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Cedulario D.D.H.H.

1. ¿Por qué se dice que hay dificultades de conceptualización de la dignidad humana?


a) Podemos comenzar señalando que dignidad humana es un concepto difuso. Presenta, por tanto,
dificultades en cuanto a su determinación, caracterización y definición.
b) Se predica de ella que es la cualidad esencial del ser humano, su cualidad específica y exclusiva, en
virtud de la cual se distingue lo humano de lo no-humano.
c) La dignidad aparece, pues, como una seña de identidad del ser humano, como ser dotado de
inteligencia y libertad, como ser moral.
d) Se ha dicho, al respecto, recientemente, que la idea de dignidad resulta tan atractiva, que se
manifiesta en la actualidad como uno de los “ganchos” transcendentales del discurso moral de la
humanidad, que ha encontrado su mejor definición operativa y su concreción más palmaria en el
concepto de derechos humanos.

2. ¿Qué Enfoques Doctrinarios acerca de la Dignidad Humana Conoce Usted?


a. Dignidad humana desde una perspectiva iusfilosófica aplicada al derecho internacional de los
derechos humanos.
b. Dignidad humana desde un punto de vista filosófico de Kant y Habermas. Como es sabido, Kant
distingue claramente entre "valor" y "dignidad". Concibe la "dignidad" como un valor intrínseco de la
persona moral, la cual no admite equivalentes. La dignidad no debe ser confundida con ninguna cosa,
con ninguna mercancía, dado que no se trata de nada útil ni intercambiable o provechoso. Habermas
considera que la asignación de dignidad humana a los embriones (aplicado a la Bioetica) es un asunto
que, lejos de ser tratado en forma neutral, está cargado de sentido religioso. De ahí que mire con
escepticismo la posibilidad de que los embriones sean considerados seres humanos con igual dignidad
que los individuos nacidos. la dignidad humana sólo puede predicarse de seres morales, esto es: de
miembros de una comunidad de seres lingüística y comunicativamente competentes que buscan
resolver sus conflictos de forma libre, racional y justa. La capacidad moral, en la que se funda la noción
de dignidad humana, es inherente a la constitución lingüístico-comunicativa de los seres humanos, la
cual posibilita un entendimiento sobre lo que es bueno no sólo para mí y para nosotros, sino también
para todos por igual. La moral no es otra cosa que "tratar a los seres humanos como seres humanos". Se
trata de una capacidad moral en la que anida la simetría y el respeto absoluto de todos y cada uno de
los seres comunicativos para con todos y cada uno de los seres capaces de lenguaje y acción. Esta
capacidad moral es, en consecuencia, el fundamento de toda dignidad.
c. Dignidad humada desde una perspectiva constitucionalista (derechos fundamentales).
d. Dignidad humada como un principio ético-jurídico, fundamento de la bioética y el bioderecho.

3. ¿Qué Tensiones Asociadas al Concepto de Dignidad Humana Identifica Usted?


Tres tensiones pueden ser identificadas en torno al concepto de dignidad humana:
A. La tensión entre el carácter natural o consensual de la dignidad. Se refiere a que la dignidad es una
característica natural con la que nacen todos los seres humanos, así como lo es la razón. La dignidad es
un elemento definitorio de la idea de la naturaleza humana, sin importar rasgos accidentales tales
como su lugar de nacimiento, su origen étnico, suposición social, su género, etc. Por tanto, al Estado
tampoco le quedaría otra opción diferente que reconocer la dignidad humana. La primera tensión se
refiere a que no es cierto que los seres humanos nacen con dignidad, como si se tratara de un atributo
natural o esencial, sino que es una ficción moral política y especialmente jurídica, en que son los
Estados, en particular los constitucionales respetuosos de los derechos y libertades, los que crean el
principio jurídico-político de la dignidad humana.

B. La tensión entre el carácter abstracto o concreto de la dignidad. Para Kant, todo ser humano que
posee razón y libertad para seguir los imperativos morales, se encuentra dotado, por ese mismo hecho,
de una dignidad humada universal. Pero esta idea abstracta de dignidad corre el riesgo de carecer de
contenido práctico. Es por esto que los desacuerdos empiezan a aparecer cuando tal idea se va
traduciendo en aspectos más concretos de la visa social y política, como, por ejemplo, tener cierta
clase de derechos y posibilidades (ciertos trabajos, cierto nivel educativo, ciertas relaciones sociales,
etc.).
El polo opuesto, lo concreto, se refiere a la libertad de escoger una profesión, pero también la garantía
de recibir una remuneración justa por ella; la posibilidad de acceder a la educación, pero también la
libertad de escoger el tipo de la misma; el goce de ciertos derechos fundamentales y definitorios de lo
que es un ser humano, como la propiedad privada. Se puede decir que detrás de la dignidad humada
también se encuentra la idea de “buen vivir”.
Esta tensión se relaciona con la definición de dignidad humana como ser tratado siempre como un fin y
no como un medio, pero tal definición parece necesitar aclarar en qué casos se es tratado como un
medio y en qué caso se es tratado como un fin.

C. La tensión entre el carácter universal o particular de la dignidad. El primer polo de esta tensión se
basa en la existencia de un valor absoluto y universal como lo sería la dignidad humana el cual debería
predicarse de todo ser humano en todo tiempo y lugar. En este sentido, la dignidad humana sería una
sola, aplicable a todo individuo de la especie humana.
El polo opuesto a esta tensión se refiere al hecho de que más que una dignidad humana, lo que
realmente existe es una multiplicidad de ideas de varias dignidades, cada una predicada en concreto
de grupos sociales cultural e históricamente determinados, es decir, dignidad humana latinoamericana,
oriental, en cuanto a mujer o en cuanto a indígenas, etc.
Con esto se quiere señalar que lastres tensiones se encuentran íntimamente relacionadas.

4. ¿Cuál es la Relevancia que Tiene la Noción de Contrato Social en el Estudio de los Derechos Humanos?
Los diferentes tipos de contractualismos se congregan en tres grandes familias que, para abreviar,
podemos denominar hobbesiana; lockeana; y rousseaunia no kantiana.
Con todo, la principal dificultad a la hora de ofrecer una definición unívoca de contractualismo no
estriba tanto en el hecho de que algunas de ellas sostengan que todos los vínculos normativos tienen
un origen convencional, mientras que otras limiten el contenido de los posibles acuerdos sobre la base
de ciertos contenidos normativos precontractuales; sino en el hecho de que algunas de ellas entiendan
que la obligatoriedad de las normas descansa en el consentimiento efectivo de aquellos vinculados por
ellas, mientras que otras entiendan que descansa en el consentimiento hipotético que hubieran dado
agentes perfectamente racionales o razonables, según el caso. Esta diferencia introduce la distinción -
por no decir "divorcio"- entre consentimiento real y consentimiento hipotético de los agentes y, con ello,
remite al problema más general de si las normas son justas porque han sido acordadas, o de si han sido
acordadas porque son justas. Evidentemente, ninguna definición de contractualismo puede ser tan
amplia como para comprender ambas alternativas. De ahí que sea forzoso concluir que el término
"contractualismo" es empleado de modo meramente equívoco, para hacer referencia a teorías que
justifican la obligatoriedad de los vínculos normativos apelando a un contrato real o a un contrato
posible. A las primeras se les puede denominar teorías contractualistas sensu strictu, pues de las
segundas resulta difícil afirmar que el fundamento de la obligatoriedad de los vínculos normativos
radique en un contrato.
Si se prescinde de la necesidad del consentimiento real como criterio de identificación del
contractualismo, entonces prácticamente toda teoría política y moral podría ser considerada
legítimamente como una teoría "contractualista". Si se dice que la adhesión a ciertos principios es
obligatoria porque seres racionales o razonables, según el caso, se adherirían a ellos, ¿cuál es, en último
término, la diferencia entre el contractualismo hipotético y cualquier otra teoría política? Así, no solo la
filosofía práctica kantiana, sino también la regla de oro o el principio de utilidad debieran ser
considerados como expresión de un criterio contractualista de justificación de las normas. Incluso, la
teoría política de Hume podría llegar a ser considerada por esos derroteros como una teoría
contractualista. Evidentemente, el concepto de contractualismo no puede ampliarse tanto sin que se
resienta su precisión conceptual, y sin que devenga una categoría superflua para la filosofía política.

Desde el mismo momento en que el consentimiento real deja de ser la fuente de la obligatoriedad de
las normas, el contrato deja de ser realmente la instancia de justificación de estas. Por tal motivo, bien
pensando, en cualquiera de las versiones del contractualismo hipotético, es el propio interés o la
imparcialidad (u otro principio semejante que aspire a reflejar la razón práctica kantiana) los que sirven,
alternativamente, como verdadero fundamento de justificación de las normas, y no el pacto.

Esta constatación nos conduce a una segunda conclusión: el contractualismo strictu sensu no tiene
cómo hacer frente a las críticas combinadas de Hume y de Dworkin: el reproche de la falta de
consentimiento real no puede ser respondido apelando a un contrato hipotético, sin provocar el
desbordamiento del contractualismo como teoría política, pues no se puede afirmar que los vínculos
normativos descansan en el consentimiento de los agentes y, al mismo tiempo, justificar la
obligatoriedad de dichos vínculos a través de decisiones hipotéticas tomadas en escenarios
contrafácticos. Y como no es posible afirmar ambas cosas al mismo tiempo, de Kant en adelante la
salida de las teorías contractualistas no ha dejado de ser paradójica: renunciar al consentimiento real
de los agentes, abandonando con ello la herramienta definitoria del contractualismo: el pacto. En el
entendido de que el pacto es una suerte de lastre, un envoltorio del que es mejor desprenderse, las
teorías contractualistas postkantianas se conciben a sí mismas como un esfuerzo de dilucidación de las
condiciones de legitimidad de las normas y de la autoridad política, esfuerzo que es sostenido, o bien
por una forma particular de egoísmo moral, o bien por alguna forma de imparcialismo moral
(vagamente) inspirado en Kant.

5. ¿Qué es el Proceso de Humanización del Derecho de Gentes?


Hasta la Primera Guerra Mundial el derecho internacional regía principalmente cuestiones relativas a las
relaciones entre Estados, tales como reconocimientos de Estados y de gobiernos, la adquisición de
territorio, los tratados internacionales, las misiones diplomáticas y consulares, la guerra y la neutralidad.
Existían pocas reglas destinadas a proteger los intereses de las personas en cuanto tales, como las
reglas relativas al trato a extranjeros, a la represión del tráfico de esclavos y a la protección de los
heridos y enfermos en el campo de batalla.
Desde fines de la Primera Guerra Mundial el derecho internacional revela una resuelta tendencia hacia
la protección de la persona humana. Esta tendencia hacia “la humanización del derecho de gentes”
se refleja en convenciones multilaterales relativas a la protección de los trabajadores, a la protección
de las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas, a la prevención y represión del genocidio, a la
protección de los refugiados, a la eliminación de la discriminación racial, a la promoción de los
derechos humanos y libertades fundamentales, a la protección de los derechos del niño, etc.

6. ¿Cuál es el Contexto Histórico en que Tiene Lugar el Proceso de Humanización del Derecho de Gentes?
El derecho internacional comenzó protegiendo a los individuos como miembros de un grupo
determinado, como minorías o refugiados. Después de la Segunda Guerra Mundial el derecho
internacional tiende a proteger a los individuos como titulares de "derechos humanos", es decir, de
aquellos derechos que son inherentes a la dignidad de la persona humana.
Esta rama del derecho surgió, en gran parte, como reacción contra los actos de barbarie y de atropello
a la dignidad de las personas cometidos por el nazismo y otros regímenes totalitarios.
La protección internacional de los derechos humanos es fundamentalmente de carácter convencional.
En diversas convenciones internacionales los Estados han reconocido ciertos derechos humanos, han
contraído la obligación de respetarlos y garantizarlos y han establecido mecanismos de protección.
Estas convenciones crean obligaciones jurídicas entre los Estados que son parte en ellas. Cualquier
Estado parte puede reclamar contra otro Estado parte por la violación de los derechos humanos
reconocidos en la convención.
Algunas de estas convenciones confieren a los individuos o grupos cuyos derechos humanos han sido
infringidos, o a personas y entidades que actúen en su nombre, ciertos recursos ante instancias
internacionales para tratar de poner fin a la infracción de que son víctimas.
Paralelamente al derecho convencional de los derechos humanos se está desarrollando un derecho
internacional consuetudinario destinado a protegerlos. Este último obliga a todos los Estados, incluso a
aquellos que no son partes en las convenciones respectivas.

