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A.

ANGUS CAMPBELL Y GEORGE KATONA

CAPITULO I

LA ENCUESTA POR MUESTREO: UNA TECNICAPARA LA INVERSTIGACION EN


CIENCIAS SOCIALES

Muchos problemas de investigación requieren la recolección sistemática de datos de poblaciones o


de muestras de población que deben obtenerse mediante el uso de entrevistas personales u otros
instrumentos para obtener datos. Habitualmente a estos estudios se los llama encuestas, en especial
cuando se ocupan de grupos de personas numerosos y muy dispersos. Se los llama encuestas por
muestreo cuando sólo se aplican a una fracción representativa de una población total (universo).

El procedimiento básico de la encuesta, tal como se la usa en ciencias sociales, consiste en una
combinación de técnicas que se han desarrollado en investigaciones de diversas disciplinas. Por
ejemplo, los procedimientos de la entrevista se basan en gran medida en la experiencia de psicólogos,
antropólogos y otros científicos que usaron la entrevista personal no sólo como instrumento de
investigación sino también como medio de diagnóstico o terapia mucho antes de que se la adaptase
para el uso de encuestas. Las técnicas de formación de escalas y otros métodos de medición fueron
tomados tanto de la sociología como de la psicología. Los métodos de muestreo provienen en parte de
la economía agraria; los análisis de contenidos se originaron en una variedad de campos, incluyendo el
de la ciencia política. Las técnicas del análisis estadístico de datos masivos son comunes a todos los
campos de la investigación cuantitativa en las ciencias sociales.

Como instrumento, la encuesta no es un método específico de ninguna disciplina de las ciencias


sociales y se aplica en forma amplia a problemas de muchos campos. Esta capacidad de múltiple
aplicación y su gran alcance hace de la la encuesta una técnica de gran utilidad en las ciencias de la
conducta.

Las encuestas dependen del contacto directo con todas aquellas personas, o con una muestra de
ellas, cuyas características, conductas o actitudes son significativas para una investigación específica.
De esta manera, el método de la encuesta difiere de la investigación realizada en bibliotecas o archivos
que consiste en estudiar, reagrupar y analizar informes compilados con otros propósitos.

La técnica de la encuesta se usa solamente cuando la información requerida no puede obtenerse


con más facilidad o menos gastos a partir de otras fuentes. Por ejemplo, sería ineficaz emplear una
encuesta por muestreo para determinar la cantidad de automóviles utilizados en los Estados Unidos de
Norteamérica. Puesto que los propietarios norteamericanos de automóviles deben registrar sus coches
todos los años, un estudio de los catálogos de las oficinas estaduales de patentes puede proporcionar tal
información en forma mucho más rápida y confiable. Pero ningún registro proporciona información
sobre las ocupaciones, intenciones, hábitos y otras características de los propietarios de automóviles.
Del mismo modo, se compilan datos anuales principalmente a través de registros llevados con
propósitos prácticos y legales sobre la renta nacional total o la tasa nacional de natalidad. La
información sobre la tasa de ingresos o la tasa de natalidad de subgrupos de la población tales como los
habitantes de grandes ciudades, los obreros calificados o los graduados universitarios puede
computarse para determinados años a través del Centro Decenal (que, en una sentido, representa una
aplicación de la técnica de la encuesta). Pero las encuestas por muestreo son imprescindibles para hallar
respuestas a preguntas tales como “¿Cuántas y qué tipos de familias norteamericanas tuvieron una
entrada inferior a 1000 dólares en cada uno de los años que se enumeran?”, “Las personas de altos
ingresos son más optimistas respecto del futuro que las de bajos ingresos?” o “¿Cuáles son las
diferencias entre las tasas de natalidad de grupos con distintas afiliaciones religiosas?”

Solo puede efectuarse una encuesta por muestreo si las personas que se seleccionan para ser
entrevistadas pueden y quieren proporcionar la información requerida. No se ganaría mucho si se
pidiera a una muestra de la población que informase sobre su ritmo metabólico o sobre la represión de
sentimientos de hostilidad hacia sus padres. Tal información requiere técnicas especializadas de
determinación y pocas personas podrían informar acerca de estos hechos con algún grado de validez.
Por otra parte, no siempre puede suponerse que la gente estará dispuesta a proporcionar la información
que, razonablemente, puede esperarse que posea. Es probable que el entrevistado reprima o distorsione
toda información que pueda incriminarlo o ponerlo en situación embarazosa. No obstante, siempre que
el entrevistador actúe con habilidad y tacto, los entrevistados tienen una tolerancia sorprendentemente
alta para las preguntas acerca de cuestiones personales. Sin embargo, no puede suponerse que la
disposición de la mayoría de los entrevistados a proporcionar información detallada acerca de sí
mismos signifique que sus respuestas tendrán la impersonalidad de un tabulador eléctrico. A menudo es
más fácil especificar cuáles son los datos que debe reunir una encuesta que diseñar y realizar la
entrevista mediante la cual pueden obtenerse eficazmente los datos.

Las encuestas varían enormemente en su alcance, diseño y contenido. Como en cualquier otra
investigación, las características específicas de cualquier encuesta serán determinadas por sus objetivos
básicos. El enunciado de las preguntas esenciales que la investigación intenta examinar define en gran
parte el universo que se estudiará, el tamaño y naturaleza de la muestra, el tipo de entrevista, el
contenido del cuestionario, el carácter de la codificación y la naturaleza del análisis. Los métodos
específicos de la encuesta varían de acuerdo con los objetivos específicos de la misma.

TIPOS DE UNIVERSOS DE LA ENCUESTA

La encuesta por muestreo más popular en los Estados Unidos de Norteamérica es el sondeo de
opinión pública realizado por la organización Gallup. Esta empresa periodística plantea preguntas al
público norteamericano desde 1936, y sus informes son un elemento familiar que puede encontrarse
todas las semanas en los diarios. Habitualmente la Encuesta Gallup tiende a representar a la población
adulta total; en sus escrutinios preelectorales ficticios trata de representar a la población de electores.

Aunque la Encuesta Gallup es la más conocida de las que cubren la población nacional, todos
los años se efectúan en Estados Unidos muchas otras encuestas nacionales. Quizá la más ambiciosa de
éstas sea el Current Population Survey (Encuesta Permanente de Población), realizada por el Bureau of
the Census. Esta encuesta, que abarca alrededor de 25.000 familias, se efectúa mensualmente y es la
fuente de muchas informaciones importantes acerca de la vivienda y el empleo.

Otro bien conocido estudio nacional es el Survey of Consumer Finances (Encuesta sobre
Finanzas del Consumidor), realizada anualmente desde 1946 para el Federal Reserve Board por el
Survey Research Center. Esta encuesta, basada en una muestra de cerca de 3500 familias, proporciona
todos los años datos sobre estadísticas económicas básicas tales como las distribuciones del ingreso
nacional, ahorros, activos líquidos y compras de casas y bienes duraderos, así como respecto de
actitudes y motivaciones económicas.
En Inglaterra, el Social Survey, oficina del gobierno cuya función es recoger información
mediante encuestas por muestreo para las reparticiones del gobierno británico que la requieran, con
frecuencia plantea preguntas a la población de toda la nación. Uno de los principales estudios de este
organismo es el Survey of Sickness (Encuesta sobre la Enfermedad), realizada mensualmente desde
1947 para determinar la incidencia y distribución de las enfermedades, la incapacitación y el uso de
servicios médicos.

Todos los años muchas organizaciones comerciales de opinión pública realizan estudios
nacionales en los Estados Unidos de Norteamérica. Estas encuestas generalmente tienen su origen en
contratos con empresas privadas, y la información es, en la mayor parte de los casos, confidencial.
Puesto que no se dan a conocer métodos y resultados, la mayor parte de estos estudios tienen
relativamente poco valor para los científicos sociales.

Muchas encuestas toman como universo a la población nacional porque la nación constituye
una unidad política y económica básica. Este procedimiento está especialmente justificado cuando las
encuestas son realizadas por organismos gubernamentales cuyas políticas afectan a toda la nación o por
organizaciones comerciales cuyos mercados tienen alcance nacional. También se estudian áreas
geográficas dentro de la nación cuando los objetivos de la encuesta requieren análisis regionales
especiales o la representación de estados, distritos o ciudades específicas. Por ejemplo, el estado de
Washington subvenciona al Washington Opinion Research Laboratory, el cual , como rama de las dos
universidades estaduales, realiza encuestas sobre la población de ese estado con preguntas de interés
público.

Se han realizado numerosos estudios de una ciudad única, habitualmente en relación con
problemas locales específicos. En 1951 la Universidad de Michigan inició un estudio continuado del
área metropolitana de Detroit, basado en encuestas por muestreo anuales. Este proyecto resulta útil para
distintas investigaciones en ciencias sociales.

Aunque la base más común para las encuestas por muestreo sean las poblaciones geográficas
definidas de esta manera, es posible estudiar muchos otros universos. Por ejemplo, pueden ser objeto de
estudio las personas de una determinada ocupación. El Departamento de Agricultura efectúa todos los
años una cantidad de encuestas que no se ocupan solamente de las granjas. A menudo el universo
puede ser definido restringiéndolo a los cultivadores de algodón o de soya, o bien limitando el área
cubierta, y de tal modo que el universo incluya sólo una población tan estrechamente definida como
“granjeros del estado de Illinois que cultivan principalmente soya en granjas de más de 12 hectáreas”.

Una población encuestada con frecuencia es la de amas de casas, en especial para requerir
información sobre sus preferencias por alimentos, disposición y tamaño de los jardines caseros,
etcétera. Las amas de casa no pueden proporcionar en forma satisfactoria alguna información de
carácter familiar, en particular los datos financieros, y en tales cosas se definirá el universo como “jefes
de familia”.

En algunas encuestas cuyos objetivos requerían información de grupos especializados se usaron


como base otras clasificaciones ocupacionales. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial se
efectuó un programa en gran escala de investigación por encuestas en el ejército de los Estados Unidos
de Norteamérica, con el propósito de responder a una variedad de cuestiones prácticas que iban desde
las preferencias de los soldados por diferentes artículos de vestimenta hasta sus opiniones sobre la
determinación de puntajes para su baja definitiva. Durante el mismo período se realizó una cantidad de
estudios sobre trabajadores de astilleros, siderúrgicas y de distintas fábricas que participaban en la
producción de armamentos con la finalidad de resolver los urgentes problemas de vivienda, transporte,
ausentismo y moral del trabajo que existían en los centros de producción durante ese período.

Muchas encuestas requieren muestras de poblaciones caracterizadas por alguna conducta o


experiencia común. Hubo encuestas de veteranos, de graduados de college, de suscriptores a
determinadas revistas, de concurrentes a parques públicos, de sujetos que viajan en tren y de muchos
otros tipos de personas igualmente particularizadas. Tales muestras se seleccionan porque esas
personas tienen una significación especial en relación con los objetivos de estudio. Por ejemplo, un
estudio del Survey Research Center, cuya finalidad era estimar los factores que influyen sobre la
compra de viviendas familiares obtuvo su muestra de un universo de recientes compradores, de
personas que poco antes habían pasado por la experiencia de elegir una morada.

Las encuestas también pueden basar sus muestras en características puramente demográficas.
Un estudio de la reacción de los negros ante las prácticas discriminatorias, evidentemente requiere una
muestra extraída de la población negra. Es probable que un análisis del mercado de cosméticos obtenga
su información de mujeres más que de hombres. Una encuesta acerca de los problemas referentes a la
jubilación limitará su muestra a las personas que están en edad de jubilarse. Un estudio sobre la
aculturación podría requerir una muestra basada en el origen nacional. O bien una encuesta podría
considerar una cantidad de otros factores y limitar su universo, por ejemplo, a los hombres blancos
cuyas edades están entre los veinte y los treinta años y cuyas familias tienen una permanencia en el país
de por lo menos dos generaciones. La determinación del carácter del universo depende en gran medida
de los objetivos del estudio.

A veces los objetivos de una encuesta requieren un universo del cual no puede extraerse una
muestra sin realizar una encuesta previa de análisis. Por ejemplo, para determinar una muestra de
personas de ascendencia alemana reciente, probablemente sea necesario entrevistar a una muestra
relativamente grande de la población general para establecer el origen nacional de los interrogados. De
este grupo total aquellos que se identifican a sí mismos como de reciente origen alemán pueden ser
considerados como una submuestra que reúne los requisitos de los objetivos iniciales. Habitualmente se
llama a este procedimiento “muestra en dos etapas” y es útil siempre que el universo en cuestión tenga
alguna característica específica que no esté íntimamente asociada con localidades particulares o no sea
identificable de otro modo.

En 1948 el Survey Research Center halló conveniente entrevistar a una muestra del sector de la
población nacional que estaba relativamente bien informado sobre cuestiones internacionales. Para ello,
se seleccionaron, a partir de las muestras de tres encuestas previas realizadas por el Centro en el campo
de los asuntos internacionales, los entrevistados que habían demostrado tener una buena información
sobre estos temas. Con esta “muestra dentro de una muestra” se repitieron las entrevistas. La aplicación
de esta técnica proporcionó una representación del sector bien informado de la población.

Los métodos de la encuesta pueden aplicarse tanto a un universo pequeño y muy seleccionado
como a amplios sectores de la población tales como los mencionados en los anteriores párrafos. En
ciencias sociales hay muchos problemas de investigación para los cuales sólo son importantes
relativamente pocos individuos de la población total. Por ejemplo, el estudio del liderazgo político
debería concentrarse en aquellos escasos individuos que responden a la definición de líder. Para
investigar las características de la acción legislativa habría que ocuparse en primer lugar de las
personas que cumplen el papel de legisladores. Una investigación sobre la conducta de las
corporaciones industriales requeriría información proveniente de los individuos responsables de las
decisiones que gobiernan los actos de esas empresas. En tales estudios resultaría totalmente inadecuada
una encuesta realizada sobre una muestra del público en general.

Un estudio del Survey Research Center de los factores que afectan la movilidad industrial
proporciona un ejemplo de encuesta especializada para la cual sólo puede entrevistarse a una cantidad
relativamente limitada de individuos. Un importante objetivo de este estudio era estimar las influencias
que llevan a los dirigente de empresas industriales a ubicar sus plantas en uno u otro de los diversos
lugares disponibles. La muestra se seleccionó al azar a partir de una lista de todas las empresas
ubicadas en una determinada área geográfica (el estado de Michigan). En cada una de las doscientas
firmas que comprendía la muestra se entrevistó a un alto directivo a quien se le preguntó sobre las
ventajas y desventajas de la ubicación de su planta industrial. Las decisiones respecto del traslado de
las plantas o la selección de lugares para ampliación de las mismas generalmente son adoptadas por
unos pocos individuos que ocupan posiciones de alta jerarquía, y ellos son los únicos informantes
calificados para un estudio que tenga dichos objetivos.

Aunque los usos más notables de la técnica de la encuesta durante los últimos diez años se
registraron en el muestreo de poblaciones numerosas y heterogéneas, parece probable que cada vez se
aplique en mayor medida este método de investigación a poblaciones de naturaleza más limitada. A
medida que la ciencia social desarrolla esquemas conceptuales, que se basan en observaciones y
conducen a su vez a nuevas observaciones, puede ser que el método de la encuesta (así como otros
métodos posibles de investigación) se aplique más específicamente al estudio de personas de
características especiales en circunstancias definidas específicamente.

TIPOS DE DISEÑO DE ENCUESTA

Cada vez que se recogen datos a través de una encuesta debe adoptarse una decisión respecto de
la pauta o diseño específico que seguirá la recolección de datos. Todo científico intenta coordinar las
condiciones de su investigación con la finalidad de que los datos que obtenga correspondan realmente a
las hipótesis que intenta probar o satisfagan sus necesidades de información. Esto vale tanto para quien
trabaja con encuestas como para cualquier otro investigador.

Sección transversal no ponderada

El diseño de encuesta más familiar y simple es la sección única transversal no ponderada. Se


efectúa una única vez en cada investigación y es el método preferido para determinar las características
de una población en un momento particular. Por ejemplo, la selección sistemática en el registro de
estudiantes de una universidad de todas las fichas que aparecen cada n fichas proporcionaría las bases
para la descripción del cuerpo estudiantil en cuanto a edad, sexo, antecedentes de la escuela secundaria,
puntajes del examen de ingreso a la universidad, calificaciones o cualquier otro aspecto de la
información que figura en las fichas seleccionadas. Podrían obtenerse los puntajes medios y las
distribuciones para cada una de estas características.

Por supuesto, los datos de la muestra permitirían siempre la realización de análisis cruzado de
cualesquiera de estos ítems, en forma de poder comparar los promedios de calificación de estudiantes
que en la escuela secundaria han obtenido altas y bajas calificaciones, las correlaciones entre las
calificaciones y los puntajes del examen de ingreso para cada año universitario y muchos otros análisis
estadísticos.
El principal objetivo de estos análisis por correlaciones es identificar las causas mediante la
técnica de la inferencia. Un ejemplo puede encontrarse en los estudios de Cartwright sobre la relación
entre la invitación personal hecha a posibles compradores de bonos del gobierno durante la Segunda
Guerra Mundial y la compra real de estos bonos. La comparación entre las personas a quienes se pidió
personalmente que comprasen bonos con las que no fueron objeto de ninguna invitación, reveló la
presencia de aproximadamente el doble de compradores en el primer grupo con respecto a segundo.
Esta diferencia no se redujo siempre que se mantuvieron constantes factores tales como edad, ingresos,
educación y lugar de residencia. Puede inferirse con razonable seguridad que las adquisiciones
individuales de bonos eran afectadas en forma significativa por la invitación personal.

Sección transversal ponderada

Este tipo de muestreo constituye una variación del diseño básico que se expuso en el párrafo
anterior. Supone una sobreestimación deliberada, dentro de la muestra, de algún subgrupo del universo
considerando que tiene una importancia particular para los objetivos de la encuesta, pero que constituye
una fracción relativamente reducida de la población total. De este modo, al diseñar una encuesta
nacional para estudiar los servicios que prestan las bibliotecas públicas, el Survey Research Center
desequilibró el diseño de su muestra para incluir en ella una cantidad mayor de usuarios recientes de
bibliotecas que el que podría haber sido seleccionado en una muestra correspondiente a las zonas de la
ciudad de alquileres altos, con el supuesto de que es más posible que visiten bibliotecas públicas las
personas que viven en tales barrios. El incremento resultante en el número de usuarios de bibliotecas
entrevistados permitió describir las características y hábitos de este importante grupo con mayor grado
de confianza.

El sobremuestreo (oversampling) es particularmente útil en las encuestas relacionadas con la


distribución y el uso de los ingresos y ahorros. Es bien sabido que la riqueza está distribuida en forma
desigual en los Estados Unidos de Norteamérica, donde algunos individuos tienen ingresos y capitales
muchas veces superiores al promedio nacional. También es evidente en una muestra de pocos miles de
familias la influencia apreciable que un número relativamente pequeño de estos casos excepcionales
puede ejercer sobre la muestra total. Para reducir el error de muestreo de los datos obtenidos de quienes
se encuentran en los escalones más altos de la distribución de ingresos, y para hacer posible el análisis
de estas personas como un grupo separado de la población total, se suele, en encuestas como la Survey
of Consumer Finances, incrementar el número total de personas de altos ingresos mediante un
sobremuestreo de las áreas donde es más probable encontrarlas. Por supuesto, siempre que se adopta
este recurso es necesario, al pasar al análisis de los datos, ponderar estos casos de acuerdo con su
exacta contribución de la muestra total.

Muestras contrastantes

A veces resulta más eficaz para la investigación obtener muestras de subgrupos que están en
posiciones extremas respecto de la variable más importante que sacar una muestra de todo el universo.

Este diseño es bien ilustrado por un estudio realizado por el Survey Research Center acerca de
la influencia de la proximidad de instalaciones de energía atómica sobre las actitudes del público. El
propósito de este estudio era descubrir si el establecimiento de reactores de energía atómica tendía a
producir inseguridad y aprensión en las comunidades cercanas. Para responder en la forma más eficaz
al problema, se entrevistaron muestras de población en algunas ciudades ubicadas dentro de un área de
40 kilómetros de distancia de las principales instalaciones atómicas; luego se entrevistaron muestras
similares en ciudades con características geográficas, industriales, raciales y de otro tipo similares a las
cercanas a importantes centros atómicos, pero ubicadas a mayor distancia de estos últimos.

R. C. Angell utilizó una variación de este mismo diseño en una estudio sobre la “integración
moral” de las ciudades. Sobre la base de indicadores tales como tasa de homicidios, promedio de
contribuciones al Fondo Comunitario, etc. Angel pudo ordenar una lista de las ciudades
norteamericanas de acuerdo con un índice de “integración”. Luego escogió dos ciudades de los
extremos más alto y más bajo de esta escala y entrevistó muestras de población de cada una de ellas. El
propósito de este estudio era determinar la medida en que los factores que habían dado lugar a la
diferenciación originaria de las ciudades entre “bien” y “pobremente integradas” se reflejaban en el
modo en que los individuos de dichas ciudades evaluaban sus comunidades y se identificaban con ellas.

La razón fundamental del diseño de la muestra contrastante reside en que, si se estudian


situaciones que muestran los mayores extremos en presencia de la variable independiente pueden verse
con mayor claridad los efectos o correlaciones de esta variable que se estima como importante. Puede
suponerse que los factores que no varían ni siquiera en estas situaciones contrastantes no son influidos
por la variable considerada. Como en todos los estudios en que sólo se consideran los extremos de una
distribución, existe el peligro de suponer que una diferencia en estos extremos refleja una relación
lineal a través de la extensión total en toda la gama de la variable considerada. Cosa que, por supuesto,
no se deduce necesariamente.

Secciones transversales sucesivas

Los estudios del cambio necesariamente requieren mediciones en puntos sucesivos del tiempo.
En la investigación por encuestas dos tipos de estudios utilizan el procedimiento de muestreo repetido
de la misma población: el diseño antes-después y el estudio de tendencias.

