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2 CRÓNICAS 32,21 Y LUCAS 22,31 – DIOS PRUEBA PERO

NO ABANDONA

Dr. David E. Ramos

Cita Bíblica: 2 Crónicas 32,27

Ezequías llegó a tener muchas riquezas y a gozar de gran prestigio. Acumuló


grandes cantidades de plata, oro, piedras preciosas, perfumes, escudos y
toda clase de objetos valiosos. Tenía depósitos para almacenar trigo, vino
y aceite, establos para toda clase de ganado, y rediles para los
rebaños. También edificó ciudades, y era dueño de inmensos rebaños de
ganado mayor y menor, pues Dios le concedió muchísimos bienes. Ezequías
fue también quien cegó la salida superior de las aguas de Guijón y las desvió
por un canal subterráneo hacia la parte occidental de la Ciudad de David.
En fin, Ezequías tuvo éxito en todas las obras que emprendió. Sin embargo,
cuando los príncipes de Babilonia enviaron una embajada para investigar
acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se
retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón
Lucas

»Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como


si fueran trigo. Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú,
cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos. —Señor —
respondió Pedro—, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la
muerte. —Pedro, te digo que hoy mismo, antes de que cante el gallo,
tres veces negarás que me conoces.
Hay un contraste en el pasaje de Crónicas, primero se dicen cosas de Ezequías
“pero” en el versículo 31 se plantea una realidad opuesta a lo que se dijo en el
30. El versículo 30 nos plantea el exito que tuvo en todas las obras que
emprendió, es decir, todo lo que se dice en el versículo 27 en adelante –
ciudades, oro, plata y toda clase de objetos valiosos.

Con todo esto que se dice en los primeros versículos del pasaje cualquiera se
sentiría completo. Las personas andan tras estas cosas, quieren tener exito y
bienes pero no tener todo esto trae como consecuencia el desanimo.

2 Crónicas 32,31
Sin embargo, cuando los príncipes de Babilonia enviaron una embajada para
investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país,
Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en
su corazón.
Nabucodonosor envío una comitiva para conocer de primera mano como es que
un rey que ya estaba condenado a muerte se levanta de la tumba, casi, y tiene
mucho éxito. Hasta aquí todo lo que se dice es que Dios le dio a Ezequías, y es
en esto donde entra la segunda parte porque si a nivel externo tiene un gran
éxito ¿qué pasa con el interior?

El interés principal de Dios con nosotros es lo que hay dentro de nuestro corazón,
de que estamos llenos por dentro, y es aquí donde fallamos. Reyes dice que la
comitiva que llegó se presenta ante Ezequías y le pregunta qué es lo que pasó
allí; Ezequías describió el éxito que había tenido llevándolos a cada rincón del
palacio, y en ningún momento les dijo lo que Dios había hecho. Este jamás fue
capaz de decir que lo que estaban viendo no era la evidencia de un rey prospero
sino de un Dios que bendice.

Cuando la Biblia dice que lo dejó, lo abandonó, está diciendo que Dios lo deja
para descubrir las cosas que habían en su corazón. Y en su corazón había la
idea de entender que todo lo que demostró a la comitiva era el sinónimo del gran
éxito que había llegado a tener, pero jamás hubo un testimonio de las cosas que
Dios hace y que todo eso no era de Ezequías sino de Dios.

Tengamos cuidado de cuando nos pregunten cómo hemos logrado todo lo que
tenemos. La gente dice “esto me ha costado y me he sacrificado por las cosas”
pero decir esto solo demuestra que nos hemos llenado de nosotros y no de Dios.
Es tan fácil llenarnos de tanta bendición de Dios que se nos olvida que solo es
una bendición y no merito nuestro. Todo lo que hemos alcanzado es por la gracia
de Dios y no tenemos ningún merito en todo esto.

Cuándo nos preguntan de nuestras cosas ¿Qué decimos? Nos exaltamos o le


damos la Gloria a Dios. ¿Somos capaces de hablar de las bendiciones recibidas
y remitir esto al que bendice, es decir a Dios? Ezequías no fue capaz de decir lo
que Dios hizo, es decir, que Dios un día escuchó su oración y por esto había
tenido éxito. Es que no es a nosotros la gloria sino al Señor, pero es tan difícil de
aprender esto.

Hay hermanos que llegan como Ezequías los días jueves al culto pidiendo que
los bendiga, que los sane y les de lo que necesitan; Dios en su misericordia les
da lo que piden pero cuando reciben la bendición no son capaces de glorificar a
Dios. Así pasó con aquellos diez que Jesús sana ¡solamente uno regresa a dar
Gloria a Dios! y así pasa con muchos de nosotros que después de que Dios da
la gracia divina y nos ayuda nos vamos a hacer lo que nos da la gana.

¿Para que buscamos a Dios? ¿Solo para buscar un bien material o para
contemplar la Gloria de Dios? Si buscamos a Dios es para ser instrumentos de
Dios, que si nos da la sanidad o la bendición que le pedimos debemos de ser
más cercanos y testificar de su Nombre. Lastimosamente, para Ezequías y “su
éxito” llega Isaías y le dice que todo lo que se ha enseñado a estos hombres se
irá con ellos. Es que Ezequías pensaba que al enseñar todas las cosas y la
prosperidad que había logrado se iba a hacer aliado de Nabucodonosor y se
salvaría de Egipto, pero estos mismos se llevarían todo.