LA PROTECCIÓN DE LAS MINORÍAS NACIONALES.


En tratados celebrados después de la Primera Guerra Mundial algunos Estados, como Polonia y
Checoslovaquia, se obligaron a conceder a sus nacionales que pertenecieran a ciertas minorías
étnicas, religiosas o lingüísticas derechos específicos, como la igualdad ante la ley, el igual goce de los
derechos políticos y civiles, el derecho de emplear su propio idioma, la libertad de organizarse para
fines religiosos y educacionales, el derecho de los niños de una minoría lingüística a recibir enseñanza
primaria en su propio idioma en regiones en que la minoría constituía un considerable sector de la
población.
Estas obligaciones fueron colocadas bajo la garantía de la Sociedad de las Naciones. Cualquier
miembro del Consejo de la Sociedad podía llamar la atención de ésta sobre las infracciones
cometidas.
Después de la Segunda Guerra Mundial el derecho internacional se orientó a la protección
internacional de los derechos humanos en general. Sin embargo, también se adoptaron algunas
disposiciones convencionales para proteger los derechos de ciertas minorías, como las de lengua
alemana en regiones italianas de Tirol del Sur.

LA PROTECCIÓN DE LOS REFUGIADOS.


Los primeros esfuerzos orgánicos para proteger a los refugiados se realizaron en favor de los refugiados
rusos después de la Revolución de 1917, y de los refugiados armenios.
En 1951 se adoptó la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, revisada en 1967. Es
refugiado, en el sentido de la Convención, toda persona que, debido a fundados temores de ser
perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u
opiniones políticas, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o no quiere, a causa de
dichos temores, acogerse a la protección de tal país.

En esta Convención los Estados contratantes se comprometen a otorgar a los refugiados, en materias
tales como empleo remunerado y ejercicio de las profesiones liberales, un trato que no sea menos
favorable que el concedido a los extranjeros. En otras materias, como enseñanza elemental y seguro
social, la Convención equipara los refugiados a los nacionales.
El principio fundamental respecto de los refugiados es el de la no devolución, que prohíbe ponerlos en
las fronteras de territorios donde su vida o su libertad peligran por causa de su raza, religión, etc.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, establecida en 1950,
brinda protección internacional a los refugiados.

LOS DESPLAZADOS INTERNOS.


Un problema actual es el de los “desplazados internos”, es decir personas que, debido a persecución,
conflicto armado o violencia, se han visto forzadas a abandonar su hogar o su lugar habitual de
residencia y que permanecen dentro de las fronteras de su propio país. Es a su propio país al que
corresponde brindarles protección, pero a veces es el gobierno de dicho país el que ha causado o
tolera tal desplazamiento y no quiere o no puede garantizar dicha protección. No existen instrumentos
que regulen la situación de los desplazados internos. Se deben aplicar a su respecto las reglas del
derecho humanitario, de los derechos humanos y de los refugiados.
1. El asilo territorial: Es la acogida que un Estado brinda en su propio territorio a una persona perseguida
por motivos políticos, ideológicos, raciales o de otra clase.
Este asilo puede consistir en un refugio temporal o en un refugio definitivo que conlleva el derecho de
instalarse en el país.
Los Estados no están obligados a conceder asilo a las personas que lo soliciten. Cada Estado decide, en
un caso determinado, si lo concede o no.
Las tentativas para adoptar una convención general sobre asilo territorial han sido infructuosas. En el
plano regional americano, ha sido suscrita la Convención de Caracas de 1954.
En 1967 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una Declaración sobre Asilo Territorial.
Reconoce la Declaración que el otorgamiento de asilo “es un acto pacífico y humanitario que, como
tal, no puede ser considerado inamistoso por ningún otro Estado”.
La Declaración recomienda a los Estados que se inspiren, en su práctica relativa al asilo territorial, en
ciertos principios, como los siguientes: corresponderá al Estado que conceda asilo calificar las causas
que lo motivan; ninguna persona que busque asilo será objeto de medidas tales como la negativa de
admisión en la frontera o, si hubiera entrado en el territorio en que busca asilo, la expulsión o devolución
obligatoria a cualquier Estado donde pueda ser objeto de persecución (salvo ciertas excepciones); no
tendrán derecho a asilarse los sospechosos de haber cometido un delito contra la paz, un delito de
guerra o un delito contra la humanidad.

2. El asilo diplomático: Es el que se otorga en la sede de una misión diplomática, en un buque de guerra
o en una aeronave militar a una persona que es perseguida por delitos políticos en un país
convulsionado. El asilo no puede otorgarse en los consulados.
El asilo diplomático ha sido practicado y reconocido sólo por los países de América Latina. En tiempos
de trastornos políticos (revoluciones, pronunciamientos militares, guerras civiles) misiones diplomáticas
de estos países han otorgado refugio a personalidades del régimen depuesto o del intento
revolucionario fracasado.
Los Estados americanos han celebrado entre sí convenciones sobre asilo, tales como la Convención de
La Habana (1928), la de Montevideo (1933) y la de Caracas (1954).
La misión diplomática que ha concedido asilo informa de ello a las autoridades locales y les solicita
salvoconducto para que el refugiado abandone el país. El gobierno local otorga normalmente el
salvoconducto pedido, pero podría negarse a ello si considera que, en el caso particular, el asilo no se
justifica.
Para que un Estado pueda otorgar asilo diplomático es necesario que se reúnan dos condiciones. La
primera es que el país en que se otorga esté conmocionado por disturbios políticos de carácter
revolucionario o que no existan en tal país las garantías del debido proceso. La segunda condición es
que la persona que se asila esté perseguida o haya sido condenada por delitos políticos. No procede
otorgar asilo en tiempos normales o a personas perseguidas por delitos comunes.

7. ¿Qué son los Derechos Humanos?


Los derechos humanos son una locución directa de la expresión de la dignidad de ser humano y
propios de su calidad de tal, que existen aun antes de cualquier codificación o consagración positiva
expresa.

8. ¿Qué son los Derechos Fundamentales?


Como primera instancia son los que designan las facultades o pretensiones garantizadas en virtud de un
ordenamiento positivo, este aspecto nos refleja, que los derechos fundamentales se confunden con los
derechos constitucionales. En sentido más estricto, designan una clase específica de derechos
constitucionales protegidos a los que el legislador confiere un valor peculiar, por encima de los demás;
por lo general porque están directamente relacionados con los valores y principios básicos
consagrados en el Texto Constitucional.
Se puede señalar también, que lo derechos fundamentales son aquellos derechos básicos que norma
la convivencia social, que nacen como concepción de los gobernantes o como acuerdo entre la
sociedad y el Estado; plasmados en los textos constitucionales. Se les llama así a los derechos humanos
positivados constitucionalmente en los que se incluyen los derechos sociales (Derechos inherentes al ser
humano, civiles y políticos), culturales (Derechos de formación personal y de preservación cultural), y
económicos (Derechos laborales y de participación en la eco-nomía nacional).
Se tratan de derechos delimitados espacial y temporalmente y su denominación responde a su
carácter básico o fundamentador del sistema jurídico político del Estado de Derecho. La
"fundamentalidad", también radica en considerar en que los derechos humanos son aquellos que
precisamente por su importancia han sido incluidos en el texto constitucional. Los derechos
fundamentales son todos aquellos derechos humanos reconocidos en el ordenamiento positivo (parte
dogmática de la Constitución), que son vitales para el respeto de la dignidad humana, y que poseen
las mínimas características siguientes:
a) Son inalienables (son intransferibles);
b) Son inviolables (no deben ser transgredidas sin sanción adecuada);
c) Son irrenunciables (no se anulan ni por libertad individual);
d) Son imprescriptibles (el tiempo no anula sus alcances);
e) Son integrales (no se explican parcialmente); y
f) Son efectivos (el hombre, la sociedad y el Estado deben garantizar, respetar y protegerlos).

Además, los derechos fundamentales tienen una dimensión axiológica (pues afirma el valor supremo
de la dignidad humana), poseen una concepción histórica (fruto de la evolución social), representa
una tendencia doctrinaria en expansión (pues su comprensión tiende a expandirse en sus alcances
normativos) y son universales (pues traspasa los entornos locales y/o nacionales).
En la actualidad la doctrina constitucional, ha llegado a generalizar esta parte esencial (o dogmática)
de la Constitución, como la de derechos fundamentales, que sin duda ha avivado el razonamiento
para conceptuar en términos doctrinarios estos derechos básicos. Así los derechos fundamentales, para
algunos, son los derechos humanos positivizados jurídicamente, que norman la convivencia social y
que nacen como acuerdo entre el individuo y la sociedad, y entre ésta y el Estado, que incluye las
exigencias de dignidad, libertad e igualdad, entre los ciudadanos y/o los seres humanos.

9. ¿Qué es la internacionalización de los Derechos Humanos?


A partir de la segunda mitad del siglo XX aparecen un conjunto de normas dedicadas a la protección
internacional del individuo, a las que se agrupa de modo convencional bajo la categoría genérica de
“Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. La gran innovación introducida por estas normas
radica en la consideración del individuo y de su dignidad como un valor autónomo de la Sociedad
Internacional, que se convierte en un bien jurídico protegible en sí mismo por el Derecho Internacional,
con independencia de la condición o circunstancias en que se encuentre el particular objeto de
protección.
Este nuevo Derecho Internacional de los Derechos Humanos es, en lo esencial, el resultado de un
proceso evolutivo en el que se han relacionado, por un lado, las competencias estatales y, por otro, el
interés de la Sociedad Internacional. A lo largo de esta evolución se ha producido la superación del
viejo principio de la competencia exclusiva del Estado y su sustitución por una nueva concepción que
define a los derechos humanos como materia de interés internacional.
En virtud de esta nueva concepción se establece un modelo de cooperación entre ordenamientos
jurídicos que, al tiempo que reconoce una competencia primigenia y directa al Estado para establecer
mecanismos propios de protección y promoción, define la competencia de la Comunidad
Internacional para adoptar normas en dicho ámbito e incluso para establecer sistemas internacionales
de control y fiscalización del comportamiento estatal. Así, si bien es el Estado a quien compete en
primer lugar proteger los derechos de los individuos sometidos a su jurisdicción, dicha competencia la
ejerce en tanto derivada de una obligación general que le viene impuesta por el Derecho
Internacional y, por consiguiente, sometida a control a través de mecanismos internacionales.
10. ¿Qué son los Derechos de Primera Generación; de Segunda Generación y los Derechos de Tercera
Generación?
Los derechos humanos a través del tiempo han evolucionado en sus alcances y perspectivas, desde el
siglo XVIII, hasta la actualidad, en que no se admite que algún derecho humano tenga jerarquía
superior o principal al momento de su aplicación, tampoco se admite la colisión de derechos, ya que
siempre existirá un derecho humano nuclear y derechos humanos periféricos. Por ejemplo, en caso, que
una persona se encontrara sufriendo una enfermedad irreversible, surgiría el derecho a la salud como
un derecho nuclear, y el derecho a la vida como un derecho periférico; entonces tendrá que
protegerse en primer lugar el derecho a la salud, para que se le permita luego, disfrutar el derecho a la
vida.
Sin embargo, para fines académicos y en concordancia con la UNESCO nos referiremos a la
conservadora división de los mismos según Karel Vasak que fue el que introdujo una división de tres
generaciones; que en la actualidad los entendidos en la materia aumentaron uno más en atención a la
evolución de los mismos, de allí que se dice que tradicionalmente estos se dividen hasta en cuatro
generaciones:
a) Los derechos individuales o de primera generación (siglo 18), que se refieren esencialmente a los
derechos civiles y políticos, y que surgieron con el liberalismo.
 A la vida.
 A la integridad física y moral. A la igualdad.
 A la participación, al voto, etc.
b) Los derechos colectivos o de segunda generación (fines del siglo 19 y principios del siglo 20), que se
refieren al individuo como parte de la sociedad, grupo o colectividad. Tienen connotación
económica social y nacen con el constitucionalismo social mexicano (Querétaro 1917).
 Al trabajo.
 A la salud.
 A la seguridad social.
 A la educación, a la libertad sindical, nivel de vida adecuada, etc.

c) Los derechos de los pueblos o de tercera generación: (segunda mitad del siglo 20 en adelante),
que se refieren al individuo como parte de una comunidad internacional.
 A un medio ambiente sano (biodiversidad, aire, agua, territorio).
 A la paz.
 A la libre determinación de los pueblos.
 A beneficiarse del patrimonio.
 A la tranquilidad.

