Reflexiones sobre la práctica de TRE® y su relación con el trauma
del desarrollo, por Richmong Heath & Fernando Aguiar
Trauma del desarrollo no resuelto
El trauma del desarrollo es una de las experiencias traumáticas
más poderosas y dominantes que todo ser humano puede tener
en sus vidas. No puede ser reducido a un solo suceso, sino que
es la consecuencia de que necesidades específicas de la
infancia han sean constantemente insatisfechas.
El trauma del desarrollo se crea a través de las relaciones con
nuestros cuidadores y nuestra familia cercana. Para afrontar
esas experiencias traumáticas constantes desarrollamos
sistemas de creencias, visiones del mundo, comportamientos y
estrategias de afrontamiento inconscientes que nos
desconectan de nuestro yo con el fin de sobrevivir.
A medida que nos hacemos mayores, esas estrategias
inconscientes de afrontamiento a menudo limitan nuestra
capacidad de experimentar amor, placer y alegría, así como
también disminuyen nuestra habilidad de establecer relaciones
sanas que permitan invitar, honrar y expresar todo nuestro
potencial.
Es improbable que temblar solos sane nuestro trauma del
desarrollo. Puede apoyar a su sanación de muchas formas,
como calmando tu sistema nervioso, o ayudando a estar más
presente, enraizado y consciente. Sin embargo, el trauma del
desarrollo sana estando en relación con otros y con una
creciente consciencia de las creencias erróneas y las pseudo-
soluciones que desarrollamos para afrontar nuestras
dificultades relacionadas con el desarrollo.
Únicamente pensar sobre estas creencias y mecanismos de
afrontamiento inconscientes no es suficiente para cambiar. Es
importante experimentar y atravesar las reacciones incómodas,
las respuestas irracionales y los comportamientos no deseados
que nos impiden desarrollar relaciones o acercarnos a otros
voluntariamente. Y eso es por lo que es clave tomar consciencia
de ellos a medida que ocurren en nuestro cuerpo, en relación
con los demás.
Para muchas personas, un terapeuta experimentado puede ser
la única persona con quien se encuentren suficientemente
seguras para expresarse de forma abierta y honesta sin miedo
a ser juzgadas, rechazadas o ridiculizadas. Al mismo tiempo, el
terapeuta puede ayudar a corregular nuestro sistema nervioso
de forma que no nos sintamos sobrepasados por la intensidad
de nuestras respuestas corporales.
Es por esto que temblar mientras estás en relación con otra
persona, en un espacio seguro, puede ser una experiencia
profundamente transformadora. Así somos libres de vivenciar
en nuestros cuerpos y expresar nuestro yo más profundo a
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través del movimiento neurogénico, al mismo tiempo que la
seguridad de la conexión humana apoya y contiene la
intensidad de nuestra experiencia.
3. ¿QUÉ ES EL TRAUMA DEL DESARROLLO?
El trauma del desarrollo es un tema complejo, profundo y
fascinante. No quiero simplificarlo en exceso aquí, aunque mi
intención es ofrecer unos conocimientos básicos con el fin de
poder ver como TRE® y el temblor pueden ayudarnos a
transformarlo.
Hay muchas formas diferentes de entender el desarrollo
humano y los aspectos que interfieren en él. No me refiero sólo
a nuestro desarrollo físico, sino también al de nuestra
personalidad, identidad o sentido del yo. Para abordar este
tema, me basaré primordialmente en la teoría que he aprendido
durante mi formación en psicología y en Core Energetics
(disciplina de abordaje psicoterapéutico corporal), así como en
muchos años de exploración tanto en mi desarrollo personal
como en mi experiencia trabajando con clientes.
Necesidades estructurales
Como bebé y niño en desarrollo, desde la concepción hasta el
final de la primera niñez (alrededor de los 7 años), atravesamos
etapas específicas de desarrollo que requieren la satisfacción
de necesidades determinadas. Como bebés, dependemos
completamente en nuestros cuidadores (inicialmente la madre,
luego el padre y otros) para satisfacer la mayor parte de esas
necesidades.
