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LOS ARAMEOS DE ARPAD

Efrem YILDIZ
Universidad de Salamanca

1. Preliminares**
Con frecuencia hemos insistido en que el origen de los arameos sigue siendo
un tema bastante complejo, por la escasa información de que se dispone hasta el
momento. La representación más antigua que habla de los arameos es una obra de
Ašurnasirpal II (883-859 a.C.) plasmada en el portal del templo de Imgur-Enlil,
conocido mas bien como Mamu (en Balawat)1. En esta representación se pueden
observar carros asirios cargados con arqueros que defienden la ciudad de los %êW-
Yahiri. Las mismas figuras podrían ser semejantes, por no decir idénticas, a las del
ortostato del templo de Tell Halaf, muy cerca del río Habur, a causa de la cercanía
existente entre los %êW-Yahiri y los %êW-Bahiani, quienes en el año 882 a.C. pagaban
tributos al rey Ašurnasirpal2. Éstos son muy similares a los grupos arameos que
siglos antes se enfrentaron frecuentemente a Tiglat-Pileser I3.
El término “arameo”, nos llega principalmente bajo dos formas. En primer

**
Este trabajo se halla entre los resultados del Proyecto de Investigación SA017/01, financiado por la
Junta de Castilla y León.
1
Cf. R. D. Barnett, “More Balawat Gate: A Preliminary Report” en M. A. Beek -A. A. Kampman- C.
Nuland - J. Ryckmans (ed.), Symbolae Biblicae et Mesopotamicae Franciso Theodor de Böhl dedi-
catae, Leiden 1973, pp. 19-22.
2
Cf. A. K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC. I (1114-859 BC), “The Royal
inscriptions of Mesopotamia. Assyrian periods”; vol. 2, Toronto 1991, p. 203, texto A.0.101.1. col. II.
líneas 21s.
3
Cf. P.E. Dion, Les Araméens à l'Âge du Fer: Histoire politique et Structures sociales, Paris, 1997,
pp. 15-16; Breind-Seux, Textes du Proche-Orient Ancien et Histoire d'Israël, Paris 1977, pp. 70-72;
A. K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC. I (1114-859 BC), p. 43, texto
A.0.87.4, líneas 34-36.

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lugar, existen documentos que reconocen a los arameos como los $KODP$4, aunque
el término como tal deja lugar a interpretaciones varias. Por otro lado, hay una
segunda forma que los relaciona con el nombre Aram 5. Encontramos documentos
del siglo XII, incluso del s. XIII a.C. en los que se habla de ellos 6. Hasta mediados
del siglo XI se mantuvieron alejados de Babilonia y Asiria, pero, como veremos
más adelante, a partir de comienzos del siglo X se expanden por ambos territorios.
A esto habría que añadir el estudio comparativo de lenguas semíticas que al-
canza el siglo XV a.C., momento en el que las dos ramas lingüísticas del semítico
noroccidental empezaron a escindirse 7.
Algunos autores intentan ligar los orígenes de los arameos con los amurritas
a través de las afinidades lingüísticas. Naturalmente, estas afinidades no son
suficientes para poder hablar de continuidad de un pueblo a otro8. Las tablillas de
Mari9 ponen de relieve los aspectos de una sociedad nómada del siglo XVIII a.C.
La arqueología aún no tiene suficiente material que pueda determinar las diversas
tribus arameas que comenzaron a instalarse en Siria y Mesopotamia a finales de la
Edad de Bronce tardía10. Tal vez sería arriesgado decir que la cultura aramea con

