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BREVE EXPLICACIÓN

La circunstancia de que en el mes de diciembre de 1983 empezara


a regir un nuevo Código de Minería y simultáneamente entrara en
vigor la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras
Nº 18.097, hizo evidente la necesidad de contar con un texto de
estudio que se ocupara de explicar la nueva legislación minera.
Lo anterior me movió a emprender la tarea de ordenar y com-
pletar apuntes tomados en las clases que sobre la materia imparto
en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Chile y cuyo
resultado es el presente libro, que constituye un texto reducido y
sistematizado de los aspectos más fundamentales del ramo.
Por cierto, Curso de Derecho de Minería no constituye en caso al-
guno un tratado sobre la legislación minera chilena, sino simple-
mente pretende ser una sencilla exposición, en algunos casos algo
esquemática, de las diversas materias que comprende la legislación
minera vigente. El objetivo perseguido no ha sido otro, pues, que
facilitar a los alumnos el aprendizaje de los elementos básicos del
ramo, quedando a cargo del profesor la profundización de aquellos
temas que se consideren más relevantes. Sin duda que sería muy sa-
tisfactorio si, además, pudiera prestar utilidad a quienes se interesen
por esta rama del Derecho.

EL AUTOR

7
CAPÍTULO PRIMERO

NOCIONES GENERALES

1. Yacimiento mineral o mina. El conjunto de normas jurídicas que


constituye el Derecho de Minería se centra primera y fundamen-
talmente en un bien que es el objeto de la regulación jurídica: el
yacimiento mineral o mina.
La palabra yacimiento designa el sitio o sitios donde se encuentran
naturalmente una roca, un mineral. Por mineral debemos entender
cualquier sustancia inorgánica que puede extraerse de la tierra para
su aprovechamiento.
El vocablo mina, que de ordinario se usa para designar los yaci-
mientos minerales, tiene también otras acepciones, especialmente
en el lenguaje técnico, como la de excavación que se hace por pozos,
socavones, o a tajo abierto, para extraer minerales, o también con-
junto de trabajos y de instalaciones en el subsuelo y en la superficie,
concurrentes a la explotación de un yacimiento.
Para nuestro ordenamiento jurídico, las expresiones yacimiento
mineral y mina son sinónimos y así vemos cómo a través de las disposi-
ciones del Código de Minería y legislación complementaria se emplean
indistintamente estos vocablos para designar el mismo objeto.
El yacimiento mineral o mina está constituido por una acumu-
lación natural de sustancias del reino mineral, lo cual lo distingue
de otros depósitos debidos a la mano del hombre, como el tesoro, y
adquiere relevancia para el Derecho en cuanto despierta interés,
y de ahí que no debemos considerarlo únicamente dentro del
concepto de la acumulación o depósito de sustancias inorgánicas,
esto es, como una cosa aislada, sino en función de una actividad
económica que se desarrolla teniendo en vista el aprovechamiento
de esta riqueza.

9
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Por lo expuesto, podríamos llegar a definir el yacimiento mineral


o mina como un “depósito natural de sustancias minerales susceptibles de
explotación económica”.
Es el caso hacer presente que, por las razones que expondremos
en su oportunidad, ciertos depósitos de sustancias minerales, como
son los desmontes, escorias y relaves, la ley los considera como ya-
cimientos minerales o minas, no obstante no concurrir en ellos la
característica de ser depósitos naturales, ya que han sido formados
por la mano del hombre.

2. Formas en que se presentan en la naturaleza los yacimientos mi-


neros. Existen diversos criterios técnicos para describir las diferentes
formas en que se presentan naturalmente los yacimientos mineros y
uno de los más conocidos los clasifica, para estos efectos, en criaderos
y depósitos, pudiendo ser los primeros regulares o irregulares.
Criaderos regulares son aquellos que presentan conexión con el
resto de la tierra y adoptan la forma de mantos o capas, si se presen-
tan en la naturaleza en forma paralela a la estructura de la tierra,
como los carbonatos y el carbón, o de vetas o filones que, al revés
de los anteriores, constituyen yacimientos que se introducen en la
tierra con inclinación hacia la vertical, como en el caso del cobre,
de la plata y de los metales en general.
Criaderos irregulares son aquellas acumulaciones de minerales que
adoptan formas de clavos, bolsonadas, depósitos lenticulares, etc., casos
en que se suelen encontrar yacimientos de zinc, plomo, hierro, etc.
Los depósitos provienen de la disgregación de las rocas por agentes
físicos y si, arrastrados por las aguas, se depositan en los lechos de
los ríos o en las playas marítimas, se denominan “placeres”, caso en
que se encuentran los placeres auríferos, argentíferos, ferríferos, etc.
También las sustancias minerales contenidas en los salares pueden
clasificarse como depósitos.

3. La industria minera. Generalidades. La actividad del hombre


encaminada al aprovechamiento de los yacimientos mineros da
origen a la industria minera.
Esta industria comprende: los trabajos destinados a la búsqueda
y descubrimiento de yacimientos mineros; a su posterior estudio;
a la extracción de los minerales que contiene el depósito; y a la
separación de las sustancias útiles de aquellas que no lo son y que
vienen confundidas en las rocas que se extraen.

10
NOCIONES GENERALES

La anterior descripción nos permite distinguir cuatro etapas en


la industria minera, a saber: exploración, reconocimiento, explotación y
beneficio.

4. Exploración. La exploración minera consiste, como su nombre lo


indica, en la búsqueda de depósitos minerales.
La exploración minera es una de las fases más importantes y
riesgosas de esta industria y, desde antiguo, nuestra legislación se
ha preocupado de fomentarla con indudable acierto al asegurar
como premio para el descubridor el yacimiento que ha puesto de
manifiesto.

5. Reconocimiento. Pero no basta el descubrimiento de un yacimien-


to para pensar que éste constituye en sí una riqueza. Es menester,
y con ello entramos a la segunda etapa de la industria, ejecutar
trabajos que se denominan de reconocimiento y que están destinados
a determinar su posible condición de yacimiento mineral dentro
del concepto que de tal hemos dado, vinculado a su aptitud de ser
explotado económicamente.
En esta fase de la industria será necesario verificar las característi-
cas geológicas del lugar en que se encuentra el yacimiento, la forma
en que se presenta, la pureza o ley del mineral y su comportamiento
metalúrgico, operaciones que se efectúan en el terreno mediante
labores mineras y en laboratorios por medio de muestreos y análisis
de diversa naturaleza a que debe someterse el mineral.

6. Explotación. Establecida la factibilidad del aprovechamiento del


yacimiento, se inicia la tercera etapa de la industria, que recibe el
nombre de explotación y que consiste en la extracción de los minerales
del yacimiento por medio de diversas labores que adoptan nombres
muy peculiares. Así, “socavón” es una labor labrada, a menudo, en
la ladera del cerro y que se interna hacia su interior en forma para-
lela al horizonte; “pique” es una labor construida verticalmente en
el cerro; se llama “chimenea”, si tiene por objeto darles ventilación
a los lugares de trabajo; “chiflón” es el socavón labrado en plano
inclinado; y “galerías” son labores interiores que conducen a los
frentes de trabajo.

7. Beneficio. Extraído el mineral desde donde se encuentra en las


profundidades de la tierra o del suelo mismo, es necesario separar

11
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

de él las sustancias útiles de las que no lo son, operación que se hace


mediante el llamado beneficio del mineral, etapa que constituye la
última de aquellas de que se compone la industria minera.
Como las demás fases de esta industria, ella reviste una singular
importancia.
La factibilidad de la explotación de innumerables yacimientos
mineros depende exclusivamente de la posibilidad del beneficio
económico de sus minerales, ya que las sustancias de interés se pre-
sentan por regla general en porcentajes muy bajos en las rocas de
las cuales forman parte.
El beneficio de los minerales se efectúa en plantas, fundiciones,
refinerías y otros establecimientos similares.

8. La industria minera de Chile. Generalidades. Es un hecho cono-


cido que el aprovechamiento de los minerales tiene una importancia
trascendental para el desarrollo económico y social de los Estados
modernos, cuya potencialidad industrial reconoce su origen en la
utilización intensiva de recursos mineros.
Las exigencias de niveles de vida cada vez más elevados, la in-
corporación al consumo de vastos conglomerados humanos y el
vertiginoso desarrollo industrial, nos hacen mirar hacia un futuro
en el cual la demanda por materias de origen mineral seguirá au-
mentando en forma acelerada.
También es un hecho indiscutible que Chile es un país minero.
Su geografía y conformación geológica han favorecido el desarrollo
de las actividades mineras y la Providencia ha sido generosa al dotar
su suelo de los más ricos y variados yacimientos minerales, por lo
que su porvenir y el bienestar de sus habitantes están ligados indi-
solublemente al acierto con el que se regule e impulse el progreso
de su minería.
Por ello, su importancia queda de relieve si se considera que
esta industria es la principal fuente productora de divisas con que
cuenta la nación y, además, es fundamental para mantener niveles
de empleo y la vida económica en extensas y apartadas regiones del
territorio nacional que, de no mediar las explotaciones mineras,
permanecerían deshabitadas.

9. Minería metálica. Minería del cobre. Sin duda, y a mucha distancia,


la minería del cobre es el rubro de la industria minera que mayor
desarrollo tiene en Chile.

12
NOCIONES GENERALES

Desde un punto de vista legal, esta minería admite una clasifica-


ción en gran minería, mediana minería y pequeña minería.1
Por lo que respecta a la Gran Minería, debe señalarse que las
empresas extranjeras que la conformaban fueron expropiadas por
la Ley 17.450, de 1971. Por el D.L. 1.350, de 1976, se creó la Cor-
poración Nacional del Cobre de Chile, CODELCO-CHILE, que cons-
tituye una empresa del Estado, minera, industrial y comercial con
personalidad jurídica y patrimonio propio, cuyo objeto principal
es ejercer los derechos que adquirió el Estado en las empresas de
la gran minería del cobre y en la Compañía Minera Andina, con
ocasión de la nacionalización de que fueron objeto.
Así, pues, CODELCO-CHILE ha continuado la explotación de los
yacimientos denominados Chuquicamata y Radomiro Tomic (ex
Chuqui Norte), ubicados en la Provincia de El Loa, II Región, y
que pertenecieron a la Chile Exploration Co., filial de Anaconda;
El Salvador, ubicado en la Provincia de Chañaral, III Región, subsi-
diaria de la misma empresa norteamericana; Río Blanco, ubicado
en la Provincia de Los Andes, V Región, que perteneció a Cerro
Corporation, y El Teniente, ubicado en la Provincia de Cachapoal,
VI Región, que fue de propiedad de Braden Copper Co., filial de
Kennecott Copper Corporation.
Simultáneamente con la creación de CODELCO-CHILE, por el
D.L. 1.349, de 1976, se creó la Comisión Chilena del Cobre, organismo
desconcentrado, dependiente del Ministerio de Minería, con perso-
nalidad jurídica y patrimonio propio y cuyas funciones principales
son asesorar al Gobierno en materias relacionadas con el cobre y
sus subproductos y con todas las sustancias minerales metálicas y
no metálicas, con excepción del carbón y los hidrocarburos, como
también el fomento de la producción y exportación de artículos
manufacturados de cobre y sus subproductos, aparte de otras rela-
cionadas con la fiscalización de la industria cuprífera.
Cabe señalar que en los últimos treinta años se ha producido un
impresionante desarrollo de la minería del cobre, no solo por los
aumentos de producción de CODELCO-CHILE, sino también debido a
las grandes inversiones que han llevado a cabo en el país las más im-
portantes empresas extranjeras del rubro a nivel mundial. Aunque no
procede, por su volumen de producción las empresas que se indican

1
Debe tenerse presente que esta clasificación no considera sólo el volumen de
la producción de cobre sino también el tipo de cobre producido.

13
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

a continuación debieran considerarse como de la Gran Minería, las


cuales por su importancia tampoco pueden clasificarse como pertene-
cientes a la Mediana Minería nacional. Ellas son: Compañía Minera La
Escondida, Compañía Minera Sur-Andes, Compañía Minera Mantos
Blancos, Compañía Minera Cerro Colorado, Compañía Minera Cande-
laria, Compañía Minera Zaldívar, Compañía Minera Quebrada Blanca,
Compañía Minera El Abra, Compañía Minera Collahuasi, Compañía
Minera Lomas Bayas, Compañía Minera El Tesoro. Forma también
parte de este grupo de grandes productores de cobre la Compañía
Minera Los Pelambres, de capitales nacionales.
Pertenecen a la Mediana Minería del cobre, entre otras, la Compa-
ñía Minera Cerro Negro S. A., Sociedad Minera Carolina de Michilla,
Compañía Minera Las Cenizas de Cabildo, Compañía Minera Carola
S.C., Compañía Minera Punta del Cobre S.A., Compañía Minera
Tocopilla y Compañía Minera El Bronce de Petorca.
Finalmente, la Pequeña Minería del cobre la constituyen varios
miles de pequeños empresarios y sus centros de mayor actividad
son: Tocopilla, Taltal, Chañaral, Copiapó, Andacollo, Combarbalá,
Illapel y Cabildo. La pequeña minería y parte de la mediana reciben
asistencia técnica y crediticia de la Empresa Nacional de Minería
(ENAMI), institución autónoma del Estado, creada por el D.F.L. 153,
de 1960, la cual les compra sus productos para procesarlos en sus
establecimientos de beneficio y comercializarlos en el exterior.
En la actualidad, Chile es el primer productor mund ial de cobre
y el mayor exportador, con una producción que llegó en el año 2006
a 5.360.000 toneladas fino y con un retorno de divisas del orden de
US$ 33.350 millones (2006). De ese tonelaje total, CODELCO-CHILE
produjo alrededor de 11.675.000 toneladas métricas.

10. Minería del hierro. La minería extractiva del hierro ocupa en


nuestro país un lugar de gran importancia, después de la minería
del cobre.
Los principales yacimientos de hierro se encuentran ubicados
en la II y III Región, destacándose entre ellos los de “El Laco”, “San-
ta Clara”, “Carmen”, “Bandurrias”, “Cerro Imán”, “Cerro Negro”,
“Boquerón Chañar”, “El Algarrobo”, “Romeral”, “Los Colorados” y
en la Cordillera de Nahuelbuta, VIII Región, el de “Relún”.
Las reservas positivas de minerales de hierro con que cuenta el
país pueden estimarse en 900 millones de toneladas y la producción
anual de hierro alcanzó en 2006 a una cifra superior a 8.600.000 de

14
NOCIONES GENERALES

toneladas, con un retorno por exportaciones de US$ 324.000.000.


Debe tenerse presente que aproximadamente el 20% de la produc-
ción se procesa en el país para abastecer el mercado interno y el
resto se exporta principalmente a mercados de Asia.

11. Minería del oro. La minería del oro ha tenido un significativo


crecimiento en el período 1975-2005, llegando la producción, en
ese último año, a algo más de 53 toneladas, con retornos de divisas
cercanos a $ 500.000.000. El desarrollo de importantes minas de oro,
como “El Bronce”, “El Hueso”, “La Coipa”, “Can Can” y el anuncio
de importantes proyectos prontos a entrar en operación, como “Gua-
naco”, “Purén”, “Refugio”, “Pascua Lama”, “El Peñón”, “La Pepa”,
“Marte”, “Lobo”, “Cerro Casale” y otros, en la II, III y IV Región,
hacen pensar en la posibilidad de aumentar considerablemente, a
corto plazo, la actual producción que llegó en el 2005 a 42 toneladas,
con un retorno en divisas superior a US$ 500.000.000.

12. Resto de la minería metálica. Está constituido por explotaciones


de molibdeno que alcanzó en el año 2006 a 43.277 toneladas con
retornos por US$ 3.014.000, situándose detrás del cobre y la celulosa
como el tercer producto de exportación, ello debido fundamental-
mente al altísimo precio que alcanzó en dicho año (US$ 24.75 la
libra). El principal productor nacional es CODELCO CHILE (77% de
la producción nacional) y el país ocupa el segundo lugar detrás de
EE.UU. como productor de este mineral a nivel mundial. Tambien
existen en Chile explotaciones de plomo y zinc (662 toneladas y 36.000
toneladas, respectivamente), las que se encuentranen su mayoría en
la Undécima Región; de plata, ubicándose Chile en el sexto lugar
entre los mayores productores de plata del mundo, cerrando el año
2005 con 1,6 millones de kilos fino con retornos por US$ 248.000.000
y con expectativas de seguir creciendo, por cuanto su explotación
está asociada principalmente al oro y al cobre, y se encuentran pre-
vistos importantes desarrollos para estos metales; explotaciones de
litio en el Salar de Atacama, con una producción de 50 toneladas de
carbonato de litio, que ubica al país en el tope del ranking mundial
de proveedores y de manganeso, con una producción anual (2006)
de 37.000 toneladas, completan la enumeración de los principales
productos metálicos que se trabajan en nuestro país.
En la actualidad no existe producción de materiales atómicos
naturales o de interés nuclear.

15
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

13. Minería no metálica. Minería del salitre y yodo. A partir del


término de la Primera Guerra Mundial, la industria salitrera debió
afrontar las difíciles condiciones de competencia impuestas por los
abonos nitrogenados sintéticos que la llevaron al borde de la ruina.
A comienzos de la década pasada sólo subsistía en actividad, en ma-
nos del Estado y arrojando fuertes pérdidas, la Sociedad Química
y Minera de Chile (SOQUIMICH), que operaba las oficinas de María
Elena y Pedro de Valdivia.
A mediados de la década de 1980 y a raíz de la derogación de
la reserva para el Estado de los nitratos y sales análogas y yodo, más
la transferencia a particulares de SOQUIMICH, se ha producido un
renacimiento de la industria, que se ha hecho competitiva y prós-
pera, habiéndose iniciado la explotación por diversas empresas de
depósitos de yodo en la I y II Región.
Por otra parte, la producción de salitre y yodo ha aumenta-
do considerablemente, llegando en 2006 a 1.111.000 toneladas
y 16.500 toneladas, con retornos ascendentes a US$ 82.000.000 y
US$ 276.000.000, respectivamente, por concepto de exportaciones
en 2005.

14. Minería del carbón. El carbón es un combustible sólido, de origen


orgánico vegetal, que presenta a nivel mundial una gran importancia,
ya que la industria carbonífera alcanza una participación del orden
del 29% de la energía que consume el mercado, aventajada sólo por
los combustibles líquidos y superando las fuentes hidromecánicas
y nucleares.
Chile no es un país rico en carbón y además no existen en nuestro
país volúmenes importantes de este mineral para uso metalúrgico.
Su producción alcanza en la actualidad a 673.744 toneladas.
Las tres zonas carboníferas de interés son: Concepción-Arauco,
Valdivia-Chiloé y Magallanes, siendo de mejor calidad el carbón de
la primera zona, donde se encuentran las minas de Lota, Schwager,
Colico Sur, Lebu y otras.2 La calidad del carbón de la zona de Valdi-
via-Chiloé es inferior y lo mismo puede decirse de la de Magallanes,
aunque en esta última las estimaciones recientes arrojan cuantiosas
reservas carboníferas, cuya explotación se ha iniciado en la Mina
Pecket.

2
Lota y Schwager se encuentran paralizadas desde hace más de una déca-
da.

16
NOCIONES GENERALES

Atendida la calidad y volúmenes de las reservas de las minas de


Concepción-Arauco y Valdivia-Chiloé, no debería apoyarse en ellas
una previsión optimista de la minería del carbón en el mediano
plazo; sin embargo, no deben despreciarse las posibilidades de de-
sarrollar una importante industria carboquímica, teniendo como
base las enormes reservas de la zona de Magallanes.

15. Resto de la minería no metálica. Como rubro importante de la


minería no metálica nacional debemos mencionar las explotaciones
de carbonato de calcio, cuyo empleo principal es la fabricación de
cemento, aparte de otros usos menores. Los principales yacimientos
son “El Way” en Antofagasta, “Navío” en La Calera, “Polpaico” en la
localidad del mismo nombre, y “Guarello” en la región austral.
Debemos mencionar, también, la baritina, cuyo empleo principal
es el de componente del lodo en las exploraciones petrolíferas; el
yeso, también empleado en la fabricación de cemento, pintura e
industria vitivinícola; y el cloruro de sodio o sal gema.
Otros minerales no metálicos que se producen en el país están
constituidos por el cuarzo, que se usa en la fabricación de vidrio y
en la industria de la cerámica; feldespato y caolín, con usos seme-
jantes al anterior; y la puzolana, arcillas, sulfato de sodio, azufre,
talco, óxido de hierro, mármol, kieselghur, ulexita, cimita y otros de
menor importancia, conforman el resto de la minería no metálica
nacional.

16. Minería del petróleo. La minería del petróleo es de reciente


data en nuestro país. En efecto, no obstante que la preocupación
por la posible existencia de petróleo en el territorio nacional ha
estado presente desde fines del siglo XIX, éste sólo vino a surgir
en cantidades comerciales en Springhill, hoy Manantiales (Tierra
del Fuego-Magallanes), en diciembre de 1945, a raíz de un plan de
exploraciones que llevó a cabo la Corporación de Fomento de la
Producción.
En el año 1950 se dictó la Ley 9.618, que creó la Empresa Nacional
del Petróleo (ENAP) y que reafirmó la reserva absoluta para el Estado
de los yacimientos de petróleo en estado líquido o gaseoso en terrenos
de cualquier dominio, reserva establecida en el año 1926.
La misma ley citada entregó a ENAP los derechos y funciones que
corresponden al Estado respecto de la exploración y explotación de
los yacimientos de hidrocarburos, de modo que desde la creación
de esta empresa, el desarrollo de la industria petrolera nacional, en
sus fases ya dichas, ha correspondido en forma exclusiva a ella.

17
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

La refinación del petróleo está también prácticamente en manos


de esta empresa, que cuenta al efecto con las refinerías de Manan-
tiales, en Tierra del Fuego, Concepción y Concón.
La distribución y venta del petróleo y sus derivados han estado en-
tregadas a empresas nacionales y filiales de empresas extranjeras.
Las exploraciones, tanto geológicas como geofísicas de ENAP, se
concentraron en un comienzo en Tierra del Fuego y posteriormente
en la ribera norte del Estrecho de Magallanes y en el Estrecho mismo,
con resultados exitosos. Sin embargo, las reservas petrolíferas maga-
llánicas son escasas y de ahí que, en la actualidad, las expectativas de
encontrar nuevos yacimientos se han desplazado hacia el extremo
norte del país, donde ENAP ha estado trabajando en asociación con
empresas extranjeras, de acuerdo a la legislación dictada al efecto
(D.L. 1.089 y D.F.L. 2, de 1987), sin éxito, lamentablemente.
La producción de petróleo crudo alcanzó en 2006 a 168.000 m3, que
corresponde aproximadamente a un 2,2% del consumo nacional.

17. Régimen tributario minero. Nociones generales. De acuerdo


con las disposiciones de la Ley de la Renta, D.L. 824, de 1974, para
los efectos tributarios las empresas mineras pueden clasificarse en:
a) Pequeños mineros artesanales; b) Pequeños mineros de mediana
importancia, y c) Mineros de mayor importancia.
a) Pequeños mineros artesanales. Se entienden por tales las personas
que trabajan personalmente una mina y/o una planta de beneficio
de minerales, propias o ajenas, con o sin la ayuda de su familia y/o
con un máximo de cinco dependientes asalariados. Se comprenden
también en esta denominación las sociedades legales mineras que
no tengan más de seis socios, y las cooperativas mineras, y siempre
que los socios o cooperados tengan todos el carácter de mineros
artesanales de acuerdo con el concepto antes descrito.
Conforme con el artículo 23 de la Ley de la Renta, los pequeños
mineros artesanales están afectos a un impuesto único sustitutivo de
todos los impuestos de dicha ley por las rentas provenientes de la
actividad minera.
El impuesto se aplica con arreglo a una escala de tasas en función
del precio del cobre y sobre el valor neto de las ventas de productos
mineros, estableciéndose equivalencias con el cobre respecto del
oro y plata y fijándose una tasa de 2% para los demás productos
mineros, sobre la misma base.

18
NOCIONES GENERALES

b) Pequeños mineros de mediana importancia. Se clasifican en este


grupo los mineros que no tienen el carácter de “pequeños mineros
artesanales”, conforme a la definición dada en la letra a) precedente,
exceptuándose las sociedades anónimas y en comandita por acciones,
la explotación de plantas beneficio en las cuales se traten minerales
que provengan de terceros en más de un 50% y los mineros que por
aplicación de las normas sobre volúmenes de venta y/o “relación”
establecidas en el Nº 2 del artículo 34 de la Ley de la Renta, deben
llevar contabilidad completa.
Estos pequeños mineros pueden optar por acogerse a las normas
generales de la Ley de la Renta, en cuyo caso deberán declarar la renta
efectiva demostrada mediante contabilidad fidedigna, o acogerse a
una presunción de derecho de renta, equivalente al monto que resulte
de aplicar sobre las ventas netas anuales de productos mineros una
escala de tasas que van del 4% al 20%, determinadas en base al precio
promedio de la libra de cobre en el año o ejercicio respectivo. La ley
establece equivalencias con el cobre, respecto del oro y plata, y fija en
6% la presunción de renta, si se trata de otros productos mineros.
c) Mineros de mayor importancia. Son aquellos mineros y empresas
mineras que no quedan comprendidos en las clasificaciones anteriores.
En consecuencia, integran este grupo: 1) las sociedades anónimas;
2) las sociedades en comandita por acciones; 3) la explotación de
plantas de beneficio, en las cuales se tratan minerales de terceros en
un 50% o más, realizadas por mineros o sociedades de cualquier
naturaleza, excepto si la citada explotación es realizada por contri-
buyentes que reúnan los requisitos para clasificarse como “pequeños
mineros artesanales”, caso en el cual dicha actividad también queda
amparada por el impuesto único que afecta a tales contribuyentes,
y 4) los mineros, que por aplicación de las normas sobre volúmenes
de ventas (que excedan de 36.000 toneladas de mineral metálico no
ferroso o cuyas ventas anuales, cualquiera sea el mineral, excedan de
2.000 U.T.3 anuales) y/o relación establecidas en el Nº 2 del artículo 34
de la Ley de la Renta, deben llevar contabilidad completa.
Estos contribuyentes quedan afectos a los impuestos generales que
gravan la renta y que afectan a los contribuyentes que obtienen
rentas clasificadas en la Primera Categoría, según el número 3 del
artículo 20 de la Ley de la Renta.

3
La Ley 19.738 rebajó de 6.000 U.T. anuales a 2.000 U.T. anuales el límite
referido.

19
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

18. Legislación de fomento minero. Con el fin de promover el desa-


rrollo de los diversos rubros de que se compone la industria minera
nacional, en los últimos treinta años se fueron dictando una serie de
leyes que otorgaron franquicias de distinta índole a las actividades
mineras.
En la actualidad, imperando en las decisiones de orden eco-
nómico los principios de la libre competencia y no discriminación
y batiéndose en retirada todo sistema de subsidios, podemos citar
en esta legislación especial de fomento el D.L. 889, de 1975, que
establece un régimen aduanero, tributario y de incentivos para las
regiones extremas del país.
También debemos mencionar el D.L. 600, de 1974, y sus modi-
ficaciones, que contiene el estatuto de la inversión extranjera y que,
inspirado en los principios antes aludidos, establece un régimen único
aplicable a todas las inversiones, cualquiera sea el destino de ellas, y
contempla franquicias de orden cambiario, tributario y aduanero,
amén de algunas normas que aseguran al capital extranjero igual
tratamiento que al capital nacional.

19. Derecho de Minería. Definición. Las actividades que el hombre


desarrolla en torno a la industria minera originan relaciones sociales
que regula el Derecho.
Podríamos definir el Derecho de Minería como “el conjunto de
normas jurídicas que establece la forma de constitución, conserva-
ción y extinción de las concesiones de exploración y de explotación
mineras y regulan las relaciones de los particulares entre sí en todo
lo relativo a la industria minera”.

20. Derecho de Minería, Derecho Público o Privado. Si en general


es difícil establecer una división precisa entre las diversas ramas del
Derecho, lo es más aún tratándose del Derecho de Minería.
Como es sabido, si se atiende a los sujetos y a los fines que las nor-
mas legales persiguen, el Derecho se divide en Público y Privado.
Cabe ahora preguntarse en cuál de ambas ramas del Derecho
ubicamos al Derecho de Minería.
Con anterioridad a la modificación introducida a la Constitu-
ción Política de 1925 por la Ley 17.450, la mayoría de los autores se
inclinó por estimar que el Derecho de Minería formaba parte del
Derecho Privado, ya que ciertamente esta disciplina constituía una
especialidad del Derecho Civil, del cual sólo se apartaba cuando las

20
NOCIONES GENERALES

particularidades del bien mina y de la industria minera obligaron


al legislador a concebir reglas legales diferentes a las del Código
Civil.
La situación anterior tuvo un vuelco de importancia a partir de
1971, ya que la ley que hemos citado estableció que el Estado tenía
el dominio sobre las minas, y los particulares, la concesión de ellas,
norma que, sin embargo, no tuvo expresión práctica ni legal, ya que
el Código de Minería de 1932 continuó vigente hasta 1983, cuando
a la sazón ya se había dictado la Constitución Política de 1980 y en-
traron en vigor la Ley 18.097, Orgánica sobre Concesiones Mineras,
y el nuevo Código de Minería, que fortalecieron el derecho de los
particulares sobre las minas.
Si bien en la actualidad el Estado conserva su poder soberano sobre
los yacimientos mineros, con lo cual el Derecho de Minería adquiere
ciertos caracteres del Derecho Público, ellos no son suficientes para
encasillar nuestra disciplina dentro de aquella rama del Derecho,
máxime si se considera que la nueva legislación a que hemos hecho
referencia acerca sensiblemente el derecho de los particulares sobre
las minas al derecho que se les reconocía en la legislación anterior
a 1971.
Por lo expuesto, sostenemos que el Derecho de Minería es de
naturaleza mixta, claramente desprendido del Derecho Civil, por
una parte, con una escasa relación con el Derecho Administrativo,
por otra, y cayendo también, en alguna medida, bajo el dominio de
la Ciencia Económica.

21. Vinculaciones del Derecho de Minería con otras ramas del De-
recho. El Derecho de Minería se vincula con diversas disciplinas
jurídicas.
La breve mirada que hemos echado a la importancia económi-
co-social de la minería nos muestra en qué medida se relaciona el
Derecho de Minería con las Ciencias Económicas y ello nos ahorra
mayores comentarios.
Pero también presenta vinculaciones estrechas con las Ciencias
Jurídicas propiamente tales.
En efecto, hemos señalado que es una rama desgajadadel Derecho
Civil y constituye por ello una especialidad de esta ramadel Derecho.
Así, vemos que un sinnúmero de relaciones jurídicas, como contratos,
cuasicontratos, servidumbres, régimen conservatorio y otras tienen
su fundamento en los principios del Derecho Civil.

21
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Tiene, también, estrechas vinculaciones con el Derecho Procesal, por


cuanto la constitución de la concesión minera se realiza por la vía
judicial ante los Tribunales Ordinarios de Justicia, con el Derecho Penal,
en cuanto el Código de Minería tipifica algunas figuras delictivas
propias de las actividades mineras y con el Derecho Constitucional
en cuanto este establece los fundamentos del Derecho sobre las
minas y la protección de ese Derecho.

22
CAPÍTULO SEGUNDO

HISTORIA DEL DERECHO DE MINERÍA

22. Derecho Antiguo. Al recorrer la historia de la legislación para


buscar en ella las diferentes situaciones jurídicas por las que ha
atravesado el arte de laborear las minas, llama muy particularmente
la atención que los pueblos de la antigüedad no nos hayan dejado
documentos sobre la materia. El derecho minero escrito sólo apareció
en los primeros estatutos que consagraron las libertades comunales
de las ciudades, bastante avanzada la Edad Media.
En lo que a España se refiere, a pesar de la intensa actividad
minera que desde los inicios de la edad histórica desarrollaron los
fenicios, y luego los griegos, existe en sus primeros códigos un si-
lencio casi absoluto en esta materia.

23. Derecho Romano. Con la llegada de los romanos a la Península


Ibérica, las labores mineras se intensificaron y extendieron por su
territorio. El sistema jurídico imperante en la República, que lleva-
ba el principio de la propiedad hasta sus últimas consecuencias y
consideraba al dueño del suelo dueño de todos los yacimientos y
sustancias que se encontrasen en el subsuelo, pasó a España, esti-
mándose las minas como cosas accesorias al suelo superficial y dentro
del dominio de su propietario. La legislación romana no tuvo un
carácter general para la industria, ya que no comprendió las minas
de toda clase de sustancias, no atribuyó su dominio al soberano ni
autorizó a éste en forma explícita para conceder su explotación en
terrenos de propiedad privada, pero en su proceso evolutivo llegó
a dejar establecidas la separación del suelo y del subsuelo mineral y
la participación del Estado en los productos mineros bajo la forma
de canon o regalía.

23
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

24. Legislación Española Antigua. Con la invasión de los bárbaros


y la posterior dominación visigótica se abre una época de completo
decaimiento para la minería. Las leyes dictadas por los visigodos no
contienen disposición alguna sobre minería, y de ello son prueba el
Código de Eurico, el Breviario de Alarico o Aniano y el Liber Judiciorum
o Libro de los Jueces, carentes de toda referencia a esta industria.
En el año 711 se produjo la invasión de los árabes a la Península
Ibérica y la consiguiente caída del reino visigótico. Los españoles
cristianos, replegados en las tierras nórdicas de España, siguieron
regidos por el Liber Judiciorum, pero el derecho consuetudinario
triunfa sobre éste y las disposiciones locales contenidas en las Cartas
Pueblas y Fueros Municipales constituyen el derecho imperante en
esta etapa histórica denominada de la Reconquista.
La primera manifestación legislativa sobre minas laencontramos,
precisamente, en el Fuero de Nájera, cuyo origen se remonta a las
Cortes celebradas en esa ciudad en el año 1076. En él se establece
el Señorío del Rey sobre todas las minas bajo cuyo solo mandato
podían explotarse.
El Código de las Siete Partidas (1213) de don Alfonso X el Sabio,
viene a ampliar el concepto de la soberanía real respecto de las
minas y a confirmar la obligación de pagar una renta a la Corona,
quedando así establecida la “regalía”, que fue otra de las caracterís-
ticas del derecho minero español.
En el año 1348 se promulga en las Cortes de Alcalá el Ordena-
miento del mismo nombre, que reafirma el dominio real sobre las
minas metálicas, el que fue seguido por las Ordenanzas de Birbiesca,
dictadas por don Juan I, en 1387.
La expulsión definitiva de los árabes y el descubrimiento casi
simultáneo del Nuevo Mundo influyeron decisivamente en la acti-
vidad económica de España.
Las remesas de oro y plata enviadas por los conquistadores, así como
las noticias de importantes descubrimientos de minas, sirvieron para
despertar un enorme interés por la riqueza minera, aun en el propio
territorio español, y a ello se debe, sin duda, elnotable desenvolvimiento
legislativo del siglo XVI.
En el año 1559 don Felipe II, conocido como el “padre de la mi-
nería” por su decidida preocupación por el desarrollo de la industria,
dictó las llamadas “Ordenanzas de Valladolid” o “Ley de Minas de 1559”,
en cuya virtud se reincorporaron a la Corona todaslas minas, dejando
sin valor ni efecto las mercedes otorgadas por sus predecesores.

24
HISTORIA DEL DERECHO DE MINERÍA

“Las Ordenanzas de Valladolid” fueron ampliadas en la “Pragmática


de Madrid” (1563), la cual fue al poco tiempo derogada por las “Or-
denanzas del Nuevo Cuaderno” u “Ordenanzas de San Lorenzo” (1584),
nombre con el que también se las conoce y que se debe al hecho de
haber sido dadas en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Ellas
constituyen un verdadero Código de Minería que, proyectándose a
través de los siglos, muestra una notoria influencia en las legislacio-
nes hispanoamericanas, en las cuales instituciones mineras y normas
legales reconocen claro origen en esas Ordenanzas.

25. Legislación Hispanoamericana. Las crónicas de la conquista del


Nuevo Mundo abundan en referencias, quizás si exageradas, acerca
de las enormes riquezas que los expedicionarios iban encontrando
en las tierras descubiertas y ello estimuló la preocupación real hacia
el ordenamiento legal minero.
Entre las primeras manifestaciones legislativas para las Indias se
cuenta una Real Cédula dictada por los Reyes Católicos en 1504 y que
dispuso el derecho de “Quintos” en beneficio del Real Patrimonio
sobre todos los metales que se “cogieren o sacaren de cualquier
provincia o lugar”.
Carlos I de España expidió en los años 1525, 1526 y 1534 di-
versas Reales Órdenes relativas al ramo de la minería, y en 1551 se
reconoce a los indios el derecho a descubrir, poseer y labrar minas
como a los españoles.
El activísimo Virrey del Perú don Francisco de Toledo, tenien-
do como base las Ordenanzas de Valladolid y las disposiciones
dictadas para las Indias, hizo promulgar en 1574, en la ciudad de
La Plata, el notable Código que se conoce como las Ordenanzas
de Toledo, que rigieron con el tiempo en todos los dominios de
América del Sur.
Un siglo después, el licenciado don Tomás de Ballesteros efectuó
una recopilación de las diversas leyes vigentes en el Perú, que fue pro-
mulgada en Lima por el Virrey don Melchor de Navarra y Rocaful en
el año 1683 y que se conoce con el nombre de Ordenanzas del Perú.
Entretanto, en Chile la minería tomaba un carácter especial y
este Reino se hacía famoso por su riqueza aurífera en forma de lava-
deros de oro, conociéndose el primer cuerpo legal minero dictado
especialmente para el Reino de Chile, como las Nuevas Ordenanzas de
Minas u Ordenanzas de Huidobro (1754), que de orden del rey redactó
don Francisco García Huidobro, Marqués de Casa Real.

25
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Aunque se duda de la eficacia legal de las Ordenanzas de Huido-


bro, en el hecho se aplicaron y estuvieron en pleno vigor por más de
treinta años, hasta que se hicieron extensivas a Chile las Ordenanzas
de Nueva España o México.
El Virreinato de México, llamado también de Nueva España, no
contaba con una legislación especial para su gobierno en materia de
minas, rigiéndose la industria especialmente por las Ordenanzas del
Nuevo Cuaderno. En 1761 don Francisco Javier de Gamboa, abogado
de la Real Audiencia de México, hizo la codificación de las leyes en
vigor durante los últimos dos siglos y medio, seguidas de versados
y extensos comentarios en los que establecía el verdadero espíritu
del régimen minero español.
Estos Comentarios a las Ordenanzas de Minas fueron el origen in-
mediato de las llamadas Ordenanzas de Nueva España o México,
expedidas por Carlos III, en Aranjuez, el 2 de mayo de 1783.
Las Ordenanzas de Nueva España constituyen el más importante
cuerpo legal sobre minería que rigió en las Colonias y que, particu-
larmente en Chile, producida ya la Independencia, se mantuvo en
vigor por más de 60 años hasta la dictación del primer Código de
Minería nacional, en el año 1874.
Creemos no pecar de exagerados si sostenemos que prácticamente
no existen instituciones legales mineras, especialmente en nuestro
país, que no reconozcan origen en las sabias disposiciones de estas
Ordenanzas, por lo que hoy nos asombra encontrar, ya entonces,
un esfuerzo tal de inteligencia y penetración.

26. Legislación Chilena. A. Código Civil. Producida la Independen-


cia, los hombres de Estado se dedicaron con empeño a cimentar
la República sobre una base sólida. Diose la Constitución Política
del año 1833 y comenzó la obra de formación y codificación de las
leyes patrias. En el indicado año, frente a las dudas que presentaba
su vigencia, se otorgó a las Ordenanzas de Nueva España o México,
expresamente, valor legal.
Con anterioridad a la dictación del Código Civil, sólo se encuen-
tra sobre minería una que otra disposición legal aislada y de escasa
importancia. El artículo 591 de dicho Código, cuerpo legal que entró
en vigencia en 1857, declaró que las minas eran del Estado, pero que
se concedían a los particulares las facultades de usar, gozar y disponer
de ellas, conforme a las normas del Código de Minería. Al proceder
de esta manera, don Andrés Bello no hacía otra cosa que adaptar

26
HISTORIA DEL DERECHO DE MINERÍA

a las nuevas circunstancias, sin variar su contenido, las normas que


sobre este aspecto básico del derecho minero, cual es la atribución
del dominio de las minas, contemplaban las Ordenanzas de Nueva
España o México.

27. B. Código de 1874. El primer esfuerzo gubernativo para sustituir


las Ordenanzas de Minería de Nueva España por un Código propio
vino a tener lugar en el año 1846, con el nombramiento de una
comisión para que estudiara un proyecto de ley sobre la materia,
intento legislativo que sólo prosperó a fines del año 1874, con la
dictación de nuestro primer Código de Minería.
El Código de 1874 puso serias trabas a la minería, favoreciendo
a la agricultura al reglamentar la investigación minera de una mane-
ra muy detallada y al restringir la denunciabilidad sólo a unas pocas
sustancias minerales, quedando el resto de ellas en el dominio del
dueño del suelo.
En materia de constitución de la propiedad minera, contiene el
Código mencionado una reforma importante, ya que ésta se cons-
tituía en las Ordenanzas en dos etapas: a)la manifestación, y b) la
mensura. La reforma consistió en introducir entre ambas etapas una
intermedia, denominada de la “ratificación”, que otorgaba un “título
provisorio” de propiedad, dejando la mensura de ser obligatoria.
Esta modificación tuvo su origen, según don Alejandro Lira,
en la supresión de las diputaciones de minas, tribunales especiales
mineros que tenían a su cargo todos los asuntos de minas y, entre
ellos, la mensura de la propiedad minera. Suprimidos estos tribunales
especiales, se presentaba la dificultad de encargarles a los Tribunales
Ordinarios de Justicia actuaciones eminentemente técnicas como las
mensuras de pertenencias y a fin de evitar dificultades en la entrega
del título definitivo de propiedad se optó por dar este “título provi-
sorio”, que no obligaba a la demarcación definitiva de la propiedad
y sí facultaba para explotar la mina.
En materia de amparo, esto es, en lo relativo al sistema en cuya
virtud a través del cumplimiento de ciertas obligaciones mantiene
su vigencia la propiedad minera, el Código conserva el régimen de
las Ordenanzas, es decir, el amparo por el trabajo, aunque en ciertos
casos autorizó el amparo por el pago de una patente.
Introdujo también este Código una novedad en cuanto a la forma
de la propiedad o pertenencia. Es así como para el cobre adoptó
el sistema denominado “oblicuo” o “sajón”, en el cual los planos que

27
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

limitan la pertenencia van siguiendo el echado o recuesto de la veta,


en lugar del sistema recto o mexicano que establecían las Ordenanzas
y que le dan a la pertenencia la forma de un paralelogramo recto.

28. C. Código de 1888. No bien fue dictado el Código de 1874, se empezó


a hablar de su reforma y bajo los auspicios de la Sociedad Nacional de
Minería nació un proyecto de ley que, enviado al Congreso Nacional,
fue promulgado en 1888, como nuevo Código de Minería.
En materia de denunciabilidad, este Código amplía considerable-
mente el número de sustancias minerales concesibles, y en cuanto
a la constitución de la propiedad minera, mantuvo las tres etapas del
Código anterior, aboliendo, por los múltiples inconvenientes que
trajo consigo, el sistema oblicuo de pertenencia introducido por el
Código de 1874 para los yacimientos cupríferos.
En lo que toca al amparo, introdujo una reforma radical al régi-
men vigente, sustituyendo el sistema de amparo por el trabajo, por
otro basado en el pago de una patente anual. Se buscaba con esta
modificación la estabilidad de la propiedad minera, resentida por la
existencia de muchos vacíos e imperfecciones del régimen anterior
que causaban la pérdida de la propiedad por diversos capítulos y,
especialmente, por la simple denuncia del incumplimiento de la
obligación de llevar trabajo a las minas, demostrada por el más en-
deble de los medios probatorios, cual es la prueba testimonial.

29. D. Código de 1930. El Código de 1888, como el que le antecedió,


fue objeto, a poco de promulgado, de variadas críticas que incidieron
fundamentalmente en la mantención del “título provisorio”, que
se había demostrado que no protegía debidamente al verdadero
descubridor de un yacimiento.
Antes de que apuntara el siglo pasado, ya se habían elaborado
varios proyectos de reforma, el último de los cuales, cuya redacción
correspondió a una comisión compuesta por los señores Cesáreo
Aguirre, Lorenzo Elguin, Manuel Gallardo y Alejandro Lira, se pro-
mulgó como ley de la República el 25 de enero de 1930.
En materia de investigación y denunciabilidad, el Código de 1930
fue mucho más generoso que el Código que le antecedió, disponien-
do la libre denunciabilidad de prácticamente todas las sustancias
minerales conocidas.
En lo tocante a la constitución de la propiedad minera, el Código
de 1930 introdujo una modificación trascendental: suprimió el título

28
HISTORIA DEL DERECHO DE MINERÍA

provisional y siguiendo el sistema establecido en las Ordenanzas de


Minería de Nueva España, volvió a las dos etapas, esto es, manifes-
tación y mensura, haciendo ésta obligatoria.
La supresión del título provisorio era un aspiración largamente
sentida por los mineros a raíz de los inconvenientes a que éste dio
origen y que tuvieron su expresión en los llamados “pedimentos
giratorios”. Éstos servían para burlar abiertamente el derecho del
descubridor del yacimiento, mediante el subterfugio de efectuar la
mensura en un lugar que correspondía a un descubrimiento ajeno,
aprovechándose de la imprecisión del alinderamiento provisional
del pedimento.4
Por lo que hace al amparo, conservó el basado en el pago de
una patente anual, perfeccionado por la Ley 4.256, que estableció
la caducidad automática de la propiedad minera por el no pago de
la patente en dos períodos consecutivos.

30. E. Código de 1932. Promulgado el Código de 1930, se hicieron


a la Sociedad Nacional de Minería algunas observaciones de escasa
importancia, institución que encargó a la comisión redactora de
dicho Código que se reuniera para conocer su opinión.
Encontrándose empeñada la comisión en ese trabajo, en junio
de 1932 el Gobierno suspendió la vigencia del Código de Minería
respecto de nuevas concesiones y se dispuso que éstas serían otor-
gadas en lo sucesivo por el Presidente de la República.
No obstante, la comisión continuó su labor y propuso al Gobier-
no dos proyectos: uno sobre legislación aurífera, que tenía como
finalidad ayudar a resolver el flagelo de la cesantía, consecuencia
de la crisis económica que azotaba al mundo en esa época, y que se
promulgó como Decreto Ley Nº 491, y el otro, constituido por el
Código de Minería de 1932, que fue promulgado por Decreto Ley
Nº 488, en agosto de ese año.
El Código de Minería de 1932, al decir de don Alejandro Lira,
principal miembro de la comisión redactora del Código de 1930 y
de la revisora, “es el mismo Código anterior, con unos cuantos retoques,
con unas cuantas modificaciones que todo el mundo acepta”. Hasta
tal punto ambos Códigos –agregaba– son iguales, “que se conserva en
las disposiciones del actual la misma numeración que corresponde
a las disposiciones correlativas del anterior”. En suma, el Código de

4
El pedimento en esta legislación corresponde a la manifestación actual.

29
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

1932 difería del que le precedía sólo en aspectos de detalles, sobre


los cuales no tiene interés hacer referencia.

31. F. Código de 1983. Constitución Política de 1980. Ley Orgánica


Constitucional Nº 18.097. La Ley Nº 17.450, de 1971, introdujo un
cambio sustancial en el régimen jurídico minero al modificar la
Constitución Política de 1925 y establecer el dominio del Estado
sobre las minas, dejando a los propietarios mineros en la condición
de meros concesionarios.
Además, la Constitución dispuso en su artículo decimosexto
transitorio, agregado por la ley citada más arriba, que los titulares
de derechos mineros seguirían regidos por la legislación vigente
(Código de Minería de 1932) en calidad de concesionarios, mientras
se dictara una nueva ley (Código), bajo la cual subsistirían, pero en
cuanto a los goces y cargas y en lo tocante a la extinción de tales
derechos, prevalecerían las disposiciones de la nueva ley.
El nuevo Código, que regularía las disposiciones constitucio-
nales referidas, no se dictó y dichas normas fueron modificadas por
la Constitución Política de 1980, que, según veremos más adelante,
estableció en favor del Estado un derecho de dominio especial sobre
las minas y restableció la solidez de los derechos mineros de los
particulares, aun cuando no consagró el principio d el dominio
eminente que había recomendado la Comisión de Estudios de
la Nueva Constitución Política de la República, formada en 1973
para proponer una nueva Carta Fundamental. Por otra parte, la
Constitución de 1980 dispuso la dictación de una Ley Orgánica
Constitucional para regular determinados aspectos de su normativa,
la que, sancionada por el Tribunal Constitucional,fue promulgada
en 1982 y lleva el Nº 18.097.
Dicha Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras,
a su vez, dispuso que ésta entraría en vigor simultáneamente con el
nuevo Código de Minería que habría de dictarse para explicitar sus
disposiciones.
Una comisión nombrada por el Supremo Gobierno que la presi-
dió el autor de este trabajo, a la sazón Ministro de Minería, y que la
conformaron los profesores de Derecho de Minería señores Carlos
Ruiz, Juan Luis Ossa y Carlos Hoffmann y los abogados Antonio
Urrutia y César Vicuña, confeccionó un proyecto de Código de
Minería, que fue promulgado, prácticamente sin modificaciones, el
26 de septiembre de 1983, empezando a regir sesenta días después

30
HISTORIA DEL DERECHO DE MINERÍA

de su publicación. El Reglamento del mismo Código fue publicado


en el Diario Oficial del 27 de febrero de 1987.
Entre las principales características del Código de 1983, que lo
diferencian del anterior, podemos señalar, sólo por vía ejemplar: la
constitución de todos los derechos mineros por resolución judicial,
suprimiéndose la constitución de concesiones mineras por la vía
administrativa dispuesta por la legislación anterior para determi-
nadas sustancias minerales; aumento del número de sustancias mi-
nerales denunciables; reforzamiento y modernización de la concesión
de exploración; atribución al objeto de la concesión de todas las sus-
tancias minerales denunciables; precisión de los terrenos solicitados
en concesión y empleo del sistema de coordenadas U.T.M. en las
mediciones de la cara superficial de la concesión en trámite y de la
constituida; amplia publicidad en beneficio de terceros interesados;
aparte de un sinnúmero de perfeccionamientos de las normas del
Código de 1932, que subsistieron en el Código vigente.
Por otra parte, el procedimiento de constitución del título mine-
ro fue adecuado al propósito de instar a la más pronta constitución
del título y evitar los innumerables litigios a que dieron origen algunas
normas del Código de Minería de 1932, con evidente perjuicio para
la explotación minera.

31
CAPÍTULO TERCERO

DOMINIO MINERO

32. Nociones Generales. Siendo la industria minera fuente de riqueza


y prosperidad para un sinnúmero de naciones, no es extraño que
haya despertado a los ojos del legislador un interés particular.
¿De quién es esta riqueza? ¿A quién pertenecen originalmente
los yacimientos mineros, que la naturaleza ha esparcido capricho-
samente en las entrañas de la tierra?
El principio de la propiedad de las minas ha sido resuelto de
muy distintos modos, según los tiempos y las naciones, pero pode-
mos agrupar las respuestas a las interrogantes anteriores en cinco
sistemas, a saber: 1) Accesión; 2) Ocupación; 3) Res nullius; 4) Libertad
de minas, y 5) Regalista.
Si bien se mira, estos sistemas pueden reducirse a tres: a) sistema
que atribuye las minas al dueño del suelo (accesión); b) sistemas que
declaran los yacimientos como cosas de nadie (ocupación, res nullius
y, en cierto sentido, libertad de minas), y c) sistema que adjudica las
minas al Estado (regalista).

33. Sistema de accesión. Según este sistema, la propiedad de las minas


corresponde al dueño del suelo superficial como una dependencia de
éste, en razón de la unidad que existe entre el suelo y el subsuelo,
ya que no es posible establecer una división precisa entre ambos.
Además, se sostiene que el yacimiento es un elemento accesorio del
suelo, que es lo principal, por lo que debe seguir su suerte.
Vemos en el sistema una manifestación de la propiedad como
derecho absoluto, expresada en el aforismo: Qui dominus soli, domi-
nus est coeli e inferorum, es decir, el dueño del suelo lo es del cielo y
del subsuelo.

33
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Este sistema tiene hoy una aplicación práctica muy reducida,


porque es perjudicial para el desarrollo de la minería entregarles los
yacimientos mineros a quienes se dedican a una actividad completa-
mente diferente, como es la agricultura y, además, porque desincentiva
la búsqueda de yacimientos, ya que los que se descubran cederán en
beneficio del dueño del suelo en que se encuentran.
Por otra parte, los fundamentos del sistema son equivocados. En
efecto, no puede sostenerse desde el punto de vista científico ni
económico la calidad de accesorios, sea para el yacimiento o para
la superficie. Desde ese último punto de vista, en innumerables
oportunidades las minas son, por su valor, principales en relación
con el suelo. Para comprobarlo, basta que echemos una mirada a
nuestras desérticas regiones nortinas, donde se encuentran los más
valiosos yacimientos mineros con que cuenta el país.
Si analizamos la cuestión desde el punto de vista jurídico, lle-
garemos también a la conclusión de que el sistema carece de base.
En efecto, de acuerdo con nuestra legislación civil, adquirimos por
accesión la cosa que viene a juntarse o incorporarse a la nuestra o
que es producida por ella, y los yacimientos no son productos del
suelo ni se han juntado a él, ya que el subsuelo es tan antiguo como
aquél; es decir, han coexistido siempre.

34. Sistema de ocupación. Este sistema considera las minas como


cosas de nadie y atribuye su dominio al primer ocupante.
Nació en oposición al de la accesión y se fundamenta en la afir-
mación de que el trabajo es la única fuente de riqueza y verdadero
origen de la propiedad.
Así concebido, este sistema conduce a una verdadera anarquía
y, como alguien dijo, “constituía una mina de pleitos”, ya que un
mismo yacimiento puede ser objeto de derechos análogos para diver-
sos ocupantes de él, siendo imposible delimitar el derecho de cada
uno, con perjuicio para la estabilidad del título correspondiente y
la racional explotación de la mina.
Por otra parte, su fundamento filosófico falla en los innumerables
casos en que las minas se descubren por azar, sin que medie trabajo
o esfuerzo alguno del descubridor.

35. Sistema de res nullius. De acuerdo con este sistema, las minas
no pertenecen a nadie y el Estado, como tutor de la riqueza pública,
otorga derechos sobre los yacimientos a las personas que reúnen las

34
DOMINIO MINERO

mejores condiciones para llevar a cabo la explotación más conve-


niente para la colectividad.
En su virtud, se otorgan concesiones en las cuales se fijan las
condiciones que debe cumplir el concesionario para conservar el
yacimiento, entre las cuales se cuentan programas de inversión, mí-
nimos de producción, renta que debe pagar el concesionario, etc.
Sus principales defectos consisten, por una parte, en que desalienta
la exploración y búsqueda de yacimientos al no asegurarle al descubridor
el fruto de su esfuerzo; y, por otra, que el otorgamiento discrecional
de la concesión puede ser fuente de abusos y corrupción al quedar
éste entregado al criterio y honradez de los funcionarios.

36. Sistema de libertad de minas. Es aquel que atribuye el dominio


originario de las minas al Estado, con lo cual participa de las carac-
terísticas del sistema regalista, pero a diferencia de éste, el dominio
del Estado no es un dominio completo, sino un dominio eminente,
virtual o también llamado radical, es decir, una emanación de la
soberanía, careciendo el Estado de las facultades de usar y gozar
de las minas.
Se explica el sistema como una elaboración jurídica destinada a
justificar el otorgamiento de las minas en propiedad a los particulares
que cumplan con los requisitos que fija la ley. En consecuencia, y de
acuerdo con la realidad de las cosas, los yacimientos, originariamen-
te, no pertenecerían a nadie, pero el Estado tiene sobre todos los
bienes ubicados en el territorio nacional ese dominio eminente, que
es absolutamente distinto del dominio patrimonial, pero que le permite
en virtud de la soberanía entregar la riqueza minera en propiedad a
quien cumpla con los requisitos legales que, por regla general, será
el descubridor de la mina.
El sistema que reconoce al Estado el dominio eminente sobre las
minas tiene sus raíces en la legislación española, especialmente en
la hispanoamericana, y es así como el famoso comentarista de las
Ordenanzas de Minas del siglo XVIII don Francisco Javier de Gamboa
denominaba el dominio real sobre las minas “alto dominio” que,
radicado en la Corona, permitía a ésta, “concederlas a sus vasallos
en propiedad y posesión...”.
En este sistema, entonces, advertimos semejanzas con el regalista,
en cuanto ambos reconocen al Estado como dueño originario de
todas las minas, pero se diferencian en que para el sistema de liber-
tad de minas ese dominio es sólo una manifestación de la soberanía

35
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

y, en cambio, el dominio del Estado es patrimonial para el sistema


regalista. Se asemeja este sistema al res nullius, puesto que, en prin-
cipio, en ambos las minas no pertenecen a nadie, atribuyéndoselas
el Estado, pero en el sistema de libertad de minas el descubridor
pasará a ser su propietario, en tanto que en el res nullius el Estado,
discrecionalmente, señalará quién puede explotar el yacimiento,
por lo general a título de concesionario. Finalmente, tiene similitud
con el sistema de ocupación, en cuanto en ambos las minas se otor-
gan al descubridor, aunque las condiciones del otorgamiento están
enmarcadas en reglas precisas en el sistema que nos ocupa.

37. Sistema regalista. En su expresión pura, este sistema radica en


el Estado un dominio patrimonial sobre todas las minas y quedan se-
parados suelo y yacimiento. En su carácter de titular del derecho de
dominio sobre las minas, el Estado puede usar, gozar y disponer de
ellas con entera libertad y así podrá venderlas, permutarlas, arren-
darlas, concederlas, explotarlas por su cuenta y riesgo, etcétera.
Su nombre deriva de la regalía (Regalis: regio) del soberano,
es decir, de aquella preeminencia o prerrogativa que en virtud de
suprema autoridad y potestad ejerce un soberano y hoy, en el con-
cepto moderno, el Estado.
Se afirma, fundamentando este sistema, que las minas sólo tienen
valor en razón del medio social en que se encuentran, el cual es obra
de la colectividad, que mediante la acción del Estado ha producido
las condiciones que las han valorizado.
Es indudable que los puertos, caminos, puentes, ciudades y las
obras de infraestructura en general contribuyen a darles valor a las
minas al hacer posible su explotación, pero también es cierto que
las minas tienen un valor en sí, muchas veces enorme, independien-
temente del medio que las rodea.
Por otra parte, el sistema regalista al darle al Estado un dominio
patrimonial sobre las minas no propende al desarrollo de la minería,
porque si se desprende del yacimiento en favor del particular para
que lo explote, generalmente constituye en éste un título precario
que conspira contra la seguridad jurídica que debe imperar en la
base en que descansa la industria minera, que es el yacimiento, y
si, por el contrario, lo conserva para explotarlo directamente, su
acción por regla general carecerá de la eficiencia que requiere este
tipo de labores, esencialmente aleatorias, en las cuales el esfuerzo y
la iniciativa particulares son insustituibles.

36
DOMINIO MINERO

38. Sistema vigente antes de la reforma constitucional de 1971.


Hasta la dictación de la Ley Nº 17.450, de 16 de julio de 1971, que
modificó la Constitución Política de 1925, el dominio originario
de las minas estaba radicado en el Estado, el cual “se reserva para
sí algunas minas, muy pocas entrega al dueño del suelo, excepcio-
nalmente da otras a aquel que reúne condiciones económicas aptas
para su explotación, y todas las demás, que son la gran mayoría, las
otorga en propiedad perfecta al primer descubridor”.5
En otras palabras, el sistema vigente en nuestra legislación con
anterioridad a la dictación de la Ley Nº 17.450 no era otro que el
de libertad de minas, que atribuye al Estado un dominio eminente y
otorga la propiedad de las minas a los particulares. Estaba establecido
en el artículo 1º del Código de Minería de 1932, que reproducía el
artículo 591 del Código Civil, el cual, a su vez, reconoce origen en
las Ordenanzas de Nueva España o México.

39. La reforma constitucional introducida por la Ley Nº 17.450. Esta


ley, que modificó la Constitución Política de 1925 con el objeto de
nacionalizar las empresas denominadas de la Gran Minería del Cobre,
agregó al Nº 10 de su artículo 10 tres incisos que introdujeron una
profunda alteración en las bases del régimen jurídico minero.
En efecto, el nuevo inciso 4º del Nº 10 del artículo 10 de la Cons-
titución Política de 1925 señalaba que “El Estado tiene el dominio
absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas,
las covaderas, las arenas metalíferas, los salares, los depósitos de
carbón e hidrocarburos y demás sustancias fósiles, con excepción
de las arcillas superficiales”.
Por su parte, el nuevo inciso 5º que se agregaba a la misma dis-
posición de esa Constitución, entregaba a lo que dispusiera el nuevo
Código de Minería, que había de dictarse, la indicación de cuáles
serían las sustancias minerales, con excepción de los hidrocarburos
líquidos y gaseosos, que podrían ser objeto de concesiones de ex-
ploración y explotación, la forma y resguardo del otorgamiento y
disfrute de dichas concesiones, la materia sobre que recaerían, los
derechos y obligaciones de los concesionarios y la actividad que éstos
deberían desarrollar para merecer amparo y garantías legales.
Finalmente, el nuevo inciso 6º del Nº 10 del artículo 10 de la
Constitución de 1925 dispuso que el Código de Minería que debía

5
Julio Ruiz Bourgeois, Instituciones de Derecho Minero Chileno, pág. 33.

37
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

dictarse aseguraría la protección de los derechos de los concesio-


narios y de las facultades de usar, gozar y disponer de ellos, como
así también el derecho de reclamar ante los Tribunales Ordinarios
de Justicia de las resoluciones de la autoridad administrativa sobre
otorgamiento, ejercicio o extinción de las concesiones mineras.
Las anteriores normas envolvían un profundo cambio en la
naturaleza jurídica del derecho de los particulares sobre las minas,
transformándolo de propiedad en concesión.

40. La concesión minera anunciada en la reforma constitucional de


1971. Parece evidente que las modificaciones que introdujo la Ley
Nº 17.450 a la Constitución Política de 1925 debieron haber dado
origen a un Código o ley de minería, en cuya virtud la Administración
del Estado debía estar premunida de la facultad de otorgar derechos
para la utilización y aprovechamiento de los yacimientos mineros,
los cuales habían pasado a constituir bienes de dominio público.
En esta concesión administrativa de los yacimientos mineros también
deberían haber estado de algún modo presentes las características
de discrecionalidad, temporalidad y revocabilidad, que son inhe-
rentes a la naturaleza de la concesión como institución y que tan
poco se avienen con el desenvolvimiento y progreso de la industria
minera.
Quien emprende actividades mineras está sujeto a enormes ries-
gos y las características que presenta la concesión como institución
no hacen otra cosa que añadir inseguridades en la base en la cual
descansa la industria, que es la mina. En efecto, la discrecionalidad en
el otorgamiento de la concesión, que una disposición transitoria
agregada a la Constitución de 1925 trataba vanamente de mitigar
en beneficio del descubridor del yacimiento; el plazo que habría de
señalarse para explotar una mina, cuya potencialidad en la inmensa
mayoría de los casos se ignora, y la revocabilidad de la concesión, que
la transforma en un título precario, constituyen características que
nos hacen concluir que esta figura jurídica no es la más aconsejable
para el desarrollo de la minería en un país como el nuestro, que la
tiene como su principal industria.
Como lo hemos señalado en oportunidad anterior, la disposi-
ción 16a transitoria de la Constitución Política de 1925 estableció,
en síntesis, que los derechos mineros constituidos en conformidad
a la legislación anterior subsistirían bajo el imperio de la nueva ley
(Código), sus titulares tendrían la calidad de concesionarios, y la

38
DOMINIO MINERO

constitución de derechos mineros en el carácter de concesión conti-


nuaría regida por la legislación vigente (Código de 1932).
La nueva ley o Código que habría de introducir el sistema de
concesiones administrativas no se dictó y la Constitución de 1925 fue
derogada y reemplazada por la Constitución de 1980,que contempla
normas diferentes en materia minera, según veremos.
Podemos concluir, entonces, que en el período comprendido
entre la dictación de la Ley Nº 17.450 y la legislación minera dicta-
da a partir de la Constitución de 1980, la única modificación que
tuvo vigencia, aparte de las normas sobre nacionalización de la
Gran Minería del Cobre, fue el cambio de la naturaleza jurídica del
derecho de los particulares sobre las minas, que de propiedad pasó
a ser concesión, pero la concesión administrativa, implícita en la
reforma constitucional de la Ley Nº 17.450, no llegó jamás a tener
aplicación.

41. Constitución de 1980 y dominio minero. La Constitución Política


de 1980 en su artículo 19 Nº 24º, incisos 6º a 10º, ambos inclusive, se
ocupa de sentar las bases en que descansa la legislación minera.
En términos muy semejantes a los que contenía el artículo 10
Nº 10 de la Constitución Política de 1925, modificada por la Ley
Nº 17.450, el inciso 6º del Nº 24º del artículo 19 de la Constitución
Política de 1980 establece que “El Estado tiene el dominio absoluto,
exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas, compren-
diéndose en éstas las covaderas, las arenas metalíferas, los salares, los
depósitos de carbón e hidrocarburos y las demás sustancias fósiles,
con excepción de las arcillas superficiales, no obstante la propiedad
de las personas naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas
entrañas estuvieren situadas”.
La declaración anterior da la apariencia de un dominio perfecto
y de carácter patrimonial del Estado sobre todas las minas, en las
cuales se incluyen las covaderas, es decir, los depósitos de guano
provenientes de aves marinas, las arenas que contienen sustancias
metálicas, los salares, el carbón mineral y el petróleo en estado líquido
o gaseoso. Así se entendió durante la vigencia de la Constitución de
1925, ya modificada por la Ley Nº 17.450.
Sin embargo, respecto de los yacimientos de sustancias susceptibles
de concesión judicial, esta declaración del dominio del Estado, que
aparece concebida en términos tan enfáticos, se aminora y se trans-
forma en la legislación vigente en virtud de las normas contenidas

39
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

sobre la misma materia en la propia Constitución, en la Ley Orgá-


nica Constitucional sobre Concesiones Mineras6 y en el Código de
Minería, para pasar a constituir lo que podemos llamar el “dominio
público especial” del Estado sobre todas las minas.7
Con todo, por lo que toca a los yacimientos de sustancias reserva-
das al Estado, esto es, aquellos de sustancias que no son susceptibles
de concesión judicial, el dominio del Estado debe calificarse de
patrimonial (art. 19 Nº 24º, inc. 6º C.P., y art. 3º LOC).

42. El dominio público especial del Estado sobre las minas. a) Cons-
titución Política. La Constitución Política de 1980, junto con atri-
buirle al dominio del Estado los calificativos que hemos señalado,
entrega a una ley que tiene el carácter de Orgánica Constitucional
(Ley Nº 18.097) la regulación de ciertas materias, entre las cuales
se encuentra la determinación de las sustancias que, con excep-
ción de las arcillas superficiales y de los hidrocarburos líquidos o
gaseosos, pueden ser objeto de concesiones de exploración o de
explotación.
Dispone la Constitución vigente que tales concesiones “se consti-
tuirán siempre por resolución judicial”, al contrario de lo que al respecto
establecía la Constitución de 1925, que autorizaba entregar el otor-
gamiento de la concesión a la “autoridad administrativa”. Se advierte,
entonces, el distinto tratamiento jurídico que se da al acto en que
se origina el derecho de los particulares sobre las minas, ya que
mientras la Carta Fundamental de 1980 dispone la constitución de
ese derecho de concesión siempre “judicialmente”, la Constitución
de 1925, modificada por la Ley Nº 17.450, transitaba derechamente
por otra vía, la de la concesión administrativa, al disponer que la
concesión sería otorgada por la “autoridad administrativa”.
La diferencia entre ambos textos constitucionales que hemos
anotado, aparece también en lo relativo a la autoridad encargada de
declarar la extinción de la concesión, ya que en la Constitución de

6
En adelante, Ley Orgánica o LOC.
7
“La Constitución de 1980, en los incisos sexto y siguientes del Nº 24º del
artículo 19, consagró en favor del Estado un derecho de dominio especial sobre
las minas y entregó a los particulares, que cumplan con los requisitos legales, un
derecho sobre las sustancias minerales que ellas contienen, que se denomina con-
cesión, pero que permite a sus titulares tanto el uso y goce de éstas sin sujeción a
plazos, como la libre disposición de tal derecho de uso y goce.” (Informe Técnico
con que se acompañó el Proyecto de Código a su tramitación legislativa.)

40
DOMINIO MINERO

1925 se autorizaba para ello a la autoridad administrativa, en tanto


que en la Carta Fundamental en vigor esta declaración de extinción
queda entregada exclusivamente a la competencia de los Tribunales
Ordinarios de Justicia.
Finalmente, las normas constitucionales vigentes otorgan expre-
samente al dominio del titular sobre su concesión minera la garantía
constitucional que protege el derecho de propiedad, cosa que no ocurría
en la Constitución anterior.

43. b) Ley Orgánica Constitucional (18.097). Por su parte, la Ley


Orgánica, cuya dictación dispuso la misma Constitución, va caracteri-
zando con mayor claridad aún este derecho especial del Estado sobre las
minas, ya sea directamente, ya por la vía de señalar las características
de los derechos que otorga la concesión minera.
En efecto, la naturaleza jurídica de las concesiones mineras es
la de derechos reales e inmuebles, oponibles al Estado y a cualquiera
persona, transferibles y transmisibles libremente, susceptibles de hipo-
tecas y otros derechos reales y de todo acto o contrato, regidos por las
mismas leyes civiles que los demás inmuebles (art. 2º LOC).
Por otra parte, se asegura a toda persona el derecho de adquirir
a cualquier título las concesiones mineras, ya sea por vía originaria
o traslaticia, y las excepciones a este principio sólo dicen relación
con aspectos vinculados con la capacidad que la ley niega a ciertas
personas por motivos de carácter ético (art. 5º LOC).
Se reconoce al titular de la concesión minera derecho de propiedad,
protegido por la garantía que la Constitución establece para este de-
recho, y se define y configura el contenido de la violación del derecho
de propiedad sobre la concesión, al expresarse que la privación de las
facultades de iniciar o continuar la exploración, extracción y apropiación
de las sustancias que son objeto de la concesión constituye privación
de los atributos o facultades esenciales del dominio de ella.
Se remarca el derecho del concesionario minero de defender su
concesión por todos los medios que franquea la ley, tanto respecto del
Estado como de particulares (art. 9º LOC).
Se establece que la concesión de explotación tiene duración indefi-
nida (art. 17 LOC) y que su caducidad se produce por la ocurrencia
de hechos completamente ajenos a la Administración del Estado
(art. 18 LOC).
Hacemos notar que las minas no dan frutos sino productos, por
lo que su explotación envuelve la apropiación de las sustancias que

41
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

componen la mina misma. En esta forma, el derecho, indefinido


en el tiempo que otorga la concesión a apropiarse de las sustancias
minerales que constituyen el yacimiento, importa en el hecho un
derecho de concesión sobre el yacimiento.
Aparte de los caracteres jurídicos de la concesión que hemos
reseñado y miradas las cosas desde el punto de vista del derecho del
Estado sobre las minas, pueden señalarse algunas características que
refuerzan la idea de que estamos frente a un dominio especial, que no
es de carácter patrimonial.
Es así como la constitución de la concesión es de competencia
exclusiva de los Tribunales Ordinarios de Justicia, sin intervención deciso-
ria alguna de otra autoridad o persona y en su extinción, como hemos
visto, tampoco interviene la Administración (arts. 5º y 18 LOC).
A nadie puede negarle el Estado el derecho a constituir con-
cesión sobre yacimientos de sustancias concesibles, con la sola ex-
cepción que acabamos de anotar, y si éste quisiere explorar con
exclusividad o explotar sustancias concesibles tendrá que hacerlo,
necesariamente, por medio de empresas de las que sea dueño o en
las cuales tenga participación que constituyan o adquieran la respectiva
concesión minera.
Finalmente, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 82 y 83
de la Constitución Política, la constitucionalidad de la Ley Orgánica
(18.097), ha sido reconocida por el Tribunal Constitucional en lo
tocante a la duración indefinida de la concesión.

44. c) Código de Minería.8 El Código de Minería reitera las normas


contenidas en la Ley Orgánica a que hemos hecho referencia, de
modo que no volveremos sobre el particular.
Con todo, conviene hacer mención del artículo 1º, que en su
inciso 2º fija y condiciona el sentido de la declaración del dominio
absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible del Estado sobre
todas las minas, reforzando el derecho de toda persona, con ex-
cepción de las señaladas en el artículo 22, de constituir concesión
minera sobre las sustancias minerales concesibles.

8
En adelante los artículos del Código de Minería serán designados sólo por su
número. Cuando empleemos la expresión “Reglamento” o “Rglto.”, nos estaremos
refiriendo al Reglamento del Código de Minería, aprobado por D.S. Nº 1, de 1986,
del Ministerio de Minería.

42
DOMINIO MINERO

45. d) Conclusión. Del derecho del Estado sobre las minas deriva
el derecho de los particulares que permite el aprovechamiento de
esta riqueza y por las características que la legislación, según he-
mos visto, le ha asignado a uno y otro, se va perfilando un derecho
del Estado que sólo puede entenderse como absoluto, exclusivo,
inalienable e imprescriptible en función de ser un dominio especial,
que no tiene los caracteres propios de un derecho patrimonial como
lo concibe nuestra legislación civil; en tanto que en el derecho real
emanado de la concesión sobre las minas advertimos tales seme-
janzas o aproximaciones al derecho de propiedad que , aunque
sin serlo propiamente tal, se reviste de la seguridad y solidez que
le son característicos.

46. Dominio patrimonial del Estado sobre ciertos yacimientos. Sis-


tema regalista. Así como el Estado tiene un dominio público de carácter
especial sobre los yacimientos de sustancias denunciables o concesibles,
o sea, susceptibles de concesión minera judicial, así también sobre
aquellos yacimientos que por disposición constitucional o de la Ley
Orgánica se ha reservado y que, en consecuencia, noson susceptibles
de concesión minera judicial, tiene un dominio público de carácter
patrimonial, cuya forma de aprovechamiento fijan de una manera
taxativa las normas constitucionales.
En efecto, estos yacimientos, que contienen sustancias no suscep-
tibles de concesión judicial y que son las señaladas en el inciso 4º
del artículo 3º de la Ley Orgánica, pueden ser explorados, explota-
dos o beneficiados directamente por el Estado, por sus empresas,
o mediante concesiones administrativas o contratos especiales de
operación (art. 19 Nº 24, inc. 10 C.P.).
Respecto de estos yacimientos encuentra aplicación el sistema
regalista y se advierte claramente que el dominio que se tiene sobre
ellos es de naturaleza jurídica diferente a la de los yacimientos de
sustancias concesibles.

47. Dominio de carácter civil sobre algunos yacimientos. Sistema


de la accesión. Ciertos yacimientos han sido excluidos por la Cons-
titución Política de 1980 y por la Ley Orgánica de todo dominio
minero, excepción hecha de alguna situación transitoria. Así, las
arcillas superficiales quedan sometidas a la legislación civil al formar
parte del suelo (art. 19 Nº 24, inc. 6º C.P.) y lo mismo ocurre con las
arenas, rocas y demás materiales aplicables directamente a la construcción

43
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

(art. 3º LOC). Respecto de ellas, podríamos afirmar que nuestra


legislación ha seguido la doctrina de la accesión al asignarle estos
yacimientos al dueño del suelo. Finalmente, las salinas artificiales se
rigen también por normas de carácter civil.

44
C A PÍTULO CUA RTO

CLASIFICACIÓN LEGAL
DE LAS SUSTANCIAS MINERALES

48. Diversos sistemas. Como existe una gran variedad de sustancias


del reino mineral, cuya importancia y condiciones de explotación
son diferentes, las leyes mineras han debido sistematizar las normas
por las cuales se rige su aprovechamiento y de ahí han resultado
diversos criterios para efectuar su clasificación.
Así, algunos atienden a la naturaleza de las sustancias minera-
les; otros, a la forma en que los yacimientos se presentan, es decir,
en vetas, capas o mantos, criaderos irregulares, etc.; los métodos
de explotación sirven también como sistema para clasificar las
sustancias desde el punto de vista legal; igualmente, el valor eco-
nómico de éstas, y también la ubicación de los minerales en la
superficie o en el subsuelo han sido criterios seguidos con este
mismo objetivo.

49. Sistema seguido por la legislación chilena. Clasificación legal.


Los sistemas para la clasificación de las sustancias minerales antes
esbozados adolecen de un defecto que les es común. Tienen el in-
conveniente de que siendo numerosas las alternativas que en cada
uno deben regularse, requerirían un sistema jurídico especial para
cada sustancia; además de que la aplicación de los sistemas que se
fundan en valores económicos y métodos de explotación, por ser
estos elementos esencialmente variables, traería consigo un constante
cambio del correspondiente estatuto legal.
Debido a lo anterior, nuestra legislación no se ciñó en forma
rígida a ninguno de esos criterios, sino que, basándose en considera-
ciones de orden político-económico, agrupó las sustancias minerales
en dos categorías:

45
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

a) Concesibles o denunciables o de libre adquisición, términos que


son sinónimos, y
b) No concesibles o no denunciables o reservadas, expresiones que
tienen también el mismo significado.
Existen, además, como hemos visto, ciertas sustancias minerales
sobre las cuales no se pueden constituir derechos mineros, porque
la ley no las considera tales y que son: las arcillas superficiales, las
rocas, arenas y demás materiales aplicables directamente a la cons-
trucción y las salinas artificiales.

50. Evolución histórica de la denunciabilidad o concesibilidad en


nuestro sistema legal. Al referirnos a la historia de la legislación
minera, hicimos notar la evolución sufrida por el concepto de de-
nunciabilidad a través de los diferentes cuerpos legales que han
conformado nuestra legislación minera.
La denunciabilidad, concebida como la aptitud de las sustan-
cias minerales para ser objeto de derechos mineros, constituía en
la legislación hispanoamericana la regla general, ya que todas las
sustancias eran de libre adquisición. De esa manera la Corona pro-
movía la explotación minera, tan necesaria para el sostenimiento
de la metrópoli.
El Código de Minería de 1874, buscando la protección de las
labores agrícolas, restringió la libre denunciabilidad a un pequeño
número de sustancias minerales, cediendo la mayor parte de ellas
en beneficio del dueño del suelo; pero el Código de 1888 rectificó
dicho criterio y amplió considerablemente el número de sustancias
concesibles.
El Código de 1930 hizo una completísima enumeración de todas
las sustancias minerales conocidas, estableciendo su libre adquisición
y dejando en la reserva del dueño del suelo sólo escasas sustancias
y algunas otras en poder del Estado. El Código de 1932 dispuso,
como regla general, que todas las sustancias del reino mineral eran
denunciables, salvo las expresamente reservadas por la ley al dueño
del suelo o al Estado.
Finalmente, la legislación y el Código vigentes estatuyen también
que todas las sustancias minerales son concesibles, exceptuando
sólo un escaso número que queda reservado al Estado, y suprimen
la reserva en favor del dueño del suelo.

46
CLASIFICACIÓN LEGAL DE LAS SUSTANCIAS MINERALES

51. La regla general es la concesibilidad. De acuerdo con lo expuesto,


para nuestra legislación minera todas las sustancias del reino mineral,
cualquiera sea su naturaleza, son denunciables, esto es, susceptibles de
ser objeto de concesión minera. La concesibilidad de las sustancias
minerales constituye, entonces, la regla general.
Sólo hacen excepción a la libre adquisición, las sustancias minera-
les reservadas al Estado y aquellas sobre las cuales no es posible constituir
derechos mineros, por no ser consideradas tales por la ley.
La regla anterior está contenida en el inciso 2º del artículo 3º
de la Ley Orgánica y en el artículo 5º del Código.

52. Sustancias concesibles. De acuerdo con las disposiciones lega-


les citadas, son concesibles, denunciables o de libre adquisición y
respecto de ellas cualquier interesado puede constituir concesión
minera, todas las sustancias minerales metálicas y no metálicas y, en
general, toda sustancia fósil en cualquier forma en que naturalmente
se presente, incluidas las existentes en el subsuelo de las aguas ma-
rítimas sometidas a la jurisdicción nacional que tengan acceso por
túneles desde tierra (art. 3º, inc. 2º LOC y art. 5º).
Hacen excepción a esta regla las sustancias que mencionamos
en el número anterior.
Debemos tener presente que en minería la voz “fósil” es com-
prensiva de todas las sustancias del reino mineral.
Para salvar, principalmente, la situación de ciertas minas de
carbón cuyos mantos se internan bajo el mar y estando reservados
al Estado los yacimientos existentes en aguas marítimas sometidas
a la jurisdicción nacional, hubo de excepcionarse expresamente de la
reserva a aquellos yacimientos que tienen acceso por túneles desde
tierra, caso en el cual se encuentran dichos depósitos de carbón
(art. 3º, inc. 2º LOC y art. 5º).

53. Obligación del Estado de constituir o de adquirir concesión para


explorar y explotar sustancias concesibles. El Estado puede aprovechar
no sólo las sustancias no concesibles, sino también las concesibles y al
efecto, si desea ejercer las facultades de explorar con exclusividad y
explotar sustancias concesibles, deberá hacerlo por medio de empresas
de las que sea dueño o en las cuales tenga participación, que constituyan
o adquieran la respectiva concesión minera, sea de exploración o ex-
plotación, y que se encuentren autorizadas para tal efecto, de acuerdo
con las normas constitucionales (arts. 19 Nº 21º C.P., 5º LOC y 4º).

47
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Es decir, el Estado para aprovechar las sustancias concesibles


debe cumplir con los siguientes requisitos:
a) Debe actuar por medio de sus empresas o de aquellas en que
tenga participación;
b) Dichas empresas deberán constituir concesión, ya de exploración
o explotación, conforme a las reglas comunes que establece el Código,
o adquirir dichas concesiones por algún modo derivativo, y
c) Las empresas referidas deben contar con la respectiva auto-
rización otorgada por ley de quórum calificado (arts. 19 Nº 21º y 63
C.P.).

54. Sustancias no concesibles. La Constitución Política (art. 19 Nº 24º,


inc. 10) y la Ley Orgánica (art. 3º, inc. 4º) han enumerado taxativamente
los yacimientos y sustancias mineras no concesibles o no denuncia-
bles. El Código ha reiterado estas normas en su artículo 7º.
No son concesibles:
a) Los hidrocarburos en estado líquido o gaseoso;
b) El litio;
c) Los yacimientos de cualquier especie existentes en las aguas marí-
timas sometidas a la jurisdicción nacional; con excepción de aquellos
que tengan acceso por túneles desde tierra, y
d) Los yacimientos de cualquier especie situados, en todo o en parte,
en zonas que, conforme a la ley, se determinen como de importancia
para la seguridad nacional con efectos mineros.
La reserva para el Estado de los hidrocarburos no comprende a
los que se encuentran en estado sólido (esquistos bituminosos), los
que son denunciables.
Por su carácter estratégico y la magnitud de las reservas naciona-
les, el litio se había reservado al Estado por el D.L. 2.886, de 1979,
reserva que mantuvo la Ley Orgánica (art. 3º).
Los yacimientos mencionados en las letras c) y d) de este párrafo
han sido declarados no concesibles en la Constitución de 1980.9

9
La redacción de la norma que establece la inconcesibilidad de los yacimientos
de cualquiera especie existentes en las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción
nacional, ha sido objeto de críticas por ignorar convenios internacionales relativos
al Derecho Marítimo.
Asimismo, dicha norma cuando emplea la expresión “yacimientos” en lugar
de “sustancias minerales” para establecer su inconcesibilidad, incurre en una im-
precisión que se presta a confusión.

