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La vuelta del

Peronismo

Economía
Argentina

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El período de estancamiento y declinación (1973- 1989).

La vuelta del peronismo: la nueva política económica.

Objetivos e instrumentos del gobierno justicialista. 1973 – 1976


El principal objetivo de la política económica del Gobierno presidido por el Dr. Cámpora que
asumiera en mayo de 1973, fue alcanzar una distribución más equitativa del ingreso, favoreciendo
a los sectores asalariados.
También se fijaron los siguientes objetivos:
a) Eliminar la marginalidad social mediante la acción efectiva del estado en materia de vivienda,
salud, educación y asistencia social;
b) Absorber en forma total y absoluta la desocupación y el subempleo;
c) Mejorar la distribución regional del ingreso;
d) Terminar con el descontrolado proceso inflacionario y la fuga de capitales.

Principales medidas que se adoptaron en materia económica:


1- Mantenimiento del sistema múltiple de cambio que se había creado durante la gestión de
Gobierno del Gral. Lanusse. Se mantenía constantemente el valor de los dos tipos de cambio
existentes (comercial y financiero).
2- Congelamiento de precios de los bienes – salarios y disminución de ciertos rubros como
indumentaria y medicamentos
3- Fijación de un precio oficial del ganado en puerta de estancia.
4- Aumento fijo (no porcentual) de los salarios, igual para todos los sectores y para todas las
categorías de asalariados. Para mantener el nivel de salario de los trabajadores se creó la
Comisión Nacional de Precios e Ingresos y Nivel de Vida.
5- Se aumentó el precio de los combustibles con “sentido social”, es decir, se incrementó el precio
de la nafta, afectando el ingreso de los sectores con mayores recursos.
6- En materia crediticia se otorgaron préstamos al sector empresario con muy bajas tasas de
interés, siendo uno de los propósitos de esta medida financiera el pago de los mayores salarios,
que deberían abonar las empresas.
En el área financiera se estableció el sistema de nacionalización de los depósitos bancarios,
mediante el cual el conjunto de bancos actuaban como mandatarios del Banco Central recibiendo
los depósitos por cuenta y orden de ésta última. Para realizar operaciones de préstamos, cada
una de las instituciones debía recibir los fondos a través de líneas de redescuentos. El principal
objetivo de esta medida fue permitir que el Banco Central pudiese regular con mayor precisión la
asignación de los préstamos de acuerdo a las prioridades que se establecieran.
7- En materia de comercio exterior comienza una agresiva política exportadora al área socialista.
8- En el área del sector público se inicia la reforma tributaria tendiente a disminuir la regresividad
del sistema. En este sentido, se aprueba la implantación del Impuesto al Valor Agregado que
suple el impuesto a las ventas y que comenzó a regir en 1975. También se proponía la aplicación
del Impuesto a la Renta Normal y Potencial de la Tierra que fue sancionado, pero nunca aplicado.

A los efectos de coordinar el funcionamiento de las Empresas del Estado se creó la Corporación
de Empresas Nacionales. En el Acta de Compromiso Nacional figuraba la participación de los
sectores sindicales y empresarios en el Directorio de las Empresas Estatales.

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Resultados de la gestión de Gelbard:
Uno de los resultados de la aplicación del paquete medidas de políticas económicas instrumentado
por el Ministro José B. Gelbard iniciado en mayo de 1973, fue la reactivación de la actividad
productiva. El PIB. creció en una tasa del 6,1% en el año 1973 y en el año 1974 alcanzó el máximo
valor con el 6,5%. Esta expansión de la actividad económica en el período 1973 – 74 obedeció al
aumento en el consumo global de la sociedad que creció en el primer año un 6,9% y en el segundo
año un 9,6%. La inversión bruta creció un 0,4% en 1973 y un 3,9% en 1974. Como lógica de esta
política expansionista del Gobierno, los saldos exportables comenzaron a disminuir en 1974 y el
nivel de inversión de la economía bajó substancialmente.

La elevada demanda global de la sociedad proporcionaba buenas perspectivas para la inversión,


pero el bajo ahorro fue la restricción fundamental del aumento del capital fijo.

La tasa de inflación de 1973 fue de 50%, en 1974 la tasa de inflación fue del 20,2%. La política de
congelamiento de precios desplegada por el Gobierno provocó una disminución del ritmo
inflacionario pero también llegó a ocasionar graves problemas de mercado negro y
desabastecimiento en numerosos sectores.

En el año 1073 el saldo en la balanza comercial fue uno de los más elevados, en razón de que las
exportaciones alcanzaron los 3.266 millones de dólares y las importaciones alcanzaron los 2.225
millones de dólares.