4
Para más información véase É. Lipinski, “'Mon Père était un Araméen erant'. L'Histoire, carrefour
des sciences bibliques et orientales”, en OLP 20 (1989) 23-47, en el que este autore saca el origen eti-
mológico del termino Ahlamu de la raíz: G L M; W. T. Pitard, Ancient Damascus. A Historical Study
of the Syrian City-Sate from Earlies Times until its Fall to the Assyrians in 732 B. C.E., Winona Lake
1987, p. 84s.
5
Con respecto al nombre de los arameos se podrían señalar entre muchos trabajos los siguientes: P.
Bordreul, “Les royaumes araméens de Syrie”, en Syrie: Mémoire et civilisation, Paris 1993, pp. 250-
257; G.G.G. Reinhold, Die Beziehungen Altisraels zu den aramäischen Staaten in der israelitisch-
judäischen Königszeit, (Europäische Hochschulschriften 23/368), Frankfurt, Berne, New York, Paris
1989, pp. 23-38; R. Zadok, “Elements of Aramaean Pre-history” en M. Cogan-I. Eph'al (ed.), Ah,
Assyria... Studies in Assyrian History and Ancient Near Eastern Historigraphy Presented to Hayim
Tadmor (Scripta Hierosolymitana 33), Jerusalén 1991, pp. 104-117; J. R. Kupper, Les nomades en
Mésopotamie au temps des rois de Maris, Paris 1957, pp. 110-132; É. Lipinski, “'Mon Père était un
Araméen errant'. L'Histoire, carrefour des sciences bibliques et orientales”, pp. 30-39.
6
Cf. H. Tadmor, The Inscriptions of Tiglath-Pileser III King of Assyria, Jerusalén 1994, p. 158s;
Otros como W. Von Soden, Einführung in die Orientalistik, Damrstadt 1985, p. 21, (la versión espa-
ñola, por C. Gancho, Introducción al Orointalismo Antiguo, Barcelona 1987, p. 35 los sitúan en el
año 1300 a.C., sin embargo como grupos nómadas que se enfrentan en Mesopotamia a los asirios,
quienes los identifican al ninicio como Ahlamu y posteriormente como Aramu.
7
Cf. J. Tropper, Die Inschriften von Zincirli (Abhandlungen zur Literatur Alt-Syriens-Palästinas 6),
Münster 1993, pp. 307-310.
8
Cf. J.R. Kupper, Les nomades en Mésopotamie, Paris, 1957, pp. 107-145; M. Noth, Die Ursprünge
des alten Israels im Lichte neuer Quellen, Köln, 1961, reproducido en Aufsätze zur biblischen
Landes- und Altertumskunde, ed. por H. W. Wolff, Neukirchen, 1971 pp. 245-272; R. Zadok,
“Elements of Aramaen Pre-history”, pp. 107 y 114.
9
A. Malamat, Mari and the Early Israelite Experience, London, 1989, pp. 32-52.
10
Cf. H. Sader, “The 12th Century B.C. in Syria: The Problem of the Rise of the Aramaens”, en
Ward-Youkowsky (ed.) The Crisis Years: The Twelfth Century B. C. From Beyond the Danube to the
Tigris, Dubuque 1992 p. 158.

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sus características propias y distintas de las demás culturas semíticas se remonta a


la Edad de Hierro. Son más conocidos los pueblos israelitas coetáneos, que se ex-
panden por Canaan en la misma época11. Con mucha cautela, ya que ambos pue-
blos parecen estar emparentados, se podría equiparar la cultura de los primeros
asentamientos arameos a la de los Israelitas 12.
Los arameos tuvieron una expansión considerable desde los comienzos de la
Edad de Hierro13. Desde el siglo XII hasta el XI, Teglat-Pileser I y Ašur-Bel-Kala
no logran detenerlos14. Durante el siglo siguiente el dominio asirio en Siria oriental
se redujo a pequeños grupos sobre los cuales Ašur no tenía más que un control
teórico. Tras la muerte de Nabucodonosor I, Babilonia sufrió la expansión aramea.
Así, al sur de Taurus y al oeste de Zagros el mosaico étnico del Oriente Medio
muestra huellas arameas muy importantes. Pues este pueblo controlaba sus sectores
mezclándose con otros, sin llegar a formar el grupo étnico dominante. La presencia
de estos elementos se caracteriza por los nombres arameos de personajes y entida-
des políticas que figuran en las inscripciones reales asirias desde el siglo X hasta el
siglo VII15.
Aunque no se tiene absoluta certeza con respecto a la procedencia y nomen-
clatura de los arameos, sorprende al lector de la historia antigua, sobre todo del An-
tiguo Oriente Medio, la mención hecha por los reyes asirios de los arameos relacio-
nados con sus batallas, fortificaciones y sobre todo con las persecuciones a lo largo
del río Éufrates, desde Babilonia hasta Palmira.

2. El reino de Arpad
Entre los reinos arameos más conocidos hallamos el de Arpad, reinado que
en las inscripciones asirias se aprecia bajo el nombre de Ar-padda, situado en la
actual Tell-Rifa‘at, al norte de Alepo. De este reino nos han llegado noticias
fundamentalmente a través de las inscripciones de Sefire16 y de Adad-Narari III17.

11
Cf. I. Finkelstein, The Archaeology of the Israelite Settlement, Jerusalén 1988.
12
Gen 11,27-29; 22,20-24; Deut 26,5.
13
Cf. J.R. Kupper, Les nomades en Mésopotamie, pp. 114-132; H. Klengel Geschichte und Kultur
Altsyriens, Viena 1979, pp. 164-183.
14
Cf. J. N. Postgate, Die Orts-und Gewässernamen der mittelbabylonischen und mittelassyrischen
Zeit, Wiesbaden 1982, pp. 95-101.
15
Los motivos, como lo veremos más adelante, son fundamentalmente debidos a inmigraciones y
otras veces por deportaciones sobre todo en la época de la hegemonía asiria. Como reinos con una
estructura bien definida y que se remonta a los primeros años del siglo X, los hallamos en el actual
territorio sirio y la zona del sur este de Turquía.
16
Cf. A. Lemaire – J. M. Durand, Les inscriptions araméennes de Sfiré et l’Assyrie de Shamashi-ilu,
(Hautes-Études Orientales 20), Ginebra-Paris 1984.
17
A. K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC. I (1114-859 BC); M. V. Seton
Williams, “Preliminary Report on the Excavations at Tell Rifa’at”, en Iraq 23 (1961) 68-87; Id.,
“The Excavations at Tel Rifa’at 1964: Secondon Preliminary Report”, en Iraq 29 (1967) 16-33; J.

