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Sección monográfica | El laberinto de la educación literaria (o la orquesta del Titanic): cuestiones metodológicas | 1

El laberinto de la educación literaria


(o la orquesta del Titanic): cuestiones
metodológicas
Mar Campos Fernández-Fígares, Aitana Martos García | Universidad de Almería

Han pasado ya casi 30 años desde que se reconocieron las didácticas específicas como disciplinas con enti-
dad propia, didácticas que se habían ido configurando con el fin de articular cada materia con la manera
de hacerla llegar al alumnado. Es así como la didáctica de la lengua y la literatura ha llegado a ocupar un
lugar propio dentro de los estudios científicos.

Palabras clave: Educación literaria, lectura, didáctica de la literatura, investigación, enseñanza de la


literatura, siglo XXI.

30 years have gone by since the specific didactics were recognized as disciplines of their own. They were di-
dactic realms that had been shaped with the goal of articulating each subject and making them accessible
to the students. In this way the teaching of language and literature has reached its own place within the
scientific fields.

Keywords: literary education, reading, researching, teaching of literature, twenty-first century.

Son casi treinta años en los que se ha los textos literarios. Una modernidad lí-
ido construyendo y consolidado un área, quida, como la define Bauman, en la que
en la cual la educación literaria, objeto del más que navegar se surfea, que se nos
presente monográfico, tiene un papel impone en todos los ámbitos llegando a
fundamental. identificar “el progreso con los atajos” hasta
Es indiscutible que estamos en un límites insospechados (Bauman, 2008:19).
momento de cierta pasividad intelectual Una realidad en la que la educación occi-
(cuando se suponía que la educación uni- dental se focaliza en “la construcción del yo,
versal nos llevaría hacia otro sitio), cierta singular y normativo como la única imagen
pereza por detenernos y profundizar en del mundo” (Rodríguez, 2005: 64-65), pero
nosotros mismos, en lo que nos rodea, en que a la vez no permite que esas capas

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sociales, ahora homogeneizadas, alcancen Tratan de hacernos no entender el


realmente los privilegios de las clases domi- mundo, la ropa rota no es ya una muestra
nantes (aunque sí estén empapadas de sus de la miseria o de las experiencias físicas
valores), y por eso Rodríguez utiliza tam- más violentas/peligrosas. Los desgarrones
bién una imagen fluida, “flotar en el charco”. o recosidos no son las cicatrices de una vida
Para tratar de trazar un panorama en primera persona. Y la lectura también
sobre este tema es imprescindible que está dejando de serlo. Antes de reflexionar
planteemos la necesidad de estudiar el sobre la obra leída se consultan los blogs
presente desde el pasado, como indicaba para ver qué han pensado ya otros, es una
el historiador Pierre Vilar, “pensar histórica- curiosa paradoja: encontramos opiniones
mente”, lo que J. C. Rodríguez lleva más allá atrevidísimas sin fundamento, y sobre ellas
proponiendo “pensar/leer históricamente”: gente que las adopta sin reflexionar, aco-
la historia como conocimiento, antes de giéndolas como principio de autoridad.
que se transforme en historia como na- Por supuesto que no todo es así, pero por
rración, conocimiento de “qué relaciones supuesto que tenemos que trabajar duro
sociales, ideológicas y libidinales nos han cada día en el aula para explicar a los es-
construido” (Rodríguez, 2005:9). tudiantes que ellos deben experimentar en
Habría que empezar repensando tér- primera persona el fenómeno del pensa-
minos como qué entendemos por litera- miento, de lo que les suscitan las lecturas,
tura y qué queremos decir cuando habla- antes de volar a buscar en internet las ideas
mos de educación, de formación literaria, sugeridas por otros.
de didáctica de la literatura… Pensar en el contenido que durante
Tomemos como ejemplo algo aparen- siglos hemos ofrecido en las clases de litera-
temente de una banalidad extrema, pero tura nos obliga al estudio de los manuales
que nos va a ayudar a entender la vincula- e historias de la literatura. Así, si establece-
ción del mundo presente con la lectura: la mos el fin del XVIII, con la revolución fran-
actual moda de llevar los pantalones vaque- cesa, como el punto de inflexión para la de-
ros, tipo jeans, rotos. Rotos, pero no por el finición del moderno concepto de nación, y
paso del tiempo y las experiencias vividas a partir de aquí la construcción de lo nacio-
con ellos, sino comprados así, con los aguje- nal, donde la literatura va a tener un papel
ros hechos, la tela desgastada, descolorida, fundamental, se comprende la aparición de
como si hubieran vivido todas las experien- obras compilatorias de esa producción que
cias del mundo. Este hecho es denotativo pretenden presentar lo propio de cada país.
de cómo los jóvenes se están dejando arre- Leonardo Romero Tobar destaca cómo
batar no solo el pensamiento sino también a inicios del siglo XXI, concretamente en el
la vida misma: su historia, que no van cons- año 2003, hay un resurgir del interés por es-
truyendo ellos en el testigo de su día a día, tudiar la Historia de la literatura/ la historia
unos jeans que soportan todo tipo de uso, literaria, que se concreta en al menos tres
sino que los adquieren ya vividos, como eventos científicos centrados en esa te-
asumen las lecturas ya hechas de otros, o mática. El organizado por este profesor se
la comida prefabricada. No son capaces de llamaba precisamente así: “Historia literaria/
leerse (ni de escribirse) a sí mismos. Historia de la literatura” y se trataba de un

