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Trabajo final PLED.

Curso: Economía Política Marxista.


Alumna: Lic. María Fernanda Pujadas.
Tutora: Valeria Mutuberría Lazarini.
Tema:
“LA PRODUCCIÓN DE PLUSVALÍA ABSOLUTA Y RELATIVA”.
Introducción.
La presente monografía pretende analizar la producción de plusvalía absoluta y relativa.
Para ello se abordará el trabajo como fuente de valor. Su valor de uso y de cambio. La distinción
entre capital constante y variable. El grado de explotación de la fuerza de trabajo. La tasa de
plusvalía y la tasa de ganancia. La plusvalía absoluta y relativa y su convergencia con los conceptos
de subsunción formal y real, respectivamente. La plusvalía extraordinaria y la tendencia del sistema
a la competencia entre capitales y a la acumulación.
Se basará en el análisis que hace Marx sobre el tema, utilizando como fuentes fundamentales de
información el libro “El Capital” de dicho autor y los textos del Programa Latinoamericano de
Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), entre otros.
El reducido número de páginas que exige esta tarea, hace que se deba reconocer en ella un abordaje
limitado o acotado que, si bien no pretende ser descriptivo y explicativo en todo su contexto, puede
servir como punto de partida para un análisis más acabado sobre estos temas.
Sin más que aprovechar la oportunidad para ponderar el curso del cual he participado, como así
también sus contenidos y discusiones, doy comienzo a esta tarea.

La producción de plusvalía.
Marx sostenía en El Capital: “La producción capitalista no es ya producción de mercancías, sino
que es, sustancialmente, producción de plusvalía1”.
En el sistema capitalista, el dueño del capital no fabrica su producto por el uso final que a este se le
dará, esto es, por la necesidad que su bien pueda satisfacer. El valor de uso no es el motivo
propulsor de la producción en este sistema. “En la producción de mercancías los valores de uso se
producen pura y simplemente porque son y en cuanto son la encarnación material, el soporte del
valor de cambio. Y nuestro capitalista persigue dos objetivos. En primer lugar producir un valor de
uso que tenga un valor de cambio, producir un artículo destinado a la venta, una mercancía. En
segundo lugar, producir una mercancía cuyo valor cubra y rebase la suma de valores de las
mercancías invertidas en su producción2”. Es decir, su objetivo es producir una mercancía cuyo

1
“El Capital”. Crítica a la Economía Política. Tomo I. Carlos Marx. Fondo de Cultura Económica. Sección V. Capítulo
XIV.
2
“El Capital”. Sección III. Capítulo V.

1
valor supere el valor invertido los en medios de producción y en la fuerza de trabajo que utilizó para
producir dicho bien. No se contenta con producir sólo un valor de uso, sino que necesita producir
una mercancía, un valor. Pero ese valor debe ser mayor al originalmente desembolsado, debe
contener una plusvalía. Sólo así el dinero invertido se convierte en capital. Ya “no basta con que
produzca en términos generales, sino que ha de producir concretamente plusvalía3”.

El trabajo sólo será considerado productivo cuando genere plusvalía para el capital. Marx lo
explicaba ejemplificando: en el sistema capitalista, un maestro de escuela sólo es un obrero
productivo en tanto, además de educar, enriquezca a su patrono. El trabajo no es productivo por la
relación entre la actividad que se desarrolla y el efecto útil que produce, sino por su capacidad de
crear plusvalía. Hay “implícita una relación específicamente social e históricamente dada de
producción, que convierte al obrero en instrumento directo de valorización del capital 4”. La
creación de plusvalía se constituye, así, en una característica fundamental y decisiva del obrero
productivo.

Se define a la plusvalía como “el valor contenido en una mercancía que supera el valor de los
medios de producción (capital constante) y de la fuerza de trabajo (capital variable)5”.

El problema principal es, entonces, identificar cómo surge la plusvalía, de dónde, cómo se genera. Y
es allí donde nuestro autor hace un aporte fundamental a la ciencia económica: la fuerza de trabajo
se constituye en una mercancía en el capitalismo y, como tal, tiene un valor de uso y un valor de
cambio. Pero tiene una característica peculiar, que la distingue del resto de las mercancías. Veamos,
entonces, cuál es.

El trabajo como mercancía: su valor de uso y de cambio


Marx identifica en el trabajo la fuente de valor, el origen del valor de cambio de las mercancías.
Logró explicar, de manera objetiva, que es en el ámbito de la producción donde el sistema tiene la
capacidad de expandir su riqueza. Es decir, la riqueza se genera en la órbita de la producción y no
de la circulación, en donde ésta sólo se realiza. El capitalista produce, no por el valor de uso de una
mercancía, sino para intercambiarla en el mercado y obtener una ganancia. La fuerza de trabajo es
empleada en aquellas ramas de producción que supongan mayores tasas de ganancia. La producción

3
“El Capital”. Sección V. Capítulo XV.
4
Ibid.
5
CLASE 7, PLED. Malta, María – Castelo, Rodrigo: ‘’Explotacion, plus-valia y pauperismo’’ [CLASE], en el curso:
“Economía Política Marxista”. (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia, Centro Cultural de la
Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, Julio 2009).