48
CLASIFICACIÓN LEGAL DE LAS SUSTANCIAS MINERALES

La reserva de los yacimientos ubicados en las aguas marítimas no


alcanza a las sustancias concesibles existentes en las playas de mar
(art. 594 C. Civil) y en los terrenos de playa (D.S. 660-88), las que
quedan sometidas a las normas generales contenidas en el Código
de Minería; lo anterior sin perjuicio de las facultades que otorga al
Ministerio de Defensa Nacional el D.F.L. 340-60 en relación con el
uso de las playas y terrenos de playa de mar.
Respecto de los yacimientos situados en zonas declaradas de
importancia para la seguridad nacional, hay que hacer notar que
la ley que determina las zonas de reserva debe, a su turno, declarar
que tal determinación se hace “con efectos mineros”. De no existir
en la ley tal declaración, los yacimientos ubicados en las zonas de
que se trata, serán concesibles.
Finalmente, cabe considerar que la Ley Orgánica (art. 3º), en
beneficio del respeto a los derechos adquiridos, ha señalado expre-
samente, y lo ha repetido el Código (art. 7º), que la declaración de
no concesibilidad o de importancia para la seguridad nacional no
afecta a las concesiones mineras constituidas con anterioridad a las
correspondientes declaraciones.

55. Aprovechamiento por el Estado de las sustancias no concesibles.


Facultades del Presidente de la República. La Constitución Política
ha dispuesto en su artículo 19 Nº 24º, inciso 10º que la exploración,
la explotación o el beneficio de los yacimientos que contengan sus-
tancias no susceptibles de concesión, podrán ejecutarse:
a) Directamente por el Estado;
b) Por sus empresas, y
c) Por medio de concesiones administrativas o de contratos especiales de
operación, con los requisitos y bajo las condiciones que el Presidente
de la República fije, para cada caso, por decreto supremo.
El Código en su artículo 8º repite la norma anterior, sin incurrir
en una impropiedad que contiene el texto constitucional, que puede
mover a dudas cuando habla del “beneficio de los yacimientos”, en
circunstancias de que en nuestro medio minero la expresión “benefi-
cio” se usa para calificar aquella fase de la industria minera posterior
a la explotación del yacimiento y que consiste en la obtención de las
materias útiles que contienen los minerales o productos mineros.
De acuerdo con la disposición constitucional aludida, previo el
otorgamiento de la concesión administrativa o de la celebración del
correspondiente contrato de operación, el Presidente de la República

49
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

debe fijar por decreto supremo, en cada caso, los requisitos y condi-
ciones de su otorgamiento o celebración.
El Presidente de la República ya ha hecho uso de esta facultad
respecto de contratos de operación para la exploración y explota-
ción de petróleo y de otras sustancias, contratos que se han regido,
además, por las normas contenidas en el D.F.L. 1 y D.F.L. 2, ambos
de 1986, del Ministerio de Minería.
Finalmente, la Constitución Política faculta al Presidente de la
República para poner término, en cualquier tiempo, sin expresión
de causa y con la indemnización que corresponda, a las concesiones
administrativas y contratos de operación relativos a explotaciones
ubicadas en zonas de importancia para la seguridad nacional (art. 19
Nº 24º, inc. 10º, C.P.).

56. Sustancias minerales que no se consideran tales. Las sustancias


inorgánicas que se indican a continuación no se consideran sustancias
minerales y, en consecuencia, se rigen por el derecho común:
a) Arcillas superficiales (art. 19 Nº 24º, inc. 6º, C.P.; art. 3º LOC
y art. 1º);
b) Rocas, arenas y demás materiales aplicables directamente a la cons-
trucción (arts. 3º LOC y 13), y
c) Salinas artificiales (arts. 3º LOC y 13).
Las arcillas superficiales fueron excluidas de las disposiciones
del Código en atención a que constituyen propiamente los suelos
agrícolas y en defensa de este sector productivo. Ellas pertenecen,
pues, al dueño del predio superficial y su aprovechamiento se sujeta al
derecho común.
Las rocas, arenas y demás materiales aplicables directamente a la cons-
trucción también se rigen por el derecho común, y para estos efectos,
la expresión “roca” debe entenderse en su sentido vulgar, esto es,
como sinónimo de “piedras estériles”; la palabra “arenas”, como
partículas disgregadas de las rocas; pudiendo enumerarse entre “los
demás materiales” el maicillo, sílice, pizarras, etc. Para que estas
sustancias queden excluidas de las normas del Código es menes-
ter que su aplicación a la construcción sea directa, es decir, que no
requieran ser sometidas a tratamientos especiales para ser usadas
en la construcción, entendiendo por tal la edificación y obras de
ingeniería civil en general, como puentes, caminos, etc.
Corresponde, pues, al dueño del predio superficial el dominio
sobre las rocas, arenas y demás materiales aplicables directamente

50
CLASIFICACIÓN LEGAL DE LAS SUSTANCIAS MINERALES

a la construcción. Si estos materiales se encontraren en el lecho de


esteros o ríos, que son bienes nacionales de uso público, la respec-
tiva municipalidad tiene tuición sobre ellos y su aprovechamiento
podrá hacerse mediante el correspondiente permiso o concesión
municipal.
Las salinas artificiales no son propiamente yacimientos mineros,
ya que son obra de la mano del hombre, quien las extrae general-
mente del agua del mar, a diferencia de las minas de sal gema, que
son depósitos naturales de cloruro de sodio.
El Código ha dado normas especiales sobre la materia al seña-
lar el inciso 2º del artículo 13 que el derecho a explotar las salinas
artificiales formadas en las riberas del mar, lagunas o lagos corres-
ponde a los propietarios riberanos dentro de sus respectivas líneas de
demarcación, prolongadas directamente hasta el agua, debiendo
aplicarse las reglas del artículo 651 del Código Civil para el caso
que prolongadas las líneas de demarcación, se corten una a otra,
antes de llegar al agua. En tal caso, la bisectriz del triángulo formado
por ellas y por el borde del agua será la línea divisoria entre las dos
heredades, que establecerá el derecho de los propietarios riberanos
sobre las salinas ubicadas en esos terrenos.

57. Derechos de los dueños de sustancias minerales que no se con-


sideran tales, con relación a la explotación de ellas por terceros.
La explotación de arcillas superficiales, de rocas, arenas y demás
materiales aplicables directamente a la construcción, y de salinas
artificiales, puede hacerse por terceros sin título alguno, caso en el
cual el dueño de ellas podrá ejercitar las acciones civiles y penales
correspondientes; o puede también efectuarse con ocasión de que
terceros hayan constituido pertenencias sobre las sustancias concesibles
existentes en el terreno en que se encuentran dichas sustancias. En
este último caso, la explotación puede ser conjunta o separada, a
saber:
a) Explotación conjunta. Si la explotación de las sustancias conce-
sibles se hace conjuntamente con las sustancias minerales que no se
consideran tales y como necesaria consecuencia de esa explotación,
no estaríamos frente a un hecho ilícito. Sería el caso, por ejemplo,
de que a raíz de la explotación de una mina salieran confundidas
con el mineral, arcillas superficiales o rocas que son aplicables di-
rectamente a la construcción.

51
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

b) Explotación separada. En cambio, la ley ha protegido al dueño


de las sustancias que no se consideran minerales, si se hace de ellas
una explotación separada por el titular de una pertenencia, caso en
el cual tendrá derecho a exigir su entrega, pagando los costos de ex-
tracción, mientras se encuentren en el predio de donde provienen,
sin perjuicio de la responsabilidad penal a que haya lugar.
Al efecto, deberán cumplirse los siguientes requisitos, de con-
formidad con lo dispuesto en el artículo 117:
1º. Debe tratarse de la explotación de arcillas superficiales, de
rocas, arenas y demás materiales aplicables directamente a la cons-
trucción o de salinas artificiales.
2º. El titular de las pertenencias debe estar haciendo una explotación
separada de las sustancias que no son consideradas minerales, y
3º. Las sustancias de que se trata deben encontrarse en el predio
de donde provienen.
Cumpliéndose los requisitos anteriores, el dueño de las sustancias
que no se consideran minerales podrá exigir su entrega, pagando
los costos de extracción.10

58. Concesibilidad de los desmontes, escorias y relaves. Concepto.


Los desmontes son aquellas rocas o piedras sin ley de fino, o con una
ley insuficiente para darles valor económico, que se desechan en el
escogido que se hace del mineral, generalmente en las inmediaciones
del lugar donde ha sido extraído.
Las escorias, por su parte, son aquellos residuos que quedan del
beneficio del mineral por la vía seca o ígnea y los relaves, los residuos
que resultan del mismo beneficio efectuado por la vía húmeda.
Desde luego, y para evitar equivocaciones, hacemos notar que
los desmontes provienen de la explotación de las minas, en tanto
que escorias y relaves son producidos por los establecimientos de
beneficio de minerales, ya sean fundiciones o plantas de concentra-
ción, respectivamente.
Tanto unos como otros son obra del hombre, por lo que al no
constituir yacimientos mineros, de acuerdo con el concepto que de

10
De acuerdo con la historia del establecimiento del artículo 84 del C. de
Minería de 1932, antecedente del artículo 117, si no se pide la entrega de las
sustancias de que se trata mientras están en el terreno, se pierde todo derecho a
ellas y aun a su valor.

52
CLASIFICACIÓN LEGAL DE LAS SUSTANCIAS MINERALES

ellos hemos dado, el Código tuvo que ocuparse expresamente de


estos materiales para hacerles aplicable la legislación minera. Estos
residuos que han sido desechados por no tener valoreconómico, por
diversas circunstancias, como un alza de precios de los minerales,
la construcción de caminos o de plantas cercanas a su ubicación, la
baja de costos de transporte y procesamiento, etc., pueden alcanzar
un gran valor, lo cual justifica que hayan merecido la atención del
legislador.

59. Desmontes, escorias y relaves. Accesorios de la pertenencia y


establecimiento de beneficio. El artículo 6º, que se ocupa de esta
materia, señala que los desmontes son accesorios de la pertenencia
de que proceden y los relaves y escorias lo son del establecimiento
de beneficio de que provienen.
Con lo anterior, la norma citada ha querido significar que no son
bienes sin dueño, sino, por el contrario, que se encuentran adscritos
a la pertenencia o establecimiento de beneficio de que proceden y
pertenecen a su dueño o a quien los ha producido en virtud de un
título que permitió su explotación.
Por otra parte, cualquiera sea el lugar en que se encuentren
ubicados y la distancia que los separe de la pertenencia o estableci-
miento, seguirán como accesorios de uno u otro.
No ha de confundirse la calidad de accesorios de la pertenencia
que ostentan los desmontes con los inmuebles accesorios de la per-
tenencia a que se refiere el artículo 3º, ya que aquéllos, obviamente,
no están destinados a la investigación, arranque o extracción de
minerales.

60. Constitución de concesión minera sobre desmontes, escorias y


relaves. La ley ha autorizado la constitución de concesión minera
sobre las sustancias minerales concesibles que los desmontes, esco-
rias y relaves contengan, conjuntamente con las demás sustancias
minerales denunciables que pudieren existir dentro de los límites
de la concesión solicitada (art. 6º, inc. 2º).
Se exige, al efecto, el cumplimiento de los siguientes requisitos:
a) Es menester que esté extinguida la pertenencia o abandonado
el establecimiento de beneficio del cual proceden los desmontes,
escorias y relaves.
La extinción de la pertenencia puede tener diversas causas; bás-
tenos saber en este momento que la extinción equivale al desapare-

53
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

cimiento de ella, la cual deja de tener existencia legal. El abandono


del establecimiento consiste en la desafección, en la dejación que
de él hace su dueño.
b) Es necesario que los desmontes, escorias y relaves se encuen-
tren en terrenos abiertos y francos (art. 6º, inc. 3º).
Se entiende por terreno abierto el que no está cerrado o cercado,
lo que constituye una demostración de desafección por estos mate-
riales; y franco es el terreno en el cual no existe constituida concesión
minera. Pensamos que bien podría hacerse una interpretación más
amplia de la condición de franco de los terrenos, que comprendiera
también aquellos que han sido objeto de un pedimento o manifes-
tación y no sólo de concesión.
Los desmontes, escorias y relaves provenientes de pertenen-
cias extinguidas o establecimientos abandonados, en el evento de
encontrarse dentro de los límites de una pertenencia, accederán a ésta
(art. 6º, inc. final).11
Debe tenerse presente que no se concibe la constitución de con-
cesión sobre desmontes, escorias y relaves, independientemente de la
concesión sobre sustancias denunciables existentes en el terreno en
que aquéllos se encuentran ubicados, pero puede ocurrir la situación
inversa, lo que tendrá lugar cuando estos materiales tengan dueño.

61. Coexistencia en un mismo yacimiento de sustancias concesibles


y no concesibles. El yacimiento minero suele contener diversas sus-
tancias minerales, las cuales pueden ser, dentro de la clasificación
legal que hemos expuesto, concesibles, no concesibles y sustancias
que no se consideran minerales.
Ahora bien, la circunstancia de que un yacimiento contenga
sustancias no concesibles no impide en absoluto que las sustancias
denunciables que se encuentren en el mismo yacimiento sean objeto
de concesión y aprovechamiento. Tampoco lo impide, obviamente,
cuando contiene las que no se consideran sustancias minerales,
situación a la cual nos referimos en el Nº 57.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 16 de la Ley Orgáni-
ca, “la circunstancia de que un yacimiento contenga sustancias no
concesibles, no obsta a la constitución de concesión minera respecto
de las sustancias concesibles existentes en el mismo yacimiento”.

11
Opinamos que si están en terrenos cerrados no debieran acceder a la per-
tenencia, porque tendrían dueño.

54
CLASIFICACIÓN LEGAL DE LAS SUSTANCIAS MINERALES

Lo anterior no significa que la constitución de concesión sobre


las sustancias denunciables existentes en un yacimiento dé derecho a
las sustancias no concesibles que éste contiene, por lo que el Estado
podrá proceder a su aprovechamiento por los diversos medios que ya co-
nocemos y también podrá exigir su entrega cuando tengan presencia
significativa dentro del producto minero que se obtenga en la explo-
tación del yacimiento en que coexistan con sustancias denunciables.
Así lo dispone expresamente el inciso 2º de la disposición legal antes
citada, cuando señala que “la concesión minera no da derecho a su
titular para apropiarse de las sustancias no concesibles con presencia
significativa dentro del producto minero apropiable”.
Las normas anteriores son recogidas y ampliadas en los artículos 9º,
11 y 12, según veremos a continuación.

62. Reglas que regulan la coexistencia mencionada. Las disposiciones


citadas imponen la obligación a los productores mineros de comuni-
car al Estado –que para estos efectos se entiende serlo la Comisión
Chilena de Energía Nuclear, tratándose del litio, y el Ministerio de
Minería, tratándose de hidrocarburos líquidos o gaseosos– la exis-
tencia de sustancias no concesibles que se encuentren con ocasión
de la exploración, de la explotación o del beneficio de las sustancias
procedentes de pertenencias.
El Estado, por su parte, podrá exigir a los productores mineros la
parte de las sustancias no concesibles que tenganpresencia significativa
en el producto, para entregársela o para enajenarla por cuenta de
él. Para estos efectos, se entenderá que una sustancia tiene presencia
significativa en el producto cuando sea susceptible de ser reducida o
separada desde un punto de vista técnico y económico y ello tendrá
lugar cuando el mayor costo total que impliquen su recuperación
mediante procedimientos técnicos de probada aplicación, su comer-
cialización y su entrega, sea inferior a su valor comercial (art. 12).
Mientras el Estado no formule la exigencia de entrega o ena-
jenación por su cuenta de las sustancias concesibles, se presume de
derecho que estas sustancias que contengan los productos mineros
no tienen presencia significativa en ellos.
El Estado debe reembolsar, antes de la entrega, los gastos en que haya
incurrido el productor para efectuar la reducción y entrega y, ade-
más, deberá costear las modificaciones y las obras complementarias
que fuere necesario realizar para operar la reducción o separación
en el país, caso en el cual también pagará las indemnizaciones de

55
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

los perjuicios que se ocasionen con motivo de la realización de esas


modificaciones y obras complementarias. Estas últimas obras serán
de propiedad estatal.
El incumplimiento de las obligaciones que este artí culo im-
pone a los productores les hará incurrir en multa, que aplicará el
juez respectivo, de acuerdo con el procedimiento que veremos más
adelante. En todo caso, si se enajenan sustancias no concesibles cuya
entrega haya exigido el Estado conforme a las normas expuestas,
el monto de la multa será la cuarta parte del valor de las sustancias
enajenadas, sin perjuicio de la obligación de entregarle su precio
sin deducción alguna.

63. Derecho de primera opción de compra del Estado. El valor


estratégico del torio y del uranio ha movido al legislador a establecer
en beneficio del Estado el derecho de primera opción de compra de
los productos en que estas sustancias tengan presencia significativa.
Así lo dispone la Ley Orgánica en su artículo 15, precepto que es
desarrollado en los artículos 10, 11 y 12.
El derecho de primera opción de compra de los productos mine-
ros originados en explotaciones mineras desarrolladas en el país, en
que el torio y el uranio tengan presencia significativa, adopta diversas
modalidades, según la obtención de estos productos sea esporádica
o sea habitual.
a) Obtención esporádica. Si estos productos con presencia signifi-
cativa de torio y uranio se obtienen esporádicamente, su productor
deberá comunicar su obtención a la Comisión Chilena de Energía
Nuclear a fin de que ésta pueda ejercer el derecho de primera opción
de compra por cuenta del Estado, y le señalará la cantidad, calidad y
demás características del producto, su precio de mercado y la forma,
oportunidad y lugar de su entrega. Esta comunicación constituirá una
oferta de venta con plazo de espera y obligará a no disponer del producto
durante los tres meses siguientes a la fecha de su recepción.
La Comisión podrá aceptar o rechazar libremente la oferta, en
todo o parte. Si la acepta, debe indicar un plazo, no mayor de dos
meses, contado desde la respectiva entrega de productos, en el cual
se pagará su precio.
La oferta caducará si no es aceptada dentro de los tres meses de
espera. Con todo, la oferta no caducará si, dentro de este plazo, la
Comisión pide al juez que, con citación del productor, designe un

56
CLASIFICACIÓN LEGAL DE LAS SUSTANCIAS MINERALES

experto para que, como tercero, establezca el precio y las modalidades


de la compraventa. La Comisión dispondrá del plazo de un mes,
desde que el experto le comunique su resolución, para aceptar, en
todo o parte, la oferta en los términos establecidos por el experto.
Si no lo hace en dicho plazo, caducará la oferta.
b) Obtención habitual. Si los productos de que se trata se obtie-
nen en forma habitual, a más tardar en septiembre de cada año,
su productor deberá comunicar a la Comisión sus programas men-
suales de producción estimados para el año calendario siguiente, a
fin de que ésta pueda ejercer, por cuenta del Estado, el derecho de
primera opción de compra. El productor también dará cuenta a la
Comisión, de inmediato, de todas las variaciones que experimenten
esos programas. La comunicación, que deberá contener todas las
menciones indicadas en el inciso 2º del artículo 10, constituirá una
oferta de venta con plazo de espera y obligará a no disponer del producto
de cada mes hasta el último día del mes de su obtención.
La Comisión podrá aceptar o rechazar libremente la oferta,
en todo o parte. Si la acepta, el precio de cada entrega se pagará
dentro de los dos meses siguientes a ella. La oferta caducará si no
es aceptada dentro del plazo establecido en el inciso quinto del ar-
tículo 10 y que hemos reseñado en el párrafo anterior, aplicándose
en lo demás las normas que rigen esta situación, tratándose de la
obtención esporádica de los productos de que se trata.
Para los efectos de este derecho de primera opción de compra,
se entiende por producto minero toda sustancia mineral ya extraída,
aunque no haya sido objeto de beneficio (art. 12, inc. 2º). En cuan-
to a las expresiones “presencia significativa”, nos remitimos a lo ya
expuesto en el Nº 62.

64. Sanción por el incumplimiento de las obligaciones relativas


a productos de valor estratégico y a la presencia de sustancias no
concesibles. Procedimiento. El incumplimiento de las obligaciones
establecidas en relación con el derecho de primera opción de compra
del Estado, sujetará al productor al pago de una multa a beneficio
fiscal, hasta por el valor de mercado de los productos de que se trate.
Si el incumplimiento consiste en que los productosse han enajenado
a terceros dentro del plazo en que la Comisión Chilena de Energía
Nuclear tiene el derecho de primera opción de compra, se aplicará,
precisamente, el monto máximo de la multa.

57
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

El procedimiento para la aplicación de la multa es en su inicio


de carácter administrativo, puesto que la multa la aplica la Comisión
y su resolución tiene mérito ejecutivo. Contra ella podrá reclamarse
ante la Corte de Apelaciones dentro del plazo de diez días, contado
desde su notificación, acompañando boleta de consignación a la
orden de la Corte por el diez por ciento de la multa.
La Corte dará traslado por seis días a la Comisión. Con su res-
puesta o en su rebeldía, la Corte oirá el dictamen del Fiscal y luego
se traerán los autos en relación. En lo demás, se procederá conforme
a las reglas sobre la apelación de los incidentes. Desechada la recla-
mación, la suma consignada quedará a beneficio fiscal (art. 11).
Tratándose del incumplimiento de las obligaciones vinculadas
a la coexistencia en un mismo yacimiento de sustancias concesibles y
no concesibles, la multa la aplica el juez y, en lo demás, rige el proce-
dimiento descrito.

58
CAPÍTULO QUINTO

LA INVESTIGACIÓN MINERA
Y LA FACULTAD DE CATAR Y CAVAR

65. Generalidades. Desde muy antiguo ha existido la preocupación


por el fomento de la investigación minera y ella se ha expresado en
el importante estímulo para impulsar los descubrimientos mineros
que significa asegurarle a su descubridor el yacimiento que ha puesto
de manifiesto.
Pero la anterior medida no habría sido suficiente para fomentar
la búsqueda de nuevas minas si el minero no hubiere contado con
las facilidades legales necesarias para desarrollar esa actividad.
Nuestra legislación ha sido en esta materia muy generosa, puesto
que, salvo muy contadas excepciones, ha dejado casi todo el territorio
nacional abierto a la investigación minera mediante el ejercicio de
la denominada facultad de catar y cavar.
Es esta una mera facultad y, por consiguiente, no otorga derechos
exclusivos a ninguna persona respecto de un determinado terreno,
el cual puede ser objeto de investigación simultánea por diferentes
interesados, ni tampoco sobre los yacimientos descubiertos y, desde
luego, no autoriza para explotar esos yacimientos ni hacerse dueño
de las sustancias minerales que se encuentren con motivo del ejer-
cicio de esta actividad.
De acuerdo con el Diccionario, se entiende por catar el hecho
de ver y examinar una cosa y cavar el hecho de mover o abrir la
tierra. Para ejecutar ambas acciones en la búsqueda de minas, la ley
ha establecido la existencia de esa facultad que compete a cualquier
persona y que se asemeja a aquellas que otorgan los artículos 609 y
627 del Código Civil, que autorizan en determinadas circunstancias la
caza y también la extracción de dineros y alhajas que se encontraren
ocultos en edificios o heredades.

59
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

66. Quién puede ejercitar la facultad y en qué terrenos. Dice el


artículo 14 que toda persona tiene esta facultad y que la puede ejercitar
en tierras de cualquier dominio.
La misma disposición señala que está vedado el ejercicio de
esta facultad en aquellos terrenos comprendidos en los límites de
una concesión minera ajena, y que deben indemnizarse los perjui-
cios que se causen con motivo de su ejercicio. El juicio para hacer
efectivas estas responsabilidades se tramita por el procedimiento
sumario.
Con todo, entendemos que dicha prohibición no rige para el
Estado respecto del ejercicio de la facultad que tiene de buscar
los yacimientos que le están reservados, desde el momento que la
concesión minera no los comprende dentro de su objeto y que la
Constitución Política autoriza expresamente al Estado para efectuar
trabajos de exploración de las sustancias no susceptibles de concesión
(art. 19 Nº 24º, inc. 10º C.P.).
Puede también ejercitar esta facultad toda persona que desee
buscar sustancias minerales en terrenos de cualquier dominio –salvo
en los comprendidos en los límites de una concesión minera ajena–,
empleando desde fuera de aquéllos equipos, maquinarias o instrumentos
con ese objeto (art. 20).

67. Situación en que se encuentran los predios superficiales en


relación con el ejercicio de la facultad de catar y cavar. De acuerdo
con lo dispuesto en el artículo 15, se puede catar y cavar libremente
en terrenos abiertos e incultos, quienquiera que sea su dueño.
En los demás terrenos –añade la disposición citada– será necesario
el permiso escrito del dueño del suelo o de su poseedor o de su tene-
dor. Cuando el dueño sea la Nación o la Municipalidad, el permiso
deberá solicitarse del gobernador o alcalde que corresponda.
Con todo, tratándose de casas y sus dependencias o de terrenos
plantados de vides o de árboles frutales, sólo el dueño podrá otorgar
el permiso.
Por su parte, el artículo 17 establece ciertas prohibiciones para
ejecutar labores mineras en los lugares que menciona, si no se cuenta
con las autorizaciones que la misma disposición prescribe.
De lo expuesto se desprende que los predios superficiales pueden
encontrarse en las siguientes situaciones legales frente al ejercicio
de la facultad de catar y cavar:
a) Terrenos en que la investigación es libre;

60
LA INVESTIGACIÓN MINERA Y LA FACULTAD DE CATAR Y CAVAR

b) Terrenos en que la investigación está reglamentada, y


c) Terrenos en que el cateo está prohibido.

68. Cateo libre. Son terrenos de cateo libre, según hemos visto, los
terrenos abiertos e incultos y en ellos cualquiera persona puede ejer-
citar la facultad de buscar minas, sin necesidad de permiso alguno
del dueño de esos terrenos.
En caso de que cualquiera persona pusiere obstáculos al ejercicio
de esta facultad, podrá ocurrirse al juez, quien resolverá la cuestión
en el procedimiento “sumarísimo” contemplado en el art. 235, que
por lo rápido y concentrado es utilizado en el Código para resolver
diversas situaciones litigiosas. Será juez competente para conocer
del asunto el de letras en lo civil que tenga jurisdicción en el lugar
en que se realizará la investigación.
Llamamos la atención hacia el hecho de que buena parte del
territorio nacional se encuentra en esta condición, si consideramos
las desérticas regiones nortinas y australes y las dos cordilleras que
corren paralelas a lo largo del territorio nacional.

69. Cateo reglamentado. Son terrenos de cateo reglamentado aque-


llos abiertos y cultivados y los cerrados, ya sea cultivados o incultos. Para
ejercitar la facultad de catar y cavar en estos terrenos es menester
el permiso escrito del dueño del suelo o de su poseedor o tenedor.
Cuando el dueño sea la Nación o la Municipalidad, el permiso deberá
obtenerse del gobernador o del alcalde que corresponda.
En estos casos, el permiso se sujetará a las condiciones que de co-
mún acuerdo se convengan entre quien da el permiso y el minero.
En los casos de negativa de la persona o funcionario que debe
dar el permiso, la ley señala al interesado la vía judicial para ob-
tenerlo mediante el procedimiento sumarísimo que establece el
artículo 235.
Es juez competente para conocer de esta materia el de la ubica-
ción del lugar en que se desea practicar la investigación.
El permiso concedido por el juez fijará el número de personas
que podrá emplearse en la investigación y comprenderá siempre las
siguientes obligaciones:
1º. Que las labores se efectúen cuando no haya frutos pendien-
tes;
2º. Que el tiempo de realización de ellas no exceda de seis meses
contados desde la fecha en que se otorgue el permiso, y

61
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

3º. Que el solicitante indemnice el daño que cause con las labores
o con ocasión de ellas, debiendo rendir, previamente, caución califi-
cada por el juez para asegurar el cumplimiento de esta obligación,
si el afectado lo exigiere.
Si el solicitante no pudiere ejercitar la facultad en el plazo otor-
gado por el juez, éste podrá diferir la autorización para otra época
(art. 16).

70. Cateo prohibido. Por comprensibles razones de interés parti-


cular y también por motivos de interés público, en ciertos lugares
o terrenos está prohibido el ejercicio de la facultad de catar y cavar
y, en general, ejecutar labores mineras, pero aclaramos que ésta no
es una prohibición absoluta, puesto que determinadas personas o
autoridades pueden otorgar permiso para hacerlo, pero si ellas lo
niegan, el juez no puede suplir esa negativa y, en tal evento, no es
posible legalmente investigar en los lugares que hemos denominado
de cateo prohibido.12
Las prohibiciones que nos ocupan recaen sobre dos clases de
terrenos, a saber:
a) Los de interés particular que señala el artículo 15, inciso final,
esto es, casas y sus dependencias y terrenos plantados de vides o de ár-
boles frutales.
Es comprensible que “sólo el dueño” pueda otorgar el permiso,
cuando la investigación se refiera a casas y sus dependencias y a terre-
nos plantados de vides o de árboles frutales, por las características de
los bienes cautelados.
Ahora, si el dueño de ellos fuere la Nación o la Municipalidad,
el permiso deberá solicitarse del gobernador o del alcalde que co-
rresponda.
De acuerdo con el tenor literal de la disposición comentada y su
relación con el inciso 2º del mismo artículo 15, el permiso de que
se trata debe ser otorgado por escrito.
Según hemos visto, tampoco se puede ejercitar esta facultad sin
permiso del dueño en los terrenos comprendidos en los límites de
una concesión minera ajena.

12
Los artículos 3º a 7º del Reglamento regulan la forma de obtener los per-
misos a que se refiere el artículo 17, los requisitos de la correspondiente solicitud,
la autoridad competente, plazo para resolver, fundamentos de la resolución y
condiciones en que se otorga el permiso.

62
LA INVESTIGACIÓN MINERA Y LA FACULTAD DE CATAR Y CAVAR

b) Los de interés público que menciona el artículo 17. Protegiendo el


interés general, el artículo 17 establece la prohibición de ejecutar labores
mineras en ciertos lugares, a menos que se obtenga la autorización de
las autoridades respectivas y, en su caso, también la de las personas
que deban darlo respecto de los lugares de cateo reglamentado y
de los referidos en la letra a) precedente.
Hacemos presente que la prohibición está establecida respecto
de las “labores mineras”, por lo que comprende no sólo las de catar
y cavar, sino también otros trabajos mineros realizados en el terreno,
ya sea de exploración o de explotación.13
Señala el artículo 17, que se requiere permiso:
1º) Del gobernador respectivo, para ejecutar labores mineras
dentro de una ciudad o población, en cementerios, en playas de
puertos habilitados y en sitios destinados a la captación de las aguas
necesarias para un pueblo; a menor distancia de cincuenta metros,
medidos horizontalmente, de edificios, caminos públicos, ferrocarri-
les, líneas eléctricas de alta tensión, andariveles, conductos, defensas
fluviales, cursos de agua y lagos de uso público, y a menor distancia
de doscientos metros, medidos horizontalmente, de obras de em-
balse, estaciones de radiocomunicaciones, antenas e instalaciones
de telecomunicaciones.
No se necesitará este permiso cuando los edificios, ferrocarriles,
líneas eléctricas de alta tensión, andariveles, conductos, estaciones
de radiocomunicaciones, antenas e instalaciones de telecomunica-
ciones pertenezcan al interesado en efectuar las labores mineras o
cuando su dueño autorice al interesado para realizarlas.
Antes de otorgar el permiso para ejecutar labores mineras dentro
de una ciudad o población, el gobernador deberá oír al Secretario
Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo. 14
2º) Del intendente respectivo, para ejecutar labores mineras en
lugares declarados parques nacionales, reservas nacionales o mo-
numentos naturales.
3º) De la Dirección de Fronteras y Límites, para ejecutar labores
mineras en zonas declaradas fronterizas para efectos mineros.

13
Ver artículo 74 del Código Sanitario que establece una prohibición adicional
en relacion con fuentes de agua.
14
Párrafo agregado por el artículo primero D, de la Ley 19.573 al número 1º
del artículo 17.

63
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

4º) Del Ministerio de Defensa Nacional, para ejecutar labores mine-


ras a menos de quinientos metros de lugares destinados a depósitos
de materiales explosivos o inflamables.
5º) Del Ministerio de Defensa Nacional, para ejecutar labores mi-
neras en zonas y recintos militares dependientes de ese Ministerio,
tales como puertos y aeródromos; o en los terrenos adyacentes hasta
la distancia de tres mil metros, medidos horizontalmente, siempre
que estos terrenos hayan sido declarados, de conformidad a la ley,
necesarios para la defensa nacional, y
6º) Del Presidente de la República, para ejecutar labores mineras
en covaderas o en lugares que hayan sido declarados de interés
histórico o científico.
Al otorgarse los permisos exigidos en los números anteriores,
se podrán prescribir las medidas que convenga adoptar en interés
de la defensa nacional, la seguridad pública o la preservación de
los sitios allí referidos.
Los permisos mencionados en los Nos 2º, 3º y 6º, excepto los re-
lativos a covaderas, sólo serán necesarios cuando las declaraciones
a que esos mismos números se refieren hayan sido hechas expresa-
mente para efectos mineros, por decreto supremo que además señale
los deslindes correspondientes. Dicho decreto deberá ser firmado,
también, por el Ministro de Minería.
A los funcionarios y autoridades llamados a otorgar los permisos
mencionados les son aplicables las prohibiciones y sanciones que
señala el Estatuto Administrativo (Ley 18.834) relativas a actuaciones
en asuntos en que tengan interés algunos de sus parientes.

71. Sanciones en caso de contravención al artículo 17. La contra-


vención a las prohibiciones que establece el artículo 17, esto es, la
ejecución de labores mineras sin el correspondiente permiso en los
lugares a que se refiere dicha disposición, se sanciona con multa de
una a cincuenta unidades tributarias mensuales, sin perjuicio de
la indemnización debida por los daños que se causen. En caso de
reincidencia la multa será, a lo menos, el doble de la anteriormen-
te aplicada, pero no podrá exceder de cien unidades tributarias
mensuales.
La procedencia y monto de la multa referida se someterá al
procedimiento sumarísimo señalado en el artículo 235.

64
LA INVESTIGACIÓN MINERA Y LA FACULTAD DE CATAR Y CAVAR

El inciso final del artículo 18 concede acción pública para denun-


ciar las infracciones a este artículo y el juez podrá, en todo caso,
decretar la suspensión provisional de las labores.

72. Validez de la constitución de concesión sin los correspondientes


permisos. Hacemos notar que la no obtención de los permisos a
que hemos hecho referencia en este capítulo no obsta al derecho de
constituir concesión minera sobre los lugares de que se trata, la cual, por
tanto, se puede constituir válidamente sin ellos. Lo anterior se entiende
sin perjuicio de las sanciones contempladas para las infracciones al
artículo 17, tratadas en el número anterior, y de las penas e indem-
nizaciones que contemplan las leyes generales para las infracciones a
las demás normas relativas a la facultad de catar y de cavar.

73. Derechos que otorga la facultad de catar y cavar y obligaciones


que impone. Dos importantes derechos confiere al investigador la
facultad de catar y cavar, a saber:
1º. El derecho a realizar materialmente la investigación en el terreno
deseado.
El minero goza de autorización legal para realizar la investiga-
ción, que consiste en el derecho de examinar la tierra y abrirla para
investigar, pudiendo efectuar trabajos para determinar la existencia
de yacimientos mineros y la forma como éstos se presentan en la
naturaleza. No podrá hacer exploración ni explotación formal en
tanto no tenga constituido el título definitivo de concesión sobre el
yacimiento descubierto.
2º. Imponer las servidumbres necesarias para la exploración. Como
la investigación minera se realiza en los predios superficiales, que son
por lo general ajenos, la ley hubo de imponer limitaciones al dominio
sobre ellos, a fin de que el minero pudiera realizar su labor.
Así, pues, el investigador minero goza del derecho de imponer
transitoriamente servidumbres sobre los predios superficiales, tales
como las de ocupación para campamentos y canchas de depósito
de minerales, asiento de maquinarias, etc.; de tránsito para llegar al
lugar en que se realiza la investigación; las de postación y tendido
de líneas eléctricas, etc.
Atendido el carácter transitorio del ejercicio de la facultad de
catar y de cavar, la ley ha limitado a seis meses la duración de tales

65
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

servidumbres, plazo que se cuenta desde la iniciación de su ejer-


cicio.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 234, la constitución
judicial de estas servidumbres se efectúa conformeal procedimiento
sumarísimo (art. 235) y les son aplicables a su constitución, ejercicio,
indemnizaciones y demás características las normas contenidas en
los artículos 122 a 125, que se refieren a esas materias respecto de las
servidumbres mineras en general, y que estudiaremos en su oportu-
nidad. Cabe hacer presente que para constituir judicialmente estas
servidumbres en los lugares de cateo prohibido es menester acom-
pañar los permisos prescritos en los artículos 15 y 17, en su caso.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que no será necesario impo-
ner servidumbre cuando la facultad de catar y cavar se ejercite en
terrenos fiscales o municipales, abiertos e incultos.
En cuanto a las obligaciones que pesan sobre el cateador, ellas
están representadas, principalmente, por su sometimiento a los
términos en que le ha sido otorgado el permiso para catar y cavar o
ejecutar labores mineras, en los casos en que éste ha sido necesario,
y por la de indemnizar, conforme a las normas generales de derecho,
de todo perjuicio causado con motivo de la investigación y por la
imposición de las servidumbres.

74. Facultad del Servicio Nacional de Geología y Minería para realizar


trabajos de geología. El Servicio Nacional de Geología y Minería15
está facultado para efectuar trabajos de geología de acuerdo con las
normas que lo rigen y, al efecto, debe obtener los permisos que sean
necesarios y a que nos hemos referido en este capítulo.
A solicitud del mismo Servicio o del dueño del suelo o de su
poseedor o tenedor actual, el juez debe regular el ejercicio de esta
facultad, pudiendo imponer el otorgamiento de caución para garan-
tizar el pago de perjuicios. Aquellos que cause elServicio con ocasión
del ejercicio de esta facultad son de responsabilidad del Estado.
Sólo su dueño puede autorizar al Servicio para realizar estos
trabajos dentro de los límites de una concesión minera.
Finalmente, a solicitud del Servicio, toda persona que realice
trabajos de exploración geológica básica deberá proporcionarle la
información de carácter general que al respecto obtenga (art. 21).

15
En adelante el Servicio.

66
CAPÍTULO SEXTO

CAPACIDAD PARA ADQUIRIR


DERECHOS MINEROS

75. Generalidades. La capacidad, que es la aptitud de una persona


para adquirir derechos y poder ejercerlos por sí misma, puede ser
de goce o adquisitiva y de ejercicio.
La capacidad de goce es la aptitud de una persona para adquirir
derechos y la de ejercicio es la aptitud para ejercer los derechos por
sí misma.
Sabemos que todo individuo, por el solo hecho de ser persona,
tiene la capacidad de goce, pero en cambio, para ejercitar los derechos
que le competen, es preciso que no sea incapaz. Las incapacidades
de ejercicio pueden, a su vez, ser generales –absolutas o relativas– o
especiales.
Como veremos a continuación, en materia minera existen ciertas
reglas que se apartan de las que nos da la legislación civil y que dicen
relación con ambas clases de incapacidades de ejercicio.

76. Normas especiales sobre capacidad de ejercicio. Dijimos que la


incapacidad general puede ser absoluta o relativa. En relación con
la primera no hay normas de excepción en el Código, pero sí las
hay respecto de los incapaces relativos.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 1447 del Código
Civil, son relativamente incapaces los menores adultos y los disipadores
que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo.
Las personas antes indicadas para ejercer derechos y contraer
obligaciones deben actuar representadas o autorizadas por su repre-
sentante legal. En el primer caso, el representante ejecuta el acto en
nombre y lugar del incapaz y, en el segundo, éste obra por sí mismo,
pero con la autorización de su representante legal.

67
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Ahora bien, de acuerdo con lo que dispone el artículo 24, los


menores adultos y los disipadores sujetos a interdicción, en una pala-
bra, los relativamente incapaces, pueden hacer pedimentos o manifestaciones
por sí mismos sin necesidad del consentimiento o autorización de sus
respectivos representantes legales, considerándose a estos respectos
como plenamente capaces.
Debemos hacer presente, sin embargo, que no podemos darle
a la norma indicada un alcance mayor del que aparenta tener. En
efecto, la plena capacidad del menor adulto y del disipador interdicto
lo es sólo para los efectos de hacer pedimentos o manifestaciones,
no estando habilitados para continuar por sí mismos los trámites
posteriores al pedimento o a la manifestación sin la concurrencia o
anuencia de su representante legal.
La norma excepcional que comentamos se explica fácilmente
si se considera que la legislación minera otorga preferencia para
constituir la concesión al primero que se hubiere presentado a hacer
el pedimento o la manifestación al juzgado competente. Si a estos
relativamente incapaces la ley les hubiere exigido la concurrencia o
autorización del representante legal, les habría puesto un obstáculo
para la pronta presentación del pedimento o de la manifestación
que da la preferencia aludida y colocado en desventaja frente al
común de las personas.

77. Administración de las concesiones adquiridas por los relativamente


incapaces. Caso de la mujer casada. En cuanto a la administración
de los derechos mineros adquiridos por los disipadores sujetos a in-
terdicción, ella corresponderá, de acuerdo a las reglas generales, al
curador o representante legal.
Los derechos adquiridos por el menor adulto, emanados del pedi-
mento o la manifestación, quedan incorporados a su peculio industrial,
conforme lo dispone el artículo 25. De acuerdo con lo preceptuado
en el artículo 246 del Código Civil, el menor adulto se mirará como
mayor de edad para la administración y goce de ese peculio industrial,
sin perjuicio de la necesidad de obtener autorización judicial dada
con conocimiento de causa, en los casos que se pretenda enajenar
o hipotecar los bienes raíces del menor (art. 255 Código Civil).
Por lo que toca a la mujer casada, de conformidad con lo dispues-
to en el artículo 1730 del Código Civil, ingresan al haber real de la
sociedad conyugal “las minas denunciadas por uno de los cónyuges
o por ambos”, ya que se supone que el descubrimiento es fruto de

68
CAPACIDAD PARA ADQUIRIR DERECHOS MINEROS

un trabajo. Le corresponde así su administración al marido, salvo


que se trate de mujer que hace de la minería su profesión, en cuyo
caso las minas descubiertas por ella pasarán a formar el patrimonio
reservado a que se refiere el artículo 150 del Código Civil, conside-
rándose, al efecto, como separada de bienes y correspondiéndole,
en consecuencia, su administración.

78. Incapacidades especiales o prohibiciones. Además de las inca-


pacidades que hemos denominado generales, hay otras especiales o
particulares, que consisten en la prohibición que la ley ha impuesto
a ciertas personas para ejecutar ciertos actos (art. 1447, inc. final
Código Civil).
Razones de moralidad pública que comprometen el interés general
son las que han llevado a la ley a disponer la prohibición para que
determinadas personas ejecuten ciertos actos, y de ello son muestra
el artículo 412 del Código Civil, que veda al tutor o curador comprar
los bienes raíces del pupilo o tomarlos en arriendo, y la prohibición
de celebrar el contrato de compraventa que, por mandato del ar-
tículo 1796 del mismo Código, pesa sobre los cónyuges no divorciados
perpetuamente y sobre el padre o madre y el hijo de familia.
Ahora bien, en el Código encontramos también prohibiciones
que afectan a ciertas personas para hacer pedimentos y manifestaciones
y para adquirir los siguientes derechos mineros: a) concesiones mineras
en trámite o constituidas; b) cuotas en ellas, y c) acciones de sociedades
regidas por el Código.

79. A quiénes afectan las prohibiciones. De acuerdo con el artículo 22,


las personas a quienes afectan las prohibiciones mencionadas son
las siguientes:
1º. Los Ministros de las Cortes de Apelaciones, los Jueces y Secretarios
de los Juzgados de Letras en lo Civil, los Conservadores de Minas, y los
empleados de tales Juzgados y Conservadores, respecto de terrenos o
concesiones situados, total o parcialmente, dentro de los respecti-
vos territorios jurisdiccionales o de sus oficios, o de acciones de las
referidas sociedades, dueñas de dichas concesiones.
La constitución de la concesión minera se encuentra entregada
al Poder Judicial, por lo que la prohibición respecto de las personas
indicadas encuentra plena justificación por la decisiva intervención
que a ellas les corresponde en los trámites pertinentes. La misma

69
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

razón justifica la prohibición que afecta al Conservador de Minas y


a sus empleados, atendido el sistema de inscripciones dispuesto por
la ley para el régimen legal minero.
2º. Funcionarios del Estado o de sus organismos o empresas que, en
razón de sus cargos, tengan intervención en la constitución de con-
cesiones mineras o acceso a información de carácter geológico o
minero, o relativa a descubrimientos mineros, hasta un año después
de haber dejado el cargo.
La misma razón expuesta precedentemente inspiró esta dispo-
sición: el rol que desempeñan estos funcionarios en la constitución
del título minero, como así también el acceso a informaciones re-
lacionadas con geología o minería, en razón de los cargos públicos
desempeñados.
3º. El cónyuge no divorciado perpetuamente y los hijos de familia de las
personas mencionadas en los números anteriores.
Hemos expresado que las minas adquiridas por la mujer casada
ingresan al haber absoluto de la sociedad conyugal, por lo que co-
rresponde al marido su administración.
Es explicable, entonces, que exista para la mujer casada con
alguna de las personas que enumera el artículo 22, no divorciada
perpetuamente, prohibición para hacer manifestaciones o pedimentos
o adquirir los derechos mineros de que tratamos. Ahora, si es esta
última la funcionaria, también es razonable que exista la misma pro-
hibición para que el marido efectúe estas adquisiciones, en atención
a los lazos afectivos y económicos que ligan a los cónyuges.
La prohibición que afecta a los hijos de familia, esto es, a los
no emancipados, también se justifica plenamente por correspon-
derle al padre la administración y goce de sus bienes. Creemos que
la prohibición rige aun en el caso de que los derechos mineros
hubieren ingresado al peculio industrial del menor adulto, puesto
que, pese a considerársele mayor de edad, en tal caso nadie puede
desconocer la estrecha relación que existe entre padre e hijo sujeto
a patria potestad.

80. Casos en que no rigen las incapacidades especiales o prohibiciones.


El inciso final del artículo 22 señala dos casos en que las personas a
que nos hemos referido en el número anterior no quedan afectas a
la prohibición de adquirir los derechos mineros que estudiamos, a
saber: a) Si la adquisición se hace por el modo sucesión por causa de

70
CAPACIDAD PARA ADQUIRIR DERECHOS MINEROS

muerte, y b) si ella se efectúa en virtud de un título anterior al hecho


que da origen a la prohibición.16
Ambas excepciones no pueden ser más justificadas, ya que en el
primero de los casos indicados, a los funcionarios no les ha corres-
pondido intervención alguna en esa adquisición y, en el segundo,
ella se ha originado antes de haber entrado a desempeñar el cargo
afectado por la prohibición.

81. Sanciones por la contravención a las prohibiciones. De confor-


midad con lo dispuesto en el artículo 10 del Código Civil, “los actos
que prohíbe la ley son nulos y de ningún valor, salvo en cuanto
designe expresamente otro efecto que el de nulidad para el caso de
contravención” y, precisamente, el Código ha establecido en este
caso para la infracción de la prohibición una sanción civil distinta
de la nulidad absoluta (art. 23). Además, ha establecido una sanción
penal, según veremos.
a) La sanción civil está constituida por la transferencia gratuita
del pedimento, la manifestación, la concesión o las acciones, según
el caso, de manos del infractor a manos del que primeramente de-
nuncie el hecho a los tribunales.
Dicha sanción sólo podrá hacerse efectiva mientras los derechos
o acciones mencionados estén en poder del infractor.
En el procedimiento sumario se hace efectiva esta acción
(art. 233), que podríamos llamar popular, por corresponder a
cualquier persona. Goza de preferencia el primer denunciante o,
mejor, demandante, porque entendemos que éste debe iniciar
el correspondiente juicio y demostrar durante su curso que se
ha cometido la infracción. La sentencia que así lo declare podrá
ser cumplida ejecutivamente si el demandado se negare a ello
y el juez firmará, entonces, por él la escritura en cuya virtud se
transfieran los derechos o acciones al demandante, debiendo
hacerse su tradición mediante la correspondiente inscripción en
el Conservador de Minas competente.
b) La sanción penal consiste en la pena de inhabilitación especial
temporal en su grado medio para el cargo que desempeñe el fun-

16
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia de que la expresión “título
anterior” comprendía la promesa de adquisición de los derechos mineros de que
se trata.

71
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

cionario infractor, es decir, privación del cargo que desempeñaba


por la duración de la condena. Esta sanción afecta solamente a las
personas señaladas en los números 1º y 2º del artículo 22.

72
CAPÍTULO SÉPTIMO

LA CONCESIÓN MINERA

Párrafo I
FORMA, CABIDA Y OBJETO DE LA CONCESIÓN

82. Acto de concesión y derecho de concesión. Debemos distinguir


entre el acto de concesión y el derecho de concesión minera, siendo este
último consecuencia del primero. En efecto, por el acto de concesión
la autoridad judicial constituye el derecho de concesión, por el cual su
titular goza de las facultades que la ley le asigna a este derecho en
relación con la riqueza minera nacional, facultades que consisten
en los derechos de explorar y explotar dicha riqueza.
Por mandato constitucional toca al Poder Judicial expedir el
acto de constitución y también el de extinción del derecho de conce-
sión, no correspondiéndole a la autoridad administrativa injerencia
decisoria en dichos actos, según ya lo hemos señalado tratando del
dominio especial del Estado sobre las minas (arts. 5º LOC y 34). En
esa misma oportunidad dejamos establecido que, con excepción de
las personas indicadas en el artículo 22, a nadie se le puede negar, si
cumple con las exigencias legales, el derecho a constituir o adquirir
concesiones mineras, no existiendo discrecionalidad posible en la
constitución del título de concesión (arts. 6º LOC y 34).
Por lo que respecta al derecho de concesión y, específicamente, a
sus facultades de explorar y explotar sustancias mineras, podemos
señalar que el titular lo ejerce sobre todas las sustancias del reino
mineral, excepción hecha de aquéllas reservadas al Estado y de las
que no se consideran tales. Al efecto, podrá realizar libremente
los trabajos que estime necesarios para el cumplimiento de dichas

73
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

finalidades, sin otras limitaciones que las que señalan los arts. 113 y
116 en resguardo de determinados lugares y en beneficio de otras
concesiones, y sujetándose a las normas sobre policía y seguridad
mineras (art. 107). Deben considerarse tambien las normas de la
Ley 19.300 y su reglamento sobre medio ambiente.

83. Definición. Podemos definir la concesión minera como el “dere-


cho real inmueble que otorga a su titular las facultades exclusivas
de explorar las sustancias minerales concesibles que existan dentro
de sus límites, si es de exploración, y las de explorar y explotar
dichas sustancias y hacerse dueño de las que extraiga, si es de ex-
plotación”.

84. Dos especies de concesión. De la anterior definición se despren-


de que existen dos especies de concesiones mineras: la concesión
de exploración y la concesión de explotación (arts. 19 Nº 24, inc. 7º
C.P., 1º LOC y 2º, inc. 2º).
La concesión de explotación se denomina también pertenencia,
que es el nombre que ha perdurado a través de siglos para deno-
minar la propiedad minera o los derechos mineros de explotación
(art. 2º, inc. 2º).
Cada vez que la Ley Orgánica y el Código se refieren a la o las
concesiones, se entiende que comprende ambas especies de conce-
siones mineras (arts. 1º LOC y 2º, inc. 2º).
Para constituir una concesión de explotación o pertenencia no es
obligatorio obtener previamente una concesión de exploración.

85. Forma de la concesión. La circunstancia de que los yacimientos


mineros se encuentren generalmente en el subsuelo, ha obligado
al legislador a concebir la concesión no sólo como una superficie
expresada en largo y ancho, sino como un cuerpo que profundiza
hacia el interior de la tierra y que la ley describe, acertadamente,
como “un sólido cuya cara superior es, en el plano horizontal, un
paralelogramo de ángulos rectos, y cuya profundidad es indefinida
dentro de los planos verticales que lo limitan” (art. 28).
El paralelogramo que constituye la cara superior de la concesión
es un cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos entre sí y sus
cuatro ángulos son rectos, por lo que forman un cuadrado o un rec-
tángulo. Las caras laterales de este sólido están formadas por planos
verticales de profundidad indefinida hacia el interior de la tierra.

74
LA CONCESIÓN MINERA

La ley, al darle a la concesión la forma antes señalada, se ha ads-


crito al sistema de concesión denominado recto o mexicano, en el cual
el derecho queda circunscrito a los yacimientos o sustancias minerales
encerradas en los planos verticales que conforman las caras laterales
del sólido, en contraposición al sistema oblicuo o sajón, en el cual las
caras laterales de la concesión son planos oblicuos que van siguiendo
el echado o recuesto de la veta, sistema que sólo tuvo una expresión
efímera en el Código de 1874, según lo vimos en su oportunidad.
Debemos señalar que la Ley Orgánica (art. 3º, inc. 1º) es muy
poco feliz para referirse a la forma de la concesión, ya que expresa
que su “extensión territorial”, esto es, el espacio ocupado por un
cuerpo en la superficie terrestre, “consiste en un sólido”, lo cual en-
vuelve una contradicción entre las nociones de superficie y volumen.
Como según vimos, la concesión tiene la forma de un cuerpo, el
Código sólo empleó en una oportunidad, obligado a ello por la Ley
Orgánica, la expresión “extensión territorial” y no la hizo “consistir”
en un sólido, sino “configurar”, tener la forma de un sólido.

86. Respeto a la forma de la concesión y sus efectos. En la constitución


de la concesión debe darse estricto cumplimiento ala exigencia legal
en cuanto a la forma que para ella prescribe el artículo 28. Puede
ocurrir, sin embargo, que el respeto a la norma indicada obligue a
abarcar yacimientos reservados al Estado.
A dicha situación se refiere el artículo 30, que dispone en su
inciso 1º que la concesión “no otorgará derecho alguno sobre los
yacimientos de cualquiera especie existentes en las aguas marítimas
sometidas a la jurisdicción nacional que hayan debido abarcarse
para respetar los lados y cabida mínimos y la forma de la respectiva
concesión”.
Igualmente, la concesión minera que pueda constituirse sobre
sustancias minerales existentes en el subsuelo de las aguas maríti-
mas sometidas a la jurisdicción nacional, a las que se tenga acceso
por túneles desde tierra y que por ello son concesibles, no otorgará
derecho alguno sobre los yacimientos que hayan debido abarcarse
para respetar los lados y cabida mínimos y la forma de la concesión
y que por no tener acceso por los referidos túneles son de la reserva
del Estado (art. 30, inc. 2º).

87. Orientación. En la legislación que precedió al Código vigente,las


pertenencias mineras podían orientarse en el terreno sin sujeción a

75
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

norma alguna, lo que ha originado dificultades para determinar su


exacta ubicación, con los consiguientes conflictos con pertenencias
vecinas.
Por lo anterior, y en el ánimo de facilitar el catastro de las con-
cesiones mineras, el Código vigente ha dispuesto que “el largo o el
ancho del paralelogramo deberán tener orientación U.T.M. norte-sur”
(art. 28). En esta forma, si los lados que constituyen el largo de la
cara superior de la concesión tienen dicha orientación, necesaria-
mente los lados que constituyen el ancho tendrán orientación U.T.M.
este-oeste y viceversa.

88. Sistemas de coordenadas. Coordenadas geográficas y coordenadas


U.T.M. La exacta ubicación de las concesiones en el terreno plantea
dificultades técnicas que resuelven los sistemas decoordenadas. Ellos
se representan por líneas que sirven para determinar un punto en
el espacio. En los sistemas ortogonales, el valor de la coordenada
norte se representa por una línea que corre en dirección norte-sur
y el valor de la coordenada este se representa, a su vez, por otra
línea en dirección este-oeste, las que al intersectarse determinan la
posición del punto correspondiente.
Las coordenadas geográficas determinan la ubicación del punto
de que se trata, considerando la latitud, que puede ser norte o sur, y
la longitud que, a su vez, puede ser este u oeste, las cuales se miden
en grados, minutos y segundos sexagesimales.
El Código autoriza el uso de coordenadas geográficas, tanto en el
pedimento como en la manifestación, pero a partir de esos trámites
es obligatorio el empleo de coordenadas U.T.M.
Atendida la forma elipsoidal de la tierra, es difícil trasladar o
proyectar su superficie a un plano. Ese objetivo lo consigue el siste-
ma denominado de proyección universal transversal de Mercator o
sistema de coordenadas planas U.T.M.
Es así como la tierra para esta proyección se encuentra dividida
verticalmente en sesenta husos y para proyectarla auna carta geográ-
fica se divide ésta en “cuadrículas”, o sea, en cuadrados cuyos lados
norte-sur y este-oeste corresponden a las respectivas coordenadas
U.T.M. Las líneas norte-sur se denominan ordenadas y para con-
formar las “cuadrículas” forman ángulos rectos con las que corren
este-oeste, que se denominan abscisas.
Las coordenadas U.T.M. se expresan en el sistema decimal, esto
es, en kilómetros, metros, centímetros, etc., y la coordenada norte

76
LA CONCESIÓN MINERA

(ordenada) es de siete dígitos (millones de metros) y la coordenada


este (abscisa), que se mide en esa dirección, es de seis dígitos (cien-
tos de miles de metros), ello debido al punto imaginario en que se
sitúa el origen del sistema y desde el cual se miden.

89. Extensión superficial de la concesión. Su cabida. Sabemos que


la concesión tiene profundidad indefinida dentro de los planos
verticales que la limitan, por lo que para estos efectos su superficie
y cabida dicen relación únicamente con la superficie de la cara
superior de la concesión.
La ley ha dado al concesionario libertad dentro de ciertos límites
para fijar la superficie de la concesión y ha dispuesto que, a su volun-
tad, los lados de la pertenencia o concesión de explotación medirán
cien metros como mínimo o múltiplos de cien metros; y que los de
la concesión de exploración, también horizontalmente, medirán mil
metros como mínimo o múltiplos de mil metros (art. 28).
Aunque ello resulta claro, conviene insistir en que los lados de
la pertenencia y de la concesión de exploración sólo pueden medir
cien o mil metros, respectivamente, o múltiplos de cien o mil y en
ningún caso cifras intermedias.17 Por otra parte, el lado más largo
de la pertenencia no puede exceder de mil metros y la proporción
entre el largo y el ancho no puede ser superior de diez a uno. En
el caso de la concesión de exploración, el lado más largo no puede
exceder de quince mil metros y la proporción entre el largo y el
ancho no puede ser superior de quince a uno. Las medidas son ho-
rizontales y referidas a la proyección U.T.M., y son planas, es decir,
no consideran las sinuosidades del terreno.
En cuanto a la cabida de las concesiones, la ley ha dispuesto
que la cara superior de la pertenencia no podrá comprender más
de diez hectáreas; ni más de cinco mil hectáreas, la de la concesión de
exploración (art. 28).
De lo expuesto se desprende que siendo los lados de la perte-
nencia de cien metros como mínimo y múltiplos de cien metros, la

17
El art. 8º del Reglamento señala en su inciso 2º: “Para los efectos indicados en
el inciso segundo del citado artículo 28 se entiende, en relación con la pertenencia,
que los múltiplos de cien metros son: doscientos, trescientos y así sucesivamente,
de cien en cien metros, hasta un mil metros, inclusive. Para los mismos efectos se
entiende, en relación con la concesión de exploración, que los múltiplos de un
mil metros son dos mil, tres mil y así sucesivamente, de mil en mil metros, hasta
quince mil metros, inclusive”.

77
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

cabida mínima será de una hectárea (100 m x 100 m = 10.000 m2 =


1 há) y la máxima diez hectáreas (100 m x 1.000 m o 200 m x 500 m
= 100.000 m2 = 10 há).
Tratándose de la concesión de exploración, siendo sus lados de mil
metros como mínimo y múltiplos de mil metros, la cabida mínima
será de cien hectáreas (1.000 m x 1.000 m = 1.000.000 m2 = 100 há) y
la cabida máxima cinco mil hectáreas (10.000 m x 5.000 m = 50.000.000
m2 = 5.000 há).18
Hacemos notar que la cabida máxima de la pertenencia en el
Código de 1932 era inferior a la que contempla el Código vigente
(5 há).

90. Objeto de la concesión. La Ley Orgánica y el Código innovaron


sustancialmente en esta materia al señalar que “la concesión minera
tiene por objeto todas las sustancias concesibles que existen dentro
de sus límites” (art. 3º, inc. 1º LOC y art. 26).
El Código de 1932 distinguía para estos efectos entre sustancias
minerales metálicas y sustancias minerales no metálicas y otorgaba al
dueño de pertenencia constituida sobre una sustancia metálica todas
las sustancias metálicas y no metálicas que se encontraren dentro de
sus límites, excepción hecha de las reservadas al Estado, al dueño del
suelo y del carbón; en tanto que al dueño de pertenencia de sustancia
no metálica se le otorgaba sólo la o las sustancias no metálicas que
había denunciado y sobre las cuales había constituido pertenencia.
Esta situación dio origen a la institución de la superposición
legítima de pertenencias. En efecto, siendo el objeto de la perte-
nencia de sustancia no metálica solamente la o las sustancias de esta
naturaleza denunciadas y, por consiguiente, las únicas que podían

18
El citado artículo 8º del Reglamento señala en sus incisos tercero y cuarto:
“En el caso de la pertenencia, su lado más largo no podrá exceder, en ningún
caso, de mil metros y la proporción entre su largo y ancho no podrá ser superior
de diez a uno. Su cara superior no podrá comprender menos de una hectárea ni
más de diez”.
“En el caso de la concesión de exploración, su lado más largo no podrá exceder
de quince mil metros y la proporción entre su largo y ancho no podrá ser superior
de quince a uno. Su cara superior no podrá comprender menos de cien hectáreas
ni más de cinco mil.”
“Las medidas de los lados y las superficies mencionadas en los incisos segundo
y tercero del aludido artículo 28 están referidas a la proyección UTM. También lo
están las superficies a que hacen mención el número 4º del artículo 43, el número
4º del artículo 44 y el artículo 46 del Código.”

78
LA CONCESIÓN MINERA

ser objeto de explotación dentro de los límites de la pertenencia,


el legislador hubo de autorizar la constitución de una o más perte-
nencias superpuestas a la no metálica y cuyo objeto podía ser una
o más sustancias no metálicas, no comprendidas en las que eran
objeto de la pertenencia constituida, o una pertenencia de sustancia
metálica, que al tener por objeto todas las sustancias concesibles no
comprendidas en la pertenencia o pertenencias no metálicas ponía
fin a la posibilidad de otras superposiciones.
Hoy día, al disponer la ley que el concesionario se hace dueño
de todas las sustancias concesibles que existan dentro de sus límites,
imposibilita en absoluto la superposición de pertenencias y así lo declara
explícitamente el artículo 27, que señala que “sobre las sustancias
concesibles existentes en terrenos cubiertos por una concesión mi-
nera no se puede constituir otra”, términos que están prácticamente
copiados del inciso 2º del artículo 4º de la Ley Orgánica.
Como una expresión evidente de su deseo de evitar la superpo-
sición de pertenencias, la ley 19.573 ha impuesto al juez el deber
de vigilancia al respecto, y es así como ha dispuesto agregar al ar-
tículo 27 la siguiente frase final: “El juez velará por la observancia
de esta prohibición”.
Sin embargo, la ley no pudo menos que respetar los derechos adqui-
ridos en virtud de las normas legales que autorizaron la superposición
de pertenencias. Así, el artículo 2º transitorio de la Ley Orgánica señaló
que mantendrán su vigencia las concesiones superpuestas por aplicación
del Código de Minería de 1932 y por disposiciones legales anteriores
a ese Código, salvo las constituidas superpuestas p or el dueño del
suelo sobre rocas, arenas y demás materiales aplicables directamente
a la construcción. Por disposición del artículo 4º transitorio de dicha
Ley, se declaran también válidas las superposiciones originadas por
la aplicación del artículo 2º transitorio del Código vigente y debemos
entender, también, válidas las constituidas en virtud de manifestaciones
anteriores a la vigencia del Código.

91. Relaciones entre pertenencias superpuestas. Como es fácil de


comprender, la superposición de pertenencias provoca problemas
prácticos por coexistir en un mismo lugar derechos de diversos
concesionarios para explotar sustancias minerales diferentes, que
muchas veces se encuentran mezcladas.
El artículo 3º transitorio, que respecto de las pertenencias en
realidad no es tal, dispone que cuando coexistan en un mismo terre-

79
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

no dos o más pertenencias o concesiones administrativas de explotación,19


superpuestas total o parcialmente, sus titulares deberán entregarse
recíprocamente las sustancias que a cada cual correspondan y que
extraigan con ocasión de sus respectivas labores mineras, debiendo
cada explotador soportar los gastos de extracción y siendo de cargo de
cada dueño los gastos e inversiones que demande la separación de sus
minerales de los del explotador; la separación será efectuada por el
explotador en la medida de las necesidades de su producción y de
manera que ésta no sufra perjuicio. Si el dueño se niega a costear
previamente tales gastos e inversiones, perderá el derecho a recla-
mar las sustancias que le correspondan y el explotador las hará suyas
gratuitamente.
Las dificultades que se susciten entre dos o más titulares con
ocasión de la aplicación de las normas anteriores, o con motivo
de sus respectivas labores mineras, serán sometidas a la decisión
de un árbitro de los referidos en el artículo 223, inciso final, del
Código Orgánico de Tribunales, esto es, de un árbitro mixto, que
por ello se deberá atener en cuanto al procedimiento a las reglas
que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del com-
promiso o, en su defecto, a las que se establecen para este caso
en el Código de Procedimiento Civil, pero fallará con arreglo a
derecho. Tratándose de dificultades producidas con motivo de las
respectivas labores, el árbitro deberá preferir aquellas labores de
reconocimiento o explotación que, en conjunto con todas las demás
labores del mismo titular en el mismo yacimiento, revistan mayor
significación económica y social global y fijará el monto y forma de
pago de la indemnización, la que no podrá exceder del doble de lo
invertido en la ejecución de las labores que han sido postergadas.
Dentro de dicha indemnización deberá considerarse el perjuicio
causado por el menor abastecimiento que experimenten las insta-
laciones construidas para beneficiar los minerales que procedan
de las labores postergadas.

19
Se refiere a las concesiones administrativas que autorizaba otorgar la legis-
lación anterior y que se han extinguido en virtud de lo dispuesto en el artículo 2º
transitorio.

80
LA CONCESIÓN MINERA

Párrafo II
CARACTERES JURÍDICOS DE LA CONCESIÓN

92. Generalidades. La naturaleza especial que presentan los yaci-


mientos mineros, unida a la necesidad de obtener por medio de su
adecuada explotación importantes beneficios, no sólo para quienes
los explotan, sino también para la colectividad, le han impreso a
esta rama del derecho y, específicamente, a la concesión minera,
características que la diferencian de otros derechos.
Así, pues, la naturaleza del bien mina y la necesidad de seguridad
jurídica han llevado al legislador a entregarle a la autoridad judicial
la constitución de la concesión, dándole el carácter de derecho
real y protegiéndola con la garantía constitucional de que goza el
derecho de propiedad; se le ha hecho inembargable en determinados
casos y otorgado a la pertenencia duración indefinida, aun cuando la
concesión es condicional, con miras al cumplimiento de su función
social, y divisible, con la intención de facilitar su explotación.
Veremos a continuación someramente las características de la
concesión que hemos delineado.

93. A) Origen judicial. “Las concesiones mineras se constituirán


siempre por resolución judicial”, según así reza el inciso 7º del Nº 24º
del artículo 19 de la Constitución Política, norma que es confir-
mada por la Ley Orgánica, que en su artículo 5º establece que “las
concesiones mineras se constituirán por resolución de los tribunales
ordinarios de justicia, en procedimiento seguido ante ellos y sin in-
tervención decisoria alguna de otra autoridad o persona”. Por su parte,
el Código en su artículo 34 expresa que “las concesiones mineras
se constituyen por resolución judicial dictada en un procedimiento
no contencioso, sin intervención decisoria alguna de otra autoridad
o persona”.
En cuanto a la extinción de la concesión, la Constitución Política
ha dispuesto que “será de competencia exclusiva de los tribunales
ordinarios de justicia declarar la extinción de tales concesiones.
Las controversias que se produzcan respecto de la caducidad
o extinción del dominio sobre la concesión serán resueltas por
ellos; y en caso de caducidad, el afectado podrá requerir de la
justicia la declaración de subsistencia de su derecho” (art. 19
Nº 24º, inc. 8º C.P.).

81
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Lo anterior debe entenderse sin perjuicio de las causales legales


y voluntarias que traen consigo la extinción de las concesiones, a las
cuales nos referiremos más adelante.
Resulta de meridiana claridad la razón que indujo al constitu-
yente a establecer la constitución judicial de la concesión, como así
también la de su extinción; ella no ha sido otra que revestir de la
máxima seguridad el acto de autoridad en cuya virtud nace o expira
el derecho a explotar las minas. El Poder Judicial da garantías de
probidad e imparcialidad en la constitución del título minero, en el
cual muchas veces hay cuantiosos intereses comprometidos.

94. B) Derecho real inmueble. El derecho que emana de la concesión


es real, por cuanto se ejerce sobre una cosa –las sustancias minerales
concesibles que se encuentran dentro de sus límites– sin respecto
a determinada persona y, además, así lo declaran expresamente los
artículos 2º de la Ley Orgánica y del Código.
De acuerdo con lo que dispone el artículo 580 del Código Civil,
los derechos y acciones se reputan muebles o inmuebles, según lo
sea la cosa en que han de ejercerse o que se debe. El derecho real de
concesión se ejerce sobre el inmueble constituido por las sustancias
minerales concesibles que componen el yacimiento que se encuentra
dentro de sus límites, por lo que es un derecho real inmueble, distinto
e independiente del dominio del predio superficial, aunque tengan
un mismo dueño, como lo establecen las disposiciones legales citadas
en el párrafo anterior.
Dichas normas legales no hacen en esta materia sino confirmar
lo que dispone el inciso 6º del Nº 24º del artículo 19 de la Consti-
tución Política, cuando al asignar al Estado ese dominio sobre las
minas, que hemos calificado de “especial”, señala que lo tiene “no
obstante la propiedad de las personas naturales o jurídicas sobre los
terrenos en cuyas entrañas estuvieren situadas”.
Este principio básico del Derecho de Minería ha detenerse siem-
pre presente: existe una separación absoluta entre el dominio sobre
el suelo y el dominio sobre la concesión minera y es tan distinto e
independiente, que cualquier derecho que afecte el dominio del
suelo no afecta al derecho de concesión y viceversa, aunque ambos
sean del mismo dueño.
Hemos tenido oportunidad de señalar que la legislación civil
es supletoria de la minera y hasta hemos avanzado que vemos al
Derecho de Minería como una rama desprendida del Derecho Ci-

82
LA CONCESIÓN MINERA

vil, forzada a ello por las particularidades que presenta la industria


minera. Lo anterior aparece confirmado en el artículo 2º de la Ley
Orgánica, cuando expresa que las concesiones mineras “se rigen por
las mismas leyes civiles que los demás bienes inmuebles, salvo en lo
que contraríen disposiciones de esta ley o del Código de Minería”,
norma que repite el artículo 2º del Código. Las anteriores nociones
las complementan los mismos artículos de ambos cuer pos legales,
cuando afirman que la concesión es oponible al Estado y a cualquier
persona, transferible y transmisible; susceptible de hipoteca y otros
derechos reales y, en general, de todo acto o contrato.
Lo expuesto nos confirma que el Derecho Civil es supletorio del
Derecho de Minería.20

95. B) 1. Inmuebles accesorios. El carácter de derecho real inmue-


ble de la concesión nos lleva a considerar la existencia en materia
minera de otros bienes inmuebles que están destinados a labores
mineras. Nos referimos a los inmuebles accesorios de la concesión, que
el artículo 3º define como “las construcciones, instalaciones y demás
objetos destinados permanentemente por su dueño a la investigación,
arranque y extracción de sustancias minerales”.
Los bienes referidos, inmuebles por adherencia o por destina-
ción, deben cumplir con requisitos estrictos para que puedan ser
considerados inmuebles accesorios. Así, la destinación a los fines
arriba señalados debe ser permanente y hecha por el dueño de la con-
cesión, de modo que si la destinación es temporal o hecha por una
persona distinta del dueño, no estamos frente a inmuebles accesorios
de la concesión, con las consecuencias jurídicas que de ello derivan,
por ejemplo, en materia del alcance de la hipoteca y del privilegio
de la inembargabilidad de la concesión, en cuanto afectan a estos
inmuebles.
Además, la destinación de los inmuebles accesorios debe estar
dirigida a la investigación, en el sentido de búsqueda de minerales;
al arranque, es decir a la separación de los minerales del yacimiento
mismo; o a la extracción, esto es, a la acción de sacar los minerales del
interior de la mina. Cualquiera otra destinación que se dé a estos
inmuebles, como podría ser en la fase de beneficio de los minerales,

20
De ello dejó expresa constancia la Primera Comisión Legislativa en la dis-
cusión del artículo 2º del Código a propósito de la expresión “civiles” que emplea
dicha norma.

83
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

los hace perder su condición de inmuebles accesorios de la conce-


sión, con las consecuencias dichas.

96. B) 2. Minerales. En cuanto a los minerales, podemos decir que


mientras no estén separados del yacimiento, forman el yacimiento
mismo y son inmuebles; separados o “arrancados” del yacimiento,
constituyen bienes muebles, regidos por el derecho común.

97. C) Goza de garantía constitucional. El dominio del titular sobre


su concesión minera está protegido por la garantía constitucional
del derecho de propiedad (art. 19 Nº 24º, inc. 9º C.P.).
Dicha garantía la establece la Constitución, señalando que “Na-
die puede, en caso alguno, ser privado de su propiedad, del bien
sobre que recae o de alguno de los atributos o facultades esenciales
del dominio, sino en virtud de ley general o especial que autorice
la expropiación por causa de utilidad pública o de interés nacio-
nal, calificada por el legislador. El expropiado podrá reclamar de
la legalidad del acto expropiatorio ante los tribunales ordinarios y
tendrá siempre derecho a indemnización por el daño patrimonial
efectivamente causado, la que se fijará de común acuerdo o en sen-
tencia dictada conforme a derecho por dichos tribunales. A falta de
acuerdo, la indemnización deberá ser pagada en dinero efectivo al
contado” (art. 19 Nº 24º, incs. 3º y 4º C.P.).
El dueño de concesión de exploración tiene, entre otros, el
derecho exclusivo a hacer labores de exploración dentro de los lí-
mites de su concesión, y el concesionario de explot ación, a su
vez, tiene también, entre otros, el derecho exclusi vo a explorar,
extraer y apropiarse de las sustancias que son objeto de su concesión.
Ahora bien, ratificando lo dispuesto en la Carta Fundamental, el
artículo 6º de la Ley Orgánica ha señalado que la privación de las
facultades de iniciar o continuar la exploración, extracción y apropia-
ción de las sustancias que son objeto de una concesión minera,
constituye privación de los atributos o facultades esenciales del
dominio de ella.

98. C) 1. Expropiación. De esta manera, cualquier privación de


los atributos mencionados constituye una violación de la garantía
constitucional que protege el derecho de propiedad de la concesión
minera y sólo puede efectuarse tal privación mediante una ley general
o especial que autorice la expropiación por causa de utilidad pública

84
LA CONCESIÓN MINERA

o de interés nacional, calificada por el legislador. En todo caso, el


expropiado puede reclamar de la legalidad del acto expropiatorio ante
los tribunales ordinarios y tendrá siempre derecho a indemnización
por el daño patrimonial efectivamente causado.

99. C) 2. Indemnización del daño. El daño patrimonial efectivamente


causado al concesionario de explotación lo regula la ley, al expresar
que “consiste en el valor comercial de las facultades de iniciar y con-
tinuar la extracción y apropiación de las sustancias que son objeto de
la concesión. A falta de acuerdo, el valor de dicho daño será fijado
por el juez, previo dictamen de peritos. Los peritos, para los efectos
de la determinación del monto de la indemnización, establecerán
el valor comercial de la concesión, calculando, sobre la base de las
reservas de sustancias concedidas que el expropiado demuestre,
el valor presente de los flujos netos de caja de la concesión” (art. 11
Nº 3 LOC).
Por su parte, tanto el concesionario de exploración como el de
explotación deberán también ser indemnizados en caso de expro-
piación de sus facultades de iniciar o continuar la exploración de sus
concesiones, por el daño patrimonial que efectivamente se les haya
causado. Resulta, eso sí, inaplicable la fórmula del Nº 3 del artículo 11
de la Ley Orgánica para el cálculo de la correspondiente indemniza-
ción (arts. 6º y 10 Nº 4 LOC), ya que ella está reservada para el caso
de privación de las facultades de iniciar y continuar la extracción
y apropiación de las sustancias que son objeto de la concesión de
explotación o pertenencia. En tal caso el daño patrimonial efectiva-
mente causado deberá determinarse según las reglas generales.

100. D) Inembargabilidad. Desde muy antiguo, el legislador ha con-


sagrado en favor de los mineros el privilegio de la inembargabilidad
de la concesión minera, como un medio de evitar la paralización de
la explotación de las minas, que inevitablemente traería consigo la
ejecución forzada de una obligación mediante la venta en remate
de la concesión.
El Código ha temperado las normas heredadas de la legislación
hispanoamericana y las contenidas en los primeros Códigos y, al
efecto, si bien ha dispuesto que no se puede embargar ni enajenar
la concesión del deudor, las cosas que se reputan inmuebles accesorios,
ni las provisiones introducidas dentro de sus límites (art. 226), ha
hecho las excepciones que siguen:

85
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

a) Los acreedores hipotecarios pueden embargar la concesión y, con-


secuentemente, enajenarla para hacerse pago de sus acreencias; b) La
concesión es embargable cuando el deudor tiene la calidad de sociedad
anónima, y c) El deudor puede consentir en el embargo y enajenación,
siempre que el consentimiento lo dé en el mismo juicio.
Las razones que se han tenido en vista para morigerar este pri-
vilegio están apuntando, precisamente, en beneficio del deudor, ya
que una concesión inembargable en la práctica no sirve de garantía
para la obtención de créditos, que son tan necesarios para el desa-
rrollo de las faenas mineras.

101. E) Duración indefinida de la pertenencia. Temporalidad de


la concesión de exploración. La Constitución Política delegó en la
Ley Orgánica la fijación de la duración de las concesiones (art. 19
Nº 24º, inc. 7º C.P.), y ésta dispuso que la concesión de exploración
no puede tener una duración superior a cuatro años y que la de ex-
plotación o pertenencia tiene una duración indefinida (art. 17 LOC).
Lo anterior se entiende sin perjuicio de la existencia de causales de
extinción de ambas especies de concesión.
A propósito de la inconveniencia de la concesión administrativa
como institución que regule el derecho a explotar las minas (véase
Nº 40), señalamos como una de sus características más conocidas su
temporalidad y de ahí que el legislador, acertadamente, le haya dado
el carácter de indefinida a la concesión de explotación o pertenen-
cia, aun cuando, según veremos, está sujeta en su subsistencia a una
condición resolutoria.
Para la concesión de exploración, la ley ha dispuesto un período
corto de duración y ello es explicable, si se considera que la finalidad
de esta concesión es la búsqueda de yacimientos mineros median-
te la ejecución de trabajos que por su naturaleza son de duración
limitada. Por otra parte, es de clara conveniencia no inmovilizar
determinados terrenos por muchos años en manos de un solo con-
cesionario que puede no ser diligente en la realización de labores
de exploración.
El Código ha establecido para la concesión de exploración una
duración de dos años, contados desde la dictación de la sentencia cons-
titutiva, pero ha respetado el plazo de duración de cuatro años fijado
por la Ley Orgánica, al permitirle al concesionario solicitar, por una
sola vez, cumpliendo ciertos requisitos, su prórroga por otro período
de hasta dos años, contado desde el término del primero.

86
LA CONCESIÓN MINERA

102. F) Condicionalidad. Tradicionalmente, los derechos mineros


han estado sujetos en su subsistencia al cumplimiento de una condi-
ción. Dicha condición resolutoria del dominio ha tenido expresión
en los denominados regímenes o sistemas de amparo, cuya finalidad
es impulsar las actividades mineras al forzar al concesionario a
cumplir ciertas obligaciones, so pena de pérdida de los derechos
mineros.
Dos son los principales sistemas de amparo: el amparo por el
trabajo, que admite diversas modalidades relacionadas con obliga-
ciones de inversión o producción mínimas, y el amparo por el pago
de una patente o canon.

103. F) 1. Amparo por el trabajo. En su expresión primitiva, consistía


en la obligación del concesionario de mantener una dotación mínima
de trabajadores realizando labores mineras durante un determinado
período en cada año. El sistema se denominó, también, del “pueble”
y el incumplimiento de dicha obligación, o sea, el “despueble”, se
sancionaba con la pérdida del derecho y la adjudicación de la per-
tenencia al denunciante de la infracción.
Tal fue el sistema que rigió en Hispanoamérica durante la vi-
gencia de la legislación dictada para ésta por España, pero, como lo
hemos visto, fue reemplazado en el Código de 1888 por el sistema
de pago de una patente, en atención a los abusos a que dio origen
por la dificultad de control y, en especial, porque las denuncias
de despueble probadas por testigos trajeron una gran inseguridad
jurídica en la propiedad minera.
Así como en nuestra legislación el amparo por el trabajo dio
paso al amparo por la patente, en otras legislaciones la condición
de vigencia de la concesión minera derivó al cumplimiento de
obligaciones que suponen el trabajo, como son las de realizar
inversiones en maquinarias y salarios, o de alcanzar determinados
volúmenes de producción, o ejecutar trabajos de exploración o
explotación, etc.

104. F) 2. Amparo por la patente. Consiste en la obligación impuesta


al concesionario de pagar periódicamente una determinada cantidad
de dinero para conservar en su dominio la concesión.
La patente no es un impuesto o una contribución, sino, simple-
mente, la expresión del ánimo del concesionario de conservar en su
dominio la concesión.

87
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

La patente cumple, en cierto modo, con la finalidadque persiguen


los sistemas de amparo, al inducir a la exploración o explotación de
la mina, como un medio de recuperar el desembolso que constituye
el pago de la patente, y se aviene con la disposición constitucional
en cuanto tiende, al menos indirectamente, “a obligar al dueño de la
concesión a desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el interés
público que justifica su otorgamiento” (art. 19 Nº 24º, inc. 7º C.P.).
Las críticas que se le han formulado al sistema de amparo por la
patente se fundan principalmente en el hecho de que, satisfecho el
pago de la patente, no existen otras obligaciones directas que tiendan
a impulsar la explotación de las minas, lo que facilita la inactividad,
especulación y acaparamiento de concesiones improductivas.
Aparte de que esta crítica podría hacerse extensiva a otros sectores
productivos, debe considerarse que el pago de la suma de dinero que
representa la patente, al menos en cierta medida, mueve al concesio-
nario a poner en actividad su yacimiento. Por otra parte, los sistemas
de amparo basados en el trabajo tienen el grave inconveniente de
entregar al criterio del funcionario administrativo la apreciación
del cumplimiento o incumplimiento de la condición de amparo,
la que queda sujeta a variables de diversa índole, circunstancia que
lleva inseguridad en la conservación de la concesión, con grave
detrimento del desarrollo minero.
Por lo demás, la aplicación práctica del sistema de amparo por
la patente desvirtúa las críticas a que nos hemos referido.

105. G) Divisibilidad limitada. Una de las características más salien-


tes de la concesión ha sido, desde antiguo, su indivisibilidad física,
la que se encontraba fundada en dos razones principales, que no
han perdido actualidad: en primer término, la dificultad material
que existe en hacer una división equitativa de ella, ya que los yaci-
mientos, aparte de encontrarse generalmente en el interior de la
tierra, adoptan formas caprichosas y su calidad no es homogénea
y, en segundo término, la división física de ella conspira contra la
racional explotación de las minas, que requieren para su integral
aprovechamiento de un plan único de trabajo.