De todo el conjunto de procedimientos de investigación ninguno es más común que la medición


antes-después de una variable para probar el efecto de un estímulo, un acontecimiento o un cambio que
se ha introducido en el intervalo entre la primera y la segunda medición. Evidentemente, en las ciencias
sociales es muy amplia la gama de factores que produce cambio y que son objeto de estudio. A veces
los investigadores tratan a estos factores como variables experimentales, como en el estudio del efecto
de un especial entrenamiento preescolar, sobre el C.I. de niños pequeños. Sin embargo, es muy común
que el científico social se interese por el efecto de acontecimientos sobre los cuales no tiene control;
por ejemplo, una declaración de guerra, una ley del Congreso, un disturbio racial, la aparición de la
televisión o un movimiento de población. Aunque estos hechos se hallan fuera de su control, a menudo
puede prever su aparición y preparar sus mediciones de acuerdo con ello.

Un ejemplo simple del diseño antes-después se encuentra en un estudio del Survey Research
Center, realizado en 1946, durante las pruebas de la bomba atómica en el atolón de Bikini. El principal
objetivo de este estudio era medir el efecto que este hecho, muy difundido, podría tener en la opinión
tendría sobre el pensamiento norteamericano sobre la bomba atómica, en la ansiedad pública vinculada
con su posible uso y en las estimaciones populares sobre su significación militar. En el mes de junio,
precisamente antes de las pruebas realizadas en Bikini, se entrevistó a una muestra nacional de adultos.
A estas personas se les hizo una serie de preguntas relativas a diversos aspectos de la energía y de la
bomba atómica. En agosto, después de que los resultados de las pruebas se difundieron y debatieron
ampliamente, se entrevistó a una segunda muestra, similar a la primera. En este segundo caso se
repitieron las preguntas hechas en junio y se agregaron otras para medir la percepción de los resultados
verificados en las pruebas de Bikini. Una comparación de los resultados de ambas encuestas demostró
que, aunque se registró alguna sorpresa porque las bombas de Bikini o habían provocado un daño
mayor, no hubo un cambio esencial en las percepciones o actitudes del público relativas a la bomba
atómica.

El National Opinion Research Center utilizó un diseño similar en un estudio sobre la efectividad
de una campaña realizada en Cincinnati con la finalidad de educar a la población de esa ciudad
respecto de las actividades de la Organización de las Naciones Unidad. Una encuesta efectuada antes
de la campaña estableció sobre una escala los puntajes que señalaban el interés público por la O.N.U.,
la información sobre sus actividades y las actitudes hacia sus realizaciones. Este estudio señaló los
sectores de la población “que parecían más necesitados de ilustración”. Seis meses más tarde, después
de la campaña, mediante una muestra comparable se demostró la medida en que las personas habían
recibido los efectos de la campaña y habían sido incluidas por ella.

El estudio de tendencias difiere del diseño antes-después sólo porque realiza más de dos
mediciones, las que se espacian a lo largo de un período continuo más que con anterioridad y
posterioridad a un hecho específico. Uno de los estudios de tendencia más conocidos realizados
mediante encuestas por muestreo es el de Cantril sobre los cambios de las actitudes norteamericanas
hacia la participación en la Segunda Guerra Mundial durante el período anterior a Pearl Harbor. A
través de una serie de encuestas realizadas en 1940 y 1941, Cantril pudo delinear el ascenso gradual del
sentimiento público respecto de la ayuda a Inglaterra, la resistencia a la agresión japonesa y el apoyo a
la declaración de guerra a Alemania.

En otra área de información, la British Survey of Sickeness que se realiza en Inglaterra informa
mensualmente sobre las tasas de enfermedad, incapacidad y consulta médica. Esta encuesta de la
población británica permite analizar no sólo las tendencias temporarias, sino también los cambios a
largo plazo del estado de la salud pública. En los Estados Unidos de Norteamérica, la Survey of
Consumer Finances permite estudiar las fluctuaciones anuales del status económico de la población.

La misma serie de encuestas puede servir al mismo tiempo para seguir tendencias y estudiar
cambios antes y después de un suceso específico. Ello es bien ilustrado por el análisis de los datos de la
Survey of Sickness efectuado por Logan, en el cual comparó las tasas de enfermedad y de cuidado
médico del año anterior a la creación del National Health Service de julio de 1948 con tasas de los doce
meses siguientes. A partir de este estudio fue posible estimar el incremento de las enfermedades
declaradas (alrededor de 5%) y de las consultas médicas (alrededor del 13%) registradas que siguieron
a la inauguración del sistema británico de medicina socializada.

El estudio de Logan también ilustra la posibilidad de realizar un tipo más detallado de análisis a
partir de los datos de encuestas sucesivas. No sólo pueden hacerse comparaciones a través del tiempo
para el total del universo representado, sino también para muchas subpoblaciones dentro del total. De
esta manera, Logan pudo demostrar que el aumento de la enfermedad y de la consulta médica era
mayor en las mujeres que en los hombres, en los mayores que en los jóvenes y en las familias de bajos
ingresos que en las de altos ingresos.

La Survey of Sickness utiliza un refinamiento adicional del diseño, especialmente útil cuando se
necesita una gran muestra. Es el procedimiento de superposición de muestras. En este estudio se pide a
los entrevistados que informen sobre su experiencia médica de los dos meses anteriores, un período de
tiempo lo bastante corto como para reducir a un mínimo las distorsiones de la memoria. Todos los
meses se entrevista una nueva muestra de 4000 adultos. Al combinar los informes de las muestras de
dos meses sucesivos, para el único mes sobre el cual ambas muestras poseen datos, es posible tener una
muestra efectiva de 8000 informes mensuales.

Entrevistas reiteradas

Las encuestas tienen a veces objetivos que requieren la realización de entrevistas reiteradas a los
mismos individuos. Esto puede implicar sólo dos entrevistas, o bien una serie de entrevistas que se
extienden durante meses o años.

Este diseño se utiliza cuando es necesario observar las actividades o actitudes de los mismos
individuos a través de un período determinado de tiempo. Un ejemplo es el estudio sobre proyectos de
compra sobre el cual informaron Lansing y Withey; a principios de año se preguntó a una muestra
nacional de consumidores si proyectaban comprar un automóvil u otros bienes durables durante los
doce meses siguientes. A fin de año volvió a entrevistarse a esas mismas personas y se les preguntó
sobre los bienes durables que habían comprado efectivamente durante el año anterior. El objetivo del
estudio era analizar la naturaleza de los planes y decisiones previos a una compra, y ello sólo podía
hacerse si se seguía en el tiempo los planes declarados de consumidores específicos.

Campbell y Kahn utilizaron un diseño similar en su estudio de la elección presidencial de 1948.


Uno de los objetivos de este estudio era medir los cambios producidos en los electores desde el
momento en que declararon sus intenciones de voto hasta la decisión final el día de la elección. Aunque
el conjunto de cambios registrados entre octubre y noviembre podía medirse a través de muestras
sucesivas independientes efectuadas en esos dos meses, los cambios individuales no podían analizarse
sin disponer de entrevistas sucesivas de las mismas personas antes y después de la elección.

En algunos casos se hacen entrevistas múltiples a los mismos sujetos simplemente porque los
objetivos de la encuesta son demasiado amplios y no pueden incluirse en una única entrevista. Por
ejemplo, en el estudio sobre fertilidad de Indianápolis para hacer todas las preguntas necesarias se
debieron realizar cuatro entrevistas separadas para cada una de las familias de la muestra. En tal
situación no es ventajoso el espaciamiento de las sucesivas entrevistas y generalmente se las realizará
en el más corto período de tiempo posible.

Las muestras que son entrevistadas repetidamente durante un largo período suelen llamarse
“paneles”. Quizás el mejor ejemplo de uso del diseño del panel sea el estudio de la elección
presidencial realizado en 1940 en el condado de Erie por Lazarsfeld, Berelson y Gaudet. La finalidad
de este proyecto era “seguir las fluctuaciones de los electores individuales a lo largo de su recorrido
hasta el voto, y descubrir el efecto relativo de los distintos factores que influyen sobre su voto
definitivo”. Se usó una muestra de seiscientas personas a las que se entrevistó siete veces en meses
sucesivos, desde mayo hasta noviembre. Mediante este procedimiento fue posible observar las
variaciones individuales a favor de uno y otro candidato durante la campaña y relacionar estas
fluctuaciones con influencias o estímulos específicos que llevaban a tales cambios.

Además de su utilidad para analizar los factores que dan lugar a cambios individuales, el diseño
tipo panel tiene otras dos virtudes. La más evidente es que al entrevistarse una misma muestra dos
veces se obtiene una medida más sensible del cambio que con dos muestras separadas del mismo
universo. En efecto, la intercorrelación de variables puede llevarse al máximo en el diseño de
entrevistas sucesivas. Además, cuando se entrevista la misma muestra dos o más veces, tienden a
repetirse y así a correlacionarse las variaciones implícitas en la conducción del trabajo de campo.
El diseño tipo panel también tiene la ventaja de que hace posible descubrir cómo cambia a
través del tiempo, la composición de los distintos estratos económicos y sociales. Por ejemplo, este tipo
de estudio sería apropiado para analizar la medida en que la categoría más alta de los asalariados de un
país está compuesta por las mismas personas de año en año. Una única encuesta basta para demostrar
que un determinado porcentaje de la población tiene ingresos mayores de 10.000 dólares en un año
determinado, pero se necesitarían sucesivas encuestas de la misma muestra para determinar qué
porcentaje de la población tiene ingresos anuales superiores a los 10.000 dólares durante cinco años. Es
posible que se recuerden algunos datos en forma confiable a lo largo de períodos de tiempo
considerables, pero para muchos de ellos, tales como los relativos a los ingresos, el error de memoria es
tan grande que es absolutamente imposible confiar en declaraciones que abarquen más que lapsos
relativamente cortos de tiempo. En estos casos, para reunir datos longitudinales confiables es preciso
obtener repetidos informes que puedan agregarse unos a otros.

Una aplicación de este aspecto de la técnica del panel se encuentra en la Current Population
Survey que se realiza mensualmente. Este estudio utiliza los mismo sujetos durante seis meses
sucesivos y así no sólo puede estimar el número total de desocupados de la nación en cada mes, sino
también el movimiento total de entrada y salida de este grupo. Un aumento de 100.000 personas en el
total del grupo de desocupados de un mes al siguiente podría significar que todos los desocupados del
primer mes permanecieron sin trabajo durante el segundo y a ellos se aumentaron 100.000 personas
anteriormente ocupadas. Sin embargo, también podría significar que 300.000 personas desocupadas en
el primer mes encontraron trabajo en el segundo y que sus lugares en el grupo de desocupados fueron
llenados por 400.000 sujetos que habían trabajado durante el primer mes. La Current Population Survey
puede seguir este movimiento total de 700.000 personas, puesto que mes tras mes se informa acerca de
los cambios de la situación de trabajo de los miembros individuales de la muestra.

Dos factores perjudican la efectividad del uso del diseño tipo panel. El primero es la mortalidad
virtualmente inevitable que aqueja a toda muestra de la población a lo largo de incluso un breve
período de tiempo. En una muestra de la población nacional debe esperarse una pérdida del 25% o más
después de un intervalo de un año. Gran parte de ella se debe al traslado de personas de uno a otro
lugar, otra parte al rechazo de una segunda entrevista y el resto a las numerosas circunstancias que
amenazan los esfuerzos de incluso las mejores organizaciones del trabajo de campo. Una pérdida de
esta proporción no necesariamente da lugar a una muestra distorsionada o viciada, pero sí crea la
posibilidad de serias deformaciones.

El segundo problema serio que supone el uso de la técnica del panel es la posibilidad de que las
continuas entrevistas sensibilicen y cambien a los sujetos de la muestra como para que pierdan
representatividad respecto del universo del cual se los extrajo. Por ejemplo, en el estudio de las
consecuencias de las pruebas atómicas del atolón de Bikini no se consideró prudente volver a
entrevistar a la misma muestra después de la experiencia, por temor a que la primera entrevista hubiese
llamado la atención de los sujetos respecto de las pruebas y los hubiera estimulado para que siguiesen
las noticias del suceso con más cuidado del que hubieran puesto en otras circunstancias. Por ejemplo,
puede suponerse fácilmente que si los entrevistados saben que se los volverá a entrevistar todos los
meses sobre cuestiones de política internacional, se prepararán, en forma deliberada o no, para la
siguiente entrevista.

Es posible medir el efecto de estos dos factores sobre los datos recogidos mediante la técnica
del panel entrevistado a una muestra de control, independientemente del panel y, en general, al terminar
el período de su aplicación. Si los datos de esta nueva muestra difieren de los de la última encuesta del
panel más de lo que podría esperarse por errores de muestreo, hay razones para creer que las entrevistas
sucesivas han introducido una deformación.

DIVERSIDAD DEL CONTENIDO ESTUDIADO

La ductibilidad de la encuesta por muestreo reside no sólo en la variedad de poblaciones a las


que puede aplicarse o en la diversidad de diseños disponibles para su uso, sino también en la amplia
zona que cubren los datos que es posible reunir mediante su empleo. Cualquier hecho sobre el cual los
entrevistados puedan y están dispuestos a hablar con el entrevistador puede llegar a ser tema de una
encuesta.

Las encuestas pueden proporcionar respuestas a las preguntas de “cuántos” y “cuánto”. Algunos
de esos datos pueden encontrarse en los registros públicos; como, por ejemplo, la cantidad de personas
que votaron por un candidato en una elección o la renta total de todas los norteamericanos en un año
determinado. Pero las encuestas por muestreo son las únicas que pueden responder a preguntas tales
como “¿Cuántas personas creen que la política exterior del país es demasiado agresiva?”, “¿Cuántas
personas utilizan una biblioteca pública más de diez veces por año?” o “¿Cuántas familias poseen
acciones en empresas comerciales y a cuánto asciende en su capital?”

Tal información acerca de la frecuencia de determinadas opiniones o actividades en la


población total representa, en cierto sentido, sólo una fase preliminar de la investigación por encuestas.
Las encuestas tienden principalmente a responder a las preguntas “quien”, “cómo” y “por qué”.
¿Quiénes son las personas propietarias de sus propias casas, o que poseen acciones ordinarias o que
votan por los republicanos?; es decir, ¿cuál es la distribución por ocupación, educación, edad, etc., de
los propietarios de viviendas, de accionistas o de votantes por el Partido Republicano? ¿Por qué
algunas personas contribuyeron en una campaña de la Cruz Roja mientras otras no lo hicieron?; ¿por
qué se les pidió que lo hicieran, debido a que ya tenían conocimientos acerca de la Cruz Roja? y, si es
así ¿cuáles son sus actitudes hacia esta institución? ¿Por qué la gente concurre a una biblioteca pública
–porque busca mayor preparación, por gusto, o por ambas cosas? En todos estos aspectos, el aporte de
las encuestas es único y contribuye a enriquecer nuestro conocimiento; es decir, nuestra comprensión
de lo que ha sucedido y nuestra habilidad para predecir lo que sucederá.

El contenido de las preguntas de una encuesta puede clasificarse de diversas maneras. La


siguiente clasificación divide el campo total de los problemas en cuatro áreas amplias de contenido.

Datos personales

Las encuestas a menudo incluyen preguntas relativas al sexo, la edad, la ocupación, la


educación, la religión, la nacionalidad, la pertenencia a grupos y muchas otras características
personales y sociales de los entrevistados. Del mismo modo, pueden contener preguntas acerca del
monto de los ingresos, capitales, deudas y otras variables económicas. El propósito de estas preguntas
no es tanto determinar la incidencia de estas características en la población como proporcionar las
bases para el análisis de la relación del sexo, la ocupación o los ingresos con otros datos obtenidos en
encuestas.
Datos sobre el ambiente

En muchas encuestas resulta importante conocer determinados hechos relacionados con las
circunstancias en que viven los entrevistados. Ellos pueden abarcar datos sobre el carácter del
vecindario local, la adecuación de los barrios para las necesidades familiares o la proximidad de amigos
o parientes.

Por ejemplo, un estudio sobre el uso de bibliotecas necesitaría determinar la disponibilidad


relativa de servicios bibliotecarios. Un estudio de las relaciones familiares probablemente requeriría
datos sobre el lugar de vivienda y grado de contacto con familiares y parientes. Una encuesta sobre
accidentes domésticos efectuados por la School of Public Health de la Universidad de Michigan
incluyó una detallada investigación de las viviendas de los entrevistados, iluminación, planta de
vivienda, ubicación de alfombras y muebles, condición de las escaleras, etc. El conocimiento de tales
datos relativos al ambiente a menudo es necesario para explicar la conducta que es el principal objeto
de estudio de la encuesta.

Datos sobre la conducta

Muchas preguntas de la encuesta conciernen a las acciones o conducta de los entrevistados. Por
ejemplo, en el campo económico se estudiaron a través de encuestas los gastos y los ahorros (compra
de bonos de ahorro del gobierno, casas, automóviles, aparatos de televisión, etc.) con la finalidad de
determinar la frecuencia de estas actividades en un período determinado y su relación con otras
actividades, así como establecer las características de quienes las realizaron. La conducta que es sólo
parcialmente económica se estudia a través de encuestas que incluyen preguntas acerca de movimientos
geográficos u ocupacionales, viajes de vacaciones o visitas a médicos. En el estudio de la conducta
política son significativas las preguntas acerca de votaciones, cartas escritas al propio representante en
el Congreso, solicitud de contribuciones partidarias, etcétera.

Los análisis de la conducta mediante la cual obtienen información requeriría preguntas sobre
lectura de diarios, audiciones radiales y de televisión, concurrencia a cines, conversaciones y otras
actividades relacionadas. Evidentemente, el campo total de comportamiento que podría interesar al
planificador de encuestas es muy amplio.

Nivel de información, opiniones, actitudes, motivaciones y expectativas

Esta amplia área de datos “psicológicos” incluye muchas de las preguntas más interesantes que
puede incluir el análisis de una encuesta. Es también el área donde es menos posible obtener datos de
fuentes que no sean la encuesta.

A menudo es necesario determinar el nivel de información como un antecedente para el estudio


de actitudes u opiniones. Es peligroso suponer que todos comprenden en igual medida los temas y los
acontecimientos y es difícil estimar la posición de las personas sin conocer su comprensión del asunto
en cuestión. El nivel de información de una entrevistado puede medirse simplemente en términos de si
conoce o no un problema o hecho. Por ejemplo, ¿conoce la existencia de una organización llamada
UNESCO? ¿Sabe qué países además de los Estados Unidos de Norteamérica participaron en la
campaña de la ONU en Corea? ¿Conoce las regulaciones federales que controlan las cuotas de Crédito?
El nivel de información también puede medirse en términos de los detalles que el individuo conoce.
Por ejemplo, si el individuo conoce la existencia de una organización como la UNESCO, ¿sabe cómo
está constituida, dónde está ubicada, qué hace, cómo se relaciona con la ONU etcétera?
Podemos encontrar ejemplos de preguntas relativas a opiniones y actitudes en encuestas que
averiguan qué piensa el público sobre los propósitos, logros o deficiencias de la Organización de las
Naciones Unidas, qué siente respecto de la eficacia de la administración federal o cuál es su preferencia
entre el impuesto a las ventas y a la renta. Las actitudes son puntos de vista generalizados de
aprobación o desaprobación. Determinar la presencia o ausencia de actitudes y las razones que las
justifican -¿qué temas públicos son aprobados o rechazados, por qué clases de personas y por qué
motivos?- es con frecuencia un importante objetivo de la encuesta .

Habitualmente los analistas de encuestas no se satisfacen con obtener información sobre


actitudes respecto de temas públicos específicos y no relacionados entre sí; a menudo consideran más
importante estudiar pautas de actitudes e interrelaciones entre diferentes actitudes. En esta caso no se
pregunta simplemente cuántas y qué tipos de personas aprueban la campaña de Corea, o el tratado de
Atlántico o el envío de tropas a Alemania; se desea más bien determinar si configuran un grupo
característico de personas que aprueba todas estas medidas políticas y otras relacionadas con ellas, en
contraste con otro grupo que se opone a las mismas. De esta manera, pueden discernirse actitudes
generales y es posible determinar cuáles actitudes específicas son influidas y cuáles no por estas
actitudes generales.

El estudio de las motivaciones y expectativas representa una de las áreas más interesantes de la
investigación por encuestas. El concepto de “motivación” no sólo se refiere a las razones declaradas de
la conducta –es decir, las respuestas a las preguntas “por qué” (por ejemplo, “¿Por qué votó por el
Partido Republicano?-, sino, en un sentido más general, a las fuerzas que impulsan a la acción. Las
expectativas representan la perspectiva temporal de una persona como proyección hacia el futuro; es
decir, sus opiniones y actitudes acerca de lo que ocurrirá, como también sus intenciones y planes.

FORMAS DE ANALISIS

Las encuestas cuya finalidad es un estudio conjunto de los datos personales y ambientales, de la
conducta y de las actitudes, habitualmente son mucho más fecundas que las que sólo tratan uno de esos
aspectos. Entre las muchas posibilidades de tales investigaciones integradas, sólo trataremos aquí unas
pocas importantes.

Comparación entre diferentes partes de la muestra

En vez de estudiar la distribución de determinados tipos de conducta o de determinadas


actitudes entre toda la población, la muestra puede dividirse en diversos grupos con el propósito de
determinar las diferencias en la conducta o actitudes de estos grupos. Por ejemplo, el análisis de las
percepciones y acciones de las personas ante la inflación de 1950-51 en los Estados Unidos de
Norteamérica resultó más significativo cuando se compararon los grupos de altos y bajos ingresos. Del
mismo modo, a menudo se hicieron comparaciones de conducta, opiniones y actitudes de grupos
educacionales o de edad específicos. No es necesario que los grupos comparados representen
clasificaciones demográficas, pero deben ser grupos reales a los que pertenezcan las personas, tales
como los de trabajo en fábricas u oficinas.

Relación entre la conducta y las actitudes

En algunas encuestas los análisis más importantes requieren la comparación de grupos de


conducta y de actitudes. De este modo, las actitudes no se estudian en abstracto, sino que se las vincula
a formas específicas de conducta. Por ejemplo, puede separarse los empleados muy productivos de los
menos productivos y compararse sus actitudes hacia la empresa o su capataz. En otro caso, en vez de
estudiarse la satisfacción e insatisfacción de todas las personas ante las bibliotecas públicas, la encuesta
puede oponer las actitudes de quienes usan las bibliotecas con frecuencia y de quienes las usan pocas
veces o nunca. También se estableció el contraste entre grupos de actitudes preguntando a las personas
si sienten que su situación es mejor o peor desde un punto de vista financiero que un año antes. Esta
división de las familias norteamericanas permitió determinar si la compra de automóviles está asociada
o no con el sentimiento de encontrarse en una mejor situación financiera.