2
de mercancías se constituye, así, en producción capitalista de mercancías y lo que se busca es la
mayor rentabilidad posible.

En el sistema capitalista la fuerza de trabajo se constituye en una mercancía que se compra y se


vende en el mercado. Por tanto, tiene un valor de uso y un valor de cambio. Lo que distingue a esta
mercancía del resto, es la diferencia que existe entre su valor de cambio, -relacionada con su costo
diario de conservación-, y su valor de uso, -que es su rendimiento diario, su trabajo mismo-.

Su valor de cambio, o sea, el precio de la fuerza de trabajo, su salario, está determinado, como el
resto de las mercancías, por sus condiciones de reproducción. Pero, su valor de uso “está
representado por su capacidad de crear plusvalor6”: el valor producido por la fuerza de trabajo no es
igual al precio que se paga por su uso, sino que es mayor. Esto le permite al capitalista -como
consecuencia del control que éste tiene sobre el proceso de trabajo realizado por el trabajador
“extraer un valor más alto que el pagado a cambio de su fuerza de trabajo. Se trata de la plusvalía,
la diferencia entre lo que el capitalista paga al trabajador por la compra de su fuerza de trabajo y lo
que él recibe por la explotación de la fuerza de trabajo en el proceso de producción7”.

El poseedor de dinero, al comprar la fuerza de trabajo en el mercado, la compra a un valor definido


en base al tiempo de trabajo socialmente necesario contenido en las mercancías requeridas para su
subsistencia8. “El pago de los salarios sobre estas bases respeta la ley del valor y se produce un
intercambio de equivalentes9”.
“El factor decisivo es el valor de uso específico de esta mercancía, que le permite ser fuente de
valor, y de más valor que el que ella misma tiene 10”. Esto es, el capitalista contrata al obrero por
cierta jornada laboral, en la que el trabajador produce valor por encima del necesario para satisfacer
sus necesidades de conservación. El resto de la jornada, genera una plusvalía que es apropiada por
el capitalista: el dinero en él invertido se ha convertido en capital.

6
CLASE 10, PLED. Malta, María – Castelo, Rodrigo: ‘’ La crítica de la economía política, lección 5: capitalismo y
lucha de clases” [CLASE], en el curso: “Economía Política Marxista”. (Programa Latinoamericano de Educación a
Distancia, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, Julio 2009).
7
CLASE 7, PLED. Ibid.
8
El valor de una mercancía se mide por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción, ya sea trabajo
presente, como así también trabajo pasado. “Sólo el tiempo de trabajo socialmente necesario cuenta como fuente de
valor” y ese tiempo socialmente necesario supone que la producción se desarrolle en condiciones normales, en
condiciones sociales medias de producción. Es necesario que la fuerza de trabajo funcione en condiciones normales. La
propia fuerza de trabajo ha de encontrarse en carácter normal, reuniendo el grado medio de aptitud, destreza, rapidez.
La fuerza de trabajo debe aplicarse con el grado medio habitual de esfuerza, poniendo el grado de intensidad
socialmente acostumbrado. El consumo de las materias primas e instrumentos de trabajo no deberá nunca excederse de
la tasa racional. “El Capital”. Sección III. Capítulo V.
9
CLASE 7, PLED. Ibid.
10
“El Capital”. Sección III. Capítulo VI.

3
El trabajador recibe un valor menor del que ayuda a crear; sin embargo, este intercambio desigual
de valores queda oculto en el sistema capitalista “sin infligir en lo más mínimo las leyes del cambio
de mercancías”. Lo que aparece es que “se ha cambiado un equivalente por otro11”. Como
comprador, el capitalista le paga al trabajador por su valor, que es el costo de su conservación.
Luego, en el proceso de consumo de esta mercancía, de la fuerza de trabajo, obtiene un valor de uso
que es justamente el de crear valor por encima del propio12.
La ley del valor implica que las mercancías solamente se intercambien por sus equivalentes, o sea,
por otras mercancías cuyo tiempo de trabajo socialmente necesario sea el mismo y que, por tanto,
tengan el mismo valor de cambio, cuesten lo mismo. “El aumento de la riqueza para el conjunto del
sistema debe basarse en el intercambio de equivalentes, y nunca en el intercambio desigual13”

Pero ¿cómo es entonces que en el proceso de circulación el dinero se valoriza, se constituye en


capital?
Es aquí en donde Marx hace la gran crítica a la economía política clásica, donde encontramos su
gran descubrimiento. Los clásicos se dedicaron únicamente a medir el valor. Ese valor lo distribuían
de acuerdo a la propiedad sobre los medios de producción “por el status quo social”. Marx, en
cambio, quiso comprender cómo se genera la plusvalía en un contexto de intercambio entre
equivalentes, o sea, “cómo se genera la riqueza, o el plusvalor en la producción que es la base del
proceso de acumulación capitalista14”.

