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CAMPESINAS Y NATIVAS
INDICE
CAPITULOS Pág.
_____________________________________________________________________
INTRODUCCIÓN 4
CAPITULO I 5
El Tratamiento Legal De Las Tierras ………………………………………...…………... 5
CAPITULO II 7
Artículo 88º ………………………………………………………………..….………..… 7
Artículo 89º ………………………………………………………………..….………..… 7
CAPITULO III 8
Antecedentes Históricos De Las Comunidades Campesinas Y Nativas ……....……......... 8
Época del Incanato ……………………………………………………………………..… 8
Comunidades en la Época Colonial ……………………………………………................ 8
La República y las Comunidades ………………………………………………….……. . 9
CAPITULO IV 11
Antecedentes Constitucionales De Las Comunidades Campesinas y Nativas ..….……... 11
CAPITULO V 13
Comunidades Campesinas Y Nativas ………………………………………….….…….. 13
Las Comunidades Campesinas ……………………………………………........……...... 13
Comunidades Nativas …………………………………………………….….………...... 13
Características de las Comunidades Campesinas y Nativas ……..……….....……….….. 14
Diferencias entre las Comunidades Campesinas y Nativas …………………...............… 15
CAPITULO VI 16
1
Régimen Constitucional De Las Comunidades Campesinas Y Nativas En La
Constitución De 1993 ……………………………………………...………………….… 16
Identidad Étnica y Cultural Y Derecho al uso del Propio Idioma ……………...……...... 17
Existencia Legal y Personería Jurídica de las Comunidades Campesinas y Nativas …… 20
Autonomía de las Comunidades Campesinas y Nativas ……………………..…............ 21
Tierras de las Comunidades Campesinas y Nativas …………………………..……........ 22
Pluralismo Jurídico. (Art.149º de la Constitución Política del Perú) ………….......……. 24
Antecedentes del Pluralismo Jurídico …………………………………….…………….. 25
Rondas Campesinas …………………………………………………………………....... 26
Derecho Consuetudinario ………………………………………………………….......... 28
Jurisprudencia del TC …………………………………………………………................ 29
CAPITULO VII 32
Tratados Internacionales Sobre Comunidades Campesinas Y Nativas ……………......... 32
Acogimiento al Régimen Laboral Agrario …………………………………………........ 34
Contratación Temporal …………………………………………………………….......... 34
Legislación Comparada …………………………………………………………............. 39
CAPITULO VIII 41
Comunidades Campesinas Y Nativas ………………………………………………...…. 41
Disposiciones Generales …………………………………………………………….…... 41
CAPITULO IX 44
Tratamiento Normativo De Las Comunidades Campesinas En La Legislación Peruana....44
A.- Código Civil De 1852 ……………………………………………….……….…..….. 44
B.- Constitución De 1920 ……………………………………….…………………..…... 44
C.- Constitución De 1933 ………………………………………..………………….…... 44
CAPITULO X 45
CAPITULO XI 48
La Propiedad Comunal …….…...……………..………..…….…...…….…...…….......... 48
2
CONCLUSIONES …….…...…………….…...…………….…...…………….……...... 52
BIBLIOGRAFIA …….…...…………….…...…………….…..…………...…...……… 53
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INTRODUCCIÓN
La Constitución Política del Perú de 1993 nos muestra dentro de su contenido dos artículos
de gran importancia para el Derecho Agrario, no sólo por la referencia al desarrollo agrario
del país, sino también, por la relevancia e influencia que la actividad agraria tiene sobre el
Estado en diferentes aspectos (económico, social, cultural).
Es así que este trabajo tiene por objetivo transmitir y explorar acerca del texto de los
artículos 88 y 89 de nuestra actual Constitución Política. Para así entender de manera
precisa y específica el contenido de dichos artículos. También pretendemos aportar a
la comunidad jurídica algunos alcances importantes sobre el Régimen Constitucional de las
Comunidades Campesinas y Nativas, ya que siendo estas últimas reflejo de un pluralismo
socio jurídico de nuestro país.
Iniciaremos con el análisis del artículo 88, enfocándose en el desarrollo agrario, así como
también hablaremos del derecho de propiedad sobre la tierra y su imprescriptibilidad.
Luego pasaremos a analizar a las Comunidades Campesinas y Nativas, las cuales dentro del
artículo 89 nos señalan sus formas de autonomía y por último una referencia al abandono
de tierras por parte de las mismas.
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CAPITULO I
Las tierras de las comunidades campesinas y nativas son objeto de regulación especial. Así,
la Ley General de Comunidades Campesinas, Ley Nº 24656, se refiere, entre otros aspectos
a su organización interna y remite a la Ley de Deslinde y Titulación del Territorio
Comunal, Ley Nº 24657, lo relacionado con la protección de sus tierras. Por su parte, la
Ley de Comunidades Nativas y de Desarrollo Agrario de las regiones de selva y ceja de
selva, Decreto Ley Nº 22175, se ocupa de las comunidades nativas y de sus tierras. Esas
distintas normas comunales han sufrido algunas modificaciones, como las contenidas en la
Ley de Tierras.
Entre marzo y junio de 2008, como parte del paquete de noventainueve decretos
legislativos aprobados por el gobierno de Alan García, se dio el Decreto Legislativo 1015,
el cual modificaba significativamente a la Ley de Tierras en lo relacionado a la disposición
de tierras comunales. Complementariamente, otros decretos legislativos, como el 1064 y el
1089 se ocuparon de las tierras comunales.
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El Decreto Legislativo 1015, al cabo de unos pocos meses fue derogado, reponiéndose en
su vigencia plena a la Ley de Tierras, por lo cual retomó también su vigencia el
Reglamento de dicha Ley, aprobado por el Decreto Supremo Nº 11-97-AG.
Otro aspecto de relevancia tiene que ver con la formalización de la propiedad rural. El
intento oficial más serio para superar la falta de títulos en el campo se dio en 1991, con la
aprobación de la Ley del Registro de Predios Rurales, Decreto Legislativo 667, el cual
sufrió numerosos cambios. El Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural
asumió el impulso del saneamiento de la propiedad rural, hasta su absorción, en 2007, por
el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal COFOPRI. A esta última entidad,
en virtud del Decreto Legislativo 1089, de junio de 2008, se le ha encargado en
exclusividad dichas labores por el plazo de cuatro años.
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CAPITULO II
Artículo 88º
Artículo 89º
Las Comunidades Campesinas y las Nativas tienen existencia legal y son personas
jurídicas. Son autónomas en su organización, en el trabajo comunal y en el uso y la libre
disposición de sus tierras, así como en lo económico y administrativo, dentro del 22 marco
que la ley establece. La propiedad de sus tierras es imprescriptible, salvo en el caso de
abandono previsto en el artículo anterior. El Estado respeta la identidad cultural de las
Comunidades Campesinas y Nativas
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CAPITULO III
Como bien se sabe, las Comunidades Campesinas y Nativas no son creación del Derecho
ya que su formación y existencia son anteriores y preexistentes al mismo, lo que ha hecho
el Derecho es solo reconocer sus derechos a estas organizaciones. En nuestro país, las
Comunidades Campesinas y Nativas tienen un origen muy antiguo en las culturas pre incas,
sin embargo, en nuestro trabajo solo vamos a recoger sucintamente su evolución desde el
incanato hasta la época de la República.
El territorio cultivable en cada región se dividía en tierras del sol, del Inca, de
la comunidad y de los curacas. Las tierras entregadas a los miembros de la parcialidad no
podían ser vendidas, arrendadas, ni transferidas. Eran meros usufructuarios.
