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TEATRALES
EL CONEJITO QUE PERDIO SU GUITARRA.
Adaptación de:
Maria de la luz Oliveros Ordóñez.
Personajes: Mamá coneja
El conejito.
La zorra.
La hormiguita.
El perro.
El gato.
El toro.
1ª. Escena
(Aparece la Mamá Coneja tocando su guitarrita y cantando. Su hijo el conejito la escucha atentamente.)
Conejito.- ¡Mamita, que lindo tocas tu guitarrita y que lindo cantas! Yo tengo una sorpresa para ti. ¿Sabes qué es?
¡Yo también sé tocar en ella y puedo cantar las canciones que tú sabes!
Mamá Coneja.- ¿deberás, conejito? A ver, quiero oír una canción, pero tu mismo te acompañas.
(Le da la guitarra. Él la toma y se tome a tocar y a cantar.)
Conejito.- ¿Vistes mami? Ya sé tocar como tú. Pero… quiero pedirte un favor.
Mama C.- ¿Qué favor es?
Conejito.- Quiero que me prestes tu guitarrita para ir a ver a mis amigos. ¡Quiero que me oigan cantar y tocar!
Mamá C.- ¡Eso si que no, conejito! Tus amigos son muy traviesos y te la pueden quitar.
Conejito.- No, mamita, no me la quitarán te prometo que a nadie se la prestaré.
Mamá C.- Bueno, conejito, llévala y cuídala mucho ya sabes como la quiero. ¡ a nadie se la prestes! ( se las da.)
Conejito.- gracias, mamita, ahorita regreso.
2ª. Escena
(Sale corriendo hasta el árbol ahí se recarga y pega un silbido. Al oírlo, salen dos conejitos y lo rodean. La zorra los acecha
asomándose y escondiéndose detrás del árbol.)
Conejito.- Les cantaré una canción y me acompañare con mi guitarra.
(Se pone a cantar mientras los otros lo escuchan.)
La zorra.- (Se acerca y muy amablemente le dice): conejito, préstame tu guitarra. Yo también puedo tocar y cantar.
Conejito.- ¡Eso si que no! Mi mamá me la presto con la condición de que a nadie se la diera yo.
La zorra.- no seas malo, conejito. Te prometo que solo cantaré una canción y enseguida te la doy.
Conejito.- Bueno… solamente una canción.
(La zorra coge la guitarra y corre con ella subiéndose hasta la rama más alta del árbol.) Desde ahí dice:
La zorra.- Ya tengo una guitarrita, ahora ya puedo tocar y cantar todo el día. (Comienza a cantar.)
Conejito.- Dame ya mi guitarrita Zorra. Te la presté solo un ratito.
Zorra.- está guitarrita ya es mía. ¡No te la doy!
Conejito.- Dámela zorra, no seas mala. ¿No vez que mi mamá se va enojar conmigo?
Zorra.- ¡Está guitarrita es mía! ¿Quién dice que es tuya? ¡Ven a quitármela! ¡A ver si puedes!
Conejito.- (Llorando) ¡Ay…ay! Mi mamita se va enojar y me va regañar. ¿Quién me ayudará?
(Aparece el perro y dice):
Perro.- ¿Qué te pasa conejito? ¿Por qué lloras?
Conejito.- Por que esa zorra mala me quitó mi guitarrita y no quiere dármela.
Perro.- No llores, conejito. ¡Yo se la pediré y traeré!
Perro.- (A la zorra): ¡Guá…Guá…Guá…! Mala Zorra baja y dale y dale su guitarra al conejito.
Zorra.- ¡Quítamela si puedes!
(El perro trata de subirse hasta donde esta la zorra pero no puede hacerlo. Ladra otra vez y entonces la zorra se
esconde.)
Perro: Lo siento mucho conejito… no pude quitársela.
Conejito.- Gracias perrito. ¡No sé que voy a hacer!
(Sale el perro. La zorra aparece nuevamente y se pone a cantar.)
(El conejito sigue llorando) y ahí mismo (aparece el gato, se acerca la conejito y le dice):
Gato.- ¿Por qué lloras conejito?
Conejito.- Por que está mala zorra me quito mi guitarrita y no se la puedo quitar.
Gato.- No llores conejito, yo le quietare tu guitarrita. (Dirigiéndose a la zorra): Zorra dale su guitarrita al conejito. ¿No
ves como llora?
Zorra.- Esta guitarrita es mía. ¡Quítamela si puedes! (Vuelve a cantar.)
Gato.- Mira Zorra, si no se la das subo y te rasguño.
Zorra.- ¡Alcánzame sui puedes! (Se esconde.) (El gato la busca inútilmente.)
Gato.- ¡No pude, conejito… lo siento mucho!
(Aparece nuevamente la zorra y se pone a contar.)
Conejito.- Gracias de todos modos gatito. (Sale el gato.) (Él sigue llorando.)-(aparece el Toro y al verlo llorar le dice):
Toro.- ¿Por qué lloras conejito?
Conejito: ¡por que esa zorra mala me quito mi guitarrita y no quiere dármela!
Toro.- No llores, conejito. ¡Yo se la voy a quitar! (Dirigiéndose hacia la zorra): Zorra mala, dale su guitarrita al conejito.
¿No ves como llora? ¡Dásela!
Zorra.- ¡No! ¡No se la doy porque ahora la guitarrita es mía!
Toro.- Dásela. ¡Si te alcanzo, con mis grandes cuernos te puedo lastimar!
Zorra.- ¡Quítamela si puedes! ¡La guitarrita es mía!
(El Toro pega con sus cuernos en el árbol tratando de tiritar a la zorra, sin conseguirlo. Ella se esconde.)
Toro.- ¡Lo siento mucho conejito, lastima que no pueda subirme al árbol a quitársela! ¡A ver si encuentras a alguien que
te ayude mas que yo!
Conejito.- ¡Gracias, buen Toro! ¡Gracias! Nadie puede contra esa zorra. ¿Qué haré? ¿Quién me ayudará?
Zorra.- (Aparece nuevamente y vuelve a tocar.)-(El conejito llora sin consuelo, cuando aparece una hormiguita y le
dice):
Hormiga.- ¿Por qué lloras conejito?
Conejo.- ¡Ay hormiguita, la zorra mala me quitó mi guitarrita!
Hormiga.- ¡No te aflijas conejito, yo se la quitaré!
Conejo.- ¡Gracias hormiguita. Eres muy buena, pero no podrás quitársela. Otros animales más grandes que tú, no han
podido y yo no sé qué hacer!
Hormiguita.- ¡Mira conejito, deja de llorar y ponte muy listo para que me ayudes.-(Le dice algo en la oreja. La zorra los
ve desde arriba, tratando de oír lo que dice la hormiguita.)
Conejo.- ¿Sabes Zorra lo que dice la hormiguita? ¡Que no sabes cantar no tocar la guitarrita!
Zorra.- ¿Qué no sé? ¡Dile que oiga cómo canto! (Lo hace.)
Conejo.- Es que la hormiguita no oye desde tan lejos. Baja a tocar cerca de ella para que te oiga.- (La zorra baja
rápidamente y cerca de la hormiguita se pone a tocar y a cantar.)
Hormiguita.- ¿Qué lindo cantas zorra! Toca otra canción para que el conejito se ponga contento?
(La zorra vuelve a cantar acompañándose en la guitarrita. La hormiguita se le acerca por detrás y empieza a hacerle
cosquillas. La zorra deja de catar y empieza a reírse, suela la guitarrita y el conejito corre con ella hormiguita sigue
haciéndole cosquillas, y ella sigue riéndose y no se da cuenta de que los dos han desaparecido.)
(Cuando deja de reírse, busca la guitarrita y no la encuentra. Muy enojada, se retira amenazadora.)
(Por un lado del escenario entra la Mamá Coneja buscando a su hijo. Por el otro llega éste con su guitarrita. Al ver a su
made dice):
Conejo.- ¡Ay mamita qué susto! ¡Aún estoy temblando!
Mamá Coneja.- ¿qué te paso hijito? ¿Por qué tardaste tanto? ¿Perdiste mi guitarrita?
Conejito.- No mamita, aquí está. ¡Pero si supieras…! La zorra mala me la quitó y sino hubiera sido por la hormiguita,
todavía la tendría en su poder.
Mamá Coneja.- ¿No te dije que a nadie se la prestaras?
Conejito.- Sí mamita, pero… bueno, ¡ya no vuelvo a hacer!
Estoy tan asustado y tan cansado que quisiera dormir un ratito. ¿Quieres cantarme una canción muy linda para que yo
me duerma?
Mamá Coneja.- Sí mi hijito, descansa y duérmete.
(Acompañada de su guitarrita, entona un arrullo mientras el conejito se duerme.)
El Retorno de Azulejo
1ª Escena
(Campo con árboles. Los pájaros dialogan)
Rojillo.- ¿Qué habrá pasado con Azulejo?
Calandria.- No lo he visto toda la mañana.
Golondrina.- ¿Estará enfermo?
(Un lindo pájaro azul, “Azulejo” llega volando y se posa en medio del grupo.)
Azulejo-. ¿Preguntaban por mi? (Todos lo rodean.)
Rojillo.- ¿En donde has estado, Azulejo?
Azulejo Pues vengo as darles una sorpresa muy grande para mí.
Rojillo.- ¿Qué podrá ser?
Azulejo.- (Dándose importancia.) He venido a decirles que me voy lejos, muy lejos…
Golondrina.- Sí me voy, ¡Adiós!
(Abre sus alas y se va volando.)
Todos.- ¡Ya volverá. Si, ya volverá!
2ª Escena
(Cerca de la laguna, un niño está sentado pescando. Tiene a un lado, un botecito con carnada. Ésta muy distraído y no
se fija que llega Azulejo a beber. Después de unos momentos lo mira sin moverse para no espantarlo y dice):
Niño.- ¡Qué lindo pajarito, me gustaría cogerlo para ponerlo en mi pajarera.
Azulejo.- (Acercándose al niño) ¡Pí…pí…pí…!
(El niño simula no oírlo.)
Azulejo.- Pí… pí…pí…¿Qué harás este niño que no oye que lo saludo? (Se fija en el bote de las lombricitas y asombrado
dice:
¡A que ricas lombrices! ¡Qué gordas! Deben estar muy sabrosas. Si pudiera sacar una… ¡Tengo tanta hambre, que me
las comería todas!
(Se acerca al bote, saca una y se la come. Se acerca más y cuando se agacha a coger otra, el niño lo atrapa en sus
manitas.)
Niño.-Mamá, mamá, mira lo que atrapé. Un lindo pajarito azul. ¡Tráeme la jaula! (Impaciente corre él BUSCAR LA
JAULA. La trae y mete en ella al pajarito que asustado, se deja hacer lo que él quiere. El niño deja la jaula colgada de
una rama y sale.)
(Azulejo, un tanto repuesto del susto, dice):
Azulejo.-¡Me ha encerrado en esta jaula. ¡Ya no podré salir de ella. Horrible pajarera, ¿Cómo la abriré? (Hace
esfuerzos inútiles.)
Pensaré como salir de aquí. ¡Tengo que ser más listo que el niño!
(A poco rato pasa Rojillo cerca de donde él está.)
Azulejo.- Creo que este pájaro es rojillo, de seguro me andará buscando.
(Desaparece Rojillo. Pasa después la Calandria y la Golondrina, pero no lo ven.) (Azulejo los ve pasar con tristeza. Está
pensando cómo librarse de su cautiverio.)
(Regresa al niño trayendo comida y agua para el pajarito, pero éste se tira en el piso de la pajarera y se queja
lastimosamente.)
Niño.-¡Pobrecito Azulejo! De seguro se ha lastimado una alita. ¡Voy a curarlo! (Metensu manita y saca al pajarito, lo
examina y dice):
Llamaré a mamá para que lo cure. (Lo deja suavemente sobre hojitas. Azulejo aprovecha la salida del niño para
escaparse.)
(Regresa al lugar en donde se reunía con sus amigos que lo reciben con alegría.)
Rojillo.- ¡Azulejo!
Azulejo.- ¡Rojillo… qué alegría!
Golondrina.- Pero dinos… ¿En dónde estabas?
(Esta vez, sí contesta Azulejo.)
Azulejo.- ¡Estaba prisionero!
Rojillo.- ¿Prisionero? Y ¿Por qué?
Azulejo.- Pues…por comer lombricitas gordas.
Golondrina.-Y ¿de quién eran, Azulejo?
Azulejo.- (Apenado): De un niño que pescaba a la orilla de la laguna.
Rojillo.- Ah, pícaro, te costó caro comer una lombricita gorda, ¿eh? ¿Es tan lindo volar libremente! ¡El cielo es tan azul!
¿Volamos?
Todos.- ¡Volemos!
(Se pierden todos en el cielo azul.)
Una huerta con árboles frutales y una mata de pepinos. A un lado del escenario una barda. Al frente, simulado, el
agujero es la casa del ratón.
(El ratoncito se pasea por la huerta, se hacerla a la planta de pepino y al ver un hermoso pepino de dice):
Ratón.- buenos días pepino, ¿Cómo estas?
Pepino.- Buenos días ratoncito. Estoy bien, gracias, solamente que debo de de estar aquí quieto, sin moverme, siempre
cerca de mama, para poder crecer. Cuando esté grande, luciré en un hermoso platón de ensalada.
Ratón.- Oye pepino (le dice pensativo) si yo me pusiera cerca d ti y me quedara quietecito, sin moverme, ¿crecería
tanto como tú?
Pepino.-Puede ser, pero tendrás que quedarte todo el tiempo aquí sin moverte, ya no podrás pasear por la huerta, ni
hacer otra cosa que espera y espera a que crezcas tanto como yo.
Ratón.- Figúrate el susto que se llevaría el gato si yo creciera tanto o mas que él. Me muero de risa solo de imaginarme
sus apuros par cogerme.
Pepino.- Sí, sería muy gracioso.
Ratón.- bien, entonces nos veremos, mañana; voy a traer algo que comer para no pasar hambre. Tú no lo necesitas, por
que tu mamá, se encarga de alimentarte, pero yo, tengo que traer mi comida. Hasta mañana mi amigo.
Pepino.- Hasta mañana, ratoncito. Te espero.