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Tratándose del reino de Arpad cabe señalar la importancia que tiene como capital
del reino de %êW-Agusi. Las excavaciones arqueológicas muestran que esta ciudad
fue repoblada ya a comienzos del período calcolítico y que los arameos se insta-
laron en esta región a finales del segundo milenio a.C.
De los textos hallados se desprende que los comienzos del reino de Arpad
presentan una imagen poco usual, siendo posteriores a los de la casa de *DEEÀU.
Ante todo, conviene destacar la relación de dicho reino con la figura de Ašurna-
sirpal II, quien hacia 870, durante su victorioso viaje hacia la costa mediterránea18,
alcanza Patina tras detenerse en Hazazu. Posteriormente el rey asirio centra sus
operaciones militares sobre la ciudad real de Kunulua.
En esta ciudad Ašurnasirpal recibió el tributo de Guš, el cual parece ser el
artífice del reino mencionado, y el que hizo posible que su nombre llegase hasta la
época de Tiglat-Pileser III (744-727)19. Sin embargo, como ya hemos subrayado,
según los anales de Ašurnasirpal, Guš no estaba suficientemente organizado, y al
no tener un centro urbano no parece haber atraído al rey asirio.
Cabe destacar que los súbditos de Guš ocupaban solamente una parte de
Yahan. Desde la primera gran expedición de Salmanasar III contra %êW-Adini, en el
año 858, el príncipe de Yahan, llamado $GÀQ, hizo causa común con muchos otros
reinos del noroeste de Siria para obstaculizar al monarca asirio el camino. La razón
principal de la participación en esta campaña eran los duros tributos impuestos a
los hijos de Guš por los asirios20.

3. El reino de Arame, hijo de Guš


Hasta al menos la primera mitad del siglo IX a.C., Arpad no desempeña un
papel importante sobre los %êW-Agusi. Tenemos noticias sobre los hijos de Guš a
partir de los anales de Salmanasar III referentes a su décimo y undécimo años de
gobierno. En éstos se percibe una actitud indecisa con respecto a los %êW-Adini. Con
ocasión de la campaña asiria contra Hamat y sus aliados se menciona al primer hijo
de Guš llamado Arame21. Por la documentación conservada de Adad-Narari III

Mathiers y otros, The River Quoueiq, Nothern Syria, and Its Catchment: Studies Arising from the Tell
Rifa’at Survey 1977-79, Oxford 1981.
18
A.K. Grayson, “Studies in Neo/Assyrian History. The Ninth Century B.C.”, en BiOr 33 (1976) 124-
145; P.E. Dion, Les Araméens, p. 113.
19
Cf. E. Puech, “Un ivoire de Bit-Gusi (Arpad) a Nimrud”, en Syria 55 (1978) 163-165,
particularmente la p. 165.
20
Cf. A.K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC., II (858-745), “The Royal
inscriptions of Mesopotamia. Assyrian periods”; vol. 3, Toronto/London 1996, p. 17, texto A.0.102.1,
col. II, línea 12s.
21
Este nombre del primer hijo de Guš está atestiguado en los textos de Salmanasar III que van desde
858 hasta 833 a.C..

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(810-783)22 este nombre parece haber sido dado también al padre de Attar-Sumk
(rey de Arpad). Arame, convencido de la crítica situación de Salmanasar, en el año
853 genera una situación que provoca la dura intervención del monarca asirio. En
aquella ocasión, el hijo de Guš vive una de las mayores derrotas de su historia,
perdiendo la mayor parte de sus ciudades; entre ellas, la capital Arane (la actual
Tell ’Erin) y la famosa ciudad fortificada de Apparazu23.
Los ataques de Salmanasar contra Arame parecen haber acaecido en la parte
oeste de la casa de Guš. La ciudad real Arane, situada al suroeste de Arpad (a una
distancia de 20 km.)24 es la que más sufrió los ataques del rey asirio. Una de las
primeras víctimas de la expedición militar de Salmanasar III fue precisamente la
ciudad real 25. En el traslado de las tropas asirias desde Karkemiš hacia Amanus 26,
siguiendo el valle de Afrin, el rey asirio habría pasado por Arane, siempre y cuando
la situemos en Tell ’Erin. Si se acepta esta descripción, que sitúa la ciudad real
(Arane) al sur-oeste del monte “Ahanu”, se debe admitir que ya el mismo Guš
habría sufrido el acoso de los asirios bajo Ašurnasirpal II.
En cuanto a sus fronteras, el territorio de Arame estaba delimitado por los
habitantes de Alepo al sureste, por Hazazu al norte y por Kunulua (Tell 7DV\LQÀW) al
oeste, extendiéndose su dominio hasta Patina. Anteriormente hemos señalado que
según el relato de Ašurnasirpal, el rey atraviesa el río Afrin desde Hazazu para
alcanzar Kunulua, que en la época de Tiglat-Pileser III pertenecía a Patina. Desde
el punto de vista geográfico, la ciudad en cuestión tampoco debe estar lejos de la