Estudio de las motivaciones

En la mayor parte de las encuestas un enfoque posible, si no el único para analizar las fuerzas
motivacionales consiste en preguntar directamente por qué se realizó determinada acción. Puesto que es
posible que las personas no tengan conciencia de muchos aspectos de las fuerzas motivacionales
predominante y no reconozcan la importancia de ellas para una decisión, es necesario utilizar un
enfoque que establezca correlaciones. Ya mencionamos antes un ejemplo de descubrimiento de fuerzas
motivacionales mediante estudios de correlaciones. Cuando se le preguntó a la gente, durante la
Segunda Guerra Mundial, por qué había comprado bonos de guerra, dieron muchas razones (en la
mayor parte de los casos, patrióticas o de inversión), pero pocos dijeron haber comprado bonos porque
se les había pedido que lo hicieran. Sin embargo, la comparación entre personas con ingresos y
ocupaciones similares a las que se les había hecho pedidos y otras a las que no, reveló que entre las
primeras se encontraba una cantidad mucho mayor de compradores de bonos.

Del mismo modo, las indagaciones sobre los motivos para comprar automóviles pueden
iluminar muchos factores importantes que en un momento u otro contribuyeron a que se adoptase la
decisión de comprar un nuevo coche. Cuando se les preguntó por qué habían comprado un coche el año
anterior, muy pocas personas mencionaron como causa el aumento de sus ingresos. No obstante, la
comparación de la frecuencia de compra de coches de quienes había recibido un aumento de sueldo y
quienes no, reveló la existencia de tal relación.

Otro ejemplo se encuentra en el análisis de los factores que contribuyeron a las decisiones sobre
inversiones (construcción de nuevas plantas, compra de equipos nuevos) por parte de los industriales.
En una encuesta realizada entre directores o propietarios de fábricas , la pregunta acerca de la razón por
la cual se efectuaban o tomaban en cuenta planes de expansión manifestó una gran variedad de razones.
Sin embargo, pudieron discernirse otros factores significativos haciendo preguntas a los industriales
acerca de sus expectativas de beneficios y estudiando la relación de sus respuestas con la presencia o la
ausencia de planes de expansión. El uso conjunto de análisis de correlaciones y de preguntas directas
acerca de los “por qué” resultó fructífero para ayudar a explicar la razón por la cual algunos
industriales consideraba planes de expansión aunque tenían expectativas de beneficios estables o
decrecientes.

Predicciones

Aunque las asociaciones o correlaciones entre diferentes variables no necesariamente


demuestran cuál es la causa y cuál el efecto, tales análisis pueden proporcionar una información útil
para el estudio de las relaciones causales. Por ejemplo, si se establecen relaciones entre los aumentos de
ingresos del pasado y la compra de bienes duraderos, puede hacerse una predicción acerca de la
conducta futura en el caso de aumentos de ingresos generalizados y sustanciales, aun cuando no se
haya aclarado completamente la pregunta acerca de las causas. Las investigaciones detalladas sobre las
circunstancias en que tuvo lugar la conducta pueden dar lugar a afirmaciones que proporcionan
información sobre las causas tales como “las personas que esperan aumentos sustanciales en sus
ingresos harán relativamente pocos ahorros”.

El procedimiento de preguntar a las personas acerca de sus planes e intenciones proporciona


otro método para hacer predicciones sobre hechos futuros. Sin embargo, debe subrayarse que la
traducción de planes expresados a predicciones no es de ninguna manera un proceso simple. Por
ejemplo, si una encuesta determina que una proporción de todas las familias norteamericanas que
representa tres millones de personas proyecta comprar un nuevo automóvil en un año determinado, no
se justifica la predicción de que en ese año se comprarán tres millones de automóviles nuevos. Los
planes cambian ante las circunstancias y es posible que hagan compras personas que anteriormente no
pensaban efectuarlas. Sin embargo, si dos encuestas consecutivas encuentran que la cantidad de futuros
compradores de automóviles aumentó de tres a cuatro millones de un año al siguiente, puede
justificarse la afirmación de que el mercado de automóviles es más firme en el segundo año que en el
primero. Los planes enunciados representan actitudes predominantes en un momento dado y la
información sobre ellos aumenta nuestro conocimiento de la situación en ese momento. Cuanto mayor
es nuestro conocimiento, mejor es nuestra capacidad para predecir.

En algunos casos pueden utilizarse con muy buenos resultados datos de encuestas para predecir
reacciones públicas ante hechos que se presentan con seguridad. Por ejemplo, una encuesta realizada
entre trabajadores industriales a fines de 1942 demostró que muchas de estas personas no disponían de
otro circulante o capital que los bonos del gobierno. Puesto que la encuesta también demostró que estos
trabajadores recibían ingresos por los cuales debían pagar impuestos a los réditos, fue fácil predecir que
en marzo de 1943 ellos deberían cambiar algunos de los bonos del gobierno para responder a sus
obligaciones impositivas. Durante la Segunda Guerra Mundial un programa de investigación por
encuestas patrocinado por el Departamento del Tesoro de los Estados de Norteamérica realizó una serie
de predicciones de este tipo relativas a compras públicas y cambio de bonos de guerra.

VARIEDAD DE CAMPOS DE APLICACION

La diversidad de ejemplos de contenido de encuestas presentada en las páginas anteriores


demuestra que el método de encuesta puede aplicarse a diversos campos y disciplinas científicas. Puede
sostenerse que determinadas encuestas pertenecen al ámbito de la psicología, otras a la sociología, aun
otras a al economía, las ciencias políticas o la salud pública. Aunque tales clasificaciones pueden
justificarse dentro de cierta perspectiva, debe subrayarse que el método de encuestas es esencialmente
interdisciplinario o, para decirlo con más precisión, que contribuye a la integración de diversas
disciplinas tradicionalmente separadas.

Entre las encuestas que pertenecen primariamente al dominio de la psicología social o de la


sociología se encuentran las investigaciones de pertenencia a grupos, de relaciones entre líder y
seguidores, de vida familiar, de elección de ocupaciones. Los estudios de ingresos, gastos y ahorros
pueden clasificarse como encuestas económicas. Los estudios de la conducta electoral, de la
participación en movimientos políticos y de la distribución de las actitudes políticas pueden
considerarse como pertenecientes a las ciencias políticas. Las encuestas sobre la distribución de
enfermedades, usos de servicios médicos o naturaleza de las creencias públicas relativas a la salud,
pertenecen al campo de la salud pública.
Sin embargo, tales clasificaciones son algo arbitrarias. Todas las encuestas, aún las de economía
o salud pública, tienen alguna relación con la conducta de la gente. Si hacemos preguntas acerca del
nivel de información, opiniones o actitudes, nos interesa en primer lugar descubrir cómo y por qué las
personas se comportan de esa manera. Si omitimos las encuestas de relevamiento del tipo de los censos
(destinadas, por ejemplo, a determinar la cantidad de obreros ocupados o el número de agricultores que
cultivan trigo en los Estados Unidos de Norteamérica), podemos concluir que todas las encuestas tienen
alguna relación con la psicología. Ellas se ocupan fundamentalmente de la gente: su conducta social,
económica, política, sanitaria. Aunque la confiabilidad estadística requiere el agrupamiento de los
individuos, los datos de las encuestas siempre se extraen de informes individuales. Por último, la
psicología entra en escena a través de los métodos utilizados en las encuestas: el contacto entre el
entrevistado y el entrevistador representa una relación interpersonal del tipo que históricamente
interesó a los psicólogos profesionales.

Sin embargo, no es lícito clasificar la investigación por encuestas como parte de la psicología.
Este método no se limita a ninguna disciplina específica. Lo emplean especialistas de todos los campos
de las ciencias de la conducta, que en cada caso lo adaptan a los requerimientos propios de cada sector.
Los datos de encuestas amplían la base empírica de una variedad de campos. También proporcionan la
materia prima para un mayor volumen de análisis interdisciplinarios, los cuales, puede esperarse, con el
tiempo darán lugar a una integración más estrecha de las ciencias de la conducta, actualmente
separadas unas de otras.

Según sea la intención de quien planea la encuesta, ésta puede servir como un instrumento de la
investigación aplicada o desempeñar una función dentro de lo que se considera investigación básica. Se
suele hablar de investigación aplicada cuando se recogen datos necesarios para los propósitos
inmediatos de quienes se encargan de la política de las empresas o de gobierno. La técnica de la
encuesta fue muy usada por los empresarios en sus investigaciones de mercado, preferencias del
consumidor, hábitos de compra, etc. Numerosos agencias comerciales de investigación de gran
envergadura, se dedican en forma estable a realizar encuestas de este tipo para las empresas
norteamericanas. En E.U.A. diversas ramas del gobierno federal también encontraron razones para
realizar investigaciones aplicadas de este tipo, habitualmente para estimar la respuesta pública a sus
programas y hallar formas de perfeccionarlos.

En el apartado anterior hablamos del uso del método de encuesta como instrumento básico de
las ciencias de la conducta. Mediante encuestas se verificó una gran cantidad de hipótesis, por ejemplo,
en estudios de la relación entre experiencias y expectativas económicas vinculadas con la conducta de
gasto y ahorro, relación entre frustración personal y agresión contra grupos minoritarios, relación entre
identificación con partidos políticos y actitudes relativas a problemas de carácter político y relación
entre la distancia social y la transmisión del rumor.

La distinción entre la investigación básica y la aplicada, aunque clara en algunos casos, a


menudo resulta superficial. La llamada investigación básica puede tener usos prácticos más
significativos que gran parte de la investigación aplicada. Supongamos que se utiliza la técnica de la
encuesta para estudiar la dinámica de la inflación, como efectivamente se hizo. Si se dispusiese de
información confiable acerca de los factores que llevan a los empresarios y consumidores a abastecerse
o a comprar por anticipado y en exceso respecto de sus necesidades, aumentaría enormemente nuestro
conocimiento básico sobre la conducta económica. Al mismo tiempo, a partir de tales hallazgos podrían
surgir aplicaciones prácticas relativas a las medidas antinflacionarias. Con el tiempo, el análisis de los
posibles efectos de las nuevas medidas políticas podría abandonar la esfera de las corazonadas y
suposiciones y basarse en datos científicos.
Del mismo modo, desde un punto de vista es posible considerar las encuestas extensas
efectuadas entre miembros de las fuerzas armadas durante la Segunda Guerra Mundial, como
investigación aplicada. Algunas de estas encuestas –por ejemplo, las relativas a las actitudes de y hacia
los soldados negros- tenían como finalidad colaborar en las decisiones políticas vinculadas con la
integración de las tropas de negros y blancos. Al mismo tiempo, es posible considerar correctamente
estos estudios como investigación básica, puesto que sirven para aclarar las posibilidades de cambio de
actitudes a través de la experiencia personal y manipulación del ambiente.

PLAN DE DESARROLLO DE UNA ENCUESTA

En este apartado presentaremos la secuencia de las tareas a cumplir en la realización de una


encuesta, desde las primeras etapas del planeamiento hasta la preparación del informe final.

1. Objetivos generales

Se establecen los problemas que hacen necesaria una encuesta, así como sus objetivos generales.
Esta enunciación habitualmente se expresa en términos amplios y sólo define el área general y el
alcance del proyecto.

2. Objetivos específicos

Aunque los objetivos generales, habitualmente pocos en número, se formulan sin considerar los
requerimientos de la técnica de la encuesta, éstos deben tomarse en cuenta cuando los objetivos
generales se dividen en objetivos específicos, casi siempre numerosos. En esta etapa se especifican
todos los datos que deben reunirse y las hipótesis que deben verificarse a través de la encuesta.

3. Muestra

En relación con la muestra deben adoptarse dos decisiones: (1) cuál será el universo de la encuesta
(¿abarcará todas las familias norteamericanas, todos los empleados de una fábrica o todos los médicos
que viven en una región del país?) y (2) el tamaño y el diseño de la muestra que debe extraerse. Tras
adoptar estas decisiones, se cumple el proceso real de obtener las unidades de la muestra la preparación
de mapas delimitados, listas de unidades, etc.

4. Cuestionario

Se determina el métodos mediante el cual se tomará contacto con la muestra (entrevista personal,
por teléfono o correo) y se prepara un cuestionario. La confección del cuestionario no consiste
simplemente en traducir a un lenguaje comprensible para los entrevistados los objetivos específicos;
debe construírselo cuidadosamente, considerando el tipo de preguntas, el grado de exploración, la
secuencia y el establecimiento del rapport. El proyecto del cuestionario se prueba en el campo antes de
su uso real.
5. Trabajo de campo

Cuando es necesario realizar entrevistas personales, es preciso instruir a los entrevistadores tanto
sobre los procedimientos generales de la entrevista, como sobre los problemas específicos de una
encuesta determinada. Debe proporcionársele un manual de instrucciones que explique los objetivos
del estudio y el significado de cada pregunta. Se tomarán medidas para lograr una cuidadosa
supervisión de las entrevistas.

6. Análisis de contenido

Los datos obtenidos en una encuesta deben ser tan simples como para transcribirlos fácil y
directamente en tablas (o en tarjetas perforadas mediante las cuales se hacen las tabulaciones). Pero
incluso las encuestas del tipo de los censos requieren una cuidadosa transcripción, y las de actitudes y
opinión exigen análisis de contenido. Ello se logra mediante la preparación de un código, lista
numerada de los principales temas que abarquen todas las respuestas recibidas para cada pregunta. Es
necesario entrenar codificadores, y la codificación debe ser supervisada y establecida su confiabilidad.

7. Plan de análisis

El cuestionario de una encuesta en gran escala puede contener 50, 100 o más preguntas. Sería
ineficaz tabular la relación entre las respuestas recibidas para cada pregunta. El plan de análisis –que
cuando se usan equipos de tabulación mecánica supone copiar el “programa de la máquina”- contiene
los recorridos de la máquina que son necesarios para verificar las hipótesis enumeradas en el paso 2.
Este plan se hallaba implícito en la mente de quien realizaba la encuesta desde el momento en que
comenzó el estudio. Su anticipación del material de tabulación necesario para lograr los objetivos de la
encuesta fue la base de la preparación del cuestionario y de la determinación del análisis de contenido.

8. Tabulaciones mecánicas

Se utilizan los resultados del proceso de codificación par preparar las tarjetas perforadas y se
efectúan las tabulaciones previstas en el paso 7.

9. Análisis e informe

Se analizan los datos, se determina su confiabilidad y se redacta un informe que incluye los
resultados de la encuesta. A veces, en el caso de estudios con fines administrativos o estudios
aplicados, los hallazgos de la encuesta se usan como base de discusión con los responsables de las
decisiones con el fin de interpretar las consecuencias de los datos de la investigación para la acción a
adoptar. Este tipo de informe a veces se denomina “realimentación”.

Este esquema de la secuencia del trabajo se encuesta no supone que los nueve pasos sean
independientes entre sí. Algunos de los pasos enumerados en forma sucesiva en general se efectúan
simultáneamente; por ejemplo, puede prepararse el código antes del trabajo de campo y el análisis de
contenidos puede efectuarse prácticamente al mismo tiempo que las entrevistas. El proceso de
realización de la encuesta constituye una cadena de hechos altamente interconectados. Las decisiones
adoptadas en cada paso deben ser congruentes con lo que se hizo antes y anticipar lo que se hará.
CONFIABILIDAD Y VALIDEZ

La confiabilidad de los datos de una encuesta puede medirse de la misma forma que la de
cualquier otro tipo de datos de investigación, mediante la repetición de la prueba (retest). De esta
manera pueden analizarse tanto los puntajes individuales como los de conjunto.

La falta de confiabilidad de los datos de una encuesta es el resultado de una combinación de


diferentes tipos de error. El error de la entrevista surge de inconsistencias en la forma en que ésta se
conduce. El error de información proviene de los caprichos del humor o de actitudes de los
entrevistados. El error de muestreo está implícito siempre que se considera una muestra como
representativa de una universo. Los errores en la codificación, la tabulación y análisis contribuyen
inevitablemente al error total. Puede decirse que todo lo que tiende a crear diferentes resultados en
situaciones teóricamente idénticas contribuye a disminuir la confiabilidad.

La confiabilidad (o congruencia) de la información proporcionada por un entrevistado particular


puede estimarse a través de preguntas relacionadas entre sí dentro de una misma entrevista o mediante
el planteo de la misma pregunta en entrevistas sucesivas. En el primer caso, por ejemplo, puede
estimarse la confiabilidad de las declaraciones relativas a las finanzas personales equilibrando los datos
sobre ingresos y gastos que se dan en las entrevistas individuales. Del mismo modo, puede controlarse
el informe sobre la edad de los entrevistados en relación con sus declaraciones acerca de sus
antecedentes educacionales y ocupacionales. Las preguntas cuya finalidad es medir el grado de
información pueden ordenarse según una escala de dificultad y así observarse la incongruencia de las
respuestas dentro de entrevistas particulares. En una forma similar puede estimarse la confiabilidad de
las respuestas relativas a actitudes mediante procedimientos de formación de escalas del tipo
desarrollado por Guttman. Tales mediciones suponen alguna ambigüedad, puesto que no sólo reflejan
la falta de confiabilidad en los casos individuales, sino también la imposibilidad de lograr escalas
unidimensionales.

La medición de la confiabilidad de las informaciones mediante la comparación de respuestas


individuales a entrevistas sucesivas, plantea problemas específicos. Si las dos entrevistas se efectúan
dentro de un período muy corto, es muy posible que los entrevistados recuerden sus anteriores
respuestas y simplemente las repitan palabra por palabra para aparecer coherentes. Por otra parte, si
pasa un largo período de tiempo puede introducirse el error debido a la incapacidad del entrevistado
para recordar los datos que se le piden. Este problema se agrava si los datos sobre los cuales se pide al
entrevistado que informe, como por ejemplo los ingresos de un año específico, representan un punto
dentro de una serie cambiante.

Se demostró que algunos ítems –tales como la edad, la religión y el país de origen- son
declarados con un alto grado de coherencia (más del 90 por ciento de exactitud) a lo largo de períodos
de un año o más. Sin embargo, también se demostró que los informes acerca del ingreso anual
efectuados doce meses después de la finalización del año sobre el cual se declara a menudo se desvían
en forma sustancial de los dados al terminar el año correspondiente, y que estas desviaciones tienden a
aparecer “distorsionadas” en la dirección del cambio del ingreso del individuo durante el año siguiente
al primer informe.

Este tipo de errores de memoria es tan común que en los estudios de encuesta hay una fuerte
tendencia a reducir a un mínimo el período que se pide al entrevistado que recuerde. Los datos sobre
ingresos generalmente se piden en forma anual y con preferencia poco después de la finalización del
año calendario, cuando las obligaciones de los impuestos a los réditos llevan a la mayoría de las
personas a sumar sus entradas anuales. Como vimos, el Survey of Sickness (Encuesta sobre
Enfermedades) usa un período de información de dos meses. Las encuestas de oyentes de audiciones
radiales habitualmente se limitan a pedir informes sobre el día anterior. En términos generales, cuanto
más efímera y de menos importancia es la experiencia sobre la cual debe informarse, menor debe ser el
período abarcado por la información.

Es difícil estimar el error de información para respuestas de actitud en encuestas sucesivas,


debido a las dificultades que supone distinguir entre el cambio que podría haberse registrado entre las
encuestas y la simple incoherencia de la información. Por ejemplo, una misma pregunta
(“Considerando el país como un todo ¿cree usted que tendremos una buena o mala época durante los
próximos doce meses?) se hizo dos veces, a principios de 1948 y a principios de 1949. De una muestra
de 655 entrevistados de idénticas características, se descubrió que el 41 por ciento dio la misma
respuesta y el 18 por ciento dio respuestas radicalmente diferentes. En las dos fechas fue bastante
similar la distribución de los puntajes de conjunto. No obstante, parte de la consistencia (41 por ciento)
pudo deberse al azar y parte del cambio (18 por ciento) pudo no representar un verdadero cambio. No
hay suficientes informes de investigaciones que justifiquen alguna generalización acerca de si
determinados tipos de respuestas de actitud son más o menos persistentes que otras o de si los
individuos entrevistados informan sobre ellas con mayor o menor confiabilidad.

Lo que suele suceder generalmente es que la congruencia de los promedios o de las


distribuciones de frecuencias es mayor que la de los puntajes individuales. Por ejemplo, en el estudio
de Withey se halló que las distribuciones de los ingresos urbanos de 1947 eran bastante similares a las
correspondientes a las encuestas efectuadas a principios de 1948 ya principios de 1949 (en ambas se
entrevistó a las mismas personas), aunque los puntajes individuales que formaban las distribuciones
distaban de correlacionarse perfectamente como lo indica el cuadro 1.

Cuadro 1. Comparación de los datos sobre ingresos obtenidos en dos


Encuestas sucesivas

Ingresos Datos obtenidos en encuestas realizadas Proporción que Proporción en una categoría indicada en
monetarios antes a permanece en la la primera encuesta que aparece en la
de los impuestos misma categoría segunda encuesta en una
(1947) en ambas
encuestas
principios e 1948 principios de 1949 Categoría Categoría no
adyacente adyacente
Menos de 8% 7% 6% 1% 0%
$ 1.000
$1.000 $ 1.999 14 14 10 4 º
2.000 2.999 23 28 17 5 1
3.000 3.999 22 18 12 9 2
4.000 4.999 14 13 6 6 2
5.000 7.499 12 13 7 4 1
7.500 y más 7 7 6 1 º
100 % 100 % 100 % 100 % 6
º Menos de la mitad del 1%

MUESTRA: 415 unidades de consumo urbanas idénticas entrevistadas una vez a principios de 1948 y otra a principios de
1949 y que en ambos casos dieron información acerca de sus ingresos de 1947.

FUENTE: Surveys of Consumer Finances, dirigido por el Survey Research Center par el Federal Reserver Board.

