pinzas, se retira el círculo de papel de filtro y se introduce en la bolsa de pesaje, se coloca el
sello automático, e inmediatamente se lleva la bolsa con el papel de filtro seco a la balanza
analítica. Esta operación no debe tomar más de 30 segundos, con el fin de que el papel de
filtro no capture humedad higroscópica cuando sale del horno. El proceso se repite con

124
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

cada círculo de papel de filtro, anotando los pesos de la bolsa vacía y de la bolsa con el
papel.

6. Medición del volumen y la humedad de la probeta.

Inmediatamente después de colocar en el horno los círculos de papel húmedos, el paso


siguiente es medir el volumen y el peso de la probeta.

Con el bisturí, se retira cuidadosamente el resto de la envoltura de plástico y de cinta


adhesiva que cubre las paredes de la probeta. Para manipular la probeta con mayor
seguridad, antes de realizar esta operación deben estar colocados en la probeta los discos de
acrílico, cuidando que la orientación de éstos sea la misma que tenían antes de retirarlos
para la lectura de humedad. Luego se pesa la probeta en una balanza con 0.01 gr de
sensibilidad. Cuando aún no se tenga suficiente pericia en la manipulación de la probeta,
puede hacerse el pesaje antes de retirar la envoltura que cubre las paredes de la probeta,
manteniendo los discos de acrílico sobre las caras de la probeta; posteriormente se retira
esta parte de la envoltura, se determina su peso, y junto con el peso de los discos de
acrílico, se descuenta de la medida del peso total.

Por medio de la brocha pequeña se desprenden todos los residuos de suelo que quedan
adheridos a la envoltura de plástico retirada de la probeta, usando la superficie de trabajo
hecha con hojas de papel limpio. Estos residuos se colocan en el horno a 110ºC, hasta
obtener peso constante o durante 24 horas, y se pesan rápidamente en la balanza analítica.

Con los discos de acrílico colocados sobre las caras de la probeta (para facilitar la
manipulación), se toman medidas del diámetro y del espesor de ésta (con aproximación de
0.01 cm). Esto se hace sobre los mismos puntos en donde se midieron las dimensiones
iniciales, en cuatro puntos orientados a 0º, 90º, 180º y 270º, aprovechando las marcación
realizada para ello sobre los discos de acrílico.

Terminadas las mediciones, se coloca la probeta en el horno a 110ºC durante 24 horas, y se


determina el peso seco con aproximación de 0.01 gr.

7. Cálculos de humedad y succión.

En los Anexos B y C se presentan las hojas utilizadas para el registro de datos y para
calcular el valor de la succión.

Con los datos del pesaje de los círculos de papel de filtro, ya descontado el peso de las
bolsas plásticas vacías, se calcula la humedad de cada círculo de papel como:

125
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

peso papel húmedo − peso papel sec o


w= x100 (%)
peso papel sec o

Con el cálculo de la humedad promedio del papel de filtro de ambas caras de la probeta, se
estima el valor de la succión usando una ecuación de calibración conocida. En este caso,
para papel de filtro Schleicher & Schuell No.589, se utilizó la ecuación de calibración de
McQueen & Miller (1968) 15 :

Log succión ( kPa ) = 5.056 − 0.0688w(%) w < 54%


Log succión ( kPa ) = 1.882 − 0. 0102w(%) w > 54%

Los valores de las relaciones gravimétricas y volumétricas de la probeta, se calcularon


usando todos los datos de pesaje y medidas de volumen. Se tuvo en cuenta la adición del
peso del residuo o pérdida que se tuvo durante el retiro de la envoltura plástica, para
obtener el peso seco total de la probeta.

En el caso de las probetas utilizadas para lecturas sucesivas, como sucede cuando se
elaboran las curvas de retención de humedad, deben corregirse los valores individuales de
peso y volumen de cada lectura debido a las pérdidas que suceden durante el retiro de las
envolturas plásticas 16 . En ese caso, como el peso seco de la probeta sólo se puede conocer
al finalizar la última medición de succión de la curva de retención de humedad, el
procedimiento consiste en tomar el peso seco final correspondiente a la última medición de
la succión, y adicionar progresivamente los residuos de suelo seco correspondientes a cada
una de las mediciones anteriores. Cuando la pérdida de suelo acumulada a través del
proceso es significativa 17 , es necesario cuantificar la reducción de volumen, y hacer la
corrección respectiva en las mediciones posteriores.

15
En: Fredlund, D.G. & Rajardho, H. (1993). Soil mechanics for unsaturated soils. John Wiley & Sons. 517 p.
16
Si la medición es cuidadosa, los residuos de suelo durante cada lectura no deben superar 0.05 gr.
17
Esto se observa en la rotura de los bordes y paredes de la probeta.

