Vous êtes sur la page 1sur 3

Pedro Domingo Murillo

Nacido en la ciudad de La Paz el 17 de septiembre de 1757. Perteneciente a una familia de la élite paceña, sus padres
fueron: Juan Ciriaco Murillo, seminarista que poco después de su nacimiento se ordena sacerdote y, su madre, una
mujer criolla llamada María Ascencia Carrasco. Es educado por su padre y es posible que haya asistido al Colegio
Seminario de San Carlos, en La Paz. Luego, siguió estudios de Derecho en la Universidad San Francisco Xavier de La
Plata (Chuquisaca); aunque parece ser que no terminó sus estudios. En 1778 se casó en la ciudad de Potosí con
Manuela de la Concha Olmedo. En 1781, a sus 24 años, se encontró viviendo en Irupana y tuvo al menos dos hijos.
Ese mismo año participó como soldado en la campaña contra Túpac Katari, en la cual se distinguió por su gran valor,
por lo que fue nombrado Teniente de Milicias.
En 1785 murió su padre, Juan Ciriaco Murillo, el cual dejó casi toda su fortuna a los hijos de Pedro Murillo y Manuela
de la Concha. Sin embargo, una tía de Pedro llamada Catalina Felipa le entabló un juicio, disputándole los bienes
dejados por Juan Ciriaco. Murillo ganó fácilmente en la primera instancia, pero como para ello había falsificado su
título de abogado, cuando más tarde se encontraba ejerciendo su profesión en La Paz, fue denunciado y no sólo
perdió el juicio contra su tía, sino que fue declarado rebelde y tuvo que escapar de las autoridades. Sin embargo, a
inicios de 1789 fue indultado y luego de esto, Pedro Domingo Murillo se dedicó a la actividad minera.
En 1805 formó parte de un grupo que conspiraría contra el gobierno español, pero fue descubierto y llevado a juicio.
Fue absuelto en este juicio, y, entonces, junto a otros patriotas, comenzó a preparar la revolución con más entusiasmo,
pero en secreto, en favor de la Independencia.
En 1809, lidera un grupo de rebeldes que conspiró y se sublevó el 16 de julio de 1809. Pocos días después, se
reunieron en un cabildo para hacer conocer un documento llamado Proclama de la Junta Tuitiva, el mismo que
expresaba la liberación de las tierras del Alto Perú del Imperio español.
Tras la Revolución del 16 de julio de 1809, los realistas enviaron tropas para reprimir la revolución de La Paz, algunas
desde el Virreinato del Perú y otras desde Buenos Aires, aunque ya en ese momento las tropas de los regimientos
integrados por criollos no querían intervenir en una represión de un movimiento patriótico.
José Manuel de Goyeneche1 venía de Puno con el fin de sofocar la revolución, con un ejército de 5000 hombres.
Murillo, con 1000 revolucionarios, tuvo valor de presentarle batalla en Chacaltaya (25 de octubre de 1809). Vencido, se
retiró a Zongo, lugar montañoso cerca de La Paz, pero allí fue hecho prisionero por las fuerzas del coronel Domingo
Tristán, quien lo llevó a La Paz, entregándolo a Goyeneche.
Murillo decidió escapar del ejército realista, pero fue capturado y llevado a la horca junto a otros patriotas el 29 de
enero de 1810. Antes de su ejecución pronunció las siguientes palabras:
Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar, ¡viva la libertad!

Cada 16 de julio, el pueblo de La Paz recuerda la lucha del año 1809. El festejo departamental se da inicio cuando las
diversas autoridades nacionales y locales encienden la llamada Tea de la Libertad que se encuentra en la casa de
este mártir, y posteriormente se realiza un desfile por el centro de la ciudad de La Paz; en este los ciudadanos llevan
en la mano teas que simbolizan la tea de Pedro Domingo Murillo, desfile conocido como "Desfile de Teas".
Alonso de Mendoza