La confiabilidad de las distribuciones de frecuencia extraídas de muestras comparables


aunque independientes puede demostrarse simplemente dividiendo la muestra total de una encuesta en
submuestras seleccionadas al azar. En el cuadro 2 se compara el ingreso declarado de alrededor de
1200 entrevistados en una encuesta nacional de actividades hacia la “gran empresa” con las
distribuciones obtenidas mediante la combinación de las respuestas de cada cuatro informantes. La
consistencia que surge es característica de los datos de encuestas basadas sobre métodos cuidadosos de
muestreo y entrevista.

El alto grado de comparabilidad de las distribuciones extraídas de encuestas sucesivas no sólo


puede demostrarse respecto de datos demográficos como los relativos a los ingresos y a la educación,
sino también en relación con datos psicológicos. Un buen ejemplo lo proporcionan los datos de
Cartwright sobre compra de bonos. Las razones que daban las personas del interés del gobierno por
vender bonos durante la Segunda Guerra Mundial se mantuvieron en proporciones muy similares en
varias encuestas sucesivas (cuadro 3).

CUADRO 2. Distribución de ingresos en submuestras sistemáticamente


seleccionadas de una muestra nacional

A B C D TOTAL

$ 0 - 999 11% 8% 10% 9% 9%


1000 –1999 11 13 12 9 11
2000 –2999 23 18 19 21 20
3000 –3999 19 19 20 20 20
4000 –4999 11 14 11 13 12
5000 –7499 12 15 16 14 14
7500 –9999 5 4 4 3 4
10.000 y más 4 3 4 4 4
No sabe 1 2 1 2 2
Sin determinar 3 4 3 5 4

100 % 100 % 100% 100% 100 %


Número de en-
trevistas 317 308 299 303 1227

A pesar de las muchas oportunidades para que se introduzcan errores en el proceso de la


encuesta, es indudable que cuando ésta se realiza con el adecuado respeto por los principios básicos de
la investigación, pueden reunirse muchos tipos de datos con una confiabilidad no sólo tolerable, sino
tranquilizadora.

La validación de los datos de la encuesta a menudo presenta graves problemas. El


procedimiento habitual para establecer la validez de mediciones efectuadas en la investigación social es
la comparación con un criterio exterior. Por desgracia, no siempre se dispone de una criterio aceptable
cuando se reúnen los datos de una encuesta. La encuesta tiende a efectuarse precisamente cuando no se
dispone de datos significativos.

La validación de respuestas individuales puede lograrse mediante la comparación directa de la


información proporcionada por los individuos entrevistados con informes procedentes de otras fuentes.
En un estudio registrado por Cahalan, el examen de los archivos de tribunales, de los registros de
automóviles y de otros documentos oficiales reveló una alta correspondencia con el informe de los
individuos entrevistados, aunque algunos ítems mostraron una mayor discrepancia que otros. No todas
las diferencias de tal comparación pueden considerarse como imprecisiones de la encuesta, porque los
registro oficiales no suelen estar totalmente actualizados o completos y es posible que todavía no
reflejen los cambios registrados en la encuesta.

Un tipo similar de validación puede efectuarse cuando se seleccionan para la muestra


entrevistados de características conocidas y luego se los interroga respecto de dichas características.
Hyman informó sobre un estudio en que se entrevistó a una muestra de personas que habían cambiado
bonos del gobierno durante la Segunda Guerra Mundial para determinar de qué manera habían usado
ese dinero.

CUADRO 3. Razones atribuidas al deseo del gobierno de vender bonos

Razones Enero Junio Nov. Junio


1944 1944 1944 1945

Financiar la guerra, ganar la guerra,


Ayudar a los soldados 65 % 65 % 67 % 68 %
Impedir la inflación 14 15 15 14
Inducir a la gente a ahorrar 7 8 7 10
Proporcionar seguridad para la posguerra 2 3 2 3
Otras razones 12 9 9 5

100 % 100 % 100 % 100 %

Número de entrevistas 1441 1925 2148 2263

Un método comúnmente empleado en E.U.A. para demostrar la validez de la encuesta consiste


en comprar distribuciones de encuestas con distribuciones comparables del Censo Decenal precedente.
Prácticamente toda encuesta informa sobre la distribución de las características demográficas de su
muestra –edad, sexo, raza, educación y ocupación- y la comparación con los datos de censos puede, por
lo menos, ilustrar la ausencia de errores groseros.
La prueba más rigurosa de la validez de la encuesta consiste en comparar conjuntos de datos
extraídos de la muestra con estimaciones exteriores independientes de las mismas magnitudes. Sin
embargo, por desgracia son relativamente pocos los conjuntos de datos extraídos de encuestas que
pueden compararse directamente con estimaciones exteriores y, con mayor frecuencia, la comparación
requiere complejos ajustes para cubrir las diferencias en conceptos o alcance. De todos modos, es
posible, por ejemplo, controlar la validez de la cantidad de nacimientos informados por una muestra de
familias para el año precedente comparando esta cifra con la tasa nacional de natalidad según se
compila en los registros oficiales de la Office of Vital Statistics (Oficina de Estadística de Vida). O
bien la cantidad de propietarios de automóviles registrada por una muestra puede ampliarse al total
nacional y confrontarse con las cifras del registro de automóviles.

Las comparaciones más detalladas de este tipo son aquellas que se realizan con datos sobre
ingresos anuales, obtenidas de diferentes encuestas por muestreo realizadas por distintas
organizaciones, con la renta nacional según estimaciones del Departamento de Comercio de los Estados
Unidos de Norteamérica principalmente a partir de registros disponibles tales como las estadísticas de
planillas de pago. En estas comparaciones, que requirieron procedimientos de ajuste muy complejos,
las discrepancias respecto de las cifras utilizadas como criterio eran relativamente pequeñas,
encontrándose que la mayor parte caía dentro del campo del error de muestreo.

Aunque pueden darse muchos ejemplos de tranquilizadoras comparaciones entre datos de


encuesta y cifras de otras fuentes, debe reconocerse que también se encuentran a veces grandes
diferencias, a pesar de la observancia de las normas más rigurosas de la metodología de la encuesta. En
algunos casos parece virtualmente imposible superar el error de información, que puede dar lugar a
deformaciones muy graves. Sin embargo, esto es relativamente poco común y suele estar asociado con
falsificaciones deliberadas (como en los informes sobre el dinero disponible) o con errores de memoria
(como en informaciones sobre el monto de los depósitos bancarios efectuados el año anterior).

La validación de datos referentes a actitudes, expectativas, intenciones y similares, presenta


problemas de un tipo diferente. En este caso no se dispone de un “puntaje objetivo” externo que pueda
usarse como criterio. La declaración del entrevistado en el momento de la entrevista es en sí misma un
dato para el análisis. Puede correlacionarse o no con otra conducta no verbal. Si se correlaciona, su
utilidad es mayor para propósitos predictivos, pero su validez intrínseca no depende de ello. Por
supuesto, se invalida la información si el entrevistado, conscientemente o no, tergiversa sus actitudes o
intenciones porque no desea cooperar con el entrevistador. Tales falsificaciones son a menudo difíciles
de detectar.

A pesar de la ausencia de criterios externos, pueden aplicarse muchas pruebas internas a los
datos de actitud para demostrar que no son meras expresiones caprichosas de los entrevistados. Así,
puede comprobarse que el apoyo a las proporciones del gobierno dirigidas a proporcionar trabajo para
todos es mucho más frecuente entre las personas de bajos ingresos que entre las de altos ingresos, que
las intenciones de comprar bienes duraderos son mayores entre las personas que esperan aumentos en
sus ingresos que entre quienes esperan disminuciones, que las expresiones de hostilidad hacia los
negros son más comunes en las ciudades del sur de E.U.A. que en las que estuvieron en contra de la
Ley Taft-Hartley en 1948 tendían más a votar por los demócratas que quienes estuvieron a favor de
ella. Estas comprobaciones son coherentes con nuestras expectativas generales basadas en otras
informaciones sobre la sociedad norteamericana y su funcionamiento. Esta validación de los datos de
una encuesta no es tan convincente como la que proporciona un criterio externo correctamente
establecido. A pesar de ello, cuando no se cuenta con tal criterio, el análisis de la lógica interna de los
datos de la encuesta puede presentar a menudo un cuadro muy coherente.
Cuando se utilizan los datos de la encuesta con propósitos de predicción, la validez presenta
otros problemas. Si un entrevistado declara en el mes de octubre que votará por determinado candidato,
esta declaración puede ser una expresión válida de su inclinación de ese momento, pero no es una
indicación válida de su voto real en noviembre. El hecho de que un consumidor exprese en el mes de
enero su intención de comprar un auto durante los doce meses siguientes puede constituir una
representación verdadera de sus intenciones, pero muchas contingencias imprevistas pueden no
permitirle realizar la compra. Por supuesto, la ausencia de una correspondencia exacta entre las
intenciones expresadas por los individuos entrevistados y sus posteriores acciones no significa que no
tengan valor los datos de tendencias deducidos de repetidas encuestas sobre intenciones. Por ejemplo,
la tendencia de las intenciones de compra de bienes durables (expresada en la forma de proporciones de
la muestra total) establecida por Survey of Consumer Finances demostró ser significativamente en
relación con la tendencia de compras posteriores. Además, Schweiger probó que esta correspondencia
de tendencias no sólo se mantiene para la población total, sino también para diversos subgrupos de la
población, por ejemplo, para personas de altos ingresos o para calificados.

LIMITACIONES

En las páginas precedentes hemos expuesto el alcance de la técnica de la encuesta.


Evidentemente se trata de un instrumento de investigación de gran versatilidad, aplicable a una amplia
gama de problemas dentro del área general de la investigación social. No obstante, tiene evidentes
limitaciones, de precisión tanto como de adaptabilidad.

Es obvio que cualquier proyecto para datos basado en una muestra, está sujeto al error de
muestreo. Ello significa que todos los hallazgos provenientes de tal estudio deben interpretarse a la luz
de este error. Esta limitación resulta particularmente importante cuando se divide en partes una muestra
total con propósitos de análisis. Todo investigador que haya trabajado con datos provenientes de
encuestas por muestreo habrá experimentado la frustración provocada por el hecho de que los casos se
van perdiendo a medida que prosigue su análisis en células más y más pequeñas. Ello ocurre
especialmente cuando el análisis requiere la división de la muestra en regiones geográficas. Pocas
muestras son lo bastante numerosas como para permitir el análisis regional sobre bases que no sean las
más amplias.

La investigación por encuestas también está sujeta a todos los errores de medición implícitos en
cualquier intento de obtener un puntaje que represente las actitudes, capacidades, conductas y otros
rasgos de una persona. Puesto que las encuestas habitualmente dependen de la cooperación voluntaria
de los entrevistados, a menudo no es posible utilizar los tediosos métodos psicofísicos que parecen
aconsejables para reducir al máximo el error de medición. Compromisos de este tipo pueden no ser
necesarios cuando es posible coaccionar a los sujetos de estudio (estudiantes de college o personal
militar, por ejemplo), pero bien pueden serlo cuando los entrevistados son adultos elegidos al azar en
sus propias casas.

Pese al gran número de preguntas que es posible hacer en una sola encuesta, hay límites para el
número de temas que pueden tratarse. Todo instrumento de recolección de datos tiene una extensión
óptima para la población a la cual se lo aplica. Más allá de este punto, comienza a decaer el interés ya a
disminuir la cooperación. El investigador que realiza encuestas debe cuidarse de no sobreestimar la
tolerancia de sus entrevistados y esto habitualmente implica sacrificar preguntas para las cuales les
gustaría mucho disponer de respuestas.
La limitación de la extensión puede ser de especial importancia en áreas que, se supone,
requieren un largo período de interrogatorio hasta que puede establecerse el rapport y superarse la
resistencia. Por ejemplo, esto podría aplicarse al estudio de la inadaptación personal o de las
desavenencias familiares, donde la experiencia clínica puede enseñar que una primera entrevista de una
hora de extensión podría no ser suficiente para descubrir el problema subyacente. Este supuesto parece
razonable aunque los estudios de Kinsey sobre la conducta sexual indican que, en algunas
circunstancias, una entrevista corta puede proporcionar información personal que comúnmente se
oculta en forma cuidadosa.

Es posible que una encuesta por muestreo diseñada para representar una población dispersa en
una amplia área geográfica no proporcione una representación adecuada para alguna característica de
población que esté muy localizada. Ello significa que, por ejemplo, no puede estimarse la influencia de
específicos grupos sociales locales mediante la habitual encuesta nacional, puesto que es improbable
que una muestra incluya más que unos pocos miembros de cualesquiera de tales grupos. El estudio de
los factores de la comunidad local requiere una concentración del esfuerzo sobre la comunidad
específica antes que la amplia dispersión aconsejable cuando debe representarse una población muy
diseminada.

Es imposible analizar en forma adecuada la compleja textura de la organización social sólo


mediante el método de la encuesta, pues el proceso del muestreo tiende a separar al individuo de su
contexto social. Otros métodos se adaptan mejor al estudio de las incontables interconexiones que dan a
la sociedad su integración. Es evidente que el método de la encuesta no es apropiado para los estudios
de desarrollo histórico. En general, los informes de las encuestas se refieren a momentos específicos o
a lapsos muy cortos de tiempo. Los estudios de orígenes y de desarrollos a largo plazo requieren
métodos de investigación de un carácter más longitudinal.

Las limitaciones más obvias del procedimiento de la encuesta surgen de que casi
inevitablemente requiere una considerable inversión de energía humana y tiempo. Por supuesto, las
encuestas en pequeña escala de poblaciones muy localizadas y accesibles pueden ser realizadas con
buenos resultados por un solo individuo, siempre que posea la constancia y las habilidades requeridas.
Si el tiempo no es una consideración apremiante, un grupo pequeño de investigadores puede realizar
proyectos de proporciones considerables, como lo demostró la encuesta Kinsey. Con mayor frecuencia
sin embargo, las encuestas son realizadas por grupos de técnicos de las ciencias sociales, y a aveces se
necesitan varios centenares para realizar un único proyecto. El equipo puede incluir especialistas en el
diseño del estudio, en la construcción de la muestra y el cuestionario, en entrevistas, codificación,
tabulación mecánica y análisis estadístico. La tecnología de la encuesta ha llegado a ser tan complicada
que el entrenamiento profesional en este campo (o por lo menos el asesoramiento) es virtualmente
indispensable si se quiere eludir las muchas trampas que esperan al inexperto.

El carácter lento y pesado de muchas encuestas impone al investigador una limitación adicional
que puede resultarle fastidiosa. Una vez establecido el diseño de una encuesta, ésta debe realizarse de
acuerdo con las especificaciones de aquél. Eso significa que pueden pasar meses antes de que se pueda
probar una determinada hipótesis, y cada nueva variación del diseño del estudio destinada a llevar más
allá el desarrollo teórico requerirá nuevos meses de trabajo. Al investigador de laboratorio
acostumbrado a modificar su diseño experimental cada mes, poco más o menos, ese lento avance puede
parecerle una intolerable frustración.

La contribución plena de la investigación por encuestas al desarrollo de las ciencias de la


conducta sólo puede lograrse, sin embargo a través de programas continuados d investigación que se
extiendan durante un período de años. El valor de tales programas no reside primariamente en la
posibilidad de repetir las mismas observaciones en diferentes momentos. Mucho más importante es la
oportunidad que proporcionan para la aplicación de un marco integrado de teoría a diversos aspectos de
la conducta y para la revisión progresiva y el perfeccionamiento de las hipótesis verificadas.

CONCLUSION

Aunque los orígenes de la encuesta por muestreo se remontan al siglo XIX, sólo en los últimos
años se desarrollaron las avanzadas metodologías que poseen en la actualidad los investigadores.
Ninguno de los estudios específicos a que se hace referencia en este capítulo se realizó antes de 1940.
Y poco de ellos podrían haberse realizado antes de esa fecha.

La experiencia de los últimos diez o quince años demostró a los científicos sociales en general
algo de las potencialidades y limitaciones de las encuestas por muestreo. Está fuera de discusión el
hecho de que este desarrollo dio un importante estímulo al estudio cuantitativo de los fenómenos
sociales. Por otro lado hay razones para creer que todavía no se realizaron completamente las
posibilidades de la técnica de encuestas, tanto en el alcance de sus aplicaciones como en la precisión de
sus métodos.

BIBLIOGRAFIA

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LOS MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN EN LAS CIENCIAS
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Capítulo 2

LOS ESTUDIOS DE CAMPO

Daniel Katz

Los Estudios de campo y las encuestas de alcance nacional abrieron nuevas posibilidades
para el desarrollo de la psicología social y de las ciencias sociales. Por una parte, derribaron los
estrechos muros del tradicional laboratorio experimental al aplicar sus métodos de investigación a
complejos problemas de las relaciones humanas. El efecto es doble: 1) nuestro conocimiento
científico aumenta a consecuencia del estudio directo de las situaciones de campo y 2) el laboratorio
psicológico comienza a incluir en sus investigaciones variables sociales y de grupo.

Por otra parte, son aún mayores las potencialidades de las encuestas y los estudios de campo
para las ciencias sociales fuera del laboratorio. Estas disciplinas se ocupan desde hace mucho
tiempo de complejos y significativos problemas sociales, pero debieron apoyarse en la observación
no controlada o en datos recogidos con propósitos prácticos antes que científicos. De este modo,
usaron fuentes secundarias, tales como estadísticas de delitos y materiales de censos, y adaptaron
sus diseños de investigación a datos ya reunidos. Los estudios de campo y las encuestas permiten la
introducción de controles y de objetivos de investigación en la misma recolección de datos. Así el
investigador social controla tanto el problema investigado como los tipos de observaciones y
mediciones. Una ciencia que puede reunir sus propios datos de acuerdo con sus intereses de
investigación, además de valerse de los registros existentes, se encuentra en una situación
sumamente ventajosa respecto de una disciplina que omite esta importante parte del proceso
científico. Cuando se reconozca la necesidad práctica de hacer frente a los costos adicionales de la
recolección controlada de datos en las ciencias sociales, podremos presenciar en estos campos
desarrollos revolucionarios.

RELACIONES ENTRE LOS ESTUDIOS DE CAMPO Y LAS ENCUESTAS

Aunque no es fácil establecer una exacta distinción lógica entre una encuesta y un estudio de
campo, existen diferencias prácticas que requieren técnicas y habilidades algo distintas. En términos
generales, la diferencia se encuentra entre el mayor alcance de la encuesta y la mayor profundidad
del estudio de campo. Más precisamente, pueden establecerse dos distinciones fundamentales. En
primer lugar, la encuesta siempre trata de representar algún universo conocido, y de esta manera
intenta, tanto en la cantidad de casos incluidos como en la manera de su selección, es adecuada y
fielmente representativa de una población más numerosa. Un estudio de campo puede poner o no el
acento sobre el muestreo, ya que se interesa más por una descripción completa de los procesos
investigados que por su representatividad respecto de un universo mayor. En una encuesta siempre
preguntamos acerca de la incidencia relativa o distribución, de variables sociales o características de
personalidad en el grupo mayor que nos interesa. La explicación de tendencias en el aumento de la
población, de auges y depresiones económicas, del aumento de desocupación, del cambio social, en
general, debe comprenderse en el contexto del país como un todo. Así la muestra debe representar
adecuadamente los muchos subgrupos y debe establecerse el peso relativo de los factores en la
medida de su contribución al resultado total.

Una segunda y más importante diferencia reside en que en la investigación de campo se trata
de estudiar una única comunidad o un único grupo en términos de su estructura social; es decir, las
interrelaciones de las partes de la estructura y de la interacción social que se produce. La encuesta
sólo se ocupa de tales interrelaciones e interacciones a través de un estudio del resultado final. En la
encuesta, los procesos psicológicos y sociales en desarrollo se infieren de sus resultados
estadísticos. En cambio, en el estudio de campo se intenta observar y medir los procesos sociales en
desarrollo de manera más directa. Específicamente, ello significa que el estudio de campo intenta
observar la interacción social o investigar detenidamente las percepciones y actitudes recíprocas de
las personas que desempeñan roles interdependientes. De esta manera, el estudio de campo
proporcionará una imagen más detallada y más natural de las interrelaciones sociales del grupo que
la encuesta.

Los estudios de actitudes hacia los problemas obrero-patronales proporcionan un ejemplo de


ambos tipos de enfoque. Una encuesta de alcance nacional informaría sobre la distribución de
actitudes hacia los obreros y hacia el sector patronal en la nación como un todo, trataría de obtener
alguna medida de la distribución de estas actitudes entre subgrupos de la población. A partir del tal
estudio sabríamos cuáles son las actitudes típicas de los trabajadores de toda la nación, de obreros
agremiados en contraste con los no agremiados, de agricultores, de grupos de clase media y de
propietarios e industriales. Un estudio de campo del mismo problema se realizaría en una única
fábrica y examinaría la estructura social del sindicato tanto como de la empresa. Un foco de la
investigación podría ser la estructura de poder y las pautas de influencia y comunicación dentro del
sindicato; una segundo foco las relaciones similares existentes dentro de la empresa, y todavía un
tercero podría ser las relaciones entre ambas estructuras. La realización sistemática de entrevistas
tendría como finalidad conocer las percepciones y actitudes recíprocas de obreros, capataces,
empleados y personal jerárquico, y podría planificar la observación de las interacciones que tienen
lugar en la fábrica entre obreros y capataces, obreros y empleados, empleados y capataces, etcétera.