Autores como Alexander Lowen de Bioenergética, John
Pierrakos de Core Energetics y Laurence Heller de NARM
describen 5 etapas del desarrollo y sus necesidades asociadas
que necesitan cumplirse. En el modelo relacional neuro-afectivo
de Heller, que expondré con más detalle más adelante, se
llaman conexión, sintonización, confianza, autonomía y
amor/sexualidad.
Desde esta perspectiva, no satisfacer esas necesidades es
experimentado por el organismo como una amenaza para la
vida y, por ello, debe adaptarse, hacer frente y encontrar
estrategias como forma de sobrevivir y permanecer conectado
a sus cuidadores. Ayuda reconocer que, si bien a menudo
pensamos que el trauma es algo que nos sucede, en el trauma
del desarrollo frecuentemente se trata de aquello que no
recibimos, tal como seguridad, confort, libertad para
expresarnos, aceptación, etc. Esto nos deja con agujeros en el
posterior desarrollo de nuestro yo adulto.
Para entender cuán amenazante para la propia vida el
organismo percibe esto, necesitamos considerar que, en
nuestra evolución, un niño pequeño que no viera sus
necesidades básicas cubiertas posiblemente moriría. Un bebé
no puede encontrar comida por sí mismo, incluso un niño de
cinco años se encuentra bastante limitado en cuanto a lo que
puede hacer para asegurar su propia supervivencia.
El organismo, sin embargo, es innatamente inteligente y hará lo
posible para prevenir la muerte, adaptándose lo máximo posible
para permanecer en relación con sus cuidadores principales,
incluso si ello representa perder parte de sí mismo, su conexión
con el cuerpo y la posibilidad de expresarse. Esas adaptaciones
tienen lugar no solo en relación a nuestro comportamiento, sino
también en nuestros procesos corporales básicos a nivel
muscular, fisiológico y psicológico. A medida que el niño crece,
esas adaptaciones a menudo se consolidan en lo que Heller
llama estilos adaptativos y Pierrakos y Lowen llaman
estructuras defensivas.
Los estilos adaptativos se convierten en respuestas habituales
que son inconsciente y automáticamente activadas durante el
resto de nuestras vidas, normalmente llevando a dificultades en
nuestras capacidades de crear, mantener y crecer en relación
a los otros. Estas respuestas pueden incluir, por ejemplo,
comportamientos impulsivos, creencias limitantes sobre la vida,
emociones negadas como la ira, sumisión y contención,
proyecciones en los otros, patrones de tensión crónica y miedo.
Como en cualquier forma de trauma, parte de la estrategia de
supervivencia a menudo incluye disociarse y desconectarse
parcialmente de nuestro cuerpo y nuestras emociones, por lo
que podemos no ser conscientes de que esas respuestas
habituales están integradas en nuestra estructura corporal y se
reproducen en nuestra vida inconscientemente.
A menudo, como adultos, entrar en contacto con esas
necesidades primarias y acercarse a satisfacerlas es más difícil
que permanecer atrapado en el estilo de afrontamiento
adaptativo. Recibir finalmente aquello que siempre
deseábamos a menudo viene acompañado de la experiencia
corporal de lo que no recibimos y el miedo primario que dio lugar
al estilo de afrontamiento.
El estilo adaptativo más frecuentemente usado por nuestro
organismo normalmente depende de que necesidades del
desarrollo fueron más insatisfechas durante nuestra infancia.
Cada estilo adaptativo aparece para prevenirnos entrar en
contacto a través del cuerpo con un miedo profundamente
interiorizado durante esa etapa del desarrollo.
En síntesis, el miedo y anhelo en cada uno de los 5 estilos
adaptativos son:
1. CONEXIÓN: miedo a la conexión y al estar
plenamente presente en el cuerpo/anhelo de
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conexión y de estar plenamente presente en el
cuerpo
2. SINTONIZACIÓN: miedo a necesitar y a expresar
necesidades/anhelo de expresar necesidades y
ver esas necesidades satisfechas
3. AUTONOMIA: miedo a ser asertivo/anhelo de
libertad de expresión
4. CONFIANZA: miedo a confiar en los otros y en la
vida/anhelo de confiar en los otros y en la vida
5. AMOR/SEXUALIDAD: miedo de integrar el amor
y la sexualidad/anhelo de integrar el amor y la
sexualidad
Para superar esos miedos y experimentar lo que
profundamente anhelamos, normalmente necesitamos el apoyo
de los demás. Por lo tanto, si estás temblando solo y entras en
contacto con el miedo o el anhelo de conexión y no hay nadie
ahí con quien conectar, tu cuerpo puede acabar usando la
misma estrategia inconsciente que ha usado siempre para
afrontar la falta de conexión. Ahora podrías decir: “bueno, en
ese caso lo único que necesito es, después de la sesión de
temblor, ir y conectar con mi familia, pareja, amigos…”.