126
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

ANEXO B

RESUMEN DE RESULTADOS DE MEDICIONES DE SUCCIÓN

127
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 12. Resumen de valores de succión y humedad del Limo Arenoso en secado.

SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
LA-4 1.2 111.4 68.1 89.2
LA-1 1.3 114.0 68.2 88.7
LA-2 1.3 114.5 67.5 87.4
LA-3 1.9 114.4 68.3 88.8
LA-4 3.4 103.1 63.7 83.7
LA-2 5.9 105.0 62.8 81.7
LA-4 7.4 99.2 60.9 79.9
LA-3 13.3 106.5 64.4 84.2
LA-2 21.2 96.9 57.8 75.2
LA-2 103.0 93.3 55.6 72.3
LA-4 286.1 82.8 51.1 67.2
LA-2 522.2 85.7 52.0 68.0
LA-2 2397.4 60.6 40.6 54.9
LA-2 3494.0 51.2 36.1 49.6
LA-4 3776.3 55.6 37.4 50.7
LA-4 5744.5 46.3 32.2 44.1
LA-2 8975.9 40.0 29.6 41.5
LA-6 24937.7 22.7 17.8 25.5
LA-5 29631.3 22.6 17.9 25.9
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.

128
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 13. Resumen de valores de succión y humedad de la Arena Limosa en secado.

SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
AL-1 1.5 37.2 44.5 80.9
AL-3 1.6 36.3 43.4 78.6
AL-2 2.2 34.4 42.4 78.9
AL-1 4.5 35.0 42.4 77.7
AL-3 11.1 33.9 40.5 73.4
AL-2 13.4 32.2 39.7 74.1
AL-1 42.2 31.7 38.4 70.6
AL-3 64.2 30.9 36.7 66.4
AL-2 82.1 29.1 35.9 67.2
AL-1 94.4 30.0 36.2 66.3
AL-3 111.8 29.1 34.9 63.6
AL-2 146.4 27.3 33.7 63.0
AL-1 267.6 26.5 32.1 58.9
AL-3 474.2 22.0 26.4 48.2
AL-2 535.0 19.6 24.2 45.1
AL-1 1800.4 15.5 18.9 34.9
AL-3 3600.7 13.2 15.9 29.0
AL-2 4777.8 10.7 13.3 25.1
AL-1 6922.5 10.5 12.8 23.7
AL-3 16020.7 7.4 8.9 16.4
AL-5 18864.9 6.7 7.7 13.4
AL-2 20695.0 6.3 7.9 15.0
AL-6 21003.4 7.4 8.3 14.3
AL-1 24647.5 6.0 7.3 13.6
AL-4 26159.7 7.6 8.3 14.0
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.

129
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 14. Valores de succión y humedad del Limo Arenoso en humedecimiento.

SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
LA-5 29631.3 22.6 17.9 25.9
LA-6 24937.7 22.7 17.8 25.5
LA-6 229.0 36.9 28.4 40.4
LA-6 177.6 36.8 28.3 40.4
LA-6 18.1 47.0 36.3 51.8
LA-5 3.3 58.4 44.9 64.1
LA-6 1.0 76.3 59.4 85.1
LA-5 0.9 68.8 54.1 77.8
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.

130
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 15. Valores de succión y humedad de la Arena Limosa en humedecimiento.

SUCCIÓN w θ S
Espécimen kPa % % %
AL-4 26159.7 7.6 8.3 14.0
AL-6 21003.4 7.4 8.3 14.3
AL-5 18864.9 6.7 7.7 13.4
AL-4 7365.5 11.8 12.6 21.1
AL-5 883.9 15.8 18.1 31.9
AL-5 749.0 15.8 18.1 31.8
AL-4 575.5 20.6 22.1 37.2
AL-6 504.2 19.9 22.2 38.1
AL-4 347.8 23.5 25.5 43.2
AL-6 294.0 20.1 22.4 38.5
AL-6 150.6 25.4 28.5 49.3
AL-4 57.8 31.9 34.9 59.4
AL-6 16.5 35.7 40.0 69.2
AL-5 16.3 32.8 37.8 66.8
AL-4 15.6 36.9 40.5 68.8
AL-4 13.9 37.8 41.1 69.5
AL-6 6.4 40.5 46.1 80.5
AL-5 2.9 39.0 45.0 79.3
AL-5 1.9 40.7 47.2 83.9
AL-4 1.8 43.2 47.1 79.8
Nota: w = humedad gravimétrica; θ = humedad volumétrica y S = grado de saturación.