11. ¿Cuáles son las Características que Usted Constata en los Derechos Humanos?
a) Los derechos humanos son múltiples: Los derechos humanos atañen a todos los aspectos de la vida.
Su ejercicio permite a hombres y mujeres conformar y determinar su propia vida en condiciones de
libertad, igualdad y respeto a la dignidad humana. Los derechos humanos comprenden no sólo
derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, sino también los derechos colectivos de
los pueblos.
b) Los derechos humanos son universales: “Los derechos humanos no son ajenos a ninguna cultura y
son naturales de todas las naciones; son universales”. Kofi A. Annan, ex Secretario General de las
Naciones Unidas, discurso pronunciado en la Universidad de Teherán el Día de los Derechos
Humanos, 10 de diciembre de 1997. Los derechos humanos son universales porque están basados
en la dignidad de todo ser humano, con independencia de la raza, el color, el sexo, el origen étnico
o social, la religión, el idioma, la nacionalidad, la edad, la orientación sexual, la discapacidad o
cualquier otra característica distintiva. Puesto que son aceptados por todos los Estados y pueblos, se
aplican de forma igual e indiscriminada a todas las personas y son los mismos para todas las
personas en todos los lugares.
c) Los derechos humanos son inalienables: Los derechos humanos son inalienables: ninguna persona
puede ser despojada de sus derechos humanos, salvo en circunstancias legales claramente
definidas. Por ejemplo, el derecho de una persona a la libertad puede verse restringido si un tribunal
la declara culpable de un delito al término de un juicio imparcial.
d) Los derechos humanos son indivisibles e interdependientes: Dado que cada derecho humano trae
consigo otros derechos humanos y depende de ellos, la violación de un derecho afecta al ejercicio
de otros. Por ejemplo, el derecho a la vida presupone el respeto del derecho a los alimentos y a un
nivel de vida adecuado. Negar el derecho a la educación básica puede influir en el acceso de
una persona a la justicia y su participación en la vida pública. La comunidad internacional afirmó el
concepto integral de los derechos humanos en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos,
celebrada en Viena en 1993: “Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e
interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los
derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles
a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y
regionales, así como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados
tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y
proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales”. Conferencia Mundial de
Derechos Humanos, Viena, 1993, Declaración y Programa de Acción de Viena, párr. 5.

12. ¿En qué Consisten las Obligaciones de Respetar, Cumplir y Proteger?


a) La obligación de respetar: significa que los Estados están obligados a abstenerse de interferir en el
disfrute de los derechos por parte tanto de los individuos como de los grupos. Entraña la prohibición de
ciertos actos de los Gobiernos que puedan menoscabar el disfrute de los derechos. Por ejemplo, en
cuanto al derecho a la educación, significa que los Gobiernos deben respetar la libertad de los padres
de establecer escuelas privadas y de velar por la educación religiosa y moral de sus hijos de acuerdo
con sus propias convicciones.
b) La obligación de proteger: exige que los Estados protejan a los individuos contra los abusos de agentes
no estatales, agentes estatales extranjeros o agentes estatales que actúen al margen de sus funciones
públicas. Esta obligación entraña una dimensión tanto preventiva como de reparación. En
consecuencia, un Estado tiene el deber de promulgar leyes que protejan los derechos humanos,
adoptar medidas para proteger a los individuos cuando tenga conocimiento (o pudiera haber tenido
conocimiento) de amenazas a los derechos humanos de los individuos, y garantizar el acceso a
recursos jurídicos imparciales en caso de sospecha de violaciones de derechos humanos. Los Estados
disfrutan de un margen de discreción en lo que se refiere a la obligación de proteger. Por ejemplo, el
derecho a la integridad personal y la seguridad obliga a los Estados a combatir el fenómeno
generalizado de la violencia doméstica contra las mujeres y los niños. Los Estados tienen la
responsabilidad de adoptar medidas positivas en forma de las pertinentes leyes penales, civiles,
familiares o administrativas, capacitación de la policía y los jueces o concienciación del público
general con el fin de reducir la incidencia de la violencia doméstica.
La obligación del Estado de proteger contra las violaciones cometidas por agentes no estatales es
especialmente pertinente en la esfera de los derechos de la mujer.
c) La obligación de cumplir: En virtud de la “obligación de cumplir”, los Estados deben adoptar medidas
positivas para garantizar que los derechos humanos puedan ser ejercidos. El alcance de la obligación
de cumplir varía conforme al derecho de que se trate y a los recursos de que disponga el Estado. No
obstante, en términos generales, los Estados deberían crear “las condiciones jurídicas, institucionales y
de procedimiento que los titulares de derechos necesitan para poder ejercer sus derechos y disfrutar
plenamente de ellos.
En cuanto al derecho a la educación, por ejemplo, los Estados deben proporcionar formas y modos
para que todos reciban enseñanza primaria gratuita y obligatoria, enseñanza secundaria gratuita,
enseñanza superior, formación profesional y educación de adultos y para la eliminación del
analfabetismo.
13. ¿Qué es la Carta de Naciones Unidas?
La Carta de las Naciones Unidas contiene diversas disposiciones sobre la protección de los derechos
humanos. Uno de los Propósitos de la Organización es desarrollar y estimular el respeto a los derechos
humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo,
idioma o religión. El artículo 55 de la Carta dispone que las Naciones Unidas promoverán “el respeto
universal a los derechos humanos de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o
religión, y la efectividad de tales derechos y libertades”. Para este efecto, tanto la Asamblea General
como el Consejo Económico y Social pueden hacer estudios y formular recomendaciones. Por otra
parte, en el artículo 56 de la Carta, todos los Miembros de la Organización “se comprometen a tomar
medidas, conjunta o separadamente, para la realización de los propósitos consignados en el artículo
55”.
Se ha sostenido que las disposiciones de la Carta sobre derechos humanos son declaraciones de
principios que no imponen obligaciones jurídicas a los Estados miembros. Tales disposiciones se limitarían
a establecer un programa de acción para las Naciones Unidas –promover el respeto universal de los
derechos humanos– en cuya realización los Estados miembros deben cooperar.
Esta interpretación no se ajusta a la letra ni al espíritu de la Carta. Los miembros de las Naciones Unidas
deben actuar según los Propósitos de la Organización y, en consecuencia, tienen el deber jurídico de
respetar los derechos humanos y libertades fundamentales de todos. En el caso Namibia, la Corte
Internacional de Justicia hizo un categórico pronunciamiento que no deja dudas de que la Carta
impone obligaciones jurídicas en el ámbito de los derechos humanos: “En virtud de la Carta de las
Naciones Unidas, el ex Mandatario se había comprometido a observar y respetar, en un territorio que
posee estatuto internacional, los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin
distinción de raza. El hecho de establecer y aplicar distinciones, exclusiones, restricciones y limitaciones
basadas exclusivamente en motivos de raza, color, ascendencia, u origen nacional o étnico, que son
una negación de los derechos humanos fundamentales, constituye una flagrante violación de los
propósitos y principios de la Carta”. En 1946 se estableció la Comisión de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, órgano subsidiario del Consejo Económico y Social. La Comisión elabora textos de
tratados sobre derechos humanos y se ocupa de asuntos relativos a tales derechos, como la protección
de minorías, la discriminación racial, etc.
Así, la Carta Internacional de Derechos Humanos, con el establecimiento de las Naciones Unidas en
1945, se fijó “el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión”, se
convirtieron en uno de los objetivos fundamentales que perseguía la comunidad internacional.

La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) ofrece la primera elaboración autorizada de la


expresión “derechos humanos”, tal y como se utiliza en la Carta de las Naciones Unidas, y aunque no
fue elaborada ni sometida a votación como instrumento jurídicamente obligatorio, hoy en día, más de
70 años después, la Declaración puede considerarse una norma general en materia de derechos
humanos.
“La Declaración es un documento intemporal y poderoso que recoge las profundas aspiraciones de la
humanidad para vivir en condiciones de dignidad, igualdad y seguridad. Proporciona normas mínimas
y ha ayudado a convertir asuntos de orden moral en un marco jurídicamente obligatorio…”.
Si bien la Declaración Universal de Derechos Humanos se adoptó en dos años, hicieron falta casi 20
para acordar el texto del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Tras seis años de redacción, ambos Pactos fueron
ultimados en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1954, pero la Asamblea
General tardó otros 12 años en adoptar los Pactos y aún hubieron de transcurrir otros diez años hasta
que se depositaron los 35 instrumentos de ratificación exigidos. Los Pactos entraron en vigor por fin en
1976. La Declaración Universal de Derechos Humanos y los dos Pactos, también conocidos como la
Carta Internacional de Derechos Humanos, son los únicos instrumentos generales sobre derechos
humanos de las Naciones Unidas.
Las Naciones Unidas reciben anualmente miles de quejas relativas a supuestas violaciones de los
derechos humanos. Recibida una queja, se da traslado de ella, sin revelar la identidad del autor, al
gobierno respectivo, el cual puede responder a ella.
En caso de quejas “que parezcan revelar un cuadro persistente de violaciones manifiestas y
fehacientemente probadas de los derechos humanos”, la Comisión de Derechos Humanos puede
presentar un informe, hacer recomendaciones y aun disponer una investigación por un comité
especial; esta investigación sólo puede llevarse a cabo con el asentimiento expreso del Estado
interesado.
Por otra parte, tanto el Consejo Económico y Social como la Asamblea General de las Naciones Unidas
pueden hacer recomendaciones sobre la protección internacional de los derechos humanos.

Chile la ratifico por decreto Número 838 de 18 de Septiembre de 1945.

14. ¿Qué es la Declaración Universal de Derechos Humanos?


El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración
Universal de los Derechos Humanos “como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben
esforzarse”.
La Declaración proclama el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de la persona; la
prohibición de la esclavitud y de la trata de esclavos; la prohibición de infligir tortura y tratos crueles,
inhumanos o degradantes; la igualdad ante la ley; el derecho de la persona acusada de delito a que
se presuma su inocencia mientras no se pruebe legalmente su culpabilidad y a no ser condenada por
actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueren delictivos; el derecho a la propiedad y a
no ser privado arbitrariamente de ella; la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; el
derecho al trabajo, a fundar sindicatos y a sindicarse; el derecho a la educación y a tomar parte en la
vida cultural de la comunidad, el derecho al descanso.
La Declaración no es un tratado internacional que imponga obligaciones convencionales. Sin
embargo, tiene valor programático y moral, ha inspirado diversas convenciones y resoluciones
adoptadas por las Naciones Unidas y contribuye a la elaboración del derecho consuetudinario de los
derechos humanos. Algunas Constituciones políticas se inspiran también en la Declaración.

