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El color un elemento expresivo

“El color fabrica todo un universo imaginario. Nos hace viajar a las
islas, nos sumerge en el mar o nos sostiene en pleno cielo”
(Grafismo Fundamental – Abraham Moles /Luc Janiszewski).
Es el elemental medio expresivo del diseño. El color en su campo de
aplicación, tiene varias aplicaciones clasificándose en: color denotativo y
el color connotativo.

Desde que la Revolución Industrial puso a disposición de los


consumidores una gama creciente de productos, la
importancia del color en el desarrollo, la comercialización y
las ventas no ha dejado de crecer. Sobre todo, en el sector
de la moda. Gracias a la sofisticación y a la producción en
masa de este sector multinacional, los consumidores se han
acostumbrado a contar con numerosas opciones de color.
Según la International Color Authority, “el color tiene más
importancia que el estilo y el precio, y es el primer factor al
que el cliente responde”.

¿Cómo deciden una marca o una tienda el color o la paleta de colores más adecuados para sus productos? ¿Cuál es
el proceso por el que los diseñadores, los equipos de desarrollo de productos y los responsables de compras eligen
los colores? ¿Y de dónde proceden esos colores?

La predicción del color es el proceso de anticipar las orientaciones de color y tendencias probables para todo el
espectro de productos de moda y sectores afines. Proporciona orientación a los diseñadores, a los desarrolladores
de productos y a los vendedores para elegir colores que resulten atractivos a los consumidores y mejoren las ventas.
La función de la predicción del color (investigar, anticipar y, finalmente, interpretar el color para potenciar las ventas
de un producto) ha evolucionado hasta transformarse en una profesión necesaria y todos los estudiantes de diseño
de moda, de desarrollo de productos o de marketing y promoción de moda deben comprenderla.

El color denotativo

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El color es denotativo cuando se utiliza como representación de la figura, u otro elemento, es decir, incorporado a las imágenes reales de
la fotografía o la ilustración. Podemos distinguir tres categorías de color denotativo: Icónico, saturado y fantasioso, aunque siempre
reconociendo la iconicidad de la forma que se presenta.

Color icónico: Definimos un color icónico a la expresividad cromática como función de aceleración identificadora: la tierra es marrón, la
cereza es roja y el cielo es azul. El color es un elemento fundamental de la imagen realista ya que la forma incolora aporta poca
información en el desciframiento inmediato de las imágenes. La adición de un color natural acentúa el efecto de realidad, permitiendo que
la identificación del objeto o figura representada sea más rápida. Por lo tanto el color ejerce una función de realismo que se superpone a
la forma de las cosas: una manzana será más real si se reproduce o plasma en su color natural.

Color saturado: Es un color alterado o manipulado en su estado natural y real. Más brillante, son colores más densos y más puros y
luminosos. El color saturado nace de conseguir una exageración de los colores y captar la atención con estas. El entorno resulta más
atractivo, alterando el color de esta forma, el cine, la fotografía, la ilustración, carteles, etc, obedecen a una representación gráfica
cromática exagerada que crea euforia colorista.

Color fantasioso: La fantasía y manipulación, nace como nueva forma expresiva, por ejemplo, las imágenes coloreadas a mano en las
que no se altera su forma, pero si el color. De esta forma se crea un ambigüedad entre la imagen o fotografía representada y el color
expresivo que se le aplica, creando así una fantasía, respetando las formas pero alterando el color natural.

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El color connotativo
La connotación es la acción de factores no descriptivos, sino psicológicos, simbólicos o estéticos que hacen suscitar un cierto ambiente y
corresponden a amplias subjetividades. Es un elemento estético que afecta a las sutilezas perceptivas

Cada color es un signo que posee su propio significado.

Efectos de los colores en la ropa


Los colores han acompañado siempre al ser humano, desde muchos milenios, en sus diferentes épocas y culturas. Ya en las tribus más
primitivas, tatuajes y maquillajes de diversos colores han constituido una constante, si bien usados principalmente por los líderes para
distinguirse del resto del pueblo. Los pigmentos que utilizaban eran extraídos de algunas plantas o de la tierra, como las sales de cobre
y manganeso.
Época de esplendor en el uso de colores fue la de los faraones, en Egipto, donde empezaron a usarse los colores azul de lapiz lázuli,
verde malaquita y rojo púrpura, este último extraídos de unos moluscos del Mediterráneo.
En la corte de Francia, en la época de los "Luises", los nobles, además de vestir diferente para distinguirse de la gente común, iban
maquillados con la tez blanca, con polvos de arroz, párpados azules, labios rojos y un lunar tafetán, que según colocación significaba
una cosa u otra.
Con la misma finalidad de realzar su personalidad, ya sea por el poder personal o por la fuerza del grupo, aun hoy se utilizan los
uniformes de diversos colores y se procura distinguirse o elevar la altura de los gorros, aparatosos sombreros, etc. Por esto,
socarronamente, la gente del pueblo advierte: Desconfiad de los que visten diferente de nosotros".
Se dice que "el hábito no hace al monje"... pero lo ayuda. Para numerosas comunidades religiosas, el color de los uniformes es
simbólico: el blanco, por la pureza; el negro, por la austeridad; el carmín, por la dignidad.