22
Cf. A.R. Millard – H. Tadmor, “Adad-Narari III in Syria. Another Stele Fragment and the Dates of
his Campagns”, en Iraq 35 (1973) 57-64. Sin embargo los textos de Adad-Narari hallados en Pazarcik
el nombre dado al padre de Attar-Šumk es ad-ra-amu (A.K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early
First Millennium BC., II (858-745), p. 205, texto A.0.104.3, línea 11) y ad-ra-mu en la estela hallada
en Antakya (Id., Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC., II (858-745), p. 203, texto
A.0.104.2 II, líneas 5.9). Para más información cf. É. Peuch, “La stèle de Bar-Hadad à Melqart et les
rois G
$USDG”, en RB 99 (1992) 311-334, esp. 319; también la aportación de R. Zadok, “Historical and
Onomastic Notes”, en WO 9 (1977-78) 35-56; W.T. Pitard, “The Identity of the Bir Hadad of the
Melqart Stela”, en BASOR 272 (1988) 3-21; P. Bordreuil, “Les royaumes araméens de Syrie”, en
Syrie: Mémoire et civilisation, p. 253.
23
H. Clenge, Syria 3000 to 300 B.C. A Handbook of Political History, Berlin 1992, p. 198; A.K.
Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC., II (858-745), p. 37, texto A.0.102.6, col.
II, líneas 57-60.70s.; p. 46s texto 102.8, línea 31s. 35s. 39s.; p. 53. texto A.0.102.10, col. II, líneas 47-
53; p. 66, texto A.0.102.14, línea 85.
24
Por lo general se suele situar Arne en Tell ’Arneh, a unos 20 Km al sureste de Alepo (cf A. Lemaire
- J.-M. Durand, Les inscriptions araméennes de Sfiré et l'Assyrie de Shamashi-ilu (Hautes Études
Orientales 20) Ginebra 1984, p. 76). Sin embargo, resulta difícil situarla en esta parte porque en la
época de los Guš (siglo IX a.C.) Alepo era una región autónoma cuya parte norte pertenecía a los %êW-
Adini hasta 858-856. Debido a la derrota de Ahuni la parte oeste del Éufrates pasa a manos de los
países vecinos.
25
Cf. H.S. Sader, Les états araméens de Syrie depuis leur fondation jusqu'à leur transformation en
provinces assyriennes, Wiesbaden 1987, p. 146s.
26
Cf. S. Ponchia, L'Assiria e gli stati transeufratici nella prima metà dell'VIII secolo a.C., Padova
1991.

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ciudad neo-hitita ‘Ain Dara, situada cerca de la orilla izquierda del río Afrin y a
poca distancia de Tell ’Erin.

4. Attar-Sumk y el reino de Arpad


El reinado de Arame durará al menos hasta el 833, año que recuerda el
retorno de Salmanasar III de su expedición militar a Anatolia y la creación de su
residencia en la misma región. El reino de Arame parece estar sometido al poder
asirio ya en el 848. Al final del dominio de Salmanasar, ya en plena decadencia, a
Attar-Sumk sucede su hijo. Durante el período de Šamši-Adad V (823-811) el rei-
no asirio es cada vez más vulnerable. En esta ocasión, el heredero y descendiente
de Guš emprende una iniciativa marcada por la expansión de su reino y la libera-
ción del poderío asirio27. Este personaje, que sepamos, es el primer descendiente de
Guš que fue llamado arpadita28.
El descendiente de Guš, Attar-Sumk fue el primero que convirtió a Arpad en
una ciudad importante, situada sobre una acrópolis y doblemente amurallada. Se-
gún Dion29, su desarrollo se debe al éxito de los arameos. La expansión y la riqueza
del reino de Arpad a comienzos del siglo IX eran considerables, aunque los fre-
cuentes ataques asirios empobrecieran la zona.