Debemos comprender que aunque sea el más importante del mundo que nos
pregunte por lo que hemos logrado o alcanzado debemos de testificar que todo
es de Dios y Él lo ha dado, ya que si saludamos con sombrero ajeno, es decir, le
quitamos la Gloria a Dios entonces nos exponemos a perder todo lo que tenemos
y somos. La gente tiene interés en nuestro éxito y a nosotros nos da pena decir
que es Dios quien nos ha dado porque pensamos que van a decir que estamos
locos.

Dios quiere saber que hay en el corazón de Ezequías, porque este ha llenado su
palacio de éxito pero ¿de qué ha llenado su corazón? Porque Dios no mira la
apariencia que ven los hombres sino lo que no ven. Cuando la bendición externa
se ha desencarnado de un corazón que vive en Dios entonces todo lo externo
se caerá porque lo único que sostiene la exterioridad será un corazón seguro en
Dios nada más. Si en la interioridad se quiebra el vinculo con el Ser Divino
entonces la exterioridad se quebrará y se perderá. Pero ¿por qué nos cuesta
tanto decir que es Dios quien da todas las cosas? Si muchos de nosotros no
eramos nada antes de lo que somos hoy, pero como ya parecemos importantes
no podemos decir que es Dios quien nos dio lo que tenemos. Hermanos nosotros
no necesitamos congraciarnos con nadie más que con Dios, la gente debe de oír
no lo que hemos conseguido nosotros sino lo que Dios hace.

Dios está profundamente preocupado por lo que hay en nuestro corazón, ya que
esto es lo que nos preservará lo que tenemos y las cosas más grandes y mayores
de las que hemos conseguido en la presencia de Dios. Por eso preocupémonos
por nuestra interioridad porque no vaya a ser que nos hayamos confundido con
las cosas y estemos dándonos la gloria a nosotros mismos. Ezequías no se
preocupó por estas cosas de su corazón y así se cumplió la Palabra: todo le fue
quitado.

Dios un día dejó a Abraham sin su ayuda y lo puso a prueba. Le dijo que se
llevará a su hijo para sacrificarlo, con esta petición le iba a probar su corazón si
todavía estaba en él. Fue algo difícil de hacer, porque era algo sangriento y que
sobrepasaba la normalidad pero con esto descubrió el Señor que Abraham tiene
puesto su corazón en el Señor. Abraham no renegó se fue e hizo lo que Dios le
pidió, así Dios le dio muchísimo más porque demostró que Dios estaba por
encima de todas las cosas.

Un día apareció Satanás en la presencia de Dios para hablar de Job, un hombre


que había sido bendecido por Dios sin que le diera la espalda. Pero el diablo
decía que como no lo iba a alabar si estaba bien bendecido, por eso lo reto a
quitarle todo lo que Dios le había dado y así fue. Pero Job siguió alabando el
Nombre del Señor a pesar de que todo lo valioso de una persona le fue quitado,
hasta sus hijos. Aún así Satanás sigue diciendo que no lo alaba de corazón sino
por la sanidad que tenía, así le tocan su sanidad y queda enfermo, pero Job
termina reconociendo a Dios demostrando que él era más grande aún que la
familia y que la sanidad. Al final del libro queda demostrado que Job tenía el
corazón en el lugar correcto, a diferencia de los que lo criticaron que por poco
quedan exterminados si no fuera por la intercesión de Job.

Lucas 22,31

»Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como


si fueran trigo.
En este pasaje vuelve a llegar Satanás como llegó en la ocasión de Job para
pedir poner a prueba a Simón con todos los discípulos. Así mismo muchas veces
Dios nos deja un poco para que nos zarandeen y probar así nuestro corazón, lo
malo es que nosotros cuando sentimos los golpes hablamos contra el Señor sin
darnos cuenta que es nuestra oportunidad para demostrarle de que estamos
llenos.

Lucas 22,32

Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe.


La fe no es una anestesia para no sentir los golpes cuando nos zarandeen, es
necesario sentir el dolor para descubrir la fe. El corazón se debe de llenar de fe,
que es la única que nos va a sacar adelante. Con la fe honramos a Dios, con
esta esperamos que Dios pronto dará su respuesta. Cuando somos
zarandeados debemos de reconocer que Dios nos está llenando de fe, pero
¿por qué hablamos en contra de Dios?

Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos


En lo que estamos pasando Dios nos quiere llenar de fe porque esto nos llevará
a Dios, no a las riquezas ni a los bienes. Todo está en Dios, el trabajo, la sanidad,
la bendición. Llenemos de Dios porque él es la fuente de toda bendición.

Hebreos 7,25

Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se
acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.
No estamos solos, Jesús intercede por nosotros. Claro que Jesús conoce el
problema que tenemos, la enfermedad que nos agobia y por eso necesitamos
acercarnos a él porque Dios siempre le da lo que Cristo le pide. El problema,
entonces, no es si Dios nos bendecirá, sino que no buscamos llenarnos de Dios.

No esperemos más para llenarnos de Dios, porque aquel que no escatimo dar ni
siquiera a su propio Hijo como no nos dará todas las cosas.

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