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El Virrey Toledo representa el más serio esfuerzo de organización administrativa, al
establecer que los indios que se hallaban dispersos vivirían en reducciones y pueblos, a los
que dotaban de tierras las que serían trabajadas en forma colectiva. Los indígenas se
encontrarían sometidos a sus caciques, utilizados como auxiliares de la
administración Virreinal y a los alcaldes indígenas administradores de la justicia. Se quiso
garantizar la propiedad indígena o crearla en caso de no existir, y permitir la obra del
adoctrínelo y del maestro.
En la colonia existió una clara oposición entre su aspecto formal: La legislación de Indias y
la situación real: La triste y sufrida condición indígena.
Bolívar disolvió por Decretos de 1824 y 1825, las Comunidades indígenas. Ordenó la
parcelación de las tierras, pasando los comuneros a ser dueños de ellas. El Decreto de 1825
estableció que sólo a partir de 1850 podrían los indígenas enajenar sus tierras. Otra Ley de
1828 reconoció a los indios y mestizos por dueños, con pleno dominio de las tierras que en
la fecha ocupasen por reparto o sin contradicción; pero sólo podrían enajenarlas los que
supieran leer y escribir.
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Lejos de consolidarse el derecho de propiedad individual indígena; al amparo De las
medidas que dicta Bolívar por medio del cual se hizo ficticiamente propietario al indio
hubo un crecimiento del latifundio. "El liberalismo inerte frente a la propiedad feudal, solo
se sintió más activo ante las comunidades". El latifundismo se intensifica, además por el
hecho de que nuevos grupos sociales, adquieren el poder político.
Durante los primeros años, la República, vive en pleno caudillaje militar. Se careció de
orientaciones frente al problema indígena.
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CAPITULO IV
Nuestro país ha tenido un total de doce Cartas Políticas, pero no en todas se ha reconocido a
las Comunidades Campesinas y Nativas debido a que estas siempre han estado rezagadas
por el Constituyente al menos hasta el siglo XX, su reconocimiento lo vislumbramos recién
en la Constitución de 1920 Art. 41º que "reconoce la imprescriptibilidad de la propiedad de
las comunidades de indígenas", y el 58º que "reconoce existencia legal de las comunidades
indígenas".
En la Constitución de 1933 se puede ver en los artículos 207º; 208º; 209º; 210º; 211º; 212º.
El Art. 207º señalaba "tienen existencia legal y personería jurídica". El Art.208 establecía
"…que la propiedad de las comunidades estaba garantizada por el Estado…". El Art. 209º
señalaba "…que la propiedad de las comunidades eran imprescriptibles, inajenables e
inembargables, salvo el caso de expropiación por causa de utilidad pública, previa
indemnización". El Art. 210º establecía "…la prohibición de los Concejos Municipales,
corporaciones o autoridad alguna de recaudar ni de administrar de las rentas y bienes de las
comunidades. El Art. 211º establecía "…la preferencia de las comunidades de indígenas
que no las tengan en cantidad suficiente para las necesidades de su población a ser
adjudicadas de tierras por el Estado…". El Art. 212º establecía "…un tratamiento especial a
las comunidades indígenas tanto en el aspecto jurídico, económico, educacional y
administrativo por parte del Estado"
La Constitución de 1979 contenía un capitulo formado por tres artículos que desarrollaban
el tema de las Comunidades Campesinas y Nativas. Además en el Art. 156°, el Estado le
otorga prioridad al desarrollo integral del sector agrario.
También era importante resaltar que, el Estado garantizaba según el Art. 157° el derecho de
propiedad privada sobre la tierra, en forma individual, cooperativa, comunal,
autogestionaria o cualquier otra forma asociativa, directamente conducida por sus
propietarios, en armonía con el interés social y dentro de las regulaciones y limitaciones
que establecen las leyes. Hay conducción directa- aclara el artículo citado- cuando el
poseedor legítimo e inmediato, tiene la dirección personal y la responsabilidad de la
empresa. Las tierras abandonadas pasaban a dominio del Estado para su adjudicación a
campesinos sin tierras.
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Nativas tienen existencia legal y personería jurídica, además eran autónomas en su
organización, trabajo comunal y uso de la tierra, así como en lo económico y administrativo
dentro del marco que la ley establece. También en esta Carta Política ya se reconocía el
pluri-culturalismo jurídico, además él se propiciaba la superación cultural de sus
integrantes".
En el Art. 162º se establecía "…la promoción del el desarrollo integral de las Comunidades
Campesinas y Nativas, además se fomentaba la formación de empresas comunales
y cooperativas"
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CAPITULO V
Si bien es cierto las campesinas y las nativas han sido definidas de una manera conjunta en
el Código Civil, sin embargo es menester hacer una definición independiente de estas dos
organizaciones jurídicas.
Comunidades Nativas
Las comunidades nativas se encuentran normadas por el Decreto Ley N° 22175 Ley de
Comunidades Nativas y de Desarrollo Agrario de las Regiones de Selva y Ceja de Selva y
el Reglamento de la Ley de Comunidades Nativas y de Desarrollo Agrario de las Regiones
de Selva y Ceja de Selva aprobado por Decreto Supremo Nº 003-79-AA. Asimismo, se
rigen por la resolución del Superintendente Nacional de los Registros Públicos Nº 157 -
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2001-SUNARP/SN que aprueba la Directiva N° 005-2001-SUNARP/SN, sobre la
normativa aplicable al procedimiento de inscripciones de las comunidades nativas.
Las Comunidades nativas son organizaciones comunales de interés público, con existencia
legal y personalidad jurídica, que tienen su origen en los pueblos indígenas de la selva y
ceja de selva, constituidas por conjuntos de familias vinculadas por una lengua o idioma,
elementos culturales y sociales, tenencia y uso común y permanente de un territorio, con
asentamiento nucleado o disperso.
Las Comunidades campesinas y nativas poseen una serie de características que le son
reconocidas a ambas y en el Ordenamiento Legal respectivo. Entre los aspectos comunes
del que gozan tenemos:
3.-Son reconocidas con Personería Jurídica con tratamiento especial, por lo que disponen
cada una de su propia ley y reglamento que contribuya a su desarrollo integral.
5.- Están exoneradas del Impuesto a la Renta, al patrimonio empresarial y pago de derechos
de inscripción en los Registros y cualquier otro Sector Público Nacional como consta en el
Art. 28º de Ley 24565 y 24º de Ley 22175.
6.- Gozan de prioridad y preferencia ante las Autoridades correspondientes para sus
trámites administrativos (Art. 32º Ley 24656).
7.- Disponen de cierta Autonomía Judicial en asuntos de menor cuantía, según sus usos y
costumbre siempre y cuando no contravengan la Normativa Vigente. (Art. 149º
Constitución Política).
8.-Pueden constituir empresa de carácter comunal y multi-comunal, así como asociarse con
empresas del Sector Público, Asociativo o privado. Art. 25º de Ley 24656 e inciso d del
Art. 22º Ley 22175).
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9.-Tienen Derecho de Preferencia en la adjudicación de terrenos colindantes, para ampliar
su territorio comunal. (Art. 10º de Ley 24653).
2.-Las Comunidades Nativas tienen su origen en grupos tribales de Selva y Ceja de Selva.
(Art. 8 Ley 22175).
4.-Las Comunidades Nativas, pueden tener en alguno de los casos carácter sedentario o de
migraciones estacionales (art. 10 Ley 22175).
