Vous êtes sur la page 1sur 12

Cuatro consejos para vencer al resentimiento, llegar a perdonar y ser libre: cambia vidas y

culturas

El perdón en clave en la vida cristiana, pero en la vida de pareja y familiar lo es aún más - hay
que vencer el resentimiento

El perdón en clave en la vida cristiana, pero en la vida de pareja y familiar lo es aún más - hay
que vencer el resentimiento

FacebookTwitterGoogle+LinkedinWhatsappEmail J. Ángel Antonio / ReL 11 abril


2017TAGS:BibliaFamilia El mundo está lleno de culturas vengativas, en las que se exige vengar
las ofensas por el honor del clan, del colectivo, de la familia, etc... o que alaban y premian a los
vengadores y justicieros.

Occidente es distinto por el influjo del cristianismo y la cultura bíblica, que insisten en la
necesidad del perdón, que es sanador y permite un nuevo comienzo.

Jesucristo enseñó a sus seguidores el Padrenuestro, en el que los cristianos rezan a Dios
"perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". E
insistió: "Si perdonáis a otros sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre
celestial" (Mateo 6,14).

En la Biblia, Libro de Proverbios (quizá del siglo VII a.C) afirma: "El que perdona la ofensa
cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos" (Proverbios 17,9). San Pablo, en
su carta a los Efesios pide a los cristianos: "Sed bondadosos y compasivos unos con otros, y
perdonaos mutuamente, así como Dios os perdonó en Cristo" (Ef 4,32). Y lo repetía a los
Colosenses: "Toleraos unos a otros, y perdonaos si alguno tiene queja contra otro. Así como el
Señor os perdonó, perdonad también vosotros" (Col 3,13).

Perdonar ayuda a ser feliz

También la psicología moderna recoge la importancia de poder perdonar. "Es imposible ser
feliz si no perdonamos a los demás y también, si no nos perdonamos a nosotros mismos. Es
una condición necesaria para tener amigos, querer a los demás y vivir una vida
psicológicamente sana. Porque sin el perdón se instalaría en nosotros el resentimiento, una
enfermedad del alma y uno de los principales escollos para la felicidad", escribe Ignacio Iturbe
en la revista Hacer Familia.

Iturbe señala que "para Max Scheller el resentimiento es una autointoxicación psíquica, un
envenenamiento de nuestro interior que depende de nosotros mismos. Es una respuesta
emocional mantenida en el tiempo a una agresión percibida como real, aunque exactamente
no lo sea. Esta respuesta consiste en un sentirse dolido y no olvidar".
El resentimiento bloquea para la acción

"Las manifestaciones de una persona resentida están principalmente en su interior, está


bloqueado para la acción, se encierra en sí mismo presa de su enturbiamiento. No tiene por
qué emitir respuestas desagradables, violentas o llamativas, pudiendo actuar con gran sutileza,
incluso con aparente delicadeza, pero su corazón está herido y no responde con libertad; está
preso de su propio resentimiento. La enfermedad está dentro y va haciendo su labor, le va
corroyendo".

Iturbe señala que, de hecho, "al tener resentimiento le estamos concediendo a otra persona la
potestad de coartar nuestra felicidad, le estamos entregando la llave de nuestra felicidad. Esta
nunca debería estar sometida o depender de factores circunstanciales sino que debemos
descubrir que la felicidad anida en nuestro interior; pero hay que saber descubrirla. Al romper
con el resentimiento y optar por el perdón, recuperamos la libertad".

No es tema de afectos, sino de voluntad

Hay que tener en cuenta que si bien el resentimiento pertenece al área afectiva, el perdón
tiene más que ver con la voluntad. "Cada vez que perdonamos optamos por cancelar la deuda
moral que el otro ha contraído con su proceder, es decir, le liberamos en cuanto deudor".

Julio Lorenzo Rego, autor de "La terapia del perdón en una sociedad endurecida", da 4
consejos para lograr superar el resentimiento.

