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Estudio-vida de 1 y 2 Reyes

CONTENIDO
1. INTRODUCCION
2. LA VEJEZ DE DAVID Y SU MUERTE
3. EL REINADO DE SALOMON (1)
4. EL REINADO DE SALOMON (2)
5. EL REINO DE SALOMON (3)
6. EL REINADO DE SALOMON (4)
7. EL REINADO DE SALOMON (5)
8. LA DIVISION DEL REINO DE ISRAEL Y LOS REINADOS DE ROBOAM
SOBRE JUDA Y DE JEROBOAM SOBRE ISRAEL
9. LOS REINADOS DE ABIAM Y ASA SOBRE JUDA Y DE NADAB, BAASA,
ELA, ZIMRI Y OMRI SOBRE ISRAEL Y EL REINADO DE ACAB SOBRE
ISRAEL (1)
10. EL REINADO DE ACAB SOBRE ISRAEL (2)
11. EL REINADO DE ACAB SOBRE ISRAEL (3) Y EL REINADO DE JOSA-
FAT SOBRE JUDA
12. EL REINADO DE OCOZIAS SOBRE ISRAEL Y EL ARREBATAMIENTO
DE ELIAS
13. EL MINISTERIO DE ELISEO: UN MINISTERIO DE GRACIA
14. EL REINADO DE JORAM SOBRE ISRAEL
15. LOS REINADOS DE JORAM Y OCOZIAS SOBRE JUDA Y EL REINADO
DE JEHU SOBRE ISRAEL
16. LOS REINADOS DE ATALIA Y JOAS SOBRE JUDA
17. LOS REINADOS DE JOACAZ, JOAS Y JEROBOAM SOBRE ISRAEL Y DE
AMASIAS SOBRE JUDA
18. LOS REINADOS DE AZARIAS, JOTAM Y ACAZ SOBRE JUDA Y DE ZA-
CARIAS, SALUM, MANAHEM, PEKAIA Y PEKA SOBRE ISRAEL
19. EL REINADO DE OSEAS SOBRE ISRAEL
20. EL REINADO DE EZEQUIAS SOBRE JUDA
21. LOS REINADOS DE MANASES, AMON Y JOSIAS SOBRE JUDA
22. LOS REINADOS DE JOACAZ, JOACIM JOAQUIN Y SEDEQUIAS SOBRE
JUDA Y EL GOBIERNO DE GEDALIAS
23. CONCLUSION AL ESTUDIO-VIDA DE LA HISTORIA DE LOS REYES
DE ISRAEL
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE UNO
INTRODUCCION
Lectura bíblica: 1 R. 1:1; 2:10-11; 2 R. 25:1-7
Con este mensaje empezamos el estudio-vida de 1 y 2 Reyes, y podría resumir mi carga
acerca de este estudio-vida en las siguientes frases:

1) David cometió un pecado gravísimo contra Dios, pero Dios lo perdonó después de
que él se arrepintió, y le concedió un hijo cuyo nombre significa amado de Dios, aunque
de todos modos lo disciplinó por causa de Su justicia.

2) Salomón ofendió a Dios con los muchos ídolos de sus numerosas esposas y concu-
binas paganas, y debido a esto, Dios separó diez tribus de su reino, pero le dejó una a
fin de que David tuviera una lámpara en Jerusalén.

3) Los hijos de Israel abandonaron a Dios y fueron en pos de ídolos; por eso, Dios los
dispersó por todas las naciones, pero por causa de Su amor eterno, El los volvería a la
tierra de sus padres en los postreros días.

4) Dios se mostró misericordioso para con David, Salomón e Israel porque Su intención
era preservar el linaje genealógico de Cristo, a fin de que El pudiera entrar a la huma-
nidad, y tener un pueblo que poseyera la tierra de Emanuel, en la cual Cristo pudiera
establecer Su reino sobre la tierra.

I. LA REVELACION INTRINSECA
PRESENTADA EN LOS LIBROS HISTORICOS
DEL ANTIGUO TESTAMENTO, DE JOSUE A ESTER
Esta introducción al estudio-vida de 1 y 2 Reyes presenta la revelación intrínseca que
se halla en los libros históricos del Antiguo Testamento. Esta revelación es imprescin-
dible para entrar en el verdadero significado de estos libros. Sin ella, dichos libros se-
rían simples historias.

Dios le prometió a Abraham que le daría a él y a sus descendientes la buena tierra de


Canaán. Primero, por medio de Moisés, Dios sacó de Egipto al pueblo de Israel, los
descendientes de Abraham, y los condujo por el desierto hasta los linderos de la buena
tierra. Después de Moisés, Dios usó a Josué para introducir a Su pueblo elegido en la
buena tierra, la cual les había prometido.

La revelación intrínseca de la historia, según consta en los libros desde Josué hasta
Ester, muestra cómo los elegidos de Dios llevaron a cabo Su economía eterna sobre la
tierra. Esta economía se centra exclusivamente en Cristo y es para El, principalmente
en cuanto a Su persona y Su reino. En cuanto a Su persona, la historia del Antiguo
Testamento presenta la línea genealógica de Cristo, que conduce a Su venida mediante
la encarnación. En cuanto a Su reino, la historia del Antiguo Testamento mantiene la
línea del reino de Dios, con miras al establecimiento del reino divino de Cristo sobre la
tierra. Estos dos asuntos forman la línea central en la revelación divina contenida en
los libros de la historia del pueblo de Israel. Al estudiar los libros de 1 y 2 Reyes y tratar
de entenderlos, debemos seguir esta línea.

Dios necesita un pueblo y una tierra por causa Su economía. En cuanto a la persona de
Cristo, se requiere un pueblo que sea Su linaje, por el cual pueda venir a la humanidad;
y en cuanto a Su reino, se necesita una tierra. La tierra fue creada por Dios, pero Sata-
nás la usurpó. Así que, Dios usa a Su pueblo para recuperar una parte de la tierra que
Satanás usurpó, para usarla como “cabeza de playa” a fin de establecer Su reino.

La Biblia no es un libro de historia; es la revelación divina que da a conocer la economía


eterna de Dios, cuyo centro y realidad es Cristo. Cristo es la corporificación del Dios
Triuno, y la iglesia es el Cuerpo orgánico del propio Cristo. Estos dos forman la estruc-
tura básica de la Biblia. Así que, si queremos entender cualquier libro de la Biblia, de-
bemos tener esta perspectiva; especialmente al examinar el estudio-vida de 1 y 2 Reyes.
Aparentemente estos libros narran la historia de los reyes de Israel, pero en realidad,
éstos se escribieron bajo la inspiración del Espíritu de Dios, de manera que reflejan la
economía eterna de Dios.

Los dos primeros reyes, David y Salomón, son tipos importantes de Cristo en dos as-
pectos. David tipifica al Cristo que sufrió en la tierra desde que nació hasta que murió.
La vida del Señor empezó en un pesebre, en una condición humilde, y terminó al ser
muerto en la cruz. El pesebre y la cruz fueron los dos extremos que caracterizaron la
vida sufrida que El llevó. Además, David padeció desde su juventud; no obstante, sus
sufrimientos sirvieron para que él venciera a los enemigos y obtuviera la buena tierra
donde se edificó la morada de Dios. Salomón, por otra parte, representa al Cristo que
es glorificado en el reino divino, el cual es Su esplendor. Salomón fue exaltado en el
reino de Israel, poseyendo el esplendor de dicho reino. Esto fue una prefigura del Cristo
que reinará en el milenio. Estos dos tipos muestran claramente que la historia de los
reyes de Israel está ligada a la economía eterna de Dios, la cual gira en torno a Cristo,
quien es la corporificación de Dios, y a la iglesia, el Cuerpo orgánico de Cristo.

II. LO MAS SOBRESALIENTE DE LOS LIBROS HISTORICOS EN


CUANTO A ISRAEL
Lo más sobresaliente de los libros históricos en cuanto a Israel es que ellos muestran
detalladamente, en tipología, la manera de experimentar al Cristo que es la buena tie-
rra, la porción que Dios nos dio (Col. 1:12). En primer lugar, el libro de Josué muestra
cómo obtener la buena tierra, cómo tomar posesión de ella y conservarla. Los libros de
Jueces, Rut y 1 y 2 Samuel muestran cómo algunas personas pudieron permanecer en
la buena tierra y cómo la disfrutaron después de poseerla. En la vida de algunos jueces,
según consta en el libro de Jueces, y en la vida de Rut y Booz, según el libro de Rut, y
en las vidas de Elí, Samuel, Saúl, Jonatán y David, según se narra en 1 y 2 Samuel,
vemos cuadros vívidos de la manera en que estas personas permanecieron en la buena
tierra y disfrutaron de ella. Aunque dichos cuadros se describen detalladamente, nece-
sitamos también los dos libros de Reyes, los cuales hablan de otras personas que tam-
bién permanecieron en la buena tierra y la disfrutaron.
Cristo es la buena tierra que Dios nos dio y debemos disfrutarlo. Debemos preguntar-
nos cuánto hemos disfrutado de El. No es suficiente con experimentarlo; también de-
bemos disfrutarlo. ¿Ha disfrutado de Cristo hoy? Puedo testificar que hoy le he disfru-
tado como mi suministro de vida, mi fuerza, mi fe viva, mi gozo y mi paz.

III. LOS DOS LIBROS DE REYES PRESENTAN


UN CUADRO COMPLETO DE COMO LOS ELEGIDOS
DE DIOS PERMANECIERON EN LA BUENA TIERRA
Y DISFRUTARON DE ELLA
Los dos libros de Reyes presentan un cuadro completo y detallado de cómo los elegidos
de Dios permanecieron en la buena tierra y participaron de ella. Estos libros describen
con lujo de detalle, tal como una radiografía, el carácter, las intenciones, las preferen-
cias, los hábitos, la moralidad y las actividades de todos los reyes, los descendientes del
rey David. En este cuadro podemos ver que lo que somos, nuestras intenciones, nues-
tros planes, lo que deseamos y nuestra conducta, están estrechamente relacionados
con nuestra permanencia en Cristo y con el disfrute que tenemos de Sus inescrutables
riquezas. Este cuadro acerca de Israel concluye con la tragedia de todos los reyes que
heredaron la bendita participación del reinado davídico, pero que no fueron fieles a
Dios ni les importó su herencia; ellos perdieron la buena tierra y fueron llevados cau-
tivos al mundo gentil, un mundo entregado al culto de ídolos. Esto debe sernos una
solemne advertencia en cuanto a nuestra relación con Cristo. Si actuamos errónea-
mente en cualquiera de los asuntos mencionados anteriormente, perderemos el dis-
frute de Cristo. Espero que podamos ver esto y que deje una profunda impresión en
nosotros.

Cristo es nuestra buena tierra y debemos permanecer en ella y disfrutarla. No obstante,


los creyentes han descuidado casi por completo este disfrute. Por ejemplo, muchos
pueden testificar que han orado y que Dios ha contestado sus oraciones, pero muy po-
cos pueden afirmar que disfrutaron de Cristo cuando recibieron respuesta a sus ora-
ciones. Esto indica que podemos orar y recibir respuesta a nuestra oración, y aun así
no disfrutar a Cristo en absoluto.

IV. LO NARRADO EN LOS PRIMEROS DOS CAPITULOS DE 1 REYES PO-


DRIA CONSIDERARSE LA CONCLUSION DE LA HISTORIA DE DAVID
PRESENTADA
EN 1 Y 2 SAMUEL
Podemos considerar que el relato de los dos primeros capítulos de 1 Reyes constituye
la conclusión de la historia de David, mencionada también en 1 y 2 Samuel. Esto es una
clara evidencia de que los libros históricos del Antiguo Testamento fueron escritos con
miras a revelar la economía de Dios, y no solamente con el fin de presentar la historia
de Israel. Esto es sumamente importante para los que estudiamos las Sagradas Escri-
turas. La Biblia en su totalidad fue escrita por más de cuarenta autores en sesenta y
seis libros, pero aun con esto, presenta una sola revelación: la economía de Dios, la cual
El concibió a fin de cumplir Su beneplácito, esto es, expresarse y agrandarse por medio
de Cristo en Su Trinidad Divina. Tal cumplimiento está más relacionado con la iglesia
en el Nuevo Testamento, la cual tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén, que con
el pueblo de Israel, el pueblo elegido de Dios en el Antiguo Testamento.
V. LOS DOS LIBROS DE REYES ERAN UN SOLO TOMO
EN LAS ESCRITURAS HEBREAS
Los libros de 1 y 2 Reyes formaban un solo tomo en las Escrituras hebreas, y se les
llamaba los libros de los Reyes.

VI. LOS AUTORES


Estos libros no contienen ningún indicio que muestre quienes fueron sus autores. Al-
gunos eruditos judíos y cristianos suponen que fue Jeremías.

VII. LA FECHA
La historia narrada en estos dos libros abarca aproximadamente 426 años: el primer
libro se extiende desde 1015 hasta 897 a. de C., 118 años, es decir, desde la muerte de
David (2:10) hasta el reinado de Ocozías, hijo de Acab, rey de Israel (22:51); y el se-
gundo abarca 308 años, desde 896 hasta 588 a. de C., o sea, desde el reino de Joram,
hijo de Acab, rey de Israel (3:1-3) hasta el cautiverio (25:1-7).

VIII. EL LUGAR
Los dos libros de Reyes fueron escritos probablemente en Jerusalén.

IX. EL CONTENIDO
Estos libros narran la historia de Israel, el pueblo elegido de Dios, desde la muerte de
David hasta que Israel fue llevado cautivo a Babilonia.

X. EL PENSAMIENTO CENTRAL
Los libros de Reyes tratan de la disciplina gubernamental que Dios, basado en Su eco-
nomía, ejerció a causa de la devastación y ruina en la que había caído el reinado divino
en manos de los reyes. También narran el trágico resultado que sufrió el pueblo debido
al justo juicio de Dios, que consistió en la pérdida de la posesión de la tierra santa, que
era la base del reino de Dios sobre la tierra, y el triste hecho de que se llevó cautivo al
pueblo santo, el cual preservaba la línea genealógica de Cristo.

Dios deseaba tener un pueblo por medio del cual Cristo viniera a la humanidad, y ne-
cesitaba una tierra para que Cristo estableciera en ella el reino de Dios. Pero Satanás
instigó al rey de Babilonia a conquistar Israel con el fin de devastar la tierra y llevar
cautivo al pueblo. Aparentemente estas dos líneas habían terminado, pero en la genea-
logía de Mateo 1, vemos que continuaron aun a lo largo del cautiverio. Finalmente,
Cristo entró en la humanidad por medio de este linaje.

XI. LAS SECCIONES


Los libros de Reyes constan solamente de dos secciones: la vejez de David y su muerte
(1 R. 1:1—2:11), y el reinado de los demás reyes (1 R. 2:12—2 R. 25:30).
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE DOS
LA VEJEZ DE DAVID Y SU MUERTE
Lectura bíblica: 1 R. 1:1—2:11
En este mensaje hablaremos de la vejez y muerte de David.

I. DAVID ENVEJECE Y SE DEBILITA


David no sólo envejeció, sino que se debilitó. Una cosa es debilitarse y otra es envejecer,
lo cual es un proceso común. La vida de David tuvo un buen comienzo, como el sol
resplandeciente, y su vida y su carrera llegaron a ser como el sol que brilla al mediodía.
Sin embargo, su concupiscencia arruinó su carrera y su vida se oscureció como el ocaso
por la tarde. En la vejez de David no hubo nada glorioso, excelente ni espléndido.

II. ESTABLECE A SALOMON


COMO SUCESOR AL TRONO
David nombró a Salomón sucesor del trono (1:5-53). Sin embargo, no olvidemos que
él era fruto de la concupiscencia de David. Este había asesinado a Urías, un líder gentil
de su ejército, y había tomado a su mujer, de la cual nació Salomón. Mientras David
designaba a Salomón como sucesor, no creo que se sintió glorioso. El hecho de que
David designara a Salomón como rey evidenciaba claramente el perdón de Dios y Su
gracia ilimitada; no obstante, él debe de haberse sentido avergonzado de ello.

Joab, el capitán del ejército de David, quien participó en el asesinato de Urías, quizás
nunca olvidó la mala impresión que le causó David a causa de su pecado. Tal vez debido
a ello se unió a la rebelión de Adonías. Así vemos que no debemos tomar el pecado a la
ligera, pues el pecado lo estropea todo. La concupiscencia de David arruinó considera-
blemente su nombre, su posición e incluso su final. Este fue el ocaso de la vida de Da-
vid.

La lujuria de David se convirtió en una semilla que dio como fruto que el pueblo santo
sufriera la pérdida trágica de la buena tierra y que fuera capturado. Los efectos de dicha
tragedia siguen vigentes hasta el día de hoy. Esto debe servirles de advertencia a los
jóvenes. No debemos relacionarnos con el sexo opuesto con ligereza. Como hermanos
y hermanas que llevamos una vida corporativa, es imposible evitar relacionarnos entre
nosotros, pero siempre debemos guardar la distancia con el sexo opuesto. El pecado de
David comenzó con una simple mirada. Una simple mirada lo llevó a sufrir una terrible
caída, la cual tuvo un resultado trágico.

A. Adonías intenta usurpar


el trono de David
Adonías, hijo de Haguit y hermano mayor de Salomón, aunque de diferente madre
(2:22), intentó usurpar el trono de David (1:5-10). Sus esfuerzos fueron un acto de re-
belión.
B. David nombra solemnemente a Salomón
como su sucesor al trono
En los versículos 11-31 leemos que David declara solemnemente, en medio de la rebe-
lión de Adonías, que su hijo Salomón sería el sucesor a su trono. Dado el origen de
Salomón, no debe haberle sido fácil hacer esta declaración.

1. Por la sabia propuesta del profeta Natán


David pronunció su declaración solemne con respecto a Salomón, con la ayuda de la
sabia propuesta del profeta Natán (vs. 11-14, 22-27). Joab se unió a la rebelión de Ado-
nías contra David, pero Natán fortaleció a David.

2. Por el ruego íntimo de Betsabé


David declaró oficialmente que Salomón sería el sucesor de su trono, por la petición
íntima de Betsabé (vs. 15-21, 28-31).

C. Salomón asciende al trono de su padre


como sucesor legal del trono davídico
Los versículos 32-40 revelan que Salomón ascendió al trono de su padre como sucesor
legal.

1. Ordenado por su padre David


David ordenó que Salomón le sucediera al trono (vs. 32-37). En cuanto a Salomón,
David declaró: “Y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre
Israel, y tocaréis trompeta, diciendo: ¡Viva el rey Salomón! Después iréis vosotros de-
trás de él, y vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará por mí; porque a él he escogido
para que sea príncipe sobre Israel y sobre Judá” (vs. 34-35).

2. Llevado a cabo por el sacerdote Sadoc,


el profeta Natán y Benaía, capitán del ejército
El mandato de David en cuanto a la sucesión de Salomón fue llevado a cabo por el
sacerdote Sadoc, el profeta Natán y por Benaía, capitán del ejército (vs. 38-40).

D. La rendición de Adonías
Los versículos 41-53 relatan la rendición de Adonías.

1. Su sumisión y ruego a Salomón


Los versículos 41-52 revelan la sumisión de Adonías y el ruego que hizo a Salomón.
Cuando Adonías oyó que David había hecho rey a Salomón, se asió de los cuernos del
altar, y dijo: “Júreme hoy el rey Salomón que no matará a espada a su siervo” (v. 51).

2. Salomón accede y lo perdona


Salomón aceptó la plegaria de Adonías y lo perdona (v. 53).
III. MANDATO FINAL DE DAVID A SU HIJO SALOMON, SUCESOR AL
TRONO
En 2:1-9 David dio el mandato final a su hijo Salomón, sucesor al trono.

A. Le manda que se esfuerce y sea hombre


David mandó a Salomón que se esforzara y fuera hombre (v. 2).

B. Le manda que ande en los caminos de Jehová y


observe Sus mandamientos
David también le pidió que anduviera en los caminos de Jehová y observara Sus man-
damientos según constaba en la ley de Moisés, para que prosperara y estableciera su
trono (vs. 3-4). Sin embargo, como veremos después, Salomón se entregó a la lujuria
aun más que David, y como resultado de ello, no prosperó; antes bien, sufrió y perdió
diez tribus de su reino.

C. Le manda que mate a Joab y Simei y


que recompense a los hijos de Barzilai
Finalmente, en los versículos 5-9, David pidió a Salomón que matara a Joab, quien
ayudó a Adonías en su intento por usurpar el trono (1:7), y a Simei, quien maldijo a
David cuando éste escapaba de Absalón (2 S. 16:5-13), y que recompensara a los hijos
de Barzilai, quien ayudó a David a escapar de Absalón (2 S. 17:27-29). Estas preocupa-
ciones de David indican que mientras él estaba sobre su lecho de muerte, no tenía paz
ni consuelo en su corazón. La ejecución de estas personas fue el fruto de su pecado.
Dios lo perdonó, pero el justo juicio de Dios no lo dejaba.

IV. SU VIDA TERRENAL LLEGA A SU FIN


En 1 Reyes 2:10-11 se habla de la muerte de David. Él fue sepultado en la ciudad de
David (v. 10), después de reinar sobre Israel durante cuarenta años: siete años reinó
en Hebrón sobre Judá, y treinta y tres años en Jerusalén sobre todo el pueblo de Israel
(v. 11).

Con todo lo que David hizo por Israel, el pueblo debía haberle recordado en el mo-
mento de su muerte. Sin embargo, contrariamente a lo que podríamos esperar, la Biblia
no indica que el pueblo haya expresado su aprecio por él. El relato del fin de la vida de
David permanece sombrío. Esto indica que la concupiscencia de David arruinó su es-
pléndida vida. Además, los pecados que cometió Salomón y los treinta y ocho reyes que
lo precedieron, pueden atribuirse a la lujuria de David. Su entrega al placer carnal pro-
vocó que sus descendientes perdieran la buena tierra que Dios les había dado y que el
pueblo escogido de Dios se degradara.

Pese a que la vida de David tuvo un final triste, la soberanía de Dios se impuso a la
sutileza de Satanás, y Dios hizo volver del cautiverio a Su pueblo, a fin de preservar
catorce generaciones de la genealogía de Cristo. El regreso del cautiverio propició que
Israel recuperara la buena tierra, y Dios, en Su Trinidad, pudo realizar Su deseo de
entrar en el hombre y establecer Su reino espiritual.
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE TRES
EL REINADO DE SALOMON
(1)
Lectura bíblica: 1 R. 2:12—3:28
Los mensajes que desarrollaremos de 1 y 2 Reyes no se centrarán en los hechos histó-
ricos, sino en la revelación intrínseca contenida en estos libros. Para conocer los even-
tos históricos basta simplemente la lectura de estos libros, pero si buscamos captar la
revelación intrínseca implícita en la Palabra santa, necesitamos un espíritu de sabidu-
ría y de revelación (Ef. 1:17). El espíritu de revelación nos capacita para ver el contenido
intrínseco de la Palabra santa, y el espíritu de sabiduría, para entenderlo, interpretarlo
e incluso para presentarlo a los demás.

En este mensaje veremos el reinado de Salomón. Los que conocen la Biblia e incluso la
gente del mundo, tienen a Salomón en alta estima, y en cierto sentido, yo también lo
aprecio. Pero en otro sentido, al ver la revelación intrínseca en las Escrituras, siento
lástima por él, ya que experimentó un terrible fracaso. El fue un rey tan sabio que todas
las naciones venían a escuchar sus palabras de sabiduría. Por tanto, su reino tuvo un
tiempo de gloria y esplendor. Sin embargo, Salomón amó a muchas mujeres extranje-
ras; llegó a tener setecientas esposas y trescientas concubinas, a las cuales les edificó
lugares altos para que adoraran a sus ídolos (1 R. 11:1-8). Tales acciones, que van más
allá de nuestra comprensión, propiciaron que el pueblo de Dios perdiera la buena tie-
rra.

I. REINA EN JERUSALEN POR CUARENTA AÑOS


Salomón reinó en Jerusalén por cuarenta años, desde 1015 hasta 975 a. de C. (2:12—
11:42).

II. EL ORIGEN DE SALOMON


A. Fue engendrado por el rey David
Salomón fue engendrado por el rey David (2 S. 12:24).

B. Nació de Betsabé
Salomón nació de Betsabé, esposa de Urías heteo, por lo que se deduce que probable-
mente ella misma era hetea (Mt. 1:6b), una mujer gentil.

C. Tuvo un origen muy pecaminoso,


pero Dios lo perdonó
Salomón tuvo un origen muy pecaminoso; con todo, Dios lo perdonó (2 S. 11:1—12:15a).

III. LOS NOMBRES DE SALOMON


Salomón tenía dos nombres. El primero se lo dio David, y era Salomón, que significa
“apacible” o “pacifico” (12:24a), e indica que David anhelaba la paz, aunque de hecho
nunca la tuvo. En la historia de la humanidad es difícil encontrar un caso como el de
David, en el cual su propio hijo se rebeló contra él. Esto muestra la disciplina que Dios
ejerció sobre David. Por una parte, Dios lo perdonó, y por otra, lo disciplinó, lo castigó
conforme a Su justicia gubernamental.

El segundo nombre se lo dio Dios, y era Jedidías, que significa “amado de Jehová” (v.
25). Por una parte, Dios es justo en cuanto a Sus juicios gubernamentales; pero por
otra parte, El ama, es misericordioso, lleno de bondad, gracia y perdón. El segundo
nombre de Salomón indica que Dios lo amaba.

IV. ASCIENDE AL TRONO


En 1 Reyes 1:32-48 se narra la manera en que Salomón fue hecho rey.

A. Ordenado legítimamente por David su padre


Salomón fue hecho rey mediante la ordenación legítima de su padre, el rey David (vs.
32-37). En cuanto a Salomón, David declaró: “Después iréis vosotros detrás de él, y
vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará por mí; porque a él he escogido para que
sea príncipe sobre Israel y sobre Judá (v. 35).

B. Llevado a cabo oficialmente


por Sadoc, Natán y Benaía
Los que oficialmente proclamaron rey a Salomón fueron el sacerdote Sadoc, el profeta
Natán y Benaía el capitán del ejército (vs. 38-39).

C. Aceptado públicamente por el pueblo


La investidura regia de Salomón fue aceptada públicamente por el pueblo (vs. 40-47a).

D. Su padre David lo bendice ofreciendo adoración a Dios


Finalmente, su padre David bendijo la entronización de Salomón ofreciendo adoración
a Dios, y dijo: “Bendito sea Jehová Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en
mi trono, viéndolo mis ojos” (v. 48).

V. SALOMON PONE FIN A LOS FACTORES QUE HABIAN PROVOCADO


LA REBELION Y ESTABLECE SU REINO
En 2:12-46 vemos que Salomón acabó con la rebelión y estableció su reino.

A. Condena a muerte a Adonías


Adonías intentó usurpar el trono de David, pero fue sometido y después perdonado por
Salomón (1:5-10, 41-53). Pasado algún tiempo, él pidió a Salomón que le diera cierta
mujer por esposa, y Salomón lo rechazó y lo sentenció a muerte (2:13-24). Salomón
aprovechó esa oportunidad para acabar con la vida de Adonías.
B. Destituye a Abiatar del oficio
de sumo sacerdote
Por haberse Abiatar unido a la rebelión de Adonías, Salomón lo destituyó del sacerdo-
cio (vs. 26-27).

C. Condena a muerte a Joab


Según los versículos 28-34, Salomón sentenció a muerte a Joab. Este era el capitán del
ejército, quien ayudó a Adonías en su intento por usurpar el trono de David, y que tam-
bién había dado muerte a dos capitanes inocentes: Abner y Amasa (1:7; 2:32). Así que,
Salomón ejecutó a Joab conforme al mandato de David su padre (vs. 5-6, 28-34).

D. Nombra a Benaía capitán del ejército y a Sadoc sumo sacerdote


Luego, Salomón reemplazó al capitán del ejército y al sumo sacerdote, favoreciendo a
la familia de David, pues puso a Benaía como capitán del ejército en lugar de Joab, y a
Sadoc como sumo sacerdote en lugar de Abiatar (v. 35).

E. Condena a muerte a Simei


Finalmente, Salomón acabó con los factores que provocaron la rebelión, sentenciando
a muerte a Simei (vs. 36-46a). Simei maldijo a David cuando éste escapaba de la rebe-
lión de su hijo Absalón (2 S. 16:5-13). Más tarde, Simei se arrepintió ante David cuando
éste puso fin a la rebelión de Absalón, y David le perdonó (19:16-23). Salomón hizo con
él según el mandato que había recibido de David su padre (1 R. 2:36-38, 8-9). Simei
violó el juramento que hizo a Salomón, y éste le dio muerte (vs. 39-46a).

F. El reino es confirmado
en la mano de Salomón
Después de acabar con todos los factores de rebelión, Salomón confirmó su trono. Así
que, el reino fue confirmado en la mano de Salomón (vs. 46b, 12).

VI. SE CASA CON LA HIJA


DEL REY DE EGIPTO
Salomón se casó con la hija del rey de Egipto (3:1). Al hacer esto, siguió el ejemplo de
su padre, pues se entregó a la concupiscencia con el fin de tener una esposa gentil.

A. Elimina la separación que había entre


el pueblo santo de Dios y
el pueblo del cosmos de Satanás
Esto eliminó la separación entre el pueblo santo de Dios y el pueblo del cosmos satá-
nico, el mundo maligno.

B. No se deja regir ni restringir


por la ley de Dios
Al casarse con la hija del rey de Egipto, Salomón no se dejó regir ni restringir por la ley
de Dios. En Exodo 34:16, Deuteronomio 7:3 y Josué 23:12 Dios mandó a Israel que no
se casara con los gentiles, porque los gentiles les incitarían a adorar ídolos, pero Salo-
món quebrantó públicamente esta ordenanza de Dios.

C. Desobedece a Dios
en cuanto a Su economía
En esto, Salomón desobedeció a Dios y no cumplió Su economía, la cual incluía erra-
dicar de la buena tierra a todos los gentiles, quienes eran adoradores de ídolos. Así que,
era ilógico que Salomón se casara con la hija de un rey gentil.

D. Una señal de entrega a los deseos carnales


El casamiento de Salomón con una egipcia era una señal de su entrega a la lujuria car-
nal.

E. Pone el cimiento de su futura caída


El matrimonio de Salomón con una egipcia también puso el fundamento de su futura
corrupción y ruina.

VII. BUSCA A DIOS


A. Ama a Jehová y anda en los estatutos
de David su padre
Un aspecto muy positivo de Salomón era que él buscaba a Dios (1 R. 3:2-4). El amó a
Jehová y anduvo en los estatutos de David su padre (v. 3a).

B. Ofrece sacrificios y quema incienso


en los lugares altos
Por una parte, Salomón buscaba a Dios, y por otra, ofrecía sacrificios y quemaba in-
cienso en los lugares altos (vs. 3b-4; cfr. Dt. 12:5-14). En el Antiguo Testamento “luga-
res altos” es una expresión negativa, pues se refería a los lugares donde los gentiles, los
cananitas, adoraban a sus ídolos. En este asunto, Salomón fue insensato y le faltó vi-
sión.

VIII. BUSCA SABIDURIA


En 1 Reyes 3:5-15 vemos que Salomón buscaba sabiduría.

A. Jehová se le aparece en un sueño


Jehová se le aparece a Salomón en un sueño y promete darle todo lo que pidiera (v. 5).

B. Pide a Jehová que le dé


sabiduría y un corazón entendido
para juzgar al pueblo de Dios
Salomón pidió a Jehová que le diera sabiduría y un corazón entendido para juzgar al
pueblo de Dios (vs. 6-9). La sabiduría tiene que ver con nuestro espíritu, mientras que
el entendimiento, con nuestra mente. La expresión “un corazón entendido” (v. 9) se
refiere a una comprensión mental, pues la mente es la parte principal del corazón. A
menudo tenemos sabiduría en nuestro espíritu, pero carecemos de capacidad mental
para entender. Así que, necesitamos la sabiduría que nos da Dios en nuestro espíritu,
y el entendimiento que El nos da en la mente.