5.-De las Comunidades Campesinas sus tierras pueden ser expropiadas por necesidad o
utilidad pública. (Art. 7 Ley 246567).
6.-A las Comunidades Nativas se les obliga a la servidumbre de paso a oleoductos, para la
exploración y explotación minera (Art. 31 y Art 31 del D.S 003-79AA).
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CAPITULO VI
El Art. 48º que establece "…que son idiomas oficiales el castellano y, en las zonas donde
predominen, también lo son el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes, según la
ley. El Art. 88º regula el régimen agrario; el Art 89º que regula la existencia legal y la
personería jurídica de las Comunidades Campesinas y las Nativas; y el Art. 149º que regula
el ejercicio de la función jurisdiccional por las comunidades campesinas y nativas.
Después de este sucinto análisis del régimen constitucional de las comunidades campesinas
y nativas en la Constitución de 1993 creemos que es necesario estudiar independiente a
cada uno de estos artículos, ya que en el espíritu de estos se encuentran incrustados
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conceptos fundamentales que les hacen organizaciones peculiares a las comunidades
campesinas y nativas en nuestro país.
Además este derecho también está establecido en el Art. 89º que declara: "El Estado respeta
la identidad cultural de las Comunidades Campesinas y Nativas", en concordancia con el
inciso 19 del artículo en comento, que establece el derecho de cada uno de sus miembros a
su "identidad étnica y cultural".
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Esta sentencia en su fundamento 99 expresa que: El inciso 19 del artículo 2º de la
Constitución, reconoce el derecho fundamental de toda persona "A su identidad étnica y
cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de la Nación".
" ….el hecho que la Constitución de 1993 reconozca el derecho fundamental delas personas
a su identidad étnica y cultural, así como la pluralidad de las mismas, supone que el Estado
social y democrático de Derecho está en la obligación de respetar, reafirmar y promover
aquellas costumbres y manifestaciones culturales que forman parte de esa diversidad y
pluralismo cultural, pero siempre que ellas se realicen dentro del marco de respeto a los
derechos fundamentales, los principios constitucionales y los valores superiores que la
Constitución incorpora, tales como la dignidad de la persona humana(artículo 1º de la
Constitución), la forma democrática de Gobierno(artículo 43º) y la economía social
de mercado(artículo 58º).
Este reconocimiento del elemento cultural que está en su contenido, permite señalar que la
Constitución no se limita sólo a ser un conjunto de textos jurídicos o un mero compendio
de reglas normativas, sino la expresión de un cierto grado de desarrollo cultural, un medio
de auto representación propia de todo un pueblo, espejo de su legado cultural y fundamento
de su esperanzas y deseos. (Haberle, Peter. Teoría de la Constitución como ciencia de
la cultura. Madrid: Tecnos, 2000, p.34)
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condicionada, en el sentido de que todas esas manifestaciones, actos, etc., no sean
contrarias a los derechos fundamentales de la persona.
En el Art 2º, inc. 2 se establece que "Toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley.
Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión,
condición económica o de cualquiera otra índole". Este artículo podemos entenderlo con
relación a las comunidades campesinas y nativas; que estas deben ser consideradas igual
que cualquier otra organización jurídica, además se ha establecido que no deben ser
discriminadas por ninguna condición, como bien sabemos, las comunidades campesinas y
nativas son organizaciones peculiares; en el sentido de que sus integrantes tienen una
cultura, costumbre, vestido, modo de vida, conocimientos, ideales de alguna manera
distintos a la población que tiene influencia más occidentalizada. Además, la situación
socioeconómica en la que se encuentran le ha colocado en un estado de vulneración ante el
Estado; es en ese sentido que se debe priorizar su respeto y reconocimiento por el mismo; y
sobre todo conservar sus costumbres y erradicar la discriminación que tenga ante ellas.
También para complementar el segundo párrafo del Art. 2º, inc. 19 que establece el derecho
a usar al propio idioma, en el Art. 48º se ha establecido que: "Son idiomas oficiales el
castellano y, en las zonas donde predominen, también lo son el Quechua, el Aimara y las
demás lenguas aborígenes, según la ley". Como bien se sabe, en algunas de las de las
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comunidades campesinas no se habla el castellano; y ni que decir de las comunidades
nativas en donde predomina otras lenguas, es en este aspecto que nuestro país existe un
plurilingüismo; y al cual ha hecho merito el constituyente del 1993 en reconocerlo y sobre
todo promoverlo y conservarlo. Este artículo de la Constitución Política reconoce y protege
como idioma oficial aquel que predomine en la zona en la cual se hable, dándole así
reconocimiento oficial a las lenguas que emplean las diversas comunidades indígenas y
campesinas en el Perú, protección muy importante para las mismas. Además, el Art. 17° de
la misma se establece que: "…el Estado fomenta la educación bilingüe e intercultural, y
preserva las diversas manifestaciones culturales y lingüísticas…", reconociendo y
protegiendo, por tanto, las diversas lenguas que se mantienen al interior de las
Comunidades Campesinas y Nativas del Perú.
Las comunidades, como personas jurídicas, tienen características que las diferencian de las
demás personas jurídicas, siendo una, por ejemplo, el hecho de que sólo pueden estar
integradas por personas naturales, siendo esto inherente a la propia organización de las
comunidades, pues, sus miembros serán los comuneros parte de una determinada
comunidad, no pudiendo otra persona jurídica adquirir tal calidad. Este requisito se
encuentra establecido en el Art. 134° del Código Civil vigente.
Además, en el Art. 135° del Código Civil se establece que: "Para la existencia legal de las
comunidades se requiere, además de la inscripción en el registro respectivo, su
reconocimiento oficial". Frente al texto de este artículo cabe la pregunta
según FRANCISCO GÓMEZ DE LA TORRE ¿la comunidad adquiere la personería una
vez inscrita o ya la tiene desde antes y no necesita inscripción para ejercitarla? Y la
respuesta según el mismo autor, citando a JAVIER DE BELAUNDE es contundente: "...el
artículo 135 tiene una gruesa violación constitucional ¿por qué razón? Para su existencia
legal -dice el artículo- se requiere, además de la inscripción en el registro respectivo, su
reconocimiento oficial. Una comunidad campesina que no se haya inscrito en el Registro de
Comunidades de los Registros Públicos y que no haya sido reconocida oficialmente no
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tiene existencia legal, lo cual a su modo de ver contraría no solamente el texto y el espíritu
de la Constitución vigente, sino una tradición constitucional instaurada desde el año 1920,
que daba existencia legal a las comunidades campesinas por la sola comprobación de su
existencia".
Existe pues una contradicción entre el Código Civil y la Constitución Política y se puede
sostener que el Art. 135º del Código Civil es inconstitucional y ha sido tácitamente
derogado por el Art. 89º de la Constitución de 1993.
La Constitución en el segundo párrafo del Art. 89º establece que las comunidades
campesinas y nativas "…Son autónomas en su organización, en el trabajo comunal y en el
uso y la libre disposición de sus tierras, así como en lo económico y administrativo, dentro
del marco que la ley establece…"
Aquí en esta primera parte del Art. 89º reproduce en su esencia lo dispuesto por la Carta del
1979 respecto de la autonomía de las comunidades, es decir que son libres para determinar
su organización y forma de trabajo, y en la segunda parte contiene una importante
modificación sobre la propiedad de la tierra comunal, pues faculta su "uso y libre
disposición", con esta disposición se perjudica a la estabilidad de las comunidades
campesinas y nativas en el sentido de que si enajenan sus tierras tienden a desaparecerse ,
ya que la tierra es uno de los elementos esenciales de su existencia.