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seminario internacional de expertos, en el que cambian radicalmente el foco de es-


que había un espacio dedicado expresa- tudio y ponen la mirada sobre el receptor,
mente a las “prácticas institucionales” en al modelo Lector. Y en paralelo a estos dos
enseñanza de la literatura. Era una reflexión modelos el Institucionista, con sus raíces en
necesaria acerca de las historias de la litera- el Krausismo que primó la lectura interpre-
tura y su análisis, el estudio de los manuales tativa de los textos.
cuyo “uso” con frecuencia abusivo dentro En cuanto a otro de los aspectos que
de las aulas se viene arrastrando desde el si- no podían faltar en este monográfico, so-
glo XIX, y aún, con frecuencia, se mantiene. bre el que siempre existe polémica cuando
Y obviamente además del estudio hablamos de educación literaria, es el pro-
minucioso de esas obras, de su gestación, blema del canon, de las lecturas que incluir
de los criterios de selección, contenidos, o no en los programas de educación. En
etcétera, era preciso recobrar la historia de este espacio Juan García Única realiza un
los modelos educativos que se han ido su- magnífico ataque como estrategia de de-
cediendo en esa Historia que nos ha confi- fensa. Su “odio a los clásicos” es una manera
gurado, que nos configura aún. Así Gabriel de empatía que se rebela ante lo que en
Núñez traza un recorrido por los distintos verdad es un enamoramiento absoluto. Y
modelos educativos en lo que atañe a la ahí la magnífica defensa desde el cuestio-
enseñanza de la literatura. Desde ese mo- namiento del concepto de clásico que he-
delo Retórico, sin duda elitista, cuyo origen mos heredado del modelo de educación
estaba en la cultura grecolatina, relegado al Historicista, un recorrido por autores y teo-
olvido cuando avanzaron los estudios po- rías para tratar si no de definir sí de explicar
sitivistas del XIX y su afán nacionalista, sur- un término, el de clásico, que en sí mismo
gieron los estudios marcados por la compi- encierra la imposibilidad de ajustarse a los
lación y selección de obras que supusieron límites de una definición.
las historias de la literatura tan temidas Gustavo Bombini que ha estudiado un
por Menéndez Pelayo. Estas se mantuvie- período amplio de la historia de la ense-
ron activas pese al impresionante cambio ñanza de la literatura en Argentina, de 1860
que se fue produciendo en la población “a a 1960, aborda en este número de Lenguaje
educar”, al incorporarse grandes masas de y Textos un espacio educativo más allá de
población que se trasladaron de las zonas las aulas, nos ofrece un panorama sobre
rurales a las grandes ciudades, una homo- los programas de lectura nacionales, de los
geneización de ese “espíritu humano ele- que él ha sido responsable y que durante
vado”. Nos encontramos así con el modelo décadas han llevado a los espacios más dis-
Histórico-Positivista: cuando la literatura tantes, o a los más cercanos pero ignorados,
parecía ganar peso como objeto de estu- la posibilidad de crear lectores, de formarse
dio la práctica docente la restringía a listas a través de la literatura. Bombini enfatiza la
de autores y títulos. Los textos concebidos necesidad de establecer unos programas
en su origen con una finalidad práctica más que no se interrumpan con los cambios
que como soporte teórico ocupan el espa- de gobierno y que de manera constante
cio de las obras originales. Este modelo da- consigan consolidar, en otros ámbitos
ría paso, gracias a las teorías de la recepción

