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Vázquez Rojas, Genaro

Profesor y guerrillero. Nació el 15 de julio de 1930 en San Luis Acatlán; murió el 2 de febrero de
1972 –de acuerdo al reporte oficial– en un accidente automovilístico en el puente de Irapeo, cerca
de Morelia.

Fue hijo del señor Alfonso Vázquez y de doña Felícitas Rojas, campesinos y casi
analfabetos; el papá, que apenas podía leer, llegó a ser líder ejidatario.

Inició su educación primaria en el pueblo natal y la terminó en el Internado Francisco I.


Madero de la Ciudad de México; de ahí, pasó a la secundaria Rafael Dondé. Cursó la
preparatoria en San Ildefonso y obtuvo el título de Profesor de Educación Primaria en la
Escuela Nacional de Maestros (ENM), en 1957; hizo estudios en la Facultad de Derecho de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sin haberlos concluido. Fue
campeón nacional de oratoria y presidente del Ateneo Ignacio Manuel Altamirano, con
sede en el Distrito Federal. Se desempeñó, durante 1958 y 1959, como profesor de primaria
en la capital del país. Intervino en el movimiento magisterial de 1958–59, donde a cierto
nivel compartió el liderazgo nacional.

Como estudiante y luego en el ejercicio de su profesión, tuvo contacto con la problemática


social guerrerense, en especial con los campesinos, quienes vieron en él a un líder natural;
por eso lo designaron representante ante el Departamento Agrario. Comprometido con las
causas de sus coterráneos, se dedicó a resolver problemas del campo, abandonó la plaza de
maestro y se responsabilizó de las asociaciones agrícolas del estado.

Con la fusión de uniones de copreros, cafeticultores, ajonjolineros y de la palma, crea, con


otros paisanos, la Asociación Cívica Guerrerense (ACG) en 1959, cuyos miembros serían
conocidos como “los cívicos”. En la sesión constitutiva de la ACG, Genaro es electo
vicepresidente y Darío López Carmona presidente; pero con la reestructuración de la Mesa
Directiva, en julio de 1960, Vázquez Rojas ocupará en adelante la presidencia y Antonio
Sotelo Pérez la vicepresidencia.

Al año de su creación, la ACG era una fuerza política de alcance estatal y, poco a poco, una
organización de oposición hacia el régimen gubernamental de Guerrero que encabezaba el
gobernador Raúl Caballero Aburto; a éste se le reprocha su política económica y social, su
nepotismo y latrocinio anticonstitucionales; pero, además, se emprende una lucha abierta
contra el caciquismo y las corporaciones agrícolas transnacionales asentadas en la entidad.
Por entonces, Genaro deja su primitiva afiliación priista y pasa a la militancia del Partido
Popular Socialista, que era dirigido por Vicente Lombardo Toledano; posteriormente,
también sería miembro del Movimiento de Liberación Nacional, fundado por el general
Lázaro Cárdenas, Heberto Castillo y otros hombres que buscaban abrir un cauce político al
país diferente al dominio del PRI–gobierno.

Convertida en vanguardia de las luchas populares y democráticas, la ACG, con Genaro al


frente, toma parte fundamental en el movimiento popular–estudiantil de 1960–1961, mismo
que llevaría a la desaparición de los poderes estatales y a la creación de la Universidad
Autónoma de Guerrero (antiguo Colegio del Estado). El gobierno cobraría por esto, no
obstante, una alta cuota de sangre: la célebre masacre de Chilpancingo ocurrida el 30 de
diciembre de 1960.

Antes de pasar a la lucha armada, Vázquez Rojas participó incansablemente en las lides
estatales anticaciquiles y antioligárquicas, propugnando por cambios democráticos. Una de
las grandes acciones en este sentido fue la propuesta de 1962, cuando la ACG, que él
encabezaba, y el Partido Popular Socialista lanzaron al licenciado José María Suárez Téllez
como su candidato a la gubernatura guerrerense, incluyendo algunas presidencias
municipales. Persuadidos de que los comicios habían sido fraudulentos, los “cívicos” se
alzaron en un movimiento de rebeldía contra el gobierno, que terminó con un saldo de
muertos y heridos en la ciudad de Iguala el 31 de diciembre de aquel año. El líder cívico,
quien logró escapar, fue condenado en ausencia a 30 años de prisión, pues se le
responsabilizó de la agitación antigubernamental.

