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Miopía

Qué es
El ojo recoge las imágenes, las procesa y las transmite al cerebro para producir la visión. “El
objetivo es que las imágenes lleguen nítidas a la retina y, para que esto se produzca, el ojo
tiene que enfocar las imágenes a través de las lentes naturales (córnea y cristalino)”, explica
Jesús Merayo LLoves, director del Instituto Universitario Fernández-Vega.
La miopía, también denominada visión corta, es un fallo de refracción que hace que los
objetos lejanos se vean borrosos, mientras los cercanos se siguen visualizando
correctamente. La córnea y el cristalino son partes del ojo que permiten enfocar, pero si su
forma impide el enfoque correcto, se producen los errores de refracción.
Según indica Jose Luis Rovirosa, director médico de la Clínica Oftalmológica Coro, esto se
produce porque la córnea está muy curvada o el globo ocular es excesivamente
grande. “La miopía suele desarrollarse entre los 10 y los 23 años, si bien puede surgir a
cualquier edad”, añade.

Causas
Blanca Poyales, responsable de la Unidad de Córnea; Ricardo Pérez, de la unidad de Cirugía
Refractiva, y Alicia Sánchez-Beato, óptico-optometrista, los tres de IOA Madrid Innova Ocular
señalan que “son numerosos los trabajos publicados sobre los diferentes agentes en la
progresión de la miopía en niños pero los resultados en ningún caso han sido concluyentes”.
“Sin embargo –continúan- las influencias genéticas sí parecen demostradas, aunque no se
ha determinado ningún tipo de herencia”.
Según los datos que ofrecen los expertos:
• Solo un 10 por ciento de los niños miopes no tienen padres miopes.
• La frecuencia de presentación de la miopía en de un 16-25 por ciento si uno de los padres
es miope y asciende hasta un 33-46 por ciento si ambos padres son miopes.
• Las miopías elevadas suelen ser hereditarias. Aparecen en la infancia entre los 5- 10
años y van progresando hasta los 20-25 años o incluso más.
José Ramón Guindo, especialista en cirugía refractiva y cataratas en la clínica Vissum, añade
causas ambientales como “la falta de exposición a luz solar y a un esfuerzo cercano
prolongado”.

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Síntomas
El síntoma principal de la miopía es la visión borrosa de lejos. Debido a ello, en ocasiones,
los miopes realizan el gesto de cerrar parcialmente el ojo, forzándolo para intentar ver mejor.
Rovirosa añade otros síntomas que pueden darse como el cansancio ocular y los dolores de
cabeza.

Prevención
Los expertos de IOA Madrid Innova Ocular señalan que la prevención “es difícil, puesto
que no se sabe realmente cual es la causa de la miopía”.
Citan el estudio ATOM 2, publicado en el 2012, en el que se concluye que “la aplicación una
vez al día de atropina reducía la progresión de la miopía”.
“Otros análisis estadísticos dicen que el juego al aire libre se asocia a un menor avance de
la miopía, por lo que se tendría que intentar que los niños jueguen más en los parques que
delante de las pantallas”, indican Poyales, Pérez y Sánchez-Beato.
Se muestran de acuerdo en que las alteraciones son cada día más habituales debido
al exceso de tiempo que pasamos realizando tareas de cerca. “Estas disfunciones pueden
ser el detonante del incremento de miopías bajas o funcionales en estudiantes, opositores y
todo aquel que tenga una excesiva demanda visual en distancia próxima”.
Guindo, por su parte, indica que “solo se puede prevenir el factor ambiental, haciendo
descansos cada 10 o 15 minutos en el trabajo de lectura y ordenador y evitando leer a
oscuras, y procurando recibir luz del sol en cantidad adecuada”.

Tipos
Rovirosa distingue entre:
• Miopía simple: hasta 6 o 7 dioptrías.
• Miopía patológica: más de 7 dioptrías.
Poyales, Pérez y Sánchez-Beato, de IOA Madrid Innova Ocular, realizan otras
categorizaciones, según las características anatómicas del ojo, según la edad de aparición y
según la evolución.
Atendiendo a las características anatómicas del ojo, la miopía puede ser:
• Axial: el diámetro del ojo es mayor de lo normal, de tal forma que la imagen no se enfoca en
la retina sino por delante de ella.
• Refractiva: la longitud del ojo es normal, pero la potencia de refracción es demasiado alta.
Según la edad de aparición la miopía puede ser:
• Congénita: presente desde el nacimiento y persistente durante toda la vida.
• Juvenil: aparece entre los 6 y los 20 años y va aumentado progresivamente.
• Tardía: surge entre los 20 y los 40 años, una vez que se ha completado el crecimiento y se
han desarrollado todas las estructuras oculares.
Y según la evolución:
• Fisiológica: todos los elementos que intervienen en la refracción están dentro de los
parámetros normales.
• Patológica: es maligna y degenerativa. Por encima de las 8 dioptrías.

Diagnóstico
“La miopía se diagnostica con un examen oftalmológico. Incluiría una graduación sin la
aplicación de gotas para dilatar y otra tras aplicar estas gotas (para descartar espasmos de
acomodación)”, explican los profesionales de IOA Madrid Innova Ocular.
“En casos en los que podría haber una deformidad en la córnea -continúan- habría que hacer
una topografía para descartarlo o confirmarlo”.

Tratamientos
La miopía se puede tratar con gafas, lentes de contacto o cirugía.