Es así como este autor halló en la capacidad de trabajo de las personas la fuente de valor. El dueño
del dinero encuentra, en la órbita de la circulación, la mercancía fuerza de trabajo y, al adquirirla,
adquiere el derecho a utilizarla y disfrutar del valor de uso que ésta posee. Justamente, su valor de
uso es ser fuente de valor, lo que constituye su característica peculiar y que la distingue del resto de
las mercancías. Con su consumo, el capital logra ampliar su cantidad inicial de dinero invertido. Es
en este punto, es decir, en el ámbito de la producción, donde “el intercambio en el proceso de
circulación aparece como un intercambio de equivalentes, se revela como un intercambio
desigual15”.

11
“El Capital”. Sección III. Capítulo V.
12
“El valor de las mercancías producidas por la fuerza de trabajo durante el proceso de producción asume la magnitud
según el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlas. No hay razón para que este tiempo equivalga a aquel
necesario para producir las mercancías necesarias para la subsistencia del trabajador… El capitalista hará que el
trabajador permanezca preso del proceso productivo por más tiempo que el necesario para reproducir el valor de su
fuerza de trabajo”. CLASE 7, PLED. Ibid.
13
CLASE 7, PLED. Ibid.
14
CLASE 7, PLED. Ibid.
15
CLASE 7, PLED. Ibid.

4
Capital constante y capital variable.
Diferenciar entre capital constante y variable sirve para entender al trabajo como fuente de valor.
Esta distinción es parte fundamental en la teoría de Marx. De hecho, dicho autor crítica duramente a
sus antecesores que confunden esta distinción esencial con la diferencia entre capital fijo y
circulante.
Los economistas burgueses no llegan a comprender la importancia trascendental del capital variable
como fuente de valor y lo confunden con el capital circulante. Además, no observan que esta
distinción entre capital constante y variable es sólo válida para el capital productivo y no lo es para
el capital mercancías, ni el capital dinero.
Es en estado de capital productivo en que existe esta distinción: el proceso de trabajo o
valorización determina la diferencia en cuanto a la producción de plusvalía (aquí se distingue entre
capital constante y variable) y el proceso de circulación determina la diferencia en relación al
período de remoción del capital invertido, al tiempo para el cuál se desembolsa (aquí se distingue
entre capital fijo y circulante).
Los economistas clásicos mezclan estas categorías con el capital en circulación y, por ello,
generalizan la distinción no sólo para el capital productivo, sino también para el capital
mercancías y el capital dinero, lo cual es un grave error. Marx dedica buena parte del segundo
tomo de su obra cumbre para aclarar estas diferencias, siendo ellas fundamentales para comprender
el proceso de rotación del capital, el de valorización, el trabajo como fuente de valor, etc.
Desconocer estas diferencias, o no comprenderlas, impide comprender la teoría del valor en su
conjunto. Habiendo señalado esto, vayamos ahora al tema del apartado.

En el capitalismo, el proceso de trabajo adopta características especiales que lo transforman en un


proceso de valorización, del que surge la plusvalía. “Cuando el proceso de trabajo se convierte en
un proceso de valorización, los medios de producción forman lo que Marx define como capital
constante y el trabajo productivo constituye el capital variable16”.

En el proceso de producción “la parte del capital que se invierte en medios de producción, es decir,
materias primas, materias auxiliares, e instrumentos de trabajo, no cambia de magnitud de valor
en el proceso de producción17”. Es el capital constante.
“En cambio, la parte de capital que se invierte en fuerza de trabajo cambia de valor en el proceso
de producción. Además de reproducir su propia equivalencia, crea un remanente, la plusvalía 18”. Es
el capital variable.

16
CLASE 7, PLED. Ibid.
17
“El Capital”. Sección III. Capítulo VI.
18
Ibid.

5
Del proceso de producción resulta una plusvalía, esto es, una valorización del valor del capital
desembolsado, el “remanente del valor del producto sobre la suma del valor de sus elementos de
producción19”. Esta plusvalía es el resultado de los cambios en el valor del capital variable, en la
parte del capital invertida en la fuerza de trabajo. Esto aclara que es el trabajo la fuente de valor,
siendo que el resto de los instrumento de trabajo sólo transfieren el valor contenido en ellos.

El grado de explotación de la fuerza de trabajo. Trabajo excedente. Trabajo necesario.


La cuota de plusvalía, o grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital está dada
por el cociente (la relación) entre la plusvalía extraída a la fuerza de trabajo (m) y el valor del
capital variable (v). Esto es, la proporción entre la parte del producto generada por la fuerza de
trabajo que se apropia el capitalista y no le retribuye al trabajador y la parte de capital invertida en
fuerza de trabajo:
Tasa de plusvalía = m / v
El grado de explotación tiene que ver con la parte de la jornada de trabajo que el trabajador destina
a la producción de bienes por encima de los necesarios para cubrir sus necesidades básicas. Esto es,
la parte de la jornada de trabajo en exceso sobre el tiempo necesario para producir un valor
equivalente al de los medios de subsistencia, “en la que el trabajador trabaja más allá de los límites
del trabajo necesario, a pesar de que le cuesta trabajo y le implique gasto de fuerza de trabajo, no
crea para él ningún valor20”. Este es el llamado tiempo de trabajo excedente, por oposición al
tiempo de trabajo necesario que es la parte de la jornada destinada a la reproducción de la fuerza de
trabajo, a la reposición del valor del capital variable originalmente desembolsado por el capitalista.