1. Ponerse el el lugar del otro

Hay que aprender a ponerse en el lugar del otro, antes de juzgar sus acciones. Casi todas las
actitudes y conductas humanas tienen una explicación.

2. Pensar que quizá el otro necesita ayuda

Si hemos sido agredidos, el problema es del agresor porque es quien ha actuado mal. Pero
hemos de estar abiertos al perdón y, aún más, a tenderle la mano porque necesita ayuda y,
posiblemente, nuestra ayuda.

3. Entender que podemos decidir

He de tener claro que nadie puede hacerme daño si yo no quiero. Está en nuestras manos
levantar una barrera ante las ofensas.
4. No buscar perfecciones exageradas

Nadie es perfecto, y errar es de humanos. A veces, los problemas surgen de buscar una
perfección exagerada en los demás cuando todos somos falibles.

Un cultura del perdón: que sea frecuente, no excepcional

El cristianismo ha intentado siempre en los distintos países y época crear una "cultura del
perdón" para que la sociedad sea más habitable, humana y menos endurecida.

Esta cultura del perdón es una de las principales novedades cuando los misioneros la predican
en zonas con cultura de la venganza. También es contracultural en el Occidente materialista,
competitivo, avaricioso y lleno de personas heridas y resentidas, a menudo hijos de familias
rotas.

Una cultura del perdón incluye perdonar con frecuencia, no como algo excepcional. Ignacio
Iturbe, en su artículo asesorado por Julio Lorenzo Rego, concluye que "para ello es preciso
estar dispuesto a ver lo mejor del corazón del otro y llegar a poder decirle "sé que no eres así,
sé que eres mucho mejor y te perdono", queriendo lo mejor para quien nos ha ofendido y se
ha equivocado".

El Resentimiento

ESTUDIO BÍBLICO SERIE GIGANTES AL ACECHO DAVID LOGACHO 1 COMENTARIO

Es un gozo saludarle amable oyente. Reciba una cordial bienvenida al estudio bíblico de hoy. La
Palabra de Dios dice en Génesis 6 que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre
la faz de la tierra, había gigantes en la tierra en aquellos días. Seguramente fue de estos
gigantes que descendieron los gigantes que mucho tiempo después se encontraron con los
doce espías de Israel quienes fueron enviados por Moisés en una misión secreta de
reconocimiento de la tierra prometida. Estos gigantes infundieron tanto temor en los israelitas
que la mayoría de ellos desistieron de su anhelo de conquistar esa tierra que fluye leche y
miel. Qué triste. Estos Israelitas se dejaron dominar por los gigantes y de esa manera no
recibieron las grandiosas promesas que Dios les había hecho. Nosotros también amable
oyente, podemos dejar de recibir grandiosas promesas de Dios por el solo hecho de dejarnos
dominar de algunos gigantes. Los gigantes que amenazan con dominarnos y nos infunden
tanto temor no son de carne y hueso como los gigantes del pasado sino que son más bien
hábitos o actitudes contra las cuales todos nosotros tenemos que luchar. Ya hemos visto que
estos poderosos gigantes pueden ser el desánimo, la crítica, el temor, el chisme, la culpa, la
dureza de corazón, el complejo de inferioridad, los celos, la soledad, los malos entendidos y la
enfermedad. En el estudio bíblico de hoy vamos a tratar acerca de otro de estos poderosos
gigantes.
Los gigantes acerca de los cuales se habla en las Escrituras eran gigantes literales, eran
hombres reales. Los gigantes de quienes estamos hablando nosotros son de diferente clase,
pero son igualmente reales, igualmente peligrosos, igualmente amenazadores, igualmente
poderosos. Nuestros gigantes son aquellas cosas que nos estorban o impiden conseguir lo
mejor, nos impiden ser lo que debemos ser, o lo que queremos ser o lo que Dios quiere que
seamos. A menudo somos estorbados, arrinconados, asustados, pisoteados o derrotados por
estos gigantes. O aprendemos a conquistarlos o terminarán conquistándonos y alejando de
nosotros todas las cosas buenas que Dios tiene para nosotros. Los gigantes que enfrentamos
no son inofensivos. Nos atacan sin importar lo que seamos o donde estemos. Si no nos
mantenemos alerta, nos privarán del mismo gozo del Señor, el cual es nuestra fortaleza,
conforme a lo que dice Nehemías 8:10 donde leemos: porque el gozo de Jehová es vuestra
fuerza.

