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Definimos momentos electivos a esos momentos en que el ser hablante ha de expresar una
preferencia o un rechazo, dicho de otro modo una toma de posición ante el deseo del Otro, con
consecuencias sobre su forma de gozar (activa, pasiva, o de diátesis media respecto de la exigencia
pulsional incitada por el deseo del Otro).
Existen determinadas variables que acompañan alguna transformación en el decurso de una cura:
- Motivo de consulta: qué decide a un paciente a acudir a un tratamiento, en un momento
determinado .
- Formulación de la demanda de análisis, entendiendo por tal “querer desembarazarse
de su síntoma”, y la dirección de este pedido a un analista.
- Rectificación subjetiva: cambio de posición subjetiva por el cual el sujeto se implica en la
causación de su síntoma.
- Irrupción de la angustia entendida como pre-acto (apronte angustiado), según es
definido por Freud en “Inhibición, síntoma y angustia”, donde escribe: “….lo que se ha
vivenciado pasivamente en el trauma, es repetido ahora de manera activa, reproduciendo una versión
morigerada de éste”.
- Manifestaciones en el curso de la cura del agieren freudiano (“Recordar, repetir,
elaborar”), tales como la resistencia de transferencia, el acting out, y también la
reacción terapéutica negativa tal como es presentada en “El yo y el ello” (donde explica que el efecto
del análisis no está destinado a imposibilitar las reacciones patológicas, sino a procurar al analizante
la libertad de decidir en un sentido o en otro).
- Respuesta asociativa o resistencial a las interpretaciones, tal como son definidas por
Lacan en su texto “La dirección de la cura y los principios de su poder”, en el que
explica que tales respuestas suponen el ejercicio de la libertad asociativa que propone
el método analítico, o la negativa a la misma como resistencia a la presión sugestiva de la demanda
que le vuelve del analista.
- Interrupción del tratamiento no acordado con el terapeuta.
- Conclusión del tratamiento, como asunción por parte del analizado de las
consecuencias de su análisis.
Definimos como implicación causal del sujeto al momento y la operación en que el sujeto advierte
que hay una causa cuyo resultado es el síntoma, y que esa causa le concierne, vislumbrando su
participación en la producción de ese resultado que es el síntoma(SEM 10)4.
Es un momento marcado por la angustia, y toma formas diversas en los distintos tipos clínicos. En
las neurosis facilita un cambio en la posición del sujeto respecto del síntoma
En las psicosis evidencia la negativa radical del sujeto a corregir su
posición respecto del síntoma, al menos mientras no haya un cambio en el Otro (lo que es
minuciosamente descripto por Lacan como el rechazo o forclusión que está en la base de la posición
y de los síntomas del psicótico).
Esa implicación por la que el sujeto advierte el síntoma como algo extraño de sí mismo, permite
comenzar a ubicar los efectos propiamente analíticos del tratamiento, consistentes en una
transformación del síntoma como consecuencia de un cambio de posición del analizante.
Cada uno de esos momentos no puede ser producido desde el exterior, sino que requiere una
elección, ese actus propius del ser hablante.
Thompson-frydman
LA ELECCIÓN DE LA NEUROSIS
La idea de un conflicto que plantea una disyuntiva es central en la construcción freudiana a la hora
de dar cuenta de la producción de las neurosis.
“hallamos por regla general los indicios de una lucha entre mociones de
deseo o, como solemos decir, de un conflicto psíquico. Un fragmento de la
personalidad sustenta ciertos deseos, otro se revuelve y se defiende contra
ellos. Sin un conflicto de esa clase no hay neurosis.” (FREUD 1917a, 318)
Este conflicto esta precedido por una Versagung (un “decir que no”) que parte de una instancia
psíquica:“tienen que cumplirse condiciones particulares para que uno de esosconflictos se vuelva
patógeno. (…) El conflicto es engendrado por la frustración; ella hace que la libido pierda su
satisfacción y se vea obligada a buscar otros objetos y caminos. Aquel tiene por condición que estos
otros caminos y objetos despierten enojo en una parte de la personalidad, de modo que se produzca
un veto que en principio imposibilite la nueva modalidad de
satisfacción.” (FREUD 1917a, 318)
El veto de una parte de la personalidad es un momento electivo fundante en la causación de la
neurosis, cuyo carácter de detonante de toda una serie de mecanismos es destacado por
Freud:“Desde aquí parte el camino hacia la formación de síntoma (…).las aspiraciones libidinosas
rechazadas logran imponerse dando ciertos rodeos (…). Los rodeos son los caminos de la
formación de síntoma; los síntomas son la satisfacción nueva o sustitutiva que se hizo necesaria por
la frustración.”
Previo a toda la combinatoria mecánica en la que consisten los caminos de la formación de síntoma
se corporiza el veto de una parte de la personalidad. El punto decisivo es que el yo preste o no
acuerdo al devenir pulsional.
La denegación del yo activa la serie de mecanismos que dan por resultado la
formación de síntoma.
EL SUJETO INDETERMINADO
Más reconocible en su estatuto de momento electivo es el franqueamiento que marca el final de una
cura psicoanalítica: la encrucijada en la que “el sujeto está llamado a renacer para saber si quiere lo
que desea” (LACAN 1960, 662)
Siguiendo sus pasos, Soler señala: “la oscura elección que hay en cada sujeto” (…) vale también
para la salida, y quizá es lo que hace la destitución subjetiva tan difícil para el neurótico. (…)
algunos sujetos (…) retroceden frente a la horrible certeza. Es fácil para el
neurótico elegir la indeterminación a la entrada, pero es muy difícil renunciar a
ella después. (SOLER 2001, 70-72)
El consentimiento a la indeterminación subjetiva a la entrada en un análisis no es correlativo, por lo
tanto, de un sujeto decidido a llevar la cura hasta sus últimas consecuencias. Ambos momentos
electivos son franqueamientos independientes.
….El acto subjetivo de conclusión del lado analizante. (…) se necesita la posibilidad de concluir y
eso es un acto. No hay ningún automatismo de la conclusión, incluso con el tiempo. Se necesita
tiempo pero no hay automatismo de la conclusión de salida. La estructura condiciona la
conclusión pero no la causa totalmente. (…) se necesita algo que no
pertenece a lo lógico puro, es el elemento ético puro, algo indeducible,
improgramable y que finalmente siempre sorprende.” (SOLER 2001, 76)
Este franqueamiento implica una renuncia a la indeterminación subjetiva. La
asunción de la determinación implica un acto del lado del analizante en cuanto este hace lugar a “un
decir cuyo sujeto cambia” (LACAN 1968, 47) Conlleva, en palabras de Lacan “la paradoja de un
imperativo que me insta a asumir mi propia causalidad “(LACAN 1966, 843). La asunción entonces
de una causalidad preexistente.
Tal momento electivo supone una pérdida respecto a un estado anterior. El sujeto “pierde su nombre
de sujeto indeterminado” (SOLER 2001, 75). En tal sentido, está en relación con la elección genuina
situada supra en relación al “aut… aut…”.Se trata de un sujeto determinado en el doble sentido de la
palabra: decidido y limitado por la elección, que al elegir pierde la apertura de posibilidades
asintótica que otorga la creencia neurótica.
EL SUJETO DETERMINADO