(Se oscurece poco apoco y después lentamente se ilumina el escenario, simulando que ha llegado el nuevo día. Aparece
el ratoncito trayendo sobre su hombro un gran bulto con su comida.)
Ratón.- amigo pepino buenos días. Aquí me tienes ya, listo para quedarme a tu lado y crecer tanto como tú.
Pepino.- Muy bien ratoncito, acomódate junto a mi pasa tu cola sobre esta remita y quédate quieto, quieto.- (Después
de un rato.)
Ratón.- Oye pepino ¿no te cansas de estar todo el día y toda la noche in moverte?
Pepino.- No. yo tengo que estar ahí hasta que vengan a cortarme, paro no me aburro. ¡Si vieras cuantas cosas lindas
puedo ver desde aquí!. Veo revolotear a las mariposas oigo cantar a los pajaritos, me encanta sentir ala lluvia que viene
a refrescarme… y así paso la vida.
Ratón.- ¡si vieras pepino que cansado me siento!. Ya se me entumieron las patitas por no moverlas y mi colita, casi ya
no las siento.
Pepino.- Aguántate ratón, ya veras cuando crezcas y seas mas grande que el gato, como te sentirás contento.
Ratón.- Si, solo de pensarlo me dan ganas de saltar de gusto.
Pepino.- ¿oíste un ruido?
Ratón ¿Qué podrá ser?
Gato.- Miau… miau… ( El gato entra poco a poco por la huerta).
Pepino.- ¡ratoncito… es el gato!
Ratón.- Si, ya lo oigo, pero voy a quedarme muy quieto y muy callado a ver si no me ve.
Gato.- ¡uf… por aquí me huele a ratoncito!
Pepino ¿oíste?
Ratón.- Si, mejor me voy para mi casa. Ya no quiero ser tan grande como él. Adiós pepinito.
Gato.- ¿No decía yo que aquí me olía a ratoncito? (El gato corre detrás del ratoncito)
Ahora veras como te alcanzo y te llevo para mi casa.
(El ratón llega corriendo hasta su agujero, abre la puertecita y apenas alcanza a meterse) (Después de un rato, cuando el
gato se ha ido se asoma y dice):
Ratón.- ¡Que bueno que no he crecido ni un poquito más si no, no hubiera podido entrar a mi casa y el gato me hubiera
comido! Ya no quiero crecer como el pepino mejor me quedo del tamaño que estoy. (Dirigiéndose al publico): ¿No creen
ustedes).
(El gato parece y va alcanzarlo, cuando el rápidamente se mete al agujero).
AUTORA:
Guadalupe Rodríguez
Personajes:
tres patitos: uno grande, otro mediano y otro chico.
Una vieja pata.
Zorra.
Campo lleno de flores. Una laguna.
Patito G.- Hermanitos, la mañana esta muy linda, vamos a pasear por el campo y buscar un bonito lugar para hacer
nuestra casita.
Patito M.- ¡Sí, sí, vamos!
Patito Ch.- ¡vamos, vamos!
(Salen y se encuadran a la pata vieja que viene en sentido contrario.
Pata vieja.- ¿adonde van patitos.
Patito G.- vamos por el campo a buscar un lugar en donde hacer nuestra casita.
Pata vieja.- Yo tengo un casa grande y muy bonita cerca del granero, si quieren, pueden venia vivir conmigo. Yo no tengo
hijos, pero puedo ser su mamá.
Patito G.- ¡Gracias, querida amiga viviremos contigo y seremos muy felices!
Patito Ch.- Si, señora pata seremos sus hijitos.
Pata vieja.- vamos, pues, por que se hace de noche (Entran a la casita).
La zorra.- (atisbando detrás de un árbol): ¡que lindo patitos tiene la pata vieja, han de estar muy gorditos, me gustaría
comerme uno en la cena!
(La pata vieja la sorprende y la asusta diciéndole):
Pata vieja.- ¡Boo! ¡Boo! ¡Fuera de aquí!
(La zorra se espanta y se va.)
Pata vieja.- nos dormiremos y mañana tomaremos un buen baño en la laguna.
Patitos.- ¡Bravo! ¡Bravo! Mañana iremos a la laguna.
(Se oscurece el escenario y después s ilumina poco a poco; ya es de día):
Pata vieja.- ¿Ya están listos, patitos? Vamos a la laguna (Se dirigen a la laguna mientras la zorra los atisba cundo están
nadando y dice):
Zorra.- Que lindos patitos. Me encantaría comerme uno en el desayuno.
(La pata vieja la sorprende y le echa agua en la cara, diciéndole):
Pata vieja.- ¡Boo! ¡Boo! ¡Fuera de aquí!
Pata vieja.- Ahora que la zorra se ha ido, les enseñare a tirarse un clavado.
(Después de un rato, la pata dice):
Pata vieja.- voy a preparar el desayuno. Cuando estén listos los llamare.
Después de un rato los llama)
Pata vieja.- ¡A desayunar patitos!
Patito G.- aya vamos, pata vieja.
Patito Ch.- ¡Ya tengo mucha hambre!
(La zorra asomándose a través de un árbol cercano dice):
Zorra.- ¡Que sabroso a de saber un pato frito! Me llevare uno para desayunar. (Intenta cogerlo pero la pata vieja le
alcanza la cola y la acerca al fuego al quemarse, la zorra brinca, trata de apagarse la cola humeante. Se sienta sobre ella y
cuando la apaga dice):
Zorra.- ¡Nunca mas tratare d comer pato! No quiero verlos más. (Se va corriendo) (Los patitos y pata vieja aplauden
regocijados).
EL CONEJO BLAS
PIRIGALLO COSMONAUTA
PIRIGALLO, INVESTIGADOR INTERPLANETARIO
PIRIGALLO CONTINENTAL
PIRIGALLO GEOMETRA
PIRIGALLO TROTAMUNDOS
ESCENA I
PIRIGALLO COSMONAUTA
(En medio de la escena, tres bancas de tres tamaños, una encima de otra, forman una pirámide escalonada. También se
puede construir de cajas de madera. La pirámide representa un CENTRO alrededor del cual se desarrollan las escenas.
Entra Pirigallo vestido con mameluco negro, casco y una bolsa al hombro.)
PIRIGALLO (bajando de la pirámide): Después de visitar la Luna, llena de cráteres y de volcanes, de desiertos, piedras y
rocas, sin aguas y sin hierbas, decidí investigar los planetas que rodean nuestro sol.
Ya conozco uno, y ustedes también lo conocen: es el Planeta Tierra, sacudido por volcanes y terremotos y cubierto de
agua, bueno, no todo pero casi todo. ¡Decidí explorar los otros planetas! (cantando):
Mercurio con Venus con Tierra y con Marte
Son cuatro planetas de mucho calor.
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno
Son cuatro gigantes distantes del sol,
Plutón pequeñito, blanquito y helado
Perdido en el espacio, lejos llegó...
(Coge su ave-cometa y da unas vueltas alrededor de la pirámide)
Estoy llegando a Venus: el planeta más cerca de la Tierra, siguiendo rumbo al sol, hacia la mano izquierda...
(Aparece Venus con túnica blanca, clásica griega)
VENUS: Soy Venus, de tez blanca y delicada, musa de poetas, infinitamente más brillante que ningún otro planeta
(dirigiéndose a Pirigallo) ¿ y tú, quién eres?
PIRIGALLO: Soy Pirigallo, vengo de la Tierra y me siento muy honrado de conocerla... (le besa la mano).
VENUS: ¿Has venido a visitarme? ¡Qué emoción! ¡Qué placer! Tienes que probar mi famoso cóctel venusiano,
preparado por mi Volcán preferido ... (le ofrece una copa).
PIRIGALLO (bebe y luego queda un poco mareado) ¡Está delicioso! (Coge a Venus del brazo) ¿Qué dices si salimos
juntos esta noche, preciosa?
VENUS (muy distinguida): No puedo, esta noche tengo un eclipse...
PIRIGALLO: Entonces lo dejaremos para otra vez... (se abanica). Realmente, no sé si es por tu licor venusiano o porque
estoy más cerca al sol, pero me muero de calor...
VENUS: Soy un planeta caluroso, querido. (Observa el ave-cometa donde está escrito Venus 69) Veo que has puesto mi
nombre a tu cosmonave. Me da mucho gusto.. ¡es la primera vez que conozco personalmente a uno de mis
innumerables admiradores! (Pirigallo y Venus se abrazan).
PIRIGALLO: Debo proseguir viaje hacia el sol.... ¡adiós, linda! (Coge su ave-cometa, lanza besos volados a Venus y da
una vuelta alrededor de la pirámide mientras Venus se retira al fondo del escenario, cantando): ¡Alrededor del sol!
¡Alrededor del sol!
¡Satélites, cometas, meteoritos, estrellas, planetas y asteroides hay alrededor del sol!
(Aparece Mercurio vestido la mitad de rojo y la mitad de negro. Lleva en la mano un termómetro gigante de cartón y
detrás de los zapatos, un par de alas de cartulina. Por momentos tiembla como si estuviera tiritando de frío).
MERCURIO: ¿Quién se atreve a llegar hasta mí en este día tan largo y caluroso?
PIRIGALLO: Si es tan caluroso, dime ¿por qué tiritas de frío?
MERCURIO: ¿No sabes, entonces, quién soy? Yo soy el pequeño Mercurio, el planeta más cerca del sol, pero mitad de
mi cuerpo está siempre a la sombra. El lado que está hacia el sol tiene calor y el lado que está a la sombra tiene frío.
Por eso tengo a la vez calor y frío y nunca siento frío sin calor... Ven, acércate, te tomaré la temperatura...
PIRIGALLO: No, gracias, yo estoy perfectamente bien... además debo proseguir viaje. No hay vida en tu Planeta,
estimado Mercurio, hasta los cráteres están apagados.
MERCURIO: ¿Regresas a tu Tierra?
PIRIGALLO: Al menos me alejaré del sol para no achicharrarme. ¡Aquí hace demasiado calor para mí! ¡Adiós,
Mercurio, no te vayas a resfriar!
MERCURIO: ¡Adiós! (Se retira al fondo, cerca de Venus)
PIRIGALLO: Allá está Venus... adiós... mejor no me acerco. Es capaz de emborracharme de nuevo. (Pirigallo se está
alejando del sol y pasa cerca al imaginario Planeta Tierra, mientras da vueltas alrededor de la Pirámide. Lo saluda con
los brazos) ¡Tierra! ¡Vieja amiga! ¡Planeta anfibio, adiós! (Aparece Marte vestido de rojo, cogiendo entra las manos
una enorme puerta de cartón) Llegué al Planeta Marte y toqué la puerta. (Da golpes a la puerta).
MARTE: Toc, toc, toc.
PIRIGALLO (mirando hacia arriba) Aquí, en lugar de una luna tienen dos, así, cuando se apaga una, siempre les queda
otra de repuesto. (Vuelve a tocar la puerta).
MARTE: Toc, toc, toc.
PIRIGALLO: ¿Hay alguien aquí? (se oye ruido de disparos).
MARTE (hablando como robot): Nuestro volcán de 24 kilómetros de alto está erupcionando y nuestro enorme cañón de
cinco mil kilómetros de largo, no deja de disparar. Retírate que estamos en guerra.
PIRIGALLO: ¿Están en guerra? ¡Estos marcianos no pueden con su genio! (Alza los hombros descorazonado y suspira.
Se dirige al público): ¡No puedo entrar en Marte porque están en guerra! ¡Les dejaré una tarjeta! (Saca del bolsillo un
enorme papel, lo desdobla y lo pega en la puerta. En el papel está escrito: NO PELEEN, firmado PIRIGALLO. Mientras
tanto se escuchan disparos y el sonido del viento que sopla).
¡Qué vientos! ¡Qué dunas áridas! ¡Qué canales secos! ¡Adiós, Marte! ¡Me voy a conocer los gigantes del espacio!
(Marte va al fondo del escenario junto con Mercurio y Venus. Pirigallo coge su ave-cometa y da una vuelta alrededor
de la pirámide).
PIRIGALLO (cantando): Mercurio con Venus, con tierra y con Marte, son cuatro planetas de mucho calor.... (etc.)
(Se escucha rumor de tormenta y aparece Júpiter, enorme, vestido de marrón, con las manos llenas de rayos recortados
en cartulina roja y amarilla).
JUPITER: ¡No quiero que nadie se me acerque! ¡Insectos terrícolas!
PIRIGALLO (asombrado) : ¡Júpiter, el gigante! ¡El planeta más grande de la galaxia! ¡Está entretenido lanzando rayos y
centellas, truenos y relámpagos! (Se escuchan los truenos).
JUPITER (desconsolado) ¡Ya nadie me respeta! ¡Mi terrificante mancha roja está desapareciendo! ¡Mi único anillo se
disuelve poco a poco en el espacio! ¡Lunas mías, acompáñenme, protéjanme! ¡Ganímedes, Io, Calisto, Europa: vengan
todas a mí, queridas mías!
PIRIGALLO: Con tantas lunas que le dan vueltas alrededor continuamente, no entiendo cómo puede estar tan
desconsolado. ¡Listo, Calisto! ¡Me voy a investigar el otro gigante del espacio: Saturno!
(Da una vuelta con su ave-cometa alrededor de la pirámide y Júpiter queda atrás con los otros Planetas) ¡Saturno!
(Entra Saturno, vestido muy ricamente con traje dorado o amarillo y con anillos en los dedos, brazaletes en los brazos y
en los tobillos, con collares y aretes).
SATURNO (majestuoso) ¡Soy magnífico! ¡Soy más importante que Júpiter y más bello que Venus! ¡Soy más magnífico
que Lorenzo y más antiguo que las ruinas de Chavín.... (Mira a un lado y a otro reclamando la admiración de los otros
planetas) Poseo anillos, lunas... (Se detiene y observa con asombro a Pirigallo) ¿Has venido a admirarme? (Se pasea
dando vueltas como modelando) ¿De donde vienes, criatura? ¿Habitas acaso en Titán, mi luna más espectacular, o en
alguna de mis otras innumerables lunas?
PIRIGALLO: No vengo de Titán ni de ninguna de sus lunas, Majestad . Vengo aún de más lejos, de un planeta llamado
Tierra.