Según FIGALLO ADRIANZÉN comentando el Art.136º. del Código Civil de 1984, señala
que: " La Constitución de 1993 concluye a su modo de ver este proceso de "retorno hacia la
liberalidad “de las políticas estatales en torno a la propiedad de las comunidades
campesinas y nativas , aun cuando esto deberá ser tomado con pinzas, pues una cosa es la
protección con libertad, es decir dar seguridad a la comunidad para que sus decisiones
internas, incluidas aquellas que tomen en consideración la propiedad de la tierra, puedan ser
respetadas y avaladas, y otra muy distinta es aquel supuesto contenido hoy en la
Constitución de 1993, que establece una liberalidad amenazante, donde por un lado se
otorga autonomía y liberalidad a las comunidades para el "uso y la libre disposición de sus
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tierras... dentro del marco que la ley establece" (artículo 89º); pero al mismo tiempo se
aplica a las tierras de las comunidades campesinas y nativas la cláusula del abandono que
es general para todo tipo de tierras y que está contenida en el artículo 88 que establece:
"Las tierras abandonadas, según previsión legal, pasan al dominio del Estado para su
adjudicación en venta".
La Constitución Política en el Art. 88º establece que: "El Estado apoya preferentemente el
desarrollo agrario. Garantiza el derecho de propiedad sobre la tierra, en forma…o comunal
o en cualquiera otra forma asociativa. La ley puede fijar los límites y la extensión de la
tierra según las peculiaridades de cada zona".
A su vez el segundo párrafo del Art. 89º, regula el régimen de propiedad de las
comunidades campesinas y nativas, estableciendo las características de la misma que es
imprescriptible.
El derecho de propiedad es concebido como el poder jurídico que permite a una persona
usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Así, la persona propietaria podrá servirse
directamente de su bien, percibir sus frutos y sus productos y darle destino y condición
conveniente a sus intereses, siempre que ejerza tales actividades en armonía con el bien
común y dentro de los límites establecidos por la ley; incluso podrá recuperarlo si alguien
se ha apoderado de él sin derecho alguno. En la STC 0005-2006-PI/TC (fundamento 40) el
Tribunal Constitucional ha establecido que: "constitucionalmente el derecho a la propiedad
se encuentra reconocido no solo como un derecho subjetivo, conforme a los incisos 8 y 16
del Art 2º, sino también como una garantía institucional, conforme lo dispone el artículo
70, según el cual el Estado garantiza su inviolabilidad". Pero, además, la constitución
reconoce en su artículo 88º el derecho de propiedad sobre la tierra en forma privada o
comunal.
Se sostiene así que la visión civilista de la propiedad debe ser recompuesta desde una
mirada multicultural, es decir, tomando en cuenta aspectos culturales propios para el caso
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de los pueblos indígenas. Así, el Tribunal Constitucional ha establecido en la STC 0022-
2009-PI/TC la relevancia que las tierras tienen para los pueblos indígenas. En efecto
haciendo suyos los criterios establecidos por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso Yakye Axa vs Paraguay. Específicamente en lo concerniente al vínculo
espiritual de las comunidades para con sus territorios. Es así, que en dicho caso la Corte
Interamericana estableció que "la estrecha vinculación de los pueblos indígenas sobre sus
territorios tradicionales y los recursos naturales ligados a su cultura que ahí se encuentren,
así como los elementos incorporales que se desprendan de ellos, deben ser salvaguardados
por el artículo 21º que regula el derecho a la propiedad privada de la Convención
Americana (fundamento 137 del caso Yakye Axa vs Paraguay)
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Cabe precisar, que el derecho de propiedad, como todo derecho en el marco del Estado
Democrático y Social de Derecho, se encuentra limitado por otros bienes constitucionales,
como lo son los establecidos en los artículos 66º, 67º, 70º y 72º, entre otros.
La riqueza del Perú sin lugar a dudas es profusa, sin embargo lo que vamos a tratar en este
acápite es de la riqueza jurídica, es decir; la pluralidad jurídica, que en nuestra Constitución
está reconocida en el Art 149º y el Art 2º, inc., 19 que ya hemos tratado y algunos tratados
internacionales que por razones didácticas lo vamos a tratar en el último acápite de
este trabajo.
La introducción de los artículos 2º, inc., 19 y 149 en la Carta de 1993, y la ratificación del
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mismo año,
posibilitan superar el modelo teocéntrico y monista sustentado por las constituciones
republicanas, y construir un modelo constitucional pluralista. El reconocimiento de la
diversidad cultural (art. 2º, inc. 19) quiebra la idea del Estado-Nación tal como se entendía
desde la fundación republicana, es decir que el Estado representaba a una nación, en el
sentido de un pueblo homogéneo, con una identidad, cultura, idioma, religión. El
reconocimiento de funciones jurisdiccionales a las autoridades de pueblos y comunidades
indígenas y campesinas, dentro de su ámbito territorial, y siguiendo su propio derecho
consuetudinario -y no el estatal- (art. 149 de la Constitución y los arts. 2º, b; 8, inc.2 en 9º;
1 del Convenio 169) quiebra el modelo de monismo jurídico y constituye la base de un
pluralismo legal interno, sólo bajo el marco de los Derechos Humanos.
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Además, se entiende por pluralismo jurídico la coexistencia de dos o más órdenes jurídicos
en un mismo ámbito de tiempo y de espacio. El concepto de pluralismo jurídico supone una
definición alternativa de derecho, pues si se adopta la definición clásica, el derecho se
reduce a las normas producidas exclusivamente por el Estado. Si se acepta la noción de
pluralismo jurídico, se pone en cuestión la idea del monopolio de la fuerza estatal.
El Perú como país pluricultural alberga dentro de su Estado a otras naciones, coexistiendo
entre sí, estos grupos culturales que rigen normalmente sus actos por el Derecho
Consuetudinario (Derecho informal) son tan originarios del país como aquellos otros que
han impuesto el Derecho oficial. Es por ello que el Estado se ve en la obligación de
reconocer y respetar los diversos colectivos culturales. Por ello en nombre al respeto del
Derecho Consuetudinario de los Pueblos, el mismo que responde a la cultura, a
sus valores propios, se vio en la necesidad de generar cambios en la estructura jurídica del
país, pero éstos cambios no se han dado de un día para otro, sino han sido el producto de
un proceso paulatino a lo largo de nuestra historia.
Recordemos que en el siglo XIX, empieza a nacer la idea de Estado Nación entendiendo
que la correcta forma de administrar justicia es aplicando la teoría del monopolio estatal,
construyendo una nación culturalmente homogénea negando de esta manera nuestra
realidad plural, es decir; se identificaba nación con la idea de un solo pueblo con una sola
cultura, religión, idioma e identidad, el cual debía estar regido por una sola ley y sistema de
justicia. En esta época los derechos colectivos a la tierra, así como la cultura, idioma,
conocimientos, creencias, valores y derecho indígena fueron desconocidos por
la legalidad oficial, mientras que se ejercía la explotación a las tierras comunales, la
marginación política y la discriminación de los indígenas. En este marco el sistema no solo
no reconoció el pluralismo jurídico sino que criminalizo la existencia
de sistemas normativos paralelos.
El Perú como bien sabemos por primera vez reconoce a las comunidades Indígenas en la
Constitución de 1920 en su afán de crear los mecanismos de integración cultural como
sujeto colectivo de derechos y esto se evidencia a partir de la década de los sesenta con
la reforma agraria reconociendo la existencia de la diversidad cultural indígena y
consagrando así el respeto de algunos derechos colectivos específicos como el derecho al
idioma, el derecho a la tierra, a los recursos naturales y parcialmente a la justicia nativa con
el objetivo de integrar a los indígenas a la sociedad nacional y al Estado.
