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SUSCRICION.
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*—uópottiu..] iLño.
TENTA.
130 Humaros
I una p«eeta.
J k A O CK.-(SBQUNDA ÉPOCA).
l i TERDiSERA RESPONSARILIDAD.
Hasta la baj'a continua y alarmante de los
"valores públicos es atribuida por los diarios fa>
aloniítas al programa de la izquierda. ¡Tan dls-
pueatos se hallan en pro de la conciliación los
¿Qtfflos de la gente que acaudilla el señor S»'
«a«tal
La iaquietud de los espíritus, loe vagos'f re-
sentimientos de que la opinión se ve asaltada,
«1 recelo de los hombres de negocios, la abru»
madora oferta de papel en el mercado, la merma
de la fortuna pútiisa son otros tantos males
qae han salido de aquella caja de Pandora,
afl en Setiembre de 1882 abrió en Biarritz el
3 oque de la Torre. Quien dude de esto no tiene
más qae acudir i. las columnas de la prensa fu •
sionista y sobre todo k las del número publica-
do anoche por El Correo, y quedará instantánea
J completamente convencido.
Por desgracia para los que tienen un estre-
cho interés de partido en explotar deesa ma-
nera 1« cerrazón de los horizontss políticos y
económicos de nuestra patria, los hechos de que
naa surgido como de caldeado lago esas oscu-
ras nubes, se hallan tan próximos y han impre-
sionadQ tan profundamente á todo el mundo,
qae no hay medio de distraer hacia otro objeto
la atención general y mucho menos de desorien-
tarla y extraviarla.
Porque si loa hechos pasados huyeran por
Interesado y misterioso conjure de la memoria
<de las gentes, otros hechos actuales vendrían á
detenerlos y á traerlos de nuevo al juicio pú
olico, más difícil de perturbar y de engañar que
lo que creen eaantos á tal fin dedican todo su
«rte.
Bn estos momentos surca las aguas del Me-
diterráneo, del mar de la civilización, del mar
latino fot excelencia, el barco alemán que nos
tr«e al heredero presunto del imperio germánl»
eo. Esa visita es por si sola un arcano bastante
4 preocupar á los países que tienen algo que te-
n e r ó que esperar de ese imperio. Nosotros es •
tamos dispuestos á creer que de tal hecho no
nacerá compromiso alguno capaz de arrastrar
á nuestra amada patria á peligrosas aventuras;
que el gobierno actual, más previsor que 9I an-
terior, y aprendiendo en tristes pasadas ense*
fianzas, vigilará mejor por los verdaderos inte-
reses espalóles; que el señor Posada Herrera,
«on superior prudencia y con menor apego á la
poltrona que «1 señor Sagasta, no incurrirá en
anUogas criminales debilidadet. Pero esto, que
•Q nosotros es suposición lógica y equitativa,
no tiene aún fuerza bastante para imponerse á
todca los ánimos y contener la alarma que por
«s» lado hace su principal invasión.
Tómese en el extranjero, como entre nos-
otros, que Interesas determinados imponióndo-
se á los intereses nacionales, arrastren á nues-
tro país hacia «1 remolino de complicadas cues
tiones qus ee agitan en la Europa central. El
Tlaje de don Alfonso á Alemania dio origen á
«se temor. La visita del principe Federico Gui-
llermo la da ahora consistencia.
A la vez, las sublevaciones da Agosto han
Jiecho dudar, más aún en el extranjero que en
nuestro propio país, de la solidez de nuestro ac-
tual orden de cosas. Júntase, pues, al temor an-
tes Indicado, el miedo de que, comprcmetido el
ICoblerno español en una aventara exterior, re-
pugnante para nuestro altivo y poco sufrido
pueblo, puedan ocasionarse eompllcaciones In-
teriores, que á la vez que las Internacionales,
«en por el pié á nuestro Inseguro edificio econó-
mico.