5. Inclusión de Alepo
Con Attar-Sumk y sus sucesores se emprende una tarea de continua expan-
sión. Entonces, Alepo se anexiona al reino de Arpad, sede del “gran rey de <DP
æDG” durante la época de Bronce Medio, que desde la incursión de Muršili I a co-

mienzos del siglo XVI a.C se irá empobreciéndo gradualmente a pesar de ser consi-
derada ciudad sagrada durante el poderío hitita, lo que le permitió gozar de una re-
lativa independencia30.
Se cuenta en los anales de Salmanasar III que en su marcha hacia Hamat
éste se detuvo en Halman, una ciudad que le debía tributos. Su presencia en esta
ciudad queda patente por los sacrificios que ofrece en honor de la “divinidad de la
tempestad”31. Si se considera que Alepo era la sede de esta divinidad, venerada no

27
Cf. A. R. Millard, “Adad-Nirari II, Aram and Arpad”, en PEQ 105 (1973) 161-164; M. Weippert,
“Die Feldzüge Adadnariris III. nach Syrien: Voraussetzungen, Verlauf, Folgen”, en ZDPV 108 (1992)
42-67.
28
Cf. A.K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC., II (858-745), p. 205, texto
A.0.104.3, línea 11.
29
P.E. Dion, Les Araméens à l'Âge du Fer: Histoire politique et Structures sociales, p. 119.
30
Cf. T.R. Bryce, “The Role of Telepinu, the Priest, int he Hittite Kingdom”, en Hethitica 11 (1992)
5-18.
31
Cf. A.K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC., II (858-745), p. 23, texto
A.0.102.2, col. II, líneas 86s; p. 36. texto A.0.102.6, col. II, línea 25.

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solamente por los asirios y los arameos, sino también por los hurritas, amoritas y
los hititas, quizás Halman era la misma Alepo32. Si tenemos en cuenta los sucesos
acaecidos en Halman en el 853, todo conduce a afirmar que Alepo gozaba de
independencia por parte de los %êW-Agusi, teniendo su cultura raíces luvitas33. Sin
embargo hay quien 34 atribuye a Agusi la construcción del templo en Alepo en
honor de la “divinidad de la tempestad”. Esta relación con Agusi concordaría con
el origen arameo.
Como se refleja en la tercera estela de Sefire, a partir de la segunda mitad del
siglo VIII Alepo depende de Arpad, cuyo rey intenta evitar que los refugiados
políticos encuentren amparo en Alepo 35. La estela dedicada a Melqart por Bar-
Hadad, escrita en arameo y hallada en Breidj, a 7 km. del norte de Alepo, parece
indicar que la transición tuvo lugar a partir de la última década del siglo IX 36.
Existen otras inscripciones halladas en las proximidades de Alepo que subrayan la
expansión de Arpad37 hacia el Éufrates y el norte de Gabbul 38. En la primera estela
de Sefire (KAI 222 A 34s.) se cuentan más de 11 ciudades pertenecientes al reino
de Arpad 39. La razón por la que %êW-Agusi se dirige hacia Gabbul puede deberse a
la conquista de un territorio extremadamente rico en sal40.
En cuanto a la conquista del poder por Attar-Sumk, estimo que el período de
su expansión puede considerarse uno de los más extensos de la casa Guš. Esto
puede deberse a una serie de hechos, como la eliminación de %êW-Adini y de Patina,
y la debilidad del reino de Alepo. A todo esto habría que añadir la penosa situación

32
Cf. S. Parpola - K. Watanabe, Neo-Assyrian Treaties and Loyalty Oaths (State Archives of Assyria
2), Helsinki 1988, p. 13; H. Donner - W. Röllig, Kanaanäische und Aramäische Inschriften, (= KAI),
Wiesbaden 1971-1976, 222 A, líneas 10-11.
33
Cf. H. Klengel, Geschichte und Kultur Altsyriens, Wien 1979, plancha 53.
34
Cf. M Van Loon, “A Neo-Hittie Relief in Aleppo”, en Th. P. J. Van den Hout - J. De Roos (ed.),
Studio Historiae Ardens, Leiden 1995, pp. 181-186.
35
KAI 224, línea 5; J.C. Greenfield, “Asylum at Aleppo: A Note on Sfire III. 4-7” en M. Cogan - I.
Eph’al (ed.), Ah, Assyria... Stuedies in Assyrian History and Ancient Near Eastern Historiography
Presented to Hayim Tadmor (Scripta Hierosolymitana 33), Jerusalén 1991, pp. 272-278.
36
M. Dunand, “Stele araméenne dédiée à Melqart”, en Bulletin du Musée de Beyrouth 3 (1939) 65-
67.
37
Las dos inscripciones una del siglo VIII (KAI 222-224) y la otra del año 700, estela fúnebre de
Nêrab (KAI 225-226), un pequeño pueblo situado a 6 km. al sureste de Alepo; cf. C. Clermont-Gan-
neau, “Les stèles araméennes de Neirab”, en Études d'Archéologie Orientale, 2, Pars 1896, pp.182-
223, aquí p. 183
38
Cf. P. Ciafardoni, “Insediamenti aramaici e pre-aramaici nella regione di Idlib”, en S. Mazzoni
(ed.), Tell Afis e l'età del ferro, Pisa 1992, pp. 37-74, aquí p. 52.
39
Cf. A. Lemaire - J. -M. Durand, Les inscriptions araméennes de Sfiré et l'Assyrie de Shamashi-ilu,
pp. 72-80; H.S. Sader, Les états araméens, p. 148s.
40
Cf. F.M. Fales, “Instituzioni a confronto tra mondo semitico occidentale e Assiria nel I millennio
a.C: il trattato di Sefire”, en L. Canfora - M. Liverani - C. Zaccagnini (ed.), I tratti nel mondo antico:
Forma ideologia, funzione, Roma 1990, pp. 149-173.