Estos gigantes pueden dejarnos maltrechos, gimiendo y con nuestra vida marchita e inútil. Uno
de estos gigantes al acecho se llama resentimiento. El resentimiento es el enojo guardado en
nuestro corazón ante una persona, cosa o circunstancia que nos causó algún tipo de malestar.
Un joven puede vivir resentido contra sus padres porque cuando era niño sus padres no le
prodigaron amor. Una esposa puede vivir resentida contra su esposo porque en algún
momento éste le agredió física y verbalmente. Cuando el resentimiento no es confrontado
franca y honestamente y erradicado de nuestra vida, corre el riesgo de transformarse en
rencor que en esencia es resentimiento arraigado y tenaz. El rencor es condenado en la
Palabra de Dios. Levítico 19:18 dice: No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu
pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.

Interesante que el resentimiento y el ulterior rencor son un atentado contra el amor. Por eso
Pablo al hablar del perfecto amor dice en 1 Corintios 13:5 que el amor no guarda rencor.
Cuando nos rendimos ante el gigante del resentimiento nos afligirá sin misericordia.
Sufriremos espiritualmente, porque el resentimiento es un obstáculo en nuestra comunión con
Dios. Sufriremos emocionalmente, porque el resentimiento es como vivir con una herida
abierta que va infectándose más y más a medida que avanza el tiempo. Sufriremos
físicamente, porque el resentimiento es el origen de muchas enfermedades. Según los
médicos, una de las causas para las úlceras gastrointestinales es justamente el resentimiento.
Así que, amable oyente, es altamente peligroso dejarnos dominar por el gigante llamado
resentimiento. Lo prudente es conquistar este poderoso gigante. Si tiene a Cristo en su
corazón, está en capacidad de derrotar a este gigante en su vida. Existe un arma mortal que el
gigante del resentimiento no puede resistir. Esa arma se llama perdón. Al escuchar esta
palabra, a lo mejor se pondrá a la defensiva y dirá: La verdad es que no puedo perdonar a esa
persona. Lo que esta persona me hizo es imperdonable. Si supiera lo que me hizo esta
persona. Por supuesto que yo no sé lo que alguien le ha hecho amable oyente, pero ¿Quiere
saber algo? Cualquier cosa que le hayan hecho es nada en comparación con lo que usted y yo
hemos hecho en contra de Dios. Lo que nosotros pecadores hicimos a Dios fue tan grave, que
costó la vida de su amado Hijo. Pero lo grandioso es que Dios nos perdonó. Efesios 4:30-32
dice: Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención.

Eph 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda
malicia.
Eph 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

A pesar de que nuestra ofensa a Dios fue tan grave, Él nos perdonó en Cristo. Por tanto, dice
Pablo, así mismo perdone a todo aquel que le ofende, sin importar la magnitud de la ofensa. El
perdón, amable oyente, es el mejor favor que nosotros podemos hacernos a nosotros mismos.
El gigante del resentimiento nos aconseja vivir resentidos como una arma para atacar al que
nos ofendió. Nuestro resentimiento hacia esa persona será el permanente recordatorio que
fuimos agredidos por esa persona. Llegamos a pensar que la persona que nos ofendió estará
sufriendo lo indecible por cuanto nosotros estamos resentidos. Pero es todo lo contrario
amable oyente. Cuando estamos resentidos nosotros llevamos la peor parte. Ya hemos
señalado que el resentimiento es un lujo que no debemos permitirnos porque el precio que
tenemos que pagar no se puede cuantificar en lo espiritual, en lo emocional y en lo físico. Si
queremos dejar de estar resentidos, debemos perdonar. No estamos diciendo que sea fácil
perdonar. El mismo Señor Jesucristo dijo que no sería fácil. Mateo 16:24 dice: Entonces Jesús
dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y
sígame.