106. G) 1. División intelectual. De ahí, entonces, que nuestra legis-


lación minera aceptaba sólo la división intelectual o de cuota de la
concesión, con la sola excepción de la propiedad salitrera, a cuyo
respecto se autorizó la división física, debido a que este mineral

88
LA CONCESIÓN MINERA

se presenta naturalmente en forma de mantos, lo que facilita esa


división.
Sin embargo, debe reconocerse que, en atención a que lo in-
divisible era cada una de las pertenencias que cubrían un mismo
yacimiento, en el hecho, mediante la venta, arrendamiento, cesión
de explotación, etc., de algunas de las pertenencias que componían
un determinado grupo, se producía el efecto no deseado por el
legislador, cual era la explotación de un mismo yacimiento bajo
diferentes direcciones.
La indivisibilidad física de la concesión y la posibilidad de división
intelectual o de cuota de ésta, trajo como consecuencia la creación
de un tipo de sociedad especial minera. Es así como a los hechos que
debieran dar origen a una comunidad sobre una concesión, la ley les
dio un efecto creador diferente, para que en lugar de la comunidad,
que tiende naturalmente a la división de la cosa común y que la ley
prohibía, naciera la denominada “sociedad legal minera”.

107. G) 2. División física. Aunque nuestra legislación sigue proscri-


biendo la comunidad como institución en materia minera, la Ley
Orgánica (art. 4º) introdujo una innovación sustancial en esta materia
al permitir la división física de la concesión, en circunstancias que,
sin dudas, debió proceder en sentido inverso, esto es, reforzando
su indivisibilidad.
Se mantiene también la posibilidad de la división intelectual o
de cuota de la concesión, con las mismas consecuencias jurídicas
que hemos expuesto (art. 29, inc. final), aunque advertimos que
tanto la concesión constituida como la que está en trámite admi-
ten esta división intelectual y que, en cambio, para proceder a la
división física de la concesión es menester que esté constituida
(art. 9º Rglto.).

108. G) 3. Limitaciones a la división física de la concesión. Si se


desea dividir una concesión de exploración y su titular pretende,
dentro de los dos primeros años, prorrogar su duración, deberá pre-
viamente obtener dicha prórroga, cumpliendo con las obligaciones
establecidas en los incisos segundo a quinto del artículo 112 (art. 9º,
inc. 2º Rglto.).
La división física de la concesión tiene, además, un límite en la
ley, ya que cada parte resultante de ella no podrá ser inferior a la
superficie mínima que la concesión pueda tener (art. 4º LOC), y su

89
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

forma, orientación y dimensiones de los lados deben conformarse


a las que el Código señala al respecto en su art. 28 (véase Nº 84).
Cada una de las partes resultantes subsistirá como una concesión
minera (art. 29).

109. G) 4. Procedimiento. La división deberá hacerse en escritura


pública o en testamento y deberá contar con autorización o aprobación
judicial, previo informe del Servicio. Estos instrumentos deberán
indicar las coordenadas U.T.M. de los vértices del perímetro de
cada concesión resultante y señalar la inscripción de la resolución
constitutiva de la concesión y la inscripción de la concesión de que
proceda, si tiene su origen en la división anteriorde otra concesión.21
Se indicará, además, en la escritura o testamento, según fuere el
caso, la inscripción de dominio a favor de la persona que efectúe la
división (art. 29, incs. 1º y 2º).
La escritura pública que contenga cualquier título traslaticio o
declarativo de dominio de una parte de la concesión puede servir
para hacer la división (art. 29, inc. 3º).
El testamento o la escritura y, además, la resolución judicial que
aprueba la división, deberán inscribirse en el Registro de Descubri-
mientos del Conservador de Minas, si se trata de la división de una
concesión de exploración y en el de Propiedad, si se trata de la de
una pertenencia, y tomarse nota de ello al margen de la inscripción
de la sentencia constitutiva de la concesión. Se deberá archivar un
plano de la división, aprobado también por el juez, previo informe
del Servicio (art. 29, inc. 4º).
La división se perfecciona por la inscripción referida (art. 29,
inc. 5º).
Las pertenencias constituidas conforme a la legislación anterior
al Código pueden también ser objeto de división física, pero sólo
una vez inscritas en el Registro Nacional de Concesiones Mineras,
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 6º transitorio. Todas
y cada una de las partes resultantes de la división deberán cumplir
con los requisitos mencionados en el art. 28, con la salvedad de que

21
“Cuando la concesión minera que se desea dividir proceda de otra que se
dividió antes, deberá señalarse, de acuerdo con lo previsto en el inciso 2º del ar-
tículo 29 del Código, la inscripción de la división de la concesión de que proceda,
que se hubiere practicado con arreglo al inciso 4º del mismo precepto” (art. 11
Rglto.).

90
LA CONCESIÓN MINERA

la anotación a que se refiere el inciso 4º se practicará al margen de


la inscripción del acta de mensura (art. 9º, inc. 3º Rglto.).
Finalmente, sólo una vez que la división quede perfeccionada,
puede renunciarse a una o más de las concesiones resultantes de la
división (art. 10 Rglto.).

91
C A PÍ T U L O O C TAVO

CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

Párrafo I
COMPETENCIA Y PROCEDIMIENTO

110. Generalidades. Conviene recordar que, a diferencia del Có-


digo de Minería que le antecedió, la legislación vigente establece
que todas las concesiones se constituirán por resolución judicial en
procedimientos seguidos ante los Tribunales Ordinarios de Justicia,
cualesquiera sean las sustancias concesibles de que se trate.
Sin perjuicio de lo anterior, y como sabemos, las sustancias y yaci-
mientos reservados al Estado pueden ser explotados directamente por
éste o por sus empresas, o por medio de concesiones administrativas
o de contratos especiales de operación, con los requisitos y bajo las
condiciones que el Presidente de la República fije para cada caso,
por decreto supremo.
El Código vigente ha introducido profundas modificaciones al
procedimiento de constitución de la concesión minera, desterran-
do de sus normas anomalías y defectos que eran fuentes de litigios,
dándoles la certeza necesaria, tanto a los derechos mineros en trámite
como a los constituidos, disponiendo al efecto una eficiente publicidad
de las diversas etapas de la constitución del título respectivo.
Por otra parte, se ha agilizado el procedimiento, instándose a la
más pronta constitución de la concesión; se ha acentuado el carácter
activo que tiene el juez ante quien se tramita la concesión; y se han
incorporado a sus disposiciones, modernas técnicas de medición que
le han dado a la concesión en trámite y a la constituida la indispen-
sable precisión en cuanto a su ubicación.

93
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

111. Tribunal competente. De conformidad con lo dispuesto


en el artículo 37, modificatorio del artículo 146 del Código Or-
gánico de Tribunales, es competente para intervenir en la gestión
de constitución de la concesión, el juez de letras en lo civil que
tenga jurisdicción sobre el lugar en que esté ubicado el punto
medio señalado en el pedimento, o el punto de interés indicado en
la manifestación.
Debe tenerse presente que, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 133 del Código Orgánico de Tribunales, la competencia del
juez de letras en lo civil, tanto en el procedimiento no contencioso
de constitución de la concesión como en los juicios que sobreven-
gan, no se altera, aunque los interesados gocen de fuero personal.
Tampoco se altera la competencia por causa sobreviniente si está
radicado el asunto ante el Tribunal competente, según así lo dispone
el artículo 109 del Código citado, salvo el caso de la acumulación de
autos prevista en la Sección 1ª del Título V del Código.

112. Dos o más jueces con igual jurisdicción territorial. Turno. Pue-
de ocurrir que existan dos o más jueces con la misma jurisdicción
territorial, en cuyo caso para determinar la competencia debemos
recurrir al artículo 175 del Código Orgánico de Tribunales, que
dispone que “en las comunas o agrupaciones de comunas en donde
hubiere más de un juez de letras, se dividirá el ejercicio de la juris-
dicción, estableciéndose un turno entre todos los jueces”.22

113. Juez incompetente. Sanción. La tramitación de la concesión ante


juez incompetente adolece de nulidad, que es de carácter procesal,
ya que incide en un asunto judicial, en este caso de carácter no con-
tencioso, nulidad que afecta todo lo obrado desde la presentación
del pedimento y de la manifestación.
Dicha nulidad puede ser declarada sólo durante la tramitación de la
constitución de la concesión y de oficio por el juez incompetente.
En efecto, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 34, salvo
excepciones taxativamente señaladas, la tramitación de la constitu-
ción de la concesión no puede transformarse en contenciosa, de

22
Cuando por disposición de nuestros tribunales superiores de justicia para
la presentacion de los asuntos no contenciosos sea obligatoria su distribución por
la respectiva Corte de Apelaciones, la fecha de la presentación del correspondiente
escrito será la de su recepción en la Corte.

94
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

modo que terceros interesados no se encuentran en condiciones de


reclamar de tal incompetencia en el curso de la tramitación.
Por otra parte, el propio interesado en la constitución de la
concesión está inhabilitado legalmente para impetrar la nulidad
por incompetencia, ya que de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 83 del Código de Procedimiento Civil, “la parte que ha
originado el vicio o concurrido a su materialización o que ha con-
validado tácita o expresamente el acto nulo, no podrá demandar
la nulidad”.
Finalmente, si bien es cierto que de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 822 del Código de Procedimiento Civil, contra la
sentencia constitutiva de la concesión puede entablarse el recurso
de casación en la forma, éste no podría interponerse por la causal
primera del artículo 768 del Código mencionado, que se funda
precisamente en haber sido la sentencia pronunciada por tribunal
incompetente. Lo anterior debido a que de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 86 la sola dictación de la sentencia constitutiva de la
concesión sanea todos los vicios procesales en que se haya incurrido
en la tramitación de la constitución de la concesión, como es el caso
de la incompetencia del Tribunal.23

114. Validez de pedimento y manifestación presentados ante juez


incompetente. Bajo ciertas circunstancias, la ley ha considerado válidos
el pedimento y la manifestación formulados ante juez incompetente,
en atención a que se ha estimado que el error en que ha incurrido
el interesado ha tenido una causa justificada y ha aplicado en estos
casos el aforismo de que “el error común constituye derecho”.
El artículo 38 ha establecido los requisitos que han de cumplirse
para que la presentación de un pedimento o de una manifestación
ante juez incompetente en razón de territorio (competencia relativa),
no afecte su validez. Ha dispuesto, al efecto, que es necesario que el
error se produzca en razón de que en el punto medio indicado en
el pedimento o en el punto de interés señalado en la manifestación,
los respectivos territorios jurisdiccionales no estén clara y debidamente
deslindados por líneas naturales u ostensibles.
Queda claro, entonces, que el error para que sea excusable, debe
fundarse en la imprecisión de los deslindes y no en la ignorancia o

23
Debe considerarse la posibilidad de incompetencia absoluta del juez, en
relación con una eventual nulidad de derecho público (art. 7º C. Pol.)

95
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

desconocimiento de los límites de los respectivos territorios juris-


diccionales.

115. Procedimiento. Reiterando las normas constitucionales, las con-


tenidas en la Ley Orgánica y otras del mismo Código, el artículo 34
señala que la concesión minera se constituye en el procedimiento
judicial no contencioso o voluntario, sin intervención decisoria alguna
de otra autoridad o persona.
Como sabemos, por disposición del artículo 817 del Código
de Procedimiento Civil, el procedimiento no contencioso es aquel
que según la ley requiere la intervención del juez y en que no se
promueve contienda alguna entre partes.
Se aplican a este procedimiento las normas especiales que contiene
al respecto el Código y, en su defecto, las contenidas en el Código
de Procedimiento Civil para los negocios no contenciosos, con ex-
cepción de los artículos 823, por disposición expresa del artículo 34,
y 824 y 826, por ser materias reguladas en el Código.
El procedimiento no puede transformarse en contencioso, no le es
aplicable lo dispuesto en el artículo 92 del Código de Procedimiento
Civil, que trata de la acumulación de autos, y toda cuestión que se sus-
cite durante su tramitación se debe sustanciar en juicio separado, sin
suspender su curso. Hacen excepción a esta norma, solamente:
a) Las oposiciones a la solicitud de mensura (arts. 61 a 69);
b) El incidente a que puede dar origen la obligación de dar curso
progresivo a los autos (art. 70), y
c) La oposición a la constitución de la concesión (art. 84).
Promovida la cuestión, el interesado podrá solicitar que se anote
la existencia del juicio al margen de la inscripción del pedimento o
de la manifestación (art. 13 Rglto.).
Finalmente, el juez está facultado para corregir de oficio los erro-
res que observe en la tramitación, salvo que se trate de actuaciones
viciadas en razón de haberse realizado fuera del plazo fatal indicado
por la ley (art. 34, inc. 2º).

116. Fases en que se divide el procedimiento de constitución de la


concesión de exploración y de la concesión de explotación o perte-
nencia. El procedimiento para constituir la concesión de exploración
difiere del procedimiento para constituir la pertenencia; sin embargo,
en algunas de sus etapas los procedimientos son semejantes, por lo
que los trataremos en conjunto para ahorrarnos repeticiones.

96
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

En la constitución de la concesión de exploración, podemos


distinguir tres fases, a saber:
a) Pedimento.
b) Solicitud de sentencia, y
c) Sentencia.
Por su parte, en la constitución de la pertenencia, también dis-
tinguimos tres fases, a saber:
a) Manifestación.
b) Mensura, y
c) Sentencia.
Trataremos conjuntamente las etapas del pedimento y manifes-
tación, por una parte, y las etapas de sentencia, por la otra.

Párrafo II
EL PEDIMENTO Y LA MANIFESTACIÓN

117. Iniciación del trámite judicial. Escrito de pedimento y de


manifestación. El procedimiento de constitución de la concesión
minera se inicia con un escrito que para la concesión de explora-
ción se denomina pedimento y, para la pertenencia, manifestación
(art. 35).
Podemos definir el pedimento como el escrito en cuya virtud el
peticionario solicita del juez que declare constituida en su favor una
concesión de exploración en un terreno determinado.
Por su parte, la manifestación es el escrito en cuya virtud el mani-
festante solicita al juez que declare constituida en su favor una o más
pertenencias en un terreno determinado.
Tanto el escrito de pedimento como el de manifestación de-
berán cumplir con las formalidades de todo escrito judicial, por
lo que tendrán una suma que contendrá simplemente las palabras
“pedimento” o “manifestación”, la indicación abreviada del tribu-
nal a quien se dirige y el contenido mismo del escrito al que nos
referiremos más adelante, para finalizar con la parte petitoria que
expresará resumidamente lo que se solicita.

118. No es necesario patrocinio de abogado. Como sabemos, salvo las


excepciones legales, toda presentación judicial debe ser patrocinada por
abogado habilitado para el ejercicio de la profesión (Ley 18.120).

97
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Pues bien, en este evento estamos frente a uno de esos casos


de excepción establecidos por la ley, en atención a la necesidad de
facilitar la presentación de los escritos de pedimento y manifesta-
ción, ya que quien primero los presenta goza de preferencia en la
constitución de la concesión.
La exención de esta obligación se ha hecho extensiva al escrito en
que se subsanen los defectos de que pueda adolecer el pedimento o
la manifestación. En la primera presentación posterior a las mencio-
nadas, debe cumplirse con la designación de abogado (art. 36).

119. Agencia oficiosa. Con el único ánimo de facilitar la presen-


tación al juzgado de los escritos de pedimento o manifestación, se
ha autorizado a cualquiera persona para pedir o manifestar a nombre
de otro sin sujetarse a las disposiciones del artículo 6º del Código de
Procedimiento Civil. Dicha norma al admitir la comparecencia al
juicio de una persona que obre sin poder en beneficio de otra, le
exige garantía de que el interesado aprobará lo obrado por el agente,
la calificación por el juez de las circunstancias y de la garantía y la
fijación de plazo para ratificar.
En esta agencia oficiosa minera, el artículo 39 sólo exige que
el interesado ratifique ante el secretario lo obrado por el agente,
dentro del plazo de treinta días, contado desde la presentación del
pedimento o la manifestación.

120. Concepto de terreno pedido y terreno manifestado. Uno de los


defectos más graves de que adolecía el Código de 1932 lo constituía
la imprecisión del concepto y ubicación del terreno manifestado,
imprecisión que se trasladaba también al trámite de solicitud de
mensura que le seguía. Lo anterior generaba grandes problemas
e injusticias, por cuanto manifestaciones que abarcaban enormes
extensiones permitían, por su vaguedad, que la superficie cubierta
por ellas se desplazara hacia diferentes lugares a voluntad del ma-
nifestante y entrara en conflicto con manifestantes de estos otros
terrenos, todo lo cual devenía en larguísimos y costosos juicios, con
evidente detrimento de la explotación minera.
El Código vigente se propuso desterrar de raíz estas anomalías,
dándoles fijeza en el terreno, tanto a los derechos en trámite como
a los constituidos, y es así como exige para los escritos de pedimen-
to y manifestación la precisión de su “punto medio” en el primero
y de su “punto de interés” en el segundo. Para ello deben señalarse

98
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

sus coordenadas geográficas o las U.T.M. e indicarse, entre otras


menciones, la superficie expresada en hectáreas de la cara superior
de la concesión.
Por otra parte, la ley ha definido el terreno pedido y el terreno manifes-
tado, como el comprendido dentro de un cuadrado trazado imagina-
riamente en el plano horizontal, cuyas diagonales se cortan en el punto
medio o en el punto de interés, en su caso, y cuyo perímetro encierra
exactamente la superficie pedida o la manifestada, en su totalidad.
Dos de los lados de este cuadrado tienen orientación U.T.M. norte-
sur (art. 46, inc. 1º).
El terreno pedido y el terreno manifestado no sólo pueden tener la
forma de un cuadrado, que bien puede no acomodarse a la que el
interesado quiera darle en consideración al modo en que desea
hacer la exploración o a la orientación presunta del yacimiento, y,
por ello, tanto el peticionario como el manifestante pueden optar
porque el terreno pedido o el manifestado sea el comprendido en
un rectángulo, trazado imaginariamente en el plano horizontal, cuyas
diagonales se cortan en el punto medio o en el punto de interés, en su caso.
Para estos efectos, el interesado debe señalar en el pedimento o en
la manifestación la longitud de sus lados y cuáles de éstos tendrán
la orientación U.T.M. norte-sur. El largo y el ancho no podrán tener
una relación superior de cinco a uno (art. 46, inc. 2º).24
Pues bien, conociendo las coordenadas de tales punto medio o
punto de interés y la superficie pedida o manifestada, y la longitud
y orientación de los lados del rectángulo, en su caso, se puede saber
con absoluta precisión cuáles son los límites de la concesión de explo-
ración que se solicita o de la pertenencia o grupo de pertenencias
que se manifiesta, desapareciendo así toda incertidumbre respecto
de la ubicación del pedimento y de la manifestación.
En los trámites siguientes de constitución del título, ya sea en la
solicitud de sentencia de la concesión de exploración, ya en la solici-
tud de mensura y en la mensura de la pertenencia, los peticionarios
y manifestantes no podrán ocupar terrenos situados fuera de los límites del
pedimento o de la manifestación y, por consiguiente, tampoco los
podrá ocupar la concesión constituida.

24
Cuando el terreno pedido o manifestado adopta la forma de un rectángulo,
la ley ha dispuesto que la relación entre el largo y el ancho no sea superior de cinco
a uno, para evitar que el rectángulo adopte una forma alargada, que se preste a
abusos en perjuicio de terceros.

99
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Por último, la ley ha exigido, innovando en esta materia, que


tanto el terreno pedido como el manifestado tengan una orientación
uniforme, la orientación U.T.M. norte-sur, que será también, obviamente,
la orientación de la concesión de exploración o de la pertenencia
o pertenencias que se constituyan en los terrenos pedidos y mani-
festados, respectivamente.

121. Requisitos del pedimento. El pedimento debe contener las


siguientes menciones, según así lo dispone el artículo 43:
1º. Individualización. Si el peticionario es persona natural, debe-
rán indicarse el nombre, la nacionalidad, el domicilio, la profesión
u oficio y el estado civil. Si el peticionario es una persona jurídica,
bastará con indicar a su respecto el nombre, nacionalidad y el
domicilio. Además, deberán indicarse el nombre, la nacionalidad,
el domicilio, la profesión u oficio y el estado civil de la persona
que haga el pedimento a nombre de otra, sea ésta persona natu-
ral o jurídica, y lo haga como apoderado o agente oficioso. Si son
varios los peticionarios, cada uno deberá individualizarse en los
términos señalados y, en tal caso, debe tenerse en consideración
que al inscribirse el pedimento nacerá una sociedad legal minera
de la cual los peticionarios serán socios en la proporción que se
indique en el pedimento y, si nada se dice en éste, lo serán por
iguales partes.
2º. Ubicación. La indicación de las coordenadas geográficas o
U.T.M. que correspondan al punto medio de la cara superior de la
concesión pedida, con precisión de segundo o de diez metros, respec-
tivamente.25-26 El Reglamento agrega en su artículo 14 la exigenciade
que se indique la provincia en que se encuentra el punto medio.
No es necesario indicar la o las sustancias minerales que serán
objeto de exploración, porque pueden serlo todas las sustancias
concesibles que existan dentro de los límites de la concesión de
exploración.

25
El art. 17 del Reglamento señala que las precisiones de segundo, de diez
metros o de centímetros exigidas en esta disposición son solamente las mínimas y,
por tanto, el interesado puede señalar las coordenadas con mayor precisión.
26
El art. 16 del Reglamento contempla la forma como deben entenderse refe-
ridas al correspondiente Datum, las coordenadas U.T.M. dadas para el pedimento
y la manifestación y actuaciones y tramitaciones posteriores.

100
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

3º. Nombre. El nombre que se da a la concesión de exploración


que se solicita. Existe amplia libertad para dar a la concesión el
nombre que se desee.
4º. Superficie. La superficie, expresada en hectáreas, que se desea
comprenda la cara superior de la concesión. La superficie no podrá
exceder de cinco mil hectáreas.
Sobre este particular nos remitimos a lo ya expresado en el Nº 89
de esta obra.
Debe tenerse presente que en cada pedimento sólo podrá solicitarse
una concesión de exploración, lo que no es obstáculo,naturalmente,
para que el mismo peticionario presente el número de pedimentos
que desee, ya sea en terrenos colindantes o en cualesquiera otros.
Finalmente, en la parte petitoria del escrito de pedimento se
solicitará que se tenga por formulada la petición de concesión de
exploración y se la declare constituida, previos los trámites legales.

122. Preferencias que otorga la fecha de presentación del pedimento.


La fecha de presentación del pedimento juega un importantísimo
papel en la preferencia para ejercitar los derechos emanados de la
concesión de exploración frente a otra concesión de exploración,
y en la preferencia para constituir pertenencia.
1. En relación con el ejercicio de los derechos emanados de la
concesión de exploración, puede señalarse que lafecha de presentación
del pedimento cobra importancia, cuando sobre todo o parte del
terreno cubierto por el pedimento se ha efectuado un pedimento
posterior y se ha llegado a constituir una concesión sobre él. En este
caso, si bien el peticionario no puede oponerse a esa constitución,
ésta, por mandato de la ley, no afecta los derechos emanados de la
concesión de exploración que él constituya o haya constituido en base
a su pedimento anterior, sin perjuicio de la acción de nulidad de la
concesión del Nº 8º del artículo 95 (art. 58).
2. Por otra parte, la fecha de presentación del pedimento le
da al peticionario preferencia para llegar a constituir pertenencia
en el terreno pedido sobre todo manifestante de dicho terreno de
fecha posterior a su pedimento, siempre que en la correspondiente
manifestación haga uso el peticionario del derecho de que dicha
manifestación tenga la misma fecha del pedimento (arts. 41, inc. 2º
y 44 Nº 5º).

101
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

123. Requisitos de la manifestación. La manifestación debe contener


las siguientes menciones, según así lo dispone el artículo 44:
1º. Individualización. Si el manifestante es persona natural, deberán
indicarse el nombre, la nacionalidad, el domicilio,la profesión u oficio
y el estado civil. Si el manifestante es una persona jurídica, bastará
con indicar a su respecto el nombre, la nacionalidad y el domicilio.
Además, deberán indicarse el nombre, la nacionalidad, el domicilio,
la profesión u oficio y el estado civil de la persona que haga la manifes-
tación a nombre de otra, sea ésta persona natural o jurídica, y lo haga
como apoderado o agente oficioso. Si son varios los manifestantes,
cada uno deberá individualizarse en los términos señalados y, en tal
caso, debe tenerse en consideración que al inscribirse la manifestación
nacerá una sociedad legal minera de la cual los manifestantes serán
socios en la proporción que se indique en la manifestación y, si nada
se dice en ésta, lo serán por iguales partes.
2º. Ubicación. La ubicación del punto de interés, mediante la indi-
cación de la provincia en que está situado y sus coordenadas geo-
gráficas o las U.T.M., con precisión de segundo o diez metros, res-
pectivamente.27
Con el fin de facilitar la redacción de este escrito al minero de
escasos recursos, para quien puede ser difícil determinar en coor-
denadas el punto de interés, el inciso 2º del artículo 45 dispone que
cuando la superficie total del grupo de pertenencias solicitado en
la manifestación no exceda de cien hectáreas, la ubicación del punto
de interés podrá describirse indicando sus señales más precisas y
características, el nombre del predio o del asiento mineral en que
se encuentra y el de la provincia en que está situado.
El Reglamento agrega en su artículo 19 que en este último caso
si el manifestante señalare, además, las coordenadas del punto de
interés, se estará sólo a éstas para todos los efectos de la ubicación
de dicho punto.
No es necesario indicar la o las sustancias minerales concesibles
sobre que recae la manifestación, ya que en el objeto de la perte-
nencia están comprendidas todas éstas.
3º. Número y nombre. El número de pertenencias que se solicita y
el nombre que se da a cada una de ellas.

27
Ver notas 25 y 26.

102
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

Al respecto, existe libertad para darle a la pertenencia el nombre


que se desee.
4º. Superficie. La superficie, expresada en hectáreas, que se desea
comprenda la cara superior de cada pertenencia. La superficie total
del grupo de pertenencias solicitadas en una manifestación no podrá
exceder de mil hectáreas.
Sobre el particular, nos remitimos a lo ya expresado en el Nº 89
de esta obra.
Hacemos presente que la limitación de la superficie total del
grupo de pertenencias es la expresión del deseo del legislador de
evitar manifestaciones de grandes superficies, como las de antaño,
aunque en el hecho el mismo manifestante puede presentar el nú-
mero de manifestaciones que desee en terrenos colindantes o en
cualesquiera otros.
5º. Concesión de exploración anterior. En su caso, la circunstancia
de hacerse en uso del derecho que otorga una concesión de explo-
ración, cuyo nombre debe señalarse en el escrito.
La manifestación contendrá este requisito solamente si se hace
en uso del derecho que otorga el inciso 2º del artículo 41 y que
consiste en establecer como fecha de presentación de la manifesta-
ción la fecha en que se presentó el pedimento que dio origen a la
concesión de exploración.

124. Requisitos que deben cumplirse para que la manifestación


tenga la misma fecha del pedimento. Para que el manifestante goce
de este derecho, es menester que se cumplan diversos requisitos,
a saber:
a) Que el manifestante sea dueño de una concesión de explo-
ración, constituida y vigente (art. 15 Rglto.);
b) Que se exprese en el escrito de manifestación, precisamente,
que ésta se hace en uso del derecho que otorga la concesión de
exploración (art. 15 Rglto.);
c) Que se indique en el escrito de manifestación el nombre de
la concesión de exploración de que se trata (art. 18 Rglto.);
d) Que se acompañe copia autorizada de la inscripción de la
sentencia constitutiva de la concesión de exploración, con todas sus
anotaciones marginales y subinscripciones. Si la concesión hubiera

103
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

sido transferida o transmitida, se acompañará copia autorizada de


la inscripción de dominio que esté vigente (art. 18 Rglto.), y
e) Que el terreno manifestado esté comprendido dentro de los
límites de la concesión de exploración.
Concurriendo estos requisitos, la fecha de la manifestación será la
fecha del pedimento respectivo, con toda la importancia que ello tiene
para los efectos de la preferencia para constituir el título.
Cabe señalar que el terreno ocupado por la concesión de explo-
ración puede ser objeto de una o más manifestaciones, pero sólo
tendrán la fecha del pedimento las que no se superpongan a otras
del mismo concesionario.

125. Preferencia que otorga la fecha de la presentación de la mani-


festación. Presunción de descubridor. La ley le otorga preferencia para
constituir la pertenencia a quien primero presente la manifestación
(art. 5º LOC y art. 41, inc. 1º).28-29
Sin embargo, este derecho preferente debe entenderse que
existe sólo en relación con los manifestantes posteriores del mismo
terreno o de parte del mismo, y con los peticionarios posteriores del
total o parte del terreno manifestado. Obviamente, la preferencia
no tiene aplicación tratándose de pertenencias o de concesiones de
exploración originadas en pedimentos anteriores, ya constituidas en
el terreno manifestado.
La Ley Orgánica, en su artículo 5º inciso 3º, señala que “Se ten-
drá por descubridor a la persona que primero inicie el trámite de
constitución de una concesión minera respecto de una extensión
territorial no amparada por una concesión minera vigente...”.
Por su parte, el Código reitera los conceptos anteriores en el inciso 3º
del artículo 41, tratando de corregir un error de la Ley Orgánica y, al
efecto, hace aplicable sólo al manifestante el concepto de descubridor,
ya que quien formula un pedimento nada ha descubierto y, por otra
parte, silencia la poco feliz expresión “extensión territorial”.
28
Entendemos que cuando la Ley Orgánica Constitucional y el Código hablan
de “quien primero presente la manifestación”, están comprendiendo en este con-
cepto a aquel manifestante que hace uso del derecho que otorga una concesión
de exploración, y cuya manifestación toma la fecha de presentación del pedimento
que dio origen a la concesión.
29
En lo sucesivo, cuando hablemos del primer manifestante, estaremos ha-
ciendo alusión también al que se tenga por anterior por aplicación del inc. 2º del
art. 41.

104
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

Hemos dicho que uno de los grandes logros del nuevo Código
ha sido darles certeza y fijeza en el terreno a los derechos mineros.
Se desligó el concepto de descubridor del de hallazgo mismo del
yacimiento y al primer manifestante, que es a quien se le tiene por
descubridor, no se le pide describir el hallazgo que ha hecho, sino
el punto de interés, descripción ésta que no tiene relación con el
descubrimiento del yacimiento. De este modo, nadiepuede reclamar
la calidad de descubridor por haber encontrado la mina, sino única-
mente por haber sido quien primero presentó la manifestación.
Al haber señalado, pues, la ley que el primer peticionario tiene
preferencia para constituir la concesión de exploración y que tam-
bién la tiene el primer manifestante para constituir la pertenencia,
la presunción legal de descubridor que emana de est a última pre-
ferencia pierde importancia en la práctica y sólo la conserva en las
llamadas “acciones de mejor derecho a un descubrimiento”, a que
nos referiremos a continuación, en cuanto, mediante su ejercicio,
el pedimento o la manifestación, en su caso, se entienden hechos
por personas distintas de las que aparecen como peticionarios o
manifestantes.

126. Acciones de mejor derecho a un descubrimiento. Como lo he-


mos dejado establecido, el objeto de estas acciones es obtener que
el pedimento o la manifestación se entiendan hechos por quienes
las ejercitan y no por quienes aparecen como peticionarios o mani-
festantes (arts. 5º LOC y 41, inc. 3º). Ellas son tres:
a) El hecho de que haya habido fuerza o dolo para anticiparse a
presentar pedimento o manifestación;
b) El hecho de que haya habido fuerza o dolo para retardar la
presentación del pedimento, o la manifestación del que realmente
descubrió primero.
En ambas situaciones estamos ante casos de dolo extracontrac-
tual o delictual, y
c) El hecho de que una persona presente pedimento o manifes-
tación sobre terrenos respecto de los cuales ejecuta trabajos de minería
por orden o encargo de otra.
Estamos frente al caso del mandatario alzado.

127. Procedimiento, plazo y resultado de la acción. La acción de


mejor derecho a un descubrimiento se tramita por el procedimiento

105
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

sumario (art. 233), en juicio separado, y el plazo para entablarla es


de tres meses, contado desde la publicación del pedimento o la mani-
festación (art. 42).
El resultado de la acción, en el evento de que sea acogida, en
los tres casos que hemos mencionado, será que el pedimento o la
manifestación, según corresponda, se entenderá hecho en favor de
quien ejercita la acción (art. 41, inciso final).

128. Validez del pedimento y manifestación que comprenden te-


rrenos ya manifestados o ya pedidos. La circunstancia de que un
pedimento o una manifestación abarquen indistintamente terrenos
manifestados o pedidos con anterioridad, no afecta a la validez de
ese pedimento o manifestación, sin perjuicio de los derechos prefe-
rentes a que haya lugar (art. 40 y art. 14, inc. 1º Rglto.).
La razón de la disposición no es otra que evitar que, mediante
pedimentos o manifestaciones sucesivos, se mantenga la preferencia
para constituir la concesión, sin que en definitiva se constituya. Sien-
do válido el pedimento o manifestación posterior sobre el terreno
manifestado o pedido, de abandonar el primer peticionario o primer
manifestante la constitución de su título, perderá su preferencia
en beneficio del peticionario o manifestante posterior, quien, a su
respecto, pasará a ser primer peticionario o primer manifestante.

129. Generalidades acerca de la tramitación del pedimento y de la


manifestación. Hacemos notar como característica de esta tramita-
ción el deseo del legislador de instar a la más pronta constitución
del título y de ahí que las actuaciones que señala la ley con ese fin
estén encadenadas por plazos fatales y, en consecuencia, la posibi-
lidad de ejercer el derecho o la oportunidad para ejecutar el acto
se extinguen al vencimiento del respectivo plazo (art. 64 Código
de Procedimiento Civil). Asimismo, para que esos plazos corran
siempre, se ha dispuesto, teniendo en consideración el carácter no
contencioso de la gestión, que éstos se cuenten a partir de la fecha
de las respectivas resoluciones y no desde su notificación.
Persiguiendo análoga finalidad, el legislador asigna un papel
activo al juez, a quien no se le imponen iniciativas, sino que se lo
hace aparecer como un colaborador del minero.

130. Precauciones para asegurar la preferencia. Presentado el escrito


de pedimento o de manifestación al juzgado, el secretario deberá

106
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

poner en él certificado de día y hora de su presentación; tomará nota


en un registro numerado que llevará al efecto, y dará recibo a la persona
que lo hubiere presentado, si se lo pide (art. 47).
De esta manera, la ley asegura la fecha y hora de presentación de
este escrito, circunstancia que, como sabemos, es decisiva para los
efectos de determinar la preferencia para constituir la concesión.

131. Examen del pedimento y la manifestación. Resolución judicial.


En cumplimiento del papel activo que asume en la tramitación de
la constitución de la concesión, el juez debe examinar el pedimento
y la manifestación para determinar si cumplen con lo dispuesto
en el artículo 43, en el caso del pedimento, o en los artículos 44 y
45, en el caso de la manifestación, disposiciones que establecen los
requisitos que deben tener estos escritos.
Si el pedimento y la manifestación cumplen con los requisitos
establecidos en las disposiciones citadas, el juez ordenará la inscripción
y publicación de ellos (art. 48).
A la inversa, si no los cumplen, el juez señalará determinadamen-
te sus defectos y ordenará que el solicitante, o cualquiera de ellos
si fueren varios,30 los subsane dentro del plazo de ocho días, contado
desde la fecha de la resolución, subsistiendo para todos los efectos
legales la fecha de la presentación primitiva. Subsanados los defec-
tos dentro del plazo, el juez debe dictar la resolución ordenando la
inscripción y publicación del pedimento o manifestación.
Si los defectos no se subsanan dentro de plazo, se tendrá por no
hecho el pedimento o la manifestación e igual ocurrirá si, tratándose
del primero, se omite indicar las coordenadas del punto medio de la
concesión de exploración pedida o si, tratándose de la segunda, se
omite indicar las coordenadas del punto de interés, o sus señales más precisas
y características, si se trata en este último caso de una manifestación
cuya superficie sea inferior a 100 hectáreas (art. 49).
El plazo de ocho días indicado es fatal, de días corridos y se cuenta
desde la resolución que ordena subsanar los defectos.
Hacemos notar que el peticionario o manifestante no puede
subsanar, esto es, modificar de modo alguno, los errores o impreci-
siones en que incurra al indicar las coordenadas del punto medio

30
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia de que la expresión “solici-
tante o cualquiera de ellos” comprende al peticionario, manifestante, mandatario,
agente oficioso, apoderado y abogado patrocinante.

107
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

o del punto de interés; ellas son inmodificables (art. 49, inc. final).
De no existir esta disposición, mediante correcciones de dichas
coordenadas se habría podido cambiar la ubicación del terreno
pedido o del terreno manifestado. Insistimos en que éstas quedan
definitivamente fijadas al momento de presentar los escritos de
pedimento o manifestación al juzgado.

132. Inscripción y publicación. La resolución recaída en un pedi-


mento o manifestación correctos, o con defectos que se subsanaron
oportunamente, será: “inscríbase y publíquese”.
Para practicar la inscripción, el secretario debe dar copia autori-
zada del pedimento o de la manifestación, del certificado de día y
hora de su presentación al juzgado y de la resolución que ordena
su inscripción y publicación.31 Si estos escritos tenían defectos, se
incluirán, además, el decreto que ordena subsanar defectos y el
escrito en que se haya cumplido con lo ordenado (art. 50).
La inscripción del pedimento o de la manifestación puede ser
requerida por cualquier persona y consistirá en la transcripción
íntegra de la copia autorizada arriba aludida, en el Registro de Des-
cubrimientos del Conservador de Minas respectivo. De acuerdo con
lo dispuesto en el artículo 232, Conservador de Minas competente
es aquel en cuyo territorio está ubicado el punto medio o el punto de
interés, según se trate de un pedimento o de una manifestación.32 Se
hará una sola inscripción, cualquiera sea el número de pertenencias
solicitadas en la manifestación (art. 102 Rglto.).
La publicación se hace por una sola vez y comprende copia íntegra
de la inscripción.
La ley ha dispuesto que esta publicación se haga en el Boletín
Oficial de Minería. También en dicho Boletín se efectuarán las demás
publicaciones que ordena el Código y su Reglamento.33

31
De acuerdo con el art. 93 del Reglamento, la copia autorizada del pedimento
o de la manifestación puede consistir en una copia o fotocopia del respectivo escrito
o instrumento, autorizada por el secretario del Tribunal, en la cual se transcribirán,
cuando sea procedente, las demás actuaciones pertinentes.
32
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia de que la frase “transcripción
íntegra” no significaba la invalidación de la inscripción por errores de poca monta,
a menos que induzcan a equivocaciones que produzcan perjuicios a terceros.
33
De acuerdo con el art. 238, el Boletín Oficial de Minería constituye un
suplemento del Diario Oficial; sin embargo, esta norma se encuentra suspendida
en su vigencia por el art. 4º transitorio y art. 2º transitorio del Reglamento del
Código, por lo que continúan vigentes, respecto de la edición del Boletín Oficial

108
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

La inscripción y publicación deberán hacerse dentro del pla-


zo fatal de treinta días, contado desde la resolución que las ordena
(art. 52).34

133. Tasa de pedimento y de manifestación. La obligación de pagar


una tasa a beneficio fiscal por cada pedimento y cada manifestación
es una novedad en la legislación minera. Se funda en el deseo de
darle una mayor seriedad a este trámite y, conjuntamente con otras
medidas, impedir o dificultar pedimentos y manifestaciones que
abarquen grandes superficies, con finalidades especulativas.
La tasa es a beneficio fiscal, se expresa en centésimos de unidad tribu-
taria mensual y se calcula por hectárea completa, pedida o manifestada,
según el caso. Está concebida en tramos, que se escalonan de menor
a mayor monto y en donde debe ubicarse el número de hectáreas
pedidas o manifestadas, por lo que por cada una de las hectáreas se
paga el mismo valor. La escala de la tasa contempla mayores montos
tratándose de la manifestación que del pedimento.
El monto de la tasa por cada hectárea completa solicitada en el
pedimento, será: 1º. Medio centésimo, si la superficie total pedida no
excede de trescientas hectáreas; 2º. Dos centésimos, si la superficie
excede de trescientas y no sobrepasa mil quinientas hectáreas; 3º.
Tres centésimos, si dicha superficie excede de mil quinientas y no
sobrepasa tres mil hectáreas, y 4º. Cuatro centésimos, si esa superficie
excede de tres mil hectáreas (art. 51).
El monto de la tasa por cada hectárea completa solicitada en la
manifestación, será: 1º. Un centésimo, si la superficie total manifestada
no excede de cien hectáreas; 2º. Dos centésimos, si esa superficie
excede de cien y no sobrepasa trescientas hectáreas; 3º. Cuatro
centésimos, si dicha superficie excede de trescientas y no sobrepasa
seiscientas hectáreas, y 4º. Cinco centésimos, si esa superficie excede
de seiscientas hectáreas (art. 51).

de Minería, las disposiciones contenidas en los artículos 222 y 242 del Código de
Minería de 1932 y en el Título IX del Reglamento de dicho Código.

34
El artículo 101 del Reglamento prohíbe al Conservador inscribir el pedi-
mento y la manifestación si se le requiere la inscripción transcurridos treinta días,
contados desde la resolución judicial que la ordena.

109
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

134. Plazo y lugar de pago de la tasa. La tasa se paga por una sola
vez, dentro de los treinta días siguientes a la fecha de la presentación
del pedimento o a la fecha de la presentación de la manifestación en
el juzgado.
El plazo referido es fatal y de días corridos, contándose desde la
presentación de los respectivos escritos.
El pago puede hacerse en cualquier banco o institución autoriza-
dos para recaudar tributos. El comprobante respectivo debe indicar,
además, el juzgado, el rol del expediente y el nombre de la concesión
o concesiones (art. 51).

135. Derechos que otorgan el pedimento y la manifestación inscri-


tos. De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 53 y 108, ellos son
los siguientes:
1. La inscripción del pedimento le da a su titular el derecho de
efectuar todos los trabajos necesarios para constituir la concesión de
exploración (art. 53, inc. 1º). Dichos trabajos son los relacionados
fundamentalmente con la ubicación de la futura concesión.
2. La inscripción de la manifestación otorga a su titular cuatro de-
rechos principales, a saber:
a) Realizar los trabajos necesarios para reconocer la mina;
b) Efectuar todos los trabajos necesarios para constituir la per-
tenencia;
c) Hacerse dueño de las sustancias concesibles que necesite arran-
car con motivo de esos trabajos (art. 53), y
d) Derecho a no ser perturbado en estos trabajos por el dueño de
una concesión de exploración, cuyo pedimento sea posterior a la
manifestación (art. 108, inc. 2º).
El legislador ha querido facilitar el ingreso del minero al predio
superficial con el objeto de que reconozca lo descubierto, por lo cual
debe entenderse autorizado para realizar labores mineras menores que
le permitan apreciar calidad y rumbos del yacimiento. Además,
le da derecho a hacerse dueño de las sustancias concesibles que
necesite extraer con motivo de esos trabajos de reconocimiento.
También y en relación con el anterior derecho, le faculta para
ejecutar los trabajos necesarios para constituir el título, que son,
principalmente, los relacionados con la medición de la futura
pertenencia.

110
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

135 bis. Obstáculos al ingreso. Fuerza pública. Si el dueño del predio


superficial o cualquiera persona pone obstáculos a la realización de
estos trabajos, el juez deberá autorizar el auxilio de la fuerza pública,
siempre que exista informe favorable del Servicio.35
Con el objeto de evitar abusos en el ejercicio del derecho de efec-
tuar trabajos de reconocimiento y que a pretexto de ellos se hagan
trabajos de explotación en concesión ajena, la Ley 18.941 modificó
el inciso final del artículo 53, disponiendo que el juez no podrá au-
torizar el auxilio de la fuerza pública para realizar estos trabajos en
concesión minera ajena, respecto de cuya existencia el Servicio deberá
dejar constancia en su informe (art. 53, inc. 3º).

136. Naturaleza jurídica del pedimento y manifestación inscritos.


De conformidad con lo establecido en el artículo 53, el pedimento
y la manifestación inscritos constituyen derechos reales inmuebles,
transferibles y transmisibles de acuerdo con las mismas normas apli-
cables a los demás bienes raíces.
Como derechos reales inmuebles, tanto el pedimento como la
manifestación están sujetos al régimen conservatorio y su tradición
se hace por la inscripción del título –que debe constar por escritura
pública– en el Registro de Descubrimientos del Conservador de Minas
competente. La transmisión de este derecho se sujeta a lo dispuesto
en el artículo 688 del Código Civil.

Párrafo III
LA SOLICITUD DE SENTENCIA CONSTITUTIVA
DE LA CONCESIÓN DE EXPLORACIÓN

137. Generalidades. Tratándose de la concesión de exploración, la


ley ha omitido el trámite de mensura o medición de la cara superfi-
cial de la concesión, por tratarse de una operación costosa, que no
se justifica, habida consideración de que esta especie de concesión
es de carácter temporal.

35
La Excma. Corte Suprema en sentencia de 14 de octubre de 1987 rechazó
un recurso de inaplicabilidad en que se tachaba de inconstitucional el inciso 3º
del artículo 53 del Código de Minería, en atención a que, a su juicio, esta disposi-
ción se conforma con las prescripciones del inciso 6º, acápite final, del Nº 24º del
artículo 19 de la Constitución Política.

111
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

La misma circunstancia de ser temporal la concesión de explo-


ración llevó al legislador a suprimir toda contienda entre peticionarios
diversos respecto de preferencias para constituir la concesión y zanjó
las dificultades que pudieren existir entre ellos y en relación con otras
concesiones de exploración constituidas, tomando como elemento
base la fecha de presentación del pedimento.

138. Solicitud de sentencia. Quién puede formular la solicitud. Plazo


para su presentación. De ordinario, será éste el segundo escrito que
deberá presentarse en el expediente en que se tramita la constitución
de la concesión de exploración. En el caso de que hayan debido
subsanarse errores en el pedimento, será éste el tercer escrito de
que consta dicho expediente.
La solicitud de sentencia puede formularla el peticionario o cual-
quiera de ellos, lo que envuelve una alteración a las reglas de la re-
presentación, ya que cuando han sido varios los peticionarios, al
inscribirse el pedimento se forma una sociedad legal minera entre
ellos y, entonces, a quien le correspondería formular la solicitud sería
a su representante legal. El legislador quiso facilitar la presentación
del escrito, para lo cual existe un plazo fatal, y de ahí que facultó a
cualquiera de los socios de la sociedad legal minera para formular la
solicitud de sentencia.
El plazo establecido para la presentación de este escrito es de noventa
días, contado desde la fecha de la resolución que ordena inscribir y
publicar el pedimento. El plazo es fatal y de días corridos (art. 55).

139. Requisitos de la solicitud de sentencia.La solicitud de sentencia


deberá indicar:
a) El terreno que se solicita en concesión de exploración. Debe
tenerse presente al respecto que puede solicitarse todo o parte del
terreno pedido, pero en ningún caso terrenos situados fuera de
éste, bajo sanción de nulidad de la concesión (art. 95, Nº 5º). El
punto medio puede quedar fuera del terreno solicitado (art. 55 y
art. 21 Rglto.);
b) Las coordenadas U.T.M. de los vértices de la cara superior de la
concesión, esta vez y en cualquier actuación posterior, con precisión
de centímetros (arts. 55 y 240);36

36
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 20 del Reglamento, las
actuaciones posteriores a que se refiere el artículo 240 del Código son todas aque-

112
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

c) La relación de cualquiera de los vértices de la cara superior de


la concesión, en rumbo y distancia, con el punto medio señalado
en el pedimento;37 y
d) Es menester designar abogado patrocinante y conferir el co-
rrespondiente poder, si no se ha cumplido con esta obligación en
el pedimento o escrito posterior (art. 36).

140. Antecedentes que deben acompañarse a la solicitud de sen-


tencia. Deben acompañarse a la solicitud de sentencia, según así lo
dispone el artículo 55:
1º) Comprobante de haberse pagado la tasa de pedimento;
2º) Comprobante de haberse pagado la patente proporcional
establecida en el artículo 144. Esta disposición establece éste como el
momento en que se inicia la obligación de amparo de la concesión
de exploración;
3º) Copia autorizada de la inscripción del pedimento;
4º) Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se haya pu-
blicado esa inscripción, y
5º) Un plano en el que se señalen la configuración de la concesión,
las coordenadas de sus vértices y la relación, en rumbo y distancia,
del mismo vértice –ligado en la solicitud– con el punto medio.
La escala y demás características de los planos las indica el ar-
tículo 22 del Reglamento.

141. Tramitación de la solicitud de sentencia. Examen de la solici-


tud y antecedentes acompañados. Al igual que lo que ocurre con el
pedimento, el juez asume un papel activo, puesto que el artículo 56
le ordena que examine la solicitud de sentencia y los antecedentes
acompañados.
Este examen puede dar origen a tres situaciones, que derivan
en tres resoluciones diferentes, a saber:

llas que se realicen en el procedimiento de constitución de la concesión, después


de la solicitud de sentencia o de la solicitud de mensura, respectivamente, por el
interesado, el ingeniero o perito, el Servicio o el juez.
Cuando en dichas solicitudes o actuaciones las coordenadas U.T.M. se indi-
quen sin señalar expresamente los centímetros, se considera que el valor de éstos
es cero.

37
Ver incisos 2º y siguientes del artículo 21 del Reglamento.

113
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

a) Si del examen aparece que la solicitud y antecedentes se con-


forman con las exigencias legales, el juez ordenará que informe el
Servicio, remitiéndose el expediente para dicho efecto a la indicada
institución (art. 56, inc. 1º);
b) Si del examen aparece que ha dejado de cumplirse cualquie-
ra de los requisitos cuya omisión o retardo acarrea la caducidad de los
derechos emanados del pedimento, el juez debe desechar de plano
la solicitud y ordenar se cancele la inscripción del pedimento y las
que éste puede haber dado origen; por ejemplo, si son varios los
peticionarios (sociedad legal minera) (art. 56, inc. 2º).
La ley no ha indicado cuáles son los requisitos cuya omisión o
retardo acarrea la caducidad de los derechos en trámite, pero ellos
no pueden ser otros que aquellos para cuyo cumplimiento la ley ha
señalado plazos fatales, a saber:
1º) Si no se ha inscrito el pedimento en forma legal, dentro del
plazo fatal de treinta días, contado desde la fecha de la resolución
que lo ordena;
2º) Si no se ha publicado el pedimento en forma legal, dentro del
plazo antes señalado;
3º) Si no se ha pagado la tasa de pedimento en la forma dispues-
ta por la ley, dentro del plazo fatal de treinta días, contado desde la
presentación del pedimento, y
4º) Si no se ha presentado la solicitud de sentencia, dentro del
plazo fatal de noventa días, contado desde la fecha de la resolución
que ordena inscribir y publicar el pedimento.
c) Si del examen aparecen, en cambio, omisiones o defectos sus-
ceptibles de ser subsanados, el juez en su resolución debe señalarlos
determinadamente y ordenará que secorrijan dentro del plazo fatal de
ocho días, contado desde la fecha del decreto que lo disponga. Corre-
gidos oportunamente, ordenará que informe el Servicio, remitiendo
el expediente para dicho efecto a la indicada institución; en caso
contrario, debe desechar de plano la solicitud y ordenar se cancele la
inscripción del pedimento y las que éste puede haber dado origen
(art. 56, inc. 3º).
En este caso, tampoco señala la ley cuáles son las omisiones o
defectos susceptibles de ser subsanados, pero es claro que se trata
de aquellos requisitos cuya omisión o retardo no acarrea la caduci-
dad, como sería, por ejemplo, que en la solicitud de sentencia no se
indiquen las coordenadas U.T.M. de los vértices de la cara superior

114
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

de la concesión, o que no se haga la relación de uno de ellos con el


punto medio, o no se acompañen los comprobantes y documentos
que se exige adjuntar a la solicitud de sentencia, etc.
Respecto de la obligación de acompañar documentos contemplada
en el artículo 55, debe dejarse establecido que es omisión subsanable
no acompañarlos, pero no lo es el incumplimiento de la obligación
de practicar dentro del plazo respectivo la actuación de que ellos
dan cuenta, excepción hecha del relativo al pago de patente, cuyo
no pago al momento de presentarse la solicitud de sentencia es
subsanable, según así se ha fallado por nuestros Tribunales.38

142. Informe del Servicio. Sentencia constitutiva de la concesión.


El Servicio está llamado sólo a informar sobre los aspectos técnicos
relacionados con la solicitud y con el plano acompañado a ésta y, en
especial, si se ajustan a la ley la forma, dimensiones y orientación de la
cara superficial de la concesión solicitada, y si ésta queda compren-
dida dentro del terreno pedido.
El Servicio dispone del plazo de sesenta días, contado desde la
recepción del expediente, para emitir el informe solicitado por el
juez, plazo que no es fatal.
En este estado del trámite, pueden ocurrir dos situaciones:
1º) El informe del Servicio es favorable. En tal caso, el juez dictará
sentencia, declarando constituida la concesión de exploración, y
2º) El informe del Servicio contiene observaciones. Si ello ocurre,
el juez debe ponerlas en conocimiento del solicitante, quien deberá,
dentro del plazo fatal de treinta días, contado desde la fecha de la
resolución respectiva, conformar la solicitud, el plano, o ambos, a
las observaciones del Servicio, o bien objetar fundadamente dichas
observaciones.
Transcurrido el plazo indicado, el juez dispone de un plazo de
sesenta días, contado desde el vencimiento del mencionado plazo
de treinta días, para dictar sentencia, so pena de incurrir en falta o
abuso.
Si el juez no dicta sentencia, dentro del plazo fatal de quince
días, contado desde el vencimiento del de sesenta días, el solicitante
deberá pedir a la Corte de Apelaciones que sancione dicha falta o

38
Corte de Apelaciones de Iquique. Sentencias de 11 y 14 de julio de 1986,
dictadas en relación con la solicitud de mensura, pero plenamente aplicables al
pago de la patente en la solicitud de sentencia.

115
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

abuso (queja disciplinaria) y fije al juez un breve plazo para dictarla.


Si el solicitante no cumple con esta obligación, caducará su derecho
y cualquiera persona podrá pedir se ordene la cancelación de la o
las correspondientes inscripciones (art. 57).

143. Control jurisdiccional. Debe tenerse presente que de acuerdo


con lo dispuesto en el artículo 86, si el juez nota en cualquier mo-
mento durante la tramitación de la constitución de la concesión y
antes de la dictación de la sentencia constitutiva que no se ha cum-
plido dentro de plazo con cualquiera de los requisitos o actuaciones
para los cuales el juez o el Código han señalado plazos fatales, debe
dictar sentencia declarando la caducidad de los derechos emanados del
pedimento y ordenar cancelar las inscripciones correspondientes.

144. Efectos de la sentencia constitutiva de la concesión de explo-


ración en relación con otras concesiones en trámite o constituidas.
Como hemos tenido ocasión de señalarlo, la sentencia constitutiva
de la concesión de exploración no afecta los derechos emanados
de una concesión de exploración o de una pertenencia que hayan esta-
do constituidas a la fecha del pedimento que dio origen a la sentencia
(art. 58, inc. 1º).
La sentencia constitutiva de una concesión de exploración tam-
poco afecta los derechos emanados de una concesión de exploración o
de una pertenencia que estuvieren en trámite a la fecha de la sentencia,
si la presentación del pedimento o de la manifestación respectivos
ha sido anterior a la del pedimento que dio origen a la sentencia
(art. 58, inc. 2º).
En lugar de contemplar las oposiciones a la constitución de la
concesión de exploración, el legislador prefirió, en los casos seña-
lados, restar todo efecto a la sentencia constitutiva de la concesión
de exploración frente a otra concesión de exploración o frente a
una pertenencia constituida o en trámite.
En esta forma, los derechos del dueño de una concesión de ex-
ploración o de una pertenencia, constituidas o en trámite, no son
afectados por la constitución de una concesión de exploración cuyo
pedimento sea posterior al pedimento o manifestación de esa conce-
sión de exploración o pertenencia, constituidas o en trámite.
Aún más, el artículo 108, en su inciso 1º, otorga expresamente
al titular de una concesión de exploración o al de una pertenencia,
constituidas, el derecho a oponerse a las labores que dentro de los

116
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

límites de su respectiva concesión pretenda ejecutar el titular de


otra concesión de exploración cuyo pedimento haya sido posterior
al pedimento o a la manifestación del opositor.

145. Prórroga de la duración de la concesión de exploración. Como


tuvimos ocasión de señalarlo, el Código ha establecido para la con-
cesión de exploración una duración de dos años, contados desde la
dictación de la sentencia constitutiva, pero ha autorizado obtener,
por una sola vez, su prórroga, por otro período de hasta dos años,
contado desde el término del primero. De este modo, ha dado
cumplimiento a la disposición de la Ley Orgánica que fijó en cuatro
años el plazo de duración de esta concesión y, al mismo tiempo, se
ha valido del mecanismo de la prórroga para incentivar las explo-
raciones mineras.
Es requisito indispensable para que prospere la prórroga que el
concesionario haga abandono de, a lo menos, la mitad de la superficie
total concedida, debiendo la superficie restante cumplir con los
requisitos de forma y cabida que para la concesión de exploración
establece el artículo 28.

146. Procedimiento. La solicitud de prórroga debe presentarse en


el expediente de constitución de la concesión de exploración antes de
expirar el período de dos años (art. 45, inc. 2º Rglto.).
La solicitud debe contener: 1º. La declaración de abandono de,
a lo menos, la mitad de la superficie total concedida; 2º. El señala-
miento de las coordenadas U.T.M. que correspondan a los vértices
de la superficie abandonada; 3º. La indicación de la configuración
de la superficie abandonada que deberá ser, necesariamente, un
paralelogramo de ángulos rectos, uno de cuyos lados, a su vez, será
uno cualquiera de los lados de la concesión, y 4º. La superficie que
se conserva deberá cumplir con los requisitos de forma y cabida de
la concesión de exploración (arts. 112 y 45 Rglto.). Se adjuntará a
la solicitud copia del plano acompañado a la solicitud de sentencia
de concesión de exploración, en el cual se indique la superficie
abandonada.
Cumplidos los requisitos anteriores, el juez acogerá la solici-
tud y otorgará la prórroga, previo informe del Servicio (art. 112,
inc. 2º).
La resolución que otorga la prórroga debe ser publicada por
una sola vez, dentro del plazo fatal de treinta días, contado desde

117
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

su fecha, en extracto que contendrá las coordenadas de los vértices


de la superficie que se conserva. En el mismo plazo se anotará el
extracto al margen de la inscripción de la sentencia constitutiva de
la concesión y se archivará el plano (art. 112, inc. 3º y art. 45, inc. 3º
Rglto.).
Si dentro de los dos primeros años de vigencia de la concesión
el titular de ella quisiera dividirla físicamente y desea prorrogar su
duración, deberá previamente cumplir con las obligaciones señaladas
precedentemente (art. 112, inc. 6º).
El abandono no afectará los derechos emanados de manifesta-
ciones que el concesionario pueda haber efectuado previamente
sobre el terreno abandonado (art. 112, inc. final).

Párrafo IV
LA MENSURA DE LA CONCESIÓN DE EXPLOTACIÓN
O PERTENENCIA

147. Generalidades. La mensura de la pertenencia minera, es decir,


la medición de su cara superficial, constituye una operación técnica
de la mayor importancia, por cuanto con su ejecución se fijan los
límites dentro de los cuales el concesionario ejerce sus derechos a
explorar y explotar las sustancias minerales concesibles encerradas
dentro de dichos límites.
El Código ha perfeccionado las normas técnicas en cuya virtud
se ejecuta esta operación de medición, evitando así los numerosos
conflictos que se suscitaban entre pertenencias vecinas y colindantes
bajo el imperio de la legislación que le precedió, causados precisa-
mente por la imprecisión de los métodos empleados para realizar
la operación de mensura referida.

Sección 1ª
Solicitud de mensura

148. Quién puede formularla. Plazo para su presentación. La soli-


citud de mensura será de ordinario el segundo escrito que deberá
presentarse en el expediente en que se tramita la constitución de

118
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

la pertenencia. En el caso de que hayan debido subsanarse errores


en la manifestación, será éste el tercer escrito de que conste dicho
expediente.
Esta presentación puede efectuarla el manifestante o cualquiera de
ellos, lo cual, al igual de lo que ocurre tratándose de la solicitud de
sentencia de la concesión de exploración, envuelve una alteración
a las reglas de la representación, ya que cuando han sido varios los
manifestantes, al inscribirse la manifestación se forma una socie-
dad legal minera entre ellos y, entonces, a quien le correspondería
formular la solicitud de mensura sería a su representante legal.
Constituye esta disposición una muestra más del ánimo del legisla-
dor en orden a facilitar la presentación de un escrito para lo cual
existe un plazo fatal.
El plazo previsto por el artículo 59 para la presentación del escri-
to indicado es el que media entre los doscientos y los doscientos veinte
días, contado desde la fecha de la presentación de la manifestación
al juzgado.39
El artículo 23 del Reglamento precisa, por su parte, que el plazo
de veinte días mencionado corre desde el día doscientos uno al día
doscientos veinte, ambos inclusive, y contados desde la fecha arriba
indicada.40
La especialidad de este plazo tiene su explicación en la intención
del legislador de disminuir las posibilidades de conflictos entre dos o
más manifestantes de todo o parte de un mismo terreno, reduciendo
de este modo las posibilidades para que un manifestante posterior
solicite la mensura antes que el manifestante anterior.

149. Requisitos de la solicitud de mensura. De acuerdo con el ar-


tículo 59 y con el artículo 24 del Reglamento, la solicitud deberá
indicar:
a) El todo o la parte del terreno manifestado que se desea men-
surar. En ningún caso podrá abarcar terrenos situados fuera del te-

39
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia de que el plazo referido se
cuenta desde la presentación material de la manifestación al Juzgado y no desde la
fecha presunta de su presentación en el caso del inciso 2º del artículo 41.
40
Debe tenerse presente que el plazo indicado se reducirá en el caso de que
el manifestante anterior deba oponerse a una mensura, tratándose de la situación
contemplada en el artículo 62, y de que no es válida la solicitud de mensura pre-
sentada antes de que empiece a correr el plazo establecido por la Ley.

119
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

rreno manifestado, bajo sanción de nulidad de la concesión (art. 95,


Nº 5). El punto de interés puede quedar fuera del terreno solicitado
(art. 24 Rglto.);
b) Las coordenadas U.T.M. de cada uno de los vértices de la cara
superior de la pertenencia o grupo de pertenencias, relacionando
uno de ellos, en rumbo y distancia, con el punto de interés señalado
en la manifestación. En esta actuación y en cualquiera posterior, las
menciones de coordenadas U.T.M. deben hacerse con precisión de
centímetros (art. 240);41-42
c) El largo y ancho de la pertenencia o de cada una de ellas, re-
feridos a la proyección U.T.M. (art. 24 Rglto.);
d) El número de pertenencias que se desea mensurar y la superficie
total abarcada por la solicitud, expresada en hectáreas y calculada
en la proyección U.T.M. (art. 24 Rglto.);
e) El nombre de las pertenencias conocidas que existan en la
vecindad y, en lo posible, el nombre de sus dueños;
f) La designación del ingeniero o perito que practicará la men-
sura; y
g) Es menester designar abogado patrocinante y conferir el co-
rrespondiente poder, si no se ha cumplido con esta obligación en
la manifestación o escrito posterior (art. 36).43

150. Antecedentes que deben acompañarse a la solicitud de men-


sura. Deben acompañarse a la solicitud de mensura, según así lo
dispone el artículo 59:

1º. Comprobante de haberse pagado la tasa de manifestación;


2º. Comprobante de haberse pagado la patente proporcional
establecida en el artículo 144. Esta disposición señala a éste como
el momento en que se inicia la obligación de amparo de la perte-
nencia.
3º. Copia autorizada de la inscripción de la manifestación;
4º. Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se haya pu-
blicado esa inscripción, y

41
Véase la nota Nº 36.
42
En las manifestaciones formuladas de acuerdo al inciso 2º del artículo 45,
también deberá cumplirse con la indicación de las coordenadas U.T.M. a que se
refiere esta letra b).
43
Véase el art. 24 del Reglamento, respecto de exigencias técnicas que deben
cumplirse en la confección de la solicitud de mensura.

120
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

5º. Plano en que se señalen la configuración de la pertenencia


o grupo de pertenencias, las coordenadas de cada uno de los vér-
tices del perímetro y la relación, en rumbo y distancia, del mismo
vértice –ligado en la solicitud– con el punto de interés indicado en
la manifestación.44

151. Tramitación de la solicitud de mensura. Examen de la solicitud


y antecedentes acompañados. Si el interesado lo pide, el secretario
del tribunal debe otorgar recibo del escrito de solicitud de mensura
(art. 59, inc. final).
Asumiendo el papel activo a que hemos hecho referencia y con-
forme lo establece el artículo 60, el juez examinará la solicitud de
mensura y los antecedentes acompañados.
Este examen puede dar origen a tres situaciones, que derivan
en tres resoluciones diferentes, a saber:

a) Si del examen aparece que la solicitud y antecedentes se confor-


man con las exigencias legales, el juez ordenará publicarla. En la misma
resolución dejará constancia de la fecha en que se haya presentado
o se tenga por presentada la manifestación (art. 60, inc. 1º).

b) Si del examen aparece que ha dejado de cumplirse cualquie-


ra de los requisitos cuya omisión o retardo acarrea la caducidad de los
derechos emanados de la manifestación, el juez desechará de plano la
solicitud y ordenará se cancele la inscripción de la manifestación y
de las que han sido consecuencia de ella, oficiando al efecto (art. 60,
inc. 2º).
La ley no ha indicado cuáles son los requisitos cuya omisión o
retardo acarrea la caducidad de los derechos en trámite, pero al
igual que tratándose de la solicitud de sentencia de la concesión de
exploración, ellos no son otros que aquellos para cuyo cumplimiento
la ley ha señalado plazos fatales, a saber:
1º) Si no se ha inscrito la manifestación en forma legal, dentro
del plazo fatal de treinta días, contado desde la fecha de la resolución
que lo ordena;
2º) Si no se ha publicado la manifestación en la forma y dentro del
plazo antes señalado;

44
Véase el artículo 25 del Reglamento, acerca de los requisitos que debe
cumplir el plano que debe acompañarse a la solicitud de mensura.

121
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

3º) Si no se ha pagado la tasa de manifestación en la forma dis-


puesta por la ley, dentro del plazo fatal de treinta días, contado desde
la presentación de la manifestación, y
4º) Si no se ha presentado la solicitud de mensura dentro del plazo
que media entre los doscientos y los doscientos veinte días, contado
desde la fecha de la presentación de la manifestación.
c) Si del examen aparecen, en cambio, omisiones o defectos suscep-
tibles de ser subsanados, el juez en su resolución debe señalarlos deter-
minadamente y ordenar que se corrijan dentro del plazo fatal de ocho
días, contado desde la fecha del decreto que lo disponga. Corregidos
oportunamente, ordenará publicar la solicitud de mensura y dejará
testimonio en esa resolución de la fecha en que se haya presentado
o se tenga por presentada la manifestación; en caso contrario, el
juez desechará de plano la solicitud y ordenará la cancelación de las
correspondientes inscripciones (art. 60, inc. 3º).
En este caso, tampoco señala la ley cuáles son las omisiones o
defectos susceptibles de ser subsanados, pero es claro que se trata
de aquellos requisitos cuya omisión o retardo no acarrea la caduci-
dad, como sería, por ejemplo, que en la solicitud de mensura no se
indique el largo y ancho de la pertenencia o de cada una de ellas, o
que no se relacione un vértice, en rumbo y distancia, con el punto
de interés, o no se acompañen los documentos que se exige adjuntar
a la solicitud de mensura, etc.
Respecto de la obligación de acompañar los documentos, esta-
blecida en el artículo 59, damos por reproducido lo que al respecto
señalamos en el Nº 141.

152. Publicación de la solicitud de mensura. Plazo. Estando conformes


la solicitud de mensura y sus antecedentes o habiéndose subsanado
dentro de plazo los defectos u omisiones que hubiere podido con-
tener, el juez debe ordenar la publicación de dicha solicitud, la que
debe efectuarse en el Boletín Oficial de Minería dentro del plazo
fatal de treinta días, contado desde la fecha de la resolución que la
ordenó (art. 60 incs. 1º, 3º y 5º).
Para efectuar la publicación, el secretario debe dar copia auto-
rizada de la solicitud y de la resolución que dispone publicarla. En
el evento de que haya habido que solucionar defectos u omisiones,
la copia debe incluir, además, el decreto que ordena subsanarlos
y la presentación en que se haya cumplido con lo ordenado. La

122
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

publicación debe comprender íntegramente dicha copia (art. 60,


incisos 4º y 5º).45

Sección 2ª
Las oposiciones a la solicitud de mensura

153. Generalidades. La publicación de la solicitud de mensura tiene


por objeto poner en conocimiento de terceros la circunstancia de
que en el terreno indicado en dicha solicitud se va a efectuar una
mensura, constituyendo una verdadera notificación acerca de la
realización de esta operación.
Ha estimado el legislador que éste es el momento procesal ade-
cuado para que terceros hagan valer sus derechos en relación con el
terreno que va a ser objeto de la mensura y, al efecto, ha establecido
las acciones de oposición a la mensura.

154. Acciones de oposición obligatorias y facultativas. Plazo para


deducirlas. Podemos distinguir entre oposiciones obligatorias y fa-
cultativas. Las primeras deben interponerse bajo sanción de pérdida
del derecho preferente sobre todo o parte del terreno solicitado
en mensura, en tanto que las oposiciones facultativas, en el caso de
no efectuarse, no impiden que posteriormente se deduzcan otras
acciones en resguardo de los derechos afectados.
El plazo para interponer las acciones de oposición es de treinta
días, contado desde la fecha de la publicación de la solicitud de men-
sura, y es de carácter fatal (art. 61, inc. 1º).
Con el objeto de evitar dudas surgidas a raíz de fallos contradicto-
rios de nuestros tribunales, la Ley 19.573 ha fijado la interpretación
que debe dársele al artículo 61, en cuanto a que el plazo para opo-
nerse a la mensura es solamente para presentar la correspondiente
demanda con los documentos que exige la ley en la secretaría del
tribunal y no es necesario que dentro de dicho plazo deba también
notificarse la demanda.

155. Causales de oposición obligatoria. La oposición sólo puede


fundarse:

45
Ver art. 23, inc. 2º del Reglamento.

123
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

1º. Primera causal: En que se pretende mensurar sobre un terre-


no comprendido en un pedimento o en una concesión para explorar
(art. 61 Nº 1º).
En ambos casos, es requisito indispensable para ejercer esta acción
que el pedimento respectivo haya sido presentado con anterioridad a
la fecha en que haya sido o se tenga por presentada la manifestación
de la pertenencia que se pretende mensurar.
La causal de oposición mencionada protege la preferencia de que
goza el peticionario que ha presentado su pedimento con anteriori-
dad a la manifestación que originó la solicitud de mensura. Protege
también el derecho del concesionario de exploración, cuyo pedimento
es de fecha anterior a dicha manifestación, tanto a ejercer su dere-
cho como tal, cuanto a constituir pertenencia sobre el terreno de
que se trata.
Si los titulares del pedimento anterior o de la concesión de explo-
ración cuyo pedimento ha sido anterior a la manifestación de quien
está solicitando mensura, no deducen oportunamente la oposición,
pierden los derechos emanados del pedimento o concesión respecto
de los terrenos sobre los cuales se llegue a constituir pertenencia
por quien debió haber sido demandado (art. 65, inc. 2º).
La ley exige seriedad en la oposición para evitar demoras en la
constitución del título y, así, dispone que la oposición será rechazada
de plano, en los siguientes casos:
a) Si no se funda en un pedimento cuya fecha de presentación
haya sido anterior;
b) Si no se acompaña a ella copia auténtica de dicho pedimento y, en
su caso, además copia auténtica de la solicitud de sentencia o de la sentencia
misma, o de la resolución que acogió la prórroga del plazo de la concesión,
según se trate de una concesión de exploración en trámite, consti-
tuida o prorrogada en su duración, respectivamente;46
c) Si no se acompaña a ella un croquis, firmado por un ingeniero
civil de minas o por un perito habilitado para ejecutar mensuras, que
represente la colisión de los derechos y las pretensiones de ambas
partes en el terreno (art. 61 Nº 1).

46
Copia auténtica del pedimento, solicitud de sentencia y resolución que acoge
la prórroga del plazo de la concesión, es la otorgada por el secretario del tribunal
o el Archivero Judicial, en su caso, y existiendo discusión acerca de si la copia de
la inscripción del pedimento y de la sentencia constitutiva llenan el requisito legal,
parece aconsejable acompañar la otorgada por el secretario o Archivero, según
corresponda.

124
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

2º. Segunda causal: En el derecho preferente para mensurar en virtud


de una manifestación cuya fecha de presentación haya sido o se
tenga por anterior (art. 61 Nº 2).
El manifestante anterior debe hacer valer su preferencia en esta
oportunidad frente a la solicitud de mensura de un manifestante
posterior que cubra con ella todo o parte del terreno manifestado por
él, so pena de perder, a manos de quien se le ha adelantado a pedir
mensura, la preferencia que, sobre todo o parte del terreno mani-
festado, le otorga su calidad de manifestante anterior (art. 65).
La oposición será rechazada de plano:
a) Si no se funda en una manifestación cuya fecha de presentación
haya sido o se tenga por anterior;
b) Si no viene acompañada de copia auténtica de dicha manifes-
tación;47
c) Si no se acompaña un croquis, firmado por un ingeniero civil
de minas o un perito habilitado para ejecutar mensuras, que repre-
sente la colisión de las pretensiones de ambas partes en el terreno
(art. 61 Nº 2).

156. Causales de oposición facultativa. Ellas son las siguientes:

1º) Primera causal: Consiste en el derecho del manifestante de fecha


anterior, o que se tenga por anterior, para oponerse a la solicitud
de mensura de un manifestante de fecha posterior, aun cuando la
solicitud de mensura de aquél haya sido presentada antes que la de
este último (art. 66, inc. 1º).
Es el caso del manifestante de fecha anterior, que solicita men-
sura antes que otro manifestante y que, no obstante, se opone a la
mensura de este último.
Si el manifestante de fecha anterior no deduce esta oposición, le
quedará, sin embargo, a salvo la acción de nulidad de la concesión
que pudiera constituirse por el manifestante de fecha posterior
(arts. 66 y 72, inc. 2º).
En el evento de que se deduzca esta oposición, se deberá solicitar
la acumulación de expedientes prescrita en el artículo 63.

2º) Segunda causal: Se ha señalado, también, como causal de


oposición facultativa, aun cuando, propiamente, no constituye una

47
Ver nota 46.

125
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

oposición, el derecho del manifestante de fecha anterior o que se


tenga por anterior que solicitó mensura con anterioridad, para hacer
presente en el expediente del manifestante de fecha posterior su ca-
lidad de tal, respecto de todo o parte de los terrenos abarcados por
la solicitud de mensura de este último (art. 66, inc. 2º).
En estricto rigor, sólo la primera de las causalesmencionadas debe
considerarse como una verdadera causal de oposicióna la mensura, ya
que la que hemos indicado como segunda causal constituye la simple
representación de un hecho.

157. Procedimiento. Todas las oposiciones a que se refiere el ar-


tículo 61, esto es, las obligatorias y también la facultativa indicada
en el Nº 1 del párrafo anterior, se tramitan con arreglo a las normas
del juicio sumario (art. 68).
En el referido juicio se tendrá por demandante al opositor.
El escrito de oposición, como toda demanda, debe cumplir con
los requisitos del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil y
debe presentarse en el mismo expediente en que se hubiere pedido
la mensura.

158. Tramitación de la oposición fundada en el derecho preferente


emanado de manifestación anterior. El manifestante que deduce
oposición conforme a la causal 2ª del artículo 61, puede encontrarse
en dos situaciones:
a) Que no haya pedido la mensura de su pertenencia o pertenencias
En este caso, el opositor deberá pedir en su escrito de oposición
la mensura de su pertenencia o pertenencias, para lo cual deberá
conformar su petición a las disposiciones del artículo 59 y acompañar
los documentos que exige dicha norma (art. 62, inc. 1º).
Repitiendo la normativa que estudiamos en la Sección 1ª de
este Párrafo, la ley obliga al juez a examinar la solicitud de mensura
del opositor y los antecedentes acompañados a ella y, encontrando
ambos conformes, debe mandar publicarla. En la misma resolución
debe dejar testimonio de la fecha en que se haya presentado o se
tenga por presentada la manifestación. Para efectuar la publicación
se dará copia de la solicitud y su proveído (art. 62, inc. 2º).
Si de este examen aparece que ha dejado de cumplirse algún
requisito de aquellos que acarrean la caducidad de los derechos
emanados de la manifestación y que vimos en su oportunidad, el

126
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

juez debe desechar de plano la solicitud y ordenar que se cancelen


las inscripciones que se hubieren practicado en relación a ella. Si
las omisiones o defectos fueren subsanables, el juez debe señalarlos
determinadamente en la resolución y ordenar que secorrijan dentro
del plazo de ocho días. Corregidos, se ordenará la publicación de
la solicitud de mensura y, en caso contrario, el juez desechará de
plano la solicitud y ordenará la cancelación de las correspondientes
inscripciones (art. 62, inc. 3º).
La resolución que ordena publicar la solicitud de mensura del
opositor dispondrá, junto con dejar testimonio de la fecha en que se
haya o se tenga por presentada la manifestación, que copia de ella
y de los documentos acompañados sean enviados al Servicio, junto
con copia de iguales antecedentes relativos al demandado. Esto,
con el objeto de que el referido Servicio tome conocimiento de la
existencia del juicio y pueda efectuar las prevenciones del caso en el
evento de que terceros traten de efectuar mensuras en los terrenos
objeto del juicio de oposición (art. 62, inc. final).
La publicación se efectuará en los mismos términos que ya es-
tudiamos tratando de la tramitación de la solicitud de mensura
(art. 62, inc. 4º).
b) Que haya pedido ya la mensura de su pertenencia o pertenencias
En este caso, el opositor deberá pedir en su escrito de oposición
que se ordene la acumulación de su expediente de manifestación al
del demandado.
Según vimos, igual obligación debe cumplir quien hace uso de la
oposición facultativa contemplada en el inciso 1º del artículo 66.
El juez debe ordenar la publicación de la solicitud de mensura
del opositor, si ésta no ha sido efectuada, y dispondrá la remisión
al Servicio de copia de la referida solicitud y de los documentos
acompañados, junto con copia de iguales antecedentes relativos
al demandado, para los fines que hemos dejado consignados más
arriba (art. 63).
Aunque no lo dice la ley, estimamos que si no se ha efectuado
la publicación de la solicitud de mensura, el juez debe, antes de or-
denar publicarla, examinar si ella cumple con los requisitos legales
y proceder como lo hemos dejado establecido frente a la existencia
de omisiones o defectos, ya sean subsanables o insubsanables.

159. Presentación de la oposición. Tanto la solicitud de mensura


como la petición de acumulación de autos se contendrán en el escrito

127
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

de oposición, por lo que se presentarán en el mismo expediente en que


se hubiere pedido la mensura objeto de la oposición (art. 61).
Si fueren varias las oposiciones por la causal de que nos ocupa-
mos, todas se presentarán en el mismo expediente en que se hubiere
pedido la mensura y el juez se pronunciará sobre todas ellas en
una misma sentencia, con arreglo a lo dispuesto en el inciso 2º del
artículo 69 (art. 64).

160. Tramitación de la oposición fundada en pedimento anterior o


en concesión de exploración originada en pedimento anterior. En
estos casos la ley no ha hecho otras exigencias que las que hemos
señalado al tratar del Nº 1º del artículo 61 (véase Nº 155) y, al igual
que la oposición fundada en el derecho preferente para mensurar
en virtud de manifestación anterior, el escrito de oposición debe
presentarlo el peticionario o el concesionario de exploración, en
su caso, en el mismo expediente en que se ha pedido la mensura
(art. 64).

161. Objeto de la acción y limitación de la defensa del demandado.


Sentencia. La acción que deduce el opositor tiene por objeto que se
respete su preferencia fundada en pedimento anterior, en concesión
de exploración originada en pedimento anterior y en manifestación
anterior, respecto de todo o parte del terreno que un manifestante
posterior solicita en mensura.
La ley ha establecido que sólo será admisible como única de-
fensa del demandado la de que su solicitud de mensura no abarca
los terrenos comprendidos en el pedimento, en la concesión de
exploración o en la solicitud de mensura en que se funda la acción,
según sea el caso.
Cualquiera otra defensa y toda excepción perentoriaque puedan
corresponder al demandado, sólo podrán hacerse valer por éste
como acciones, en juicio separado.
Quizás si la ley ha sido demasiado drástica en esta materia al res-
tringir el ámbito del juicio a la determinación de si los terrenos en
disputa son o no los mismos, pero en todo caso queda de manifiesto
que se han tratado de simplificar los juicios que en materia minera
tienen fama de largos y engorrosos.
La sentencia definitiva que resuelva la oposición es apela-
ble en ambos efectos y susceptible de los demás recursos legales
(art. 68).

128
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

162. Efectos de la sentencia recaída en el juicio de oposición. En


este respecto, debemos distinguir entre la sentencia que acoge la
oposición y la que la rechaza.
A. 1º) Si la sentencia acoge la oposición fundada en el derecho
preferente del peticionario o del concesionario de exploración (art. 61 Nº 1),
declarará que el demandado no podrá mensurar dentrodel perímetro
del pedimento, del de la concesión de exploración odel de la parte en
que ésta no haya sido renunciada, en su caso (art. 69, inc. 1º).
A. 2º) Si la sentencia acoge una demanda de oposición fundada
en el derecho preferente para mensurar en virtud de una manifes-
tación anterior (art. 61 Nº 2), reconocerá el derecho preferente del
primer manifestante a mensurar su pertenencia o pertenencias, en
la forma indicada en la respectiva solicitud; y, en cuanto no afecte
ese derecho preferente, reconocerá también el derecho de la parte
vencida a mensurar con arreglo a su propia solicitud, pero respetan-
do íntegramente el derecho preferente de la parte vencedora. Lo
anterior es aplicable al caso en que una sentenciadeba pronunciarse
sobre más de una oposición (art. 69, inc. 2º).
B) Si la sentencia rechaza la oposición, el demandado podrá
mensurar el terreno comprendido por su solicitud de mensura.
Ahora, si un manifestante de fecha anterior o que se tenga por
anterior deduce oposición y ésta es rechazada, no podrá hacer valer
posteriormente la acción de nulidad de concesión de los números
seis o siete del artículo 95, no porque exista cosa juzgada, que no la
hay, sino porque lo que se discutiría en el juicio de nulidad sería,
en la práctica, enteramente semejante a la materia ya resuelta en el
juicio de oposición, esto es, si los terrenos en disputa son o no los
mismos (art. 67).

163. Caso de diversas oposiciones y de oposición al opositor. Si


fueren varias las oposiciones formuladas en virtud del derecho pre-
ferente para mensurar en razón de manifestación de fecha anterior,
o si a la solicitud de mensura de uno o más de estos opositores se
hiciere, a su vez, oposición, el juez se pronunciará sobre todas ellas
en una misma sentencia, en la que reconocerá el derecho prefe-
rente del primer manifestante y, en cuanto no afecte ese derecho
preferente, reconocerá sucesivamente la preferencia de los demás
a mensurar con arreglo a las respectivas solicitudes, respetando el
derecho de quienes se les ha reconocido preferencia a su respecto
(art. 64, inc. 2º).

129
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Sección 3ª
Obligación de dar curso progresivo a los autos

164. Generalidades. Como hemos visto, los diversos trámites de


que consta la constitución de la concesión minera se encuentran
encadenados por una serie de plazos fatales, que van impulsando
al interesado a constituir su concesión, so pena de incurrir en la
sanción de pérdida de sus derechos.
Ahora bien, la ley ha contemplado, adicionalmente, un plazo
también fatal, que es de quince meses y que se empieza a contar desde
la presentación de la manifestación, para que se haga entrega del acta
y plano de mensura al juzgado competente.
Sin embargo, el legislador no podía exigir el cumplimiento de
la obligación de entregar el acta y plano de mensura dentro del
referido plazo a quienes se encuentran trabados en un juicio de
oposición a la mensura. Pero, en cambio, les impuso a los litigantes,
durante el juicio y con posterioridad a éste, la obligación de darles curso
progresivo a los autos, cumpliéndose así con el objetivo perseguido,
en el sentido de que aun en este caso no se paralice la tramitación
de la constitución del título.
En cumplimiento del mismo objetivo, igual obligación de dar
curso progresivo al respectivo juicio se impuso al peticionario que
debe oponerse a una mensura.