C. Su petición agrada a Dios


Salomón no pidió prosperidad ni longevidad sino sabiduría para saber cómo compor-
tarse entre el pueblo de Dios para el beneficio del reino de Dios. La petición de Salomón
agradó a Dios, y Dios prometió darle un corazón sabio y entendido (vs. 10-12); y ade-
más, le dijo que le daría riquezas, gloria y longevidad, cosas que él no había pedido (vs.
13-14).

D. Salomón entiende dónde debía presentar ofrendas a Dios


Por medio del sueño en el que Dios se le apareció, Salomón entendió dónde debía ofre-
cerle sacrificios a Dios. Y él lo hizo así al regresar a Jerusalén, donde organizó una fiesta
para todos sus siervos (v. 15).

IX. JUZGA EL CASO DE DOS RAMERAS


QUE DISCUTIAN
En los versículos 16-28, Salomón juzgó el caso de dos rameras que altercaban sobre
quién era la madre de un hijo (vs. 16-22). Salomón decidió cortar al hijo en dos pedazos
y darles la mitad a cada una (vs. 23-25). Con esta sentencia quedó claro quién era la
verdadera madre y quién no lo era (vs. 26-27). Este juicio tan sabio convenció a todo
Israel e hizo que respetaran a Salomón, pues se comprobó que la sabiduría de Dios
estaba con él (v. 28).

Salomón llegó a ser un hombre muy sabio y entendido; pero por haber tomado muchas
mujeres paganas, por haber adorado a los ídolos de ellas y establecido lugares altos
para que la gente los adorara, perdió la sabiduría y el entendimiento que Dios le había
dado, se hizo insensato y perjudicó su reino.

Esta historia muestra que Dios disciplina a Su pueblo de manera estricta y detallada.
No debemos olvidar que todo lo que hacemos es una semilla que un día tendrá un re-
sultado, una consecuencia. Inclusive la menor negligencia produce un resultado. Así
que, debemos aprender a temer Dios.

Es cierto que Dios ama y está lleno de gracia y perdón, pero El también es el Dios justo,
y lo es de una manera precisa. Si no actuamos como El desea, no podrá hacer Su hogar
en nuestro corazón. Nuestras acciones y comportamiento afectan nuestra relación con
Dios. Por consiguiente, debemos tener mucho cuidado de cómo nos conducimos. De-
bemos aprender la lección de no hablar descuidadamente ni decir palabras ociosas.
Tengamos presente que estamos en las manos de Dios, incluso en El mismo, y El nos
disciplinará si lo merecemos. Así que, debemos ser cuidadosos aun en las pequeñeces.

Puesto que los reyes hicieron lo malo, perdieron el disfrute de la buena tierra. Hoy
nosotros también somos reyes, que reinan con Cristo, y nuestras intenciones, deseos,
carácter, hábitos y conducta afectan el disfrute que tenemos de El. Perder el deleite de
Cristo equivale a perder el disfrute especial que tenemos de El, y esto hará que perda-
mos el reinado. Así que, debemos ser cuidadosos, aun en lo más insignificante. En todo
lo que hacemos debemos andar conforme al espíritu (Ro. 8:4).

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE CUATRO
EL REINADO DE SALOMON
(2)
Lectura bíblica: 1 R. 4—5
En este mensaje seguiremos viendo el reinado de Salomón.

X. SU ADMINISTRACION GUBERNAMENTAL
En 1 Reyes 4:1-19 se describe cómo Salomón organizó su administración gubernamen-
tal.

A. Los funcionarios
Los funcionarios eran: el sacerdote, los escribas, el cronista, el capitán del ejército, los
sumos sacerdotes, el mayordomo de los gobernadores, el jefe mayor, el mayordomo
real y el supervisor de los que estaban sujetos a trabajos forzados (vs. 2-6).

B. Los doce gobernadores en todo Israel


Salomón tenía doce gobernadores en todo Israel (vs. 7-19). Cada uno mantenía al rey y
a su casa por un mes al año (v. 7). Dos de ellos eran yernos de Salomón (vs. 11, 15).

XI. PROSPERA BAJO LA RICA BENDICION DE DIOS


En 1 Reyes 4:20—5:18 se describe la prosperidad que gozaba Salomón bajo la rica ben-
dición de Dios. El reino espléndido de Salomón tipificaba al reino que Cristo estable-
cerá en el milenio, en el cual todas las naciones acudirán a Cristo.

A. Su pueblo Judá e Israel, se multiplica y disfruta un período de paz, rique-


zas y placer
Su pueblo Judá e Israel aumentaba y disfrutaba de paz, riquezas y placer. El versículo
20 dice que Judá e Israel eran tan numerosos como la arena que está junto al mar en
multitud, comiendo, bebiendo y alegrándose. El versículo 25 afirma que durante el
reinado de Salomón, Judá e Israel vivían seguros: “cada uno debajo de su parra y de-
bajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba”.

B. Su dominio se extiende desde


el gran río Eufrates hasta la tierra de
los filisteos y hasta la frontera de Egipto
El dominio de Salomón se extendía desde el gran río Eufrates hasta la tierra de los
filisteos (en la costa del mediterráneo) y hasta la frontera egipcia, como cumplimiento
de la promesa de Dios a Israel Su elegido (Gn. 15:18; Ex. 23:31; Dt. 11:24), y todas las
naciones le rendían tributo (1 R. 4:21, 24). Este fue un factor positivo para que el pueblo
le tuviese respeto y lo aceptara.

C. Las doce tribus proveen para las necesidades diarias de Salomón y su in-
mensa familia
Las doce tribus de Israel proporcionaban las provisiones diarias para Salomón y su
inmensa familia (vs. 22-23, 27-28), la cual incluía a sus mil esposas y concubinas, y a
todas las personas que dependían de ellas. Finalmente, la carga de proporcionar estas
provisiones diarias se convirtió en un factor importante que hizo que el pueblo recha-
zara a Salomón, el “ladrón real”. Salomón perdió el reino en parte por su entrega a las
concupiscencias, por rendir culto a los ídolos, y en parte, porque impuso al pueblo la
responsabilidad de abastecer las necesidades de su inmensa familia.

D. Su ejército
El ejército de Salomón se componía de 40,000 caballos para sus carros y 12,000 jinetes
(v. 26).

E. La sabiduría que Dios le concede


lo hace grande en el mundo de su época
En los versículos 29-34 vemos que la sabiduría que Dios concedió a Salomón lo en-
grandeció en el mundo de su época. Dios le dio mucha prudencia y anchura de corazón,
así como la arena que está a la orilla del mar (v. 29). Así que, Salomón tenía un corazón
amplio. Los versículos 30-31 dicen que su sabiduría superaba la de todos los sabios
orientales y egipcios, incluyendo a Etán (Sal. 89, título) y Hemán (Sal. 88 título), los
ezraítas. Con la sabiduría que poseía, Salomón compuso 3,000 proverbios y escribió
1,005 cantares (1 R. 4:32). Además, disertó sobre los árboles, desde el más grande, el
cedro del Líbano, hasta el más pequeño, el hisopo que crece en la pared; además, tam-
bién disertó sobre los animales, aves, reptiles y peces (v. 33). De todos los pueblos y de
todos los reinos de la tierra, adonde había llegado su fama, venían a escuchar la sabi-
duría de Salomón (v. 34).

La sabiduría de Salomón pertenecía a la esfera física, y no contenía ningún elemento


espiritual. Era completamente distinta a la de Pablo, la cual era una sabiduría espiritual
que revelaba cómo Cristo hace Su hogar en nuestro corazón (Ef. 3:17), cómo debemos
conducirnos y andar conforme al espíritu (Ro. 8:4) y lo referente a los dos espíritus: el
Espíritu divino y el espíritu humano (v. 16). Hoy, Dios el Espíritu es el Espíritu que lo
es todo, el Espíritu compuesto, el Espíritu vivificante, el Espíritu que mora en nosotros,
el Espíritu que unge, el Espíritu que revela y el Espíritu consumado, la consumación
del Dios Triuno procesado.

F. Recibe ayuda de un rey gentil


1 Reyes 5:1-18 narra que Salomón recibió ayuda de un rey gentil, Hiram de Tiro, por
medio de una alianza que hicieron constar en un tratado.
1. Le proporciona madera de cedros y de ciprés para edificar el templo
de Dios
Salomón recibió madera de cedro y de ciprés de parte de Hiram para edificar el templo
de Dios (vs. 1-12). Hiram ofreció esta ayuda a causa de la sabiduría que Dios había dado
a Salomón (vs. 7, 12). Salomón pagó a los obreros de Hiram y envió a sus propios obre-
ros para que ayudaran a Hiram (vs. 6, 11).

2. Recibe ayuda en la preparación de piedras grandes y costosas para


edificar el templo
Hiram también ayudó a Salomón a preparar piedras grandes y costosas para edificar
el templo (vs. 13-18). Salomón envió 30,000 obreros reclutados, 70,000 cargadores,
80,000 cortadores de piedras y 3,300 oficiales a que cooperaran con los albañiles de
Hiram. Los gebalitas (un pueblo del territorio de Líbano) participaron en la prepara-
ción de la madera y de las piedras (v. 18).

No debemos admirar demasiado la gloria de Salomón. El Señor Jesús dijo acerca de


los lirios del campo: “Os digo, que ni aun Salomón en toda su gloria se vistió como uno
de ellos” (Mt. 6:29), y Pedro declaró: “Toda carne es como hierba, y toda su gloria como
flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae” (1 P. 1:24). Salomón mismo recono-
ció finalmente que todo lo que él tenía e hizo era vanidad de vanidades (Ec. 1:2).

A fin de apreciar a Salomón debidamente, me gustaría señalar que la Biblia consta de


dos secciones. La primera es el Antiguo Testamento, el cual contiene tipos, sombras y
figuras, cuya realidad está contenida en la segunda sección, el Nuevo Testamento. La
sabiduría de Salomón era sólo una sombra de la sabiduría que había de venir.

En el período de transición entre estas dos secciones, el Señor Jesús declaró: “Entre los
que nacen de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; pero el más
pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mt. 11:11). Juan el Bautista, un
pionero de la era del Nuevo Testamento, era mayor que Salomón, y nosotros los cre-
yentes neotestamentarios somos aún mayores que él. Esto significa que, en la econo-
mía de Dios, somos mayores que Salomón. A pesar de que Dios dio e hizo mucho por
Salomón, éste no tenía a Dios forjado en su ser. Pero nosotros sí tenemos a Dios en
Cristo forjado en nosotros a fin de llegar a ser semejantes a Dios en vida y en natura-
leza. Quizás no tengamos lo que Salomón tuvo exteriormente en tipología, pero dentro
de nosotros hay una realidad: el propio Dios, quien en Cristo, se ha forjado a Sí mismo
en nuestro ser. Tal vez nos consideremos insignificantes, pero tenemos a Dios en Cristo
forjado en nosotros. Los que hemos nacido de Dios como Sus hijos, pertenecemos al
género divino, somos los miembros de Su familia y hemos llegado a ser Dios, en vida y
naturaleza (mas no como objetos de adoración). Por medio del nacimiento natural lle-
gamos a formar parte del género humano, pero ahora, por medio de la regeneración,
la transformación y la elevación de nuestra humanidad, formamos parte de otra espe-
cie. No sólo somos hombres que pertenecen a la nueva creación; somos Dios-hombres.

En la época de Mateo 11, los discípulos no pudieron entender lo que el Señor dijo en
cuanto a Juan el Bautista. Así que, más adelante el Señor les dijo que el Espíritu de
realidad vendría y les revelaría todas las cosas (Jn. 16:12-15). Los misterios de la eco-
nomía de Dios le fueron revelados principalmente a Pablo (Ef. 3:3-5), y a ello se debe
que sus escritos ocupen una parte tan importante en el Nuevo Testamento. Actual-
mente, si queremos conocer la sabiduría más elevada del universo, debemos acudir a
las epístolas de Pablo, y entrar en el significado intrínseco de la revelación bíblica, es-
pecialmente en la cristalización de las verdades contenidas en sus epístolas. La verda-
dera sabiduría es Dios mismo, y Él está corporificado en Cristo, quien ha llegado a ser
nuestra sabiduría al estar en nosotros (1 Co. 1:24, 30) y hacernos uno con Dios y hacer-
nos Dios en vida y naturaleza. ¡Qué sabiduría tan elevada!

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE CINCO
EL REINO DE SALOMON
(3)
Lectura bíblica: 1 R. 6—7
XII. EDIFICA EL TEMPLO DE DIOS
Y SUS PROPIOS PALACIOS
Los capítulos del seis al ocho describen cómo Salomón edificó el templo de Dios y sus
propios palacios. El templo tipificaba a Cristo y también al Cuerpo de Cristo.

A. Comienza en el año cuatrocientos


ochenta después de que Israel
sale de Egipto
La edificación del templo, la casa de Jehová, empezó en el año cuatrocientos ochenta
después de que los hijos de Israel salieron de Egipto, en el cuarto año del reinado de
Salomón, 1012 a. de C. (6:1). ¡Cuán paciente es nuestro Dios! El sacó al pueblo de Israel
de Egipto con la intención de edificar Su reino y Su casa, el templo, pero Sus elegidos
no cooperaron con El; por consiguiente, no pudo llevar a cabo Su deseo sino hasta la
época de David. Por eso Dios estaba muy complacido con David, pues éste era un hom-
bre conforme a Su corazón. Lo que llenaba el corazón de Dios era Su reino y Su casa;
sin embargo, antes de David, no hubo nadie que se preocupara por Su deseo. Pero Da-
vid era un hombre conforme al deseo de Dios, el cual consistía en establecer un reino
y edificar una casa para Sí mismo sobre la tierra. La edificación del templo empezó en
el cuarto año del reinado de Salomón, pero fue David quien hizo todos los preparativos.

B. En el monte de Sión
El templo fue edificado sobre el monte de Sión, llamado el monte de Moriah, donde
Abraham ofreció a Isaac (Gn. 22:2) y donde David ofreció su sacrificio a Jehová (1 Cr.
21:18—22:1; 2 Cr. 3:1). Esto muestra que la Biblia es un relato que gira en torno a la
economía de Dios. Isaac era un tipo de Cristo, quien fue crucificado sobre el mismo
monte donde Isaac fue ofrecido a Dios.

C. Según la promesa que Jehová hizo a David


Salomón edificó el templo según la promesa que Jehová hizo a David (2 S. 7:12-13; 1 R.
5:5).
D. Según el mandato de su padre,
el rey David
Salomón construyó el templo según el mandato de su padre el rey David (1 Cr. 22:6-
11). Esto indica que Salomón no hizo nada a la ligera, sino que en todo siguió las ins-
trucciones de su padre.

E. Con los materiales que había preparado


David su padre
Salomón edificó el templo con los materiales que había preparado su padre David (1
Cr. 22:14-16).

F. Según el modelo que Dios


le mostró a David
Salomón no edificó el templo conforme a su mente sabia, sino según el modelo que
Dios le había mostrado a David (1 Cr. 28:11-19).

G. Los materiales para la edificación


del templo de Dios y todos sus muebles,
y el significado que tienen en tipología
Todos los materiales que se usaron para la edificación del templo de Dios y todo su
mobiliario tienen un significado en tipología.

1. El oro
El oro representa la naturaleza divina, la divinidad (1 R. 6:20-22).

2. La madera
Las distintas clases de madera representan los distintos aspectos de la humanidad de
Cristo.

a. El cedro
El cedro representa la humanidad resucitada de Cristo, el Cristo resucitado (vs. 9, 10b,
15a, 16).

b. El ciprés
El ciprés representa la humanidad crucificada de Cristo, el Jesús crucificado (vs. 15b,
34).

c. La madera de olivo
La madera de olivo representa la humanidad de Cristo, la cual está en el Espíritu de
Dios, el Cristo ungido (vs. 23, 31-33).
3. Las piedras costosas
Las piedras costosas representan la humanidad transformada de Cristo, el Cristo trans-
formado (vs. 7, 36; 5:17). Nosotros no somos los únicos que necesitamos transforma-
ción; también Cristo la necesitó. El era Dios, y al encarnarse se vistió de carne humana.
El Verbo se hizo carne (Jn. 1:14). Al hacerse un hombre de carne, Cristo adquirió la
semejanza de carne de pecado (Ro. 8:3); y por tanto, necesitaba que la parte humana
que había adquirido, fuera transformada.

4. El bronce
El bronce representa al Cristo que Dios enjuició, el Cristo juzgado (1 R. 7:15-16, 27, 30).

H. Los artículos principales del edificio y


su significado en tipología
Los artículos principales usados en la edificación tienen también su significado en ti-
pología.

1. El templo
El templo, como reemplazo del tabernáculo, es la morada de Dios en la tierra (6:1-2).

a. Representa al Cristo encarnado


como morada de Dios en la tierra
El templo representa primeramente al Cristo encarnado como morada de Dios sobre
la tierra (Jn. 2:19-21; 1:14; Mt. 12:6).

b. Representa a la iglesia
El templo también representa a la iglesia, la cual se compone de todos los creyentes,
los miembros de Cristo, y es el agrandamiento de Cristo como morada de Dios en la
tierra (1 Co. 3:16; 6:19; Ef. 2:21-22). El templo representa a Cristo y la iglesia, pues ellos
son una sola entidad. Cristo es la Cabeza y la iglesia es Su Cuerpo. El Cuerpo es el
agrandamiento de la Cabeza y la morada de Dios. Por tanto, que Dios more en Cristo
equivale a que El more en la iglesia.

c. Sus medidas
Las medidas del templo eran de sesenta codos de largo, veinte codos de ancho y treinta
codos de alto (1 R. 6:2) (compárense las medidas del tabernáculo: treinta codos de
largo, diez de ancho y diez de alto (Ex. 26:16-23).

d. Sus ventanas permitían el paso del aire y la luz


Las ventanas del templo servían para dar paso al aire y la luz, lo cual representa la
comunión del Espíritu vivificante, que trae el aire espiritual y la luz divina (1 R. 6:4a).

e. Sus celosías
Sus celosías servían para mantener las ventanas abiertas y excluir las cosas negativas
(v. 4b). Esto representa la comunión del Espíritu vivificante, la cual mantiene abierta
la comunicación divina y repele la invasión de todo lo negativo.
f. El pórtico que estaba delante del templo
El pórtico que estaba frente al templo, el cual era el espacio donde se recibía al pueblo
(v. 3), representa la apertura, la aceptación y el recibimiento que el templo brinda a los
que entran (como el vestíbulo de un gran edificio).

g. El templo exterior, el lugar santo


El templo exterior, el lugar santo, representa el alma de los creyentes, el templo que
Dios santifica para Sí (v. 5a).

h. El santuario interior, el Lugar Santísimo


El santuario interior, el Lugar Santísimo, representa el espíritu de los creyentes, como
templo de Dios, las tres dimensiones del cual son iguales, así como lo son en la Nueva
Jerusalén, el Lugar Santísimo agrandado (vs. 5b, 16, 20; Ap. 21:16).

i. Las cámaras laterales


Las cámaras laterales representan las inescrutables riquezas de Cristo, que son la ex-
tensión de Su plenitud (1 R. 6:5c). Nosotros los creyentes, somos el templo y también
las cámaras laterales, la extensión de Cristo, Su plenitud.

1) De tres pisos
Las cámaras laterales tenían tres pisos, lo cual representa la experiencia de estar en el
Dios Triuno y en la resurrección de Cristo (v. 6).

2) Su anchura
La anchura del primer piso era de cinco codos; el segundo, de seis codos; y el tercero,
de siete codos (v. 6). Esto significa que cuanto más elevada es la iglesia como plenitud
de Cristo, más capacidad tiene.

3) Su puerta
La puerta de las cámaras laterales representa la comunicación, la comunión, de la igle-
sia, la cual es la plenitud de Cristo (v. 8a). Las cámaras laterales estaban separadas,
pero había una puerta que las comunicaba. Si no hubiese ninguna puerta, eso habría
aludido a la autonomía. Hoy algunas iglesias locales no tienen ninguna puerta o si la
tienen, la mantienen cerrada. De este modo cortan la comunión entre las iglesias.
Cuanto más ancha sea la puerta, más rica será la comunión. Por tanto, todas las iglesias
locales como cámaras de Cristo deben ensanchar sus puertas.

4) La escalera en forma de caracol


La escalera en forma de caracol indica que la manera de entrar en la iglesia, la plenitud
de Cristo, es en forma de espiral (v. 8b), es decir, sin doblar esquinas, al igual que la
calle de la Nueva Jerusalén (Ap. 22:1). En la Nueva Jerusalén, desde el monte donde
se encuentra el trono de Dios, fluye y desciende un río por la calle en forma de espiral
para llegar a cada una de las doce puertas.
j. Sus dos columnas de bronce
Las dos columnas de bronce del templo representan al Cristo que Dios juzgó y que llega
a ser la fuerza de apoyo de la morada de Dios en la tierra (1 R. 7:15-22).

k. Su atrio interior
El atrio interior del templo (6:36) indica separación, mediante la santificación que Dios
efectúa, la cual nos separa del mundo común (en él están el altar de bronce y el mar de
bronce).

1) Edificado con tres hileras de piedras labradas


El atrio interior fue edificado con tres hileras de piedras labradas, lo cual representa al
Cristo crucificado que está en resurrección.

2) Edificado con una hilera de vigas de cedro


El atrio interior también fue edificado con una hilera de vigas de cedro, lo cual repre-
senta al Cristo resucitado que posee humanidad.

3) Llega a ser la pared de separación


El atrio interior edificado con piedras labradas y vigas de cedro se convirtió en la pared
de separación como línea que separaba la morada de Dios del mundo común.

2. El mar de bronce con


los diez lavacros de bronce
El mar de bronce con sus diez lavacros significa que el Espíritu de Dios, quien con-
vence, juzga y renueva, basándose en la muerte de Cristo, lava de todo lo negativo a
quienes participan de la morada terrenal de Dios (7:23-40; Jn. 16:8; Tit. 3:5). Salomón
también edificó un altar de bronce (1 R. 9:25), pero no figura en esta lista.

3. La mesa de oro para el pan de la presencia


La mesa de oro para el pan de la proposición representa al Cristo que pasó por el pro-
ceso de encarnación, crucifixión, resurrección y ascensión, y que fue hecho el Espíritu
vivificante para ser el alimento espiritual de los elegidos de Dios (7:48b; Jn. 6:32-63).

4. Los candeleros de oro


Los candeleros de oro representan al Cristo que llegó a ser el Espíritu vivificante por
medio de Su resurrección, a fin de ser la luz divina de Su pueblo (1 R. 7:49; Jn. 8:12).

5. El altar de oro con su incienso


El altar de oro con su incienso representa al Cristo resucitado y ascendido, quien es el
olor fragante que Dios acepta de Sus redimidos (1 R. 7:48a; Ap. 8:3).

En la lista de 1 Reyes 6 y 7 no se menciona que se construyera el arca del pacto, porque


Salomón todavía conservaba el arca del pacto que había hecho Moisés (6:19; 8:3-9).
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE SEIS
EL REINADO DE SALOMON
(4)
Lectura bíblica: 1 R. 7:1-12; 8:1-66
En este mensaje continuaremos hablando de la construcción del templo de Dios y de
los palacios del rey, ambos realizados por Salomón.

I. Los palacios son edificados conjuntamente


con la morada de Dios
Salomón construyó sus palacios conjuntamente con la morada de Dios (7:1-12).

1. Construidos con los mismos materiales usados en la edificación del


templo
Salomón construyó sus palacios con materiales idénticos a los del templo, lo cual indica
que sus palacios tenían el mismo nivel que la morada de Dios. La morada de Dios era
donde Su pueblo le adoraría, mientras que los palacios de Salomón eran donde éste
ejercería Su gobierno sobre el pueblo. El gobierno de Salomón representaba la admi-
nistración gubernamental que Dios ejercía sobre Su pueblo.

2. El gobierno de Dios debe


ir a la par de la adoración
que Su pueblo le rinde
El hecho de que los palacios de Salomón fueron construidos conjuntamente con la mo-
rada de Dios indica que el gobierno que Dios ejerce sobre Su pueblo debe ir a la par de
la adoración que Su pueblo le rinde.

3. La tipología del Antiguo Testamento y


la realidad neotestamentaria
En tipología, los palacios del rey y el templo de Dios estaban separados, mientras que
en la realidad del Nuevo Testamento, éstos son una sola entidad. Por una parte, los
creyentes neotestamentarios somos los sacerdotes de Dios que le sirven y le adoran; y
por otra, somos los reyes que reinan por Dios.

J. La dedicación del templo


El capítulo ocho narra la dedicación del templo.

1. El tabernáculo se fusiona con el templo


Los versículos 1-11 muestran que el tabernáculo y el templo llegan a ser una sola enti-
dad.

a. El tabernáculo era un prototipo portátil del templo


El tabernáculo era un prototipo portátil del templo y era transportado por el desierto.
b. El templo fue la consumación
del edificio de Dios en tipología
El templo fue la consumación de la morada de Dios en tipología, construido en el monte
de Sión, la cima del monte de Moriah.

c. La gloria de Jehová llena el templo


La gloria de Jehová llenó el templo (cfr. Ex. 40:34) y trajo a la tierra al Dios que estaba
en los cielos, uniendo así la tierra y los cielos. Esta debe ser nuestra experiencia hoy.

En Génesis 28 Jacob tuvo un sueño y llamó al lugar donde lo tuvo, Bet-el, que significa
“la casa de Dios”. Allí el cielo bajó a la tierra y la tierra se unió con el cielo mediante la
escalera que Jacob vio en su sueño. Esta escalera tipificaba al Cristo que, como Hijo del
Hombre, mantendría el cielo abierto a la tierra y uniría la tierra al cielo (Jn. 1:51). Hoy
el Dios celestial baja a la tierra y, el Cristo que mora en nosotros, une la tierra a Dios.

2. La bendición y la proclamación
expresadas por Salomón
La bendición y la proclamación que expresó Salomón estaban relacionadas con el he-
cho de que Dios habitaría en la oscuridad y con la promesa que Dios hizo a David de
que su hijo le edificaría casa (1 R. 8:12-21).

3. Su oración
Los versículos 22-53 narran la oración de Salomón. Mi carga es que veamos el signifi-
cado intrínseco de esta oración, para lo cual requerimos sabiduría y revelación espiri-
tuales.

a. Pide a Dios que mantenga Su atención


en la casa que él le edificó
En su oración, Salomón pide a Dios que fijara Su atención sobre la casa que él le cons-
truyó (vs. 22-29).

b. Suplica a Dios que escuchara desde


Su morada celestial
Salomón suplicó a Dios que escuchara desde Su morada celestial las oraciones que Su
pueblo le ofrecía en torno a la morada terrestre que Salomón le había preparado. En
esto vemos que Dios tiene dos moradas: una en los cielos y la otra en la tierra, aunque
en realidad ambas son una sola, ya que son dos extremos de la misma morada; un ex-
tremo está en los cielos, y el otro en la tierra. Hoy los creyentes somos un pueblo par-
ticular, un pueblo que está en los cielos y al mismo tiempo en la tierra.

sección anterior sección siguiente


1) Que juzgara rectamente al pueblo
Salomón suplicó a Dios que escuchara atentamente las oraciones del pueblo, las cuales men-
cionan siete condiciones. Primero, Salomón pidió a Dios que oyera a Su pueblo y juzgara rec-
tamente, condenando al impío y justificando al justo (vs. 31-32). Esto indica que Dios ejerce
Su autoridad sobre Su pueblo conforme a Su justicia, es decir, que El condena a los impíos y
justifica a los justos.

2) Que escuchara a Su pueblo en las derrotas


Salomón pidió a Dios que cuando Su pueblo sufriese derrotas, El escuchase sus súplicas desde
los cielos y los regresase volver a la tierra que El dio a sus padres (vs. 33-34).

3) Que se inclinara sobre Su pueblo en la sequía


Salomón también pidió a Dios que en la sequía, El perdonara el pecado de Su pueblo y enviara
lluvia sobre la tierra que El les había dado por herencia (vs. 35-36).

4) Que fuera benevolente en el hambre y en las pestes


Además, Salomón pidió que en tiempos de hambre y pestilencia, Dios perdonara y diera a cada
hombre conforme a sus caminos (vs. 37-40).

5) Que atendiera al extranjero que le buscara


En cuanto al extranjero gentil que buscara a Dios, Salomón pidió a Dios que El hiciera conforme
a todo aquello por lo cual el extranjero hubiese clamado (vs. 41-43).

6) Cuando Su pueblo saliera en batalla


En los versículos 44-45, Salomón pidió a Dios que si el pueblo saliese en batalla, Dios escuchara
su oración y les hiciera justicia. El hecho de que Dios hace justicia a Su pueblo significa que El
ejecuta la justicia respecto a la situación de ellos.

7) Durante el cautiverio de Su pueblo


Salomón incluso oró acerca del futuro cautiverio en que caería el pueblo de Dios (vs. 46-53).
Pidió a Dios que si el pueblo era llevado cautivo, Jehová escuchara su oración y defendiera su
causa cuando se volvieran a El con todo su corazón y con toda su alma, y cuando orasen a El
mirando hacia la tierra que El dio a sus padres, o sea hacia la ciudad que El escogió, y hacia la
casa que Salomón edificó para Su nombre, a fin de que fueran separados de todos los pueblos
de la tierra para ser la herencia de Dios.

En la última de las siete condiciones que se pide que Dios escuchara las oraciones de Sus ele-
gidos, sobresalen tres cosas (v. 48): la tierra santa, que representa a Cristo como porción asig-
nada por Dios a los creyentes (Col. 1:12); la ciudad santa, que representa el reino de Dios en
Cristo; y el templo santo, que representa la casa de Dios, la iglesia, sobre la tierra. Estos tres
elementos: la tierra santa, la ciudad santa y el templo santo son lo más crucial en la economía
de Dios. Durante el cautiverio babilónico, Daniel pidió por la tierra santa, la ciudad santa y el
templo santo tres veces al día, abriendo su ventana hacia Jerusalén (Dn. 6:10). Esto indica que
Dios escucha nuestras oraciones siempre y cuando se centren en Cristo, el reino de Dios y la
casa de Dios como la meta de Su economía eterna.
La tierra santa, la ciudad santa y el templo santo son tipos de Cristo. Cristo mismo es nuestra
buena tierra, nuestra ciudad, nuestro reino, el templo y la morada de Dios. Nuestras oraciones
deben ser dirigidas hacia la tierra santa, la ciudad santa y el templo santo. Esto significa que lo
que oramos debe enfocarse en los intereses de Dios, es decir, en Cristo y en la iglesia, los cuales
constituyen los intereses de Dios sobre la tierra.

El significado espiritual de los intereses de Dios es Cristo mismo. Esto indica que no importa
cuál sea el objeto de nuestra oración, el fin de la misma debe ser Cristo, en quien Dios se in-
teresa. Debemos orar por los santos, pero no centrar nuestras oraciones en ellos. Por una parte,
oramos por ellos, pero lo hacemos por causa de los intereses de Dios. Si nuestra oración se
centra en la persona por la que oramos, esto provocará el ataque del enemigo. Esta debe ser
nuestra estrategia en la guerra espiritual.

Debemos recordar que la oración involucra tres partidos: nosotros, Dios y Satanás. En ocasio-
nes, cuando oramos por cierta persona, Satanás viene y la ataca, y la situación de ella empeora.
Esto se debe a que tomamos a tal persona como el centro de nuestros intereses y no la economía
de Dios. No importa por quién oremos, siempre debemos centrar nuestra oración en el Cristo
de Dios, que es lo que a Dios le interesa en Su economía.

La oración correcta consiste en orar a Dios en el nombre del Señor Jesús (Jn. 16:24), centrán-
donos en lo que a Dios le interesa, en Su economía. Con la expresión “en el nombre del Señor
Jesús”, no me refiero a cierta forma tradicional de oración. Orar en el nombre de Jesús es orar
por los intereses de Dios sobre la tierra, a saber, Cristo, quien es la porción que Dios nos dio,
el reino y la morada de Dios. Todas nuestras oraciones deben girar en torno a los intereses de
Dios y deben contribuir al cumplimiento de Su economía.