Norberto Bobbio, ha reflexionado mucho sobre el impacto de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Afirma que: “No sé si nos damos cuenta de hasta qué punto la Declaración Universal
representa un hecho nuevo en la historia, en cuanto que por primera vez en la historia un sistema de
principios fundamentales de la conducta humana ha sido libre y expresamente aceptado, a través de
sus gobiernos respectivos, por la mayor parte de los hombres que habitan la tierra. Con esta
Declaración un sistema de valores es (por primera vez en la historia) universal no en un principio, sino de
hecho, en cuanto que el consenso sobre su validez e idoneidad para regir la suerte de la comunidad
futura de todos los hombres ha sido explícitamente declarado (…) Sólo después de la Declaración
podemos tener la certidumbre histórica de que la humanidad, toda la humanidad, comparte algunos
valores comunes y podemos creer finalmente en la universalidad de los valores en el único sentido en
que tal creencia es históricamente legítima, es decir, en el sentido en que universal significa no dado
objetivamente, sino subjetivamente acogido por el universo de las personas”.

Las características de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que nos indican cuál es su
alcance:
- Son universales;
- Son interdependientes;
- Son protectores;
- Son progresivos;
- Garantizan la igualdad y la no discriminación;
- Obligan a los Estados.

15. Explique la Pugna de Visiones en la elaboración de la Declaración de Derechos Humanos.


Desde los primeros pasos de las Naciones Unidas, la elaboración de un instrumento de derechos
humanos que concretase y definiese las disposiciones de la Carta se convirtió en uno de sus objetivos
esenciales.
Fue la Comisión de Derechos Humanos, creada en 1946 como órgano subsidiario del Consejo
Económico y Social (ECOSOC), quien asumió la parte más importante de dicha tarea. Ahora bien,
desde el principio la Comisión de Derechos Humanos fue consciente de la dificultad de tal empresa, ya
que las posiciones estaban, como vamos a ver, muy enfrentadas.
Inicialmente, la Comisión de Derechos Humanos se planteó un triple objetivo. Se trataba de aprobar,
para una adecuada protección internacional de los derechos humanos, una Declaración en primer
lugar, un Pacto de derechos humanos y, por último, una serie de medidas para la puesta en práctica
de los derechos reconocidos en los dos instrumentos anteriores. Estos tres documentos formarían lo que
René Cassin denominó la «Carta de Derechos Humanos». Sin embargo, muy pronto se vio que era un
objetivo demasiado ambicioso; los estados no estaban dispuestos a asumir compromisos de tal
naturaleza y, finalmente, se optó por un objetivo mucho más modesto, la elaboración de un único
documento que consagrase los derechos humanos de mayor relevancia. Ahora bien, todavía subsistía
un problema, cual era el dilucidar si el instrumento que se iba a elaborar sería una mera Declaración de
la Asamblea General de las Naciones Unidas, sin pleno valor jurídico vinculante para los estados, o, por
el contrario, un Pacto Internacional de derechos humanos, un verdadero tratado internacional con
fuerza obligatoria.
De nuevo volvió a primar la postura más tibia y menos vinculante para los estados, optándose por
elaborar una Declaración de derechos humanos, una especie de manifiesto con carácter político y
programático, dejando para más adelante la elaboración de un instrumento con mayor grado de
vinculatoriedad para los estados y la adopción de medidas concretas para la puesta en práctica de
los derechos humanos reconocidos.
El principal problema al que se enfrentaba la Comisión de Derechos Humanos en la realización de esta
tarea era el gran conflicto ideológico-político que se vivía en esos momentos en la sociedad
internacional y, por supuesto, dentro de las Naciones Unidas. Nos estamos refiriendo al conflicto Este-
Oeste, la pugna ideológica, política, económica... entre Estados Unidos y sus aliados occidentales, por
un lado, y, por otro, el bloque socialista capitaneado por la Unión Soviética. Para la Unión Soviética y los
países del bloque socialista. La Declaración Universal de los Derechos Humanos no era un objetivo
fundamental, mostrando más bien una «hostilidad irreductible». En su opinión, la persona es, ante todo,
un ser social y, por lo tanto, los derechos que hay que garantizar son los derechos de carácter
económico, social y cultural, no otorgando tanta importancia a los derechos de naturaleza civil y
política. Por otro lado, los países socialistas daban una enorme importancia al principio de la soberanía
estatal. En este sentido, los derechos humanos no podían pasar por encima de la soberanía de los
estados; es decir, las cuestiones relativas a los derechos humanos se consideraban un asunto
esencialmente de la jurisdicción interna de los estados y, en consecuencia, la comunidad internacional
no podía intervenir y criticar la situación de los derechos humanos en un determinado país. En cambio,
la postura defendida por los países occidentales, en especial Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, se
distinguía por una decidida defensa de los derechos de carácter civil y político, las libertades clásicas
de las democracias occidentales. Asimismo, estos países eran partidarios de que los derechos humanos
pasasen a ser un asunto que escapase a la jurisdicción interna de los estados, es decir, que la
comunidad internacional tuviese algo que decir en estas cuestiones.
A pesar de estas opiniones extremas hay que decir que, finalmente, la Declaración Universal constituyó
un equilibrio, una suerte de consenso, como veremos cuando analicemos su contenido, entre las
diferentes posturas que existían en la comunidad internacional en torno a la controvertida cuestión de
los derechos humanos.
16. ¿Qué Influencia Doctrinaria Identifica Usted en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
La legislación internacional en materia de derechos humanos surgió tras la Segunda Guerra Mundial,
con la creación de las Naciones Unidas y la adopción y ratificación de los tratados fundamentales de
derechos humanos. No obstante, anteriormente, varios precursores sentaron las bases del marco
jurídico internacional en materia de derechos humanos tal como ha quedado establecido hoy en día.
En particular, los derechos humanos contaban con protección jurídica en algunos sistemas jurídicos
nacionales, incluidos Francia en virtud de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de
1789; y los Estados Unidos de América, en virtud de la Declaración de Derechos de Virginia de 1776 y la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos.
Además, la doctrina de la protección diplomática conforme al derecho internacional permitía que los
Estados intervinieran en nombre de los nacionales que se encontraban en el extranjero, con el fin de
velar por que recibieran un trato de conformidad con las normas internacionales mínimas relativas al
trato a los extranjeros. Más adelante, la influencia del Movimiento de la Cruz Roja y el establecimiento
en 1919 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) llevaron a la conclusión de establecer,
respectivamente, los Convenios de Ginebra y los primeros convenios internacionales diseñados para
proteger a los trabajadores industriales de la explotación y mejorar sus condiciones de trabajo.
Finalmente, los tratados sobre minorías concluidos tras la primera guerra mundial tenían por objeto
proteger los derechos de las minorías étnicas y lingüísticas, por lo que en ocasiones se consideran
precursores de los modernos instrumentos internacionales de derechos humanos. Además, la
Convención sobre la Esclavitud, adoptada en 1926, y la Convención Suplementaria sobre la Abolición
de la Esclavitud, adoptada en 1956, comprometió a las partes a suprimir la trata de esclavos y abolir la
esclavitud. En sentido estricto, no obstante, estos tratados no establecían garantías individuales en
materia de derechos humanos, sino tan sólo obligaciones de los Estados.

17. ¿Qué Relevancia Atribuye Usted a la Conferencia Internacional de Teherán (1968); y a la Conferencia
Internacional de Viena (1993), en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos?

a) La Conferencia Internacional de Viena de 1993: La comunidad internacional afirmó el concepto


integral de los derechos humanos en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en
Viena en 1993: “Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y
están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en
forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso.
Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales, así como de
los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, sean cuales
fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos
humanos y las libertades fundamentales”. Conferencia Mundial de Derechos Humanos, Viena, 1993,
Declaración y Programa de Acción de Viena, párr. 5.
b) Teherán, 10 de diciembre de 1997: “Los derechos humanos no son ajenos a ninguna cultura y son
naturales de todas las naciones; son universales”. Kofi A. Annan, ex Secretario General de las
Naciones Unidas, discurso pronunciado en la Universidad de Teherán el Día de los Derechos
Humanos, 10 de diciembre de 1997. Los derechos humanos son universales porque están basados
en la dignidad de todo ser humano, con independencia de la raza, el color, el sexo, el origen étnico
o social, la religión, el idioma, la nacionalidad, la edad, la orientación sexual, la discapacidad o
cualquier otra característica distintiva. Puesto que son aceptados por todos los Estados y pueblos, se
aplican de forma igual e indiscriminada a todas las personas y son los mismos para todas las
personas en todos los lugares.
18. ¿Qué es el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos?
En 1966 las Naciones Unidas adoptaron dos Pactos destinados a transformar los principios de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos en detalladas normas contractuales: el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
En este Pacto cada uno de los Estados partes se compromete a respetar y a garantizar los derechos
civiles y políticos en él reconocidos y a adoptar las disposiciones internas que fueren necesarias para
hacerlos efectivos.
Entre los derechos consagrados en el Pacto se encuentran los siguientes: el derecho a la vida, la
libertad y la seguridad personales, la igualdad ante los tribunales de justicia, la libertad de expresión, el
derecho de reunión pacífica y de asociación. El Pacto reglamenta cada uno de los derechos que
enuncia. Los Estados parte se obligan a presentar informes periódicos sobre la implementación de los
derechos reconocidos en el Pacto.
El Pacto establece un mecanismo muy débil para conocer de reclamaciones por violaciones de
derechos humanos: un Estado parte puede recurrir en contra de cualquier otro Estado parte ante un
Comité de Derechos Humanos, siempre que ambos hayan aceptado la competencia del Comité para
recibir y examinar las comunicaciones en que se alegue incumplimiento del Pacto. El Comité sólo
puede tratar de que las partes lleguen a una solución amistosa.
Para permitir reclamaciones individuales la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó un
Protocolo Facultativo del Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Todo Estado parte en el Pacto que
llegue a ser parte en el Protocolo reconoce la competencia del Comité de Derechos Humanos para
recibir y considerar comunicaciones de individuos que se hallen bajo la jurisdicción de ese Estado y que
aleguen ser víctimas, por ese Estado, de violación de cualquiera de los derechos enunciados en el
Pacto. El Comité da traslado de la comunicación al Estado acusado, el cual deberá dar al Comité las
explicaciones del caso. El Comité presenta sus observaciones al Estado acusado y al individuo
reclamante.
Ambos mecanismos de protección -el del Pacto y el del Protocolo- tienen carácter facultativo y no
conducen a una solución obligatoria. Su eficacia relativa es de carácter político y moral: reside en la
publicidad que se da al informe del Comité de Derechos Humanos.

19. ¿Qué es el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales?


En este Pacto cada uno de los Estados partes se compromete a adoptar medidas, hasta el máximo de
los recursos de que disponga, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que
enuncia. Entre estos derechos se encuentran el derecho a trabajar y al goce de condiciones de trabajo
equitativas y satisfactorias, el derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su
elección, el derecho de huelga, el derecho a la seguridad social y el derecho a la educación y a la
vida cultural.
Desde que fue ratificada la Declaración Universal de los Derechos Humanos fueron creados varios
mecanismos destinados a la aplicación y protección de los derechos económicos, sociales y culturales.
Uno de los mecanismos internacionales más importantes de defensa y promoción de los DESC es el
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) cuyo mandato específico es
monitorear el cumplimiento por parte de los Estados de sus obligaciones conforme al Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Los artículos 16 y 17 del PIDESC exigen que los estados preparen informes cada cinco años sobre la
situación de los DESC en sus países, los que son analizados por el CDESC. El Comité evalúa en qué
medida los estados logran la efectividad de los DESC y provee fundamentos para la formulación de
políticas que promueven los DESC por medio de sus Observaciones Generales, permitiendo que la
opinión pública se informe sobre el trabajo de su gobierno relacionado con estos derechos. El Comité
analiza cinco o seis informes al año. Si un país no presenta su informe, el Comité puede analizar la
situación de los DESC en ese país recurriendo a otras fuentes. Después de evaluar el informe del país y
de otras fuentes, el Comité publica observaciones finales que destacan los avances logrados en el
cumplimiento de los DESC, las dificultades encontradas y las áreas de preocupación, e incluyen
recomendaciones. El CDESC también acepta informes de miembros de la sociedad civil sobre la
situación de los DESC en sus países como parte de su proceso de análisis. Es un órgano del Consejo
Económico y Social de la ONU (ECOSOC). Cuenta con 18 miembros que son expertos en el área de los
derechos humanos elegidos por el ECOSOC.