SATURNO (con orgullo) : ¡Tengo súbditos en toda la galaxia!
PIRIGALLO: Disculpe, Saturno, pero yo he venido a investigarlo y no a rendirle pleitesía. Dígame, ya que usted es un
planeta más pequeño que Júpiter, ¿cuánto mide?
SATURNO (molesto) : ¡Desvergonzado! ¡Descarado! Aunque Júpiter sea más grande que yo, por muy poco, no posee
anillos maravillosos como yo (acaricia los anillos que lleva en los dedos) y se muere de envidia. ¡Impertinente!
¡Maleducado! ¡Qué se ha creído! ¡Largo de aquí!
PIRIGALLO (levanta su ave-cometa para irse): ¡Qué mal carácter! ¡Mejor me voy rápido! (Da una vuelta alrededor de la
pirámide cantando): ¡Alrededor del sol, alrededor del sol, satélites, cometas, meteoritos, estrellas, planetas y
asteroides hay alrededor del sol...!
(Mientras Saturno se retira con los otros planetas al fondo del escenario, entra Urano con traje verde y casco de minero.
Lleva herramientas para excavar las minas)
URANO: No tengo a nadie que me ayude en el trabajo de las minas. Mis pocos anillos no me sirven para nada... están
todavía muy pequeños. (Observa a Pirigallo) ¿Has venido a ayudarme?
PIRIGALLO: Verdaderamente, estoy de paso, nada más. Dígame, diligente planeta Urano, ¿cuáles minerales se
encuentran en sus profundas minas?
URANO: Pues, muchísimos, muchísimos, tantos son que no los puedo ni contar. Por ejemplo tengo platoro, antasio,
plobalto, zincobre, carbuncle.... Además, poseo cinco lunas. Si te quedas conmigo y me ayudas, te las regalo. A mí
realmente, no me sirven de mucho. Trabajo encerrado en las minas todo el tiempo. Haría cualquier cosa con tal de
encontrar un ayudante.
PIRIGALLO: Gracias por su ofrecimiento. No sabría qué hacer con las lunas. No podrían girar alrededor de mí, aunque
me encantaría, porque soy una persona y no un planeta. Y no puedo quedarme a ayudarlo con su trabajo pues debo
seguir mi viaje por la galaxia para investigar y estudiar. ¡Adiós! ¡Regresaré otro día!
URANO: ¡Adiós! ¡Qué pena! ¡Qué pena!
(Pirigallo da media vuelta alrededor de la pirámide y se encuentra con Neptuno, vestido de Rey del Mar, con traje azul,
con un trinche en la mano y una corona en la cabeza. Urano se retira al fondo junto con los otros planetas).
NEPTUNO: ¿Quién ha llegado hasta mis lejanas tierras a provocar mareas y olas en mis océanos?
PIRIGALLO: Disculpe, don Neptuno, quiero decir, su Majestad... ejem... Yo sólo venía a ver si existe algo más, aparte de
usted, naturalmente, en su planeta.
NEPTUNO: ¿Acaso YO no soy suficiente?
PIRIGALLO: Quiero decir, ejem, ¿existen pejesapos, pejestrellas, esteeee, paiches, vacas marinas en sus océanos...?
NEPTUNO (enojado) : Pero, ¿qué atrevimiento es éste?
PIRIGALLO: ¿Además de trinches y coronas.....?
NEPTUNO (dignamente) : Soy Neptuno, mellizo de Urano, como Venus es melliza de la Tierra. Poseo dos lunas de mi
propiedad. Mi luna mayor, llamada Tritón, es aún más grande que el planeta Plutón.
PIRIGALLO: Urano, su mellizo, tiene cinco lunas y deseaba obsequiármelas, aunque yo no sabría qué hacer con tantas
lunas. No me interesan, son inútiles. ¿Qué hacen todo el tiempo? Dan vueltas... Y, usted, ¿trabaja?
NEPTUNO (irritado): ¿Trabajar? ¡Petulante! ¡Exijo un desagravio! De lo contrario, ¡salga de mi reino inmediatamente!
¡Mis lunas, inútiles! ¡Llamarlas inútiles cuando son las mejores del Universo!
PIRIGALLO (gritando, mientras se aleja con su ave-cometa): Para que lo sepa, mi querido Neptuno, Júpiter tiene
innumerables lunas y Ganímedes es mucho más grande que su luna Tritón. Y , Saturno tiene mucho más lunas, y Titán,
también es más grande que su luna Tritón y ¡son todas inútiles!
(Neptuno se retira molesto, al lado de los otros planetas. Aparece Plutón con traje blanco, vestido de esquimal)
PIRIGALLO (cantando): ¡Qué lejos estoy del cielo donde he nacido...inmensa nostalgia invade mi pensamiento...y al
verme tan solo y triste cual hoja al viento, quisiera llorar, quisiera reír de sentimiento!
PLUTON: ¡Estoy perdido en medio del espacio! ¡Vivo tan alejado de todo lo demás que nunca viene alguien a verme!
(Ve a Pirigallo y se le acerca muy contento y afable)
Pase, pase adelante, gallardo viajero y visitante. Es ésta la primera vez que vienen hasta este desolado lugar. ¿Es usted
algo, o alguien? Bueno, es lo mismo. Su visita me llena de júbilo. Dígame, dígame: ¿Ya está listo el camino?
PIRIGALLO (tiritando de frío) ¡Eso, no no lo sé! ¡Es estoy so solamente en vi viaje de inspección. Brrr. No no le veo
futuro a su pla planeta, mi querido Plu Plutón. Es de demasiado helado, pequeño, le lejano del sol y sobretodo mu u u y
frío. Brrrr.
PLUTON: Así es, amigo, así es. Pero yo estoy preparado para el turismo. Este territorio que ve aquí es el sitio ideal para
los deportes invernales, el patinaje en hielo, para el esquí, las carreras en trineo. ¡Fíjese usted! Además, a Charon le
encanta organizar grupos, es muy eficiente.
PIRIGALLO: ¿Charon?
PLUTON: Así es, Charon. Mi luna compañera.
PIRIGALLO: ¿ Organiza grupos de qué?
PLUTON: Grupos de todo. De carámbanos helados, de bolas de nieve... en fin, de todo lo que se encuentra por aquí,
¿no?
PIRIGALLO (saca del bolsillo una bandera donde está escrito: PIRIGALLO LLEGÓ HASTA AQUÍ, y se la entrega a Plutón) Mi
querido amigo, le agradezco su hospitalidad. Dejo un abrazo muy caluroso para Charon, a ver si se entibia un poco. Yo
debo irme. He venido solamente a plantar mi banderita. Si hay otros planetas después de usted, que se queden
desconocidos. Yo me regreso a casa. Brrr. Aquí debe ser donde el diablo perdió el poncho...
PLUTON: ¡No se vaya tan rápido! ¡Debo contarle que en el mes de octubre..... los turrones...
PIRIGALLO: Me viene una melancolía... en ninguna parte se está mejor que en su tierra. ¡Adiós! ¡Adiós! (Coge su ave-
cometa y da unas vueltas alrededor de la pirámide) ¡Dirección: Tierra! ¡Velocidad: lo más rápido que se pueda!
(cantando) ¡Alrededor del sol, alrededor del sol.... etc)
(Sale de escena Pirigallo apresuradamente, cogiendo su ave-cometa. Luego r egresa y se coloca entre Venus y Marte,
representando al planeta Tierra).
PLANETAS: (avanzando lentamente alrededor de la pirámide, cantan):
Mercurio con Venus con Tierra y con Marte, son cuatro planetas de mucho calor,
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno son cuatro gigantes distantes del sol,
Plutón, pequeñito, blanquito y helado, perdido en el espacio, lejos llegó.
ESCENA III
PIRIGALLO CONTINENTAL
PIRIGALLO GEOMETRA
PIRIGALLO: Buenos días, buenas noches, buenas tardes a todos. Ustedes ya me conocen, ¿verdad? Soy su amigo
Pirigallo. ¿Saben, queridos amiguitos, que todo lo que existe sobre la tierra tiene forma? La materia tiene una forma
aunque esa forma sea informe. Y las formas más importantes para medir dicha materia son las figuras geométricas.
Hoy deseo presentarles diversos personajes y ellos les van a explicar sus funciones.
¿Para qué sirven las Figuras Geométricas? ¡Todo empieza con un punto! ¡Que pase la señorita Puntito!
(Entra la Srta. Puntito, llevando un gran punto negro de cartulina en la mano).
PIRIGALLO: Buenos días, Punto de mi interés, ¿sería tan amable de presentarse a mis amiguitos?
PUNTO (al público): Yo soy un personaje muy útil. Mi cuerpo es un punto. Soy decisiva. Cuando alguien desea
terminar algo, ¡zas! pone un punto y se acabó. Soy la conclusión de todos los discursos más importantes.
PIRIGALLO: Y de los que no son importantes...
PUNTO (ofendida): ¡Claro que no! Los que no son importantes no los dejan terminar. Lógico, ¿no?
Se divisa el Punto, o sea yo. Se determina el Punto, o sea yo. Se recalca el Punto, o sea yo, y se llega al Punto
culminante, o sea, a mí.
PIRIGALLO: ¡Bravo, bravo, señorita Puntito! Ponemos ahora un punto a su discurso, si me permite, y seguimos
adelante. Deseo presentarles una línea de puntos: la línea Recta.
(Entra la Línea Recta con una regla en la mano)
LINEA: Buenos días a todos... maestro Pirigallo, Srta. Puntito.
PIRIGALLO: Deseo que explique a estos niños su función, señora.
LINEA (al público): Pues bien, yo soy un personaje esencial. Si desean llegar lo más rápido posible de un lugar a otro,
¿qué usan ustedes?
PIRIGALLO: ¡Un taxi!
LINEA: ¡Qué tonto eres! ¡Se usa la Línea Recta!
PIRIGALLO: Si no hay esquinas en la calle...
LINEA (sin hacerle caso, colocando la regla delante de sus ojos en forma horizontal primero y luego en forma vertical) :
Cuando me recuesto sobre el horizonte me convierto en ¡Línea Horizontal!, y cuando sostengo los muros de los altos
edificios modernos soy ¡una Línea Vertical!
PIRIGALLO: ¿Tienes otros familiares?
LINEA: Dos hermanas gemelas llamadas Líneas Paralelas. Caminan siempre cerca una de otra pero no se juntan nunca.
PIRIGALLO: ¡Todo lo contrario de la Línea Perpendicular!
LINEA: Para no hablar de la Línea Transversal, (en forma despectiva) a veces tan oblicua.
Cuando soy feliz, me enrosco como serpentina y me convierto en una Línea Circular.
PIRIGALLO: ¡Alto allí! Si no le ponemos punto a esta Línea, tampoco termina de hablar. (Al público) Tienen que saber,
amiguitos, que cuando una Línea Circular se cierra, se convierte en círculo... Entre, por favor, caballero. (Entra don
Círculo, con un enorme círculo de cartulina) Les presento a la primera Figura Geométrica: ¡el Círculo!
CIRCULO: Soy vital, soy indispensable, soy eterno. Yo nunca termino. Pueden dar vueltas alrededor de un círculo, o
sea, de mí, sin detenerse jamás. Je , je, je. Vivo rodando de aquí para allá, entre el Círculo Deportivo y el Círculo
Militar.
PIRIGALLO (señalando el cielo, se supone que al sol): ¡Los antiguos lo adoraban!
CIRCULO: Mi diámetro es sumamente equilibrado. Mi circunferencia me rodea completamente y mi radio está
siempre en onda.
PIRIGALLO: ¡Cuéntenos de su familia, estimado don Círculo. ¿Cómo están?
CIRCULO: ¡Magníficamente bien! El Cilindro crece día a día y adelgaza, y doña Esfera está cada día más redonda, je, je,
je, aumentando su volumen.
(Entra el Triángulo apresuradamente. Trae un triángulo de cartulina)
TRIANGULO: ¡Buenos días, maestro Pirigallo. ¡Espero que no se haya olvidado usted de mí!
PIRIGALLO: ¡Cómo puede decir eso, don Triángulo! Justamente lo estábamos esperando.
TRIANGULO: He hecho un viaje muy largo desde tierras lejanas. Usted sabe que hay muchos triángulos en Egipto, pues
bien, tuve que escaparme de una Pirámide para llegar a tiempo.
PIRIGALLO: ¿No lo dejaban salir?
TRIANGULO: Así es, fíjese usted, así es. Y hasta se me han despeinado los catetos (se pasa una mano por el cabello).
PIRIGALLO: Puede estar seguro que su presencia aquí es valiosa y trascendental.
TRIANGULO (agitado) ¡Eso no es todo! ¡El Cono y el Rombo me estuvieron persiguiendo para venir a la presentación,
pero no he querido traerlos! ¡Ya tengo suficientes ángulos con los míos y se vuelven tan obtusos a veces!
PIRIGALLO (al público) : ¡Qué tipo tan agudo!
(Entran en escena el Cuadrado y el Rectángulo, llevando un cuadrado y un rectángulo de cartulina).
PIRIGALLO: ¡Discúlpeme don Triángulo, veo que llegan otros invitados. (Dirigiéndose a los recién llegados): ¡Adelante!
(al público) ¡Tengo el placer de presentarles, queridos amiguitos, a Doña Cuadrada y a su marido el Doctor Rectángulo.
CUADRADO: ¡Buenos días! Ha sido usted muy amable en invitarnos, maestro Pirigallo. Mis ángulos rectos se han
quedado llanos de emoción. A pesar de tener una silueta muy cuadrada, yo soy perfecta, y también genial.
PIRIGALLO: Seis cuadrados componen un cubo y los niños adoran jugar con los cubos.
CUADRADO: A pesar de todo, a veces me confunden con el cuadrado de la hipotenusa... ¡Error radical! (suspira)
Además de cubos, formo miles de otras cosas, por ejemplo, sirvo para mirar.
PIRIGALLO (asombrado): ¿Cómo que para mirar?
CUADRADO: Claro, cuando estoy hecha di vidrio, me colocan en las ventanas y sirvo para mirar hacia fuera.
PIRIGALLO: ¡Ah, en la ventana, claro!
