El cine, las imágenes en movimiento, fueron presentados al mundo como maravillas,
cosas de fantasía y entretenimiento. Originalmente, en la era del blanco y negro, el colo era aplicado a mano a ciertos elementos de los filmes para realzar la fantasía y la maravilla de un hecho ya fantástico y maravilloso. Poco después se comenzó a dar importancia al color. Los rollos eran teñidos enteramente de un color que pudiera ayudar a enfatizar una emoción o una situación. Azul para serenidad, rojo para peligro y maldad y amarillo en un caso para avaricia. Fue así como el color ser volvió parte integral de la composición cinematográfica. Entre sus usos se encuentra diferenciar situaciones de riesgo, época, lugar geográfico, estado de ánimo, atmósfera y zeitgeist. La eficacia de estos recursos es debido a que las personas tienen diversas racciones psicológicas a los diversos colores. Por ejemplo, el rojo general algunas de las reacciones más fuertes en nosotros, que van desde fuerza y peligro hasta pasión y amor, mientras que el verde nos habla de lo vivo, lo espacioso, lo fértil y en contextos urbanos de mundano o inclusive la monstruosidad Los tres elementos del color con los cuales se manipula como experimentamos el cino son: tonalidad, saturación y valor. La tonalidad es lo que nos dice de qué color estamos hablando (si es rojo, azul o amarillo). La saturación que tan intenso es este color. A menor saturación, más cercano se encuentra este del gris. El valor nos determina que tan oscuro o claro es un color. De forma similar como hablamos de música, en donde la armonía es el arte de la combinación de sonidos simultaneos en un espacio vertical, la armonía en el color nos dice como se combinan los colores e interactuan entre ellos. El armonía en el color puede tener dos funciones: balance y discordancia. El balance ayuda a dar unidad a una imagen, no hay un ruptura en el cuadro visual y crea una atmósfera general. La discordancia nos ayuda a dar atención a algo que de otra forma se mezclaría con el entorno. Ayuda a dar un punto de reposo visual o realzar cosas importantes. Esto se logra por medio de un color fuera de algún esquema de armonía “colorística”. Uno de los más hábiles exponentes del uso de esquemas y composición de color es Wes Anderson, el cual por medio del color modifica como nos sentimos e interactuamos con sus personajes. El uso del color es por medio de asociación y transición. Se entiende por asociación cuando este se encuentra (valga la redundancia) asociado a un personaje o situación. Sabemos que estamos viendo una escena relacionada a un personaje sin mencionarlo si tenemos un color que nos recuerde a él. Del mismo modo un estado de alerta o reposo y tenemos un entorno compuesto con un color que nos remita a esos estados de ánimo. En el caso de la transición, el color ayuda a enfatizar e ilustrar un desarrollo o transformación. Estos cambios generalmente toman tiempo para que un color pueda ser firmemente relacionado con un momento de la vida de un personaje y así al abandonarlo entendamos que también se ha abandonado un estado anterior. Este efecto también puede lograrse de forma inversa, para relacionar a un personaje con algo ya previamente expuesto. El color pues, es parte esencial de un discurso narrativo, es una de las capas mismas de la narración.