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“Es que me gusta tanto, pero es casado”, “la va a dejar por estar conmigo”,
“él me dijo que hace mucho tiempo están mal” ¿Les suenan familiares
estas frases? Pues les cuento que cada vez son más las historias que
conozco, con estos ingredientes en común.
La pregunta en este punto nunca debería ser ¿qué hago? Es decir, esto no
debería ser una duda que le atormente la existencia. Por derecho, la
respuesta siempre debe ser no ¿Por qué? Simple. Cuando usted acepta
ser la otra, en primer lugar, pierde su valor como persona y, más triste
aún, como mujer. Acepta que es muy poco para merecer un hombre
completo, sin el corazón dividido en dos; que esté ahí cuando más lo
necesita; que no la esconda puertas afuera, por el temor de ser
descubierto; que piense que usted no es lo suficientemente buena para
ser la oficial. Y ¿sabe qué es lo peor? Que cuando usted da ese sí, al
pronunciar ese “no me importa ser la amante”, no tiene derecho a
hacer reclamos de ninguna índole.
Y es que a pesar de este tipo de desplantes, aún hay muchas que conservan
la esperanza de subir un escalafón en el lugar que ellas mismas han
aceptado tener. Es decir, tienen la seguridad de que algún día, no muy
lejano, el tipo va a dejar todo por ellas, lo que seguramente sucede en
uno de cada diez casos (conozco uno).
Así que, mujeres, ustedes son valiosas. Nunca duden eso. Entonces, ¿por
qué tienen que conformarse con menos de lo que saben que merecen?
Por favor, no acepten ser parte de ese juego, en el que las únicas
perjudicadas serán ustedes, pues el personaje en cuestión seguirá con
su vida, con su relación aparentemente perfecta, mientras ustedes se
tienen que dar el lugar de "la otra", un puesto que ninguna mujer
debería aceptar jamás, por amor propio.
Desde pequeñas se nos ha asegurado que somos el sexo débil, las niñas de
la casa, las princesitas de mamá, pero detrás de estos prototipos
existen mujeres pensantes, capaces y guerreras, dispuestas a vivir en
una sociedad en la que ser mujer no es cosa fácil. Ya decía Marilyn
Monroe que no importa vivir en un mundo de hombres, siempre que se
pueda ser una mujer en él.
Cansada del sexo. Agobiada por una vida apasionada en la que el corazón
resultó ser perdedor, me entregué a los brazos de una tranquila pareja,
con el aburrimiento que esto puede acarrear. Y desde mi retiro como
amante, busqué este espacio para dar lecciones a todas las mujeres
que, como yo, disfrutan del sexo, creen en el amor y les tocó vivir en
una sociedad machista, que se niega a reconocerlo.
2. Nunca pidas más porque te será negado (nada de más tiempo, más sexo,
más besos o más caricias y ni sueñes con más amor).
4. Olvídate de que el mejor sexo del mundo será suficiente para que él deje
de comerse a la esposa, la novia y a otras viejas más (puede comerse a
las que quiera al tiempo sin levantar sospecha). Ser buen polvo no
garantiza fidelidad ni lealtad.
Continuará…