La Psicología de los colores prescribe vestimentas teñidas con materiales naturales y con colores que jueguen su papel para el bienestar
físico y moral.
Deberían evitarse las contradicciones. Asi, los colores vivos y cálidos (rojo, anaranjado y amarillo), en lugar de utilizarlos en verano,
como es moda, deberían ser preferidos en invierno, por su acción antifatiga, estimulante y tónica. Del mismo modo los colores, muy
llamativos, que suelen llevar las personas extrovertidas, deberían ser llevados por las introvertidas y algo melancólicas, a fin de que
levantaran su temperamento.

En síntesis, los colores de las prendas de vestir podrían elegirse, en cada caso particular, según los siguientes efectos:

- Rojo. Ejerce un efecto tonificante, estimula las células cerebrales, acelera la circulación y excita el apetito y la combatividad. Por
ello, solo debería llevarse en cortos periodos de competiciones deportivas o de grandes esfuerzos.

- Rosado. Crea clima festivo, en tonos y gamas pálidos feminidad y romanticismo, sutileza.

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- Anaranjado. Para sentirse bien, optimista y aumentar el tono sexual.

- Amarillo. Estimula la energía, predispone al humor jovial, procura sensación de bienestar. Fortificando nervios y cerebro, es
aconsejable en caso de pruebas intelectuales y afectivas. Algunos amarillos pálidos carecen de efecto, pero basta realzar un poco su
tono para obtener una atmósfera cálida que evoca el oro y el sol.

- Verde. Color de la Naturaleza, es calmante de los nervios, tranquilizador.

- Gris. Color neutro que debilita las reacciones psicológicas. Para llevar durante periodos de grandes trastornos emocionales. No debe
usarse en periodos demasiado largos.
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- Azul. Produce un sentimiento de serenidad y tranquilidad.

- Violeta. Concilia los dos extremos del espectro (azul y rojo). Para hallar la calma y abrirse a los demás. Pero presenta un lado
enigmático. Llevar permanentemente este color engendra fatiga, estreñimiento e indigestión crónica.

- Blanco. Hace a quien lo usa transparente a los ojos de los demás.

Todo color situado al lado de otro, ya contraste o se armonice con él, se ve transformado de manera increíble. Ciertos verdes pueden
acentuar el enrojecimiento de la tez (porque el verde tiende a resaltar parcialmente su complementario, el rojo) o, por el contrario,
subrayar la palidez. Si bien el rosa es generalmente considerado como un color que sienta bien, un rosa de color carne acentuará el
color terroso del rostro. Algunos rojos vivos, en cambio, van sorprendentemente bien a estos géneros de piel. Y una mujer de tez
brillante cuyos cabellos contrastan intensamente con el color de la piel, puede llevar un conjunto verde esmeralda o rojo bermellón.

El negro, negación de todos los colores, y el blanco, combinación de todos ellos, forman una categoría aparte que puede ir bien en toda
ocasión. Sin embargo, cuando por la edad los cabellos se vuelven grises, hay que tener en cuenta que el negro hace palidecer el rostro.

El color psicológico: Son las diferentes impresiones que emanan del ambiente creado por el color, que pueden ser de calma,
de recogimiento, de plenitud, de alegría, opresión, violencia… La sicología de los colores fue ampliamente estudiada por
Goethe, que examinó el efecto del color sobre los individuos:

1. El blanco: como el negro, se hallan en los extremos de la gama de los grises. Tienen un valor límite, frecuentemente extremos
de brillo y de saturación, y también un valor neutro (ausencia de color). También es un valor latente capaz de potenciar los otros
colores vecinos. El blanco puede expresar paz, soleado, feliz, activo, puro e inocente; crea una impresión luminosa de vacío
positivo y de infinito. El blanco es el fondo universal de la comunicación gráfica. En el oriente simboliza el más alla.

2. El negro: es el símbolo del silencio, del misterio. Confiere nobleza y elegancia, sobre todo cuando es brillante. Opaco en
oriente y sus corrientes filosóficos occidental en nuestra comunidad: es simpleza , austeridad y nobleza de espíritu. Su opuesto,
ejemplo, estilo gótico en la vestimenta , asociado a lo maligno o la oscuridad. En los jueces por ejemplo es símbolo de poder y
misterio. En la cultura oriental, no representa luto, sino es símbolo del aspecto femenino YIN. Por el contrario en oriente el luto
es blanco.

Cada dimensión del color está relacionada con una reacción diferente. Por ejemplo, cuanto más se satura un color, mayor es la
impresión de que el objeto se está moviendo. Cuanto más brillante es el color, mayor es la impresión de que el objeto está más
cerca de lo que en realidad está. Las tonalidades de la parte alta del espectro (rojo, anaranjado, amarillo) suelen ser percibidas
como más enérgicas y extravertidas, mientras que las de las partes bajas (verdes, azules, púrpuras) suelen parecer más
tranquilas e introvertidas. Los verdes y los azules se perciben calmados, relajados y tranquilizantes. A la vez, los rojos, naranjas, y
amarillos son percibidos como colores cálidos, mientras que los azules, verdes y violetas son considerados colores fríos. Las
diferentes tonalidades también producen diferentes impresiones de distancia: un objeto azul o verde parece más lejano que un
rojo, naranja o marrón.

