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Las deficiencias del sistema complemento se asocian principalmente a dos tipos de afecciones:
infecciones de repetición fundamentalmente por estafilococos y estreptococos, gérmenes cuya
destrucción depende de procesos de fagocitosis y muerte intracelular, y las producidas por
Neisseria; en segundo lugar se asocian a enfermedades por depósito de inmunocomplejos (IC).
Estos procesos autoinmunitarios asociados a deficiencias del complemento presentan
características clínicas y analíticas que los diferencian de los cuadros típicos no asociados a estas
deficiencias.
La incidencia de estas deficiencias es baja; sin embargo, el mayor acceso a las técnicas de estudio,
el hallazgo de una elevada frecuencia de alelos nulos de ciertos componentes en la población
normal y el reconocimiento en estudios familiares de individuos asintomáticos que presentan
deficiencia hacen sospechar que su número real sea muy superior. Las enfermedades por IC (p. ej.,
LES o crioglobulinemia mixta esencial), el shock séptico, la circulación extracorpórea o la presencia
de auto-Ac frente a alguna de las proteínas del sistema como C1q o C3bBb (C3-NF) pueden ser
causa de deficiencias secundarias del complemento. En la tabla se recogen las deficiencias
primarias de este sistema, su localización cromosómica y su herencia.
1. Deficiencias de componentes de la vía clásica.
Los pacientes que presentan trastornos congénitos de los componentes C1, C2 ó C4 no pueden
activar la vía clásica del complemento; sin embargo, conservan la capacidad para activar la vía
alternativa y por consiguiente, el sistema del complemento puede participar en la defensa contra
algunas infecciones, particularmente las causadas por microorganismos gramnegativos. La
deficiencia de estos componentes de la vía clásica produce regularmente manifestaciones
autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico (LES).
Las deficiencias congénitas de C1q son raras y pueden tener 2 formas de presentación: en unos
casos no se produce la molécula y en otros ocurre la síntesis de una proteína defectuosa. Una
delección homocigótica de 4 pares de bases en el exón 10 que codifica para el componente C1s,
produce la deficiencia selectiva de dicho componente.5 Por el método de reacción en cadena de la
polimerasa, se observó una mutación sin sentido en el exón 10 que provoca la formación de un
codón de parada, la que caracteriza a esta deficiencia. 4,5 Varios investigadores han comunicado
que también la deficiencia del componente C1q se debe a mutaciones de cualquiera de los 3 genes
que codifican para las cadenas que conforman este componente. Estas mutaciones puntuales
conducen a la formación de codones de parada, cambios de bases y a un aumento de
aminoácidos.6Sin embargo, la principal mutación que caracteriza a esta deficiencia es la formación
de un codón de parada en el exón 2 en el gen que codifica para la cadena A de C1q,7 y en todos los
pacientes deficientes de C1q se han identificado 2 mutaciones silentes: una en la posición de
glicina 70 y otra en prolina 14 del mismo gen.6
En cualquiera de los 2 casos existe una predisposición a presentar enfermedades causadas por el
depósito de complejos antígeno-anticuerpo. Además, algunos autores plantean que muchas
variaciones sutiles en la expresión de C1q puede constituir un factor de riesgo para el lupus
eritematoso cutáneo y para LES.8
En la deficiencia de C1r/C1s, aunque existe una disminución de la actividad de CH50, los niveles de
los componentes C2, C3, y C4 de la vía clásica se mantienen normales. Esta deficiencia se asocia
con síndrome de lupus, infecciones piógenas y con shock séptico que puede ser fatal para el
paciente.9
La deficiencia del componente C2 es la deficiencia del sistema del complemento más común, que
tiene una incidencia de 1:10 000 individuos y sus manifestaciones aparecen tempranamente
dentro de los primeros años de la vida. Se conocen 2 formas de esta deficiencia: la homocigótica,
con una prevalencia que ha sido calculada en 1 caso por cada 10 000 a 40 000 personas; y la
heterocigótica, que se puede encontrar en el 12 % de la población. Este desorden se presenta
tanto de forma autosómica dominante, como recesiva.
La mayoría de los individuos deficientes del componente C2 se caracterizan por una delección en
el exón 6 que codifica para este componente. Se han reconocido 2 tipos de deficiencias, cada uno
en el contexto de los haplotipos del sistema principal de histocompatibilidad (SPH). El tipo I, se
caracteriza por una delección que induce la formación de un codón de parada prematuro que
produce una ausencia de la síntesis de la proteína, y el tipo II, se caracteriza por una mutación de
sentido erróneo que provoca un bloqueo en la secreción de dicho componente. Estos pacientes, a
pesar de carecer de la actividad de la vía clásica, pueden presentar alguna actividad de
opsonización compleja por la acción de la vía alternativa.10
Las deficiencias en los alotipos de C4 han sido asociadas con varias enfermedades. Las deficiencias
de C4A y C4B, aunque raras en la población humana, constituyen uno de los factores genéticos
más fuertes que favorecen el desarrollo de LES. Algunos estudios han revelado que la deficiencia
homocigótica y heterocigótica del componente C4A está presente entre el 40 y 60 % de los
pacientes con LES.13 La deficiencia de C4 ha sido asociada con LES y glomerulonefritis, además de
infecciones por Mycobacterium leprae. Otras enfermedades asociadas con esta deficiencia son:
esclerosis sistémica, hiperplasia suprarrenal congénita con genotipo DR5, diabetes mellitus tipo I y
tiroiditis.