Bstos sentimientos de alarma se refuerzan
*«ii el ánimo de los franceses, con el vivo recelo
de t«r ellos el primer objeto del trabajo subter-
ráneo, qa« si no perciben, sospschan. Con su
nabltaal intemperancia, la prensa de París ha
dado á esas sospechas el carácter da realida-
des; en la esfera de lus negocios ha repercutido
«1 eco de la gritería de esos periódicos, y allí se
-ha determinado de un modo vigoroso el deseen •
so de nuestros valores.
Cuando en Agosto nos opusimos tenazmente
al viaje de don Alfonso XII á Alemania, recor-
damos, en primer término, cuan ligados están
noy nuestros intereses materiales a los intere
a«s de Francia; de qué manera los capitales
franceses han entrado en la construcción de
nnéStrasobras públicas; cómo está en el mer-
cado francés la salida da nuestros principales
productos; en cuánta cantidad se hallan en ma -
no8 francesas nuestros valores públicos, y has-
ta qué punto, sin necesidad de que se rompía •
ran las hoatiUdades, el mero enfriamiento d»
relaciones entre España y Francia habría de
Jnfldir de un modo desastroso an la vida ecanó
jcica de nuestro país.
Esos desastrosos efectos han empozado ya.
A dónde podrán llegar, no es fjioil preverlo. El
estado de Europa es grave. El nuestro, que po-
drá no serlo, es para muchos el más grave, en
apariencia al menos, porque se nos considera
-como la pieza del tablero aestinada por la» ma-
quinadona" de Btsmarck á perderse para catn-
remeter el juego del adversario, Y, desgracia-
5 amante, aunque e»to salo sea aparen te, es fu-
Moeto, y tratándose da asuntos de crédito, las
aparlsneias tienen más fuerza quo la realidad.
^ No está, pues, en los prinuipíos praolama-
«oe, sino en las torpezas y en lo» errores coma-
Jíios. Is causa del malestar. Cerca de un aúo
, ««vaba de exiíteneia la iiquisrd* y ese males-
tar no se había marcado. Poco más da tres m».
«es han trascurrido dusda las sublevaciones mí-
Jitaro» y desda el viajo da don Alfjn«o á A!» •
-" D I A R I O I L U S T R A D O
P O L Í T I C O . CIENTÍFICO Y LITERARIO'
Martes 9 0 i e Moviembrc de 1S$3.
manía, y ese malestar se ha acentuado de nn
modo terrible. Hoy su agravamiento coincide
con la venida del príncipe Imperial. Estos son
los hechos. El país los tiene anta los ojos, é Irá
por ellos comprendiendo mejor cada dia dónde
está da sus males la verdadera responsabi-
lidad.
TENTATIVA DE ASESINATO
CONTRA M. FERKY.
Los periódicos de Paría amplían las notícl&s
relativas al atentado contra el presidente del
Consejo de ministros de Francia, que ya nos
habla comunicado el telégrafo:
«El viernes, á las dos de la tarde, se presen-
tó un individuo en el ministerio de Instrucción
Pública, y quiso hablar á M. Julio Ferry. Era un
joven, de 17 á 18 años, rubio, imberbe, vestido
de blusa, con sombrero redondo y ocn un pala •
tot de invierno sobre la blusa.
Los porteros de servicio, Silvestre > Moreau,
la advirtieron que no podría ver al ministro si
no se proveía de ana tarjeta de audiencia. El
insistió, diciendo que era individuo de una so-
ciedad de trabajadores de Lilla, y que había he-
cho el viaje expretiamente para verlo. Los por-
teros le aconsejaron que esperase á M. Leroy,
secretario particular dfll ministro, quien podría
enterarle sobre los medios de verlo.
SI individuo se sentó en un sofá. Otra perso-
na que llegó á ver á M. Julio Ferry, que habla
Ido al Senado, se sentó á su lado, para esperar
también, y trabó conversación con ól. Daspues
de un momento, esta persona, renunciando á
esperar más, sa marchó, dicísnáo á I>s por-
teros:
—Tened cuidado con esa, qua es un exaltado.