Idealmente sería así, pero no es lo que suele suceder.
En primer lugar, porque este proceso normalmente ocurre de
forma inconsciente, por tanto, necesitaríamos centrarnos
deliberadamente en esos patrones inconscientes para poder ir
haciéndolos más consientes a medida que emergen en nuestro
cuerpo y nuestro comportamiento, fuera de nuestra percepción
consciente.
En segundo lugar, estamos hablando sobre un miedo
estructural y muy profundo, alojado en los recovecos de nuestro
cuerpo-mente. Dejar ir este miedo no es el tipo de cambio que
simplemente podamos imponer a nuestra mente consciente –
si pudiéramos, nos diríamos ‘déjalo ir, se feliz e ilumínate ahora
mismo’.
En tercer lugar, nos resulta difícil ver nuestros propios patrones
y creencias inconscientes, aun a aquellos que han pasado
mucho tiempo trabajando con sus propios traumas del
desarrollo. Es principalmente a través de la relación con los
demás como nos hacemos conscientes de esos miedos y
anhelos profundos, estando conectados con nuestro cuerpo.
El resultado es que muchos de nosotros necesitamos a otra
persona para ayudarnos a movernos hacia y a través de esos
miedos y anhelos. Idealmente esa persona será alguien cuyos
comportamientos adaptativos no están siendo activados y
manifestados en respuesta a los nuestros.
En el siguiente apartado reflexionaré sobre como el TRE® y los
movimientos neurogénicos pueden ayudarnos a contactar con,
cambiar y crecer a través de nuestros patrones de trauma del
desarrollo.
4. ¿CÓMO PUEDE LA PRÁCTICA DEL TRE® AYUDAR CON
EL TRAUMA DEL DESARROLLO?
Prácticas sanadoras tal como Somatic Experience, Core
Energetics y TRE® son solo algunas de las muchas que nos
muestran que el movimiento y el temblor son aspectos
fundamentales para la sanación del trauma. Permitir la
sabiduría que fluye libremente a través del movimiento
neurogénico puede además ayudarnos a ir más allá de nuestro
trauma del desarrollo y alcanzar nuestro pleno potencial. Pero
¿cómo? Anteriormente hemos visto que, en el trauma del
desarrollo (y en cualquier otro tipo de trauma), nuestro cuerpo
activa respuestas defensivas y estrategias de afrontamiento
automáticas e inconscientes que en su momento nos fueron
útiles para sobrevivir o adaptarnos. En este sentido, todos
tenemos traumas del desarrollo y estrategias de afrontamiento
inconscientes en alguna medida. La diferencia es la gravedad
de los traumas ocurridos en la primera infancia y en
consecuencia los impactos que experimentamos más adelante.
Esto puede ser experimentado en un continuo que va desde
sentir ansiedad o ira de forma ocasional, hasta las personas que
encuentran que su cuerpo está tan activado que es casi
imposible sentirse cómodo en su piel o encontrarse seguro a la
hora de crear y mantener relaciones sanas.
Obviamente hay más aspectos que cómo nuestro cuerpo
responde físicamente a los otros. Reconocer que el trauma del
desarrollo implica esas reacciones defensivas habituales
significa que cualquier cosa que podamos hacer para ayudar a
nuestro sistema nervioso a relajarse y abandonar esos estados
de gran activación puede ayudarnos mientras experimentamos
con el TRE®.
Nos ayuda recordar que una parte natural de la respuesta de
nuestro organismo frente al trauma es desconectarnos de
nuestro cuerpo y emociones. En el trauma del desarrollo,
nuestro organismo aprende a sobrevivir inhibiendo la
experiencia y la expresión de nuestros miedos y anhelos de
forma que no los percibimos o no los revelamos a los demás.