Dado que “el valor del capital variable se reproduce en el tiempo de trabajo necesario (TN) y la
masa de plusvalía en el tiempo de trabajo excedente (TE)” la tasa de plusvalía también puede
representarse por la relación entre trabajo excedente y trabajo necesario:
Tasa de plusvalía = TE / TN21”.
Dado que es durante el tiempo de trabajo excedente cuando se genera la plusvalía, a ese trabajo se
le denomina plustrabajo; mientras que al valor producido en ese tiempo se le llama plusvalía o
masa de plusvalía.

Es necesario hacer una distinción entre la tasa de plusvalía, que refleja el grado de explotación de
la fuerza de trabajo (y, por tanto, relaciona la plusvalía con el capital variable solamente) y la tasa
19
“El Capital”. Sección III. Capítulo VII.
20
CLASE 7, PLED. Ibid.
21
CLASE 7, PLED. Ibid.

6
de ganancia. Esta última relaciona la plusvalía con todo el capital adelantado (tanto el capital
constante como el variable). Entonces, debe ser expresada por:
Tasa de ganancia = m / (c + v)
“La tasa de ganancia le interesa al capitalismo y a la economía política burguesa que piensan en la
remuneración obtenida a partir de la utilización de su capital. Alrededor de eso se orienta su proceso
de valorización. La competencia capitalista busca siempre la máxima tasa de ganancia.
La tasa de plusvalía interesa a los trabajadores que deben descubrir de qué manera la forma
capitalista de organización del proceso productivo se apropia de su existencia y la explota. La tasa
de plusvalía es un concepto de la economía política proletaria22”.
Es importante esta distinción puesto que la tasa de ganancia subestima el verdadero grado de
explotación de la fuerza de trabajo. Es la cuota de plusvalía la que nos refleja el verdadero grado de
explotación del capital sobre la fuerza de trabajo.

Plusvalía absoluta. Subsunción formal del trabajo.


El capitalista se apropia de una parte del valor creado por el trabajador y no lo retribuye por su
tarea. Le paga el salario para garantizar su subsistencia, mientras que el trabajador crea un valor
superior al de su ingreso. Para sobrevivir como capital necesita extraer cada vez más y más
plusvalía; explotar, cada vez más, al trabajo. Veamos ahora los mecanismos de extracción que tiene
el capital.

La plusvalía absoluta tiene que ver con el exceso cuantitativo de trabajo que el capitalista se
apropia al no pagar, al no compensar al trabajador, “prolongando la duración del mismo proceso de
trabajo”. “La producción de plusvalía absoluta se consigue prolongando la jornada de trabajo más
allá del punto en que el obrero se limita a producir un equivalente del valor de su fuerza de trabajo
y haciendo que este plustrabajo se lo apropie el capital23”.
Los aumentos en la duración de la jornada de trabajo serán, entonces, una de las formas que tiene el
capital para aumentar el grado de explotación sobre el trabajo. Lo que garantiza que el capitalista
pueda determinar -y extender- la duración de la jornada de trabajo es el control que este tiene sobre
el proceso de producción. Este control está establecido a partir de la subsunción formal del trabajo
al capital. “En la subsunción formal el capital establece una relación económica de asalarización
con el trabajo24”. El obrero queda sometido al proceso de valorización, pero aún tiene el dominio de
la técnica de producción. La única forma que tiene el capital de aumentar el trabajo excedente es
22
CLASE 7, PLED. Ibid.
23
“El Capital”. Sección V. Capítulo XIV.
24
CLASE 8, PLED. Malta, María – Castelo, Rodrigo: ‘’Los procesos de producción capitalista’’ [CLASE], en el curso:
“Economía Política Marxista”. (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia, Centro Cultural de la
Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, Julio 2009).

7
extendiendo la jornada de trabajo, a través de formación de plusvalía absoluta. La subsunción
formal supone que el trabajo está formalmente integrado en el proceso de producción en condición
de asalariado y su finalidad es producir plusvalía. El proceso de trabajo propiamente dicho sigue
siendo ejecutado “sobre bases técnicas previamente desarrolladas25”.

La extracción de plusvalía extendiendo la jornada de trabajo sólo tiene como límite máximo las
veinticuatro horas al día. Es por ello que las luchas de los trabajadores por limitar la jornada laboral
constituyen las primeras conquistas de éstos contra la explotación ilimitada del capital. En este
contexto, la legislación sobre los límites de la extensión de la jornada laboral constituye una lucha
histórica “entre el capitalista universal, o sea, la clase capitalista, de un lado, y de otro el obrero
universal, o sea, la clase obrera26”. La reducción de la jornada de trabajo es celebrada por Marx
como la primera gran victoria del movimiento obrero en la lucha de clases contra los capitalistas27.