Sin importar como definamos la cruz en este versículo, no podemos reducirla a algo fácil o
simple. Es algo muy difícil, arduo y penoso. Dios quiere que perdonemos a otros igual como Él
nos ha perdonado a nosotros. Además amigo oyente, el perdón no es una opción que tenemos
los creyentes. Ninguno de los que somos hijos de Dios podemos decir: Si quiero perdono y si
no quiero no perdono. El perdón es en realidad un mandato del Señor. Marcos 11:25-26 dice: Y
cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre
que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

Mar 11:26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os
perdonará vuestras ofensas.

El guardar resentimientos, o lo que es lo mismo, el no perdonar es lo mismo que andar en


desobediencia a la Palabra de Dios, algo condenado por Dios. De modo que, amable oyente,
detrás del entre comillas “no puedo perdonar” en realidad lo que se esconde es un “no quiero
perdonar” y el que mantiene esta actitud está en franca y abierta rebeldía contra Dios. Otra
cosa que debemos tomar muy en cuenta a la hora de perdonar es que el perdón no
necesariamente implica olvidar la ofensa recibida. El perdón es en realidad un compromiso
que nos hacemos delante de Dios por el cual nos obligamos a nosotros mismos a nunca jamás
tratar al ofensor de la misma manera como el ofensor nos trató a nosotros. Si no tenemos este
concepto de perdón, siempre nos encontraremos hurgando en las ofensas del pasado para
echar más leña al fuego del conflicto. Una esposa que no tiene esta manera de pensar,
encontrará que siempre que discute con su esposo saca a colación problemas que se supone
ya fueron arreglados y perdonados. Terminando ya, amable oyente, recuerde que es muy
peligroso dejar que nos domine el gigante del resentimiento. Para evitarlo tenemos que echar
mano del arma llamada perdón. No es fácil perdonar, pero cuando nos decidimos hacerlo
ganaremos un cúmulo de beneficios.