Capturado por fin el 7 de noviembre de 1966 en la Ciudad de México, fue trasladado a la


prisión de Iguala para cumplir su condena. Sin embargo, sería rescatado, a sangre y fuego,
por un comando armado de la ACG el 22 de abril de 1968, acto en el que murieron un
policía custodio y dos de sus compañeros libertadores (Roque Salgado Ochoa, jefe del
comando, y Filiberto Solís Morales, cuñado de Genaro, ambos profesores normalistas).

A partir de entonces inicia lo que sería su vida guerrillera en las montañas guerrerenses;
oficialmente el primer paso consistió en convertir a la antigua Asociación Cívica
Guerrerense (ACG) en Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), segundo
grupo armado rebelde nacido en los años 60 en el estado de Guerrero. “La lucha que
planteamos responde a imperativos de orden nacional –dijo en una entrevista, aludiendo al
carácter de la nueva organización–; aunque no inventamos la guerra de guerrillas la
consideramos como la expresión claramente revolucionaria. Escogimos Guerrero porque
aquí se han agudizado con mayor rapidez los problemas que son comunes a México”.

Para asumir el método de guerra de guerrillas, con proyección estratégica nacional, la


ACNR formuló el siguiente programa de cuatro puntos:

El derrocamiento de la oligarquía de grandes capitalistas y terratenientes proimperialistas


gubernamentales.

El establecimiento de un gobierno de coalición de obreros, campesinos, estudiantes e


intelectuales progresistas.

Lograr la plena independencia política y económica de México.

La instauración de un orden social de vida nueva en beneficio de las mayorías trabajadoras


del país.
Bajo los lineamientos generales anteriores, la ACNR fungía con el carácter de dirección
político–militar central, a cuyo mando estarían las fuerzas armadas integradas por los
Comités Armados de Liberación y los Comités de Lucha Clandestina, que harían las veces
de organizadores y operadores políticos. Ya como comandante en jefe de la organización
armada, Genaro Vázquez instala su campamento “José María Morelos”, a partir de mayo de
1968, en las estribaciones de la sierra de Atoyac; desde la clandestinidad y, a lo largo de
cuatro años, dirige a la opinión pública una serie de comunicados, manifiestos y denuncias,
lo mismo que las dos entrevistas conocidas publicadas por la extinta revista Por Qué?

Entre las actividades sobresalientes de la ACNR y sus comités armados cabe destacar el
secuestro del doctor Jaime Castrejón Díez, rector de la Universidad Autónoma de Guerrero
y concesionario de la Coca–Cola en el estado, en noviembre de 1971. A cambio de su
liberación se exigió al Gobierno federal la excarcelación de nueve presos políticos, petición
que se cumplió y fueron enviados a Cuba en calidad de exiliados. Con excepción de Mario
Menéndez Rodríguez, director de la revista Por Qué?, el resto de excarcelados pertenecían
a la ACNR, aprehendidos por las fuerzas públicas en diferentes operaciones; he aquí sus
nombres: Ismael Bracho Campos, Concepción Solís Morales, Antonio Sotelo Pérez, Santos
Méndez Bailón, Florentino Jaimes, Rafael Olea Castaneyra, Demóstenes Onofre
Valdovinos y Ceferino Contreras Ventura.

El hecho tuvo repercusión nacional, sobre todo porque no había precedente en México de
lograr la liberación de presos políticos a través de alguna acción guerrillera.

Con la caída de Genaro Vázquez en febrero de 1972, la Asociación Cívica Nacional


Revolucionaria prácticamente se desarticuló y algunos de sus miembros sobrevivientes
abandonaron la lucha o se integraron a otros grupos armados, como el Partido de los
Pobres, dirigido por Lucio Cabañas Barrientos (v. Cabañas Barrientos, Lucio); otros más
tomaron el camino de la política democrática.

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