Los portaros observaron al aludido, quien,
lejos de hacer nada sospechoso qae pudiera
confirmar aquel aviso, se durmió sobre el sofá.
M. Leroy llegó al ministerio á eso délas tres
r media. Introducido el sujeto en su despacho,
Í e repitió qua venia en representación de una
sociedad obrera de Lille, á hablar al ministro.
El secretario particular le invitó á que re-
dactara una petición de audiencia que él sa en-
cargaría da hacer llegar á manos djl ministro.
El individuo Insistió, y en aquel momento en-
tró M. Camben, prefecto del Nort?.
—Aquí está praclsamncta el prefecto da vues-
tro departamento—la d/j J M, Leroy,—exponadlo
vuestro asunt?; quizá os pueda ser útil.
—lOhl los prefectos ¡valiente caso hago yo de
los prefsctosHTo necesito al ministro.
Y salió profiriendo injurias y amenazas.
Los porteros de servicio creyeron que habla
salido. Uno de ellos, Moreau, se dirigió á uno
de los despachos y quedó Silvestre solo.
Bl Individuo habla subido al piso suparion
sin duda para reflexbnar. Habla reparado, en
el fondo da la habitación en qua estaban los
porteros, á la izquierda, en una puerta cerrada
que él creyó ser la del gabinete del ministro.
Volvió á bajar repentinamente^ pasó corriendo
por delante del portero, que apenas tuvo tiem-
po de levantarse, abrió la puerta, sa metió en
un corredor. Siguió por él, abrió una puerta que
halló en el fondo y p»netró con un revólver en
la mano, cargado con seis tiros, en una habita-
ción que en nada se paréela á un despacho. Era
la biblioteca particular del ministro, estableci-
da en una galería circular del primer piso.
Silvestre so lantó en su persecución, le al-
canzó antes de que tuviera tiempo de volverse,
y pretendió desarmarle. El individuo logró des-
asirse y escapó amenazando á Silvestre con el
revólver.
Bl portero le alcanzó otra vez en el corredor,
logró agarrarle del cuello y le derribó sobre una
caja de madera, donde la tuvo sujeto después de
quitarle el revólver.
Otros porteros acudieron al ruido. E! indivi-
duo les dada forcejeando:
—Yo soy anarquista; cuando trabajo gano dos
fréneos y medio, y vosotros robáis milionas.
Dos agentes que hablan sido buscados en an
puesto Inmediato, «e vpoderaron da ól y lo con-
dujeron á la prevancion. Al pasar f or el patio
del ministerio gritó:
—¡Viva la anarquía! [Vívala social! iViva la
Communa! cosa qua atrajo á las ventanas mu-
chos empleados, sorprendidos ante tales clamo-
res.
A su llegada á la prevención fué registrado.
Además del revólver se le aacontraron 30 car-
tuchos con balas machacada)?. Bn su portamo-
nedas tenia cuatro francos. BH el bolsillo del
paletot tenia au fa da bautismo, qua destrozó
con los dientas^ antes da qua tuviesen tíenapo
de apoderarse de ella. Como le registrasen para
ver si tenia algún otro papal, dijo:
—-me creéis tan bastía que traiga sobra mí
papeles que me comprometan? No tengo nada.
El prefecto de policía se presentó inmediata
men^e, y le Interrogó en presenciada M. Pa-
llardy, oficial da paz del distrito.
Díclaró llamarse Pablo Curien, da edad da
17 años, natural de llaguen, y ejercer la profe-
sión de panadero en casa de M. Badst. panada •
ro de Liíle, callo Nacional, número 12, Su ma-
dre es viuda, y vive también en Lilla, en la pla-
za de Concerl, número 16. Dijo qua partenar.ia
á una sociedad de anarquistas dal Norte. Pro-
puso matar á las personas qua están al frante
da! gobierno, y ajpríbada la proposición, salió
da Liile, con ebjeto de llevarla á cabo.