“La producción de plusvalía absoluta es la base general sobre la que descansa el sistema
capitalistas y el punto de arranque para la producción de plusvalía relativa28”.

Plusvalía relativa. Subsunción real del trabajo.


Como observábamos, la jornada de trabajo se divide en trabajo necesario y trabajo excedente. El
aumento del grado de explotación podía lograrse vía aumento o extensión de la jornada laboral, esto
es, a través del incremento de horas diarias de trabajo. Sin embargo, existe otra forma de
incrementar la plusvalía que se apropia el capitalista, a saber: a través de la extensión de la parte de
la jornada de trabajo excedente, manteniendo constante la jornada de trabajo. O, de otro modo, a
través de la reducción del tiempo de trabajo necesario.
Ya no le alcanza al capitalista con prolongar la duración de la jornada de trabajo, tiene que
transformar las condiciones técnicas y sociales del proceso de trabajo, del régimen de producción.
Reduciendo el valor de los medios de vida que consume el trabajador, logra bajar el valor de la
fuerza de trabajo, disminuyendo la parte de la jornada necesaria para reproducir este valor.

25
La cooperación simple se presenta como la forma histórica en la que la subsunción formal tiene primeramente lugar,
es decir, cuando el capital pone bajo sus órdenes a la fuerza de trabajo colectiva y transforma el trabajo individual en
trabajo social. En ese proceso, se establece formalmente una producción capitalista, en la que muchos trabajadores se
movilizan colectivamente para producir el valor de cambio. CLASE 8, PLED. Ibid.
26
“El Capital”. Sección III. Capítulo VIII.
27
“De 1819 en adelante, especialmente en Inglaterra, leyes fabriles de protección del trabajador son promulgadas a
partir de la publicación de los informes oficiales de inspectores de fábrica y de la acción de los parlamentarios ligados
con la clase obrera. Ellas son el puntapié inicial en la lucha institucional por reformas sociales. A partir de estos
primeros pasos, la lucha obrera se desarrolla por medio de huelgas y reivindicaciones salariales”.
CLASE 3, PLED. Malta, María – Castelo, Rodrigo: “Política, Revolución y el comunismo”. [CLASE], en el curso:
“Economía Política Marxista”. (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia, Centro Cultural de la
Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, Junio 2009).
28
“El Capital”. Sección V. Capítulo XIV.

8
La disminución en el valor de la fuerza de trabajo se logrará con un aumento en la capacidad
productiva de ramas industriales productoras de bienes utilizados como medios de vida de los
trabajadores, como así también con el abaratamiento de la producción en industrias “que
suministran los elementos materiales del capital constante, los instrumentos de trabajo y los
materiales para la elaboración de los medios de vida29”. Se consigue producir en menos tiempo el
equivalente de salario.

La plusvalía producida mediante la reducción del tiempo de trabajo necesario, con el consiguiente
cambio en cuanto a la proporción de magnitudes entre ambas partes de la jornada de trabajo (trabajo
necesario y trabajo excedente) es la llamada plusvalía relativa.

Con el mejoramiento de la capacidad productiva se reduce el valor de la mercancía y, también, el de


la fuerza de trabajo, al caer el valor de los medios de subsistencia mínimos necesarios para su
reproducción. La introducción de mejoras en la maquinaria, por ejemplo, “produce plusvalía
relativa directamente al depreciar la fuerza de trabajo, incorporando al capital el saber productivo
del trabajador y disminuyendo los costos de aprendizaje; y produce plusvalía relativa
indirectamente, al abaratar las mercancías que entran en la reproducción de esta fuerza de trabajo 30”.
La reducción del valor del capital variable implica disminución de salarios y del tiempo de trabajo
necesario, por lo que deriva en un aumento del tiempo de trabajo excedente.

La extracción de plusvalía relativa es el resultado de la subsunción real del trabajo al capital. El


trabajador ya no controla el ritmo de su proceso de trabajo porque hay cambios en el proceso
productivo que determinan que los tiempos de producción no los marca el trabajador, sino la
máquina. La subsunción real implica que el capital ha aumentado su dominio sobre la técnica de
producción y ya no necesita de un aumento de la jornada laboral para incrementar la plusvalía.
Ahora puede hacerlo vía incremento de la plusvalía relativa, aumentando la productividad del
trabajo. Se da así una aceleración del ritmo de trabajo, que ahora es marcado por capital el sistema
de máquinas. Todo esto conduce a una reducción del valor de las mercancías producidas. El
aumento de la productividad o intensificación de la jornada de trabajo se da por medio de cambios
en los coeficientes técnicos del proceso de producción.