RECTANGULO: Querida mía, como siempre, estás hablando disparates. Déjame explicar a nuestro público lo notable de
MI misión. Primeramente diré que yo solo valgo el doble de ti: estoy formado por dos cuadrados...
CUADRADO (molesta): ¡Vanidoso! ¡Yo también puedo decir que estoy compuesta por dos rectángulos!
RECTANGULO (sin hacer caso de la interrupción): El Rectángulo, mis queridos amiguitos, o sea YO, sirvo para infinitas
cosas. En construcción por ejemplo: piensen nada más en los ladrillos.
PIRIGALLO (explicando al público) El ladrillo es un prisma, hecho de seis rectángulos.
RECTANGULO: Todo lo que les rodea es prácticamente rectangular: la cama, el diván, los libros. Todos son
rectangulares. Por eso YO soy la figura más destacada de la Geometría. Además los rectángulos......
PIRIGALLO (interrumpiendo): Veamos, ¿ahora, qué viene?
RECTANGULO (haciendo caso omiso a Pirigallo): son dos cuadrados. Los cuadros son rectangulares, las ciudades...
piénsenlo bien, son rectangulares; los árboles, casi todos son rectangulares, las flores y las mariposas son....
PIRIGALLO (desesperado, lo interrumpe y lo lleva hacia atrás a empujones): ¡Ya basta! ¡Qué tipo tan insoportable!
¡Señor Pentágono! ¡Entre usted, por favor! ¡Último invitado y no menos interesante!
PENTAGONO: Soy una figura poligonal compuesta por cinco ángulos y cinco líneas rectas. Poseo un área tortuosa, nada
simple. Úsenme sólo para dibujar casas y estrellas.
PIRIGALLO: Tiene otras hermanas: la figura Hexagonal, la Heptagonal, la Octogonal y muchas más.
PENTAGONO: Todas somos puntiagudas y no nos deslizamos fácilmente. Acuérdense de mí. ¡Soy figura sustancial y
entrometida!
PIRIGALLO: Hemos terminado, amiguitos. Aquí tienen ante ustedes a la familia geométrica: (los nombra mientras las
figuras desfilan por el escenario) El Punto, representado por la señorita Puntito; la Línea Recta, el Círculo, el Triángulo,
de tres puntas como el famoso sombrero; doña Cuadrada y el doctor Rectángulo, y finalmente, el Pentágono.
TODOS: Somos ayudantes de la Geometría
Recuérdate del Círculo al mediodía,
El Triángulo en la orquesta,
El Cuadrado en la ventana,
El Rectángulo es ladrillo y es pesado.
No olvides el Pentágono y la Línea Recta
Y pon punto final a esta linda fiesta.
¡Que viva el maestro Pirigallo! ¡Que viva!
RECTANGULO: ¡Que viva el maestro Ciruela!
PIRIGALLO: ¿Por que me llaman maestro Ciruela?
RECTANGULO: Porque sabes un poco de todo pero no sabes mucho de nada. De mí, por ejemplo. Yo quería decir que
también ha nubes rectangulares, mares rectangulares......
TODOS: ¡Abajo con él! ¡Fuera, fuera!
(Sale el rectángulo perseguido por todos los personajes que le gritan detrás).
ESCENA V
PIRIGALLO TROTAMUNDOS
PIRIGALLO: Soy Pirigallo, el trotamundos,
Vagabundo de oficio y sin prejuicio,
Salí de casa a recorrer el mundo
Y a conocer casos, casas y otras cosas.
Un año tiene doce meses
Y hoy les voy a presentar
Doce meses que han pasado
Y siempre regresarán...
(Entra un niño vestido con túnica árabe que representa ENERO, llevando un regalo entre las manos, que se supone es para
el Niño Jesús)
¡Aparece el primer mes del año que es el mes de Enero:
llega junto con las vacaciones y los Reyes Magos.
ENERO: Bajan tres magos que son reyes, con oro, incienso y mirra...
PIRIGALLO: Buscando a un Rey que es niño, nacido en un pesebre...
ENERO: Yo soy el mes de Enero, primero en cada ocasión,
Mes de Reyes Magos, mes de vacaciones y de diversión...
(Aparece Febrero vestido con antifaz, mientras Enero se retira hacia el fondo)
PIRIGALLO: El segundo es corto y es Febrero....
FEBRERO (asomando por un lado): ¡En Febrero es Carnaval!
PIRIGALLO: ¡Recorriendo la ciudad con antifaz, vi casas con techos y sin techos!
FEBRERO (asomando por el otro lado): ¡En Febrero es Carnaval!
PIRIGALLO: ¡Con ventanas, sin ventanas...
FEBRERO (tirando sobre Pirigallo y sobre el público serpentinas y picapica): ¡En Febrero es Carnaval!
PIRIGALLO: (habla apresuradamente, quitándose las serpentinas de encima) Con puertas, sin puertas, casas feas, casas
bonitas, de todos tamaños y formas... ¡
FEBRERO (al público) : ¡Soy el mes de Febrero y si ustedes no lo saben, en Febrero es Carnaval!
(Entra Marzo, vestido con ropa de playa y tabla hawaiana bajo el brazo)
PIRIGALLO: ¡En Marzo vi el inmenso mar lleno de estrellas de mar!
MARZO: ¡Un mar lleno de peces, con algas, con botes, con barcos!
PIRIGALLO: ¡Los peces nadaban, las algas flotaban
Los botes navegaban, los barcos naufragaban...
MARZO: Soy el mes de Marzo, y si estás de vacaciones, soy mes de exploraciones y de grandes descubrimientos.
PIRIGALLO: ¿Cuáles descubrimientos?
MARZO: ¡El descubrimiento de que al regreso va a empezar el colegio!
(Entre Abril vestido de colegial, con libros bajo el brazo) ¿No decía yo?
ABRIL: ¡Se acabó la fiesta, comienza la orquesta!
PIRIGALLO: En Abril entré al mundo extraño, impredecible de la escuela: libros, loncheras, lápices con punta, lápices sin
punta, borradores que no escriben, lapiceros que no borran....
ABRIL: ¡Buenas notas azules, malas notas coloradas!
PIRIGALLO: En fin, una confusión....
ABRIL: Amiguitos, la escuela es la esencia de la ciencia...
PIRIGALLO (lloriqueando) ¡Se acabaron las vacaciones!
ABRIL: ¡La escuela es interesante, la escuela es importante, la escuela es emocionante, la escuela es....!
ENERO, FEBRERO Y MARZO (lo llaman desde el fondo) ¡A su sitio! ¡A su sitio!
PIRIGALLO: (a Abril) Ahora basta que tengo otros invitados...
(Mientras Pirigallo lleva a Abril hacia el fondo donde están los otros meses, se acerca Mayo vestida de flor, con una flor en
la mano)
MAYO: Soy el mes de Mayo, lleno de color, lleno de dibujos y de inspiración.
PIRIGALLO (enseña un dibujo al público) En Mayo dibujé un precioso cuadro por el Día de la Madre.
MAYO: Era un jardín de flores...
PIRIGALLO (señalando el cuadro) Flores redondas y cuadradas
MAYO: grandes y pequeñas
PIRIGALLO: Y de variados colores....
(Mientras Mayo se retira hacia atrás llevándose el dibujo, entra Junio, vestido de invierno, con grandes anteojos, reglas
enormes de cartón bajo el brazo y una pizarra donde va escribiendo números)
PIRIGALLO: En junio entra el invierno, pero no entran las matemáticas (Se golpea la cabeza con un puño) Así descubrí el
increíble y dificilísimo mundo de los números y conocí a los números flacos....
JUNIO: Que son : uno... siete... once...
PIRIGALLO: Y los simpáticos números gordos...
JUNIO: Cero... cinco... tres...ocho.... ochocientosochentiocho...
(Junio escribe en la pizarra mientras habla de prisa) Multiplicado por...sumando luego... restando.... dividiendo.... dos
por dos son veinticuatro.... veinticuatro menos dos son ochocientosochentiocho.... (Junio sigue escribiendo en la pizarra
mientras se le caen las reglas y Pirigallo las recoge, y lentamente se retira junto a los otros meses. Entra Julio en escena,
vestido con uniforme de soldado y llevando una bandera roja, blanca y roja)
PIRIGALLO: ¡En Julio dibujé mi bandera en el cuaderno!
JULIO (marchando) ¡Un, dos! ¡Un, dos! ¡Un, dos!
PIRIGALLO: ¡La pinté de rojo, blanco y rojo y marché por el patio de la escuela con la bandera al viento...
JULIO (haciendo un saludo militar) Soy el mes de Julio: ¡mes independiente desde el veintiocho de Julio de mil
ochocientosveintiuno! ¡Un, dos! ¡Un, dos! ¡Un, dos!
(Se coloca en fila con los otros meses y entra el mes de Agosto, vestido de invierno con chompa y bufanda, llevando en la
mano una cometa o barrilete).
PIRIGALLO: En Agosto aproveché el viento y fui a volar mi cometa en el Parque de Las Leyendas. En el zoológico vi
cóndores y pumas, llamitas y monos, un oso hormiguero, un tucán de enorme pico, dos caimanes y muchas mariposas.
AGOSTO: ¡Animales con colas y sin colas.!
PIRIGALLO: ¡Con muchas patas!
AGOSTO: ¡Con pocas patas!
PIRIGALLO: ¡Con pelos, con escamas y con plumas!
AGOSTO: Soy el mes más invernal y húmedo en la costa, tengo frío en la sierra y en las altas punas, nieve en las cumbres
de los Andes, poca lluvia en la selva y allí ¡soy verano!
(Se retira Agosto y entra el mes de Setiembre con un cartel donde dice setiembre , escrito con algunas las letras al revés).
PIRIGALLO: En setiembre, inspirado por la primavera, llegué a reconocer algunas letras y aprendí a escribir, pero muchas
letras se me hicieron laberinto (corrige el cartel con un plumón).
SETIEMBRE (al público) Repite: Mata la rata con la lata rota, chapa la pata con la pluma flaca, coge la plata de la caja
chata...
PIRIGALLO: Mata la plata con la pluma coja, estee... coge la rata con la chata paja.... chapa la coca con la lata flaca.....
SETIEMBRE: No, no, no y no...
PIRIGALLO: ¿Ven? ¡Las letras se me hacen laberinto!
(Setiembre se retira hacia el fondo, alzando los hombros y desaprobando con la cabeza y las manos. Entra Octubre
vestido de morado).
OCTUBRE: Soy el mes del Señor de los Milagros...
PIRIGALLO: En Octubre me dediqué a pintar todos los vestidos de morado, mezclando el color rojo y el azul...
OCTUBRE: ¡Soy el mes morado!
PIRIGALLO: Luego descubrí el anaranjado, mezclando rojo y amarillo...
OCTUBRE: ¡La ciudad de Lima se viste de morado y sale en procesión!
PIRIGALLO: Finalmente, pinté Lima de color verde, cuando mezclé el amarillo y el azul..... toda de verde.....
OCTUBRE: ¡Soy el mes morado!
PIRIGALLO: ¡He dicho verde!
OCTUBRE: ¡Morado!
PIRIGALLO: ¡A su sitio!
(Octubre se retira y entra Noviembre vestido de semáforo)
PIRIGALLO: En Noviembre comienza el ajetreo, están todos apurados para terminar el año, los autos corren y truenan
por las calles y el tráfico se vuelve insoportable.
NOVIEMBRE: Hay que atravesar las calles con mucho cuidado, mirando a ambos lados que no vengan esos monstruos sin
cabeza: ¡los automóviles!
PIRIGALLO: Que tocan bocina, y arrancan y frenan y corren y gritan y suenan y truenan..
NOVIEMBRE: Observen el semáforo: si indica luz roja no se atraviesa, si hay luz verde, sí se puede pasar, pero siempre
con muuuuucho cuidado....
PIRIGALLO: ¡Estén atentos a las señales del tránsito!
NOVIEMBRE: ¡Lo mismo digo yo!
(Noviembre se retira hacia el fondo y entra Diciembre cargado de regalos)
PIRIGALLO: En Diciembre respiré la paz y recibí regalos...
DICIEMBRE: ¡En Diciembre es Navidad!
PIRIGALLO: ¡Montañas de regalos, y la más grande se llama Huascarán!
DICIEMBRE: En Diciembre nació el Niño Jesús y nos trajo de regalo: AMOR Y PAZ.
PIRIGALLO: Regalos, metros de regalos (saca una pita del bolsillo y la mide con los brazos) En Navidad me regalaron:
¡un kilómetro de pita!
DICIEMBRE: No se olviden de ser buenos en Diciembre, mejor dicho, siempre, pero sobre todo en Diciembre.
PIRIGALLO: Como ven, amiguitos, ellos todos son sus amigos. Ellos son los doce meses del año.
MESES: Somos los doce meses del año: Enero, Febrero, Marzo y Abril,
PIRIGALLO: ¡Vamos a la playa y a divertir!
MESES: Pasa el verano y ya llega el otoño: ¡Mayo con Junio y ya Julio está aquí!
PIRIGALLO: Llega el invierno y ya me resfrié, pero en el estudio no hay que dormir...
MESES: Agosto, Setiembre, Octubre y Noviembre
PIRIGALLO: ¡Mejor primavera!
MESES: ¡Llega Diciembre y todo comienza otra vez así!
La Asamblea de los Ratones.
Personajes:
Titino
Ramona
Ratón Pérez
Ratón Ramón
Ratona Cola flaca
Otros ratones
Gato
Fábula de Iriarte
Escenografía
El interior de una cueva de ratones o un telón liso.
Ideas para la Representación:
Para representar esta divertida fábula de Iriarte, hay que hacer unos ratones, claro. Procuren hacerlos diferentes unos
de otros: uno flaco, otro panzón (dentro de la funda le cosen una como almohada), uno bigotón, el otro con anteojos.
Puede no tener escenografía pero sí deben hacer una mesita o conseguir una de juguete. Hay que tener una campanita
que pueden atar a la pata del ratón con una liga.
Texto:
Aparece doña Ramona y husmea por todas partes. Entra Titino.
Titino
Buenos días, doña Ramona. Hace rato que la veo muy preocupada.
Doña Ramona
¡Cómo no lo voy a estar, Titino! Hace muchísimo rato que se fue el ratón Pérez y ésta es la hora que no vuelve.
