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“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida
fuisteis sanados” (1P.2:24).
“como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida
en rescate por muchos” (Mt. 20:28).
“Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador,[b] para
que en él recibiéramos[c] la justicia de Dios” (2 Co. 5:21 – NVI).
2. Redención (Rescatar al que está cautivo pagando una cantidad por ello).
¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y
al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; 20 fueron
comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios (1 Co. 6:20- NVI).
Porque el que era esclavo cuando el Señor lo llamó es un liberto del Señor; del mismo
modo, el que era libre cuando fue llamado es un esclavo de Cristo. 23 Ustedes fueron
comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie (1 Co. 7:23)
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” (Ga. 3:13).
“a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar
su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Ro
3:25)
“Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación[i] que se recibe por la fe en su sangre, para así
demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;
pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo
Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús” (Ro. 3:25).
Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo:―¿Por qué dan lugar a tan malos
pensamientos? 5 ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir:
“Levántate y anda”? 6 Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la
tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu
camilla y vete a tu casa” (Mt. 4:6).
“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos
limpiará de toda maldad” (1 Jn.1:9).
5. Justificación