Balanza de Pagos de Argentina 1973 – 1976 (en millones de dólares)

Rubro 1973 1974 1975 1976


Exportaciones 3266 3930 2961 3916
Importaciones 2225 3659 3946 3033
Balanza Comercial 1041 271 -985 883
Servicios (netos) -337 -169 -299 -259
Capitales (neto) 20 -29 493 568
Resultados en Balanza de
724 73 -791 1192
Pagos

La causa del elevado monto de exportaciones obedeció al elevado precio de los bienes exportables,
en especial en el sector de las carnes.
El elevado nivel de actividad económica alcanzado durante el año 1974 y la continua desvalorización
del tipo de cambio real, provocó un sustancial auge en las importaciones de 3.659 millones de
dólares, mientras que el valor de las exportaciones también se incrementó con respecto a 1973
alcanzando el saldo en balanza comercial el valor de 271 millones de dólares.

El año 1974 es el período de mayor auge en el nivel de actividad económica y el más favorable en
materia de la distribución del ingreso a favor del sector asalariado.

El Plan Trienal 1973 – 1976


La vuelta del peronismo al poder, tras 18 años de proscripción, abrió una nueva etapa y generó
varias expectativas. Aunque parecía que con ello concluía el largo ciclo de enfrentamientos, el clima

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de violencia que existía no parecía corresponder a su feliz conclusión, sino que anunciaba un nuevo,
aún peor. No fue esta vez entre peronistas y antiperonistas, sino entre los primeros. A ese
“peronismo de la resistencia” se asoció un nuevo tipo de militantes bastante diferentes y que estaban
más a la izquierda que sus versiones históricas. Algunos creían que la experiencia revolucionaria
cubana desmentía la vocación reformista de la izquierda democrática de la que estaban
desencantados y olvidando los componentes culturales fascistizantes del peronismo, con el
argumento que había que seguir a las organizaciones con las que se identificaba la clase obrera.
Otros, alentados por las reformas de la Iglesia avanzaron con objetivos terrenales más extremos
que los del Concilio Vaticano II para hacer algo similar. Mientras Perón estuvo fuera, tratando de
desestabilizar a los militares, auspició la acción de esos grupos que, por su formación y cultura, le
despertaban poca simpatía. El éxito de la vuelta de Perón no se limitaba a poner en el gobierno al
viejo líder, sino que, apoyados en su popularidad, podrían realizar anunciara revolución que
condujera a la patria socialista. La muerte de Perón acentuó la guerra interna del peronismo,
desatando un conflicto que afectaría al movimiento y al país por décadas. Así se frustró el final de
un largo conflicto que tomó otras características.

Sólo un acuerdo concretado de empresarios y trabajadores sobre una distribución del ingreso podría
concluir con esa puja y terminar con la inflación. Para asegurarlo se necesitaba un árbitro con poder
que no era otro que Perón. Contaba con el apoyo de dos organizaciones corporativas importantes,
la Confederación General del Trabajo y la Confederación General Económica. Quedaba a cargo de
una entidad, la Comisión de Precios, Ingresos y Nivel de Vida recomendar en adelante, al Poder
Ejecutivo Nacional sobre precios y salarios. Cuando ellos afectaran el poder de compra, los salarios
serían aumentados.

Esto coincidía con la concepción organicista de Perón.


Las políticas permitieron resolver una inflación de costos y expectativas, pero dejaron de lado
aspectos fiscales y monetarios.

Fue un obstáculo insalvable en un régimen de precios administrados, el no distinguir en qué medida


los aumentos eran resultado de los cambios en la oferta o la demanda, o de las presiones o
anticipaciones inflacionarias.

Por otro lado, al congelarse en mayo de 1973 la estructura de precios, algunos habían logrado
adelantarse y otros no, haciendo los primeros importantes ganancias mientras los otros reclamaban
por sus pérdidas.

El desarrollo de lo que se llamo Plan Trienal tuvo lugar en un marco político crecientemente
conflictivo, en la que se enfrentaron las dos alas radicalizadas del peronismo: la extrema izquierda,
con la violencia de los Montoneros, y la extrema derecha con la no menos violenta Triple A (Alianza
Anticomunista Argentina).

Lo paradójico es que la caída de la inflación provocó una disminución en la tendencia negativa de


las tasas reales que de -30,9% en 1972 pasaron a -18,6% en 1973 para luego revertirse en 1974 a
0,9% positivo.