Titino
preocupado
¡Qué barbaridad! ¡Ojalá no se haya topado con el gato!
Doña Ramona
¡Ni lo digas! ¡Qué apuración!
Entra corriendo el ratón Pérez. La ratona Ramona lo besa y lo abraza
Ratón Pérez
sofocado
¡Por fin estoy en casa! ¡Vaya susto que me llevé! ¡El gato me dio una corretiza que por poco me deja sin la cola!
Doña Ramona
quejumbrosa
El gato de antes era flojo y dormilón y vivíamos más o menos tranquilos. Pero ese gato güero es una verdadera
desgracia.
Titino
La semana pasada se llevó a dos primos nuestros y los guisó en pipián.
Doña Ramona
Tenemos que pasarnos la vida encerrados y con hambre. Ya no me atrevo a salir ni de día ni de noche.
Ratón Pérez
Bueno, bueno, basta de quejumbres. Tenemos que hacer algo y pronto.
Titino
entusiasmado
¡Ya sé! Hagamos una junta de todos los ratones del barrio. Entre todos podremos pensar mejor cómo defendernos del
gato.
Ratón Pérez
¡Eso es! ¡Gran idea! Una junta… una asamblea.
Titino grita
¡Compañeros ratones! ¡Vengan! ¡Tenemos asamblea! Es muy urgente. (Se dirige al público) Por favor, ayúdennos a
llamar a los ratones…
Van apareciendo varios ratones en escena. Se acomodan en grupo. Un ratón saca una mesa. Todos alborotan y chillan
en gran desorden.
Titino
toca una campana
¡Cállense ya, por favor! (sigue tocando la campana)
Cesan los chillidos.
Ratón Ramón
se sube a la mesa y grita
En este momento me nombro presidente de esta honorable asamblea y les digo a todos los respetables ratones y
ratonas aquí reunidos en este hermoso día lleno de sol, con un cielo en donde se pasean unas nubecillas color rosa…
(Murmullos de desaprobación)
Ratón Pérez
Enojado
(Grita) ¡Que no hable tanto el presidente de la asamblea! ¡Al grano! ¡Al grano!
Titino
burlón
Al gato, querrás decir. (Risitas)
Varios ratones
al mismo tiempo
¡Pido la palabra!
¡Yo también!
¡Yo quiero hablar!
¡Y yo!
¡Yo, por favor!
Titino toca la campana desesperadamente. Cesan las voces.
Ratón Ramón
con voz engolada
Como les iba diciendo… estamos aquí reunidos para decidir qué hacer con ese gato güero, bigotudo, macanudo y
corajudo. ¿Quién puede darnos una buena idea?
Murmullos por parte de toda la asamblea
Ratón Pérez
¡Yo!… Pido la palabra.
Varios ratones
Que hable… que hable…
Ratón Pérez
nervioso
Pues… este… yo… com… pañeros… se me hace… este…
Varios ratones
¡Que se siente!
¡Que se calle!
¡No tiene nada que decir!
¡Qué lata!
Ratón Ramón
Orden y respeto, señores ratones. Titino tiene la palabra.
Titino
Me parece que sería una buena idea amarrar al gato.
Varios ratones
al mismo tiempo
¡Eso no sirve!
¡Es muy complicado!
¡Somos muy chiquitos!
¡No tenemos fuerza!
Ratón Ramón
¡Por favor, señores! Si hablan todos al mismo tiempo… nunca nos podremos entender. ¡Qué ratones tan indisciplinados!
Titino
al público
¿Por qué diría que estamos aplanados?
Ratona Cola Flaca
muy modosa
Pido la palabra…
Ratón Ramón
un poquito chistoso
Tómela, señorita. ¿Cuál de todas quiere?
Ratona Cola Flaca
Yo opino que sería bueno echarle pintura en las patas al gato y así nos daremos cuenta si ya pasó.
Varios ratones
¡Es una buena idea!
¡No está del todo mal!
¡A mí me late esa idea!
Campanazos para hacer orden.
Titino
No estoy de acuerdo, compañeros. Porque si el gato se pasea por todas partes con las patas pintadas, no sabremos nunca
dónde está.
Ratón Pérez
Entonces nombraremos guardias para que nos avisen si viene.
Ratones patean el suelo en señal de desaprobación y chiflan
Varios ratones
¡El gato se comerá a los guardias!
¡Vaya ocurrencia!
¡Sigamos pensando!
Campanillazos. La Ratona Cola Flaca hace señal de pedir la palabra
Titino
La ratoncita Cola Flaca tiene la palabra
Ratona Cola Flaca
Si me lo permite la asamblea, humildemente propongo otra idea: vamos a colgarle un cascabel al gato.
Varios ratones
¡Claro!
¡Es una idea genial!
¡Un verdadero descubrimiento!
¡Viva la Ratona Cola Flaca!
Aplausos entusiasmados de la asamblea. Campanillazos para reestablecer el orden.
Ratón Ramón
Se somete a votación. (Todos levantan la mano)
¡Aprobado!
Aplausos, murmullos, campanillazos.
Ratón Pérez
Pido la palabra, me la tomo y pregunto: ¿quién le pondrá el cascabel al gato?
Murmullos de preocupación.
Varios ratones
¡He ahí el gran problema!
¡El enorme problema!
Se hace un corto silencio.
¡Yo tengo muchísimo catarro! (Estornuda)
¡Yo estoy tan gordo que no puedo correr!
¡De puro flaco, me caigo!
Yo no puedo ver de lejos.
No veo de cerca
Estoy medio sordo.
Me duelen mucho los callos…
¡Yo no me atrevo!
Todos hablan casi al mismo tiempo. Campanillazos.
Ratón Ramón
¡Orden! ¡Por caridad! ¡Orden!
Se hace un silencio corto.
Voces de toda la asamblea
Todos hablan al mismo tiempo.
¡Te digo que te calles!
¡Tú eres el único que quiere hablar!…
¿Por qué no cierras la boca?
Los ratones corren de un lado para otro. Se tropiezan y se pegan.
¿Y tú, qué?
¡Estoy malo del corazón!
¡Ay… ay… no me pegues!
¡Eres un cobarde!
Surge de abajo un actor con máscara de gato güero y todos los ratones corren de un lado a otro
Ratón Pérez
grita
¡El gato, compañeros! ¡Sálvese quien pueda!
Todos van saliendo. El gato atrapa un ratón y sale de escena con él.
DE AZUCENA LA CENA
Autora: Adela Basch
Personajes:
AZUCENA
MOZO
( LA ESCENA TIENE LUGAR EN UN RESTORÁN ELEGANTE. ENTRA AZUCENA, MUJER MUY BIEN VESTIDA Y SE SIENTA A UNA
MESA. EN CUANTO SE ACERCA EL MOZO, SE LEVANTA UN INSTANTE, LO TOMA DEL BRAZO Y LO CONDUCE HACIA SU
MESA.)
AZUCENA (HABLA RÁPIDO.) Buenas noches, señor. Por favor, ¿me podría atender enseguida? Estoy apurada.
MOZO ¿Qué dice, si la podría tender? ¿Dónde quiere que la tienda?
AZUCENA Disculpe, dije si me podría atender.
MOZO Sí, ya escuché, me preguntó si la podría tender. Esto es un restorán, no es un lugar para que la gente se tienda. Si
se quiere tender vaya a tenderse a un sillón, a un sofá o a una plaza.
AZUCENA ¿A una plaza? ¿Para qué?
MOZO Para tenderse en un banco, si quiere.
AZUCENA Yo a los bancos voy a pagar las cuentas, no a atenderme. Para atenderme voy a...
MOZO (LA INTERRUMPE) Claro, para tenderse viene al restorán. Pero aquí la gente no viene a tenderse, viene a comer. Si
quiere tenderse vaya a otro lado.
AZUCENA Señor, usted no me entiende, yo no quiero tenderme.
MOZO Señora, usted me preguntó si yo la podría tender. Y yo a los clientes no los tiendo.
AZUCENA Yo no sé si los tiende, pero ¡me parece que no los entiende!
MOZO (IRRITADO) ¡Claro que los entiendo! Pero no los tiendo. Lo único que a veces tiendo es la ropa: camisas, medias,
pan...
AZUCENA (LO INTERRUMPE) ¡Pan! Justamente, podría ir trayendo pan, por lo menos.
MOZO Señora, yo me refería a pantalones.
AZUCENA ¿Pantalones? ¿Para qué quiero que me traiga pantalones? Si quisiera pantalones no vendría a un restorán,
iría a una tienda de ropa. Si vengo acá, es para comer.
MOZO ¿Y por qué no come en lugar de hablar tanto?
AZUCENA ¿Cómo quiere que coma si usted no me trae nada, ni siquiera me muestra las entradas?
MOZO Señora, usted de entrada tomó las cosas mal.
AZUCENA ¿Qué voy a tomar mal si no me trajo nada para tomar? Ni agua me trajo...
MOZO Si usted me pide que la tienda yo no sé qué traerle.
AZUCENA Señor, por favor, entienda: no le pido que me tienda, ¡sino que me atienda!
MOZO ¿Y por qué no empezó por ahí? Si usted no es clara yo no la puedo atender.
AZUCENA ¡Señor, sepa que yo no soy Clara! Nunca fui Clara ni lo voy a ser. A mí me llamaron siempre Azucena.
MOZO ¿A mi cena? ¿Quién la llamó a mi cena?
AZUCENA ¿A su cena? Nadie me llamó a su cena.
MOZO Pero, ¿en qué quedamos? ¿No acaba de decir que siempre la llamaron Azucena?
AZUCENA ¿Y a la cena de quién quiere que me llamen? Señor, ¿por qué no la termina con esta escena y se ocupa de mi
cena?
MOZO Señora, no la entiendo. Usted dijo que la llamaron a mi cena, y acá la que viene a cenar es usted, no yo. Yo estoy
trabajando de mozo.
AZUCENA Sí, de mozo... demos o... demos o... otra oportunidad a esta situación. Mire, ¿por qué no me trae algo para
comer?
MOZO Cómo no. ¿Le gustaría como entrada probar unos tomates rellenos?
AZUCENA Podría ser. ¿Están buenos?
MOZO Claro, son tomates de quinta.
AZUCENA ¡Tomates de quinta! ¡Lo único que faltaba! ¡Y lo dice tan campante! Señor, sepa que si vengo a un restorán es
para que me sirvan comida de primera, no de quinta.
MOZO Pero, señora, justamente, son tomates de quinta, excelentes...
AZUCENA (SE LEVANTA Y SE ACERCA A LA PUERTA) ¡Quédese con su entrada, que yo prefiero la salida! ¡Mal educado!
¡Vaya a ofrecer sus tomates a otro lado!
EL PATINILLO
( Grupo de señoras cosiendo y haciendo puntos, mientras cotillean de todo lo que se les antoja)
Sña María.- (Mientras hace un jersey de punto) .- Habéis oído la última noticia sobre la vecina del segundo. Creo que
tiene un nuevo pretendiente. Yo no lo he visto, pero me lo han contao.
Carmencita.- La gente es mu mal hablá ; no hay que hacer mucho caso a las habladurías. Yo la veo una chica mu formal
y mu decente; además está en la edad de merecer. ¡Ya quisiéramos nosotras!
Eduvigis.- Tú, Carmencita eres más inocente que un cubo; esa, es una espabilá, te lo digo yo. Va a la caza de un buen
marío con buen jornal que la mantenga y la quite de trabajar en la Tabacalera, que ser cigarrera no le gusta a naide.
Rosario.- Yo la veo mu presumía y creerá que le sientan bien los vestíos que se pone; amos, que me pongo yo eso y mi
marío me echa de casa.
Nicolasa.- Hombre, pues que queréis que os diga, yo la veo bastante mona, la muchacha es joven y bonita y too le
sienta bien. No hay más que ver como la miran tos los hombres del patio, que a toos se les cae la baba.
Rosario.- Pues tú no pues hablar porque el tuyo es uno de los que más la mira.
Nicolasa.- ¡La miran toos, no te digo! Haber si es que el tuyo mira pa otro lao; y se la come con la mirá.
Eduvigis.- Bueno, bueno señoras, tengamos la fiesta en paz; mira, por cierto , hablando del rey de Roma ...ahí viene.
Sarita.- Buenas noches, tengan toas ustés . Cuando venía pa ca y las veía cuchichear desde lejos mirando hacia mí, me
he dicho a mi misma: Sarita, ya están toas tratando de averiguar hasta tu partía de nacimiento, así que facilítales la
labor pa que no la tengan que quebrarse la sesera, y sálvese quien pueda., naturalmente.
Sña María.- ¡Hay hija, Qué importante se cree usté!, ¿no?
Sarita.- No, hija, son ustés las que me dan la importancia que yo no tengo, ni merezco, porque hay noticias más
importantes en el país, que mi humilde condición. Pero pa saciar la curiosidá de algunas de ustés, les diré que soy
cigarrera, que me mudao hace poco a esta casa y que estoy soltera y sin compromiso, pero eso sí, como soy bien
parecía, se fijan en mí muchos hombres, entre ellos sus maríos, pero yo no tengo la culpa. Así que atenlos corto, a ellos,
no a mí ¡Queden toas ustés con Dios!
Eduvigis.- ¡Habrase visto, una niña más insolente!
Sña. María.- ¡Presumida!
Rosario.- Yo no he visto una insolencia mayor.
Sña María.- No la teníamos que haber permitío ese descaro; la próxima vez la voy a dar una guantá que.. ( Haciendo el
gesto )
Carmencita.- No dé usté tantas guantas, hombre; la verdá es que tiene parte de razón , desde que ha venío aquí no
hemos hecho más que criticarla, ninguna la hablao pa ofrecer su amistá y en cuanto a si la miran nuestros maríos ¿de
quien es la culpa?
Sña María.- ¿No me negará Vd, que la niña es una orgullosa y una descará ...
Carmencita.- No será que nos corroe un poco la envidia al ver en Carmencita, lo que nosotras ya hemos perdío: su
juventud, su alegría, su desparpajo.
Eduvigis.- Hombre, que una tan poco está mal, que no somos un grupo de uvas pasas de la última cosecha de
Valdepeñas.¡No sea Vd tan derrotista, mujer.