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que atravesaban los asirios tras la sublevación acaecida en Nairi y en Babilonia


bajo el reinado de Šamši-Adad V (823-811 a.C.) durante el final del reino de Sal-
manasar III en los años 827-822 a.C.41.
Ya hemos mencionado que Attar-Sumk fue uno de los primeros reyes que
intentó unificar los clanes arameos mediante una estructura regida por sus corres-
pondientes dirigentes. De esta manera se llega a fundar el reino de Arpad, que
ocupaba el territorio tanto de la alta como la baja Aram42. Basándose en una orga-
nización bien definida y en una coalición con proyección hacia la política exterior,
el rey arameo, apoyado por otros ocho reyes, emprende la guerra contra los asirios,
súbditos de Adad-Narari III en Paqarahubuni, territorio que pertenecía a Kummuh.
El nombre del jefe de la coalición y del lugar de la batalla son mencionados en la
estela de Pazarcik43. Otros textos, como el de Tell Sheikh Hammad44 y ciertos frag-
mentos cuyos originales se perdieron, relatan en términos generales la gravedad del
conflicto. Todo esto brindará la ocasión a Adad-Narari III de conseguir la victoria,
aunque lograda parcialmente, conquistar el norte de Siria y así restablecer las
fronteras de Kummuh45.

6. El final del reino de Arpad


Tras estas incursiones asirias, el reino de Arpad es derrotado y entra en una
dinámica regresiva que paulatinamente lo va debilitando. Aunque no tengamos ab-
soluta certeza, lo que había logrado Attar-Sumk durante casi medio siglo fue su-
cumbiendo hasta el final de su largo reinado bajo el mandato de su hijo Mati’-El.
Los incidentes comenzaron con la pérdida de territorios asirios bajo Salma-
nasar IV (782-773), Ašur-Dan III (772-755) y Ašur-Narari V (754-745), que fueron
ocupados por la fuerza urartiana, lo que suponía una firme amenaza para la he-
gemonía asiria. En esta época, marcada por sublevaciones continuas, los reyes de
Karkemiš, Yariris y Kamanis desempeñaron un papel de gran importancia.

41
Cf. A.K. Grayson, en “Cambridge Ancient History” III/1, pp. 268-271.
42
Cf. A. Alt, “Die syrische Staatenwelt” en Kleine Schriften 3, München 1953, pp. 214-232; Sader,
Les états araméens, p. 280s.; KAI 222 A. línea 5s.
43
A.K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC., II (858-745), p. 205, texto
A.0.104.3, líneas 11s. Convendría destacar que lo expertos aún no son unánimes sobre la
interpretación del texto concerniente al territorio de Arpad. Según S. Timm, “König Hesion II. von
Damaskus”, en WO 24 (1993) 55-84, aquí 64, el texto quiere decir que “en tiempo de Ušpilulume”
(rey de Kummuh), los confederados atravesaron el Éufrates para atacar a los Asirios, mientras según
Weippert, “Die Feldzüge Adadnarirs III”, p. 55s, los coalicionistas invaden Kummuh (que es pro
Asiria) obligando a su rey a atravesar el río Éufrates para buscar refugio en Asiria y conforme a la
versión de V. Donbaz, “Two Neo-Assyrian Stelae in the Antakya and .DKUDPDQPDUD Museums”, en
Annual Review of the Royal Inscriptions of Mesopotamia Project 8 (1990) 5-25.
44
A.K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC. II (858-745), p. 207, texto
A.0.104.5, línea 5, donde el nombre Paqarahubini es incompleto.
45
Id., p. 204s, texto A.0.104.3.