165. Curso progresivo al juicio de oposición y a la gestión de


mensura. El artículo 70 distingue en esta materia dos situaciones,
a saber:
1. Obligación de las partes de no paralizar el juicio de oposición a la
mensura por más de tres meses.48
De acuerdo con el tenor literal del artículo 70, la obligación nace
con la presentación de la demanda de oposición y se extingue cuando
queda ejecutoriada la correspondiente sentencia. Sin embargo, se ha
sostenido la tesis, apoyada por algunos fallos de nuestros Tribuna-
les, de que la obligación de no paralizar el juicio nace desde que

48
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia de que sobre “las partes”
pesa la obligación de no paralizar el juicio, por lo que las diligencias útiles que
interrumpen el plazo de tres meses del artículo 70 corresponde practicarlas a ellas
o al interesado, en su caso.

130
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

éste existe como tal, es decir, desde que se notifica la demanda y su


proveído.
Hoy día tal discusión ha quedado definitivamente zanjada, ya
que la Ley 19.573 ha fijado la interpretación que debe dársele al
artículo 70, en cuanto a que el plazo de tres meses que contempla
esta disposición como período máximo de paralización del juicio
de oposición a la mensura comienza a correr desde que la demanda
queda presentada en la secretaría del tribunal.
Si entre la presentación de la demanda de oposición y el mo-
mento en que quede ejecutoriada la sentencia, transcurren más de
tres meses sin que las partes practiquen alguna diligencia útil destinada
a dar curso progresivo a los autos, cualquiera persona puede solicitar
que se declare, con el solo mérito del certificado del secretario, la
caducidad de los derechos de ambas partes y que se ordene cancelar
las inscripciones respectivas. Con todo, dicha caducidad no afecta
en caso alguno a la concesión para explorar y a la pertenencia, ya
constituidas (art. 70, inc. 1º, mod. leyes 18.681 y 18.941).
2. Obligación de quien ha sido parte en el juicio de oposición y ha
obtenido el reconocimiento del derecho a mensurar, de no paralizar
por más de tres meses los trámites de constitución de su pertenencia
o pertenencias.
La obligación anterior nace en el momento en que queda eje-
cutoriada la sentencia que pone término al juicio de oposición y se
extingue con la dictación de la respectiva sentencia constitutiva.
Si entre el momento en que quede ejecutoriada la sentencia que
pone término al juicio de oposición y el momento en que se dicta la
sentencia constitutiva de la pertenencia o pertenencias, transcurren
más de tres meses sin que el interesado practique alguna diligencia
útil destinada a constituir la pertenencia o pertenencias, cualquiera
persona puede solicitar que se declare, con el solo mérito del certificado
del secretario, la caducidad de la o las pertenencias en trámite.
El plazo de tres meses mencionado se interrumpe en este caso si,
a petición del interesado, se notifica al ingeniero o perito para que
entregue el acta y plano de mensura al juez, para lo cual tendrá el
plazo que éste le fije.49

49
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia de que esta gestión es útil
para los fines dispuestos en el artículo 70, si se completa mediante la notificación
al perito. Por su parte, la Excma. Corte Suprema ha resuelto que tal notificación
debe ser personal o por cédula.

131
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

166. Procedimiento. Estamos frente a un incidente especialísimo, que


se plantea ante el mismo tribunal que conoce del juicio de oposición
o de la constitución de la pertenencia, en su caso, por cualquiera persona
(acción popular), sin necesidad de acreditar interés. Se resuelve por
el juez, con el solo mérito del certificado del secretario, esto es, sin
oír al afectado, pero la calificación de la utilidad de las diligencias
corresponde apreciarla al juez.
El plazo de tres meses se debe contar desde la última diligencia
útil de las partes o del interesado y por ser un plazo de meses no se des-
cuentan los días feriados, aplicándose para su cómputo las normas
generales.
Mientras no se haga uso del derecho a pedir la caducidad, puede
continuarse en cualquier tiempo la tramitación, pero el derecho a
pedirla por la paralización ya producida subsistirá hasta que quede
ejecutoriada la sentencia que puso término al juicio o se dicte la sen-
tencia constitutiva, en su caso (art. 70, inc. 4º).
La sentencia es susceptible de los mismos recursos que una senten-
cia definitiva.50 La Ley 18.941 modificó el inciso final del artículo 70,
disponiendo que la apelación en contra de la sentencia que deseche
la solicitud de caducidad se concederá en el soloefecto devolutivo, con
lo cual aclaró una duda y evitó que mediante sucesivas peticiones de
caducidad se impidiera o se retardara la constitución del título.

Sección 4ª
La mensura

167. Concepto. La mensura es hoy una operación privada, de ca-


rácter técnico, y que consiste en la ubicación en el terreno de los
vértices de la cara superior de la pertenencia o grupo de pertenencias,
indicados con las coordenadas U.T.M. que para cada uno de ellos
se haya señalado en la solicitud de mensura, o se señalen en el acto
de la mensura (art. 72).

50
No obstante lo dispuesto en el penúltimo inciso del artículo 70, la Excma.
Corte Suprema, en sentencia de fecha 17 de noviembre de 1987, declaró inadmi-
sibles los recursos de casación en el fondo y forma intentados en contra de la re-
solución que denegó una petición de caducidad, aduciendo de que se trataba de
una sentencia interlocutoria que no pone término a la constitución de la concesión
minera ni hace imposible su continuación.

132
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

168. Época para ejecutar la operación de mensura. Presunción de


fecha de ejecución. La mensura debe realizarse una vez vencido el
plazo para deducir oposición, si ésta no se hubiere presentado. En
caso contrario, se efectuará una vez ejecutoriada la sentencia que
rechace la oposición que se haya formulado o la que determine la
ubicación de las pertenencias de la parte o partes a quienes se haya
reconocido el derecho a mensurar (art. 71, inc. 1º).
El legislador ha establecido una presunción de derecho que fija como
fecha de la ejecución de la operación de mensura la misma fecha en que se
presentó la correspondiente solicitud de mensura, presunción de derecho
que tiene aplicación en todos los casos de superposición de pertenencias
y, en especial, en lo que toca al ejercicio de la acción de nulidad por la
existencia de esa superposición. Se entenderá, entonces, que existe la
superposición viciosa siempre que se haya constituido una pertenencia
cuya mensura abarque la mensura de otra pertenencia, cuya solicitud de
mensura sea anterior. En tal caso, se autoriza, lógicamente, el ejercicio
de la causal sexta de nulidad del artículo 95 (art. 72, inc. 2º).

169. Quién la ejecuta. La mensura la llevará a efecto cualquier inge-


niero civil de minas que escoja el interesado, o un perito elegido por
éste de entre las personas que anualmente designe con tal objeto,
para cada Región, el Presidente de la República, a propuesta del
Director Nacional del Servicio (art. 71, inc. 2º).
Recordamos que la designación del ingeniero o perito debe
hacerse en la solicitud de mensura (art. 59).
Hacemos notar que el interesado elige libremente al perito y
que lo puede reemplazar antes de la ejecución de la mensura y,
estimamos, que también durante ella, si se imposibilita.
Durante la operación de mensura no está permitido que terceros
formulen cuestión, planteen observaciones o efectúen alegaciones,
ya que reiteramos que ésta es una operación privada que no tiene fecha
fija de ejecución, sin perjuicio de lo que hemos dicho al respecto
en el número anterior (art. 71, inc. final).

170. Aceptación del cargo. El ingeniero o perito encargado de la


ejecución de la operación de mensura deberá declarar, verbalmente
o por escrito, en el acto de la notificación o dentro de los tres días
inmediatos, que acepta el cargo y jurar que lo desempeñará con
fidelidad. De la referida declaración se debe dejar testimonio en
los autos (art. 26 Rglto.).

133
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

El ingeniero o perito mensurador no es de aquellos peritos judi-


ciales a que se refieren los artículos 409 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, disposiciones que no le son aplicables, excepción
hecha de los dos primeros incisos del artículo 417 de ese Código.

171. Normas a que debe sujetarse el perito mensurador. Al ejecutar


la operación de mensura, el ingeniero o perito debe ceñirse a las
prescripciones contenidas en los artículos 72 y siguientes y 26 y si-
guientes del Reglamento, disposiciones estas últimas que contienen
los detalles técnicos que deben considerarse al realizar la medición
de la pertenencia o grupo de pertenencias.
Las siguientes constituyen las principales obligaciones a que
debe sujetarse, al efecto, el ingeniero o perito:
a) Construir un hito ligado a vértices de la Red Geodésica Nacional
o aprobados por el Servicio, o a hitos que correspondan a pertenen-
cias constituidas con arreglo al Código y al Reglamento. El hito debe
quedar ubicado sobre el perímetro de la pertenencia o grupo de per-
tenencias o dentro del área encerrada por dicho perímetro, y servirá
como punto de partida para ejecutar la operación de mensura.
El hito debe tener las condiciones de solidez y fijeza que señala
el Reglamento y se relacionará con tres puntos circunvecinos ina-
movibles y característicos, mediante tres visuales dirigidas a ellos
(arts. 28, 29, 30 y 31 Rglto.);
b) Ejecutar la mensura de manera que la pertenencia o el grupo
de pertenencias queden comprendidas íntegramente, tanto dentro del
terreno manifestado como del terreno que fue objeto de la solicitud
de mensura; en ningún caso pueden abarcarse terrenos situados
fuera del perímetro indicado, tanto en la manifestación como en
la solicitud de mensura (art. 73 y art. 27 Rglto.);
c) Practicar la operación de mensura en la forma indicada en la
solicitud de mensura o con las reducciones en el número de perte-
nencias, en la superficie de una o más de ellas, o ambas cosas, si el
interesado así lo pidiere (art. 73);
d) Orientar la mensura conforme al meridiano U.T.M. del lugar,
quedando así con orientación norte-sur (art. 74);
e) No abarcar en caso alguno con la mensura pertenencias vigen-
tes. El ingeniero o perito que a sabiendas infringi ere tal prohibición

134
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

sufrirá la pena de prisión en cualquiera de sus grados a reclusión


menor en su grado mínimo y la accesoria de inhabilitación especial
temporal de entre tres y seis años para llevar a efecto mensuras de
pertenencias mineras. La acción penal correspondiente sólo podrá
ser ejercitada por el titular de la concesión que soporte directamente
la superposición (art. 73, modificado por la Ley 19.573).51
De esta manera el ingeniero o perito que dolosamente ejecuta
una mensura sobre pertenencia vigente, comete delito y queda su-
jeto a penas de prisión o reclusión que fluctúan entre 61 días y 541
días, aparte de la inhabilitación para llevar a efecto mensuras a que
se hizo referencia.
Se advierte, pues, que el legislador abordó con decisión la in-
fracción a la prohibición de superponer pertenencias a pertenencias
vigentes, al castigar severamente este hecho cuando es ejecutado
con dolo.
Con el objeto de no cerrar la puerta al procedimiento de sa-
neamiento de títulos mediante la constitución de pertenencias que
efectúa el dueño sobre sus propias pertenencias, se reemplaza el
inciso final del artículo 73 por otro que sindica el delito de que
nos ocupamos como de acción privada al establecer “que la acción
penal correspondiente sólo podrá ser ejercitada por el titular de la
concesión que soporta directamente la superposición”;
f) En ningún caso efectuar la operación de mensura disponien-
do las pertenencias de modo que queden entre ellas espacios libres
en los que no pueda constituirse otra pertenencia. Se evita así la
corruptela de “fabricar” falsas demasías al momento de mensurar
(art. 36 Rglto.);
g) Al mensurar dos o más pertenencias, originadas en la misma
manifestación, debe hacerse una sola operación y las pertenencias
deberán tener, a lo menos, un punto de contacto. En este caso, se
levantarán una sola acta y un solo plano, en el que se individualiza-
rán, con precisión, la ubicación y los deslindes de cada pertenencia
(art. 76);

51
La Ley 19.573, modificó el artículo 73 salvando la omisión en que incurría
respecto de la mención del “ingeniero” que ejecuta mensuras, reemplazando la
expresión “terrenos ya mensurados” por la frase más precisa, “pertenencias vigen-
tes” y eliminando la frase “aun cuando el acta de la mensura de estos últimos no
se haya levantado todavía”.

135
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

h) Colocar hitos sólidamente construidos y bien perceptibles, a lo


menos en cada uno de los vértices de la pertenencia o del perímetro
del grupo de pertenencias (art. 74 y arts. 31, 32 y 34 Rglto.), e
i) Levantar un acta y un plano de mensura, en tres ejemplares
(arts. 75, 77 y 78).

Sección 5ª
Demasías

172. Concepto. Se entiende por demasía el terreno encerrado por


tres o más pertenencias constituidas, en que no sea posible consti-
tuir otra de la forma y cabida mínima indicadas en el artículo 28;
norma esta última que es complementada por el artículo 8º del
Reglamento (art. 31).

173. Cuándo se produce y a quién pertenece. La ley ha considerado


conveniente que este terreno, en el cual no es posible constituir
una pertenencia, pueda ser aprovechado con fines mineros y ha
dispuesto que acceda por el ministerio de la ley, en el momento en que
se constituya la pertenencia que dé origen a la demasía, a aquella
que haya sido o se tenga por manifestada primero (art. 31).
Como se advierte, estamos frente a una verdadera accesión de
inmueble a inmueble, en favor de la pertenencia que ha sido mani-
festada primero y que se produce por el solo ministerio de la ley en
el momento en que se constituye la pertenencia que deja encerrada
una superficie en la que no se puede constituir una pertenencia que
cumpla con la norma del artículo 28.

174. Por regla general la demasía es temporal. El concesionario fa-


vorecido pierde su derecho a la demasía cuando caduca o se extingue
cualquiera de las pertenencias que la encerraban (art. 32, inc. 2º).
Es decir, cuando el terreno que constituye la demasía deja de estar
encerrado.
Sin embargo, no perderá el derecho a la demasía, aunque el
terreno que la constituye deje de estar encerrado, si toma la pre-
caución de hacer anotar al margen de la inscripción de dominio de
su pertenencia la existencia de la demasía, previo decreto del juez,
dado con citación de los colindantes de su pertenencia, en que la

136
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

apruebe y ordene archivar un plano que represente la demasía y las


pertenencias contiguas (art. 32, inc. 1º y art. 12 Rglto.).
Formando la demasía un solo todo con la pertenencia a la que
accede, caducada o extinguida ésta, se extinguirá también el dere-
cho a la demasía.

175. La demasía no aumenta el valor de la patente. Falsa demasía.


Siendo la superficie de la demasía caprichosa y normalmente de
pequeñas dimensiones, la ley ha dispuesto que ella no aumente el
valor de la patente de la pertenencia a que ella accede; es decir, por
la demasía no se paga patente (art. 32, inc. final).
Pero para evitar abusos, consistentes en “fabricar”demasías (falsa
demasía) para aprovechar su gratuidad, el Reglamento ha dispuesto
que en ningún caso, y aunque en la solicitud de mensura y su plano
así esté indicado, se podrá efectuar la operación de mensura dispo-
niendo las pertenencias que se mensuren de tal forma que entre
ellas queden espacios libres en los que no pueda constituirse otra
pertenencia (art. 36 Rglto.).
Debemos reconocer, con todo, que la comisión del abuso re-
ferido se ve indudablemente dificultada por la circunstancia de
que la demasía no accede al que está mensurando, sino al primer
manifestante.

176. Suerte de la demasía en caso de división de la pertenencia. En


el evento de que se divida físicamente la pertenencia favorecida por
una demasía, ésta accederá a la pertenencia resultante contigua y,
si éstas fueren varias, a aquella de las contiguas que sea menciona-
da primero en el título de la división. La misma norma se aplicará
cuando se produzca demasía que favorezca a una pertenencia que
haya sido dividida (art. 33).

Sección 6ª
Trámites posteriores a la ejecución de la mensura

177. El acta y plano de mensura. Terminada la operación, el ingeniero


o perito debe levantar un acta que contendrá la narración precisa,
clara y circunstanciada del modo como la ejecutó y de la forma
como determinó las coordenadas U.T.M. de los vértices. Siempre

137
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

que sea posible, debe indicar los nombres, ubicación y dueños de


las pertenencias colindantes (art. 75).
El acta deberá confeccionarse por triplicado; contener, además,
las menciones que señala el artículo 37 del Reglamento y ser suscrita
por el ingeniero o perito (art. 75, inc. final).
El ingeniero o perito deberá también confeccionar un plano por
triplicado de la pertenencia o grupo de pertenencias mensuradas, con
indicación de las coordenadas U.T.M. de los vértices del perímetro
de la pertenencia o grupo de pertenencias, de las particularidades
del terreno y de las pertenencias colindantes (art. 77).
El plano debe contener, además, las menciones y confeccionarse
del modo que señalan los artículos 38 y 39 del Reglamento.

178. Presentación del acta y plano de mensura al juzgado. Plazo.


El titular de la manifestación, o cualquiera de ellos, deberá presentar
al juzgado, en tres ejemplares, el acta y el plano de mensura de la
pertenencia o grupo de pertenencias.
Haciendo excepción a las reglas generales de la representación,
al igual que en otras oportunidades procesales, el legislador ha auto-
rizado a cualquiera de los manifestantes para efectuar esta diligencia,
en circunstancias de que habiendo más de un manifestante, ha de
haber nacido una sociedad legal minera que tiene administrador.
Aún más, en el expediente en que se tramita la constitución de la
concesión debe haberse otorgado mandato judicial y debió haber
sido el apoderado designado quien debió presentar al juzgado los
documentos de que se trata; pero para facilitar este trámite que debe
cumplirse en un plazo fatal, la ley ha hecho la excepción a que nos
estamos refiriendo.
El plazo para hacer entrega del acta y del plano de mensura es
de quince meses, contado desde la fecha de la presentación de la ma-
nifestación al juzgado (art. 78).52
El plazo referido es de carácter fatal para el evento que no se
hubiere deducido oposición a la mensura. Si se hubiere deducido
tal oposición, no existirá plazo para presentar el acta y el plano de

52
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia que la presentación del
acta y plano dentro del plazo legal no puede renovarse, ni siquiera dentro del lapso
que reste de dicho plazo, y así también ocurre con la presentación de la solicitud
de mensura, sin perjuicio de las “rectificaciones que se practiquen dentro del plazo
respectivo”.

138
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

mensura, pero no debemos olvidar que quien ha obtenido en el


referido juicio el derecho a mensurar deberá cumplir con la obli-
gación de darle curso progresivo a la gestión de mensura, so pena
de que cualquier persona pueda pedir la caducidad de los derechos
emanados de esa manifestación en trámite (art. 70).
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 27 del Reglamen-
to, una vez entregado el acta y plano de mensura al juzgado, dentro
de los treinta días siguientes, el ingeniero o perito debe entregar al
Servicio copia de la cartera del terreno y demás antecedentes técnicos,
copia simple del acta y plano y la ficha de mensura, resumen de las
coordenadas y vértices creados, con sus respectivas monografías.
Si así no se hiciera, en el informe a que se refiere el artículo 79
del Código, el Servicio formulará la correspondiente objeción de
carácter técnico.
Se da así aplicación al artículo 82 del Código y se evita que el
procedimiento quede detenido sin sanción, como ocurría cuando
el ingeniero o perito, muchas veces intencionalmente no entregaba
la cartera de terreno al Servicio, el cual quedaba en la imposibilidad
de informar y paralizado el trámite, sin sanción.

179. Informe del Servicio. El art. 79 ordena que el acta y el plano


se remitan por el juez al Servicio, para su informe, el cual deberá eva-
cuarlo dentro del plazo de sesenta días, contado desde la recepción
del expediente.
El informe versará sobre los aspectos técnicos relacionados con la
operación de mensura y con su acta y plano y, especialmente:
1º) Si se ajustan a la ley, la forma, dimensiones y orientación de la
cara superior de cada pertenencia mensurada;
2º) Si ellas quedan comprendidas, tanto dentro del terreno manifes-
tado como dentro del abarcado por la solicitud de mensura;
3º) Si los hitos han sido correctamente colocados;
4º) Si la mensura abarca, en todo o parte, una o más pertenencias
ya constituidas cuyos vértices estén determinados o le hayan sido
proporcionados en coordenadas U.T.M. (art. 80).53

53
La referencia a los vértices proporcionados o determinados en coordenadas
U.T.M. se relaciona con el proceso de catastro que está terminado. Hoy todas las
concesiones tienen sus vértices determinados en coordenadas U.T.M.

139
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

5º) Si la mensura abarca, en todo o parte, una o más pertenencias en


trámite cuyos titulares tengan derecho preferente para mensurar y sean
parte de un juicio de oposición a la mensura fundado en el derecho pre-
ferente para mensurar en virtud de manifestación anterior (art. 80).
Finalmente, el informe debe indicar las coordenadas U.T.M. de
los vértices, tanto de las pertenencias del interesado como de las del
o los afectados en los casos indicados en los Nos 4º y 5º precedentes
(arts. 80 y 83).
Debemos tener presente que el informe del Servicio en éste y
en los otros casos en que el Código lo exige, no es obligatorio para
el tribunal (art. 5º LOC).

180. Situaciones que pueden producirse una vez recibido el in-


forme del Servicio. Recibido el informe del Servicio en el juzgado,
pueden producirse tres situaciones:
A) El informe del Servicio no contiene observaciones
En tal evento, el juez dictará la sentencia constitutiva de la perte-
nencia o pertenencias (art. 81).
B) El informe formula objeciones sobre aspectos técnicos
Si el informe del Servicio formula observaciones sobre algunos
de los aspectos técnicos que hemos señalado en el número 1º al 3º
del párrafo anterior, el juez ordenará ponerlas en conocimiento
del interesado para que dentro del plazo fatal de ocho días, contado
desde la fecha de la resolución, las contradiga o, dentro del plazo
fatal de sesenta días, contado en igual forma, las subsane.
Previo informe del Servicio y por motivos fundados, el juez po-
drá prorrogar este último plazo, por una sola vez, hasta por otros
sesenta días, fatales.
Contradichas o subsanadas, oportunamente, las objeciones, el
juez procederá a remitir el expediente al Servicio y, con el informe
del Servicio, dictará sentencia, declarando constituida la pertenencia
o rechazando su constitución.
El juez no podrá, en caso alguno, declarar constituida la pertenen-
cia o pertenencias que hayan sido mensuradas abarcando terrenos
situados fuera del comprendido en la solicitud de mensura o fuera
del terreno manifestado (art. 82).
La prohibición mencionada no hace otra cosa que confirmar la
regla impuesta por la legislación vigente, que al darle fijeza al terreno

140
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

manifestado y al solicitado en mensura, el cual necesariamente debe


estar dentro de aquél, obliga también a encerrar, dentro de los límites
de la solicitud de mensura, la mensura de la pertenencia.
C) El informe señala la existencia de superposiciones
Las superposiciones en este caso se pueden producir sobre una
o más pertenencias constituidas, y también sobre una o más perte-
nencias en trámite con derecho preferente para mensurar y que se
encuentren trabadas en un juicio de oposición a la mensura en que
se esté alegando esta preferencia; situaciones a las que nos referimos
en los números 4º y 5º del Nº 179.
El Servicio está obligado a dejar constancia en su informe de
la existencia de superposición sobre pertenencia constituida, sólo
cuando los vértices de ésta hayan sido determinados en coordenadas
U.T.M. al momento de efectuar la mensura o lo hayan sido con arre-
glo a lo dispuesto en el artículo 6º transitorio del Código y, cuando
no estando determinados en coordenadas U.T.M. dichos vértices, el
interesado las haya proporcionado al Servicio (art. 80).54-55
De la existencia de superposición sobre terrenos que se disputan
en el juicio de oposición fundado en el derecho preferente para
mensurar en virtud de manifestación de fecha anterior o que se tenga
por anterior, el Servicio tendrá conocimiento, por cuanto el juez ha
debido enviarle copia de las solicitudes de mensura de los litigantes
y de los documentos acompañados a ella (arts. 62 y 63).
En el caso de que el informe del Servicio señale que se ha pro-
ducido alguna de las situaciones mencionadas, se abre la posibilidad
de transformar en contencioso el asunto, ya que en tal evento, el
juez, conforme al art. 83, debe ordenar que, dentro del plazo fatal
de treinta días, contado desde la fecha de la resolución respectiva, el
interesado publique por una sola vez en el Boletín Oficial de Minería,
en extracto redactado por el secretario y bajo sanción de pérdida de
sus derechos, lo siguiente:

54
La comunicación en la que se proporcionen al Servicio las coordenadas
U.T.M. debe ser suscrita por un ingeniero o perito de aquellos habilitados para
ejecutar mensuras y debe ser acompañada de las correspondientes copias autoriza-
das de la inscripción del acta de mensura, con certificado de vigencia, y del plano
respectivo. En caso de que la legislación vigente a la época de la constitución no
haya exigido plano, deberá acompañarse un plano elaborado en la forma dispuesta
en el artículo 38 (art. 41 Rglto., modif. por D.S. 4, M. Minería, 2.5.89). Ver, además,
art. 40 del Rglto.
55
Ver nota 53.

141
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

a) La circunstancia de que el Servicio ha informado sobre dicha


situación;
b) Las coordenadas U.T.M. de los vértices, tanto de las pertenencias
del interesado como de las del o los afectados;
c) El nombre de las pertenencias del interesado y el de las del o
los afectados, y
d) El nombre del interesado y, en lo posible, el del o los afecta-
dos.
Con el objeto de asegurarse que el afectado por la superposición
tome conocimiento de ella, la Ley 19.573 dispuso, complementando
el artículo 83, que una vez efectuada la publicación antes referida, su
contenido deberá notificarse a la persona o personas a cuyo nombre
figuren inscritas las pertenencias que sufren la superposición en el
correspondiente Registro del Conservador de Minas. Tal Registro
será el de Propiedad si la pertenencia afectada está constituida o el
de Descubrimientos, si se trata de pertenencia en trámite que sea
parte de un juicio de oposición a la mensura.
La notificación se practicará personalmente, con arreglo al Tí-
tulo VI del Libro Primero del Código de Procedimiento Civil.56
Los afectados por las superposiciones detectadas por el Servicio
al informar sobre la mensura de una pertenencia, tienen la facultad
de oponerse a la constitución de esta pertenencia. Si el o los afectados
no hacen uso de este derecho, conservarán las acciones de nulidad
del acto de concesión que para el caso de superposición establecen
los números 6º y 7º del artículo 95 (art. 84, inc. final).

181. Oposición a la constitución de la pertenencia. Si el o los afectados


resuelven hacer uso del derecho de oponerse a la constitución de la
pertenencia a cuyo respecto el Servicio ha informado de la existencia
de superposición, deberán presentar su oposición en el expediente del
interesado, dentro del plazo fatal de sesenta días, contado desde la
fecha de la notificación personal del titular de la pertenencia afec-
tada por la superposición.57

56
La Ley 19.573, agregó dos incisos al artículo 83, que disponen las modifica-
ciones indicadas en el presente párrafo y en el que le precede.
57
Modificación introducida por la Ley 19.573 en cuanto a la extensión del
plazo y forma de contarlo.

142
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

Con la finalidad de evitar dudas frente a fallos contradictorios


de los tribunales, la Ley 19.573 ha fijado la interpretación que debe
dársele al artículo 84, en cuanto a que el plazo para deducir la de-
manda de oposición lo es sólo para presentarla y no como se ha
fallado en el sentido de que en dicho plazo debe también notificarse
la demanda.
La oposición deberá cumplir con los requisitos de toda demanda
y será rechazada de plano, si no se acompaña a ella copia auténtica
de la solicitud de mensura, en el caso de que se trate de una mensu-
ra que recae sobre terrenos que son objeto de una oposición a la
mensura por la causal 2ª del artículo 61, o del acta de mensura y del
plano respectivo, si la ley en su oportunidad hubiere hecho obligato-
rio levantarlo, tratándose de una pertenencia constituida (art. 84,
inc. 2º, mod. por la Ley 18.941).58-59
El juicio se tramita por el procedimiento sumario y se tendrá al
opositor por demandante. El informe del Servicio servirá de base
de presunción judicial. Corresponderá al demandado, es decir, a
quien está pretendiendo constituir su pertenencia, probar que el
terreno abarcado por la mensura de su pertenencia no se encuen-
tra, en todo o parte, ocupado por la o las pertenencias del opositor,
o, en su caso, que se han extinguido los derechos de las partes al
terreno en que se ha alegado la preferencia (art. 84, inc. 3º, mod.
por la Ley 18.941).
Tratándose de la oposición a la mensura, hemos visto que el
artículo 68 limita la defensa del demandado a la prueba de que
los terrenos en litigio no son los mismos que pretende mensurar
el opositor. En lo que respecta a esta oposición a la constitución

58
Ha habido discusión en cuanto a si la copia auténtica del acta de mensura
es la otorgada por el secretario del tribunal o el Archivero Judicial, en su caso, o
también lo es la copia de la inscripción de dicha acta de mensura. Nos parece del
todo conveniente, ante esta duda y frente a la grave sanción dispuesta por la ley (el
rechazo de plano de la oposición), que al deducirse esta oposición se acompañe la
copia del acta de mensura otorgada por el secretario del tribunal o el Archivero,
en su caso.
59
Ha habido jurisprudencia contradictoria de la Excma. Corte Suprema res-
pecto del alcance del plazo de 30 días que contemplaba el inciso 1º del art. 84,
ya que en algunos fallos se sostuvo equivocadamente, a nuestro juicio, que dicho
plazo no sólo estaba establecido para presentar la oposición, sino también para
notificarla. Esta situación aparece definitivamente aclarada por la Ley 19.873 que
dispuso que no es necesario que dentro del plazo aludido deba notificarse la de-
manda de oposición.

143
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

de la pertenencia, nada ha dicho la ley, por lo que el interesado y


demandado podrá oponer todas las excepciones y defensas que estime
conveniente.60
Debe tenerse presente que el demandado está obligado a darle
curso progresivo al juicio y a la gestión de constitución del título, en
su caso, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 70.

182. La sentencia del juicio de oposición y sus efectos. Ejecutoriada


la sentencia que rechace la demanda en todas sus partes, es decir,
triunfante el interesado o demandado, se dictará la sentencia consti-
tutiva de su pertenencia o pertenencias.
Si la sentencia acoge la demanda en todas sus partes, esto es, el
interesado o demandado pierde el litigio, declarará extinguidos los
derechos del interesado y ordenará cancelar las correspondientes
inscripciones.
La sentencia que acoja en parte la demanda determinará el terreno
sobre el que podrá volver a mensurar el demandado.
Al efectado por la mensura superpuesta que haga uso de esta
acción le está vedado hacer valer posteriormente la acción de
nulidad de concesión de los números 6º ó 7º,61 en su caso, del
artículo 95, no porque exista cosa juzgada, sino para evitar otro
juicio en el que se discutirán hechos del todo semejantes, como
son los relativos a la superposición de las mismas pertenencias
(art. 84, inc. final).

60
Las normas legales que hemos estado analizando dan origen a una situación
anómala que, si bien no es de ordinaria ocurrencia, podría producirse.
En efecto, el no ejercicio de la oposición facultativa del inciso 1º del artículo 66
franquea la posibilidad de que el solicitante de mensura posterior pueda adelantarse
al solicitante de mensura anterior en la ejecución de la mensura y constitución de
la pertenencia, y cuando el Servicio informe la mensura de este último, deberá
dejar constancia de que existe superposición sobre la mensura del solicitante
de mensura posterior (art. 80), en circunstancias de que la superposición se ha
producido en forma inversa, por cuanto la mensura del solicitante de mensura
anterior se presume de derecho practicada en la fecha de su solicitud de mensura
(art. 72, inc. 2º). Producida tal situación, se da el extraño caso que el solicitante de
mensura posterior, cuya mensura, por tanto, se presume posterior, podría argüir
que es afectado por una mensura que se presume anterior e intentar la acción del
artículo 84 para impedir la constitución de la pertenencia, cuyo titular, a su vez,
podría ejercitar en su contra la acción de nulidad del Nº 6 del artículo 95, argu-
mentando, precisamente, que su mensura se presume anterior.
61
Modificado, en la forma en que aparece en el texto, por la Ley 19.573.

144
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

183. Examen de expediente antes de la dictación de la sentencia


constitutiva de la pertenencia. Antes de dictar la sentencia consti-
tutiva de la pertenencia y dentro del papel activo que la ley le ha
asignado, el juez debe examinar los autos y sólo si éstos reúnen los
requisitos legales debe proceder a la dictación de dicha sentencia
(art. 85, inc. 1º).
Si nota faltas o ilegalidades insubsanables, debe dictar sentencia
denegando la constitución de la pertenencia y mandará cancelar las
inscripciones respectivas (art. 85, inc. 2º).
Si nota, en cambio, faltas o ilegalidades subsanables, ordenará su
corrección dentro del plazo que prudencialmente fije y, hecho, dictará
la sentencia constitutiva de la pertenencia. Si la corrección no se
efectúa dentro del plazo fijado, el juez, de oficio, debe proceder a
dictar sentencia denegando la constitución de la pertenencia y mandará
cancelar las inscripciones respectivas (art. 85, inc. 3º). Se entiende
que no son subsanables la omisión o retardo en el cumplimiento de
requisitos para los cuales se han fijado plazos fatales.
Entendemos que es este el momento procesal adecuado para
que el juez dé cumplimiento a la obligación que le impuso la Ley
19.573 al modificar el artículo 27, en el sentido de que debe velar
por la observancia de la prohibición de superponer pertenencias.
En caso de que ésta se haya producido, el juez, previas las medidas
para mejor resolver que estime pertinentes, podrá dar aplicación a
lo dispuesto en el artículo 85.

Párrafo V
LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

184. Generalidades. La sentencia que pone término al procedimiento


de constitución, tanto de la concesión de exploración como de la
pertenencia, tiene el carácter de sentencia definitiva y puede ser, según
ya hemos visto, constitutiva o denegatoria de la concesión.
El juez dictará sentencia constitutiva de la concesión si se reúnen
los requisitos legales, y la sentencia será denegatoria si advierte faltas
o ilegalidades insubsanables o si, siendo éstas subsanables, no se han
subsanado dentro del plazo fijado al efecto por el mismo juez. La
primera deberá reunir los requisitos que estudiaremos más adelante,
y la segunda deberá cumplir con las normas que señala el artículo 826

145
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

del Código de Procedimiento Civil, ya que el Código no da regla


expresa sobre el particular.

185. Verificación de las caducidades. No sólo antes de dictar sen-


tencia, sino durante todo el transcurso de la tramitación de la con-
cesión, el juez está obligado a vigilar el expediente respectivo para
verificar el cumplimiento de las obligaciones para las cuales la ley
ha establecido plazos fatales.
Así, si el juez nota en cualquier momento de la tramitación y mientras
no se haya dictado la sentencia constitutiva de laconcesión, que no se
ha cumplido cualquiera de los requisitos o actuaciones para las cuales
el juez, conforme al artículo 82, o el Código, hayan señalado plazos
fatales, debe dictar sentencia declarando la caducidad de los derechos
emanados del pedimento o de la manifestación y ordenar la cance-
lación de las inscripciones correspondientes (art. 86, inc. 1º).

186. Petición de caducidad por terceros. Consulta. Como hemos


tenido ocasión de señalarlo, el procedimiento de constitución de la
concesión no se hace contencioso, sino por excepción. De ahí que
toda cuestión que se suscite durante su tramitacióndebe sustanciarse
en juicio separado.
Pues bien, la ley le ha dado a cualquier persona el derecho de re-
clamar en el expediente respectivo de los vicios de caducidad en que
se haya incurrido en el curso de la tramitación de la concesión, hasta
el momento mismo de la dictación de la sentencia constitutiva; pero
el reclamo no transforma en contencioso el asunto, sino que tal petición
queda para su resolución en la sentencia que habrá de dictarse.
Si no obstante haberse formulado una o más peticiones de cadu-
cidad el juez no dicta sentencia declarando la caducidad, sino, por
el contrario, la sentencia constitutiva de la concesión es dictada, ésta
no se entenderá constituida sino una vez que la sentencia sea elevada
en consulta a la Corte de Apelaciones y sea confirmada por ésta. Si
la Corte aprueba la sentencia, quedará constituida la concesión. Si la
revoca, declarará la caducidad de los derechos emanados del pedimento
o de la manifestación y ordenará la cancelación de las inscripciones
correspondientes. La consulta se verá en cuenta (art. 86, inc. 2º).

187. Dictación de la sentencia constitutiva. Sus efectos. La ley ha


dispuesto que la sola dictación de la sentencia constitutiva de la con-
cesión sanea todos los vicios procesales y las caducidades en que se pueda

146
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

haber incurrido en la tramitación. Por lo mismo, el derecho para


formular la representación de la existencia de alguna caducidad,
derecho al que nos referimos en el número anterior, se extingue
una vez dictada la sentencia por el juez (art. 86, inc. 4º).
Este saneamiento, que busca darle estabilidad al título mine-
ro, se produce, insistimos, por la sola dictación de la sentencia, aun
cuando ésta todavía no haya sido notificada, según así consta de la
historia de la ley.62- 63

188. Requisitos de la sentencia constitutiva de la concesión. Siguien-


do la pauta que señala el artículo 170 del Código de Procedimiento
Civil acerca del contenido de las sentencias definitivas, el artículo 87
indica que la sentencia constitutiva de la concesión minera consta
de tres partes, a saber: expositiva, considerativa y resolutiva.
A) La parte expositiva debe contener los siguientes enunciados:
1º. Nombre, domicilio y profesión u oficio del peticionario o del
manifestante y los del titular actual del pedimento o de la manifes-
tación, según conste en autos;
2º. La fecha de la presentación del pedimento o de la manifes-
tación o aquella en que ésta se tiene por presentada y las peticiones
deducidas en ellos;
3º. Las fechas en que se hayan publicado el pedimento o la ma-
nifestación y la solicitud de mensura, en su caso;
4º. La fecha de el o los informes del Servicio y aquella en que
se haya publicado el extracto a que se refiere el artículo 83, si tal
publicación ha sido procedente;

62
Así consta en las Actas de la Primera Comisión Legislativa, y así aparece
confirmado explícitamente por la Excma. Corte Suprema en sentencia de 4 de
marzo de 1990.
63
Sin embargo, por sentencia de fecha 29 de julio de 2004 la Corte Suprema
(Cuarta Sala - Ministros Sres. J. Benquis, O. Álvarez, U. Marín, J. Medina y J. L.
Pérez Z.) contraviniendo frontalmente el texto expreso de la ley, el espíritu de la legislación,
la historia de su establecimiento y la jurisprudencia del mismo Tribunal, rechazó
un recurso de casación sosteniendo que el saneamiento de los vicios procesales y
las caducidades no se produce con la dictación de la sentencia constitutiva como lo
dispone en forma expresa el inc. 4º del artículo 86 del Código de Minería, sino que tal
saneamiento se produce cuando la sentencia constitutiva se encuentra ejecutoriada,
lo que puede tener lugar hasta meses después de dictada la sentencia, abriendo así
un gran espacio para que se intenten peticiones de caducidad, con lo cual se atenta
contra la seguridad jurídica y la estabilidad de los derechos mineros.

147
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

5º. Los datos de la inscripción del pedimento o de la manifesta-


ción y, si corresponde, los datos de la inscripción de esos derechos
a favor del actual titular;
6º. El nombre de las concesiones y las coordenadas U.T.M. de
cada uno de los vértices del perímetro de la concesión de exploración
o de la pertenencia o grupo de pertenencias, en su caso (art. 87,
incisos 1º y 2º).
B) La parte considerativa de la sentencia expresará las razones
que le sirven de fundamento (art. 87, inc. final).
C) La parte resolutiva de la sentencia debe, según el caso:
1º. Aprobar el plano de la concesión de exploración;
2º. Aprobar el acta de mensura y el plano de mensura de la
pertenencia o grupo de pertenencias;
3º. Declarar constituida la concesión de exploración o la perte-
nencia o grupo de pertenencias, según corresponda;
4º. Mandar publicar el extracto de la sentencia;
5º. Ordenar la inscripción de la sentencia y el archivo de los
planos correspondientes, y
6º. Ordenar la inscripción del acta de mensura, en su caso (art. 87,
inc. final).64

189. Recursos contra la sentencia. Sólo el actual titular del pedimento


o de la manifestación podrá deducir recursos contra la sentencia
que resuelva sobre la constitución de la concesión (art. 88).

64
El artículo 42 del Reglamento dispone: “Dictada la sentencia constitutiva de
la concesión de exploración, el original del plano respectivo se entregará al Servicio por
el interesado; una copia del mismo se archivará en el Registro de Descubrimientos
del Conservador de Minas en que se inscriba la sentencia, y la otra copia quedará
agregada en el expediente.
Dictada la sentencia constitutiva de la pertenencia o grupo de pertenencias,
el original del plano de mensura y una copia del acta de mensura se entregarán
al Servicio por el interesado; una copia del plano se archivará en el Registro de
Propiedad del Conservador de Minas respectivo; una copia del acta autorizada por
el secretario del juzgado se inscribirá junto con la sentencia en el mismo Registro
y Conservador, y el original del acta y una copia del plano quedarán agregados
en el expediente”. Hacemos notar que tanto el plano como el acta de mensura
se confeccionan en tres ejemplares (arts. 77 y 78), por lo que cada uno de ellos
constituye un original de esos documentos, de donde resalta la impropiedad de su
denominación de “copias” que hace el Reglamento.

148
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

La disposición referida se entiende si se considera que la senten-


cia recae sobre un asunto no contencioso respecto del cual, además,
el legislador ha querido limitar al máximo la posibilidad de que se
transforme en contencioso.
Procederán en contra de la sentencia que resuelve sobre la conce-
sión los recursos de aclaración, rectificación o enmienda, apelación,
casación de forma y de fondo, según las reglas generales, y queja
(art. 822 del C.P.C.), no siendo aplicable el artículo 821 del Código
de Procedimiento Civil, puesto que ello sería contradictorio con el
efecto de cosa juzgada que produce la sentencia, de acuerdo a lo
que dispone el inciso 5º del artículo 86.

190. Sentencia ejecutoriada. Notificación. Cosa juzgada. Con el


objeto de asegurar la notificación de la sentencia constitutiva de
la concesión, atendido que recae en un asunto no contencioso, la
ley, haciendo excepción a la regla general, ha dispuesto que ella se
notifique por el estado diario (art. 86, inc. 4º).
Una vez ejecutoriada, conforme lo dispone el artículo 174 del
Código de Procedimiento Civil, la sentencia constitutiva de la conce-
sión produce cosa juzgada. Con todo, la excepción de cosa juzgada que
emana de la sentencia ejecutoriada no será oponible respecto:
1º. De quien haya promovido oportunamente una cuestión en
juicio separado, con arreglo al inciso 2º del artículo 34.
Resulta evidente que si está pendiente un juicio entablado antes
de que la sentencia quede ejecutoriada, el concesionario no podrá
oponer la excepción de cosa juzgada y la sentencia constitutiva
de la concesión quedará expuesta a los resultados de dicho juicio.
Por otra parte, si el juicio separado se funda en la existencia de
vicios procesales o caducidades de que adolezca la tramitación de
la constitución de la concesión, el concesionario no podrá oponer
la excepción de cosa juzgada si el juicio se ha promovido antes de la
dictación de la sentencia constitutiva. Si el juicio se ha promovido
después de su dictación, se habrá producido el saneamiento de todos
los vicios procesales y caducidades y la acción intentada deberá ser
rechazada (art. 86, inc. 5º). (Ver Nº 187.)
2º. De quien tenga derecho a ejercer alguna de las acciones de
nulidad contempladas en el artículo 95.
Es de toda lógica que si existen vicios que autorizan la nulidad
del acto de concesión, no sea oponible la excepción de cosa juzgada

149
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

respecto de quienes tengan derecho a ejercer las acciones destinadas


a reclamar de ellos. Extinguidas por prescripción estas acciones, la
sentencia producirá cosa juzgada respecto de dichas personas.

191. Publicidad dispuesta para la sentencia constitutiva. Extracto. La


sentencia constitutiva de la concesión, según vimos, ordena que ésta
se publique en extracto (art. 87, inc. final), que debe ser redactado
por el secretario del juzgado (art. 43 Rglto.).
La publicación no tiene fijado expresamente un plazo para efec-
tuarla, pero la ley ha señalado que debe hacerse el primer día hábil
de cualquier mes, con el propósito de facilitar su conocimiento y
para que quienes puedan verse afectados por la constitución de la
concesión estén en condiciones de hacer valer sus derechos opor-
tunamente.
La publicación, como todas las que ordena el Código, debe
efectuarse en el Boletín Oficial de Minería y, en todo caso, antes de
requerirse la inscripción de la sentencia y del acta de mensura, en su
caso.
El extracto de la sentencia debe contener:
1º. La designación del juzgado y el número de rol d e expe-
diente;
2º. La fecha de la sentencia y la naturaleza de la concesión;
3º. El nombre, profesión u oficio y domicilio del peticionario o
manifestante y, en su caso, los del concesionario. Esto último tendrá
lugar cuando ha habido transferencia o transmisión de los derechos
mineros en trámite;
4º. La fecha de la presentación del pedimento o de la manifes-
tación, o aquella en que ésta se tiene por presentada, y los datos de
la inscripción de aquél o de ésta;
5º. El nombre de la concesión de exploración o de la pertenencia
o pertenencias, y
6º. Las coordenadas U.T.M. de cada uno de los vértices del perí-
metro de la concesión de exploración o de la pertenencia o grupo
de pertenencias (art. 90, inc. 1º).
Sin perjuicio de la publicación del extracto de la sentencia cons-
titutiva de la concesión y como una medida adicional de publicidad
en resguardo de los derechos de terceros que pudieran resultar
afectados por la constitución de las concesiones mineras, el Servicio
debe publicar el primer día hábil del mes de junio de cada año la nómina
de las concesiones que se hayan constituido en el año calendario

150
CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

anterior, clasificándolas por comunas. La publicación debe contener,


respecto de cada concesión de exploración y de cada pertenencia o
grupo de éstas, las menciones indicadas en los números 1º, 2º, 5º y
6º arriba señalados (art. 90, inc. final y art. 44 Rglto.).

192. Inscripción de la sentencia constitutiva. Aun cuando la conce-


sión nace con la sentencia constitutiva ejecutoriada (art. 19 Nº 24
C.P. y art. 5º, inc. 1º, LOC), la ley ha dispuesto que el juez ordene su
inscripción (art. 5º, inc. final, LOC y 87, inc. final), sometiendo la
concesión al régimen de posesión inscrita.
La inscripción de la sentencia constitutiva de la concesión de
exploración y la inscripción de la sentencia constitutiva y del acta de
mensura de la pertenencia o grupo de pertenencias, debe requerirse
dentro del plazo fatal de ciento veinte días, contado desde la fecha de
la sentencia de primera instancia o desde la fecha del decreto que
ordena el cumplimiento de la segunda instancia, en caso de que haya
sido objeto del trámite de consulta (art. 89, inc. 1º).
Si no se requiere la inscripción dentro del plazo mencionado,
la sentencia deja de surtir efectos y la concesión o concesiones ca-
ducarán. En tal caso, cualquier persona podrá solicitar del juez que
ordene cancelar las inscripciones que se hayan practicado (art. 89,
inc. final). Por otra parte, el Conservador de Minas debe abstenerse
de practicar la inscripción si ella se le requiere después de transcu-
rrido el plazo de que se trata (art. 103 Rglto.).
La inscripción consistirá en la transcripción íntegra de la sen-
tencia y del acta de mensura, en su caso, y deberá dejar constancia
de la fecha en que se haya publicado el extracto (art. 89, inc. 3º),
para cuyo efecto el Conservador de Minas deberá exigir el ejemplar
del Boletín Oficial de Minería en el que se efectuó tal publicación
(art. 104, Rglto.).65-66
La inscripción de la sentencia se practica en el Registro de
Descubrimientos del Conservador de Minas, tratándose de una con-
cesión de exploración, y en el Registro de Propiedad, si se trata
de una pertenencia o grupo de pertenencias, Registro en el cual

65
De conformidad con el artículo 92 del Reglamento al transcribir las cantidades
que mencione el título o instrumento que se inscribe, la inscripción las expresará
en cifras o letras, según aparezcan en el título o instrumento.
66
De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 93 del Reglamento, la copia del
acta de mensura puede consistir en una copia o fotocopia del respectivo escrito o
instrumento, autorizada por el secretario del tribunal.

151
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

también se practicará la inscripción de la correspo ndiente acta


de mensura.
La sentencia constitutiva y el acta de mensura, sea que compren-
dan o no varias pertenencias, serán objeto de una sola inscripción.
Conjuntamente con dicha inscripción se archivará el plano de men-
sura (art. 103 Rglto.).67
Está facultado para requerir esta inscripción el portador de las
copias autorizadas de la sentencia y del acta de mensura (art. 89,
inc. 2º).

67
Para proceder tanto al archivo de los planos como a la inscripción del
acta de mensura el interesado debe exhibir la constancia de haber entregado los
originales de dichos documentos al Servicio (art. 42, inc. final Rglto.). Verificada
la inscripción, el Conservador debe anotarla en el Registro de Descubrimientos,
al margen de la inscripción del respectivo pedimento o manifestación, en su caso
(art. 94 Rglto.).

152
C A PÍTULO NOV ENO

EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA


DE LA CONCESIÓN

193. Generalidades. Bajo este título el Código trata diversas mate-


rias que se relacionan con el nacimiento de la concesión minera y
que son consecuencia de la dictación de su sentencia constitutiva,
aun cuando, evidentemente, esta resolución judicial produce adi-
cionalmente otros efectos, a los cuales ya nos hemos referido en el
capítulo anterior.
También cabría agregar que esta sentencia produce efectos im-
portantes que se tratan en otras disposiciones del Código y entre los
cuales pueden destacarse como principalísimos: el nacimiento del
derecho a explorar que otorga la concesión de exploración y del
mismo derecho y del de explotar que confiere la pertenencia, una
vez constituidas, y que trataremos en este capítulo.

Párrafo I
RÉGIMEN DE PROPIEDAD DE LA CONCESIÓN

194. Propiedad y posesión de la concesión. Tanto la Ley Orgánica


como el Código han señalado que la concesión minera es un derecho
real inmueble y que se rige por las mismas leyes civiles que los demás
inmuebles, salvo en lo que contraríen disposiciones de dicha Ley y
Código (arts. 2º LOC y 2º).
El principio antes enunciado nos explica la gran similitud exis-
tente entre las disposiciones contempladas en el Código con las de
la legislación civil en lo tocante al régimen de propiedad a que se
sujeta la concesión.

153
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Recordemos también que la norma constitucional relativa al régimen


minero ha dispuesto para el dominio del titular sobre su concesión la
garantía de este rango de que goza el derecho de propiedad.
A estos respectos, el artículo 91 establece que la sentencia que
otorga la concesión constituye el título de propiedad sobre ella, esto es,
la sentencia constitutiva de la concesión crea en su titular el derecho
real inmueble que, separado e independiente del dominio sobre
el suelo, le permite ejercitar los derechos, entre otros, a explorar y
explotar, según su especie, todas las sustancias concesibles existentes
dentro de sus límites.
La misma disposición citada agrega que la sentencia constitutiva
de la concesión da originariamente su posesión, significando con ello
que estamos frente a la primera posesión sobre la concesión, que
es coetánea con el nacimiento de ésta.
La posesión de la concesión se origina, entonces, con la sentencia
constitutiva y siendo en su origen no inscrita, para su supervivencia
y la de la concesión recién constituida, será menester proceder a su
inscripción dentro del plazo fatal de ciento veinte días a que ya nos
hemos referido (art. 5º, inc. final, LOC y art. 89). De este modo y
practicada dicha inscripción en el Registro de Descubrimientos,
tratándose de la concesión de exploración, o en el de Propiedad, si
se trata de la pertenencia, la concesión quedará sometida al régimen
de posesión inscrita.
Transcurrido el plazo mencionado, la posesión de la concesión
sólo podrá ser una posesión inscrita y, por lo tanto, ella servirá de
requisito, prueba y garantía de dicha posesión, no existiendo des-
pués de dicho lapso posesiones no inscritas, como ocurre en la
legislación civil.

195. Prescripción adquisitiva de la concesión. Superposiciones.


La prescripción adquisitiva es un modo de adquirir el dominio vin-
culado íntimamente a la posesión y al tiempo que ésta dure y, por
eso, el artículo 2492 del Código Civil nos señala que las cosas ajenas
comerciables se adquieren por haberse poseído durante cierto lapso,
con los requisitos legales.
El Código sólo nos da al respecto las reglas que contiene su ar-
tículo 93, por lo que esta institución se rige por las normas contenidas
en la legislación civil, en lo no regulado por dicho artículo.
Como el lapso de posesión no inscrita en materia minera no pue-
de ser superior a ciento veinte días, según hemos visto, encontrará

154
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

aplicación el artículo 2505 del Código Civil, que dispone que contra
un título inscrito no procede la prescripción adquisitiva de bienes
raíces o de derechos reales constituidos en éstos, sino en virtud de
otro título inscrito; ni empezará a correr sino desde la inscripción
del segundo.
La posesión puede ser regular o irregular. La primera es la que tiene
justo título, buena fe y la tradición, si se invoca un título traslaticio de
dominio, y lleva a éste por el modo de adquirir prescripción ordinaria;
y la segunda, es aquella a la que le falta alguno de estos requisitos y lleva
al dominio por el modo de adquirir prescripción extraordinaria.
Ahora bien, en materia minera el tiempo de posesión necesario
para ganar el dominio de la concesión por prescripción ordinaria es de
dos años, y es de cuatro años en la prescripción extraordinaria.
Resulta así notorio el afán del legislador de consolidar cuanto
antes el dominio sobre la concesión al establecer estos plazos cortos
de posesión para adquirir por prescripción.
Repitiendo la norma contenida en el artículo 2511 del Código
Civil, el inciso final del artículo 93 dispone que las suspensiones que
la ley acuerda en favor de ciertas personas, tanto en la prescripción
adquisitiva como en la extintiva, no se tomarán en cuenta transcurrido
el plazo de cuatro años.
La sentencia que declare la prescripción deberá inscribirse en
el Registro de Descubrimientos, tratándose de una concesión de
exploración, y en el de Propiedad, si se trata de una pertenencia.
Debemos hacer presente que la norma que comentamos ha
querido dejar perfectamente en claro que la prescripción adqui-
sitiva juega sólo cuando se posee una misma concesión y que, en
consecuencia, no recibirá aplicación en el caso de superposición de
una concesión sobre otra diferente.
Tampoco juega la prescripción adquisitiva como factor de sanea-
miento de vicios de que puede adolecer la concesión, ya que éstos
sólo pueden sanearse por la prescripción extintiva de la acción de nulidad
de la concesión, siendo una mera coincidencia el hecho de que el
plazo de prescripción adquisitiva extraordinaria sea el mismo que
el de prescripción extintiva de la acción referida. De ello quedó
expresa constancia en la historia de la ley.
Finalmente, creemos que, atendida la redacción del artículo 93,
las normas contenidas en el Código sobre prescripción son sólo
aplicables a la concesión y no a los demás derechos mineros, los que
quedan sometidos a la legislación general.

155
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

196. Acción reivindicatoria y acciones posesorias. La acción reivindi-


catoria es la que tiene el dueño de una cosa singular de que no está
en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituír-
sela; y acciones posesorias son las que tienen por objeto conservar o
recuperar la posesión de los bienes raíces y de los derechos reales
constituidos en ellos.
El Código se limita a señalar la procedencia de la acción reivindi-
catoria y de las acciones posesorias respecto de la concesión minera
y de otros derechos reales constituidos sobre ella, de manera que
en esta materia debemos recurrir a las normas contenidas en los
artículos 889 y siguientes y 916 y siguientes del Código Civil, según se
trate, respectivamente, de la primera o de las segundas (art. 94).

197. Transferencia y transmisión de los derechos mineros. Siendo la


concesión, tanto en trámite como constituida, un inmueble sometido
al régimen de la propiedad inscrita, el Código no se aparta de las
reglas contenidas al respecto en la legislación civil y es así como el
artículo 92 ha dispuesto que deberá otorgarse por escritura pública
el título para transferir los derechos emanados del pedimento y de
la manifestación, la concesión y los derechos reales constituidos
sobre ésta.
Ahora, la tradición de los derechos emanados del pedimento y
de la manifestación y de la concesión se efectúa por la inscripción
del título en el respectivo Registro del Conservador de Minas. Dicho
Registro será el de Descubrimientos, si se trata de derechos mineros
en trámite (pedimento y manifestación) y de la concesión de explo-
ración, y el de Propiedad, si se trata de pertenencias constituidas.
Respecto de la tradición de las acciones de las sociedades mineras,
que son las regidas especialmente por el Código, se aplica la misma
regla (art. 178), ya que ella se efectúa por la inscripción del título, que
debe constar en instrumento público, en el Libro de Accionistas del
Registro de Accionistas, atendido a que a estas sociedades el Código
les aplica también las normas de la propiedad inscrita.
Remitiéndose al Código Civil, el artículo 92 señala que, en
lo que respecta a la tradición del derecho de servidumbre, deberá
estarse a lo dispuesto en el artículo 698 de dicho Código, esto es, se
hará dicha tradición por escritura pública en que el tradente exprese
constituirlo y el adquirente aceptarlo.
Por lo que toca a la transmisión de la concesión y de las acciones
de las sociedades mineras y de los derechos emanados del pedimento

156
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

y de la manifestación, debe aplicarse la norma del artículo 688 del


Código Civil, que previene la práctica de diversas inscripciones, a saber:
1º) Inscripción del decreto judicial que otorga a los herederos la
posesión efectiva de la herencia; 2º) Inscripción especial de heren-
cia, por la cual los bienes inmuebles y acciones quedan a nombre
de todos los herederos y del cónyuge, en su caso; y 3º) Inscripción
del acto particional, en cuya virtud se producen las adjudicaciones
de los bienes hereditarios a los herederos. Si ha habido testamento,
éste deberá también inscribirse.
Las referidas inscripciones se practicarán en el Registro de Des-
cubrimientos, o en el de Propiedad, o en el de Accionistas, según
el caso.

Párrafo II
EL CONSERVADOR DE MINAS

198. Normas por las cuales se rige. El régimen de propiedad inscrita


a que se encuentran sometidos los derechos mineros y las caracterís-
ticas especiales que ellos asumen, han obligado a la creación de un
Registro diferente del existente para los demás inmuebles, a cargo
de un funcionario, el Conservador de Minas, que cumple funciones
del todo semejantes al Conservador de Bienes Raíces.
En la capital de cada departamento habrá una oficina encargada
del Registro Conservatorio de Minas –nos dice el artículo 75 del
Reglamento–, referencia que debemos entender hecha a la comuna
o agrupación de comunas, de acuerdo a la normativa sobre regio-
nalización del país (Ley 18.849).
El Registro Conservatorio de Minas se rige, en primer lugar,
por las disposiciones contenidas en el Título VII del Código y en el
Título XII del Reglamento y, en lo no previsto en dichas normas,
por las que reglan el Registro Conservatorio de Bienes Raíces, en
cuanto le sean aplicables (art. 99).

199. Competencia. La ubicación del punto medio de la concesión


de exploración y la del punto de interés de la manifestación fijan la
competencia del Conservador de Minas para los efectos de las ins-
cripciones que deben practicarse en los correspondientes Registros
(art. 232, inc. 1º).

157
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Ahora bien, en el mismo Conservador en que se hubieren prac-


ticado las inscripciones relativas al pedimento y a la manifestación,
se deben practicar todas las otras inscripciones y las demás actua-
ciones que en cualquier forma se relacionen con el pedimento y la
concesión de exploración que de él derive, y con la manifestación
y la pertenencia respectiva (art. 232, inc. 2º).
En cuanto a las inscripciones que en cualquier forma se relacio-
nen con pertenencias constituidas o que se constituyan con arreglo
a normas legales anteriores al Código de 1983, ellas se practicarán
en el mismo Conservador de Minas que era competente para efec-
tuarlas de conformidad con la legislación que era aplicable al efecto
(art. 74 Rglto.).

200. Registros que lleva el Conservador de Minas. Al igual que el


Conservador de Bienes Raíces, el Conservador de Minas lleva un
libro denominado Repertorio, que tiene por objeto anotar la fecha
en que se presenta para su inscripción el título correspondiente,
fecha que será la misma de la inscripción, siempre que ella se practi-
que dentro de los sesenta días, contados desde que se requiera dicha
inscripción.
Además, los Conservadores de Minas llevan los siguientes li-
bros:
1º. Registro de Descubrimientos;
2º. Registro de Propiedad;
3º. Registro de Hipotecas y Gravámenes;
4º. Registro de Interdicciones y Prohibiciones, y
5º. Registro de Accionistas.
A su vez, el Registro de Accionistas consta de tres libros:
a) Libro de Accionistas;
b) Libro de Gravámenes y Prohibiciones, y
c) Índice de Sociedades y Socios.

201. Inscripciones que se practican en los Registros mencionados.


A) Se inscriben en el Registro de Descubrimientos (art. 100):
1º. El pedimento, la manifestación y la transferencia y transmisión
de los derechos que emanan de ellos;
2º. La sentencia constitutiva de la concesión de exploración y la
transferencia y transmisión de ésta;

158
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

3º. Los títulos que dan origen a una sociedad legal minera, cuando
recaen en un pedimento, en una manifestación o en una concesión
de exploración (art. 102), y
4º. La sentencia ejecutoriada que declare la prescripción adqui-
sitiva del dominio de una concesión de exploración o de derechos
reales constituidos sobre ella (art. 80 Rglto.).
B) Se inscriben en el Registro de Propiedad (art. 101):
1º. La sentencia constitutiva y el acta de mensura de la pertenen-
cia y la transferencia y transmisión de ésta;
2º. La escritura de sociedad a que se refiere el artículo 201 y las
modificaciones de ésta.
La escritura de sociedad y sus modificaciones a que se hace
referencia son las relativas a la sociedad contractual minera, espe-
cialmente regida por el Código;
3º. Los títulos que dan origen a una sociedad legal minera,
cuando recaen en una pertenencia constituida (art. 102), y
4º La sentencia ejecutoriada que declare la prescripción adquisitiva
del dominio de una pertenencia o de derechos reales constituidos
sobre ella (art. 80 Rglto.).68
C) Se inscriben en el Registro de Hipotecas y Gravámenes los fi-
deicomisos, hipotecas, servidumbres, usufructos, avíos, promesas de
venta, opciones y demás gravámenes que, en su caso, afecten a un
pedimento, a una manifestación o a una concesión (art. 103).
D) Se inscriben en el Registro de Interdicciones y Prohibiciones
los embargos, litigios, prohibiciones, interdicciones y, en general,
todo impedimento o prohibición, sea convencional, legal o judi-
cial, que embarace o limite de cualquier modo el libre ejercicio
de la facultad de enajenar, en todo o en parte, los derechos ema-
nados de un pedimento o de una manifestación, o una concesión
(art. 104).

68
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 106, el Conservador debe remitir
al Servicio copias autorizadas de las inscripciones que practique en el Registro de
Descubrimientos; de la inscripción de la sentencia constitutiva de la pertenencia en
el Registro de Propiedad, y de las inscripciones de transferencias y transmisiones
que se practiquen en cualquiera de esos Registros. También enviará copia, con la
correspondiente anotación marginal, de todas las inscripciones que se cancelen o
modifiquen en virtud de resolución judicial, todo ello, a más tardar, al octavo día
hábil de efectuadas esas inscripciones, cancelaciones o modificaciones.

159
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

E) Se inscribe en el Libro de Accionistas del Registro de Accio-


nistas la nómina de los socios de que se compone la sociedad, con
especificación del número de acciones o de la fracción de acción
que cada uno tenga en ella, y la transferencia y transmisión de ellas.
Al margen de la inscripción de dicha nómina debe anotarse la escri-
tura pública a que debe reducirse el acta de la junta de accionistas
de la sociedad legal minera que da cuenta del nombramiento de
administrador (art. 105 y art. 85 Rglto.).
F) Se inscriben en el Libro de Gravámenes y Prohibiciones del Re-
gistro de Accionistas las interdicciones que se pronuncien contra
dueños de acciones mineras, los contratos de promesa y opción y la
prenda sobre ellas y, en general, todo impedimento o prohibición,
convencional, legal o judicial, que embarace o limite de cualquier
modo el libre ejercicio del derecho de enajenar las acciones de un
socio o las facultades que conciernan al administrador de una socie-
dad. Se practicará también en este Libro la anotación del domicilio
de los socios para los efectos de su citación a junta de accionistas
(art. 105 y art. 86 Rglto.).
G) Finalmente, el Índice de Sociedades y Socios del Registro de
Accionistas servirá para llevar por orden alfabético la nómina de
aquéllas y éstos (art. 105 y arts. 87 y 88 Rglto.).
Debe tenerse presente que el Registro de Accionistas sirve exclusiva-
mente para las sociedades que se rigen por el Código (art. 105).69

Párrafo III
NULIDAD DEL ACTO DE CONCESIÓN

202. Generalidades. Al tratar de los recursos en contra de la sen-


tencia constitutiva de la concesión y el carácter de ejecutoriada que
ella adquiere conforme al artículo 174 del Código de Procedimiento
Civil, expresamos que en tal evento ella producía cosa juzgada.
Sin embargo, señalamos que la excepción de cosa juzgada, con-
forme al artículo 86, no es oponible respecto de quien tenga el
derecho de ejercer alguna de las acciones de nulidad del acto de

69
A la forma de llevar los libros, de efectuar las inscripciones y a las solemni-
dades de ellas, se refieren los artículos 89, 90, 91, 92, 93 y 94 del Reglamento.

160
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

concesión que contempla la ley, puesto que si éste adolece de algún


vicio y no han prescrito las acciones para reclamar de él, su validez
es sólo aparente.
Para reclamar, precisamente, de ciertos vicios de fondo, que
no dicen relación directa con defectos procesales o caducidades
que, por lo demás, han quedado saneados con la sola dictación de
la sentencia, ha establecido la ley las acciones de nulidad del acto de
concesión propiamente tal. La nulidad del acto de concesión tiene el
carácter de absoluta y, de acuerdo con la historia del establecimiento
de la ley, no puede ser declarada de oficio por el juez ni pedida tal
declaración por el ministerio público.70 Estas acciones de nulidad
se tramitan por el procedimiento sumario (art. 233).

203. Causales de nulidad. El artículo 95 hace una enumeración taxa-


tiva de las causales de nulidad del acto de concesión71 y, al efecto,
señala que son tales:
1º. Haberse incurrido en error pericial en la mensura de la per-
tenencia. Se trata, pues, de sancionar los errores que pueda haber
cometido el perito al ejecutar la operación de mensura de la per-
tenencia;
2º. Haberse cometido fraude o dolo en la mensura de la pertenen-
cia. Causal contemplada también en la legislación anterior como
un medio de castigar el fraude o dolo extracontractual o delictual
cometido con ocasión de la mensura de la pertenencia;
3º. Haberse constituido la concesión de exploración sin respetar
las normas relativas a la forma, orientación, cabida o lados de su cara
superior. Ella vela por el estricto cumplimiento de la forma en que
se constituye en el terreno la concesión de exploración;
4º. Haberse constituido la pertenencia sin respetar las normas
relativas a la forma, orientación, cabida o lados de su cara superior.
Cumple la misma finalidad de la causal anterior, esta vez, respecto
de la pertenencia;
5º. Haberse constituido la concesión de exploración abarcando
terreno situado fuera del terreno pedido que fue objeto de la solicitud de
sentencia; o haberse constituido la pertenencia abarcando terreno

70
Así quedó constancia en las Actas de la Primera Comisión Legislativa.
71
Lo anterior se entiende sin perjuicio de la existencia de nulidades de de-
recho público, por infracción al artículo 7º de la Constitución Política, de lo cual
hay constancia en Actas de la Primera Comisión Legislativa.

161
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

situado fuera del manifestado que fue solicitado en mensura. Causal


establecida para obtener el estricto respeto a la ubicación de la
concesión dentro del terreno pedido y manifestado, solicitado en
sentencia o en mensura, respectivamente;
6º. Haberse constituido la pertenencia abarcando con su mensura
terreno ya comprendido, o que quede comprendido, por otra mensura cuya
fecha de ejecución se presuma anterior a la fecha presunta de aquélla,
con arreglo al inciso 2º del artículo 72. Configura como viciosa la
constitución de una pertenencia superpuesta a otra, cuya mensura
se presume de derecho anterior, sea que ésta se haya mensurado
antes o después de la afectada por el vicio;
7º. Haberse constituido la pertenencia abarcando terreno ya
comprendido por otra pertenencia, salvo lo dispuesto en el número an-
terior. Sanciona la constitución de una pertenencia superpuesta a
otra ya constituida;72
8º. Haberse constituido la concesión de exploración abarcando
terreno ya comprendido, o que quede comprendido por otra concesión
de exploración cuyo pedimento haya sido presentado con fecha ante-
rior. Aun cuando la concesión de exploración cuyo pedimento sea
posterior al de otra concesión de exploración que abarque el todo
o parte del mismo terreno no afecta los derechos emanados de esta
última, la presente causal le franquea a este último concesionario la
posibilidad de solicitar la nulidad del acto en cuya virtud se constituyó
la concesión superpuesta.

204. Quién puede pedir la nulidad. Cualquier persona que tenga


interés actual podrá pedir la nulidad del acto de concesión, con exclu-
sión de su dueño, fundada en algunas de las causales que establece
el artículo 95 y que hemos señalado en el número anterior (art. 97,
inc. 1º).
Para estos efectos, se entiende que el interés es actual cuando
éste existía al momento en que se produjo el vicio en que se funda-
menta la acción de nulidad y, además, subsiste a la fecha en que se
interpone dicha acción; regla que, atendido el carácter de absoluta de

72
La Corte Suprema, en sentencia de fecha 24 de mayo de 1990, ha declarado
que los problemas legales que origina la superposición de pertenencias no son
materia del recurso de protección, el cual tiene una finalidad diferente, cual es
cautelar garantías constitucionales afectadas por actos arbitrarios o ilegales.

162
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

esta nulidad, constituye una repetición de las normas por las que se
rigen las nulidades civiles (art. 97, inc. 2º).
Conservando una disposición que contenía la legislación ante-
rior, el artículo 97 ha excluido al dueño de la concesión del derecho
a solicitar la nulidad del acto de concesión, para evitar que se use
como medio de modificar la ubicación de la concesión.

205. Efectos de la declaración de nulidad. La declaración de nulidad


afecta a la concesión de exploración y a la pertenencia o pertenen-
cias individualmente consideradas, a cuyo respecto se ha incurrido
en algún vicio que autorice tal sanción, y no al grupo de pertenencias
mensuradas en conjunto, a menos que a todas ellas alcance el vicio
o vicios de que se trate.
Lo anterior se explica si se considera que cada pertenencia,
aun cuando haya sido mensurada en conjunto con otras, conserva
su individualidad, constituyendo cada una, una concesión distinta,
independiente de las demás, por lo que, no por ser común, deja de
ser un evidente error denominar como concesión de explotación al
grupo o conjunto de concesiones de explotación o pertenencias.
El efecto de la declaración de nulidad del acto de concesión es
otorgar el derecho a corregir la solicitud de sentencia y el plano de
la concesión de exploración, o el acta y el plano de mensura de la
pertenencia, según se trate, cuando los fundamentos de hecho de
la sentencia que haya declarado la nulidad así lo permitan (art. 98,
inc. 1º).
Hace excepción a la regla anterior la declaración de nulidad del
acto de concesión fundada en la causal 2ª del artículo 95, esto es,
haberse cometido fraude o dolo en la mensura de la pertenencia, caso
en el cual no es posible efectuar corrección alguna, y en el que la
declaración de nulidad trae consigo la extinción de la pertenencia.
En el evento de que la declaración de nulidad del acto de concesión
se haya fundado en las causales 1ª, 3ª y siguientes del artículo 95, y
haya lugar a efectuar correcciones, éstas no podrán contrariar la senten-
cia de nulidad y, además, se deberá respetar el perímetro de la cara
superior de la concesión de exploración indicado en la solicitud
de sentencia, o el de la cara superior de la pertenencia o grupo de
pertenencias mensuradas, en su caso (art. 98, inc. 2º).
Una vez efectuadas las correcciones relativas a la concesión de
exploración, corresponderá, por intermedio del tribunal, someter
dichas correcciones al Servicio para su informe y se continuará con

163
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

los trámites establecidos en los artículos 86 a 90, hasta la dictación


de la sentencia constitutiva y publicación de su extracto. Por su
parte, una vez efectuadas las correcciones relativas a la pertenencia,
se procederá a efectuar nuevamente la mensura, siendo aplicables
al efecto los artículos 71, incisos segundo y tercero, 72 a 77, 79, 81,
82 y 85 a 90, hasta la dictación de la sentencia constitutiva, la publi-
cación de su extracto y correspondiente inscripción de la sentencia
y acta de mensura, corregidas.

206. Prescripción extintiva de la acción de nulidad. Sus efectos. Las


acciones de nulidad, con excepción de la del Nº 8 del artículo 95, se
extinguen por prescripción en un plazo de cuatro años, contado desde
la fecha de la publicación del extracto de la sentencia constitutiva.73
La acción del Nº 8º del artículo 95 se extingue si, debiendo deducir
la oposición a la mensura del Nº 1 del artículo 61, el concesionario
de exploración no lo hace.
Transcurrido el plazo de cuatro años indicado, no puede impugnarse
la publicación del extracto de la sentencia constitutiva, ni la inscripción
de dicha sentencia (art. 96, inc. 2º, mod. Ley 18.941).
Cumplida la prescripción, la concesión queda saneada de todo
vicio y además se entiende que la sentencia y su inscripción han
producido siempre los efectos que, para cada una de éstas, señala
el artículo 91.

73
La Corte Suprema en sentencia de 27 de diciembre de 1990, señaló que
en atención a que bajo el Código de Minería de 1932 no existía la publicación del
extracto a que se refiere el artículo 90 del actual Código, forzoso es concluir que
la acción de nulidad para atacar una concesión constituida al amparo del Código
de 1932, prescribe en el plazo de 2 años contado desde la inscripción del acta de
mensura (Rev. Dº y Juris., pág. 170).
La Corte Suprema (Cuarta Sala) en sentencia de 3 de noviembre de 2005,
ha contradicho la incuestionable tesis anterior, afirmando que en el caso antes
propuesto la acción de nulidad no ha podido extinguirse por prescripción por
cuanto en el Código de 1932 no existía el trámite de publicación del extracto de
la sentencia constitutiva.
En la misma sentencia anterior, la Cuarta Sala ha sostenido que, además en este
caso no es posible determinar cuándo se inicia el cómputo del plazo de prescrip-
ción de la acción de nulidad, en circunstancias que acepta como hecho probado la
existencia de la superposición y ésta sólo se podía producir en el Código de 1932
cuando se inscribía el acta de mensura de la pertenencia superpuesta, por lo que
resulta obvio e indiscutible que éste es el momento en que se inicia el cómputo
de dicho plazo.

164
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

207. Efecto especial de la declaración de la prescripción en caso


de superposición de pertenencia. Si se ejercitan las acciones de
nulidad del acto de concesión por las causales de los Nos 6º y 7º del
artículo 95, esto es por la existencia de superposición de pertenen-
cias y la sentencia que se dicte declara la prescripción de la acción
de nulidad, debe también dicha resolución declarar extinguida la
pertenencia afectada por la superposición y a cuyo respecto operó
la prescripción extintiva de dicha acción por no haberse ejercitado
dentro de plazo (art. 96, inc. 3º).74-75
La prescripción referida no provocará la extinción de la concesión
del titular de la acción prescrita en la parte no superpuesta, y se aplica
en este caso lo previsto en el artículo 98, al cual nos referimos en el
número 205, en lo que sea pertinente. En este caso, entonces, en la
medida que no se contraríe la sentencia y se respeten el perímetro y
la forma, orientación, cabida o lados de su cara superior, subsistirá la
concesión en la parte no superpuesta, debiendo darse cumplimiento,
al efecto, con el mencionado artículo 98.

Párrafo IV
DE LA REPOSICIÓN DE HITOS O LINDEROS

208. Generalidades. Según hemos visto, al efectuar la operación de


mensura, el ingeniero perito está obligado a colocar hitos sólidamente
construidos y perceptibles, a lo menos en cada uno de los vértices de la
pertenencia o del perímetro del grupo de pertenencias mensuradas en
conjunto (art. 74, inc. final), obligación que tiene por objeto establecer
de modo visible la exacta ubicación de ellas en el terreno que ocupa.

74
Pensamos que la prescripción extintiva podrá ejercitarse también como ac-
ción y obtenerse por esa vía la declaración de extinción de la pertenencia afectada
por la superposición.
75
En sentencia de fecha 31 de marzo de 1995, la Excma. Corte Suprema,
conociendo de un recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del inciso
3º del artículo 96, declaró que tal precepto no se halla en contradicción con la
Carta Fundamental ni vulnera las disposiciones contenidas en el artículo 19 Nº 24,
incisos 1º, 2º, 3º y Nº 26 de la Constitución Política. Hay voto disidente por defecto
formal en la elaboración de la ley.
El Tribunal Constitucional confirmó en fallos de fecha 8 de mayo de 2007, la
anterior doctrina, al rechazar por unanimidad requerimientos de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad del inciso 3º del artículo 96 del Código (Roles Nº 517-06-
INA y Nº 535-06-INA).

165
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Ahora bien, a la obligación de construirlos, la ley ha agregado


las de mantener y conservar en pie dichos hitos o linderos (art. 118).

209. Obligaciones relacionadas con la conservación de los linderos.


De la obligación de mantener y conservar en pie los hitos se derivan
las siguientes, que conllevan la de reponer linderos (art. 119):
a) El minero no puede alterar o mudar dichos hitos y en caso de
contravención, es sancionado con una multa que no baje de diez y
no exceda de doscientas unidades tributarias mensuales, sin perjuicio
de la responsabilidad criminal que pueda afectarle, si ha procedido
maliciosamente (art. 462, C. Penal). Por otra parte, el que derribe,
altere o mude hitos del Estado, sufrirá la pena de reclusión menor
en cualquiera de sus grados (art. 118);
b) En el caso de que por algún motivo se derriben o destruyan uno
o más hitos, el juez, a petición de cualquier colindante, mandará
colocarlos en su debido lugar, pudiendo aplicar las multas referidas,
sin perjuicio de la responsabilidad criminal a que hubiere lugar;
c) Si por renuncia o caducidad de una o más de las pertenencias
mensuradas en conjunto, varía el perímetro, dentro del plazo de tres
meses de ocurrido el hecho, debe procederse a la colocación de los
hitos necesarios para señalar el nuevo perímetro, bajo la sanción de
multa antes mencionada, y
d) En el caso de enajenación de una o más pertenencias men-
suradas en conjunto, o de división física de una pertenencia, debe
procederse, dentro del plazo antes señalado y bajo la misma sanción,
a colocar los hitos necesarios para señalar el nuevo perímetro.

210. Procedimiento. Cuando sea necesario reponer cualesquiera hi-


tos o linderos, el concesionario designará a un ingeniero o perito de
aquellos habilitados para ejecutar mensuras, quien procederá, previa
resolución judicial, a la reposición o colocación d e los hitos en su
debido lugar. El ingeniero o perito se ajustará fielmente a los datos y
nomenclatura consignados en el acta y plano de mensura originales
y levantará acta y plano de la operación (art. 46, inc. 1º, Rglto.).
A petición del interesado, el Servicio puede informar acerca de los
aspectos técnicos relacionados con la operación y con su acta y plano.
El interesado podrá hacer anotar la resolución judicial que apruebe
la reposición al margen de la inscripción de la sentencia constitutiva
de la pertenencia o al margen de la inscripción del acta de mensura,
si se trata de pertenencias constituidas conforme a la legislación

166
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

vigente con anterioridad al Código de Minería de 1983, y hacer


archivar una copia del acta y plano en el Registro de Propiedad del
Conservador de Minas respectivo (art. 46, inc. 3º Rglto.).
En el evento de que fuera un colindante quien pidiera la re-
posición, el ingeniero o perito debe ser designado por el juez y se
procede a la operación una vez firme la sentencia que así lo ordene,
librada contra el dueño de la pertenencia en el procedimiento su-
marísimo del artículo 235, siendo aplicables en lo demás las normas
antes expuestas (art. 47 Rglto.).
Toda cuestión que se suscite respecto a la reposición, ya sea
en el curso de la gestión o una vez aprobada la operación, se debe
sustanciar con arreglo al procedimiento sumarísimo del artículo 235
(art. 48 Rglto.).

Párrafo V
DERECHO A EXPLORAR Y EXPLOTAR

211. Generalidades. Bajo el epígrafe “De los derechos y obligaciones


de los concesionarios mineros”, el Título VIII del Código recoge sólo
algunos de los derechos y obligaciones que competen a los concesiona-
rios mineros. En efecto, a lo largo de sus demás disposiciones y de las
de la Ley Orgánica, se contemplan también otros derechos, como son el
de dividir las concesiones, prorrogar la duración de la de exploración,
imponer servidumbres, ser indemnizado en caso de expropiación,
celebrar contratos, etc.; y otras obligaciones, como las de soportar ser-
vidumbres, la de amparar la concesión, indemnizar los daños que se
causen al propietario del terreno superficial o a otros concesionarios,
mantener en pie los hitos de deslindes de la pertenencia, etc.
A varios de estos derechos y obligaciones ya nos hemos referido
o lo haremos más adelante, limitándonos, en esta oportunidad, a
tratar sólo aquellos derechos y obligaciones de que trata el Título VIII
del Código y que se encuentran más directamente vinculados a la
exploración y explotación mineras.

212. Derechos a explorar y explotar. Desde cuándo se goza de ellos.


Recordemos que desde el momento de la inscripción del pedimento, su
titular podrá efectuar todos los trabajos necesarios para constituir la
concesión de exploración, pero dicha inscripción no lo habilita para

167
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

efectuar los trabajos de exploración, sin perjuicio de la posibilidad


de ejercitar la facultad de catar y de cavar. Sólo desde que queda
constituida la concesión de exploración, puede el concesionario
efectuar los trabajos que estime necesarios para dicha exploración
(arts. 54 y 107).
Sabemos que desde que queda inscrita la manifestación, su titular
puede efectuar todos los trabajos necesarios para r econocer la mina
–lo que supone que se ha hecho un descubrimiento– y para consti-
tuir la pertenencia, pero la inscripción indicada no lo autoriza para
efectuar trabajos de explotación. Sólo desde que quede constituida
la pertenencia puede su dueño proceder a la exploración y explotación
de la mina (arts. 54 y 107).
Sabemos, también, que tanto la concesión de explora ción como
la pertenencia se constituyen mediante una resolución judicial: la
sentencia constitutiva.

213. Derechos exclusivos emanados de la concesión de exploración.


El derecho a explorar otorga dos exclusividades que lo caracterizan,
a saber:
1º. Durante la vigencia de la concesión de exploración, sólo su
titular tiene derecho, dentro de los límites de ella, a hacer libremente
calicatas y otras labores de exploración (art. 113).
El ejercicio de este derecho queda sujeto a las siguientes obliga-
ciones y limitaciones:
a) Indemnizar los perjuicios que se causen con motivo de las
exploraciones (art. 14 LOC y arts. 14 y 16 Nº 3);
b) Contar con los permisos escritos del dueño del suelo, po-
seedor o tenedor, gobernador o alcalde, según corresponda, en
caso de que los terrenos objeto de la exploración estén cerrados
o cultivados, o del dueño si se trata de casas y sus dependencias
o de terrenos plantados de vides o de árboles frutales (arts. 15,
inc. 2º, y sgts.);
c) Obtener, adicionalmente, los permisos de las autoridades correspon-
dientes, tratándose de los lugares a que se refiere el artículo 17, y
d) Respetar las normas sobre policía y seguridad mineras.76

76
El D.S. 72, de 21 de octubre de 1985 del M. de Minería, contiene el Regla-
mento sobre Policía y Seguridad Mineras, y el D.S. 86, del mismo Ministerio, las
relativas a la Construcción y Operación de Tranques de Relaves.

