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COMO SALVAR NUESTRA FAMILIA

Introducción: Dios procuró por todos los medios salvar la familia de Lot cuando venía la
destrucción sobre Sodoma y Gomorra, pues hasta ángeles envió y éstos apresuraban a
la familia a salir de allí.
Dios no quiere que las familias se pierdan, sino que sean salvas. Tal vez digas “Mi
familia es un caos o es muy difícil” recuerda no hay nada difícil para Dios( Jesús dio
su vida en la cruz por nosotros y por nuestra familia también(
Hace tiempo en una reunión de oración, una hermana pidió que le acompañáramos
pidiendo a Dios por la salvación de sus familiares. Si mal no recuerdo, ella mencionó a
su padre, sus hermanos y tíos. Nosotros le prometimos que oraríamos en ese momento
por la salvación de su familia. Pero antes de comenzar a orar, ella nos dijo: “Yo tengo fe
que Dios salvará a mis familiares porque en su Palabra dice: ‘Cree en el Señor
Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa’. Yo confío en las promesas de mi Dios”. Ella
estaba citando Hechos 16:31.

¿Cuál es el contexto del pasaje?


Hechos 16:31 es dicho por Pablo en medio de su encarcelamiento junto a Silas, poco
después de haber sido azotados. Ellos habían sido puestos en el calabozo, y mientras
oraban y cantaban himnos a Dios, “sobrevino de repente un gran terremoto de tal
manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las
puertas, y las cadenas de todos se soltaron” (16:26).

De acuerdo con la ley romana, si un guardia perdía un prisionero, él recibía el mismo


castigo que el gobierno había determinado para el delincuente. De modo que el
carcelero entró en un estado de pánico, al punto de buscar su espada para quitarse la
vida. Los gritos de Pablo evitaron su suicidio, al él explicarle que todos los presos
seguían dentro de la cárcel.

Luego de tan emocionante escena, el carcelero preguntó a los misioneros: “Señores,


¿qué debo hacer para ser salvo?” (16:30). La respuesta de Pablo y Silas fue la
proverbial expresión “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa”. Como la
señora en la reunión de oración, estas palabras han sido entendidas por muchos como
una promesa directa de parte de Dios para ellos mismos. Ellos han visto en este
versículo una razón para creer que sus familiares no creyentes llegarán algún día, tarde
o temprano, a creer en Cristo como Salvador.

¿Es Hechos 16:31 una promesa de Dios acerca de la salvación de nuestros


familiares?
En resumidas cuentas, no. Una regla importante que debemos seguir al estudiar la
Biblia es interpretar las narraciones históricas a la luz de los textos didácticos, es decir,
interpretar las historias en base a las enseñanzas. “El término didáctico viene de la
palabra griega que significa enseñar o instruir. La literatura didáctica enseña o
instruye”[1]. Hablando en términos generales, los Evangelios y el libro de los Hechos
son mayormente narraciones históricas; mientras que las cartas de Pablo, Pedro, Juan,
etc., son textos didácticos.

Sí, Pablo le dijo al carcelero de Filipo que su familia sería salva si él creía en el
evangelio. Pero eso fue el apóstol Pablo al carcelero de Filipo. Una promesa particular,
dada en el tiempo: no una promesa que yo pueda dar a quien yo quiera. No hay
ninguna enseñanza en la Escritura de que mi conversión va a resultar en la conversión
de mis familiares. Lo que sí se nos enseña es la conversión personal de cada individuo
(Ro. 10:9).

En Hechos 16:31 Dios no enseña que mi familia recibe salvación automáticamente


después de que yo soy salvo. Tampoco enseña que Dios me ha prometido que los
miembros de mi familia serán salvos si yo he comprendido el Evangelio y he recibido el
regalo de la salvación. De acuerdo con el mensaje completo del Nuevo Testamento, los
miembros de la familia del carcelero recibirían salvación si escuchaban el mensaje y
eran objeto de la obra regeneradora del Espíritu Santo. Para que ellos creyeran en
Cristo como Salvador, el evangelio tenía que llegar a sus oídos (Romanos 10:13-17) y
el Espíritu Santo tenía que hacer su obra de salvación (Juan 3:1-8). Y esto mismo
sucedió, pues los versículos siguientes nos enseñan que ellos escucharon la Palabra,
creyeron y fueron bautizados con gozo (Hch. 10:32-34).