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Los textos de Sefire (KAI 222-224)46 hablan de una campaña militar asiria
bajo Ašur-Narari V contra Arpad, entonces sometido bajo el reinado de Mat’-ilu47.
Los textos epónimos se refieren a Mat’-ilu como hijo de Attar-Sumk, rey de Arpad,
hijo de Guš. Se cree que reinó hasta el año 740 a.C. La intervención asiria parece
tener como motivo principal la declaración de independencia en el año 754, en el
que Ašur-Narari V responde con mano dura a Arpad. Por otro lado, si damos cré-
dito a lo que dice el texto de Sefire, la intervención bélica asiria podría estar causa-
da por la invocación de las divinidades mesopotámicas por parte del aliado de Ma-
ti’ilu, Bar-Ga‘ayah, rey de “KTK” cuya identificación sigue aún siendo un enig-
ma 48. Respecto a este aliado se podría decir que su coalición con el hijo de Attar-
Sumk provocó la dura intervención asiria sobre Mati’ilu (conocido también como
Mati’-El), y con ello la ruina de su reino.
Mati’-El, el gran heredero de la estrategia coalicionista de su padre, sin
prever las consecuencias posteriores estipula un pacto de confederación con las
fuerzas urartianas enfrentadas a los asirios desde los comienzos del siglo VIII49.
Mati’-El, siendo consciente de la presión del rey de Urartu, Sardu II (765-733),
pactó con este monarca, lo que provocó la inmediata reacción asiria que devastó al
monarca arameo junto a Kummuh, Milid y Gurgum tributarios de los asirios. Ar-
pad, que hasta entonces no pagaba tributos por sus supuestas buenas relaciones,
ahora se veía obligado a hacerlo50. Con respecto a la intervención asiria, la crónica
de epónimos habla de los ataques del 743-741 a.C. y de la conquista en el año 741.
La victoria supuso la pérdida de la independencia de los %êW-Agusi. El botín se

46
Cf. A. Lemaire - J.-M. Durand, Les inscriptions araméennes de Sfiré et l'Assyrie de Shamashi-ilu
pp. 56-68.
47
Cf. S. Parpola - K. Watanabe, Neo-Assyrian Treaties and Loyalty oaths, pp. 8-13; E. F. Weidner,
“Der Staatsvertrag Assurniraris VI [sic] von Assyrian mit 0DWL
LOX von %êW-Agusi”, en AFO 8
(1932/33) 17-34; A.R. Millard, “Fragments of Historical Texts from Nineveh: Middle Assyrian Texts
and later Kings”, en Iraq 32 (1970) 167-176.
48
Cf. P.E. Dion, Les Araméens à l'Âge du Fer: Histoire politique et Structures sociales, p. 131;
muchos autores han intentado revelar la identidad de este personaje, sin embargo resulta difícil acep-
tarlos sin alguna que otra conjetura, N. 1D
PDQ, “Looking for KTK”, en WO 9 (1977/78) 220-239
(sitúa a KTK en Hamat); A. Lemaire - J. -M. Durand, Les inscriptions araméennes de Sfiré et l'Assy-
rie de Shamashi-ilu, sitúan el nombre KTK en Tel Barsip un nombre típicamente luvita, tal y como lo
subraya S. Ponchia, L'Assiria e gli stati transeufratici nella prima metà dell'VIII secolo a.C., p. 103,
n. 38; Y. Ikeda, “Once Again KTK in the Sefire Inscriptions”, en Avraham Molamat Volume (Eretz
Israel 24), Jerusalén 1993, pp. 104 y 108 cree que KTK es una abreviatura de Kummuh, Til Barsip y
Karkemiš, aunque, como justamente observa Dion, Til Barsip difícilmente encaja en el contexto de
esta supuesta sigla; otros como W. von Soden, “Das nordsyrische KTK/kiski und der Turtan Samsi-
ilu: Erwägungen zu einem neuen Buch”, en SEL 2 (1985) 133-141 y R. Degen, “Zur Schreibung des
Kaska Names in ägyptischen, ugaritischen und altaramäischen Quellen: Kritische Anmerkungen zu
einer Momographie über die Kaskäer”, en WO 4 (1967/68) 48-60, lo relacionan con el pueblo Kaška,
término que no escapa a problemas de orden filológico como lo muestra Degen.
49
En la inscripción de Tel-Ahmar Šamši-ilu presume haber combatido en 6 ocasiones a Urartu con
éxito (781, 780, 779, 778, 776, 774).
50
Para más información sobre la campaña militar contra Sarduri II cf M. Astour, “The Arena of
Tiglath-Piliser III' s Campaign Against Sarduri II (743 B.C)”,Assur 2/3, 1979.

