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Modelos actuales de psicoterapia por M.

Lluïsa Fuster
Mascaró
Las grandes corrientes psicológicas y sus principales modelos de
psicoterapia son la psicoanalítica, la conductista y cognitivo-conductual,
la humanista, la transpersonal y la sistémica.
El término psicoterapia surge de la unión del vocablo psico (alma) y terapia (tratamiento), por lo que hace
referencia a cualquier tipo de tratamiento de naturaleza psicológica, sea de la orientación que sea. Sin
embargo, en cualquier psicoterapia se da un proceso de comunicación directo y personal entre un
terapeuta y la persona o grupos que acuden a consulta (paciente/s o cliente/es), así como una relación
terapéutica de ayuda destinada a conseguir un mayor bienestar bio-psico-social y cambios positivos en lo
que respecta a la salud física y psíquica, a la adaptación al entorno, y a la propia identidad psicológica del
consultante. Los métodos de tratamiento son fundamentalmente verbales, aunque también pueden ser
corporales o de otra índole.

Son muchas y diversas las teorías psicológicas y sus formas de aplicación clínica o
psicoterapéutica surgidas hasta hoy. A grandes rasgos podemos considerar cinco grandes teorías, sistemas
psicológicos o corrientes teóricas que han dado lugar a múltiples terapias.

1 Modelo Psicodinámico o Psicoanálitico

El psicoanálisis es una teoría y una práctica terapéutica fundada por el neurólogo


austríaco Sigmund Freud (1856-1939) alrededor del 1896. La gran revolución del psicoanálisis
es mostrarnos que el inconsciente existe, que no somos totalmente conscientes de nosotros
mismos. Freud se centró en buscar las causas inconscientes que determinan ciertas enfermedades
nerviosas o mentales.

El término psicodinámico hace referencia a las psicoterapias que, partiendo del pensamiento
psicoanalítico, consideran que toda conducta tiene un sentido (por qué) y una finalidad (para qué),
independientemente de que la persona sea o no consciente. Las psicoterapias psicodinámicas se
fundamentan, a grandes rasgos, en que toda conducta viene determinada por deseos y conflictos
intrapsíquicos, y que las respuestas se esconden en el inconsciente. Asocian y relacionan las
enfermedades mentales con traumas infantiles reprimidos, por lo que el objetivo terapéutico es
hacer consciente lo inconsciente.

Aunque el vocablo psicoanalítico se refiere literalmente a los psicoanalistas freudianos,


sirve también para designar a teóricos postfreudianos o a aquellos que han estado
directamente influenciados por la obra de Freud.

Podríamos señalar diferentes terapias psicoanalíticas o psicodinámicas:


 Psicoanálisis ortodoxo o freudiano propiamente dicho (desde 1896), representado
porSigmund Freud.
 Terapia adleriana (desde 1911) basada en la psicología psicosocial del médico
vienés Alfred Adler (1870-1937) que se separa de Freud en 1911 y enfatiza los problemas
conscientes o del yo.
 Psicoanálisis basado en la psicología psicosocial del psicoanalista alemán Erich
Fromm (1900-1980).
 Psicoanálisis fundamentado en la psicología del Yo, representada por Melanie Klein
(1882-1960), Anna Freud (1895-1982), D.W. Winnicott (1896-1971), W. Bion (1897-1979)
o Erik Erikson (1902-1994), entre otros.
 Análisis del carácter de Wilhelm Reich (1897-1957), inicialmente discípulo de Freud y
reivindicador del cuerpo en la psicoterapia.
 Psicoterapias corporales postreichianas como la Orgonterapia o la Vegetoterapia
caracteriológica de O. Raknes (1887-1995) y, en una línea neoreichiana, el Análisis
bioenergético de Lowen (1910-2008), la Corenergética de J. Pierrakos (1921-2001), El grito
primal de A. Janov o la Biosíntesis de D. Boadella (1931) entre otros.
 Psicoanálisis lacaniano (desde 1953) de Lacan (1901-1981)
 Psicodrama psicoanalítico de Fidel Moccio (1924-2003), Carlos Martínez Bouquet y
Eduardo Pavlovsky (1933).

