Oscar Guevara C.

Regencia de Farmacia - 1696043

HISTORIA DE LA FARMACIA
ENSAYO

El inicio de la farmacia y la medicina sin duda fue el mismo y de la mano han seguido hasta hoy.
No se sabe quién se convirtió en el primer brujo, chamán, hechicero, curandero o similar, ya que
las primeras personas dedicadas a tratar los problemas de salud de sus semejantes recibían ese
nombre. Sus funciones sanadoras aglutinaban especialidades diversas que iban desde la
preparación de curas o la cirugía más salvaje hasta danzas variadas para ahuyentar a los malos
espíritus. Con el tiempo, estas “especialidades” se fueron separando, pero en muchos casos, y
durante muchos siglos, médico y farmacéutico fueron una misma cosa.1

Se debe agregar que, en la mitología hindú, medicina y farmacia eran ciencias divinas, exclusivas
de los dioses. Hasta que fue entregada al hombre y Brahma, el dios constructor, se las entregó
recopiladas en el Veda ayur (los escritos hindúes más antiguos). La medicina ayurveda divide las
enfermedades en: curables, mejorables e incurables y los medicamentos en dulces, ácidos y
picantes; los dosifica en función de la gravedad y edad del paciente. Empleaban algunas técnicas
ingeniosas como el uso de hormigas para suturar heridas, operaban hernias, cataratas y cauterizaban
heridas.

Por otro lado, en Egipto el dios-farmacéutico era Anubis, según la mitología, la diosa Isis cultivaba
plantas medicinales y transmitió a sus hijos Hours y Anubis sus conocimientos. Anubis era el
encargado de realizar las prescripciones y guardar los medicamentos. La farmacopea egipcia
contaba con más de setecientas drogas y fórmulas con sustancias de los tres reinos, pero en especial
el vegetal. Utilizaron al igual que en Mesopotamia nombres fantasiosos para los medicamentos,
por ejemplo: “Lágrimas de Isis”. Conocían las infusión, dilución, fermentación, filtración y
tamización y la molienda. Las píldoras eran habituales formas farmacéuticas elaboradas con masa
de pan o miel, además de supositorios, colirios, pastas, polvos, inhalaciones, emplastos,
ungüentos/pomadas.

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Así mismo en Grecia en el ámbito farmacéutico inventaron una deidad para cada casi todo, Hecate
o Pharmakis, diosa de la magia y experta en plantas medicinales, Apolo y Artemis, con poderes
curativos, Asclepios/Esculapio, hijo de Apolo y dios médico por excelencia que transmitió sus
saberes a sus hijas, destacando Hygea, personificación de la salud y la higiene y Panacea, asociada
con los remedios infalibles.

La copa y la serpiente que usamos como símbolo del farmaceuta tiene su origen en Hygea. La copa
de Higea, con la serpiente enroscada, simboliza el poder del veneno, que o bien puede matar o bien
curar, una vez convertido en medicamento en la copa. También alude a la curación o renovación,
por la capacidad de la serpiente de mudar la piel. 2

Hay que mencionar, además que Roma continúo con la senda marcada por los griegos llevando a
la cultura clásica a su máxima grandeza. La profesión de médico y farmacéutico era lo mismo.
Dioscórides escribe Materia Médica (más conocida como De Materia Medica) obra dedicada
sobre la preparación, propiedades y pruebas de drogas; Andrómaco, médico de Nerón, lleva a la
fama su Triaca Magna un antídoto y medicamento polifármaco y Galeno, cuya creencia era que
los medicamentos debían producir un efecto contrario al síntoma producido por la enfermedad y
da las bases técnicas para la preparación de las primeras formas farmacéuticas.

Por otra parte, en la Edad Media con el cristianismo se mantuvo el culto a lo divino como
herramienta de curación. La cultura y la medicina se conservaba en los monasterios y conventos.
Algunos tenían en sus recintos boticas, normalmente asociadas a hospitales, en las que los monjes
boticarios preparaban medicamentos y cultivaban plantas medicinales en su huerto.