131
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

ANEXO C

RESUMEN DE RESULTADOS DE MEDICIONES DE RESISTENCIA AL CORTE

132
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 16. Humedad y resistencia al corte de muestras de Limo Arenoso en proceso de


secado.

σ w θ τ τpospico
Muestra
kPa % % kPa kPa
LA-7 107.9 67.1 25.3 17.3
LA-8 95.3 61.2 27.8 22.5
12 LA-9 83.9 55.6 34.6 22.9
LA-10 60.6 44.7 44.6 21.6
LA-11 42.1 31.2 70.0 24.7
LA-12 107.9 67.1 52.6 52.0
LA-13 96.5 59.1 65.2 63.4
LA-14 85.0 54.8 77.2 70.0
50
LA-15 80.5 51.8 72.2 65.0
LA-16 68.9 46.3 73.5 61.9
LA-17 40.6 30.0 124.6 64.8
LA-18 107.9 67.1 127.8 126.2
LA-19 91.4 66.8 135.5 130.5
LA-20 83.6 58.7 151.4 150.5
150
LA-21 80.1 55.7 163.5 161.5
LA-22 63.7 43.1 156.0 148.4
LA-23 47.0 34.2 188.3 166.0

133
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 17. Humedad y resistencia al corte de muestras de Limo Arenoso en proceso de


humedecimiento.

σ w θ τ τpospico
Espécimen
kPa % % kPa kPa
LA-24 89.9 68.2 22.4 14.8
LA-25 42.3 32.4 38.5 21.3
12 LA-26 39.7 29.8 35.4 19.8
LA-27 29.0 24.6 38.5 18.3
LA-28 18.3 15.2 47.5 22.2
LA-29 89.9 68.2 57.8 52.7
LA-30 43.7 33.6 77.5 62.7
50
LA-31 30.4 25.9 74.3 57.7
LA-32 18.3 15.2 78.5 58.7
LA-33 89.9 68.2 136.3 135.9
LA-34 41.3 32.4 148.1 140.9
150 LA-35 37.9 30.1 149.5 143.1
LA-36 28.7 24.1 142.5 135.4
LA-37 18.3 15.2 145.1 144.0

134
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 18. Humedad y resistencia al corte de muestras de Arena Limosa en proceso de


secado.

σ w θ τ τpospico
Espécimen
kPa % % kPa kPa
AL-7 46.3 51.5 61.3 27.1
AL-8 37.1 41.8 67.8 26.7
AL-9 24.7 28.6 81.6 27.9
AL-10 21.2 22.9 73.8 25.9
12
AL-11 18.3 20.9 89.9 24.8
AL-12 16.8 17.7 86.7 26.6
AL-13 15.4 16.9 87.9 26.7
AL-14 8.5 10.1 66.9 42.9
AL-15 46.3 51.5 91.6 53.6
AL-16 37.6 43.7 119.2 65.7
AL-17 35.7 39.9 130.4 70.1
AL-18 27.5 33.5 122.2 76.7
50
AL-19 24.8 32.1 121.7 81.6
AL-20 20.7 22.6 145.3 63.6
AL-21 17.5 20.0 148.6 69.4
AL-22 17.0 19.2 142.0 67.0
AL-23 46.3 51.5 175.7 142.0
AL-24 38.3 42.6 168.0 156.3
AL-25 35.6 40.9 208.2 170.0
150
AL-26 26.5 33.3 203.5 160.6
AL-27 19.1 22.0 264.6 152.7
AL-28 12.4 14.3 243.1 158.7

135
Efecto de los cambios de humedad en la resistencia de un suelo parcialmente saturado derivado de ceniza volcánica

Tabla 19. Humedad y resistencia al corte de muestras de Arena Limosa en proceso de


humedecimiento.

σ w θ τ τpospico
Espécimen
kPa % % kPa kPa
AL-29 41.3 48.3 26.4 22.3
AL-30 15.5 19.4 62.9 20.7
12 AL-31 12.9 15.6 45.1 25.7
AL-32 10.1 12.0 58.4 20.7
AL-33 7.3 8.8 62.3 26.4
AL-34 41.3 48.3 57.8 52.7
AL-35 15.4 19.1 96.1 60.7
AL-36 11.3 13.8 72.5 58.2
50
AL-37 10.2 12.7 121.1 64.4
AL-38 9.4 11.4 120.9 53.8
AL-39 7.3 8.8 112.7 63.1
AL-40 41.3 48.3 131.4 125.7
AL-41 15.4 17.8 164.8 146.9
AL-42 14.8 16.0 198.6 150.9
150
AL-43 9.8 10.7 224.9 148.4
AL-44 8.9 9.7 212.8 145.3
AL-45 7.3 8.8 214.8 150.9

136

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