Evidentemente, el estudio de campo y la encuesta nacional no son tanto formas alternativas


de estudiar problemas como procedimientos complementarios que pueden dar mejores resultados
cuando se los combina. La utilización de ambos métodos en la misma área de problemas tiene dos
ventajas importantes. Primero, obtendremos mayores conocimientos acerca del grado de
generalidad de los descubrimientos del estudio de campo si sabemos cómo se ajusta a la pauta
nacional la situación específica estudiada. Por ejemplo, si conocemos cómo la población de
Yankeeville, estudiada por el grupo Warner, puede ser comparable con la población total, podremos
interpretar en forma más adecuada los descubrimientos. En segundo lugar, la encuesta nacional y el
estudio de campo proporcionan conocimientos que sirven para plantear hipótesis, las que podrán
verificarse en forma más apropiada mediante el uso de otro enfoque. Por ejemplo, una encuesta
nacional sobre la estructura de clases puede sugerir procesos motivacionales específicos que operan
en determinada clase social, por ejemplo una tendencia hacia el poder antes que hacia la seguridad
económica en las categorías económicas más altas. Sin embargo, es más fácil lograr la confirmación
de esta hipótesis si se trabaja con un subgrupo de la población nacional. Por otra parte, después de
estudiar en detalle procesos motivacionales definidos dentro de un subgrupo, también puede
precisarse la concepción de las variables y facilitarse su medición en forma de que sea posible
utilizar medidas de estas variables en una encuesta nacional.
TIPOS DE ESTUDIOS DE CAMPO

Hay muchos tipos de estudios de campo, aunque este método fue más usado por los
antropólogos en el estudio de sociedades primitivas. El sociólogo, influido con este tipo de
observación natural, realizó estudios detallados de sectores de su propia sociedad, y a menudo pudo
agregar algún grado de medición al enfoque antropológico de carácter más interpretativo. Por
último, el psicólogo social subrayó la importancia de la cuantificación y la verificación de lo
observado incluso en estudios realizados fuera de laboratorio. La dimensión más importante a lo
largo de la cual pueden variar los estudios de cómo es el grado de medición que representan, que va
desde el extremo de la descripción antropológica interpretativa de una sociedad primitiva hasta la
investigación que emplee la cuantificación estandarizada de los datos recogidos en forma de escalas
de observación para registrar la conducta y de escalas de actitudes para la medición de sentimientos
y creencias.

Un ejemplo de un estudio de campo antropológico que intenta un análisis funcional antes


que un mero relato descriptivo se encuentra en las investigaciones realizadas por B. Malinowski en
las islas Trobriand. Malinowski vivió en medio de este pueblo melanesio, observó sus actividades
en forma directa y dedicó muchas horas a hablar con una cantidad de informantes nativos. Presentó
una descripción detallada y una explicación sociológica de sus actividades económicas, su
organización social, sus mitos e ideologías y la estructura psicológica de su carácter. Por ejemplo,
informó sobre el papel central desempeñado por las obligaciones recíprocas en la vida económica,
legal y ceremonial.

Los isleños, que viven cerca de la costa, tienen socios en las aldeas interiores, de tal modo
que se produce un constante intercambio de pescado y vegetales frescos de acuerdo con el debido
ceremonial y la ostentación pública. Del mismo modo, en la aldea pescadora hay un conjunto de
obligaciones mutuas relativas a las canoas de pesca tripuladas por una cantidad de nativos. Se
establecen los derechos del propietario así como los de la tripulación con respecto al tiempo de
pesca y a la participación en el producto, y los deberes relativos al mantenimiento y cuidado de la
embarcación. Al parecer, la obligatoriedad de las normas sociales de la comunidad no proviene de
penalidades legales o de la mera conformidad con la costumbre, sino de un constante toma y daca
que beneficia a ambas partes de un acuerdo, y del fortalecimiento de esta relación mediante
ceremonias y manifestaciones públicas. De esta manera, el hombre que puede presentar a su socio
una gran cantidad de alimentos se asegura una buena recompensa en el futuro y gozará además de
una alta consideración entre sus compañeros por su proeza y generosidad. Malinowski concluyó que
la reciprocidad es el principio esencial que rige las normas sociales de esta comunidad primitiva.

Por más imperante y convincente que sea la interpretación de Malinowski, falta en ella el
grado necesario de generalización científica incluso respecto de la sociedad melanesia. La hipótesis
relativa a la importancia de la reciprocidad para el mantenimiento de las normas sociales debe ser
verificada en forma sistemática dentro de la cultura melanesia en relación con otros procesos
sociales que pueden estar funcionando. Para realizar tal verificación sistemática, es preciso medir de
alguna manera esos procesos. No obstante, debe señalarse que el análisis funcional de Malinowski
tiene definidas ventajas respecto de muchos relatos descriptivos de distintas culturas. Este tipo de
análisis utiliza conceptos teóricos que se refieren en forma bastante directa a interacciones sociales
observables. Por ende, es fácil convertir la interpretación en hipótesis verificables.

Una aplicación sociológica del enfoque antropológico se encuentra en el estudio de


Middletown efectuado por los Lynd que reconstruye la vida de una comunidad norteamericana
sobre la base de la investigación intensiva de un pequeño equipo de trabajadores de campo. Estos
vivían en la comunidad, participaban de su vida en la medida de lo posible y utilizan la observación
participante como uno de sus principales métodos. En este proceso se registraban con frecuencia
entrevistas informales. Además se efectuó un examen completo de todos los materiales
documentales, incluso datos de censos, registros de ciudades y distritos, archivos de tribunales,
registro escolares, etc. Se consultaron memorias de diversas organizaciones, no sólo para el período
en estudio, sino también para años anteriores. Del mismo modo, se revisaron colecciones de
periódicos y se estudiaron 125 historias del estado, ciudades y distritos. En una medida considerable
se usó el acento sobre la comprensión de la comunidad en términos de su historia. Para
complementar otro registros históricos se examinaron diarios personales de años anteriores. Por otra
parte, cuando no se disponía de materiales estadísticos, el equipo de trabajo de campo compiló
datos sobre salarios, estabilidad de empleo, pertenencia a clubes, concurrencia y pertenencia a
iglesias, asistencia a cinematógrafos, etc. Esta introducción de materiales cuantitativos se hizo más
rigurosa mediante entrevistas cuidadosamente planeadas a una muestra de amas de cada de la clase
obrera y otra de esposas de hombres de negocios. También se enviaron cuestionarios escritos a más
de 400 clubes y a las tres cuartas partes de la población de estudiantes de los últimos años de la
escuela secundaria.

De esta masa de datos y de materiales de distintas fuentes, los Lynd obtuvieron su


descripción de las principales actividades de la comunidad, las tendencias de su desarrollo, las
pautas de conflictos de su vida cotidiana. Hallaron una tasa diferencial de cambio en la realización
de diversas actividades básicas, con los mayores cambios en las ocupaciones económicas destinadas
a lograr la subsistencia. La pauta general de cambio iba de la clase empresaria a la trabajadora, y
esta última a menudo mostraba hábitos de la clase empresaria de una generación anterior. No
obstante, había inversiones de este proceso y las prácticas de los grupos de ingresos menores eran
tomadas por los grupos de entradas mayores. En general, las corrientes de cambio parecían
erráticas, tanto con respecto a la dirección como a las tasas diferenciales para diferentes aspectos de
la vida. La dificultad de mantener algún tipo de equilibrio en estas condiciones de tensión aparecía
como un importante problema. Una solución que se manifestó, aunque no se la utilizase
sistemáticamente, consistía en un procedimiento de rodeo por el cual una innovación aparece
primero como una forma alternativa de adaptación y luego reemplaza de manera gradual a la forma
más antigua.

Los Lynd fueron más allá del método antropológico tradicional al utilizar técnicas
cuantitativas para completar sus materiales cualitativos. Sus afirmaciones acerca de las actividades
de la comunidad y las características de la población a menudo se derivan de cuadros estadísticos.
Sin embargo, sus conclusiones y descripción más interpretativa se apoyan en gran medida sobre la
consideración de la información cualitativa y de sus propias experiencias como miembros
participantes de la comunidad. De este modo, no todas sus conclusiones pueden ser confirmadas
fácilmente por otros investigadores por la dificultad que supone repetir exactamente los
procedimientos que las fundamentan. Sin embargo, en términos generales y gracias a su intento de
documentar sus observaciones con cifras y datos, este estudio representa un verdadero progreso
hacia métodos científicos más objetivos. En este intento surge con claridad la distinción entre los
resultados o datos y las interpretaciones que se derivan de los datos y observaciones.

La pauta del estudio de Middletown, que combina datos cuantitativos obtenidos mediante
entrevistas y cuestionarios con material proveniente de fuentes secundarias y observaciones
generales acerca del marco cultural, fue seguida en muchos estudios sociológicos. Estos a menudo
se ocuparon de un marco de referencia más limitado que la comunidad total y contribuyeron a
nuestro conocimiento de la estratificación social, como sucedió con los estudios de Warner, la
investigación de Hollingshead sobre la adolescencia y la pertenencia a clases en una comunidad del
medio oeste y los estudios de Jones sobre las bases socioeconómicas de la clase social en Akron,
Ohio. Una interesante combinación de observación participante y entrevista sistemática se
encuentra en el estudio de Child de la segunda generación de inmigrantes masculinos de origen
italiano.
Uno de los primeros ejemplos de un método, empleado por psicólogos sociales, que emplea
en mayor medida la medición, pero circunscribe más estrechamente el campo a estudiar, se
encuentra en la investigación de Schnack efectuada en Elm Hollow. Schanck siguió la tradición
antropológica, vivió en la comunidad durante un período de años y llegó a convertirse en experto
conocedor de sus modos de vida a través de observaciones y largas charlas con informantes. No
obstante, usó también la entrevista sistemática, interrogando mediante entrevistas informales a
todos los residentes de la comunidad. De este modo, Schnack pudo cuantificar sus descubrimientos
y establecer en una forma más precisa el grado de relaciones encontradas. Interesa señalar que este
enfoque detallado y cuantitativo proporcionó una descripción de la comunidad que distinguió en
forma muy clara entre las pautas formales de creencia y conducta dentro de marcos institucionales y
aquellas que rigen en situaciones más privadas e informales. Así como el grupo Mayo mediante una
detenida inspección, observó que las pautas formales de una fábrica a menudo son contradichas por
las pautas informales de la interrelación personal, en la misma forma Schanck descubrió que las
prácticas y creencias ortodoxas de la religión tradicional tenían en gran medida propósitos públicos.
En privado, los individuos mantenían un conjunto de creencias y actitudes mucho más liberales.
Parte de la conformidad que se manifestaba en público se debía a una ignorancia sobre la pluralidad
de posiciones, la errónea creencia de muchos en el sentido de que el resto de la comunidad sentía en
forma distinta a la del entrevistado. También era importante la aceptación por parte de los lugareños
de los roles de liderazgo del sacerdote del pueblo y del principal contribuyente a los fondos de la
iglesia. Un estudio posterior demostró que sin la influencia de estos líderes, la ignorancia sobre la
pluralidad de posiciones en la pequeña comunidad se desvanecía rápidamente con auténticos
rechazos de pautas de conducta anteriormente aceptadas respecto de tabúes religiosos.

Estos primeros estudios de comunidades, que se centraban en el individuo en cuanto unidad


de medición, tenían alcances y precisión técnica limitados. Un estudio psicosociológico de campo
con mediciones más detalladas es la investigación de Newcomb, efectuada en el Bennington
College, una cerrada comunidad universitaria. Las mediciones del rol objetivo desempeñado en el
college se obtuvieron mediante los puntajes asignados por una muestra de estudiantes “jueces” que
seleccionaron los individuos que ocupaban posiciones más extremas dentro de cada clase respecto
de 28 características relacionadas con la pertenencia a la comunidad. El rol subjetivo se midió por la
propia concepción que tenía el individuo de su relación con la comunidad, incluyendo su conciencia
de la diferencia existente entre él y los demás. El prestigio individual se determinó haciendo que los
compañeros eligiesen a los estudiantes que mejor representarían al college en una asamblea
interuniversitaria. Por último, se administró una serie de escalas de actitud a todos los estudiantes, la
que volvió a aplicarse a algunos de ellos durante la carrera en el college. Las escalas de actitud
tenían que ver con asuntos públicos de fundamental importancia para los valores de la comunidad.
Los resultados demostraron que los estudiantes asimilaban los valores del grupo a medida que se
integraban a la comunidad del college; los líderes reconocidos revelaron mayores efectos de la
pertenencia al grupo que los dirigidos. De este modo, hubo una buena correspondencia entre las
actitudes de los estudiantes valorados por la comunidad y el rol objetivo desempeñado por el
estudiante. Además, el rol subjetivo señaló que, dentro de la pauta objetiva, había formas de
adaptación características de la personalidad que eran producto tanto de la situación presente como
de métodos anteriores de relacionarse con los compañeros.

Estos cuatro estudios indican la posibilidad de resolver el conflicto existente entre el


enfoque antropológico y el cuantitativo, aunque no deben pasarse por alto las diferencias de los
métodos. El antropólogo o el sociólogo que se familiarizó totalmente con una cultura o comunidad,
que vivió en ella, que observó a su gente, que habló largamente con ella, que estudió su historia y se
sumergió en todos los materiales disponibles puede dar una imagen del funcionamiento del grupo
como un todo y hacer interpretaciones profundas de sus procesos sociales. Este tipo de estudio
proporciona una gran cantidad de información sobre una comunidad o cultura con una notable
economía de esfuerzos. Por ejemplo, Harbison y Dubin, en sus estudios de casos de las relaciones
obrero-patronales, presentaron una imagen notablemente informativa de las variables significativas
y de sus interrelaciones. Del mismo modo, Dollard y Davis, Gardner y Gardner demostraron las
ventajas económicas del método antropológico en sus estudios sobre castas y clases. Un enfoque
cuantitativo hubiera requerido mucho más trabajadores de campo y mucho más tiempo y energía e,
incluso así, no hubiera logrado el mismo alto nivel de comprensión e interpretación. Además, el
enfoque cuantitativo, a causa de que busca variables fáciles de medir, puede centrar la atención
sobre factores microscópicos o triviales, y olvidar los procesos significativos para el
funcionamiento del grupo.

Por otra parte, el procedimiento antropológico sólo representa el primer paso de la ciencia,
pues sus ricas interpretaciones no se basan en relaciones establecidas en forma cuantitativa. Se trata
de inferencias que representan un tipo global de juicio o se basan en lo que el investigador
considera como sus observaciones más fundamentales. Se realizan pocos intentos de especificar los
tipos de datos necesarios para medir variable determinada. Por ende, frecuentemente resulta difícil y
a menudo imposible que otro investigador verifique las relaciones establecidas. La historia de la
psicología social muestra la importancia de repetir las investigaciones, puesto que muchos de sus
resultados iniciales no fueron confirmados en investigaciones posteriores. Sólo cuando se logra un
nivel de estandarización de las especificaciones relativas a los datos se puede apreciar en qué
medida los descubrimientos registrados son verdaderas generalizaciones.

El dilema planteado por los dos enfoques es más un accidente histórico que una necesidad
lógica. En muchos casos puede resolvérselo fácilmente utilizando el enfoque antropológico como la
etapa inicial de un estudio de campo. Esta etapa puede utilizar todas las ventajas que supone
observar la situación como un todo y tratar de aprehender las relaciones fundamentales. De aquí
pueden surgir las percepciones que proporcionarán las hipótesis para un posterior estudio
cuantitativo más detallado. De hecho, este procedimiento se empleó en el estudio de Festinger-
Schachter-Back de una comunidad de viviendas. En las primeras etapas se utilizaron informantes y
observación participante informal, así como observaciones de importantes reuniones de grupo.
Luego, en las últimas etapas del estudio, se llevó a cabo la entrevista sistemática de todas las amas
de casa y su usaron técnicas sociométricas para descubrir pautas de comunicación y de preferencias.

ETAPAS EN LA REALIZACION DE UN ESTUDIO DE CAMPO

Es importante, entonces, establecer las etapas a seguir en la realización de un estudio de


campo, aunque el siguiente modelo no podrá utilizarse por completo en cualquier estudio. Además,
a menudo los estudios específicos dictan sus propios procedimientos. Pero es conveniente dividir
una investigación en sus procesos principales. De este modo, cuando se considera la posibilidad de
efectuar un estudio, pueden examinarse por su importancia la siguientes fases: 1) proyecto inicial;
2) exploración o método antropológico abreviado; 3) formulación del diseño de investigación; 4)
prueba de los instrumentos y procedimientos de investigación; 5) total de operaciones a realizar
sobre el terreno, y 6) análisis de los materiales.

Proyecto inicial

Idealmente, el estudio de campo debe comenzar con un período de planificación de la


investigación en el cual se adoptan algunas decisiones tentativas acerca del alcance del estudio, sus
objetivos generales y la distribución en el tiempo de sus etapas. Como regla general, la formulación
exacta del diseño de investigación se deja para una etapa posterior, cuando se dispone de los
resultados de la exploración. A menudo, un propósito del estudio de campo es conocer mejor las
variables significativas antes que probar en forma definitiva una teoría bien formulada. No obstante,
incluso cuando el estudio de campo continúa otra investigación, es importante no establecer
rígidamente el diseño antes de realizar la exploración. Es difícil y a veces imposible saber qué
mediciones resultan factibles en una situación determinada antes de realizar una exploración de
primera mano de la situación.

Es bueno precaverse contra la tentación general de prever un estudio excesivamente amplio


y hacer una estimación no realista de lo que puede lograrse dentro de los límites de tiempo y de
presupuesto del proyecto. La etapa de exploración puede resultar más valiosa si se determina algún
foco principal y se restringe en alguna medida el área. Otra tentación contra la cual protege la
planificación es la tendencia a aceptar una comunidad o grupo determinados porque son de fácil
acceso y está asegurada la cooperación de unos pocos de sus miembros claves. Estas
consideraciones son importantes, pero no deberían tener preponderancia sobre los objetivos de la
investigación. Puede ser que la comunidad más accesible no sea la más adecuada para estudiar el
fenómeno que nos interesa. Si es imposible decidir acerca de la adecuación de la comunidad para
los propósitos de la investigación en las primeras fases de la planificación, puede esto quedar como
problema a resolver en la etapa de la exploración.

En la práctica no existe acuerdo acerca del uso de investigaciones previas en la fase de


planificación. En la actualidad se tiende a ignorar lo hecho en el pasado, porque el investigador no
quiere contaminarse con antiguos conceptos, considera los estudios previos insignificantes o inútiles
o prefiere dedicar su tiempo a su propia investigación antes que a realizar estudios en las
bibliotecas. Sin duda, en los primeros pasos de cualquier disciplina, cuando la metodología refinada
es relativamente nueva, se justifica el punto de vista de ir hacia delante y descuidar lo que se ha
hecho antes. Sin embargo, cada vez será mayor nuestro deseo de construir una ciencia y hay más
posibilidades de lograrlo si cada investigador no inicia nuevamente su propia terminología y se aísla
de lo que otros hicieron o hacen. Ello es verdad tanto con respecto a los descubrimientos sustantivos
de la investigación como a los resultados metodológicos.

Es preferible comenzar con algún plan general con respecto a los objetivos de la
investigación, el personal y el tiempo disponible y no partir con un programa no estructurado. No
obstante, el plan debe permitir cambios en las decisiones como resultado de las etapas de
exploración y prueba. De todos modos, la presencia de un plan permitirá a quienes realicen la
exploración, obtener información sobre el tipo de problemas que requieren decisiones finales. Puede
no ser aconsejable decidir desde el comienzo qué subgrupos específicos de una comunidad deben
estudiarse más intensivamente y qué procesos específicos son más fructíferos para el estudio. Pero
se ahorrará mucho tiempo si se puede plantear alguno de estos problemas antes de la fase de
exploración.

La fase exploración

La fase de exploración de cualquier estudio es el período de investigación informal y


relativamente libre durante el cual los trabajadores de campo tratan de lograr toda la comprensión
posible de las fuerzas importantes que operan en la situación. Durante este período ellos viven en el
grupo que se estudiará o hacen viajes frecuentes para lograr observaciones de primera mano. De
este modo, la exploración no es una prueba en la cual los instrumentos ya establecidos se ensayan
en el terreno. Se trata de una labor esencialmente exploratoria, cuyo objetivo es descubrir cuáles son
las variables significativas que se encuentran en situación y qué tipos de instrumentos deben
constituirse con el fin de obtener las medidas necesarias para el estudio definitivo.
Las ventajas de emplear más de un investigador en la fase de exploración son evidentes. El
investigador que trabaja solo no se encuentra únicamente limitado por presiones de tiempo, también
sus propios prejuicios deben ser controlados. Además, si se dispone de un equipo de trabajadores de
campo pueden utilizarse habilidades suplementarias y complementarias.

Aunque la libertad para que el investigador siga direcciones interesantes y utilice su propio
ingenio con el objeto de obtener información es la esencia misma de la etapa de exploración del
estudio, no se trata de la libertad en el sentido de una actividad librada por completo al azar o sin
objetivos. Tenemos bastantes conocimientos acerca de los grupos sociales como para saber en
alguna medida los tipos de cosas que deben buscarse en el mayor parte de las situaciones sociales.
Por ejemplo, aunque los Lynd concibieron su estudio de Middletown como exploratorio, sin la
intención de probar o refutar ningún conjunto de hipótesis, dieron por sentado que deberían
observarse categorías amplias de conducta social básica: ganarse la vida, formar un hogar, educar a
la juventud, emplear el tiempo de ocio en diversas formas de juego y arte, participar en prácticas
religiosas y en actividades comunitarias. En general, el amplio marco de referencia de los tipos de
conducta que se deben estudiar variará de acuerdo con el propósito de la investigación. No obstante,
mucho puede decirse acerca de las ventajas de disponer de un plan sistemático para los propósitos
de la exploración, con la finalidad de asegurar que la información tenga el tipo de amplitud
requerida por la naturaleza del estudio.

Sugerimos el siguiente marco de referencia como guía para lograr que la información cubra
ampliamente importantes aspectos del funcionamiento de un grupo. Por supuesto, no tiene igual
valor para todos los tipos de estudio de campo, pero refleja muchos de los tipos de variables que los
psicólogos sociales y los sociólogos consideran significativos para la comprensión de los aspectos
específicos de la conducta de grupo.

1. Descripción de los grupos y subgrupos de la estructura total que se estudia.


2. Sistemas de valores y metas fundamentales del sistema total y de sus diversos grupos.
3. Naturaleza y tipos de conflicto y puntos de tensión con respecto a la estructura total y a un
único grupo.
4. Estructura formal e informal y la forma en que se interrelacionan.
5. Medios aceptados para cumplir con las metas del grupo, incluyendo
a) La relación lógica entre medios y fines;
b) La distancia entre medios y fines últimos, o sea la cantidad de metas intermedias entre la
actividad de un grupo y su fin último, y
c) El grado de fijación sobre uno o dos medios principales y la gama de alternativas
permisibles.
6. Grado de autonomía en el funcionamiento de las partes dentro de la estructura total y
naturaleza de su dependencia mutua y con respecto al todo.
7. Naturaleza de la dependencia de la estructura estudiada respecto de la sociedad o de la
unidad mayor de la cual es parte.
8. Pautas de poder o influencia dentro de la estructura y de sus subgrupos.
9. Naturaleza de las sanciones del grupo y medida y bases de su aceptación por parte de los
miembros del grupo.
10. Pautas y canales de comunicación dentro de la estructura y las subestructuras.