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No obstante, sostiene Danitza Ñiquen Enriquez, que el gran avance que la Constitución de
1920 significo, a nivel jurídico no supuso el cambio del modelo de Estado Nación ni de la
forma de administrar justicia, es por ello que recién en la década de los noventa se cambia
dicha matriz logrando el reconocimiento constitucional, del carácter pluricultural de la
nación y el pluralismo jurídico. En la Constitución de 1993 se logra la aceptación de la
constitucionalidad del derecho consuetudinario, adicionando a ello la ratificación del
convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y
Tribales en Países Independientes, con el cual el Perú adopta el pluralismo jurídico como
una forma de sistema jurídico.
Ahora bien, ya dentro del contexto establecido por la Carta de 1993 se ha reconocido la
pluralidad jurídica en los Arts. 2º, inc. 19 y 149; estos artículos son de suma importancia ya
que desarrollan el reconocimiento de la identidad étnica y cultural y una jurisdicción
especial a las Comunidades Campesinas y Nativas en donde se administre justicia de
acuerdo al Derecho consuetudinario siempre y cuando no se vulneren los Derechos
Fundamentales.
Hay que señalar que el contenido del pluralismo jurídico encierra otros aspectos tales como
a las rondas campesinas, la jurisdicción especial, el Derecho Consuetudinario. Es por ello
que vamos a tratar de una manera concreta estos temas.
Rondas Campesinas
Las Rondas Campesinas según su Ley Nº 27908 son personas jurídicas como forma
autónoma y democrática de organización comunal, y pueden establecer interlocución con el
Estado, apoyan el ejercicio de funciones jurisdiccionales de las Comunidades Campesinas y
Nativas, colaboran en la solución de conflictos y realizan funciones de conciliación
extrajudicial conforme a la Constitución y a la Ley, así como funciones relativas a
la seguridad y a la paz comunal dentro de su ámbito territorial. Los derechos reconocidos a
los pueblos indígenas y comunidades campesinas y nativas se aplican a las Rondas
Campesinas en lo que les corresponda y favorezca.
Como podemos apreciar las Rondas Campesinas son aquellas organizaciones que apoyan a
las Comunidades Campesinas y Nativas a administrar justicia que es la facultad que el
artículo 149º les reconoce.
26
o no integradas a Comunidades Campesinas y Nativas prexistentes "Añade también, que las
Rondas Campesinas son una respuesta comunal ante el problema de la falta de acceso a la
justicia, derecho fundamental que integra el núcleo duro de los Derechos Fundamentales".
De este Acuerdo Plenario, podemos identificar que las Rondas Campesinas, pueden
administrar justicia sin estar necesariamente afiliadas a alguna Comunidad Campesina o
Nativa de acuerdo a los principios de interpretación de unidad de la Constitución,
concordancia práctica y corrección funcional.
Esta jurisdicción está reconocida en el Art.149º de la Constitución de 1993 que señala que:
"Las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, con el apoyo de las Rondas
Campesinas, pueden ejercer las funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de
conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no viole los derechos
fundamentales de la persona. La Ley establece las formas de coordinación de dicha
jurisdicción especial con los Juzgados de Paz y con las demás instancias
del Poder Judicial".
Es así como señala Danitza Ñiquen Enriquez, quien sostiene que la pobreza rural es una
constante en la historia del Perú, lo mismo que en la selva rural. La pertenencia
entre pobreza y pertenencia etnolingüística también es marcada, lo cual está en total
contradicción con nuestra Constitución, pues esta establece la igualdad de idiomas, pero no
hablar el castellano evidentemente los coloca en una situación de inferioridad lo cual es un
grave problema pues se estaría vulnerando derechos tan fundamentales como la igualdad
ante la ley, libre acceso a la justicia, entre otros.
27
Campesinas o Nativas sea distinto a las normas internas que rigen para los demás
ciudadanos, aunque en algunos puntos pueden coincidir.
Hay recordar que esta función jurisdiccional que realizan las mismas, tienen sus límites que
es el respeto de los Derechos Fundamentales. Creemos que aquí existen muchas
dificultades en el sentido de que los integrantes de estas comunidades muchas veces
ignoran el concepto de Derechos Fundamentales.
Es pertinente hacernos una cuestión, ¿Qué pueden entender las comunidades campesinas y
nativas por Derechos Fundamentales? Como bien sabemos, estas comunidades solucionan
conflictos dentro de su jurisdicción, sin embargo existe algunos casos en donde se han
vulnerado los mismos. En todo caso, diríamos que este límite establecido no es eficaz del
todo en la realidad, ya que cuando se administran justicia, se emplea la tortura, castigo
físico, moral, etc.
Por todo esto, creemos que es necesario que el Estado capacite a los dirigentes para que no
se excedan en sus facultades otorgadas a sus comunidades para administrar la justicia.
Derecho Consuetudinario
28
Jurisprudencia del TC
En esta línea, debe subrayarse el artículo 2º, inciso 19, de la Constitución, que establece del
derecho a la identidad étnica y cultural, el artículo 89º que establece que además del
castellano, también son idiomas oficiales el quechua, el aimara y las demás lenguas
aborígenes en las zonas donde predominen. Por su parte, el artículo 89º, reconoce la
autonomía organizativa, económica y administrativa a las comunidades nativas, así como la
libre disposición de sus tierras, reiterándose de igual forma la obligación del Estado de
respetar su identidad cultural. A su vez, el artículo 149º, permite que las Comunidades
Nativas y Campesinas puedan aplicar su derecho consuetudinario, ejercitando funciones
jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial, siempre que no vulneren Derechos
Fundamentales. De otro lado, se ha determinado que las tierras de las comunidades no
29
son materia de prescripción, salvo que sean abandonadas. Y si bien, se reconoce el respeto
de la diversidad y el pluralismo cultural, ello se efectuará siempre que se materialicen
"dentro del marco de respeto a los Derechos Fundamentales, los principios constitucionales
y los valores superiores que la Constitución incorpora, tales como la dignidad de la persona
humana (artículo 1º de la Constitución), la forma democrática de Gobierno (artículo 43º) y
la economía social de mercado (artículo 58º)". Es relevante mencionar también que el
artículo 191 de la Constitución prescribe que la ley establecerá porcentajes mínimos para
hacer accesible la representación de género, comunidades campesinas y nativas, y pueblos
originarios en los Consejos Regionales y Concejos Municipales. Con ello, los pueblos
indígenas -término utilizado en el Derecho internacional- han sido proveídos con
herramientas legales que buscan proteger su existencia y su cosmovisión
(Weltanschauung)".
"Desde la perspectiva multicultural, la idea de una nación conformada por una única y
exclusiva cultura homogénea debe de repensarse. Lo multicultural implica la aceptación de
distintas culturas, manifestaciones culturales y distintas actitudes de ser y entender lo que es
ser peruano, del desarrollo de la libre personalidad, de la visión comunitaria de las
costumbres que provienen de la experiencia histórica, religiosa o étnica; y que informa a su
manera y en su singularidad peculiar la identidad nacional en todas sus variantes...la
tolerancia a la diversidad contempla también diferentes formas de aceptar concepciones de
justicia y de respetar el ejercicio del poder contra mayoritario, siempre que no contravengan
directamente Derechos Fundamentales y los fines esenciales del Estado".