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complementarios -que no anuladores- una parte J. C. Rodríguez hace hincapié en que


consolidación de los hábitos lectores. la lengua está siempre manchada por los
En esta línea Margoth Carrillo Pimentel Poderes y que sólo se puede escribir, “siendo
nos ofrece una muestra concreta sobre el bilingüe en la propia lengua” (2005:70). Y
acercamiento de las instituciones a los es- añadiríamos la magnífica cita de Proust que
pacios del altiplano andino, las zonas más recoge Gilles Deleuze: “Los libros hermosos
alejadas de las grandes ciudades. Referentes están escritos en una especie de lengua
que nos traen a la memoria actuaciones extranjera”.
que se llevaron a cabo durante la Segunda López Valero, Jerez y Encabo plantean
República Española (Otero y García Alonso, la adquisición de las distintas destrezas rela-
2006; Campos, 2009). El proyecto liderado cionadas con la formación literaria, tanto en
por Carrillo es un trabajo especialmente educación infantil, es decir incorporando a
importante porque los mismos estudiantes alumnos de 3 a 5 años, como en educación
de magisterio, futuros docentes, toman el primaria, enfocando el aprendizaje de la
pulso a la realidad de sus probables futu- literatura directamente imbricado con el
ras zonas de trabajo. Pero un proyecto que de la lengua, como una contribución a la
nace de las carencias, tal vez inesperadas, competencia comunicativa, por lo que el
encontradas en los mismos estudiantes foco de la educación queda desplazado del
universitarios que se reconocen apenas docente y la materia impartida hacia el re-
lectores de obras literarias. La experiencia ceptor activo que a través de determinadas
se aplica sobre distintos tramos del sistema prácticas de aula se convierte en protago-
educativo, en la escuela pero “desde fuera”. nista. El docente pasa a ocupar un papel de
Y un elemento fundamental, la atención mediador responsable en la compleja pre-
a los maestros en ejercicio que muestran paración de nuevas experiencias didácticas
carencias similares a los estudiantes uni- mucho más participativas.
versitarios y a los que hay que atender con La llamada crisis de las Humanidades
propuestas que parten también de la uni- y la pérdida de memoria, del pensarnos
versidad. Todo ello con extremo cuidado en históricamente, van de la mano: hay un
las lecturas seleccionadas, que dependerán intento sistemático de hurtar la memo-
mucho del público al que van destinados ria cultural, literaria, histórica, a las nuevas
los programas. generaciones, dejándolas mucho más in-
Cuando pensamos en la enseñanza defensas, más manipulables. Se limita la
de la literatura, automáticamente solemos memoria cultural de la comunidad enfo-
asociarla a la enseñanza de la lengua. La cándola únicamente a un interés turístico,
lengua como compañera del poder ha su- festivo, desatendiendo el interés profundo
frido, nos dice Eco (2002:11), presiones muy que anida en la narración en la conocida
potentes en algunos momentos (como frase de Walter Benjamin: “la narración es
en los 20 años de fascismo italiano), pero la experiencia que corre de boca en boca”.
de esta manipulación nacionalista habría No se quiere una memoria compartida, crí-
salido indemne y las propuestas forzadas tica, disidente y plural, se quiere una socie-
como decir “coda di gallo” por “Cocktail” no dad plegada al mercado, un pensamiento
habrían sido asumidas por el idioma. Por su único, y en ese proceso se pretende que las

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artes, la literatura, la palabra sean poco más Es necesario reivindicar que las perso-
que elementos decorativos.  nas puedan acceder a una cultura general,
Gloria García Rivera, cuya Didáctica de que debe incluir una educación literaria
la literatura de Akal sigue siendo funda- amplia, porque solo desde esos supuesto
mental para los que inician el estudio de se accede a la cultura compleja de que ha-
nuestro área de conocimiento, nos pre- bla Morin y que supera las dicotomías entre
senta junto a Angélica Manso un estudio ciencias y letras, tecnología y humanismo
sobre la necesidad de atender a nuevos pa- (Martos, 2010).
rámetros de lectura; reconsiderar el papel Estamos obligados a seguir
del mediador y el cuestionarse la “calidad” interpretando…
de las lecturas, novedoso planteamiento
basado en las ideas de Franco Moretti que,
sin duda, generará polémicas…

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