También es ventajoso que el trabajador de campo conozca los métodos informales de obtener
información. Puede seguirse un cúmulo de procedimientos prácticos, aunque su utilidad será
distinta en cada estudio. Cuando los trabajadores de campo ingresan en una comunidad, un grupo o
un establecimiento industrial para realizar la parte antropológica de la investigación deberían tomar
en cuenta los procedimientos enumerados a continuación.
1. Los contactos no deben restringirse a un sector limitado de informantes. Los roles sociales
cotidianos de la personas limitan mucho su información. Ellas no sólo ignoran las actividades de los
otros, sino que su perspectiva está deformada por las posiciones que ocupan. Por ello es importante
estar en comunicación con alguna persona de cada subgrupo significativo y de cada tipo importante
de papel social. Ese fue el error clásico de los servicios de información diplomáticos del pasado; los
observadores de una embajada se movían entre personas iguales a ellos, representando al estrato
social más alto del país que estudiaban. En general, al entrar a una nueva comunidad tendemos a
buscar personas en gran medida similares a nosotros. Así procede también el trabajador de campo
sin experiencia. Aun los entrevistadores a los que se asignan cuotas específicas de informantes, si
no se les imponen determinados controles, volverán con una cantidad desproporcionada de
entrevistas con personas de características religiosas y socioeconómicas iguales a las suyas. Por esto
el trabajador de campo debería permanecer atento a la necesidad de lograr una amplia gama de
informantes. A menudo, estudios de opinión que no respondían a los requisitos de un muestreo
preciso dieron resultados sorprendentemente exactos porque se logró entrevistar a personas
distribuidas en forma bastante amplia en todos los tipos importantes de agrupaciones.

2. Deben utilizarse informantes que tengan una amplia gama de contactos. La persona que, por
virtud de su rol o de su personalidad, tiene una gran diversidad de contactos puede ser
especialmente útil para el trabajador de campo. Las personas comprometidas en actividades de
comunicación mantienen muchos contactos y a menudo poseen información que no aparece en sus
informes oficiales. Por ejemplo, los cronistas de diarios pueden describir fácilmente la pauta de
liderazgo de una comunidad e identificar la jerarquía de los caudillos políticos informales.

3. Deberían ubicarse y consultarse los líderes informales así como las personas que ocupan
posiciones de liderazgo formal. La declaración del líder formal siempre debe ser controlada y
complementada con la formación que pueda proporcionar el líder informal. El líder informal no
sólo dispone a menudo de datos e interpretaciones no conocidas por el líder oficial, sino que
también puede hallarse en una mejor posición para comunicar con mayor libertad sus
conocimientos. Por ejemplo, en un estudio de campo de las relaciones entre sindicato y empresa,
uno de los hombres de la oficina directiva del sindicato pero que no ocupaba ninguna posición
oficial dentro de él, pudo describir con mucha franqueza la política del sindicato. Admitió que había
alguna “ventaja” en el ritmo de producción de grupo de ese momento y que la empresa trataba de
cambiarlo con motivo de la introducción de la nueva cinta de montaje. El verdadero problema no
residía en el cambio proyectado, sino en la intención básica que tenía la empresa al querer un
cambio. Si la empresa deseaba modificaciones pequeñas y razonables, era una cosa, pero si eso
significaba una política de poner al sindicato contra la pared, entonces los hombres lucharían contra
el cambio más pequeño con todos los recursos que pudiesen reunir. Hasta que se pudiera
comprender claramente cuál era el intento fundamental de la empresa, se proponían librar algunas
escaramuzas experimentales en contra de las nuevas normas. Los responsables oficiales del
sindicato no hubieran podido expresar este punto de vista tan explícitamente, pero posteriores
hechos demostraron que representaba el sentimiento y la política del sindicato.

Si el trabajador de campo puede pasar bastante tiempo en la comunidad que estudia, en general
no es demasiado difícil ubicar a los líderes informales. Habitualmente son conocidos por quienes
han tenido alguna relación con el funcionamiento práctico de los grupos de que se trata. Todo aquel
que ha intentado organizar alguna actividad comunitaria pronto descubre quiénes son las personas
claves cuya cooperación resulta esencial. A menudo los dirigentes oficiales de un grupo rival
pueden identificar fácilmente a los líderes informales del otro grupo. El gerente de una fábrica que
desea introducir una nueva máquina generalmente sabe que debe convencer no sólo a los líderes del
sindicato, sino también al líder informal de los obreros más antiguos. Y los miembros de las bases
en general pueden decir a quién se dirigen en busca de consejo y dirección.
4. Las discrepancias en las declaraciones de diversos informantes debe utilizarse como bases
de exploraciones adicionales. Necesariamente deben presentarse discrepancias en la información
que obtiene el trabajador de campo. Si todos sus informantes le proporcionan la misma descripción
de las complejas relaciones y funciones del grupo, es probable que él no haya logrado una
representación suficientemente amplia de personas en papeles y posiciones diferentes. De todos
modos, las contradicciones que encuentra deberían determinar la dirección de posteriores
indagaciones. Interrogando a otros informantes puede descubrir si las diferencias en los informes
obtenidos se deben a la percepción y experiencias individuales o son un reflejo de la pertenencia al
grupo y de las diferencias de roles. Aún más, las contradicciones aparentes pueden resolverse
determinando el marco de referencia de los informantes en desacuerdo.

5. La información obtenida de los entrevistados debe considerarse en relación al papel social y


a la posición del informante, su pertenencia a grupos y sus actividades personales. Por lo tanto, es
importante obtener toda la información posible acerca de la prioridad que otorga el informante a su
adhesión a grupos, su posición en la estructura de poder de los grupos a los cuales pertenece, sus
principales roles, así como sus aspiraciones y metas en la vida. Un principio que, en general, ha
demostrado ser valedero para las estructuras jerárquicas establece que los individuos en diferentes
niveles de la jerarquía son casi siempre más sensibles a las acciones y sentimientos de aquéllos
ubicados inmediatamente por encima de ellos que a las de quienes están por debajo. El ascenso en
la escala social depende de la orientación ascendente del individuo y de su habilidad para
relacionarse en forma eficaz con sus superiores. Por ello, un capataz en una fábrica puede conocer
mejor la forma de pensar de sus jefes inmediatos que la de sus obreros.

Antes de considerar la información, es imprescindible conocer no sólo las deformaciones


originadas en determinadas motivaciones sino también tomar en cuenta la cantidad de conocimiento
que puede esperarse que posea el informante sobre la base de sus contactos y experiencias. Aquí
reside la razón del énfasis que se puso anteriormente sobre la necesidad de encontrar informantes
muy activos y que gocen de amplios contactos dentro de la comunidad. Una precaución que debe
extremarse se relaciona con la discronía por cambio de status social*. El hombre que ha ascendido
en la estructura jerárquica conoce, a través de su propia experiencia y de los contactos importantes
que ha tenido en el grupo local, los niveles más bajos de los cuales proviene. En su nuevo papel, sin
embargo, pierde en general esos puntos de comunicación. No obstante, a menudo siente que puede
hablar con exactitud acerca de su antiguo nivel de relaciones. Del mismo modo, el general en el
ejército hablará con autoridad acerca de los problemas de sus hombres porque, veinte años antes,
cuando era teniente, estaba cerca de ellos y comprendía su modo de pensar. Este rezago en la
información se registra en menor medida en las organizaciones basadas en la representación
funcional, donde el líder debe mantener informado al grupo que lo elige. Este procedimiento obliga
en forma inmediata al contacto entre el líder y los dirigidos. Pero si la organización carece de
representación funcional, la información que proporcionan los líderes ubicados en los altos niveles
acerca de los niveles más bajos pueden ser inexactos o faltos de significación.

6. En una situación ideal, es aconsejable dedicar considerable tiempo a la observación


participante. Las declaraciones de los informantes y los datos derivados de fuentes secundarias
deben complementarse con la vida en la comunidad, la participación en sus actividades y la
constante observación de la conducta de las personas en situaciones específicas. Con frecuencia se
encuentran dificultades prácticas para realizar la observación participante, pues ésta alarga mucho el
tiempo que requiere la fase de exploración. Pero no existe ningún buen sustituto para la tarea
realizada por los trabajadores de campo que viven realmente en la comunidad y desempeñan
algunos de los papeles que desean estudiar. Es imposible obtener una comprensión empática

*
Traducción de la expresión positional lag in information. [T]
completa de los problemas que enfrenta la gente en estudio a través del relato de las experiencias de
otros o aun a través de la observación directa. De este modo, si realizamos un estudio en una planta
industrial, los trabajadores de campo tendrán una descripción más de la situación si pueden
realmente pasar algún tiempo tanto en las oficinas de la gerencia como en la línea de producción.
Ante la ausencia de experiencias directas de participación, el trabajador de campo debe dedicar todo
el tiempo posible a la observación directa. Debería concurrir a reuniones de organizaciones y
observar a la gente en situaciones de grupo. Existen interesantes discrepancias entre lo que la gente
dice a solas y la forma en que se comporta cuando está sometida a la presión del grupo.

7. Deben investigarse las creencias personales y privadas tanto como el clima de opinión
socialmente aceptado. Con la intención de ser útiles y objetivos, los informantes registrarán el punto
de vista aceptado sobre el cual hay acuerdo público. Pero este acuerdo puede representar lo que,
según se supone, la gente cree y dice, el mundo del periodismo, la versión publicada y semioficial
del estado de las cosas. Ahora bien, es esencial conocer el clima de la opinión pública puesto que
afecta la conducta social. Pero también es importante ir por debajo de este primer nivel hasta las
creencias y acciones más privadas de los individuos. El investigador de campo debe tratar de que
sus informantes le comuniquen sus propios puntos de vista privados y su propia conducta personal
tanto como el clima aceptado de opinión. Y entonces pueden ser útiles los procedimientos de
observación de la conducta.

En la elección presidencial de 1948 en Estados Unidos, casi todos, con excepción del presidente
Truman, habían aceptado como inevitable la elección de Thomas E. Dewey. La prensa, los
periódicos, las personas que ocupaban cargos oficiales e incluso los políticos profesionales habían
aceptado esa ficción pública. Aunque la encuesta Gallup demostró que Dewey sólo llevaba una
ventaja del 5%, mientras el 12% de la gente permanecía indecisa, los propios encuestadores fueron
víctimas de la ficción. Tal poder alcanzó este mito a través del constante refuerzo social que la
fraternidad conservadora hacía apuestas de 55 a 1 a favor de la elección de Dewey.

El trabajador de campo debe tener conciencia de este tipo de engaño público que puede surgir
cuando una creencia prevalece hasta el punto de que pocos se atreverían a contradecirla. También
puede existir en el área de los temas tabú tales como el sexo. El informe Kinsey, aunque no se basó
en procedimientos de muestreo representativo, planteó el interrogante acerca de hasta qué punto las
creencias aceptadas sobre las prácticas sexuales son ficciones públicas.

8. Los trabajadores de campo deberán llevar registros completos. Parte de la disciplina del
investigador consiste en registrar en forma rigurosa sus observaciones y destinar por lo menos dos
momentos diarios para la elaboración de sus notas a fin de lograr un registro completo. Aunque su
memoria sea excelente, el investigador no puede reconstruir a partir de sus notas sus observaciones
originales, después que ha pasado cierto tiempo sin que se produzcan algunas omisiones y se
perjudique la precisión. Ello ocurre especialmente en las situaciones de campo donde la sucesión
constante de experiencias similares puede llevar a un máximo la inhibición retroactiva y las
inexactitudes.

9. No deben descartarse las impresiones iniciales y los juicios globales. Aunque la


documentación detallada es el objetivo, aun durante el período de exploración, es verdad también
que éste es el período en que debe darse mayor lugar a las impresiones de conjunto. Como lo
demostraron, en forma tan efectiva, los psicólogos de la Gestalt, la mente humana percibe las cosas
como un todo. Pero en nuestros esfuerzos científicos por lograr precisión tendemos a descuidar este
tipo de percepción totalizadora. Estos primeros juicios pueden ser sorprendentemente útiles ya que a
veces es posible que se hayan percibido los principales rasgos de la situación desde un principio. A
medida que progresa el trabajo exploratorio, los detalles tienden a obstruir la visión de conjunto.
Por lo tanto, hay razones para que los investigadores traten de realizar síntesis en períodos
establecidos para recuperar la imagen total.

10. Es necesario estudiar cuidadosamente los registros disponibles y las fuentes secundarias y
examinar los proceso operacionales mediante los cuales se extrajeron tales registros. Los materiales
siguientes no sólo tienen gran valor para la comprensión de la situación, sino que pueden utilizarse
como medidas de las variables en el estudio posterior. Por ejemplo, un estudio de campo de una
situación industrial puede desear investigar a fondo la productividad y otras normas de producción
mantenidas por las empresas estudiadas. Cuando se hace el informe de la fase de exploración, no
basta conocer los registros de productividad existentes para cada trabajador individual. Es esencial
conocer sobre qué se basan estos registros, en qué medida la productividad del obrero la establece el
ritmo de la máquina o la línea de montaje y en qué medida se debe a sus propios esfuerzos, hasta
qué punto son comparables los registros de productividad de individuos que realizan tareas
diferentes, en qué medida son estables las diferencias de productividad registradas, etc. A menos
que se conozca el significado operacional de estas medidas, es imposible construir un diseño de
investigación que utilice tales registros.

La formulación del diseño de investigación.

A medida que se conocen los resultados de la fase exploratoria puede elaborarse con mayor
exactitud el diseño del estudio final. Es más conveniente construir el diseño a medida que avanza la
exploración, que hacer de esta etapa un paso separado dentro de una secuencia temporal. Ello
permite alguna interacción entre los posibles objetivos teóricos y las realidades de la situación del
campo. Por supuesto, en algún momento deben adoptarse las decisiones finales sobre los objetivos
de la investigación y los procedimientos a usar en el estudio en gran escala y tales decisiones exigen
una cuidadosa consideración de todos los resultados obtenidos en la etapa exploratoria.

En general, los estudios de campo pueden dividirse en dos tipos principales: exploratorios y
de verificación de hipótesis. El estudio exploratorio trata de ver qué hay en la situación si intentar
predecir las relaciones que se encontrarán en ella. Representan la etapa primera de la ciencia. A
partir de sus descubrimientos se puede llegar a conocer relaciones importantes entre variables, pero
la prueba definitiva de estas relaciones proviene de los estudios de verificación de hipótesis.

Por ejemplo, un estudio de campo sobre la moral industrial puede interesarse en los factores
relacionados con la productividad. Si el estudio fuese de tipo exploratorio, no podría comenzar con
nociones claramente definidas sobre las relaciones a descubrir. Antes bien, establecería una amplia
red e incluiría mediciones de una gran variedad de factores de percepción y motivacionales con la
esperanza de que algunas de estas medidas mostraran alguna relación con la productividad. Si el
estudio correspondiese al segundo tipo –es decir, a la verificación de hipótesis- habría que
comenzar con un concepto bien formulado que estableciera en qué condiciones la productividad
varía en relación directa con uno o más factores dados, por ejemplo las pautas de grupo de los
miembros de una sección dentro de la fábrica que mantienen relaciones de tipo primario y su
compromiso en el grupo. En este segundo tipo de estudio, habría que proceder a medir en forma
detallada estas variables independientes y a realizar predicciones exactas sobre la variación de la
productividad de los grupos de trabajo en relación con las normas del grupo y la solidaridad entre
sus integrantes. También sería necesario especificar las condiciones que debieran mantenerse
constantes para que estas predicciones se cumplieran. Pero estas condiciones no pueden mantenerse
constantes en forma directa, sería necesario medirlas para lograr algún control estadístico sobre sus
efectos.
En un plano ideal, la verificación de hipótesis se adapta más a la experimentación de
laboratorio y el descubrimiento exploratorio a los estudios de campo y encuestas. Sin embargo, eso
no quiere decir que los estudios de campo deban limitarse por completo a los procedimientos
exploratorios. La etapa de reconocimiento puede usarse, a menudo, como la parte puramente
exploratoria de la investigación y en la operación en gran escala que la sucede se puede emplear en
alguna medida la verificación de hipótesis. Más aún, hay ocasiones en que puede usarse el enfoque
de campo para verificar hipótesis de suma importancia, como en el “experimento natural” (véase
capítulo 3). No obstante, no deja de ser verdad que la gran fuerza del estudio de campo como diseño
de investigación reside en su procedimiento inductivo, su potencialidad para descubrir variables
significativas y relaciones básicas que permanecerían ocultas si la investigación estuviera limitada
al modelo hipotético-deductivo. De este modo, el estudio de campo y la encuesta protegen a las
ciencias sociales contra la esterilidad y la trivialidad de modelos construidos en forma prematura.

Por supuesto, es posible combinar la exploración y la verificación de hipótesis en un mismo


estudio de campo. Puede investigarse un importante conjunto de hipótesis al mismo tiempo que se
reúnen otros materiales con propósitos exploratorios. Esto tiene la ventaja de proteger al estudio del
fracaso total en aquellos casos en que no se encuentran resultados concluyentes respecto de las
hipótesis. Los materiales exploratorios se convierten entonces en el factor de seguridad. La
desventaja de esta solución de compromiso reside en que se trata de combinar dos estudios en una
investigación, a veces en perjuicio de ambos.

Aun el estudio exploratorio deberá diseñarse de modo que proporcione una información tan
definida como sea posible para un conjunto de objetivos de investigación. Existen estudios
exploratorios de, por lo menos, dos niveles. En el primer nivel se busca el descubrimiento de
variables significativas de la situación; en el segundo el objetivo es descubrir las relaciones entre
variables. Ya en el primer nivel es importante delimitar el área que se estudiará e introducir
controles en el proceso de recolección de datos. Los estudios exploratorios que no establecen sus
propios límites resultan de todos modos limitados por circunstancias prácticas, algunas de las cuales
no son percibidas por los investigadores.

En el estudio exploratorio dirigido al descubrimiento de variables antes que al de relaciones,


a menudo se considera el análisis factorial como el mejor método para descubrir los factores
unitarios e independientes de la situación. Desde el punto de vista del diseño, se sabe mucho más
acerca de los supuestos del análisis factorial para el tratamiento estadístico de los materiales que
sobre los supuestos que operan en el proceso de recolección de datos. La aplicación del análisis
factorial al estudio del marco social muestra la tendencia a rendir todo tipo de mediciones de
diversos grados de precisión y validez en el cerco del análisis factorial y a apoyarse en el
refinamiento de la manipulación estadística para obtener entidades significativas. En general se
descuidan los controles en la recolección de datos, tales como la medición en condiciones
estandarizadas y el muestreo adecuado de las situaciones. Aunque el análisis factorial es un
poderoso instrumento para manejar materiales estadísticos, su uso es muy limitado en los estudios
de campo, a menos que las mediciones empleadas en primera instancia sean correctas. El principal
requerimiento, entonces, en el diseño del estudio de campo exploratorio radica en la previsión de
controles en la observación de la conducta y en el registro de las ideas, percepciones, actitudes,
elecciones sociométricas, etc., de los informantes.

Estos controles atañen a las condiciones comparables estandarizadas en que se realizan las
observaciones y las entrevistas y también a las medidas de confiabilidad establecidas para la
recolección de los datos (véase capítulo 6). Esto exige especificar claramente las claves que el
investigador usará para codificar la conducta observada y un cierto grado de estructuración de la
situación de entrevista. La libertad de la fase de exploración ha cesado y ahora es indispensable la
medición de los factores que se consideran importantes en el área del estudio. Otro requisito
importante en este primer nivel del estudio exploratorio es una representación adecuada de las
variables significativas para la situación. Esto exige examinar con cuidado y amplitud los muchos
aspectos de la conducta que parecen relacionarse con el principal problema a investigar. Sólo en
estas condiciones el análisis factorial u otra técnica similar podrá descubrir realmente los factores
unitarios significativos.

En el segundo tipo de estudio exploratorio, cuyo objetivo es descubrir relaciones, la


preocupación por abarcar toda la conducta es menor y también es menor el interés en usar el
análisis factorial. De este modo, se parece a la verificación de hipótesis al apoyar su argumentación
sobre las relaciones descubiertas antes que sobre el uso preciso de técnicas matemáticas. La
principal diferencia existente entre este estudio exploratorio y la investigación que tiende a la
verificación de hipótesis reside en que en el primero no se efectúan predicciones específicas de
relaciones sobre la base de deducciones teóricas. Los investigadores tienen hipótesis en sus mentes,
pero éstas no se formulan con precisión. Por ejemplo, en un estudio sobre la estructura de clases de
una comunidad podemos comenzar con el supuesto general de que un factor motivacional
significativo en la identificación con la clase proviene del rol económico que desempeña el
individuo. Pero es posible que no estemos preparados para especificar qué queremos decir con rol
económico, o qué otros roles pueden explicar igualmente bien la identificación psicológica con la
clase. Por lo tanto, planeamos nuestra investigación de modo de estudiar los muchos tipos posibles
de rol económico, incluso el papel que desempeña el individuo en el consumo, en los aspectos
técnicos de la producción, en los aspectos sociales de la producción, etc. Dentro del amplio marco
de referencia fijado por los objetivos de nuestra investigación, esperamos encontrar algunas
relaciones significativas. Para dar otro ejemplo en un estudio sobre la moral del trabajo industrial
podemos interesarnos por los factores que operan dentro de la fábrica y que se relacionan con la
satisfacción de los obreros. Incluiremos entonces todos los aspectos importantes que se refieren a la
tarea y a la planta industrial desde el salario y condiciones de trabajo hasta el tipo de supervisión
inmediata y la medida en que congenian los compañeros de trabajo. Luego, al realizar el análisis,
tendremos la esperanza de encontrar relaciones significativas entre la satisfacción del obrero y
algunos de los factores internos de la fábrica.