El gen que codifica para el componente C4 presenta una gran inestabilidad genética. Algunos de
los cambios de haplotipos específicos del SPH, así como duplicaciones, sustituciones y deleciones,
ocurren frecuentemente en la región del gen que codifica para este componente. Este se localiza
en el cromosoma 6 del SPH de clase III. El defecto molecular de esta deficiencia radica en 2
mutaciones deletéreas, una localizada en el exón 13 y la otra dentro de los exones 20-29. La
notable diversidad genética de C4A y C4B promueve el intercambio de información genética,
probablemente para crear y mantener las variaciones cuantitativas y cualitativas de ambas.14
La deficiencia del factor D es de herencia autosómica recesiva. Los pacientes con esta deficiencia
presentan una elevada susceptibilidad a padecer de infecciones causadas por Neumococcus,
Haemophilus y Staphilococcus, así como infecciones severas con Neisseria meningitidis . Estos
pacientes presentan una capacidad disminuida para opsonizar determinados microorganismos
como Escherichia coli y Neisseria meningitidis que serán fagocitados posteriormente por los
neutrófilos, que forman parte de la respuesta inmune innata. Esta deficiencia se caracteriza
molecularmente por mutaciones en el gen que codifica para este factor, el cual está ubicado en el
cromosoma 19. Estas mutaciones provocan la formación de un codón de parada prematuro o un
cambio de codon.15
2. b) Deficiencia de properdina:
La properdina es una de las proteínas reguladoras de la vía alternativa del sistema del
complemento liberada por los monocitos. La deficiencia de esta proteína es de herencia recesiva
ligada al cromosoma X y altamente heterogénea. Se han identificado 3 fenotipos: el tipo I,
caracterizado por la deficiencia completa de la proteína; el II, cuya deficiencia es incompleta, ya
que la concentración de la properdina se encuentra en niveles sumamente bajos; y el tipo III, que
se caracteriza por un trastorno de la función reguladora de la proteína. Estos 3 fenotipos se
asocian con una susceptibilidad aumentada a las infecciones por neisserias, principalmente aquella
que provoca enfermedades meningocóccicas.16
3. Deficiencia de C3.
EL componente C3 del sistema del complemento es una glicoproteína multifuncional que actúa
recíprocamente con diversas proteínas del suero, con receptores de superficies celulares y con
proteínas reguladoras asociadas a membrana.
El conocimiento actual de las bases celular y molecular de la deficiencia de C3 indica que esta es
causada por mutaciones genéticas que incluyen defectos de empalme, una delección parcial del
gen y una sustitución de aminoácidos.20
El componente C8 es una proteína compuesta por 3 cadenas (a , b y g), que son codificadas por 3
genes diferentes: C8A, C8B y C8G, respectivamente. La deficiencia del componente C8 es un
trastorno heredable de forma autosómica dominante. Constituye el segundo defecto primario del
sistema complemento que se presenta con mayor frecuencia. Los pacientes con deficiencia de
este componente son generalmente susceptibles a padecer infecciones neisseriales recurrentes y
severas, sobre todo la meningitis causada por Neisseria meningitidis. Algunos de estos pacientes
se han complicado con LES.24
La proteína C9 es codificada por un gen localizado en el brazo corto del cromosoma 5. Esta
constituye una deficiencia heterocigótica caracterizada por 2 mutaciones puntuales segregadas
independientemente, que consisten en cambios de bases que conducen a la formación de un
codón de parada prematuro.27
La deficiencia del receptor tipo I del complemento (CR1 o CD35), detectada en pacientes con
LES, hizo pensar que sería una causa predisponente de esta enfermedad, pero actualmente se
considera un trastorno adquirido y secundario al desarrollo de dicha enfermedad. El déficit
genético del receptor CR3 (CD11b/CD18) se produce en la deficiencia de adhesión leucocitaria 1
(LAD-1), que se debe al déficit genético de CD18 o cadena b2 común a tres integrinas leucocitarias:
LFA-1 (CD11a/CD18), CR3 (CD11b/CD18) y p150.95 (CD11c/CD18). LAD-1, que cursa como una
inmunodeficiencia combinada grave, se describe en la sección xiv, Hematología