El resentimiento contra las personas,


Versículos Más Relevantes
Proverbios 3:11-12
Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR ni aborrezcas su reprensión, porque el
SEÑOR a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.
Proverbios 1:7
Versículos Conceptos
El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y
la instrucción.
Proverbios 5:12
Versículos Conceptos
y digas: ¡Cómo he aborrecido la instrucción, y mi corazón ha despreciado la corrección!
Génesis 4:2-5
Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas y Caín fue labrador de
la tierra. Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al SEÑOR una ofrenda del
fruto de la tierra. También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y
de la grosura de los mismos. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda,Leer
más.
Jueces 8:1-3
Entonces los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que nos has hecho, al no
llamarnos cuando fuiste a pelear contra Madián? Y lo criticaron duramente. Pero él les
dijo: ¿Qué he hecho yo ahora en comparación con vosotros? ¿No es mejor el rebusco de
Efraín que la vendimia de Abiezer? Dios ha entregado en vuestras manos a los jefes de
Madián, Oreb y Zeeb; ¿y qué pude hacer yo en comparación con vosotros? Entonces se
aplacó la ira de ellos contra él cuando dijo esto.
Mateo 20:24
Versículos Conceptos
Al oír {esto,} los diez se indignaron contra los dos hermanos.
Hechos 6:1
Versículos Conceptos
Por aquellos días, al multiplicarse {el número} {de} los discípulos, surgió una queja de
parte de los {judíos} helenistas en contra de los judíos {nativos,} porque sus viudas eran
desatendidas en la distribución diaria {de los alimentos}.
Génesis 27:34
Versículos Conceptos
Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su
padre: ¡Bendíceme, {bendíceme} también a mí, padre mío!
Génesis 50:15
Versículos Conceptos
Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá José guarde rencor
contra nosotros, y de cierto nos devuelva todo el mal que le hicimos.
Mateo 20:10-11
Y cuando llegaron los que {fueron contratados} primero, pensaban que recibirían más;
pero ellos también recibieron un denario cada uno. Y al recibirlo, murmuraban contra el
hacendado,
Colosenses 3:21
Versículos Conceptos
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
1 Samuel 30:6
Versículos Conceptos
Y David estaba muy angustiado porque la gente hablaba de apedrearlo, pues todo el
pueblo estaba amargado, cada uno a causa de sus hijos y de sus hijas. Mas David se
fortaleció en el SEÑOR su Dios.
1 Samuel 22:2
Versículos Conceptos
Todo el que estaba en apuros, todo el que estaba endeudado y todo el que estaba
descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos. Y había con él unos cuatrocientos
hombres.
Josué 9:18
Versículos Conceptos
Los hijos de Israel no los mataron porque los jefes de la congregación les habían jurado
por el SEÑOR, Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los jefes.
Efesios 4:31
Versículos Conceptos
Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda
malicia.
Filipenses 2:14
Versículos Conceptos
Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones,
Levítico 19:18
Versículos Conceptos
``No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo
como a ti mismo; yo soy el SEÑOR.
Deuteronomio 15:10
Versículos Conceptos
Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el SEÑOR tu
Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas.
2 Corintios 9:5
Versículos Conceptos
Así que creí necesario exhortar a los hermanos a que se adelantaran en ir a vosotros, y
prepararan de antemano vuestra generosa ofrenda, ya prometida, para que la misma
estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia.
2 Timoteo 2:24
Versículos Conceptos
Y el siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos, apto para
enseñar, sufrido,
Hebreos 12:15
Versículos Conceptos
Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de
amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;
Santiago 3:14-15
Pero si tenéis celos amargos y ambición personal en vuestro corazón, no seáis arrogantes
y {así} mintáis contra la verdad. Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es
terrenal, natural, diabólica.
Santiago 5:9
Versículos Conceptos
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está
a las puertas.
1 Pedro 4:9
Versículos Conceptos
Sed hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones.
Proverbios 18:19
Versículos Conceptos
El hermano ofendido {es más difícil de ganar} que una ciudad fortificada, y las contiendas
son como cerrojos de fortaleza.
Proverbios 17:9
Versículos Conceptos
El que cubre una falta busca afecto, pero el que repite el asunto separa a los mejores
amigos.
Proverbios 19:11
Versículos Conceptos
La discreción del hombre le hace lento para la ira, y su gloria es pasar por alto una ofensa.
Filipenses 4:11
Versículos Conceptos
No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea
mi situación.
1 Timoteo 6:6-10
Pero la piedad, {en efecto,} es un medio de gran ganancia cuando {va} acompañada de
contentamiento. Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él.
Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.Leer más.
Hebreos 13:5
Versículos Conceptos
{Sea vuestro} carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque El mismo ha
dicho: NUNCA TE DEJARE NI TE DESAMPARARE,

COMO QUITAR EL RESENTIMIENTO


DEL CORAZON
TEMA: COMO QUITAR EL RESENTIMIENTO DE MI CORAZON

TEXTO: EFESIOS 4:26-27

INTRODUCCION

 UN PROVERBIOS CHINO DICE: “UN ENEMIGO TE HIERE UNA VEZ, TUS


RECUERDOS MIL VECES” ASI ES EL RESENTIMIENTO, RESENTIR
SIGNIFICA VOLVER A SENTIR, CUANDO EN NUESTRO CORAZON
HEMOS DADO CABIDA AL RESENTIMIENTO ESTAMOS PRESOS DEL
DOLOR, DEL ENOJO, DE LA AMARGURA.

 NOTEMOS QUE EL VERSICULO QUE HEMOS LEIDO LA PALABRA DEL


SEÑOR NOS DICE: AIRAOS, ES DECIR QUE DIOS SABE
PERFECTAMENTE QUE HABRAN MOMENTOS EN NUESTRA VIDA QUE
NOS VAN A CAUSAR ENOJO, IRA, EL SABE QUE HABRAN MOMENTOS
EN NUESTRA VIDA QUE PERSONAS Y SITUACIONES NOS VAN A
CAUSAR DOLOR, EL CONOCE NUESTROS SENTIMIENTOS Y POR ESO
NO NOS REPRIME, EL DICE: AIRAMOS, MOLESTATE, ENOJATE.