En este tipo de estudio exploratorio debe construirse el diseño de modo tal que se obtengan
medidas para todas las dimensiones significativas del área e investigar, pero el estudio debe
restringirse a un tipo limitado de problema. Puede suceder que todo un conjunto de variables,
omitidas por no pertenecer al área investigada, esté en una relación más directa con la variable
dependiente que los factores que han sido estudiados. Por ejemplo, puede concebirse que el rol
económico no sea tan importante en la identificación de clase como las preferencias sociométricas
personales, o el tiempo de residencia de la familia en la comunidad o la cantidad de antepasados que
lucharon en la guerra de las independencia. Pero es un error suponer que un estudio podrá dar
cuenta de todas las variaciones de un fenómeno social complejo. Tomar un conjunto central de
variables y estudiarlas en la forma más completa posible es mucho más efectivo que tratar de
estudiar el universo en una sola investigación. En general, los investigadores aceptan este principio,
salvo cuando evalúan las investigaciones de otros. De este modo, con frecuencia se hacen
objeciones a ciertos estudios porque omiten muchos determinantes causales significativos. Así, por
ejemplo, en la medida en que los estudios de California sobre el prejuicio se interesaron por la
relación de la dinámica de la personalidad con las actitudes discriminatorias, no es lícito criticar este
objetivo porque no se investigó la pertenencia a grupos, el interés económico, etcétera. La ciencia
no adelanta tratando de resolver todos los problemas de una vez, sino atacando cada uno de ellos a
su debido tiempo.

La mejor oportunidad para el uso del diseño de verificación de hipótesis se encuentra en el


“experimento natural”. La dificultad que supone el uso de hipótesis en estudios de campo reside en
la imposibilidad de determinar relaciones causales con alguna precisión, puesto que no tomamos la
mayor parte de nuestras mediciones en relación con cambios sistemáticos producidos en alguna
variable independiente determinada. Ahora bien, un experimento natural es un cambio de gran
importancia producido por los agentes políticos y los técnicos y no por científicos sociales. Es
experimental desde el punto de vista del científico antes que del ingeniero social. Pero puede
proporcionar oportunidades para medir el efecto del cambio a partir del supuesto de que éste es tan
claro y drástico que no hay problemas para su identificación como variable independiente, por lo
menos en una primera aproximación.

Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial muchos japoneses que eran residentes
permanentes de la costa norteamericana del Pacífico fueron sacados de sus casas y comunidades y
asignados a campos de reubicación de guerra. En su libro The Governing of Men, Alex Leighton
describe con gran profundidad los efectos de este desarraigo en un campo específico. Aunque no se
hicieron mediciones, las observaciones de Leighton muestran una significativa inversión de roles en
la estructura de la familia japonesa-norteamericana. Cuando el grupo era parte de la sociedad
norteamericana, los japoneses nacidos en los Estados Unidos de Norteamérica asumieron la
posición dominante dentro del hogar y de la comunidad por sobre los miembros más viejos de la
familia, nacidos en Japón, lo cual significaba una verdadera desviación de la tradición japonesa.
Con el desarraigo y el rechazo por parte de la cultura dominantes, la función del liderazgo volvió a
las personas de más edad.

Nuestro mejor conocimiento de los efectos del contacto y la comunicación sobre el prejuicio
racial proviene de los experimentos naturales realizados en el ejército durante la Segunda Guerra
Mundial cuando se abolieron las prácticas de segregación racial en ciertas unidades de combate. La
Rama de Investigación del Departamento de Guerra pudo medir algunos de los efectos del contacto
en estas condiciones de supervivencia del grupo, aunque el estudio no constituyó un experimento
natural, pues sus mediciones se tomaron después de producido el hecho. De todos modos, cuando se
conoce un cambio planeado, es posible formular hipótesis por adelantado y realizar mediciones y
observaciones constantes del proceso de cambio. Todavía deben explorarse todas las ventajas del
experimento natural.

Por supuesto, es verdad que en la medida en que se permite a los psicólogos participar en un
cambio planificado, proporcionándoles información completa y permitiéndoles tomar mediciones
detalladas, queda abierto para ellos el camino para influir sobre la planificación del cambio. De este
modo, encontramos un puente entre el experimento natural y el experimento de campo. Un
interesante ejemplo de las posibilidades de ello se encuentra en el estudio de Curle y Trist sobre la
rehabilitación de prisioneros de guerra británicos después de su retorno. Muchos de estos hombres
tenían verdaderas dificultades para readaptarse a sus antiguos roles dentro de la familia y de la
comunidad. Por lo tanto, se establecieron campamentos en los cuales un grupo de hombres podía
vivir durante un período y mantener parte de las normas y roles que habían desarrollado como
prisioneros de guerra. Pero gradualmente se establecieron contactos con el mundo exterior para
facilitar la adaptación a la vida civil. Este experimento natural se estudió muy cuidadosamente y en
alguna medida se efectuó con el asesoramiento de psiquiatras y psicólogos.

La principal ventaja del experimento natural sobre el de laboratorio o sobre el experimento


de campo planeado reside en que deja mayores posibilidades de manejar las variables. El mundo
real puede producir y produce inversiones de rol, drásticos cambios en las normas del grupo,
revoluciones institucionales y conflictos de grupo en una forma que resulta imposible en el
laboratorio. Sin embargo, las dificultades en el diseño del experimento natural son mucho mayores
que en el experimento de laboratorio. En general no se dispone de un grupo de control cuya
comparabilidad con el grupo experimental esté asegurada. Por lo tanto, el diseño debe prever los
medios para obtener mediciones en un grupo de control tan perfectamente homogeneizado como
sea posible. Esto no garantiza que los grupos experimental y de control hayan sido en verdad
homogeneizados en todos los aspectos, con excepción de la variable independiente. Sin embargo,
eso aumenta las posibilidades de que las predicciones, si se confirman por los hechos, sean válidas.

Una segunda disposición a tomar es la medición detallada del grado en que la variable
independiente se manifiesta en los subgrupos estudiados. Por ejemplo, si en los experimentos en el
ejército estudiamos el efecto del contacto, necesitaríamos conocer cuántos negros entraron
realmente en una unidad de combate determinada. En otras palabras, necesitamos una medición del
grado de la variable independiente además de la medición de sus efectos. Una tercera disposición
debe permitir que se realicen observaciones constantes durante el curso del proceso de cambio.
Tales observaciones pueden ayudar a interpretar los resultados puesto que pueden revelar muchos
procesos que intervienen entre el cambio inicial y el resultado final.

La cuarta disposición –y con seguridad la más importante para verificar hipótesis en un


estudio de campo- es el grado de elaboración y especificidad de las predicciones formuladas de
antemano sobre la base de la expectativa teórica. Cuando realizamos un estudio exploratorio, nos
encontramos en una situación desventajosa para interpretar las relaciones que aparecen en nuestro
análisis ex post facto. A menudo es posible interpretar de muchas maneras la dirección y el
significado de tales relaciones. Pero en el diseño de verificación de hipótesis, cuando se han
especificado clara y detalladamente las relaciones que esperamos encontrar, tenemos una garantía
contra los controles inadecuados y las formas de medición poco precisas que hayamos tenido que
emplear. La garantía se aplica solamente a las comprobaciones claramente positivas o negativas, no
a la falta de correlación. Si nuestras predicciones se confirman con seguridad, entonces las
relaciones descubiertas no son una función de mediciones espúreas o de interpretaciones erróneas,
sino que, con toda probabilidad, constituyen una verdadera descripción de conexiones causales.
Pero si nuestras predicciones no son probadas o refutadas claramente, entonces poco podemos decir
acerca de la ausencia de relaciones, pues es probable que ella sea la consecuencia de deficiencias
metodológicas. Los resultados positivos son más convincentes cuando las hipótesis se elaboran
como un conjunto de proposiciones interdependientes. Además, las probabilidades de confirmación
son mayores cuando se han establecido predicciones detalladas para dar cuenta de la diferente
conducta de los diversos subgrupos y de los diversos tipos de gente sometidos a diferentes
condiciones. Por supuesto, el diseño del estudio debe proyectarse en forma de obtener medidas de
tales factores.

En los estudios que tratan de medir relaciones, un excelente control para la etapa de diseño
de la investigación consiste en establecer tablas al mismo tiempo que se elabora el diseño. En
especial, si el estudio pretende verificar algunas hipótesis, es aconsejable tratar de anticipar las
tabulaciones o correlaciones necesarias para confirmar las hipótesis. A través de la mecánica de la
tabulación, los investigadores están obligados a descubrir las complejidades de una variable que
necesita una medición más detallada y a calificar las hipótesis en relación a condiciones específicas.
Cuanto menor es la intención del estudio de hacer predicciones específicas, menos detallado
necesita ser el esbozo preliminar de las tablas.

Con prescindencia del grado en que el estudio de campo pretende verificar hipótesis, el
diseño deberá aprovechar por completo tres ventajas naturales de tales investigaciones. La primera
ventaja consiste en que el estudio de campo tiende a prolongarse durante un período de tiempo, de
tal modo que es posible mantener una observación continuada. De este modo se puede establecer la
distribución en el tiempo de determinadas variables. Poco podemos hacer en el análisis ex post facto
cuando nos ocupamos de variables respecto de las cuales no se consideró el factor tiempo. Si en una
industria descubrimos que los supervisores que siguen una pauta democrática en sus relaciones
humanas tienen secciones de mayor productividad, no podemos conocer con certeza cuál es la causa
y cuál el efecto. A partir del conocimiento psicológico general podemos suponer que es más
probable que el comportamiento democrático no es el efecto de la mayor productividad, pero
adelantaremos mucho más desde un punto de vista científico si podemos determinar la aparición en
el tiempo de estas dos variables. En este caso ello podría significar seguir a determinados
supervisores cuando se los traslada de una a otra sección. Aun cuando la duración de un estudio de
campo no es en sí misma muy extensa, puede proporcionar oportunidades para controlar la
distribución de los factores en el tiempo mediante la consulta de registros y el uso de los recuerdos
de una cantidad de entrevistados. A menos que el diseño especifique claramente los tipos de
mediciones que se usarán para considerar la ubicación temporal de las variables, será difícil
determinar tal información en análisis posteriores.

Una segunda ventaja, que conviene utilizar, del estudio de campo es que brinda la
oportunidad para observar directamente la interacción y las relaciones sociales. A partir de las
encuestas se pueden hacer inferencias sobre los procesos sociales y la estructura social, pero en el
estudio de campo pueden observarse estos factores en forma más directa. Si en nuestro estudio de la
comunidad del college nos preocupamos por los efectos de la pertenencia al grupo en diversas
organizaciones, no debemos contentarnos con obtener las actitudes de estos miembros de grupos
cuando se encuentran aislados. Es necesario tener observadores en las reuniones de los grupos para
informar cómo se conduce realmente la gente en la situación de grupo.

Una tercera ventaja del estudio de campo reside en la posibilidad de ir más allá de las
mediciones obtenidas mediante un único instrumento. Las correlaciones obtenidas de un único
instrumento de medición pueden estar influidas por algún efecto de halo propio de la aplicación del
instrumento. Los líderes que declaran tener buena comunicación con sus subordinados pueden
también ser los que declaran buena comunicación con sus superiores. Esto puede significar no una
verdadera generalidad con respecto a la forma de relacionarse con los demás dentro de la
organización, sino tan sólo optimismo o convencionalismo en las respuestas dadas al entrevistador.
Un estudio de campo permite verificar las percepciones recíprocas y reacciones interdependientes
de distintos grupos de personas cuya conducta se interrelaciona conformando una estructura social.
El acuerdo en la percepción entre personas que ocupan diversos lugares en la jerarquía permite
depositar mayor confianza en la validez del informe. Por ejemplo, cuando obreros, capataces y
encargados del departamento de una fábrica están de acuerdo acerca de si es el capataz o el
encargado el que tiene mayor poder dentro de ese departamento, poseemos un fundamento mucho
más seguro que si solamente dispusiésemos del informe de los capataces o de los encargados. Esto
no sólo es importante para nuestro conocimiento acerca de esta variable diferencial de poder en sí
misma, sino por su relación con otras respuestas de capataces y obreros. Más aún, las discrepancias
en las percepciones pueden ser en sí mismas factores psicológicos significativos, porque permiten
medir la distorsión en la percepción que la gente tiene respecto de algún grupo competitivo o de sus
líderes en la medida en que se relacionan con sentimientos de hostilidad, falta de comunicación,
identificación con el propio grupo, etcétera. Por último, es posible integrar las percepciones
recíprocas para proporcionar una imagen de la estructura total cuya complejidad no podría captarse
de otro modo.

El uso de mediciones independientes en el estudio de campo no debe limitarse a entrevistas


con diferentes subgrupos o tipos de personas. Debe ampliarse para incluir la observación de la
conducta y los registros objetivos existentes. Una vez más, las relaciones que se encuentran entre
medidas obtenidas en estas diferentes formas son más convincentes que si todas ellas derivaran del
uso de un instrumento único. Aquí no se trata tanto de dar validez a las respuestas o entrevistas
mediante la confrontación con la conducta observada como de asegurar que existen relaciones
reales entre los factores medidos. En un estudio de los efectos del bombardeo estratégico sobre la
moral de la población civil alemana durante la última guerra, fue posible obtener una medida de la
exposición al bombardeo con independencia del propio informe del entrevistado acerca de sus
experiencias de guerra. Se disponía de dos fuentes de información objetiva sobre la exposición al
bombardeo: los registros de la Fuerza Aérea acerca de las toneladas de bombas que se arrojaron
sobre la ciudad en cuestión y el porcentaje de las casas destruidas en la ciudad del entrevistado
según lo determinó el investigador de campo. De este modo, la entrevista podía tratar los diversos
problemas de la moral durante la guerra, tales como la confianza en el liderazgo, la igualdad del
sacrificio, etc., sin que el entrevistado llegase a comprender el principal objetivo de la entrevista. En
esta forma las relaciones entre moral y grado de exposición al bombardeo no podían atribuirse al
efecto de halo del instrumento de la entrevista. Si al diseñar un estudio de campo nos limitamos a
las respuestas provenientes de la entrevista para todas las mediciones de las variables
independientes y dependientes, descuidaremos las potencialidades excepcionales que para el avance
metodológico proporciona el enfoque de campo.

Prueba previa de los instrumentos y procedimientos de investigación.

La elaboración del diseño de investigación del estudio debe especificar las medidas que se
requieren. Estas medidas exigen instrumentos tales como inventarios de entrevistas, cuestionarios,
escalas de comportamiento y formularios para la recolección de información. Cuando lo permiten
los objetivos de la investigación, deben emplearse instrumentos ya estandarizados en otros estudios.
El uso de instrumentos comunes facilitará la comparación de los descubrimientos de distintos
estudios. No obstante, es un hecho que la mayor parte de las investigaciones, a realizarse en el
futuro inmediato, deberán desarrollar muchos instrumentos nuevos adecuados a los objetivos del
estudio.

Es esencial probar todo nuevo instrumento antes de emprender la operación de campo en


gran escala. Esta prueba tiene tres propósitos: 1) desarrollar los procedimientos para aplicar el
instrumento de investigación de modo tal que, por ejemplo, pueda usarse efectivamente la escala o
el formulario considerando el tiempo necesario para su administración; 2) probar la formulación de
las preguntas de manera que se adapten a la comprensión del público, y 3) asegurar, en la medida en
que resulte práctico, que las preguntas u observaciones específicas alcanzan realmente a la variable
que se quiere medir. La prueba de los instrumentos se limita a los dos primeros objetivos, puesto
que ellos plantean problemas de fácil solución. Siempre existe un verdadero peligro de que se
descuide el tercer objetivo a favor de la pregunta interesante, la observación fácil de realizar y la
facilidad general de administrar el estudio. El novicio se desanima rápidamente ante la variable
difícil de medir; como consecuencia se desvía del objetivo de la investigación hacia los datos fáciles
de obtener, a menudo sin comprender el alcance de su cambio.

Otra dificultad que enfrenta la tarea de desarrollar medidas de la variable señalada en el


diseño es la falta de un buen criterio para decidir cuándo se cuenta con una buena medida. Cuando
no es posible probar la validez de una medida confrontándola con un criterio objetivo, se
recomienda el siguiente procedimiento. Probar el instrumento en una cantidad de casos y hacer
codificar los materiales obtenidos por un número de jueces. Se instruye a los jueces acerca del
significado de las variables y su tarea consiste en hacer asignaciones independientes de las
entrevistas o registros de la conducta observada según categorías ordenadas que expresen grados de
la variable. O bien una cantidad de observadores pueden utilizar una escala de conductas en una
situación real y luego controlar si pueden obtener los datos necesarios y si están de acuerdo en la
forma en que los registran. Cuando se recurre a este tipo de procedimiento, pronto se descubre si la
pregunta o el mecanismo sirve o no para obtener un material que pueda codificarse con confianza
como representativo de la variable. Por supuesto, no se trata de un verdadero control de la validez,
pero sirve para crear un supuesto de validez y ayuda mucho a desarrollar el tipo de medidas
necesarias para el estudio. Así es posible elaborar durante esta etapa de prueba los códigos
principales para categorizar los materiales de la entrevista y de la observación. En el proceso final
de la codificación sólo deben hacerse pequeños agregados y revisiones de estas categorías
principales.
En la mayor parte de las encuestas y estudios de campo el tiempo y la atención dedicados a
esta forma de prueba son inadecuados. Sin embargo, en la medida en que se trata de descubrir
relaciones, no hay ningún punto de mayor significación crítica que la traducción de los objetivos de
la investigación a medidas operacionales. La teoría más brillante no dará resultados y los análisis
estadísticos más refinados constituirán un derroche de tiempo si se fracasa en el desarrollo de las
medidas operacionales de las variables que nos interesan. Por desgracia, a menudo se dedica menos
tiempo y esfuerzo a la solución de este problema que a casi todas las demás fases del proceso de
investigación.

Es importante realizar las pruebas de las medidas y procedimientos sobre una población tan
similar como sea posible a la que será objeto de estudio. Si el estudio de campo se ocupa de un
grupo numeroso o una comunidad, es posible probar los instrumentos sin influir en forma indebida
sobre los resultados del estudio definitivo. En una situación en que la población es muy numerosa,
es aconsejable seleccionar la muestra de antemano de modo tal que la prueba se lleve a cabo fuera
de la muestra que se usará después.

En la prueba de los instrumentos y procedimientos no es esencial obtener una muestra


representativa de los sujetos, pero sí es importante tratar de incluir algunos de los principales tipos
de personas que participarán del estudio final. Una prueba de los instrumentos sobre unos pocos
sujetos sólo de la categoría educacional más alta no anticipará los problemas que se encontrarán
entre aquéllos con un mínimo de escolaridad. Por supuesto, eso se aplica más a las últimas etapas de
la prueba. Es frecuente que, cuando tratamos de desarrollar una medida, nos interese menos la
reproducción de la situación de campo final que la comprensión del carácter fundamental de una
variable determinada.

Es necesario probar las medidas en poblaciones muy similares a las que se utilizarán en el
estudio definitivo para determinar tanto la forma específica de las preguntas y de los códigos de
observación como los tipos de medidas aplicables a grupos específicos de personas. Se ha
demostrado que el cuestionario escrito tiene una aplicación mucho mayor de lo que se creyó
anteriormente. Respecto de la entrevista personal tiene la gran ventaja del anonimato, que en
algunos casos puede compensar el conocimiento que se obtiene mediante el contacto personal con
el entrevistado. Además, el uso del cuestionario escrito representa grandes economías en relación
con la entrevista. Sin embargo, es verdad que las formas escritas se adaptan mejor a los grupos de
alto nivel de educación. Entre los obreros de bajo nivel de capacitación no sólo es posible encontrar
personas con poca escolaridad formal, sino que en general han dedicado poco tiempo a trabajar con
papel y lápiz desde que dejaron la escuela. Para ellos es más natural expresar sus ideas en forma
oral que por escrito. La línea exacta que divide el campo de aplicación de cuestionarios escritos y de
entrevistas puede determinarse mediante la prueba de los instrumentos. Cuando se emplean
formularios escritos en gran escala, a menudo resulta ventajoso obtener una submuestra de
informantes para realizar entrevistas personales. De este modo, la deformación en uno de los
métodos puede controlarse por medio del otro.

La operación de campo en gran escala

En un plano ideal, casi todos los problemas de investigación se resuelven antes de salir al
campo; sin embargo, por desgracia, estos problemas vuelven a plantearse durante las operaciones
reales en el campo. El contenido de un instrumento de investigación, probado con anterioridad,
toma un nuevo significado por su relación con hechos que cambiaron en forma súbita. Las escalas
construidas de antemano para observar la conducta no sirven para detectar los puntos críticos en las
reuniones de los grupos que se estudian. Por lo tanto, es conveniente que el equipo de campo posea
algún equilibrio entre capacidad inventiva y solidez de juicio. En muchos casos es preciso
improvisar y cambiar los procedimientos en el curso del trabajo de campo. Pero si el ingenio para
enfrentar nuevas situaciones se aplica sin ningún control, el equipo perderá de vista los objetivos
originales de su investigación. En la situación de campo concreta, hay una fuerte presión favorable
a la resolución de las necesidades prácticas del momento a expensas de los planes de investigación
de largo alcance.
Las habilidades y el personal necesarios para el trabajo de campo difieren
considerablemente de los requeridos por una encuesta en gran escala. Las tareas del trabajador de
campo son más variadas y a menudo más difíciles que las que corresponden al entrevistador en la
encuesta. El trabajador de campo no sólo debe ser capaz de obtener la cooperación de todos los
grupos de la comunidad, sino que además debe realizar gran parte de sus entrevistas con los líderes
máximos y los funcionarios de jerarquía. En el Programa de Relaciones Humanas del Survey
Research Center, que estudió las organizaciones industriales y gubernamentales, se comprobó que
el personal de entrevistadores para las encuestas nacionales no estaba preparado para tratar con los
niveles de liderazgo que importaban para la investigación. Los trabajadores de campo necesitaban
alguna experiencia y conocimiento de los problemas de organización y administrativos. Los
individuos que habían tenido mucho entrenamiento después de graduados en psicología y ciencias
sociales y bastante experiencia en la industria y la administración pública mostraron ser los
trabajadores más efectivos. Por otra parte, los estudios de campo de este tipo necesitan diferenciar
las capacidades de los trabajadores del equipo y deben incluir a unas pocas personas capaces de
tratar con los líderes más destacados en un pie de igualdad.

