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Un conocimiento de la verdadera ciencia es poder; y es propósito de Dios que se lo enseñe en

nuestras escuelas como preparación para la obra que ha de preceder a las escenas finales de la
historia de esta tierra. La verdad ha de ser proclamada hasta los confines más remotos del
mundo, por medio de agentes preparados para el trabajo. {CM 20.1}

Pero aunque el conocimiento de la ciencia es poder, el que Jesús vino en persona a impartir es
un poder aún mayor. La ciencia de la salvación es la ciencia más importante que se ha de
aprender en la escuela preparatoria de la tierra. La sabiduría de Salomón es deseable, pero la
de Cristo es mucho más deseable y esencial. Por la simple preparación intelectual no podemos
llegar a Cristo; pero por él podemos alcanzar el más alto peldaño de la grandeza intelectual.
Aunque no se debe desalentar la búsqueda del conocimiento del arte, la literatura y los oficios,
el estudiante debe obtener primero un conocimiento experimental de Dios y su voluntad.

{CM 20.2

Salomón declara que “el temor de Jehová es el principio de la sabiduría”. Respecto al valor y a
la importancia de esta sabiduría, dice: “Sabiduría ante todo: adquiere sabiduría: y sobre todas
tus posesiones adquiere inteligencia”. “Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes
desear, no se puede comparar a ella”. Proverbios 9:10; 4:7; 3:14, 15. {CM 49.2}

A medida que el pueblo de Dios se acerca a los peligros de los últimos días, Satanás sostiene
fervientes consultas con sus ángeles en cuanto al plan de mayor éxito para derribar su fe. El ve
que las iglesias populares están ya arrulladas para dormir gracias a su poder engañador.
Mediante una sofistería agradable y milagros engañosos puede continuar teniéndolas bajo su
dominio. Por lo tanto dirige a sus ángeles para que coloquen trampas especialmente destinadas
a los que esperan la segunda venida de Cristo y se esfuerzan por guardar todos los
mandamientos de Dios. {CMC 160.1}

Dice el gran engañador: “Debemos vigilar a los que están llamando la atención del pueblo al
sábado de Jehová; ellos inducirán a muchos a ver las exigencias de la ley de Dios; y la misma luz
que revela el verdadero sábado revela también la ministración de Cristo en el santuario celestial,
y muestra que la última obra por la salvación del hombre se está realizando ahora. Mantened la
mente de la gente en tinieblas hasta que esa obra termine, y aseguraremos el mundo y también
la iglesia... {CMC 160.2}

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