2 Modelo Conductista o conductual, y Modelo


Cognitivo-conductual
La psicología conductista se propone aplicar al estudio del ser humano los mismos
procedimientos experimentales y descriptivos usados en el estudio de animales, rechazando
cualquier referencia a la conciencia y a la introspección, como hace el psicoanálisis. Este enfoque
evita cualquier interpretación subjetiva de la vida psíquica por lo que reduce lo mental a la
conducta y se centra en el estudio del comportamiento observable en términos de
estímulo/respuesta. La psicología conductista o conductismo fue fundada por el psicólogo
norteamericano J. Watson(1878-1958) en los años veinte. Entre las figuras más reconocidas del
neoconductismo -consolidado como marco teórico de la nueva psicología científica en
norteamérica durante el período comprendido entre los años treinta y sesenta-, se
encuentran Tolman (1886-1959), Clark L. Hull (1884-1952) y Skinner (1904-1990) con su
conductismo radical.

La psicología cognitiva surgida en los años cincuenta en el marco de la revolución cognitiva,


supone un cambio de orientación psicológica que viene dominando la neuropsicología, la
psicología experimental y la clínica académica hasta el día de hoy. Este enfoque cognitivo
pretende ser una ciencia objetiva de la mente, entendida como un sistema de conocimiento.
Estudia el procesamiento mental de la información que realizan las personas para organizar su
conducta. Para esta perspectiva, el determinante de la conducta es la cognición o lo que las
personas piensan sobre sí mismos y sobre el mundo, es decir, estados y procesos mentales que no
son observables directamente. Relaciona los problemas emocionales y mentales con procesos
cognitivos. El cognitivismo está representado por George Kelly (1905-1967), Julian
Rotter (1916) o Albert Bandura (1925), entre otros.

A diferencia de las terapias psicodinámicas focalizadas en los pensamientos inconscientes, éstas


terapias se centran en modificar la funcionalidad de la conducta (Terapia de modificación de
conducta), los esquemas de pensamiento (Terapia cognitiva) o ambos (Terapia cognitivo-
conductual). La terapia cognitiva postula que el malestar no es generado por los sucesos en sí
mismos sino por la interpretación que realizamos acerca de los mismos. El objetivo terapéutico
es que el paciente revise y encuentre interpretaciones más funcionales y adaptativas.

Algunas terapias de la conducta o terapias cognitivas son:


 Terapias de la modificación de la conducta fundamentadas en las leyes del aprendizaje y
las teorías de Skinner.
 Terapia Cognitiva o Cognitivo-conductual de Aaron T. Beck (1921).
 Terapia racional emotiva conductual de A. Ellis (1955-2007).

3 Modelo Humanístico-Existencial o Humanismo

El enfoque humanista o humanístico, que para algunos incluye también a la psicología


existencialista, surgió en la década de los sesenta en los EE.UU como una alternativa frente al
psicoanálisis freudiano y a la llamada psicología objetiva, conductista o behaviorista, centrada en
el análisis de los procesos observables. La aparición de ésta corriente supone una reacción ante el
materialismo y la deshumanización del conductismo vigente por una parte y, por otra, ante el
enfoque centrado en la patología de las personas por parte del psicoanálisis. Con el humanismo
nace un nuevo movimiento filosófico, científico y cultural influido por la teoría
de William James (1842-1910), la teoría de la Gestalt -una corriente germánica de la
psicología moderna surgida a finales del siglo XIX y principios del sigl XX-, y
por W. Allport (1897-1967), entre otros. Aunque el teórico humanista más importante fue el
psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970), quien denominó a este movimiento
"la tercera fuerza", refiriéndose a la integración y superación de las dos corrientes psicológicas de
su época, psicoanálisis y conductismo.

El humanismo estudia al hombre consciente y sano, y pretende llevarlo a una autorrealización de


sus cualidades. Los modelos humanistas se caracterizan por considerar que todas las personas
somos únicas, buenas por naturaleza, responsables de nuestros actos y que contamos con un
potencial innato de crecimiento y desarrollo que se dirige a la autorrealización o a la consecución
de metas positivas como el amor, la armonía y felicidad. El modelo humanista rechaza el concepto
de enfermedad mental y las clasificaciones de los trastornos mentales, pues considera que toda
conducta es normal si, gracias a la comprensión empática, nos situamos en el punto de vista de la
persona afectada. Entiende que el malestar es debido a que el potencial de crecimiento quedó
escondido, bloqueado o distorsionado de alguna manera, pero entiende que las respuestas se
deben buscar en la conciencia o experiencia del aquí y ahora.