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De esta manera se puede apreciar que en las diferentes sentencias dictadas por el Tribunal
Constitucional el criterio que ese colegiado emite es que se debe proteger a las
Comunidades Campesinas y Nativas no solo por ser una cultura minoritaria que poco a
poco va disminuyendo sino que debido a que ellos fueron los originarios de lo que ahora
corresponde al territorio peruano merecen una protección integral, reconociéndolos además
su identidad y dignidad de existir.
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CAPITULO VII
Partimos del texto constitucional que en, su Cuarta Disposición Final y Transitoria, señala
que los derechos que ella reconoce, se interpretan de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y con los tratados sobre esta materia ratificados por el
Perú.
El Convenio N° 169
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Las Comunidades Campesinas y Nativas tienen como instrumento internacional de
protección el Convenio N° 169, de la OIT, sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países
independientes, de 1989. Conforme al artículo 1 de dicho tratado internacional, éste se
aplica a los allí llamados "pueblos interesados", que son:
Por último el Convenio obliga a los Estados partes a adoptar las medidas que se precisen
para salvaguardar a las personas, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio ambiente de
los pueblos interesados (artículo 4º, inciso 1).
«Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas
interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su
consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus
tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la
utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo» (artículo 32º.2).
Podemos ver que esta Declaración va más allá que el Convenio N° 169 en lo que respecta a
la consulta en las actividades de la industria extractiva. En efecto, para el Convenio N° 169
(artículo 15º, inciso 2) la consulta tiene por fin "determinar" si los intereses de los pueblos
se verían perjudicados por la industria extractiva; mientras que para la Declaración, la
consulta busca obtener el "consentimiento" de las Comunidades antes de aprobar cualquier
proyecto de industria extractiva que afecte sus tierras o territorios y otros recursos.
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Toda empresa agrícola conforme a su objeto establecido en su constitución se deberá
dedicar a la explotación de bienes raíces y agrícolas, sean estos propios o arrendados, así
como al cultivo, producción, comercialización y exportación de los productos agrícolas y
frutícolas originados en esta producción, toda otra actividad agrícola conexa con las
anteriores.
Los beneficios que se obtendrían si se crea una nueva empresa cuyo objeto principal sea de
cultivo y agroindustrial, y se acoja al régimen agrario.
Para que la nueva empresa se acoja a los beneficios del régimen laboral agrario, deberá
presentar ante la SUNAT la Declaración Jurada de Acogimiento a los Beneficios
Tributarios de la Ley de Promoción del Sector Agrario y de la Ley de Promoción y
Desarrollo de la Acuicultura[1] en la que se señale que la actividad principal a la que se
dedica es de ámbito de aplicación a la ley agraria.
La nueva empresa una vez acogida al régimen agrario puede celebrar contratos de trabajo a
plazo determinado o indeterminado.
Se deberá celebrar por escrito, pudiendo ser utilizados cualquiera de las modalidades
establecidas en la LPCL y presentarlos al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
(MTPE), considerándose el siguiente procedimiento:
I. Presentación y registro:
La nueva empresa deberá presentar hasta el último día hábil de cada semestre calendario
ante la Autoridad Administrativa de Trabajo (AAT) de su jurisdicción correspondiente, la
solicitud de su registro adjuntando lo siguiente:
34
- Una copia simple del Registro Único de Contribuyentes (RUC) de la nueva
empresa.
- Copia simple del Formulario N° 4888
La nueva empresa deberá registrar a sus trabajadores a través del PDT-601 – Planilla
Electrónica, a través del portal web del MTPE.[3] Ingresando al módulo de registros de
contratos nacionales, adjuntado en formato PDF, el contrato sujeto a modalidad y anexando
el Formulario N° 4888. Debiendo señalar en el rubro “Tipo de Trabajador” el código 64:
“Trabajador agrario dependiente, Decreto Ley 885”. Con el llenado de tales datos,
automáticamente la planilla electrónica reflejará el aporte del empleador del 4% por
concepto de Seguro de Salud Agrario.
La nueva empresa podrá estar exonerada del pago de las tasas administrativas al Ministerio
de Trabajo y Promoción del Empleo, siempre que se cumpla con presentar los contratos
hasta el último día hábil de cada semestre calendario ante la Autoridad Administrativa de
Trabajo (AAT).
En caso de ser presentados los contratos en forma extemporánea, la nueva empresa deberá
pagar una tasa en el Banco de la Nación equivalente al 0.32% de la UIT[4] por cada
contrato, es decir S/.12.16
La nueva empresa deberá establecer una jornada laboral de trabajo que no supere las ocho
horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales, al igual que el régimen común conforme
se establece en la Carta Magna.
Sin embargo, debido a la naturaleza de labores que realizan los trabajadores (sobre todo en
el campo), la ley agraria permitiría a la nueva empresa pueda establecer jornadas de trabajo
acumulativas, siempre que el número de horas trabajadas no exceda en promedio los límites
máximos previstos por la ley de jornada laboral antes indicada, otorgándose pagos de
sobretiempo.
Por otro lado, se deberá exhibir el horario de trabajo, en el cual conste el refrigerio, el cual
no puede tener una duración inferior a cuarenta y cinco (45) minutos.
IV.- Remuneración:
El trabajador agrario deberá recibir una Remuneración Diaria (RD) mínima de S/. 23.41,
suma que comprende el pago de dos beneficios sociales, la compensación por tiempo de
servicios (CTS) y las gratificaciones legales (Fiestas Patrias y Navidad).
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V.- Descanso Vacacional:
El descanso vacacional para los trabajadores que laboren en una empresa acogida al
régimen laboral agrario, es de quince (15) días calendarios por cada año de servicios o la
fracción que corresponda, salvo acuerdo entre el trabajador y el empleador para un período
mayor.
Tal descanso representa un beneficio para la nueva empresa por cuanto permite contar con
más días efectivos trabajados por parte de los trabajadores, lo cual repercute en una mayor
productividad y competitividad para la empresa.
Si el trabajador agrario no descansa dentro del año que le corresponde, tendrá derecho al
pago de la indemnización vacacional establecida en el Decreto Legislativo N° 713, norma
que regula los descansos remunerados.
Teniendo en cuenta que el trabajador agrario percibe una remuneración o jornal diario, en
caso sea despedido en forma injustificada tiene derecho a quince (15) remuneraciones
diarias por cada año completo de servicios, con un máximo de ciento ochenta (180)
remuneraciones diarias. Las fracciones de años serán abonadas en dozavos.
El Seguro de Salud Agrario cubre las prestaciones de salud y económicas del afiliado como
de sus derechohabientes. Los trabajadores cubiertos por el SSA no están sujetos a la
obligatoriedad de cualquier otro régimen de seguridad social en salud.
Por su parte, los trabajadores y sus derechohabientes tendrán derecho a las prestaciones del
seguro social de salud, siempre que aquellos cuenten con tres meses de aportaciones
consecutivos o con cuatro no consecutivos dentro de los doce meses calendarios anteriores
al mes en el que se inició la casual. En caso de accidente, bastará que exista afiliación.
La nueva empresa deberá retener por el Sistema Nacional de Pensiones (SNP) o Sistema
Privado de Pensiones (SPP) al igual que en el régimen común, el porcentaje que cada
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régimen pensionario se aplique, según sea el sistema previsional que haya sido escogido
por el trabajador agrario.
Sin perjuicio de lo anterior, la nueva empresa deberá realizar también la retención del
Impuesto a la Renta de Quinta Categoría, en caso de que las remuneraciones de algún
trabajador agrario superen las siete (7) UIT al año.