“Lo que varía no es la longitud de la jornada de trabajo, sino su división en trabajo necesario y
trabajo excedente”. Esto, en la práctica adopta la forma de incremento de la productividad del

29
“El Capital”. Sección IV. Capítulo X.
30
CLASE 8, PLED. Ibid.

9
trabajo, si bien se puede lograr vía el descenso del “salario del obrero por debajo del valor de su
fuerza de trabajo31”.
Considerando el primero de los casos, aumentando el grado de explotación por medio del
incremento de la productividad del trabajo, es “indispensable que la capacidad productiva del
trabajo aumente”. Para ello será necesario que cambien los instrumentos o métodos de trabajo. “Ha
de producirse, pues, una revolución en las condiciones de producción de su trabajo, es decir, en su
régimen de producción y, por tanto, en el propio proceso de trabajo32”. Este cambio implicará una
reducción en el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una mercancía, “una
cantidad más pequeña de trabajo adquiere potencia suficiente para producir una cantidad mayor
de valores de uso33”.

El concepto de plusvalía relativa está íntimamente relacionado con la competencia capitalista y el


proceso de acumulación. La búsqueda de ganancia extraordinaria lleva a los capitalistas a la
introducción y difusión del progreso técnico. El capitalista busca, a través de innovaciones técnico-
organizacionales, aumentar sus márgenes de ganancia, aumentar la parte de la jornada de trabajo
que se le extrae al trabajador, sin darle nada a cambio. El progreso técnico aparece entonces como
una renta diferencial para el capital. La plusvalía relativa es, justamente “la forma de generación
de excedente a través de innovaciones tecnológicas y organizacionales en el proceso de producción
que reducen el tiempo de trabajo necesario en relación al tiempo de trabajo excedente34”.

Plusvalía extraordinaria.
La empresa individual tiene incentivos para introducir innovaciones que aumenten la productividad
del trabajo, dado que así tendrá una gran ganancia extraordinaria. Si un capitalista individualmente
logra aumentar la fuerza productiva de trabajo en su empresa y, con ello, aumentar la cantidad de
bienes producidos con la misma cantidad de tiempo y con la misma cantidad de factores de
producción utilizados (manteniéndose invariable el valor de los medios de producción empleados),
no habrá logrado aumentar el valor creado, sino aumentar la cantidad de productos entre los cuales

31
“El Capital”. Sección IV. Capítulo X.
32
Ibid.
33
Ibid.
34
La subsunción real del trabajo al capital se completa en la industria moderna, donde la misma técnica de producción
se convierte en homogénea con el capital, en una extensión de este. La máquina y el sistema de máquinas son la
expresión final de subsunción real, porque internalizan en el capital el conocimiento del trabajador, ya que la máquina-
herramienta pasa a ejecutar el oficio que antes era realizado en forma manual por los trabajadores.
Por lo tanto, con el trabajo subsumido al instrumento, tenemos aquí no sólo una relación económica sino también una
transformación en la base material. El capital se apropia de la técnica de producción y del saber productivo del
trabajador, transformando así el proceso de trabajo por completo. Si antes de la subsunción real el instrumento de
trabajo actuaba como intermediario entre el trabajador y la naturaleza; ahora, la maquinaria, o el sistema automático de
máquinas, actúa directamente sobre la naturaleza con el trabajador como intermediario. CLASE 7, PLED. Ibid.

10
se distribuye este mismo valor. Es decir, producirá más bienes y cada uno de ellos tendrá un valor
menor.

El hecho de que el bien producido por este capitalista tenga un valor individual inferior a su valor
social le da a su productor la posibilidad de tener un beneficio extra. Su bien “costaría menos
tiempo de trabajo que la gran masa del mismo artículo producido en las condiciones sociales
medias” pero su “valor real” no estará determinado por su valor individual, sino por “su valor
social; es decir, no se mide por el tiempo de trabajo efectivo que exige del productor en cada caso
concreto, sino por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción 35”. En este caso
el capitalista individual logrará vender su mercancía por un valor social superior al valor individual
creado y, por tanto, habrá logrado apropiarse una plusvalía extraordinaria. “El capitalista que
emplea el mejor método de producción, se apropia de una parte del trabajo excedente mayor que
aquella que se apropian los demás capitalistas de la misma rama de la producción36”.

En la práctica, el aumento en la cantidad de productos elaborados, el aumento de la oferta por el


capitalista, exige una demanda individual mayor. Esto es, para colocar un mayor nivel de
producción deberá ofrecer mejores condiciones que sus competidores (suponiendo una demanda
global dada). Y, para que su demanda individual aumente, el productor deberá bajar el precio,
ofrecer el mismo producto a un precio menor que el resto. Entonces, el precio que cobre será
superior al valor individual creado, pero inferior a su valor social, manteniendo, aún, una ganancia
extra.