Alonso de Mendoza fue el capitán que había sido designado por el “Pacificador”, para fundar la ciudad queconmemor
aría su acción, imponiendo la paz en las colonias. Era español, natural de Garrovillas, en Cáceres, o deLa Garrovilla (B
adajoz) de los que salieron de la península atraídos por las noticias acerca de las riquezas queatesoraba el llamado “n
uevo mundo”, las aventuras de Pizarro y Almagro que habían conquistado un imperioedificado sobre oro y sobre lo mu
cho que había, todavía, por recorrer, descubrir y aprovechar, para beneficiopropio.
Debió nacer Alonso de Mendoza entre 1480 a 1490, pasando a Indias en los primeros años del siglo XVI, estableciénd
ose en Cuba, siendo Gobernador Velázquez. Aparece un Alonso de Mendoza en un documento deGuanuco (Cuba) en
1520, pero según las enciclopedias Alonso luchó en Alemania e Italia antes de pasar a Cuba. Estuvo en México con H
ernán Cortés, se estableció en S. Esteban del Puerto, de donde fue desterrado porlevantisco y alborotador.
Llegado de las islas caribeñas, se dirigió sin vacilaciones al Perú, donde prontamente, su natural inteligencia, sudon de
gentes y su simpatía personal, le abrieron las puertas de los cuarteles de Pizarro, entonces en guerra consu socio Die
go de Almagro. Combatió en las Salinas, contra el propio Almagro; en Chupas, acción en la quepereció “Diego el Mozo
” y en muchos otros hechos de armas que le llevaron hasta Chuquisaca en los que mostrósu valor y su valía.
Después de varias vicisitudes, intrigando contra el cuarto Pizarro, Gonzalo Pizarro y dándole las espaldas paramarchar
se junto al primer Virrey del Perú; acomodándose en uno y otro lado, sin escrúpulo alguno, se incorporó, alas filas de F
rancisco de Carvajal, el “Demonio de los Andes”, quien le asignó el grado de Capitán y le confiómisiones diferentes en
una larga campaña contra el realista Diego Centeno.
Luego de increíbles y peligrosas andanzas, el capitán Mendoza dio otro volteo espectacular al ponerse a lasórdenes d
e Pedro de la Gasca, quien le confió un grupo de caballería con el que asistió a la batalla inconclusa deSacsahuamán.
Logrados sus propósitos, el enviado del Rey notificó al diligente Capitán, el 7 de abril de 1548, que había sidodesignad
o para fundar una nueva ciudad, proporcionándole, además, una nómina de quienes concurrirían con él ala solemne c
eremonia.
La misión que se le confiaba era importante en sumo grado. Satisfacía la vanidad del guerrero y sus ansias defiguració
n.
En ese tiempo, también, se había posesionado de productivas minas de oro en la región de Tipuani, que le dieronsatisf
acciones en cuanto a su ambición material se refiere.
Pedro de la Gasca, cuya misión en el Perú había concluido con la solución de los conflictos creados por losllamados c
onquistadores, que habían desatado una sangrienta guerra entre sí, para luego prolongarla contra elgobierno monárqu
ico, esta vez en alianza con los dueños de las tierras, no tenía el propósito de permanecermucho tiempo más en territo
rio americano, ni como presidente de la Real Audiencia de Lima, ni como Virrey, altocargo que se había negado a ace
ptar al encargarse, exclusivamente, de la dura tarea de pacificar el enorme yproblemático territorio colonial.
Buscó al hombre señalado para la difícil empresa de fundar una ciudad y gobernarla por lo menos los primerosaños y
no dudó ni un momento más, cuando llegó a la conclusión de que el señalado y apto para la misión era elcapitán Alons
o de Mendoza, con el que decidió las condiciones y el sitio, donde se edificaría la poblaciónproyectada, que debía reco
rdar por siglos y siglos, el cumplimiento de la importante misión que se le habíaconfiado y el feliz logro alcanzado.
Laja es un poblado indígena ubicado en la inmensidad del altiplano andino, el lugar es árido y frío, es posible quepor e
sta razón Alonso de Mendoza decidiera cambiar de lugar para fundar la ciudad de La Paz.
Por entonces, muchos de los funcionarios del Virreinato del Perú, muchos encomenderos y soldados, sacerdotes ycom
erciantes, habían pasado ya por el altiplano kolla; habían podido observar y admirar, para solaz de su espírituy para su
s planes colonizadores, la belleza impresionante que ofrecía esa profunda depresión, ese pozogigantesco como abiert
o a pico, accidentado e irregular, en cuyo fondo podía admirarse el paso de una corrientede agua, rápida y cantarina –
el Choqueyapu–
que se precipitaba caudaloso y raudo por acentuada pendiente, encuya cuenca, verde y florida, todo era paz; todo invi
taba al placer de ese contacto íntimo con la naturaleza y lameditación; teniendo al frente, por donde nace el Sol, esa m
ajestuosa montaña que era como el fondo adecuadode una pintura eglógica: el Illimani.
Visión que impresiona a la par que cautiva por el imponente conjunto cercado de cerros y precipicios, devegetación y
maleza, en cuya planicie central, sin embargo, se levantaba un grupo de pequeñas y ordenadascasas-vivienda.
Eso era Chuquiago Marca, la ciudad de la “Lanza Capitana”, cuya importancia y valor radicaba, no tanto en labelleza d
e su paisaje ni en el cálido abrigo que ofrecía, protegiendo al viajero de los fríos vientos altiplánicos en elobligado cami
no de Lima a Potosí, la mina de plata más rica del mundo, ciudad a la que todos dirigían su pasos; era, el trayecto únic
o en la ruta que se dirigía a los yacimientos de oro de Tipuani, y a la zona subtropical de LosYungas, productora de ca
si todos los frutos que puede ofrecer la naturaleza pródiga, de excepcional eincomparable calidad, así como de produc
ción suficiente para abastecer a todo el virreinato y más allá de él.
Es indudable que el sitio había sido bien elegido; no solamente porque ofrecía todas las facilidades y ventajascomo eta
pa de una ruta principal, sino también porque era “pascana” agradable y acogedora, para solaz delviajero agobiado por
las largas distancias y los malos caminos.
Justo es dejar constancia que fueron tres sacerdotes, Francisco Morales, Francisco Laroca y Francisco Alcocer, quien
es influyeron en el enviado, para que optara por Chuquiago Marca como la ciudad que perpetuaría su laborreconciliad
ora, ofreciéndole además el plano bajo cuyas normas se levantaría la ciudad. Fue entonces que partióencabezando un
a respetable caravana, con dirección al altiplano andino; pero, muchas razones impidieron lallegada de la comitiva ofici
al hasta la hoyada kolla, por lo que, todos de acuerdo, resolvieron dar curso a lafundación, provisional de la nueva ciud
ad en el pueblito de Laja, el día señalado de antemano: 20 de octubre de1548 años, decisión que corrigió al encontrar
un lugar con más agua y menos frío, tres días después el 23 deoctubre, levantándose acta de fundación el 20 de octub
re de 1548, aunque no se decidirían a ir edificando laciudad hasta 1549.
En ese mismo año Alonso de Mendoza tuvo que actuar contra un levantamiento de indios en Potosí. Se ignora sifunda
da la población de La Paz volvió al gobierno de Chuquisaca, pues en mayo de 1550 parece que murió en suencomien
da de Tipuani.
En 2003 se inauguró una estación con su nombre en la Línea 12 del Metro de Madrid.

Vous aimerez peut-être aussi