El movimiento neurogénico puede, por tanto, ayudar a nuestro
organismo a re-sentirse y a partir de ahí restaurar su conexión
con las diferentes partes de sí mismo, como un todo. Este
proceso no es consciente y está organizado por el mismo
cuerpo. Es el aspecto único de la sabiduría neurogénica que
añade una capa extra de magia al proceso del TRE®.
La práctica del TRE® y el temblor ofrece una sólida base para
la sanación del trauma del desarrollo. Nos ayuda a cosechar
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todo el potencial del temblor y de la sabiduría neurogénica,
especialmente cuando además ganamos conciencia de
nuestros estilos adaptativos o tenemos a alguien que pueda
apoyarnos en nuestro viaje.
Percatarse de los estilos adaptativos puede ayudarnos a
desidentificarnos de ellos. A media que nos hacemos más
conscientes de nuestras estrategias de afrontamiento,
podemos ver que muchos de nuestros comportamientos y
creencias son, de hecho, estrategias defensivas. Entonces
podemos estar menos dispuestos a verlas como algo de lo que
deberíamos sentirnos mal, avergonzados, o queriendo
mantenerlas ocultas de nosotros mismos o de los demás. Así
no seguimos ignorándolas y en su lugar empezamos a
cuestionar esos patrones rígidos, creando espacio para que
surjan nuevas posibilidades y elecciones. La presencia y el
apoyo de otra persona es esencial en el camino para sanar este
tipo de trauma, ya que fue creado en relación –o más
exactamente ‘en la carencia de relación – con otra persona. En
la mayoría de casos necesitarás un terapeuta cualificado o
alguien que sepa lo que está haciendo, ya que el proceso puede
ser complejo y delicado.
Mucho puede moverse y cambiar si la persona que te
acompaña además se encuentra abierta a este tipo de trabajo
y si su sistema no se dispara si empiezas a llorar, te enfadas o
sientes miedo. Tal vez pueda ser algún compañero o
compañera que practique TRE®, o una amistad cercana con
algunos conocimientos terapéuticos o simplemente con un
sentido de seguridad enraizado en el cuerpo.
Además, hay prácticas que puedes usar para abordar aspectos
específicos de cada estilo adaptativo y para apoyar el desarrollo
de habilidades y comportamientos que no fueron
adecuadamente adquiridos y fomentados cuando crecías.
Tengo un curso online (Richmond), Discovering Developmental
Trauma, en el que puedes aprender más sobre este tema,
incluyendo algunas prácticas para realizar de forma autónoma.
5. NEUROGENIC ENTRAINMENT: ABRIENDO NUESTROS
CORAZONES EN HARMONÍA CON LOS DEMÁS
Entrainment es un término tomado de la física que describe el
fenómeno que ocurre cuando los objetos empiezan a moverse
juntos – literalmente.
Un grupo de péndulos, cada uno moviéndose a su propio ritmo,
empezará a balancearse sincrónicamente si se les permite el
tiempo y espacio necesarios. No sucede que un péndulo
permanece igual y los otros se ajustan a él, sino que, de forma
colectiva, encuentran un nuevo ritmo.
Cuando estábamos preparando nuestros talleres de
Neurogenic Freedom & Flow el año pasado, empezamos a
explorar lo que sucedía cuando permanecíamos en conexión
entre nosotros mientras temblábamos. Nos sentamos en dos
sillas, mirándonos, y nos abandonamos a nuestros movimientos
neurogénicos. Encontramos que había una constante
comunicación no verbal entre nuestros organismos que nos
llevaba a movernos de forma muy diferente a cuando
temblamos solos. Fernando estaba “por todos lados”, sus
movimientos eran más fuertes, atrevidos y acusados.
Retorciéndose, girándose, teniendo liberaciones emocionales –
el espectro completo. No solo en su cuerpo, también en su
mente. Empezó a tener visiones de otros lugares y otros
tiempos, a menudo relacionados con movimientos no sólo en
su cuerpo, también en relación al de Richmond.