Además del CDESC, otros mecanismos importantes para los derechos humanos dentro del sistema de la
ONU son la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH),
el Consejo de Derechos Humanos, y los órganos de vigilancia de tratados como el Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y el Comité por los Derechos del Niño.

ALTO COMISIONADO PARA LOS DERECHOS HUMANOS.


El papel de la OACDH es proteger y promover los derechos humanos. Es la oficina de la ONU más
importante dedicada a los derechos humanos y trabaja para asegurar que los estándares de derechos
humanos se apliquen en todas las actividades de la ONU. Colabora con los gobiernos para fortalecer
sus competencias relacionadas con los derechos humanos, alienta a los estados a desarrollar políticas e
instituciones acordes con esos derechos, y proporciona asesoramiento y asistencia técnica en pos de
estos objetivos.

CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS. Procedimientos especiales y grupos de trabajo


Debido a reformas recientes de la ONU, ha cambiado la estructura de sus órganos de aplicación de los
derechos humanos. El Consejo de Derechos Humanos reemplazó a la Comisión de Derechos Humanos
como principal órgano ocupado de monitorear y evaluar la situación de los derechos humanos en
todos los países del mundo y de identificar las principales áreas de preocupación. Esto incluye un
sistema de procedimientos especiales, asesoramiento de expertos y un procedimiento de presentación
de reclamos. Formado por 47 Estados miembros elegidos por la Asamblea General de la ONU, el
Consejo funciona como una mesa redonda ante la que los gobiernos y grupos de la sociedad civil
plantean preocupaciones sobre violaciones de los derechos humanos en países específicos, así como
otros temas que generan preocupación. El Consejo se reúne por lo menos tres veces al año y también
trabaja por medio de una serie de grupos de trabajo y procedimientos especiales, como el grupo de
trabajo abierto para evaluar opciones relacionadas con la elaboración de un Protocolo Facultativo
para el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el cual podría incluir un
mecanismo de presentación de reclamos individuales. Los procedimientos especiales con mandatos
específicos son los Relatores Especiales sobre la Vivienda Adecuada, el Derecho a la Educación, la
Cuestión de los Derechos Humanos y la Pobreza Extrema, el Derecho al Alimento y el Derecho a la
Salud, quienes pueden recibir información sobre denuncias concretas de violaciones de los derechos
humanos y enviar llamados urgentes o cartas de denuncia a los gobiernos solicitando explicaciones, y
también preparan informes sobre visitas e investigaciones.

Mecanismos de las Naciones Unidas creados en virtud de los Tratados de Derechos Humanos.

Uno de los mecanismos internacionales más importantes de defensa y promoción de los DESC es el
COMITÉ DE DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES (CDESC), cuyo mandato específico es
monitorear el cumplimiento por parte de los Estados de sus obligaciones conforme al Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Los artículos 16 y 17 del PIDESC exigen que
los estados preparen informes cada cinco años sobre la situación de los DESC en sus países, los que son
analizados por el CDESC. El Comité evalúa en qué medida los estados logran la efectividad de los DESC
y provee fundamentos para la formulación de políticas que promueven los DESC por medio de sus
Observaciones Generales, permitiendo que la opinión pública se informe sobre el trabajo de su
gobierno relacionado con estos derechos. El Comité analiza cinco o seis informes al año. Si un país no
presenta su informe, el Comité puede analizar la situación de los DESC en ese país recurriendo a otras
fuentes. Después de evaluar el informe del país y de otras fuentes, el Comité publica observaciones
finales que destacan los avances logrados en el cumplimiento de los DESC, las dificultades encontradas
y las áreas de preocupación, e incluyen recomendaciones. El CDESC también acepta informes de
miembros de la sociedad civil sobre la situación de los DESC en sus países como parte de su proceso de
análisis. Es un órgano del Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC). Cuenta con 18 miembros
que son expertos en el área de los derechos humanos elegidos por el ECOSOC.

EL COMITÉ SOBRE LA ELIMINACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER monitorea el avance de


los derechos de la mujer en los países que son parte de la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Los miembros de la CEDAW están obligados a
presentar informes cada cuatro años sobre las medidas que hayan tomado para mejorar la situación
de las mujeres en sus territorios. El Comité se reúne dos veces al año para analizar los informes y
comentarlos. Otra función importante del Comité es resaltar los problemas que afectan
predominantemente a las mujeres, como el acoso sexual y la violencia doméstica, y emitir
recomendaciones para los miembros de la CEDAW sobre cómo resolverlos. Respecto de los derechos
ESC, la CEDAW prohíbe la discriminación en el derecho a: Artículo 10 La educación; Artículo 11 El
empleo; Artículo 12 La salud; y Artículo 13 Los beneficios económicos y sociales. Por otro lado, la
CEDAW reafirma en su artículo 14 los derechos igualitarios de las mujeres que habitan en zonas rurales a
la asistencia médica, la educación, las oportunidades económicas, la seguridad social, la tierra, la
vivienda y el suministro de agua potable.

EL COMITÉ SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO monitorea la aplicación de la Convención sobre los
Derechos del Niño (CRC) por parte de los Estados miembros. El Comité se reúne en Ginebra en tres
períodos de sesiones al año. Los Estados parte de la CRC deben presentar cada cinco años informes
sobre la situación de los niños en sus territorios. El Comité analiza los informes y emite recomendaciones
para los Estados. También realiza debates temáticos anuales sobre temas que afectan a los niños. Los
derechos ESC consagrados en la CRC son los siguientes: Artículo 7 Derecho a ser protegido; Artículo 6
Derecho a la supervivencia y al desarrollo; Artículo 18 Derecho a la asistencia del estado; Artículo 20
Derechos a ser protegidos de los niños privados de un entorno familiar; Artículo 24 Derecho a la salud y
a los servicios de salud; Artículo 26 Derecho a la seguridad social; Artículo 27 Derecho a un estándar de
vida adecuado; Artículo 28 Derecho a la educación; Artículo 31 Derecho al ocio, al juego y a la cultura;
y Artículo 32 Trabajo de menores.

20. ¿Qué es el Pacto de San José de Costa Rica o Convención Americana de Derechos Humanos?
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (“Pacto de San José de Costa Rica”) fue suscrita
el 22 de noviembre de 1969 y entró en vigor el 18 de julio de 1978. Son partes en la Convención 25
Estados, entre ellos Chile, que la ratificó el 21 de agosto de 1990.
Los Estados partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos civiles y políticos que
ella consagra y a lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos económicos, sociales y
culturales. Entre los derechos civiles y políticos la Convención consagra el derecho a la vida, el derecho
a la integridad y a la libertad personal, la libertad de pensamiento y expresión, las garantías judiciales y
los derechos políticos.
Dos son los órganos que establece la Convención para cautelar su cumplimiento: la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS.


Esta Comisión se compone de siete miembros elegidos a título personal que deben ser personas de alta
autoridad moral y de reconocida versación en materia de derechos humanos. La Comisión tiene su
sede en Washington D.C.
¿Quiénes pueden recurrir ante la Comisión?
a) Cualquier persona o grupo de personas, o entidad no gubernamental legalmente reconocida en
uno o más de los Estados miembros de la OEA puede presentar a la Comisión denuncias o quejas en
contra de un Estado parte, incluso el propio, por violación de los derechos humanos reconocidos en la
Convención.
Para que la denuncia sea admisible debe cumplir con ciertos requisitos.
a) Uno de ellos es que se hayan interpuesto y agotado los recursos de la jurisdicción interna, a menos
que tales recursos no existan o sean inadecuados.
b) Un Estado parte puede recurrir a la Comisión en contra de otro Estado parte por violación de los
derechos humanos consagrados en la Convención si ambos Estados –denunciante y denunciado– han
reconocido la competencia de la Comisión para recibir y examinar denuncias estatales.
En presencia de una petición en contra de un Estado parte por presunta violación de derechos
humanos, la Comisión puede hacer una de estas tres cosas:
1. lograr una solución amistosa del asunto;
2. preparar un informe sobre el caso, hacer recomendaciones y fijar un plazo dentro del cual el
Estado debe remediar la situación, y
3. someter el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, siempre que el Estado
haya aceptado o acepte la competencia o jurisdicción de la Corte.

LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS.

La Corte es una institución judicial autónoma que tiene su sede en San José de Costa Rica. Su propósito
es aplicar e interpretar la Convención Americana sobre Derechos Humanos y otros tratados relativos a
esta materia.
La Corte está integrada por siete jueces que son nacionales de los Estados miembros de la OEA.
Actúan a título personal y son elegidos entre juristas de la más alta autoridad moral y de reconocida
competencia en materia de derechos humanos.

La Corte ejerce competencia contenciosa y consultiva.


Competencia contenciosa. Esta competencia se ejerce en casos en que se alegue que uno de los
Estados partes ha violado la Convención.
Sólo los Estados partes en la Convención y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tienen
derecho a someter un caso a la decisión de la Corte. Sin embargo, la Corte sólo tiene competencia
para decidir el caso si el Estado demandado y el Estado denunciante han aceptado, por convención o
por declaración especial, la competencia de la Corte. Este Tribunal no tiene, pues, competencia
obligatoria estatutaria. Su competencia es de carácter facultativo. Los individuos, grupos de personas o
entidades que no son Estados no tienen capacidad o locus standi para demandar ante la Corte, pero sí
pueden recurrir ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Comisión puede llevar el
asunto ante la Corte, siempre que el Estado cuestionado haya aceptado la competencia de este
Tribunal.
La Comisión debe comparecer en todo caso ante la Corte.
Hasta ahora ningún Estado ha recurrido en contra de otro Estado ante la Comisión o ante la Corte. Las
quejas han sido siempre presentadas por individuos o grupos de individuos ante la Comisión. Algunas de
ellas han sido referidas a la Corte por la Comisión.
El procedimiento ante la Corte es de carácter contradictorio. Termina con una sentencia obligatoria y
definitiva que los Estados que sean partes en el caso deben cumplir de buena fe.
Competencia consultiva. Los Estados miembros de la OEA pueden consultar a la Corte acerca de la
interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o de otros tratados
concernientes a la protección de los derechos humanos en los Estados Americanos. También pueden
consultarla, en lo que les compete, los órganos de la OEA.
Por otra parte, la Corte, a solicitud de un Estado miembro de la OEA, puede dar a dicho Estado
opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los mencionados
instrumentos internacionales.
Las opiniones consultivas jurídicamente obligatorias.
Un caso de opinión consultiva. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó a la Corte
una opinión consultiva sobre si el requisito de agotar los recursos internos antes de recurrir a la Comisión
se aplica a un indigente que, debido a circunstancias económicas, no es capaz de hacer uso de los
recursos de su país, o a un reclamante individual que, por no poder obtener representación legal
debido a un temor generalizado en los círculos jurídicos, no pudo hacer uso de los recursos que le
brindaba la ley del país. La Corte declaró que en ninguno de estos casos existía la obligación de agotar
los recursos internos.

21. ¿En qué Consiste la Constitucionalización de los Derechos Humanos?