Puesto que la mayor parte de los estudios de campo se extienden en el tiempo, deben
establecerse controles para asegurar la comparabilidad de la información obtenida durante
diferentes períodos del estudio. Las personas entrevistadas en un período del estudio pueden haber
sido afectadas por acontecimientos sociales naturales que ocurrieron al comenzar el estudio o por
informes e interacción con los entrevistados anteriormente. Estos dos tipos de efectos requieren
diferentes procedimientos. Los efectos provocados por el mismo estudio sugieren que la medición
de todo un grupo se haga con la mayor rapidez posible y luego se pase a otro grupo. Ese es también
el método más económico. Pero los efectos de acontecimientos ajenos al estudio sugieren la
necesidad de no entrevistar a todos los informantes de un tipo dado en un solo período de tiempo.
En ese caso la diferencia entre los grupos entrevistados en distintos momentos puede resultar una
diferencia entre personas entrevistadas antes y después de un acontecimiento. Este conflicto puede
resolverse concentrándose de manera especial en un grupo en un momento dado, pero asegurando
pequeñas submuestras de todos los grupos para los principales períodos del estudio, aun cuando ello
signifique repetir algunas observaciones de las personas estudiadas en un principio.

El estudio de campo debe enfrentar los importantes problemas de obtener cooperación de


muchos individuos y subgrupos en la estructura a investigar. En la encuesta, en general no es
necesario dedicar mucho tiempo o esfuerzo a obtener la cooperación de los entrevistados, pues la
mayor parte de los individuos dedicarán una hora o más al entrevistador si éste llega en una hora
conveniente para ellos. Pero en el estudio de campo donde los investigadores pueden pasar semanas
y aun meses en la misma localidad, donde tal vez deban entrevistas varias veces a los mismos
sujetos, buscar acceso a la información privilegiada y concurrir a todo tipo de reuniones, el
problema de obtener apoyo de la comunidad o grupo adquiere una importancia desusada. Al
respecto, consideramos que merecen consideración los siguientes procedimientos.

1. La práctica de dirigirse al topo de las estructuras en estudio para obtener la cooperación


de los líderes de alto rango constituye una verdadera economía. Esto adquiere especial importancia
si se trata de estructuras jerárquicas, como una fábrica, donde los niveles inferiores siempre
dependen de sus superiores y se hallan demasiado inseguros como para arriesgarse a dar la
bienvenida a observadores del exterior. Es muy probable que el problema de la cooperación tarde o
temprano deba trasladarse a las jerarquías superiores, y hay muchas mayores posibilidades de lograr
una decisión favorable si se consulta a los líderes desde un principio. Además, a menudo los líderes
de máxima jerarquía comprenden en mayor medida el significado de la investigación y ofrecen
menos resistencia a la persuasión. La mayor resistencia se encuentra, con frecuencia, entre los
empleados subordinados, no sólo a causa de su inseguridad, sino por sus limitaciones generales.
2. Debe evitarse el ingreso más fácil a una comunidad o estructura social; es decir, llegar como
aliado de los individuos o grupos que tienen un interés especial a explotar y ven la investigación
como un medio para sus fines. De este modo, los partidarios de una reforma específica en una
comunidad o el vicepresidente ejecutivo de una empresa industrial que buscan información sobre
las faltas de sus subordinados pueden dar la bienvenida al investigador y ofrecerle apoyo. La alianza
con personas que plantean pedidos especiales no es ética ni sensata. El fin del investigador debe ser
entrar en la situación a favor del interés común de todas las partes y sus descubrimientos deben
estar a disposición de todos los grupos e individuos. La cooperación ofrecida por una de las partes
tiene dos desventajas. Puede provocar la falta de cooperación del resto de la gente y puede ejercer
una influencia indebida sobre los objetivos de la investigación.

Por supuesto, es posible que este ideal sea demasiado difícil de alcanzar en la práctica,
puesto que el investigador a veces puede verse obligado a aceptar toda la ayuda que pueda
encontrar. Pero cuando más amplias sean las bases que lo apoyen, cuanto más comprendan todos
los grupos de la comunidad que las ciencias sociales pueden ayudar a todos los que quieran
aprovechar sus descubrimientos, más efectivos podrán ser nuestros trabajos. Para lograr este tipo de
apoyo general de la comunidad, a menudo es aconsejable establecer una junta consultiva
patrocinadora que represente los diversos intereses de la comunidad.

3. Es conveniente proporcionar a los miembros de la comunidad, y a los líderes, toda la


información sobre el estudio y sus propósitos básicos que pueda revelarse sin perjudicar los
resultados de la investigación. El problema de la cantidad de información que es aconsejable
proporcionar constituye uno de los verdaderos obstáculos en la investigación y experimentación de
campo. Si el estudio tiene una amplitud considerable y se extiende más allá de unos pocos días, es
imposible mantener una conspiración del silencio. Cualquier intento para preservar el secreto
meramente incrementa la expansión y violencia de los rumores. Sin embargo, el investigador no
quiere que sus potenciales sujetos conozcan demasiado sobre sus hipótesis y objetivos específicos.
Una solución común consiste en presentar una declaración explícita en un nivel bastante general,
con uno o dos ejemplos de ítemes que no sean fundamentales para el estudio total.

Al presentar una explicación del estudio, es bueno utilizar los canales aceptados de
comunicación en los diversos grupos de la comunidad. Si la información se limita a un único canal.
El estudio puede llegar a ser identificado con los intereses asociados a ese canal. En los estudios en
las industrias, el informe sobre la marcha de la investigación debe aparecer tanto en el órgano
noticioso de la empresa como en el periódico del sindicato.

Es necesario conocer que todo estudio de campo supone algunos riesgos. Es posible que no
todos los grupos acepten gustosos la introducción de observadores que curioseen diversos aspectos
de la vida de la comunidad. Determinadas preguntas pueden resultar ofensivas para algunas
personas. A veces el clima de opinión puede ser tal que la gente no coopere en la puesta en marcha
del estudio ni permita que se le entreviste. Los riesgos deben ser previstos en la etapa exploratoria
y calculados de antemano. Sin embargo, en general estos riesgos son exagerados en las sociedades
democráticas. A la gente, en general, le gusta ser entrevistada y es receptiva a la idea de cooperar
con el investigador social. La experiencia indica que los obstáculos prácticos habituales para
obtener información, que obsesionan al crítico de gabinete, no son tan difíciles de superar como los
problemas del diseño de la investigación.
4. Otro aspecto de la cooperación a largo plazo es la norma ética del investigador que lo
obliga a hacer honor a la confianza de las personas que lo ayudaron. Esto implica preservar
religiosamente el anonimato del informante y respetar, de manera absoluta, el espíritu y la letra de
las obligaciones contraídas en el transcurso del estudio. Deben tomarse todas las disposiciones
necesarias para proteger la identidad del entrevistado. El análisis de los materiales no deberá llegar
hasta el punto de permitir la identificación de los sujetos y el material de casos no deberá citarse
para evitar tal identificación. Si se dice a la gente que las señales de identificación de los
cuestionarios serán eliminadas debe hacerse así. Los investigadores, con justicia, han convertido en
un fetiche el resguardo del anonimato de los informantes, y el supuesto es que la regla obliga
excepto cuando existe un acuerdo previo explícito y buena disposición de parte del sujeto para
llegar a ser conocido.

Otro problema más sutil concierne a la especificidad de la información relativa a grupos o


subgrupos particulares. Aun cuando no se identifique a los individuos, el informe de los resultados
relativos a subgrupos puede colocar a éstos en una posición ventajosa o desventajosa. La norma
general en este caso, consiste en presentar las tabulaciones de tal manera que muestren
fundamentalmente las relaciones generales y no la incidencia de tipos de valores y conductas en
pequeños subgrupos. Estos resultados generales deben ponerse a disposición de todos. Por supuesto,
el investigador no puede controlar los usos que se den a los resultados, pero sí debe tratar de que
todos los grupos tengan acceso por igual a sus resultados generales.

El análisis de los materiales.

En un estudio correctamente planeado, cuyo principal objetivo sea verificar hipótesis, los
principales códigos deben quedar establecidos en el transcurso de la prueba previa a los
instrumentos. En un estudio exploratorio, en cambio, muchos de los códigos pueden completarse
después o durante el período de recolección de datos. Aun cuando el estudio sea exploratorio, es
importante que los códigos alcancen algún grado de conceptualización y no se limiten a codificar
cada una de las variantes fenotípicas de respuesta (véase capítulo 10). El principal error del novicio
consiste en su temor a perder algo de la riqueza de sus materiales si no abarca todos los detalles
fenotípicos. En general, cuanto más compleja y detallada es la codificación, menos útil resulta en el
análisis. Para realizar los objetivos del análisis es preciso reagrupar los datos y dejar a un lado las
observaciones de detalle.

Un primer paso del análisis consiste en obtener distribuciones de frecuencias para todas las
medidas. Estas tablas de frecuencia tienen varios propósitos. En primer lugar, permiten controlar los
errores que se producen en el proceso mecánico de transladar los datos a las tarjetas Hollerith (es
posible controlar todos los totales y subtotales, proceso conocido como “depuración de las tarjetas”
–cleaning). Un segundo propósito es obtener más información acerca de los fraccionamientos
cruzados (cross-breaks) que deben efectuarse. Si una tabla de frecuencias determinada no muestra
una distribución real de las respuestas, no hay ninguna razón para tratar de correlacionarla con otra
variable. Por ejemplo, si nuestras observaciones codificadas del grado de hostilidad dirigido contra
los miembros del endogrupo muestran que el 90 % de los individuos tienen un puntaje cero de
hostilidad, evidentemente serán escasas nuestras posibilidades de obtener relaciones con otras
variables. Si la cantidad total de casos es muy grande, es posible trabajar con esas distribuciones no
diferenciadas. El analista también debe considerar el tamaño de los casilleros que tendrá en su tabla
de correlaciones antes de pasar a establecer los fraccionamientos cruzados. Mediante el examen de
las tablas de frecuencias pueden adoptarse decisiones sobre la combinación de grados dentro de una
categoría y aun sobre la combinación de categorías que comprenderá el índice. Por ejemplo, es
posible que el código se haya refinado demasiado para la cantidad de casos y la tabla de frecuencias
indicará que los siete grados de aprobación deben reducirse a cinco o a tres. O bien puede ser
necesario combinar en un solo índice cierta cantidad de medidas diferentes de participación en
actividades de grupo. Por último, es necesario examinar la distribución de frecuencias en relación
con la medida de correlación que se utilizará, para que la correlación presente propiedades definidas
con respecto a la distribución de las medidas que deben correlacionarse.
La decisión acerca de qué fraccionamientos cruzados han de emplearse debe tomarse ya en
la etapa de puesta a prueba de la hipótesis. En el estudio exploratorio, es prudente no tratar de
correlacionar cada variable con todas las otras, sin decidir sobre la base de toda la información
disponible, cuáles son las relaciones que probablemente resulten más fecundas.

En general, el material obtenido de observaciones y respuestas a entrevistas en un estudio de


campo o en una encuesta lleva más fácilmente al análisis de las correlaciones que al análisis de la
variancia. Este análisis se adapta mejor a los estudios experimentales donde se dispone de grupos
aproximadamente iguales asignados a valores conocidos de la variable experimental. El
procedimiento de fraccionamiento o de los fraccionamientos cruzados es un procedimiento de
correlación y toda tabla que registre un fraccionamiento cruzado es una tabla de correlación. Es
frecuente dejar de computar las correlaciones, puesto que la sola comparación de los agrupamientos
dentro de la tabla puede mostrar la relación, mientras que determinar el grado preciso de la relación
exige un cálculo de la correlación. Aunque la posibilidad de determinar el grado de la relación para
toda la tabla mediante un único coeficiente de correlación representa una gran ventaja, en muchos
casos no existe un fundamento estadístico para este procedimiento. Las correlaciones se fundan en
supuestos que los datos pueden no justificar, mientras que la comparación de la significación de la
diferencia entre dos subgrupos en la tabla, exige menos supuestos sobre la naturaleza de los datos.

El estudio exploratorio exige un análisis ex post facto en el cual nos proponemos obtener la
interpretación más verosímil de nuestras comprobaciones, aun cuando la interpretación nunca puede
ser definitiva. En este caso el procedimiento habitual consiste en tratar de desarrollar una relación o
comprobar su carácter espurio manteniendo constantes ciertos factores mediante el uso del
fraccionamiento triple. El uso más ingenioso y sistemático de este método lo encontramos en la
obra de P. Lazarsfeld, quien, con P. Kendall, presentó una codificación de tales procedimientos de
análisis en Continuities in Social Research. Se describen allí tres tipos principales de elaboración
que no difieren tanto en el método esencial como en el hecho de que dan al analista un marco de
referencia para reflexionar sobre las relaciones entre sus datos. Un tipo de elaboración consiste en
controlar los factores espurios. El caso se presenta cuando se ha descubierto una relación entre dos
variables, pero se desea tener la certeza, dentro de los límites de los datos obtenidos, de que la
relación no es una función de un tercer factor que pudiera explicarse por una acción extrínseca. Por
ejemplo, si se descubre una relación entre la satisfacción en el empleo y el nivel de capacitación en
él, podría suponerse que aquélla se debe a que los trabajos de mayor capacitación son mejores
pagados. El fraccionamiento simple permitirá entonces mantener constantes los salarios para
diferentes niveles de capacitación en relación con las satisfacciones en el trabajo.

En lugar de tratar de explicar nuestros resultados en razón de algún factor espurio, podemos
desear mostrar que algún otro factor, cuya situación en el tiempo podemos determinar, ha
intervenido para producir la relación. De este modo, en los estudios de la Rama de Investigación del
Ejército se mostró que los hombres menos educados, aunque en general eran menos críticos, tenían
mayor tendencia que los más educados a sentir que se los había postergado. Lazarsfeld planteó la
hipótesis de que entre el factor educación y el sentimiento de postergación podía haber intervenido
otra variable que sería la verdadera razón de la relación, específicamente, el factor de la “carencia
relativa”. Se supuso que los hombres menos educados provenían de grupos donde las
postergaciones eran mayores que entre los mejor educados. Si en el estudio se dispusiera de datos
sobre la tasa de postergación y si, en los fraccionamientos triples se comprobara realmente la
correlación con dicha tasa, entonces la interpretación de la relación resultaría plausible. El punto
esencial en este tipo de elaboración es que el factor de prueba puede relacionarse en el tiempo con
alguna variable concreta que haya intervenido.

Un tercer tipo de elaboración es la especificación; es decir, tratar de encontrar las


condiciones en que se acentuará una relación. Por ejemplo, en el estudio de la industria podemos
hallar una relación positiva, aunque pequeña, entre la capacidad del capataz para lograr “buenas”
relaciones humanas y la moral de los obreros. Tenemos razones teóricas para esperar que la relación
sea más alta y, por lo tanto, tratamos de determinar las condiciones en que debería incrementarse la
correlación. Por ende, postulamos que en departamentos donde los capataces tengan una buena
relación con sus superiores la moral de los obreros será alta, puesto que, además de comprender a
sus hombres, ellos podrán hacer gestiones en su favor. Mediante un fraccionamiento triple en el
cual comparamos la moral de los obreros que dependen de capataces con buenas prácticas de
relaciones humanas con la moral de obreros que dependen de capataces menos eficaces en este
aspecto, para diferentes grados de buenas relaciones de los capataces con sus superiores, podemos
documentar nuestras especificaciones sobre la naturaleza de la relación.

Estos tres tipos de elaboración son formas convenientes en las cuales el investigador puede
utilizar el análisis post hoc para dar a sus datos mayor significación. En este proceso, se usan los
resultados para sugerir hipótesis, las que luego se examinan y prueban mediante una manipulación
adicional de los datos. En los tres tipos, la forma de la manipulación estadística es la misma, pero
las deducciones lógicas y teóricas difieren. Por supuesto, es verdad que este tipo de verificación de
hipótesis después del hecho está limitado por los datos ya reunidos y, por ello, no constituye un
sustituto del experimento controlado. No obstante, tales análisis pueden aumentar en grado sumo las
probabilidades de lograr una interpretación correcta de los datos.

No debe especularse acerca del significado de los datos cuando es posible verificar las
especulaciones confrontándoles los mismos datos. En muchos casos el investigador puede
confrontar con sus propios datos los enunciados que establece como interpretación, recurriendo al
fraccionamiento triple y manteniendo ciertos factores constantes. Si los enunciados resultan
confirmados, pueden establecerse no ya como especulación, sino como un resultado dentro de las
limitaciones del estudio.

Los estudios de campo plantean frecuentemente el problema de la cantidad N, sin considerar


los posibles efectos de la formación de conglomerados (clusters). Cuando tratamos con agregados,
la N apropiada para usar en el cómputo de la significación estadística es el número de
conglomerados, y no el de los individuos. Supongamos, por ejemplo, que estudiamos los efectos de
diferentes tipos de prácticas en la educación de adultos para lograr la aceptación y el uso de las
clínicas locales de salud pública. Hay tres grupos de discusión de 12 miembros cada uno a los
cuales se aplicó un método de participación y tres grupos de 50 miembros a los cuales se aplicó un
método de conferencias. Al comparar la eficacia de estos métodos, no es lógico que consideremos a
36 y 150 como nuestras respectivas cantidades N. No tenemos 36 manifestaciones separadas e
independientes del método de la discusión, puesto que en cada uno de los grupos el uso del método
depende del director de debate y de la composición del grupo. Por lo tanto, en este caso la verdadera
cantidad N es 3. Del mismo modo, en el método de las conferencias no tenemos 150 efectos
diferentes del método, sino más bien tres aplicaciones principales. Debe recordarse que el error
probable de la diferencia se basa en las cantidades N que son medidas independientes del efecto
tratado.

El estudio de campo es particularmente susceptible a los efectos de la agregación. En el


laboratorio podemos preparar nuestros experimentos en forma de protegernos contra esta dificultad.
En las encuestas podemos sacar muestras al azar para evitar los conglomerados. Pero en el estudio
de campo de una comunidad o de un grupo, los casos son incluidos en subgrupos homogéneos, de
modo tal que es necesario considerar cuidadosamente el efecto de la agregación.

EL LUGAR DE LOS ESTUDIOS DE CAMPO


EN LA INVESTIGACION PROGRAMATICA

Al construir la ciencia de la psicología social es aconsejable aprovechar los diferentes


contextos en que se presentan nuestros fenómenos así como los enfoques que utilizan las ventajas
particulares de una situación determinada. El estudio de campo es el único que nos permite observar
y medir los procesos sociales en su situación natural. Por una parte, permite profundizar la
comprensión de los hallazgos de la encuesta. Por otra, puede proporcionar al investigador
percepciones más ricas e hipótesis para una experimentación más rigurosa y también impedir que se
desarrolle en el laboratorio un sistema de conceptos que guarden escasa relación con la forma en
que la gente realmente se comporta.

Al interesarse por los acontecimientos sociales en su marco natural, el estudio de campo


debe operar con un sistema abierto de variables interactuantes, en el cual los llamados factores
ajenos pueden influir en el resultado. Pero los límites de nuestro objeto de estudio todavía están
definidos con tal imprecisión que no todos los psicólogos estarán de acuerdo acerca de lo que debe
considerarse como factor ajeno. Por lo tanto, en el estado presente de nuestra disciplina mucho
puede ganarse trabajando tanto en el laboratorio, donde el modelo estricto de la física puede ser el
ideal, como en la situación de campo, donde el prototipo es el modelo más libre empleado a veces
en las ciencias biológicas.

Otra forma de describir la utilidad potencial de los estudios de campo es llamar la atención
sobre la historia de la psicología de la percepción. Los primeros trabajos experimentales, al tratar de
lograr rigor científico, ignoraron las cualidades de totalidad del campo psicológico y se dedicaron
en una forma excesivamente analítica a trabajar con elementos de la conciencia sumamente
artificiales. La misma debilidad puede observarse en los primeros trabajos experimentales sobre
procesos sociales en el laboratorio en los cuales se puso el acento sobre la facilitación social. Es
importante analizar las complejidades de la interacción y de las relaciones sociales, pero siempre
existe el peligro de que nuestro análisis pierda de vista las propiedades funcionales significativas y
se ocupe de elementos que tienen más el carácter de artefactos que de unidades funcionales. Los
estudios de campo, por su íntimo contacto con los acontecimientos sociales en desarrollo, pueden
servir como control de la omisión de variables significativas. En un programa de investigación de
largo alcance, debe mantenerse una doble interacción entre experimentación y estudios de campo.
Los descubrimientos de los estudios de campo pueden plantear problemas que, para su solución,
requieran los métodos más rigurosos del experimento. De manera inversa, los resultados
experimentales pueden proporcionar una base para la formulación de algunos de los objetivos de
investigación del estudio de campo. Si las relaciones que se obtienen en el laboratorio también
resultan significativas en la situación de campo, éste es un síntoma de que el laboratorio no se ha
orientado en una dirección demasiado artificial.

No obstante, entre el estudio de campo y el experimento de laboratorio hay un importante


paso intermedio, es decir, la experimentación en el terreno. El experimento natural, anteriormente
discutido, es un cambio social que tiene lugar sin que medie acción alguna del investigador. Este es
precisamente un cambio que merece ser medido por el investigador. El experimento en el terreno,
por el contrario, es un cambio social provocado por el investigador, quien efectúa la manipulación
de un conjunto de variables en una situación de vida. El experimento en el terreno es la conexión
lógica entre el estudio de campo y el experimento de laboratorio. Sigue más estrictamente los
procedimientos del laboratorio, pero, de todos modos, se ocupa de factores que operan en la
situación de campo y así, como en el estudio de campo, se interesa más por las variables “globales”.

Los estudios de campo pueden proporcionar la información esencial que hará posible la
realización exitosa de un experimento en el terreno. El paso más natural para seguir las líneas
fijadas por un estudio de campo es experimentar en la misma situación, de modo tal que pueda
haber alguna manipulación real de los factores que aparecieron como determinantes causales en el
estudio de campo. Por ello, dedicaremos el siguiente capítulo a la experimentación en el terreno.

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