4. Salomón bendice al pueblo


Salomón bendice al pueblo declarándoles que Dios no los desampararía ni los abando-
naría, sino que defendería su causa según la necesidad que se presentara, y que el pue-
blo tuviera un corazón perfecto para con Jehová, para andar en Sus estatutos y guardar
Sus mandamientos, cada cosa en su tiempo (1 R. 8:54-61).

En el versículo 59, Salomón declaró: “Y estas mis palabras con que he orado delante de
Jehová, estén cerca de Jehová nuestro Dios de día y de noche, para que él proteja la
causa de su siervo y de su pueblo Israel, cada cosa en su tiempo”. A lo largo de los siglos,
Dios ha defendido la causa de Su pueblo Israel, ejerciendo Su justicia sobre ellos.
Cuando incurrían en falta contra El, El los castigaba y disciplinaba por medio de los
poderes gentiles, incluyendo a los imperios babilónico, pérsico, griego y romano. No
obstante, cuando estas naciones se sobrepasaban, Dios defendía la causa de Israel, cas-
tigando a aquéllos que los maltrataban.

Detrás de la esfera física se halla la esfera espiritual, en la cual Dios gobierna el uni-
verso, ejerciendo Su justicia continuamente sobre Su pueblo, como lo requiere cada
situación. Dios hace esto por Sus elegidos, tanto por Israel como por los creyentes de
Cristo. Cuando Sus elegidos cometen errores y lo ofenden, El los disciplina usando a
las personas como medios de castigo. Pero al mismo tiempo, El defiende la causa de
Sus elegidos, ejecutando Su justicia sobre los que los persiguen. Por ejemplo, cuando
Hitler mató sin causa a millones de judíos, Dios intervino y ejerció Su justicia sobre él,
defendiendo así a Israel.
5. Salomón y el pueblo ofrecen
una gran cantidad de sacrificios a Dios
Después de que Salomón bendijo al pueblo, juntos ofrecieron una gran cantidad de
sacrificios a Dios: holocaustos, ofrendas de harina y ofrendas de paz (vs. 62-64). El
holocausto se ofrece para deleitar a Dios; la ofrenda de harina para Su satisfacción; y
la ofrenda de paz para que Dios y Su pueblo sea uno y gocen en paz.

6. Salomón y el pueblo celebran fiesta


durante catorce días
Salomón y el pueblo festejaron durante siete días y siete días más, catorce días en total.
Después, él despidió al pueblo, y éste lo bendijo como rey y regresó a sus moradas ale-
gres y gozosos de corazón, por todos los beneficios que Jehová había hecho a David y a
su pueblo Israel (vs. 65-66).

K. El significado espiritual de Salomón y


el templo que éste le edificó a Dios
Salomón representa a Cristo mismo (Mt. 12:42), quien habla las palabras de sabiduría
de Dios (13:35) y edifica la iglesia, el templo de Dios (16:18; 1 Co. 3:16; Ef. 2:21-22). El
templo representa a Cristo (Mt. 12:6) y la iglesia, los cuales son el edificio de Dios en el
universo. Estos dos: Cristo y Su Cuerpo, la iglesia, son el centro, la realidad y la meta
de la economía eterna de Dios.

Puesto que Salomón y el templo que él edificó desempeñaron un papel muy crucial en
la historia de Israel y ya que abarcan tan grande lapso de tiempo en dicha historia, es
hecho patente que, en la tipología del Antiguo Testamento, la historia de Israel gira en
torno al cumplimiento de la economía eterna de Dios. Si al estudiar dicha historia nos
desligamos de la economía de Dios, nuestro estudio será vano. Tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo, Cristo y la iglesia son la centralidad y la universalidad
de la economía de Dios. Es crucial que entendamos que los libros de historia se escri-
bieron desde la perspectiva de la economía eterna de Dios, de la cual Cristo y la iglesia
son el centro.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE SIETE
EL REINADO DE SALOMON
(5)
Lectura bíblica: 1 R. 9—11
Los creyentes somos las personas más importantes del universo, ya que Dios mora en
nosotros y se está forjando en nuestro ser para hacernos Dios en vida y naturaleza, mas
no como objeto de adoración. Romanos 5:17 revela que reinamos en la vida que hemos
recibimos. Si queremos ser vencedores, debemos reinar en vida, de lo contrario, per-
deremos el disfrute de Cristo y seremos disciplinados por el Señor en la era venidera.
Todos hemos de madurar tarde o temprano; si maduramos ahora, reinaremos en vida
en esta era y seremos los correyes de Cristo en la era venidera, en la cual gobernaremos
sobre las naciones. Debemos tener presente esto mientras consideramos lo que se re-
vela en 1 Reyes 9—11 con respecto al reinado de Salomón.

XIII. LA CUMBRE DE LA GLORIA QUE ALCANZO SALOMON ENTRE


LAS NACIONES
En 1 Reyes 9—10 vemos la cumbre de la gloria que alcanzó Salomón entre las naciones.

A. Jehová acepta la oración de Salomón


Jehová aceptó la oración de Salomón y le prometió establecer su trono para siempre
(9:1-9). Por tanto, vemos que fue Dios quien hizo prosperar a Salomón.

B. La alianza de Salomón con Hiram


se establece sobre la base de las dádivas mutuas
La alianza de Salomón con Hiram se estableció sobre sus presentes mutuos (vs. 10-14).
Esto fue un gran fortalecimiento y ayuda para Salomón por el lado humano, además
del respaldo que recibió por el lado divino.

C. Salomón edifica otras ciudades


usando a los cananeos, a quienes les impuso leva, e hizo de los hijos de Is-
rael hombres de guerra, criados, príncipes y capitanes
Salomón edificó más ciudades reclutando a los cananeos, a quienes sometió a trabajos
forzados, e hizo de los hijos de Israel hombres de guerra, criados, príncipes, capitanes,
y comandantes de sus carros y gente de a caballo (vs. 15-24).

D. Salomón ofrece holocaustos y sacrificios


de paz tres veces al año
Tres veces al año, Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de paz sobre el altar que le
había edificado a Jehová, y quemaba incienso con las ofrendas sobre el altar de oro, el
cual estaba delante de Jehová; así concluye la edificación del templo (v. 25).

En el templo habían dos altares: el altar de bronce, que estaba en el patio exterior, y el
altar de oro, el cual se hallaba dentro del templo. El altar de bronce servía para sacrifi-
car ofrendas, mientras que el altar de oro se usaba para quemar incienso. El olor grato
del incienso quemado en el altar de oro o altar del incienso, representa al Cristo por
medio del cual somos aceptos ante Dios. El incienso se quemaba con base en las ofren-
das sacrificadas sobre el altar de bronce. En el altar de bronce Cristo efectuó la reden-
ción, mientras que en el altar del incienso, Dios nos acepta basado en lo que Cristo
realizó en el altar de bronce.

E. Salomón se hace de una flota de naves


Salomón también construyó una flota de naves, con la ayuda de Hiram; su objetivo era
traer el mejor oro, el de Ofir (vs. 26-28).
F. La reina de Saba viene para rendirle homenaje
La reina de Saba vino con el fin de honrar a Salomón y escuchar sus palabras de sabi-
duría (10:1-10, 13).

G. La flota de Hiram trae oro de Ofir,


madera de sándalo y piedras preciosas
para Salomón
La flota de Hiram trajo oro de Ofir y mucha madera de sándalo y piedras preciosas para
que Salomón adornara el templo de Dios y su propio palacio, y para que se hiciera ins-
trumentos de música (vs. 11-12).

H. Salomón se enriquece con el tributo de


los reyes de las naciones y con las tarifas
impuestas a los mercaderes y comerciantes
Salomón se enriqueció con el tributo que aportaron los principales de la tierra y con
las tarifas impuestas a los mercaderes y comerciantes. Con ello hizo, como decoración,
escudos de oro, grandes y pequeños, y un gran trono de marfil cubierto de oro purísimo
para exhibir su esplendor y exaltación, y los puso en la casa del bosque del Líbano (un
palacio lujoso). También hizo que la plata fuera tan abundante como las piedras; so-
brepasando de este modo a todos los reyes de la tierra, no sólo en sabiduría sino tam-
bién en riquezas (vs. 14-25, 27).

I. Reúne un ejército compuesto


de carros y gente de a caballo
Salomón, con todas sus riquezas, se hizo de un ejército de 1,400 carros y 12,000 jinetes,
cuyos caballos fueron traídos de Egipto (vs. 26, 28-29).

XIV. LA TRAGEDIA DE ISRAEL


Aparentemente el mundo entero era de Salomón, pero su gloria era semejante a la luna
llena que está a punto de menguar. Como veremos, la tragedia del pueblo de Israel
(cap. 11) se debió a que Salomón se entregó a la concupiscencia y al culto de ídolos.

A. La caída de Salomón
En 11:1-8 se narra la caída de Salomón.

1. Se entrega a la lujuria
La caída de Salomón se debió a que él se entregó a las concupiscencias y tuvo muchas
mujeres, las cuales eran extranjeras: tuvo 700 esposas, que eran las princesas de los
reyes de las naciones, y 300 concubinas; además de la hija de Faraón (vs. 1-3). En esto,
Salomón actuó con insensatez.
2. Se apartó de Dios y adoró a los ídolos gentiles
La caída de Salomón también se debió a que él abandonó a Dios, quien se le apareció
dos veces (v. 9), y adoró a los ídolos gentiles, siendo seducido por las mujeres extran-
jeras que él amó (vs. 4-8).

B. Dios lo castiga
Como resultado de la caída de Salomón, Dios intervino, lo castigó y lo disciplinó.

1. Dios se enoja contra Salomón


Dios se enojó con Salomón y determinó quitarle el reinado y entregárselo a un siervo
suyo (vs. 9-13). Sin embargo, por amor a David, Dios no lo hizo en los días de Salomón,
sino en los días de su hijo (vs. 12, 34). Además, también por amor a David y a Jerusalén,
la cuidad que Dios había escogido, Dios dejó una tribu para el hijo de Salomón (vs. 13,
32-33, 35-36).

2. Las acciones disciplinarias


con las que Dios lo castiga
En los versículos 14-40 vemos las acciones que Dios tomó para disciplinar a Salomón.
En primer lugar, Dios levantó a Hadad edomita para que atacara a Salomón (vs. 14-
22); también levantó a Rezón, rey de Siria, por adversario contra Salomón (vs. 23-25);
además, levantó a Jeroboam, siervo de Salomón, para que se sublevara contra él (vs.
26-40).

C. Salomón muere después de reinar


cuarenta años sobre Israel
Salomón falleció sombríamente después de reinar cuarenta años sobre Israel (vs. 41-
43). Su gloria se marchitó como la flor de la hierba (Mt. 6:29; 1 P. 1:24), y su espléndida
carrera se volvió “vanidad de vanidades”, como él mismo predicó (Ec. 1:2). Sin em-
bargo, lo que Dios hizo por medio de él como tipo de Cristo, permanece para siempre.
Por consiguiente, debemos discernir entre lo que fue Salomón en su vida personal y lo
que fue como tipo de Cristo.

D. Salomón a la luz de la vida espiritual


Bajo la luz de la vida espiritual, podemos ver que Salomón fue un hombre sabio, mas
no espiritual; un hombre muy capaz, pero carente de vida; su sabiduría fue un don, no
una medida de vida. Los logros que obtuvo dejan en claro que su capacidad provenía
del don de sabiduría que Dios le dio, pero no era la manifestación de la madurez en
vida.

En el recobro del Señor, ante todo debemos darle importancia a la vida. Pero hasta
cierto punto y en cierto sentido, requerimos capacidad. Sin embargo, nuestra capaci-
dad en la iglesia debe ser producto de la madurez en vida. La simple capacidad sin la
vida es como una serpiente que envenena a la iglesia. Pero la vida es como una paloma,
que la suministra de vida. En lugar de ser los Salomones de hoy, debemos ser “palo-
mas” que han alcanzado cierta medida de vida.
Salomón, basado en el don que Dios le otorgó, disfrutó al máximo de la buena tierra
otorgada por Dios. No obstante, debido a su escasa madurez en la vida del espíritu y
por causa de su entrega a los deseos sexuales, fue privado de disfrutar la buena tierra
en la economía de Dios. David su padre, un hombre conforme al corazón de Dios, fra-
casó en el horrendo pecado de los deseos sexuales. El fracaso de Salomón, al caer en la
tentación de Satanás, fue mucho mayor que el de su padre, mucho más allá de lo ima-
ginable. Esto hizo que él y sus descendientes perdieran más del noventa por ciento del
reino, y que el pueblo elegido de Dios pasara por divisiones y confusión durante mu-
chas generaciones, además de perder la tierra que Dios les había otorgado, y finalmente
fueran llevados cautivos a tierras lejanas, en las cuales abundaba la idolatría. Hasta el
día de hoy la nación de Israel sigue sufriendo por causa del fracaso de Salomón. ¡Esto
debe servirnos de advertencia y amonestación! Debemos ser cuidadosos, pues aun la
mínima entrega a los placeres carnales puede dañar la iglesia y anular los aspectos es-
pléndidos de la vida de iglesia.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE OCHO
LA DIVISION DEL REINO DE ISRAEL
Y
LOS REINADOS DE ROBOAM SOBRE JUDA Y
DE JEROBOAM SOBRE ISRAEL
Lectura bíblica: 1 R. 11:9-13, 29-37; 12:1—14:31a
Hay varias maneras de entender la Biblia. El hermano Nee dijo que cada quien en-
tiende la Biblia según la clase de persona que sea. Cada denominación y cada grupo
tiene su propia manera de entender las Escrituras. Los Pentecostales las entienden a
su manera; las interpretan sin regirse por ningún principio. Los católicos conocen la
Biblia según las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana. Los que hacen énfasis en la
vida interior también tienen su propia manera de entender la Biblia. Hace cincuenta
años, al hermano Nee y a mí nos parecía que las enseñanzas de las Asambleas de los
Hermanos eran las mejores, y por muchos años he consultado a menudo la sinopsis de
los libros de la Biblia escrita por John Nelson Darby. Pero en estos últimos años, al
preparar los estudio-vida de Job y de los libros históricos, no consulté sus enseñanzas.
En estos años, el Señor nos ha mostrado algo aún más elevado y profundo, a saber, la
economía eterna de Dios, la cual tiene como centro y realidad a Cristo, quien es la cor-
porificación del Dios Triuno procesado, y a la iglesia, que es el Cuerpo orgánico de
Cristo. Dios lleva a cabo dicha economía impartiéndose en nosotros.

El libro de Efesios revela que Dios se imparte en el hombre. Partiendo del capítulo uno,
los Hermanos recalcan que Dios nos escogió y nos predestinó, pero no mencionan que
la elección y la predestinación son asuntos orgánicos. El versículo 4 declara que Dios
nos escogió en Cristo para que fuésemos santos. Ser santos equivale a ser Dios en vida
y naturaleza, mas sin ser objeto de adoración. En todo el universo, sólo Dios es santo,
y la única manera de hacernos santos es impartiéndonos Su naturaleza santa, Su ele-
mento santo. Cuando Dios nos regeneró, El se impartió a Sí mismo en nuestro ser, o
sea, nos impartió Su naturaleza. El versículo 5 dice que Dios nos predestinó para filia-
ción, es decir, para que fuéramos Sus hijos, lo cual logra al impartirse en nosotros. Se-
gún Efesios 1, la iglesia se produce como resultado de que el Dios Triuno se imparta en
nosotros y que el Cristo ascendido se infunda en nuestro ser. En los últimos diez años,
el Señor me ha llevado a entender la Biblia de esta manera.

Casi todas las enseñanzas fundamentales que se enseñan actualmente son correctas.
Las valoramos mucho y ellas han sido nuestro fundamento. Sin embargo, éstas tam-
bién nos han atrasado, e incluso velado. Muchos de los que las enseñan piensan que
eso es todo y ahí se han quedado, y hasta cierto punto, a nosotros nos ha pasado lo
mismo en cuanto a la manera en que entendemos la Biblia. Si las enseñanzas funda-
mentales se convierten en una tradición para nosotros, no nos esforzaremos más por
mejorar nuestro entendimiento de la Biblia. El hermano Nee nunca estuvo completa-
mente satisfecho con estas enseñanzas y siempre se esforzó por ver algo más.

La visión que hemos recibido de la Biblia consiste en que Dios desea hacernos de
nuevo. La creación del hombre no cumple cabalmente el propósito de Dios; fue un paso
solamente. Dios creó al hombre con Su mano, pero hoy lo vuelve a hacer con Su propia
vida. Después de crear al hombre, Dios lo puso frente al árbol de la vida, lo cual indi-
caba que El deseaba hacerlo de nuevo, regenerándolo. Finalmente, el hombre regene-
rado se convierte en la novia de Cristo, Su aumento (Jn. 3:29-30). Muchos cristianos
entienden que Juan 3 revela la regeneración, pero no se dan cuenta de que el objeto de
la misma es producir la novia, el aumento de Cristo. Esto muestra que el entendimiento
de la Biblia tiene varios niveles.

Con esta perspectiva, examinemos la división que se dio en el reino de Israel, y anali-
cemos los reinados de Roboam sobre Judá y de Jeroboam sobre Israel.

I. LA DIVISION DEL REINO DE ISRAEL


En 1 Reyes 11:9-13, 29-37 consta la división que experimentó el reino de Israel.

A. La causa de la caída y corrupción de Salomón


Esta división la provocó la caída y la corrupción de Salomón (vs. 9-13). En el versículo
11, Jehová le dijo: “Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis
estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo”.

B. El reino de los elegidos de Dios


se divide en dos
El reino de los elegidos de Dios fue dividido en dos: el reino del sur, el de Judá, com-
puesto de una sola tribu (vs. 13, 36), y el reino del norte, el de Israel, conformado por
diez tribus (v. 35). Judá era el reino verdadero, mientras que Israel era una división,
una apostasía.

II. EL REINADO DE ROBOAM SOBRE UNA SOLA TRIBU, LA DE JUDA


Roboam reinó sobre una sola tribu, la tribu de Judá (v. 43b; 12:1-24; 14:21-31a).

A. Roboam era hijo de Salomón y de una amonita


Roboam, hijo de Salomón, nació de una amonita (14:21, 31).
B. Reina después de Salomón
Roboam reinó después de Salomón (11:43b).

C. Sufre la división del reino y pierde diez tribus


En 12:1-24, vemos que Roboam sufrió la división del reino y perdió diez tribus.

1. Provocada por la rebelión de Jeroboam


a. Jeroboam instiga la rebelión del pueblo
La división del reino y la pérdida de diez tribus fueron provocadas por la rebelión de
Jeroboam. En el corazón del pueblo hubo algunos factores que causaron su rebelión, y
Jeroboam se aprovechó de ellos para instigar la rebelión (vs. 1-3).

b. Usa el extremado lujo de Salomón y


los elevados impuestos que éste
le impuso al pueblo como pretexto
Jeroboam tomó la vida lujosa de Salomón y la leva pesada que éste impuso sobre el
pueblo como pretexto para rebelarse (vs. 4-5).

c. La insensatez de Roboam al encarar la situación


Los versículos 6-15 muestran la necedad de Roboam al enfrentar la situación. El pidió
consejo de los ancianos que habían ayudado a su padre Salomón; sin embargo, hizo
caso omiso de ellos y siguió el consejo de los jóvenes que habían crecido con él, recha-
zando la petición que le hizo Jeroboam de aliviar el yugo que Salomón había puesto
sobre ellos.

d. Estalla la rebelión
Los versículos 16-20 revelan el estallido de la rebelión. Israel se rebeló contra la casa
de David (v. 19) e hicieron a Jeroboam rey sobre todo Israel (v. 20).

2. Roboam trata de hacer guerra


contra Jeroboam
Roboam trató de guerrear contra Jeroboam, pero Dios lo detuvo (vs. 21-24).

D. Roboam asciende al trono a la edad


de cuarenta y un años y
reina sobre Judá diecisiete años
Roboam subió al trono a los cuarenta y un años de edad y reinó diecisiete años sobre
Judá (14:21), e hizo lo malo ante Jehová, más que todos los pecados que habían come-
tido sus padres, provocando así el celo de Dios (vs. 22-24). En el quinto año de su
reinado, Roboam fue derrotado por el rey de Egipto, quien lo despojó (vs. 25-28).

E. Lucha contra Jeroboam constantemente


Roboam luchó constantemente contra Jeroboam. Cuando Roboam murió, lo sepulta-
ron con sus padres en la ciudad de David (vs. 29-31a; 15:6).
III. EL REINADO DE JEROBOAM SOBRE ISRAEL, COMPUESTO DE
DIEZ TRIBUS
Jeroboam reinó sobre las diez tribus de Israel (11:26-40; 12:1-20, 25-33; 13:1—14:20a).

A. Jeroboam era un hábil siervo de Salomón


Jeroboam fue un siervo hábil de Salomón (11:26-28).

B. Dios lo puso como rey


sobre diez tribus de Israel
Dios ordenó que Jeroboam reinara sobre diez tribus de Israel (vs. 11-13).

C. Predicho por el profeta Ahías


El profeta Ahías habló de antemano del reinado de Jeroboam (vs. 29-39). El tomó la
capa nueva que llevaba y la rompió en doce pedazos. Entonces le dijo a Jeroboam:
“Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo
rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus” (v. 31).

D. Salomón procura matar a Jeroboam


Salomón intentó matar a Jeroboam, pero éste huyó a Egipto y se quedó allí hasta la
muerte de Salomón (v. 40).

E. Instigó la rebelión contra el rey Roboam


Como dijimos antes, Jeroboam instigó la rebelión contra el rey Roboam, hijo de Salo-
món (12:1-19).

F. Asciende al trono respaldado


por las diez tribus de Israel
Jeroboam ascendió al trono con el respaldo de las diez tribus de Israel (v. 20).

G. La apostasía de Jeroboam
En 1 Reyes 12:25-33 y 13:33-34 se relata la apostasía de Jeroboam.

1. Fabrica dos becerros de oro


y pone uno en Bet-el
y el otro en Dan
Jeroboam hizo dos becerros de oro, poniendo uno en Bet-el y el otro en Dan, para dis-
traer al pueblo e impedir que subiera a adorar a Dios en Jerusalén (12:25-30). Dios
había ordenado que Su pueblo viniera a Jerusalén tres veces al año, pero Jeroboam
temía que las diez tribus regresaran a su rey legítimo si subían a adorar a Dios en Je-
rusalén. Por eso estableció dos centros de culto, declarando que era inconveniente via-
jar a Jerusalén. Hoy se usa también el pretexto de la conveniencia para justificar la
existencia de las denominaciones. La apostasía de Jeroboam quebrantó el precepto es-
tipulado por Dios de que debía haber un solo centro de adoración en la tierra santa a
fin de preservar la unidad de los hijos de Israel (Dt. 12:2-18). Esto se convirtió en un
pecado grave e incitó al pueblo a adorar ídolos.

2. Construye un templo en los lugares altos y nombra como sacerdotes a


hombres comunes
Jeroboam construyó un templo en los lugares altos y nombró sacerdotes a personas
que no pertenecían a la tribu de Leví (1 R. 12:31). Dios había ordenado que de la tribu
de Leví salieran los sacerdotes, pero Jeroboam tomó a personas comunes y corrientes
y las puso por sacerdotes.

3. Instituye una fiesta solemne conforme a la fiesta solemne de Judá


Jeroboam instituyó una fiesta solemne en el octavo mes, el día quince, conforme a la
fiesta que se celebraba en Judá (v. 32a), lo cual él concibió en su corazón. Es probable
que haya dicho al pueblo que no era necesario subir a Jerusalén para tener una fiesta
solemne.

4. Ofrece sacrificios sobre


el altar de Bet-el
Jeroboam ofreció sobre el altar de Bet-el a los dos becerros que había hecho, y puso
también en Bet-el a los sacerdotes de los lugares altos (vs. 32b-33a).

5. Instituye una fiesta


y sube al altar para quemar incienso
En su apostasía, Jeroboam hizo fiesta a los hijos de Israel, y aunque no era sacerdote,
subió al altar para quemar incienso (v. 33b).

6. Una representación de la apostasía


del cristianismo
La apostasía de Jeroboam en los cinco aspectos antes mencionados es un tipo de la
apostasía del cristianismo moderno.

H. Dios condena el altar


que Jeroboam hizo en Bet-el
En 1 Reyes 13:1-32 se narra el juicio que Dios ejecutó sobre el altar que Jeroboam hizo
en Bet-el. Este juicio fue llevado a cabo por medio de un hombre de Dios que vino de
Judá (vs. 1-10). Después este hombre fue engañado por un viejo profeta y tomó un
camino distinto al que Dios le había indicado; y como resultado de ello, un león lo des-
pedazó (vs. 11-32).

I. Ahías profetiza
el fin trágico de Jeroboam
En 14:1-18 se narra lo que profetizó Ahías acerca del trágico fin de Jeroboam. Jeroboam
envió a su esposa disfrazada para que viera al profeta Ahías en Silo, esperando oír bue-
nas noticias acerca de su hijo Abías (vs. 1-5). El profeta Ahías, en vez de darle buenas
nuevas, habló de parte de Dios y le declaró a la esposa de Jeroboam que por los males
y la apostasía de éste, Dios lo destruiría a él y a toda su familia así como se barre el
estiércol hasta no quedar nada (vs. 6-18).

J. Jeroboam reina veintidós años


sobre las diez tribus de Israel
Jeroboam reinó sobre las diez tribus de Israel veintidós años, y su vida terminó como
resultado del severo castigo de Dios (vs. 19-20a).

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE NUEVE
LOS REINADOS DE ABIAM Y ASA SOBRE JUDA
Y DE NADAB, BAASA, ELA, ZIMRI
Y OMRI SOBRE ISRAEL
Y
EL REINADO DE ACAB SOBRE ISRAEL
(1)
Lectura bíblica: 1 R. 14:20b, 31b; capítulos 15—16
Respetamos las enseñanzas fundamentales que se imparten actualmente, pero el
Nuevo Testamento tiene mucho más que revelarnos. Predicamos el evangelio visitando
a los pecadores para traerlos a Cristo, pero la meta de nuestra predicación no es sim-
plemente “ganar almas”, o que las personas vayan al cielo; sino más bien producir los
miembros de Cristo para que Su Cuerpo orgánico sea edificado y llegue a su consuma-
ción en la Nueva Jerusalén.

Nuestra meta es llegar a Sion, producir Sion, con miras al cumplimiento de la economía
eterna de Dios. Sin esto, Dios no podrá realizar Su economía, ni llevar la Nueva Jeru-
salén a su consumación. En el último libro del Nuevo Testamento se hace un llamado
a vencer (Ap. 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21), ya que los vencedores serán Sion (14:1). Sion
será la norma de la Nueva Jerusalén. En el cielo nuevo y en la tierra nueva, cuando la
Nueva Jerusalén sea consumada, Sion desaparecerá, porque La Nueva Jerusalén en su
totalidad se convertirá en Sion; en ella estarán incluidos todos los creyentes, los ven-
cedores. La vida de iglesia en el recobro del Señor debe seguir avanzando hasta que, al
menos algunos de nosotros, si no todos, lleguemos a ser Sion.

Si amamos al Señor y Su recobro, y si practicamos seriamente la vida de iglesia, debe-


mos esforzarnos por asimilar todas las visiones acerca de la economía de Dios, cuyo
centro y realidad son Cristo y la iglesia. En los últimos diez años de mi ministerio, me
he esforzado por llegar a esta cumbre. Por eso no me atrae estudiar los libros históricos
del Antiguo Testamento sin ver lo que ellos revelan en cuanto a la economía de Dios.
En ellos se ve la tipología de Cristo y la iglesia. A medida que avanzamos en el estudio-
vida de 1 y 2 Reyes, debemos tener presente estas cosas.

Los capítulos 15—16 de 1 Reyes abarcan el reinado de Abiam y Asa sobre Judá, de Na-
dab, Baasa, Ela, Zimri y Omri sobre Israel, y el principio del reinado de Acab sobre
Israel. Este relato muestra la confusión, que siempre es causada por la división. Don-
dequiera que haya división, habrá también confusión.

I. EL REINADO DE ABIAM SOBRE JUDA


A. Nacido de la hija de Abisalom
Abiam nació de la hija de Abisalom (15:2b).

B. Reina en Jerusalén tres años


Abiam empezó a reinar sobre Judá en el año dieciocho de Jeroboam, rey de Israel, y
reinó en Jerusalén durante tres años (14:31b—15:2a).

C. Anda en todos los pecados de su padre Roboam


Abiam anduvo en todos los pecados de su padre Roboam, y su corazón no fue perfecto
ante Jehová, como el corazón de David su padre (v. 3).

D. Por amor a David,


Jehová le concedió lámpara en Jerusalén
Aun así, Jehová, por el amor que le tenía a David, le concedió lámpara en Jerusalén y
levantó a su hijo después de él, sosteniendo así a Jerusalén. Jehová hizo esto debido a
que David había hecho lo recto ante El, pues no se había apartado en nada de lo que
Jehová le había mandado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías heteo
(vs. 4-5).

E. Pelea contra Jeroboam


Abiam peleó contra Jeroboam, y después durmió con sus padres y fue sepultado en la
ciudad de David (vs. 7b-8a).

II. EL REINADO DE ASA SOBRE JUDA


Los versículos 8b-24a hablan del reinado de Asa sobre Judá. Asa era un rey bueno,
quizás el mejor entre los ocho reyes buenos que rigieron sobre Judá.

A. Reina en Jerusalén cuarenta y un años


Asa empezó a reinar sobre Judá en el año veinte de Jeroboam, rey de Israel, y reinó
cuarenta y un años en Jerusalén (vs. 8b-10a).

B. Hace lo recto ante


Jehová toda su vida
Asa hizo lo recto ante Jehová con un corazón perfecto todos sus días, como David su
padre. Asa desarraigó del país a los varones dados a la prostitución y quitó todos los
ídolos de sus padres. Además, privó a su abuela Maaca de ser reina madre, porque ella
había hecho una imagen abominable a Asera; no obstante, Asa quemó dicho ídolo junto
al torrente de Cedrón (vs. 11-14).
C. Trae a la casa de Jehová
lo que su padre había santificado
Asa trajo a la casa de Jehová las cosas que su padre había dedicado a Dios y también
las cosas que él mismo había dedicado (v. 15).

D. Asa tuvo guerra contra


Baasa rey de Israel
durante todo su reinado
Hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel durante todo el lapso del reinado de ellos.
Asa hizo alianza con Ben-adad, rey de Siria, para derrotar a Baasa (vs. 16-22).

E. Se enferma de los pies en su vejez


Asa se enfermó de los pies en los días de su vejez y durmió con sus padres, siendo se-
pultado con ellos en la ciudad de David (vs. 23-24a).

III. EL REINADO DE NADAB SOBRE ISRAEL


A. Nadab reina sobre el reino del norte, Israel, durante dos años
Nadab continuó el reinado de su padre Jeroboam sobre el reino del norte por dos años,
comenzando el año segundo de Asa rey de Judá (14:20b; 15:25).

B. Hace lo malo ante Jehová


Nadab hizo lo malo delante de Jehová, andando en los caminos de su padre y en el
pecado de éste con el cual hizo pecar a Israel (v. 26).

C. Baasa conspira contra él


En el tercer año de Asa, rey de Judá, Baasa conspiró contra Nadab, matándolo a él y a
toda la casa de Jeroboam su padre, y usurpando así el trono (vs. 27-31). La historia de
Nadab concluye con rebelión, conspiración, asesinato y usurpación del trono.

IV. EL REINADO DE BAASA SOBRE ISRAEL


En 1 Reyes 15:32—16:7 tenemos la crónica del reinado de Baasa sobre Israel.

A. Reina veinticuatro años


Baasa empezó a reinar sobre Israel en el año tercero de Asa rey de Judá, y reinó vein-
ticuatro años (15:33).