Carmencita.- ¡Claro! Pero hemos perdío su frescura, su gracia, nos hemos hecho más viejas antes de tiempo; nos
pasamos la vida “cotilleando” a los demás.
Eduvigis.- ¡Qué exagerá! Nosotras solo comentamos los sucesos de socieda´.
Carmencita.- ¿De qué sociedad?
Eduvigis.- ¿De qué sociedá va a ser mujer, pues de la nuestra, porque nosotras no tenemos capacidá pa criticar a las
sociedades de más alta alcurnia, que si pudiera..., porque también tien lo suyo.
Rita.- ¡Hola a toas! Vengo mu contenta y quiero compartir con Vds la buena noticia ¡
Todas.- Comparta, comparta.
Rita.- El carnicero le ha pedío en matrimonio a mi hermana, que ya era hora después de 10 años de noviazgo.
Rosario.- Enhorabuena Sña Rita, paece que le ha costao un poco al chaval, porque si se descuidan van a tener nietos en
vez de hijos, ¡qué indecesión!
Nicolasa.- ¡Y cuente, cuente! ¿Cómo ha sío el feliz acontecimiento? Se la declarao o la mandao un telegrama
Rita.- Pues no lo sé, porque como son tan cortos, no sé como lo habrán conseguío, pero la verdá es que ya está too
resuelto, y hasta han fijao la fecha de boda.
Eduvigis.-Si serán cortos que un día que yo estaba asomá a mi balcón, mientras pelaban la pava, les oía decir: ¡Qué bien
está usté Manuela! Pues anda que usté Remigio, le contestaba ella, y otra vez, él: pero Vd está mejor Manuela y otra
vez élla, qué no que Vd está mejor Remigio, y así se tiraron una hora , amos que me partí a reír
Todas.- ( Soltando una tremenda carcajada)
Sña María.- ¿Y pa cuando es la fecha del feliz acontecimiento? Hombre, lo digo pa ir apañando el vestío que me voy a
poner, porque supongo que estamos toas envitadas.
Rita.- Pal doce de Julio del año que viene, Sña María, pal doce de Junio, así que ya podéis tirar la casa por la ventana y
poneros vuestras mejores galas.
Rosario.- Y tú que te vas a poner, porque me imagino que serás la madrina, así que elige un buen vestío.
Sña María.- Eso, no vayas a hacer como la Sña Amparo, que cuando se casó su hijo, se compró un patrón pa ahorrar en
la mano de obra y lo que le salió fue un traje e bombero.¡Causó sensación! (Una gran carcajada)
Nicolasa.- ¡Toma! Como que cuando encendieron la tarta, la gente decía: Esto si que es seguridá contra incendios. Han
pensao en too y han traío su bombero particular.
Eduvigis.- Os acordáis el traspiés que dio en la iglesia al ir al altar, que casi se abraza al cura sin que la invitaran.
Rosario.- Se tuvo que arremangar, al bajar las escaleras, pa no bajarlas a trompicones.
Rita.- ¡Oh hijas! Yo, pienso comprarme un vestío de marca, Acudiré a la moda italiana si es necesario. No pienso hacer
el ridículo..
Todas.- ¡Uf que fina!
Rita.- Es que mi hermana se lo merece too. ¿No les paece?
Eduvigis.- A mí, lo que me paece es que Vd, quiere también que le paezca bien al Ceñó Celipe ¿No?
Rosario.- No seas mal pnsá Eduvigis, lo que pasa es que el Ceñor Celipe también se lo merece.
Todas.- Ahí le has dao ( Sueltan todas una sonora carcajada)
Rita.- A mi Celipe, me paece bien parecido y muy formal, pero yo no he pensao en na con el Celipe y él es muy
caballeroso conmigo y na más que hablar. ¡Sois un atajo de “mal pensás”!
Sña María.- Muy caballeroso, muy caballeroso, pues por ahí va diciendo que eres una chulapa muy guapetona, y muy
apañá y que no le importaría tirarte los tejos.
Rita.- ¡Ah sí! Pues eso no lo sabía yo. Ya le diré yo, ya.
Rosario.- (Haciendo una burla) Ya lo dirá ella, ya ¿ Qué le vas a decir Rita?, ¿que por qué ha tardao tanto?.
Todas.- (Soltando una carcajada)
Rosario.- No, le va a decir, que ya está comprometía (Nueva carcajada)
Rita.- Sois toas unas guasonas. La envidia que os corroe. Por cierto, ¿habéis visto a la nueva vecina?
Sra. María.- ¿A Sarita quieres decir? A esa... ya la hemos dao un buen repaso, ¿verdá chicas?
Todas.- Ya la hemos dejao las cosas mu claritas
Rita.- ¡Sin lugar a dudas!, ( Con guasa )¿y no sa echao a llorar? ¡Seguro que la veis asustao!
Sña María.- Menos guasa Rita, que eres mu guasona ¿Acaso la vas a envitar a la boda? Porque si es así, a lo mejor nos
repensamos nuestra asistencia.
Rita.- Pues mira ahora que lo decís, creo que sí la voy a envitar, haber si a alguna se le revuelve la mala sangre y mi
hermana tiene a alguien que le alegre su boda y no se convierta en la gaceta del cotilleo.¡Abur, Señoras, abur y que Vds,
lo sigan cotilleando bien
Todas.- (Con cierta guasa) ¡Adios Rita, adios y cuidado con el Celipe, que está al acecho (Fuerte carcajada)
(La escena pasa de nuevo a la partida de cartas de los hombres, mientras las mujeres continúan con sus dimes y diretes,
sus cotilleos vecinales , mientras siguen haciendo que hacen sus labores)
Ambrosio.- Pero Juan, no me has visto la seña e trenta y una , so pasmao, que te la he hecho dos veces. Estás más cegato
que un congrio en un campo acelgas. Tan bírlao el juego por toa la jerobi.
Juan.- Pero tú que dices , si ties el ojo pegao a la conjuntiva que paece una morcilla. No se sabe si haces señas de trenta y
una o le guiñas el ojo a la mujer deste.
Patricio.-¡Oye tú, deja a mi mujer en paz , que esa además de no sabe jugar al mus, no está presente en la partía.
Juan.- ¡Hombre, es un decir! Lo que le digo a este “mastuerzo”, que se pasa la vía regañando y no gana una partía ni
aunque se la regalen, que le guiña el ojo a to er que pasa menos a mí que soy su compañero, ¡no te digo lo que hay!
Ambrosio.- Tú, lo que necesitas son unas buenas antiparras, porque pa no gastar llevas las de tu abuelo, el Ceñor
Zacarías, que en gloria esté, y claro así te va .¡Que estás cegato!
Celipe.- Bueno tres cero pa los baldaos, y otra partía que los dejamos zapateros. Pasa la limoná , que esto merece un
buen trago.
Patricio.- Bueno, Celipe, cuando le vas a tirar los tejos a la Rita, que está por tus huesos. Además ahora ties una buena
ocasión en la boa de su hermana. No sé a que esperas chico, que ya ties treinta dos tacos. Ya es hora que te recojas.
Celipe.- Pero bueno, éste, ¿te digo yo a ti cuándo ties que coger el tranvía? Celestina, que eres una Celestina
Ambrosio.- ¡Hombre Celipe! No hay que ponerse así que Patricio te lo dice por tu bien .
Celipe.- Pero si es que ya está bien, hombre, que un consejo se pue escuchar, pero es que éste no te da un consejo, te da
una conferencia: ¿Cuándo te casas Celipe? ¿Cuándo le tiras lo tejos Celipe? ¡Mira que guapa está Celipe... Me desayuno,
me almuerzo y también me ceno con Rita, gracias a este pesao, paece que lleva comisión por ca boa que consigue. Y yo
no tengo ningún interés de momento ni en Rita, ni en nadie. ¿Me se ha comprendio?
Juan.- Y ninguno ha reparao en la nueva “vecinita”. Sarita, creo que se llama,(Pausa) Ésa cuando taconea, paece
enteramente que ha empezao un terremoto, ¡que manera de mover el edificio!
Patricio.- ¡Hombre Juan! No sabía yo que tú también te fijabas en esas cosas, con lo recatao que tú eres. ¡Mira la
mosquita muerta!
Juan.- Hombre , que uno tiene ojos en la cara y los tiene pa mirar, y también sabe reconocer a una chulapa bonita ,
aunque yo tenga la mía, que es una alhaja, por cierto. ¿u no?
Patricio.- ¡Eres un poco pelota, Juan! Pero eso está bien porque así queas mu bien con to er mundo, si señor.
Ambrosio.- ¡Oye, por cierto! ¿Sabéis algo del Venancio y del Remigio? Hace unos cuantos días que no aparecen por aquí,
ni pa invitar a un cacahuete, aunque eso sería estirarse demasiao, porque mira que son tacaños y miserables.
Patricio.- Hombre, yo supongo que Remigio estará liao con los preparativos de su boa con Manuela y...
Juan.- Pero si entoavía le falta un año
Patricio.- ¡Ah pero ya sabéis como es Remigio, sa tirao 10 años pa declararse a la novia, así que lo mismo se tira otro
tanto pa elegir al cura y a la iglesia.
Todos.- (Risotada colectiva)
Juan.- Tengo entendío que Venancio anda metío en un negocio de ferralla.
Todos.- ¿De fe rra lla?¿Y eso que es?
Juan.- Pues no lo sé con seguridá, pero creo que algo tie que ver con los hierros.
Ambrosio.- Así me dijeron que le habían visto días atrás, buscando por los cubos de basura y por las chamarilerías, con un
carrito repleto de flejes, muelles, varillas, etcétera , etcétera, ya me entendéis , ¿u no?...
Todos.- ¡Menudo negocio.
Juan.- Seguro que cuando venga nos contará que es director gerente de una empresa en construcción. ¡Menudo es ese
pa las batallitas!
Ambrosio.- Bueno, ¿nos dais la revancha u no?, Haber si este pasmao se entera mejor y conseguimos ganar una.
Juan.- Pasmao yo, tú que ties el ojo taponao. Despierta ya chico, despierta y abre el ojo que ya ha cantao er gallo.
Patricio.- Venga Celipe vamos a darles otra buena paliza.
(Aparecen en escena Remigio y Venancio, hablando aparte entre los dos mientras los otros dos grupos siguen a lo suyo)
Venancio.- Bueno Remigio, ya me enterao que tas echao al ruedo, ya era hora , bueno la verdá es que Manuela es una
buena moza y tú eres un buen chaval.
Remigio.- (Tartamudeando) Pos gra, gra, cias, hom, hombre ; la ver, ver dá es que al, al , al go me ha cos, cos tao, porque,
porque con mi tar-tar-tar, ta-mu-deo mea-mea-mea, costao un poqui, un poqui, poquillo deci-deci-deci-dirme.
Venancio.- Hombre Remigio, la verdad es que a la velocidad que hablas, los diez años de noviazgo me paecen pocos,
Remigio, ¿qué quieres que te diga?
Remigio.- ¡Oye tú! Me-me-me-nos ca-ca, menos ca-ca, menos ca-ca-chondeo, ¡eh!
Venancio.- Hombre Remigio, no te enfades, que es una broma; ya sabes que yo te aprecio y sólo deseo que seáis muy
felices.
Remigio.- ESPE-espe-espero que vengas a la bobo, a la bobo, a la boda. , bueno y tos estos tam-tam-también.
Venancio.- ¡Claro hombre! Iremos to er barrio , no te preocupes, es too un acontecimiento.
Remigio.- Yo so, yo so, yo sólo espero que mi-Ma, que mi-Ma, que mi Manuela sea como Carmen, Carmen, Carmencita,
la mumu, la mumu, la mujer de Patri, la mujer de Patri, la mujer de Patricio, que es mu buena, mu do, mu do, mu dócil.
Venancio.- ¡Oh ¡ no te lo creas, esa sabe más que los ratones coloraos, el Patricio va siempre fanfarroneando de que su
mujer esto, de que su mujer lo otro, de que a su mujer la tiene a sus pies . Pura pantomima.
Mira Remigio, no te fíes de las mosquitas muertas. Carmencita le hace cuatro cucamonas al Patricio y a él se le cae la
baba, pero luego le saca too lo que quiere, mantones sortijas, viajes, Vamos que lo tie arruinao, que el negocio sólo da
pa los caprichos de ella.
Remigio.- Pos-pos, pos no me lopa, no-me-lopa recía a mí. Mi Manue, mi Manue , mi Manuela es mu buena y mu, mu y
mu,mu y mu rica y mu rica y mu ricatá.
Todos,- (Voz en Off) Vamos chicos que ya está la limoná y el chotis preparao, asín que quien quiera marcarse un baile y
mover el esqueleto, que empiece a coger a su media naranja que esto está ya liao .
Sña María.- Y aunque parezcamos “cotilla”, no lo somos es que entoavía no existía la tele y la Salsa Rosa” así que de
alguna manera había que matar el tiempo.
Sarita.- Pero en el fondo nos llevamos bien y por eso les invitamos a beber limoná y bailar el chotis con nosotras como
está mandao, y gritad todos con nosotros:
¡¡Vivan los Patios de vecinos!!
Todos.- ¡Vivan!
Sarita.- ¡Vivan las corralas y el pueblo de Madrid!
Todos.- ¡Vivan!
Remigio.- Vi-vi, Vi-vi, pos que Vivan. Note, note, note digo.
(Suena la música y todos empiezan a bailar el chotis mientras se cierra el telón)
Fin
EL KIOSKO
Autor: José Luis Marqués Lledó
jose.marques@educa.madrid.org
Personajes por orden de aparición
11 niñas y 3 niños
Candelas
D. Anselmo
Hortensia
Mª Luisa
Juan
Susana
Clarita
Cristóbal
Mª de la Encarnación
Dolores
Laura
Asunción
Celeste
Esperanza
Niño
Un kiosco de periódicos en un barrio cualquiera de Sevilla. Candelas, la kiosquera está abriendo el negocio y
quitando el polvo mientras coloca los periódicos, las revistas, los tebeos y demás chismes de un kiosco .Mientras
canturrea esta copla :
** LA ZARZAMORA **
(Pasodoble)
En el café de Levante entre palmas y alegrías,
cantaba la zarzamora;
se lo pusieron de mote porque dicen que tenía
los ojos como la mora.