Cada día la importancia de los derechos fundamentales crece sin cesar. La teoría ha avanzado a
pasos agigantados en los últimos años y, de aquellos incipientes intentos de definición y protección de
los derechos básicos de los seres humanos que se dieron después de la Segunda Guerra Mundial –que
no por incipientes fueron nimios puesto que nos dieron la Declaración Universal de Derechos Humanos-,
pasando por la década de los años 60 que nos condujo a los grandes pactos de derechos y a su
especialización, hemos llegado hasta los años finales del siglo XX y los iniciales de esta centuria, en que
los derechos humanos han evolucionado para extender su protección y para mejorar las garantías
respecto de los mismos. Baste decir que la entrada en vigor del Protocolo Facultativo del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales es un cambio cualitativo sin precedentes
en el entorno internacional respecto de la protección de dichos derechos.
Hoy contamos con un gran cúmulo de conocimientos teóricos que no existían en 1948; asimismo,
poseemos una estructura de defensa de los derechos fundamentales que era solo parte de un buen
sueño en 1966 y, de igual forma, existe una conciencia distinta y mucho más abierta que la
prevaleciente en 1992. No obstante, lo anterior, aún quedan muchas cosas que hacer en materia de
protección de los derechos fundamentales.
Los derechos humanos son el conjunto de principios y normas de carác-ter general que protegen y
reivindican las elementales condiciones existenciales del hombre y que hacen posible la plena e integra
manifestación de su condición humana en la sociedad; así tenemos, por ejemplo: derecho a la vida, a
la seguridad social, a la libertad, a la seguridad personal, al bienestar social, a la educación, a la
libertad de pensamiento y de expresión, a la alimentación, al agua, etc.
Aparecieron formalmente en el Derecho Constitucional con las primeras enmiendas de la Constitución
federal norteamericana y con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano francés.
Durante el siglo XIX, las luchas sociales generaron nuevos derechos, principalmente de naturaleza
laboral, que ingresaron definitivamente a los textos constitucionales con la Constitución mexicana de
1917.
La Primera Guerra Mundial y su secuela en Alemania, y más tarde la lucha contra los efectos de la Gran
Depresión iniciada en 1929, trajeron al mundo la legitimación de los derechos sociales (reconocidos y
atendi-dos por el Estado, como la protección de la salud o la seguridad social).
Cuando los "Derechos Humanos" se positivizan en una Constitución, tomaran el nombre de "Derechos
Humanos Constitucionales", porque estos quedan codificados en los textos constitucionales de los
estados. Esto por su importancia preponderante al interior de la sociedad, en torno a la garantía,
respeto y progresividad, de los mismos. Los derechos humanos constitucionales por el número de
personas que los ejercen se clasificaran en individuales y colectivos (los que no merecen mayor
explicación), y por la ubicación en su positivización se dividen en: a) Derechos Fundamentales y b)
derechos no fundamentales.
De acuerdo con Luigi Ferrajoli, si atendemos a una definición teórica que no repare en el hecho de que
los derechos fundamentales estén o no contemplados en las legislaciones locales, en las constituciones
o en cualquier ordenamiento positivo, estos derechos, de una manera puramente formal o estructural
serían “todos aquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente a ‘todos’ los seres
humanos en cuanto dotados del estatus de personas, de ciudadanos o personas con capacidad de
obrar; entendiendo por ‘derecho subjetivo’ cualquier expectativa positiva (de prestaciones) o negativa
(de no sufrir lesiones) adscrita a un sujeto por una norma jurídica; y por ‘estatus’ la condición de un
sujeto, prevista asimismo por una norma jurídica positiva, como presupuesto de su idoneidad para ser
titular de situaciones jurídicas y/o autor de los actos que son ejercicio de éstas”. Esta definición nos es
útil para sentar las bases de la rama del conocimiento que estudiamos y, con ello, poder comprender y
definir posteriormente a los derechos fundamentales desde una posición dogmática, en la que correrá
la suerte de la concepción y posición que guarden dichos derechos en el ordenamiento jurídico
específico. Concordaríamos con Ferrajoli en que un Estado autoritario no puede contener derechos
fundamentales en su sistema jurídico y, por lo tanto, careceríamos de una definición dogmática en ese
caso.
La protección de los derechos fundamentales es un punto transcendental en el desarrollo de la materia
ya que por más definiciones y construcciones teóricas que puedan esbozarse, sin la efectiva garantía
en el plano material, estos derechos no son más que buenos deseos o formulaciones programáticas
que se quedan en los textos constitucionales como mudos testigos de lo que la dignidad de la persona
humana significa pero que no tiene un intercambio con la realidad.
Hay un cierto consenso en los teóricos del Estado de Derecho, los derechos fundamentales y la
democracia sobre el hecho de que estos tres elementos solamente pueden existir y convivir en un
Estado democrático en el que la constitución sea el índice de la vida jurídica, política, social y
económica, que defienda una posición de defensa de las libertades imprescindibles pero que además
mantenga una sólida convicción de respeto a la dignidad humana y que promueva el desarrollo de la
población.
Para Mauro Barberis, estos teóricos pueden catalogarse como miembros del Neoconstitucionalismo,
corriente que se aparta del positivismo clásico para albergar una idea de conexión con la moral
definitoria. Desde esta perspectiva encontramos que el constitucionalismo en su sentido más amplio
indica “el antiguo ideal del gobierno de las leyes, o más bien, del derecho”. Por su parte, el
Neoconstitucionalismo considera que las constituciones contemporáneas son el lugar donde el
derecho y la moral se confunden.
Con esta aseveración podemos comprender la enorme proliferación de derechos fundamentales y de
garantías al interior de las constituciones en los Estados democráticos. Dichas garantías son las
herramientas para proteger aquellos derechos y, de acuerdo con Ferrajoli, ésas “no son otra cosa que
las técnicas previstas por el ordenamiento para reducir la distancia estructural entre normatividad y
efectividad, y, por tanto, para posibilitar la máxima eficacia de los derechos fundamentales en
coherencia con su estipulación constitucional”.

Ahora bien, dichas garantías pueden dividirse en primarias y secundarias, de acuerdo con el autor
italiano. Las garantías primarias serían las obligaciones (de prestación) o las prohibiciones (de lesión) y,
por otro lado, las garantías secundarias son las obligaciones de reparar o sancionar judicialmente las
lesiones de los derechos, es decir, las violaciones de las garantías primarias.
Así las cosas, las garantías primarias constituyen solamente obligaciones o prohibiciones contenidas en
el texto constitucional y, aun cuando deben estar lógicamente implicadas en el sistema jurídico para
asegurar su vigencia y protección, las mismas son comúnmente violadas. En realidad, dichas garantías
primarias son un paso importante para conseguir un sedimento de protección y respeto a los derechos
fundamentales, empero, como texto que son, su efectividad para asegurar ese respeto es mínimo sino
nulo. Incluso en los ordenamientos jurídicos que contemplan las garantías secundarias idóneas, las
vulneraciones son altamente comunes y, si tomamos en cuenta que muchas garantías primarias no
cuentan con garantías secundarias o las que existen no son las idóneas, entonces podemos colegir que
aquéllas no tienen la capacidad para proteger los derechos fundamentales, sino que las mismas son el
eslabón inicial para dicho fin. Estas garantías son los cimientos que permitirán un desarrollo de otros
mecanismos de protección mucho más efectivos y, por lo tanto, son indispensables.

Por otro lado, continuando con los presupuestos básicos de los Estados constitucionales en la
actualidad, Robert Alexy incrementa los requisitos y concepto de los mismos al señalar que un modelo
de Estado constitucional democrático debe, como el alemán, defender los siguientes principios
fundamentales: a) de la dignidad humana, b) de la libertad, c) de la igualdad y d) los principios
relativos a la estructura y los fines del Estado de Derecho, democrático y social.

22. ¿Cómo Caracterizaría Usted la Relación Existente entre Derecho Nacional y Derecho Internacional?
El Derecho Internacional Público y el Derecho interno son dos órdenes jurídicos diferentes y separados
en cuanto al proceso de formación, al contenido material y a la fuente de creación.
Se entiende por Derecho Internacional al conjunto de normas y principios que regulan las relaciones
entre Estados y otros sujetos de este Derecho. Éste emana de distintas fuentes: Los tratados, la
costumbre, la jurisprudencia, la doctrina y los principios generales del derecho.
Por otra parte, tenemos al Derecho Interno denominado como el conjunto de normas jurídicas que
regula las relaciones entre Estados, organismos internacionales y los individuos.
Tanto el Derecho Interno como el DIP tienen su propio ámbito de validez y su campo de acción:
A diferencia del derecho Interno, el Derecho Internacional, carece de órganos centrales encargados
de crear, aplicar y hacer cumplir sus normas. En el caso del DIP son los propios Estados quienes se
convierten en los encargados de hacer cumplir sus disposiciones en el ámbito interno a través de los
Tratados y la Costumbre.
Para que una regla del derecho internacional pudiera ser aplicada en el ordenamiento interno es
necesaria la intervención del Estado dando como resultado la transformación de esta regla en derecho
interno. Este proceso de transformación es conocido como incorporación o recepción.

Se ha tratado de explicar la relación entre las normas de un tipo y del otro mediante dos posiciones:
Una de ellas sostiene la separación e independencia del Derecho Internacional y de los órdenes
jurídicos internos (teoría dualista); la otra afirma que el Derecho Internacional y los derechos internos
forman un solo orden jurídico (teoría monista).

a) La tesis dualista, Según Triepel y Anzilotti: La teoría dualista propone la existencia de dos órdenes
jurídicos totalmente distintos, separados e independientes por presentar distintos fundamentos,
distintos sujetos destinatarios de sus normas y por los distintos órdenes de relaciones que generan.
Triepel sostiene que el Derecho Interno tiene como fundamento la voluntad de un solo Estado, quien
en forma unilateral organiza su sistema jurídico – político y estructura su propio ordenamiento. Caso
contrario es el del Derecho Internacional que encuentra su fundamento en la voluntad común de
los Estados, en la unión de estos sujetos en orden a satisfacer intereses comunes.
SUJETOS DESTINATARIOS: En el derecho interno serían los individuos mientras que, en el internacional,
los Estados. Dada esta separación para que la norma de fuente internacional pueda ser invocada y
aplicada en el orden interno, será necesario por parte del Estado, la realización de un acto de
incorporación que modifique su naturaleza. El Estado deberá sancionar una ley interna, la misma
reproduce el contenido del tratado con lo cual al individuo súbdito del Estado se le estaría
aplicando una ley interna, no obstante, la misma no hace más que reflejar las disposiciones que
emanan de un tratado internacional.
b) La tesis monista, Según Kelsen: La teoría monista propone la existencia de dos subsistemas jurídicos
relacionados jerárquicamente. Las normas se hallarían subordinadas unas a otras formando así, un
único ordenamiento jurídico, dando como resultado la existencia de un solo orden jurídico universal,
jerárquicamente organizado.

A raíz de esto pueden darse ciertas variantes:


1. El monismo absoluto donde prevalece la primacía del derecho internacional por sobre el derecho
interno.
2. El monismo atenuado que sostiene la primacía del derecho interno por sobre el derecho
internacional: una ley contraria al derecho internacional puede ser válida en el ámbito interno,
aunque carecería de validez en el ámbito internacional ya que en el ámbito internacional siempre
prevalece el Derecho Internacional.
CONCLUSIÓN:

1. El derecho internacional y el derecho interno son órdenes jurídicos que se encuentran relacionados
estrechamente, estando totalmente ligados y en contacto.
2. Son dos los problemas que corresponden a las relaciones entre el derecho internacional y el
derecho interno: la incorporación del derecho internacional al derecho estatal y la relación
jerárquica que existe entre ellos.
3. Son dos las formas de incorporación del derecho internacional: automáticamente o a través de un
acto formal del Estado que lo transforme o integre al derecho interno.
4. La incorporación automática o directa de los tratados o de la costumbre internacional es tenida en
cuenta por la teoría monista, que considera al derecho internacional y al derecho interno como dos
subsistemas que pertenecen a un mismo ordenamiento jurídico. Por oposición, la teoría dualista, al
considerar que ambos derechos pertenecen a dos ordenamientos distintos, requiere la
transformación del derecho internacional para poder ser aplicado en el orden jurídico interno.