La psicología humanista reconoce el cuerpo como una fuente válida de mensajes acerca de lo que
somos, sentimos y hacemos, y un medio de expresión de nuestras intenciones y pensamientos.
En este mismo sentido, este enfoque revaloriza el aspecto emocional e intuitivo del ser humano
que quedó subestimado y relegado por la excesiva racionalización de la cultura occidental
causándonos grandes desequilibrios. Por eso muchas de las terapias humanistas integran cuerpo-
mente, recuperan el trabajo corporal, el juego, la creatividad o la contemplación.

La autorrealización pasa por tomar conciencia de nosotros mismos y de cómo nos identificamos
con el "yo o ego". Pero el humanismo va más allá y propugna que, en el camino de la
autorrealización, se trata de alcanzar niveles de conciencia más evolucionados, elevados y
ampliados que nos lleven a trascender el ego y así poder dar expresión a la Sabiduría de la que
formamos parte. De estas premisas parte la psicología transpersonal o cuarta psicología,
de la integración del ser, del ser con las demás personas y con el medio, y con
la Totalidad.

Existen dos grandes tendencias de este acercamiento:


 La psicología existencialista representada por Ludwig Binswanger (1881-1966)
y Viktor Frankl (1905-1997).
 La psicología humanista propiamente dicha, está representada por Abraham
Maslow, considerado el líder espiritual del movimiento, y por Carl Rogers (1902-1987).
Podemos destacar asimismo a autores como F. Perls (1893-1970) o E. Fromm (1900-
1980).
Dentro de la concepción humanista de la psicología existen enfoques terapéuticos muy
diversos, terapeutas gestaltistas, psicoanalistas heterodoxos, etc. A continuación destacamos
las siguientes terapias humanistas:
 Terapia Gestalt de Fritz Perls.
 Psicodrama ideado por Jacob Levy Moreno (1889-1974).
 Psicoterapia no directiva o centrada en el Cliente de Rogers.
 Logoterapia de Viktor Frankl.
 Análisis Transaccional de Eric Berne (1910-1970).

4 Modelo Transpersonal

El término transpersonal significa “más allá” de lo personal, y se refiere a las experiencias


y procesos que trascienden la sensación habitual de identidad y nos permiten experimentar una
realidad mayor y más significativa. La psicología transpersonal estudia los potenciales más
elevados de la humanidad, los estados de conciencia unitivos, espirituales y
trascendentes. Por tanto, una terapia transpersonal será aquella que finalmente nos ponga en
contacto con nuestra identidad esencial, la que está más allá del ego, más allá de la mente
racional. Para el psicólogo estadounidense Ken Wilber (1949)existirían tres niveles en el
desarrollo de la conciencia: un primer nivel prepersonal o sin conciencia mental, como la de los
bebés; un segundo nivel personal o de toma de conciencia de que uno es una persona pensante
diferente a otros; y un tercer nivel transpersonal que se alcanza por medio del desarrollo espiritual,
y que consiste en trascender la identificación con el cuerpo-mente.

Esta corriente arranca del pensamiento de autores postfreudianos como Carl Jung. A finales de
la década de los sesenta, un grupo de psicólogos y psiquiatras como Maslow o Stanislav
Grof(1931) -investigador de los estados alterados de conciencia con una finalidad
psicoterapéutica, de sanación y crecimiento-, consideraron que era necesario investigar y
desarrollar una nueva rama de la psicología que estudiase un conjunto de experiencias y
fenómenos de la conciencia que hasta la fecha consideraron que la psicología corriente no atendía
suficientemente. Un ejemplo de estado de unificación espiritual son las experiencias cumbres de
Maslow. En consecuencia, en 1969, Maslow propuso el término transpersonal para designar la
“cuarta fuerza” de la psicología. Como hemos visto, la primera era el psicoanálisis, la segunda el
conductismo (y la cognitivo-conductual a partir de los cincuenta hasta la actualidad) y la tercera
la psicología humanista. La psicología transpersonal o transhumana, en palabras de Maslow, es
una psicología "centrada en el cosmos más bien que en el bien y necesidades del hombre, una
psicología que trasciende la naturaleza del hombre, su identidad, autorrealización, etc."