Candelas.- Han visto Ustedes lo contenta que estoy por las mañanas, y tengo motivos pa estar alegre. Estoy alegre por
este Kiosquito que ma concedío el Ayuntamiento, si señores. Yo soy viuda y cuando murió mi marío “que en gloria esté”,
me quedé sin un real, porque Agapito era muy bueno, pero se lo gastaba to en la taberna, así que me dejó con una mano
alante y otra atrás. No, no señores, no estoy contenta porque se me muriera mi Agapito, sino porque una ha batallao y
batallao, hasta conseguir esto.. Ahora les cuento mientras coloco los cachivaches de mi kiosquito, que ya no sabe una
donde ponerlos ¡Osú María y José!
Le hablo primero a un tratante, y olé,
y luego fue de un Marqués
que la lleno de brillantes, y olé,
de la cabeza a los pies.
Decía la gente que si era de hielo,
que si de los hombres se estaba burlando,
hasta que una noche, con rabia de celos,
a la zarzamora pillaron llorando.
Candelas.- Verán Ustés, ya va pa sinco años que tengo este kiosco y ya me conozco la vía y milagros de toos los vesinos
de este barrio; les puedo desir a la hora que viene ca uno al kiosco, cuales son sus ideas políticas, me se de memoria sus
chascarrillos, se quien se lleva mal con quién, quien se casa, quién se separa, quién va a tener un niño, a quién han
echao del trabajo, en fin, too. Pero yo siempre tengo una palabra bonita pa cada cual, una palabra de ánimo, de
consuelo, de enhorabuena y ellos me lo agradesen ¿Qué trabajo cuesta eso? Y así mi negosio va viento en popa. Verán
ahora a las nueve menos diez minutos vendrá D.Anselmo , un funsionario jubilao que to los días compra su periódico y
una bolsita de alpiste pa las palomas. Miren por allí viene. Es puntual como el carillón de Córdoba.
D.Anselmo.- Buenos días Candelita, presiosa
Candelas.- Buenos días, D. Anselmo, ¿Lo mismo de siempre, verdá?
D.Anselmo.- Así es , Candelitas, dame mi ABC y la ración de alpiste, que mis palomas y mis pajaritos me estarán
esperando como agua de Mayo y además con la buena mañana que hase , en el Parque de María Luisa se tiene que
estar muy bien.
Candelas.- Pero abríguese D.Anselmo, que luse el sol, pero la mañana está fresquita y usté con su reuma no debe coger
frío.
D.Anselmo.- ¡Ay hija! Y que lo digas , que cada vez tie uno peor las bisagras. Hoy me he levantao con un dolor de
rodillas que ya, ya.
Candelas.- Ande, ande, no se queje que está usted todavía pa partir corasones , nadie le diría la edad que tiene.
D.Anselmo (Estirándose todo lo que puede) ¿De veras Candelita, tú crees que estoy todavía de buen ver?
Candelas.- Pues claro, D. Anselmo, pues claro , Vamos que yo porque le guardo el luto a mi marío, si no yo misma le
diría algún piropo.
D.Anselmo.- ¡Qué guasona eres Candelitas! No, yo te lo digo porque hay una señora en el parque, que también le lleva
comida a los pajarillos, que está de muy buen ver. Sólo tiene 75 años, es muy educada y ya me ha tirao alguna que otra
indirecta: qué si vive sóla, que que mala es la soledad, que cómo vivo yo sólo sin una mujer que me atienda. Y yo, claro,
me he hecho el distraido, pero he cogío la indirecta
Candelas.- ¡Pues adelante, D. Anselmo, no se lo piense que la vida es muy bonita
D. Anselmo.- Toma Candelas, 1,80, ¡Qué pases una buena mañana!
Candelas.- ¡Vaya Usted con Dios! D.Anselmo . Qué cándido , Mira va como un chaval de 20 años. No hay cosa más
bonita que desirle una frase amable y cariñosa a los ansianos ¿Y que trabajo nos cuesta? (Sigue colocando cosas en el
kiosco)
(Entran en escena Mª Luisa y Hortensia. Se paran a charlar delante del kiosco)
Mª Luisa: ... Y me dise el jardinero, con una grasia que no se pue aguantá : Otra vez cuado pases por este jardín,
¡Morena! avisa con tiempo a los rosales mujer, que se me mueren toas las rosas de envidia. Claro, que te voy a desí ;
ver a aquel hombre chequetillo, desgarbao y sesentón, desir esas cosas tan bonitas a una mujer, solamente pasa aquí
en este Sevilla de mi alma. Naturalmente yo me hise la estirá, pero me iba partiendo de risa.
Hortensia: (Riéndose) Es verdá, aquí los hombres tienen una grasia especial .El otro día iba yo por la calle Villegas a salir
a la Plasa El Salvador y estaban sacando un camión de un garaje y le desía el ayudante al conductor : tira, tira ya, dale ,
dale hombre y como tardase un poco el conductor va y le dise : Hombre dale ya, que a este paso lo que le va a da es un
infarto al camión .
Mª Luisa: (A carcajada limpia) Y un guasón el otro día en la calle Cabeza del Rey Don Pedro, a la verita La Alfalfa , uno que
vende cupones de siegos y que ve mejor que tú y que yo. Pues verás: Pasaba un cheposo a su vera cantando el hombre
mu contento, será una rosa, será un clavé y va el guasón de turno y le dise: y lo que llevas atrás compadre, ¿que es la
maseta? No se pue aguantá la grasia de este pueblo.
Hortensia: (Riéndose a mandíbula batiente) Y lo optimista que somos. No nos entristese na, aquí hay poca gente con
depresión. Pues yo no sé si sería el mismo que tu dises porque me lo encontré en la calle Sales y Ferré que está allí al lao ,
mira: jorobao, contrahecho con una muleta en ca braso, era un cromo y el gachó iba cantando aquello de: grasias a la vía
que ma ha dado tanto, grasias a la vía y por eso canto... Mira la gente se tenía que poné una mano en la boca pa no echá
la carcajá, y no pa reirse de él (Dios me libre, pobresito) , sino por la ocurrencia; se pue aguantá mejor humor y más
optimismo.
Mª Luisa: Los sevillanos somos así. El otro día iba por la calle Sierpes un borrachín que iba dando tumbos de un lao a
otro, los viandantes, claro, se apartaban pa dejarle pasar y ya le para un monicipal y le dise : váyase pa su casa amigo, que
va Ud dando más giros que curvas tiene la serranía de Ronda. Y le dise el beodo, ¿insinúan Sr monisipa, que estoy bebido?
Pues sepa Ud que yo no bebo por prescrisión facultativa y que como llevo un día sin beber pues he entrao en ese bar pa
celebrarlo, ¿He cometío algún delito?.
Las dos.- ( Nueva carcajada )
Candelas.- Ya veo, ya, que os estáis partiendo de risa ¿Acaso hay algún chisme nuevo que yo desconozca?
Mª Luisa: ¡Qué va! Estamos riéndonos del ángel que tienen los sevillanos, que no se pue aguantá.
Candelas.- ¡Ah! En eso somos únicos. Aquí en el kiosco, se ven muchas cosas de too tipo y algunas mu grasiosas. La otra
tarde se aserca un turista chapurreando el español y le dise a una señora que estaba comprando el periódico: .¿Poder
decir Vd, donde quedar la Torre Eiffel, por favor? Y le dise la señora con mucho ángel: Hombre, yo por desirle donde
queda la torre Eiffel se lo diría, pero no sé si es esa que está a punto de caerse o una de hierro mu fea, que parese las vías
del tren saliendo de la estación de Santa justa. Pero si le da a usté igual, vaya usté a ver a la Giralda que está hecha de
encajes y bordaos y es la más bonita der Mundo, y esa, esa se queda aquí con los sevillanos. Mira er muchacho se quedó
alusinao, ¡Mira que venir a Sevilla a preguntar por la torre Eiffel!
Hortensia.- Bueno, chicas que yo tengo mucho que haser y a las dos y media tengo que tener la comía pa mi marío que
viene de trabajá.
Candelas.- Sí, sí, ya veo que tenéis mucha prisa las dos y lleváis delante el kiosco una hora y media dándole al palique.
Hortensia.- ¡Hombre! De arguna manera se tie una que expansioná ¿no te parese?
Mª Luisa .- Yo como no tengo esas atauras, me pudo permitir el salir a paseá todo cuanto quiera. El matrimonio es una
esclavitú. Anda dame la revista de cotilleo, haber que ha pasao por fín con el pretendiente de Terelu Campos, que me
tiene en ascuas.
Hortensia.- Es que a las mujeres nos gusta el “morbo” , no hay más que ver que vendes más revistas que periódicos.
Candelas.- ¡Ojo! No te pases que las revistas del corazón las compran las mujeres pero luego las leen también los
hombres, que lo sé de buena tinta.
Las dos.- Bueno, nos vamos , que se te de bien hoy Candelitas.
Candelas.- Grasias y que ustedes lo vean. (Comentando para sí) ¡Vaya dos!, estas no tienen preocupaciones, se ríen de la
vida misma. ¡Qué humor!
Juan.- ¿Dónde hay una maseta pa plantar esta flor? ¿Adónde está el escultor que ha diseñao este rostro? Díganme
donde está el poeta que ha escrito este bello poema ¿Dónde se han metío? Ésta es la mujer más bonita de toa Sevilla.
Candelas.- Uyuyui , que zalamero vienes Juan, algo me vas a pedir, seguro.
Juan.- ¿Yo? Qué mal pensá eres Candelitas, Yo sólo te pediría a ti... en matrimonio, pero tú te niegas.
Candelas.- Con que en matrimonio ¡eh! ¿Ya te has gastao los veinte euros que te presté ayer, pa no se que negosio?... ¿Y
los diez, que te dejé anteayer porque no tenías suerto?...
Juan.- ¡Hombre Candelitas! No me fastidies, un negosio fallido lo tie cualquiera, pero cuando yo digo que te lo devuelvo es
que te lo devuelvo y además ahora mismo, ¡fíjate! (Se echa la mano a la cartera)... Y digo yo veinte y diez son treinta ¿no?.
Mira vamos a haser una cosa pa redondeá. Como tengo que ir a la plasa a comprar y no me quiero quear sin dinero, tu me
das un billete de sincuenta euros, yo te doy estos treinta que llevo aquí y es como si te pagara y tú me prestaras sólo
veinte ¿Qué te parese?
Candelas.- ¿Que qué me parese? ¡Qué eres un sirvengüensa! Eso me parese ¿Pero tú te has creío que yo soy tonta?
Juan.- ¡Qué mal pensá eres Candelita de mi corazón ! Si tú eres pa mi lo primero como dise el cantá, como te voy a
engañar yo a ti; lo que pasa es que últimamente no me sale na bien, por mucho empeño que le ponga, y estoy
desesperao, pero nunca engañaría yo a la dueña de mi corasón. (Poniendo voz compungida)
Candelas.- ¡Anda salamero! Toma veinte euros y empléalos bien ¡eh que ya no te dejo ni una gorda más
Juan.- ¡Dios te lo pague mujé ! Qué vendas to la prensa y tos los cachivaches en un santiamén y que como er cuento e la
lechera, te pueas comprar una tienda y después unos almacenes y después...
Candelas.- Anda, anda y que como er cuento e la lechera, se me caiga er cántaro y adios, almacenes, adios, tienda y
adios kiosco que es lo único que tengo.
Juan.- (marchándose) Adios Candelas, no te pongas así mujé. Bueno, me voy, que los negosios no esperan y además tú
no estás de humor.
Candelas.- (Hablando en voz alta, consigo misma) ¡Qué los negosios no esperan ! ¡Qué los negosios no esperan! Er que
no esperas es él ar trabajo, éste ve un pico y una pala, y dise que no lo toca porque tien la gripe aviar. (pausa). Pero en
fin me da pena el pobresillo.
Susana.-¡Hola guapa! Dame el periódico y el fásiculo de coches antiguos, su historia y su montaje, que es la colesión de
este año de mi marío, que tos los años empiesa alguna y no termina ninguna.
Candelas.-Como la mayoría. Toma tu fascículo y en esa bolsita va una de las dos ruedas delanteras; que no se te pierda.
Susana.- A este ritmo le va a salir más caro el Ford T, de 1921 que si se comprara la giralda por piesas.
Candelas.- Por sierto, sabes algo de Matilde, hase mucho que no viene por aquí. ¿ se habrá casao?
Susana.- ¡Ah! , ¿pero no lo sabes? Se casó por fin con Juanito el madrileño. Ha tenío mucha suerte, Juanito es un buen
muchacho y con un buen ofisio, es na menos que oficial fontanero.
Candelas.- ¡Hombre qué bien! ¿Fontanero? Entonses tiene la vía resuelta. ¡Total no ganan na!
Susana.- ¿Qué si ganan? Yo el otro día llamé a uno para que me arreglara un “chisperito” del desagüe de la cosina; me
lo arregló en sinco minutos y cuando le digo que le debo me dise: Poca cosa paisana, veinte euros de la visita, localizar
la avería seis euros, restañar y soldar doce euros, total, 44,08 Euros, y no le cobro el IVA. Hombre, muchas grasias, casi
sincuenta euros por arreglar un “chisperito” de na. Fíjate si llega a ser algo.
(Llegan Clarita y Cristóbal)
Clarita.- Muy buenos días tengan ustedes.
Cristóbal.- Muy buenos días
Candelas y Susana.- Buenos días.
Clarita.- Y verdá que hase un buen día, una buena mañanita pa pasear, por eso le he dicho al señor Cristóbal: Vamos a
por el periódico y después nos vamos a dar un paseíto por la Plasa Nueva y ahí nos dirigimos ahora.
Cristóbal.- Por sierto, que les he oído a ustedes hablar de lo caros que son los fontaneros. ¿Y que me dise de los
mecánicos? Esos si que te cobran hasta por sonreír y yo debo sonreír mucho.
Clarita.- Yo de eso no entiendo, pero creo que ser mecánico trae más cuenta que estudiar pa ingeniero industrial.
Susana.- Toma, como que yo le he dicho a mi hijo. Cuando termines la escuela te voy a apuntar a una escuela de artes y
oficios pa que estudies pa mecánico y ya tienes la vida resuelta hijo.