El producto creció en 1973 un 3,7% y en 1974 un5, 4%. El gobierno nada hacía, sin embargo, en el
frente fiscal, ni le preocupaba la expansión monetaria. El déficit había subido de un 4,6% del PBI en
1972 al 6,9% en1973. El financiamiento al gobierno había sido el factor principal en la creación de

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dinero, durante los cinco primeros meses de 1973 el déficit de tesorería fue igual a la mitad de los
gastos, mientras que la oferta de dinero, creció en abril a una tasa anual de 119%.

Como resultado del crecimiento del sector público, sus gastos superaron en 25% del PBI y el déficit
fiscal llegó al 14,5% del PBI en 1975. Las recaudaciones fiscales de 1975 y 1976 fueron
extraordinariamente bajas. Los salarios reales del sector público alcanzaron su punto máximo en
1974 y 1975 y excedieron en 1973 en más de 30% a los del sector privado.
Los gastos del gobierno en 1973 subieron un 20% respecto a 1972 mientras que los ingresos sólo
un 6%. Esto aumentó el déficit primario en un 69% respecto a 1972.

Debido, entre otras cosas, al retraso tarifario que venía de 1971, corregido parcialmente en 1973
antes del cambio de gobierno y sin cambios hasta abril de 1974 en que se realizó un ajuste
importante que se mantuvo hasta mayo de 1975 para evitar que éstas afectaran en costo de vida.
El gobierno financió los desequilibrios con una impresionante creación de dinero para financiar al
sector privado.

El sector privado con subsidios otorgados para aumentos de salarios y el sector la oficial fueron las
fuentes principales en la ceración de base monetaria.

Parecía, entonces, que sin límites en el financiamiento, podría ser cierta una economía popular
como la que anunciaba la retórica gubernamental como una más equitativa distribución del ingreso.

En julio de 1974 moría en General Perón y lo sucedía la vice presidenta María Estela (Isabel)
Martínez. Gelbard, un empresario de la CGE, que había comenzado con Cámpora y Perón, siguió
en el gabinete con Martínez de Perón hasta septiembre de ese año en medio de una situación cada
vez más difícil, en la que se había generalizado el desabastecimiento, el mercado negro y la
violación del acta de concertación.

En febrero de 1975 el peso se devaluó un 50% pasando el financiero de 10 a 15 pesos por dólar y
el comercial de 5 a 10. La presidente, bajo la influencia del Ministro de Bienestar Social López Rega,
designó en la Cartera de Economía a Celestino Rodrigo quien juró a su cargo el 2 de junio y trató
de implementar un severo programa de ajuste contra la inflación. Se devaluó el peso un 100%. Debe
recordarse que era la segunda devaluación del año.

Para reducir el déficit se elevaron las tarifas de los servicios públicos y de los combustibles en casi
189%, aunque en términos reales cayeron luego 6,5%.

Por entonces ya habían comenzado las negociaciones salariales con una pauta de aumento del
40%. Frente a los cambios en las tarifas, los sindicatos reaccionaron aireadamente, se enfrentaron
a la Presidente y aliados a la oposición y a los militares lograron desalojar a quien era virtual primer
ministro, López Rega, quien arrastró en su caída a Rodrigo y al breve y traumático experimento
antiinflacionario que concluyó con un resultado opuesto al buscado, salvo que esta vez el salto de
los precios fue enorme.

Los convenios se firmaron entre un 60 /80% y in 200% de aumento. Los precios subieron en julio
un 35% y la Argentina entró en una nueva y más difícil etapa. La inflación a partir de entonces había
saltado a los tres dígitos y no bajará de allí en los años siguientes.

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EL “RODRIGAZO”: SUS CAUSAS Y EFECTOS
La muerte del General Perón en julio de 1974 provocó un vacío muy grande de poder en
Argentina y el inicio de un período de fuerte disputa política en el justicialismo.

A partir de 1975 se inicia un prolongado deterioro de la actividad económica en todos los órdenes:
comienza a acelerarse la tasa de inflación que alanzó en ese año el 192 %, el salario real se
deterioró puesto que el aumento en los salarios nominales fue solo del 175%; el déficit en la balanza
de pagos alcanzo proporciones desmesuradas provocando una disminución de las reservas
internacionales y el PBI disminuyó en un 1.4%. Asimismo, la puja entre los diferentes grupos
disidentes dentro del propio gobierno avanzaba aún más la situación económica-social.

Las causas del deterioro de la economía argentina deben atribuirse a factores externos al
funcionamiento del sistema económico, como así también a un equivocado manejo de la política
económica en diversas áreas.

