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Para el caso de América Latina, además de las guerrillas, el enemigo interno podía
ser cualquier persona, grupo o institución nacional que tuviera ideas opuestas a la de los
gobiernos militares (Leal, 2003, p. 75). Lo que es clave para analizar muchas de las
masacres, torturas y atrocidades en contra de los derechos humanos perpetrados por
algunos gobiernos simpatizantes con esta doctrina. Fue así como este concepto comenzó a
desplazar a las instituciones castrenses y se convirtió en una especie de “razón social” o
rótulo para designar una amplia gama de acciones llevadas a cabo por los militares de la
región. Incluso en ocasiones, ha servido para hacer denuncias públicas y privadas de
acciones criminales, pero también para descalificar prácticamente cualquier tarea militar
(Leal, 2003, p. 75) No debemos olvidar que este concepto fue adoptado en muchos países
de América Latina, aunque no se tenía una comprensión clara de su estructura conceptual,
ventajas y desventajas.
Todo esto trajo consigo un gran desarrollo tecnológico militar, capacidad velica
altamente móvil y tecnificada. Lo que sería una de las características que llevaría a la
declinación de la Doctrina de Seguridad Nacional. Pues muchas de las “instituciones
armadas latinoamericanas tuvieron poca participación, por no contar con el personal
capacitado para operar el armamento de última generación” (Leal, 2003, p. 80). A esto se
sumaría la preocupación por la violación a los derechos humanos por parte del presidente
Carter en los Estados Unidos y la obsolescencia de la guerra como medio de resolución de
conflictos en los años 80. Apareció para aquel entonces la denominada “guerra de baja
intensidad”, que fue la “nueva forma de intervención militar, creada cuando la Doctrina de
Seguridad Nacional iniciaba su decadencia en el Cono Sur” (Leal, 2003, p. 81). Fue así
como las instituciones castrenses latinoamericanas se vieron en la necesidad de buscar su
propia definición estratégica. Según Leal (2003), la crisis del modelo de desarrollo
económico latinoamericano y el fin de la tutela militar de Estados Unidos facilitaron el
proceso de desmilitarización de los gobiernos. Surgiendo así, el llamado proceso de
democratización de la región.