 PERO NOS DA UNA CONDICIONANTE, PERO NO PEQUEIS, NO SE


PONGA EL SOL SOBRE VUESTRO ENOJO, PODEMOS ENTENDER
PERFECTAMENTE LO QUE EL SEÑOR QUIERE ENSEÑARNOS: EL
PECADO NO ES MOLESTARSE, NO ES ENOJARSE, SINO DEJAR QUE
ESTE ENOJO, QUE ESA MOLESTIA, QUE ESA IRA QUEDE GUARDADA
EN NUESTRO CORAZON.
 Y TAMBIEN NOS ENSEÑA EN EL VS 27 ALGO QUE COMO CRISTIANOS
DEBE HACERNOS REACCIONAR: NO LE DES LUGAR AL DIABLO.
TENEMOS QUE COMPRENDER ESTA NOCHE QUE UNA DE LAS
TRAMPAS PRINCIPALES DE SATANAS ES LA OFENSA.

 LA PALABRA DEL SEÑOR EN MATEO 18:6 NOS HABLA DEL QUE HAGA
TROPEZAR A UNO DE ESTOS PEQUEÑOS, LA PALABRA TROPEZAR ES
SKANDALIZO, QUE SIGNIFICA TAMBIEN OFENSA, Y TRAMPA, ES
DECIR QUE SATANAS USA LAS OFENSAS QUE LOS DEMAS NOS
HACEN PARA TENERNOS ATRAPADOS EN LA AMARGURA, EN EL
ODIO, EN EL PASADO.

 MUCHOS AUN SIENDO CRISTIANOS HEMOS CAIDO EN LA TRAMPA DE


SATANAS DEL RESENTIMIENTO POR LA OFENSA RECIBIDA Y VIVMOS
UNA VIDA MISERABLE.

CUAL ES EL GRAN PROBLEMA DEL RESENTIMIENTO EN NUESTRA VIDA?


QUE CRISTO VINO A MORIR POR NOSOTROS EN LA CRUZ PARA
HACERNOS LIBRES (GALATAS 5:1) PERO NOSOTROS HEMOS DECIDO
PONERNOS EL YUGO DE LA ESCLAVITUD DEL PASADO, DE LA OFENSA,
DEL MALTRATO.

ILUSTRACION DE LA MUJER QUE NUNCA PUDO PERDONAR A SU


ESPOSO POR LAS QUEMADURAS DE SU HIJO.

COMPRENDAMOS UNA COSA MUY IMPORTANTE : EL RESENTIMIENTO


NOS HACE ACTUAR DE MUCHAS FORMAS QUE NO AGRADAN A DIOS: Y
UNA DE ELLAS ES SENTIRNOS SIEMPRE VICTIMAS DE LOS DEMAS, Y
POR SER VICTIMAS NOS SENTIMOS CON DERECHO DE TENER
ACTITUDES HOSTILES HACIA LOS DEMAS.

 YO MALTRATO A MIS HIJOS PORQUE MIS PADRES ME MALTRATARON


A MI.
 MI ESPOSO NO COMPRENDE QUE NUNCA ESTOY DISPUESTA PARA
LA INTIMIDAD PORQUE FUI ABUSADA.
 YO SOY ASI PORQUE TODOS ME DIERON LA ESPALDA
 ETC.

PERO LO IMPORTANTE ES CONOCER POR MEDIO DE LA PALABRA DE


DIOS COMO NOSOTROS PODEMOS SER LIBRES DE ESA ESCLAVITUD,
DE ESA TRAMPA LLAMADA RESENTIMIENTO.
TENEMOS QUE QUITARNOS EL AGUIJON QUE QUIEN NOS OFENDIO
NOS DEJO CLAVADO EN NUESTRA VIDA : Y AL HACERLO USTED PUEDE
VER VOLAR UNA ABEJA Y SE RECUERDA EL DOLOR DE SU PICADA
PERO YA NO TIENE EL AGUIJON CLAVADO EN USTED.