B. Hace lo malo ante Jehová


Baasa también hizo lo malo ante Jehová y anduvo en los caminos de Jeroboam y en los
pecados de éste, con los cuales hizo pecar a Israel (v. 34).
C. El profeta Jehú reprende a Baasa
El profeta Jehú reprendió a Baasa y le dijo que Dios iba a barrerlo a él y a su posteridad,
y que dejaría su casa como la casa de Jeroboam, por haber andado en el camino de éste
y por haber hecho pecar al pueblo de Dios, provocando así la ira de Dios, y por haber
dado muerte a la casa de Jeroboam (16:1-7).

V. EL REINADO DE ELA SOBRE ISRAEL


A. Reina dos años
Ela fue coronado como rey sobre Israel el año veintiséis de Asa rey de Judá, y reinó dos
años (vs. 6b, 8).

B. Zimri conspira contra él


En el año veintisiete de Asa rey de Judá, Zimri, comandante de la mitad de sus carros,
conspiró contra Ela y lo mató. Zimri reinó en su lugar y destruyó toda la casa de Baasa
(vs. 9-14).

VI. EL REINADO DE ZIMRI SOBRE ISRAEL


A. Zimri reina únicamente siete días en Tirsa
Zimri fue coronado en el año veintisiete de Asa, rey de Judá, y sólo reinó por siete días
(v. 15).

B. El pueblo pone a Omri por rey sobre Israel


Cuando el pueblo oyó que Zimri había matado al rey, pusieron a Omri, comandante del
ejército, por rey sobre Israel en el campo de batalla (v. 16).

C. Omri junto con todo el pueblo de Israel


sitia a Tirsa
Omri con todo el pueblo de Israel sitió a Tirsa, y Zimri, entrando en el palacio del rey,
le prendió fuego a la casa estando él ahí; así murió por las maldades que hizo ante
Jehová y por andar en el camino de Jeroboam y en los pecados de éste, con los cuales
hizo pecar a Israel (vs. 17-20).

VII. EL REINADO DE OMRI SOBRE ISRAEL


Los versículos 21-28 hablan del reinado de Omri sobre Israel.

A. El pueblo de Israel se divide en dos


El pueblo de Israel se dividió en dos; la mitad siguió a Tibni, y lo hicieron rey, y la otra
mitad siguió a Omri (v. 21).
B. Empieza su reinado
después de la muerte de Tibni
Los que siguieron a Omri prevalecieron sobre los que siguieron a Tibni; así, Omri co-
menzó a reinar después de la muerte de Tibni (v. 22).

C. Reinó sobre Israel doce años


Omri comenzó a reinar sobre Israel en el año treinta y uno de Asa, rey de Judá, y reinó
doce años, seis de ellos en Tirsa (v. 23).

D. Compra el monte de Samaria


Omri adquirió el monte de Samaria, edificó una ciudad sobre él y la llamó Samaria (v.
24).

E. Hace lo malo ante Jehová, más que todos los que le precedieron
Omri hizo lo malo delante de Jehová, más que todos los que habían reinado antes de
él, y siguió el camino de Jeroboam y sus pecados, con los cuales había hecho pecar a
Israel, provocando con sus ídolos la ira de Jehová (vs. 25-27).

F. Es sepultado en Samaria
Omri murió y fue sepultado en Samaria (v. 28a).

VIII. EL REINADO DE ACAB SOBRE ISRAEL


En 16:28b—22:40a se narra el reinado de Acab sobre Israel.

A. Reina sobre Israel veintidós años


En el año treinta y ocho de Asa, rey de Judá, Acab empezó a reinar sobre Israel, y reinó
veintidós años en Samaria (16:28b-29).

B. Hace lo malo ante Jehová,


más que todos los que le precedieron
Acab hizo lo malo ante Jehová, más que todos los que reinaron antes de él (vs. 30-33).
Anduvo ligeramente en los pecados de Jeroboam (v. 31a). Tomó por mujer a Jezabel,
la hija del rey de los sidonios, y sirvió y adoró a Baal; le construyó un altar en la casa
de Baal, la cual le había edificado en Samaria (vs. 31b-32). Además, hizo una imagen a
Asera y provocó la ira de Jehová más que todos los que reinaron en Israel antes que él
(v. 33).

C. En sus días, la reconstrucción de Jericó


trae la maldición que Josué
había profetizado
En los días de Acab, Jericó fue reconstruida, y esto les trajo maldición, tal como Josué
lo había profetizado (v. 34; Jos. 6:26).
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE DIEZ
EL REINADO DE ACAB SOBRE ISRAEL
(2)
Lectura bíblica: 1 R. 17—19
D. Dios juzga a Acab por medio del profeta Elías
Ahora veremos en nuestro estudio del reinado de Acab sobre Israel, la disciplina que
él recibió de parte de Dios por medio del profeta Elías (17:1-19:9a). Dios respaldó a
Elías, y por eso, pudo disciplinar a Acab por medio de él. Tal vez pensemos que noso-
tros somos más pequeños que Elías, pero debemos saber que tenemos algo que él no
tenía: el Dios Triuno, el cual se forja continuamente en nosotros, vive en nosotros y
hace Su hogar en nosotros.

1. Cierra los cielos impidiendo


que caiga lluvia sobre la tierra
El capítulo diecisiete revela que Elías cerró los cielos para que no lloviera. Los milagros
realizados por Elías, al igual que las riquezas, gloria y esplendor de Salomón, se halla-
ban en la esfera física.

a. Dios manda a Elías a que se esconda


en el arroyo de Querit
Dios ordenó a Elías, por causa del hambre que sobrevino en la tierra, que se escondiera
en el arroyo de Querit, donde viviría de agua, pan y carne que le llevarían los cuervos
(vs. 2-7).

b. Dios envía a Elías a Sarepta de Sidón


Después de que el arroyo se secó, Dios envió a Elías a Sarepta de Sidón, donde Dios
mismo había dado orden de que una viuda lo alimentara (vs. 8-24; Lc. 4:25-26). En
lugar de ser alimentado por aquella viuda, Elías hizo un milagro para proveer comida
y aceite para ella y su familia (1 R. 17:8-16). Después de eso, Elías realizó otro milagro
al revivir al hijo de la viuda (vs. 17-24; He. 11:35a). Ambos milagros se produjeron en
la esfera física y no involucraron nada espiritual.

2. Abre los cielos para que llueva


En 1 Reyes 18, Dios, por medio de Elías, abrió los cielos para que lloviera. Tanto el
hecho de cerrar los cielos para que no lloviera como el de abrirlos para que lloviera,
fueron importantes.

a. Dios envía a Elías a hablar con Acab


acerca de la lluvia
Dios envió a Elías a que viera a Acab y le dijera que Dios enviaría lluvia a la tierra, así
que Elías se presentó a Acab (vs. 1-2). Elías mostró mucha valentía al presentarse ante
Acab.
b. Acab sale al encuentro de Elías por medio de Abdías
Acab salió al encuentro de Elías por medio de Abdías, un siervo de Acab que había
escondido y alimentado a cien profetas, cuando Jezabel, la esposa de Acab, mató a los
profetas de Jehová (vs. 3-16). Acab y Elías eran enemigos, y Abdías era el intermediario
entre ellos.

c. Elías desafía a Acab a una prueba


en el monte Carmelo para determinar
quién es el Dios verdadero
Elías desafió a Acab a una prueba en el monte Carmelo para que se determinara quién
es el Dios verdadero: Baal dios de los paganos o Jehová Dios de Israel (vs. 17-40).

1) Los profetas de Baal ofrecen a su dios un buey


y le ruegan que queme su ofrenda
Acab, no pudiendo evitar el desafío, convocó a todo Israel en el monte Carmelo, y
reunió a los 450 profetas de Baal y a los 400 profetas de Asera, los cuales comían a la
mesa de Jezabel. Los profetas de Baal ofrecieron un buey a Baal y le pidieron que con-
sumiera su ofrenda, gritando e incluso cortándose a sí mismos hasta sangrar. Hicieron
todo eso en vano mientras Elías se burlaba de ellos (vs. 17-29).

2) Elías ora a Dios, y Jehová manda fuego


para consumir la ofrenda
Elías, por sí solo, reparó (recobró) el altar de Jehová que estaba derribado, y lo reedi-
ficó, dedicándolo al nombre de Jehová con doce piedras (que representan al pueblo de
Israel, los elegidos de Dios). Después cavó una zanja honda y ancha, cortó el buey en
pedazos y lo puso sobre la leña; vertió cuatro canteras de agua sobre el holocausto y la
leña tres veces hasta que el agua corría alrededor del altar hasta llenar la zanja. Luego,
oró a Dios, y Jehová envió fuego que consumió el holocausto, la leña, las piedras y el
polvo y aun lamió el agua de la zanja (vs. 30-38).

3) Todo el pueblo se postra


y declara que Jehová es Dios
Cuando todo el pueblo vio lo que había acontecido, se postraron y clamaron: “¡Jehová
es el Dios, Jehová es el Dios!” (v. 39).

4) Elías ordena al pueblo


que prendan a los profetas de Baal
Elías pidió al pueblo que prendieran a los profetas de Baal, para que ninguno de ellos
escapara. Entonces los llevó al arroyo de Cisón, y allí los degolló (v. 40).

5) Elías gana el caso


Así, Elías ganó el caso, y Acab y todos los falsos profetas perdieron la batalla.
d. Elías predice a Acab que iba a llover
Elías le dijo a Acab que iba a llover: “Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se
oye” (v. 41). Después de decir esto, Elías subió a la cumbre del Carmelo y oró hasta que
cayó de los cielos una lluvia torrencial (vs. 42-45; Jac. 5:18).

e. La mano de Jehová está sobre Elías


En 1 Reyes 18:46 vemos que la mano de Jehová (refiriéndose al Espíritu de Jehová)
reposó sobre Elías, y éste se ciñó los lomos y corrió a la entrada de Jezreel antes que
Acab.

3. Elías recibe amenazas de Jezabel,


la esposa de Acab
En 19:1-9 vemos que Elías fue amenazado por Jezabel, la esposa de Acab (cfr. Ap. 2:20).
Cuando Acab le contó todo lo que Elías había hecho y cómo él había matado a todos los
profetas de Baal, ella envió un mensaje a Elías, diciendo: “Así me hagan los dioses, y
aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de
ellos” (v. 2).

Elías tuvo miedo y escapó para salvar su vida (vs. 3-8), primero a Beerseba y luego al
desierto, donde quiso morir y dijo a Jehová: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues
no soy yo mejor que mis padres”. (v. 4). Pero después de ser confortado y animado por
un ángel, Elías fue a Horeb, al monte de Dios y allí pasó la noche en una cueva (v. 9a).

En el capítulo dieciocho Elías obtuvo una gran victoria, pero en el capítulo diecinueve,
tuvo miedo y escapó para salvar su vida. ¿Cómo es que un profeta tan fuerte pudo ser
tan débil después de obtener tal victoria? Para contestar esta pregunta, me gustaría
hacer una comparación entre Elías y Pablo. Pablo no se dejó amedrentar por nada;
antes bien, fue muy valiente y estuvo dispuesto a sufrir aun el martirio (2 Ti. 4:6-7, 17-
18). El incluso consideraba el martirio como una oportunidad para magnificar a Cristo
(Fil. 1:20-21). En el caso de Elías, el poder de Dios reposó sobre él sólo en ciertas oca-
siones, pero en el caso de Pablo, el Dios Triuno se forjaba en él continuamente, hacién-
dolo Dios en vida y naturaleza (mas no como objeto de adoración).

Pedro es otro ejemplo de una persona débil. Cuando comió con los gentiles, no defen-
dió la verdad del evangelio a causa del miedo que sintió de sus compatriotas (Gá. 2:11-
14). Pablo fue más valiente que Pedro. A pesar de que Pedro estuvo bajo el cuidado del
Señor Jesús durante tres años y medio y recibió el poder de lo alto en el día de Pente-
costés, él no tenía al Dios Triuno forjado en su ser en el mismo grado que Pablo. En el
caso de Pablo, el Dios Triuno se forjó en él completamente.

Todos los creyentes tenemos a Cristo, pero ¿hasta qué grado le permitimos que se forje
en nosotros diariamente? Nuestro querido Señor Jesús, quien es la corporificación
misma del Dios Triuno, hace Su hogar en nuestro corazón cada día y se forja en nuestro
ser gradualmente. Pero es posible que en nuestra relación con nuestro cónyuge, no
permitamos que Cristo se forje en nosotros.

Los cuarenta reyes de Israel y de Judá llegaron a una posición muy elevada, pero no
disfrutaron de la buena tierra como debían haberlo hecho. Ni siquiera David la disfrutó
plenamente. Debemos tomar esto como advertencia. A pesar de que hemos oído mucho
sobre el disfrute de Cristo, ¿somos diligentes en disfrutarle? Es posible que la expresión
“disfrutar a Cristo” sea una mera enseñanza o un lema para nosotros. La realidad es
que le disfrutamos muy poco.

La manera en que nos relacionamos con los demás refleja lo poco que disfrutamos de
Cristo. Muchas veces nos esforzamos por portarnos bien y alejarnos de las cosas peca-
minosas, pero descuidamos nuestro disfrute de Cristo. Puedo testificar que durante los
veinte años que laboré con el hermano Watchman Nee, nunca bromeamos, siempre
mantuvimos la unidad y jamás discutimos. Fuimos preservados de esta manera debido
a que ambos recibimos la visión de la economía de Dios y del recobro del Señor, y
aprendimos a vivir y a conducirnos en el espíritu y por el espíritu, con miras a experi-
mentar a Cristo.

Hemos dicho que todo lo que somos, lo que deseamos, lo que intentamos hacer, lo que
anhelamos y la manera en que nos comportamos, está íntimamente relacionado con
nuestro disfrute de Cristo. En estos mensajes no tengo la carga de presentar un estudio
de la Palabra, sino que aprendamos de las lecciones que nos ofrece la historia conforme
a la tipología. Debemos aprender a cuidar y mantener nuestro disfrute de Cristo. Es
difícil encontrar un cristiano que viva y ande realmente en el espíritu y conforme a él.
Que el Señor tenga misericordia de nosotros. No debemos intentar ser los Elías de hoy,
sino los Pablos actuales. Pablo pudo declarar que él estaba crucificado juntamente con
Cristo y que ya no vivía él, sino que Cristo vivía en él (Gá. 2:20). Además, magnificó y
vivió a Cristo, incluso en la prisión, por medio de la abundante suministración del Es-
píritu de Jesucristo (Fil. 1:19-21). Nuestra vida hoy debe ser como la suya.

E. Jehová le da una comisión a Elías


mientras éste estaba desanimado
En 1 Reyes 19:9b-18 se describe la comisión que Jehová le dio a Elías mientras éste
estaba desanimado. Cuando Elías estaba totalmente desilusionado, Dios intervino y le
dio un mandato adicional a fin de que aprendiera algo más.

El milagro que Elías hizo al cerrar y abrir los cielos y su petición para que descendiera
fuego del cielo, no tenía nada que ver con la economía de Dios. Cuando el discípulo
Juan le preguntó al Señor Jesús si quería que hicieran descender fuego para consumir
a cierto pueblo, el Señor le reprendió, diciendo: “Vosotros no sabéis de qué espíritu
sois”. (Lc. 9:55). Esto indica que el Señor Jesús no vino como un Elías, sino que vino a
llevar a cabo la economía de Dios por medio de Su crucifixión.

La economía de Dios trasciende el mundo físico. Sin embargo, el cristianismo actual


hace hincapié en la esfera física, y muchos desean ver milagros y sanidades. El Señor
Jesús ciertamente sanó a muchos e incluso levantó de los muertos a algunos. No obs-
tante, cuando le arrestaron, El no hizo descender fuego, sino que se entregó a Sí mismo
en manos de Sus verdugos. A pesar de que vinieron a matarle, El no hizo nada para
salvarse a Sí mismo.

Sucedió lo mismo con Pablo. Al inicio de su ministerio, él hizo muchos milagros, pero
más adelante, cuando Timoteo estuvo enfermo, sólo le dijo: “Usa un poco de vino por
causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades” (1 Ti. 5:23). Además, cuando
estuvo a punto de ser martirizado, no efectuó ningún milagro. Lo único que él tenía era
al Dios Triuno, al cual disfrutaba en su espíritu como el suministro abundante, que le
permitía soportar voluntaria y triunfalmente la persecución. Pablo estaba listo para
encarar la persecución y el martirio porque estaba lleno de Dios, impregnado de El.
Ciertamente César Nerón lo mató, pero Pablo ganó el mundo entero con sus catorce
epístolas.

Elías no aprendió estas lecciones. Huyó temeroso porque él, a diferencia de Pablo, no
tenía al Dios Triuno forjado en su ser. Elías se escondió en una cueva pensando que no
podía hacer nada y que le sería mejor morir. A pesar de esto, Dios no le reprendió; más
bien, le dijo que aún le quedaba un mandato por llevar a cabo.

1. La palabra de Jehová viene a Elías


La palabra de Jehová vino a Elías, y le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?” (1 R. 19:9b). Elías
contestó: “He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de
Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus pro-
fetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (v. 10).

2. Dios le manda que salga y se ponga


en el monte delante de
Jehová para oír Su palabra
Dios mandó a Elías que saliera y se pusiera en el monte delante de Jehová para oír Su
palabra (v. 11a). Elías esperó la palabra del mandato divino, pensando que Jehová de-
bía estar en el grande y poderoso viento o en el terremoto o en el fuego, pero Jehová
no estaba allí (vs. 11b-12a). Cuando Elías se desilusionó totalmente, le vino un susurro
apacible (v. 12b). Esto alude al principio neotestamentario. El hecho de que Dios le
hablara a Elías con una voz suave y apacible indica que El le introducía a la era del
Nuevo Testamento. Hoy Dios no nos habla con temibles truenos, sino con voz suave y
apacible.

Dios mandó a Elías a que ungiera a tres personas (vs. 15-16). Primero, le pidió que
ungiera a Hazael por rey de Siria. Esto alude al principio neotestamentario que consiste
en cuidar de los gentiles. Segundo, Elías ungió a Jehú por rey de Israel. Y tercero, a
Eliseo, que tipifica al Cristo de gracia, para que fuese profeta en su lugar.

3. Le dice a Elías que El había preservado


a siete mil hombres en Israel
que no habían doblado sus rodillas ante Baal
Elías había dicho a Dios que los hijos de Israel habían dejado Su pacto, derribado Sus
altares y matado a Sus profetas, quedando solo él (v. 14). Pero Dios le dijo que había
preservado a siete mil hombres fieles en Israel que no doblaron sus rodillas ante Baal
y cuyas bocas no lo besaron (v. 18). Estos fieles, los vencedores, permanecieron al lado
de Dios. Finalmente, Dios castigó a Israel enviándolos cautivos lejos de la casa de sus
padres, y los vencedores fueron quienes los trajeron de regreso a su tierra. Uno de los
vencedores, Daniel, oró con su ventana abierta hacia Jerusalén, y por medio de su ora-
ción llena de gracia, Dios regresó a Israel a la tierra de sus padres.

Dios no cumple Su economía como en el Antiguo Testamento. Todas las realidades


relacionadas con Su economía se llevan a cabo con el amor de Dios el Padre, la gracia
del Hijo y la comunión del Espíritu (2 Co. 13:14). Cuando la iglesia de Corinto difamó
a Pablo (12:16-18), él no los maldijo ni los acusó; sino que oró por ellos. Y una vez que
la iglesia se arrepintió un poco, Pablo les escribió una segunda carta diciéndoles que el
pueblo de Dios debe ser transformado en Su imagen (3:18) al disfrutar de El como la
fuente, la corriente y el fluir del amor del Dios Triuno en la gracia y mediante la comu-
nión.

F. Elías halla a Eliseo y lo atrae


Finalmente, según 1 Reyes 19:19-21, Elías halló a Eliseo e hizo que lo siguiera, a fin de
que luego tomara su lugar.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE ONCE
EL REINADO DE ACAB SOBRE ISRAEL
(3)
Y
EL REINADO DE JOSAFAT SOBRE JUDA
Lectura bíblica: 1 R. 20:1—22:50
En este mensaje seguiremos viendo el reinado de Acab sobre Israel y además estudia-
remos el reinado de Josafat sobre Judá.

G. Acab pelea contra Ben-adad rey de Siria


En el capítulo veinte vemos que Acab derrotó a Ben-adad, rey de Siria.

1. Ben-adad desafía a Acab con injurias


Ben-adad reunió a todo su ejército, sitió Samaria y la combatió (v. 1). Entonces le envió
un desafío insultante a Acab (vs. 2-6).

2. Acab rechaza a Ben-adad


Acab llamó a todos los ancianos del país, y aconsejado por ellos, rechazó a Ben-adad
(vs. 7-12).

3. Acab inicia la batalla


contra Ben-adad y la gana
Un profeta se acercó a Acab y declaró: “Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran mul-
titud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo soy Jehová”
(v. 13). Alentado por la promesa que Dios le dio mediante el profeta, Acab inició la
batalla contra Ben-adad y la ganó (vs. 14-21).
4. Acab recibe aviso de que Ben-adad
regresaría a atacarlo el siguiente año
Acab recibió aviso de que Ben-adad rey de Siria regresaría el siguiente año y lo atacaría
(v. 22).

5. Ben-adad reorganiza su ejército


y cambia de estrategia
Ben-adad reorganizó su ejército y cambió de estrategia para luchar contra Israel en la
llanura y no en los montes. Ben-adad atacó a Acab, pero perdió la batalla y se rindió
ante él para salvar su vida. Acab hizo un tratado con él y lo dejó libre (vs. 23-34).

6. Acab es reprendido
por haber soltado al hombre
que Dios había entregado a la destrucción
Un profeta que estaba disfrazado reprendió a Acab por haber dejado libre al hombre
que Dios había entregado a la destrucción. Dios había determinado la destrucción de
Ben-adad, pero Acab lo soltó sin consultar a Dios. Por esta razón, la vida de Acab sería
por la suya y el pueblo de Acab por el suyo (vs. 35-42).

7. Acab regresa a su casa triste y enojado


Después de ser reprendido por el profeta, Acab se fue a su casa triste y enojado (v. 43).

H. Acab se apodera de la viña de Nabot injustamente y por la fuerza


El capítulo veintiuno relata que Acab se apoderó de la viña de Nabot por la fuerza y con
injusticia.

1. Acab codicia la herencia de Nabot


Nabot poseía una viña cerca de la residencia de Acab, y éste la codiciaba y pidió a Nabot
que se la diera a cambio de un huerto de legumbres. Nabot, no teniendo miedo del rey,
se negó a darle la herencia de sus padres (vs. 1-4).

2. El complot maligno de Jezabel


En los versículos 5-16 vemos la trampa perversa que planeó Jezabel, que consistía en
eliminar a Nabot valiéndose de los ancianos y de los nobles, y apoderarse de su heren-
cia.

3. Jehová envía a Elías a condenar a Acab


Jehová envió a Elías a condenar a Acab, declarando que por el mal que había hecho a
Nabot, en el mismo lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros
lamerían también la sangre de Acab (vs. 17-19). Elías también le dijo a Acab que toda
su posteridad sería borrada de Israel, y que los perros y las aves comerían de ellos por-
que él se había vendido a hacer lo malo delante de Jehová, incitado por Jezabel (vs. 20-
26).
4. Acab se arrepiente
y se humilla delante de Dios
Acab se arrepintió y se humilló delante de Dios, y por esta causa, Dios declaró que no
traería este mal en sus días, sino en los días de su hijo (vs. 27-29). Así vemos que en
cierta manera Dios mostró misericordia incluso para con un hombre como Acab.

I. El fin lamentable de Acab


En 1 Reyes 22:1-40 se describe el lamentable fin de Acab.

1. Acab intenta hacer guerra


contra el rey de Siria
Después de tres años de paz entre Siria e Israel, Acab quiso pelear contra el rey de Siria
por Ramot de Galaad. En este asunto, Josafat rey de Judá hizo alianza con Acab (vs. 1-
4).

2. Josafat propone que consulten a Jehová


Josafat sugirió a Acab que consultaran la palabra de Jehová (v. 5). Acab congregó apro-
ximadamente cuatrocientos profetas y les preguntó si debía batallar contra Ramot de
Galaad. Estos falsos profetas le mintieron, declarándole que debía proseguir y que Dios
entregaría la ciudad en sus manos. Sin embargo, Micaías, un verdadero profeta de
Dios, profetizó que todo Israel sería esparcido sobre los montes, como ovejas que no
tienen pastor, y dijo a Acab que Jehová había puesto un espíritu de mentira en boca de
sus profetas y que habían hablado mal en cuanto a él. Entonces Acab encarceló a Mi-
caías (vs. 6-28). Acab se negó a escuchar al verdadero profeta y prefirió oír a los falsos
profetas.

3. Acab y Josafat van a la batalla


Acab y Josafat rey de Judá salen a la batalla. Acab se disfrazó para que no lo recono-
cieran, pero fue derrotado de todos modos y murió en la batalla (vs. 29-36). Acab pudo
esconderse de la gente, mas no de Dios, quien veía donde estaba y lo que hacía. Nada
puede esconderse de los ojos de Dios.

4. Es sepultado en Samaria
Acab fue sepultado en Samaria. Alguien lavó la sangre de Acab derramada en su carro
en el estanque de Samaria, y los perros lamieron su sangre, conforme a lo que Dios
había dicho (vs.37-40a).

La manera en que Dios disciplinó a Acab muestra cuán justo y misericordioso es El.
Por una parte, Dios es benévolo, y por otra, es severo. Debemos temerle y ser respon-
sables delante de El. Además, debemos estar listos para cosechar lo que hemos sem-
brado.

IX. EL REINADO DE JOSAFAT SOBRE JUDA


Los versículos 41-50 hablan del reinado de Josafat sobre Judá.
A. Reina durante veinticinco años
Josafat empezó a reinar en Judá a la edad de treinta y cinco años, y reinó durante vein-
ticinco años (vs. 41-42).

B. Hace lo recto delante de Jehová


Josafat anduvo en todos los caminos de Asa su padre e hizo lo recto delante de Jehová
(v. 43).

C. Hace la paz con el rey de Israel


Josafat hizo la paz con el rey de Israel (vs. 44, 47-49).

D. Desarraiga de la tierra santa a los varones que se entregan a la prostitu-


ción idolatra
Josafat desarraigó de la tierra santa al resto de los sodomitas que había quedado en el
tiempo de su padre Asa (v. 46).

E. Es sepultado en la ciudad de David


Josafat durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David (v. 50).

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE DOCE
EL REINADO DE OCOZIAS SOBRE ISRAEL
Y
EL ARREBATAMIENTO DE ELIAS
Lectura bíblica: 1 R. 22:40b, 51-53; 2 R. 1:1—2:18
En este mensaje veremos el reinado de Ocozías sobre Israel (1 R. 22:40b, 51-53; 2 R.
1:1—18) y el arrebatamiento de Elías (2 R. 2:1-18).

I. EL REINADO DE OCOZIAS SOBRE ISRAEL


A. Reina dos años
Ocozías empezó a reinar sobre Israel en el año diecisiete de Josafat, y reinó dos años (1
R. 22:51).

B. Hace lo malo ante Jehová


Ocozías hizo lo malo ante Jehová y anduvo en los caminos de su padre, de su madre y
en los caminos de Jeroboam, quien hizo pecar a Israel. Sirvió y adoró a Baal y provocó
a ira a Jehová Dios de Israel, conforme a todo lo que su padre había hecho (vs. 52-53).
A pesar de que vio el fin trágico de su padre Acab, no lo tomó como advertencia.
C. Su enfermedad y su muerte
En 2 Reyes 1 se relata la enfermedad y muerte de Ocozías.

1. Envía mensajeros para que consultaran a Baal-zebub dios de Ecrón


Cuando Ocozías se enfermó, envió mensajeros y les dijo que fueran y consultaran a
Baal-zebub dios de Ecrón para saber si se recuperaría de su enfermedad (v. 2).

2. Jehová envía a Elías para que detuviera


a los mensajeros de Ocozías
Jehová envió a Elías para que detuviera a los mensajeros de Ocozías y le mandó decir
a Ocozías que no se recuperaría de su lecho y que ciertamente moriría (vs. 3-8).

3. En dos ocasiones Ocozías envía un capitán


con cincuenta hombres a Elías
Ocozías envió en dos ocasiones un capitán con cincuenta hombres a Elías, y en ambas
circunstancias Elías ordenó que descendiera fuego del cielo y los consumiera (vs. 9-12;
Lc. 9:54).

4. Ocozías le envía a Elías un tercer capitán


con cincuenta hombres
Ocozías le envió a Elías un tercer capitán con sus cincuenta hombres, y el capitán le
rogó que no destruyera sus vidas. El ángel de Jehová dijo a Elías que no tuviera miedo
del capitán y que bajara con él para ver a Ocozías. Elías fue y le dijo a Ocozías que por
haber enviado mensajeros a inquirir de Baal-zebub dios de Ecrón, ciertamente moriría
(2 R. 1:13-16).

5. Ocozías muere
conforme a la palabra de Jehová
Ocozías murió conforme a la palabra de Jehová, y puesto que no tenía hijo, su hermano
Joram (según la Septuaginta) empezó a reinar en su lugar en el segundo año de Joram,
hijo de Josafat rey de Judá (vs. 17-18).

II. EL ARREBATAMIENTO DE ELIAS


En 2 Reyes 2:1-18 se narra el arrebatamiento de Elías.

A. Elías intenta dejar a Eliseo,


pero éste no lo deja ir en tres ocasiones
En el momento en que Jehová iba a llevar al cielo a Elías en un torbellino, éste intentó
dejar a Eliseo, pero Eliseo no le dejó ir en tres ocasiones (vs. 1-8). La primera ocasión
fue de Gilgal a Bet-el (vs. 1-3); el segundo, de Bet-el a Jericó (vs. 4-5); y el tercero, de
Jericó al río Jordán, donde cincuenta hijos (discípulos) de profetas estaban frente a
ellos a distancia. Elías golpeó las aguas con su manto, y las aguas se separaron y ambos
pasaran por tierra seca (vs. 6-8).
Elías y Eliseo tipológicamente contienen mucho significado espiritual. Elías tipifica la
era del Antiguo Testamento, y Eliseo, la era del Nuevo Testamento. La era cambió al
pasar por cuatro lugares: Gilgal, Bet-el, Jericó y el río Jordán.

Gilgal fue el lugar donde el pueblo de Dios hizo frente a la carne (Jos. 5:2-9). Los hijos
de los que habían salido de Egipto no habían sido circuncidados, lo cual indica que no
le habían dado fin a su carne. Cuando cruzaron el Jordán para luchar por la buena
tierra, lo primero que hicieron fue circuncidar su carne, y lo hicieron en Gilgal.

De Gilgal, Elías y Eliseo fueron a Bet-el. En Génesis 12, cuando Abraham salió de Cal-
dea (habiendo dejado el mundo) y llegó a Bet-el, edificó un altar para ofrecerle todo a
Dios. Esto indica que Bet-el es el lugar donde dejamos el mundo y nos consagramos
incondicionalmente a Dios, tomándolo como nuestro todo.

Elías entonces llevó a Eliseo a Jericó. Jericó fue la primera ciudad que Josué y el pueblo
de Israel tuvieron que derrotar cuando entraron en la buena tierra. Jericó representa
la cabeza del enemigo de Dios, Satanás.

Finalmente, Elías y Eliseo fueron al río Jordán, que representa la muerte. El bautismo
neotestamentario, que da fin a las personas, comenzó en el río Jordán (Mt. 3:5-6, 13).
Para pasar el río Jordán, Elías golpeó las aguas con su manto, el cual representa al
Espíritu derramado, el Espíritu de poder. Este Espíritu, que algunos maestros de la
Biblia llaman “el Espíritu del manto”, golpeó el río de la muerte y abrió paso para que
Elías y Eliseo cruzaran.

Al meditar sobre el significado de estos tipos, vemos que para que se efectúe el cambio
de era, del Antiguo Testamento al Nuevo, debemos darle fin a nuestra carne, dejar el
mundo, volvernos a Dios, derrotar a Satanás y pasar por la muerte.