El prefecto de policía la dijo:
—Pero si hay anarquistas en París, ípor qué
no ea encargan de esta faena?
—Porque no son tan avanzados como nos-
otros,—contestó Curian.
Por lo demás, contristó con mucho aplomo á
todas las preguntas que se le dirigieron, ha-
biendo manifestado en alta voz que sentía no
haber podido realizar su propósito.
También anunció que empezarla de nuevo
tan pronto como saliera de la cárcel.
Inmediatamente fué llevado á la prisión, y
se la incomunicó.
El presidenta del Consejo, que sa hallaba en
el Senado, no supo nada da lo ocurrido hasta
las sais da la tarda.»
Algunos periódicos de oposición dicen que el
tal Curien puede muy bien ser algún agenta de
policía disfrazado.
LO DEj. DIA.
Anoche se aseguraba en algunos sirenios,
por gantes qua presumían de bien entsradas,
que el actual gobernador del Banco de España,
don Juan Francisco Camacho, habla presentado
al gobierno, en la tarde do ayer, la dimisión de
su cargo, expresando su vivísimo deseo de que
le fuese inmediatamente aceptada.
Quién atribula esta determinación á la ater-
radora baja qua vienen sufriendo las acciones
del Banco, baja que en el dia de ayer alcanzó
22 enteros; quién al fracaso del proyectado em-
préstito con la casa Rotschild; quién, por últi-
mo, y en nuestro sentir con mayor fundamen-
to, al irrevocable propósito del señor Camacho
de no suscribir el próximo balance dal esta-
blecimiento qua dirige.
No creemos que la baja de las acciones, aun
hablando tomado como ayer tomó proporciones
que con sobrado motivo produjeron granda
alarma entre los tenedores de ese valor, haya
lnfi|iIdo de una manera decisiva y absoluta en
el áhimo del señor Camacho, al extramo de que
ayer mismo renunciase su Importante cargo,
expresando su vivísimo deseo de que la renun-
cia le fuese Inmediatamente aceptada.
Ni creemos, tampoco, que tal resolución
haya sido determinada por el fracaso Ae las
pretensiones dirigidas á la casa Rotschild en
demanda da un ampréstito, aun aceptando la
hipótesis del fracaso, qua nos permitimos
dudar.
Pero sí creemos, y nos ÍBd>,ucen á creerlo as í
los términos en que sa dica hallarse redactada
la renuncia y la premura del señor Camacho en
que la 8<^a aceptada, qua «ste respetable hom-
bre publico, á quien constantemente hemos re-
conocido genio financiero, yen quien hamos ra
conocido y aplaudí fo siempre condiciones de
carácter, de rectitud y da gran saríadad an to
dos sus actos, desea no suscribir el próximo
balance del Banco, porque, en su concepto, los
balances que de su situación da al estableci-
miento, deban de ser expresión clara y precisa
da la verdad, sia mistificaciones tan ridiculas
como la de figurar por el valor de costa y no por
el real y efectivo la deuda amortizable de la
cartera, y porque teme que la publicación de
un balance, tal como él entiende qua debiera
hacerse, seria el total descrédito.
La baja de las acciones no ha de afectarle
en rigor gran cosa, parque ningún espíritu des-
apasianado puedo atribuirla á los desaciertos
de su actual gestión como gobernador del Ban-
co, sino á la triste y apurada situación qua esta
atraviesa, debida en parte á la desdichada con-
versión de las amortizables, que sa inspiró en
un desapoderado egoísmo, y en el resto á otros
errores, no menos funestos, de sus torpes ad-
ministraciones. Que la baja, pues, de las accio-
nes del Banco no ha determinado la dimisión
del 8«ñor Camacho, es para nosotros cuestión
fuera de toda posible duda.