¿CÓMO SALVAR NUESTRA FAMILIA?

1) LA FE EN DIOS DEBE SER TRANSMITIDA.

a) Lamec instruyó a su hijo Noé (Génesis 5:28-29).

Nota: Lamec fue el padre de Noé y le puso ése nombre, cuyo significado es: descanso,
consuelo. Nos habla de la esperanza que tenían sus antepasados en los cambios que
Dios traería.

Además, nos enseña que Lamec educó a su hijo Noé en el temor de Dios, pues sabía
que el Señor había maldecido la tierra por el pecado (Gén. 5:29) y enseñó a Noé al
respecto. También sembró en el corazón de Noé, el plan de Dios con él.

b) Noé fue ejemplo para sus hijos (Gén. 6:9-10).

Nota: En medio de sus generaciones Noé fue perfecto (traducción del término hebreo
“tamím”, que además significa: entero, integro, verdadero, recto, sincero) y “caminó con
Dios” nos dice la Biblia, no sólo caminó hacía Dios, sino que camino con él, lo que nos
habla de compañía, comunión, estar de acuerdo. Sus hijos eran testigos de todo esto.
2) LOS PADRES OBEDIENTES A DIOS REQUIEREN FORTALEZA DIVINA.

a) Noé vivió en medio de una sociedad impía (Gén. 6:11-12).

Nota: La expresión “llena de violencia” significa además: llena de iniquidad, llena de


robo. La tierra corrompida nos habla de una humanidad inmoral en extremo (por
ejemplo: Sodoma y Gomorra). Nuestro Señor Jesús respecto a su segunda venida dijo:

“Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”. El tiempo de
Noé fue difícil, pero aun así, caminó cómo un ciudadano del cielo, y es ejemplo para
nosotros hoy.

b) Noé fue luz en medio de sus contemporáneos.

1º) Por su fe (Gén. 6:18).


2º) Por su obediencia (Gén. 6:22 y 7:5).

Nota: La fe de Noé alcanzó a su familia. El texto dice: “entrarás tú, tus hijos, tu mujer y
las esposas de tus hijos” cada uno debía entrar caminando, Noé no los iba a cargar,
entonces es cierto que nuestra fe es bendición para nuestra casa, pero cada miembro
de la casa debe entrar en la fe de salvación. Noé hizo cómo Dios le mando, esto es
obediencia.

3) LA FAMILIA ES UN TESORO INVALUABLE.

a) Noé tenía una excelente relación con su familia (Gén. 7:13).

Nota: Allí estaba la esposa de Noé, no se da su nombre pero fue muy importante en la
salvación de su casa( era una mujer piadosa, ella era la consejera, procuraba la
unidad de la casa, buscaba que las nueras se acercarán a Dios, apoyaba a su esposo,
etc.

Cuando Noé compartió el mandamiento de Dios, su esposa, sus hijos y nueras, lo


siguieron (Ellos le creyeron, le ayudaron a construir, y entraron con él al arca. Su familia
le creía).

b) Noé procuró la salvación de toda su casa (Hebreos 11:7).

Nota: No basta con desear la salvación de nuestra familia, debemos procurar y


favorecer en lo posible el acercamiento de nuestra familia a Dios. La oración, testimonio
de vida, amor y sabiduría harán que la familia llegue a Dios.

Conclusión: Dios quiere que tu familia se salve del caos, de los problemas por los que
pueda estar pasando, que tus hijos no se pierdan, y lo que más desea es que toda tu
casa conozca a Jesucristo cómo el salvador, aquel que nos da vida eterna. Dios es
todopoderoso, y puede transformar tu vida y familia.

No dejemos de dar amor a nuestra familia, de orar por ellos y esforcémonos por dar el
mejor testimonio.

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