B. Eliseo pide a Elías que haga reposar


sobre él una doble porción de su espíritu
Elías le preguntó a Eliseo que qué quería que hiciera por él antes de que fuera llevado
por el torbellino al cielo, y Eliseo le dijo: “Te ruego que una doble porción de tu espíritu
sea sobre mí” (2 R. 2:9).

C. Aparecen un carro de fuego y caballos


de fuego y separan a Elías de Eliseo
Un carro de fuego y caballos aparecieron y separaron a Elías de Eliseo. Elías ascendió
en el torbellino al cielo, y viéndolo Eliseo lloró y dijo: “¡Padre mío, padre mío, carro de
Israel y su gente de a caballo!” (vs. 11-12a). Así fue arrebatado Elías, dejando a Eliseo
solo sobre la tierra.

D. Eliseo recibe una doble


porción del espíritu de Elías
Eliseo recibió una doble porción del espíritu de Elías (vs. 12b-18). Después del arreba-
tamiento de Elías, Eliseo tomó sus vestidos y los rompió en dos. Entonces tomó el
manto de Elías que se le había caído, regresó, se paró cerca de la orilla del Jordán y
golpeó las aguas diciendo: “¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías?” (vs. 12b-14). Enton-
ces las aguas se apartaron y él cruzó. Cuando los hijos de los profetas que estaban en
Jericó al otro lado le vieron, declararon: “El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo” (v.
15). Después los cincuenta hijos de los profetas buscaron a Elías durante tres días, mas
no lo hallaron (vs. 16-18).

Eliseo ciertamente recibió el espíritu de Elías. Sin embargo, como veremos, el Espíritu
que en el tiempo de Elías realizó grandes milagros, como el de cerrar y abrir los cielos
y enviar fuego del cielo, actuó de una manera diferente por medio de Eliseo. En cierto
sentido, Eliseo se comportó como lo hizo el Señor Jesús en los evangelios, con gracia y
dulzura.

Durante tres años y medio, el Señor Jesús guió a Sus discípulos a que dieran fin a la
carne (Gilgal), renunciaran al mundo (Bet-el), derrotaran a Satanás, la cabeza de los
demonios (Jericó), y finalmente, los condujo al río Jordán. Los ciento veinte que ora-
ban en Hechos 1 fueron llevados al río Jordán para morir juntamente con Cristo y ser
sepultados con Él. Yo creo que, como resultado de esto, ellos ya no estimaron lo que
eran ni lo que podían hacer, sino que rompieron todo en “dos pedazos”. Fueron ubica-
dos mediante estas etapas en la posición correcta para recibir el manto de Elías, el po-
der de lo alto. Por consiguiente, en el día de Pentecostés, el Espíritu de poder fue de-
rramado sobre ellos. Hoy, nosotros somos los que seguimos al Señor Jesús, de Gilgal a
Bet-el, de Bet-el a Jericó, y de Jericó al río Jordán. Al pasar por estas etapas entramos
a una nueva era, la era del Nuevo Testamento, donde Cristo lo hace todo con gracia.

El arrebatamiento de Elías representa la terminación de la era del Antiguo Testamento


en la economía de Dios, pero Elías mismo no terminó ahí, sino que subió al cielo para
esperar la siguiente era y ver a Eliseo (Cristo) hacer muchas obras con gracia y dulzura.
Ahora nos encontramos en la era del Nuevo Testamento de Cristo, quien hizo y sigue
haciendo obras llenas de gracia.

Las Escrituras declaran que Elías regresará de nuevo (Mal. 4:5; Lc. 1:17; Mt. 11:14;
17:10-13; cfr. 17:3-4; Ap. 11:3-12). Al final de la era del Nuevo Testamento, la gran tri-
bulación será un tiempo parecido al de Acab, y Elías volverá en calidad de testigo. Du-
rante los tres años y medio de la gran tribulación, Dios se verá obligado a usar nueva-
mente a Elías para consumir a Sus enemigos con fuego (Ap. 11:5). Finalmente, Elías
será muerto, y a los tres días y medio se levantará, será arrebatado y se unirá no sola-
mente a los santos del Antiguo Testamento, sino también a los vencedores del Nuevo
Testamento.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE TRECE
EL MINISTERIO DE ELISEO:
UN MINISTERIO DE GRACIA
Lectura bíblica: 2 R. 2:19-25; 4:1—6:7
En este mensaje veremos lo que revela 2 Reyes en cuanto al ministerio de gracia que
se le encomendó a Eliseo.
I. ELIAS TIPIFICA A JUAN EL BAUTISTA
EN EL SENTIDO DE REDARGÜIR
A LAS PERSONAS PARA MUERTE
Elías representaba a Juan el Bautista en el sentido de redargüir a las personas para
muerte (Lc. 1:17; Mt. 11:11, 14; 3:1-2, 6-11a). Juan el Bautista precedió a Cristo y lo in-
trodujo en el ministerio. Esto fue tipificado por el hecho de que Elías hizo lo mismo con
Eliseo.

II. ELISEO TIPIFICA A CRISTO EN EL SENTIDO DE HACER MILAGROS


POR LA GRACIA EN VIDA
Eliseo representaba a Cristo en el sentido de hacer milagros por la gracia en vida. Elías
hizo algunos milagros importantes, como el de cerrar los cielos para que no lloviera y
hacer descender fuego del cielo para consumir el holocausto y el agua que había derra-
mado sobre él. Sin embargo, cuando Eliseo lo reemplazó, éste no hizo las mismas ma-
ravillas, sino que realizó milagros por la gracia en vida.

A muchos cristianos les atraen los milagros, pero descuidan la gracia y la vida, y si
hablan de ello, lo hacen de una manera superficial. Pero vemos que en Romanos, Pablo
hizo hincapié en la gracia. En ese libro el objetivo de ser justificados por la gracia es
que reinemos en vida (3:24; 5:17-18). Por consiguiente, vemos que la gracia en vida es
un tema crucial en Romanos.

La gracia es el propio Dios, quien lo hace todo por nosotros y se da a Sí mismo para que
lo disfrutemos. Y el resultado de esta gracia es que recibamos la vida divina, la cual es
rica y elevada, y nos hace correyes de Cristo. No es común que entre los cristianos de
hoy se dé un mensaje que diga que la gracia de Dios hace posible que recibamos la vida
divina y que reinemos en ella.

A. Sana las aguas amargas de Jericó


Lo primero que hizo Eliseo, fue sanar las aguas amargas de Jericó (2 R. 2:19-22).
Cuando los hombres de la ciudad le dijeron que las aguas eran malas y la tierra estéril,
él salió a los manantiales de donde brotaban las aguas y echándoles sal, dijo: “Así ha
dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad” (v.
21). Jericó representa a Satanás, y con Satanás todo es muerte, incluyendo las aguas,
pero las aguas malas de Jericó fueron sanadas conforme a la palabra de Eliseo y se
convirtieron en aguas buenas, aguas que dan vida.

El primer milagro que el Señor Jesús realizó, según el evangelio de Juan, fue convertir
el agua en vino (2:3-11). Este milagro alude al cambio de la muerte en vida. Cambiar la
muerte en vida es el principio que rige todos los milagros que el Señor realizó en el
evangelio de Juan, así como los casos que se narran en los capítulos del tres al once. El
significado del milagro que hizo Eliseo en 2 Reyes 2 y del que obró el Señor Jesús en
Juan 2, es el mismo: cambiar la muerte en vida.

B. Llama las cosas que no son, como existentes


Además, Eliseo llamó las cosas que no son, como existentes (2 R. 4:1-7, 8-17, 42-44;
cfr. Mt. 14:14-21; 15:32-39; Ro. 4:17b). El hizo esto particularmente cuando multiplicó
una sola vasija de aceite en muchas. En principio, el Señor Jesús hizo lo mismo. En
Mateo 14 y 15, El alimentó a multitudes con unos cuantos panes y varios peces.

En este asunto, Eliseo también tipificó al Señor Jesús. Más que cualquier otro profeta,
Eliseo realizó cosas que, en tipología, son iguales a lo que el Señor Jesús realizó. En
principio, Eliseo y el Señor Jesús hicieron lo mismo; ambos realizaron milagros de gra-
cia en vida.

C. Resucita muertos
Eliseo también resucitó muertos (2 R. 4:18-37; cfr. He. 11:35; Lc. 7:11-17; Jn. 11:41-44;
Ro. 4:17b). El Señor Jesús ha resucitado a millones de personas, incluyéndonos a no-
sotros (Jn. 5:25).

Llamar las cosas que no son, como existentes y dar vida a los muertos, no son simple-
mente milagros, sino el fruto de la gracia que resulta en vida, la cual nos hace aptos
para reinar en ella.

D. Neutraliza con harina el veneno


de las calabazas silvestres
Cuando los discípulos de Eliseo carecieron de alimentos, cocinaron un potaje con ca-
labazas venenosas, y Eliseo neutralizó el veneno con harina (2 R. 4:38-41). En princi-
pio, el Señor Jesús hizo lo mismo por Sus discípulos, cuando les advirtió, diciendo:
“Mirad y guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos” (Mt. 16:6-12). El los
sanó con la harina fina, la cual era El mismo.

Muchas de las enseñanzas del cristianismo actual son “calabazas venenosas”. Algunos
libros cristianos son buenos, pero muy pocos son puros. Hemos recomendado los es-
critos de Andrew Murray, de la señora Guyón, del hermano Lawrence, y de otros. He-
mos recomendado particularmente la obra maestra de Andrew Murray sobre el Espí-
ritu de Cristo, y también El plan redentor de Dios escrito por María E. McDonough
y La vida en el nivel más elevado, por Rut Paxton. Además, tenemos el ministerio del
hermano Nee. Cuando el hermano Nee era joven, los misioneros occidentales rechaza-
ron su ministerio, pero hoy, por todas partes, muchos creyentes que buscan más del
Señor conocen Su ministerio. Por la misericordia y gracia del Señor, nuestros ministe-
rios, el del hermano Nee y el mío, han revelado casi todas las revelaciones más cruciales
e importantes de la Biblia. Les insto a que presten atención a estas verdades puras y
saludables, y a que no pierdan su tiempo recogiendo “calabazas venenosas”.

E. Sana a un leproso
En 2 Reyes 5, Eliseo sanó a un leproso (Lc. 4:27). El Señor Jesús hizo lo mismo en Su
ministerio (Mt. 11:5; 8:1-4; Lc. 17:11-19).

F. Hace flotar el hacha que había


caído al agua, usando un palo
En 2 Reyes 6:1-7, Eliseo usó un palo para hacer flotar el hacha que había caído al agua.
Esto significa que Cristo, con Su cruz y en Su resurrección, restaura el poder de los
pecadores que habían entrado en las aguas de la muerte. Como pecadores, perdimos
nuestra “hacha”, nuestro poder, pero Cristo ha recobrado este poder en resurrección,
con un “pedazo de madera”, o sea, con Su cruz.

G. Maldice a los muchachos que se burlaron


En 2 Reyes 2:23-24, Eliseo maldijo a los muchachos que hacían burla, los cuales fueron
despedazados por dos osos silvestres. Los que piensan que, en principio, el Señor Jesús
no hizo lo mismo, deben leer nuevamente el Evangelio de Mateo. En 3:12 se declara
que el Señor recogerá el trigo en el granero, y que quemará la paja con fuego inextin-
guible. Si duda, quemar la paja habla de maldición. Además, en Mateo 12:31-32, 34 el
Señor Jesús advirtió a los Fariseos acerca de un pecado imperdonable, el pecado de
blasfemar contra el Espíritu Santo. En Mateo 23, El pronunció ocho ayes en contra de
los escribas y fariseos. Sin duda esto fue una maldición que Él les dirigió.

Habiendo examinado todo lo anterior, vemos que Eliseo fue un tipo exacto de Cristo.
Eliseo cambió la era en tipología, y el Señor Jesús hizo lo mismo en la realidad. Hoy
estamos en una nueva era, la era del cumplimiento de la economía neotestamentaria
de Dios.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE CATORCE
EL REINADO DE JORAM SOBRE ISRAEL
Lectura bíblica: 2 R. 1:17b; 3:1-27; 6:8—8:15
La historia del Antiguo Testamento, en tipología, está estrechamente relacionada con
la economía divina. En ella vemos que el profeta Eliseo representa la economía neotes-
tamentaria de Dios. El Eliseo del Antiguo Testamento tipificaba las realidades del
Nuevo. En Lucas 4:27 el Señor Jesús se refirió a Eliseo como tipo Suyo, declarando: “Y
muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos
fue limpiado, sino Naamán el sirio”. El Señor indica que, el hecho de que Israel recha-
zara a Eliseo y que Eliseo se volviera a los gentiles, lo tipificaba a El mismo en Su con-
dición de Hijo del Hombre. Esto ofendió a los que estaban en la sinagoga, y por eso lo
expulsaron. Así se cumplió la tipología de Eliseo, quien vino al pueblo de Dios con la
palabra de gracia y fue rechazado. Cristo también fue rechazado y se vio obligado a ir a
los gentiles para llevarles la palabra de gracia.

En este mensaje seguiremos estudiando el ministerio de Eliseo y a la vez, analizaremos


el reinado de Joram sobre Israel.

I. EL REINADO DE JORAM SOBRE ISRAEL


A. Reina en Samaria doce años
Joram, el hijo de Acab, empezó a reinar en el año dieciocho de Josafat rey de Judá; y
reinó doce años en Samaria (2 R. 1:17b; 3:1).
B. Hace lo malo ante Jehová
Joram hizo lo malo ante Jehová, aunque no como su padre y su madre, porque quitó
las estatuas de Baal que su padre había hecho. Pero se entregó a los pecados de Jero-
boam hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos (vs. 2-3).
Esto significa que Joram siguió al que fue el causante de la división y del culto a los
ídolos en Israel.

C. Pelea contra el rey de Moab


Joram luchó contra el rey de Moab, quien se había rebelado contra él (vs. 4-27). Tam-
bién hizo alianza con el rey Josafat de Judá y con el rey de Edom (vs. 7-10). A petición
de Josafat, Joram buscó a Eliseo para que consultara a Jehová. Por medio de Eliseo,
Jehová dijo a Joram que prosiguiera en la batalla (vs. 11-19). Así, Joram venció a Moab,
obligando al rey de Moab a que ofreciera a su hijo primogénito, su sucesor, a su ídolo
como holocausto sobre el muro (vs. 20-27a). Entonces hubo grande enojo contra Is-
rael, y se apartaron de él, y se volvieron a su propia tierra (v. 27b).

D. Ben-adad rey de Siria hace


guerra contra Israel
En 6:8-23 vemos que Ben-adad, rey de Siria, guerreó contra Israel.

1. Eliseo revela la estrategia


de Ben-adad a Joram
y le da instrucciones
Eliseo reveló la estrategia de Ben-adad a Joram rey de Israel y le dio instrucciones de
cómo evadirla (vs. 8-11).

2. Ben-adad manda un ejército para


sitiar ciudad de Dotán
Después de enterarse de que Eliseo había revelado su estrategia a Joram, Ben-adad
envió su ejército a que sitiara la ciudad de Dotán (vs. 12-14).

3. El siervo de Eliseo ve el
ejército y tiene miedo
El joven que servía a Eliseo vio el ejército por la mañana, tuvo miedo y no supo qué
hacer (vs. 15-16).

4. Eliseo pide a Jehová que abra


los ojos de su joven siervo
Eliseo pidió a Jehová que abriera los ojos del criado, y éste vio que el monte estaba
lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo (v. 17). Ellos estaban
puestos para defensa, no para ataque. Los milagros de Elías fueron acciones ofensivas,
mientras que los de Eliseo, defensivas. Los caballos y carros de fuego alrededor de Eli-
seo no estaban destinados para luchar, sino para proteger.
5. Eliseo pide a Dios que hiera al
ejército de Ben-adad con ceguera
El ejército de Ben-adad descendió a Eliseo, y éste pidió que Dios los hiriera con ce-
guera. Después de que Jehová hizo conforme a su petición, Eliseo les dijo que lo siguie-
ran, y lo siguieron hasta Samaria. Entonces él pidió a Dios que abriera sus ojos, y ellos
vieron que se hallaban en medio de Samaria (vs. 18-20).

6. Eliseo da instrucciones a Joram de que prepare una gran comida


para el ejército de Ben-adad
Joram quiso exterminar al ejército de Ben-adad, pero Eliseo lo detuvo y le dio instruc-
ciones de que les preparara una gran comida y que les permitiera luego regresar a su
señor. Después de comer y beber, ellos volvieron a su señor, y las bandas de Siria deja-
ron de invadir la tierra de Israel (vs. 21-23). En la preparación de la gran comida para
los enemigos vemos el ministerio neotestamentario (Ro. 12:20-21). Los sirios fueron
contenidos con la invitación a la gran comida.

E. Ben-adad rey de Siria sitia a Samaria


En 2 Reyes 6:24-7:20 se revela que Ben-adad rey de Siria sitió a Samaria.

1. Hay gran hambre en Samaria


Hubo gran hambre en Samaria (6:25-29). El hambre era tan severa que el pueblo comía
a sus hijos.

2. Joram rey de Israel se enoja con Eliseo


Joram rey de Israel se enojó con Eliseo e intentó matarle (vs. 30-33).

3. Eliseo profetiza en cuanto a una


rica provisión de alimentos
En 7:1-20, Eliseo profetizó que habría una rica provisión de alimentos el día siguiente,
porque Dios iba a derrotar a los sirios.

a. El príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, no cree que iba a ha-
ber una rica provisión de alimentos
El príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, no creyó que iba a haber una rica pro-
visión de alimentos, y dijo: “Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto
así?” (v. 2a). Eliseo le dijo que sus ojos lo verían pero que él no comería de ello.

b. Cuatro leprosos descubren la rica provisión de alimentos e informan


a la casa del rey
Cuatro leprosos descubrieron la rica provisión de alimentos y dan las buenas nuevas a
la casa del rey. Los siervos del rey averiguaron la situación y confirmaron el informe de
los leprosos (vs. 3-15).
c. El pueblo de Israel sale para saquear
el campamento de los sirios
El pueblo de Israel salió y saqueó al campamento de los sirios; atropellaron al príncipe
incrédulo a la entrada, y éste murió como Eliseo lo había declarado (vs. 16-20).

F. Eliseo revela que habría hambre


por siete años decretada por Dios
Eliseo le dijo a la mujer a cuyo hijo él revivió que fuese con toda su casa a vivir donde
pudiera, porque Dios iba a llamar una gran hambre por siete años; y ella hizo conforme
a la palabra de Eliseo. Cuando regresó, ella recobró su herencia por medio de Eliseo,
quien intercedió por ella ante el rey (8:1-6).

G. El contacto amistoso que Eliseo


tiene con Ben-adad rey de Siria
Los versículos 7-15 describen el contacto amistoso de Eliseo con Ben-adad rey de Siria.

1. Eliseo va a Damasco cuando


Ben-adad estaba Enfermo
Eliseo se fue a Damasco cuando Ben-adad estaba enfermo, y éste se enteró de ello (v.
7).

2. Ben-adad envía su criado Hazael a recibir a Eliseo llevando consigo


un gran presente
Ben-adad envió a su siervo Hazael a que recibiera a Eliseo con un gran presente de
cuarenta camellos cargados de los bienes de Damasco, con el fin de preguntarle si él
sanaría de su enfermedad (vs. 8-9).

3. Eliseo contesta que Ben-adad


sanaría de su enfermedad
Eliseo respondió que Ben-adad sanaría de su enfermedad, pero que ciertamente mori-
ría. Entonces Eliseo profetizó a Hazael que él iba a ser rey de Siria; luego Eliseo se
ruborizó y lloró porque Hazael haría mal a los hijos de Israel, prendiendo fuego a sus
fortalezas, matando a espada a sus jóvenes escogidos, estrellando a sus niños y
abriendo el vientre de sus mujeres encintas (vs. 10-13).

4. Hazael regresa a su señor y le


declara lo que Eliseo le había contestado
Hazael regresó a contarle a su señor Ben-adad lo que Eliseo le había contestado, y al
día siguiente Hazael mató a su señor y usurpó su trono (vs. 14-15).

II. EN SU MINISTERIO, ELISEO SE


COMPORTA COMO REPRESENTANTE DE DIOS
En su ministerio, el profeta Eliseo, como hombre de Dios, se comportó como Su repre-
sentante, como el Dios que actúa sobre la tierra. Nosotros los creyentes podemos ser
idénticos a él.
Eliseo, como discípulo de Elías, obtuvo finalmente el espíritu de Elías, pero él era com-
pletamente diferente a Elías. En tipología, Elías representa la economía del Antiguo
Testamento, mientras que Eliseo, la economía neotestamentaria.

Cuando leemos los libros históricos, debemos hacerlo con una visión que abarque
desde la primera página de la Biblia hasta la última. Pablo conocía bien el Antiguo Tes-
tamento y podía interpretarlo. La epístola a los Romanos explica el versículo del Anti-
guo Testamento que declara, “El justo por la fe tendrá vida y vivirá” (Ro. 1:17; Hab.
2:4). Pablo escribió un libro de dieciséis capítulos para definir lo que significa tener
vida por la fe. Los cuatro primeros capítulos tratan el aspecto jurídico, pues declaran
que Dios nos justifica basado en la redención que Cristo efectuó, y por medio de nuestra
fe (3:24, 28). Esto no tiene nada que ver con la vida. Sin embargo, la justificación que
obtenemos por la gracia nos conduce a la vida (5:18); la justificación produce la rege-
neración, por medio de la cual recibimos la vida divina, que es Dios mismo. Esta vida
opera en nosotros y nos hace reyes (v. 17). Después del capítulo cuatro, cada capítulo
de Romanos trata de lo orgánico. Por medio de esta vida orgánica, nosotros, los peca-
dores justificados, somos hechos miembros vivos del Cuerpo de Cristo. El Cuerpo de
Cristo que se menciona en el capítulo doce se expresa orgánicamente en las distintas
localidades que se mencionan en el capítulo dieciséis.

El hermano Nee fue quien me ayudó a recibir esta luz. El fue la persona más equilibrada
en el conocimiento de la Biblia. Por medio de él, aprendí el principio de estudiar la
Biblia desde la perspectiva de la vida.

Miles de personas han estudiado, interpretado y explicado la Biblia durante los últimos
veinte siglos. El hermano Nee estudió todas estas interpretaciones y las compartió con-
migo. Esta es la razón por la que, el prólogo de la Versión Recobro del Nuevo Testa-
mento declara que las notas de dicha versión contienen “la ‘cristalización’ del entendi-
miento de la revelación divina que los santos de todas partes han recibido en los últi-
mos dos mil años”. Si prestamos atención a todas estas notas, entenderemos la Biblia
con la ayuda de los maestros del pasado.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE QUINCE
LOS REINADOS DE JORAM Y OCOZIAS SOBRE JUDA
Y
EL REINADO DE JEHU SOBRE ISRAEL
Lectura bíblica: 2 R. 8:16—10:36
Hemos recalcado claramente que la historia del Antiguo Testamento está estrecha-
mente relacionada con la economía de Dios en tipología. Si leemos los libros históricos
del Antiguo Testamento sin conocer la tipología, seguramente no los entenderemos.
En 2 Reyes vemos que dos personas: Eliseo y Jezabel, tipifican ciertas realidades neo-
testamentarias. Eliseo era una persona muy agradable, pero Jezabel era muy mala. En
este mensaje, que tratará de los reinados de Joram y de Ocozías sobre Judá y del
reinado de Jehú sobre Israel, veremos cómo es destruida Jezabel.
Tanto en la tipología del Antiguo Testamento como en el cumplimiento, en el Nuevo
Testamento, se habla de Jezabel. La maldad de Jezabel, una persona aborrecible, es
idéntica a la maldad de Satanás. Ella envenenó, estafó, cegó y usurpó a mucha gente.

La Jezabel del Antiguo Testamento era un tipo o sombra. Es importante que veamos
quién es Jezabel en la realidad del Nuevo Testamento. Ella era la esposa pagana de
Acab y tipificaba a la iglesia apóstata. El cristianismo es la religión más predominante
de la tierra, y la parte principal de dicha religión la compone la Jezabel actual, o sea, la
Iglesia Católica Romana. En Apocalipsis 2:24, el Señor Jesús declaró que Jezabel en-
seña “las profundidades de Satanás”. Y en Mateo 13:33, esta misma mujer mezcló le-
vadura, el elemento de Satanás, con la harina fina, que representa al Señor Jesús como
la ofrenda de harina que satisface a Dios y a los hombres. Jezabel, la iglesia apóstata,
ciertamente enseña la deidad de Cristo, pero ha añadido mucha levadura a esta ense-
ñanza. Por lo tanto, con Jezabel tenemos una pequeña parte de verdad y una gran parte
de levadura, y son numerosas las personas y los países que se encuentran bajo su in-
fluencia. En Apocalipsis 17, esta mujer es la gran ramera que mezcla abominaciones
con las cosas divinas.

Vayamos a 2 Reyes 8:16—10:36 y leamos el relato de lo que le sucedió a Joram, Ocozías,


Jehú y Jezabel.

I. EL REINADO DE JORAM SOBRE JUDA


En 8:16-24a vemos el reinado de Joram sobre Judá.

A. Reina ocho años en Jerusalén


A la edad de treinta y dos años, Joram empezó a reinar, en el quinto año de Joram, hijo
de Acab, rey de Israel, mientras su padre Josafat era rey de Judá, y reinó ocho años en
Jerusalén (vs. 16-17).

B. Se casa con la hija de Acab


Joram se casó con la hija de Acab y anduvo en el camino de los reyes de Israel, al igual
que los de la casa de Acab. Aunque era rey sobre Judá, anduvo en el camino de los reyes
de Israel debido a su relación con la casa de Acab y a la influencia que recibió de ésta.
Al igual que casi todos los reyes anteriores, hizo lo malo delante de Jehová (v. 18).

C. Jehová no quiere destruir a Judá


Leamos el versículo 19: “Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a
David su siervo, porque había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetua-
mente”. Esto indica que Joram merecía que Dios lo destruyera, pero Jehová no quiso
destruir a Judá porque había prometido que daría lámpara a David y a sus hijos.

D. Edom se rebela contra el dominio de Judá


Anteriormente, los edomitas no tenían rey, pero pusieron rey sobre ellos y se rebelaron
contra el dominio de Judá (v. 20). Joram, con todos sus carros, peleó contra Edom,
pero su pueblo huyó a sus tiendas (vs. 21-22a).
E. Libna se rebela al mismo tiempo
Durante el mismo tiempo, Libna también se rebeló (v. 22b).

F. Joram muere
Joram murió y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David (vs. 23-24a).

II. EL REINADO DE
OCOZIAS SOBRE JUDA
En 8:24b-29; 9:14b-16 y 21-29 leemos acerca del reinado de Ocozías sobre Judá.

A. Reina un año
A la edad de veintidós años, Ocozías hijo de Joram empezó a reinar sobre Judá, en el
año doce de Joram hijo de Acab, rey de Israel. Ocozías reinó un año en Jerusalén
(8:24b-26; 9:29).

B. Anda en el camino de la casa de Acab


Ocozías anduvo en el camino de la casa de Acab e hizo lo malo ante Jehová, al igual que
los de la casa de Acab, porque él era yerno de la casa de Acab (8:27).

C. Se une a Joram para luchar


contra Hazael rey de Siria
Ocozías se unió a Joram hijo de Acab, rey de Israel, para luchar contra Hazael rey de
Siria. Joram fue herido por los sirios y Ocozías lo visitó en su enfermedad (vs. 28-29;
9:14b-16).

D. Se une a Joram para enfrentar


a Jehú, quien se había rebelado
Ocozías se unió a Joram para enfrentarse a Jehú, el cual se había rebelado. Pero
Ocozías recibió una herida fatal de mano de Jehú y fue sepultado en la ciudad de David
(vs. 21-28).

III. EL REINADO DE JEHU SOBRE ISRAEL


En 2 Reyes 9:1—10:36 se narra el reinado de Jehú sobre Israel. Jehú fue usado por Dios
como ejecutor de justicia, para ejecutar juicio sobre toda la casa de Acab.

A. Es ungido por un
hijo de los profetas
El profeta Eliseo dijo a uno de los hijos de los profetas que tomara un frasco de aceite,
lo derramara sobre la cabeza de Jehú y declarara que Jehová lo había ungido por rey
sobre Israel. El joven hizo como Eliseo le había mandado y ungió a Jehú, declarando
que Dios le había hecho rey sobre el pueblo de Jehová, Israel. Entonces, el hijo de los
profetas dijo a Jehú que Dios le había mandado herir la casa de Acab su señor a fin de
que Dios vengara la sangre de Sus siervos los profetas y la sangre de todos Sus siervos,
de la mano de Jezabel. El declaró que toda la casa de Acab perecería, que todo varón
de entre sus descendientes sería destruido, que la casa de Acab sería como la casa de
Jeroboam hijo de Nabat y como la casa de Baasa hijo de Ahías, y que Jezabel sería
comida por los perros y no habría quién la sepultase (9:1-10).

B. Es reconocido y proclamado rey


Jehú fue reconocido y proclamado rey por los siervos de su señor Joram, rey de Israel
(vs. 11-13).

C. Se rebela contra Joram


su señor, rey de Israel
Jehú se rebeló contra Joram, rey de Israel, lo mató y lo arrojó en el campo de Nabot,
como cumplimiento de la profecía de Dios de que El iba a venganza la sangre de Nabot
y la sangre de sus hijos. Nabot y sus hijos, ciudadanos inocentes, fueron matados por
Jezabel. Su sangre estaba continuamente ante Dios, y Dios buscaba venganza. Jehú
también hirió de muerte a Ocozías rey de Judá (vs. 14-27). En esto vemos que para
disfrutar de la buena tierra, el pueblo de Dios debe mantenerse en una condición justa
y recta.

D. Ejecuta el juicio de Dios sobre Jezabel


Jehú ejecutó el juicio de Dios sobre Jezabel (vs. 30-37) al mandar que los eunucos la
echaran por la ventana. Los eunucos respondieron rápidamente al mandato de Jehú,
lo cual indica que ellos habían odiado a esta mujer maligna durante mucho tiempo pero
que no habían podido hacer nada en su contra. Parte de su sangre salpicó la pared y los
caballos, y Jehú la atropelló. Cuando fueron para sepultarla, no hallaron más de ella
que la calavera, los pies y las palmas de sus manos. Esto cumplió la profecía que Dios
había dicho de ella, según la cual los perros comerían su carne y su cadáver sería como
el estiércol sobre la faz de la tierra en la heredad de Jezreel, de manera que nadie pu-
diese decir: “Esta es Jezabel” (v. 37).

Apocalipsis 17 muestra el fin de la verdadera Jezabel, la gran ramera, la apóstata Iglesia


Católica Romana. Cuando el Anticristo y sus diez reyes persigan las religiones de la
tierra, comerán la carne de Jezabel y la quemarán totalmente (v. 16).

E. Mata a los setenta hijos de Acab


Jehú también mató a los setenta hijos de Acab (2 R. 10:1-11). El propuso a los goberna-
dores de Jezreel, a los ancianos y los ayos de los hijos de Acab que escogieran a uno de
los hijos de Acab como sucesor del trono para que peleara por la casa de Acab (vs. 1-3).
El mayordomo, el gobernador de la ciudad, los ancianos y los ayos de los hijos de Acab,
se rebelaron contra los setenta hijos de Acab y los mataron y enviaron sus cabezas a
Jehú, y éste mató a todos los príncipes, familiares y sacerdotes de Acab hasta que no
quedó ninguno (vs. 4-11).

F. Mata a los hermanos de Ocozías rey de Judá


Los versículos 12-14 revelan que Jehú mató a los hermanos de Ocozías rey de Judá.
G. Mata a todos los que habían
quedado de Acab en Samaria
Luego, conforme a la palabra de Jehová, que había hablado por medio de Elías, Jehú
mató a todos los que habían quedado de Acab en Samaria (vs. 15-17).

H. Mata a todos los profetas de Baal


Jehú mató astutamente a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos, sacerdotes y
adoradores. Luego, quemó las estatuas de la casa de Baal y derribó la casa de Baal, la
cual se convirtió en letrinas, y así desarraigó a Baal de Israel (vs. 18-28).