El aumento en la fuerza productiva del trabajo le provee al capitalista un beneficio extraordinario y,


por tanto, un incentivo para abaratar las mercancías, intensificando la fuerza productiva de trabajo,
aumentando la plusvalía. Esto lo logra a través de la reducción del tiempo de trabajo necesario y el
consiguiente aumento del tiempo de trabajo excedente, a través de un aumento de la plusvalía
relativa. El capitalista “hace individualmente lo mismo que hace en grande y en conjunto el capital
en la producción de la plusvalía relativa. Pero esta plusvalía extraordinaria desaparece tan pronto
como el nuevo método de producción se generaliza, borrándose con ello la diferencia entre el valor
individual de las mercancías producidas en condiciones de mayor baratura y su valor social37”.

La misma ley que impulsa al capitalista individual a producir con mejores métodos para poder
vender sus productos por debajo de su valor social y, por tanto, poder apropiarse de una ganancia
35
“El Capital”. Sección IV. Capítulo X.
36
CLASE 9, PLED. Ibid.
37
“El Capital”. Sección IV. Capítulo X.

11
extra, obliga al resto de los capitalistas, a sus competidores, “por la fuerza de la concurrencia38”, a
implantar los nuevos métodos de producción. Es el propio instinto de supervivencia el que hace que
el método se generalice. La única manera que tiene el capitalista individual de mantener una ventaja
sobre el resto de sus competidores es a través de la persecución continua de menores costos. Sólo
así puede conseguir una ganancia diferencial y un crecimiento acelerado. La búsqueda de ganancias
extraordinarias se vuelve indispensable para la valorización del capital y ello provoca un cambio
permanente en las estructuras industriales y en la forma de organización del trabajo. “Esa es la
razón por la cual la creación de plusvalía relativa expresa con claridad la necesidad estructural
capitalista de un alto dinamismo tecnológico39”. La acumulación se constituye en una necesidad del
sistema capitalista.
La tendencia es que cada vez más la plusvalía producida se reinvierta en capital, siendo el proceso
de acumulación de capital una “forma específicamente capitalista de utilización del producto
excedente”. “La acumulación no aparece como una cuestión de elección individual sino como una
necesidad engendrada por la propia competencia capitalista”. La producción capitalista necesita de
un incremento continuo del capital invertido para que una empresa industrial pueda sostenerse
como capital, pueda acumular y no desaparecer. La competencia se impone a cada capitalista
individual, como ley coercitiva, externa, inmanente al modo de producción capitalista; “lo constriñe
a expandir continuamente su capital para conservarlo, y no es posible expandirlo sino por medio de
la acumulación progresiva40”.

Palabras finales.
Marx logra, con su análisis, identificar la fuente de valor en el trabajo: es en el proceso de
producción (y no en el de circulación) en el que se crea valor. Y este valor creado es resultado del
trabajo.

La fuerza de trabajo se constituye, en el sistema capitalista, en una mercancía. Como tal, tiene un
valor de uso y un valor de cambio. Su valor de cambio está dado por el costo de su reproducción,
que queda reflejado en el salario de subsistencia. Este salario, reconoce Marx, no responde sólo a
las mínimas necesidades de supervivencia, a las necesidades vitales, sino que reconoce también

38
“El Capital”. Sección IV. Capítulo X.
39
“El punto importante es reconocer que lo que caracteriza específicamente al modo de producción capitalista es la
incesante tendencia a crear plusvalía relativa. Con este impulso, el capital desarrolla los métodos de producción
direccionándolos hacia la cooperación, la división técnica del trabajo y, sobre todo, la automatización de la producción
sobre la base de la maquinaria moderna... El proceso de acumulación de capital adquiere la forma dominante de
reinversión de ganancias en nuevos métodos de producción cada vez más poderosos. Estos nuevos métodos implican, a
su vez, una ampliación en la escala de inversiones y una proporción creciente de capital invertido por trabajador y, por
tanto, una creciente concentración del capital en relación al proceso de trabajo”.
CLASE 9, PLED. Ibid.
40
CLASE 9, PLED. Ibid.

12
necesidades relacionadas con el contexto histórico, social y moral, la cultura, las ambiciones, las
costumbres del momento. Es decir, el salario que se le paga al trabajador es el mínimo necesario
para reproducirse como clase.
Sin embargo, este salario nunca retribuye todo el trabajo desplegado por el obrero. Sólo se le
retribuye por la parte de la jornada en que éste realiza el trabajo necesario para su reproducción.
Hay otra parte de la jornada que es apropiada y no retribuida por el capitalista. Es el trabajo
excedente que se apropia el capital, por el sólo hecho de tener el control sobre el proceso
productivo, por ser dueño de los medios de producción.

Pero ¿qué es lo que hace que el trabajador reciba por su labor un valor inferior al que crea? La
característica distintiva de la mercancía fuerza de trabajo es su capacidad de crear un valor por
encima del que cuesta su reproducción, es decir: su valor de uso es su capacidad de crear valor.
Entonces, en apariencia en el intercambio se da un intercambio de equivalentes, no rompiéndose la
ley del valor: en el mercado, al trabajador se lo contrata por su valor de cambio, que es su salario; y
luego, el capitalista puede disponer del valor de uso que adquirió, en este caso, de su fuerza de
trabajo. Pero su valor de uso es crear valor por encima del propio, un plusvalor, que se queda el
capitalista. En el proceso de producción de mercancías el trabajo crea un valor excedente que se
apropia el capital.