168
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

2º. Durante la vigencia de la concesión de exploración, sólo su


titular puede manifestar pertenencia dentro de los límites de aquélla
(art. 114).
Recordemos que para que se entienda que la fecha de la mani-
festación es la fecha del pedimento, es menester que en aquel escrito
se exprese la circunstancia de hacerse en uso del derecho que otorga
la concesión de exploración (art. 41, inc. 2º).
La norma que comentamos debemos entenderla en el sentido de
que la exclusividad que favorece al concesionario de exploración, es
sin perjuicio del mejor derecho que puede llegar a tener el titular de
un pedimento anterior al que originó la concesión de exploración
sobre el mismo terreno que ocupa dicha concesión, o el que tenga
el titular de una concesión de exploración constituida sobre ese
mismo terreno, originada en pedimento anterior, o el que tenga
un manifestante de fecha anterior o que se tenga por anterior al
pedimento que originó la concesión de exploración sobre el mismo
terreno cubierto por esa concesión.

214. Otros derechos emanados de la concesión de exploración. Con


el objeto de facilitar la exploración, la ley le ha conferido al conce-
sionario algunos derechos relacionados con ella, a saber:
a) Derecho a imponer servidumbres sobre los predios superficiales
y sobre otras concesiones mineras (art. 109);
b) Derecho de aprovechamiento de las aguas halladas en las labores
de la concesión, en la medida de que tales aguas sean necesarias
para los trabajos de exploración. El titular de la concesión goza de
este derecho por el solo ministerio de la ley, es inseparable de la
concesión y se extingue con ésta (art. 110).
El uso de las demás aguas necesarias para explorar se sujeta a las
disposiciones del Código de Aguas y demás leyes aplicables (art. 8º,
inc. final LOC y art. 111);
c) Derecho a hacerse dueño de las sustancias concesibles que ne-
cesite arrancar con motivo de las labores de exploración (art. 113,
inc. 1º);
d) Derecho a ser indemnizado en caso de expropiación de la
concesión, por el daño patrimonial efectivamente causado (art. 10
Nº 3 LOC). (Véanse Nos 98 y 99.)

215. Alcance de los derechos del concesionario de exploración.


Los derechos establecidos en beneficio del concesionario de ex-

169
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

ploración a que hemos hecho mención en este párrafo, se entien-


de, tratándose de los mismos terrenos, que no prevalecen sobre
aquellos que competen al titular de una concesión de exploración,
constituida o en trámite, cuyo pedimento haya sido anterior, o al
de una pertenencia en trámite cuya manifestación haya sido o se
tenga por anterior al pedimento que dio origen a la concesión de
exploración.

216. Sanciones que afectan a la concesión de exploración en la que


se efectúan labores de explotación. Caducidad. Hemos visto que
la concesión de exploración sólo da derecho a efectuar labores de
esta índole, por lo que se prohíbe estrictamente al concesionario,
por sí o por interpósita persona, hacer explotación minera dentro de
sus límites (art. 115).
La ejecución de dichas labores de explotación está sancionada
con la caducidad de la concesión, esto es, con la extinción de la con-
cesión, y al efecto, en este caso, el juez debe declarar franco el terreno
y ordenar la cancelación de las correspondientes inscripciones en
el Conservador de Minas.
Por otra parte, el titular de concesión de exploración que, en
conocimiento del hecho, tolere que cualquier persona establezca
explotación minera dentro de los límites de aquélla, será sancionado
con una multa de cincuenta a doscientas unidades tributarias men-
suales, la que se elevará al doble en caso de reincidencia. El juez
debe, en todo caso, decretar la terminación inmediata de las labores
de explotación (art. 115, inc. 2º).
Se entiende que se establece explotación minera cuando se arrancan
sustancias minerales con el ánimo de lucrar con ellas. Se concede acción
pública para denunciar las contravenciones mencionadas (art. 115,
incs. 3º y final).

217. Derecho exclusivo a explorar y explotar emanado de la per-


tenencia. El dueño de la pertenencia goza del derecho exclusivo a
explorar y explotar libremente las sustancias concesibles que existan
dentro de sus límites (art. 11 Nº 1 LOC y art. 116, inc. 1º).77

77
La Excma. Corte Suprema, en sentencia de fecha 17 de julio de 1991, ha
declarado ilegal la resolución del Servicio de Salud de Talcahuano, que otorgó
permiso para construir un cementerio en los terrenos en que se encontraba cons-
tituida una concesión minera.

170
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

Al efecto, el titular está autorizado para ejecutar toda clase de


labores mineras de exploración y de explotación, cualesquiera sean
los métodos que emplee, y se hace dueño de todas las sustancias
minerales que extraiga dentro de los límites de la pertenencia y que
sean concesibles a la fecha de su constitución o lleguen a serlo pos-
teriormente (art. 11 Nº 2 LOC y art. 116, inc. 2º).
Llamamos la atención hacia el hecho de que las sustancias mine-
rales se incorporan al patrimonio del concesionario una vez extraídas,
y que ellas se entienden extraídas desde su separación del depósito
natural del que formaban parte; o desde su aprehensión, tratándose
de desmontes, escorias y relaves (art. 116, inc. 3º).
El ejercicio de estos derechos queda sujeto a las limitaciones siguientes
que, como se advierte, son de inferior entidad a las que afectan al
derecho a explorar que otorga la concesión de exploración:
a) Indemnizar los perjuicios que se causen con motivo de las
exploraciones y de la explotación (art. 14 LOC y art. 14);
b) Contar con el permiso escrito del dueño de casas y sus de-
pendencias o de terrenos plantados de vides o de árboles frutales
(art. 15, inc. final);
c) Obtener adicionalmente los permisos de las autoridades correspon-
dientes, tratándose de los lugares a que se refiere el artículo 17, y
d) Respetar las normas sobre policía y seguridad mineras.78

218. Otros derechos emanados de la pertenencia. Con el objeto


de facilitar las labores de exploración y explotación de la perte-
nencia, su dueño goza de algunos derechos relacionados con ella,
a saber:
a) Derecho a imponer servidumbres sobre los predios superficiales
y sobre otras concesiones mineras;
b) Derecho de aprovechamiento de las aguas halladas en las labores
de la pertenencia, en la medida de que tales aguas sean necesarias
para los trabajos de exploración, de explotación y de beneficio que
pueda realizar. El titular de la pertenencia goza de este derecho
por el solo ministerio de la ley, es inseparable de la concesión y se
extingue con ésta (art. 8º, inc. final LOC y art. 110).

78
Ver nota 76.

171
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

El uso de las demás aguas necesarias para explorar, explotar


o beneficiar sustancias minerales se sujeta a las disposiciones del
Código de Aguas y demás leyes aplicables (art. 111), y
c) A ser indemnizado, en caso de expropiación de la pertenencia,
por el daño patrimonial efectivamente causado (art. 11 Nº 3 LOC).
(Véanse Nos 98 y 99.)

Párrafo VI
INTERNACIONES

219. Definición. La internación consiste en la penetración con labores


mineras en concesión ajena.
Como se advierte, estamos frente a un hecho ilícito que supone,
en primer término, la existencia de una concesión, sea de explora-
ción o de explotación, constituida.
En segundo lugar, la concesión que sufre la internación debe
ser ajena, puesto que la internación en concesión propia no es otra
cosa que el acto lícito de explorarla o explotarla. Y, por último, no
es indispensable, aun cuando es lo más común, que las labores de
internación procedan de otra concesión colindante o vecina, ya
que esta figura existirá, también, cuando las labores del internante
provengan de terreno franco.
Por otra parte, la ejecución de labores mineras de explotación
que se realicen en terreno franco, sea sin constituir pertenencia o
saliéndose con las labores de los límites de la pertenencia, constitu-
yen hechos ilícitos que no configuran internación.

220. Efecto de la internación. Para determinar las responsabilida-


des a que da origen este hecho ilícito, es menester distinguir entre
internación de buena fe e internación de mala fe.
a) La internación de buena fe origina solamente una responsabi-
lidad civil, que consiste en la obligación del internante de pagar el
valor líquido de los minerales que hubiere extraído y la indemnización
de los perjuicios causados. Si los minerales estuvieren en poder del
internante, el internado podrá exigir su restitución, pagando los costos
de extracción y, además, demandar la indemnización de perjuicios
(art. 139, inc. 1º).

172
EFECTOS DE LA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA CONCESIÓN

b) Si la internación es de mala fe, el afectado podrá exigir el pago


del valor de los minerales retirados o su restitución, pero, esta vez,
sin deducción alguna; y la indemnización por el daño causado, sin
perjuicio de la responsabilidad penal del internante responsable del
hurto o robo (art. 139, inc. 2º).

221. Presunciones de mala fe. Para facilitar la prueba, la ley ha


establecido dos presunciones legales de mala fe, a saber:
a) La mala fe se presume cuando la internación excede de diez
metros medidos perpendicularmente desde el plano vertical que
limita la concesión internada.
Al establecer esta presunción, el legislador ha supuesto que una
penetración en concesión ajena que exceda de diez metros no es ex-
cusable, porque no es probable que ocurra por una inadvertencia, y
b) Se presume, también, la mala fe cuando el internante se
haya opuesto a la visita pedida judicialmente o dificultado la ya
decretada.
Tal oposición o dificultades hacen suponer la intención de ocul-
tar este hecho ilícito; de ahí el establecimiento de esta presunción
(art. 139, inc. final).

222. Derecho de visita y otras medidas. En resguardo de la integridad


de la concesión, el legislador estableció ciertos derechos y acciones
en favor del concesionario. Es así como otorgó al minero que sospe-
che internación o que tema inundación o derrumbe, por el mal estado de
las labores de la concesión contigua o próxima o por el desarrollo de
los trabajos que en ella se efectúan, el derecho a visitarla, asesorado
por un perito.
En caso de negativa o dificultad opuesta al ejercicio de este
derecho, el juez puede autorizar esta visita, sin más trámite que la
celebración de un comparendo que se llevará a efecto con la parte que
asista. Sólo es apelable la resolución que deniegue la visita (art. 9º
LOC y art. 140).
Por otra parte, el interesado puede solicitar del juez, como me-
didas prejudiciales o precautorias, que ordene fijar sellos, suspender
provisionalmente las labores a que se refiere el denuncio o tomar
las demás disposiciones urgentes de seguridad a que haya lugar.
Para dictar estas medidas, el juez debe oír el informe del perito que
designe (art. 141).

173
CAPÍTULO DÉCIMO

SERVIDUMBRES MINERAS

Párrafo I
REGLAS GENERALES

223. Generalidades. La circunstancia de coexistir, respecto de un


mismo terreno o lugar, el derecho del dueño del suelo con las fa-
cultades y derechos que confiere la legislación minera sobre las
sustancias minerales, obligó al legislador a contemplar los mecanis-
mos adecuados para que el minero pudiera efectuar las labores de
búsqueda, explotación y beneficio de dichas sustancias. Además,
consideró conveniente que, con el mismo objeto, las concesiones
mineras quedaran obligadas a dar ciertas facilidades a otras conce-
siones mineras.
Las finalidades expuestas se obtienen en nuestra legislación
mediante la institución de las servidumbres mineras que, como se
desprende de lo dicho anteriormente, pueden gravar tanto a los
predios superficiales como a otras concesiones mineras.
Es en la propia Constitución Política (art. 19 Nº 24) y en la Ley
Orgánica (art. 8º) donde se encuentra establecida la obligación de
los predios superficiales y de las concesiones mineras de soportar los
gravámenes necesarios para facilitar la exploración y la explotación
de las minas y el beneficio de sus minerales.

224. Concepto. De acuerdo con lo que dispone el artículo 820 del


Código Civil, “servidumbre predial o simplemente servidumbre es un
gravamen impuesto sobre un predio en utilidad de otro predio de
distinto dueño”. Por su parte, de conformidad con lo que establece

175
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

el artículo 568 del mismo Código, “las casas y heredades se llaman


predios o fundos”.
Las servidumbres constituyen una limitación de la propiedad,
un gravamen que afecta al predio y no al propietario de éste; se es-
tablecen en beneficio de un predio, y debe soportarlo otro predio
que necesariamente ha de ser de distinto dueño.
Aun cuando en materia minera, los predios dominantes y, en
ciertos casos, los sirvientes, no se acomodan al concepto de “predio”
que contiene la definición trascrita, es claro que no sólo para la legis-
lación minera, sino también para otras, nacionales y extranjeras, tal
concepto es más amplio y comprensivo de un sinnúmero de bienes
diferentes a las “casas y heredades”. Tal sucede, por ejemplo, con las
líneas eléctricas, postaciones, etc., que adoptan el carácter de predios
dominantes en la Ley General de Servicios Eléctricos.79

225. Objeto de las servidumbres mineras. El objeto de estas servi-


dumbres, nos dice el artículo 120, es facilitar al minero los medios
necesarios para efectuar una conveniente y cómoda exploración y
explotación mineras. También tienen por finalidad facilitar el beneficio
de los minerales, desde que estas servidumbres pueden imponer-
se en favor de los establecimientos en los que éstos se procesan
(art. 121).
Tratándose de la facultad de catar y cavar, el fin de las servidum-
bres es facilitar la búsqueda o investigación de sustancias minerales
(art. 14, inc. 1º).80

226. Caracteres jurídicos. Las servidumbres constituyen un gravamen


y el predio que las soporta se denomina predio sirviente; constituyen
asimismo un derecho real y el predio en cuyo favor se imponen se llama
predio dominante; son derechos inmuebles, porque se ejercen sobre un
inmueble; accesorios, puesto que no existen independientes de los
predios a que pertenecen; perpetuos, aun cuando esta característica
no es de su esencia; e indivisibles, al no admitir ejercicio parcial.

79
DFL Nº 1 del Ministerio de Minería, de 1982.
80
Para la realización de labores mineras, como socavones, túneles, piques,
etc., no es menester imponer servidumbres, por cuanto ello constituye una facultad
de la esencia de la pertenencia, según constancia dejada por la Primera Comisión
Legislativa. Sin embargo, para acceder al lugar en que se realicen estas labores,
ciertamente se deberá contar con la correspondiente autorización o constituir la
respectiva servidumbre.

176
SERVIDUMBRES MINERAS

Las servidumbres mineras participan de las características señala-


das. Sin embargo, a diferencia de las servidumbres civiles, son esen-
cialmente transitorias, ya que siendo la mina agotable, cesan cuando
termina su aprovechamiento, e incluso, tratándose de la facultad de
catar y de cavar, la ley les señaló plazo en atención a las especiales
características que adopta su ejercicio (art. 19, inc. 2º).
Por otra parte, pueden ampliarse y restringirse, según lo requieran
las actividades propias de la respectiva concesión o del estableci-
miento de beneficio, no pudiendo aprovecharse en fines distintos
de los propios de dichos concesión o establecimiento (art. 8º, inc. 5º
LOC y art. 124).

227. Clasificación. Las servidumbres se dividen en positivas y ne-


gativas, atendiendo a si imponen al dueño del predio sirviente la
obligación de dejar hacer o de no hacer, respectivamente; aparentes
o inaparentes, según si están o no a la vista; discontinuas o continuas, si
para su ejercicio requieren o no de un hecho actual del hombre; y
naturales, legales y voluntarias, según provengan de la natural situación
de los lugares, sean impuestas por la ley, o sean el resultado de una
convención, respectivamente.
Las servidumbres mineras admiten ser clasificadas de la manera
expuesta y en lo no regulado por el Código de Minería se regirán
por las normas contenidas al respecto en el Código Civil.
Hacemos presente, desde luego, que las servidumbres que contem-
pla el Código de Minería tienen el carácter de legales, precisamente
por estar establecidas en dicho Código, pero no existe inconveniente
alguno para pactar con el dueño del predio superficial o de otras
concesiones servidumbres diferentes a las ahí reglamentadas, las
que tendrán, entonces, el carácter de voluntarias.

228. Predios dominantes y predios sirvientes. Son predios dominantes


en materia de servidumbres mineras:
1. Las concesiones mineras constituidas, para facilitar la conveniente
y cómoda exploración y explotación mineras (art. 8º, inc. 2º LOC
y art. 120);
2. Los establecimientos de beneficio de minerales, con el objeto de
facilitar el procesamiento de los minerales (art. 121), y
3. La facultad de catar y cavar, a fin de permitir el adecuado ejer-
cicio de esta facultad (art. 19, inc. 1º).

177
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Son predios sirvientes:


1. Los predios superficiales, tanto aquellos en los cuales se desarrollan
las labores y trabajos mineros, como cualesquiera otros necesarios
para facilitar dichos trabajos (art. 8º LOC y arts. 19 y 120);
2. Las concesiones mineras constituidas, respecto de servidumbres
establecidas en su favor que aprovechen a otras concesiones mi-
neras o a establecimientos de beneficio y, en general, respecto de
cualquier gravamen que sirva a otra concesión o establecimiento
(art. 8º, inc. 3º LOC y art. 126).

229. Modos de constituir las servidumbres. Las servidumbres esta-


blecidas en el Código pueden constituirse en dos formas:
a) Por acuerdo de los interesados que conste en escritura pública
(art. 123).
Si hay acuerdo entre el dueño del predio sirviente y el dueño
del predio dominante, la servidumbre quedará constituida cuando
dicho acuerdo conste en escritura pública, en la que deberán re-
gularse la forma y modalidades en que éstas deberán ejercitarse y
el monto de la indemnización que habrá de pagarse al dueño del
predio sirviente, por la limitación del dominio de su predio que
encierra su imposición.
En este caso rigen, pues, los principios de la autonomía de la
voluntad y ha de estarse a lo que los interesados convengan.
b) Por resolución judicial en caso de no existir acuerdo, la cual
fijará también las modalidades de su ejercicio y la indemnización
por el gravamen que se imponga (art. 123).
Para que las servidumbres sean oponibles a terceros, deberá inscri-
birse la escritura pública de constitución en el Registro de Hipotecas
y Gravámenes del Conservador de Bienes Raíces o del de Minas,
según el predio sirviente fuere un bien raíz o una concesión minera,
respectivamente.

230. Constitución judicial de las servidumbres. Competencia. Proce-


dimiento. Es juez competente para conocer de la constitución judicial
de las servidumbres sobre los predios superficiales, aquel en cuyo
territorio jurisdiccional se encuentre ubicado el punto medio seña-
lado en el pedimento, tratándose de la concesión de exploración,
o el punto de interés indicado en la manifestación, tratándose de la
pertenencia (art. 231). Si se trata de servidumbres que se deben las

178
SERVIDUMBRES MINERAS

concesiones entre sí, será juez competente el que corresponda a la


ubicación de la concesión sirviente (arts. 128 y 231).
Tratándose de concesiones administrativas o judiciales, en trámite
o ya constituidas a la fecha en que entró en vigencia el Código, será
competente el juez de la ubicación de la concesión o del sitio o punto
de hallazgo, según el caso (art. 231, inc. 2º).
En cuanto al procedimiento que debe seguirse en la constitución de
la servidumbre, el inciso 2º del artículo 234 dispone que este juicio
se tramita conforme al procedimiento sumarísimo, en el que se deben
ventilar aparte de todas las cuestiones relativas a su constitución,
las relacionadas con su ejercicio y terminación, indemnizaciones
correspondientes y cauciones que procedan.
El juez está facultado para autorizar al solicitante para hacer uso,
desde luego, de las servidumbres pedidas, siempre que rinda caución
suficiente para responder de las indemnizaciones a que pueda estar
obligado (art. 125). Pensamos que esta solicitud debe plantearse en
el comparendo de estilo.
De conformidad con lo dispuesto en el inciso final del artículo
7 del Reglamento, agregado por Decreto Nº 71, de 2004, una vez
constituida la concesión, el títular que solicita judicialmente algu-
na de las servidumbres a que se refiere el artículo 120 del Código,
deberá acompañar antes que el juez resuelva sobre la constitución
de la misma o sobre su uso desde luego, los permisos previstos por
el artículo 17 del Código que le fueran exigibles para ejecutar las
labores mineras que, según su demanda, se propone realizar.
Tanto el empleo del procedimiento sumarísimo para todo lo
relacionado con la imposición de servidumbres, cuanto la facultad
de autorizar, desde luego, el uso de la servidumbre, son una de-
mostración del propósito del legislador de evitar dilaciones en la
realización de las faenas mineras.

231. Indemnizaciones por el establecimiento de las servidumbres.


De conformidad con lo dispuesto en el artículo 122,las servidumbres
se constituyen previa determinación del monto de la indemnización
por todo perjuicio que se cause al dueño de los terrenos o al de la
concesión sirviente, en su caso, o a cualquiera otra persona. Puede
convenirse o, según corresponda resolverse, que la indemnización
se pague de una sola vez o en forma periódica (art. 123, inc. 1º).
El gravamen que importa la constitución y ejercicio de una servi-
dumbre sobre un predio o sobre otra concesión, debe ser compensado

179
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

en su integridad y de ahí, entonces, que tanto la escritura pública


o la resolución judicial, según el caso, contendrán la regulación de
esa indemnización y su forma de pago, que para facilitarlo se puede
convenir o autorizar se haga en forma periódica.
Además, y repitiendo un principio de carácter general, la in-
demnización es extensiva a los perjuicios que se causen a cualquier
otra persona.

Párrafo II
SERVIDUMBRES QUE GRAVAN LOS PREDIOS
SUPERFICIALES

232. Servidumbres sobre predios superficiales. De acuerdo con lo


dispuesto en el artículo 120, los predios superficiales están sujetos a
los siguientes gravámenes que favorecen la exploración y explotación
de la concesión constituida:
1º) El de ser ocupados, en toda la extensión necesaria, por can-
chas y depósitos de minerales, desmontes, relaves y escorias; por
plantas de extracción y de beneficio de minerales; por sistemas
de comunicación, y por canales, tranques, cañerías, habitaciones,
construcciones y demás obras complementarias.
Estamos frente a servidumbres de ocupación, que gravan no sólo
el predio donde está la mina, sino también cualquier otro necesario,
sea cual sea su ubicación.
2º) Los establecidos en beneficio de las empresas concesionarias
de servicios eléctricos, de acuerdo con la legislación respectiva.
Las servidumbres que favorecen a las empresas concesionarias
de servicios eléctricos y que aprovechan a las concesiones mineras
están establecidas en el DFL Nº 1 de 1982, del Ministerio de Minería,
que contempla servidumbres de ocupación de terrenos necesarios
para las obras de que se trata, construcciones, embalses, caminos,
tendido de líneas aéreas o subterráneas, etc., y
3º) El de tránsito y el de ser ocupados por caminos, ferrocarriles,
aeródromos, cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas
transportadoras y todo otro sistema que sirva para unir la concesión
con caminos públicos, establecimientos de beneficio, estaciones de
ferrocarril, puertos, aeródromos y centros de consumo.

180
SERVIDUMBRES MINERAS

La amplitud de estas servidumbres que permiten unir la mina


con establecimientos de beneficio y centros de consumo, etc., donde
quiera se encuentren, es reveladora del interés del legislador de faci-
litar las explotaciones mineras, sometiendo los predios superficiales
a los correspondientes gravámenes.

Párrafo III
SERVIDUMBRES QUE SE DEBEN LAS CONCESIONES
MINERAS ENTRE SÍ

233. Servidumbres sobre concesiones. En el Párrafo 2º del Título IX,


se ocupa el Código de las servidumbres que se deben entre sí las con-
cesiones mineras. Ellas son, a saber:
1º) La de que las servidumbres constituidas en favor de una con-
cesión minera sean utilizadas también en provecho de otra concesión
o de un establecimiento de beneficio (art. 126, inc. 1º);
2º) En general, cualquier gravamen que sirva a otra concesión o
a un establecimiento de beneficio (art. 126, inc. 1º);
3º) La de ser atravesada por labores mineras en utilidad de otra
concesión, comúnmente denominada de socavón (art. 127);
4º) La de ser desaguada pertenencia ajena con utilidad para ésta
por medio de socavón (art. 137), y
5º) La de utilización de camino minero ajeno por otras concesiones
o establecimientos de beneficio (art. 138).

234. Características generales. Como se advierte de la enunciación que


hemos hecho de estas servidumbres, excepción hecha de las de socavo-
nes y de las genéricas referidas en el Nº 2º del número precedente, las
demás se establecen sobre otras servidumbres, figura que en doctrina
se denomina consorcio de servidumbres. Se trata, entonces, de que una
servidumbre es gravada por otra servidumbre que limita su ejercicio.
Así, por ejemplo, una concesión puede gozar de una servidumbre
de ocupación y, a su vez, el mismo terreno ocupado por ella puede
ser gravado por una servidumbre de tránsito en provecho de otra
pertenencia que necesite atravesarlo. Igual ocurre con la servidumbre
de utilización de camino minero ajeno.

181
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Eso sí que debe tenerse en cuenta que los gravámenes que debe
soportar la concesión sirviente no pueden llegar, en caso alguno, a
ser de tal entidad como para que impidan o dificulten considerable-
mente la exploración o la explotación de la concesión. En tal evento,
la servidumbre no podrá constituirse (art. 126, inc. 2º).
En lo relativo a su constitución, ejercicio, oponibilidad, subsis-
tencia e indemnizaciones, se les aplican a estas servidumbres las
normas contenidas en el Párrafo 1º de este capítulo.

235. Servidumbre de socavón. Definición.La podemos definir como


toda labor minera que atraviesa una concesión, destinada a dar o
facilitar ventilación, desagüe o acceso a otras concesiones mineras
o a un establecimiento de beneficio (art. 127).

236. Constitución. Al igual que las demás servidumbres mineras, la


servidumbre de socavón se constituye por escritura pública, cuando
existe acuerdo entre el dueño de la concesión dominante y el de la
sirviente, o en caso contrario, por resolución judicial.
Será juez competente para conocer del juicio respectivo, el que
corresponda a la ubicación de la concesión sirviente.
El juicio se tramita por el procedimiento sumarísimo (art. 235),
pero con algunas particularidades, a saber:
1º) El juez debe nombrar, de acuerdo con las reglas generales, un
perito para que lo informe acerca de los puntos siguientes: a) Si la obra
es posible y útil; b) Si se puede llevar el socavón por otro lugar sin incu-
rrir en gastos excesivamente mayores, y c) Si no se inhabilita o dificulta
considerablemente la exploración o la explotación de la concesión por
donde se le intenta llevar. El perito debe acompañar a su informe un
plano que determine el rumbo y amplitud que, a su juicio, habrá de
darse al socavón dentro de la concesión sirviente (art. 128);
2º) Cada uno de los interesados podrá designar un perito para
que informe al juez sobre la materia, quienes tendrán un plazo de
ocho días para presentar sus informes, contado desde que entregue
el suyo el perito nombrado por el juez. Transcurrido este plazo, el
juez podrá dictar sentencia, aunque aquéllos no hayan presentado
los suyos (art. 130), y
3º) Si el juez acoge la demanda, fijará el rumbo que deberá seguir
el socavón y el máximo de amplitud que podrá dársele dentro de los

182
SERVIDUMBRES MINERAS

límites de la concesión sirviente. Si el fallo se aparta del informe


del perito nombrado por el juez, éste ordenará la confección de
un nuevo plano en que se indique el rumbo y amplitud fijados en
la sentencia (art. 131).

237. Obligaciones del socavonero. Ellas son:


a) No podrá, dentro de la concesión sirviente, variar el rumbo
y la amplitud fijados al socavón, a menos que obtenga nueva servi-
dumbre siguiendo el mismo procedimiento (art. 132);
b) No podrá oponerse al derecho de visita de que goza el dueño
de la concesión sirviente (art. 133);
c) Deberá indemnizar los perjuicios que haya causado al titular
de la concesión sirviente (art. 134). Esta indemnización comprende
los gastos y todo perjuicio derivado de la obligación del titular de
la concesión sirviente de abstenerse de tocar las fortificaciones del
socavón y de arrancar minerales en términos que comprometan la
seguridad del socavón (art. 135, inc. 2º), y
d) No podrá explotar sustancias minerales que encuentre en la
concesión ajena y deberá entregar a su titular las que tuviere que
extraer dentro de la amplitud del socavón, deducidos los gastos de
extracción, salvo que aquél se niegue a recibirlas, caso en el cual las
hará suyas. En el mismo caso, si el socavón atraviesa concesión de
exploración ajena, las sustancias extraídas deberán ser dejadas en
el terreno (art. 136).

238. Obligaciones del dueño de la concesión sirviente. Son ellas:


a) No puede oponerse a la construcción del socavón en la forma
acordada o fijada en la resolución judicial, en su caso;
b) Deberá abstenerse de tocar las fortificaciones del socavón y de
arrancar minerales dentro de las labores de la concesión, en térmi-
nos que comprometan la seguridad del socavón, salvo que refuerce
convenientemente dichas fortificaciones (art. 135);
c) Estará obligado a pagar los gastos de extracción de las sus-
tancias minerales que haga suyas y que el socavonero tuviere que
extraer dentro de la amplitud del socavón en la pertenencia ajena
(art. 136).

183
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

239. Derechos del socavonero y del dueño de la pertenencia sir-


viente. Los derechos del socavonero y del dueño de la pertenencia
sirviente son correlativos de las respectivas obligaciones.
Con todo, es del caso hacer presente que, adicionalmente, el
dueño de la pertenencia sirviente goza del derecho de solicitar que
el socavonero rinda caución antes de empezar la obra, como así
también puede ocurrir al juez para hacer efectivo su derecho de
visitar el socavón y, en este caso, se procederá conforme lo señala el
artículo 140 (arts. 133 y 134). (Véase Nº 222.)

240. Servidumbre de desagüe. El artículo 187 trata una materia


relacionada con la servidumbre de socavón, pero que no constituye
propiamente una servidumbre, sino, más bien, la regulación de una
situación de hecho, que consiste en la obligación del dueño de una
concesión que es desaguada por socavón de pagar por el beneficio
que ello le reporte.
Estamos frente a un caso de aplicación del principio de “enri-
quecimiento sin causa”, puesto que es de justicia que quien recibe
un provecho que lo enriquece deba recompensa por él.
En esta forma, el dueño de la concesión favorecida por el desagüe
debe, a su elección, pagar al socavonero, a justa tasación pericial, el
valor del provecho que reciba o el costo que le significaría obtenerlo
por otros medios.
Frente al silencio del Código de Minería de 1932, hubo dudas
acerca de a quién correspondía la elección entre ambos pagos, pero
el artículo 137 lo aclaró al disponer que quedaba alarbitrio del dueño
de la concesión sirviente.
Puede ocurrir que un socavón desagüe dos o más concesiones, caso
en el cual el monto de lo que deba pagarse se distribuirá entre las
varias concesiones a prorrata del beneficio que reciban o, en otras
palabras, cada dueño de concesión beneficiada por el socavón deberá
pagar, a su elección, el valor del provecho que reciba o el costo que
le significaría obtenerlo por otros medios (art. 137, inc. 2º).
También puede suceder que varios socavones desagüen una con-
cesión, evento en el que el monto de lo que deba pagarse se distri-
buirá entre los socavoneros a prorrata del beneficio que reporten
(art. 137, inc. 2º).
Finalmente, debe tenerse presente que los pagos a que está
obligado el dueño de la concesión favorecida por el desagüe sólo
se pueden exigir sobre los productos de la concesión desaguada, por

184
SERVIDUMBRES MINERAS

lo que si ésta no está en producción o no puede estarlo por ser de


exploración, no podrá exigirse el pago en tanto no existan tales
productos.
Por lo anterior, en lo que toca al desagüe de pertenencia, estamos
frente a un cuasicontrato de avío, ya que en el caso en análisis se ha
hecho algo en beneficio de su explotación, sin que medie convención,
y el pago sólo puede exigirse en productos de la pertenencia.

241. Servidumbre de uso de camino minero ajeno. De acuerdo


con lo dispuesto por el artículo 138, todo camino construido para
una concesión puede ser utilizado por otras concesiones o por un
establecimiento de beneficio.
Se trata pues, de que un camino construido para la exploración
o explotación de una concesión, sea en terreno propio, o en terreno
ajeno mediante la imposición de la correspondiente servidumbre,
puede ser utilizado por otra concesión o por un establecimiento de
beneficio, mediante la imposición de una servidumbre. Si el camino
se construyó mediante la imposición de una servidumbre, ésta podrá,
entonces, ser gravada, a su vez, por esta nueva servidumbre.
Los costos de reparación y conservación se repartirán entre todos
los que tengan derecho a usar el camino, a prorrata del uso que de
él hagan. En consecuencia, los gastos de construcción del camino y
las indemnizaciones que se hayan debido pagar por la imposición
de la correspondiente servidumbre, los soporta quien lo construyó,
sin derecho a restitución alguna.
Con el objeto de determinar la forma de repartirse los gastos de
reparación y conservación, los interesados deben nombrar una junta
que fijará, anualmente, la cuota con que deberá contribuir a dichos
gastos cada concesión o establecimiento (art. 138, inc. 2º).
Cualquier dificultad que ocurra a este respecto será resuelta
por el juez, con arreglo al procedimiento sumarísimo (arts. 233 y
138, inc. 3º).

185
CAPÍTULO UNDÉCIMO

EL RÉGIMEN DE AMPARO

Párrafo I
DEL AMPARO

242. Generalidades. La concesión minera está sujeta en su existencia


al cumplimiento de una condición resolutoria, cuya reglamentación
adopta la denominación de sistema o régimen de amparo.
Cuando tratamos de los caracteres jurídicos de la concesión mi-
nera (véase Nº 102), expresamos que son dos los principales sistemas
de amparo: el amparo por el trabajo y el amparo por el pago de una
patente o canon. También dijimos que el primero de los nombrados
admitía diversas modalidades, que daban origen a sistemas basados
en inversiones o producciones mínimas.
El amparo por el trabajo, que estableció la legislación hispano-
americana y, especialmente, las Ordenanzas de Nueva España o
México y que de ahí pasó al Código de Minería de 1874, consistía en
la obligación de mantener un determinado número de trabajadores
realizando labores mineras durante un cierto lapsocada año, so pena
de caducidad de los derechos sobre el yacimiento.
Debido a los múltiples inconvenientes y trastornosque el sistema
de amparo por el trabajo trajo consigo, según tuvimos ocasión de
señalarlo anteriormente (Nos 102 y siguientes), el Código de 1888 lo
reemplazó por el sistema de amparo por pago anual de una patente,
esto es, de una determinada cantidad de dinero, como condición
para conservar el dominio de los derechos mineros. El sistema se
mantuvo en los Códigos de Minería de 1930 y 1932 con algunas
modificaciones que no afectaron su esencia, y desde el último de

187
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

los cuerpos legales indicados, el sistema de amparo por el pago de


patente pasó al vigente, con las innovaciones contempladas en el
D.L. 1.759 de 1977, que, junto con alzar su monto en forma apre-
ciable, la hizo reajustable.
En la legislación especial que existió para determinadas sustan-
cias minerales, como es el caso del carbón (Título XVI del Código
de 1932), advertimos la aplicación, sin mayor éxito, de los sistemas
de amparo basados en inversiones y producciones mínimas. Lo mismo
ocurrió en la legislación sobre placeres metalíferos (D.L. 1.090 de
1975), que obligaba a los concesionarios al beneficio de un tonelaje
mínimo de arena.
La legislación antes referida fue derogada, de suerte que, en la
actualidad, el único régimen de amparo para la concesión minera es el
basado en el pago de una patente anual.

243. Finalidad que cumple la patente. La Constitución Política se


remite a la Ley Orgánica en lo tocante al amparo y dispone que el
régimen que establezca esta Ley tenderá, directa o indirectamente, a
obtener el cumplimiento de la obligación del dueño de la concesión
a desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el interés público
que justifica su otorgamiento (art. 19 Nº 24º, inc. 7º).
Nuestra Carta Fundamental atiende de esta manera hacia la
razón de la existencia de la obligación de amparo, como medio de
impulsar la actividad minera.
Por su parte, la Ley Orgánica señala en su artículo 12 que “el
régimen de amparo a que alude el inciso séptimo del número 24º
del artículo 19 de la Constitución Política, consistirá en el pago
anual de una patente a beneficio fiscal, en la forma y por el monto
que determine el Código de Minería”.
La Ley Orgánica, pues, es la que ha dispuesto que nuestra legisla-
ción minera siga el sistema de amparo por el pago de una patente y
entendemos que se ha ceñido al precepto constitucional, puesto que
al dueño de la concesión se le ha impelido, indirectamente, a cumplir
su obligación de desarrollar actividad minera, como un medio de
recuperar el desembolso que le significa el pago de la patente. Por lo
demás, el empleo en la Constitución de la voz “indirectamente” tuvo
por objeto abrir alternativas al sistema de amparo por el trabajo.

244. La patente no es un impuesto. La patente minera no es un


impuesto, según así lo ha dejado establecido con claros fundamen-

188
EL RÉGIMEN DE AMPARO

tos la Corte Suprema,81 ya que su finalidad no es obtener ingresos


para el Fisco, sino dar cumplimiento a una obligación establecida
para la conservación de la concesión minera. Por su no pago, de
acuerdo a la ley, el concesionario no compromete todos sus bienes,
sino únicamente la concesión no amparada por dicho pago. No existe,
entonces, para el acreedor de la patente, que en la actualidad es el
Fisco, el derecho de prenda general sobre los bienes del concesionario
deudor (art. 12, inc. 2º LOC y art. 146, inc. 2º).
Podemos así decir que el pago que el concesionario hace de la
patente no es sino la manifestación del ánimo de conservar en su
dominio la concesión minera.

245. Toda concesión minera debe pagar patente. En los Códigos


de Minería de 1930 y 1932 la concesión para explorar no estaba
obligada al pago de patente, pero sí a una suerte de obligación de
iniciar trabajos de exploración.
En el Código vigente, tanto la concesión de exploración como la per-
tenencia están sometidas al sistema de amparo mediante el pago de
una patente anual (art. 142).

246. Monto de la patente. Para los efectos de determinar el monto


de la patente a que están afectas las concesiones mineras, la ley ha
distinguido entre la concesión de exploración y la pertenencia,
estableciendo para esta última una patente de monto superior, en
atención a que evidentemente tiene un mayor valor económico,
desde que es la que habilita para explotar la mina.
El monto de la patente anual de la concesión de exploración es el
equivalente a un quincuagésimo de unidad tributaria mensual por
cada hectárea completa que comprenda (art. 142).
Por su parte, el monto de la patente anual de la pertenencia es
el equivalente a un décimo de unidad tributaria mensual por cada
hectárea completa que comprenda (art. 142).

247. Patente rebajada. Como existen ciertos yacimientos que se


presentan en la naturaleza cubriendo grandes extensiones en forma
paralela a la superficie terrestre, la ley contempló para las perte-
nencias que se constituyan sobre ellos una patente rebajada, y es así

81
Sentencia Corte Suprema 9 de septiembre de 1959. Rev. Dº y J., tomo 56,
secc. 1ª, pág. 287.

189
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

como el artículo 142 estableció que aquellas cuyo interés económico


principal resida en las sustancias no metálicas o en los placeres metalíferos
que existen en ellas y las constituidas sobre sustancias existentes en
salares, pagarán una patente anual cuyo monto será equivalente a su
trigésimo de unidad tributaria mensual por cada hectárea completa
que comprendan.
Para optar al pago de esta patente rebajada, los titulares de las
pertenencias mencionadas deben acreditar ante el Servicio, antes
del 31 de enero del año en que se impetre el beneficio, median-
te documentos fidedignos tales como liquidaciones o facturas de
ventas, informes de producción u otro medio de prueba útil, que
el interés económico principal de sus pertenencias reside en las sustan-
cias no metálicas o en los placeres metalíferos, o que están constituidas
sobre sustancias existentes en salares, en su caso (art. 54 Rglto.). No
necesitan cumplir con tales exigencias para gozar del beneficio de
la patente rebajada las pertenencias sobre sustancias no metálicas y
sobre salares constituidas o que se constituyan de conformidad con
la legislación anterior a la vigente (art. 56 Rglto.).82
Para estos efectos, se entiende que el interés económico principal
de una pertenencia reside en las sustancias no metálicas o en los
placeres metalíferos, cuando aquéllas o éstos sean el objeto principal
de la explotación del yacimiento o cuando se demuestre que éste los
contiene en una proporción y calidad de tales que constituirían el
objeto principal de la explotación del yacimiento, si ella se realizare
(art. 59 Rglto.).83-84
Por otra parte, la Ley 19.718 rebajó a términos de casi exención
la patente de la o las pertenencias en explotación, sean propias o
arrendadas, que trabajen los pequeños mineros y los mineros arte-
sanales, ya que fijó para ellas una patente anual de un diez milésimo
de unidad tributaria mensual por hectárea completa. Para ello,
la ley entiende por pequeños mineros y mineros artesanales a las
personas naturales que exploten una o más pertenencias personal-

82
El art. 55 del Reglamento indica el procedimiento para que el Servicio
informe a la Tesorería General de la República respecto de las pertenencias que
gozan de este beneficio.
83
El art. 57 del Reglamento establece la obligación de los titulares de perte-
nencias mineras de comunicar el cambio en el interés económico principal que
haga perder el beneficio de la patente rebajada.
84
El art. 60 del Reglamento contiene las definiciones técnicas de lo que debe
entenderse por “sustancias no metálicas”, “placeres metalíferos” y “salar”.

190
EL RÉGIMEN DE AMPARO

mente y con un máximo de 12 ó 6 dependientes, respectivamente,


como asimismo a las sociedades legales mineras y a las cooperativas
mineras siempre que no cuenten con más de 12 ó 6 dependientes,
respectivamente y que cada socio o cooperado trabaje personalmente
en la explotación.
Los requisitos antes señalados, agregados a las circunstancias de
que el minero cuente con todos los permisos y servidumbres que
fueren necesarias para explotar, lo habilitarán para solicitar al Ser-
vicio que se le reconozca el derecho a pagar esta patente especial,
reconocimiento que durará dos períodos anuales de pago, vencidos
los cuales, podrá solicitarse nuevamente, cumpliendo los requisitos
legales (art. 142 inc. 2º).
Para los efectos antes indicados, basta que una sola pertenencia
se encuentre en explotación por un pequeño minero o minero ar-
tesanal, para que se presuma que todas las pertenencias provenien-
tes de la misma acta de mensura, de que es dueño o arrendatario,
también lo están. No obstante, tratándose de las sociedades legales
mineras y cooperativas mineras, la presunción se aplica solo a las
pertenencias de que sean dueñas.
Los pequeños mineros y los mineros artesanales solo pueden
obtener este beneficio de la patente rebajada por una superficie de
hasta 100 o de 50 hectáreas, respectivamente, computándose para
ello las pertenencias de que sean dueños o arrendatarios sus parientes
por consanguinidad hasta el segundo grado, o por afinidad hasta el
tercero, salvo que estos últimos sean concesionarios de pertenencias
localizadas en comunas distintas de aquella en que se ubican las de
quien impetre el beneficio. El límite de 100 hectáreas se le aplica
también a las pertenencias de que sean dueñas las sociedades legales
mineras y las cooperativas mineras.
Si se desea impetrar este beneficio para una o más pertenencias
arrendadas, tal beneficio solo podrá concederse respecto de la o las
pertenencias en que se ubique la faena que constituye la explotación.
Para estos efectos el contrato deberá identificar inequívocamente
dichas pertenencias.
Finalmente, el artículo 142 dispone que el Servicio publicará
anualmente la nómina de las pertenencias y personas beneficiadas
con esta patente rebajada.

248. Cálculo de la patente. El monto que corresponda pagar por


patente minera, sea ésta la primera patente o las siguientes, se cal-

191
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

cula siempre tomando como base el valor que la unidad tributaria


mensual tenga en el mes en que se haga el respectivo pago efectivo
(art. 49 Rglto.).
Finalmente, el inc. 2º del art. 49 del Reglamento reitera que
el pago se hace por hectárea completa que comprenda la concesión,
al expresar que por las fracciones de hectárea no se paga patente
minera.

249. Pago de la primera patente o patente proporcional. La obligación


de amparo comienza al solicitarse la sentencia constitutiva, tratándose
de la concesión de exploración, y al solicitarse la mensura, tratándose
de la pertenencia, época en que debe pagarse la primera patente
(art. 144, inc. 1º). (Véanse Nos 140 y 150.)
El monto de la primera patente es proporcional al tiempo que
medie entre la fecha de la solicitud de sentencia, si se trata de la con-
cesión de exploración, y entre la fecha de la solicitud de mensura, en
el caso de la pertenencia, y el último día del mes de febrero siguiente
(art. 144, inc. 2º).
Para los efectos de calcular el monto de esta primera patente, se
considerarán tanto el día siguiente al de presentación de la solicitud
de sentencia o solicitud de mensura, en su caso, como el último día
del mes de febrero siguiente (art. 50 Rglto.).
Una vez pagada la primera patente, se debe seguir pagando
patente anualmente en la oportunidad y forma que se indica en el
número siguiente.

250. Época y lugar de pago de la patente. El pago de la patente


es anticipado, en el sentido de que cubre el período comprendido
entre el día del pago y el último día del mes de febrero siguiente, y
debe efectuarse en el curso del mes de marzo de cada año (art. 143).
Veremos que éste no es un plazo fatal, ya que la ley autoriza para
efectuar el pago de la patente hasta el momento mismo en que se
proceda al remate de la concesión morosa.
Recordamos que el pago de la primera patente debe efectuarse al
solicitarse la sentencia constitutiva de la concesión de exploración o al
solicitarse la mensura de la pertenencia, y cubre el período compren-
dido entre ese día y el último día del mes de febrero siguiente.
La patente se paga en cualquier banco o institución autorizada
para recaudar tributos (art. 143) y no procede la devolución de las

192
EL RÉGIMEN DE AMPARO

patentes pagadas por concesiones o partes de ellas que posterior-


mente se renuncien, caduquen, se extingan, o se abandonen en el
caso de prórroga de la duración de la concesión de exploración
(art. 145).

251. Obligado al pago y su beneficiario. El obligado a pagar la pa-


tente minera es el concesionario, puesto que la sanción por su no pago
lo afecta a él, sin perjuicio de las responsabilidades que por la ley o
por el contrato pudieren recaer sobre el arrendatario, usufructuario
u otras personas que puedan estar obligadas a hacerlo.
En la actualidad, el acreedor o beneficiario de la patente minera es
el Fisco, luego de la modificación que le introdujo al Código de 1932
el D.L. 1.759, que privó de este ingreso a la respectiva Municipalidad
de la ubicación de las pertenencias.

252. Cómo debe ser el pago. El pago de la patente para que sea
válido, esto es, para que tenga la virtud de amparar la concesión,
debe ser completo, de acuerdo al número de hectáreas que tenga la
concesión.
Sin embargo, lo anterior no es óbice para que en el caso de
pertenencias enroladas en conjunto, lo que ocurre cuando se mani-
fiestan varias en un solo acto, el concesionario pague la patente de
sólo algunas de ellas. Habrá, eso sí, en este caso, que precisar cuáles
pertenencias se amparan mediante el correspondiente pago y cuáles
no, porque de lo contrario se tendrá que recurrir a las normas civiles
relativas a la imputación del pago para precisar las pertenencias que
se conservan y las que se abandonan o desamparan.

Párrafo II
DEL DESAMPARO Y SUS EFECTOS

253. Generalidades. Según hemos visto, la Constitución Política


delegó en la Ley Orgánica el establecimiento del régimen de am-
paro, Ley que desarrolló en sus normas el sistema de amparo por el
pago de una patente anual. Por su parte, el Código y su Reglamento
contienen las disposiciones de detalle que regulan esta materia.
Por lo que toca a los efectos del incumplimiento de las obligaciones
que comporta el régimen de amparo, la Carta Fundamental dispuso en

193
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

su artículo 19 Nº 24º, inciso 7º, que para el caso de producirse dicho


incumplimiento la ley debía contemplar las causales de caducidad o
de simple extinción del dominio de la concesión y que, en todo caso,
dichas causales y sus efectos debían estar establecidos al momento
de otorgarse la concesión.
Agrega a este respecto el inciso 8º del mismo número y artículo de
la Constitución Política, que será de competencia exclusiva de los tribu-
nales ordinarios de justicia declarar la extinción de tales concesiones.
Las controversias que se produzcan respecto de la caducidad o ex-
tinción del dominio sobre la concesión deben ser resueltas por ellos;
y en caso de caducidad, el afectado podrá requerir de la justicia la
declaración de subsistencia de su derecho.
Ha distinguido, pues, la Constitución Política, entre causales de
caducidad de la concesión, la que equivale a su extinción o desapare-
cimiento, y de simple extinción del dominio sobre la concesión, sanción
que afecta a su titular, pero que no supone su desaparecimiento, sino
sólo su transferencia a terceros. En todo caso, ha dispuesto nuestra
Carta Fundamental que las causales de caducidad y de extinción y sus
efectos deben estar establecidos al momento de constituirse la concesión,
con lo cual asegura que no se afectarán los derechos mineros por
hechos posteriores a su constitución. Ello, unido a la circunstancia
de que entrega a la competencia exclusiva de los tribunales ordinarios
de justicia resolver sobre tales caducidad o extinción de la concesión
minera, viene a configurar una contribución importante a la estabi-
lidad de los títulos mineros y a la seguridad jurídica.

254. Qué ocurre si no se paga la patente. Si el concesionario no paga


la patente en el plazo que fija el Código, la concesión, en trámite o
constituida, cae en desamparo, pero el efecto propio de esta situación
no es la pérdida del derecho o caducidad, como a primera vista
pudiera estimarse, sino la iniciación de un procedimiento judicial
destinado a cobrar la patente adeudada que, como hemos dicho,
sólo puede perseguirse sobre la respectiva concesión. Este proce-
dimiento termina en el remate público de ella. En este último caso, y
sólo en el evento de no haber postores en ese remate, se producirá
la caducidad de la concesión morosa; de haberlos, se producirá la
transferencia de la concesión de manos del concesionario moroso al
rematante.
El Código ha suprimido de sus disposiciones la institución de la
caducidad automática de la pertenencia que contemplaba el Código

194
EL RÉGIMEN DE AMPARO

de 1932 para el caso de no pago de dos patentes consecutivas.85 Por


ello tal caducidad sólo se pudo haber producido en el evento de
que se hubiesen dejado de pagar dos patentes consecutivas hasta el
día 31 de marzo de 1983. Lo anterior no debe llevarnos a confusión,
por lo que dejamos en claro que las pertenencias constituidas de
conformidad con el Código de 1932, y más precisamente, las consti-
tuidas a partir de la dictación de la Ley 4.256 de 1928, pueden haber
incurrido en la causal de caducidad referida, la que se producía ipso
jure, sin necesidad de declaración alguna, circunstancia que debe
considerarse en el estudio de los títulos de esas pertenencias.

255. Procedimiento establecido para el cobro de la patente. Prescrip-


ción de la acción. El objeto del procedimiento judicial que pasamos
a estudiar es obtener el cumplimiento forzado de la obligación de
pagar la patente que pesa sobre toda concesión, constituida o en
trámite.
Dicho procedimiento lo podemos calificar como juicio ejecutivo
especial y, en consecuencia, estamos frente a un asunto de carácter
contencioso, que se rige en primer término por las normas que al
respecto contempla el Código de Minería y, en su defecto, por las
normas contenidas en el Código de Procedimiento Civil, en lo que
le fueren aplicables. Las principales particularidades que presenta
este procedimiento especial y concentrado están constituidas por el
hecho de constar de un solo cuaderno, el de apremio, y no existir
embargo.86
De conformidad con lo dispuesto en el inciso final del artículo 146,
la acción de cobro de la patente prescribe en el plazo de tres años, con-
tado desde el 1º de abril del año en que se debió pagar la patente,
por lo que si por cualquiera circunstancia no se hubiera producido
el remate, el concesionario moroso podrá oponer lacorrespondiente

85
La caducidad automática en el caso de no pago de dos patentes consecutivas
fue establecida por la Ley 4.256 de 1928, denominada“Ley Marambio” en homenaje
a su autor, el senador don Nicolás Marambio Montt.
86
En sentencia de fecha 24 de noviembre de 1988, la Excma. Corte Suprema
resolvió que el procedimiento judicial para sacar a remate público una concesión
minera constituye un asunto contencioso; se trata –agrega el fallo– de un juicio
ejecutivo especial, según se desprende de los artículos 12 y 18 de la Ley Orgánica
Constitucional sobre Concesiones Mineras, y también del artículo 153 del Código
de Minería, que hace aplicables a este procedimiento las disposiciones del Código
de Procedimiento Civil relativas a la subasta de inmuebles.

195
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

excepción de prescripción en el evento de que, transcurrido el plazo


señalado, se intente el cobro de las patentes adeudadas.

256. Inicio del procedimiento de remate. Envío de nómina. El pro-


cedimiento de cobro ejecutivo de las patentes de las concesiones que
han dejado de pagar en el mes de marzo las que les corresponde, se
inicia mediante el envío por el Tesorero General de la República, a cada
uno de los juzgados competentes, de una nómina de las concesiones
mineras cuya patente no haya sido pagada. La mencionada nómina
debe especificar: a) nombre y ubicación de las concesiones; b) nombre
del dueño que figura en el rol respectivo, y c) monto adeudado.87
El envío de la nómina deberá hacerse antes del 1º de julio de
cada año.
Será competente para los efectos de conocer de este juicio y a él
le será enviada la nómina mencionada, el juez de letras en lo civil en
cuyo territorio jurisdiccional se encuentre ubicado el punto medio
señalado en el pedimento o el punto de interés indicado en la ma-
nifestación y, tratándose de concesiones en trámite o ya constituidas
a la fecha de entrada en vigencia del Código, el de la ubicación de
la concesión o, en su caso, el de la ubicación del sitio o punto del
hallazgo señalado en la manifestación (art. 231).

257. Momento hasta el cual puede hacerse el pago de la patente.


No habiendo pagado la patente en el mes de marzo, el dueño de la
concesión, constituida o en trámite, podrá evitar la iniciación del
juicio ejecutivo de cobro de la patente pagando la patente sin recargo,
mientras el Tesorero General de la República no haya dado cumpli-
miento al trámite de envío al juzgado competente de la nómina de
concesiones morosas (art. 147, inc. 2º).
Pero, una vez enviada la referida nómina, el dueño de la con-
cesión sólo podrá eliminarla de la subasta y hasta el momento mismo
del remate, pagando el doble del valor adeudado por concepto de patente
(art. 149, inc. 2º).88

87
En la nómina, el monto adeudado se expresará en el equivalente a unidades
tributarias mensuales, considerando para ello el valor que ésta haya tenido en el
mes en que debió efectuarse el pago.
88
La Corte de Apelaciones de Iquique, en sentencia del 4 de julio de 1990,
declaró que la inclusión en la nómina de pertenencias morosas, de pertenencias
que habían pagado oportunamente la patente, acarrea la nulidad absoluta de tal
actuación y del respectivo remate.

196
EL RÉGIMEN DE AMPARO

258. Remate. Recibida la nómina, el juez debe señalar día y hora


para el remate y ordenar que esta resolución y esa nómina sean pu-
blicadas en dos días distintos en el Boletín Oficial de Minería (art. 147,
inc. 3º).
El remate no podrá efectuarse antes de los treinta días siguientes
a la fecha del último aviso (art. 147, inc. 4º).
Cualquier persona podrá solicitar al juez, antes del remate, que
rectifique las omisiones o errores en que la Tesorería haya incurrido
en la nómina de concesiones morosas y el juez deberá proceder, al
efecto, con conocimiento de causa. Las rectificaciones se publicarán
en igual forma que la nómina misma y no se podrá proceder al re-
mate sino treinta días después de la fecha del último aviso (art. 147,
inc. 5º).
El secretario deberá poner testimonio en los autos de haber-
se publicado los avisos en la forma y con la anticipación señalada
(art. 147, inc. final).
Los gastos y las publicaciones de los avisos de remate serán de
cargo de la Tesorería, sin perjuicio de que le sean reembolsados por el
adjudicatario de la concesión, en su caso (arts. 147, inc. 3º y 150).

259. Bases para el remate. Al respecto, debemos considerar como


bases que regulan el remate de la concesión, las siguientes:
a) El remate se efectúa en un solo lote de todas las concesiones
que no hayan pagado patente y estén comprendidas en el mismo
número en el rol correspondiente (art. 148, inc. 1º).
b) Para tomar parte en el remate de cada lote, todo postor debe
acompañar boleta de depósito a la orden del juzgado por una suma
equivalente al valor de lo adeudado por las patentes de todas las conce-
siones que se rematan en el lote respectivo, o depositar previamente
ese valor en poder del secretario (art. 148, inc. 2º).
El valor de lo adeudado se calcula en base al valor que la unidad
tributaria mensual tenga en el mes en que se efectúa el remate;
c) El mínimo para la subasta de cada lote de concesiones será el
valor de las patentes adeudadas (art. 149), que se calcula en la misma
forma indicada en la letra anterior (art. 49 Rglto.).
d) La concesión subastada se transfiere con todos los gravámenes
inscritos que la afecten (art. 154), y

197
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

e) El precio de la subasta debe enterarse dentro del plazo fatal de


ocho días, contado desde la fecha de la subasta (art. 152).

260. Situaciones que pueden producirse el día del remate. Hacemos


presente, desde luego, que el dueño de la concesión no es admitido a
hacer posturas por su concesión, puesto que se ha estimado que no
es procedente que se adjudique en el remate su propia concesión.
Le queda a salvo, como hemos dicho, el derecho de eliminarla de
la subasta hasta el momento del remate pagando el doble del valor
adeudado por concepto de patente (art. 149, inc. 2º).89
El día del remate pueden producirse diversas situac iones, a
saber:
a) Que haya postores por la concesión. En este caso, se adjudicará
la concesión al mejor postor, quien deberá enterar el precio de la
subasta dentro del plazo de ocho días, contado desde la fecha del
remate.
Para enterar el precio de la subasta, el rematante debe pagar
la parte correspondiente a las costas causadas en la gestión, en pro-
porción al precio del remate, tasadas por el secretario; acompañar
testimonio de haber pagado las patentes adeudadas y depositar el resto,
si lo hay, a la orden del juzgado. Este saldo debe ser entregado al
anterior concesionario.
Si el rematante no entera el precio de la subasta en el plazo antes
dicho, que es fatal, la adjudicación queda sin efecto por el solo
ministerio de la ley, y el juez debe hacer efectiva la caución a bene-
ficio fiscal y ordenar que la concesión o el lote sean sacados nuevamente
a remate (art. 152).
Los demás procedimientos relativos al remate, al acta correspon-
diente, a la escritura de adjudicación y a su inscripción, se regirán
por las disposiciones del Código de Procedimiento Civil que tratan
de la subasta de bienes inmuebles embargados (art. 153).
Con la inscripción de la escritura de adjudicación en el compe-
tente Registro del Conservador de Minas, que ha de haber firmado
el juez en representación del ejecutado, se materializa la tradición
de la concesión subastada de manos del concesionario moroso a las
del adjudicatario.

89
El valor adeudado se calcula a base del valor que la unidad tributaria mensual
tenga en el mes en que se haga el correspondiente pago efectivo (art. 49 Rglto.).

198
EL RÉGIMEN DE AMPARO

b) Que no haya postores por la concesión. Si no hay postores por la


concesión o lote en el remate, el juez debe declarar franco el terreno
y ordenar cancelar las correspondientes inscripciones en el Con-
servador de Minas. Esta resolución se notifica por el estado diario
(art. 155, mod. Ley 18.681) y, ejecutoriada, se producirá la caducidad
de la concesión , esto es, su desaparecimiento y el terreno que ésta
ocupaba quedará franco, por lo que podrán constituirse en él otra
u otras concesiones. 90
La cancelación de las inscripciones practicadas en relación con
la concesión es sólo una consecuencia de la caducidad, de modo
que aunque éstas no se cancelen, la caducidad se habrá producido
por la resolución judicial ejecutoriada que declaró franco el terreno
y tales inscripciones carecerán de todo valor.

261. Efecto del remate sobre los inmuebles accesorios de la conce -


sión. Sabemos que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 3º,
son inmuebles accesorios de la concesión las construcciones, instala-
ciones y demás objetos destinados permanentemente por su dueño
a la investigación, arranque y extracción de sustancias minerales
(véase Nº 95).
Pues bien, la suerte de estos inmuebles en el caso de remate de
la concesión es diferente según haya o no postores en él, a saber:
a) Si hay postores para el remate, se producirá la transferencia de
la concesión al adjudicatario, pero por el hecho del remate, el su-
bastador no se hace dueño de estos inmuebles. Sin embargo, el dere-
cho del ejecutado para reclamarlos cesa transcurrido un año desde la
inscripción de la escritura de adjudicación. Vencido este plazo, entran
por el solo ministerio de la ley al dominio del dueño de la concesión,
sin cargo para él (art. 151), y
b) Si no hay postores para el remate, se producirá, en su momento,
la caducidad de la concesión y, en tal caso, el derecho del concesionario
ejecutado para reclamar los inmuebles de que se trata dura hasta seis
meses después de constituida una pertenencia en el terreno en que dichos

90
En sentencia de fecha 16 de mayo de 1988, la Excma. Corte Suprema ha
resuelto que no estando dictada la resolución que declaró franco el terreno respecto
de pertenencias mineras que no se subastaron por falta de postores, el concesionario
pudo poner término al procedimiento de apremio, pagando el doble del valor de
las patentes adeudadas.

199
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

bienes se encuentren ubicados. Transcurrido este plazo entrarán,


por el solo ministerio de la ley, al dominio del dueño de la pertenencia,
sin cargo para él (art. 155, inc. 2º).
Hacemos notar que esta especie de accesión se produce, en este
caso, a la pertenencia y no a la concesión de exploración.

262. Presunción de derecho de debido amparo. Según lo hemos ex-


presado, en el Código de 1932 la falta de pago de dos patentes conse-
cutivas producía irrevocablemente, por el solo ministerio de la ley, la
caducidad de la pertenencia. La legislación vigentesuprimió esta causal
de caducidad automática, de modo que en la actualidad el desamparo
trae como consecuencia la caducidad únicamente en el caso de que
no haya postores en el remate por falta de pago de la patente.
La caducidad automática que contemplaba el Código de 1932 ha
sido causa de serias dificultades en el estudio de títulos de pertenencias,
especialmente de las constituidas treinta, cuarenta o más años atrás,
por cuanto para demostrar su existencia legal hay que probar con do-
cumentos auténticos que no se han dejado de pagar dos o más patentes
consecutivas con anterioridad a 1983, año en que entró en vigencia
el actual Código. Lo anterior obliga a conservar los comprobantes de
pago de patentes por esos cuarenta o más años, cometido que, ob-
viamente, resulta muy difícil. El extravío de dos o más comprobantes
de pago de patentes en años consecutivos anteriores a 1983 pone al
concesionario prácticamente en la imposibilidad de demostrar que
no se ha producido la caducidad de su pertenencia.
Con el objeto de buscar solución al problema expuesto, se dictó
el D.L. 1.759 de 1977, modificado por el D.L. 3.060 de 1979, los
cuales se reproducen en el artículo 243 del Código de Minería, sin
alteraciones sustanciales.
El artículo de que se trata le da la oportunidad a quien a cuyo
nombre aparece inscrita la pertenencia para obtener del tribunal
competente que declare que la inscripción del acta de mensura
está vigente, siempre que acredite el pago íntegro y oportuno de las
cuatro últimas patentes consecutivas en la Tesorería que corresponda
legalmente, y que a la fecha de la correspondiente solicitud la men-
cionada inscripción no esté cancelada ni se haya anotado al margen de
ella el hecho de haberse pedido judicialmente su cancelación.
El pago de las patentes podrá acreditarse mediante los correspon-
dientes boletines de ingreso u otro instrumento público (art. 243,
inc. 2º).

200
EL RÉGIMEN DE AMPARO

263. Procedimiento para obtener la declaración de debido amparo.


Presentada la solicitud respectiva, el juez debe ordenar su publicación
dentro del plazo fatal de treinta días, contado desde la fecha de la
resolución. Cualquier interesado puede oponerse dentro del plazo
fatal de treinta días, contado desde la publicación, oposición que
se tramita conforme al procedimiento sumarísimo del artículo 235.
La oposición sólo puede fundarse en la existencia, a la fecha de la
solicitud, de concesión exclusiva para explorar o de concesión de
exploración ya otorgadas o de pertenencia constituida o cuya men-
sura estuviere ya solicitada, casos en los cuales la oposición afectará
únicamente a aquella o aquellas pertenencias objeto de la solicitud,
que sean abarcadas total o parcialmente por la respectiva concesión,
pertenencia o solicitud de mensura. La oposición puede fundarse
también en la existencia, a la fecha de la solicitud, de una mani-
festación, caso en el cual la oposición afectará solamente a aquella
pertenencia objeto de la solicitud en que el oponente pruebe que
se encuentra el punto de interés designado en su manifestación
(art. 243, inc. 3º).
La resolución judicial que declare la vigencia de la inscripción
del acta de mensura se anota al margen de ella y esta anotación hará
presumir de derecho el debido amparo de la pertenencia hasta el período
cubierto por el último pago acreditado (art. 243, inc. final).

Párrafo III
OBLIGACIONES DE LA AUTORIDAD PÚBLICA
EN RELACIÓN CON EL AMPARO

264. Obligaciones del Tesorero General de la República. Aparte de


la obligación contemplada en el art. 147 que pesa sobre el Tesorero
General de la República, en orden a enviar al Tribunal competente
la nómina de las concesiones mineras cuya patente no haya sido
pagada, este funcionario debe, además, remitir al Conservador de
Minas para su archivo, también antes del 1º de julio de cada año,
la nómina de todas las concesiones mineras ubicadas dentro del
territorio del oficio del Conservador respectivo por las que se haya
pagado patente en el mismo año, con especificación de su nombre y
ubicación, del dueño que figura en el rol respectivo y de la cantidad
pagada. Sin perjuicio de lo anterior, el Tesorero General de la Re-

201
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

pública está obligado a velar por la debida publicación de los avisos


y por el cumplimiento de los demás trámites de las subastas, hasta
la terminación de las respectivas gestiones. Los gastos que originen
las subastas serán de cargo fiscal, sin perjuicio de su reembolso en
caso de remate (art. 158).
Finalmente, el Tesorero General de la República debe enviar
al Servicio copia auténtica de las nóminas mencionadas más arriba
(art. 159).

265. Obligaciones de los funcionarios judiciales. Los jueces, secre-


tarios y demás funcionarios a quienes se encomiendan diligencias y
actuaciones relacionadas con el amparo de las concesiones mineras,
deben cumplirlas sin necesidad de requerimiento alguno (art. 157,
inc. 1º).
Por su parte, la Corte de Apelaciones respectiva, de oficio o
a petición de cualquier persona, debe velar por el cumplimiento
de las obligaciones que competen a dichos funcionarios judiciales
(art. 157, inc. 2º).

266. Obligaciones del Servicio. Al Servicio corresponde la supervi-


gilancia de todas las actuaciones relativas al amparo de la concesión
(art. 159, inc. 1º), y debe velar porque se practiquen las notificaciones
respectivas y se cancelen las correspondientes inscripciones. Con este
objeto y para los demás que le competan, el Servicio podrá hacer las
presentaciones judiciales y los requerimientos que sean pertinentes
(art. 52 Rglto.).
El Servicio debe llevar también el rol de todas las concesiones
mineras vigentes; conservar las nóminas a que nos hemos referido y
los demás antecedentes necesarios para identificar los terrenos cubier-
tos por concesiones mineras; y denunciar, ante quien corresponda,
cualquier incumplimiento en que se incurra (art. 159, inc. 2º).

Párrafo IV
EFECTOS TRIBUTARIOS DEL PAGO DE LA PATENTE

267. Generalidades. El D.L. 1.759 transformó al Fisco en el benefi-


ciario de la patente minera, la cual dejó de ser ingreso de carácter
municipal.

202
EL RÉGIMEN DE AMPARO

Junto con ello, reguló en sus normas ciertos aspectos tributarios


relacionados con este nuevo ingreso fiscal, las cuales pasaron, con
algunas modificaciones, a constituir el Párrafo 4º del Título X del
Código.

268. Gastos de organización y puesta en marcha. El valor de las patentes


mineras no es considerado como gasto para los fines tributarios. Sin
embargo, tratándose de mineros o empresas mineras que declaren
su renta efectiva afecta al impuesto de Primera Categoría, sobre la
base de contabilidad fidedigna, las cantidades pagadas a título de
patente minera por la pertenencia o la concesión deexploración que
la haya precedido, durante los cinco años inmediatamente anteriores
a aquel en que se inicie la explotación de la pertenencia, serán con-
sideradas para los fines tributarios como gastos de organización de
aquellos a que se refiere el artículo 31 Nº 9 de la Ley de la Renta, y
en su calidad de tales deberán ser amortizados en la forma indicada
en dicho precepto, debidamente actualizadas según el artículo 41
Nº 7, de la citada ley.
Para estos efectos, se presume de derecho que la explotación de la
pertenencia se ha iniciado cuando su propietario o un tercero vendan
minerales o productos mineros provenientes de ella (art. 163).

269. Carácter de pago provisional voluntario de las cantidades pagadas


a título de patente. El inciso 3º del artículo 12 de la Ley Orgánica ha
dispuesto que lo pagado por patente minera por una concesión de
explotación es imputable al pago del impuesto a la renta que derive
de la actividad minera realizada en la respectiva concesión.
Por su parte, el artículo 164 regula tal imputación, señalando
que a contar del año en que la pertenencia comiencea ser explotada
por su propietario o terceros, las cantidades pagadas antes que el
Tesorero General de la República envíe la lista de las concesiones
que hayan pagado patente, a título de patente minera, tendrán el
carácter de un pago provisional voluntario de aquellos a que se re-
fiere el artículo 88 de la Ley de la Renta. Tales pagos provisionales
voluntarios, debidamente reajustados en la forma prevista en dicha
norma, deberán ser imputados exclusivamente a las siguientes obli-
gaciones tributarias, según el caso:
1º) A las retenciones que afectan a los mineros y empresas mineras,
según lo dispuesto por el artículo 74 Nº 6, de la Ley de la Renta;

203
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

2º) A los pagos provisionales obligatorios que deben efectuar las


empresas mineras, según lo dispuesto por la letra d) del artículo 84
de la Ley de la Renta, o
3º) Al impuesto de Primera Categoría que afecte la regalía,
renta de arrendamiento o prestación de similar naturaleza, perci-
bida por el titular de una pertenencia entregada a terceros para
su explotación.
Las imputaciones referidas en los Nos 1º y 2º sólo pueden hacerse
valer respecto de las retenciones y pagos provisionales obligatorios
que afecten a las ventas que se realicen en el periodo anual ampara-
do, no habiendo lugar a devolución o imputación de los saldos que
no hubieren podido imputarse en dicho plazo y forma.
Las imputaciones a que se refieren los Nos 1º y 2º podrán también
hacerse valer por los vendedores que exploten pertenencias ajenas a
cualquier título, cuando el respectivo contrato les imponga el pago
de la patente minera, en cuyo caso no habrá lugar a la imputación
referida en el Nº 3 del artículo 164, en favor del titular de la perte-
nencia entregada a terceros para su explotación.
En cuanto a las imputaciones señaladas en el Nº 1 antes indicado,
debe también tenerse en cuenta que los compradores de minerales
o de productos mineros deben exigir a quienes les soliciten dichas
imputaciones la exhibición del comprobante original que acredita
el pago de la patente minera. Dichos compradores están obligados a
anotar al dorso del referido comprobante la siguiente información:
a) Fecha de la imputación;
b) Monto imputado, debidamente actualizado, según lo previsto
en el artículo 88 de la Ley de la Renta;
c) Saldo remanente para futuras imputaciones, y
d) Pertenencia de la cual provienen los minerales o productos,
según declaración escrita del vendedor (art. 165).

270. Presunción de derecho de explotación. Límite para la imputación


o deducción. Para los efectos de determinar cuándo se entiendeque
se inicia la explotación de la pertenencia, circunstancia que otorga
el carácter de pago provisional voluntario a las cantidades pagadas
por concepto de patentes mineras, el artículo 166 establece una pre-
sunción de derecho en favor del propietario o terceros, que consiste en
considerar que tal explotación se inicia al momento de producirse
la venta de minerales o productos mineros provenientes de ella.

204
EL RÉGIMEN DE AMPARO

Basta que en una sola de las pertenencias de un mismo dueño,


comprendidas en una misma acta de mensura, se haya iniciado la
explotación conforme hemos dicho, para que se presuma de dere-
cho que todas se encuentran en explotación y, en consecuencia, su
propietario tenga el derecho a considerarlas como gastos de orga-
nización y, también, pago provisional imputable a las obligaciones
tributarias que indicamos en el número anterior.
Estos derechos reconocen una limitación, puesto que si las per-
tenencias de un mismo dueño, comprendidas en una misma acta
de mensura, abarcan una superficie superior a mil hectáreas, su
propietario podrá deducir o imputar sólo el valor de las patentes
correspondientes a mil hectáreas (art. 166).

205
CA PÍTULO DUODÉCIMO

CAUSALES DE EXTINCIÓN
DE LAS CONCESIONES MINERAS

Párrafo I
DE LA EXTINCIÓN DE LA CONCESIÓN
EN GENERAL

271. Generalidades. La extinción de la concesión minera equivale


a su desaparecimiento y, por consiguiente, el concesionario pierde
todos los derechos que ella le otorgaba, sin perjuicio de aquellos que
le competan sobre los bienes muebles o inmuebles de su dominio,
relacionados o no con sus actividades mineras.
Producida la extinción de la concesión, el terreno que ésta ocupa-
ba queda franco, es decir, susceptible de ser objeto de la constitución
de otra u otras concesiones mineras por terceros y también por el
concesionario cuya concesión se extinguió.
Las causales de extinción a que nos referimos afectan a las con-
cesiones ya constituidas de conformidad con el Código vigente.
Las pertenencias constituidas de acuerdo a la legislación anterior
también están afectadas por las mismas causales de extinción esta-
blecidas en el Código vigente, con excepción de la fundada en la
falta de requerimiento de la inscripción dentro de plazo prevista en
el artículo 89. A estas pertenencias les afectan, asimismo, la causal de
caducidad establecida en la legislación anterior para el no pago de dos
patentes consecutivas; y aquellas contempladas en el inciso primero
del artículo 2º transitorio91 y en el inciso segundo del artículo 3º

91
Se refiere a las pertenencias sobre rocas, arenas ydemás materiales aplicables
directamente a la construcción constituidas por el dueño del suelo superpuestas a
pertenencias de sustancias no metálicas.

207
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

transitorio,92 ambos de la Ley Orgánica, y en el inciso segundo del


artículo 2º transitorio del Código.93
Finalmente, las pertenencias constituidas o que lleguen a consti-
tuirse de conformidad a disposiciones legales anteriores al Código en
vigor se extinguirán si al término de los procedimientos encaminados
a determinar en coordenadas U.T.M. los vértices de su cara superior
no quedan inscritas en el Registro Nacional de Concesiones Mineras
(art. 6º transitorio).94

272. Causales de extinción comunes a la concesión de exploración


y a la pertenencia. Se extingue la concesión minera:
a) Por la resolución judicial ejecutoriada que declara franco al
terreno por falta de postores en el remate que tiene lugar en el juicio
ejecutivo de cobro de la patente (art. 18 LOC y art. 155, inc. 1º);
b) En el evento de no requerirse la inscripción de la sentencia consti-
tutiva de la concesión en el plazo de ciento veinte días, contado desde
la fecha de la sentencia de primera instancia o desde la fecha del
decreto que ordena el cumplimiento de la de segunda instancia, en
su caso (art. 18 LOC y arts. 89 y 160).
c) Por renuncia de su titular (art. 18 LOC y art. 162).

273. Causales de extinción aplicables exclusivamente a la concesión de


exploración. Se extingue, además, la concesión de exploración:
1º) Por la expiración del plazo de duración (art. 17 LOC y art. 112);
y 2º) Por la resolución judicial ejecutoriada que declare franco el terre-
no, en el caso de que el titular de la concesión establezca, por sí o
por interpósita persona, explotación minera en ella o convenga con
cualquier otra persona que efectúe dicha explotación (arts. 13 y 18
LOC y art. 115).
Puede agregarse que existe una virtual extinción de la concesión
de exploración cuando el concesionario no deduce oportunamente

92
Se refiere a las pertenencias sobre rocas, arenas y demás materiales aplica-
bles directamente a la construcción constituidas por el dueño del suelo para otra
determinada aplicación industrial o de ornamentación.
93
Se refiere a las concesiones judiciales para explorar, concesiones administrativas
para explorar y explotar y solicitudes de estas concesiones cuyos titulares gozaron de
un plazo de carácter fatal para manifestar las sustancias concedidas o solicitadas.
94
El procedimiento referido se encuentra terminado.

208
CAUSALES DE EXTINCIÓN DE LAS CONCESIONES MINERAS

la oposición a la mensura del artículo 61 Nº 1, ya que en tal caso


pierde los derechos emanados de su concesión respecto de los terre-
nos sobre los cuales se llegue a constituir pertenencia por terceros
(art. 65, inc. 2º).

274. Causales de extinción aplicables exclusivamente a la pertenen-


cia. Se extingue, además, la pertenencia:
1º) Por la declaración de dicha extinción que debe contener la
sentencia que en los casos de los Nos 6º y 7º del artículo 95, declare
la prescripción de la acción de nulidad a que dichos números se refieren
(art. 96, inc. 3º).
Se trata, pues, del efecto especial de la declaración de la prescrip-
ción extintiva de la acción de nulidad en el caso de superposición
de pertenencia. Si tal superposición se ha producido y se demanda
la nulidad de la pertenencia superpuesta y la sentencia que se dicte
declara prescrita la acción, junto con ello debe declarar la extinción
de la pertenencia afectada por la superposición (véase Nº 207).
2º) Por la declaración de nulidad del acto de concesión, en el
caso del Nº 2º del artículo 95; esto es, cuando se ha cometido fraude
o dolo en la mensura de la pertenencia.

Párrafo II
DE LA RENUNCIA DE LA CONCESIÓN
EN PARTICULAR

275. La concesión minera es renunciable. En estrecha relación


con la regla contenida en el artículo 12 del Código Civil, el ar-
tículo 162 expresa que la concesión minera es renunciable, sin
perjuicio del derecho de terceros a oponerse a las renuncias que
los perjudiquen.
La renuncia debe constar en escritura pública; contar con apro-
bación judicial; y se perfecciona por la cancelación de las inscripciones
respectivas.
Hacemos notar que las normas que contienen el Código y su
Reglamento acerca de la renuncia de la concesión no son aplicables
al abandono de parte de la concesión de exploración en caso de
prórroga de la duración de esta concesión.

209
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

El Código ha delegado en el Reglamento la forma y procedimiento


que han de seguirse para materializar la renuncia de la concesión.

276. Requisitos que deben cumplirse para renunciar a la concesión.


Para renunciar a la concesión se requiere se cumplan los siguientes
requisitos (arts. 61 y 62 Rglto.):
a) Que la concesión de exploración y la pertenencia estén cons-
tituidas;
b) Que la renuncia no perjudique a terceros;
c) Que la renuncia comprenda la totalidad de la concesión de
exploración o de la o las pertenencias, si son varias las que se renun-
cian. Debe tenerse presente que se pueden renunciar una o más
pertenencias comprendidas en una misma acta de mensura. Si la
renuncia no recae sobre el total de éstas, se denomina “parcial”;
d) Que la renuncia conste en escritura pública;95 y
e) Que se cuente con las mismas facultades y se cumplan los mis-
mos requisitos necesarios para enajenar la concesión.96

277. Procedimiento. El procedimiento establecido para la renun-


cia de la concesión es de carácter voluntario, sin perjuicio de que
se transforme en contencioso si se formula oposición por quien se
sienta perjudicado por la renuncia (art. 64 Rglto.).
La solicitud de renuncia se presenta ante el juez competente
acompañada de la escritura pública de renuncia. De acuerdo con el
artículo 231, contendrá las menciones que señala el artículo 65 del
Reglamento;97 y si de los antecedentes acompañados apareciere quela
renuncia perjudica a terceros, el juez debe ordenar que se acredite la
anuencia de estos terceros a la renuncia. Si ella no se acredita, el juez
debe ordenar la notificación de dichas personas (art. 65 Rglto.).

95
La escritura pública de renuncia debe individualizar por su nombre la con-
cesión a la que se renuncia, mencionando los datos de la inscripción de la respectiva
sentencia constitutiva o acta de mensura, en su caso. Deben insertarse en la misma
escritura los instrumentos que acrediten el cumplimiento de las exigencias legales
o estatutarias que habiliten para renunciar (art. 63 Rglto.).
96
Ver artículo 62, inciso 2º Rglto.
97
La solicitud de renuncia debe contener las mismas indicaciones exigidas
para la escritura de renuncia (ver nota 95). Deben acompañarse los documentos
que indica el inciso 1º del artículo 65 del Reglamento.

210
CAUSALES DE EXTINCIÓN DE LAS CONCESIONES MINERAS

El juez debe examinar la solicitud y los antecedentes acompa-


ñados y estando éstos conforme, ordenará que ella sea publicada.
Quienes se consideren afectados por la renuncia pueden deducir
oposición dentro del plazo fatal de sesenta días, contado desde la
publicación.
Ésta se tramita en juicio sumario (arts. 66 y 67 Rglto.).98
Rechazada la oposición o si ésta no se ha formulado, el juez se
pronunciará sobre la renuncia, aprobándola o rechazándola; esto
último, si se ha formado la convicción de que existen derechos de
terceros que podrían ser afectados por la renuncia, o si no se ha
practicado oportunamente la notificación prevista para el caso de
que de los antecedentes acompañados a la solicitud apareciere que
ella perjudica a terceros (art. 68 Rglto.).
Cumplida la resolución que aprueba la renuncia y ordena la
cancelación de las correspondientes inscripciones, el interesado
debe proceder al derribo de los hitos del grupo de pertenencias, si
la renuncia fuere total, o al derribo y colocación de los que corres-
ponda, si la renuncia fuere parcial, ciñéndose en este último caso a
las normas contenidas en el Código para la reposición de linderos
(art. 69 Rglto.).

278. Perfeccionamiento. La renuncia se perfecciona por la cancelación


ordenada por el juez de la inscripción de la respectiva sentencia
constitutiva, o del acta de mensura en caso de que se trate de per-
tenencias constituidas de acuerdo a la legislación anterior (art. 61,
inc. final Rglto. ).

98
Son causales de oposición, entre otras, la existencia de un contrato de pro-
mesa de venta, de opción de compra o de hipoteca y la de un embargo, medida
precautoria o prohibición, que afecten a la concesión que se trata de renunciar; y la
existencia de un contrato de avío, arrendamiento, explotación o de venta de mine-
rales in situ, que afecte a la pertenencia que se renuncia (art. 67, inc. 1º Rglto.).

211
CAPÍTULO DECIMOTERCERO

SOCIEDADES MINERAS

Párrafo I
NOCIONES GENERALES

279. Generalidades. La exploración y explotación mineras requie-


ren, como todas las actividades productivas, de capitales para su
adecuado desenvolvimiento y de ahí que la legislación minera se
haya preocupado de facilitar los mecanismos destinados a reunirlos
mediante la creación y reglamentación de uno de los medios más
apropiados para ello, cual es la formación de sociedades que se
ocupen del desarrollo de las costosas explotaciones mineras.
En cumplimiento de la finalidad antes indicada, el artículo 172
ha dispuesto que para la exploración o explotación de las sustancias
minerales pueden constituirse sociedades en la forma establecida en
otros Códigos o en leyes especiales. Pero la normacitada ha agregado
que pueden, además, constituirse las sociedades especiales mineras
de que trata el párrafo 2º del Título XI del Código.

280. Sociedades regidas por otros Códigos y leyes especiales. Como


se ha expresado, para los fines mineros indicados, pueden consti-
tuirse sociedades regidas por otros Códigos y leyes especiales. Estas
podrán ser anónimas, abiertas o cerradas, colectivas, en comandita y
de responsabilidad limitada. A estas sociedades no les son aplicables
las normas del Código, como se encarga de confirmarlo el artículo 99
del Reglamento, al señalar que las escrituras de estas sociedades no se
inscriben en el Registro Conservatorio de Minas, salvo cuando conste
en ellas la transferencia de todo o parte alícuota de una concesión
a favor de la sociedad.