A continuación señalamos diferentes terapias transpersonales:


 Terapia junguiana (desde 1913) fundamentada en la psicología analítica, de los
complejos o psicología profunda, representada por el psiquiatra suizo Carl Jung (1875-1961),
que se separa del psicoanálisis en 1913 enfatizando el inconsciente colectivo.
 Psicosíntesis de Roberto Assagioli (1888-1974).
 Respiración holotrópica de S. Grof.

5 Modelo Sistémico

Si bien la corriente sistémica es considerada, para algunos autores, un nuevo paradigma


psicológico, dentro de la misma encontramos diferentes orientaciones. Por una parte
destacamos autores y prácticas terapéuticas de orientación psicoanalítica que analizan
la dinámica familiar con el fin de comprender y mejorar el tratamiento del paciente. Por
otra, especialmente a partir de la década de los sesenta y setenta, surge la llamada
terapia sistémica pura, fundamentada en la teoría general de sistemas.La psicología
sistémica como corriente psicológica basada en la teoría general de los sistemas, fue desarrollada
por Ludwig von Bertalanffy (1901-1972). Se basa a su vez en diferentes disciplinas como la
cibernética, la teoría de la comunicación, la física cuántica o el constructivismo -para el que no
existe una realidad objetiva, sino que cada observador configura su interpretación y personal
manera de entender el mundo-. Este nuevo paradigma sistémico, que abandona el estudio de lo
intrapsíquico, estudia al individuo como miembro de un sistema, la dinámica de las
interrelaciones del individuo y los sistemas a los cuales pertenece. Aplicada a la terapia
familiar, tiene a la familia como unidad de análisis e intervención y analiza la conducta de un
miembro de la familia en relación con el resto de sus miembros. Sin embargo, actualmente se
considera que no es necesario que sea una familia el foco de atención para que se defina una
terapia como sistémica. Puede aplicarse tanto a parejas, a equipos de trabajos o a personas
individuales, pero enfatizando siempre la dinámica de los procesos comunicacionales y las
interacciones entre los miembros del sistema.

Podemos señalar diferentes terapias dentro de éste modelo:

 Terapia familiar sistémica de orientación psicoanalítica o de orientación sistémica pura.


 Constelaciones familiares de Bert Hellinger (1925) (fundamentada en el psicoanálisis y
en la teoría sistémica).

4
La efectividad y los beneficios de las terapias
psicodinámicas
Enriquecen las relaciones, permiten hacer un uso eficaz de los talentos, mejoran la
autoestima, enseñan a tolerar afectos y propician experiencias sexuales más
satisfactorias.
MÁS ALLÁ DE FREUD

Ángeles Álvarez / Actualizado 14 abril 2012

Las terapias psicodinámicas enriquecen las


relaciones, permiten hacer un uso eficaz de los
talentos y habilidades, mejoran la autoestima,
enseñan a comprender y tolerar afectos,
propician experiencias sexuales más
satisfactorias y facilitan el afrontamiento de la
vida con mayor libertad y flexibilidad.

En psicoterapia, el término “psicodinámico”


suele identificarse con el psicoanálisis y con
aquellas concepciones centradas en el conflicto
intrapsíquico.

Los objetivos de la terapia psicodinámica


incluyen tanto la remisión de los síntomas
como la mejora general más allá de la propia
psicoterapia. No solo alivia los síntomas sino
que fomenta la presencia positiva de
capacidades y recursos psicológicos una vez
finalizado el tratamiento. Todo esto se
consigue a través de un proceso de auto-
reflexión, auto-exploración y auto-
descubrimiento que suele tener lugar en la
relación terapéutica entre paciente y
profesional.

Antes de Sigmund Freud, se pensaba que lo


que se hacía y decía partía de la propia
voluntad. Después, el axioma de igualdad entre
pensamiento y consciencia queda anulado.
Comienzan a emerger cambios en la idea de sí
mismo. Los avances tecnológicos y científicos
del siglo XIX alimentan especialmente una
imagen del hombre como ser racional, sin
hacer hincapié en las fuerzas instintivas que
nos dominan y que desconocemos.