I. No se aparta de los pecados de Jeroboam


Aunque Jehú hizo cosas rectas y agradables delante de Dios, no se apartó de los peca-
dos de Jeroboam hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel, es decir, los becerros
de oro que estaban en Bet-el y en Dan (vs. 29, 31).

J. Jehová habla a Jehú acerca de sus hijos


En el versículo 30, Jehová habló a Jehú, declarando: “Por cuanto has hecho bien eje-
cutando lo recto delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que
estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta ge-
neración”. Esto indica también que para disfrutar de la buena tierra, debemos ser rec-
tos. El disfrute que tenemos de Cristo, nuestra buena tierra, depende de lo que somos
y de cuán rectos somos.

K. Jehová empieza a cercenar


el territorio de Israel
En aquellos días, Jehová empezó a cercenar el territorio de Israel por medio de Hazael,
quien los derrotó por todas sus fronteras (vs. 32-33).

L. Es sepultado en Samaria
Después de reinar sobre Israel veintiocho años en Samaria, Jehú durmió con sus pa-
dres y fue sepultado en Samaria, y su hijo Joacaz reinó en su lugar (vs. 34-36).

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE DIECISEIS
LOS REINADOS DE ATALIA Y JOAS SOBRE JUDA
Lectura bíblica: 2 R. 11—12
En 2 Reyes 11—12 se narran los reinados de Atalía y Joás sobre Judá.
I. EL REINADO DE ATALIA SOBRE JUDA
A. Atalía destruye toda la descendencia real
Atalía, madre de Ocozías y esposa de Joram, de la casa de Acab (8:25-27), destruyó
toda la descendencia real (11:1).

B. La hija del rey Joram esconde a Joás


en la casa de Jehová
Josaba, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, escondió a Joás hijo de Ocozías en la
casa de Jehová durante seis años, mientras Atalía, su abuela, reinaba sobre el país (vs.
2-3).

C. El sumo sacerdote prepara la unción de Joás


En el séptimo año, el sumo sacerdote Joiada planeó sabiamente ungir a Joás, y el pue-
blo lo reconoció como rey con alegría, batiendo las manos y declarando: “¡Viva el rey!”
(vs. 4-12).

D. Atalía reacciona a la entronización


de Joás y le dan muerte
Atalía reaccionó a la entronización de Joás rasgando su ropa y clamando: “¡Traición!
Traición!” (vs. 13-14). Luego, en conformidad con las instrucciones del sumo sacerdote
Joiada, ella fue muerta fuera de la casa de Dios (vs. 15-16).

II. EL REINADO DE JOAS SOBRE JUDA


En 11:17—12:21 se narra el reinado de Joás sobre Judá.

A. El sumo sacerdote Joiada hace pacto


entre Jehová y el rey y el pueblo
Joiada, el sumo sacerdote, hizo pacto entre Jehová y el rey y el pueblo, lo cual consistía
en que ellos serían el pueblo de Jehová. Además, también hizo otro pacto entre el rey
y el pueblo. Entonces todos fueron a la casa de Baal y la derribaron, despedazando por
entero los altares de Baal y sus imágenes, y matando al sacerdote de Baal (11:17-18).

B. Joás es entronizado a la edad de siete años


A la edad de siete años, Joás fue entronizado por el pueblo con regocijo (vs. 19-21).
Desde su niñez lo ayudó mucho el sumo sacerdote.

C. Reina cuarenta años en Jerusalén


Joás empezó a reinar sobre Judá en el séptimo año de Jehú, y reinó por cuarenta años
en Jerusalén (12:1).
D. Hace lo recto a los ojos de Jehová
Joás hizo lo recto a los ojos de Jehová todo el tiempo que le instruyó el sumo sacerdote
Joiada. A pesar de esto, no se quitaron los lugares altos, y el pueblo aún sacrificaba y
quemaba incienso en ellos (vs. 2-3).

E. Repara la casa de Dios


Joás reparó la casa de Dios con las ofrendas del pueblo, bajo la administración de los
sacerdotes y de los siervos del rey, aquellos que eran fieles; sin embargo, el dinero de
las ofrendas por las transgresiones y el de las ofrendas por los pecados era para los
sacerdotes (vs. 4-16).

F. Hazael rey de Siria sube a Jerusalén


Hazael rey de Siria subió a Jerusalén para sitiarla, y Joás rey de Judá le envió todas las
cosas sagradas que sus padres habían dedicado y las que él dedicó, y todo el oro hallado
en las tesorerías de la casa de Jehová y en la casa del rey, logrando que Hazael se fuera
de Jerusalén (vs. 17-18).

G. Fue asesinado por sus siervos


Joás fue un rey bueno, pero sus siervos lo asesinaron, y fue sepultado con sus padres
en la ciudad de David y le sucedió su hijo Amasías (vs. 19-21).

Al leer la historia de los reyes y meditar sobre lo que ellos representan según la tipolo-
gía, lo que sobresale es la división. La división proviene de la ambición de la gente, es
decir, del deseo de ser superior a los demás, de ser la cabeza, el príncipe y el rey del
pueblo.

El Nuevo Testamento subraya mucho la unidad del Cuerpo de Cristo. En los evangelios
vemos que los seguidores del Señor Jesús lo amaban a lo sumo, al grado de dejar su
país, su casa y sus familiares para seguirle. Pero durante ese tiempo, la cuestión más
apremiante, según ellos, era quién sería el mayor. Incluso durante el viaje final a Jeru-
salén, cuando el Señor Jesús sintió la urgencia de hablarles una vez más de Su crucifi-
xión, ellos discutieron sobre quién era el mayor (Mt. 20:20-28; cfr. Lc. 22:24). La ma-
dre de los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan, vino al Señor con sus hijos y le pidió que
éstos se sentaran en Su reino, el uno a Su derecha y el otro a Su izquierda (Mt. 20:20-
21).

En Su última noche en la tierra, el Señor Jesús habló mucho a Sus discípulos acerca de
las profundidades de la revelación divina en cuanto a la economía de Dios (Juan 14—
16). Después ofreció una oración final al Padre en Juan 17, en la cual pidió repetidas
veces al Padre que guardara a los creyentes en la unidad del Dios Triuno. El Señor
ofreció esta oración por ellos basándose en la vida del Dios Triuno, en el nombre del
Padre, en las verdades acerca de la economía de Dios y en la gloria (vs. 11, 17, 21-23). A
partir de aquel momento, los discípulos se convirtieron en fieles seguidores del Señor.
Después de la resurrección y ascensión del Señor, permanecieron juntos en Jerusalén
y oraron unánimes durante diez días (Hch. 1:14). Cuando el Señor se derramó sobre
ellos como Espíritu en el día de Pentecostés, se inició la vida de iglesia. Sin embargo,
poco después, la división comenzó a infiltrarse gradualmente.
Quisiera pedirles que consideren, según el Nuevo Testamento, cuál fue la primera di-
visión que invadió la iglesia. Yo diría que fue cuando Bernabé dejó a Pablo. Después de
que Saulo, llamado después Pablo, fue salvo directamente por el Señor y bautizado por
Ananías, Bernabé lo introdujo a la comunión del Cuerpo. Los creyentes de Jerusalén le
tenían miedo porque él había perseguido y devastado a la iglesia, pero Bernabé fue
valiente y lo trajo a Jerusalén recomendándolo con los apóstoles a fin de que fuera
introducido en la comunión del Cuerpo (Hch. 9:26-28). Posteriormente, Pablo y Ber-
nabé, quienes tenían una relación muy estrecha, figuraron entre los profetas y maes-
tros de Antioquía (13:1), y más tarde, fueron enviados por el Espíritu Santo para la obra
a que El los había llamado (v. 2). Cuando empezaron a viajar juntos, el nombre de Ber-
nabé se mencionaba primero (v. 7); sin embargo, en Pafos se presentó una situación
qué requería un orador más fuerte, y fue Pablo quien habló (vs. 8-12). Esto muestra
que a pesar de que Bernabé había tomado la delantera, él no era tan apto como Pablo,
quien ahora tomaba la iniciativa para hablar. A partir de aquella ocasión, la revelación
divina siempre mencionaba el nombre de Pablo antes que el de Bernabé. Por algún
tiempo, Pablo y Bernabé laboraron juntos. Pero después, cuando Pablo propuso a Ber-
nabé que visitaran las iglesias que habían establecido, Bernabé propuso e insistió en
llevar en el viaje a su primo Marcos. A Pablo no le pareció bien, porque Marcos, no
pudiendo soportar las dificultades del viaje, había abandonado el primer viaje que em-
prendieron. Debido a este desacuerdo, Bernabé dejó a Pablo (15:36-39). Después de
esto, no vemos que se hayan unido nuevamente; esto fue una división.

Cuando servimos al Señor en el Cuerpo de Cristo, nuestro corazón debe ser sencillo y
puro. En el corazón de Bernabé había algo que no era tan sencillo ni puro, quizás un
poco de ambición. Esto provocó la división.

La división llegó a ser un problema para los apóstoles, quienes intentaban mantener la
unidad del Cuerpo de Cristo. En Corinto también se levantó una división (1 Co. 1:10-
12), y Pablo le escribió a la iglesia al respecto. Cuando escribió a la iglesia de Efeso, le
declaró que la virtud primordial en la conducta de los creyentes era guardar la unidad
del Espíritu, a saber, la unidad del Cuerpo (Ef. 4:1-3).

La historia de la iglesia muestra que siempre han existido divisiones a lo largo de los
siglos. Durante los últimos setenta años, también entre nosotros se han suscitado al-
gunas divisiones. Según mi observación, toda división proviene de la ambición. Debo
decirles, como advertencia, que en los últimos setenta años en el recobro del Señor,
ninguna persona facciosa se ha arrepentido jamás. Este es un asunto muy grave.

No debemos leer los libros de historia del Antiguo Testamento simplemente conforme
a la letra, sino teniendo una visión completa de la economía de Dios. Si la tenemos,
descubriremos que los tipos contenidos en dichos libros muestran que la división trae
confusión, asesinatos y usurpación. En la actualidad, el mundo cristiano en su totali-
dad está lleno de división, confusión, usurpación y asesinatos espirituales. Incluso en-
tre nosotros puede haber usurpación con respecto al cuerpo de ancianos. Esta maldad,
que proviene del Hades, todavía existe en el recobro del Señor. Debemos tener cuidado
y no causar ninguna división, porque la división es muy dañina, y el que la provoca es
el primero que paga las consecuencias.
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE DIECISIETE
LOS REINADOS DE JOACAZ, JOAS
Y JEROBOAM SOBRE ISRAEL
Y DE AMASIAS SOBRE JUDA
Lectura bíblica: 2 R. 13—14
En este mensaje estudiaremos los reinados de Joacaz, Joás y Joram sobre Israel y el
reinado de Amasías sobre Judá.

I. EL REINADO DE JOACAZ SOBRE ISRAEL


A. Reina diecisiete años
Joacaz, hijo de Jehú, comenzó a reinar en el año veintitrés de Joás, y reinó diecisiete
años (13:1).

B. Hace lo malo delante de Jehová


Joacaz hizo lo malo ante Jehová y siguió en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat,
con los cuales hizo pecar a Israel. Joacaz no se apartó de ellos (v. 2).

C. El furor de Jehová
se enciende contra Israel
El enojo de Jehová se encendió contra Israel y El los entregó en manos de Hazael rey
de Siria y de su hijo Ben-adad por mucho tiempo. Ellos destruyeron a Israel dejándolo
como el polvo para la trilla; no dejaron a Joacaz más de cincuenta jinetes, diez carros
y diez mil hombres de a pie (vs. 3, 7, 22-24).

D. Joacaz ora a Jehová,


y Jehová da a Israel un libertador
Joacaz oró en presencia de Jehová, y Jehová le dio a Israel un salvador. Con todo y eso,
no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, sino que en ellos anduvieron y
mantuvieron la imagen de Asera en Samaria (vs. 4-6).

E. Es sepultado en Samaria
Joacaz durmió con sus padres y fue sepultado en Samaria (vs. 8-9a).

II. EL REINADO DE JOAS SOBRE ISRAEL


A. Reina en Samaria dieciséis años
Joacaz empezó a reinar en el año treinta y siete de Joás rey de Judá, y reinó dieciséis
años en Samaria (vs. 9b-10).
B. Hace lo malo ante Jehová
Joacaz hizo lo malo a los ojos de Jehová y no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo
de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos (v. 11).

C. El fin glorioso de la vida


y ministerio de Eliseo
Los versículos 14-21 narran el fin glorioso de la vida y ministerio de Eliseo. Eliseo fue
un tipo maravilloso de Cristo.

1. No es sanado por un milagro


Eliseo realizó milagros de sanidad divina a favor de otros, pero, conforme a la voluntad
de Dios, él mismo no fue sanado por un milagro (v. 14a).

2. Es reconocido por Joás rey de Israel


como los carros y gente de a caballo
Eliseo fue reconocido por Joás rey de Israel como los carros y gente de a caballo de
Israel (v. 14b). Esto significa que se le reconoció como la defensa nacional de Israel.

3. Le profetiza a Joás por medio


de la parábola del arco y las saetas
Eliseo profetizó a Joás por medio de la parábola del arco y las saetas, según la cual Joás
derrotaría a los sirios y los consumiría tres veces (vs. 15-19).

4. Muere en cuerpo
pero sigue ministrando en espíritu
Eliseo murió en cuerpo pero siguió ministrando en el espíritu y revivió a un muerto
(vs. 20-21). Cuando él murió, su cuerpo fue sepultado. Un día, un hombre murió y su
cadáver fue arrojado en el sepulcro de Eliseo. Cuando el cuerpo de este hombre tocó
los huesos de Eliseo, el hombre revivió. Aun después de muerto, Eliseo pudo vivificar
a la gente. Este es un cuadro del Cristo que opera en resurrección. Todo aquel que lo
toca es vivificado. D. L. Moody dijo una vez que el milagro más grande es la regenera-
ción. La regeneración se produce cuando las personas que están muertas espiritual-
mente tocan al Cristo que murió y resucitó. Todo aquel que toca a este Cristo es rege-
nerado, vivificado. Puedo testificar que hace sesenta y nueve años le toqué y fui vivifi-
cado y llegué a ser una persona totalmente distinta. Desde aquel momento, la vida vi-
vificante de Cristo me ha guardado en Su mano.

D. Recupera las ciudades de mano de Ben-adad


Con su triple victoria sobre los sirios, Joás recobró las ciudades de mano de Ben-adad,
las cuales éste había arrebatado en tiempos de guerra, de mano de Joacaz (v. 25).

E. Es sepultado en Samaria con los reyes de Israel


Joacaz durmió con sus padres y fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel. Le
sucedió al trono su hijo Jeroboam (vs. 12-13; 14:15-16).
III. EL REINADO DE AMASIAS SOBRE JUDA
A. Reina veintinueve años en Jerusalén
Amasías, el hijo de Joás rey de Judá, empezó a reinar en el segundo año de Joás hijo
de Joacaz rey de Israel, a la edad de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Je-
rusalén (14:1-2).

B. Hace lo recto delante de Jehová


Amasías hizo lo recto ante Jehová, conforme a todo lo que había hecho Joás su padre,
aunque no como David su padre. Sin embargo, los lugares altos no fueron derribados,
y el pueblo siguió sacrificando y quemando incienso ahí (vs. 3-4).

C. Mata a los siervos que habían dado muerte


a su padre, el rey
Cuando hubo afirmado su reino, Amasías mató a los siervos que habían dado muerte a
su padre, el rey (v. 5). Sin embargo, no mató a los hijos de los asesinos, conforme a lo
que está escrito en el libro de la ley (v. 6).

D. Mata a diez mil edomitas


Amasías dio muerte a diez mil edomitas en el Valle de la Sal, y tomó a Sela (v. 7).

E. Pelea contra Joás rey de Israel


Amasías luchó contra Joacaz rey de Israel, y fue derrotado y capturado por Joás. Joás
vino a Jerusalén, derribó el muro y tomó todo el oro, la plata, los utensilios de la casa
de Jehová y los tesoros de la casa del rey, y tomó consigo rehenes y los llevó a Samaria
(vs. 8-14).

F. Sobrevive a Joás rey de Israel, quince años


Amasías sobrevivió a Joás rey de Israel (vs. 17-18).

G. Conspiran en Jerusalén contra él


El pueblo en Jerusalén conspiró contra Amasías, y él huyó a Laquis, pero enviaron
hombres tras él y lo mataron allí (v. 19).

H. Es sepultado en Jerusalén
Amasías fue traído sobre caballos y sepultado en Jerusalén con sus padres, en la ciudad
de David; y todo el pueblo de Judá, tomando a Azarías, quien tenía dieciséis años, lo
hizo rey en lugar de Amasías su padre (vs. 20-21).

IV. EL REINADO DE JEROBOAM SOBRE ISRAEL


A. Reina cuarenta y un años en Samaria
Jeroboam, hijo de Joás rey de Israel, empezó a reinar en Samaria en el año quince de
Amasías rey de Judá, y reinó cuarenta y un años en Samaria (v. 23).
B. Hace lo malo ante Jehová
Jeroboam hizo lo malo ante Jehová, no apartándose de los pecados de Jeroboam hijo
de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel (v. 24).

C. Restaura los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar de


Arabá
Jeroboam restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar de
Arabá, conforme a la palabra de Jehová, la cual El habló por boca de su siervo Jonás.
Jehová había visto la amarga aflicción de Israel, porque no había ni siervo ni libre ni
quien ayudara a Israel, y El no había determinado raer el nombre de Israel de debajo
del cielo; por tanto, los salvó por mano de Jeroboam (vs. 25-27).

D. Duerme con sus padres


Jeroboam durmió con sus padres, los reyes de Israel, y su hijo Zacarías le sucedió al
trono (vs. 28-29).

A estas alturas me gustaría decir algo acerca de la relación entre la historia del Antiguo
Testamento y el cumplimiento de la economía de Dios en el Nuevo Testamento. La
historia antiguotestamentaria es un tipo y su cumplimiento se encuentra en el Nuevo
Testamento.

Con respecto a esto, debemos ver que los libros proféticos van a la par de la historia de
Israel. Por ejemplo, Isaías ayudó a Ezequías. En Isaías tenemos dos versículos sobre-
salientes. El primero es Isaías 7:14, que dice: “He aquí que la virgen concebirá, y dará
a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Emanuel significa “Dios con nosotros”.
Esto habla de que el Dios Triuno vendría a ser un niño. Al mismo tiempo que Isaías
fortaleció y ayudó a los reyes de Israel, profetizó que el Dios de Israel vendría a ser un
niño nacido de una virgen.

El otro versículo es Isaías 9:6, que lee: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado,
y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios
fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”. Este versículo da a entender que Dios se haría
hombre con el propósito de llevar a cabo Su economía, que consiste en hacer al hombre
Dios en vida y naturaleza (mas sin ser objeto de adoración). Se encarnó con el fin de
hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mediante el proceso de encarnación, vivir
humano, crucifixión, muerte y resurrección. En la resurrección, El, el postrer Adán en
la carne, fue hecho Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Este Espíritu es el Dios que se hizo
hombre, llevó en la tierra una vida humana durante treinta y tres años y medio, murió
en la cruz y entró en la resurrección, en la cual fue hecho Espíritu vivificante.

El es una persona maravillosa. Primero, El era Dios, y luego se hizo un niño. Como
resultado de esto, ya no era solamente Dios, sino un Dios-hombre en la carne. Pablo le
llama: “el postrer Adán”, que implica que El es la conclusión de la humanidad. Como
postrer Adán en la carne, El fue hecho el Espíritu vivificante en resurrección. Jesu-
cristo, quien lo es todo, es el Espíritu vivificante que nos regeneró, es el Dios que está
en nosotros y que no sólo mora en nosotros, sino también se forja en nuestro ser para
constituirnos Su morada. Aquellos que creemos en Cristo, ahora debemos vivir, actuar
y centrar nuestro ser en este Espíritu y configurarnos a El (Ro. 8:4; Gá. 5:25; Col. 2:6).
Mediante estos pasos, que conforman el proceso de transformación (Ro. 12:2; 2 Co.
3:18), Dios nos transforma en El mismo en vida y naturaleza. Incluso el Señor Jesús
pasó por un proceso de transformación. Su humanidad se transformó en divinidad me-
diante Su muerte y Su resurrección. Y nuestra transformación supone los mismos pa-
sos. El Señor Jesús pasó por la muerte y la resurrección en menos de tres días, pero
nuestra transformación dura toda la vida. Todos seremos transformados, ya sea en esta
era o en la próxima.

Dios está haciendo de nosotros Sus redimidos, El mismo en vida y naturaleza. Nos está
haciendo Su agrandamiento y Su expresión al transformarnos con un elemento orgá-
nico, que es El mismo como vida. Esto significa que el Dios Triuno nos transforma con
el elemento de Su vida, la vida divina. Hoy la vida divina es el Espíritu vivificante.

A fin de ser verdaderos creyentes, no es necesario que nos ocupemos de tantas cosas;
lo único que debe ocupar nuestra atención es vivir, andar y centrar nuestro ser en el
Espíritu y configurarnos a El. El Espíritu que lo es todo, el cual contiene todo lo que
Cristo es, todo lo que logró y todo lo que obtuvo, está mezclado con nuestro espíritu
regenerado. Simplemente debemos vivir y andar conforme al espíritu mezclado.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE DIECIOCHO
LOS REINADOS DE AZARIAS, JOTAM
Y ACAZ SOBRE JUDA
Y DE ZACARIAS, SALUM, MANAHEM,
PEKAIA Y PEKA SOBRE ISRAEL
Lectura bíblica: 2 R. 15—16
En 2 Reyes 15—16 se describen los reinados de Azarías, Jotam y Acaz sobre Judá y los
reinados de Zacarías, Salum, Manahem, Pekaía, y Peka sobre Israel.

I. EL REINADO DE AZARIAS (UZIAS) SOBRE JUDA


A. Reina cincuenta y dos años en Jerusalén
A la edad de dieciséis años, Azarías (Uzías) empezó a reinar sobre Judá en el año vein-
tisiete de Jeroboam rey de Israel, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén (15:1-2;
14:21).

B. Hace lo recto ante Jehová


Azarías hizo lo recto ante Jehová, conforme a todas las cosas que su padre Amasías
había hecho. Pero no quitó los lugares altos, y el pueblo siguió sacrificando y quemando
incienso ahí (15:3-4).

C. Jehová lo hiere con lepra


Por haber transgredido en cuanto al servicio sacerdotal, Azarías fue herido por Jehová
con lepra hasta el día de su muerte (v. 5a; 2 Cr. 26:16-21). El no respetó la ordenanza
de Dios según la cual únicamente los sacerdotes que Dios había ordenado podían par-
ticipar en el servicio sacerdotal. Azarías abusó de su autoridad en cuanto a dicho ser-
vicio, y esto fue una gran ofensa ante Dios y la causa de que le diera lepra.

D. Su hijo Jotam recibe el cargo del palacio


El hijo de Azarías, convertido en rey suplente, tenía el cargo del palacio y gobernaba al
pueblo (2 R. 15:5b).

E. Reedifica a Elat y la restituye a Judá


Después de la muerte de su padre Amasías, Azarías reedificó a Elat y la restituyó a Judá
(14:22).

F. Es sepultado con sus padres


Azarías durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. En su
lugar reinó Jotam su hijo (15:6-7).

II. EL REINADO DE ZACARIAS SOBRE ISRAEL


A. Reina seis meses
Zacarías empezó a reinar en Samaria en el año treinta y ocho de Azarías rey de Judá, y
reinó seis meses (v. 8).

B. Hace lo malo ante Jehová


Zacarías hizo lo malo delante de Jehová, como habían hecho sus padres, y no se apartó
de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, por los cuales hizo pecar a Israel (v. 9).

C. Salum conspira contra él


Salum conspiró contra Zacarías, lo hirió en presencia del pueblo y reinó en su lugar.
Esto cumplió la palabra de Dios dada a Jehú su antepasado, de que por su fidelidad a
Dios, sus hijos se sentarían en el trono de Israel hasta la cuarta generación (vs. 10-12).

III. EL REINADO DE SALUM SOBRE ISRAEL


A. Reina un mes en Samaria
Salum reinó solamente un mes en Samaria, en el año treinta y nueve de Uzías (Azarías),
rey de Judá (v. 13).

B. Muerto por Manahem


Manahem subió de Tirsa, mató a Salum y usurpó su trono (vs. 14-15).
IV. EL REINADO DE MANAHEM SOBRE ISRAEL
A. Captura a Tifsa y sus alrededores
Puesto que los de Tifsa no le abrieron las puertas, Manahem saqueó a Tifsa y sus alre-
dedores, mató a todo el pueblo y abrió el vientre a todas las mujeres embarazadas (v.
16). Resulta difícil explicar cómo es que teniendo la ley de Dios, fue tan malo y atroz.

B. Reina diez años en Samaria


Manahem comenzó a reinar sobre Israel en el año treinta y nueve de Azarías rey de
Judá, y reinó diez años en Samaria (v. 17).

C. Hace lo malo ante Jehová


durante todos sus días
Manahem hizo lo malo ante Jehová. Durante todos sus días no se apartó de los pecados
de Jeroboam hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel (v. 18).

D. Pul rey de Asiria viene a atacar la tierra


Pul rey de Asiria vino a atacar la tierra, y Manahem le dio mucho dinero, que había
exigido de Israel, de todos los ricos y poderosos. Entonces el rey de Asiria se retiró y no
se detuvo en el país (vs. 19-20).

E. Duerme con sus padres


Manahem durmió con sus padres, y reinó en su lugar Pekaía su hijo (vs. 21-22).

V. EL REINADO DE PEKAIA SOBRE ISRAEL


A. Reina dos años
Pekaía empezó a reinar sobre Israel en Samaria en el año quince de Azarías rey de Judá,
y reinó dos años (v. 23).

B. Hace lo malo a los ojos de Jehová


Pekaía hizo lo malo ante Jehová, pues no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de
Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel (v. 24).

C. Peka lo mata
Pekaía fue asesinado en su palacio en Samaria, por Peka su capitán, quien usurpó su
trono (vs. 25-26).

VI. EL REINADO DE PEKA SOBRE ISRAEL


A. Reina veinte años
Peka reinó sobre Israel en Samaria desde el año cincuenta y dos de Azarías rey de Judá,
y reinó veinte años (v. 27).
B. Hace lo malo ante Jehová
Peka hizo lo malo a los ojos de Jehová, no apartándose de los pecados de Jeroboam
hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel (v. 28).

C. Tiglat-pileser rey de Asiria invade Israel


En los días de Peka, Tiglat-pileser rey de Asiria, invadió Israel, llevando una parte del
pueblo cautivo a Asiria (v. 29).

D. Oseas conspira contra él


En el vigésimo año de Jotam hijo de Uzías y rey de Judá, Oseas conspiró contra Peka,
lo mató y reinó en su lugar (vs. 30-31).

VII. EL REINADO DE JOTAM SOBRE JUDA


A. Reina dieciséis años
A la edad de veinticinco años, Jotam empezó a reinar en Jerusalén en el segundo año
de Peka hijo de Remalías, rey de Israel, y reinó dieciséis años (vs. 32-33).

B. Hace lo recto delante de Jehová


Jotam hizo lo recto ante Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre
Uzías, pero no quitó los lugares altos, y el pueblo siguió sacrificando y quemando in-
cienso en ellos (vs. 34-35a).

C. Edifica la puerta más alta de la casa de Jehová


Jotam edificó la puerta más alta de la casa de Jehová (v. 35b).

D. Jehová comienza a enviar contra


Judá a Rezín rey de Siria y a Peka
En aquel tiempo Jehová comenzó a enviar contra Judá a Rezín rey de Siria, y a Peka,
hijo de Remalías (v. 37).

E. Es sepultado con sus padres


en la ciudad de David
Jotam durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. En su
lugar reinó Acaz su hijo (vs. 36, 38).

VIII. EL REINADO DE ACAZ SOBRE JUDA


A. Reina dieciséis años
A la edad de veinte años Acaz empezó a reinar en Jerusalén, en el año diecisiete de Peka
rey de Israel, y reinó dieciséis años (16:1-2a).
B. No hace lo recto ante Jehová su Dios
Acaz no hizo lo recto ante Jehová su Dios, como lo había hecho David su padre, sino
que anduvo en el camino de los reyes de Israel, haciendo pasar por fuego a su hijo,
según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos
de Israel. Asimismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, sobre los collados
y debajo de todo árbol frondoso (vs. 2b-4).

C. Rezín rey de Siria y Peka rey de Israel


atacan Jerusalén
Rezín rey de Siria y Peka rey de Israel atacaron Jerusalén. Sitiaron a Acaz pero no pu-
dieron vencerlo (v. 5).

D. Rezín rey de Siria recobra Elat para Siria


Rezín rey de Siria recobró Elat para Siria y echó a los hombres de Judá de allí. Entonces
los sirios vinieron a Elat y la habitaron (v. 6).

E. Acaz pide la ayuda del rey de Asiria


Acaz pidió la ayuda del rey de Asiria humillándose como su siervo y su hijo, al costo de
darle un presente de la plata y el oro que se hallaban en la casa de Jehová, y darle de
los tesoros de la casa del rey. El rey de Asiria atacó Damasco, la tomó y llevó cautivos a
sus moradores, y mató a Rezín (vs. 7-9).

F. Acaz sale al encuentro del rey de Asiria


en Damasco y adopta el diseño
del altar que se encontraba allí
Acaz salió al encuentro del rey de Asiria en Damasco y vio el altar que estaba allí, y
adoptando el diseño de dicho altar y con la ayuda del sacerdote Urías, edificó un altar
similar en Jerusalén. Luego, Acaz ofreció sacrificios en él y exhortó a Urías a que que-
mara los holocaustos y las ofrendas del pueblo en ese gran altar. Posteriormente, Acaz
trasladó el altar de bronce que estaba delante de la casa de Dios y lo puso al lado de su
altar. El altar de bronce le serviría para que consultará en él. Además, cambió la ma-
nera de colocar el lavacro y el mar de bronce que había hecho Salomón. Luego, por
causa del rey de Asiria, quitó el pórtico de entrada a la casa de Dios para los días de
sábado y el pasadizo del rey que permitía la entrada a la casa de Dios (vs. 10-18).

G. Es sepultado con sus padres


Acaz durmió con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David; y reinó en
su lugar Ezequías su hijo (vs. 19-20).

Transcurrieron cuatrocientos años desde la degradación de Salomón, el constructor


del templo, hasta el cautiverio de los hijos de Israel. Durante ese tiempo, Dios esperaba
que ellos cambiaran, pero pasaron muchos años y permanecieron en su terquedad, lo
cual obligó a Dios a abandonarlos. No obstante, aunque Dios los abandonó, El guardó
el principio que predomina tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, a saber,
preservarse algunos vencedores para conservar un linaje sobre la tierra que llevara a
cabo Su economía. Todos los profetas genuinos que vivieron en los tiempos de los reyes
y durante el cautiverio, tales como Elías, Eliseo, Isaías, Jonás, Daniel y Zacarías, eran
vencedores, y por medio de ellos, Esdras y Nehemías comprendieron que debían re-
gresar a la tierra de sus padres.

La historia de Israel en su totalidad es un tipo de la economía de Dios, y el cumpli-


miento de este tipo se ve en la historia del cristianismo. Hoy el cristianismo se encuen-
tra en cautiverio, pero nosotros, en el recobro del Señor, estamos fuera de él. En tipo-
logía, el recobro del Señor empezó con muy pocos, con personas como Daniel, Esdras
y Nehemías. Hoy en el recobro del Señor tal vez haya un número reducido de creyentes,
pero el recobro está llegando a muchos que se hallan en el cautiverio, para llamarlos a
ser vencedores. El objetivo del recobro del Señor no es ganar a todos los cristianos de
esta era, sino llamar a un grupo reducido para que sean los vencedores. En el libro de
Apocalipsis, vemos que varias veces el Señor Jesús hace un llamado a vencer (2:7, 11,
17, 26; 3:5, 12, 21). Estos vencedores serán el monte de Sión, la cumbre de lo que Dios
ha logrado en Su economía (14:1).