213
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Dichas sociedades serán, generalmente, sociedades civiles, aun-


que no se ve inconveniente para que también se formen las mismas
sociedades para el beneficio de minerales, en cuyo caso estaremos
frente a sociedades comerciales, si su giro comprende la compra y
procesamiento de minerales y la venta de sus productos.

281. Sociedades especiales mineras. Como dijimos, aparte de las


sociedades sometidas a la legislación común, el Código ha dado
cabida en sus disposiciones a sociedades especialmente regidas por
él, que son típicamente mineras y propias de este derecho especial,
a saber: 1º) la sociedad legal minera, y 2º) la sociedad contractual especial
minera.
Debemos considerar, también, a estas sociedades como de ca-
rácter civil y, además, como sociedades de capital ya que en ellas no
interesa la persona de los socios.
Conviene tener presente que siendo hechos los que generan la
sociedad legal minera, estamos frente a un cuasicontrato, y esta misma
circunstancia hizo que el Código titulara la Sección 1ª del Párrafo 2º
del Título XI: “De las sociedades que nacen de un hecho”, lo que no
nos debe llevar a confundirlas con las sociedades de hecho de que
trata el Código Civil (art. 2017), y que son sociedades nulas.
Serán estas sociedades especiales mineras el objeto de nuestro
estudio, ya que las demás sociedades que pueden tener giro minero
son tratadas en otras asignaturas.

282. Orígenes históricos de las sociedades mineras. Las sociedades


mineras reconocen su origen en las Ordenanzas del Nuevo Cuader-
no. En la reglamentación de los derechos de los compañeros en la
exploración y explotación mineras, y en la regulación de la forma de
división de los metales extraídos de las labores y de la concurrencia
en la dotación de medios para la explotación de la mina, encontra-
mos el germen de las actuales sociedades mineras.
Las Ordenanzas del Perú repiten las normas anteriores y es en las
Ordenanzas de Nueva España donde vemos ya una reglamentación
sobre compañías mineras, algunas de cuyas disposiciones perduran
en la legislación que le siguió, como aquella relativa a la división
del haber social en “24 barras”, que era la denominación que se les
daba a las acciones de estas compañías.
Dictado el Código Civil, quedó establecida la diferencia fun-
damental entre la comunidad y la sociedad al gozar esta última de

214
SOCIEDADES MINERAS

personalidad jurídica y, por ello, el Código de 1874 optó por referirse


separadamente a ambas instituciones.
El Código de 1888 desterró de sus normas la comunidad, por
las desventajas que ésta presenta para el desarrollo de la minería, y
siguió en materia de sociedades el Proyecto de Código de Minería
de Argentina, pecando de cierta ambigüedad en cuanto a su na-
turaleza jurídica, lo que trajo consigo importantes problemas de
interpretación.
Los Códigos de 1930 y 1932, esencialmente iguales entre sí,
reiteran en lo tocante a sociedades los lineamientos del Código de
1888 y esclarecen notablemente las dudas que arrojaba la legisla-
ción anterior, y tanto es así, que el Código en vigor se ha limitado a
algunos perfeccionamientos, sin tocar aspectos de fondo.

Párrafo II
LA SOCIEDAD LEGAL MINERA

Sección 1ª
Hechos que la originan y atributos

283. La inconveniencia de la comunidad en materia minera. El le-


gislador minero ha desechado el cuasicontrato de comunidad como
fuente de obligaciones en materia minera. Ha considerado que las
características que presenta esta institución, cuya falta de persona-
lidad jurídica le resta agilidad y eficiencia, no se avenían con las
necesidades de la industria minera. Las dificultades que presenta
la administración de la comunidad y su pasividad conspiran contra
la racional y expedita explotación de las minas.
Establecida la circunstancia de que la comunidad como institu-
ción no es aconsejable en minería, el legislador hubo de darles a los
mismos hechos que normalmente originan una comunidad distintos
efectos creadores, para que en lugar de que el hecho diera origen a
una comunidad, naciera una sociedad especial, que tuvo que reglamen-
tar minuciosamente en el Código y que debido a esa reglamentación
tomó el nombre de sociedad legal minera, cuya personalidad jurídica
emana de la propia ley (art. 173, inc. 1º).

215
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

284. Hechos que le dan origen. Los hechos que dan nacimiento a
estas sociedades son dos, a saber:
1º) La inscripción de un pedimento o de una manifestación formulada
en común por dos o más personas (art. 173, inc. 1º).
El hecho que da origen a la sociedad es una inscripción.
Recordemos que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 48,
el juez debe ordenar inscribir y publicar el pedimento y la manifestación
que se encuentran correctamente formulados y que tal inscripción
debe practicarse en el Registro de Descubrimientos del Conservador
de Minas, en cuyo territorio está ubicado el punto medio, en el caso
del pedimento, o el punto de interés, tratándose de la manifestación
(art. 232). Inscrito el pedimento o la manifestación, de oficio y acto seguido,
el Conservador debe practicar en el mismo Registro la inscripción en
cuya virtud nace la sociedad (arts. 173 y 176).
Advertimos que al efectuarse un pedimento o una manifestación
por dos o más personas, debiera originarse una comunidad sobre
estos derechos entre los diversos peticionarios o manifestantes, pero
como lo hemos dejado establecido, la ley ha dispuesto en tal caso el
nacimiento de una sociedad legal minera al momento de practicarse
la inscripción a que nos hemos referido.
2º) La inscripción, a cualquier otro título, de cuota de una con-
cesión minera que estaba inscrita a nombre de una sola persona
(art. 173, inc. 1º).
El hecho que da origen a la sociedad en este caso también es
una inscripción, que se practicará en el Registro de Descubrimien-
tos o en el de Propiedad del Conservador de Minas competente,
según si se trata de cuota en concesión de exploración en trámite
y constituida y en pertenencia en trámite, o si se trata de cuota en
pertenencia constituida. Efectuada esta inscripción, de oficio y acto
seguido, el Conservador practicará en el mismo Registro la inscripción
en cuya virtud nace la sociedad.
Sabemos que la concesión, constituida o en trámite, es susceptible
de división intelectual o de cuota (art. 29, inc. final) y cuando una
concesión está inscrita a nombre de una sola persona, al producirse
tal división por la adquisición del dominio sobre la cuota y quedar
con derechos en la concesión dos o más personas, debiera originarse
una comunidad. Sin embargo, la ley ha dispuesto que, en su lugar,
al practicarse la inscripción mencionada nazca una sociedad legal
minera.

216
SOCIEDADES MINERAS

285. Modos de adquirir cuota en concesión minera. La adquisición


de cuota o cuotas en concesión minera, en trámite o constituida,
puede producirse: A) Por acto entre vivos; o B) Por sucesión por causa
de muerte.
A) Por acto entre vivos. Son modos de adquirir por acto entre vivos,
la ocupación, la accesión, la tradición y la prescripción. La tradición
es el único modo de adquirir que debemos considerar en este caso,
puesto que por ocupación y accesión no es posible adquirir conce-
sión o cuotas en ella, y para que opere la prescripción es menester
que exista una inscripción anterior de esa cuota (art. 2505, C. Civil),
por lo que la sociedad habrá nacido por esa inscripción y no por el
modo de adquirir prescripción.
Es requisito de la tradición, la existencia de un título traslaticio
de dominio (art. 675 del C. Civil), que podrá ser la compraventa,
la permuta, la donación, el aporte en propiedad a una sociedad, la
dación en pago, etc.
Pues bien, si una concesión inscrita a nombre de una persona es
vendida, permutada, donada, dada en pago en una cuota cualquiera,
equivalente, por ejemplo, a un décimo, un tercio o una mitad, al
inscribirse el título correspondiente, deberá practicarse la inscripción
que originará la sociedad legal minera.
B) Por sucesión por causa de muerte. El modo de adquirir sucesión
por causa de muerte origina también el nacimiento de una sociedad
legal minera en el evento de que a la muerte del único propietario
de la concesión exista más de un asignatario.
Las asignaciones por causa de muerte pueden ser: 1º) a título
universal, y nos encontramos frente a una herencia y a herederos,
y 2º) a título singular, caso en el cual estamos ante un legado y a
legatarios.
1º) Si la asignación es a título universal, es decir, cuando ha
fallecido el dueño de una concesión y ha dejado más de un here-
dero, aunque el dominio se adquiere por la delación de la herencia
al momento de la muerte del causante, la sociedad legal minera
no nace sino con la práctica de la inscripción especial de herencia, de
tal manera que en el período que media entre la delación de la
herencia y la práctica de tal inscripción existe una comunidad entre
los herederos, único caso en que se reconoce esta institución en
nuestro Derecho.

217
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Reglamentando esta situación, el artículo 179 establece que los


herederos deben designar, a petición de cualquier interesado, un
administrador pro indiviso de la concesión, en el procedimiento y con los
efectos señalados en las leyes procesales (arts. 653 y 654 C.P.C.).
En relación con el momento elegido por el legislador para dar
nacimiento a la sociedad legal minera, hacemos notar que el Có-
digo no ha innovado con respecto de las normas contenidas en el
Código de 1932, por lo que ésta nace, como dijimos, cuando se
practica la inscripción especial de herencia y no cuando se practica la
del acto particional (art. 688 C. Civil). Ello constituye una aplicación
de la doctrina que estima que los herederos tienen en cada uno de
los bienes que componen la herencia un dominio igual al que tie-
nen sobre el total de ésta, en contraposición a la que sostiene que
los herederos tienen el dominio de una cuota en la universalidad
jurídica que conforma el patrimonio del causante.
En este caso, entonces, la sociedad nace al practicarse la inscrip-
ción especial de herencia y los herederos serán dueños de consuno de
las acciones que componen el haber social, las que permanecerán
indivisas mientras no se practique su adjudicación en la correspon-
diente partición y, en tanto ello no ocurra, el administrador pro
indiviso se ocupará de los negocios sociales.
2º) Si la asignación es a título singular y se asigna a más de una
persona (legatarios) la concesión, nacerá una sociedad legal minera
cuando una vez inscrito el testamento, se practique por el Conser-
vador de Minas, de oficio y acto seguido, la inscripción constitutiva
de la sociedad.
Al igual que tratándose de las asignaciones a título universal, en el
período que media entre la muerte del causante y lainscripción consti-
tutiva de la sociedad, existe una comunidad entre los legatarios, dirigida
por un administrador pro indiviso de la concesión (art. 179).
Si la asignación es en parte a título universal y en parte a título singu-
lar, pensamos que la sociedad se formará al practicarse la inscripción
constitutiva que sigue a la inscripción del testamento, debiéndose
haber practicado la especial de herencia previamente.
Las reglas anteriores se aplicarán al cónyuge sobreviviente casado
en régimen de sociedad conyugal o como heredero o legatario.

286. Inscripciones que se practican al nacimiento de la sociedad.


Las demás inscripciones. La primera inscripción que se practica es la

218
SOCIEDADES MINERAS

del título correspondiente, la que es seguida de una segunda inscrip-


ción, que es la que da origen a la sociedad. Al efecto, el artículo 176
distingue las siguientes situaciones:
a) Si el título que se presenta para su inscripción es un pedimento
o una manifestación formulado en común por dos o más personas,
deberá practicarse su inscripción en el Registro de Descubrimientos
(art. 52) y, de oficio y acto seguido, el Conservador debe practicar
en el mismo Registro una segunda inscripción, en cuya virtud nace
la sociedad (art. 95 Rglto.).
De igual forma, debe practicar, también en dicho Registro, la
inscripción del título traslaticio de dominio de cuota de concesión en
trámite o de cuota de concesión de exploración constituida, que estaban
inscritas a nombre de una sola persona (compraventa, permuta,
donación, etc.) y en el mismo Registro practicará, de oficio y acto
seguido, una segunda inscripción, que es la que da nacimiento a la
sociedad.
b) Si se presenta para su inscripción un título traslaticio de dominio
de cuota en pertenencia constituidaque estaba inscrita a nombre de una
sola persona (compraventa, permuta, donación, etc.), el Conservador
debe practicar la inscripción del título en el Registro de Propiedad y,
de oficio y acto seguido, en el mismo Registro, debe practicar una
segunda inscripción, con cuyo mérito nace la sociedad.
c) Si fallece una persona y la asignación es a título universal, de-
berá practicarse la inscripción de la posesión efectiva en el Registro
de Descubrimientos si se trata de una concesión en trámite o de una
concesión de exploración constituida y en el Registro de Propiedad si
se trata de una pertenencia constituida, y practicarse en dichos Regis-
tros, según el caso, la inscripción especial de herencia que es la que
da nacimiento a la sociedad legal minera. En los mismos Registros
se inscribirá el acto de partición en cuya virtud se distribuyen las
acciones entre los asignatarios (art. 688 C. Civil).
Si la asignación es a título singular, deberá inscribirse el testamento
en el Registro de Descubrimientos si se trata de una concesión en trámite
o de una concesión de exploración constituida, y en el de Propiedad si
se trata de una pertenencia constituida, y, de oficio y acto seguido, el
Conservador practicará en dichos Registros una segunda inscripción
que es la constitutiva de la sociedad.
En todos los casos anteriores, una tercera inscripción debe efectuar,
acto continuo, el Conservador, esta vez en el Libro de Accionistas
del Registro de Accionistas, donde indicará los nombres de las per-

219
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

sonas de que se compone la sociedad, con señalamiento del número


de sus acciones y de fracción de acción, en su caso (art. 176 y arts. 96 y
98 Rglto.).
En el evento de adquisiciones por sucesión por causa de muer-
te, la indicación del número de acciones de cada socio se hará a la
vista del instrumento en que conste el acto particional; entretanto
permanecerán indivisas.99
Finalmente, deberá también el Conservador proceder a anotar
en el Índice de Sociedades y Socios, por orden alfabético, el nombre de
aquélla y de éstos (arts. 87, 96, 97 y 98, inc. 2º Rglto.).

287. Efecto de la inscripción constitutiva de la sociedad. De acuerdo


con lo que dispone el artículo 177, verificada la inscripción constitutiva
de la sociedad, ésta adquiere la concesión conservando sus miembros
o socios un derecho mueble, o acción, con relación a la sociedad.
Los peticionarios, manifestantes y los cedentes a cualquier título
de cuota en una concesión tenían un derecho de carácter inmueble
sobre el pedimento o manifestación en trámite o sobre la concesión,
el cual, por el hecho del nacimiento de la sociedad, se transforma en
un derecho de carácter mueble que se denomina “acción”, pasan-
do los titulares de dichos derechos a ser accionistas de la sociedad.
Por su parte, la concesión, en trámite o constituida, se transfiere a la
sociedad que nace con la correspondiente inscripción e ingresa a
su patrimonio.

288. Personalidad jurídica y sus atributos. Por mandato del artículo 173,
la sociedad legal minera que nace forma, por el solo ministerio de
la ley, una persona jurídica.
El nombre de esta sociedad es el nombre de la concesión, con mención
del asiento minero en que ésta se halle ubicada (art. 173, inc. 2º). En
el evento de que la sociedad comprenda dos o más concesiones o,
mejor dicho, dos o más pertenencias, en trámite o constituidas, puesto
que la sociedad sólo puede formarse, tratándose de la concesión de
exploración, en torno a una sola concesión (art. 71, inc. final Rglto.),

99
La Excma. Corte Suprema, en sentencia de fecha 30 de agosto de 1985, ha
confirmado lo arriba expresado, al declarar que sin un acto particional de adjudi-
cación de acciones de sociedades mineras, permanecerán indivisas mientras no se
justifique por medio de una escritura pública la adjudicación que corresponde a
los herederos del causante.

220
SOCIEDADES MINERAS

la sociedad tomará la denominación de la primera pertenencia que el


título mencione, también con el agregado del asiento minero en
que se encuentre (art. 174 y art. 95, incs. 2º y 3º Rglto.).
Debido a que la ley no estableció como requisito del pedimen-
to, y sólo en algunos casos como de la manifestación (art. 45), la
indicación del asiento minero en que éstos están ubicados, existe para
el Conservador una real dificultad de darle nombre a la sociedad,
si el título no contiene esta mención. Por lo anterior, el artículo 71
del Reglamento provee, para el caso en que se produzca esta omi-
sión, que cada vez que se requiera una de estas inscripciones deberá
señalarse al Conservador el nombre del asiento minero en que se
encuentra ubicada la concesión o la primera que el título mencione,
en su caso. A falta de nombre del asiento minero, se entenderá por
tal el del lugar que se señale, dice el artículo 71, y da como ejemplo
el de si la pertenencia que da el nombre a la sociedad se llamare
“Abundancia” y se encontrare ubicada en un lugar conocido como
“Bellavista”, la sociedad se denominará “Sociedad Legal Minera
Abundancia de Bellavista”.
El domicilio será la ciudad donde se encuentre inscrita la con-
cesión cuyo nombre se incluya en el de la sociedad, conforme se ha
expuesto más arriba. Los socios están autorizados para cambiar ese
domicilio a otro lugar; pero, para que el acuerdo sea oponible a
terceros, debe anotarse al margen de la inscripción constitutiva de
la sociedad (art. 173, inc. final).
El patrimonio está constituido por la concesión o concesiones en
torno a las cuales se ha constituido la sociedad. No existe obstáculo
alguno, a nuestro juicio, para que la sociedad adquiera otras conce-
siones y bienes que incrementen su patrimonio y se destinen a su
giro propio.
El haber social se entiende dividido en cien acciones, que correspon-
den a los socios, a prorrata de sus cuotas en la concesión (art. 175).
Cuando en el pedimento o la manifestación hechos en común no se
indique la proporción en que se pide la concesión para los socios,
se entenderá que es por partes iguales entre todos ellos. Lo mismo se
aplica si en el título de transferencia no se indica la proporción en
que se adquiere la concesión entre varios (art. 176, inc. 2º).
La sociedad puede comprender dos o más pertenencias constituidas
o en tramitación, pero es requisito –nos dice el artículo 174– que los
socios sean unos mismos y tengan igual participación en cada una
de ellas. El artículo 71 del Reglamento agrega que las pertenencias

221
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

deben haber sido comprendidas en una misma manifestación; y que la


norma del artículo 174 no es aplicable a la concesión de exploración,
por la razón que ya dimos tratando del nombre de la sociedad.

289. Transferencia y transmisión de las acciones.Como ya tuvimos


oportunidad de señalarlo (ver Nº 197), la tradición de las acciones
de la sociedad legal minera se efectúa por la inscripción del título en
el Libro de Accionistas del Registro de Accionistas del Conservador
de Minas que haya practicado las inscripciones que han dado naci-
miento a la sociedad. El título debe constar siempre en instrumento
público (art. 178, inc. 1º).
La ley ha sometido, entonces, a las acciones de estas sociedades
al régimen de propiedad inscrita, lo que, evidentemente, constituye
una excepción en nuestro derecho, tanto porque, atendida su na-
turaleza de bien mueble, su transferencia debiera estar exenta de
solemnidades, como porque el régimen de inscripciónconservatoria
está reservado para los inmuebles.
El socio goza de amplia libertad para transferir y gravar sus ac-
ciones, sin necesidad de consentimiento o anuencia de los demás
socios. Ambos actos, como dijimos, deberán constar en escritura
pública e inscribirse en los correspondientes Libros del Registro
de Accionistas.
En cuanto a la transmisión de las acciones, debe aplicarse lo
dispuesto en el artículo 688 del Código Civil y, consecuentemente,
habrá que practicar las inscripciones de la posesión efectiva, especial
de herencia y de la adjudicación de las acciones, todas en el Registro
de Accionistas. Si se trata de asignaciones testamentarias, deberá
inscribirse el testamento.
Mientras se mantengan pro indiviso las acciones, los herederos
deben designar un mandatario común para que los represente en
la sociedad (art. 179, inc. 2º).
Tanto la transferencia como la transmisión de acciones se entien-
den sin perjuicio de los gravámenes y obligaciones que las afecten,
por lo que subsisten dichos gravámenes y obligaciones, los que se
transfieren y transmiten junto con las acciones; disposición que tiene
por objeto evitar la burla de estos compromisos, especialmente el
de contribuir a los gastos sociales (art. 178, inc. 3º).

290. Responsabilidad de los socios. De acuerdo con lo dispuesto


en el artículo 180, y en concordancia con el carácter de sociedad de

222
SOCIEDADES MINERAS

capital que tiene la que nos ocupa, los socios no son personalmente
responsables frente a terceros de las obligaciones de la sociedad, a
menos, naturalmente, que exista convención en contrario. Los
socios sólo responden a la sociedad por sus propias obligaciones
como socios, que consisten y están limitadas a los gastos neces a-
rios, tanto para la conservación y exploración de l a concesión
de exploración y de la pertenencia, como para la explotación
de esta última (art. 195, inc. 1º). Respecto de estos gastos, sólo
responden con los beneficios o productos que no hubieren percibido
y con sus acciones.
En suma, los socios de la sociedad legal minera no responden
frente a terceros de las obligaciones sociales y su responsabilidad
frente a la sociedad se limita a los gastos sociales específicos que
hemos indicado más arriba. No existe a este respecto el derecho
general de prenda en favor de la sociedad, puesto que los socios
responden sólo y en primer término con los beneficios o productos
que estuvieren en poder de la sociedad y que les correspondan y, en
su defecto, con sus acciones.

Sección 2ª
Administración de la sociedad legal minera

291. Generalidades. Las personas jurídicas, tal es el caso de las so-


ciedades legales mineras, son una ficción legal y para manifestar su
voluntad requieren de personas naturales, siendo los correspondien-
tes estatutos los que deben prescribir la forma en que esta voluntad
se manifiesta.
En atención a que la sociedad legal minera es un cuasicontrato,
ya que nace de la ocurrencia de ciertos hechos, los estatutos por
los que se rige no han podido ser dados por los socios, sino que ha
debido establecerlos el propio Código, el cual ha entregado a de-
terminados órganos la manifestación de la voluntad de la sociedad
para su administración y el desarrollo de sus actividades.
Los órganos que sirven estos fines en la sociedad legal minera
son dos: la junta de socios y el administrador.

292. Junta de socios. La junta de socios es la máxima autoridad de la


sociedad, y la podemos definir como la reunión de los socios para

223
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

los efectos de adoptar acuerdos relativos a la marcha de la sociedad


y demás materias que dicen relación con el desarrollo de los nego-
cios sociales. De ahí que, precisamente, el artículo 181 disponga
que “todo negocio concerniente a la sociedad se tratará y resolverá
en junta”.

293. Lugar de celebración de la junta. De acuerdo con lo dispuesto


en el artículo 181, la junta debe celebrarse en el domicilio social,
que, como sabemos, es la ciudad en donde se encuentra inscrita
la concesión, cuyo nombre se incluya en el de la sociedad. La
junta podrá celebrarse en un lugar distinto del señalado, en los
siguientes dos casos:
1º) Cuando exista un acuerdo en contrario tomado en junta
anterior por una mayoría no menor de dos tercios de las acciones de la
sociedad (art. 184, inc. 2º), y
2º) Cuando en la junta esté representada la totalidad de las ac-
ciones de la sociedad (art. 185).

294. Citación a junta. Para proceder a esta reunión de socios o


junta, es necesario citar a los socios, salvo que concurra a la junta la
totalidad de las acciones de la sociedad.
La citación a junta se expide por el juez del domicilio social, a
solicitud de cualquier socio o del administrador, para lo cual debe
presentar un escrito al juez competente, que debe indicar:
a) El objeto de la reunión;
b) El local, día y hora en que deberá celebrarse,100 y
c) El nombre de todo socio que sea dueño, a lo menos, del diez
por ciento de las acciones de la sociedad (art. 184).
La indicación del nombre de los socios que posean más del diez
por ciento de las acciones de la sociedad tiene por finalidad notifi-
car especialmente a estos accionistas acerca de la celebración de la
junta, por ser quienes tienen un mayor interés comprometido en
la marcha de los negocios sociales.
La citación se efectúa por medio de avisos publicados dos veces,
que contendrán las menciones antes indicadas. A los socios que

100
No hay inconveniente para que la junta se celebre en días feriados, de
acuerdo con la constancia que al efecto dejó la Comisión Revisora del Código de
1930 respecto del artículo 147 de dicho Código, antecedente del artículo 184.

224
SOCIEDADES MINERAS

hayan señalado casa dentro de la ciudad o lugar en que tenga su


domicilio la sociedad y que lo hayan hecho anotar en el Registro
de Accionistas para los efectos de la notificación, se les debe citar,
además, por carta certificada que deberá enviar el secretario del
juzgado, y de ello se debe dejar constancia en los autos. La omisión
del envío de la carta certificada no acarrea la nulidad de la citación
(art. 182, inc. 1º).
La junta no puede celebrarse antes de los ocho días siguientes
a la fecha del último aviso, según así lo establece el inciso final del
artículo 182.

295. Oposición a la realización de la junta. Cualquiera de los socios,


y pensamos que también el administrador, puede oponerse a la reali-
zación de la junta por razones de orden legal o de no conveniencia
para los intereses sociales.
La oposición debe presentarse al juez que expidió la convocatoria
antes del día fijado para la celebración de la junta y será resuelta de
plano. La apelación se concede en el solo efecto devolutivo.

296. Junta celebrada con la concurrencia de la totalidad de las


acciones. La junta a la cual concurra la totalidad de las acciones
puede celebrarse válidamente en un lugar distinto del domicilio social
y no será menester que se proceda a las formalidades de convocatoria
por el juez, ni a citación alguna, nos dice el artículo 185.
Esta misma junta se considerará, también, válidamente celebra-
da cuando ella conste de escritura pública suscrita por personas que
representen todas las acciones de la sociedad (art. 185).
La sociedad legal minera suele componerse de un número pe-
queño de socios, por lo que, con sentido práctico, el legislador
autorizó su concurrencia a una escritura pública en la que deben
constar los acuerdos que se adopten por quienes representen todas
las acciones de la sociedad. Prescindió, asimismo,de las formalidades
de convocatoria en este caso, y también en aquel en que concurra
la totalidad de las acciones a la junta.
Determinados acuerdos requieren de la concurrencia a la junta
de un notario, exigencia que, de acuerdo al artículo 190, se tiene
por cumplida en el evento de que ésta se celebre por escritura
pública.

225
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

297. Constitución de la junta. La junta debe constituirse con asisten-


cia de una o más personas que representen, a lo menos, la mayoría
absoluta de las acciones de la sociedad (art. 186).101
Llamamos la atención acerca de que en estas sociedades,
para los efectos de la constitución de la junta y de la adopción
de acuerdos, lo que cuenta son las acciones y no las personas. La
representación en las juntas se rige por las normas generales,
pero es de conveniencia que los mandatos respectivos consten,
al menos, por escrito.
No habiéndose reunido la mayoría absoluta de las acciones en
primera citación, se debe practicar una segunda, expresándose esta
circunstancia, y la junta podrá constituirse con las acciones que con-
curran y adoptar los acuerdos que procedan (art. 186, inc. 2º).
Estando constituida la junta, el abandono de la reunión que haga
alguno de los socios no obstará a la validez de los acuerdos que se
adopten en conformidad a la ley.
Esta segunda junta sólo podrá celebrarse transcurridos que sean
ocho días después de la fecha de la segunda publicación de la nueva
citación (art. 186, inc. 3º).
Hacemos presente que, dada la claridad de la redacción del
artículo 186, hoy no cabe poner en duda que puede haber junta
con la asistencia de un socio que sea dueño o represente la mayoría
de las acciones de la sociedad o, simplemente, en segunda citación,
con las acciones con que concurra a la junta.

298. Presidencia de la junta. La junta debe ser presidida por quien


represente en ella el mayor número de acciones. Si dos o más personas
tienen igual derecho, se determinará por sorteo a quien corresponde
la presidencia (art. 187).

299. Quórum para la adopción de los acuerdos. En esta materia


debemos distinguir entre acuerdoscomunes y acuerdos que requieren
de mayorías especiales.
A) Acuerdos comunes: Deben adoptarse por la mayoría absoluta
de las acciones concurrentes a la junta (art. 188). Serán consignados
en un acta que será firmada, a lo menos, por la o las personas que

101
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia delo que debía entenderse
por mayoría absoluta, dando como ejemplo: “cincuenta acciones y fracción”.

226
SOCIEDADES MINERAS

los votaron favorablemente, o que sean designadas para ello por la


junta.102
Si se producen empates, cualquiera sea su causa, los resolverá
el juez, teniendo en consideración lo más conforme a la ley y al
interés de la sociedad. La cuestión se tramita por el procedimiento
sumarísimo del artículo 235 (art. 234).
B) Acuerdos que requieren mayorías especiales: Al efecto, debemos
distinguir dos especies de acuerdos:
1º) Aquellos que, conforme al artículo 189, necesitan de la
mayoría absoluta de las acciones de la sociedad, y que son los si-
guientes:
a) La constitución de hipotecas sobre la concesión;
b) La celebración de un contrato de avío simple;
c) La entrega a cualquier título de la explotación de la pertenen-
cia, y
d) La fijación de cuotas para el pago de los gastos necesarios para
la conservación y exploración de la concesión de exploración y de la
pertenencia, como para la explotación de esta última (art. 195).
2º) Aquellos que, conforme al mismo artículo 189, requieren
de un quórum de los dos tercios de las acciones de la sociedad, y que
son los siguientes:
a) La enajenación de la concesión, o de cuota de ella o de parte
material;
b) La promesa de venta de la concesión, o de cuota de ella o de
parte material;
c) La opción de compra de la concesión, o de cuota de ella o de
parte material;
d) La celebración del contrato de avío por especie de sociedad o
compañía, y
e) La celebración de junta en un lugar distinto del domicilio social
(art. 184, inc. 2º).
Finalmente, puede citarse como una mayoría especial la exigida
para el acuerdo de entrega de cuota en la producción de minerales o
pastas, que requiere de una cuarta parte de las acciones de la sociedad
(art. 194, inc. final).
102
La Primera Comisión Legislativa dejó constancia de que el acta de la jun-
ta puede ser firmada por una sola persona, no obstante que el artículo 188 está
redactado en plural.

227
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

La importancia que reviste para la marcha de la sociedad la


adopción de los acuerdos a que nos hemos referido y el necesario
resguardo de los derechos de los socios, explican la exigencia de las
mayorías especiales mencionadas.

300. Requisitos para la validez de los acuerdos que requieren de ma-


yorías especiales. Precisamente por la trascendencia que tienen los
acuerdos que requieren mayorías especiales y a fin de asegurar la se-
riedad de ellos, el artículo 190 dispone que cuando la junta tenga por
objeto tratar de la celebración de estos actos y contratos, excepto el
relativo a la celebración de junta en lugar distinto del domicilio social,
deberá concurrir un Notario para certificar: a) la identidad de quienes
asistan; b) los acuerdos que se tomen, y c) la mayoría con que éstos fueron
adoptados. En caso de celebrarse la junta por escritura pública, como
ya hemos dicho, no es necesario cumplir con los requisitos anteriores,
presumiéndose que los acuerdos se adoptaron por unanimidad, salvo
que en la correspondiente escritura conste otra cosa.
Además, una copia del acta de la junta, autorizada por el Notario
asistente, o de la escritura pública en su caso, debe ser enviada para
su archivo al Conservador de Minas que haya practicado la inscrip-
ción constitutiva de la sociedad, quien deberá dejar constancia del
archivo al margen de dicha inscripción.
La no concurrencia del Notario a la junta en que seadopten estos
acuerdos que requieren de mayoría especial, los viciará de nulidad;
y si no se practican las actuaciones relacionadas con el archivo de la
copia del acta, los acuerdos de que se trata no serán oponibles a terceros
ni a los socios que no hayan asistido a la junta (art. 190).

301. Reclamación contra ciertos acuerdos. De conformidad con lo


dispuesto en el artículo 189 inciso final, los acuerdos para la cele-
bración de los contratos que requieren de mayorías especiales pueden
ser objeto de reclamación, la cual debe interponerse dentro del plazo
fatal de treinta días, contado desde la fecha de la celebración de la
junta, ante el juez del domicilio social, reclamo que se tramitará por
el procedimiento sumarísimo del artículo 235 (art. 234).
El reclamo sólo puede ser acogido si aparece de manifiesto que el
contrato que se proyecta es perjudicial para los intereses de la socie-
dad, como sería la celebración de un contrato de arrendamiento
de las pertenencias sociales por veinte años y por una renta anual
de cien pesos.

228
SOCIEDADES MINERAS

El reclamo de que se trata está concebido en resguardo de


los socios minoritarios, que podrían ver burlados sus derechos
por contratos fraguados en su beneficio por mayoría s inescru-
pulosas.

302. Nulidad de los acuerdos adoptados en junta. De conformidad


con lo establecido en el inciso 3º del artículo 184, son nulos los
acuerdos que se adopten:
a) Sin citación;
b) En junta, cuya citación no exprese el objeto de la reunión,
el local, día y hora en que deberá celebrarse y el nombre de todo
socio que sea dueño, a lo menos, del diez por ciento de las acciones
de la sociedad;
c) En junta, cuya citación no se haya publicado enla oportunidad
y forma prescritas por la ley, o se haya celebrado antes de los ocho
días siguientes al último aviso de citación;
d) En junta, cuya convocatoria no haya sido expedida por el juez
del domicilio social;
e) Fuera del objeto de la convocatoria;
f) En lugar distinto del domicilio social, y
g) En local, día u hora diferentes a los designados en la cita-
ción.
El plazo para deducir las acciones de nulidad es de tres meses, con-
tado desde la fecha de la celebración de la junta, y es fatal (art. 184
inc. final). El juicio se tramita por el procedimiento sumarísimo del
artículo 235 (art. 234).
De más está decir que los acuerdos que se adopten en junta en
que concurra la totalidad de las acciones, sea que se celebre o no
por escritura pública, no adolecerán de las nulidades referidas.
Finalmente, por aplicación de las reglas generales sobre nulidad,
adolecerán de este vicio los acuerdos que se adopten por mayorías
inferiores a las exigidas por la ley; aquellos que requieren de mayorías
especiales y de la presencia de Notario, cuando éste no concurre a
la junta respectiva; los acuerdos adoptados en junta en la que no se
haya cumplido con la mayoría requerida para su instalación, etc.,
nulidades a las que no les es aplicable la norma del inciso final del
artículo 184 y que se reglan por el derecho común.

303. Administrador de la sociedad. La persona encargada de ejecutar


los acuerdos de la junta de socios y, consecuentemente, de ejercer la

229
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

administración de la sociedad, es el denominado administrador, que


equivale al gerente de las sociedades civiles y comerciales.
De acuerdo con lo que dispone el artículo 191, corresponde a
la junta el nombramiento del administrador de la sociedad, la cual
debe determinar sus atribuciones, remuneración y duración de sus
funciones.
El administrador es, por consiguiente, un mandatario de la socie-
dad y en el ejercicio de sus funciones deberá ceñirse a los términos
del mandato que conduce (art. 192 inc. 1º).
Sin perjuicio de lo que el mandato establezca en materia de facul-
tades del administrador, éste no tiene más que el poder de efectuar
los actos de administración, como ser: pagar las deudas y cobrar los
créditos de la sociedad, siempre que pertenezcan unos y otros al giro
administrativo ordinario; perseguir en juicio a los deudores; intentar
las acciones posesorias e interrumpir las prescripciones; comprar
los materiales necesarios para la exploración o la explotación de la
mina o el beneficio de sus productos; celebrar contratos de trabajo
y ponerles término; exigir a favor de la concesión las servidumbres a
que tiene derecho y aceptar las que, según la ley, puedan imponerse
sobre ella; y vender los minerales extraídos (art. 192, inc. 2º).
Para todos los actos que salgan de esos límites, el administra-
dor necesita autorización especial otorgada por la junta (art. 192,
inc. final).
Al administrador le corresponde, según lo señala el artículo 193,
la representación extrajudicial de la sociedad; es decir, la representa
en todo lo que se relacione, de cualquier manera, con la autoridad
pública, a menos que los socios designen con este fin a otro repre-
sentante.
Le corresponde, asimismo, la representación judicial de la so-
ciedad en los términos que determina el Código de Procedimiento
Civil, para los administradores o gerentes de sociedades civiles o
comerciales.

304. Requisitos para que el nombramiento de administrador sea


oponible a terceros. Para que el nombramiento de administrador que
haga la junta surta efectos respecto de terceros, la ley ha dispuesto
una medida de publicidad consistente en que el acta que da cuenta
de ese nombramiento deba reducirse a escritura pública, o constar en
esa forma en el caso de que la junta se celebre por escritura pública.
La escritura debe anotarse al margen de la inscripción de la sociedad

230
SOCIEDADES MINERAS

en el Registro de Accionistas y mientras no se cumpla con las for-


malidades indicadas, el nombramiento será inoponible a terceros
(art. 191, inc. final).

305. El mayor accionista como administrador. Considerando que


la sociedad legal minera se origina en hechos y que por ello es el
Código el que contiene las normas o estatutos por los que se rige,
la ley tuvo que contemplar las disposiciones relativas a su adminis-
tración, para el evento de que los socios no adopten el acuerdo de
designar administrador.
Al efecto, el inciso 3º del artículo 193 dispone que mientras se
nombra administrador, el mayor accionista estará investido de la re-
presentación extrajudicial y judicial de la sociedad, en los términos
expuestos en el Nº 303. Si hay dos o más socios con igual derecho, asume
dichas representaciones aquel a quien corresponda alfabéticamente
por orden de apellido paterno y, si fuere necesario, de apellido materno
y de nombre, siempre que no sea incapaz.

Sección 3ª
Distribución de los beneficios y contribución a los gastos

306. Distribución de beneficios. Época y forma. En todas las so-


ciedades que persiguen fines de lucro, deben existir normas que
regulen la distribución de las utilidades que produzcan los nego-
cios sociales.
En nuestro caso, ellas están contenidas en el propio Código, cuyo
artículo 194 dispone que “los beneficios se distribuirán en proporción
a las acciones de cada socio”.
La distribución de los beneficios debe hacerse cuando la junta
lo determine, o en su defecto, cuando el administrador lo estime
conveniente.
La distribución debe hacerse en dinero; sin embargo, si hay
acuerdo, tal distribución se puede hacer en minerales o en pastas y, en
todo caso, según lo hemos visto, una o más personas que represen-
ten a lo menos la cuarta parte de las acciones de la sociedad pueden
exigir que su cuota en la producción les sea entregada en los propios
minerales o pastas, previo reembolso de los gastos correspondientes
(art. 194).

231
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

307. Contribución a los gastos. Para que la sociedad produzca uti-


lidades, serán necesarias inversiones e incurrir en gastos que deben
solventar los socios.
Como ya tuvimos oportunidad de verlo a propósito de la res-
ponsabilidad de los socios en estas sociedades, la contribución a los
gastos sociales está limitada al pago de los necesarios, tanto para la
conservación y exploración de la concesión de exploración y de la pertenencia,
como para la explotación de esta última. Esta contribución al pago
de los gastos señalados es la única obligación que tienen los socios
para con la sociedad y debe hacerse en proporción a las acciones que
tengan en la sociedad (art. 195, inc. 1º).
Serán gastos típicos de esta naturaleza, el pago de las patentes
mineras que afectan a la o las concesiones de que sea dueña la socie-
dad, los honorarios de peritos y abogados pagados para la defensa
de las concesiones, y todos aquellos en que se incurra en labores de
exploración o de explotación, en su caso.
No lo serán aquellos relacionados, por ejemplo, con la compra
de oficinas y muebles para funciones de administración de la so-
ciedad.
También tuvimos la ocasión de señalar que, de acuerdo con el
artículo 180, los socios sólo responden de los gastos sociales a que
nos hemos venido refiriendo y que su responsabilidad está limitada a
dos especies de bienes:
a) Los beneficios y productos que les correspondan y que estén en
poder de la sociedad; es decir, que no hubieren percibido, y
b) Sus acciones.

308. Fijación de cuotas para gastos. Reclamo. La fijación de cuota


para contribuir a los gastos sociales que nos ocupa n, vimos que
requiere de una mayoría especial en resguardo de las minorías.
En efecto, de acuerdo con el artículo 195, para la fijación de esta
cuota se necesita un acuerdo tomado en junta, con asistencia de un
Notario, por personas que representen a lo menos la mayoría abso-
luta de las acciones de la sociedad. Una copia del acta de la junta o
de la escritura pública, en su caso, debe enviarse para su archivo al
Conservador de Minas, conforme lo señala el inciso final del ar-
tículo 190. El acuerdo debe ser publicado por dos veces en el Boletín
Oficial de Minería y notificado por carta certificada a los socios que
hayan señalado casa dentro de la ciudad o lugar en que tenga su
domicilio la sociedad y que lo hayan hecho anotar en el Registro

232
SOCIEDADES MINERAS

de Accionistas. La omisión de la notificación por carta no invalida


el acuerdo (art. 182).
Contra este acuerdo puede reclamarse dentro del plazo de
treinta días, contado desde la fecha de publicación del segundo
aviso del acuerdo, ante el juez del domicilio social, qu ien debe
acoger el reclamo sólo si aparece que el acuerdo de fijación de
cuota es perjudicial para los intereses de la sociedad. El reclamo
no puede ser acogido cuando la cuota o cuotas pedid as sean ne-
cesarias para cubrir los gastos tantas veces referidos. La reclama-
ción se tramita por el procedimiento sumarísimo del artículo 235
(arts. 189 y 234).

309. Plazo para el pago de la cuota. Efecto de su no pago. De con-


formidad con lo que dispone el inciso final del artículo 195, las
cuotas deben pagarse, si no se ha señalado plazo para ello, dentro
de los treinta días siguientes a la fecha de la segunda publicación del
acuerdo de la junta que la fijó. El plazo es fatal.
Si el socio no paga la cuota acordada dentro del plazo fijado
por la junta, o si ésta no lo ha fijado, dentro del plazo de treinta
días antes señalado, cae en mora, la que toma en nuestro Derecho
el nombre de inconcurrencia.
Así lo dice el inciso 1º del artículo 196, cuando expresa que
“caerá en inconcurrencia el socio que, en el plazo correspondiente,
no pague la cuota acordada”.

310. Juicio de inconcurrencia. La mora en el pago de la cuota adeu-


dada se produce por el solo ministerio de la ley, sin necesidad de re-
querimiento, y desde entonces queda facultada la sociedad para
cobrar la cuota morosa.
En este caso, primeramente, el administrador debe disponer de
los minerales, pastas o dineros del inconcurrente que estén aún
en poder de la sociedad, hasta la cantidad necesaria para cubrir la
cuota que adeude. Con ello se cumple el orden de prelación para
obtener el pago de lo adeudado.
Si no existen los bienes indicados o si el producto de éstos no ha
sido suficiente para el pago de la cuota adeudada, el administrador
debe perseguir su pago en las acciones que correspondan al socio
inconcurrente. Se da paso así a un juicio ejecutivo destinado a hacer
efectiva la obligación de pago de la cuota que pesa sobre los socios,
juicio que en lo no contemplado en el Código, se regirá por las nor-

233
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

mas contenidas en el Código de Procedimiento Civil para el juicio


ejecutivo en las obligaciones de dar (Libro Tercero, Título I).
Observamos como una particularidad, la circunstancia de que el
derecho de que goza la sociedad para perseguir el pago de la cuota
adeudada puede ser ejercido también por cualquier socio concurrente
en representación de la sociedad.
El título ejecutivo consiste en la copia autorizada del acta, o de
la escritura pública si se celebró por este medio, de la junta en que se
acordó el cobro de la cuota.

311. Excepciones que puede oponer el ejecutado. De acuerdo al


artículo 197, el ejecutado sólo puede oponer las excepciones que
pasamos a indicar, algunas de las cuales son propias de este derecho,
en tanto que otras son las mismas contempladas en el artículo 464
del Código de Procedimiento Civil:
1º) La incompetencia del tribunal. Corresponde a la 1ª excepción
del artículo 464 del Código de Procedimiento Civil;
2º) La falta de capacidad del demandante o de personería del
que comparece en su nombre. Corresponde a la 2ª excepción del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil;
3º) La litispendencia. Corresponde a la 3ª excepción del artículo 464
del Código de Procedimiento Civil;
4º) El no haberse acordado con arreglo a los artículos 182, 183 y 184,
el cobro de la cuota exigida, siempre que estén pendientes el plazo
para reclamar o el juicio respectivo. Estamos frente a una excepción
especial de este juicio, que encuentra su justificación en el hecho
de que al socio no le puede ser exigible la cuota si la junta que la
acordó no ha sido citada legalmente. La excepción podrá oponerse
siempre que esté pendiente el plazo para reclamar de la nulidad de
la junta o esté pendiente el juicio que se sigue por esa causa. Vencido
el plazo, el acuerdo resulta inmodificable por esta vía y por ello la
excepción no puede oponerse;
5º) El hecho de que el acuerdo o la cuota no se conforman con
las exigencias de los incisos primero y segundo del artículo 195, siempre
que esté pendiente el plazo para reclamar o el juicio respectivo. Es
ésta, también, una excepción especial de este juicio, que se explica
por cuanto, rota la proporcionalidad u omitidas las formalidades

234
SOCIEDADES MINERAS

del acuerdo de fijación de cuota, no corresponde hacer efectivo el


cobro de ésta. La excepción dicha se podrá oponer siempre que esté
pendiente el plazo para reclamar en contra del acuerdo o el juicio
en que se plantee el reclamo;
6º) El hecho de cobrársele una suma mayor de la que corresponde
a sus acciones. Se asemeja, en cierta forma, a la 8ª excepción del
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil, y se explica por-
que es obligación del socio la de contribuir a los gastos sociales en
proporción a sus acciones;
7º) El pago de la deuda. Corresponde a la 9ª excepción del ar-
tículo 464 del Código de Procedimiento Civil;
8º) El hecho de existir un convenio o un acuerdo legalmente
tomado, que exime al demandado de la obligación de concurrir
con la cuota que se le exige. También es una excepción propia de
este juicio especial y cubre la situación de las acciones liberadas de
concurrir a los gastos sociales, pacto que es frecuente entre quienes
tramitan o son dueños de concesiones y quienes los habilitan con
los dineros necesarios para cubrir los gastos de su constitución,
exploración o explotación;
9º) La cosa juzgada. Corresponde a la 18ª excepción del artículo 464
del Código de Procedimiento Civil, y
10º) La existencia en poder de la sociedad de minerales, pastas
o dineros que pertenecen al demandado. Excepción especial que se
justifica en la especie de prelación que existe para el pago de la cuota,
en la que primero ha de recurrirse a estos bienes y sólo en defecto
de ellos puede intentarse este juicio de inconcurrencia.

312. Tramitación posterior. Tanto si no se han opuesto excepcio-


nes, en cuyo caso el mandamiento de ejecución y embargo hará
las veces de sentencia, como si se han opuesto excepciones y ha
quedado ejecutoriada la sentencia que las rechaza y ordena seguir
adelante la ejecución, se licitan en pública subasta las acciones del
socio inconcurrente (art. 198).
El mínimo para la subasta es el monto de la cuota adeudada, no
siendo necesaria la tasación de las acciones. El sobrante, si lo hay,
se le entrega al ejecutado, deducidos los gastos del remate y costas
del proceso.

235
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

El inconcurrente puede suspender el remate, pagando en cualquier


momento lo adeudado y los gastos y costas devengados.
Si no hay postores, no procede un nuevo remate, sino que la
acción o acciones del inconcurrente acrecen a los demás socios en
proporción al número de acciones de cada uno, quienes quedarán
obligados a pagar la cuota del inconcurrente, en esa misma propor-
ción, lo que está en armonía con lo dispuesto en el inciso 3º del
artículo 178.
Considerando que las acciones de estas sociedades están someti-
das al régimen de posesión inscrita, pensamos que si se produce el
remate de las acciones, deberá levantarse el acta correspondiente y
otorgarse la escritura pública de adjudicación y, en general, seguirse
las normas del Código de Procedimiento Civil para la subasta de los
inmuebles embargados. Semejantes procedimientos deberán seguirse
si hay acrecimiento de acciones por no haber postores.

Sección 4ª
Terminación de las sociedades legales mineras

313. Hechos que le ponen término. De conformidad con lo dispuesto


en el artículo 199, la sociedad legal minera sólo termina:
1º) Por la enajenación, extinción o caducidad de todas las con-
cesiones de que sea dueña, y
2º) Por la reunión en una sola persona de todas las acciones que
componen su haber.
La primera causal de terminación se explica por sí misma.
El objeto de la sociedad es la concesión o concesiones de que es
dueña. No es posible concebir la existencia de sociedad sin con-
cesiones y para que la terminación se produzca, deben haberse
enajenado, extinguido o caducado todas las concesiones de que
era dueña.
En cuanto a la segunda causal de terminación, sólo cabe decir
que para que exista esta sociedad debe haber pluralidad de socios.
Con un socio no hay sociedad, lo que ocurre cuando se reúnen todas
las acciones que componen su haber en una sola mano.
Estas causales de terminación son semejantes, como no cabía
esperar otra cosa, a las que contempla el Código Civil para la termi-
nación de la comunidad (art. 2312).

236
SOCIEDADES MINERAS

Por lo anterior, aun cuando la ley no lo dice, pensamos que para


proceder a la liquidación de la sociedad disuelta debe estarse a las
reglas que contempla la legislación civil para la partición de bienes.

Párrafo III
LA SOCIEDAD CONTRACTUAL MINERA

314. Generalidades. Según hemos visto, la ley ha dispuesto que deter-


minados hechos den origen a una sociedad, por lo que considerando
la necesidad de aunar esfuerzos y capitales para el desarrollo de la
industria minera, con mayor razón el legislador ha debido darle a la
voluntad de los interesados el poder de formar sociedades mineras,
y es así como a través del contrato especial de sociedad minera se
consigue tal objetivo.
Recordemos que para la exploración, explotación y beneficio de
las sustancias mineras pueden, también, constituirse sociedades en la
forma establecida en otros Códigos o en leyes especiales, pero que a
ellas no les son aplicables las disposiciones del Código (art. 172).

315. Objeto y reglas por las que se rigen. El objeto de estas socieda-
des, según lo establece el artículo 200, es la prospección o la exploración
de la concesión de exploración o de la pertenencia, o la explotación
de esta última y el beneficio de sus minerales.
Concluimos entonces que estas sociedades pueden tener por
finalidad la prospección y exploración de la concesión de exploración
y de la pertenencia, entendiendo por prospección el estudio pre-
liminar de la presencia de yacimientos de sustancias minerales, es
decir, un paso algo más adelantado que la simple búsqueda, que es
la comprendida en la fase de exploración.
También estas sociedades pueden tener por finalidad la explota-
ción de la pertenencia y el beneficio de sus minerales, entendida esta
última como la de procesar aquellos provenientes de dicha explotación,
por lo que no podría pactarse este tipo de sociedad exclusivamente
para beneficiar minerales ajenos, actividad ésta que sería admisible
sólo si tuviera el carácter de accesoria del objeto social.
La sociedad contractual minera que nos ocupa se rige en primer
término por las normas del correspondiente contrato social y, en su
defecto, por las contenidas en la Sección 2ª, del Título XI y, en defecto

237
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

de éstas, por las reglas establecidas para las sociedades legales mineras
en la Sección 1ª del mismo Título.

316. La sociedad contractual minera es solemne. Las solemnidades


de esta sociedad consisten:
a) En el otorgamiento de escritura pública, que contenga las men-
ciones que ordena el artículo 201, y
b) En la inscripción del extracto de dicha escritura en el Regis-
tro de Propiedad del Conservador de Minas del domicilio social
(art. 201).
Es nula absolutamente la sociedad contractual minera que no
cumple con las solemnidades señaladas, tanto en cuanto se omitan
el otorgamiento de escritura pública o las menciones que de acuerdo
con el artículo 201 ésta debe contener, cuanto no se practique en
forma legal la inscripción prevista en ese mismo artículo. En tales
casos se estarían omitiendo requisitos que la ley prescribe para el
valor de un contrato o de un acto en consideración a su natura-
leza y no a la calidad o estado de las personas que lo acuerdan o
ejecutan.

317. Requisitos de la escritura pública de sociedad contractual.


Son requisitos esenciales y, por consiguiente, su omisión acarrea la
nulidad absoluta de la sociedad, los siguientes:
1º. La individualización de los socios y el nombre, domicilio, objeto
y duración de la sociedad.
La individualización de los comparecientes es requisito de toda
escritura pública, pero como los socios pueden comparecer repre-
sentados, debe tenerse cuidado de no omitir su individualización.
Los socios gozan de entera libertad para darle el nombre que
deseen a la sociedad, así como fijar su domicilio en el lugar que esti-
men conveniente.
El objeto debe ser alguno de los que hemos indicado, y respecto
de la duración, ésta debe estar determinada por un plazo o una
condición.
2º. La forma de administración. Gozan de libertad los socios para
convenir la forma de administración que estimen adecuada y lo
normal es que estas sociedades se organicen como las sociedades
anónimas, esto es, con una junta de accionistas como órgano supe-
rior, un directorio y, bajo éste, un gerente.

238
SOCIEDADES MINERAS

3º. La división del interés social en acciones y su distribución total


entre los socios. La expresión interés social es equivalente al de
“acciones”, las cuales deben estar distribuidas entre los socios en
su totalidad. El número de acciones en que se divide el haber social
queda al arbitrio de los socios. Se ha descartado la posibilidad de
dejar acciones “en cartera” por las especulaciones dolosas que con
ellas se hicieron en el pasado, las cuales son fáciles de realizar tra-
tándose de negocios mineros.
4º. El aporte o transferencia de la concesión a la sociedad. No se
concibe sociedad sin concesión, por lo que la escritura debe con-
tener este aporte en propiedad o la transferencia que debe hacer uno
o más socios de la o las concesiones que constituirán su objeto. El
aporte puede ser de concesión en trámite o constituida. Obviamente
que si se forma la sociedad sólo con concesión en trámite, ésta no
podrá ser explorada o explotada, según el caso, mientras no esté
constituida. A esta sociedad podrán aportarse otros bienes como
maquinarias, elementos de trabajo, dinero, etc., y la ley no exige la
explicitación de un capital determinado, por la dificultad existente
en la avaluación del aporte de la concesión.
En la misma escritura, los socios pueden expresar los demás
pactos que estimen convenientes.

318. La inscripción en extracto de la escritura social y las demás


inscripciones. La escritura pública de sociedad contractual debe
inscribirse, en extracto, en el Registro de Propiedad del Conservador
de Minas del domicilio social.
El extracto debe contener las menciones que indican los núme-
ros 1º a 4º del artículo 201 a que nos hemos referido en el número
anterior.
La inscripción de dicho extracto se practica en el Registro de
Propiedad del Conservador de Minas del domicilio de la sociedad,
sea que ésta se forme con concesión constituida o en trámite.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 100 del Reglamen-
to, al constituirse esta sociedad se deben practicar las mismas ins-
cripciones y anotaciones previstas para la sociedad legal minera.
Por lo expuesto, una vez practicada la inscripción del contrato, en
extracto, en el Registro de Propiedad, corresponderá efectuar la
inscripción de la concesión o concesiones a nombre de la sociedad
en el Registro de Descubrimientos si el aporte es de concesión en

239
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

trámite y de concesión de exploración constituida y en el Registro


de Propiedad, si el aporte es de pertenencia constituida. Hecho lo
anterior, corresponderá efectuar las inscripciones en el Registro de
Accionistas y así, en el Libro de Accionistas se indicarán el nombre
de las personas que componen la sociedad y el número de acciones
y de fracciones de acciones de que son dueños, y se anotará en el
Índice de Sociedades y Socios, por orden alfabético, el nombre de
la sociedad y el de los socios.
Puede ocurrir que las concesiones aportadas sean va rias y que
estén ubicadas en territorios jurisdiccionales de distintos Conserva-
dores, caso en el cual la inscripción del contrato se hará siempre en el
Registro de Propiedad del Conservador de Minas del domicilio social
y las inscripciones que contienen el aporte o transferencia de las
diversas concesiones se harán en los Registros de Descubrimientos
o de Propiedad, según el caso, de los Conservadores de Minas donde
se encuentran inscritas las respectivas concesiones. En este evento,
se harán solo en un Conservador de Minas las inscripciones en el
Registro de Accionistas y anotación en el Índice, y este Conservador
será el mismo en que se haya efectuado la inscripción del contrato.
Al igual que tratándose de las sociedades legales mineras, la tra-
dición de las acciones de estas sociedades se hará por la inscripción
del título en el Libro de Accionistas del Registro de Accionistas,
debiendo aquél constar en instrumento público. Respecto de la
transmisión de las acciones, se aplicarán también las mismas reglas
que estudiamos para las sociedades legales mineras.

319. Responsabilidad de los socios. El carácter contractual de estas


sociedades marca algunas diferencias con la responsabilidad de los
socios en la sociedad legal minera.
En efecto, si bien ante terceros los socios de la sociedad con-
tractual minera no responden de las obligaciones sociales, frente a
la sociedad responden con todos sus bienes de los aportes a que se
obligaron en el contrato social y, en consecuencia, están afectos al
derecho de prenda general (art. 202).
Lo anterior resulta lógico si se considera que son obligaciones
contraídas en la celebración del contrato de sociedad, lo que no
ocurre en la sociedad legal minera, en cuya formación no interviene
la voluntad de los socios al momento de constituirse la sociedad.
Del pago de las cuotas para gastos sociales que se acuerden con
posterioridad, al igual que en el caso de las sociedades legales mine-

240
SOCIEDADES MINERAS

ras, los socios responden exclusivamente con los beneficios o productos


que no hayan percibido y con sus acciones (art. 202, inc. 2º).
La obligación de los socios de contribuir al pago de los gastos
sociales se limita a aquellos necesarios para la conservación y explo-
ración de la concesión de exploración y de la pertenencia y para la
explotación de esta última.
Si nada se ha dicho en el contrato social respecto de la forma
de hacer efectiva la responsabilidad de los socios por el pago de las
cuotas para gastos sociales, regirán, como hemos dicho, las normas
establecidas en el Código para las sociedades legales mineras.

320. Terminación de estas sociedades. De conformidad con lo dis-


puesto en el artículo 203, esta sociedad termina en la forma esta-
blecida para las sociedades legales y, además, por causales que les
son propias, a saber:
1º) Por la enajenación, extinción o caducidad de todas las con-
cesiones de que sea dueña (art. 199, Nº 1º);
2º) Por la reunión en una sola persona de todas las acciones que
componen su haber (art. 199, Nº 2º);
3º) Por la expiración del plazo o el cumplimiento de la condición,
fijados para su duración en el contrato, y
4º) Por acuerdo de los socios, tomado en la forma prevista en
la escritura social.
Las dos primeras causales son las mismas contempladas para las
sociedades legales mineras, lo que nos ahorra comentarios; y las dos
siguientes son inherentes a la condición contractual de la sociedad,
que tiene una duración determinada por un plazo o condición o
por la voluntad de los socios.

321. Liquidación. La liquidación de la sociedad disuelta se hace,


conforme lo dispone el artículo 204, por la persona y en la forma
que señale el contrato social o acuerden los socios. En silencio de los
estatutos o si nada acuerdan los socios al respecto, la liquidación la
hará el administrador.
El liquidador debe ceñirse en el desempeño de su cargo a las
reglas establecidas en el Código de Comercio para la liquidación de
las sociedades colectivas, entendiéndose que subsiste la personalidad
jurídica de la sociedad para los efectos de su liquidación.
Los artículos 410 y siguientes del Código de Comercio contienen
las normas relativas a la liquidación de las sociedades colectivas. Ellos

241
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

disponen, en síntesis, que el liquidador no puede ejecutar otros actos


y contratos que los que tiendan directamente al cumplimiento de
su encargo, para lo cual deberá hacer un inventario de existencias y
deudas, libros, papeles y correspondencia; continuar y concluir las
operaciones pendientes; exigir cuenta de la administración; liquidar
y pagar las cuentas; cobrar los créditos y percibir su importe; vender
los bienes de la sociedad y rendir cuenta al fin de la liquidación.

242
C A PÍTULO DECIMOCUA RTO

DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

Párrafo I
NOCIONES GENERALES

322. Generalidades. Las particularidades que presenta la industria


minera han introducido en las relaciones generadoras de obligacio-
nes algunas modalidades que han obligado al legislador, en ciertos
casos, a apartarse de las normas de derecho común y es así como
el Código aparece ya modificándolas, ya creando nuevas figuras
contractuales que se acomoden a la realidad minera.
Tal situación es reconocida por el artículo 167, que señala que
los contratos relativos a concesiones mineras o sustancias minerales
se sujetan a dichas normas del derecho común, salvo en cuanto éstas
aparezcan modificadas por el Código.
Así, veremos, por ejemplo, que algunos contratos regulados por
la legislación civil no sufren alteraciones en nuestro derecho, como
sucede tratándose de la compraventa y permuta; otros, en cambio,
presentan modificaciones sustanciales, como el de promesa unilateral
de venta, y en fin, advertiremos la existencia de contratos propios de
esta disciplina jurídica, como los de opción de compra y de avío.

323. Forma de singularizar en los contratos e inscripciones la ubica-


ción y deslindes de la concesión constituida y en trámite. Resultaría
muy engorroso seguir en materia minera el método tradicional
para individualizar los bienes raíces, por la gran cantidad de cifras y
datos que se consignan en los títulos de los derechos y concesiones
mineras.

243
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

De ahí que el Código disponga en su artículo 168 que en los con-


tratos sobre concesiones mineras constituidas o en trámite y en las
correspondientes inscripciones, bastará para singularizar su situación
y linderos citar los datos de la inscripción del respectivo pedimento,
manifestación o sentencia constitutiva.
No es necesario, pues, dar los deslindes de la concesión ni citar
otros datos del pedimento o manifestación para su debida indivi-
dualización. Es suficiente con aquellos relativos a su inscripción en
los Registros de Descubrimientos o Propiedad, según corresponda,
y que serán su foja, número, registro, año y Conservador (art. 74
Rglto.).
La misma norma es aplicable a las manifestaciones hechas con
arreglo al Código de 1932 y a las pertenencias constituidas o que
se constituyan de acuerdo a la legislación anterior a la que entró a
regir con el Código (art. 74 Rglto.).

Párrafo II
LA COMPRAVENTA Y PERMUTA
DE CONCESIONES MINERAS

324. Compraventa y permuta de concesión. Los contratos de com-


praventa y de permuta de inmuebles son contratos solemnes y la so-
lemnidad consiste en que deben otorgarse por escritura pública.
Ahora bien, de acuerdo con lo que dispone el artículo 2º, la con-
cesión minera es un derecho real e inmueble y se rige por las mismas
leyes civiles que los demás bienes raíces, por lo que la compraventa y
permuta de ella, o de parte o cuota de ella, sea que esté constituida o
en trámite, es solemne y debe otorgarse por escritura pública, so pena
de nulidad absoluta.
Estos contratos se rigen en todo por las normas queal efecto con-
tiene el Código Civil. Encontramos en el Código sólo una disposición
sobre el particular, que es el artículo 170, y que nos dice, repitiendo
una noción conocida para los contratos que tienen el carácter de
aleatorios, que “no hay rescisión por causa de lesión enorme en los
contratos de compraventa y de permuta de una concesión o de una
cuota o una parte material de ella”.
Entendemos que dicha norma es extensiva a la concesión en
trámite y a cuota de ella.

244
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

Estos contratos son claramente aleatorios, por cuanto los de-


rechos que se venden o permutan recaen sobre bienes de valor
indeterminado como son los yacimientos mineros, los que por su
naturaleza resultan prácticamente imposibles de avaluar, de modo
que en tales contratos está siempre presente una contingencia in-
cierta de ganancia o pérdida.

Párrafo III
LA COMPRAVENTA DE MINERALES
Y SU REIVINDICACIÓN, ARRENDAMIENTO, USUFRUCTO Y
PIRQUÉN

325. Compraventa de minerales. La compra de minerales puede


versar sobre aquellos que ya han sido extraídos y sobre los que aún
se encuentran in situ formando parte del yacimiento, siendo ambos
contratos consensuales.
La compraventa de minerales extraídos se encuentra sometida a
las normas del derecho común y ha sido la costumbre la que ha ido
configurando sus actuales características.
Diversas operaciones que obligadamente deben llevarse a cabo
dan forma a la convención. En efecto, para conocerla ley del mineral
es necesario efectuar un “muestreo” de él mediante la elección al
azar de diversas porciones del mineral cuya composición será objeto
de posterior análisis en laboratorios; habrá que establecer el peso
del mineral vendido y su precio, que variará de acuerdo a premios
y castigos en la denominada “escala de subida o de bajada del pre-
cio”, que es función de la mayor o menor ley de fino por tonelada,
a partir de una “ley base”.
Por su parte, la compraventa de minerales in situ es un con-
trato en cuya virtud el dueño de la pertenencia vende un número
determinado de toneladas de mineral antes de ser separadas de su
yacimiento y el comprador se obliga a pagarlas en dinero, siendo
de su cargo la extracción.
Este contrato plantea el problema de la existencia de la cosa
vendida, que, como sabemos, es esencial para la validez de la com-
praventa. Sin embargo, la venta de cosa futura es válida y puede
revestir dos aspectos: puede ser contrato de cosa esperada o venta
de la esperanza. La primera se entiende hecha bajo la condición

245
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

de que exista la cosa futura; en cambio, la segunda tiene el carácter


de contrato aleatorio, porque se vende la suerte; un buen negocio
si los minerales son ricos y malo si ocurre lo contrario (art. 1813
C. Civil).

326. La reivindicación de minerales. El Código de 1932 trataba esta


materia bajo el título “De la venta de minerales”, pero más bien re-
glamentaba la reivindicación de ellos. El Código corrige esta impro-
piedad, y en su Título XII trata precisamente “De la reivindicación
de minerales”, de la cual nos ocupamos junto con los contratos, por
su relación con la compraventa de minerales.
Las normas que al respecto se contemplan, son las siguientes:
1º. La regla principal dispone que “no son reivindicables, en forma
alguna, los minerales adquiridos de persona que explote pertenencia
o que comercie en minerales, en la zona” (art. 223). En este caso
no procede el ejercicio de la acción reivindicatoria, sin perjuicio
de las responsabilidades civiles y criminales a que haya lugar, si ha
mediado delito en la operación;
2º. La compra de minerales hurtados o robados hecha a persona
distinta de las indicadas en el número anterior, sujeta al comprador
a la presunción de encubridor de hurto o robo, cuando la compraventa
se ha verificado sin dejar constancia escrita y firmada por las partes
y por dos testigos conocidos en el lugar, de la clase, ley y peso del
mineral vendido, del precio estipulado y de la fecha de la compra-
venta (art. 224).
En otras palabras, si la compra se efectúa a una persona que no
explota minas o no comercia en minerales en la zona y no se toma la
precaución de dejar la constancia indicada, se presume al comprador
encubridor, si los minerales eran hurtados o robados.
3º. Justificada la existencia del hurto o robo, el juez debe ordenar
la restitución de los minerales, una vez que el interesado acredite que
los que reclama son iguales a los que produce su pertenencia (art. 225);
circunstancia esta última que evita la prueba del dominio de los mine-
rales y cuyo fundamento no es otro que el hecho de que los minerales
provenientes de un yacimiento nunca son iguales a los de otros.

327. Arrendamiento y usufructo de pertenencia. El arrendamiento


de pertenencia lo podemos definir como un contrato en que las

246
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

partes se obligan recíprocamente, la una a conceder el goce de una


pertenencia y la otra a pagar por ese goce un precio determinado.
En la legislación anterior a la vigente se discutió la procedencia
y validez del contrato de arrendamiento de pertenencias, debido a
que éstas no dan frutos, sino productos. En esta forma, al hacer uso
del yacimiento, el arrendatario lo consume, hecho que contraría el
principio básico de este contrato en cuanto a que la cosa arrendada
debe ser de aquellas que pueden usarse sin consumirse.
Sin embargo, por razones de carácter histórico y por la acep-
tación que hace el Código Civil del usufructo de minas, que tam-
bién obliga al usufructuario a conservar la forma y sustancia de la
cosa fructuaria, se estimó válido el arrendamiento de pertenencias
(arts. 243 y 784 C. Civil).
En todo caso, hoy no existen dudas al respecto, puesto que el
Código reconoce explícitamente la procedencia del contrato de
arrendamiento de pertenencia (art. 171).
El usufructo de pertenencia es un derecho real que consiste en
la facultad de gozar de una pertenencia con cargo de restituirla a
su dueño.
El usufructo se constituye por voluntad del propietario de la
cosa, caso en el cual, si es por acto entre vivos, deberá constar en
escritura pública (art. 103). Se constituye también por prescripción,
sentencia judicial y por ley.
El Código Civil en sus artículos 243 y 784 contempla dos casos
en los cuales el usufructo es regulado por ley. El primero de los
preceptos indicados dispone que el usufructo del padre de familia
sobre las minas (pertenencias) del hijo se limitará a la mitad de
los productos y responderá al hijo de la otra mitad y, el segundo,
expresa que si la cosa fructuaria comprende minas y canteras (per-
tenencias) en actual laboreo, podrá el usufructuario aprovecharse
de ellas y no será responsable de la disminución del producto que
a consecuencia sobrevenga.
En la actualidad, la procedencia del arrendamiento y usufructo
de pertenencia reciben pleno reconocimiento en el artículo 171 del
Código, que establece que se entenderá que la explotación hecha
conforme al título constituye uso y goce legítimos de ella y el arrendatario
o el usufructuario no serán responsables de la disminución de sustan-
cias minerales que a consecuencia de tal explotación sobrevenga.
En consecuencia, ateniéndose al título en cuya virtud se hace la
explotación, el arrendatario o el usufructuario estarán haciendo uso y

247
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

goce legítimos de la pertenencia y no responderán de la disminución


de sustancias minerales que sobrevenga como consecuencia de su
explotación; lo cual se entiende sin perjuicio de observar en dicha
explotación las normas sobre policía y seguridad mineras.
Hacemos notar, finalmente, que no se concibe arrendamiento
ni usufructo de concesión de exploración, puesto que para estos
efectos el uso y goce es sinónimo de explotación.

328. Pirquén. El Código no se refiere en parte alguna a este con-


trato, que es regulado por la costumbre, y que podemos definir
diciendo que consiste en la entrega por su titular de todo o parte
de una pertenencia a otra persona denominada pirquinero, para
que la explote por su cuenta y riesgo, con la obligación de pagar un
porcentaje de los minerales extraídos.
Es un contrato usado, principalmente, por propietarios mineros
de escasos recursos que entregan sus pertenencias o“puntos” de ellas
a personas que realizan explotaciones de pequeña magnitud.
El contrato adopta diversas formas, que hacen que su naturaleza
jurídica derive de un contrato de explotación, a uno de aparcería, de
sociedad, de arrendamiento, o, por último, de trabajo, si se establece
la existencia de un vínculo de subordinación o dependencia entre
el dueño de la pertenencia y el pirquinero.

Párrafo IV
LA PROMESA DE COMPRAVENTA
Y LA OPCIÓN DE COMPRA

329. Generalidades. El contrato de promesa es un contrato solemne,


en cuya virtud dos o más personas se comprometen a celebrar un
contrato futuro, cumpliéndose los requisitos legales. La solemnidad
consiste en que debe constar por escrito.
Son requisitos de todo contrato de promesa:
a) Que conste por escrito;
b) Que el contrato prometido no sea de aquellos que las leyes
declaran ineficaces;
c) Que contenga un plazo o condición que fije la época de la
celebración del contrato prometido, y

248
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

d) Que en ella se especifique de tal manera el contrato prome-


tido, que sólo falte para que sea perfecto la tradición de la cosa, o
las solemnidades legales (art. 1554 C. Civil).
La falta de alguno de los requisitos indicados vicia de nulidad
absoluta el contrato.
Se puede prometer la celebración futura de cualquier especie
de contrato, regla que es aplicable en materia minera; sin embargo,
el Código se refiere sólo a la promesa bilateral de compraventa y a la
promesa unilateral de venta.
Por otra parte, el Código ha regulado la opción de compra minera,
como una proposición que hace el oferente al beneficiario de la
celebración de un contrato de compraventa, la que se perfecciona
con la aceptación de este último, dada en tiempo y forma.

330. Promesa bilateral de compraventa minera.Estamos en este caso


frente a un contrato solemne y bilateral, en cuya virtud dos o más
personas se comprometen a celebrar un contrato de compraventa,
cumpliéndose las formalidades legales.
El contrato debe cumplir con todos los requisitos que hemos
visto para el contrato de promesa.
Tanto el promitente vendedor como el promitente comprador
están obligados a celebrar el contrato prometido, llegado el plazo
o cumplida la condición. En caso de incumplimiento de alguna de
las partes, la otra tiene el derecho de pedir, a su elección, el cum-
plimiento forzado de la obligación o la resolución del contrato, en
ambos casos con la correspondiente indemnización de los perjuicios
causados (art. 1489 C. Civil).

331. Promesa unilateral de venta minera. Es aquella en que sólo


el promitente vendedor se obliga a vender, siendo facultativo para el
promitente comprador celebrar o no el contrato de compraventa
prometido.
Se ha discutido la validez de la promesa unilateral de celebrar
un contrato futuro, por cuanto se ha sostenido que a tal contrato
le faltaría el requisito de especificación del contrato prometido
que exige el artículo 1554 del Código Civil. Para evitar las dudas,
el artículo 169 validó expresamente esta promesa unilateral de
venta, reiterando disposiciones análogas de la legislación que le
precedió.

249
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Para adoptar tal posición tuvo en cuenta el legislador la nece-


sidad de alejar toda discusión legal sobre la licitud de esta forma
contractual tan útil para el desarrollo de los negocios mineros, esen-
cialmente aleatorios.
En efecto, cuando alguien desea adquirir un yacimiento minero,
requiere realizar previamente estudios que le permitan conocer con
alguna aproximación sus bondades y determinar así las condiciones
de la compra. Una promesa bilateral no es el instrumento adecua-
do, puesto que cualesquiera sean los resultados de esos estudios,
el promitente comprador queda obligado a celebrar el contrato
prometido en las condiciones previamente pactadas.
En cambio, si la promesa de venta es unilateral y los resultados
de los estudios el promitente comprador no los estima favorables o
acordes con las condiciones prometidas en el contrato, estará en su
mano desistirse del contrato prometido y el promitente vendedor
habrá de conformarse con esa decisión. Por la inversa, si el promi-
tente comprador resuelve llevarlo a efecto, el promitente vendedor
estará obligado a celebrarlo.
Para que la promesa de venta sea unilateral y, en consecuencia,
facultativo para el promitente comprador celebrar o no el contrato
prometido, será indispensable que se estipule, precisamente, que es
facultativo para éste dicha celebración. Si nada se dice, se entenderá
que la promesa es bilateral.

332. Opción de compra minera. Podemos definir la opción de com-


pra minera como un contrato en el que una persona denominada
“oferente” propone a otra denominada “beneficiario” la celebración
de un contrato de compraventa que especifica en todas sus partes
y que se perfecciona por la aceptación que de ella haga, en tiempo
y forma, el “beneficiario”.
Este es un contrato solemne, ya que la oferta debe hacerse por escri-
tura pública y también debe constar en igual instrumento la aceptación
que debe prestar el beneficiario de ella (art. 169, inc. final).
La escritura pública que contiene la oferta debe especificar el con-
trato que se ofrece e individualizar los bienes ofrecidos con la precisión
requerida, como si se tratara del contrato definitivo; señalar el plazo
o condición a que se sujeta la vigencia de la oferta y dejar establecido
el derecho del beneficiario a aceptar o no la oferta.
Con todo, debe tenerse presente que a la escritura en que se
hace la oferta debe también concurrir el beneficiario, quien no sólo

250
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

debe tomar conocimiento del ofrecimiento, sino también debe de-


jar establecido que, en un lapso o evento que habrán de convenir,
ejercerá el derecho a aceptarla o rechazarla. Con la aceptación dada
por escritura pública, a la cual concurrirá sólo el beneficiario, quedará
perfecto el contrato, sin necesidad de que el oferente concurra a
prestar su aceptación. En consecuencia, a diferencia de la promesa
de venta que requiere de dos instrumentos que den cuenta, el uno
de la promesa y el otro de la compraventa, y a los cuales deben con-
currir ambas partes, en la opción, la aceptación la da el beneficiario
concurriendo sólo a una escritura pública.
La tradición de los bienes ofrecidos en la opción se hará median-
te la inscripción conjunta de la escritura que contiene la oferta y de
aquella que contiene la aceptación.

333. Bienes que pueden ser objeto de las promesas de compraventa


y unilateral de venta y del contrato de opción de compra minera.
Sólo respecto de los bienes que pasamos a indicar rigen las normas del
Código que son objeto de nuestro estudio. Los contratos de promesa
de compraventa, promesa unilateral de venta y el contrato de opción
de compra minera, que recaigan sobre bienes distintos de las que
pasamos a señalar, se rigen por las normas del derecho común.
Ellos son los siguientes:
a) La concesión minera;
b) Cuota de concesión minera;
c) Parte material de concesión minera;
d) Acciones de sociedades regidas por el Código, y
e) En general, cualquier otro derecho regulado especialmente
en el Código, como son los derechos emanados del pedimento o
manifestación inscritos, en trámite.

334. Requisitos para que las promesas de compraventa y unilateral


de venta y el contrato de opción minera sean oponibles a terceros.
Dijimos que el contrato de promesa debe constar por escrito y en
ello radica su solemnidad.
Pues bien, para hacer oponibles a terceros el contrato de prome-
sa de compraventa y el contrato de promesa unilateral de venta,
será menester que consten en escritura pública, para los efectos de
practicar las correspondientes inscripciones que les darán la debida
publicidad. Por su parte, el contrato de opción minera debe, según
vimos, constar siempre en escritura pública.

251
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

De acuerdo con lo que dispone el artículo 169, otorgados


estos contratos por escritura pública, inscrita en el Registro de
Hipotecas y Gravámenes o en el Registro de Accionistas, según
proceda, estará obligado a celebrar la compraventa, en los mismos
términos en que lo habría estado el promitente vend edor o el
oferente, todo aquel a quien se transfiera la cosa, a cualquier título
(art. 169, inc. 2º).
Ello significa que, si practicadas las inscripciones referidas, es-
tando pendientes la promesa o la oferta, el promitente vendedor o
el oferente enajenan la cosa prometida u ofrecida, el comprador de
ella estará obligado a celebrar la compraventa en los mismos términos
que lo habrían estado el promitente vendedor o el oferente que la
enajenó.
Por otra parte, si pendiente el contrato de promesa o la oferta,
y sin el consentimiento expreso del promitente comprador o del
beneficiario, se ejecuta un acto o celebra un contrato que limita o
afecta o puede limitar o afectar la tenencia, posesión o propiedad de la cosa
prometida u ofrecida, quedará resuelto ipso facto el contrato, una vez
celebrada la compraventa, salvo que el promitente comprador o el
beneficiario expresen su propósito de respetarlo, sustituyéndose en
los derechos y obligaciones de su antecesor en el dominio (art. 169,
incs. 3º y 4º).
En esta forma, practicadas las inscripciones correspondientes, si
pendiente la promesa o la oferta el promitente vendedor o el oferente
ejecutan un acto o celebran cualquier contrato que afecte o pueda
afectar la tenencia, posesión o propiedad de la cosa prometida u
ofrecida, como podría ser la celebración de un contrato de arren-
damiento, promesa, hipoteca, avío, etc., estos contratos quedarán
sin efecto por el solo ministerio de la ley, una vez perfeccionada la
compraventa, salvo, obviamente, acuerdo en contrario.
Como se advierte, el Código ha fortalecido los derechos del
promitente comprador y del beneficiario, cuando éstos toman la
precaución de celebrar el contrato por escritura pública y de prac-
ticar las inscripciones correspondientes en el Registro de Hipotecas
y Gravámenes y en el Libro de Prohibiciones y Gravámenes del Re-
gistro de Accionistas, si el contrato, en este último caso, ha tenido
por objeto acciones de sociedades mineras.

252
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

Párrafo V
EL CONTRATO DE AVÍO

335. Orígenes, definición y partes. El contrato de avío es un con-


trato típicamente minero y sus orígenes se remontan a las Leyes de
Partidas, que reglamentaron los llamados créditos refaccionarios,
que gozaban de privilegio frente a los demás créditos y a los cuales
recurrían los mineros que carecían de dinero para la explotación
de sus minas. Tal auge tuvo este contrato en centurias pasadas, que
en las Ordenanzas de Nueva España, teniéndolo como base, se re-
glamentó el funcionamiento de un Banco de Avíos de Minas.
El artículo 206 define el avío como un contrato en virtud del
cual una persona se obliga a dar o hacer algo en beneficio de la
explotación de una pertenencia para pagarse sólo con sus productos, o
con una cuota de ella.
Está de más que anotemos que, atendida su naturaleza, la con-
cesión de exploración no puede ser objeto de avíos.
Las partes de este contrato son: el aviador, que es la persona que se
obliga a dar o hacer algo en beneficio de la explotación de una perte-
nencia y que corresponde al acreedor de un crédito; y el minero, que
es el dueño de la pertenencia que recibe el crédito y que, por lo tanto,
asume el papel de deudor que se obliga a pagar dicho crédito con sólo
los productos de la pertenencia aviada o con una cuota de ella.

336. Características. El contrato de avío es:


a) Solemne;
b) Principal;
c) Oneroso;
d) Bilateral, y
e) Aleatorio.
Nos detendremos en las dos principales de aquellas caracterís-
ticas: la solemnidad y la aleatoriedad.
El contrato de avío es solemne, por cuanto para que sea válido
es menester que conste por escrito. Para que el contrato surta efectos
respecto de terceros debe otorgarse por escritura pública e inscribirse en el
Registro de Hipotecas y Gravámenes del Conservador de Minas en
que se encuentre inscrita la pertenencia aviada (art. 207).
Es un contrato aleatorio, porque para el aviador o acreedor existe
una contingencia incierta de ganancia o pérdida, representada por

253
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

el éxito o fracaso de la explotación, que le permitirá o no cobrar el


crédito y los premios pactados.

337. Clasificación. El avío se puede clasificar de la siguiente ma-


nera:
a) En cuanto a su origen, se clasifica en convencional, legal y judi-
cial.
Avío convencional, como su nombre lo indica, es el que proviene
del contrato de avío.
Avío legal es el derecho que la ley le otorga al aviador conven-
cional para seguir aviando la mina cuando, habiendo hecho la in-
versión convenida en el contrato, la mina queda en descubierto.
Se entiende que la mina ha quedado en descubierto cuando no da
productos suficientes para atender a su laboreo, caso en el cual el
aviador puede tomar la mina bajo su administración y seguir avián-
dola, es decir, invirtiendo en ella, hasta pagarse preferentemente a
todo otro aviador, no sólo de lo debido por el contrato de avío, sino
del nuevo avío en la forma y con los premios fijados en ese contrato
(art. 214, inc. 1º).
Avío judicial es el que decreta el juez, a petición de cualquier
acreedor del minero. En esta materia debe tenerse presente que
el avío judicial procede sólo en el caso de que el acreedor no haya
podido pagarse previamente con los minerales ni con la anticresis
judicial, y la pertenencia no produce lo suficiente para costear su
explotación y la cancelación del crédito (art. 228).
b) En cuanto a la forma de pago, se clasifica en avío simple y avío
por especie de sociedad o compañía.
Avío simple es aquel en que el aviador se paga sólo con los produc-
tos de la mina, tanto de su inversión como de los premios pactados
(art. 211, inc. 1º).
Avío por especie de sociedad o compañía es aquel en que el aviador
se paga de su inversión y premios con una cuota de la pertenencia
aviada, que no puede ser superior al cincuenta por ciento de ella.
Este contrato viene a constituir una promesa de venta de una
cuota en la pertenencia aviada, que tiene el límite señalado y cuyo
cumplimiento puede exigir el aviador una vez satisfechas por él
las obligaciones que se impuso en el contrato de avío (art. 211,
inc. 2º).

254
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

c) En cuanto a las obligaciones del aviador, el avío se clasifica en


determinado e indeterminado.
Avío determinado es aquel en que las obligaciones del aviador
están fijadas por cantidad o tiempo determinados, o para ejecutar
una o más obras precisas.
Así, será determinado el avío en que el aviador se compromete a
invertir en la pertenencia una cantidad fija de dinero ($ 1.000.000),
o a ejecutar una obra, como, por ejemplo, 500 metros de socavón.
Avío indeterminado es aquel en que las obligaciones del aviador
no están precisadas por cantidad u obra determinadas, como sería el
compromiso de invertir una cantidad de dinero mensual, sin plazo
($ 500.000 mensuales), o el de construir un socavón hasta alcanzar
la veta (art. 208).