Evidente es la gran influencia que


marcó Freud con sus teorías psicoanalíticas.
Sus ideas en base a una salud mental vinculada
al progreso normal de una fase a otra en la
infancia, (fase oral, anal, fálica o edípica y la
fase genital), junto con sus modelos
estructurales en los que el ello, el yo o el super
Yo, regulan nuestras actitudes y acciones.

La sexualidad infantil como base del deseo


y odio sentido hacia nuestros padres, las
frustraciones de la mujer por no poseer el
miembro viril y algunos otros aspectos, han
provocado la extensión de representaciones
caricaturescas tanto en libros como en los
medios populares, provocando y
contribuyendo a la incomprensión
generalizada de las teorías y tratamientos
relacionados con el psicoanálisis.

A pesar de todo, las terapias psicodinámicas


marcan su estilo y ofrecen características
propias que otorgan importancia, efectividad y
validez en el ámbito clínico.

La terapia psicodinámica se centra en el afecto


y la expresión de la emoción. Se pretende una
exploración de todas las posibles emociones
que provoquen un problema en el paciente. El
terapeuta puede ayudar al paciente a describir
y poner nombre a los sentimientos, incluyendo
los sentimientos contradictorios e incluso
aquellos que en un principio puedan ser más
difíciles de reconocer. El psicoanálisis da
mucha importancia al reconocimiento
de tales emociones. Por su parte, el enfoque
cognitivo se centra especialmente en los
pensamientos y creencias.

La teoría psicodinamica tiene en cuenta


también los actos evitativos como expresiones
sutiles para evadir algo que cause angustia o no
quiera enfrentar el paciente. Llegar tarde a la
consulta, no acudir a las citas o cambiar de
tema cuando emergen ciertas ideas son
algunos ejemplos que el terapeuta debe tener
en cuenta para profundizar en aquello que
afecta al paciente.

Identificación de patrones

El terapeuta psicodinámico debe trabajar para


identificar y analizar los patrones que se
repiten, los temas recurrentes en cuanto a
pensamientos, sentimientos, concepto de sí
mismo, relaciones y experiencias del paciente.
Hay ocasiones en las que una persona actúa
según un patrón de comportamiento, que a
pesar de resultar doloroso o incapacitante, son
muy difíciles de abandonar. Esto puede
observarse por ejemplo en personas que
constantemente repiten los mismos patrones
en cuanto a la elección de pareja, fracasando
una y otra vez sin entender la razón.

Analizar la experiencia pasada

Se trata de reconocer la importancia de las


experiencias tempranas en el posterior
desarrollo sano de la persona. Tener en cuenta
el tipo de vínculo creado con las figuras de
apego para poder comprender la forma
relacional del momento presente. La terapia
psicodinámica atiende el pasado y permite de
esta manera arrojar luz sobre las dificultades
psicológicas actuales.

Relaciones interpersonales

El terapeuta psicodinámico puede centrarse en


las relaciones interpersonales y en las
experiencias del paciente, situándolas en el
contexto correspondiente a sus relaciones de
apego y responder así a las posibles
dificultades emocionales que existan.

Relación terapéutica

Se trata del vínculo que se establece entre


terapeuta y paciente y se considera uno de los
principales elementos curativos del
psicoanálisis. No debe olvidarse que se trata de
una relación interpersonal cargada de
significación y emociones. La transferencia
permite al psicoanalista observar modos de
conducta del paciente que son ahora
representados y que guardan formas anteriores
de relación.

Asociación libre o libre expresión de


ideas

El terapeuta alienta a los pacientes a hablar


libremente acerca de cualquier cosa que pase
por su mente. Todo el material obtenido será
una rica fuente de información.

2.2- Criterios de Selección

Emerge una pregunta de capital importancia: ¿El grupo es para


cualquiera? o, dicho de otro modo, cuáles son los criterios para integrar a
alguien en el grupo y, por lo tanto, los límites para no incluir a alguien.

La delimitación de los integrantes del grupo pasa por la valoración de un


proceso de evaluación clínico-diagnóstico que pueda integrar la perspectiva de
intervención con el instrumento grupo.