De Igual manera es para nosotros incues-
tionable que las pretensiones del Banco no han
sido, hasta ahora, desairadas en absoluto y por
complete por parte de la casa Rotschild. Bien
lejos de esto, creemos que el Banco ha de obte-
ner da la caaa Rotschild, y tal vez «n término
muy breva, el préstamo que da ella ha solicita-
do. Peroren qué condiciones? Fuera da desear
que pronto conociésemos el Interés á que el
Banco paga el dinnro y el tipo á que figura su
cartera da 1 por 100 amortizaole. Porque, fran •
eamenta, sí precipitado el Banco por su vivísi-
mo deseo da contener la enorme baja da sus
acciones, ha cerrado hoy los ojos, como vulgar-
mente sa dlcQ, y ha aceptado sin más discusión
el interés exigido y el precie de pignoración de
la cartera señalado por la casa Rotschild, pu-
diera haber Incurrido la administración dal
Banco an una tremenda responsabilidad y en
crasísimo error.
Las acciones del Banco tienden á perder to
da la prima que hoy alcanzan, y no será cier-
tamente un empréstito realizado en dusfavora-
bles condiciones, el remedio dala baja.
»»
Ayer fué dia de verdadero pánico en la Bolsa.
El 4 por 100 perpetuo interior, se hizo á 56,80
al contado y 57 fin de mas, ni bien á última ho-
ra sa repuso algo por venir muy firme oí cam-
Wo da París con alza Importintf».
Los billetes de Cuba bajaron 2 enteros, que-
dan do á 86.
m i por 100 amortizable quedó á 70,50.
Y las acciones del Banco de España bajaron
22 enteros, según decimos más arriba.
No pedia decirse que la baja provenía de Pa-
rís, porque de París viao como camb o más
bajo, 55,59, y cambio de cierre 56; es decir, el
SUSCRICION.
Bn las oficinas de El, o i.omi»
San AffusUa, 2. l'rado, S^y
en todav las Ubrerias.
ANUNCIOS,
KípañoUs. —Se reoiljen en
esta AilHiiniBtracion y ea
la Socifliliui (yeneralde Anxin-
cioa. VrliiCipe, T,, princJpal-
Exirat^jerns. — Kn Parí».
la íg»ncia Uavas.
iSemííirfoj. — Precios coa-
veaclou&les.
Toda la correspondenela
se diri(f irá al Aíministiadoi-
de BL OLOBO.
MADRID.—Núm. «.©40.
mismo cambio que cuando aquí cotizábamos
á 59,
Precisaba, pues, que la baja tuviese otra ex
plícacion. Esta, según nos dijeron, érala dahaT
ber pedido el Banco de España y el Mont» da
Piedad reposición de garantías á les que tanian
valoras pignorados en sus cajas.
Y lo qua es m*8 grava todavía, que el prima-
ro habla dado orden á sus agentes para qu»
vendiesen algunas garantías de varios que no
las hubieran repuesto. ^
La explicación es aceptable, pero an nuestro
sentir, contribuyen poderoaamanteá la baia las
noticias que publican psrióiícos muy dinástico»
y muy ministeriales de haberse tomado precau-
ciones militares, y de habtr alarmas en Cádir
re?medi?k8?aña'*°' ^" Pamplona, en Bilbao
*
Anoche, sin embargo, hubo alguna alegría
en el Balsin, gracias á los dos eanards da ha-
berse ultimado el empréstito del Banco v v « -
nir el cambio de París á 56,34, atribuyóndosa
el alza á grandes compras de la cas» RoaV
child.
No faltaron, como era de esperar, confiados
que sa decidieran á comprar, fundikdoa «n la
exactitud de ambís noticias. ¡Dios quiera aue
hoy no tengan que arreí»entirso!; pero rntám
pronto hacemos constar que no tiene «ran fnn-
damento la noticia de haberse ultimado el a S -
préstitoqued Banco Pretende obtener de la
casa Rostohild, y que el último cambio de Parfs
que nosotros conocaroos por tolesrrama da las
diez y cuarto de anoche «s el de 55,87 papeL
*
««
A última hora «e nos ha asegurado que el
Baiico propondrá á sus accionistas que, en vex
de dinero correspondiente al próximo dividen-
do, acepten una acción por cada diez.