En comparación, Richmond estaba “todo en su sitio”. Sus
movimientos se tornaron más lentos, delicados y sutiles. Su
mente se asentó en una experiencia plena del momento
presente. Después de sus pensamientos iniciales de ´no puedo
hacer esto tan bien como Fernando porque no me muevo tanto
como él´ se volvió más consciente de la apertura sutil, la calidez
y el movimiento de energía dentro de él, a pesar de que desde
el exterior no parecía que estuviera sucediendo gran cosa. Al
mismo tiempo, había algo sucediendo más allá de las
experiencias individuales. Estábamos notando un ritmo
orgánico en la forma en la que nuestros organismos estaban
moviéndonos juntos. Un fenómeno que estamos llamando
neurogenic entrainment (arrastre neurogénico). Un movimiento
colectivo.
En cierto punto, a medida que los movimientos nos llevaban
más profundamente a nuestros cuerpos y a la experiencia,
nuestras caras se giraron y nuestros ojos se encontraron. En
ese momento hubo una conexión mucho más profunda que
cuando nos miramos la primera vez. Poco después nuestros
ojos se separaron, nuestras cabezas se giraron y volvimos a un
espacio más personal. Este suave balanceo entre ser atraído a
la experiencia del otro y estar en la propia continuó durante el
resto de la sesión. De la misma forma que al rendirnos a la
sabiduría neurogénica de nuestro cuerpo éste nos mueve de
formas que no podríamos imitar conscientemente, nuestros
organismos estaban naturalmente acercándose cada vez más
a través de una pulsación rítmica que nos atraía y separaba de
una forma que no podríamos reproducir deliberadamente.
Nuestros organismos parecían moverse a través de las capas
de la personalidad, el ego, los estilos adaptativos y las
estrategias de afrontamiento que a menudo nos mantienen
separados los unos de los otros. No teníamos que hacer nada
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con esos patrones de trauma del desarrollo cuando aparecían,
salvo permitir que se expresaran, se movieran y encontraran su
camino a través de nosotros. A medida que nuestras defensas
inconscientes gradualmente se desvanecían, entramos en una
conexión más auténtica, abierta y expansiva el uno con el otro,
además de una mayor conexión con nuestros ritmos
individuales y fluir interior. Había algo más mágico que la simple
sincronía de los péndulos.
A medida que nuestros cuerpos eran atraídos, no nos movían
de la misma forma todo el tiempo – cuando Fernando se movía
más, Richmond se movía menos. A medida que la conexión
entre nosotros aumentaba, la conexión con nosotros mismos
también lo hacía. Una sabiduría neurogénica nos movía juntos,
al mismo tiempo que nos definía individualmente. Una
integración o unidad no solo con nosotros mismos sino en
relación con el otro. Y esa es una experiencia totalmente
diferente del movimiento neurogénico basado en el modelo de
cuidado personal propuesto por el TRE®.
Nuestros cuerpos estaban siendo movidos en harmonía.
Cuando nos permitimos ser movidos de esta forma, con
nuestros cuerpos tomando la iniciativa, la harmonía que se crea
y la resonancia que experimentamos es algo que no podemos
experimentar por nosotros mismos. Únicamente en conexión
con otro puede esta harmonía relacional ocurrir – sea ese otro
una persona, animal, planta, sonido, imagen, grupo, una idea o
incluso la Tierra misma.
Sanar el trauma del desarrollo no es solo dejar ir patrones de
nuestro pasado, se trata de entrar en relación lo más
auténticamente posible con el momento presente. Nunca
somos demasiado viejos y nunca es demasiado tarde. Y con
cada pequeño paso nos dirigimos lentos pero seguros hacia
desarrollar nuestra capacidad de tener relaciones más sanas,
felices y harmoniosas.
Cuando incluimos este ejercicio de neurogenic entrainment en
nuestros talleres el año pasado, otras personas experimentaron
la misma profundidad que nosotros. Algunas experimentaron su
cuerpo cerrarse al otro en los momentos iniciales, pero con
paciencia, presencia y movimiento rápidamente todos nos
dimos cuenta de que algo profundo se estaba moviendo en
nosotros. Algo más antiguo, más sabio y más potente que
nuestros estilos adaptativos y estrategias de afrontamiento: un
impulso innato a abrir nuestro corazón, conectar los unos con
los otros y movernos conjuntamente en harmonía.
No solo para nuestro propio bien, sino para el beneficio de
todos.
©Richmong Heath & Fernando Aguiar - ¿Por qué las personas dejan de
temblar? Traducción del documento original en ingles por: Omar Fernández
de la Cigoña