338. Forma de pago y premios. Existe libertad para estipular que


el pago de lo debido al aviador se verifique en minerales, en pastas o
en dineros (art. 211).
Debido a que el contrato de avío es aleatorio, los premios no
reconocen límite alguno, excepción hecha del avío por especie de socie-
dad o compañía, respecto del que pensamos que en pago del avío y
premios no puede estipularse que el aviador se haga dueño de más
de un cincuenta por ciento de la pertenencia aviada (art. 211).

339. Obligaciones del aviador. El aviador está obligado a dar o hacer


algo en beneficio de la explotación de la pertenencia. Dar algo, que
puede ser dinero u otros bienes o efectos, o hacer algo, es decir,
ejecutar una o más obras en la pertenencia.
Lo que el aviador dé o haga, debe ir en beneficio de la explota-
ción de la pertenencia y su obligación debe cumplirla en los plazos
y forma estipulados y, en defecto de estipulación, a medida que lo
vaya exigiendo la explotación.

340. Modo de hacer efectivas las obligaciones del aviador. Si el


aviador no cumple con las obligaciones contraídas, el minero debe
notificarlo judicialmente y si se niega a la prestación de lo debido o
retarda su cumplimiento por más de quince días, tiene derecho a su
arbitrio:
a) A demandar el pago por la vía que corresponda, que será or-
dinaria o ejecutiva, según si el contrato se ha celebrado por escrito
o consta de escritura pública;

255
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

b) A tomar dinero de otra persona por cuenta del aviador, o


c) A contratar un nuevo avío que goce de preferencia sobre el
primero (art. 212).

341. Derechos del minero. El minero goza de los siguientes dere-


chos:
a) Exigir la entrega de los avíos. Este derecho es correlativo de la
obligación del aviador de suministrarlos y el minero puede hacerlo
efectivo de la manera que hemos expuesto en el número anterior;
b) En caso de no tener la administración de la mina, puede
visitarla, inspeccionar los trabajos, revisar los libros de contabilidad
y sus documentos justificativos y hacer las observaciones y reparos
que la contabilidad y el sistema de trabajo le sugieran, pudiendo
ejercer estas facultades cuando lo crea conveniente, por sí o por
representante (art. 215, inc. 1º);
c) En el mismo caso, tendrá el derecho de pedir judicialmen-
te el nombramiento de un interventor, con la facultad de percibir
el producto líquido que corresponda a quien solicitó la medida
(art. 215, inc. 2º);
d) Si el aviador que tiene la administración de la pertenencia
no la trabaja cuidando de mantenerla en buen estado, o si se le
prueba fraude en la administración o que ésta resulta descuidada o
dispendiosa, el minero tiene derecho a tomar la administración, sin
perjuicio de la responsabilidad criminal del aviador. En este caso,
el aviador puede colocar un interventor con la facultad de percibir
el producto líquido que le corresponda (art. 216), y
e) Contratar un nuevo avío que goce de preferencia sobre el
anterior, si terminados los avíos hubiere quedado la mina en des-
cubierto y el aviador convencional no hiciere uso de su derecho de
aviarla legalmente (art. 214, inc. 2º).

342. Obligaciones del minero. Son obligaciones del minero:


a) Administrar la pertenencia. Salvo estipulación en contrario,
la administración de la pertenencia durante el avío está a cargo del
minero, señala el artículo 213 en su inciso 1º;
b)Invertir los avíos en la explotación de la pertenencia. Si el
minero les da a los avíos otro destino, sin consentimiento del aviador,
éste tiene derecho de tomar la pertenencia bajo su administración,
sin perjuicio de las responsabilidades penales que afecten al minero.
Gozará de igual derecho el aviador si el minero lleva una administra-

256
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

ción descuidada o dispendiosa, que ponga en peligro los intereses


de aquél, y
c) Pagar al aviador, de acuerdo al contrato, las prestaciones esti-
puladas y los premios pactados.

343. Derechos del aviador. Son los siguientes:


a) Ejercitar el derecho de seguir aviando legalmente la pertenencia,
cuando, terminado el avío convencional, la pertenencia ha quedado
en descubierto;
b) Tomar la administración de la pertenencia si el minero invierte,
sin consentimiento del aviador, en otro destino distinto de la ex-
plotación, el dinero o efectos del avío, o si lleva una administración
descuidada o dispendiosa;
c) Si no tiene la administración, goza de los mismos derechos de
visita, inspección y nombramiento de un interventor, que se le acuerdan
al minero en tal caso (art. 215), y
d) Si tiene un avío inscrito, goza de preferencia frente a terceros,
del modo siguiente:
1º) Entre aviadores, prefiere el más nuevo al más antiguo, según
la fecha de la inscripción de los títulos respectivos, regla que, como
se advierte, es inversa a la de la hipoteca, en la que la más antigua
prefiere a la de más reciente inscripción, y
2º) Los acreedores hipotecarios y aviadores prefieren a los acree-
dores valistas.
Entre acreedores hipotecarios y aviadores no se produce problema
de preferencias, puesto que, de acuerdo al artículo 219, la hipoteca
sobre pertenencia afecta a un avío inscrito no produce efecto mientras
el aviador no se posponga en sus derechos al acreedor hipotecario
y se tome nota de la posposición en el Registro correspondiente.

344. Administración de la pertenencia aviada. Ella corresponde al


minero, salvo estipulación en contrario. Con todo, éste podrá perder
la administración en favor del aviador, en los siguientes casos:
a) Cuando invierte en otro destino el dinero o efectos del avío,
sin el consentimiento del aviador (art. 213);
b) Cuando lleva una administración descuidada o dispendiosa que
ponga en peligro los intereses del aviador (art. 213);
c) En el caso del avío legal (art. 214), y
d) En el caso del avío judicial (art. 228).

257
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

345. Terminación. Las características especiales de este contrato se


ven realzadas aún más con motivo de su terminación.
En efecto, se da el curioso caso de que en este contrato tanto el
minero como el aviador pueden ponerle término unilateralmente,
por su sola voluntad y en cualquier tiempo, con diferentes efectos,
según el avío sea indeterminado o determinado.
Si el avío es indeterminado y cualquiera de los contratantes le pone
término, el aviador conserva su crédito por las cantidades de dinero
desembolsadas en virtud del contrato, para ser pagado con los pro-
ductos que rinda la mina, sin perjuicio de otros acreedores de mejor
derecho, como podrían ser los provenientes de avíos posteriores. El
minero conserva su pertenencia.
Si el avío es determinado y el minero es el que le pone término, debe
desprenderse de la propiedad de la pertenencia en favor del aviador,
mediante declaración unilateral hecha por escritura pública, inscrita
en el Registro de Propiedad del Conservador de Minas respectivo. Si
el aviador es quien le pone término, debe renunciar por escrito a su
crédito de avío.

Párrafo VI
LA HIPOTECA Y LA PRENDA

346. La hipoteca. Definición, características y normas por las que


se rige. Podemos definir la hipoteca minera como un derecho real
constituido sobre una concesión minera para garantizar el cumpli-
miento de una obligación.
La hipoteca es un derecho real inmueble, accesorio, indivisible
y constituye una limitación del dominio.
El contrato de hipoteca es solemne, puesto que debe constar de
escritura pública e inscribirse en el respectivo Registro del Conservador
de Minas en que esté ubicado el punto medio o el punto de interés
del respectivo pedimento o manifestación (arts. 2409 y 2410 C. Civil
y arts. 92, inc. 3º y 217). Es, además, unilateral y accesorio.
Tanto la concesión minera de exploración como la pertenencia
son hoy susceptibles de hipoteca, pero deberán estar constituidas e
inscritas (art. 218).
Salvo que se estipule lo contrario, de acuerdo con lo dispuesto
por el artículo 220, la hipoteca sobre una concesión afecta también
a los inmuebles accesorios a que se refiere el artículo 3º.

258
DE LOS DEMÁS CONTRATOS MINEROS

La hipoteca sobre concesión minera se rige por las mismas disposi-


ciones que la hipoteca sobre los demás bienes raíces y, especialmente,
por las del Párrafo 4º del Título XI del Código (art. 217).
Por lo expuesto, el acreedor hipotecario goza de las mismas facultades
que las establecidas en el derecho común como son el derecho de
venta, el derecho de persecución y el derecho de preferencia.
Por el primero, el acreedor puede obtener en la ejecución for-
zada de la obligación que el inmueble hipotecado sea vendido para
pagarse de su acreencia; por el segundo, el acreedor puede perseguir
el bien hipotecado en manos de quien se encuentre, para su venta;
y finalmente, por el último de los derechos mencionados, puede el
acreedor pagarse con preferencia a otros acreedores con el producto
de la venta.

347. Reglas de excepción de la hipoteca minera. Podemos anotar


las siguientes:
1º) En la hipoteca civil, el acreedor hipotecario goza del derecho
de mejora de la garantía, que consiste en la facultad del acreedor de
pedirle al deudor que mejore la garantía hipotecaria en caso de que
el bien hipotecado se pierda o desmejore, a no ser que consienta en
que se le dé otra seguridad equivalente. Si el deudor no accede a
una ni a otra cosa, el acreedor podrá demandar el pago inmediato
de la deuda líquida, aunque esté pendiente el plazo, o implorar
las providencias conservativas que sean del caso, si la deuda fuera
ilíquida, condicional o indeterminada (art. 2427 C. Civil).
Ahora bien, la hipoteca sobre concesión minera no le da al
acreedor los derechos de “mejora de la garantía” referidos, salvo
que el deterioro o la pérdida se produzca por dolo o culpa grave del
deudor (art. 221).
2º) Para efectuar el remate del bien hipotecado, de acuerdo a las
normas civiles, debe procederse a su tasación.
El artículo 222 nos dice que para el remate de una concesión
minera hipotecada no será necesaria la tasación de ella (art. 222,
inc. 1º). En este caso, el mínimo para la primera subasta será el que
fijen las partes de común acuerdo y, a falta de éste, el monto de los
créditos hipotecarios que la graven, más las costas judiciales.
3º) La purga de la hipoteca que, en síntesis, tiene lugar cuando al
remate de la finca hipotecada han sido citados personalmente los

259
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

acreedores hipotecarios (art. 2428 C. Civil), no se verifica en la subasta


de la concesión hipotecada cuando ésta se realiza por la falta de pago
de la patente, ya que en este caso la concesión pasa a su nuevo dueño
con todos los gravámenes inscritos que la afecten (art. 154).

4º) La existencia de un avío inscrito no es obstáculo para hi-


potecar una pertenencia; sin embargo, según ya lo señalamos, la
hipoteca no produce efecto, mientras el aviador no se posponga en sus
derechos al acreedor hipotecario y se tome nota de tal posposición
en el Registro de Hipotecas y Gravámenes del Conservador de Minas
competente.
Como lo dejamos indicado tratando de las preferencias en el
contrato de avío (véase Nº 343), si, como producto de su ejecución
forzada, se produce la subasta de la pertenencia hipotecada, el or-
den en que se pagan los acreedores del minero es el siguiente: en
primer lugar, los acreedores hipotecarios por el orden de antigüedad
de la inscripción hipotecaria; en segundo término, los aviadores, en
orden inverso, esto es, prefiriendo el más nuevo al más antiguo, y,
en tercer término, los acreedores valistas. Lo anterior, sin perjuicio
de otros privilegios.

348. La prenda. La prenda es una garantía real sobre cosa mueble


que faculta al acreedor para pagarse preferentemente de su cré-
dito con el producto de su venta, si el deudor no cumple con su
obligación.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 220, puede constituirse
prenda sobre los siguientes bienes:
a) Inmuebles accesorios que define el artículo 3º;
b) Demás bienes muebles destinados a la exploración o a la
explotación de la concesión, y
c) Sustancias minerales extraídas del yacimiento.
Los bienes dados en prenda pueden quedar en poder del deu-
dor con arreglo a las disposiciones que rigen la prenda industrial
(Ley 5.687), o la prenda sin desplazamiento (Ley 18.112). Podría tam-
bién pactarse, sin duda, la prenda con desplazamiento regulada en
el Código Civil.

260
CAPÍTULO DECIMOQUINTO

DERECHOS DE LOS ACREEDORES

349. El privilegio de la inembargabilidad. Su alcance. Como tuvimos


ocasión de señalarlo (véase Nº 100), desde muy antiguo el legislador
estableció en beneficio del minero el privilegio de la inembarga-
bilidad, como un medio de evitar que la ejecución forzada de las
obligaciones que hubiere contraído trajera consigo la paralización
de la explotación de la mina.
El Código ha mitigado el rigor de las disposiciones contenidas
en la legislación que le precedió, y es así como ha limitado el efecto
de la inembargabilidad a determinados bienes y ha establecido, por
otra parte, que, en ciertos casos, tal privilegio no existe.
La razón del diferente enfoque que se ha dado a estas normas la
encontramos en el hecho de que una concesión inembargable no
sirve como garantía de créditos, hoy tan necesarios para el desarrollo
de las actividades mineras.

350. Bienes inembargables. De acuerdo con lo dispuesto en el ar-


tículo 226, no son embargables:
a) La concesión del deudor;
b) Las cosas que se reputan inmuebles accesorios conforme al
artículo 3º, y
c) Las provisiones introducidas dentro de los límites de la con-
cesión.
Dentro de la expresión “provisiones”, debemos entender com-
prendidos aquellos bienes muebles necesarios para la exploración
o explotación de la concesión, como utensilios, herramientas, ex-
plosivos, etc.

261
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

351. Excepciones a la inembargabilidad. De acuerdo con lo esta-


blecido en el artículo 226, tienen derecho a embargar la concesión y,
consecuentemente, a enajenarla para hacerse pago de sus acreencias,
las siguientes personas:
a) Los acreedores hipotecarios;
b) Los acreedores del deudor minero que tenga la calidad de
sociedad anónima, y
c) Los acreedores del deudor minero que consienta en el em-
bargo y enajenación, siempre que el consentimiento se dé en el
mismo juicio.
Hacemos notar que en este último caso la ley ha exigido que el
consentimiento del deudor se dé en el mismo juicio, puesto que de
lo contrario la renuncia al privilegio de la inembargabilidad sería
cláusula corriente en todo contrato de crédito minero.

352. Forma de obtener el pago de las deudas contraídas por el mine-


ro.103 Los acreedores que no estén en condiciones de hacer efectivo
su crédito en la pertenencia del deudor por ser inembargable, tienen
derecho a perseguir el pago de la deuda en los siguientes bienes y
en el orden que se indica:
a) Pueden embargarse los minerales ya arrancados de las labores
(art. 227).
Se entiende por minerales “arrancados” de las labores, según
lo dispone el artículo 72 del Reglamento, aquellos que ya han sido
separados del depósito natural del que formaban parte, lo que los
diferencia de los minerales “extraídos”, que son aquellos que, una
vez arrancados, han sido transportados desde el interior de la mina a
la superficie, o fuera del lugar en que fueron arrancados, tratándose
de explotaciones a cielo abierto (art. 73 Rglto.).
Entre los minerales arrancados de las labores, deben considerarse
también los desmontes;
b) Si el producto de los minerales arrancados de las labores no
alcanza para cubrir la deuda, podrá el acreedor pedir al juez que le
entregue la pertenencia en anticresis judicial o prenda pretoria, hasta
hacerse pago con los productos que rinda (art. 227).
La anticresis judicial o prenda pretoria consiste en la entrega
al ejecutante, bajo inventario solemne, de la cosa que es objeto de

103
Entendemos que estas normas sólo se aplican a la pertenencia, no obstante
la referencia genérica que hace al artículo 226 a la “concesión”.

262
DERECHOS DE LOS ACREEDORES

la ejecución para que la administre y se pague de la deuda con sus


frutos o productos (arts. 503 y sgtes. C. de Proc. Civil), y
c) No rindiendo la pertenencia productos bastantespara atender
a su explotación y a la cancelación del crédito, puede el acreedor
pedir al juez autorización para aviarla bajo su administración (avío
judicial), y tendrá derecho preferente para pagarse, no sólo de las
cantidades que invierta en este avío, con sus intereses corrientes,
sino también de su crédito primitivo (art. 228).
A la administración que efectúe el acreedor, tanto en el caso de
la anticresis judicial como en el del avío judicial, le son aplicables
las normas que sobre la administración de la pertenencia aviada
contemplan los artículos 215 y 216 (véanse Nos 341 y 343).
Entre la anticresis judicial o prenda pretoria y el avío judicial,
advertimos como diferencia que la primera envuelve la administra-
ción de la pertenencia, en tanto que el avío supone necesariamente
inversiones para hacerla producir.

353. La quiebra del minero. Debemos en esta materia distinguir si


la pertenencia es embargable o no lo es.
Tratándose de pertenencia inembargable, el artículo 230 señala
que, producida la quiebra, se debe requerir a los acreedores para
que ejerciten los derechos que la ley acuerda al ejecutante. Es decir,
aparte de que los minerales arrancados pasan a engrosar la masa de
la quiebra, puesto que se produce el desasimiento a su respecto, por
lo que toca a la pertenencia, sus accesorios y provisiones introducidas
en ella para su laboreo, por ser inembargables, los acreedores sólo
podrán obtener la entrega de la pertenencia en anticresis judicial y
en avío judicial para pagarse de sus acreencias.
Si la pertenencia está afecta a avíos inscritos, los aviadores gozan
de derecho preferente para tomarla bajo su administración y aviarla
en el orden en que corresponda, esto es, prefiriendo el más nuevo
al más antiguo, según lo hemos visto (art. 230, incs. 2º y 3º).
Si la pertenencia es embargable, enajenada que sea, los acreedores
se pagarán en conformidad a las reglas generales de la prelación y,
en consecuencia, los acreedores hipotecarios preferirán a los avia-
dores, teniendo en vista la norma del artículo 219, y estos últimos a
los acreedores valistas.

263
CAPÍTULO DECIMOSEXTO

LA COMPETENCIA Y EL PROCEDIMIENTO.
LOS PLAZOS

354. La competencia. El Código Orgánico de Tribunales en su ar-


tículo 45 Nº 2 letra b) ha dispuesto que a los jueces letrados en lo civil
les corresponde conocer “de las causas de minas, cualquiera que sea
su cuantía”. Por su parte, el artículo 231 confirma la regla anterior y
la precisa al señalar el ámbito de esa competencia, tanto tratándose
de los derechos mineros establecidos en el Código vigente como de
aquellos relacionados con la legislación que le precedió.
Al efecto, el artículo mencionado regula la competencia absoluta
del juez de letras en lo civil, disponiendo que éste es competente
para conocer:
1º) De todo asunto, contencioso o no contencioso, atinente al
pedimento, la manifestación, concesión de exploración o la pertenencia, y
2º) De todo asunto, contencioso o no contencioso, atinente a
concesiones administrativas o judiciales, en trámite o ya constituidas a
la fecha en que entró en vigencia el Código.
La competencia del juez de letras en lo civil está, pues, acota-
da a los asuntos relacionados con los bienes o derechos mineros
mencionados precedentemente, lo cual se entiende sin perjuicio
de otras normas del Código o de las especiales que las demás leyes
establecen (art. 231, inc. 3º).
Con todo, las causas de minas, esto es, aquellas en que se ventilan
derechos regidos, especialmente, por el Código de Minería, serán
siempre de la competencia del juez de letras en lo civil, por así dispo-
nerlo el artículo 45 Nº 2, letra b) del Código Orgánico de Tribunales,
no tomándose en cuenta el fuero de que gozan las partes para fijar
dicha competencia (art. 133 C. Orgánico de Tribunales).

265
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Por lo que respecta a la determinación de cuál, entre varios jue-


ces de igual jerarquía, es el competente para conocer del asunto, el
artículo 231 ha dado dos reglas muy simples de competencia relativa,
que hacen excepción a las que al respecto contempla el Código
Orgánico de Tribunales y que distinguen también entre derechos
mineros establecidos en el Código vigente y aquellos relacionados
con la legislación anterior.
Al efecto, la disposición legal mencionada expresa:
1º) Que para conocer de todo asunto, contencioso o no con-
tencioso, atinente al pedimento, la manifestación, la concesión de
exploración o la pertenencia, es competente el juez de letras en lo
civil en cuyo territorio jurisdiccional se encuentra ubicado el punto
medio señalado en el pedimento o el punto de interés indicado en la
manifestación, y
2º) Que para conocer de todo asunto, contencioso o no conten-
cioso, atinente a concesiones administrativas o judiciales, en trámite
o ya constituidas a la fecha en que entró en vigencia el Código, es
competente el juez de la ubicación de la concesión o, en su caso, el de la
ubicación del sitio o punto del hallazgo señalado en la manifestación.
Lo anterior es sin perjuicio de otras normas del Código, como
son, por ejemplo, las contenidas en los artículos 15, 18 y 19, o de
las especiales que las demás leyes establecen, como las de los artícu-
los 108 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales.
Fuera de los casos indicados precedentemente, la competencia
relativa se rige por las normas generales contenidas en los artícu-
los 134 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales. Igual ocurre
en las normas sobre “turno”, cuando hay varios jueces con la misma
jurisdicción territorial.

355. Competencia del Conservador de Minas. De acuerdo con lo dispuesto


en el artículo 232, y como ya hemos tenido ocasión de comentarlo, el
Conservador de Minas competente para practicar las inscripciones del
pedimento y la manifestación, es aquel en cuyo territorio está ubicado
el punto medio o el punto de interés, respectivamente.
En el mismo Conservador se deben practicar todas las otras inscrip-
ciones y las demás actuaciones que en cualquier forma se relacionan
con el pedimento y la concesión de exploración que de él deriva, y
con la manifestación y la pertenencia respectiva (art. 232, inc. 2º).
Por su parte, el artículo 74 del Reglamento establece que las
inscripciones que en cualquier forma se relacionencon pertenencias

266
LA COMPETENCIA Y EL PROCEDIMIENTO. LOS PLAZOS

constituidas o que se constituyan con arreglo anormas legales anteriores


al Código de 1983, se deben practicar en el mismo Conservador de
Minas que era competente para efectuarlas de conformidad con la
legislación que era aplicable al efecto.

356. Juicios de minas. Procedimiento. Regla general. El artículo 233


fija la regla general en materia de procedimiento al disponer que
todos los juicios en que se ventilen derechos especialmente regidos por
el Código o que recaigan sobre el pedimento, manifestación, concesión
de exploración o pertenencia, y que no tengan señalado otro procedi-
miento en este cuerpo legal, se tramitarán con arreglo a las normas
del juicio sumario.
En otras palabras, se aplica el procedimiento sumario respecto
de los juicios:
a) En que se ventilen derechos especialmente regidos por el
Código, y
b) En aquellos que recaigan sobre el pedimento, la concesión
de exploración, la manifestación y la pertenencia.
No se aplica el procedimiento sumario:
a) Si el juicio tiene señalado en el Código otro procedimiento,
como por ejemplo, los casos mencionados en el artículo 234, que
se tramitan por el procedimiento sumarísimo, y
b) Si el asunto no es de aquellos respecto de los cuales el artículo 233
ha dispuesto que se tramiten por el procedimiento sumario, como
serían los interdictos posesorios, juicios relacionados con el contrato
de pirquén, etc., en los que no se ventilan derechos especialmente
regidos por el Código y no recaen sobre el pedimento, la concesión
de exploración, la manifestación y la pertenencia.
Repitiendo la norma del artículo 681 del Código de Procedimien-
to Civil, el inciso 2º del artículo 233 expresa que, “iniciado el juicio
sumario, podrá pedirse y decretarse su continuación conforme a las
reglas del procedimiento ordinario, si existen motivos fundados para
ello. La solicitud en que se pida la sustitución del procedimiento se
tramitará como incidente”.

357. El procedimiento sumarísimo. Casos en que se aplica. En su


afán de evitar dilaciones en la resolución de los conflictos que se
plantean tan a menudo en la actividad minera y que la entorpecen
en su desarrollo, el Código contempló un procedimiento brevísimo,

267
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

y que por ello se denomina sumarísimo, para tramitar determinados


asuntos.
Así, dispuso dicho procedimiento para la tramitación de las
siguientes cuestiones (art. 234):
a) Las que derivan de la coexistencia de un mismo yacimiento de
sustancias concesibles y no concesibles (art. 9º, inc. 7º);
b) Las relativas al permiso que ha de obtenerse para catar y cavar
en terrenos de cateo reglamentado (art. 15, inc. 3º);
c) Las concernientes a la indemnización de los daños causados en
el ejercicio de la facultad de catar y cavar, cuando es el juez quien
otorga el correspondiente permiso (art. 16 Nº 3);
d) Las que miran a la procedencia y monto de las indemniza-
ciones por los daños causados con infracción al artículo 17 (art. 18,
inc. 1º);
e) Las que dicen relación con los perjuicios que puede causar el
Servicio con la ejecución de trabajos de geología (art. 21, inc. 1º);
f) Las atingentes a los daños que cause el concesionario de ex-
ploración con labores ejecutadas en concesión ajena (art. 108);
g) Las que dé origen la explotación separada de sustancias mine-
rales que no se consideran tales (art. 117);
h) Las que se susciten con motivo de la obligación de mantener
en pie hitos o linderos (art. 119);
i) Las relacionadas con acciones de nulidad, empates y reclamos
de acuerdos de las juntas de accionistas de las sociedades mineras
(arts. 184, 188 y 189);
j) Las relativas a la constitución, ejercicio y terminación de las
servidumbres reguladas por el Código, a las indemnizaciones corres-
pondientes y a las cauciones que procedan (art. 234, inc. 2º), y
k) La oposición a la reclamación a que se refiere el artículo 6º
transitorio.

358. Procedimiento sumarísimo. En qué consiste. El procedimiento


sumarísimo es el siguiente, de acuerdo con lo que al respecto dis-
pone el artículo 235:
1º) Deducida la demanda, debe citar el tribunal a la audiencia
del quinto día hábil después de la última notificación, ampliándose
este plazo si el demandado no está en el lugar del juicio, con todo
o parte del aumento que concede el artículo 259 del Código de
Procedimiento Civil;

268
LA COMPETENCIA Y EL PROCEDIMIENTO. LOS PLAZOS

2º) La audiencia se celebrará con sólo el que asista y en ella debe


recibirse la contestación y rendirse las pruebas. La parte que quiera
rendir prueba testimonial debe presentar, antes de las doce horas
del día anterior al de la audiencia, una lista de los testigos de que
piensa valerse;
3º) Si el juez lo estima conveniente, puede oír el informe de un
perito, nombrado en la misma audiencia por los interesados y, a
falta de acuerdo, por él. El juez debe fijar un plazo al perito para
que presente su informe;
4º) La sentencia debe dictarse dentro del quinto día contado
desde la fecha de la audiencia, o de la presentación del informe,
en su caso;
5º) La sentencia definitiva es apelable en el solo efecto devolutivo,
salvo que el juez, por resolución fundada no susceptible de apela-
ción, conceda el recurso en ambos efectos. Las demás resoluciones
son inapelables, y
6º) La apelación se tramita como en los incidentes y goza de pre-
ferencia para su vista y fallo.

359. Los plazos en el Código. Los plazos de días que se refieren a


actuaciones judiciales en asuntos contenciosos promovidos con arre-
glo al Código, se entienden suspendidos durante los días feriados
(art. 236).
No existiendo disposición expresa sobre el particular, el cómputo
de los plazos de meses y años que contempla el Código ha de efectuarse
de manera que lo dispone el artículo 48 del Código Civil.
Por otra parte, los plazos no se entienden suspendidos en los asun-
tos judiciales no contenciosos, promovidos con arreglo al Código.
Finalmente, de acuerdo con el artículo 237, son fatales los pla-
zos de que trata el Código, cuando al establecerlos se emplean las
palabras “en” o “dentro de”.

269
CAPÍTULO DECIMOSÉPTIMO

DISPOSICIONES GENERALES

360. Normas sobre el Boletín Oficial de Minería. De acuerdo con lo


que establece el artículo 238, el Boletín Oficial de Minería constituye
un suplemento especial del Diario Oficial y debe publicarse, conjunta
o separadamente con dicho Diario, el primer día hábil de cada mes
y los primeros días hábiles de cada semana. Sin embargo, esta dis-
posición se encuentra suspendida en su vigencia por los artículos 4º
y 2º transitorios del Código y Reglamento, respectivamente, por lo
que continúan vigentes, para los efectos de la edición del Boletín
Oficial de Minería, las normas contenidas en los artículos 222 y 242
del Código de Minería de 1932 y en el Título IX del Reglamento.
Dichas normas disponen que en cada departamento (comuna o agru-
pación de comunas) se debe editar esta publicación a cargo de la
respectiva Gobernación, publicaciones que se han ido anexando
hasta el grado de que no más de diez cubren el territorio nacional. A
falta de Boletín, el juez debe indicar el periódico, entre los de mayor
circulación, en que debe efectuarse la publicación respectiva.

361. Archivo de documentos, planos o croquis. Dice el artículo 239


que cuando el Código ordena archivar un documento, plano o
croquis, el funcionario respectivo debe cumplir esta disposición
agregándolo al libro correspondiente, en la misma forma en que los
notarios proceden en la protocolización de documentos públicos,
y debe expedir, también en esa forma, los certificados y copias que
se le soliciten.
Por su parte, el artículo 105 del Reglamento se remite, para estos
efectos, al artículo 239, citado, y agrega que, sin perjuicio de las obli-
gaciones de archivar a que se refieren el inciso final del artículo 87

271
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

y el inciso 1º del artículo 156 del Código, los Conservadores deben


archivar, además, la copia autorizada del pedimento, de la manifes-
tación, de las sentencias constitutivas y del acta de mensura, en su
caso, que hayan inscrito, y la copia simple de la escritura pública a
que se refiere el inciso segundo del artículo 191 del Código, una vez
que ésta haya sido anotada. Para el archivo de otros documentos,
se debe estar a lo dispuesto en el Reglamento del Registro Conser-
vatorio de Bienes Raíces.

362. Definiciones. Cada vez que el Código emplea las expresio-


nes “Ley Orgánica Constitucional”, se entiende que se refiere a la
Ley 18.097, Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mine-
ras, y cuando usa las expresiones “el Servicio”, se entiende que se
refiere al Servicio Nacional de Geología y Minería; y siempre que, en
cualquier forma, dispone que se indiquen coordenadas geográficas
o coordenadas U.T.M., tal obligación debe cumplirse señalando las
primeras con precisión de segundo, y las últimas con precisión de diez
metros. Con todo, la solicitud de sentencia de la concesión de explo-
ración, la solicitud de mensura de la pertenencia y las menciones de
coordenadas que corresponda hacer en las actuaciones posteriores
a dichas solicitudes, deben indicar las coordenadas U.T.M., y con
precisión de centímetros (art. 240).

363. Catastro Nacional de Concesiones Mineras. Por disposición del


artículo 241, es obligación del Servicio llevar el Catastro Nacional de
Concesiones Mineras, para cuya confección dicho Servicio debe man-
tener un Registro Nacional, en el cual se deben incluir las concesiones
cuyos vértices estén determinados en coordenadas U.T.M.
Por otra parte, con respecto de las concesiones cuyos vértices
no están determinados en coordenadas U.T.M., lo que suele ocu-
rrir con las constituidas con anterioridad al Código vigente, el
artículo 6º transitorio contempla el procedimiento que ha de se-
guirse para obtener la inclusión de estas concesiones en el referido
Registro Nacional de Concesiones Mineras. Dicho procedimiento
se encuentra en la actualidad terminado.
Sin perjuicio de lo antes expuesto, el Registro de que se trata se
debe llevar considerando exclusivamente las copias que los Conser-
vadores deben enviar al Servicio, en cumplimiento de la obligación
impuesta por el artículo 106 (art. 241, inc. final).

272
DISPOSICIONES GENERALES

364. Derogaciones. De acuerdo con lo que establece el artículo 244,


con la entrada en vigencia del Código ha quedado derogada toda
disposición legal o reglamentaria contraria o incompatible con sus
preceptos y, en especial, los textos legales y reglamentarios que
enumera dicho artículo.
Por su parte, el artículo 4º transitorio ha señalado que mientras
se dicte el Reglamento del Código y los demás que sean necesarios
para su aplicación, regirán el artículo 222 del Código de Minería de
1932, el Reglamento del mismo Código; el de Policía y Seguridad
Minera (D.S. 32, de 1969); el de Construcción y Operación de Tran-
ques de Relaves (D.S. 86, de 1970); el D.S. 221, sobre Normas para
Efectuar las Mensuras de Pertenencias Mineras, y los demás que se
hayan dictado para la aplicación del Código de 1932, en lo que no
se opongan al Código en vigor.
Sobre este particular, debemos señalar que el Reglamento del
Código se publicó con fecha 27 de febrero de 1987 (D.S. Nº 1, de 1986,
del Ministerio de Minería); el artículo 222 del Código de Minería de
1932 continúa recibiendo aplicación (véase Nº 360); el Reglamento
de Policía y Seguridad Minera fue reemplazado por el D.S. 72, de
1985, del Ministerio de Minería, y el D.S. 2.211 está contenido, con
las debidas adecuaciones, en el Reglamento del Código.

273
C A PÍ T U L O DE C I MO C TAVO

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Párrafo I
NORMAS RELATIVAS A SITUACIONES ESPECIALES

365. Generalidades. Las normas transitorias que pasaremos a estudiar


están contempladas en la Constitución Política, en la Ley 18.097,
Orgánica sobre Concesiones Mineras y en el Código de Minería.
Ellas se refieren a diversas materias relacionadas, principalmen-
te, con la subsistencia de las concesiones mineras constituidas con
anterioridad al Código; con la solución del problema creado con
la prohibición de constitución de concesiones superpuestas y con
la necesidad impuesta por el catastro de concesiones mineras, de
determinar en coordenadas U.T.M. los vértices de las pertenencias
mensuradas en coordenadas arbitrarias.
Aparte de las anteriores, también nos referiremos a otras situa-
ciones tratadas en las disposiciones transitorias del Código, aun
cuando algunas han perdido actualidad.
Por último, hacemos presente que el artículo 3º transitorio del
Código, que regula las relaciones de los titulares de pertenencias y
de concesiones administrativas de explotación superpuestas, no es
propiamente una norma transitoria y ella ya fue objeto de nuestro
estudio en el Nº 91.

366. Subsistencia de las concesiones mineras constituidas de acuerdo


con la legislación anterior. La Constitución Política, en su disposición
2ª transitoria, estableció que los derechos mineros subsistirían bajo
el imperio del nuevo Código de Minería, pero en cuanto a sus goces

275
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

y cargas y en lo tocante a su extinción, prevalecerían las normas del


nuevo Código. El artículo 1º transitorio de la Ley Orgánica repite
la norma anterior.
Por su parte, el artículo 2º transitorio de la Ley Orgánica man-
tuvo también la vigencia de las concesiones mineras superpuestas por
aplicación de los artículos 82 y 83 del Código de Minería de 1932,
excepto aquellas constituidas por el dueño del suelo sobre las sus-
tancias que le estaban reservadas en esa legislación (rocas, arenas
y demás materiales aplicables directamente a la construcción), que
lo hubieren sido superpuestas. Asimismo, mantuvo la vigencia de las
concesiones mineras superpuestas constituidas con anterioridad al
Código referido.
De otro lado, el artículo 3º transitorio de la Ley Orgánica mantu-
vo también la vigencia de las pertenencias sobre rocas, arenas y demás
materiales aplicables directamente a la construcción constituidas para
otra determinada aplicación industrial o de ornamentación, vigentes a la
fecha de publicación del nuevo Código de Minería. Consecuente
con la declaración de que estas sustancias no pueden ser objeto de
concesión minera bajo el nuevo Código, se declaró que, caducada
o extinguida la concesión, estas sustancias vuelven al dominio del
dueño del suelo. Si tales pertenencias fueren de éste, se entienden
caducadas de inmediato por el solo ministerio de la ley.104
Por último, el artículo 7º dispone que las pertenencias constituidas
sobre nitratos y sales análogas que se encuentren vigentes a la fecha
en que entró a regir el Código, subsisten como tales y, para todos los
efectos legales, se rigen por las disposiciones del Código en lo que
les sean aplicables. En cuanto a la obligación de amparo, ésta se les
hizo exigible desde el 1º de marzo de 1989.

367. Incorporación de sustancias minerales al objeto de otras perte-


nencias. En cumplimiento del mandato contenido en el artículo 2º
transitorio de la Ley Orgánica y considerando la prohibición de cons-
tituir pertenencias superpuestas, como también la necesidad de que
no queden sustancias minerales sin la posibilidad de ser explotadas,

104
A nuestro juicio, mantienen su vigencia las pertenencias constituidas por
el dueño del suelo sobre rocas, arenas y demás materiales aplicables directamente
a la construcción, ya que no hay disposición legal que las declare caducadas. Por
lo demás, así lo sostiene el informe técnico con que se acompañó a tramitación
legislativa el proyecto de Código de Minería.

276
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

el artículo 1º transitorio reglamenta la forma de determinar a cuál


de las pertenencias mineras vigentes ya superpuestas corresponde
extenderse el resto de las sustancias que no estaban concedidas, o
las que estaban concedidas a pertenencias que se extingan o cadu-
quen. También se reglamenta la forma en que se extiende el objeto
de la pertenencia vigente, si fuese una sola, a las sustancias que no
le estaban concedidas.
Para estos efectos, el carbón, el torio y el uranio se considera
que estaban comprendidos en el inciso 1º del artículo 3º del Código
de Minería de 1932, y que las sustancias señaladas en el artículo 4º
del mismo Código, excepto el petróleo en estado líquido o gaseoso,
estaban referidas en el inciso 2º del citado artículo 3º (art. 2º tran-
sitorio, inc. 3º LOC).
Lo anteriormente expuesto debe entenderse sin perjuicio de
las concesiones mineras que se constituyan por aplicación de lo
dispuesto en el inciso 2º del artículo 1º transitorio, concesiones que
se considerarán constituidas con anterioridad a las extensiones a
que nos hemos referido.
El carácter transitorio y casuístico de las normas contenidas
en el artículo 1º transitorio nos permite remitirnos a su texto, sin
necesidad de reproducirlo.

368. Derechos de la Comisión Chilena de Energía Nuclear y de la


Corporación de Fomento de la Producción y de otros titulares de
concesiones mineras. El artículo 4º transitorio de la Ley Orgánica y
el 2º transitorio del Código contienen diversas reglas relativas a los
derechos de la Comisión Chilena de Energía Nuclear y de la Corpo-
ración de Fomento de la Producción respecto de los yacimientos o
sustancias que dejan de estar reservados al Estado.
Las normas citadas disponen que dentro del plazo de 180 días,
contado desde la fecha de la publicación del Código, sólo la Co-
misión Chilena de Energía Nuclear podría presentar pedimentos o
manifestaciones respecto de torio o uranio, y sólo la Corporación de
Fomento de la Producción podría presentarlos respecto de nitratos y
sales análogas, yodo y compuestos químicos de estos productos, carbón en
el caso del artículo 219 del Código de 1932, o guano, que pasan a
ser concesibles. Las citadas instituciones sólo podrían ejercer estos
derechos respecto de dichas sustancias cuando no fueran objeto de
pertenencia o de concesión administrativa vigentes. A los titulares de
estas concesiones administrativas les sería aplicable lo dispuesto en

277
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

los incisos 2º y siguientes del artículo 2º transitorio y a los titulares


de esas pertenencias lo dispuesto en el artículo 7º transitorio.
El inciso 2º del artículo 2º transitorio regula la situación de los
titulares de concesiones judiciales para explorar, de los titulares de
concesiones administrativas para explorar o explotar y de los titula-
res de solicitudes de dichas concesiones. Dicha norma establece a
su respecto la obligación de presentar, dentro del mismo plazo de
180 días mencionado, manifestación o manifestaciones sobre la o
las sustancias concedidas o solicitadas, so pena de extinción de sus
derechos por el solo transcurso de ese plazo. Cuando abarcaren
el mismo terreno, esas manifestaciones preferirían entre sí según
las fechas en que se hayan presentado las respectivas solicitudes de
concesión, constituidas o en trámite.
Si una pertenencia resultante de lo expuesto precedentemente
quedare superpuesta a o por otra u otras, se aplicarían las nor-
mas sobre incorporación de sustancias minerales al objeto de otras
pertenencias (art. 1º transitorio) y las relativas a la coexistencia de
pertenencias superpuestas (art. 3º transitorio).
Las pertenencias que se constituyan en virtud de las normas
indicadas en este número tendrían por objeto, además, todas las
sustancias concesibles que existan en ellas. Sin em bargo, en la
parte correspondiente, la pertenencia sólo tendría por objeto la
o las sustancias señaladas en el inciso 1º del artículo 2º transitorio
que se hayan mencionado en la manifestación, o la o las sustancias
que fueron materia de la respectiva concesión o solicitud, cuando
aquélla quedare superpuesta a o por otra u otras pe rtenencias
constituidas o que se constituyan en virtud de manifestaciones o
de solicitudes de concesión, presentadas antes de la vigencia del
Código.
Finalmente, el inciso 2º del artículo 7º transitorio eximió a los
titulares de las concesiones y solicitudes de concesiones a que se
refiere el artículo 2º transitorio de la obligación de pagar tasa de
manifestación, con ocasión de la correspondiente manifestación o
manifestaciones.

369. Procedimientos de constitución de pertenencias pendientes a


la fecha de vigencia del Código. Los procedimientos de constitución
de pertenencias que estén pendientes a la fecha en que entre en
vigencia el Código, continúan rigiéndose por el Código de 1932. Sin
embargo, en aquellos procedimientos en los que no se ha iniciado

278
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

la operación de mensura en el terreno, debe emplearse para esta


operación el sistema de coordenadas U.T.M. (art. 5º transitorio).

Párrafo II
DETERMINACIÓN EN COORDENADAS U.T.M.
DE LOS VÉRTICES DE LAS PERTENENCIAS MINERAS105

370. Generalidades. Como sabemos, el Código ha dispuesto el em-


pleo del sistema de coordenadas U.T.M. para precisar la ubicación
en el terreno de la concesión minera, en trámite y constituida, para
evitar de esta manera incertidumbres en el derechoque se constituye
sobre los yacimientos mineros.
Ello es particularmente importante tratándose de la mensura
de las pertenencias mineras, pues se evitan los frecuentes conflictos
provocados por los defectos de los antiguos sistemas de medición
de las pertenencias.
El conocimiento de la exacta ubicación de las concesiones mineras
permite efectuar un catastro de ellas, cuya confección ha sido encar-
gada al Servicio, que debe mantener al efecto un Registro Nacional
de Concesiones Mineras, que debe incluir, entre otras menciones,
las coordenadas U.T.M. de las concesiones mineras.
Aun cuando antes de entrar en vigencia el Código ya estaba
en uso el sistema de coordenadas U.T.M. para la ejecución de la
mensura, la inmensa mayoría de las pertenencias constituidas en
conformidad a la legislación anterior no tenía sus vértices determi-
nados en tales coordenadas.
De ahí, entonces, que el artículo 6º transitorio provea las normas
que han debido seguirse para que queden determinados en coorde-
nadas U.T.M. los vértices de la cara superior de las pertenencias cons-
tituidas o que lleguen a constituirse en coordenadas arbitrarias.

371. Procedimiento contemplado al efecto. Dentro de los seis me-


ses siguientes al primer año de vigencia del Código, el Servicio ha
debido confeccionar y poner a disposición de los interesados roles
provisionales de pertenencias, por regiones o zonas, con los datos

105
Sólo de modo ilustrativo se hacen comentarios al procedimiento que estableció
el Código para fijar los vértices de las pertenencias constituidas con anterioridad a su
vigencia en las coordenadas U.T.M., puesto que el proceso se encuentra terminado.

279
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

que obren en su poder que permitan individualizar y ubicar las


pertenencias constituidas o que lleguen a constituirse con arreglo
a la legislación anterior a la vigente y que se hallen, total o parcial-
mente, en la región o zona correspondiente. Si el Servicio tuviera
las coordenadas U.T.M. de dichas pertenencias, las debe indicar
también (art. 6º transitorio, inciso 2º).106-107
Conviene tener presente que desde hace algunos años el Ser-
vicio ha estado efectuando un notable esfuerzo para determinar
las coordenadas U.T.M. de los vértices de las pertenencias que no
fueron constituidas con este sistema, de modo que cuenta con los
datos correspondientes a más de la mitad de ellas. Con todo, dicho
trabajo no empece a los titulares de esas pertenencias, quienes no
se encuentran obligados a aceptar la ubicación que resulte de esa
labor, lo que explica la existencia de las normas que siguen.
El hecho de encontrarse el rol provisional correspondiente a una
región o zona a disposición de los interesados en las oficinas del Ser-
vicio para que lo consulten o lo adquieran, debe ser anunciado por
el Servicio mediante avisos que se deben publicar en días distintos,
en el Boletín Oficial de Minería y, en igual forma, en dos diarios
diferentes de circulación nacional. Los seis avisos deben publicarse
dentro de un mismo mes calendario. Se entenderá que el rol pro-
visional ha quedado a disposición de los interesados en la fecha de
la última de esas publicaciones.

372. Actitudes que pueden adoptar los interesados. Los interesados


dispondrán del plazo que establezca el Presidente de la República,
el que no será inferior a seis meses, contado desde que el respectivo
rol provisional haya quedado a disposición de ellos, para:
1º) Incorporar al rol provisional sus pertenencias constituidas,
para lo cual deberán acompañar copia de la inscripción de su acta de
mensura y proporcionar las coordenadas U.T.M. de los vértices;
2º) Proporcionar las coordenadas U.T.M. de los vértices de sus
pertenencias, en el caso de que ellas no se hayan indicado en el rol
provisional, y

106
Debe tenerse presente que el plazo de seis meses indicado no es aplicable
al anuncio de encontrarse a disposición de los interesados el rol provisional men-
cionado en el inciso 3º del artículo 6º transitorio (art. 95, Ley 18.681).
107
Véase el D.S. 39 de 1985 del Ministerio de Minería, que reglamenta el
artículo 6º transitorio.

280
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

3º) Proporcionar coordenadas U.T.M. distintas de las indicadas


en el rol provisional, si ellas no están conformes con cualquiera de
las indicadas en este rol.
Las coordenadas U.T.M. que los interesados proporcionen con
arreglo a lo dispuesto más arriba deberán basarse en inscripciones
de actas de mensura o de reposición de linderos, o en anotaciones
conservatorias que acrediten la existencia de demasías. Todos los
interesados deberán indicar la manera como determinaron las
coordenadas, en la forma que señale el Reglamento (D.S. 39 de
1985).

373. Revisión por el Servicio de los antecedentes proporcionados


por los interesados. Vencido el plazo establecido por el Presidente
de la República para proporcionar los antecedentes referidos prece-
dentemente, el Servicio debe revisarlos conforme al procedimiento,
en el plazo y para las regiones o zonas que determine en cada caso
dicha autoridad y, según corresponda, procederá a:
1º) Eliminar del rol provisional respectivo las pertenencias que
en ese rol figuren sin coordenadas U.T.M., y respecto de las cuales
los interesados no las hayan proporcionado, lo cual comunicará a
los afectados.
2º) Inscribir en el Registro Nacional de Concesiones Mineras
a que se refiere el artículo 241, las pertenencias para las que el rol
provisional haya indicado coordenadas U.T.M., siempre que los
interesados no hayan proporcionado coordenadas distintas.
3º) Inscribir en el mismo Registro las pertenencias que en el
rol provisional figuraban con coordenadas U.T.M. distintas a las
proporcionadas por los interesados, siempre que el Servicio haya
aceptado éstas.
4º) Inscribir en el Registro las pertenencias incorporadas por los
interesados, siempre que el Servicio haya aceptado las coordenadas
proporcionadas por ellos.
5º) Comunicar a los interesados la incorporación de sus perte-
nencias al Registro, con indicación de las coordenadas proporcio-
nadas por ellos en reemplazo de las previamente señaladas en el rol
provisional, caso en el cual señalará, además, si esas coordenadas
fueron aceptadas o rechazadas por el Servicio.

281
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

6º) Comunicar a los interesados la incorporación de sus perte-


nencias al Registro, con indicación de las coordenadas que hayan
proporcionado y del hecho de haber sido éstas aceptadas o rechazadas
por el Servicio y, en este último caso, con mención de las coordenadas
U.T.M. estimadas por el Servicio o indicación de carecer el Servicio
de estimación sobre el particular.
Dentro de los treinta días siguientes al vencimiento del plazo fi-
jado por el Presidente de la República conforme al inciso cuarto del
artículo 6º transitorio, el Servicio debe efectuar las comunicaciones a
que se refieren los números 1º, 5º y 6º, mediante avisos que se deben
publicar en la misma forma establecida para la publicación del rol
provisional (véase Nº 371).

374. Reclamación de quienes se consideren afectados. Cualquier


interesado que se considere afectado por algunas de las decisiones
adoptadas por el Servicio en cumplimiento de las obligaciones
mencionadas en los números 1º a 6º del número anterior (Nº 373),
puede reclamar judicialmente en el plazo de un año, contado desde
la publicación del último aviso que contiene las comunicaciones a
que se refieren los números 1º, 5º y 6º del número referido.
El reclamo debe interponerse ante el juez de la ubicación
de la pertenencia;108 se notifica por avisos que se publican en
dos días distintos en el Boletín Oficial de Minería y será resuelto
oyendo a perito y con citación del Servicio y de todos aquellos
que pudieren resultar afectados si se acoge el reclamo. El Servicio
y los afectados tienen derecho a oponerse mientras no se dicte la
sentencia, y la oposición se tramita con arreglo al procedimiento
sumarísimo contemplado en el artículo 235. La sentencia no puede
dictarse antes de tres meses, contados desde la fecha de la última
publicación.
Las pertenencias cuyas coordenadas U.T.M. sean fijadas por
resolución judicial se deben inscribir en el Registro Nacional de
Concesiones Mineras. Si la indicada resolución no fija las coorde-
nadas U.T.M. de una pertenencia, ésta debe ser eliminada del rol
provisional (art. 6º transitorio, inc. 8º).

108
A raíz de la modificación que sufrió el artículo 231 por la Ley 18.681, la
referencia al inciso final de dicho artículo debe entenderse hecha al inciso 2º del
mismo artículo.

282
DISPOSICIONES TRANSITORIAS

375. Inscripción en el Registro Nacional de Concesiones Mineras.


Sus efectos. Las coordenadas U.T.M. de las pertenencias que se
inscriban en el Registro pasan a tener el carácter de definitivas y
determinan su ubicación para todos los efectos jurídicos.
Sin perjuicio de lo anterior, la indicación en el Registro Nacional
de Concesiones Mineras de las coordenadas U.T.M. de las perte-
nencias no importa reconocimiento de su existencia legal, ya que
el procedimiento que estamos analizando sólo dice relación con la
determinación de los vértices de las pertenencias en coordenadas
U.T.M., esto es, con su ubicación en el terreno.
Las pertenencias, que al término de los procedimientos señalados
en el artículo 6º transitorio analizado, no queden inscritas en el Re-
gistro Nacional de Concesiones Mineras, quedarán extinguidas por el
solo ministerio de la ley, en virtud de lo establecido en el inciso segundo
de la segunda disposición transitoria de la Constitución Política.

376. Vigencia del Código. El Código empezó a regir sesenta días


después de su publicación, hecho éste que tuvo lugar el día 14 de
octubre de 1983.
De conformidad con lo dispuesto en su artículo 19, la Ley Or-
gánica Constitucional sobre Concesiones Mineras entró en vigor
simultáneamente con el Código.

283
1. PERMISO PARA CATAR Y CAVAR EN TERRENOS
ABIERTOS Y CULTIVADOS Y EN TERRENOS
CERRADOS

En lo Principal, con el documento que acompaña, solicita el permiso


que indica; en el Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

................................................., de profesión..................................,
domiciliado en ................................................................., a US. res-
petuosamente digo:
Que deseando ejercitar la facultad de catar y cavar en te-
rrenos cerrados (abiertos y cultivados) del predio denomina-
do............................................................................., ubicado en ...................
Región, Provincia de ............................................., Comuna de .........
............................................, su propietario don ..................................
.............................................., de profesión ............................., domi-
ciliado en ..............................................., se ha negado a otorgarme
el permiso para efectuar dichas labores de investigación minera en
los indicados terrenos.
En estas circunstancias, y atendido lo dispuesto en el artículo 15
inc. 3º del Código de Minería, vengo en solicitar de S.S. se sirva otorgarme
el permiso para ejercitar la facultad de catar y cavar en el terreno cerrado
(abierto y cultivado) que, ubicado en el predio antes indicado, cubre
una superficie aproximada de ............ hectáreas y tiene los siguientes des-
lindes:...........................................……………………………………..
..............................................................................................................
..............................................................................................................
Acompaño un croquis que muestra la ubicación del terreno
para el cual estoy solicitando el correspondiente permiso para catar
y cavar.

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen los


artículos 15, 16 y 234 del Código de Minería, se sirva, previos los
trámites de rigor, otorgarme el permiso para catar y cavar en los
terrenos individualizados en lo principal.

287
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado patro-


cinante a D. .........................................................., domiciliado en
.............................................., Patente.............................., de la Muni-
cipalidad de ......................................., a quien confiero poder para
que me represente en esta gestión.

288
2. SOLICITUD PARA OBTENER PERMISO PARA
REALIZAR LABORES MINERAS EN LOS LUGARES
INDICADOS EN EL ARTÍCULO 17

Con los documentos que acompaña, solicita el permiso que indica.

Señor Gobernador: 1
................................................., de profesión .................................., de
nacionalidad ............................, de estado civil ......................., domici-
liado en ..........................................., en representación, según poder
que acompaño, de la sociedad .............................., de nacionalidad
.................................., domiciliada en ..................................................,
al Sr. Gobernador respetuosamente expongo:2
Que mi representada desea ejecutar labores mineras de .................
............ en un área ubicada en la ............................... Región, Provincia
de ................................................., Comuna de ..........................., que
tiene una superficie de ......................... hectáreas y cuya ubicación se
define por las siguientes coordenadas U.T.M.: Norte:.............................,
Este:.......................................................................................................
..............................................................................................................
..............................................................................................................
Acompaño un croquis en el que se indican la ubicación y confi-
guración del área en la que se realizarán las labores, su delimitación
y los antecedentes topográficos más conocidos y cercanos a ella.
El área en la cual se realizarán las labores mineras se encuentra
.................................................................... (indicar la naturaleza del
lugar o lugares mencionados en el artículo 17 del Código).
Las labores mineras que se efectuarán consistirán en ................
...........................; comprenderán ...................... metros de ...............
......................... y se ocuparán en ellas ...................... personas. Será
necesario construir en el terreno ...................... ............................ y
levantar las siguientes instalaciones ...................................................
......... Se estima una producción mensual3 de ..................................
toneladas de ........................

1
Según el lugar para el cual se desea obtener permiso, la solicitud deberá
dirigirse a la autoridad que corresponda.
2
Si el solicitante es persona natural debe indicarse, además, su profesión y
estado civil.
3
Si el permiso se pide para explotar.

289
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

En las labores no se producirán problemas que afecten la pre-


servación (del lugar) puesto que ......................................
..............................................................................................................
Acompaño copia autorizada de la escritura pública de fecha
.................................., otorgada en la Notaría de Santiago de D. ...
........................................., con la cual acredito mi personería para
representar a .....................................................

Por tanto,

Al Sr. Gobernador ruego, en mérito de lo expuesto y lo que dispo-


nen los artículos 17 del Código de Minería y 3º y siguientes de su
Reglamento, otorgar a mi representada el permiso solicitado, previos
los trámites de rigor.

290
3. GESTIÓN DE ANOTACIÓN DE DEMASÍA

En lo Principal, solicita se decrete, previo el informe que indica y con


citación de los colindantes, la anotación que señala; En el Primer
Otrosí, acompaña documentos; en el Segundo Otrosí, patrocinio
y poder.

S. J . L.

..................................................................................., de profesión .........


................................., domiciliado en .....................................................,
a US. respetuosamente digo:
Que al quedar constituida(s) la(s) pertenencia(s) ....................
............................, se produjo una demasía que ha accedido por el
ministerio de la ley a la pertenencia ....................................... de mi
propiedad, que es la primeramente manifestada, al haberlo sido con
fecha ....................................................................................................
.................................
Las coordenadas U.T.M. de la demasía son las siguientes:

Norte Este
L1
L2
L3

La inscripción de dominio a mi favor de las pertenencias .............


...................................... corre a fs. .............................. Nº .......................
del Registro de Propiedad correspondiente al año ..................., del
Conservador de Minas de ...................................................................
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 32 del Código de
Minería, deseo anotar al margen de la inscripción de dominio de
mi(s) pertenencia(s), antes citada(s), la existencia de la demasía.
Para lo cual solicito que, previo informe del Servicio Nacional de
Geología y Minería, se decrete dicha anotación, con citación de los
colindantes señores: .............................................., dueño de la(s)
pertenencia(s) .................................., con domicilio en ...................
...............; don .................................., dueño de la(s) pertenencia(s)
.................................., con domicilio en ..................................; don .......
..........................., dueño de la(s) pertenencia(s) ..................................;

291
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

con domicilio en ..................................; don ..................................,


dueño de la(s) pertenencia(s) .................................., con domicilio
en .......................................

Por tanto,

A US. ruego se sirva, previo informe del Servicio, y de acuerdo a


lo dispuesto en los artículos 32 del Código de Minería y 12 de su
Reglamento, decretar, con citación de los colindantes, la anota-
ción al margen de la inscripción de dominio de mis pertenencias
.......................................... la existencia de la demasía y el archivo
del plano, oficiándose al efecto al Sr. Conservador de Minas de
.........................................

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados los siguientes


documentos.
1. Copia autorizada de la inscripción de dominio de mis pertenen-
cias ......................................., con certificado de vigencia;
2. Copia autorizada de la inscripción de la manifestación de mis
pertenencias ........................................... y copia autorizada de la
inscripción de la manifestación de las pertenencias ..................
................, ....................................., .................................., con lo
que demuestro que mis pertenencias fueron las manifestadas
primero, y
3. Plano a escala 1:5.000 que representa la demasía y las pertenen-
cias contiguas.

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado pa-
trocinante y confiero poder para que me represente en esta gestión al
abogado D. ........................................... ...................................., Patente
.................................. de la Municipalidad de ......................................
.................., domiciliado en ............................................................

292
4. ESCRITO DE PEDIMENTO

En lo Principal, pedimento; en el Otrosí, acompaña documento.

S. J . L.

....................................., de nacionalidad .................................., de


profesión ......................................., domiciliado en .............................
.............. y de estado civil .................................., en representación de
.................................., de nacionalidad ..............................., domiciliada
en .........................................,1 a US. respetuosamente digo:
Que mi representada desea efectuar trabajos de investigación
minera en la ......................................... Región, Provincia de ............
......................, por lo que vengo en solicitar para ella la constitución
de una concesión de exploración que se denominará .....................
..................................
El punto medio está ubicado en la Provincia de .........................
.............. y tiene las siguientes coordenadas U.T.M.: Norte: .............
.................; Este: ...............................2-3

La superficie de la concesión de exploración es de ............. hectáreas


encerradas en un cuadrado de .................. metros por lado, orientados
dos de ellos con rumbo U.T.M. norte sur. (Si el terreno pedido es el
comprendido en un rectángulo, debe señalarse la longitud de los lados
y cuáles de éstos tendrán orientación U.T.M. norte sur).

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen los


artículos 43 y 46 del Código de Minería y 14 inciso 2º, 16 y 17 de su

1
Si el pedimento lo hace una persona natural a su nombre, deberá indicarse,
aparte de éste, su nacionalidad y domicilio, su profesión, oficio y estado civil.
2
Si en el pedimento las coordenadas U.T.M. no se encuentran referidas explí-
citamente a un Datum, se entiende que lo están al “Datum Provisorio Sudamericano
La Canoa 1956. Elipsoide Internacional de Referencia 1924”, salvo cuando el punto
medio se encuentre ubicado al sur de los 43º30’00” de latitud sur, caso en el cual se
entenderá que ellas están referidas al “Datum Sudamericano CHUA. Brasil 1969.
Elipsoide Sudamericano de Referencia 1969”.
3
La ubicación del punto medio puede también describirse indicando la
provincia en que se encuentra y sus coordenadas geográficas, con precisión de
segundo.

293
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Reglamento, se sirva tener por presentado este pedimento y acogerlo


a tramitación, ordenando su inscripción y publicación y, en defini-
tiva, declarar constituida en favor de .................................................
la concesión de exploración ................................................

Otrosí: Sírvase US. tener por acompañada copia autorizada de la


escritura pública de fecha ............................. otorgada en la Notaría
de Santiago de D. ................................................. con la cual acredito
mi personería para representar a ......................................................

294
5. ESCRITO DE MANIFESTACIÓN

En lo Principal, manifestación minera; Otrosí, acompaña docu-


mento.

S. J . L.

............................................ de nacionalidad ..................................,


de profesión ............................., estado civil ..................................,
domiciliado en .................................., en representación de .............
....................., de nacionalidad .................................. domiciliada en
.................................., 1 .................................., a US. respetuosamente
digo:
Que en la ..................... Región, Provincia de ........................, he
encontrado sustancias minerales concesibles. El punto de interés está
ubicado en la Provincia de .................................. y tiene las siguientes
coordenadas U.T.M.: Norte, ..................; Este, .............................2 - 3- 4
Por el presente escrito vengo en manifestar el yacimiento y solici-
tar para mi representada la constitución de ..................................
pertenencias de ................. hectáreas cada una con el nombre de
“..................................” a “..................................”, las que cubren una
superficie de……..................................... hectáreas, encerrada en un
cuadrado de ................... metros por lado, orientados dos de ellos
con rumbo U.T.M. Norte Sur.
(Si el terreno manifestado es el comprendido en un rectángulo,
debe señalarse la longitud de los lados y cuáles de éstos tendrán
orientación U.T.M. Norte Sur.)

1
Si la manifestación la hace una persona natural a su nombre, deberá indicarse,
aparte de éste, su nacionalidad y domicilio, su profesión u oficio y estado civil.
2
Si en la manifestación las coordenadas U.T.M. no se encuentran referidas
explícitamente a un Datum, se entiende que lo están al “Datum Provisorio Sudame-
ricano La Canoa 1956. Elipsoide Internacional de Referencia 1924”, salvo cuando
el punto de interés se encuentre ubicado al sur de los 43º30’00” de latitud sur, caso
en el cual se entenderá que ellas están referidas al “Datum Sudamericano CHUA.
Brasil 1969. Elipsoide Sudamericano de Referencia 1969”.
3
Si la superficie total del grupo de pertenencias solicitadas no excede de 100
hectáreas, la ubicación del punto de interés podrá describirse indicando sus señales
más precisas y características, el nombre del predio o del asiento mineral en que
se encuentra y el de la provincia en que está situado.
4
La ubicación del punto de interés puede también describirse indicando la
provincia en que se encuentra y sus coordenadas geográficas, con precisión de
segundo.

295
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen los


artículos 44, 45 y 46 del Código de Minería y 16 y 17 de su Regla-
mento, se sirva tener por hecha la presente manifestación, acogerla a
tramitación ordenando su inscripción y publicación y, en definitiva,
declarar constituidas en favor de mi representada las pertenencias
mineras ......................................

Otrosí: Sírvase US. tener por acompañada copia autorizada de la


escritura pública de fecha .................................. otorgada en la Notaría
de Santiago de D. ................................................... con la cual acredito
mi personería para representar a .................................................

296
6. ESCRITO DE MANIFESTACIÓN EN USO DEL
DERECHO QUE OTORGA UNA CONCESIÓN
DE EXPLORACIÓN

En lo Principal, manifestación minera en uso del derecho que indica;


en el Primer Otrosí, acompaña documentos; en el Segundo Otrosí,
patrocinio y poder.

S. J . L.

.........................................., de nacionalidad .................................., de


profesión ................................, estado civil ............................., domi-
ciliado en ............................................, en representación de .............
............................., de nacionalidad ..........................., domiciliada en
..............................................., 1 a US. respetuosamente digo:
Que en uso del derecho que le otorga a mi representada la cir-
cunstancia de ser titular de la concesión de exploración constituida
y vigente denominada ..........................................., cuya sentencia
constitutiva se encuentra inscrita a fs. ............... Nº .................... del
Registro de Descubrimientos correspondientes al año ................, del
Conservador de Minas de .........................................., vengo en mani-
festar para mi representada un yacimiento de sustancias minerales
concesibles. En esta forma la fecha de presentación de esta manifes-
tación será el ................... de ........................... de ................................,
que es la fecha en que se presentó el pedimento que dio origen a la
concesión de exploración.........................................
El punto de interés de esta manifestación se encuentra en la
.......................... Región, Provincia de ..........................., y sus coorde-
nadas U.T.M. son las siguientes: Norte, ...............; Este, ........... 2-3-4
1
Si la manifestación la hace una persona natural a su nombre, deberá indicarse,
aparte de éste, su nacionalidad y domicilio, su profesión u oficio y estado civil.
2
Si en la manifestación las coordenadas U.T.M. no se encuentran referidas
explícitamente a un Datum, se entiende que lo están al “Datum Provisorio Sudame-
ricano La Canoa 1956. Elipsoide Internacional de Referencia 1924”, salvo cuando
el punto de interés se encuentre ubicado al sur de los 43º30’00” de latitud sur, caso
en el cual se entenderá que ellas están referidas al “Datum Sudamericano CHUA.
Brasil 1969. Elipsoide Sudamericano de Referencia 1969”.
3
Si la superficie total del grupo de pertenencias solicitadas no excede de 100
hectáreas, la ubicación del punto de interés podrá describirse indicando sus señales
más precisas y características, el nombre del predio o del asiento mineral en que
se encuentra y el de la provincia en que está situado.
4
La ubicación del punto de interés puede también describirse indicando la
provincia en que se encuentra y sus coordenadas geográficas, con precisión de
segundo.

297
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Dentro de los límites de la concesión de exploración antes men-


cionada, solicito para mi representada la constitución de .................
................. pertenencias de .................................. hectáreas cada una,
con el nombre de “.......................................” a “..................................”
que cubren una superficie de .............. hectáreas, encerradas en un
cuadrado de .................. metros por lado, orientados dos de ellos
con rumbo U.T.M. Norte Sur.
(Si el terreno manifestado es el comprendido en un rectángulo,
debe señalarse la longitud de los lados y cuales de éstos tendrán
orientación U.T.M. Norte Sur.)

Por tanto,

A US. ruego en mérito de lo expuesto y de lo que disponen los artícu-


los 41, inc. 2º, 44, 45 y 46 del Código de Minería y 15, 16, 17 y 18 de
su Reglamento, se sirva tener por hecha, en uso del derecho que a
mi representada otorga la concesión de exploración .......................
..........., la presente manifestación, la que tiene como fecha aquella
en que se presentó el pedimento que dio origen a dicha concesión;
acogerla a tramitación ordenando su inscripción y publicación y,
en definitiva, declarar constituidas en favor de mi representada las
pertenencias mineras ...........................................

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañada copia autorizada


de la inscripción de la sentencia constitutiva de la concesión de
exploración .................................. a cuyo respecto se hace uso del
derecho que confiere el artículo 41, inc. 2º del Código de Minería,
con sus anotaciones marginales y subinscripciones y con certificado
de vigencia. (Si la concesión hubiere sido transferida o transmitida,
debe acompañarse, además, copia autorizada de la inscripción de
dominio que esté vigente). Acompaño también copia autorizada de
la escritura pública en que consta mi personería para representar a
.........................................

Segundo Otrosí: Sírvase Usía tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder a D...................................... ...............
......................., Patente Nº ......................... de la Municipalidad de ..
................................, con domicilio en ..............................................

298
7. ESCRITO DE SOLICITUD DE SENTENCIA
CONSTITUTIVA DE CONCESIÓN DE EXPLORACIÓN

En lo Principal, se dicte la sentencia constitutiva de la concesión de


exploración que indica; en el Primer Otrosí, acompaña documentos;
en el Segundo Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

....................................................,1 de profesión ............................., do-


miciliado en ......................................., en representación de ................
........................, domiciliada en .................................., en el expediente
de constitución de la concesión de exploración ..................................,
Rol ........................., a US. respetuosamente digo:
Que estando dentro del plazo legal, vengo a solicitar a US. se
sirva dictar la sentencia constitutiva de la concesión de explora-
ción “..................................”, que comprende una superficie total de
..................... hectáreas.2-3
La concesión solicitada comprende un rectángulo de .....................
metros de largo con rumbo U.T.M. Norte-Sur, por .................... metros
de ancho con rumbo U.T.M. Este-Oeste (o un cuadrado de ....................
metros por lado). Los vértices de la cara superior de la concesión y
el punto medio tienen las siguientes coordenadas U.T.M.:

Norte Este
Punto Medio
V1
V2
V3
V4

1
Si los peticionarios fueren varios, cualquiera de ellos puede solicitar la dic-
tación de la sentencia constitutiva.
2
En la solicitud se puede abarcar todo o parte del terreno pedido, pero, en
ningún caso, terrenos situados fuera de éste.
3
Cuando la superficie abarcada por la solicitud de sentencia comprende te-
rrenos ubicados en ambos lados del Meridiano 72º, las coordenadas de sus vértices
deberán expresarse en valores de coordenadas correspondientes al Huso en que se
encuentre la mayor proporción de la superficie solicitada, debiendo, si es el caso,
convertirse las coordenadas del punto medio a las correspondientes a ese Huso. Si
la superficie solicitada tiene la misma proporción en ambos Husos las coordenadas
quedarán referidas al Huso correspondiente al punto medio.

299
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

El punto medio está ubicado,4 en las coordenadas U.T.M. ya


señaladas, en el centro del rectángulo (cuadrado) pedido, a una
distancia de ................. metros y rumbo ................... grados desde
el vértice.....................

El rumbo indicado es U.T.M. centesimal y la distancia y longi -


tudes son U.T.M. expresadas en metros. Las coordenadas U.T.M.
están referidas al Datum Sudamericano Provisorio La Canoa 1956,
Elipsoide Internacional de Referencia 1924, Huso .................

Por tanto,

A US. ruego se sirva, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 55 y


siguientes del Código de Minería y 21 y 22 del Reglamento de dicho
Código, tener por solicitada la sentencia constitutiva de la concesión
de exploración “.........................” y, previo el informe del Servicio,
dictar la correspondiente sentencia constitutiva.

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados los siguientes


documentos:
1. Comprobante de pago de la tasa de pedimento;
2. Comprobante de pago de la patente proporcional;
3. Copia autorizada de la inscripción del pedimento;
4. Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se publicó
esa inscripción, y
5. Plano en que se señalan la configuración de la concesión,
las coordenadas de sus vértices y la relación, en rumbo y distancia,
del vértice ........................... hacia el punto medio. 5

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado patro-
cinante y confiero poder a don....................................................................,
Patente .......................... de la Municipalidad de ..................................,
domiciliado en ....................................................................

4
Cuando en el pedimento se haya ubicado el punto medio en coordenadas
geográficas, se aplicarán a las coordenadas U.T.M. a que se refiere el artículo 55 del
Código de Minería, lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 16 del Reglamento.
5
La escala y características del plano están señaladas en el artículo 22 del
Reglamento.

300
8. ESCRITO DE SOLICITUD DE MENSURA

En lo Principal, solicita la mensura de las pertenencias que indica;


en el Primer Otrosí, acompaña documentos; en el Segundo Otrosí,
perito; en el Tercer Otrosí, patrocinio y poder.

S.J.L.

...............................................,1 de profesión ................................, do-


miciliado en ....................................., en representación de ...............
..........................., domiciliada en ....................................., en el expe-
diente de la constitución de las pertenencias .....................................,
Rol ........................, a US. respetuosamente digo:
Que estando dentro del plazo legal, vengo en solicitar la mensura
de las pertenencias “........................................”
Las coordenadas U.T.M. del punto de interés y de los vértices
que conforman el perímetro a mensurar, expresadas con precisión
de centímetros, son las siguientes:

Norte Este
Punto de Interés
L1
L2
L3
L4
El punto de interés se ubica en las coordenadas U.T.M. Norte,
............................; Este, ............................ y el vértice ................... del
perímetro se ubica a una distancia de .................... metros del punto
de interés, medido hacia este último con rumbo U.T.M. ..............
grados centesimales.
Las coordenadas están referidas al Elipsoide Internacional de
1924, Datum Provisorio Sudamericano La Canoa 1956, Huso .......
........................... La mensura tendrá la forma de un rectángulo de
.................................. metros de largo con rumbo U.T.M. Norte-Sur
por .................................. metros de ancho con rumbo U.T.M. Este-
Oeste (o un cuadrado de .................... metros por lado). Cada una de

1
Si los manifestantes fueren varios, cualquiera de ellos puede solicitar la
mensura.

301
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

las pertenencias de este grupo medirá2 .................... metros de largo


por ......................... de ancho y tendrá ........................ hectáreas de
superficie y se mensurarán ............................ pertenencias. La super-
ficie total que se mensurará es de .................... hectáreas.3-4-5 En la
vecindad existen constituidas las pertenencias .............................. de
propiedad de ........................................... Las medidas y la distancia
precedentes están referidas a la Proyección U.T.M.

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto, y de lo que disponen los


artículos 59 y 60 del Código de Minería y 23 y siguientes del Regla-
mento de dicho Código, se sirva tener por solicitada la mensura
de las pertenencias .................................. y ordenar su publicación,
dejando testimonio de la fecha en que la respectiva manifestación
fue presentada (o se tiene por presentada, en su caso), fecha que
es la siguiente: ............................

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados los siguientes


documentos:
1. Comprobante de pago de la tasa de manifestación;
2. Comprobante de pago de la patente proporcional;
3. Copia autorizada de la inscripción de la manifestación;
4. Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se publicó
esa inscripción, y

2
Debe indicarse el largo y ancho de la pertenencia o de cada una de ellas.
3
En la solicitud se puede abarcar todo o parte del terreno solicitado, pero,
en ningún caso, terrenos situados fuera de éste.
4
Cuando la superficie abarcada por la solicitud de mensura comprende te-
rrenos ubicados en ambos lados del Meridiano 72º, las coordenadas de sus vértices
deberán expresarse en valores de coordenadas correspondientes al Huso en que se
encuentre la mayor proporción de la superficie solicitada, debiendo, si es el caso,
convertirse las coordenadas del punto de interés a las correspondientes a ese Huso.
Si la superficie solicitada tiene la misma proporción en ambos Husos las coordenadas
quedarán referidas al Huso correspondiente al punto de interés.
5
Cuando la manifestación haya descrito la ubicación del punto de interés en
la forma señalada en el artículo 45 del Código y no se hayan indicado coordena-
das U.T.M., la solicitud deberá indicar las coordenadas U.T.M. que correspondan
a esa ubicación con precisión de centímetros y también cuando la manifestación
haya ubicado el punto de interés en coordenadas geográficas, a las coordenadas
U.T.M. que exige el inciso 2º del artículo 59 del Código, se aplicará lo dispuesto
en el inciso 2º del artículo 16 del Reglamento.

302
ANEXOS

5. Plano en que se señala la configuración del grupo de perte-


nencias (o de la pertenencia), las coordenadas de cada uno de los
vértices del perímetro y la relación en rumbo y distancia del vértice
...................... con el punto de interés.6

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo perito para
ejecutar la mensura a D. ........................................

Tercer Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder a don................................ ..............
..........................., Patente .......................... de la Municipalidad de
.................................., domiciliado en ......................

6
La escala y demás características del plano están señaladas en el artículo 25
del Reglamento.

303
9. ESCRITO DE OPOSICIÓN A LA MENSURA.
CAUSAL 1ª ART. 61

En lo principal, se opone a la mensura de las pertenencias que in-


dica; en el Primer Otrosí, acompaña documentos y en el Segundo
Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

..................................................., de profesión ...............................,


domiciliado en ......................................., en representación de ........
.................................., domiciliada en ........................................, en el
expediente de constitución de las pertenencias “..................................”,
Rol .................................., a US. respetuosamente digo:
Que vengo en deducir demanda de oposición a la mensura de
las pertenencias “.................................”, de propiedad de ................
.............................., de profesión .................................., domiciliado
en ..............................................., fundado en las consideraciones
que siguen:
El demandado D. .............................................., ha solicitado men-
sura de las pertenencias ........................................, la que cubre la
totalidad de (parte de) los terrenos ya ocupados por el pedimento 1
de mi representada denominado ................................................, el
que corre inscrito a fs. ..................... Nº ..................... del Registro de
Descubrimientos correspondiente al año .................., del Conservador
de Minas de ...................................................
Lo anterior queda en evidencia si se considera queel pedimento2
de mi representada tiene3 como punto medio el correspondiente a las
coordenadas U.T.M. Norte, .....................; Este, ..................................;

1
Tratándose de la oposición fundada en concesión de exploración constituida
o en trámite, se indicará que se trata de una concesión de exploración constituida
o, en su caso, de una concesión de exploración en trámite.
2
Tratándose de la oposición fundada en concesión de exploración constituida
o en trámite, se indicará que se trata de una concesión de exploración constituida
o, en su caso, de una concesión de exploración en trámite.
3
Tratándose de una concesión de exploración constituida o en trámite en
lugar del punto medio, se indicarán las coordenadas U.T.M. de sus vértices para
permitir la comparación con las coordenadas U.T.M. de los vértices de la perte-
nencia o grupo de pertenencias cuya mensura se ha solicitado y a cuyo respecto
se deduce oposición.

304
ANEXOS

comprende una superficie de ................... hectáreas, y tiene la forma


de un cuadrado de ..................... metros por cada lado (rectángulo de
................. metros de largo Norte-Sur por .............. metros de ancho
Este-Oeste), en circunstancias que, como se lee en la solicitud de
mensura de las pertenencias ...................................................., con
éstas se pretende ocupar la totalidad (parte) del mismo terreno,
ya que las coordenadas U.T.M. de los vértices del perímetro de la
mensura pedida son las siguientes:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

La superposición indicada queda en evidencia, como así apa-


rece, por lo demás, del croquis que acompaño en el primer otrosí
de este escrito.
Atendido el hecho de que el pedimento de mi representada
fue presentado en una fecha anterior a la manifestación de las per-
tenencias del solicitante de mensura, como consta de la copia que
acompaño en el primer otrosí, vengo en oponerme a esa mensura
porque lesiona mis derechos de peticionario antelado.

Por tanto,

A US. ruego se sirva tener por interpuesta demanda en juicio sumario


de oposición a la mensura de las pertenencias ..................................,
de propiedad de D. .................................., ya individualizado, acogerla
a tramitación y con su mérito, y de acuerdo con lo dispuesto en los
artículos 61 Nº 1, 64, 68 y siguientes y 233 del Código de Minería, 254,
680 y siguientes del Código de Procedimiento Civil y demás disposi-
ciones legales pertinentes, acogerla en todas sus partes, declarando
que el demandado no puede mensurar dentro del perímetro del
pedimento4 .................................. de mi representada, con expresa
condenación en costas.

4
Si se trata de una concesión en trámite o constituida debe así indicarse.

305
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados, en parte de


prueba y con citación, los siguientes documentos:
1. Copia auténtica del pedimento (en su caso, además, copia
auténtica de la solicitud de sentencia o de la sentencia constitutiva
o de la resolución que acogió la prórroga del plazo de la conce-
sión).
2. Croquis firmado por el ingeniero (o perito). D. ................
................................... que representa la colisión de los derechos y
las pretensiones de ambas partes en el terreno.
3. Copia autorizada de la escritura pública que acredita mi
personería para representar a ......................................

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder a D. ............................... .....................
........................, Patente Nº ..................., de la Municipalidad de .......
..........................., con domicilio en ....................................................

306
10. ESCRITO DE OPOSICIÓN A LA MENSURA.
CAUSAL 2ª ART. 61

En lo Principal, se opone a la mensura de las pertenencias que in-


dica; en el Primer Otrosí, solicita mensura;1 en el Segundo Otrosí,
acompaña documentos y en el Tercer Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

.................................................., de profesión .............................., do-


miciliado en ..........................................., en representación de .........
............................., domiciliada en ..................................., en el expe-
diente de la constitución de las pertenencias “..................................”,
Rol .................................., a US. respetuosamente digo:
Que vengo en deducir demanda de oposición a la mensura
de las pertenencias “.....................................”, de propiedad de D.
......................................, de profesión .................................., domici-
liado en ........................................, fundado en las consideraciones
que siguen:
El demandado D. ......................................., ha solicitado men-
sura de las pertenencias ....................................., las que cubren la
totalidad (o parte) de los terrenos ya ocupados por la manifesta-
ción de las pertenencias “..................................”, de mi representa-
da, cuya mensura solicito en el primer otrosí, y que corre inscrita
a fs. .................. Nº .................... del Registro de Descubrimientos
correspondiente al año ..............., del Conservador de Minas de
...........................................
Lo anterior queda en evidencia si se considera que la solicitud
de mensura de las pertenencias de mi representada, contenida en el
primer otrosí del presente escrito, tiene las siguientes coordenadas
U.T.M. para los vértices del perímetro del grupo:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

1
Si ya se ha solicitado mensura, en el otrosí debe solicitarse acumulación de
autos.

307
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Al comparar la ubicación de las pertenencias de mi representada


con la ubicación de las pertenencias .......................... del demandado,
según la solicitud de mensura de estas últimas, aparece clarísima-
mente que estas últimas ocupan el mismo terreno (parte del mismo
terreno) de las primeras, puesto que las coordenadas U.T.M. de los
vértices del perímetro de las pertenencias del demandado, son las
siguientes:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

La superposición indicada aparece, pues, evidente, lo cual, por


lo demás, se aprecia gráficamente en el croquis que acompaño en
el primer otrosí de este escrito.
En virtud de que mi representada goza de derecho preferente
para mensurar ya que su manifestación es de fecha anterior a la
manifestación de las pertenencias.......................................................
que se pretende mensurar, lo cual consta de la copia auténtica de
la manifestación de las pertenencias de mi representada, vengo en
oponerme a esa mensura y en solicitar se reconozca a mi represen-
tada la preferencia para mensurar sus pertenencias .......................
.....................

Por tanto,

A US. ruego se sirva tener por interpuesta demanda en juicio sumario


de oposición a la mensura de las pertenencias ..................................,
de propiedad de D. .................................., ya individualizado, darle
tramitación y con su mérito y de acuerdo con lo dispuesto en los
artículos 61 Nº 2, 62 y siguientes y 233 del Código de Minería, 254,
680 y siguientes del Código de Procedimiento Civil y demás disposi-
ciones legales pertinentes, acogerla en todas sus partes, reconociendo
el derecho preferente que asiste a mi representada para mensurar
sus pertenencias .................................. en la forma que solicito en el
primer otrosí, todo con expresa condenación en costas.

Primer Otrosí: (Solicitud de mensura) Ver formulario Nº 8.

308
ANEXOS

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados en parte de


prueba y con citación los siguientes documentos:
1. Copia auténtica de la manifestación .................................., de
propiedad de mi representada.
2. Croquis firmado por el ingeniero (o perito) D. .................... que
representa la colisión de las pretensiones del demandado y las
de mi parte respecto del terreno manifestado y solicitado en
mensura.
3. Copia autorizada de la escritura pública que acredita mi perso-
nería para representar a .........................................

Tercer Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado pa-
trocinante y confiero poder a D. .........................................., Patente
Nº ..................., de la Municipalidad de .........................., con domicilio
en.....................................................................

309
11. SOLICITUD DE CADUCIDAD POR
PARALIZACIÓN DEL JUICIO DE OPOSICIÓN

En lo Principal, solicita se declare, previo el certificado que indica,


la caducidad de las pertenencias mineras en trámite que señala; en
el Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

................................................, de profesión ...............................,


domiciliado en ............................................., en el expediente de
constitución de las pertenencias “...........................................”, Rol
.................................., a US. respetuosamente digo:
Que en estos autos se ventila un juicio 1 de oposición a la men-
sura de las pertenencias mineras .................................., entablado
por D. ......................................., que alega derecho preferente para
mensurar sus pertenencias .................................., fundado en que la
manifestación de sus pertenencias es anterior a la manifestación de
las pertenencias del demandado.
Ahora bien, el juicio referido ha estado paralizado por un lapso
superior a tres meses, según consta de autos, no habiendo practi-
cado ninguna de las partes diligencias útiles destinadas a dar curso
a dicho juicio.
En estas circunstancias, y atendido lo dispuesto en el artículo 70
del Código de Minería, procede que S.S., previo certificado del Sr.
Secretario, declare la caducidad de los derechos de ambas partes y
ordene cancelar las respectivas inscripciones en el Conservador de
Minas competente.