I) ES NECESARIO UN ACTO DE NUESTRA VOLUNTAD

 EN REALIDAD LA MAYORIA DE PERSONAS QUE NOS HAN OFENDIDO


LO HAN HECHO DE UNA MANERA CONSIENTE, ES DECIR SABEN QUE
LO QUE HAN HECHO NOS HA DAÑADO, O LO QUE NOS HA DICHO NOS
A OFENDIDO, NO LO HAN HECHO POR ACCIDENTE O
INVOLUNTARIAMENTE, ES POR ESO QUE SE NECESITA UNA
RESPUESTA DE NUESTRA VOLUNTAD.
 Y ESE ACTO DE NUESTRA VOLUNTAD ES EL PERDON, NO PUEDE
SER UN SIMPLE DISCULPA PUES UNO DISCULPA A LAS PERSONAS
QUE SIN INTENCION NOS HAN DAÑADO, PERO EL PERDON ES UN
ACTO DE NUESTRA VOLUNTAD MOTIVADO POR EL AMOR QUE DIOS
HA PUESTO EN NUESTRA VIDA (2 CORINTIOS 2:5-7)

COMPRENDAMOS ALGO: EL PERDON NO ES UN FAVOR PARA EL


OFENSOR SINO UNA BENDICION PARA QUIEN LO DA, UNA LIBERACION,
RENUNCIAR A QUEDAR PRESO DEL DAÑO QUE NOS HICIERON.

 CADA VEZ QUE DECIDIMOS PERDONAR ESTAMOS HACIENDO


EXACTAMENTE LO QUE EL SEÑOR NOS MANDO: MARCOS 8:34, CON
UN ACTO DE NUESTRA VOLUNTAD ESTAMOS NEGANDONOS A
NOSOTROS MISMOS NUESTRO DESEO DE VENGANZA, Y ESTAMOS
TOMANDO LA CRUZ DE CRISTO QUE ES EL SIMBOLO MAXIMO DEL
PERDON.

II) ES NECESARIO UN ACTO DE LA VOLUNTA DE DIOS

 DEFINITIVAMENTE QUE ASI COMO EL RESENTIMIENTO, LA


AMARGURA, EL ODIO, SON PECADOS, TAMBIEN TENEMOS QUE
RECONOCER QUE LO QUE HA CAUSADO EL DAÑO EN NUESTRA VIDA
TAMBIEN SON PECADOS DELANTE DE DIOS.

 UNA VIOLACION, MALTRATO FISICO, VERBAL, HUMILLACIONES, ETC


SON COSAS DESAGRADABLES A NUESTRO DIOS, POR LO QUE
TAMBIEN PARA SANAR NUESTRO CORAZON Y SER LIBRES DE
RESENTIMIENTO DEBEMOS PEDIRLE AL SEÑOR CON NUESTRA BOCA
QUE EL PERDONE A LAS PERSONAS QUE NOS HAN OFENDIDO, QUE
NOS HAN DAÑADO (LUCAS 23:33-34/ HECHOS 7:58-60)

III) ES NECESARIO RELLENAR LAS GRIETAS DE RESENTIMIENTO CON


EL AMOR DE DIOS (1 PEDRO 4:8)
 TODOS LOS ESPACIOS DE NUESTRO CORAZON QUE ESTABAN
LLENOS DE RESENTIMIENTO, DE OSCURIDAD, TIENEN QUE SER
LLENOS DEL AMOR DE DIOS, DE LA LUZ DE SU AMOR.

 NUESTRO CORAZON NO PUEDE SER SOLO BARRIDO Y ADORNADO,


TIENE QUE SER LLENO DE LA PRESENCIA DE NUESTRO DIOS
(MATEO 11:24-26)

Vous aimerez peut-être aussi