El factor externo fue la crisis del petróleo que trajo aparejado un aumento sustancial en el precio del
crudo, lo que ocasiono una grave crisis en la balanza de pagos de los países miembros de la
Comunidad Económica Europea (C.E.E) y del Japón, países que no tiene producción propia de este
insumo. Este equilibro externo afecto el nivel de producto y empleo de estas economías que
recurren a políticas fuertemente proteccionistas tratando de reducir lo que podría ser bienes
prescindibles. La CEE, en septiembre de 1974 prohibió las importaciones de carne vacuna lo que
perjudico substancialmente la balaza de pagos de nuestro país. El aumento en el precio del petróleo
crudo provoco una inflación mundial que tuvo repercusiones en el incremento de los precios de los
bienes importados por Argentina, teniendo especial impacto en los combustibles y en los productos
petroquímicos. La crisis del petróleo significo una sustancial disminución de las reservas
internaciones y un aumento en el nivel general de los precios debido a la inflación
“importada”.

La responsabilidad del Gobierno en la crisis de balanza de pagos de 1975 debe atribuirse al


mantenimiento del tipo de cambio fijo y al consecuente deterioro del tipo de cambio real. Desde
marzo de 1973 y hasta marzo de 1975, se mantuvo el mismo valor de la divisa en el mercado
comercial y en el mercado financiero. La devaluación de marzo 1975, fue insuficiente para mejorar
el resultado en la balanza de pagos.

El peligro de la cesación de pagos obligó a Celestino Rodrigues ministro que reemplazó a Alfredo
Gómez Morales a realizar una profunda devaluación del peso para mejorar el saldo en la balanza
de pagos. Las convenciones colectivas que había incrementado los salarios nominales de varios
sindicatos y se establecieron por decreto con aumentos modernos.

La fuerte oposición sindical a Rodrigo y al conjunto de medidas económicas adoptadas, impulsó a


los sindicalistas a realizar una huelga contra el mismo Gobierno a renunciar al Ministro.
Durante la gestión de Antonio Cafiero se trató de reactivar la economía procurando evitar una fuerte
recesión que se preveía como consecuencia de la redistribución regresiva del ingreso que se había
provocado con la fuerte devaluación, a pesar de los importantes aumentos conseguidos por los
diferentes sindicatos en las Convenciones Colectivas de Trabajo. Se trató de aumentar los medios
de pagos y se desarrolló una política a los efectos de proporcionar una mayor liquidez que
necesitaba la economía. El déficit fiscal como proporción del PBI, alcanzó en 1975 el 12.5%, que es
la cifra más lata en la historia económica del país.

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En materia de tipo de cambio, Cafiero trató de que el tipo de cambio real se mantuviera constante y
no acentuara aún más los problemas de la balanza de pagos. De todas maneras, no fue posible
corregir los graves problemas de balanza de pagos, sólo en el caso en que se produjera una gran
recesión se corregiría la balanza comercial, objetivo no deseado por el equipo de gobierno.

A pesar de la caída en el nivel de actividad en el año 1975, por el programa del Rodrigado (el PBI de
1975 disminuyó en -1,4%) el saldo para el período 1973-75 fue favorable en cuanto a la evolución
del PBI que creció un 3,63 %, y en especial la expansión del consumo que fue del 6,19%. El nivel de
inversión fue negativo con una caída del 1,1% anual, al igual que las exportaciones que
disminuyeron el 4,2 % anual. Las exportaciones por el atraso cambiario aumentaron en forma
significativa al 4,36 % anual. En razón del bajo nivel de ingresos y la fuerte puja de los sectores
asalariados y no asalariados en mantener su ingreso real, a fines de 1975 y a principio de 1976 se
agudizó el proceso inflacionario. En enero y febrero de este último año el incremento en el nivel de
los precios mayoristas creció en un 19,5 % y en un28, 5 % respectivamente. La economía estaba al
borde de un proceso hiperinflacionario provocado por la puja en la distribución del ingreso, entre los
sindicatos, que con el poder político que tenían deseaban mantener el salario real y los empresarios
que reajustaban permanentemente los precios para no quedar rezagados.

En esta situación de comienzo de una hiperinflación, crisis de balanza de pagos y de manifiesta


anarquía política y policial, las Fuerzas Armadas tomaron el poder el 24 de marzo de 1976.

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Referencias

Gerchunoff, P. y Llach, L. (2007) El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas


económicas argentinas. Buenos Aires: Emece.

Cortés Conde, R. (2007) La Economía Política de la Argentina en el Siglo XX. Buenos Aires:
Edhasa.

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