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y de lo que dispone el ar-


tículo 70 del Código de Minería, declare, con el solo mérito del

1
Los juicios a que se refiere esta solicitud de caducidad pueden también tener
lugar respecto de un pedimento, una concesión de exploración en trámite y de
una concesión de exploración constituida en relación con una o más pertenencias
cuya solicitud de mensura los afecte. La declaración de caducidad afecta a ambas
partes, salvo en el caso que la oposición se funde en concesión de exploración
constituida, ya que ésta no caduca.

310
ANEXOS

certificado del Sr. Secretario, la caducidad de las pertenencias en


trámite .................................. y .................................. y ordene cancelar
las inscripciones practicadas en relación con ellas en el Conservador
de Minas competente.

Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado patroci-


nante y confiero poder a D. .................................................., Patente
Nº ..............., de la Municipalidad de..............................................,
con domicilio en ...............................................

311
12. SOLICITUD DE CADUCIDAD POR
PARALIZACIÓN DE LOS TRÁMITES DE
CONSTITUCIÓN DE LA PERTENENCIA

En lo Principal, solicita, previo el certificado que indica, la ca-


ducidad de las pertenencias en trámite que señala; en el Otrosí,
patrocinio y poder.

S. J . L.

..............................................., de profesión ..................................,


domiciliado en ..............................................., en el expediente de
constitución de las pertenencias “..........................................”, Rol
.................................., a US. respetuosamente digo:
Que habiéndose reconocido a D. ........................................, ma-
nifestante de las pertenencias ........................................., el derecho
a mensurarlas, éste ha incurrido en paralización de los trámites de
constitución por un lapso superior a tres meses.
En efecto, habiendo quedado ejecutoriada con fecha ........
........................... la sentencia en cuya virtud se reconoció a D.
...................................... el derecho de mensurar las pertenencias
........................................., éste no ha realizado ninguna diligencia
útil desde aquella fecha (o de la que corresponda) hasta el día de
la presentación de este escrito, habiendo transcurrido con creces
los tres meses que establece la ley para los efectos de realizar dichas
diligencias.
En estas circunstancias, y atendido lo dispuesto en el artículo 70
del Código de Minería, procede que S.S., previo certificado del
Sr. Secretario, declare la caducidad de las pertenencias en trámite
..................................... y ordene cancelar las respectivas inscripciones
en el Conservador de Minas competente.

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y de lo que dispone el ar-


tículo 70 del Código de Minería, declare, con el solo mérito del
certificado del Sr. Secretario, la caducidad de las pertenencias en
trámite ........................................ y ordene cancelar las inscripcio-
nes practicadas en relación con ellas en el Conservador de Minas
correspondiente.

312
ANEXOS

Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado patroci-


nante y confiero poder a D. .................................................., Patente
Nº ......................, de la Municipalidad de................. ..............................,
con domicilio en ........................................

313
13. OPOSICIÓN A LA CONSTITUCIÓN DE
PERTENENCIA, FUNDADA EN LA EXISTENCIA DE
PERTENENCIA YA CONSTITUIDA

En lo Principal, se opone a la constitución de las pertenencias que


indica; en el Primer Otrosí, acompaña documentos, y en el Segundo
Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

............................................., de profesión ..............................., domi-


ciliado en ........................................, en representación de ................
......................, domiciliada en ................................, en el expediente
de constitución de las pertenencias “...................”, Rol ....................
.............., a US. respetuosamente digo:
Que estando dentro de plazo y de acuerdo con el derecho que
a mi representada confieren los artículos 27 y 84 del Código de
Minería, vengo en deducir demanda de oposición a la constitución
de las pertenencias “..................................”
Según consta del ejemplar del Boletín Oficial de Minería de
.................................. que acompaño en el primer otrosí, el Servicio
Nacional de Geología y Minería ha señalado que la mensura de las
pertenencias mineras .................................., de propiedad del de-
mandado D. ........................................, de profesión.............................,
domiciliado en........................................, abarca en su totalidad (o en
parte) las pertenencias mineras .................................. de mi represen-
tada y parte de la pertenencia .................................., cuya sentencia
constitutiva y acta de mensura (o sólo acta de mensura, en su caso)
corre inscrita a fs. .................... Nº ................... del Registro de Propie-
dad correspondiente al año .................., del Conservador de Minas
de .............................................
Ahora bien, el informe del Servicio, que lleva el Nº ..............
de fecha ................... y que corre a fs. .................... de estos autos,
confirma claramente que la mensura de las pertenencias ..............
.......................... que se pretende constituir, se ubica íntegramente
dentro del perímetro del grupo de pertenencias .......................
........... de mi representada y abarca totalmente cada una de las
pertenencias .......................... y parte de la pertenencia ................
.....................................

314
ANEXOS

En efecto, la mensura de las pertenencias ........................... de


mi representada tiene las siguientes coordenadas U.T.M. para los
vértices del perímetro del grupo:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

Por su parte, las coordenadas U.T.M. de los vértices del perí-


metro de la mensura de las pertenencias del demandado, son las
siguientes:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

La superposición indicada aparece, pues, evidente, y así, por lo


demás, lo ha dejado estampado en su informe de un modo que no ad-
mite dudas al Servicio, organismo técnico precisamente encargado por
la ley de revisar y aprobar la mensura de las pertenencias mineras.
En estas circunstancias, y atendido el hecho de que la mensura de
las pertenencias .................................. abarca totalmente 1 el terreno
que ocupan las pertenencias ...................... y parte del ocupado por
la pertenencia .................................. de mi representada, aquellas
pertenencias no pueden declararse constituidas y corresponde aco-
ger la presente demanda en todas sus partes. Debido a que todas
las pertenencias del demandado se ubican íntegramente dentro del
perímetro del grupo de pertenencias de mi representada, se deberán
declarar extinguidas las referidas pertenencias ..................................
y ordenar la cancelación de las inscripciones practicadas en relación
con ellas en el Conservador de Minas de ....................

1
Si la superposición es parcial, debe solicitarse al tribunal que se declare que
no pueden constituirse las pertenencias sobre la parte en que se superponen y que
éstas solo pueden volver a mensurarse en el terreno que determine el Tribunal, sin
afectar las pertenencias del demandante.

315
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Por tanto,

A US. ruego se sirva tener por interpuesta demanda en juicio sumario


de oposición a la constitución de las pertenencias............................,
de propiedad de D. ....................................., ya individualizado, darle
tramitación y con su mérito y de acuerdo con lo dispuesto en los ar-
tículos 27, 80, 83, 84 y 233 del Código de Minería, 254, 680 y siguien-
tes del Código de Procedimiento Civil y demás disposiciones legales
pertinentes, acogerla en todas sus partes, declarando extinguidas
las pertenencias en trámite del demandado y ordenan do cancelar
las correspondientes inscripciones en el Conservado r de Minas de
.................................., con costas.

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados, en parte de


prueba y con citación, los siguientes documentos:
1. Copia auténtica del acta de mensura de las pertenen-
cias............................., de propiedad de mi representada.
2. Copia auténtica de la inscripción de la sentencia constitutiva
y del acta de mensura (o sólo de esta última, en su caso), corriente a
fs. .......... Nº ......... del Registro de Propiedad correspondiente al año
........... del Conservador de Minas de .........................., con certificado
de vigencia.
3. Copia auténtica del plano de mensura de las pertenen-
cias.................................. de mi representada.
4. Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se practicó
la publicación prevista en el artículo 83 del Código de Minería.
5. Copia autorizada de la escritura pública que acredita mi
personería para representar a .....................................

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder a D. ..................................., Patente
Nº ................., de la Municipalidad de ..........................., con domicilio
en ...........................................................

316
14. OPOSICIÓN A LA CONSTITUCIÓN DE
PERTENENCIA, FUNDADA EN EL DERECHO
PREFERENTE PARA MENSURAR

En lo Principal, se opone a la constitución de las pertenencias que


indica; en el Primer Otrosí, acompaña documentos y en el Segundo
Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

................................................., de profesión ...............................,


domiciliado en ..........................., en representación de ..............,
domiciliada en .................................., en el expediente de constitu-
ción de las pertenencias “..................................”, Rol ............., a US.
respetuosamente digo:
Que estando dentro de plazo y de acuerdo con el derecho que
confieren a mi representada los artículos 41 y 84 del Código de
Minería, vengo en deducir demanda de oposición a la constitución
de las pertenencias “..................................”
Según consta del ejemplar del Boletín Oficial de Minería de
.................................. que acompaño en el primer otrosí, el Servicio
Nacional de Geología y Minería ha señalado que la mensura de las
pertenencias mineras ........................................., de propiedad del
demandado D. .........................................., de profesión ......................,
domiciliado en ..........................................., abarca en su totalidad
(o en parte) las pertenencias mineras........................ y parte de la
pertenencia .................................., de mi representada, en trámite de
constitución y trabadas en un juicio de oposición a la mensura con
las pertenencias mineras .................................. Rol .........................,
del Juzgado de ..........................................
La manifestación de las pertenencias .............. .................... de mi
representada se encuentra inscrita a fs. .......... ........... Nº ....................
del Registro de Descubrimientos correspondiente al año ..................
........, del Conservador de Minas de ............. ....................., y tal mani-
festación fue presentada con fecha ................ .................., por lo cual
las pertenencias de mi representada gozan de preferencia para ser
mensuradas y constituidas en relación con las perte nencias mineras
del demandado, según así lo disponen los citados artículos 41 y 84
del Código de Minería.

317
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Ahora bien, el informe del Servicio que lleva el Nº .................. de


fecha ..................... y que corre a fs. ............... de estos autos, confirma
claramente que la mensura de las pertenencias ..................................
del demandado se ubica íntegramente dentro del perímetro del
grupo de pertenencias en trámite de mi representada, y abarca
totalmente (parcialmente) las denominadas .................................. y
parte de la pertenencia .................................. En efecto, la solicitud
de mensura de las pertenencias .................................., de mi repre-
sentada tiene las siguientes coordenadas U.T.M. para los vértices del
perímetro del grupo:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

Al comparar la ubicación de las pertenencias en trámite de mi


representada, dada por su solicitud de mensura, con la ubicación de
las pertenencias que ha mensurado el demandado, queda la evidencia
que estas últimas ocupan la totalidad del terreno (parte) que abarcan
las pertenencias .................... y parte del que cubre la pertenencia
.............................., puesto que las coordenadas U.T.M. de los vértices del
perímetro de las pertenencias del demandado, son las siguientes:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

La superposición indicada aparece, pues, evidente, y así, por lo de-


más, lo ha dejado estampado en su informe, de un modo que no admite
dudas, el Servicio, organismo técnico precisamente encargado por la
ley de revisar y aprobar la mensura de las pertenencias mineras.
En estas circunstancias, y atendido el hecho de que la mensu-
ra de las pertenencias .................................. abarca totalmente 1 los

1
Si la superposición es parcial, debe solicitarse al Tribunal que se declare que
no pueden constituirse las pertenencias sobre la parte en que se superponen y que

318
ANEXOS

terrenos solicitados en mensura por mi representada con sus per-


tenencias ................................... y parcialmente con la pertenencia
.................................. y que, además, se ubican íntegramente dentro
del perímetro del grupo que ellas conforman, no pueden decla-
rarse constituidas dichas pertenencias. Corresponde, pues, acoger
la presente demanda en todas sus partes, declarar extinguidas las
pertenencias .................................. y ordenar la cancelación de las
inscripciones practicadas en relación con ellas en el Conservador
de Minas de .........................................................

Por tanto,

A US ruego se sirva tener por interpuesta demanda en juicio sumario


de oposición a la constitución de las pertenencias......................... de
propiedad de D. ........................................., ya individualizado, darle
tramitación y con su mérito y de acuerdo con lo dispuesto en los
artículos 27, 41, 80, 83, 84 y 233 del Código de Minería, 254, 680 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil y demás disposicio-
nes legales pertinentes, acogerla en todas sus partes, declarando
extinguidas las pertenencias del demandado y ordenando cancelar
las correspondientes inscripciones en el Conservador de Minas de
...................................., con costas.

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados, con citación,


los siguientes documentos:
1. Copia auténtica de la solicitud de mensura de las pertenencias
.................................. de mi representada.
2. Copia auténtica de la inscripción de la manifestación de las
pertenencias .................................. de mi representada con cer-
tificado de vigencia, con lo cual demuestro que ella es anterior
a la manifestación de las pertenencias del demandado.
4. Certificado del Sr. Secretario del .......................... Juzgado de
Letras de ........................................ que acredita que mi repre-
sentada es parte en el juicio caratulado “..................................”,
Rol .................................. de dicho Juzgado.
5. Copia autorizada de la escritura pública que acredita mi perso-
nería para representar a .............................................

éstas sólo pueden volver a mensurarse en el terreno que determine el Tribunal, sin
afectar los terrenos solicitados en mensura por el demandante.

319
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder a D. ...................... ..................................,
Patente Nº ......................, de la Ilustre Municipalidad de ..................
......................, con domicilio en ....................................................

320
15. DEMANDA DE NULIDAD DEL ACTO DE
CONCESIÓN POR SUPERPOSICIÓN

En lo Principal, demanda en juicio sumario la nulidad de la conce-


sión de las pertenencias mineras que indica; 1-2 en el Primer Otrosí,
acompaña documentos; en el Segundo Otrosí, solicita el informe
que indica; en el Tercer Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

................................................., de profesión ...............................,


domiciliado en ............................................., en representación de
....................................., domiciliada en ................................, a US.
respetuosamente digo:
Que vengo en deducir demanda de nulidad de la concesión de
las pertenencias “.................................”, de propiedad de D. ............
..........................., de profesión.................................., domiciliado en
........................................., fundado en las consideraciones de hecho
y de derecho que paso a exponer:
Mi representada es dueña de las pertenencias mineras ubicadas en
la Comuna de ............................., Provincia de ........................, ...........
....................... Región, cuya sentencia constitutiva y acta de mensura
(o sólo acta de mensura, en su caso) corre inscrita a fs. .................
Nº ................ del Registro de Propiedad correspondiente al año
..............., del Conservador de Minas de .........................................
La ubicación de las pertenencias mineras .............................. de
mi representada está dada por las siguientes coordenadas U.T.M.:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

1
En este caso el título para demandar corresponde a pertenencias cuyos
vértices están determinados en coordenadas U.T.M. como también lo están los de
las pertenencias del demandado. Si las pertenencias del demandante no tienen
coordenadas U.T.M. determinadas, es conveniente que se las determine previamente
para los efectos de la prueba de la superposición.
2
Tratándose de las demás causales de nulidad de concesión se podrá adaptar
este esquema de modo de explicitar la causal que se ejercita, reemplazando las
referencias relativas a la causal del Nº 7 del art. 95, por las que corresponda.

321
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Ahora bien, don ........................................ ha constituido sus perte-


nencias .......................... superpuestas a las pertenencias .................
...................................................................................
(indicar las pertenencias que sufren la superposición)
de mi representada, abarcando, con abierta infracción a la ley, en su
totalidad, las siguientes pertenencias: ........................... y, parcialmente,
las siguientes: .................................. La sentencia constitutiva y acta
de mensura de las pertenencias del demandado corren inscritas a fs.
................ Nº ................ del Registro de Propiedad correspondiente
al año ...................., del Conservador de Minas de ...........................
........................
Las coordenadas U.T.M. de los vértices del perímetro de la men-
sura de las pertenencias del demandado son las siguientes:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

La superposición a que me vengo refiriendo queda demanifiesto


al comparar la ubicación de las pertenencias................................. de
mi representada con la ubicación de las pertenencias del deman-
dado, fijadas ambas por las coordenadas U.T.M. que he transcrito.
Resulta, pues, un hecho que no admite discusión la existencia de la
total superposición que sufren las pertenencias ..................................
y la superposición parcial que sufren las pertenencias ......................
por la constitución de las pertenencias .................................. las que
se ubican íntegramente dentro del perímetro del grupo de perte-
nencias de mi mandante.
De acuerdo con lo que dispone el artículo 27 del C. de Minería,
sobre las sustancias concesibles existentes en terrenos cubiertos por
una concesión minera no puede constituirse otra.
La acción de nulidad que deduce mi representada, se funda,
precisamente, en la existencia de la superposición ilegal que sufren
sus pertenencias .................................. a virtud de la constitución de
las pertenencias ................................... . Tal acto, prohibido por la
ley, lo sanciona el Nº 7º del artículo 95 del Código de Minería que
tipifica como causal de nulidad de la concesión de una pertenencia
“7º. Haberse constituido la pertenencia abarcando terreno ya com-
prendido por otra pertenencia ...”.

322
ANEXOS

Habiéndose publicado el extracto de la sentencia constitutiva de


las pertenencias....................... con fecha ........................ en el Boletín
Oficial de Minería de .................................., la acción de nulidad no
está prescrita, de acuerdo a lo que dispone el artículo 96 del Código
de Minería.
El interés de mi representada para pedir la nulidad de la concesión
de las pertenencias ................................. existe y es actual desde el
momento que sus pertenencias ........................... estaban constituidas
con mucha anterioridad a la constitución de las pertenencias viciosas
del demandado y subsiste a esta fecha, puesto que la superposición
ilegal se mantiene en la actualidad.
De todo lo expuesto fluye, incontestablemente, que las pertenencias
mineras .................................., de propiedad de ..................................,
adolecen de un vicio que anula su concesión al haberse superpuesto
totalmente en algunos casos y parcialmente en otros a las pertenen-
cias .................................. de mi representada.

Por tanto,

A US. ruego se sirva, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen los


artículos 3º y 4º de la Ley Orgánica Constitucionalsobre Concesiones
Mineras Nº 18.097, 2º, 5º, 26, 27, 73, 95 Nº 7, 97 y 233 del Código de
Minería, 254, 680 y siguientes del Código de Procedimiento Civil y
demás disposiciones legales y reglamentarias pertinentes, tener por
interpuesta en juicio sumario, demanda de nulidad de la concesión
de las pertenencias mineras .................................. de propiedad de
.................................., ya individualizado y, acogiéndola en todas sus
partes, declarar que la concesión de las pertenencias mineras indicadas
es nula y ordenar la cancelación de las inscripciones practicadas en
relación con ellas en el Conservador de Minas de ..................................,
todo con expresa condenación en costas.

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados, en parte de


prueba y con citación, los siguientes instrumentos:
1. Copia autorizada de la inscripción de la sentencia constitutiva y
acta de mensura (o sólo de ésta, en su caso) de las pertenencias
.................................. de mi representada, con certificado de vi-
gencia.
2. Copia autorizada de la inscripción de la sentencia constitutiva y
acta de mensura de las pertenencias ..................................... del
demandado.

323
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

3. Informe emanado de .................................. que demuestra la


existencia de la superposición y la forma en que ésta se produce,
afectando las pertenencias de mi representada.
4. Ejemplar del Boletín Oficial de Minería de ...........................
en que se publicó el extracto de la sentencia constitutiva de las
pertenencias ......................... del demandado.

Segundo Otrosí: Sírvase US. ordenar que se oficie al Servicio Nacional


de Geología y Minería a fin de que informe al Tribunal sobre la exis-
tencia de superposición de las pertenencias .......................................
sobre las pertenencias .................................. de mi representada, de-
biéndose indicar en dicho oficio los datos relativos a las inscripciones
de las respectivas actas de mensura.

Tercer Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder a D. ............................ ........................,
Patente Nº ...................., de la Municipalidad de ............., con domi-
cilio en ....................................................

324
16. REPOSICIÓN DE LINDEROS A PETICIÓN
DE UN COLINDANTE

En lo Principal, reposición de linderos; en el Primer Otrosí, propone


perito; en el Segundo Otrosí, acompaña documentos; en el Tercer
Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

............................................., de profesión ..............................., domi-


ciliado en .................................., a US. respetuosamente digo:
Que soy dueño de las pertenencias .................................. ubicadas
en la Comuna de ...................................., Provincia de .......................
..........., ......................... Región, cuya sentencia constitutiva y acta de
mensura corren inscritas a fs. .............. Nº .................. del Registro
de Propiedad correspondiente al año .............., del Conservador de
Minas de .............................
Ahora bien, mis pertenencias colindan con las pertenencias
............................... de don ..............................................., de profesión
..................................., domiciliado en .................................................,
y cuya sentencia constitutiva y acta de mensura corren inscritas a fs.
................. Nº ........... del Registro de Propiedad correspondiente al año
............., del Conservador de Minas de ...........................................
Es del caso que los linderos de los vértices ...................... que
determinan el deslinde Este de las pertenencias .................. de don
........................................ y que es común, en parte, con el deslinde
Oeste del grupo de pertenencias de mi propiedad, han sido destrui-
dos, aparentemente por agentes naturales.
En estas circunstancias, procede efectuar la reposición de dichos
linderos, por lo que vengo en solicitar a S.S. se sirva ordenarla, pre-
vios los trámites de rigor.

Por tanto,

A US. ruego se sirva, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen


los artículos 119 y 235 del Código de Minería y 46 y siguientes de
su Reglamento, ordenar, previos los trámites de rigor, la ejecución
de la operación de reposición de linderos solicitada.

325
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Primer Otrosí: Sírvase US. tener presente que propongo para realizar
la operación de reposición al perito don...........................................
............................

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados con citación,


los siguientes instrumentos:
1. Copia autorizada de la inscripción de la sentencia constitutiva y
acta de mensura de mis pertenencias denominadas ..................
.......................
2. Copia autorizada de la inscripción de la sentencia constitutiva y
acta de mensura de las pertenencias de D................, denominadas
..................................
3. Plano de mensura de mis pertenencias y el de las de D..............
.....................................

Tercer Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante a D. ........................................................, domiciliado
en .........................., Patente ......................, de la Municipalidad de
......................................, a quien confiero poder para que me repre-
sente en esta gestión.

326
17. CONSTITUCIÓN JUDICIAL DE SERVIDUMBRE

En lo Principal, demanda la constitución de la servidumbre que


indica; en el Primer Otrosí, acompaña documentos; en el Segundo
Otrosí, patrocinio y poder.

S. J . L.

.................................................., de profesión ...............................,


domiciliado en ............................................, en representación de
.................................., domiciliada en .................................., a US.
respetuosamente digo:
Que mi representada es dueña de las pertenencias mineras .........
........................., cuya sentencia constitutiva y acta de mensura corren
inscritas a fs. ................... Nº ................ del Registro de Propiedad
correspondiente al año .................., del Conservador de Minas de
.........................................
Las pertenencias mineras señaladas se encuentran ubicadas en
la Comuna de ......................, Provincia de ........................, .............
..................... Región, en el predio rústico denominado ................
.........., de propiedad de D. ......................................., de profesión
........................., domiciliado en ................................ Dicho predio
se encuentra inscrito a fs. ................... Nº .................... del Registro
de Propiedad correspondiente al año ............., del Conservador de
Bienes Raíces de .................
Es del caso que para tener acceso a las pertenencias mineras
señaladas, mi representada requiere transitar y construir el correspon-
diente camino en el predio de D. ........................................, camino
que va desde el camino público de ........................ a ..........................
hasta las pertenencias mismas. Dicho camino se separaría del camino
público antes mencionado en el punto “A” del croquis que acompaño,
por terrenos sin cultivos de lomajes y cerros que se destinan en los
meses de invierno al pastaje de animales. Desde el punto “A” hasta
el punto “B”, que es el de destino y en el cual se ubican las perte-
nencias mineras, existe una distancia de.......................... kilómetros.
La franja que ocupará el camino será de............... metros de ancho
por lo que la superficie que éste ocupará en el predio sirviente será
de .................. metros.
El camino a que me vengo refiriendo será usado por personas,
animales, maquinarias y camiones, todos con la finalidad de re-

327
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

conocer y explotar el yacimiento amparado por las pertenencias


.................................. de mi representada, para lo cual, como se
comprenderá, resulta indispensable su construcción.1
Como no ha habido acuerdo con el dueño del predio para la cons-
titución de esta servidumbre, es que vengo en demandar, conforme
lo disponen los artículos 120 y siguientes del Código de Minería, la
constitución de las presentes servidumbres de tránsito y ocupación
por camino, por la vía judicial.
Debe tenerse presente que el gravamen que constituye la imposi-
ción de estas servidumbres es de muy pequeña cuantía, puesto que,
como se dijo, los terrenos que ocuparía el camino que se pretende
construir para tener acceso a las pertenencias de mi representada
son de secano, de alta pendiente, no cultivables y sólo se pueden
destinar al pastaje de animales, por lo que la indemnización por la
imposición de las servidumbres sería de bajo monto, como vengo
en solicitar que Usía así lo considere.2

Por tanto,

A US. ruego se sirva, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen


los artículos 120 y siguientes, 234 y 235 del Códig o de Minería,
820 y siguientes del Código Civil, tener por interp uesta demanda
en contra de D. ................................... .........., ya individualizado, y,
acogiéndola en definitiva, declarar constituidas la s servidumbres
de tránsito y de ocupación por camino sobre el pred io rústico de
su propiedad, en la forma y con las modalidades ind icadas en lo
principal, fijando la correspondiente indemnización en función
de las consideraciones expuestas, con costas.

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados, en parte de


prueba y con citación, los siguientes instrumentos:
1. Copia autorizada de la inscripción de la sentencia constitutiva
y acta de mensura de las pertenencias .......................... de mi
representada, con certificado de vigencia.

1
En el comparendo de estilo puede solicitarse del juez que autorice al de-
mandante para hacer uso, desde luego, de la servidumbre.
2
Puede solicitarse que la indemnización se pague de una sola vez o en forma
periódica.

328
ANEXOS

2. Copia autorizada de la inscripción de dominio del predio rústico


denominado .................................., con certificado de vigencia.
3. Croquis que indica las características y la ubicación del camino
proyectado en el predio del Sr. ..................................
4. Copia autorizada de la escritura pública que acredita mi perso-
nería para representar a ..................................

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante a D. ........................................., domiciliado en ........
.................................., Patente ......................., de la Municipalidad
de ......................................., a quien confiero poder para que me
represente en esta gestión.

329
18. RENUNCIA DE PERTENENCIA Y CONCESIÓN
DE EXPLORACIÓN, CONSTITUIDAS

En lo Principal, se apruebe la renuncia a las pertenencias que indica;


en el Primer Otrosí, acompaña documentos; en el Segundo Otrosí,
patrocinio y poder.

S. J . L.

.................................................., de profesión ..............................., do-


miciliado en .................................., a US. respetuosamente digo:
Que soy dueño de las pertenencias1 .................................., cuya
sentencia constitutiva y acta de mensura (o sólo ésta, en su caso)
se encuentran inscritas a fs. ............... Nº ............... del Registro de
Propiedad correspondiente al año ................., del Conservador de
Minas de ..............................................

Habida consideración a que no deseo mantener en mi poder


las pertenencias mineras antes individualizadas, he resuelto renun-
ciar a ellas, haciendo presente que esta renuncia no perjudica a
terceros.

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen los artícu-


los 162 del Código de Minería y 61 y siguientes de su Reglamento, se
sirva, previa la publicación reglamentaria correspondiente, aprobar la
renuncia de las pertenencias mineras individualizadas en lo principal
y ordenar la cancelación de las inscripciones practicadas en relación
con ellas en el Conservador de Minas de ......................................

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados, con citación,


los siguientes instrumentos:
1. Copia autorizada de la escritura pública que contiene la renun-
cia, otorgada con fecha ............................ ante el Notario de
........................... D. ..............................................

1
La concesión de exploración constituida también puede ser renunciada.

330
ANEXOS

2. Copia autorizada de la inscripción de la sentencia constitutiva y


acta de mensura (o sólo ésta, en su caso) con todas sus subins-
cripciones y anotaciones marginales.
3. Plano de mensura.
4. Copia autorizada de la inscripción de dominio de las pertenen-
cias, con certificado de vigencia.
5. Certificados de Hipotecas y Gravámenes y de Prohibiciones e
Interdicciones, que cubren desde la dictación de la sentencia
constitutiva y acta de mensura (o sólo de la inscripción de esta
última, en su caso) hasta .......................... días antes de la pre-
sentación de esta solicitud.

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo aboga-


do patrocinante a D. .............................................., domiciliado en
..........................................., Patente .................., de la Municipalidad
de ......................................, a quien confiero poder para que me
represente en esta gestión.

331
19. DECLARACIÓN DE PRESCRIPCIÓN DE LA
ACCIÓN DE NULIDAD DEL ACTO DE CONCESIÓN
Y, COMO CONSECUENCIA, DE EXTINCIÓN DE
LA PERTENENCIA MINERA AFECTADA POR
SUPERPOSICIÓN

En lo Principal, demanda en juicio sumario la declaración de pres-


cripción de la acción que indica y de extinción de las pertenencias
que señala; en el Primer Otrosí, acompaña documentos; en el Se-
gundo Otrosí, solicita el informe que indica y en el Tercer Otrosí,
patrocinio y poder.

S. J . L.

...................................................., de profesión ...............................,


domiciliado en ............................................., a US. respetuosamente
digo:
Que soy dueño de las pertenencias mineras ........................., cuya
sentencia constitutiva y acta de mensura se encuentran inscritas
a fs. .................................. Nº ................ del Registro de Propiedad
correspondiente al año ................, del Conservador de Minas de
...............................................
Dichas pertenencias fueron constituidas el día .... ............ de
.................. de .................................., y se encuentran superpuestas
a las pertenencias mineras ......................................................., de
propiedad de D. ......................................................, de profesión
.................................., domiciliado en ..................................... . Estas
últimas pertenencias de D. .......................................... se constitu-
yeron con fecha ..................................., según da cuenta su acta de
mensura que corre inscrita a fs. ....................... Nº ........................., del
Registro de Propiedad correspondiente al año .................................
del Conservador de Minas de ................................................. copia
de cuya inscripción acompaño en el primer otrosí de l presente
escrito.
Las pertenencias de mi dominio se encuentran constituidas
superponiéndose totalmente a las pertenencias de D. ..................
................. Su ubicación en el terreno está dada por las siguientes
coordenadas U.T.M.:

332
ANEXOS

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

A su vez, las pertenencias .................................., de don ..........


........................, se encuentran ubicadas conforme a las siguientes
coordenadas U.T.M.:

Vértice Norte Este


L1
L2
L3
L4

Al comparar las ubicaciones de ambos grupos de pertenencias,


de acuerdo a las respectivas coordenadas U.T.M., queda de mani-
fiesto que las pertenencias .................................. de mi propiedad
abarcan en su totalidad a las pertenencias.................................. de
don .........................................
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 95 Nº 7º del Código
de Minería, es causal de nulidad de la concesión de una pertenencia
minera, el haberse constituido abarcando terreno ya comprendido
por otra pertenencia.
Ahora bien, las acciones de nulidad establecidas en el artículo 95
del Código de Minería, citado, se extinguen por prescripción en el
plazo de cuatro años, contado desde la fecha de publicación del
extracto de la sentencia constitutiva de la concesión posterior a
que se refiere el artículo 90 del referido Código, según lo señala el
inciso 1º del artículo 96 de este cuerpo legal.
Al verificar la fecha en que se publicó el extracto de la sentencia
constitutiva de mis pertenencias, se advierte que dicha publicación
se efectuó el día ............................................ de .......................... de
.................................. y, en consecuencia, han transcurrido desde esa
fecha hasta el presente, más de cuatro años.
En estas circunstancias, la acción de nulidad de la concesión
de mis pertenencias .................................., contemplada en el ar-
tículo 95 Nº 7 del Código de Minería, que pudo haber ejercitado
D. .................................. por la superposición que sufrieron sus per-

333
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

tenencias .................................., se encuentra prescrita por haber


transcurrido, en exceso y sin interrupción alguna, el plazo de cuatro
años establecido por el artículo 96 del citado Código.
Corresponde, pues, que S.S. declare prescrita la acción de nuli-
dad de la concesión de mis pertenencias ......................... por haber
transcurrido, sin interrupción, el plazo que establece la ley para
intentarla.
Por otra parte, y como consecuencia de la declaración de extin-
ción de la acción de nulidad por efecto de la prescripción alegada,
S.S. debe también declarar extinguidas las pertenencias de don
.............................................
En efecto, de acuerdo con lo que dispone el inciso 3º del ar-
tículo 96 del Código de Minería “la sentencia que, en los casos de
los números 6º y 7º del artículo anterior, declare la prescripción de
la acción de nulidad a que dichos números se refieren, también de-
clarará extinguida la pertenencia afectada por la superposición”.
En consecuencia, cuando la sentencia que dicte S.S. declare
prescrita la acción de nulidad por la causal 7a del artículo 95, que
afectaba a mis pertenencias, necesariamente, y conforme lo dispone
la norma legal recién transcrita, debe declarar extinguidas las per-
tenencias .................................. de D. ........................................... que
sufrieron la superposición y a cuyo respecto prescribió la acción de
nulidad que les favorecía.

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y de lo que disponen los


artículos 90, 95 Nº 7, 96 y 233 del Código de Minería, 2492, 2493 y
2514 del Código Civil, 254 y 680 y siguientes del Código de Proce-
dimiento Civil, y demás disposiciones legales pertinentes, se sirva
tener por interpuesta demanda en juicio sumario en contra de
D. ......................................................, ya individualizado, y con su
mérito, declarar prescrita la acción de nulidad de la concesión de
mis pertenencias .......................... contemplada en el artículo 95
Nº 7º del Código de Minería, y extinguidas las pertenencias ........
........................................ de don ................................., ordenando
la cancelación de sus inscripciones en el Conservador de Minas
de ..................................

Primer Otrosí: Sírvase US. tener por acompañados, en parte de


prueba y con citación, los siguientes instrumentos:

334
ANEXOS

1. Copia autorizada de la inscripción de la sentencia constitutiva y


acta de mensura (o sólo de ésta, en su caso) de mis pertenencias
.................................., con certificado de vigencia.
2. Copia autorizada de la inscripción del acta de mensura (o la
sentencia constitutiva y acta de mensura, en su caso) de las per-
tenencias .................................., del demandado, con certificado
de vigencia.
3. Informe emanado de .................................. que demuestra la
superposición de mis pertenencias sobre las del demandado.
4. Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se publicó ex-
tracto de la sentencia constitutiva de mis pertenencias.

Segundo Otrosí: Sírvase US. ordenar que se oficie al Servicio Nacio-


nal de Geología y Minería, a fin de que informe al Tribunal sobre la
existencia de la superposición de mis pertenencias ...........................
........................... sobre las pertenencias .................................. de don
.................................., debiéndose indicar en dicho oficio los datos
relativos a las inscripciones de las respectivas actas de mensura.

Tercer Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante a D. ............................................, domiciliado en .......
......................................, Patente ....................., de la Municipalidad
de .................................., a quien confiero poder para que me repre-
sente en este juicio.

335
20. DECLARACIÓN DE VIGENCIA DE LA
INSCRIPCIÓN DEL ACTA DE MENSURA.
ARTÍCULO 243 DEL CÓDIGO DE MINERÍA

En lo Principal, solicita se declare la vigencia de la inscripción del


acta de mensura de las pertenencias que indica; en el Primer Otro-
sí, acompaña documentos; y en el Segundo Otrosí, patrocinio y
poder.

S. J . L.

................................................, de profesión ..............................., do-


miciliado en .........................................., en representación de .........
..............................., de su mismo domicilio, a US. respetuosamente
digo:
Que la ....................................... es dueña de las pertenencias
mineras denominadas “..................................”, cuya acta de mensura
figura inscrita a fs. .............. Nº .............., del Registro de Propiedad
correspondiente al año ................ del Conservador de Minas de ......
........................ El dominio en favor de la ..................... corre inscrito
a fs. .............. Nº ........... del Registro de Propiedad correspondiente
al año ................., del mismo Conservador de Minas.
Con el mérito de los documentos que se acompañan enel primer
otrosí de esta solicitud, se acredita que se encuentran pagadas, ínte-
gramente, oportuna y consecutivamente las cuatro últimas patentes
mineras de estas pertenencias, como también que en la inscripción
de su acta de mensura no existe la anotación de su cancelación ni
que ésta haya sido pedida judicialmente. Por lo tanto, de confor-
midad con lo dispuesto en el artículo 243 del Código de Minería,
vengo en solicitar la declaración de vigencia de la inscripción del
acta de mensura de las pertenencias citadas, previa la publicación
ordenada por la ley.

Por tanto,

A US. ruego, en mérito de lo expuesto y disposición legal citada, se


sirva declarar la vigencia de la inscripción del acta de mensura de
las pertenencias mineras .................................., de propiedad de la
.................................., previa la publicación que ordena la ley.

336
ANEXOS

Primer Otrosí: Sírvase Usía tener por acompañados:


1. Comprobantes de pago de las patentes mineras correspondien-
tes a los años........................., ........................, ............................ y
..............................., de las pertenencias................................;
2. Copia de la inscripción del acta de mensura de las referidas
pertenencias mineras, que acredita que no existe en su margen
anotación de su cancelación ni de haberse pedido ésta judicial-
mente;
3. Copia de la inscripción de dominio con certificado de vigencia;
y
4. Copia de la escritura pública que acredita mi personería para
representar a la ..........................................

Segundo Otrosí: Sírvase US. tener presente que designo abogado


patrocinante y confiero poder a D. ................................... .............
............, domiciliado en ......................................................, Patente
...................., de la Municipalidad de...........................

337
21. SERVIDUMBRE MINERA.
ESCRITURA PÚBLICA

Comparecen D. ......................................................................, de nacio-


nalidad..........................................., de profesión ..................................,
de estado civil ................................................, cédula de identidad
Nº ..........................., domiciliado en ...................................................
por una parte y, por la otra, D. ....................................., de naciona-
lidad .................................., de profesión .................................., de
estado civil .................................., cédula de identidad Nº ............
.............., domiciliado en .........................................................., en
representación de la Sociedad Legal Minera “...............................”,
persona jurídica del mismo domicilio anterior, y exponen:

Primero. D. ......................................... es dueño del predio rústico


denominado .................................., ubicado en la Comuna de ......
............................, Provincia de .................................., ......................
Región, que se encuentra inscrito a fs. ......... Nº ..................... del Re-
gistro de Propiedad correspondiente al año ................................, del
Conservador de Bienes Raíces de ..................................................

Segundo. La Sociedad Legal Minera .................................. es due-


ña de las pertenencias mineras .................................., cuya senten-
cia constitutiva y acta de mensura (o sólo ésta, en su caso) corren
inscritas a fs. .................... Nº ................ del Registro de Propiedad
correspondiente al año ..............., del Conservador de Minas .........
.....................................

Tercero. Por el presente instrumento D. .................................. cons-


tituye en favor de las pertenencias .................................. de la So-
ciedad Legal Minera .................................., para quien la acepta D.
.................................., servidumbre de ocupación sobre el retazo de
terreno que se individualiza en el croquis que se protocoliza al final
del Registro correspondiente al presente mes en esta Notaría con
el Nº .............................
La superficie del retazo de terreno sobre el que se ejercitará la
servidumbre es de .................................. hectáreas y sus deslindes,
los siguientes:

338
ANEXOS

N.:
S.:
E.:
O.:

Cuarto. La Sociedad Legal Minera .............................. destinará los


terrenos sobre los cuales se constituye la servidumbre a canchas de
depósitos de minerales, tranque de relaves, plantas de beneficio, cami-
nos, habitaciones para sus trabajadores y, en general, a construcciones
e instalaciones necesarias para la investigación, arranque, extracción
y beneficio de minerales.

Quinto. Es obligación de la Sociedad Legal Minera ........................


.......... cerrar debidamente el terreno sobre el que se constituye la
presente servidumbre.

Sexto. La Sociedad Legal Minera ........................... adeuda por con-


cepto de indemnización de los perjuicios que causa esta servidumbre,
la suma de $ ......................................, que entera con $ ....................
............. al contado y que D. .............................. declara recibir a su
entera satisfacción en este acto y $ ................ que pagará dentro del
plazo de .................................. a contar de esta fecha. 1

Séptimo. El plazo de duración de la servidumbre que se constituye


por este instrumento será de .................................. años a contar de
esta fecha. Con todo, vencido el plazo mencionado, y existiendo
actividad minera, la Sociedad Legal Minera tendrá derecho a que
se renueve este contrato por un período igual, previo pago de la
misma suma de dinero indicada en la cláusula anterior, debidamente
reajustada y pagadera de igual forma.

Octavo. Cualquier duda o dificultad que surja entre las partes con
motivo del presente contrato o de sus documentos complementarios
o modificatorios, ya se refiera a su interpretación, cumplimiento,
validez, terminación o cualquier otra causa relacionada con este
contrato, se resolverá mediante arbitraje, conforme al Reglamento

1
Es también usual pactar un pago mensual reajustable, por todo el período
de duración de la servidumbre, caso en el cual habría que adecuar las cláusulas
Sexta y Séptima.

339
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

del Centro de Arbitrajes de la Cámara de Comercio de Santiago


A.G., cuyas disposiciones fueron publicadas en el Diario Oficial
del 22 de junio de 1993 y que, formando parte integrante de esta
cláusula, las partes declaran conocer y aceptar. Las partes designan
árbitro arbitrador al integrante del cuerpo arbitral del Centro de
Arbitrajes antes mencionado D. .................................. y en su subsi-
dio, al integrante del citado cuerpo D. .................................. En el
evento de que ninguno de los nombrados pueda ejercer el cargo o
si al momento de solicitarse su intervención no fueren miembros
del cuerpo arbitral indicado, las partes confieren mandato especial
irrevocable a la Cámara de Comercio de Santiago A.G. para que
proceda a designar el tribunal arbitral. En contrade las resoluciones
del arbitrador no procederá recurso alguno, por lo cual venimos
en renunciar expresamente a ellos. El árbitro queda especialmente
facultado para resolver todo asunto relacionado con su competencia
y/o jurisdicción.

Noveno. Para todos los efectos legales las partes fijan su domicilio
en ........................................................................
Se faculta al portador ..............................................
La personería de D. ........................................ por la Sociedad
Legal Minera ...................... consta de ...............................
En comprobante y previa lectura firman.

340
22. COMPRAVENTA DE PERTENENCIAS MINERAS.
ESCRITURA PÚBLICA

Comparecen, por una parte, D. ....................................................., de


nacionalidad ........................................................, de profesión ..............
...................., de estado civil .................................., cédula de identidad
Nº ......................................., domiciliado en ............................................,
en representación de la Sociedad Legal Minera ..............................
.... de .................................., domiciliada en ......................................
..................., y por la otra, D. .................................., de nacionalidad
.................................., de profesión ............................, de estado civil
.............................., cédula de identidad Nº .........................................,
domiciliado en ..........................................., y exponen:

Primero. La Sociedad Legal Minera ....................................... de ........


............................. es dueña de las pertenencias mineras .....................
...................................., cuya sentencia constitutiva y acta de mensura
corren inscritas a fs. ............................... Nº .................................. del
Registro de Propiedad correspondiente al año ..................................
del Conservador de Minas de ..................................1

Segundo. Por el presente instrumento D. ................................ ........


.................., en representación de la Sociedad Legal Minera ...........
....................... de .................................. vende, cede y transfiere a D.
............................................... las pertenencias mineras individualizadas
en la cláusula anterior, quien las compra y acepta para sí.

Tercero. El precio de la compraventa es la suma de $ ...................


..........................., que el comprador paga de la siguiente manera:
a) con $ ..................................... al contado, en este acto, en dinero
efectivo, que el vendedor declara recibir a su entera satisfacción, y
b) con el saldo, ascendente a $ ...................... en .............................
.........................

Cuarto. Las pertenencias mineras se venden en el estado en que


actualmente se encuentran, debidamente amparadas, con todos sus

1
Si el vendedor es segundo o posterior adquirente de las pertenencias mi-
neras, habrá que citar, además, el título de dominio del vendedor y el origen de
su adquisición.

341
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

usos, costumbres, derechos y servidumbres, libres de toda prohibi-


ción, embargo, y gravamen, respondiendo la Sociedad vendedora
del saneamiento en conformidad a la ley.

Quinto. La entrega material se hace con esta fecha, a satisfacción


del comprador.

Sexto. Los gastos e impuestos que se devenguen con motivo de la


celebración del presente contrato, serán de cargo de......................
....................................

Séptimo. Para todos los efectos legales, las partes fijan su domicilio
en .....................................................................

Se faculta al portador de copia autorizada de la presente escritura


para requerir y firmar las anotaciones e inscripciones que procedan
en el Conservador de Minas competente.

La personería de D. .................................................... por la Socie-


dad Legal Minera ................................................ consta del acta de la
Junta de Accionistas que acordó la enajenación de las pertenencias
.................................................... y facultó a D. ..................................
..................... para celebrar el presente contrato y cuyo tenor es el
siguiente en su parte pertinente: (insertar).

342
23. PROMESA UNILATERAL DE VENTA DE
PERTENENCIAS MINERAS.1 ESCRITURA PÚBLICA 2

Comparecen, por una parte, D. .....................................................,


de nacionalidad ..........................................................., de profesión
.................................., de estado civil .................................., cédula
de identidad Nº ......................................., domiciliado en ..............
...................., en representación de la Sociedad Legal Minera ......
..................................................... de ......................., domiciliada en
........................................................., y por la otra, D. .............................
............................................, de nacionalidad ........................................,
de profesión ..................................., de estado civil ...........................
................, cédula de identidad Nº .........................., domiciliado en
..............................................., y exponen:

Primero. La Sociedad Legal Minera .............................................. de


............................................. es dueña de las pertenencias mineras
............................................., cuya sentencia constitutiva y acta de
mensura se encuentran inscritas a fs. ....................... Nº ....................
.... del Registro de Propiedad correspondiente al año ..............., del
Conservador de Minas de ............................3

Segundo. Por el presente instrumento D. ........................ ...............


...................., en representación de la Sociedad Legal Minera .......
........................... de .................................. promete vender, ceder y
transferir a don .........................................., las pertenencias mineras
individualizadas en la cláusula anterior, quien las promete comprar
y adquirir para sí.

Tercero. Se deja expresamente establecido que será facultativo para


el promitente comprador celebrar o no el contrato de compraventa

1
El presente contrato puede versar también sobre concesión de explora-
ción, acciones de sociedades regidas por el Código de Minería, parte o cuota de
concesión minera y cualquier derecho regulado especialmente por el indicado
Código.
2
El presente contrato puede celebrarse por escritura privada, pero no podrá
inscribirse para hacerlo oponible a terceros.
3
Si el promitente vendedor es segundo o posterior adquirente de las per-
tenencias mineras, habrá que citar, además, el título de dominio del promitente
vendedor y el origen de su adquisición.

343
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

prometido, de acuerdo con lo que al efecto dispone el artículo 169


del Código de Minería.

Cuarto. El precio de la compraventa de las pertenencias de que se


trata se pagará de la manera siguiente: a) con $ ........................... en
este acto, al contado, en dinero efectivo y que D. ..................................
......................, en la representación en que comparece, declara recibir
a su entera satisfacción; b) con $ ............................ dentro del plazo
de .................... (años, meses) contado desde la fecha de la presente
escritura; c) con $ ....................... dentro del plazo de .............................
(años, meses) contado desde la fecha de la presente escritura; y d)
con $ ...................... dentro del plazo de .......................... (años, meses)
contado desde la fecha de la presente escritura. Las cuotas del precio a
plazo se pagarán reajustadas en el mismo porcentaje de variación que
experimente la Unidad de Fomento entre esta fecha y el día del pago.
En caso de que la Unidad de Fomento no existiese o su mecanismo
de cálculo se modificare, el reajuste se hará conforme a la variación
que tenga el Índice de Precios al Consumidor fijado por el Instituto
Nacional de Estadísticas en el mismo período. El saldo de precio a
plazo devengará un interés del ....................% anual. Será facultativo
para el promitente comprador anticipar la fecha de pago de las cuotas
del precio de la compraventa, las que se imputarán a la o las cuotas
del precio siguientes hasta completar el precio total convenido.

Quinto. El plazo4 para la celebración del contrato de compraventa


prometido será de .................................. años a contar desde la fecha
del presente instrumento. En cualquiera fecha dentro del plazo antes
indicado el promitente comprador deberá manifestar por escritura
pública otorgada en esta misma Notaría, su voluntad de celebrar el
contrato de compraventa prometido. Si el promitente comprador
expresare su voluntad de perseverar en el contrato prometido, la
escritura pública de compraventa deberá suscribirsedentro del plazo
de ................................................... días contado desde la declaración
notarial que haga el promitente comprador en tal sentido. Si trans-
currido dicho plazo alguna de las partes no cumple su obligación de
suscribir el contrato de compraventa, deberá pagar a la otra parte,
por vía de multa, la cantidad de $ ...................................... diarios,
hasta la subscripción de la escritura de compraventa, todo ello sin

4
La promesa también puede estar sujeta a condición.

344
ANEXOS

perjuicio del derecho de la parte diligente de exigir el cumplimiento


forzado del contrato.

Sexto. Las pertenencias mineras se venderán debidamente amparadas,


con todos sus usos, costumbres, derechos y servidumbres, libres de
toda prohibición, embargo y gravamen, respondiendo la vendedora
del saneamiento en conformidad a la ley.

Séptimo. La promesa de venta quedará sin efecto: a) si el promitente


comprador no efectúa oportunamente alguno de los pagos a que se
obliga por la cláusula cuarta, lo que constituirá manifestación del deseo
de no perseverar en el contrato prometido; b) si en cualquier tiempo,
vigente la promesa, el promitente comprador comunicare, por carta
certificada, al promitente vendedor su decisión de no perseverar en el
contrato prometido; y c) si el promitente comprador no manifestare
antes del .................................. de ............................. de ..............................
su voluntad de celebrar el contrato prometido mediante la escritura
pública de declaración a que alude la cláusula quinta.

Octavo. Producido el desistimiento del contrato de compraventa,


cualquiera que fuera la causa, la promitente vendedora tendrá derecho
a conservar a título de indemnización cualquiera suma de dinero que
hubiere recibido a cuenta del precio, sin obligación de restitución,
pero no podrá exigirle al promitente comprador indemnización de
ninguna naturaleza, pago o prestación que hubiere nacido o se derive
de la celebración del presente contrato, quedando el promitente
comprador libre de todo cargo o responsabilidad, sin perjuicio de
las obligaciones contraídas por éste con terceros.

Noveno. En caso de desistimiento, el promitente comprador deberá


hacer entrega al promitente vendedor de un informe final sobre los
trabajos llevados a cabo en las pertenencias prometidas vender, y
tendrá el plazo de .................................. meses para retirar de éstas
todas las instalaciones y elementos introducidos en ellas. Aquellas
instalaciones y elementos que el promitente comprador no retire
dentro del plazo señalado, cederán en beneficio de la promitente
vendedora, sin cargo para ésta.5

5
La promesa suele ser objeto de otros derechos y obligaciones, producto de
las negociaciones que le dan origen.

345
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Décimo. Queda prohibido a la promitente compradora ceder o


transferir sin autorización expresa de la promitente vendedora los
derechos emanados del presente contrato.

Undécimo. Por este instrumento D. .......................................... en la


representación en que comparece, constituye en favor de ............
...................... prohibición voluntaria de gravar, enajenar, celebrar
actos y contratos y de disponer de las pertenencias mineras objeto de
este contrato, prohibiciones que se mantendrán vigentes mientras
el promitente comprador no manifieste su intención de desistirse o
de llevar a efecto la compraventa prometida. En caso de producirse
el desistimiento del promitente comprador de celebrar el contrato
de compraventa prometido, éste debe efectuar una declaración en
tal sentido y facultará a la promitente vendedora para solicitar del
Conservador de Minas respectivo, el alzamiento de las prohibiciones
a que se refiere la presente cláusula y la cancelación de la inscripción
de la presente promesa de compraventa.

Duodécimo. El promitente comprador queda facultado para ingresar


a las pertenencias y realizar en ellas todos los trabajos destinados a
verificar las bondades del yacimiento que éstas amparan, pero no
podrá efectuar labores de explotación.

Décimo Tercero. Cualquier duda o dificultad que surja entre las


partes con motivo del presente contrato o de sus documentos com-
plementarios o modificatorios, ya se refiera a su interpretación,
cumplimiento, validez, terminación o cualquier otra causa relacio-
nada con este contrato, se resolverá mediante arbitraje, conforme
al Reglamento del Centro de Arbitrajes de la Cámara de Comercio
de Santiago A.G., cuya disposiciones fueron publicadas en el Diario
Oficial del 22 de junio de 1993 y que, formando parte integrante
de esta cláusula, las partes declaran conocer y aceptar. Las partes
designan árbitro arbitrador al integrante del cuerpo arbitral del Cen-
tro de Arbitrajes antes mencionado D. .................................. y en su
subsidio, al integrante del citado cuerpo D. .................................. En
el evento de que ninguno de los nombrados pueda ejercer el cargo
o si al momento de solicitarse su intervención no fueren miembros
del cuerpo arbitral indicado, las partes confieren mandato especial
irrevocable a la Cámara de Comercio de Santiago A.G. para que
proceda a designar el tribunal arbitral. En contrade las resoluciones

346
ANEXOS

del arbitrador no procederá recurso alguno, por lo cual venimos


en renunciar expresamente a ellos. El árbitro queda especialmente
facultado para resolver todo asunto relacionado con su competencia
y/o jurisdicción.

Décimo Cuarto. Los derechos notariales e impuestos de cualquiera


naturaleza que demande el presente contrato serán de cargo de
..................................

Décimo Quinto. Para todos los efectos legales, las partes fijan su
domicilio en .....................................................................

Se faculta al portador de copia autorizada de la presente escritura


para requerir y firmar las inscripciones y anotaciones que procedan
en el Conservador de Minas competente.
La personería de D. ................................................... por la
Sociedad Legal Minera ..............................................................
...... consta del acta de la Junta de Accionistas celebrada con fe-
cha....................................................... que acordó la celebración
del presente contrato de promesa de compraventa y facultó a D.
............................................. para celebrarlo en los términos de que
da cuenta esta escritura y cuyo tenor es el siguiente, en su parte
pertinente: (insertar).6

6
Si se cuenta con la unanimidad de los socios, la Junta de Accionistas puede ce-
lebrarse por escritura pública que podrá ser la misma del contrato de promesa.

347
24. COMPRAVENTA DE ACCIONES DE SOCIEDADES
MINERAS.1 ESCRITURA PÚBLICA

Comparecen por una parte D. ................................................., de


nacionalidad ........................................................, de profesión ........
.........................., de estado civil ......................................, domiciliado
en .........................................., cédula de identidad Nº ......................, y
por la otra parte D. ........................................., de nacionalidad ...........
............................................, de profesión ........................................., de
estado civil .............................., domiciliado en ....................................
........................., cédula de identidad Nº ......................., y exponen:

Primero. D. ................................................................ es dueño de


........................................... acciones de la Sociedad Legal Minera
.................................. de .................................., las que se encuentran
inscritas a fs. ................................ Nº ................ del Libro de Accionistas
del Registro de Accionistas correspondiente al año ............................
del Conservador de Minas de .................................. La Sociedad se
encuentra inscrita a fs. .............. Nº ............. del Registro de ........
.......................... correspondiente al año .................................. del
Conservador de Minas indicado.

Segundo. Por el presente instrumento D. .................................. .........


................. vende, cede y transfiere .................................. acciones de
la Sociedad Legal Minera antes indicada, a D.....................................,
quien las compra y adquiere para sí.

Tercero. El precio de la compraventa es la suma de $ ................, que


D. .................................. paga a D. ............................................ en este
acto, al contado y en dinero efectivo, quien lo declara recibir a su
satisfacción.

Cuarto. La venta se hace libre de todo gravamen, prohibición y


embargo y respondiendo el vendedor del saneamiento en confor-
midad a la ley.

1
El esquema es aplicable sólo a las sociedades regidas por el Código de Mi-
nería, es decir, sociedades legales mineras y sociedades que nacen de un contrato
(sociedades contractuales mineras).

348
ANEXOS

Quinto. Para todos los efectos legales, las partes fijan su domicilio
en .....................................................................

Se faculta al portador de copia autorizada de la presente es-


critura para requerir y firmar las inscripciones y anotaciones que
correspondan en el Conservador de Minas competente.

349
25. CONSTITUCIÓN DE SOCIEDAD CONTRACTUAL
MINERA. ESCRITURA PÚBLICA

Comparecen D. ....................................................., de nacionalidad


.................................., de profesión .................................., de estado
civil ......................................................., domiciliado en .....................
..........................................., cédula de identidad Nº ...........................;
D. .............................................., de nacionalidad ..................................,
de profesión .................................., de estado civil ................................
....................., domiciliado en ................................................................,
cédula de identidad Nº ........................, y D. ....................................
de nacionalidad .................................., de profesión ......................
..........................., de estado civil .....................................................,
domiciliado en ................................................................, cédula de
identidad Nº ...................., y exponen:

Primero. Que vienen en constituir una sociedad contractual minera


que se regirá por la Sección Segunda, Párrafo Segundo del Título XI
del Código de Minería y por las estipulaciones contenidas en la
presente escritura.

Segundo. Nombre, domicilio, duración y objeto. La sociedad se denomi-


nará “............................................”, su domicilio será la comuna de
......................................................., su duración será de ...................
............... años contados desde esta fecha y su objeto será explorar,
reconocer, prospectar e investigar y explotar yacimientos mineros a
fin de extraer, producir y procesar minerales, concentrados u otros
productos procedentes de sustancias minerales, pudiendo para
estos efectos instalar y operar plantas de beneficio y tratamiento
de minerales; constituir y adquirir derechos mineros de cualquiera
naturaleza; vender, transportar, exportar y comercializar sustancias
y productos minerales; y, en general, celebrar, realizar y ejecutar
todos los actos y contratos civiles, comerciales, mineros, industriales
y metalúrgicos encaminados a los objetivos señalados.

Tercero. De la administración. A) Del Directorio. Sin perjuicio de las


facultades que correspondan a la Junta de Accionistas, la sociedad
será administrada por un Directorio compuesto de .........................
......... miembros, cuya duración será de tres años, los cuales podrán

350
ANEXOS

ser reelegidos y permanecerán en sus cargos hasta la Junta en que


corresponda efectuar su reemplazo. El Directorio sesionará con la
asistencia de........................ de sus miembros a lo menos y los acuer-
dos se adoptarán por mayoría de votos entre los presentes. En caso
de empate, se entenderá que existe acuerdo respecto de la opción
que cuenta con el voto del Presidente. De las deliberaciones y acuer-
dos del Directorio se dejará testimonio en un Libro de Actas que
llevará el Secretario, debiendo firmar las actas los Directores asis-
tentes conjuntamente con el Secretario. El Directorio tendrá la re-
presentación de la sociedad con las siguientes facultades, las que
podrán ser delegadas en un Gerente: a) Dirigir y administrar los
negocios sociales con las más amplias atribuciones, pudiendo eje-
cutar todos los actos y celebrar todos los contratos que tiendan a la
consecución del objeto social, especialmente comprar, vender, per-
mutar y dar en pago toda clase de establecimientos, negocios, mar-
cas, patentes, licencias, derechos y privilegios sobre equipos, máqui-
nas, productos o materias primas; comprar, vender, permutar y dar
o recibir en pago bienes raíces y toda clase de bienes muebles, in-
cluidos créditos, acciones, bonos y otros valores; dar y tomar en
arrendamiento bienes raíces y toda clase de bienes muebles; ceder
créditos y aceptar cesiones; contratar en bancos comerciales, Banco
del Estado de Chile, bancos de fomento, instituciones de crédito
nacionales, extranjeras e internacionales, sociedades civiles y comer-
ciales y personas naturales y jurídicas en general, cuentas corrientes
de depósito o de crédito y operar en ellas, pudiendo al efecto girar
y sobregirar, cobrar, endosar, revalidar, cancelar y protestar cheques,
retirar talonarios de cheques y reconocer o impugnar saldos, efectuar
depósitos en dinero, a la vista, a plazo, condicionales o de cualquier
otra clase y retirarlos; cobrar y percibir todo cuanto por cualquier
motivo o título pertenezca, corresponda o se adeude a la sociedad
y otorgar recibos y finiquitos; dar órdenes de no pago a cheques;
contratar líneas y apertura de créditos; operar en el mercado de
capitales; efectuar operaciones de importación y exportación y sus-
cribir toda la documentación bancaria y reglamentaria correspon-
diente y contratar operaciones de cambio; celebrar contratos de
préstamos y créditos de toda clase, con o sin intereses, con o sin
garantías, ya sea en forma de mutuos, avíos, pagarés, avances contra
aceptación de letras de cambio o de cualquiera otra forma, sobre-
giros, créditos en cuenta corriente, incluso abrir acreditivos en mo-
neda extranjera ya sea por medio de créditos simples, documentarios

351
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

y otros; girar, suscribir, aceptar, reaceptar, revalidar, endosar en


dominio, en cobranza o en garantía, con o sin restricciones, avalar,
descontar, prorrogar, protestar cheques, letras de cambio, pagarés,
certificados de depósito y cualquier otro documento mercantil, sean
nominativos, a la orden o al portador; afianzar, constituir a la socie-
dad en fiadora y codeudora solidaria, constituir toda clase de pren-
das, ordinarias o especiales, e hipotecas, con o sin cláusula de ga-
rantía general hipotecaria o prendaria, incluso para garantizar todas
las operaciones futuras del comitente, alzar y posponer y, en general,
modificar estas garantías; renunciar y reconocer acciones y deudas;
depositar valores en custodia o garantía y retirarlos; cobrar y perci-
bir dividendos de acciones o intereses de bonos; reconocer o com-
pensar deudas, judicial o extrajudicialmente; otorgar finiquitos o
cancelaciones; modificar, dejar sin efecto y poner término a toda
clase de actos; dar y tomar dinero a interés; estipular en cada con-
trato que se celebre, de cualquier clase que sea, las cantidades, pla-
zos e intereses, forma de pago y demás condiciones y cláusulas esen-
ciales, naturales o accidentales; celebrar contratos de seguros, de
igualas, contratos de trabajo, de prestación de servicios, de construc-
ción y de ejecución de obras y toda clase de contratos, incluso los
de promesa; resciliar y resolver, modificar y dejar sin efecto esos
contratos y cualesquiera otros; efectuar todos los actos de adminis-
tración y conservación de propiedad, edificar, modificar y reparar
construcciones, celebrando los contratos que estime convenientes;
representar a la sociedad en todas las diligencias de comercio inte-
rior y exterior, Ministerios, Banco Central de Chile, etcétera; retirar
toda clase de correspondencia de Correos y Telégrafos de Chile y
del extranjero, encomiendas, giros postales y telegráficos y su valor;
abrir, cerrar y administrar cajas de seguridad; representar a la socie-
dad en toda clase de negocios, aun cuando para ellos se necesitaren
facultades especiales; firmar los documentos y escrituras que nazcan
del ejercicio de este mandato; vender, permutar y dar en prenda
minerales extraídos; constituir y aceptar depósitos ordinarios, warrants
o de otra especie; construir y ejercer el giro de almacenes generales
de depósito; celebrar el contrato de transporte en todas sus formas
y adquirir y organizar medios de transportes; contratar seguros de
cualquier especie y con relación a cualquiera operación o bienes;
concurrir a la formación de sociedades civiles o comerciales, mine-
ras y de cualquiera naturaleza, de asociaciones o cuentas en partici-
pación, de corporaciones o cooperativas, ingresar a las ya constitui-

352
ANEXOS

das, modificarlas o ponerles término, desahuciarlas, designar


apoderados con voz y voto en ellas; celebrar acuerdos, actos o en-
tendimientos en que la sociedad participe como socia, como orga-
nizadora, administradora, filial o interesada, modificar los contratos
o pactos y las sociedades existentes; adquirir o ceder derechos o
acciones en ellas, disolverlas y liquidarlas; cobrar dividendos, bene-
ficios o participaciones, suscribir nuevas emisiones de acciones y las
acciones liberadas que pudieran existir; concurrir a las Juntas Ge-
nerales y sesiones de entidades en que la Sociedad tenga interés o
sea accionista; celebrar contratos de trabajo individuales o colectivos,
cancelarlos, reclamar su cumplimiento, fijar las atribuciones y des-
tino de sus trabajadores; aceptar sus renuncias, suspenderlos o des-
tituirlos y, en general, atender y ejercer todos los actos que directa
o indirectamente se relacionen con la aplicación de las leyes sociales,
del trabajo, de previsión; organizar los trabajos de oficina, de las
minas y de los demás negocios sociales; establecer las obligaciones
del personal; dictar normas en relación con todos los negocios de
la Sociedad y fiscalizarlos; amparar y defender las pertenencias de
la sociedad; contratar con terceros la explotación de éstas para la
sociedad; demandar, aceptar y constituir, a cualquier título, servi-
dumbres civiles, mineras y de cualquier otra clase, sean ellas activas
o pasivas, fijar sus condiciones, ejercerlas, soportarlas, cederlas y
ponerles término; solicitar y constituir a cualquier título toda clase
de derechos de aprovechamiento o mercedes de agua, adquirirlos,
ejercerlos, cederlos y ponerles término, como asimismo, ejercer
todos los derechos que el Código de Aguas otorga a los particulares;
y ejercer respecto de las servidumbres, derechos de aprovechamien-
to y concesiones antedichos, todos los actos y facultades que le co-
rresponden de acuerdo con esta cláusula; b) En el orden judicial,
ejercer todas las facultades que se enumeran en ambos incisos del
artículo séptimo del Código de Procedimiento Civil, que se dan por
reproducidos expresa y totalmente. En general, el Directorio queda
facultado para representar a la sociedad en cualquier clase de ges-
tiones y juicios y entablar y contestar ante cualquier tribunal civil,
criminal, arbitral o de cualquier especie las acciones que procedan
y, en suma, para practicar todos los actos judiciales que sean útiles
o necesarios en interés de la sociedad, incluso aquellos para los
cuales la ley exige mandato especial. Las facultades judiciales que
se han indicado no importarán restricción o limitación de las amplias
facultades que el Directorio tiene en representación de la sociedad;

353
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

c) Fijar los días y lugares en que sesionará el Directorio; la forma en


que se expedirán las convocatorias a sus reuniones; y resolver todas
las demás materias que digan relación con el funcionamiento inter-
no del Directorio; d) Designar y remover a uno o más Gerentes y/o
apoderados de la sociedad de acuerdo con lo expuesto en la cláu-
sula siguiente y al Secretario y Ministro de Fe del Directorio, que lo
será también de la sociedad; fijarles sus atribuciones, otorgarles
poderes generales o especiales y delegarles total o parcialmente las
facultades a que se refiere esta cláusula, pudiendo revocar o modi-
ficar en cualquier tiempo tales atribuciones, poderes y delegaciones,
todo ello sin perjuicio de su propia actuación; e) Delegar todas y
cualquiera de las facultades contenidas en esta cláusula y, en gene-
ral, ejecutar todos aquellos actos y contratos que conduzcan al cum-
plimiento de los fines sociales; f) Acordar la convocatoria a Juntas
Ordinaria y Extraordinaria de Accionistas y presentar anualmente
a la Junta Ordinaria la Memoria y Balance del correspondiente
ejercicio; y g) Resolver todo aquello no previsto en estos Estatutos
y, en general, hacer todos los negocios y tomar todas las medidas
que correspondan a los objetos y fines de la sociedad y que no estén
reservados a la Junta de Accionistas. B) De las Juntas de Accionistas.
Las Juntas Ordinarias de Accionistas se celebrarán en el curso de
los primeros cuatro meses siguientes a la fecha del Balance anual.
Las Juntas Extraordinarias serán convocadas cuando lo soliciten por
escrito y con indicación del objeto, accionistas que representen a lo
menos el ..................................% de las acciones. La convocatoria a
Junta se hará por medio de un aviso que se publicará en ................
.............................................................. con no menos de ..................
................ días de anticipación a la reunión. Las Juntas se constitui-
rán con la asistencia de personas que representen un .....................
.............% de las acciones de la sociedad. Si no concurriere esa ma-
yoría, la Junta se constituirá en segunda citación con las acciones
que concurran. Los accionistas podrán hacerse representar en las
Juntas por personas que sean o no accionistas, siendo necesario en
este último caso otorgar el poder por escritura pública. Serán atri-
buciones de la Junta Ordinaria de Accionistas: 1º) Deliberar y pro-
nunciarse sobre la Memoria y Balance anual; 2º) Aprobar los divi-
dendos; 3º) Elegir Directores, cuando corresponda; y 4º) En general,
resolver cualquier asunto relacionado con los intereses sociales, con
excepción de aquellos que correspondan a la Junta Extraordinaria
o al Directorio. Serán atribuciones de la Junta Extraordinaria acor-

354
ANEXOS

dar la reforma de los Estatutos Sociales, la venta del activo y pasivo,


la enajenación, arrendamiento y cesión del derecho a explotar las
pertenencias mineras de la sociedad u otros bienes raíces y la diso-
lución o terminación anticipada de la sociedad. Los acuerdos de las
Juntas se adoptarán por la mayoría absoluta de las acciones asisten-
tes a la Junta, salvo los acuerdos que son materia de Junta Extraor-
dinaria, los cuales requerirán de los dos tercios de las acciones de
la sociedad y salvo también los actos y contratos que contemplan los
artículos 189 y 195 del Código de Minería, los que, además de las
mayorías ahí establecidas, deberán cumplir con las formalidades
que señalan este último artículo y el artículo 190 de dicho Código.
De las deliberaciones y acuerdos de las Juntas se dejará testimonio
en un libro de actas.

Cuarto. Capital y acciones. El interés social estará dividido en .............


..................... acciones y se distribuirá entre los comparecientes de la
siguiente manera: ............................... acciones para D. ......................
............; .................................. acciones para D. .................................. y
.................................. acciones para D. .................................. D. ............
...................... aporta, cede y transfiere en pago de su interés social, las
pertenencias mineras .................................., cuya sentencia constitutiva
y acta de mensura corren inscritas a fs. ...................... Nº ....................
del Registro de Propiedad correspondiente al año ....................., del
Conservador de Minas de .................................................. D. ................
..................1 y D. .................................. aportan, en este acto, cada uno
en pago de su interés social, la suma de $................................ Las per-
tenencias mineras se aportan libres de todo gravamen, prohibición
y embargo, debidamente amparadas, respondiendo el aportante del
saneamiento en conformidad a la ley.

Quinto. Repartición de las utilidades. Las utilidades y pérdidas se dis-


tribuirán y soportarán en proporción a las acciones de cada socio.
La distribución de las utilidades se efectuará cuando lo disponga
el Directorio.

Sexto. Memoria y Balance. Se practicará Balance de las operaciones


sociales al 31 de diciembre de cada año, oportunidad en que el

1
Si el aportante es segundo o posterior adquirente de las pertenencias mineras,
habrá que citar, además, el título de dominio.

355
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

Directorio presentará a los accionistas la Memoria correspondiente


al último ejercicio.

Séptimo. Disolución y liquidación. La sociedad se disolverá: a) por


expiración del plazo convenido para su duración, salvo que se pro-
rrogue; b) por acuerdo de la Junta Extraordinaria de Accionistas;
y c) en los demás casos que contemplan las leyes. La liquidación se
hará por una Comisión Liquidadora nombrada en Junta Extraordi-
naria de Accionistas.

Octavo. Arbitraje. Cualquier duda o dificultad que surja entre las


partes con motivo del presente contrato o de sus documentos com-
plementarios o modificatorios, ya se refiera a su interpretación,
cumplimiento, validez, terminación o cualquier otra causa relacio-
nada con este contrato, se resolverá mediante arbitraje, conforme
al Reglamento del Centro de Arbitrajes de la Cámara de Comercio
de Santiago A.G., cuyas disposiciones fueron publicadas en el Diario
Oficial del 22 de junio de 1993 y que, formando parte integrante
de esta cláusula, las partes declaran conocer y aceptar. Las partes
designan árbitro arbitrador al integrante del cuerpo arbitral del
Centro de Arbitrajes antes mencionado D. .............................. y en
su subsidio, al integrante del citado cuerpo D. ..............................
En el evento de que ninguno de los nombrados pueda ejercer el
cargo o si al momento de solicitarse su intervenció n no fueren
miembros del cuerpo arbitral indicado, las partes confieren manda-
to especial irrevocable a la Cámara de Comercio de Santiago A.G.
para que proceda a designar el tribunal arbitral. En contra de las
resoluciones del arbitrador no procederá recurso alguno, por lo
cual venimos en renunciar expresamente a ellos. El árbitro queda
especialmente facultado para resolver todo asunto relacionado con
su competencia y/o jurisdicción.

Noveno. Inscripciones. Se faculta al portador de copia autorizada del


presente contrato para requerir y firmar las inscripciones y anota-
ciones que correspondan en el (o los) Conservador(es) de Minas
competente(s).

Décimo. Para todos los efectos legales derivados del presente contrato,
las partes fijan domicilio en .....................................................

356
ANEXOS

Cláusula transitoria. Directorio Provisional. Mientras se designa el Direc-


torio de acuerdo a los Estatutos, se designa como Directores con las
mismas facultades a D. .................................., D. ..................................
y D. ........................................, quienes durarán en sus funciones hasta
la Primera Junta Ordinaria de Accionistas.

357
26. CONTRATO DE OPCIÓN DE COMPRA.1
ESCRITURA PÚBLICA

Comparecen D. ..........................................................., de nacionalidad


.................................., de profesión .................................., de estado
civil ......................................................, domiciliado en .........................
......................................., cédula de identidad Nº ..................................,
y D. .................................., de nacionalidad .................................., de
profesión .................................., de estado civil ................., domici-
liado en ...................., cédula de identidad Nº ..................................,
y exponen:

Primero. D. ....................................................... es dueño de las per-


tenencias mineras ......................................................, cuya sentencia
constitutiva y acta de mensura se encuentran inscritas a fs. ...........
....................... Nº .................................. del Registro de Propiedad
correspondiente al año ..........................., del Conservador de Minas
de ..................................2

Segundo. Por el presente instrumento D. .................................., viene


en otorgar una opción de compra, en los términos del artículo 169
del Código de Minería sobre las pertenencias individualizadas en la
cláusula anterior, en favor de D..........................................................

Tercero. La opción materia de este contrato es de carácter irre-


vocable y se otorga por un plazo de .................................. a contar
desde la fecha de la presente escritura. En cualquier tiempo antes
de dicha fecha D. ................................. ..........................................
podrá manifestar su voluntad de celebrar la compraventa, siendo
facultativo para él dar o no dicha aceptación. Si D...........................
............ no expresa antes de la expiración del plazo su aceptación,
se entenderá que no desea perfeccionar el contrato.3-4

1
El presente contrato puede versar también sobre concesión de exploración,
acciones de sociedades regidas por el Código de Minería, parte o cuota de la conce-
sión minera y cualquier otro derecho regulado especialmente por dicho Código.
2
Si el oferente es segundo o posterior adquirente de las pertenencias mineras,
habrá que citar, además, el título de dominio.
3
La opción de compra puede también quedar sujeta a condición.
4
Inscrito el contrato en el competente Registro, será oponible a terceros en
los términos del artículo 169 del Código de Minería.

358
ANEXOS

Cuarto. Para el perfeccionamiento de la compraventa ofrecida, D.


.............................................. deberá dar su aceptación por escritura
pública, dentro del plazo convenido en la cláusula anterior.

Quinto. El precio de la compraventa será de $ ..........................., que


se pagará ..................................

Sexto. Las pertenencias se venderán en el estado en que se encuen-


tran, con todos sus usos, costumbres, derechos y servidumbres, de-
bidamente amparadas, respondiendo el vendedor del saneamiento
en conformidad a la ley.

Séptimo. D. ........................................... constituye en favor de D.


.................................., quien la acepta, prohibición de gravar, ena-
jenar o disponer de cualquier manera de las pertenencias mineras
objeto del presente contrato o de celebrar actos y contratos que
limiten o afecten la tenencia, posesión o propiedad de ellas, sin
autorización de D................................... Otorgada la aceptación de
D. .............................................. a la oferta de compra de que se tra-
ta, quedarán sin valor y efecto alguno las prohibiciones a que se
refiere la presente cláusula y se podrá requerir su alzamiento del
Conservador de Minas.

Octavo. Durante la vigencia del presente contrato D........................


............................. adoptará, a su exclusivo costo, todas las medidas
judiciales y extrajudiciales que sean necesarias para mantener de-
bidamente constituidas y vigentes las pertenencias individualizadas
en la cláusula primera.

Noveno. El beneficiario de la oferta queda facultado para ingresar


a las pertenencias ofrecidas y realizar en ellas todos los trabajos des-
tinados a verificar las bondades del yacimiento que ellas amparan,
pero no podrá efectuar labores de explotación.

Décimo. Cualquier duda o dificultad que surja entre las partes con
motivo del presente contrato o de sus documentos complementarios
o modificatorios, ya se refiera a su interpretación, cumplimiento,
validez, terminación o cualquier otra causa relacionada con este
contrato, se resolverá mediante arbitraje, conforme al Reglamento
del Centro de Arbitrajes de la Cámara de Comercio de Santiago

359
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

A.G., cuyas disposiciones fueron publicadas en el Diario Oficial


del 22 de junio de 1993, y que, formando parte integrante de esta
cláusula, las partes declaran conocer y aceptar. Las partes designan
árbitro arbitrador al integrante del cuerpo arbitral del Centro de
Arbitrajes antes mencionado D. .................................. y, en su sub-
sidio, al integrante del citado cuerpo D. .................................. En el
evento de que ninguno de los nombrados pueda ejercer el cargo
o si al momento de solicitarse su intervención no fuere miembro
del cuerpo arbitral indicado, las partes confieren mandato especial
irrevocable a la Cámara de Comercio de Santiago A.G. para que
proceda a designar el tribunal arbitral. En contrade las resoluciones
del arbitrador no procederá recurso alguno, por lo cual venimos
en renunciar expresamente a ellos. El árbitro queda especialmente
facultado para resolver todo asunto relacionado consu competencia
y/o jurisdicción.

Undécimo. Para todos los efectos legales derivados de este contrato,


las partes fijan domicilio en la ciudad de ....................., comuna de
......................................

Duodécimo. Los gastos y derechos notariales que demande el pre-


sente contrato y sus inscripciones serán de cargo de........................
......................

Se faculta al portador de copia autorizada de la presente es-


critura para requerir y firmar las anotaciones e inscripciones que
procedan.

360
27. ACEPTACIÓN DE LA OFERTA. ESCRITURA
PÚBLICA

Comparece ..................................................................., de nacionalidad


.................................., de profesión .................................., de estado
civil ........................................................, domiciliado en ...................
..............., cédula de identidad Nº ........................., y expone:

Primero. Que por escritura pública otorgada ante el Notario de


.................................. D. ....................................................., con fecha
.................................., D. .................................. otorgó al compareciente
una opción de compra en los términos del artículo 169 del Código
de Minería por las pertenencias mineras que se individualizan en
la cláusula primera de dicha escritura, en las condiciones de que
da cuenta ese instrumento. La opción de compra se inscribió a fs.
.................... Nº ..................... del Registro de Hipotecas y Gravámenes
correspondiente al año .................................., del Conservador de
Minas de .................................................

Segundo. Que estando dentro del plazo convenido en la escritura de


opción de compra, por el presente instrumento D. ..................................
manifiesta su aceptación de la oferta irrevocable de que da cuenta
el contrato de opción referido en la cláusula precedente.

Tercero. Como consecuencia de la aceptación indicada y confor-


me lo dispone el artículo 169 del Código de Minería, ha quedado
perfeccionada la compraventa de las pertenencias mineras ............
......................, cuya sentencia constitutiva y acta de mensura corren
inscritas a fs. .................................. Nº .................... del Registro de
Propiedad correspondiente al año ........., del Conservador de Minas
de ..................................1

Se faculta al portador de copia autorizada de la presente es-


critura para requerir y firmar las anotaciones e inscripciones que
procedan.2

1
Si el oferente es segundo o posterior adquirente de las pertenencias mineras,
habrá que citar, además, el título de dominio.
2
La tradición de las pertenencias objeto del contrato se hará por la inscripción
de las escrituras de opción de compra y de aceptación.

361
28. CONTRATO DE AVÍO. ESCRITURA PÚBLICA

Comparecen por una parte D. .......................................................,


de nacionalidad ........................................................, de profesión
.................................., de estado civil .................................., domiciliado
en ........................................., cédula de identidad Nº ....................., y
por la otra parte D. .................................., de nacionalidad .................
......................................., de profesión .................................., de estado
civil .................................., domiciliado en ..........................................,
cédula de identidad Nº .................................., y exponen:1

Primero. D. ................................................ es dueño de las pertenencias


mineras ........................................................, cuya sentencia constitutiva y
acta de mensura se encuentran inscritas a fs. ............... Nº ......................
del Registro de Propiedad correspondiente al año ..........................,
del Conservador de Minas de ..........................................2

Segundo. Por el presente instrumento D. .................................., en


adelante “el aviador”, hace entrega de la suma de dinero ascendente
a $ .................................. a D. .................................., quien declara
recibirla y aceptarla a título de avío para invertirla en beneficio de
la explotación de las pertenencias mineras individualizadas en la
cláusula anterior.

Tercero. El crédito de avío se obliga a pagarlo D..........................


....................................., en adelante “el minero”, en dinero efectivo
dentro del plazo de .................................. años a partir de la fecha
de este instrumento, en cuotas mensuales iguales y sucesivas de
$ ....................................... más un premio en dinero ascendente a
..................................% mensual de la parte insoluta de dicho cré-
dito, pagadero con cada cuota. Los pagos referidos se harán con el
producto de la explotación de las pertenencias.3

1
El contrato puede celebrarse por escritura privada, pero, en tal caso, no
podrá inscribirse y, en consecuencia, no será oponible a terceros.
2
Si el minero es segundo o posterior adquirente de las pertenencias mineras,
habrá que citar, además, el título de dominio y el origen de su adquisición.
3
Puede pactarse también que el pago de lo debido al aviador se haga en mi-
nerales o pastas. También puede estipularse que el pago del avío se haga mediante
la transferencia de una cuota de la(s) pertenencia(s) que puede llegar hasta el cin-
cuenta por ciento. Los premios pueden convenirse sin sujeción a límite alguno.

362
ANEXOS

Cuarto. El presente contrato tendrá una duración de .............


años.

Quinto. La administración de las pertenencias aviadas correspon-


derá al minero, sin perjuicio de que éste la perderá en beneficio
del aviador en los casos a que se refieren los artículo 213 y 214 del
Código de Minería.

Sexto. El minero se obliga a no celebrar actos ni contratos sobre


las pertenencias mineras objeto de la presente convención, sin el
consentimiento del aviador.

Séptimo. El aviador podrá visitar las pertenencias, inspecc ionar


los trabajos, revisar los libros de contabilidad y sus documentos
justificativos y hacer las observaciones y reparos que la contabi-
lidad y el sistema de trabajo le sugieran, pudiendo ejercer estas
facultades por sí o por representantes designados a l efecto por
escritura pública.

Octavo. Para todos los efectos legales derivados del presente contrato, las
partes fijan domicilio en la ciudad de................................................

Noveno. Cualquier duda o dificultad que surja entre las partes con
motivo del presente contrato o de sus documentos complementarios
o modificatorios, ya se refiera a su interpretación, cumplimiento,
validez, terminación o cualquier otra causa relacionada con este
contrato, se resolverá mediante arbitraje, conforme al Reglamento
del Centro de Arbitrajes de la Cámara de Comercio de Santiago
A.G., cuyas disposiciones fueron publicadas en el Diario Oficial
del 22 de junio de 1993 y que, formando parte integrante de esta
cláusula, las partes declaran conocer y aceptar. Las partes designan
árbitro arbitrador al integrante del cuerpo arbitral del Centro de
Arbitrajes antes mencionado D. ..................................... y en su sub-
sidio, al integrante del citado cuerpo D. .................................. En el
evento de que ninguno de los nombrados pueda ejercer el cargo
o si al momento de solicitar su intervención no fueren miembros
del cuerpo arbitral indicado, las partes confieren mandato especial
irrevocable a la Cámara de Comercio de Santiago A.G. para que
proceda a designar el tribunal arbitral. En contrade las resoluciones
del arbitrador no procederá recurso alguno, por lo cual venimos

363
CURSO DE DERECHO DE MINERÍA

en renunciar expresamente a ellos. El árbitro queda especialmente


facultado para resolver todo asunto relacionado con su competencia
y/o jurisdicción.

Se faculta al portador ...

En comprobante ...

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