Con la caída del Imperio Romano, los únicos que siguieron cultivando las ciencias y las artes fueron
los musulmanes. Avicena fue uno de sus médicos más famosos y se le considera como el padre de
la farmacología, este médico persa citó varias formas de administración de los fármacos, a través
de aceites, ungüentos, polvos, tabletas, gotas, jarabes, laxantes, etcétera. En 1240 se separó la
profesión médica y la farmacéutica en la Carta Magna de Federico II de Alemania.

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Además, con la llegada del Renacimiento se cuestionan las teorías científicas antiguas. Se publica
la primera farmacopea del mundo en 1498 llamada el “Recetario Florentino”. Paracelso implanta
el concepto de Yatroquimia, utilización de la química para hacer medicamentos, ayudando así a la
farmacia basada casi en su totalidad en remedios vegetales. Se inventan nuevas formas
farmacéuticas como extractos sólidos o tinturas líquidas, evolucionan las farmacias y los boticarios;
se descubren nuevos fármacos; aparece la primera farmacopea en 1498, el Recetario
Florentino. Las farmacias se enriquecen con las nuevas materias primas químicas y las traídas de
América.

También en el Barroco los farmacéuticos fueron los grandes impulsores del uso de productos
químicos como medicamentos, a lo que los médicos de la época se oponían, burlándose de ellos
abiertamente. Aparecen los enemas, muy populares en las clases altas. Los boticarios franceses
destacaron: Beguin descubre la acetona; Seignette, el tartrato sódico potásico; Glaser, el nitrato y
sulfato potásicos; Le Fevre, el acetato mercúrico e inventa el oleómetro; en
Alemania Glaubero descubre el acetato potásico y el cloruro de etilo.

Habría que decir también que en el Romanticismo se desarrolla la higiene pública y medicina social.
Nace la farmacología experimental y la química moderna que desarrolla el estudio de los gases y
la Química Orgánica. En 1806 se logra el aislamiento de la morfina a partir del opio, practicada
por Adam Sertürner.

Por otro lado, en la época del Positivismo continúa desarrollando la medicina experimental,
identifican agentes patógenos causantes de algunas enfermedades y su erradicación mediante
vacunas. Aparecen los inyectables, en 1853 Alexander Wood inventa la aguja hipodérmica; Charles
Gabriel Parvas la jeringa; en 1886 Limousin las ampollas de vidrio, cachets, bolsas de oxígeno y
goteros; y Denouel los extractos fluidos, tabletas y cápsulas. Se da inicio a la farmacodinámica,
John Newport Langley desarrolla trabajos sobre la relación del Sistema Nervioso y los fármacos.

Así mismo con la llegada del Siglo XIX, son imparables los avances de la profesión farmacéutica
y la historia de la Farmacia se consolida. La tecnología permite la fabricación de nuevos equipos
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de laboratorio (pipetas automáticas, centrifugadoras, molinos, etc) y la preparación de nuevas
formas farmacéuticas, como los comprimidos, cápsulas, inyectables y supositorios. Aparecen los
primeros medicamentos industriales. Sigue la publicación de obras y la enseñanza se imparte en
facultades de farmacia independientes. Aparecen nuevos fármacos como la morfina (Serturner), o
la cafeína (Pelletir y Caventou), Buchner descubre la parafina, Courtois el yodo, Soubeiran el
cloroformo, Serullas el yodoformo, Balard el bromo, Stromeyer el cadmio, Oersted el aluminio,
Döbereiner el acetaldehído, Walker las cerillas de fricción, Guibourt la cumarina, Ambrosioni el
azúcar en la sangre de los diabéticos, Bussy el magnesio y el berilio, Klaus el rutenio etc.

De ahí que desde finales del siglo XIX los farmacéuticos estaban completamente informados sobre
los avances que revolucionaron la ciencia de la farmacia, por ejemplo aportes como el de Dmitri
Mendeléyev autor del sistema periódico natural de los elementos químicos, la tabla periódica que
sigue vigente en nuestros días.

En conclusión, el papel del farmacéutico como profesional queda definido en el Siglo XX. Es el
siglo en el que se desarrollan los medicamentos industriales a la par que los farmacéuticos de la
industria, y aparecen nuevos conceptos en el ejercicio de la profesión, como la distribución, la
sanidad ambiental, etc. Aparecen los sistemas sanitarios como la Seguridad Social, que involucra
definitivamente al profesional farmacéutico como agente de salud.