Vous êtes sur la page 1sur 7

CLASES DE VALOR

Una y otra vez hemos hablado de objetos bellos, feos,


agradables o desagradables, al igual que hacemos en la vida
diaria cuando valoramos las cosas o a las personas.
Decimos así que un libro es bello apreciándolo
estéticamente, o que una persona es más honesta que otra,
juzgando a ambas moralmente.
De lo anterior podemos deducir que hay diversas
clases de valor. He aquí algunas de las principales, que
podemos reconocer fácilmente por nuestra propia
experiencia:

a) Valores sensoriales o hedonísticos


Estos son lo agradable y lo desagradable, lo placentero
y lo doloroso, lo sabroso, lo suculento, lo asqueroso,
etc.

b) Valores vitales

Entre estos tenemos lo saludable, lo insaludable, lo


fuerte, lo débil, etc.

c) Valores económicos y técnicos

Entre ellos tenemos lo lucrativo, lo provechoso, lo


útil, lo inútil, lo eficaz, etc.

d) Valores sociales y jurídicos


Estos valores se refiere a lo justo, lo injusto, lo
solidario, la igualdad, el honor, el orden, etc.

e) Valores religiosos

Entre estos se cuentan lo santo, lo piadoso, la


beatitud, la caridad, lo sacrílego, etc.
f) Valores estéticos

Son lo bello, lo feo, lo bonito, lo elegante, lo cómico,


etc.

g) Valores éticos

Dentro de estos tenemos lo bueno, lo malo, lo correcto,


lo incorrecto, lo honesto, lo austero, la probidad, etc.

h) Valores técnicos o cognoscitivos

Estos valores son lo verdadero, lo falso, lo verosímil,


lo claro, lo riguroso.

Importancia de los valores

La importancia de los valores radica en que se convierte en


un elemento motivador de las acciones y del comportamiento
humano, define el carácter fundamental y definitivo de la
organización, crea un sentido de identidad del personal con
la organización.

Son importantes porque describen lo que es primordial para


sus implicados, porque identifican los resultados que la
mayoría espera, guían nuestras actuaciones y determinan si
nuestras organización tendrá éxito.

También lo son porque, cuando los valores están en línea


obtenemos varios beneficios como son: moral alta,
confianza, colaboración, productividad, éxito y resultados.

Por lo tanto, los valores son formulados, enseñados y


asumidos dentro de una realidad concreta y no como entes
absolutos en un contexto social, representando una opción
con bases ideológicas con las bases sociales y culturales.

Los valores deben ser claros, iguales compartidos y


aceptados por todos los miembros y niveles de la
organización, para que exista un criterio unificado que
compacte y fortalezca los intereses de todos los miembros
con la organización.

¿CÓMO SE COMUNICAN LOS VALORES?

Todo el mundo comunica sus valores, quiénes son, y qué es


importante para ellos. Las comunicaciones más
significativas sobre valores tienen lugar a través de las
conductas en lugar de las palabras, actuando en lugar de
hablando.

Los valores se comunican a cualquier nivel de la


interacción humana (interpersonalmente,
organizacionalmente, culturalmente, psicológicamente,
socialmente, políticamente y económicamente). Se comunican
de soslayo y en silencio, y mayormente por lo que hacemos.
Los valores más frecuente y efectivamente comunicados en
las organizaciones son:

Por lo que recompensamos: Cuando los que causan los


mayores problemas son a los que se les presta la mayor
atención.

Por lo que castigamos: Cuando castigamos el trabajo en


equipo llamándolo fraude.

Por lo que decimos: Cuando negamos responsabilidad por


lo que hemos hecho.

Por lo que hacemos: Cuando nos ponemos bravos contra


los que nos critican.

Por Congruencia o Hipocresía: Cuando nuestras palabras


no se corresponden con nuestras acciones.
Por Procesos: Cuando nos inclinamos ante alguien, o
nos quedamos callados ante el jefe.

Por Relaciones: Cuando no decimos la verdad a aquellos


que amamos o respetamos.

Por Carácter: Cuando actuamos diferente en público que


cuando estamos en privado.

Las comunicaciones de valores fracasan típicamente cuando


las organizaciones actúan o parecen ser hipócritas, cuando
sus valores entran en conflicto directo de unos con otros,
y cuando los valores adoptados no concuerdan con nuestras
acciones. La dificultad con estas discusiones es que no
conducen a ninguna parte, precisamente porque todavía no se
han enfocado sobre lo que realmente se discute: los valores
subyacentes del conflicto.