Dejamos íntegros los comentarios para los
que teagan interés directo en tan sabía y sal-
vadora solución. ^ *
LA BOLSA DJEL TRABAJO.
No hay recuerdo d« una reunión pública tan
ranqníla como U celebrada últimamente en
la sala Rívoli. Asistieron á ella 400 obrero» pet^
teneciantes á varios oficios, con objato de hacer
prevalec»r el pensamiento de crear una Bolea
dal trabajo, del qua se ocupó el año pasado el
Consejo municIpaL
Habían sido convocados á la reunión los
consejsros municípalas y los diputados por Pa-
rís. A excepción de M. Manier, consejero muni-
cipal, ninguno contastó á ía invitación.
La mayor parte da la velada ae consagró 4
la lectura da un memorándum relativo á la
cuestión, al pió ddcual aparecían más de mil
quinientas lirmas.
Hasta ahora, dice dicho documento, loe obre-
ros sm trabajo no han dispuesto de ningún me-
tt^il^.T^t^ZT^^^ P*''* Pfofararse ocupa-
clon. Unos, como par ejemplo, los albañílas v
los pintores, esparan en las plaza» públicas i
que alguwn los contrate; otroe, como los car-
pintaros y ebanistas van de taller en taller
perdiendo el tiempo y gastando en las tabernas
los escasos recursos da que disponen.
En cuanto á los que parmanacen con el fri»
y la lluvia expuestos hora» entara» á la intem-
psrie, el espaetáculo qua ofrecen es de tal natu-
raleza, que un periódico especial ha dicho res-
pecto da ellos qua parecen etelavos como los auM
se círt en lo» mercado» de Oriente.»
Esta frase fué recibida con grandes aplau-
Iguales dificultades se observan en la Indus-
tria y d comercio. La gente qua no tiene colo-
cación no sabe áénda ni á quién dirigirse Sf
existiese una Bolsa del trabtjo para los obreros
como hay una Bolsa para los capitalistas, to-
das las ofertas se centralizarían en aquel loun-
to, y los obreros ancontrarían allí las noticias
qua les fueran útiles.
Parece que el provecto de una Bolsa de tra-
baiadores data del año 1815. La cuastíon s« vot-
víó á tratar en el Consejo municipal en 1875 v
en 1881; pero todavía no se ha resuelto nada
El orador encargado de la lectura delmemo-
r«n<ítí/n, frecueat«mente interrumpido por las
aolatnacionas da los concurrentes, salpicaba sa
lectura con digrasioues ver daderamsnt» curió-
sm. Así, por ejaratplc, cuando encentró el adüe-
tivo^/aníróptco, exclamó:
—Ciudad&ncs, ^filantropía es una palabra im-
propia, qua düíbe sar borrada del Diccionario»
socialista.
El proyecto defindilo por ól es completo, Kl
artículo 1." dice qua la ciudad de París se eij-
cargará de 1% construcción y eostonímíanta de
la Bolsa del trabajo.
Se compondrá en al piso bajo da xsn fsalon á»
mil doscientos metros superflaialas y de ñnao
salas de reunión para lo» sindicatos, si prtma-
ro y segunda piso contendrán ochenta diTptrta-
, mantos destinados a oficinas dalo» (iif«i-fin<*i»
oficio» qua hay en Paria. La admiaístracíon da
f la Bdsa «a confiara A un consejo compuasto de
I prohombres y miambrcs d«l ayuntamiento
Los gastos sa calculan en doca millonea dg
patetas.
No os aventarla creeneia, dícila Mamorfa,,
ladaquasa naada t.stí„b¡e36r muy pronto m
nrovliidas Bolsas «aífiej^tintts alas de París, m
las caalas s» íijirári constantemente Im wn-.
cíos corresfcnciíeDtes álamafio da obra. " L «
Bolsas comunicwáH m%» con otras y los obreí