La nueva empresa deberá cumplir con las obligaciones en materia de seguridad y salud en
el trabajo, establecidas por las normas que las regulan.
Así, entre las principales obligaciones que se puede citar, están las referidas a la
elaboración del reglamento interno de seguridad y salud en el trabajo, la conformación del
Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo, la elaboración de registros de seguridad y salud
en el trabajo, la capacitación, entre otras.
Además la nueva empresa deberá adoptar las medidas de prevenciones de riesgo que
protejan la salud y seguridad de los trabajadores, tales como la fumigación de zonas
agrícolas que sean necesarias a fin de cuidar la salud del trabajador agrario, la entrega de
equipos de protección para el trabajador agrario cuando realice el sembrío o la cosecha, el
mantenimiento continuo de las maquinarias, la entrega de indumentaria apropiada para
evitar heridas punzocortantes, la capacitación necesaria para realizar la cosecha, realizar
mantenimiento a los sistemas de regadío, contar con un botiquín de primeros auxilios, entre
otras.
En el régimen laboral agrario se aplican las mismas causales por las que se extingue la
relación laboral en el régimen laboral común, es decir, las contempladas en el artículo 25°
del Decreto Supremo N° 003-97-TR, TUO de la Ley de Productividad y Competitividad
Laboral.
Diferencias entre los Beneficios Laborales del Régimen Laboral Agrario y el Común
37
La empresa puede remunerar en forma La empresa debe remunerar en forma diaria.
mensual, semanal o diaria.
El pago por Compensación por Tiempo de El pago por Compensación por Tiempo de
Servicios es semestral Servicios está incluida en la remuneración
mínima diaria.
La base imponible del aporte no puede ser La base imponible del aporte puede ser
inferior a la remuneración mínima vital. inferior a la remuneración mínima vital.
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etc. Pero aún no se sabe desarrollar la inteligencia comercial; el tema de investigación, el
manejo de información, la innovación y la inteligencia comercial.
Se debe congregar el estado, el sector privado para proveer los fondos y las universidades
para la investigación. Falta gestión ambiental, gestión tecnológica, gestión de calidad (los
ISOS).
Legislación Comparada.
- COSTA RICA.- La Ley 7316, reconoce la aspiración de los pueblos indígenas a asumir el
control de sus propias instituciones y formas de vida, de su desarrollo económico, a
mantener y fortalecer sus identidades, lenguas y religiones, todo esto dentro del marco de
las zonas de territorio en los que viven.
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- URUGUAY, MÉXICO Y BOLIVIA.- Reconocen legalmente a las Organizaciones
Comunitarias Rurales y Urbanas y les abre la posibilidad de adquirir personería jurídica
para que participen activamente en el manejo de los municipios.
40
CAPITULO VIII
Disposiciones Generales
El artículo 134° indica que las Comunidades Campesinas y Nativas son organizaciones
tradicionales y estables, de interés público, que las comunidades están integradas por
personas naturales denominadas comuneros y sobre todo remite su regulación a
su Legislación Especial.
En ese sentido, la inscripción de una comunidad ante el registro pertinente no es, ni debe
ser un acto constitutivo, sino simplemente uno administrativo – declarativo, y la formalidad
registral no constituir un requisito para su validez, pues, las comunidades deberían ser
reconocidas por la simple comprobación de su existencia.
Se presume que son propiedad comunal las tierras poseídas de acuerdo al reconocimiento e
inscripción de la comunidad".
41
Se entiende que la primera parte del presente artículo ha sido modificado tácitamente por el
artículo 89° de la Constitución Política de 1993, que sólo le reconoce el carácter de
imprescriptible a las tierras comunales, con las posibles consecuencias ya señaladas líneas
arriba.
“Artículo 137°.- "El Poder Ejecutivo regula el estatuto de las comunidades, el cual consagra
su autonomía económica y administrativa, así como los derechos y obligaciones de sus
miembros y las demás normas para su reconocimiento, inscripción, organización y
funcionamiento".
“Artículo 138°.- "La asamblea general es el órgano supremo de las comunidades. Los
directivos y representantes comunales son elegidos periódicamente, mediante voto
personal, igual, libre, secreto y obligatorio."
Esta es una norma adecuada a la realidad de las comunidades, puesto que no todos los
comuneros tienen los mismos derechos y obligaciones dentro de la comunidad.
La Asamblea General no por ser el órgano máximo puede decidir incluso en contra de su
propio estatuto, pero sucede muchas veces el que es difícil para estas organizaciones
adecuarse a éstos márgenes legales. De ahí que surge la necesidad de una legislación
especial unificada y sobretodo flexible, respetando ante todo las costumbres, pues ocurre
que a mayores normas impuestas, mayores trabas, ya que éstas no guardan armonía con la
verdadera naturaleza de estas organizaciones.
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“Artículo 139°.- Las comunidades tienen un padrón general actualizado con el nombre,
actividad, domicilio y fecha de admisión de cada uno de sus miembros, con indicación de
los que ejerzan cargos directivos o representación.
Las comunidades tienen, asimismo, un catastro en el que constan los bienes que integran su
patrimonio.
En el padrón general y en el catastro constan también los demás datos que señale la
legislación especial.
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CAPITULO IX
Siendo la máxima expresión de nuestro liberalismo inspirado en los principios clásicos del
Derecho Romano y del Código Napoleónico; en él se reafirma la propiedad ordinaria u el
reparto iguala de las herencias. Tácitamente se reitera la abolición de las comunidades.
La constitución de 1920 rectificó en parte, los errores de toda una centuria de legislación
individualista, al reconocer la existencia legal de las comunidades y la imprescriptibilidad
de sus tierras.
Art. 41º.- Los bienes de propiedad del Estado, de instituciones públicas y de comunidades
de indígenas son imprescriptibles y sólo podrán transferirse mediante título público, en los
casos y en la forma que establezca la ley.
Art. 58º.- El Estado protegerá a la raza indígena y dictará leyes especiales para su desarrollo
y cultura en armonía con sus necesidades. La Nación reconoce la existencia legal de las
comunidades de indígenas y la ley declarará los derechos que les correspondan.
La constitución de 1933, les consagra todo un título (Título XI), les reconoce existencia
legal y personería jurídica, garantiza la integridad de sus tierras, para lo cual establecía el
levantamiento de los respectivos catastros, señaló que sus tierras con imprescriptibles e
inajenables; expresa el propósito de dotar de tierras a las comunidades que carezcan de la
suficiente; fija su autonomía frente a los Consejos Municipales y se obliga a dictar una
legislación especial indígena.
44
CAPITULO X
COMUNIDADES DE INDIGENAS
Artículo 207º.- Las comunidades indígenas tienen existencia legal y personería jurídica.
Normas Especiales:
Las principales leyes y normas especiales relativas a las comunidades son las siguientes:
- Ley 24656 - Ley General de Comunidades Campesinas. Esta Ley declara de interés
nacional e interés social y cultural el desarrollo integral de las comunidades campesinas.
Dicha ley, además de definir a las comunidades campesinas y sus funciones, señala quiénes
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son comuneros, sus derechos y obligaciones, así como su organización administrativa,
consistente en una Asamblea General, una Directiva Comunal y si la comunidad lo decide
algunos Comités Especializados, tanto por actividad como por anexos. El Estado reconoce
a las Comunidades Campesinas como instituciones democráticas, fundamentales,
autónomas en su organización, trabajo comunal y uso de la tierra, así como en lo
económico y administrativo.
- Ley 24657, Ley de Deslinde y Titulación del Territorio de las Comunidades Campesinas.