23. ¿En qué Consiste el Estado de Derecho? ¿Qué Condiciones deben Cumplirse para que Exista?
a) El término de “Estado de derecho” empieza a ser utilizado por la ciencia jurídica y política alemana
del siglo pasado para designar una relación específica entre la forma política llamada “Estado” y el
derecho, relación que va más allá de un gobierno limitado que envuelve su actuación en el ropaje
de las normas jurídicas.
b) El Estado aparato (de gobierno y administración) se presenta con el rostro del poder de supremacía
del que la acción estatal se vale frente a los ciudadanos.
c) El principio de legalidad, eje del nuevo Estado, junto a la separación de poderes, es ante todo la
subordinación a la ley de la acción administrativa (en sentido formal: atribución legislativa del
poder, y material: eventual limitación “interna” de los modos y medios de ejercicio), y símbolo de la
persecución, subordinada a cualquier otro, del interés general, por lo demás constitutivamente
prefigurado y determinado por la ley.
d) Una de las definiciones más precisas de la noción de Estado de derecho en el pensamiento
moderno está probablemente en la obra del filósofo de finales del siglo XVIII Emmanuel Kant, quien
trató de justificar a plenitud la fundamentación de las leyes públicas en la razón y libertad
individuales, como de la idea kantiana de la razón autolegisladora, es decir, de su idea de que la
libertad natural de los hombres se caracteriza por la capacidad de dotarse a sí misma de leyes
morales y jurídicas que guían de manera recta su conducta práctica.
e) Si un Estado sólo puede ser la unión de hombres libres bajo normas jurídicas, estamos ya ante el
elemento esencial del Estado de derecho: la “juridización” de la política. Cuando la política es
regida por normas jurídicas generales y abstractas, tenemos como consecuencia la protección de
los derechos individuales por medio de un poder político coactivo y la actuación del gobierno
limitada por los derechos ciudadanos.
f) La figura máxima que garantiza esos derechos es la Constitución, concebida como ley
fundamental cuyos principios velan por la libertad de los ciudadanos.
g) el concepto de Estado de derecho es una respuesta al Estado absolutista, caracterizado por la
ausencia de libertades, la concentración del poder y la irresponsabilidad de los titulares de los
órganos del poder. De ahí que la garantía jurídica del Estado de derecho corresponda al
constitucionalismo moderno.
h) El Estado de derecho es aquel en el que están garantizados los derechos de libertad de los
ciudadanos, en un segundo sentido, Estado de derecho es aquel Estado en el cual el poder político
está limitado por el derecho, en un tercer sentido, Estado de derecho es aquel Estado en el cual
todo acto de ejercicio del poder político está sujeto al principio de legalidad.
i) En resumen, el Estado de derecho es aquel Estado en el que autoridades e individuos se rigen por el
derecho, y éste incorpora los derechos y las libertades fundamentales, y es aplicado por
instituciones imparciales y accesibles que generan certidumbre.
24. ¿En qué consiste el derecho consuetudinario de los derechos humanos?
Paralelamente al derecho convencional se ha ido desarrollando un derecho consuetudinario de los
derechos humanos que tiene su base en la práctica y en la convicción jurídica de los Estados.
Un texto de carácter doctrinal que enuncia los actos que constituirían violaciones del derecho
consuetudinario de los derechos humanos es el Restatement of the Law (Third), redactado por The
American Law Institute. Su párrafo 702 expresa: “Un Estado viola el derecho internacional si, como
política estatal, practica, estimula o condona:
a) el genocidio,
b) la esclavitud o la trata de esclavos,
c) el asesinato o el causar la desaparición de individuos,
d) la tortura u otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes,
e) la detención arbitraria prolongada,
f) la discriminación racial sistemática; y
g) un cuadro persistente de violaciones graves de derechos humanos internacionalmente
reconocidos”.

Los actos enumerados constituyen violaciones del derecho consuetudinario de los derechos humanos
sólo si han sido practicados, estimulados o condonados por el gobierno de un Estado como política
oficial.

El derecho internacional consuetudinario de los derechos humanos impone a los Estados obligaciones
hacia todos los demás Estados de la comunidad internacional (erga omnes), de manera que cualquier
Estado puede reclamar contra otro por la infracción cometida. Sin embargo, en el hecho, los Estados
sólo reclaman cuando las personas afectadas son nacionales suyos, personas sometidas a su
jurisdicción, o minorías con las cuales tienen vínculos étnicos, religiosos o de otra índole.

25. Enumere los principales Instrumentos Internacionales de Protección de los Derechos Humanos.
1. La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial de
21 diciembre de 1965.
2. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos del 16 diciembre de 1966
3. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del 16 diciembre de 1966.
4. Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de 18
diciembre de 1979.
5. La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes del 10
diciembre de 1984.
6. La Convención sobre los Derechos del Niño del 20 noviembre de 1989.
7. La Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores
migratorios y de sus familiares del 18 de diciembre de 1990.
8. La Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones
forzadas.
9. La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad del 13 de diciembre de 2006.
10. El Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del
10 diciembre de 2008.
11. El Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos del 16 de diciembre
1966.
12. El Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado
a abolir la pena de muerte del 15 de diciembre de 1989.
13. El Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer del 10 de diciembre de 1999.
14. El Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de
niños en los conflictos armados de 25 de mayo del 2000.
15. El Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la
prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía de 25 de mayo de 2000.
16. Protocolo facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes de 18 diciembre de 2002.
17. El Protocolo facultativo de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de
12 de diciembre de 2006.
26. Explique brevemente los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos
a) En los que respecta al Derecho internacional de los derechos humanos y los sistemas internacionales
de protección, cuestión sustancial es el de que, la dignidad humana y la tutela del individuo son
asumidos como intereses prioritarios por parte de la comunidad internacional, alterando un
ordenamiento de y para Estados y dando lugar al régimen especializado de los derechos humanos.
Si bien es cierto que, como todo el Derecho internacional, el de los derechos humanos se sustenta
en la voluntad de los Estados, también es verdad que este presenta notables rasgos diferenciadores
-ordenamiento de mínimos, avance progresivo, aspiración universal, interpretación particular y no
reciprocidad- que los autores repasan sucintamente.
b) Como Sistemas de Protección, se debe de aludir primeramente al de Naciones Unidas; como a
aquellos de carácter regional como los de Europa, América y África, así como haciendo referencia
al incipiente desarrollo de la protección de los derechos humanos en Asia y Oriente Medio.
c) El programa de derechos humanos de las Naciones Unidas, pese a que la protección de los
derechos fundamentales no es tratada como un objetivo principal en la Carta de San Francisco, la
Organización muy pronto asumirá su promoción, de modo que en la actualidad incluso se tiende a
asociar a las Naciones Unidas con su componente especializado en la defensa de derechos
humanos. Las escuetas referencias que sobre esta materia hace la Carta, han sido aprovechadas
para desarrollar progresivamente un sistema de protección que se inicia en 1946 con la creación de
la Comisión de Derechos Humanos, subsidiaria del Consejo Económico y Social (ECOSOC).
d) Es cierto, el complejo proceso de codificación que tiene lugar con la intervención destacada de la
Comisión -desde el año 2006, del Consejo de Derechos Humanos- y de la Asamblea General y que,
tras unos plazos con frecuencia demasiado dilatados, culmina con la adopción de tratados o
resoluciones no vinculantes. El resultado de esta labor es un conjunto normativo escasamente
estructurado y abierto, en contraste con los sistemas regionales que la obra aborda con
posterioridad.
e) En cuanto a los órganos del sistema de Naciones Unidas que participan en la protección de los
derechos humanos, se puede hacer la distinción entre aquellos creados por la Carta o como
consecuencia de las competencias previstas en ella, y aquellos otros órganos resultantes de los
distintos convenios suscritos por los Estados. Dentro del primer grupo se incluyen algunos ya citados
como la Asamblea General o el ECOSOC.
f) El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene importancia en materia de Derechos Humanos,
como creador de los tribunales penales internacionales, y con la Corte Internacional de Justicia
que, a pesar de no ser un tribunal de derechos humanos, cada vez con más frecuencia se refiere a
ellos en su jurisprudencia. A tal efecto, podemos citar decisiones especialmente relevantes, como la
opinión consultiva sobre la construcción de un muro en Palestina o los casos sobre la aplicación de
la Convención sobre el Genocidio de Bosnia-Herzegovina contra Serbia y Montenegro.
g) Entre todos los órganos del sistema de Naciones Unidas, el Consejo de Derechos Humanos, creado
al amparo de las menciones en materia de derechos humanos contenidas en la Carta, debe de ser
valorado positivamente, considerando que representa un salto cualitativo respecto de la antigua
Comisión.
h) En lo pertinente a los mecanismos de protección, distinguimos entre los convencionales y los
extraconvencionales. En el caso de los primeros, el gran número de tratados y sus especialidades
imposibilitan un estudio extenso de ellos, pero sí encontramos una visión general de los
procedimientos de las denuncias entre Estados, las investigaciones de oficio y las quejas
individuales. Ya en los mecanismos extraconvencionales, se deben de tener presente los
procedimientos 1503 y 1235, heredados de la Comisión, y en el más novedoso examen periódico
universal, instaurado en 2006 junto con el Consejo de Derechos Humanos.
i) El sistema europeo de derechos humanos inicia comenzando por el propio del Consejo de Europa.
Como es sabido, su fundamento normativo es el Convenio Europeo para la protección de los
derechos humanos y las libertades fundamentales y sus dieciséis protocolos adicionales que, han
adaptado el Convenio a los tiempos actuales ampliando los derechos tutelados -pero siempre
limitados a los civiles y políticos- y modificando los procedimientos. Así, en la actualidad, el sistema
europeo vela por el respeto de los derechos básicos contenidos en el Convenio y de los añadidos
en los protocolos materiales por aquellos Estados que los hayan ratificado.
j) En este marco, la protección de los derechos humanos reside hoy en un único órgano, el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, que se ha visto reforzado por la extinción de la antigua Comisión
de carácter político y por la relegación del Comité de Ministros del Consejo de Europa a la función
de solicitar opiniones consultivas. El requerimiento de estas opiniones consultivas se abrirá, además,
cuando entre en vigor el protocolo adicional decimosexto, a los jueces nacionales que necesiten la
interpretación de alguna norma del Convenio para resolver un caso interno en trámite, aunque,
como se recuerda en el texto, las opiniones del Tribunal no son vinculantes. Este mecanismo se
convertirá pues en una suerte de cuestión prejudicial, similar en su procedimiento a las del Tribunal
de Justicia de la Unión Europea, pero con distinto efecto.
k) En materia de competencia contenciosa, en virtud de la cual tanto Estados como individuos
pueden presentar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos demandas por el incumplimiento
por alguna de las Partes de las normas del Convenio o sus protocolos. Sin menospreciar la
importancia de las demandas estatales, las quejas individuales son la joya de la corona» del
sistema.
l) El sistema interamericano de protección de los derechos humanos nos conduce a un sistema más
asimétrico que el europeo y caracterizado por una evolución escalonada en el seno de la
Organización de Estados Americanos. Su origen se encuentra en la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, creada en 1959, pero fue necesario esperar diez años más para contar con un
catálogo de derechos protegibles -la Convención Americana sobre Derechos Humanos- y un
órgano judicial propio -la Corte Interamericana-. Además, a diferencia de lo que sucede en el
Consejo de Europa, no todos los miembros de la OEA han ratificado la Convención y varios de los
que lo han hecho no han reconocido la competencia de la Corte.
m) En cuanto a los mecanismos de protección, destaca entre todos los derechos de petición individual
que, si bien se inspira en el modelo europeo, en el ámbito interamericano se articula en dos
instancias: una primera obligatoria y cuasi judicial ante la Comisión y una segunda ante la Corte,
que solo puede ser instada por la propia Comisión tras su examen y cuando el Estado denunciado
haya aceptado su competencia contenciosa. Este apartado se completa con los otros dos
procedimientos de protección con que cuenta el sistema: las opiniones consultivas ante la Corte,
solicitadas por los Estados u órganos de la OEA, y las medidas de protección que pueden ser
solicitadas y adoptadas por la Comisión o la Corte en casos de urgente necesidad.
n) El sistema africano de protección de los derechos humanos tiene como mecanismos de tutela los
derivados de la Carta africana de los derechos humanos y de los pueblos de 1981, dentro de una
organización, la de la Unidad Africana -hoy Unión Africana-, que nació décadas antes sin un
cometido particular en materia de derechos humanos. Los autores destacan los avances que en su
día supuso la Carta, incluyendo tanto a los derechos civiles y políticos como a los económicos,
sociales y culturales, y haciendo una referencia expresa a los derechos de los pueblos. La Carta se
completa con otros instrumentos que extienden los derechos protegibles y con un protocolo de
1998 que crea la Corte Africana de Derechos Humanos. Como sucedía en el sistema
interamericano, los miembros de la Unión tienen libertad para ser Partes en la Carta, algo a lo que
todos han accedido, y para aceptar la competencia de la Corte, lo que solo han hecho la mitad
de ellos. Sus competencias son tanto contenciosas como consultivas.
o) El programa africano cuenta, además, desde la aprobación de la Carta, con la Comisión Africana
de Derechos Humanos como uno de sus órganos principales, en el cual se sustancian numerosos
procedimientos -informes periódicos, medidas urgentes, soluciones amistosas, funciones
interpretativas-. El mecanismo de las comunicaciones individuales es compartido por la Comisión
con la Corte para aquellos Estados que han admitido su competencia. En ese caso, la propia
Comisión puede, después de hacer sus recomendaciones, iniciar el proceso ante la Corte. Además,
si el Estado ha realizado una declaración a tal efecto, los individuos afectados y ONG pueden
acudir a la Corte, una posibilidad que no está presente en el sistema americano.
p) Otro rasgo particular en el marco africano es que, no es necesario agotar todas las instancias
nacionales para acudir a la protección regional, como se desprende de numerosas decisiones de la
Comisión Africana convenientemente citadas en este apartado, en las que se entiende que esto
debe ser así ante la ausencia de recursos económicos o ante violaciones masivas o derechos que
no son protegidos a nivel nacional e incluso en supuestos de dilaciones injustificadas.
q) Asia y Oriente Medio: un sistema en construcción, pues presenta dos programas de protección de
los derechos humanos que se encuentran dando sus primeros pasos y que con frecuencia son
olvidados cuando se aborda el estudio de esta materia. El primero de ellos es el de la Asociación de
Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), en cuyo seno se ha creado la Comisión Intergubernamental
de Derechos Humanos que elabora anualmente un informe general sobre la situación de los
derechos fundamentales en la región. La Declaración de Phnom Penh de 2012, pese a no ser un
tratado, recoge los derechos a proteger -civiles, políticos, económicos, sociales y culturales-
haciendo previsible la consolidación del sistema en el medio plazo, aunque por el momento no
cuenta con un mecanismo de protección en sentido estricto.
r) El segundo de estos procesos está teniendo lugar en la Liga de Estados Árabes, que cuenta con el
Comité Árabe de Derechos Humanos y la Carta árabe de derechos humanos, con un enfoque
cultural muy condicionado por la religión islámica. Aunque las funciones del Comité son limitadas -
elaborar informes sobre la situación en la región-, en 2013 se acordó la creación de una Corte
Árabe de Derechos Humanos que puede contribuir decisivamente al avance de este sistema.
s) Como conclusión, podemos referir a las debilidades de los actuales sistemas, como la complejidad
y falta de coordinación del programa de Naciones Unidas, la congestión del europeo, o la falta de
recursos del interamericano, o en énfasis en las particularidades regionales compartido por varios de
los sistemas y que pueden obstaculizar la garantía de los derechos humanos.