Interesa sobre todo el trabajo de la relación individuo-grupo,


condicionada en parte por el diagnóstico tanto a nivel individual como de la
situación grupal. Tal como señala PAVLOVSKY , cuanto más intacto esté el yo
y cuanto menos regresivo sea el nivel del conflicto, será mejor el nivel del
pronóstico para el tratamiento grupal. De cualquier forma, el propio grupo
puede acercarnos a un diagnóstico tanto grupal como individual.

Otro criterio selectivo, fue el de no funcionar con grupos homogéneos,


porque se afianzan características que poco pueden beneficiar a sus
integrantes. Por lo tanto, hay que abrir la posibilidad de complementariedad en
la constitución de los grupos, ya que el grupo debe proveer distintos modelos
de identificación de aquéllos aspectos que no se poseen. En este sentido, el
diagnóstico final se establece en base a una impresión
vivencial PAVLOVSKY , cuando vemos al niño funcionar con sus roles en el
grupo, siendo tanto o más importante este aspecto en los grupos abiertos y en
los grupos diagnósticos (PAVLOVSKY y SIRLIN y GLASSERMAN)

Desde estas perspectivas el primer paso a realizar, llevado a cabo en el


seno del equipo, fue el agrupamiento de posibles integrantes en base a los
siguientes criterios:

1- Un nivel intelectual similar sin grandes diferencias ni disarmonías;

2- una edad comprendida entre los 10 y 12 años, o en todo caso una


diferencia no superior a los 2 años;

3- derivado de los dos planteamientos anteriores el nivel de


escolarización oscilaría entre uno o dos cursos máximos de diferencia, es decir,
un curso medio dominante con una oscilación de un curso por encima o por
debajo;

4- por todo lo anterior interesaba que el aspecto físico global de los


niños fuera sintónico y armónico para la edad y tipo de desarrollo;

5- el número de integrantes estaría comprendido entre 7 y 10 niños;

6- en cuanto al sexo, sería mixto, intentando equilibrar la presencia de


ambos sexos;

7- en cuanto al nivel de patología habría que compensar los aspectos


más regresivos de unos integrantes con aquellas otras características más
maduras de otros;

8- el tipo de personalidad debía tolerar unas desviaciones que no fueran


distorsionantes para avanzar en el trabajo y en el desarrollo de la tarea y, por
fin,

9- la importancia de incluir en todo momento el concepto de grupo


abierto en cuanto a su constitución y funcionamiento.

2.2.1- Criterios de Exclusión


En general, aquellos niños con dificultades en esperar y compartir
experiencias:

- Siguiendo a PAVLOVSKY: Desordenes de conducta graves,


cleptomanías generalizadas, psicosis y desviaciones sexuales manifiestas.

- Siguiendo a GLASSERMAN y SIRLIN: Niños psicóticos, trastornos de


conducta de tipo psicopático, débiles mentales, fóbicos graves y niños con
personalidad carenciada en una relación única relacionada con pérdidas
importantes.

2.2.2- Criterios de Inclusión

En general, niños neuróticos y/o con un perfil diagnóstico que señale un


grado de desviación de la normalidad dentro del proceso evolutivo.

- Según PAVLOVSKY: Enuresis, desordenes de conducta no muy


severos, niños inmaduros, con poca tolerancia a cualquier género de
frustración o a la postergación de afectos, ciertas reacciones fóbicas,
dificultades en la identificación sexual, algunos tipos de obsesivos. En definitiva
aquellos niños que van adquiriendo una connotación simbólica dentro de la
constelación edípica.

- Para GLASSERMAN y SIRLIN se incluirían: Trastornos en los hábitos,


onicofagia, enuresis, trastornos del sueño, desordenes de conducta no muy
severos, sumisión, desafío, dificultades en los límites, ciertas dificultades
sociales, ansiedad, inmadurez, dificultades en asumir su identidad sexual,
competitividad, onanismo, algún tipo de autoagresiones, problemas escolares
por inhibición o bloqueo, algunos síntomas psicosomáticos (somatizaciones), y
aislamiento social por inhibición de la agresividad. En resumen, serían
dificultades para seguir el curso de la maduración, quedando conflictuadas en
relaciones familiares regresivas que dificultan el paso a una proyección social
satisfactoria.

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