EL COLOR ESQUEMATICO
Los colores menos saturados transmiten sensaciones tranquilas y suaves, por el contrario los colores más saturados transmiten
pasión, tensión, crispación o escasa templanza.

Por otro lado tenemos también el concepto de matiz, que es la mezcla de un color con otro; en este sentido se puede hablar de
rojo granate, de rojo anaranjado (que tenga una buena parte de amarillo)… Estas diferentes apreciaciones del color hacen muy
difícil una nomenclatura de aceptación generalizada.
Por otro lado hay que tener en cuenta que el color está íntimamente relacionado con la luz y el modo en que esta se refleja.
Podemos diferenciar por esto, dos tipos de color: el color luz y el color pigmento.
El color luz (RGB) -aditivo: los bastones y conos del órgano de la vista están organizados en grupos de tres elementos sensibles,
cada uno de ellos destinado a cada color primario del espectro: azul, verde y rojo, del mismo modo que una pantalla de
televisión en color.
Cuando vemos rojo es porque se ha excitado el elemento sensible a esta longitud de onda. Cuando vemos amarillo es porque se
excitan a un tiempo verde y el rojo, y cuando vemos azul celeste (cyan), es que están funcionando simultáneamente el verde y el
azul (azul violeta).

Sintetizando: Bastan tres colores (rojo, verde y azul) para obtener todos los demás mediante superposiciones. Estos tres
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colores se denominan primarios, y la obtención del resto de los colores mediante la superposición de los tres primeros se
denomina síntesis aditiva. Con este proceso se obtienen los colores secundarios: magenta (azul + rojo), cyan (verde + azul) y
amarillo (verde + rojo).
El color pigmento (CMYK) – sustractivo: Por otra parte, cuando manejamos colores de forma habitual no utilizamos luces, sino
tintas, lápices, rotuladores… en este caso lo que estamos hablando es del color pigmento. Cuando hablamos del color pigmento
hablamos de síntesis sustractiva, es decir, de pigmentos que aplicamos sobre las superficies para sustraer a la luz blanca parte
de su composición espectral.
Todas las cosas (menos los medios transparentes) poseen unas moléculas llamadas pigmentos, que tienen la facultad de
absorber determinadas ondas del espectro y reflejar otras.
Sintetizando: Este proceso se denomina síntesis sustractiva, y es más fácil prever el color resultante (el azul + el amarillo originan
el verde, el rojo + el amarillo originan el naranja).
El tono : es el color en sí mismo, supone su cualidad cromática, es -simplemente- un sinónimo de color. Es la cualidad que define
la mezcla de un color con blanco y negro. Está relacionado con la longitud de onda de su radiación. Según su tonalidad se puede
decir que un color es rojo, amarillo, verde… Aquí podemos hacer una división entre:
tonos cálidos (rojo, amarillo y anaranjados). Aquellos que asociamos con la luz solar, el fuego…
y tonos fríos (azul y verde). Los colores fríos son aquellos que asociamos con el agua, la luz de la luna …
Los términos “cálido” y “frío” se utilizan para calificar a aquellos tonos que connotan dichas cualidades; éstos términos se
designan por lo que denominamos “temperatura de color”. Las diferencias entre los colores cálidos y los fríos pueden ser muy
sutiles. Por ejemplo, el papel blanco puede parecer más cálido o más frío por una leve presencia de rojo o azul. Lo mismo ocurre
con el gris y el negro.
La brillantez: Tiene que ver con la intensidad o el nivel de energía. Es la luminosidad de un color (la capacidad de reflejar el
blanco), es decir, el brillo. Alude a la claridad u oscuridad de un tono. Es una condición variable, que puede alterar
fundamentalmente la apariencia de un color. La luminosidad puede variar añadiendo negro o blanco a un tono.
En general, con los tonos puros que tienen un valor más luminoso (amarillo, naranja, verde) se consiguen las mejores variantes
claras, mientras que los tonos puros que tienen normalmente un valor normalmente menos luminoso (rojo, azul, violeta)
ofrecen las mejores variantes oscuras.
La saturación (intensidad) Está relacionada con la pureza cromática o falta de dilución con el blanco. Constituye la pureza del
color respecto al gris, y depende de la cantidad de blanco presente. Cuanto más saturado está un color, más puro es y menos
mezcla de gris posee. Cuando un color pertenece al círculo cromático se dice que está saturado, que tiene el máximo poder de
pigmentación, de coloración. Pero no siempre nos encontramos los colores puros, sino que se suelen ver compuestos por
mezclas complejas, con cantidades desiguales de colores primarios. Para cambiar la saturación de un color hay que mezclarlo
con su complementario y, así, se obtiene la escala de saturación o de grises.

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