Hace alusión a las tierras originarias de la comunidad. Es una norma importante, en tanto
establece cuales son las tierras comunales. De igual forma establece el proceso de
saneamiento físico legal de las Comunidades Campesinas, y los requisitos para inscribir los
respectivos títulos de propiedad de las comunidades.
- Decreto Ley 25902, Ley que crea el El Proyecto Especial de Titulación de Tierras y
Catastro Rural – PETT. El PETT actualmente ha sido fusionado con el Organismo de
Formalización de la Propiedad Informal - COFOPRI, y tenía la función de perfeccionar la
titulación de las tierras incluidas en la Reforma Agraria, extendiéndose luego a la función
de supervisar las actividades de titulación y deslinde de las Comunidades Campesinas y
Nativas que se realicen a nivel nacional, así como dictar las regulaciones necesarias a través
de las respectivas directivas.
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Cajas de Crédito Comunal. Esta última parte del Reglamento fue sustituida por el Decreto
Supremo 045 – 93 - AG, que creó las Empresas Comunales y Multi-comunales de Servicios
Agropecuarios.
- Decreto Legislativo 613, Código del Medio Ambiente, Artículo 54°. Establece que el
Estado peruano reconoce el derecho de propiedad de las comunidades campesinas y nativas
ancestrales sobre las tierras que poseen dentro de áreas naturalmente protegidas.
Las referidas disposiciones legales, han venido siendo modificadas por normas que legislan
de manera puntual sobre algún aspecto de dichas Comunidades, pero que sin embargo no
han logrado su objetivo a cabalidad, creándose más bien una suerte de dispersión legislativa
que dificulta su conocimiento y aplicación. Además en la actualidad se vive un proceso de
modernización de gestión del Estado así como de un proceso de Descentralización y
Regionalización que hacen viable que las Comunidades Campesinas y Nativas se
desarrollen dentro del campo de la modernidad, así como en igualdad de condiciones y sin
discriminación alguna en todos los actos de gestión pública, lo cual haría necesario la
unificación y ordenamiento de las normas que las regulan.
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CAPITULO XI
LA PROPIEDAD COMUNAL
Los principales conflictos que afectan a las Comunidades Campesinas y Nativas están
normalmente vinculados a las tierras, a su propiedad y a su defensa, siendo por tanto
importante lo relativo al saneamiento legal o formalización de la propiedad comunal.
En los últimos años el Estado ha procurado dar solución a la falta de saneamiento legal de
la propiedad comunal, a través de la entrada en vigencia de diversas leyes y de la aplicación
de políticas orientadas a mejorar la situación legal y estado de dichas tierras.
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permite que cualquier persona natural o jurídica, no necesariamente comunera, adquiera y
se vuelva propietaria de tierras agrarias sin límite en ese sentido, pudiendo las
comunidades perder su principal capital y elemento característico, las tierras comunales. No
obstante esto, no puede negarse el también eventual efecto positivo de la norma, en tanto
permite el otorgar las tierras comunales en adjudicación individual o familiar a favor de sus
propios comuneros, lo cual, entendemos, cumpliría con el fin de lo estipulado en la
constitución, siendo también positiva la posibilidad del autofinanciamiento de las
comunidades al poder dar en garantía las tierras comunales, pero con el eventual riesgo de
perderlas en caso de incumplimiento.
“...Las tierras de las Comunidades Campesinas son las que señala la Ley de Deslinde y
Titulación...”
De esa manera se determinó que la Ley 24657 sea la que establezca que se consideraba
propiedad o tierras comunales, estableciendo en su Artículo 2° lo siguiente:
“El territorio comunal está integrado por: Las tierras originarias de la comunidad, las tierras
adquiridas de acuerdo al derecho común y agrario, y las adjudicadas en virtud de la
Reforma Agraria. Las tierras originarias comprenden las que la comunidad viene
poseyendo, incluyendo las eriazas y las que indican sus títulos...”
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Agrarios (antes Juzgados de Tierras) el ritmo de formalización de la propiedad comunal se
redujo significativamente.
La Ley Orgánica del Ministerio de Agricultura, Decreto Ley 25902, creó el Proyecto
Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural - PETT. La misión del PETT no fue
atender el problema de las comunidades campesinas, sino llevar a cabo las acciones
necesarias para perfeccionar la titulación en el registro de los predios rurales expropiados
durante la vigencia de Decreto Ley 17716, Ley de la reforma Agraria. El artículo 6° del
primer Reglamento de Organización y Funciones del PETT agrego: "Realizará además, la
titulación de los predios rurales que actualmente se encuentren en propiedad del Estado y
que éste adjudique o transfiera con posterioridad a la vigencia del Decreto Legislativo 653."
No obstante esto, a través de sucesivas modificaciones a dicho Reglamento, se fue
otorgando al PETT mayores atribuciones en materia de formalización de la propiedad
predial en el sector rural, siendo el deslinde y titulación una facultad de las Direcciones
Regionales que el PETT asumió en algunos casos.
Es importante resaltar que esta legislación genero una tendencia hacia la titulación
individual de las tierras comunales, que si bien se hacía a favor de los mismos comuneros,
genero la fragmentación de la tierra comunal en unidades de propiedad familiar. Se debe
tomar en cuenta la característica especial de las tierras comunales, en tanto, acepta la
ficción de la existencia de tierras familiares y de tierras comunales en un mismo territorio,
las primeras propias a los comuneros o familias y las segundas destinadas a zonas, por
ejemplo, de pastoreo.
"Para disponer, gravar, arrendar o ejercer cualquier otro acto sobre las tierras comunales de
la Sierra o Selva, se requerirá del Acuerdo de la Asamblea General con el voto conforme
de no menos de los dos tercios de todos los miembros de la Comunidad".
Es importante resaltar que esta restricción es favorable pero a la vez solo aplicable a las
comunidades de la sierra y
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Selva, más aún cuando a través de la Ley 26845, Ley de Titulación de Tierras de las
Comunidades Campesinas de la Costa, se eximio del señalado requisito a la transferencia
de las tierras de las comunidades de la Costa; su artículo 1° establece lo siguiente:
Dicho todo esto, resulta evidente que la legislación no ha tratado de la mejor manera lo
referente a la protección de las tierras comunales, propiedad que es importante regular por
la relevancia social y económica que implica para nuestro país, resaltando además que la
orientación de nuestra actual Constitución debería entenderse como una que busca que los
miembros de las Comunidades Campesinas y Nativas, como ciudadanos que son, tengan
los mecanismos legales que les permitan disponer o gravar su propiedad comunal en
búsqueda del desarrollo de las propias comunidades sin perder por ello sus tierras, debiendo
buscar desarrollar una mejor, más ordenada y más precisa legislación especial que
complemente lo establecido por la Constitución a fin de evitarse el perjudicar la realidad de
las propias comunidades, pues, las mismas no pueden ser tratadas como un grupo titular de
una copropiedad común y corriente, tomándose en cuenta las opiniones y decisiones de
los comuneros integrantes de las mismas, los que deben gozar de las garantías mínimas que
les permitan proteger sus predios.
51
CONCLUSIONES
52
BIBLIOGRAFIA
Linkografia:
Daniel Rafael Díaz. Régimen constitucional de las comunidades campesinas y
nativas. [en línea]. Disponible en:
http://www.monografias.com/trabajos94/regimen-constitucional-comunidades-
campesinas-y-nativas/regimen-constitucional-comunidades-campesinas-y-
nativas.shtml [2014, 11 de mayo].
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