27. Señale los órganos de Protección de Derechos Humanos.

LOS ÓRGANOS DE DERECHOS HUMANOS.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) se esfuerza por ofrecer el mejor
asesoramiento experto y apoyo a los diversos mecanismos de supervisión de derechos humanos en el
sistema de las Naciones Unidas: los órganos basados en la Carta de la ONU, incluido el Consejo de
Derechos Humanos, y los órganos creados en virtud de tratados internacionales de derechos humanos,
y compuestos por expertos independientes con el mandato de supervisar que los Estados partes en los
tratados cumplan sus obligaciones. La mayoría de estos órganos recibe apoyo de secretaría de la
Subdivisión de Tratados y del Consejo de la OACDH.

LOS ÓRGANOS BASADOS EN LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS


1. El Consejo de Derechos Humanos;
2. Examen Periódico Universal;
3. La Comisión de Derechos Humanos (substituido por el Consejo de Derechos Humanos); y
4. Los Procedimientos especiales de la Comisión de Derechos Humanos

LOS ÓRGANOS DE TRATADOS.


Hay nueve órganos creados en virtud de tratados de derechos humanos que supervisan la aplicación
de los principales tratados internacionales de derechos humanos:
1. Comité de Derechos Humanos (CCPR);
2. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR);
3. Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD);
4. Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW);
5. Comité contra la Tortura (CAT);
6. Subcomité para la Prevención de la Tortura (SPT);
7. Comité de los Derechos del Niño (CRC);
8. Comité para la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus
Familiares (CMW);
9. Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad (CRPD); y
10. Comité contra las Desapariciones Forzadas (CED).

LOS ÓRGANOS BASADOS EN LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS.


Los órganos basados en la Carta incluyen la antigua Comisión de Derechos Humanos, el Consejo de
Derechos Humanos y los Procedimientos Especiales. La Comisión fue reemplazada por el Consejo, cuya
primera reunión se celebró el 19 de junio de 2006. Este órgano intergubernamental, que se reúne en
Ginebra durante 10 semanas al año, está compuesto por 47 Estados miembros de las Naciones Unidas
elegidos por un periodo inicial de tres años, y no pueden ser elegidos por más de dos periodos
consecutivos. El Consejo de Derechos Humanos es un foro que tiene la facultad de prevenir los abusos,
la desigualdad y la discriminación, proteger a los más vulnerables y denunciar a los perpetradores.

El Consejo de Derechos Humanos es una entidad separada de la OACDH. Esta distinción se deriva de
los diferentes mandatos otorgados por la Asamblea General. Sin embargo, la OACDH presta apoyo
sustantivo a las reuniones del Consejo de Derechos Humanos, y da seguimiento a las deliberaciones que
tienen lugar allí.

Los Procedimientos Especiales se refieren de manera general a los mecanismos establecidos por la
Comisión de Derechos Humanos y asumidos por el Consejo de Derechos Humanos para abordar bien
sea situaciones específicas en los países o cuestiones temáticas en todo el mundo. Los Procedimientos
Especiales pueden estar compuestos de un individuo (un relator o representante especial) o de un
grupo de trabajo. Son destacados expertos independientes que trabajan a título voluntario, nombrados
por el Consejo de Derechos Humanos.

En los mandatos de los Procedimientos Especiales por lo general se encarga a los titulares de dichos
mandatos que examinen, supervisen, asesoren e informen públicamente acerca de situaciones de
derechos humanos en países o territorios específicos, en lo que se conoce como mandatos de país, o
sobre los principales casos de violaciones de derechos humanos en todo el mundo, en lo que se
denomina mandatos temáticos. Todos informan al Consejo de Derechos Humanos sobre sus
conclusiones y recomendaciones y muchos de ellos presentan informes a la Asamblea General. En
algunas ocasiones son el único mecanismo capaz de alertar a la comunidad internacional sobre
determinados problemas relativos a los derechos humanos, porque pueden abordar esas situaciones en
cualquier lugar del mundo, sin necesidad de que los países interesados hayan ratificado un instrumento
de derechos humanos.
El 1 de noviembre de 2014 había en vigor 39 mandatos temáticos y 14 mandatos de país.
El ACNUDH facilita la labor de los relatores, expertos independientes y grupos de trabajo a través de su
División de Procedimientos Especiales (SPB, por sus siglas en inglés), que presta servicios a todos los
mandatos temáticos excepto a uno y que proporciona apoyo centralizado al conjunto de los
Procedimientos Especiales. La División de Operaciones sobre el Terreno y Cooperación Técnica (FOTCD)
presta apoyo a los mandatos de país.
LOS ÓRGANOS DE TRATADOS.
Hay nueve principales tratados internacionales de derechos humanos, el más reciente de los cuales –
sobre la desaparición forzada- entró en vigor el 23 de diciembre de 2010.
Desde que en 1948 se aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, todos los Estados
Miembros de las Naciones Unidas han ratificado al menos uno de los principales tratados
internacionales de derechos humanos y el 80 por ciento ha ratificado cuatro o más. En la actualidad
hay diez órganos creados en virtud de tratados de derechos humanos, que son comités de expertos
independientes.

Nueve de estos órganos supervisan la aplicación de los principales tratados internacionales de


derechos humanos, mientras que el décimo órgano, el Subcomité para la Prevención de la Tortura,
creado en virtud del Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura, supervisa los centros de
detención en los Estados Partes del Protocolo Facultativo. Los órganos de tratados se crean de
conformidad con las cláusulas del tratado que han de supervisar. El ACNUDH apoya la labor de los
órganos de tratados con miras a armonizar sus métodos de trabajo y los requisitos en materia de
presentación de informes a través de sus secretarías.
Hay otros órganos y entidades de las Naciones Unidas que participan en la promoción y protección de
los derechos humanos.

28. ¿Cuál es el enfoque de la ONU respecto al Estado de derecho, la democracia y derechos humanos?
La democracia es uno de los valores y principios fundamentales universales de las Naciones Unidas. El
respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales y el principio de celebrar elecciones
periódicas y genuinas por sufragio universal son elementos esenciales de la democracia. Estos valores
están incorporados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y se desarrollan en mayor
profundidad en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que consagra una gran cantidad
de derechos políticos y libertades civiles que sustentan democracias significativas.
Los derechos consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y
los subsiguientes instrumentos de derechos humanos que abarcan los derechos colectivos (por ejemplo,
pueblos indígenas, minorías, personas con discapacidad) son igualmente esenciales para la
democracia, ya que garantizan una distribución equitativa de la riqueza y la igualdad y la equidad en
el acceso a los derechos civiles y políticos.
La Sección de Estado de Derecho y Democracia es el punto focal del ACNUDH para las actividades de
democracia. La Sección trabaja para desarrollar conceptos y estrategias operacionales para mejorar la
democracia y brindar orientación y apoyo a las instituciones democráticas a través de actividades de
cooperación técnica y asociación con las partes relevantes de las Naciones Unidas, en particular el
Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia, el Departamento de Asuntos Políticos y el Grupo de
Trabajo de las Naciones Unidas. sobre la democracia. Se proporciona asesoramiento legal y de
expertos según sea necesario para las operaciones de campo y la sede del ACNUDH en temas
relevantes, como el respeto de los derechos de participación en el contexto de elecciones libres y
justas, proyectos de legislación y actividades de capacitación.

29. ¿Cuál es el enfoque de la Democracia y Estado de Derecho en el Consejo de Derechos Humanos?


La antigua Comisión de Derechos Humanos adoptó varias resoluciones históricas sobre la democracia.
En 2000, la Comisión recomendó una serie de medidas legislativas, institucionales y prácticas para
consolidar la democracia (resolución 2000/47). En 2002, la Comisión definió los elementos esenciales de
la democracia en la resolución 2002/46.
Desde su creación en 2006, el Consejo de Derechos Humanos (sucesor de la antigua Comisión de
Derechos Humanos) ha adoptado una serie de resoluciones que destacan la relación interdependiente
y mutuamente reforzada entre democracia y derechos humanos. Los ejemplos recientes incluyen la
resolución 19/36 sobre "Derechos humanos, democracia y el estado de derecho". Además de esta
resolución, el ACNUDH, en consulta con los Estados, las instituciones nacionales de derechos humanos,
la sociedad civil, los organismos intergubernamentales pertinentes y las organizaciones internacionales,
publicó un estudio sobre los desafíos, las lecciones aprendidas y las mejores prácticas para garantizar la
democracia y el estado de derecho desde la perspectiva de los derechos humanos. perspectiva. Sobre
la base del estudio, en junio de 2013, el ACNUDH organizó una mesa redonda. En estos temas, con la
participación de expertos internacionales.
En marzo de 2015, el Consejo de Derechos Humanos aprobó la resolución 28/14 , que estableció un foro
sobre los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho, para proporcionar una
plataforma para promover el diálogo y la cooperación en temas relacionados con estas áreas.

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