La Biblia es un solo libro que consta de dos secciones: el Antiguo Testamento y el Nuevo
Testamento. El Antiguo Testamento contiene muchos tipos y cuadros, mientras que en
el Nuevo Testamento tenemos el cumplimiento. Sin embargo, la mayoría de los cristia-
nos sólo prestan atención a una parte de dicho cumplimiento. En el recobro, el Señor,
por Su misericordia, nos ha revelado gradualmente cada vez más el cumplimiento neo-
testamentario de la tipología del Antiguo Testamento, especialmente con respecto a la
economía de Dios.

Cuando leemos los libros de 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes, debemos ver la relación que
existe entre los libros históricos del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Esta
relación se centra en la economía de Dios, la cual gira en torno a Cristo y Su Cuerpo.
Esta relación también se ve en la historia de los reyes, que incluye a los profetas, los
vencedores de Dios. En repetidas ocasiones, los profetas intervinieron para ayudar a
los reyes, o para disciplinarlos. Por ejemplo, Natán ayudó a David y también le repren-
dió; Elías reprendió a Acab; Eliseo hizo milagros en vida; e Isaías ayudó a Ezequías.

En el libro de Isaías figuran dos breves profecías que muestran claramente la relación
que existe entre el Antiguo Testamento y el Nuevo. Isaías 7:14 declara que una virgen
daría a luz a un hijo que se llamaría Emanuel. Isaías 9:6 declara que, un hijo nos es
dado y que se llamaría Dios fuerte y Padre eterno. Estas profecías revelan que Dios se
haría hombre, que se haría un niño. El Dios fuerte, el Padre eterno, se hizo hombre
para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza (mas no como objeto de adoración).
Sin embargo, para que el hombre llegue a ser Dios de esta manera, primero tenía que
ser redimido. Isaías 53 es un capítulo que gira en torno a la redención efectuada por
Cristo. En Su humanidad, el Dios que se hizo hombre vino a ser el Redentor de los
hombres, y murió por el pecado de ellos. Dios redimió al hombre con el propósito de
hacerlo Dios en vida y naturaleza, y así cumplir Su economía, cuya consumación es
producir el Cuerpo de Cristo, Su agrandamiento. La consumación del Cuerpo de Cristo
es la Nueva Jerusalén, la plena expresión y agrandamiento de Dios por la eternidad.
En tipología, la historia de los reyes está ligada al hecho de que Dios se hace hombre
para redimir al hombre para Sí Mismo y hacer que Su pueblo redimido sea Dios, en
vida y naturaleza, a fin de tener por la eternidad una expresión universal y corporativa
de Sí mismo. Esto es un resumen de la economía de Dios.
Jesús, quien es Dios hecho hombre, llegó a ser el Espíritu vivificante en Su resurrección
(1 Co. 15:45). Todo lo relacionado con esto se revela en los veintisiete libros del Nuevo
Testamento. El Nuevo Testamento muestra que Jesús es Dios hecho hombre mediante
la encarnación; que El llevó una vida humana sobre la tierra; que sufrió una muerte
que incluyó todas las cosas, por medio de la cual resolvió todos los problemas en el
universo, incluyendo el pecado, la muerte, Satanás, el mundo y la vieja creación; y que
finalmente El entró en resurrección. En Su resurrección, elevó Su humanidad y la in-
trodujo en la divinidad, regenerando así Su humanidad para llegar a ser el Hijo primo-
génito de Dios (Ro. 1:3-4; Hch. 13:33; Ro. 8:29). En ese mismo nacimiento, nosotros,
los muchos miembros de Cristo, fuimos regenerados juntamente con El (1 P. 1:3). En
Su resurrección y por medio de ella, Cristo fue hecho el Espíritu vivificante.

El Espíritu vivificante, quien es el Cristo que lo es todo, es la consumación del Dios


Triuno procesado y consumado. Este Espíritu es también la realidad de la resurrección
de Cristo. Además, dicho Espíritu, el Dios Triuno consumado, es el Cristo pneumático,
quien es la corporificación misma del Dios Triuno. El Espíritu vivificante es la totalidad
de todo esto. El Nuevo Testamento, desde Mateo hasta Apocalipsis, revela detallada-
mente esta verdad maravillosa.

La meta de la economía de Dios consiste en laborar en Su pueblo redimido con miras


a hacerlos Dios en vida y naturaleza mas sin ser objeto de adoración. Esto sólo se puede
lograr por medio del Espíritu vivificante, con El y en El. Es crucial que nosotros en el
recobro del Señor, veamos que Cristo está hoy en resurrección, y que en ella, El es el
Cristo pneumático, el Espíritu vivificante, la consumación misma del Dios Triuno pro-
cesado. El es el Espíritu compuesto que lo es todo y que mora en nuestro espíritu.
Ahora, en nuestra vida diaria, debemos hacerlo todo en nuestro espíritu, a fin de que
el Espíritu vivificante nos transforme, nos conforme y finalmente nos glorifique; de
esta manera somos hechos Dios en vida y naturaleza.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE DIECINUEVE
EL REINADO DE OSEAS SOBRE ISRAEL
Lectura bíblica: 2 R. 17
En este mensaje estudiaremos el reinado de Oseas sobre Judá y hablaremos del cum-
plimiento de la economía de Dios según la tipología de los libros históricos del Antiguo
Testamento.

I. REINA NUEVE AÑOS


El relato del reinado de Oseas sobre Israel se halla en 2 Reyes 17. Oseas empezó a reinar
en el año doce de Acaz rey de Judá, y reinó en Samaria nueve años (v. 1).

II. HACE LO MALO ANTE JEHOVA


Oseas hizo lo malo delante de Jehová, aunque no como los reyes de Israel que lo habían
precedido (v. 2).
III. EL REY DE ASIRIA SUBE CONTRA OSEAS
El rey de Asiria subió a atacar a Oseas, lo hizo su siervo y le cobró tributo (v. 3).

IV. CONSPIRA CONTRA EL REY DE ASIRIA


Oseas conspiró contra el rey de Asiria, enviando mensajeros al rey de Egipto, mas no
enviando ningún presente al propio rey de Asiria. Este detuvo a Oseas y le puso en
prisión (v. 4).

V. EL PUEBLO DE ISRAEL
ES LLEVADO CAUTIVO A ASIRIA
El rey de Asiria invadió todo el país, sitió a Samaria, estuvo sobre ella tres años, la tomó
en el año nueve de Oseas, y llevó al pueblo cautivo a Asiria. Todo esto sucedió por causa
de los pecados del pueblo de Israel (vs. 5-41).

A. Abandona al Dios que los sacó de Egipto


El pueblo de Israel abandonó a Jehová su Dios, quien lo sacó de Egipto, y temió a dioses
ajenos (v. 7).

B. Andan en los estatutos de las naciones


Los hijos de Israel anduvieron en los estatutos de las naciones y en los que practicaron
los reyes de Israel, haciendo secretamente iniquidades contra Jehová su Dios (vs. 8-
9a).

C. Cometen iniquidades y sirven a los ídolos


Los hijos de Israel edificaron lugares altos en todas sus ciudades. Levantaron estatuas
e ídolos en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso; allí quemaron incienso y
sirvieron a los ídolos, provocando la ira de Jehová (vs. 9b-12).

D. No escuchan a los profetas


que Jehová les envió
Movido por el amor hacia ellos, Dios envió profetas al pueblo de Israel para que les
amonestaran, por causa de sus maldades, pecados e iniquidades, y para que les ayuda-
ran a volverse a Dios; pero ellos no quisieron escucharlos. En lugar de escuchar a los
profetas, el pueblo endureció su cerviz (vs. 13-14).

E. Desechan los estatutos de Dios y Su pacto


El pueblo desechó los estatutos de Dios y Su pacto, y siguieron su vanidad adorando
ídolos (vs. 15-17).

F. Jehová los echa del país


El pueblo provocó a Jehová de tal manera que El echó a Israel y a Judá de sus tierras,
y los llevó al mundo pagano (vs. 18-23). La maldad del pueblo fue tal, que Dios ya no
pudo soportarla, y los abandonó, permitiendo que fueran llevados cautivos a Asiria.
G. El rey de Asiria trae gente de Babilonia
y de otras ciudades paganas y los ubica
en las ciudades de Samaria
Según los versículos 24-41, el rey de Asiria trajo gente de Babilonia y de otras ciudades
paganas a las ciudades de Samaria. Esta gente no temieron a Jehová, por lo cual Jehová
los castigó, enviándoles leones. Entonces, el rey de Asiria usó a un sacerdote judío para
que enseñara a los paganos las costumbres de Israel y la ley de Dios. Finalmente, estos
paganos se casaron con los judíos que permanecieron en Israel, y como resultado de
ello se produjo un culto mezclado, al cual se alude en el caso de la mujer samaritana en
Juan 4:20. Tal confusión y mezcla tipifican la clase de culto que vemos hoy particular-
mente en el catolicismo, que es un culto dedicado a Dios, pero mezclado con prácticas
paganas y adoración de ídolos.

A estas alturas me gustaría decir algo acerca de la economía de Dios. La encarnación y


la redención de Cristo constituyen la primera parte del cumplimiento de la economía
de Dios, conforme a lo tipificado en los libros históricos del Antiguo Testamento. En
su profecía, Isaías menciona la encarnación de Cristo (7:14; 9:6) y la redención que El
efectúa (cap. 53). Cristo vino como Dios hecho hombre, un Dios-hombre con dos na-
turalezas: la divina y la humana. Después de pasar por la muerte, entró en resurrección,
y en ella, obtuvo muchos logros. Primero, introdujo Su humanidad en la divinidad,
siendo designado Hijo primogénito de Dios en Su humanidad (Ro. 1:4). Después, en
Su resurrección, los escogidos de Dios fueron regenerados juntamente con Cristo y en
Cristo (1 P. 1:3).

En Su resurrección, Cristo también fue hecho el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45b),


quien es la consumación del Dios Triuno. El Espíritu divino que lo es todo entra y re-
genera nuestro espíritu y se mezcla con él, logrando que Dios y el hombre, el hombre y
Dios, sean uno en este espíritu mezclado. Los dos espíritus se mezclan como una sola
entidad (1 Co. 6:17; Ro. 8:16). Este espíritu mezclado es el inicio del Cuerpo de Cristo
y tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén. Debemos darle importancia al espíritu
mezclado. Si no tenemos claridad en cuanto a esto y le damos más importancia a lo
externo, como lo hace el judaismo y el cristianismo, seremos distraídos e incluso enga-
ñados y desviados de la centralidad de la economía de Dios.

Hoy Cristo es el Sumo Sacerdote celestial (He. 4:14), el Ministro que sirve en los cielos
(8:1-2), el Mediador de un nuevo pacto (9:15) y el Ejecutor del nuevo testamento (9:16-
17). Como tal, El no sólo opera en los cielos, sino también en nuestro espíritu regene-
rado, trayendo el cielo a nosotros y uniéndonos a nosotros a él. La manera de seguir a
Cristo es permanecer, vivir, andar y centrar nuestro ser en el espíritu mezclado. Espon-
táneamente, esto propiciará que vivamos a Cristo, le magnifiquemos y seamos uno con
El (Fil. 1:20-21). Una vida así, produce el Cuerpo de Cristo, la iglesia.

Todas nuestras actividades, grandes o pequeñas, debemos realizarlas en el espíritu


mezclado y conforme a él; todo debe concordar con las regulaciones bíblicas. La ense-
ñanza bíblica nos exhorta y nos inspira a vivir y andar en el espíritu, y a hacerlo todo
según el espíritu. Por ejemplo, la manera de peinarnos y la manera de hablar con nues-
tro cónyuge o con nuestros hijos, debe corresponder al espíritu. Cuando vamos a pre-
dicar el evangelio, no debemos relacionarnos con las personas según nuestro yo, sino
conforme al espíritu mezclado. Además, en las reuniones de la iglesia, nuestros cánti-
cos, oraciones, alabanzas y profecías, deben hacerse en el espíritu y conforme a él.

Los cristianos de hoy saben del Espíritu Santo, pero muy pocos conocen al maravilloso
Espíritu vivificante. En cuanto al Espíritu compuesto que lo es todo, hay cinco pasajes
en la Palabra santa que son cruciales. Desgraciadamente, muchos cristianos no les dan
importancia.

El primer pasaje es Juan 7:39, que declara: “aún no había el Espíritu, porque Jesús no
había sido aún glorificado”. El Espíritu estaba presente en la eternidad, y se menciona
en Génesis 1:2, pero en Juan 7:39, este Espíritu aún no había sido consumado, porque
Jesús no había sido aún glorificado. Cristo fue glorificado por medio de la muerte y la
resurrección, (Lc. 24:26) y fue hecho el Espíritu vivificante.

El segundo pasaje se halla en 1 Corintios 15:45, que dice: “Fue hecho ... el postrer Adán,
Espíritu vivificante”. Contrario al concepto tradicional que algunos tienen acerca de la
Trinidad, este versículo revela que, en resurrección, Cristo llegó a ser el Espíritu vivifi-
cante. El Espíritu vivificante es el Espíritu divino que da vida (Jn. 6:63a).

El tercer pasaje, 2 Corintios 3:17, dice: “El Señor es el Espíritu”. El contexto de este
capítulo muestra que el Señor mencionado en este versículo es el Cristo crucificado y
resucitado, quien en Su resurrección fue hecho el Espíritu. Cuando lo miramos a El,
somos transformados a Su imagen por el Señor Espíritu (v. 18), el Espíritu vivificante
que es el Cristo resucitado.

El cuarto pasaje se halla en el libro de Apocalipsis, que habla de los “siete Espíritus”
(1:4; 3:1; 4:5; 5:6). El Espíritu vivificante, que es el Cristo pneumático, la consumación
del Dios Triuno, se intensifica para ser los siete Espíritus.

El quinto pasaje se encuentra en Exodo 30:23-25, que habla del aceite de la unción
santa, que está compuesto de aceite de oliva, el cual representa al Espíritu de Dios,
mezclado con cuatro especias: mirra, canela, cálamo y casia, que a su vez representan
respectivamente la muerte de Cristo y la eficacia de ésta, Su resurrección y el poder de
la misma. El aceite de la unción representa al Espíritu compuesto que nos unge (1 Jn.
2:20, 27).

En el recobro del Señor debemos poner toda nuestra atención en el espíritu mezclado,
el Espíritu mezclado con nuestro espíritu, y vivir y andar conforme a él.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE VEINTE
EL REINADO DE EZEQUIAS SOBRE JUDA
Lectura bíblica: 2 R. 18—20
El mejor reinado de todos los reyes fue el que Ezequías ejerció sobre Judá. En este
mensaje veremos el reinado de Ezequías, y luego hablaremos de la conexión intrínseca
que existe entre los libros históricos del Antiguo Testamento y su cumplimiento en el
Nuevo Testamento.

I. REINA VEINTINUEVE AÑOS


Ezequías empezó a reinar a la edad de veinticinco años, en el tercer año de Oseas rey
de Israel, y reinó veintinueve años en Jerusalén (18:1-2).

II. HACE LO RECTO


DELANTE DE JEHOVA
Los versículos 3-6 muestran que Ezequías hizo lo recto ante Jehová, conforme a todas
las cosas que había hecho David su padre. El destruyó los lugares altos, quebró las imá-
genes y desarraigó los símbolos de Asera. También hizo pedazos la serpiente de bronce
que había hecho Moisés, y que Ezequías llamaba Nehustán (que significa “pedazo de
bronce”), a la cual los hijos de Israel quemaban incienso. Moisés, según las instruccio-
nes que recibió de Dios, había hecho esa serpiente para rescatar de la muerte al pueblo
de Dios. Sin embargo, ellos, debido a su superstición, hicieron de dicha serpiente de
bronce un ídolo, y por eso Ezequías la hizo pedazos. Ezequías siguió a Jehová y no se
apartó de El, guardó Sus mandamientos y confió en El, de modo que no hubo nadie
como él entre todos los reyes de Judá, ni antes ni después de él.

III. JEHOVA ESTABA CON EL


Jehová estaba con Ezequías, y adondequiera que él iba, prosperaba. Ezequías se rebeló
contra el rey de Asiria e hirió a los filisteos (vs. 7-8).

IV. LA INVASION DE LOS ASIRIOS


En 18:9-19:37 leemos acerca de la invasión de los asirios.

A. La invasión la dirige
Salmanasar rey de Asiria
En el cuarto año de Ezequías, que era el séptimo año de Oseas rey de Israel, Salmanasar
rey de Asiria subió contra Samaria y la sitió (v. 9). Después de tres años, en el sexto año
de Ezequías y en el noveno año de Oseas, Salmanasar tomó Samaria, y llevó cautivo a
Israel (vs. 10-11; 17:3-6). Esto se debió a que Israel no quiso escuchar ni obedecer la
voz de Jehová (18:12).

B. El ataque y desafío de Senaquerib


rey de Asiria
En 18:13—19:37 se narra el ataque, desafío y blasfemia de Senaquerib, rey de Asiria.

1. Sube contra todas


las ciudades fortificadas de Judá
Senaquerib subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó (18:13).
2. Ezequías se somete a él
Ezequías rey de Judá se sometió a Senaquerib. Bajo la presión ejercida por éste, Eze-
quías le pagó gran cantidad de plata y de oro, que tuvieron que sacar del templo de
Jehová y de los tesoros de la casa real (vs. 14-16).

3. Desafía con insultos y blasfemia


Senaquerib desafió a Ezequías con insultos y blasfemia, por medio de Rabsaces y su
ejército (vs. 17-37; 19:8-13).

4. Ezequías acude a Isaías el profeta


Ezequías acudió al profeta Isaías, quien le manifestó que Jehová obligaría al rey de
Asiria a regresar a su tierra y que caería a espada en su propia tierra (19:1-7).

5. Ezequías ora a Jehová


Ezequías subió al templo de Jehová, extendió las cartas de desafío delante de Jehová,
y oró a El pidiendo salvación (vs. 14-19).

6. Jehová responde a Ezequías


por medio del profeta Isaías
Jehová contestó a Ezequías por medio del profeta Isaías, declarándole que El haría
volver al rey de Asiria al poner un garfio en su nariz y un freno en sus labios, y que, por
amor a Sí mismo y a David Su siervo, Jerusalén sería preservada (vs. 20-34).

7. Un ángel de Jehová sale y mata


a millares de asirios
Aquella misma noche, un ángel de Jehová salió y mató en el campamento de los asirios
a ciento ochenta y cinco mil, y Senaquerib rey de Asiria partió y volvió a Nínive. Final-
mente, él fue muerto, probablemente por sus propios hijos, y Esarhadón su hijo reinó
en su lugar (vs. 35-37).

V. JEHOVA LO SANA
En 2 Reyes 20:1-11 se narra cómo Jehová sanó a Ezequías.

A. Ezequías cae enfermo de muerte


Ezequías cayó enfermo de muerte, y Jehová le manifiesta mediante el profeta Isaías
que iba a morir (v. 1).

B. Ezequías ora a Jehová


Ezequías oró a Jehová, y Jehová le reveló mediante el profeta Isaías que lo sanaría, que
agregaría quince años a su vida y que lo libraría a él y a Jerusalén del rey de Asiria por
amor a Sí mismo y por amor a David Su siervo (vs. 2-6).

C. Isaías sana a Ezequías


Isaías sanó a Ezequías con una torta de higos (v. 7).
D. Ezequías pide una señal
Ezequías pidió una señal, y Jehová se la dio, a saber, que la sombra volvería diez grados
atrás en el reloj de Acaz (vs. 8-11).

VI. EL FRACASO DE EZEQUIAS


En los versículos 12-19 leemos del fracaso de Ezequías.

A. El rey de Babilonia envía cartas


y un presente a Ezequías
El rey de Babilonia envió cartas y un presente a Ezequías, por la recuperación de éste
(v. 12).

B. Ezequías muestra todo su tesoro, sus armas y todo lo que había en sus te-
soros
Ezequías mostró a los mensajeros de Babilonia todos sus tesoros, sus armas y todo lo
que había en sus tesoros. Nada hubo que Ezequías no les mostró, tanto en su casa como
en todos sus dominios (v. 13). Su deseo de exhibirse ofendió a Dios. Dios aborrece el
orgullo del hombre; por tanto, jamás debemos gloriarnos. En la obra del Señor, debe-
mos aprender la lección de, hasta donde sea posible, esconder y ocultar nuestros éxitos
de los ojos de los hombres. Esto agrada a Dios.

C. Dios condena a Ezequías


por medio de Isaías Su profeta
Debido a lo que hizo Ezequías, Dios lo condenó mediante Isaías Su profeta, quien le
dijo que vendrían días en que no quedaría nada en su casa y que todo lo que sus padres
habían atesorado sería llevado a Babilonia, sin quedar nada de ello. Isaías añadió que
los babilonios se llevarían algunos de los hijos de Ezequías y los harían eunucos en el
palacio del rey de Babilonia (vs. 14-18).

D. Ezequías responde diciendo


que la palabra de Jehová es buena
Ezequías respondió diciendo que la palabra de Jehová era buena y que era positivo que
hubiere paz y verdad (estabilidad) en sus días (v. 19). Me molesta la respuesta de Eze-
quías, porque indica que él era un egoísta, es decir, que se preocupó únicamente por sí
mismo y no por sus descendientes. Esto muestra que no tenía peso espiritual.

Aquí debemos notar que el pasaje 18:13—20:19 es similar a Isaías 36:1—39:8, salvo la
omisión del cántico de Ezequías narrado en Isaías 38:9-20. En cuanto a esto, les insto
a que consulten los mensajes diecinueve y veinte del estudio-vida de Isaías, los cuales
son presentados desde la perspectiva de la espiritualidad de Ezequías.
VII. EZEQUIAS CONSTRUYE EL ESTANQUE
Y EL CONDUCTO
Ezequías construyó el estanque y el conducto, y trajo las aguas a la ciudad. El durmió
con sus padres, y Manasés su hijo reinó en su lugar (2 R. 20:20-21).

Volvamos ahora al tema de la economía de Dios. La economía de Dios se centra en


Cristo y Su Cuerpo orgánico, la iglesia, que tendrá su consumación en la Nueva Jeru-
salén. Con respecto a la economía de Dios, la conexión intrínseca entre los libros his-
tóricos del Antiguo Testamento y su cumplimiento en el Nuevo Testamento, se encuen-
tra en Isaías 7:14 y 9:6. Estos versículos indican que Dios se revestiría de humanidad,
mezclando Su divinidad con la humanidad. Por medio de Su encarnación, Cristo llegó
a ser un Dios-hombre, una persona divina y humana, en quien se mezclan la divinidad
y Su humanidad. Por tanto, la encarnación fue un gran acontecimiento en el universo.

El Nuevo Testamento revela claramente que el ministerio de Cristo consta de dos sec-
ciones. La primera va desde Su encarnación hasta Su muerte, en la cual efectuó la re-
dención eterna, y se narra en los cuatro evangelios. La segunda sección se extiende
desde Hechos hasta Apocalipsis.

Después de efectuar la redención mediante Su muerte, Cristo entró en resurrección, y


en ella, Su humanidad fue elevada al nivel de Su divinidad, lo cual lo designó “Hijo de
Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”
(Ro. 1:4). Su humanidad fue regenerada, y en resurrección, El nació como el Hijo pri-
mogénito de Dios. En Su condición de Hijo unigénito de Dios, en la eternidad pasada,
Cristo sólo tenía divinidad, mas no humanidad. Sin embargo, Dios, según Su economía,
desea unirse al hombre y mezclarse con él. Así que, cuando Cristo resucitó, El fue en-
gendrado como Hijo primogénito de Dios en Su humanidad (Hch. 13:33). Al mismo
tiempo, El regeneró a todos los creyentes en un grandioso nacimiento corporativo (1 P.
1:3). En Su resurrección, Cristo, como un hombre en la carne, fue hecho el Espíritu
vivificante (1 Co. 15:45). Así que, El nos redimió con Su muerte y nos regeneró por
medio del Espíritu vivificante.

La economía de Dios consiste en hacer de todos los redimidos, los creyentes, Dios-
hombres. Dios no desea simplemente tener buenos hombres, sino Dios-hombres.
Cristo, el primer Dios-hombre, es el modelo, el prototipo que Dios usó para producir
en serie a millones de Dios-hombres. La regeneración introduce a Dios en nosotros y
nos hace Dios-hombres. Como tales, debemos vivir como Dios-hombres, desechando
nuestro hombre natural y viviendo por el propio Dios, quien es vida en nosotros. Como
Dios-hombres, debemos rechazar nuestra vida natural y aplicar la vida divina en nues-
tra vida diaria.

Después de regenerarnos, el Espíritu vivificante, quien es la consumación y la totalidad


del Dios Triuno procesado, primero nos santifica; después nos renueva (Tit. 3:5); pos-
teriormente nos transforma (2 Co. 3:18); y finalmente nos configura a la imagen de
Dios (Ro. 8:29), haciéndonos semejantes a Dios en apariencia, elemento y esencia. Por
último, cuando el Señor Jesús vuelva, nos glorificará, impregnando todo nuestro ser
con Su gloria. Por tanto, la santificación, la renovación, la transformación, la confor-
mación y la glorificación son pasos que forman parte del ministerio que Cristo lleva a
cabo en resurrección.
Después de entrar en resurrección y ser hecho el Espíritu vivificante y el Primogénito
entre muchos hijos, Cristo ascendió a los cielos, donde Dios le hizo Señor y Cristo (Hch.
2:36), exaltándole como Príncipe y Salvador (5:31). El es ahora nuestro Sumo Sacer-
dote, quien intercede por nosotros ante Dios (He. 8:1; 7:25-26), además, es el Mediador
y Ejecutor del nuevo pacto (8:6; 9:16-17), y el Ministro celestial (8:1-2), quien nos su-
ministra todas las cosas celestiales conforme a los pasos mencionados anteriormente.

Si hemos de entender la segunda sección del ministerio de Cristo, y saber lo que El


realiza actualmente en los cielos, requerimos de todas las epístolas, desde Romanos
hasta Apocalipsis. Pablo, en sus catorce epístolas, desempeñó una labor maravillosa al
revelarnos cómo el Cristo ascendido que está en los cielos, se infunde en nosotros en
calidad de Espíritu vivificante, el Cristo pneumático, la corporificación misma del Dios
Triuno procesado en resurrección, a fin de transformarnos de arcilla en algo precioso,
haciéndonos semejantes a El, no como objeto de adoración, sino en Su esencia, ele-
mento, naturaleza, vida y apariencia. Esta es la economía de Dios, la cual tendrá su
consumación en la Nueva Jerusalén.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE VEINTIUNO
LOS REINADOS DE MANASES,
AMON Y JOSIAS SOBRE JUDA
Lectura bíblica: 2 R. 21:1—23:30
En este mensaje primeramente veremos los reinados de Manasés, Amón y Josías sobre
Judá, y luego hablaremos sobre la esencia de la tipología presentada en los libros his-
tóricos del Antiguo Testamento.

I. EL REINADO DE MANASES
Este reinado se narra en 21:1-18.

A. Reina cincuenta y cinco años


A la edad de doce años, Manasés hijo de Ezequías empezó a reinar sobre Judá, y reinó
cincuenta y cinco años en Jerusalén (v. 1).

B. Hace lo malo ante Jehová


Manasés hizo lo malo delante de Jehová según las abominaciones de las naciones. El
reconstruyó los lugares altos que su padre había destruido y levantó altares a Baal,
como lo había hecho Acab rey de Israel. Manasés adoró a todo el ejército celestial y
edificó altares en la casa de Jehová y altares a todas las huestes celestiales en ambos
atrios de la casa de Jehová. Además, pasó por el fuego a su hijo en sacrificio a un ídolo,
observó los tiempos, fue agorero, instituyó encantadores y adivinos, puso la imagen
grabada de Asera en el templo, y derramó mucha sangre inocente. Manasés indujo al
pueblo a que hiciese más mal que las naciones, pues no escucharon la ley que Jehová
les había dado por medio de Moisés e hicieron lo malo ante Jehová y lo provocaron a
ira (vs. 2-9, 15-16).
C. Jehová trae mal sobre Jerusalén y sobre Judá
Por causa de todo lo que hizo Manasés, Jehová trajo mal sobre Jerusalén y sobre Judá,
como lo hizo sobre Israel y sobre la casa de Acab. El limpió Jerusalén como se limpia
una olla y la entregó en manos de sus enemigos (vs. 10-14).

Ezequías fue el mejor rey y su hijo Manasés el peor. Resulta difícil explicar cómo este
rey bueno pudo tener a un hijo tan malo. El pecado de Manasés condujo a Dios a no
tolerar más al pueblo y a destruir el templo, a asolar la tierra santa y a entregar a Su
pueblo al cautiverio. Con el reinado de Manasés, la tolerancia de Dios llegó a su límite,
así que, abandonó al pueblo santo, la ciudad santa y la tierra santa.

D. Manasés duerme con sus padres


Manasés durmió con sus padres y fue sepultado en el huerto de su propia casa, y Amón
su hijo reinó en su lugar (vs. 17-18).

II. EL REINADO DE AMON


En 2 Reyes 21:19-26 se narra el reinado de Amón.

A. Reina dos años


Amón empezó a reinar sobre Judá a la edad de veintidós años, y reinó dos años en
Jerusalén (v. 19).

B. Hace lo malo ante Jehová


Amón hizo lo malo ante Jehová, como había hecho Manasés su padre. Anduvo en los
caminos en que su padre anduvo, y sirvió a los ídolos que había servido su padre; y dejó
a Jehová y no anduvo en Su camino (vs. 20-22).

C. Sus siervos conspiran contra él y lo matan


Los siervos de Amón conspiraron contra él y lo mataron, pero el pueblo mató a todos
los rebeldes y puso por rey a Josías su hijo (vs. 23-24).

D. Es sepultado en el huerto de Uza


Amón fue sepultado en el huerto de Uza (vs. 25-26).

III. EL REINADO DE JOSIAS


El reinado de Josías se narra en 2 Reyes 22:1—23:30.

A. Reina treinta y un años


Josías empezó a reinar sobre Judá a la edad de ocho años, y reinó treinta y un años en
Jerusalén (22:1).
B. Hace lo recto delante de Jehová
Josías hizo lo recto ante Jehová y anduvo en todos los caminos de David su padre, sin
apartarse ni a derecha ni a izquierda (v. 2; 23:25).

C. Repara los daños del templo


En el año dieciocho de su reinado, Josías reparó lo que estaba dañado del templo de
Dios (22:3-7).

D. Oye el libro de la ley, que


el sumo sacerdote encuentra en el templo
El sumo sacerdote encontró el libro de la ley en el templo y unos escribas lo leyeron a
Josías. Cuando éste oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos y ordenó al sumo sa-
cerdote y a sus siervos que consultaran a Jehová por él, por el pueblo y por todo Judá
en cuanto a las palabras de la ley (vs. 8-13).

E. Recibe respuesta de Jehová


por medio de la profetisa Hulda
Josías, por medio de la profetisa Hulda, recibió la siguiente respuesta de Jehová: por
tener un corazón tierno y por haberse humillado delante de Jehová rasgando sus ves-
tidos y llorando, Josías será recogido con sus padres y será llevado a su sepulcro en paz.
Los ojos de Josías no verán todo el mal que Dios traerá sobre la tierra (vs. 14-20).

F. Hace un pacto delante de Jehová


Josías mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén, los sacerdotes,
los profetas y todo el pueblo, y les leyó todas las palabras del libro del pacto, e hizo un
pacto delante de Jehová, según el cual, ellos debían andar en pos de Jehová y guardar
Sus mandamientos, Sus testimonios y Sus estatutos con todo su corazón y con toda su
alma, y cumplir las palabras escritas en el libro. Todo el pueblo respaldó el pacto (23:1-
3).