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evaluó en treinta talentos de oro y dos mil talentos de plata51. Tras esta intervención
asiria, el reino vencido de Arpad se dividió en dos grandes provincias dirigidas por
gobernadores asirios52.
Podríamos decir que el hijo de Attar-Sumk cometió un grave error que pa-
garía caro al pactar con Sardu II. Por otra parte, si tuviésemos en consideración la
fuerte presión urartiana en el territorio septentrional comprenderíamos, en parte, la
actuación de Mati'-El, ya que las campañas militares del rey Menua del siglo VIII
a.C. se adentraban cada vez más en Milid. Esta presión queda aún más patente du-
rante el reinado de Argišti I (789-766)53, que hace frente a Salmanasar IV pero a
quien posteriormente Šamši-Ilu combate seis veces seguidas, tal y como se des-
prende de la inscripción hallada en Tell $æPDU 54.
Con respecto a la época Neo-Babilónica, se conserva poca documentación en
arameo procedente del antiguo reino de Arpad. La única tablilla hallada hasta el
momento trata de un contrato comercial del año 570 a.C.55 En escritura cuneiforme
fueron descubiertas algunas tablillas en Nerab56 aunque es muy probable que
fueran redactadas en Babilonia por una familia deportada por el rey Nabucodono-
sor, puesto que tras un dilatado período en Babilonia, los exiliados adoptaron nom-
bres babilonios, y cuando a finales del siglo VI a.C. sus descendientes regresaron al
territorio de sus antepasados, llevaron consigo estos documentos.
Como hemos podido constatar, tanto en los ámbitos político como militar,
sobre todo en el siglo VIII a.C., Arpad desempeñó un papel muy importante en Si-
ria al aliarse con los demás reinos para hacer frente a la fuerza militar asiria. La
coalición anti-asiria, como hemos puesto de relieve, parece partir fundamental-
mente de una iniciativa de Bar-Hadad, hijo de Hazael, rey de Aram57 y Damasco,
quien se empeñó en eliminar al rey Zakkur de Hamat.

51
H. Tadmor, The Inscriptions of Tiglath-Pileser III King of Assyria. Critical Edition with Introduc-
tions, Translations and Commentary, Jerusalén 1994, p. 186ss; K. Kessler, “Die Anzahal der assy-
rischen Provinzen des Jahres 738 v.Chr. in Nordsyrien”, en WO 8 (1975/1976) 49-63; M. Weippert,
“Menahem von Israel und seine Zeitgenossen in einer Steleninschrift des assyrischen Königs Tiglat-
philers III. aus dem Iran”, en ZDPV 82 (1973) 26-53, especialmente p. 37, n. 36.
52
Cf. M. Weippert, “Zur Syrienpolitik Tiglathpileser III”, en H.-J. Nissen - J. Renger (ed.), Mesopo-
tamien und seine Nachbarn, vol. 2, Berlin 1982, pp. 395-408.
53
R. D. Barnet, “Urartu”, en Cambridge Ancient History 3/1 (1982) 314-371, aquí 343-348; J. D.
Hawkins, en Reallexikon der Assyriologie 8/1-2 (1993) 37.
54
A.K. Grayson, Assyrian Rulers of the Early First Millennium BC., II (858-745), pp. 231-233.
55
Cf. E. Warmenbol, “La satuette égyptisante de Sfiré, en Syrie du Nord: une image d'orant de la pre-
mière moitié du 1er millénaire av. n.è.”, en Studia Poenicia, vol 3, Louvain 1985, pp. 163-168.
56
Cf. P. Dhorme, “Les tablettes babyloniennes de Neirab”, en RA 25 (1928) 53-82; estas tablillas han
sido reeditadas por S. Timm, “Die bedeutung der spätbabylonischen Texte aus Nërab für die Ruck-
kehr der Judäer aus dem Exil”, en M. Weippert - S. Timm (ed.) Mellenstein (FS Donner), Wiesbaden
1995, pp. 276-288.
57
Aram es una amplia zona situada en la orilla occidental del Éufrates.

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En esta región también Mati’-El ejerció un papel decisivo durante la segunda


mitad del siglo VIII a.C., período en el que la expedición militar asiria bajo Ašur-
narari V derrota a Arpad y obliga a Mati’-El a firmar un pacto en el que reconoce
la soberanía asiria. Bajo este monarca se firma otro acuerdo con Bar-Ga‘ayah, rey
de “KTK”, y con el rey Sardur II para formar una coalición contra el dominio
asirio. Este pacto provocó la inmediata intervención militar asiria -en el año 743-
bajo el mandado de Tiglat-Pileser III. Tras cuatro años de guerra se conquistó
Arpad, convirtiéndose en provincia asiria. Señalamos también que bajo el mandato
de Sargón II hubo una sublevación en el año 72058. Restos arqueológicos revelan
que la región no fue totalmente abandonada a pesar de su casi total destrucción,
siguiendo habitada hasta el siglo IV d.C.

58
La caída de Arpad por los asirios es mencionada incluso en el texto bíblico 2 Re 18,34; 19,13; Is
10,9; 36, 19; 37,13 y Je 49,23.

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