Y ¿qué mercancías se producen? En el sistema capitalista, el capital no produce por el valor de uso
de las mercancías (por las necesidades que su producto logra satisfacer), sino por su valor de
cambio. Lo que le interesa al capital es obtener una ganancia. Y siempre la máxima posible. Para
ello, necesita apropiarse cada vez más del valor producido por el trabajo.
¿Y cómo lo logra? Lo consigue a través de la extensión de la jornada de trabajo (plusvalía
absoluta) o de la intensificación del proceso de trabajo (plusvalía relativa).
A partir de la instauración y generalización del régimen de producción capitalista, la diferencia
entre plusvalía absoluta y relativa se hace bien clara. “La producción de plusvalía absoluta gira
toda ella en torno a la duración de la jornada de trabajo; la producción de plusvalía relativa
revoluciona desde los cimientos hasta el remate los procesos técnicos del trabajo y las
agrupaciones sociales”. “La producción de plusvalía relativa supone, pues, un régimen de
producción específicamente capitalista, que sólo puede nacer y desarrollarse con sus métodos, sus
medios y sus condiciones, por un proceso natural y espontáneo, a base de la supeditación formal
del trabajo al capital. Esta supeditación formal es sustituida por la supeditación real del obrero al
capitalista41”.

41
“El Capital”. Sección V. Capítulo XIV.

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La introducción de una mejora por un capitalista individual le permite lograr una ganancia extra:
vende su bien por un valor inferior al social, pero superior al valor creado por su propio proceso
productivo. Ello lleva al resto de los capitalistas, a sus competidores, a imitar el método, a buscar
incesantemente métodos que impliquen una plusvalía extraordinaria. “Es afán inmanente y
tendencia constante del capital reforzar la productividad del trabajo, para de este modo abaratar
las mercancías, y con ellas los obreros42”.
No es que al capitalista le interese el valor que la mercancía contenga, lo que le importa es la
plusvalía que podrá apropiarse y es aquí donde el capitalismo oculta una de sus contradicciones, que
el propio Marx se encarga de aclarar:
“El hecho de que la plusvalía relativa aumente en razón directa al desarrollo de la fuerza
productiva del trabajo, mientras que el valor de las mercancías disminuye en razón inversa a este
desarrollo, siendo, por tanto, el mismo proceso que abarata las mercancías el que hace aumentar
la plusvalía contenida en ellas, nos aclara el misterio de que el capitalista, a quién sólo interesa la
producción de valor de cambio, tienda constantemente a reducir el valor de cambio de sus
mercancías43”.

La competencia entre capitalistas se vuelve un imperativo dado que “cuanto mayor sea el tamaño
del capital controlado por la concentración y la centralización, mayores serán las posibilidades de
obtener ganancias y de sobrevivir en el proceso competitivo 44”. La acumulación deja de ser una
opción para transformarse en una necesidad del sistema: acumular para sobrevivir. Ya no se puede
preservar el capital originario, sino que es imperativo acumular continuamente, expandirse. Esta
tendencia resulta en la búsqueda permanece de extracción de plusvalía y, por tanto, en la
permanente explotación del trabajo por el capital. Los procesos de centralización y concentración
resultan inherentes al sistema capitalista y, si bien exceden el asunto del presente trabajo,
constituyen una tendencia innegable que resulta en capital cada vez más concentrado en menos
manos y trabajo cada vez más explotado y pauperizado.

Marx logra, a través de su crítica a la economía política, poner de manifiesto cómo el capital
explota a la clase trabajadora y “cómo esta explotación es la base de su ganancia y, por tanto, la
fuente de acumulación de capital 45”. Con su análisis logra encontrar el lazo entre la pobreza y el

42
“El Capital”. Sección IV. Capítulo X.
43
Ibid.
44
CLASE 9, PLED. Ibid.
45
CLASE 8, PLED. Ibid..

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régimen de propiedad privada y define como el origen del capitalismo a la expropiación de los
medios de producción de los trabajadores por el capital.
Despojado de sus medios de trabajo, el proletariado tuvo que salir a vender lo único que le quedaba
por ofrecer en el mercado: su fuerza de trabajo. Y la vendió, -la vende-, por su salario mínimo
necesario para la subsistencia, que depende de las necesidades básicas de vida del trabajador e
incluye las relacionadas con las condiciones históricas y sociales; pero que, en TODOS los casos,
supone explotación del trabajo por el capital46.

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El salario nunca cubre el valor total producido por el trabajador. Supone siempre explotación del trabajo por el
capital: desde un trabajador precarizado de la construcción, hasta un ingeniero gerente de una transnacional, cuyo
sueldo es muy superior al de este primer trabajador, pero muy inferior a la riqueza que con su trabajo genera. El capital
no le regala nada al trabajo. Al revés sí!

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