Cristóbal.- La semana pasada llevé el coche a que me hisieran una revisión rutinaria, de esas que te recomiendan las
casas cuando compras un coche. El coche está nuevo, lo compre hase seis meses y yo creí que entraba en el presio y
que me lo harían gratis.
Candelas.- ¿Y se lo cobraron.?
Cristóbal.- ¿Qué si me lo cobraron? Mirar, por aquí tengo la factura (Saca la factura del bolsillo y la lee en voz alta)
Factura
(Asunción, Laura y Celeste, tres vecinas del barrio que están discutiendo sobre los planes del Sr Alcalde)
Asunción.- Os digo que es una vergüenza como tiene este Alcalde, las calles de Sevilla, toas levantás.
Celeste.- ¡Qué exagerá! Toavía le queda el barrio Santa Cruz, mujé. (risa irónica)
Laura.- Hombre yo creo, que cuando lo acabe nos vamos a alegrar porque va a dejar Sevilla de rechupete; vamos a ser la
envidia de toa España. (Nueva risotada)
Asunción.- Sí, es posible, pero nosotras lo veremos desde el asilo, mejor dicho, no lo veremos, nos lo contarán, si es que
vienen a vernos, que esa es otra.
Celeste.-¡Hombre, yo creo que sí!
Asunción.- No sé, no sé, que de todo hay, pero bueno, hablemos de cosas más alegres chiquillas. ¿Qué os parese cómo
va mi Betis del arma?
Celeste.- ¿Como va a ir? Como os merecéis, si no dais una patá a un bote, no como mi Sevilla, que ya ves, aspirando a
jugar la champión, y es que tenemos unos jugadores que ya los quisiera el Real Madrid, con to su golpe de Galácticos.
Asunción.- ¡Ah, amiga!, Ya no me acordaba yo, que tu eras del Sevilla y del Señor del Nido, ese, que ca vez que habla, de
seis palabras mete la pata en sinco.
Celeste.- ¡Pero que dises! Vas a comparar tú al Sr Lopera con el Sr del Nido, El Sr del Nido es todo un Sr: prudente,
sosegao, nunca arremete con nadie, hombre no compares.
Laura.- Yo opino que...
Celeste.- Tú no opinas ná, ésta es una forofa impresentable que no sabe na de fútbol y to lo tiene que criticar.
Laura.- Pero es que el domingo pasao...
Asunción.- Ni domingo pasao, ni na, hombre, que Laura es una lenguarona de tres al cuarto que habla lo que oye y na
más.
Laura.- Pero si yo lo que digo es ...
Celeste.- ¡Tú aquí no dises na! ¡Qué esto es entre esta y yo! ¿Vas a comparar na der Betis con el Sevilla? Nuestro estadio,
el estadio del Sevilla es el estadio más bonito de toa España, Er Ramón Sánchez Pizjuan. Lo vas tú a comparar con esa
cafetera llamada “Estadio Ruiz de Lopera”, que además se lo ha otorgao vuestro presidente como si fuera suyo? Vamos
que ni harta vino.
Asunción.- Tú lo que eres, es una envidiosa que crees que lo tuyo es mejor que lo de los demás (Haciendo muecas de
burla) , que si tu hijo ha hecho la mejor carrera, que si se ha colocao en una empresa de director gerente...
Laura.- Digo yo que...
Celeste.- ¡Digo yo, digo yo! ¿Tú que vas a decir de esta envidiosa? Que llama envidiosas a las demás cuando es a ella a
quien la corroe. En cuanto te compras algo nuevo, ya está criticando, incluso a ti, Laura, cuando te compraste el
chaquetón de garras, o bueno que paresía de garras…
Laura.- Era de garras, pero...
Asunción- Tú si que la criticaste cuando su boda: ¡que si vaya entrantes, que el lugar del convite era mu feo, que...
Celeste.- Mentirosa, que eres una mentirosa, te voy a dar una bofetá que...
Asunción.- Tú a mi, yo te voy a arrancar los cuatro pelos que tienes so fea.
Celeste.- (yéndose hacia ella) Ahora verás
Laura.- (Poniéndose en medio de las dos y chillando) .- Bueno, ya está bien, ¿no os da vergüenza? Toa la vía juntas,
habéis cresío juntas en el barrio, os queréis como hermanas, os ayudáis como hermanas y cada dos por tres armáis una
de éstas.
Asunción.- ¿Yo querer a ésta?
Celeste.- ¿Yo haber cresío con ésta?
Laura.- Sí, Naturalmente, sois hermanas, o ¿es que ya lo habéis olvidao después de cincuenta años? y yo vuestra
hermana mayor o ¿es que queréis que vayamos al diario de Patricia a contar nuestra historia?
Asunción y Celeste.- (Dándose un abrazo)
Laura.- Así está mejor
Candelas.- Os estoy observando desde aquí y desia pa mis adentros: con lo que se quieren estas tres hermanas que
siempre van juntas a tos laos y luego como regañan por cualquier cosa. Totá , ¿ por qué ha sío esta vez?
Laura.- Po el fútbol , que una es der Betis y la otra der Sevilla, ya ves que tontiá
Celeste.- ¡Hombre! Es que no va a compará a mi Sevilla con er Betis. Mi Sevilla va to de blanco, como la inmaculada
Concepción.
Asunción.- Mira quien fue a hablá pues er Betís va vestío con los colores de la bandera de Andalusía, porque es quien
mejor la representa.
Laura.- ¡Basta, basta! A ver si vais a empesar otra ves, que sois como la der pelo de mi pueblo, que to los años regañaba
con er marío por un pelo que había caío en la sopa y al año siguiente hasían las pases y cuando salía la conversación,
empesaban siempre con lo mismo: Cariño ties que reconocer que er pelo era tuyo y él, no mi vía era tuyo porque era
más largo que los míos y así se ensarsaban de nuevo, volvían a regañar, se volvían a separar y así hasta el año siguiente.
Asunción y Celeste.- Pues vaya pareja.
Laura.- Aplicaros er cuento.
Candelas.- Bueno me vais a comprar algo, o sólo vais a discutir.
Laura.- Es verdá Candela, a mí dame el Mundo.
Asunción.- Pues a mí El País.
Celeste.- Pues yo ni uno ni otro, dame la revista Semana.
Candelas.- Toma Laura, tu Mundo, el País para Asunción y tú Celeste toma la revista Semana, que creo que viene un
patrón para haser una chaqueta de lana que es un primor.
Todas.- Con Dios Candelas, que nos vamos a comer.
Candelas.- ¡Vayan ustedes con Dios! Y fúmense la pipa de la paz, que por hoy ya han peleao el primer Round.
Candelas.- ¡Hasta más ver! ¡Qué tres hermanas. Ven ustés, así se me pasa toa la mañana, con los chascarrillos de unas,
los cotilleos de otra y las peleas de éstas y ya ven las dos menos cuarto, ya estoy a punto de serrar y terminar la jorná de
la mañana y se ma pasao en un santiamén. ¡Ah! Pues toavía me falta una. Esta es la más tardona, casi siempre llega
cuando voy a serrar el kiosco y le temo, porque además de que me cuenta toas sus penas tie un chiquillo que es un
diablo, así que le temo. Ya puedo guardar tos los cachivaches dentro del kiosco porque si no, no me queda uno sano.
Mira por allí viene. Ya desía yo que no podía faltar.
Esperanza.- ¡Niño! ¡Quieres dejar de perseguir a las palomas!¿Qué diantre de niño!¡Niño no te metas en la fuente!
¿Quieres venir aquí? Niño no hagas burla al monisipal .¿Pero tu has visto Candelas? No hay quien haga carrera de él.
Candelas.- No es por na, Esperancita, pero tu niño está desbocao, está farto de un buen asotillo que le ponga firme y
que le haga ver quien manda, porque te tiene cogío el pan debajo er sobaco.
Esperanza.- ¡Hombre Candelas! Eso es un martrato y yo no voy a martratá a mi niño. Es un poco revoltoso pero no es
mala gente. Mi marío dise como tú que le dé un asotillo de vez en cuando, pero eso lo dise porque es un poco bestia
como tú. A mi niño se le gana mejor por las buenas.
Candelas.- Sí, sí, ya lo veo que te lo tienes ganao.
Esperanza.- ¿Qué no? ¡Ahora vas a ver! ¡Luisito mi amor ven con mamita, que mira lo que tiene Candelas para ti, a
Drake, el guerrero supersónico, Ven corre.
Niño.- ( Corriendo a todo correr )
Esperanza.- Ya viene, ves como mi niño al final es mu noble. Ya está aquí. Luisito dale un besito a mami y saluda a
Candelitas.
Niño.- (Le da un beso fugaz a su madre mientras emite un gruñido) ¡Dame mi Drake supersónico!
Esperanza.- Candelas, ya que Luisito se ha portado ya bien y ya no va a hase más travesuras, dale ese muñeco tan
presioso que le he prometio, pero me tienes que prometer que vas a ser más obediente ¡eh! Promételo aquí delante
de Candelas.
Niño.- (Nuevo gruñido del niño) Síiiiiii ¡Dame mi Drake!
Esperanza.- ¿Pero nos lo prometes?
Niño.- ¡Que síiii, pesá!
Candelas.- ( Con retintín) ¡Qué rico!
Niño.- (Simulando el ruido de una ametralladora y disparando figuradamente contra todos los viandante, incluidas
su madre y Candelas). Ra-ta-ta-ta-ta
Esperanza.- ¿No es una monería? Con que poquito se conforma la criatrura, si lo han dicho hasta los psicólogos, que a
los niños se les gana antes por las buenas que por las malas. Tú como no tienes hijos, pues no tienes experiencia, pero
ya ves.
Candelas.- Eso es verdá, no tengo ninguna experiencia, pero digo yo que alguna vez se le acabaran los regalos ¿no?
Esperanza.- ¡Ah! Para entonses ya habrá madurao y será todo un hombre de provecho.
Candelas.- Pues mira me has convensío. Yo soy como mi padre, ¡que en paz descanse! Que no le gustaba discutir y
cuando alguien le desía ¿de qué está usté tan gordo? Él contestaba ¡de no discutir! ¡Eso no pue ser!, desía el otro,
Pues no será contestaba mi padre tan orondo.
Esperanza.- Pues no lo he cogío mu bien Cuentas unos chistes y unos chascarrillos que no hay quien los entienda
Candelas.
Candelas.- ¡Pues será así Esperanza! ¡Pues será así!
Esperanza.- ( Corriendo tras el niño de nuevo )¡Niño, no dispares a los patos que te van a echar una multa! ¡ Niño no
hagas burla a la gente! ¡Niño que salpicas a ese señor! ¡Qué niño más desobediente!¡Ve aquí ahora mismo!
Candelas.- Y esta es mi vida Señores, un poco monótona y repetitiva, pero simpática y alegre ¿verdad?. Ninguno de
los personajes tienen desperdicio. Ya ha llegado la hora de cerrar y no se ha dao mal la mañana, de todo ha habío.
(Van saliendo todos los personajes al escenario mientras suena a lo lejos la canción de la Zarzamora)
D. Anselmo.-Candelas es el alma
Hortensia.- que tiene la grasia española
Mª Luisa.- y rinde Sevilla a sus pies.
Juan.- que tiene entre sus cortesanos
Susana.- a todos nosotros y ...
Esperanza.- y al niño también...
Clarita.- que con este humilde sainete..
Cristóbal.- pretende que lo pasen bien.
Mª Encarnación.- sentados ahí un buen rato
Dolores.- Sin otro problema entre manos...
Todos.- ¡¡¡Que el estricto deber de aplaudir!!!
¡¡¡Que el estricto deber de aplaudir!!!
¡¡¡Que el estricto deber de aplaudir!!!
Fin
EL MENSAJE
Francisco Javier Bernad Morales
ACTO ÚNICO
(Exterior de un castillo. En el centro, la puerta, junto a ésta, una silla, dos ventanas a los lados. A la izquierda un
bosquecillo y a la derecha, campos de cultivo. Gerberto y la princesa en el centro)
Princesa: Tenemos que hacer algo,
mi padre desea que me case
con Gilberto
Gerberto: Nunca lo consentiré.
Hablaré con vuestro padre
Princesa: De nada servirá.
Ya sabes
que, sin faltarle al respeto,
si algo se le mete en la cabeza
nunca cambia de opinión.
Gerberto: No te falta la razón.
Aun recuerdo con horror
cuando se empeñó en decir
que era redonda la tierra
Princesa: Y para que se callara
todos dijimos que sí
Gerberto: Pero algo se podrá hacer
para que acepte nuestra boda.
Si yo matara a un dragón
me querría como yerno.
También si derrotara a los turcos,
si venciera a los piratas...
Princesa: No digas más tonterías.
Ni dragones, ni turcos, ni piratas,
aquí sólo hay lagartijas.
Con eso no vas a impresionarle.
Gerberto: Puedo descubrir América...
Princesa: Cuando vuelvas seré vieja.
Además he oído contar
(Entra Eloísa, una dama, por la derecha)
Eloísa: Buenos días, Alteza,
Hola, Gerberto
Princesa: ¿Ocurre algo, Eloísa?
Pareces nerviosa
Eloísa: Vuestro padre, princesa,
desde esta mañana está muy extraño,
recorre el castillo de arriba abajo,
habla solo y aunque escucho tras la puerta
no le entiendo lo que dice.
que eso lo va a hacer Colón.
Gerberto: ¡El rey preocupado!
Esta es mi oportunidad:
me entero del problema,
al momento lo resuelvo,
y aprovecho la ocasión
para pedirle tu mano
Princesa: Aunque tú lo hayas pensado,
no parece mal pensado.
Eloísa: Continuaré
vigilando
por ver si descubro algo.
Gerberto: ¡Cuidado! Se oyen pasos
Princesa: Ocultémonos
(Gerberto, la Princesa y Eloísa se ocultan en el bosquecillo de la izquierda. Por la derecha entra el rey. Mientras habla se
lleva las manos a la cabeza)
Rey: No lo puedo comprender
no me cabe en la cabeza...
¡Qué bien, una silla!
Lo pensaré sentado
que será más desca
Eloísa: Buenas
tardes, Majestad