TECNOLOGÍA Y VIDEOJUEGOS ONLINE

El homo descubrió la tecnología hace cientos de miles de años como una manera
efectiva de articular su voluntad sobre el mundo para modificarlo de acuerdo a su
conveniencia y provecho. Como ilustración recordemos la primera escena de la obra
maestra de Stanley Kubrick, 2001, en la que un homínido descubría las aplicaciones de
una simple palanca al golpear un hueso.
Esta afirmación resulta incluso más evidente hoy en día, porque las aplicaciones
tecnológicas de la ciencia nos permiten hacer cosas como especie que hasta hace bien
poco eran propias de la ciencia ficción: la clonación, la producción de carne en un
laboratorio a partir de células madre, los organismos modificados genéticamente…
Hasta se habla, desde hace unos años ya, de que estamos llegando a nuestro final como
especie, porque nuestros nietos, y si no nuestros bisnietos, serán ya poshumanos.
La tecnología ha cambiado también algo tan antiguo como contar una historia. Si en un
principio, sumerios o acadios se contaban en voz alta, unos a otros, historias cotidianas
o hazañas increíbles, poco después dieron con el feliz hallazgo de la escritura, que les
permitió escuchar lo que alguien que no tenían delante había dicho en otro lugar y en
otro momento. Más tarde aún, se inventó el libro: que es un acto de prestidigitación; o
también, un acto de la imaginación, además de un prodigio tecnológico.
En esta larga historia nuestra en la que todo cambia, y no cambia nada, volvemos a
contarnos historias. Pero esta vez, aquello que antes nos imaginábamos en nuestra
mente, ahora alguien lo proyecta en nuestra pantalla del teléfono móvil, el ordenador o
las Oculus Rift, las gafas de realidad virtual.
Todo cambia, y no cambia nada. Si leer nos permitió sentirnos menos solos cuando lo
estamos, los videojuegos nos permiten jugar con gente de otros lugares, y así también
estamos un poco menos solos. En este mundo globalizado podemos jugar en
plataformas multijugador, sin la necesidad de instalar ningún software, con jugadores
de cualquier parte del mundo. Es el mundo de los casinos en vivo, donde se encuentran
jugadores de todas partes a jugar a la ruleta, el póquer, el blackjack, las tragaperras o el
baccarat desde la comodidad de su propia casa.
Todo cambia, y no cambia nada: creamos realidades dentro de otras realidades, sea a
través de los libros o de la última tecnología aplicada a los videojuegos, porque
necesitamos evadirnos, necesitamos olvidar al menos por un momento quienes somos
y ser otros, aquellos con los que soñamos ser.