1) Gafas
El Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos (NEI) considera las gafas la forma más
sencilla y segura de corregir la miopía. Gracias a unos cristales cóncavos mejoran la vista al
permitir que el ojo enfoque en el lugar correcto de la retina, generando una imagen más nítida.

2) Lentes de contacto
Son discos finos, sin color, que se colocan sobre la superficie del ojo y ejercen el mismo efecto
que las gafas. Cuando se ponen pasan a ser la primera superficie de refracción de la luz.
Es la opción más cómoda para muchas personas, ya que no tienen que llevar nada que les
moleste en la cara, como en el caso de las gafas, y tienen un campo visual mayor al no haber
montura que lo limite. Sin embargo, otras no las toleran tan bien y sufren molestias o
sequedad del ojo.
Hay diferentes tipos de lentes:
• Lentes de contacto blandas. a su vez pueden ser diarias, quincenales, mensuales y
convencionales. Respecto a estas últimas, Poyales indica que son menos aconsejados, por la
mayor incidencia de infección en la córnea. Dependiendo de las necesidades de cada usuario,
las aficiones o las horas de uso, se aconseja un tipo de lente u otro.
Normalmente las lentes de contacto diarias las suelen usar pacientes esporádicos para hacer
deporte, ir a eventos; así como personas que sufren alergias. Quincenales, mensuales y
convencionales las usan pacientes que requieren una demanda de lente de contacto
continuada. Elegir entre una y otra depende del estado lagrimal del ojo, los materiales,
posibles infecciones, etc.
• Lentes de contacto semirrígidas: dentro de estas están las corneales, semiescleral y
esclerales. “Este tipo de lentes está más indicado para pacientes con astigmatismo elevado,
que hayan cursado una cirugía de anillos intracorneales o incluso trasplante corneal. Con
estas lentes mejorará la calidad de imagen con respecto a una lente de contacto blanda. Las
lentes de contacto corneales también estarían indicadas para miopías en ojos no tratados con
cirugía”, indica Sánchez-Beato.

3) Ortoqueratología
Sánchez-Beato sitúa en un tercer tipo de lentes la ortoqueratología. Consiste en un método
que permite corregir la miopía mientras duermes, pudiendo prescindir de gafas o lentes de
contacto durante el día. A través de unas lentes especiales se cambia la forma de la córnea, lo
que permite la reducción temporal de la miopía.
“A diferencia de la cirugía, es un tratamiento reversible, es apta para cualquier rango de edad
y permite, sobre todo en niños, el control de la miopía evolutiva frenando el crecimiento
ocular”, añade.
Los candidatos a este tipo de tratamiento serían:
• Niños con miopías evolutivas.
• Jóvenes que aún no puedan operarse.
• Pacientes con ojo seco, no muy severo, pero que tengan intolerancia a las lentes de
contacto blandas.
• Opositores.
• Deportistas.
• Adultos que no sean candidatos a cirugía refractiva.
No serían aptos los pacientes que sufran un proceso inflamatorio corneal (queratitis,
conjuntivitis, uveítis), astigmatismos muy elevados, sequedad ocular grave o con
enfermedades como la diabetes.

4) Cirugía refractiva
Para corregir la miopía se puede aplanar la curvatura corneal, se puede realizar la
implantación de una lente intraocular con la graduación del paciente. Para la primera se
emplena distintas técnicas de láser. Dentro de ellas, los expertos de IOA Madrid Innova Ocular
señalan:
• PRK: retira de forma manual con una espátula el epitelio corneal, la primera capa de la
córnea, dejando expuesto el estroma anterior de la córnea. Sobre esta se aplica el láser
Excimer, que lima la superficie corneal y la aplana, más o menos, en función de la graduación.
Después se coloca una lentilla que se retira tras 5 o 6 días, cuando el epitelio vuelve a crecer.
• LASIK: se realiza un colgajo corneal (flap) de unas 100 o 120 micras con láser. El colgajo se
levanta, y como en la PRK, se realiza el tratamiento con el láser Excimer, aplanando la
curvatura corneal. “La ventaja del LASIK frente a la PRK es que la visión se recupera más
rápidamente y las molestias postoperatorias son menores”.
• ReLEx® SMILE: en esta técnica un láser hace un lentículo en el interior del estroma
corneal. Se realiza una pequeña incisión de 3 milímetros, a través de la cual el cirujano extrae
ese lentículo y libera un espacio. Este espacio es inmediatamente ocupado por la córnea
superior, que se aplana, consiguiéndose la curvatura adecuada. En este caso no es necesario
hacer el colgajo que se realizaba en el LASIK. Tiene una recuperación visual más rápida y
unas molestias postoperatorias menores que la PRK.
Cuando la graduación es muy elevada o la córnea demasiado fina, no se debe adelgazar por
debajo de ciertos límites. En estos casos, la técnica indicada es la implantación de una lente
intraocular fáquica. Puede colocarse por delante del iris, o entre el iris y el cristalino. Así no se
elimina tejido corneal.

Otros datos
La incidencia de la miopía es igual en hombres y mujeres, si bien aquellos con familiares
que han padecido el problema tienen más probabilidad de desarrollarlo.
La mayor parte de los ojos miopes se consideran sanos, aunque existe un porcentaje de
pacientes que sufre degeneración de la retina. Además de estos casos, pueden darse
otras complicaciones como el desprendimiento o degeneración de la retina, aunque es poco
habitual. También pueden darse efectos secundarios de las lentes de contacto como las
infecciones y úlceras de la córnea.

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