G. Erradica la adoración a los ídolos


por todo el país
Josías erradicó totalmente a los adoradores de ídolos de todo el país (vs. 4-20, 24).
Quitó también los ídolos, los derribó y los quemó, sobre todo los que estaban en el
templo (vs. 6, 11, 14, 24). Destruyó totalmente los lugares altos, los lugares de culto a
los ídolos y los altares con los utensilios que fueron hechos para los ídolos, particular-
mente el altar del lugar alto, que Jeroboam hijo de Nabat había edificado para cumplir
lo que predijo el hombre de Dios (1 R. 13:1-3; 2 R. 23:4, 7-10, 12-19). El rey Josías erra-
dicó por completo a los adoradores de ídolos y a los malhechores de la tierra (vs. 5, 8a,
20, 24a).

H. Celebra la pascua a Jehová


Josías celebró la pascua a Jehová, conforme a lo que estaba escrito en el libro del pacto
(vs. 21-23).
I. Jehová no desiste del ardor con que
su gran ira se había encendido contra Judá
Con todo lo que Josías había hecho para agradar a Jehová, Jehová no calmó Su gran
ira contra Judá debido a todas las provocaciones de Manasés. Jehová había determi-
nado quitar de Su vista a Judá, tal como hizo con Israel, y desechar Jerusalén, la ciudad
que El mismo había escogido, y el templo en el que había puesto Su nombre (vs. 26-
27). La bondad de Josías no pudo rescatar a Judá de la mano destructora de Dios.

J. Josías estorba la expedición del Faraón Necao


Cuando el Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Eufrates,
Josías frustró el avance de Necao, y éste lo mató (v. 29).

K. Sus siervos lo sepultan en Jerusalén


Los siervos de Josías lo llevaron a Jerusalén y lo sepultaron allí, en su sepulcro (v. 30).

Toda la historia narrada en el Antiguo Testamento es una tipología. Los libros históri-
cos fueron incluidos en los Escrituras Sagradas porque, en tipología, ellos nos propor-
cionan una visión gráfica de la economía de Dios. La esencia de la tipología de la his-
toria antiguotestamentaria, es la economía de Dios, de la cual Cristo y Su Cuerpo son
el centro y la realidad.

En uno de los libros históricos, 2 Samuel, vemos que David, un hombre conforme al
corazón de Dios, quiso edificarle a Dios una casa, un templo (7:2-3). Sin embargo, Dios
no necesitaba esa morada (vs. 4-7). Más bien, El quiso edificarle una casa a David (v.
11b). Dios le dijo mediante una profecía dada en tipología, que la casa que El le iba a
edificar tendría una simiente, el Hijo de Dios, la cual sería una simiente humana y tam-
bién divina. No sólo sería una simiente humana, sino que también sería el Hijo de Dios.
Cristo era el Dios que vino a ser la simiente de David, lo cual significa que Dios mismo,
quien es divino, llegó a ser una simiente humana, la simiente de un hombre, de David.
Tal simiente era Jesús, el Dios-hombre, Jehová el Salvador.

Jesús es nuestro Creador quien vino a ser nuestro Salvador, nuestra salvación. El es el
Creador hecho hombre al nacer de una virgen. Nuestro Dios permaneció en el vientre
de aquella virgen durante nueve meses según el principio que Dios ordenó para el hom-
bre. Cuando salió de ese vientre, El ya no era solamente Dios, sino que se había con-
vertido en un Dios-hombre. Este Dios-hombre vivió en la tierra durante treinta y tres
años y medio, y luego sufrió la crucifixión. En ella, efectuó la redención y le puso fin a
la vieja creación.

La muerte de Cristo fue la muerte de un Dios-hombre. En uno de sus himnos, Carlos


Wesley escribió: “Cómo será, qué gran amor, que por mí mueras Tú mi Dios” (Him-
nos, 141). Aquel que murió sobre la cruz y derramó Su sangre, era un hombre; sin em-
bargo, Hechos 20:28 dice que esa sangre era la sangre del propio Dios. La muerte de
tal Dios-hombre maravilloso lo incluyó todo. Le puso fin a la vieja creación. El Dios que
creó a Adán murió en la cruz como el postrer Adán (1 Co. 15:45), el último de la huma-
nidad, para terminar con Adán.
En Adán había una naturaleza pecaminosa, o sea, el pecado. Cuando la cruz le puso fin
a Adán, también se le dio fin al pecado que estaba en su naturaleza. En realidad, la
naturaleza pecaminosa de Adán era Satanás mismo. Así que, cuando la naturaleza de
Adán, su pecado, fue aniquilado, Satanás también fue destruido (He. 2:14). Además, el
mundo que inventó Satanás y que está ligado a él, también fue destruido por la muerte
de Cristo en la cruz (Jn. 12:31). La maravillosa muerte de Cristo le puso fin al hombre
caído, y por medio de esto le dio fin al hombre, al pecado, a Satanás y al mundo. A la
vez, mediante Su muerte, Cristo liberó la vida divina que estaban en El y la impartió al
pueblo que Dios había elegido y redimido, regenerándolos así con la vida divina. Luego,
Cristo entró en resurrección, y en ella fue hecho el Espíritu vivificante.

El Espíritu vivificante es el propio Dios creador hecho hombre, quien llevó una vida
humana, pasó por la muerte y entró en la resurrección. Hoy nuestro Dios, a diferencia
del Dios de los judíos, no sólo es divino, sino también humano. El no sólo es Dios, sino
también hombre, y este Dios hecho hombre, que incluye la muerte de Cristo con su
eficacia y la resurrección de Cristo con su poder, se han mezclado para formar el Espí-
ritu vivificante, quien es la consumación final del Dios Triuno procesado. El Dios
Triuno se corporificó en Cristo, quien finalmente fue hecho el Espíritu vivificante, el
Cristo pneumático, la realidad misma de la resurrección. Hoy tenemos al Dios Triuno
consumado, quien es el Cristo pneumático, el Espíritu que lo es todo, el Espíritu vivi-
ficante, el cual es la realidad de la resurrección.

La resurrección no fue sólo un evento; la resurrección es una persona viva, el propio


Señor Jesucristo (Jn. 11:25). El mismo es la resurrección, y en ella fue hecho el Espíritu
vivificante. Para nosotros hoy, la realidad de la resurrección es Cristo mismo como Es-
píritu vivificante.

Cristo está ahora en resurrección como Espíritu vivificante, la consumación del Dios
Triuno procesado. Puesto que El está en resurrección, nosotros, Sus creyentes, también
debemos estar en resurrección y vivir en ella. La resurrección implica que se le dio fin
a todo lo viejo y lo natural, y que se hizo germinar algo nuevo. Esto es la resurrección:
el aniquilamiento de lo natural y la germinación de lo espiritual, para transformar lo
natural en espiritual. En resurrección no llevamos una vida natural, sino una vida en
la que fue aniquilada la vieja naturaleza y se hizo germinar una nueva naturaleza, para
hacernos miembros de Cristo.

Cristo es hoy un Cristo corporativo, compuesto de muchos miembros (1 Co. 12:12). Esto
significa que El no únicamente es la Cabeza sino también el Cuerpo. Aquí tenemos la
esencia misma de la economía de Dios, de la cual Cristo y Su Cuerpo son el centro y la
realidad.

Conforme a esta economía, Dios, por medio de un proceso maravilloso, se hizo hombre
para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza (mas sin ser objeto de adoración). Por
el lado de Dios, este proceso incluyó la encarnación, el vivir humano, la muerte y la
resurrección; por nuestro lado, incluye la regeneración, la santificación, la renovación,
la transformación, la conformación y la glorificación. Dios se hizo hombre, y finalmente
el hombre llegará a ser Dios en vida y naturaleza. Entonces se cumplirá cabalmente la
economía eterna de Dios.
ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE VEINTIDOS
LOS REINADOS DE JOACAZ, JOACIM
JOAQUIN Y SEDEQUIAS SOBRE JUDA
Y EL GOBIERNO DE GEDALIAS
Lectura bíblica: 2 R. 23:31—25:30
El pasaje de 2 Reyes 23:31—25:30, donde se narran los reinados de Joacaz, Joacim,
Joaquín y Sedequías, y el gobierno de Gedalías, habla de lo trágico que fue la degrada-
ción de los hijos de Israel. Los reinados de Israel y de Judá se corrompieron totalmente,
obligando a Dios a acabar con ellos. Primero, Dios envió a los asirios, quienes tomaron
el reino del norte de Israel. Por una parte, muchos del pueblo fueron llevados cautivos
a Asiria; por otra, los asirios trajeron paganos, los cuales se establecieron en la tierra
desocupada. Esto produjo mezcla y confusión. El reino del sur, el de Judá, debió haber
aprendido de lo que le sucedió a Israel, pero el pueblo persistió en su maldad como
nunca antes. Esto obligó a Dios a actuar por medio de los babilonios. El templo fue
quemado, y los muros de Jerusalén y la ciudad santa fueron derribados; la tierra santa
quedó asolada; y el pueblo santo fue llevado cautivo.

I. EL REINADO DE JOACAZ
En 2 Reyes 23:31-34 se narra el reinado de Joacaz.

A. Reina tres meses


Joacaz empezó a reinar en Jerusalén a la edad de veintitrés años, y reinó sólo tres me-
ses (v. 31).

B. Hace lo malo ante Jehová


Joacaz hizo lo malo ante Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían
hecho (v. 32).

C. Faraón Necao lo pone preso


Faraón Necao lo encarceló para que no reinase en Jerusalén; también impuso sobre la
tierra de Judá una fianza de cien talentos de plata y un talento de oro (v. 33).

D. Muere en Egipto
Faraón Necao puso por rey a Eliaquim hijo de Josías, y le cambió el nombre por Joa-
cim. Además, tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, y éste murió allí (v. 34).

II. EL REINADO DE JOACIM


El reinado de Joacim se narra en 23:35—24:6.

A. Reina once años


Joacim empezó a reinar en Jerusalén a la edad de veinticinco años, y reinó once años
(23:36).
B. Paga a Faraón la plata y el oro
Joacim pagó a Faraón Necao la plata y el oro, los cuales obtuvo del pueblo (v. 35).

C. Hace lo malo delante de Jehová


Joacim hizo lo malo ante Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían
hecho (v. 37).

D. Sirve a Nabucodonosor,
pero luego se rebela contra él
Joacim sirvió a Nabucodonosor rey de Babilonia por tres años, pero luego se rebeló
contra él (24:1).

E. Jehová envía a los caldeos, sirios,


moabitas y amonitas contra Judá
Jehová envió a los caldeos, sirios, moabitas y amonitas contra Judá para que la destru-
yesen, conforme a la palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas,
y para quitarla de su presencia, por causa de los pecados de Manasés y por todo lo que
éste hizo (vs. 2-4).

F. Duerme con sus padres


Joacim durmió con sus padres, y su hijo Joaquín reinó en su lugar (vs. 5-6).

III. EL REINADO DE JOAQUIN


En 2 Reyes 24:7-16 se habla del reinado de Joaquín.

A. Reina tres meses


Joaquín empezó a reinar en Jerusalén a la edad de dieciocho años, y reinó tres meses
(v. 8).

B. Hace lo malo ante Jehová


Joaquín hizo lo malo ante Jehová, conforme a lo que su padre había hecho (v. 9).

C. Nunca más el rey de Egipto sale de su tierra


El rey de Egipto no volvió a salir de su tierra, pues el rey de Babilonia tomó todo lo que
era suyo, desde el río de Egipto hasta el río Eufrates (v. 7).

D. Nabucodonosor rey de Babilonia


toma Jerusalén
En el octavo año de Joaquín, Nabucodonosor rey de Babilonia descendió a tomar Je-
rusalén, y Joaquín rey de Judá, su madre, sus siervos, sus capitanes y sus eunucos, se
rindieron ante él. El rey de Babilonia llevó consigo todos los tesoros de la casa de
Jehová y los tesoros de la casa real y rompió en pedazos las vasijas de oro que había
hecho Salomón para el templo de Jehová. Nabucodonosor llevó cautivo a toda Jerusa-
lén, a todos los príncipes, a Joaquín el rey, a la madre de éste, sus esposas, los eunucos
y a todos los hombres valientes del país. Además, se llevó a siete mil hombres de guerra,
a mil artesanos y herreros, y a todos los valientes de guerra (vs. 10-16).

Debemos observar que a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín, Evil-mero-
dac rey de Babilonia, en el primer año de su reinado, libertó a Joaquín, sacándolo de la
cárcel. Habló con benevolencia a Joaquín y puso su trono más alto que los tronos de
los reyes que estaban con él en Babilonia. Joaquín cambió los vestidos de prisionero y
comió de la porción especial delante del rey de Babilonia, todos los días de su vida
(25:27-30).

IV. EL REINADO DE SEDEQUIAS


En 2 Reyes 24:17—25:21 se narra el reinado de Sedequías.

A. El rey de Babilonia lo pone por rey


Sedequías, tío de Joaquín, fue puesto por rey por el propio rey de Babilonia en lugar de
Joaquín, y su nombre fue cambiado de Matanías a Sedequías (24:17).

B. Reina once años


Sedequías empezó a reinar en Jerusalén a la edad de veintiún años, y reinó once años
(v. 18).

C. Hace lo malo ante Jehová


Sedequías hizo lo malo ante Jehová, conforme a todo lo que había hecho Joacim, y
además se rebeló contra el rey de Babilonia (vs. 19-20).

D. Nabucodonosor rey de Babilonia


viene a Jerusalén, la sitia
y levanta torres contra ella alrededor
En el noveno año del reinado de Sedequías, en el décimo día del décimo mes, Nabuco-
donosor rey de Babilonia descendió a Jerusalén y levantó torres contra ella alrededor,
hasta que se abrió una brecha en el muro de la ciudad en el año undécimo del rey Se-
dequías. Entonces el ejército caldeo persiguió al rey, lo capturó, lo trajo ante el rey de
Babilonia y pronunció juicio contra él. Allí degollaron en su presencia a los hijos de
Sedequías, le sacaron los ojos a Sedequías y lo llevaron a Babilonia atado con cadenas
(25:1-7).

E. Nebuzaradán viene a Jerusalén


y quema la casa de Jehová
En el mes quinto, a los siete días del mes, siendo el año diecinueve de Nabucodonosor,
Nebuzaradán, capitán de la guardia y siervo de Nabucodonosor, vino a Jerusalén y
quemó la casa de Jehová, la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén, y también las
casas de los príncipes. El ejército caldeo derribó los muros alrededor de Jerusalén. Ne-
buzaradán llevó cautivos a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, a los que
se habían pasado del lado del rey de Babilonia, y a los que habían quedado de la gente
común, mas dejó a los pobres de la tierra para que labrasen las viñas y la tierra. Los
caldeos quebraron las columnas de bronce y la fuente de bronce que estaban en la casa
de Jehová, y llevaron el bronce a Babilonia, junto con los calderos, las paletas, las des-
pabiladeras, los cucharones, y todas las vasijas de bronce, junto con los incensarios, y
los cuencos de oro y de plata. El capitán de la guardia tomó al sumo sacerdote, al se-
gundo sacerdote, a tres guardias, a un eunuco, a cinco varones de los consejeros del
rey, al escriba del capitán del ejército, y a sesenta varones del pueblo de la tierra, y los
llevó ante el rey de Babilonia, quien los hirió y los mató. Así fue llevado cautivo Judá
de su tierra (vs. 8-21).

V. EL GOBIERNO DE GEDALIAS
Los versículos 22-26 narran el gobierno de Gedalías.

A. Nabucodonosor pone por gobernador


a Gedalías sobre el pueblo
que deja en tierra de Judá
Nabucodonosor puso por gobernador a Gedalías sobre el pueblo que dejó en tierra de
Judá (v. 22). Y cuando todos los príncipes de las tropas oyeron esto, vinieron a Geda-
lías, y éste les hizo juramento diciendo: “No temáis de ser siervos de los caldeos; habi-
tad en la tierra y servid al rey de Babilonia, y os irá bien” (vs. 23-24).

B. Ismael viene con diez hombres


y mata a Gedalías
En el séptimo mes, vino Ismael, de estirpe real, con diez varones, y mató a Gedalías y
a los judíos y caldeos que estaban con él. Entonces todo el pueblo y los capitanes del
ejército se fueron a Egipto, por temor a los caldeos (vs. 25-26).

Finalmente, después de ser gobernado por los babilonios, persas y griegos, Israel llegó
a formar parte del imperio romano. Poco tiempo después de que el imperio romano
tomara la tierra santa, nació el Señor Jesús. El linaje de la genealogía de Cristo se re-
dujo considerablemente, pero damos gracias al Señor y lo alabamos porque en Su so-
beranía, el linaje de la genealogía de Cristo nunca dejó de existir. La familia real de
David fue destruida, pero Dios preservó el linaje de David para un día hacerse hombre
mediante la encarnación. Este evento trajo a Dios a la humanidad y lo introdujo en ella.
Esto cambió la era en todo el universo, incluyendo los cielos.

Dios vino para ser un hombre y vivió en la tierra, entró en la muerte y después de pasar
por ella, entró en resurrección. En resurrección, el Dios encarnado, el postrer Adán en
la carne, fue hecho el Espíritu vivificante. El hecho de que el Dios-hombre fuera hecho
el Espíritu vivificante es aún más importante que la encarnación. La encarnación in-
trodujo a Dios en una persona, pero el postrer Adán, como Espíritu vivificante, impar-
tió a Dios en millones de seres humanos. Todos nosotros fuimos regenerados por me-
dio de la resurrección de Cristo (1 P. 1:3). Dios se hizo hombre, y este hombre fue hecho
Espíritu vivificante para hacer germinar a millones de personas que Dios escogió y re-
dimió, y vivir en ellas, hacer con ellas Su morada, e incluso hacer Su hogar en ellas,
siendo El mismo el elemento. Este edificio hace que El sea uno con todos los redimidos
y forme un nuevo hombre universal. La Cabeza de este nuevo hombre es Cristo, y el
Cuerpo lo conforman los millones de personas que Dios redimió y regeneró.
Las epístolas de Pablo indican que nosotros, los creyentes, debemos vivir en Cristo,
quien como Espíritu vivificante es la realidad de la resurrección. La resurrección re-
presenta, por un lado, el fin de todo lo viejo y lo natural, y por otro, un nuevo principio
mediante la germinación. A los ojos de Dios, todo lo que pertenece a la vieja creación
fue aniquilado, y la nueva creación fue germinada. Los creyentes somos la nueva crea-
ción, que existe por completo en la esfera de la resurrección.

Sin embargo, la mayoría de los que están en el recobro del Señor no viven en resurrec-
ción en la vida diaria. Tal vez los santos tengan un buen carácter y una buena conducta,
pero esto viene principalmente del árbol del conocimiento del bien y del mal. Por una
parte, conocemos la vida de resurrección, y por otra, inconsciente e involuntariamente,
llevamos una vida conforme al principio del bien y del mal, y no según el principio de
la vida.

El deseo original de Dios era que el hombre no viviera por su propia vida, sino por la
vida de El. Por esta razón, después de crear al hombre, le indicó que debía participar
del árbol de la vida, a fin de tomar a Dios como su vida y vivir por El. Esto implica que
el hombre creado por Dios necesitaba ser regenerado. La regeneración no sólo fue ne-
cesaria porque el hombre se haya degradado hasta el punto de necesitar otra vida, sino
que aun antes de su caida y de que el pecado entrará en el género humano, Dios deseó
regenerar al hombre.

Puesto que somos personas regeneradas, no debemos vivir por nuestra vida natural y
humana, sino por la vida de Dios en resurrección. Ahora poseemos dos vidas: la vida
creada y la vida regenerada, la vida natural y la vida de resurrección. Nuestra vida na-
tural —el yo, el viejo hombre y la carne— fue aniquilada por Cristo en la cruz. Pero no
sólo fuimos terminados, sino también regenerados. La muerte de Cristo nos aniquiló y
Su resurrección, cuya realidad es el Espíritu mezclado con nuestro espíritu, nos rege-
neró. Ahora, a diario, en todas las cosas, grandes y pequeñas, incluyendo la manera en
que nos peinamos, la forma en que hablamos con los demás, no debemos hacer nada
por nosotros mismos, sino por Aquel que está unido y mezclado con nosotros. Esto es
aplicar la muerte de Cristo a nuestra vida diaria.

Si practicamos esto, en nuestra experiencia seremos crucificados y conformados a la


muerte de Cristo. Entonces podremos declarar junto con Pablo que hemos sido cruci-
ficados juntamente con Cristo y que ya no vivimos nosotros mas vive Cristo en nosotros
(Gá. 2:20). Cuando Pablo estaba en prisión, él pudo declarar que para él el vivir era
Cristo (Fil. 1:21). El era uno con Cristo, le vivía y le magnificaba por el suministro abun-
dante del Espíritu (vs. 19-20).

Cuando Cristo vivió en la tierra, Su vida fue pura y santa; no obstante, El nunca hizo
nada por Sí mismo ni habló nada de Sí mismo. Todo lo que hizo y todo lo que habló, lo
hizo por el Padre (Jn. 5:19, 30; 7:16; 8:28; 12:49-50). Durante treinta y tres años y
medio, llevó una vida crucificada, viviendo siempre por el Padre. Ahora nosotros somos
la continuación de Cristo, y debemos llevar una vida crucificada todos los días. Por eso
se nos exhorta a orar sin cesar (1 Ts. 5:17). En todo debemos consultarle a El.
Vivir en resurrección significa rechazar nuestra vida natural, negarnos a ella y ponerla
en la cruz, a fin de ser configurados a la muerte de Cristo. Por ende, estamos en resu-
rrección, viviendo por el Cristo pneumático, el Cristo vivificante, quien es el Dios
Triuno consumado.

No debemos olvidar que, como creyentes de Cristo, somos personas especiales: somos
Dios-hombres. Somos cristianos, Cristo-hombres, y no debemos vivir por nosotros
mismos, sino por El, quien está unido a nosotros. Esto es lo que significa ser configu-
rado a la muerte de Cristo y vivir en resurrección.

ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES
MENSAJE VEINTITRES
CONCLUSION AL ESTUDIO-VIDA DE
LA HISTORIA DE LOS REYES DE ISRAEL
Con este mensaje concluimos el estudio-vida de la historia de los reyes de Israel.

HUBO UN TOTAL DE CUARENTA Y UN


REYES EN LA HISTORIA DE ISRAEL
En la historia de Israel hubo cuarenta y un reyes. Los tres primeros: Saúl, David y Salomón
reinaron sobre todo el pueblo de Israel. Después de ellos, diecinueve reyes, de Roboam a Se-
dequías, reinaron sobre Judá, en el sur, y los otros diecinueve, de Jeroboam a Oseas, reinaron
sobre Israel, en el norte.

NUEVE REYES
FUERON RELATIVAMENTE BUENOS
A LOS OJOS DE DIOS
Entre los cuarenta y un reyes, nueve de ellos, incluyendo a David, fueron relativamente buenos
a los ojos de Dios, y treinta, incluyendo a Saúl, fueron malos. Los dos restantes, Salomón y
Jehú, fueron buenos y a la vez malos.

Saúl
La falsa humildad de Saúl, su búsqueda de sus propios intereses y su ambición por el reinado,
no sólo para sí mismo sino también para sus descendientes, quedó de manifiesto, como eviden-
cia de que él no edificaba el reino de Dios sino una monarquía para sí mismo y para sus des-
cendientes. Esto lo indujo a olvidarse de Dios y a buscar una adivina, una hechicera, para ave-
riguar acerca de su destino.

David y Salomón
David fue un hombre conforme al corazón de Dios y agradó a Dios, pero cometió un pecado
atroz, entregándose a sus apetitos sexuales, lo cual ofendió a Dios al grado que, en Su Palabra
santa, este pecado se cita en varias ocasiones (1 R. 15:5; Mt. 1:6). David se convirtió en un
ejemplo negativo de alguien que se entrega a las concupiscencias y que se casa con una mujer
gentil. Esto afectó directamente a Salomón, quien después hizo lo mismo, complaciendo su
concupiscencia y tomando muchas mujeres paganas por esposas, las cuales lo indujeron a la
idolatría; esto le costó la pérdida de gran parte del reino de David, el reino que Dios le había
dado, y tuvo una influencia negativa y duradera sobre la mayoría de los reyes, quienes también
se entregaron a la lujuria y a la idolatría.

Por una parte, Salomón fue bueno, en el sentido de que expresó la sabiduría de Dios y que
edificó el templo de Dios, pero por otra parte, fue perverso y se entregó a la concupiscencia,
tomando setecientas esposas y trescientas concubinas, la mayoría de las cuales eran paganas,
por lo cual cayó en la idolatría, edificando muchos templos a ídolos paganos.

Los treinta y ocho reyes restantes


De los otros treinta y ocho reyes, sólo ocho fueron relativamente buenos; no obstante, buscaron
sus propios intereses y su propia gloria, y hasta cierto punto consideraron el reino de Dios como
su propia monarquía, y no conocieron a Dios según la manera que El había dispuesto. No se
negaron a sí mismos, ni a su hombre natural a fin de llevar una vida regida por el Espíritu de
Dios. Veintinueve de ellos, entre los cuales sobresalen Jeroboam, Acab y Manasés, fueron los
peores de todos, pues expresaron su maldad rebelándose, cometiendo asesinatos, usurpando el
trono y derramando sangre inocente, todo con el fin de establecer sus monarquías, sin impor-
tarles en lo más mínimo el reino de Dios. De éstos sólo un rey, Jehú, fue malo y a la vez bueno.

UN CUADRO DESCRIPTIVO QUE MUESTRA COMO


LOS ELEGIDOS DE DIOS PUEDEN PARTICIPAR DE LA BUENA TIERRA
Y EJERCER SUS DERECHOS
La manera en que estos cuarenta y un reyes vivieron, actuaron y llevaron a cabo sus actividades
cotidianas y su carrera, describe claramente cómo los elegidos de Dios podían disfrutar de la
buena tierra que Dios les había prometido y dado, y como podían ejercer sus derechos y llegar
a ser el reino de Dios sobre la tierra, la cual Satanás, el enemigo de Dios, había usurpado. Esto
tipifica y representa la manera en que nosotros podemos participar del Cristo que lo es todo,
quien es la porción que Dios ordenó para nosotros, y ejercer todos los derechos que, en Cristo,
Dios nos asignó para que nosotros, Su pueblo elegido y redimido, lleguemos a ser, en Cristo y
con El, el reino de Dios sobre la tierra, la cual había usurpado el maligno, Satanás, el enemigo
de Dios.

LA RAIZ MALIGNA DE LOS REYES MALOS:


RECHAZAR A DIOS Y VOLVERSE
A LOS IDOLOS PAGANOS
La raíz maligna de los reyes malos y del pueblo de Israel, fue rechazar a Dios, fuente de aguas
vivas, y volverse a los ídolos paganos, cisternas rotas que no contienen agua (Jer. 2:13). Estos
dos males los arrojaron en las aguas mortíferas de la idolatría, la concupiscencia y la injusticia,
al derramar sangre inocente. Sus males ofendieron a su Dios a tal grado que El no apaciguó Su
ira contra ellos y los entregó, primero en manos de los asirios, y luego en manos de los babilo-
nios, quienes destruyeron y quemaron el templo santo y la ciudad santa, llevaron cautivo el
pueblo santo a una tierra pagana llena de idolatría, y asolaron la tierra santa durante setenta
años. Así, el pueblo elegido de Dios perdió el disfrute de la buena tierra que Dios les había
asignado, y en lugar de seguir siendo los ciudadanos del reino de Dios en la tierra santa, fueron
llevados cautivos a una tierra pagana.
UNA SERIA ADVERTENCIA
La trágica y lamentable historia de los reyes del pueblo elegido y bendecido de Dios,
debe servirnos de advertencia a nosotros, los elegidos de Dios en la era del Nuevo Tes-
tamento, mostrándonos que debemos ser sobrios y prestar atención a cada caso con
sus detalles. El hecho de ser personas conforme al corazón de Dios, como lo fue David,
y ser parcialmente rectos y buenos a los ojos de Dios, como lo son muchos cristianos,
no nos hacen aptos para participar plenamente de Cristo, ni para ejercer los derechos
que tenemos en El, con miras a ser la iglesia adecuada, el Cuerpo de Cristo, y el reino
de Dios y de Cristo. Es necesario que los vencedores neotestamentarios seamos confi-
gurados a la muerte de Cristo mediante el poder de Su resurrección, a fin de que mu-
ramos a nosotros mismos, a nuestro hombre natural, y que vivamos para Dios en resu-
rrección. También es indispensable que los que buscamos a Dios en el Nuevo Testa-
mento, vivamos a Cristo, lo magnifiquemos y nos movamos y actuemos en El por medio
del suministro abundante del Espíritu vivificante que lo es todo, y que hagamos todo
en el Espíritu y conforme a El, si deseamos ser ganadores en la carrera de la vida divina,
con miras a disfrutar plenamente a Cristo como la buena tierra que Dios nos dio en la
era de la iglesia y a ser galardonados gloriosamente con el premio de participar plena-
mente de Cristo en la era del reino.

REYES QUE GOBIERNAN PARA


LA ECONOMIA ETERNA DE DIOS
Todos los reyes de Israel debieron entender que no debían reinar para sus propios in-
tereses ni prosperidad, sino para la economía eterna de Dios, buscando que Dios tu-
viera una nación sobre la tierra con la cual conservar la tierra de Emanuel (Is. 8:8) para
el reino de Cristo, y poseer un pueblo que perpetuara el linaje genealógico que traería
a Cristo a la tierra. A fin de cumplir este propósito, ellos debían haber sido nazarenos
y tomar a Dios como su Cabeza, su autoridad, y ser Sus siervos, abandonando todos los
placeres (vinos) del mundo. Sin embargo, todos los reyes le fallaron a Dios en este as-
pecto, incluyendo a David, que fue el mejor de ellos. Así que, ellos no cumplieron el
propósito de Dios, Su economía; antes bien, perdieron su porción en el reino de Dios,
que es la porción cimera del disfrute que les brinda la buena tierra (el Cristo que lo es
todo).

LA AUTORIDAD DELEGADA DE DIOS SOBRE LA TIERRA


Ser un rey entre el pueblo de Dios significaba ser la autoridad delegada de Dios en la
tierra. La autoridad delegada de Dios sobre la tierra se compone del oráculo de Dios,
que es hablar por Dios, y de la autoridad de Dios, que es ejercer Su gobierno. Ambos
asuntos le fueron asignados al sacerdocio, como en el caso de Moisés, quién fue repre-
sentado por Aarón el sumo sacerdote. Cuando el sacerdocio aarónico empezó a degra-
darse, Dios levantó a Samuel como profeta, para que hablara por El (1 S. 3:19-21), y
Samuel introdujo el reinado, para que éste estableciera la autoridad de Dios (16:1-3).
El reinado de todos los reyes de Israel fue siempre regulado por los profetas, como por
ejemplo Natán en el caso de David (2 S. 12), Elías en el caso de Acab (1 R. 18), y Eliseo
en el caso de Joram (2 R. 3), y fue fortalecido por los profetas, como Isaías en el caso
de Ezequías (2 R. 18-20) y Jeremías en el caso de otros reyes (Jer. 1:1-3). Después de
que Israel cayó en cautiverio debido a los fracasos de los reyes, la oración de Daniel fue
lo que propició que el pueblo volviera del cautiverio (Dn. 6:10; 9:15-25).
Debemos darnos cuenta de que estas tres clases de personas: los sacerdotes, los reyes
y los profetas, constituyen la estructura del Antiguo Testamento. De hecho, el Antiguo
Testamento es la historia de los sacerdotes, los reyes y los profetas. La autoridad dele-
gada de Dios se componía del sacerdocio y el reinado. Sin embargo, ambos fracasaron,
y los profetas intervinieron y fortalecieron, regularon, instruyeron, ayudaron y apoya-
ron al reinado debilitado.

Los reyes siempre deben seguir al oráculo de Dios, es decir, a los sacerdotes. Sólo así
la autoridad delegada de Dios será mantenida sobre la tierra, por medio de los sacer-
dotes, quienes hablan en calidad de oráculo de Dios, y por medio de los reyes, quienes
gobiernan en el reino de Dios como representantes de Su autoridad. Estos principios
básicos nos ayudan a entender el Antiguo Testamento.

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