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INFORME DE LOS
DERECHOS
FUNDAMENTALES
FACULTAD CURSO: Defensa Nacional y
derechos Humanos
DE DOCENTE: Villegas Salazar Saul
Desde hace algunas décadas atrás, en América Latina se vienen condensando y afirmando
como derechos fundamentales de los sujetos de derechos, a un conjunto de necesidades
materiales y espirituales, dentro y fuera del Estado de Derecho. Asimismo, podemos
precisar que, los derechos fundamentales son aquellos derechos inherentes al ser humano
que pertenecen a toda persona sin excepción, en razón a su dignidad humana.
Conforme con lo indicado por el profesor Alberto Anguita Susi, el diseño constitucional y
legal para la defensa de los derechos fundamentales se sustenta, en cuanto al
ordenamiento jurídico español respecta, en la garantía jurisdiccional, que protagonizan los
jueces y tribunales ordinarios, mediante el proceso preferente y sumario. Este sistema
implica, por tanto, que los garantes naturales de los derechos son los tribunales, mientras
que el Tribunal Constitucional lo es de manera subsidiaria y excepcional.
El Estado constitucional de derecho supone, entre otras cosas, abandonar la tesis según la
cual la Constitución no era más que una mera norma política; vale decir, una norma carente
de contenido jurídico vinculante y compuesta únicamente por una serie de disposiciones
orientadoras de la labor de los poderes públicos, para consolidar la doctrina conforme a la
cual la Constitución es también una norma jurídica; es decir, una norma con contenido
dispositivo capaz de vincular a todo poder (público o privado) y a la sociedad en su conjunto.
Siguiendo al profesor Luigi Ferrajoli, los principios en los que se fundamentan los derechos
constitucionales son:
La relación entre Derecho Procesal Civil y el Derecho Constitucional puede implicar una
serie de matices y precisiones. A efectos prácticos, nos interesa aquí resaltar que
determinadas instituciones procesales, aplicables en los procesos civiles, se han “colado”
en el derecho constitucional dando origen a una especie denominada derecho procesal
constitucional y que han ido adquiriendo una particular singularidad en el desarrollo de los
procesos constitucionales. En efecto, hoy ya nadie pone en duda que las normas
reguladoras de los procesos constitucionales deben ser estudiadas con independencia de
las normas constitucionales sustantivas.
El articulo II del Código Procesal Constitucional señala que, son fines del proceso
constitucional, garantizar la primacía de la Constitución y la vigencia efectiva de los
derechos constitucionales; siendo que, la finalidad se refleja en la estructura de los mismos
procesos, los orgánicos o de legalidad y los de libertad, los primeros, destinados
a garantizar la supremacía constitucional y los segundos la efectividad de los derechos
fundamentales.
En este caso, debemos tener presente que el principio procesal aplicable a los procesos
constitucionales conforme se ha desarrollado en la doctrina, legislación y en la
jurisprudencia son los siguientes: inmediación, dirección judicial, impulso de oficio,
economía y gratuidad procesal, socialización del proceso, principio pro actione y iura novit
curia.
Asi también, se debe tener presente el principio de procuración oficiosa; el principio–
derecho debido proceso, el derecho–principio de la tutela procesal efectiva.
El artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional establece los principios
procesales que regulan los procesos constitucionales. La norma señala expresamente:
Los principios procesales recogidos en el artículo III del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional constituyen el pórtico hermenéutico que ordena y sistematiza a
toda la legislación procesal que allí se recoge. Su utilización, si bien también predicable en
los procesos ordinarios, en los procesos constitucionales es fundamental e ineludible. La
importante entidad de los procesos constitucionales, en tanto instrumentos protectores de
la supremacía normativa de la Constitución y de la vigencia efectiva de los derechos
fundamentales, dota a los principios procesales de una gran fuerza normativa que, en este
punto, establece una marcada diferencia con los procesos ordinarios donde la
trascendencia de su aplicación es de menor grado.
El principio de socialización del proceso tiene como finalidad que las posibles
desigualdades de las partes procesales, no obstaculicen en llegar a una solución justa para
ambas partes en conflicto; vale decir, el principio de socialización procesal es una de las
manifestaciones del tránsito del Estado liberal hacia el Estado social, de manera tal que la
falacia formalista en virtud de la cual el principio de igualdad solo adquiere plena vigencia
con una conducta absolutamente pasiva y contemplativa del Estado.
“La urgencia y la tutela procesal efectiva, propia de los procesos constitucionales, implica
el proceso de economía y celeridad procesal en la medida que se debe adecuar las vías
procesales y todos los actos del proceso a los fines del mismo”.
Se precisa que, la importancia del principio pro actione radica también en su estrecha
relación con el principio pro homine y pro libertatis, que establecen que ante diferentes
interpretaciones de un dispositivo legal, se debe optar por aquella que conduzca a una
mejor protección de los derechos fundamentales, descartando así las que restrinjan o
limiten su ejercicio. Vale decir, el principio pro homine impone que, en lugar de asumirse la
interpretación restrictiva e impedir el derecho a la efectiva tutela jurisdiccional, se opte por
aquella que posibilite a los recurrentes el ejercicio de dicho derecho.
Finalmente, se señala que, una derivación importante del principio pro actione es el
principio iura novit curia, establecido también en el artículo III del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional. Es obligación del juez aplicar correctamente el derecho
que está relacionado con el valor justicia, dado que lo que debe prevalecer es la defensa
de los derechos fundamentales y la supremacía de la constitución.
Por otro lado, el articulo III del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional
establece la obligación de adecuar las formalidades previstas en dicha norma al logro de
los procesos constitucionales, dicha prescripción se realiza justamente en el ejercicio de la
autonomía procesal, pesto que el medio por el que el Tribunal adecua los procesos es
dictando determinadas reglas procesales, para lograr los fines de los procesos indicados.
6. Organismos
La persona que no encuentra tutela judicial a sus derechos humanos violados con la
sentencia de última instancia de la corte de su país; goza del derecho de apelar ante el
Sistema Americano. El sistema tiene dos organismos la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así, la persona
afectada puede ir ante la Comisión para que examine y medie en el caso; pero, si
encontrase responsabilidad en el Estado infractor que se niega a asumir, podría apelar ante
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para que asuma competencia y resuelva
jurisdiccionalmente la demanda que hace suya o un Estado directamente.
7. Conclusiones:
Bibliografía
DÍAZ, D. S. (2010). Ensayo sobre los derecho fundamentales. Obtenido de
https://www.monografias.com/docs/Ensayo-sobre-derechos-fundamentales-
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https://publications.europa.eu/es/publication-detail/-/publication/7ea1f0eb-6937-
11e8-ab9c-01aa75ed71a1/language-es
Vásquez León, Jorge. El Tribunal Constitucional y la configuración de su Derecho
Procesal. En: Justicia Constitucional. Revista de Jurisprudencia y Doctrina. Lima 2006.