No obstante los conflictos sobre los valores pueden ser


altamente productivos, particularmente cuando los valores
que no son realmente contradictorios, sino complementarios
opuestos, que, como todos los opuestos, están conectados
por un eje común.

PENSAR SOBRE LOS VALORES

Por muchas razones los valores son difíciles de apreciar,


articular y actualizar. Estimulan ricas y complejas
preguntas esenciales para el progreso ético, y que sugieren
alternativas útiles a considerar por individuos y
organizaciones antes de comenzar a determinar sus valores.

o ¿Por qué la gente no actúa de acuerdo a sus


valores? ¿Por qué todo el mundo tiene que luchar
para mantenerlos? ¿Si dejamos de luchar, serían
valores todavía?

o ¿Cuál es el valor de admitir que no siempre


actuamos de acuerdo a nuestros valores? ¿Qué
valor reafirmamos cuando reconocemos que actuar
de acuerdo a nuestros valores es una lucha? ¿Cómo
reconocemos nuestra lucha común para vivir de
acuerdo a nuestras más altas expectativas de
forma que alienten nuestro desarrollo mutuo?

o ¿Cuál es la importancia estratégica de las


razones que damos para no vivir de acuerdo a
nuestros valores? ¿Cuál es el valor de articular
claramente un valor que no estamos cumpliendo, y
las razones por las que somos incapaces de
hacerlo?¿Puede ser que las razones por las que no
vivimos de acuerdo a nuestros valores nos ayuden
a establecer objetivos y tomar decisiones
estratégicas, como individuos, equipos,
organizaciones y sociedades?

o ¿Cómo enseñamos los valores sin predicarlos o


moralizarlos, o convertirlos en dogmas? ¿Dónde y
cómo aprendemos nuestros valores? ¿Cómo sería una
educación orientada a los valores?

o ¿Qué hacemos cuando están cambiando los valores?


¿Qué hacemos cuando valores importantes y en
rápido cambio tales como diversidad racial y
cultural, o identidades y actitudes sexuales,
aparecen en el puesto de trabajo? ¿Hay vías
mejores de aprender o enseñar nuevos valores que
no sean culpar, castigo y pérdida de la carrera?
EL ACTO MORAL

El acto moral es el acto valorativo en el cual se vive el


valor del bien. Conviene distinguirlo de otros actos
humanos.

El hombre es un ser activo. Realiza múltiples actos:


camina, juega, trabaja, inventa cosas; pero también,
miente, roba, mata, etc. Algunas las hace mecánicamente,
casi sin pensar. Otras las hace por imitación, por presión
social. Pero hay actos que los hace después de haber
pensado mucho, sopesando los pro y los contra.

Observemos algunos ejemplos:


Manejar un vehículo, una bicicleta, es una actividad
principalmente mecánica. Los movimientos que realiza el
conductor son casi automáticos.

Realizar una fiesta de quince años, es una actividad


eminentemente social. Los padres de la hija que llega a los
quince años hacen la fiesta que corresponde a esa edad.

Lo hacen porque así lo ha establecido la costumbre.


Morir como Grau en defensa del honor nacional es un ejemplo
de otra forma de acción, que no es mecánica ni social.

Conciencia moral, la propia conciencia de libertad que


tiene el ser humano determina que sus actos sean
susceptibles de recibir una calificación moral, es decir,
que puedan ser juzgados como buenos o malos. De acuerdo con
la práctica tradicional en la teología cristiana son tres
las fuentes de la moralidad: el objeto elegido, el fin
perseguido y las circunstancias. Aunque éstas no puedan
cambiar por sí mismas la calidad moral de un acto, sí
pueden aumentar o disminuir la bondad o malicia del mismo.

Todas las religiones han desarrollado, de un modo u otro,


un código de comportamiento respecto a sus fieles. Ello no
impide que en la actualidad se reconozca de forma genérica
que existe una autonomía de la moral, elemento que
establece qué valores concretos, como la dignidad del
individuo, su igualdad ante la ley o la igualdad de los
sexos, no requieran una sanción especial por un precepto de
naturaleza religiosa.

Vous aimerez peut-être aussi