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>rÁ B C. MARTES 4 DE AGOSTO DE 1936. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 19.

EN EL GUADARRAMA Lectura de Ja Prensa


Nuestro avance continúa sin que encuen-
tre obstáculos. Se oye a" lo lejos, muchas ve-
LOS MOVIMIENTOS ENVOLVENTES DE ces es un ruido apenas perceptible, el único
cañón que les queda a los facciosos y que
LOS LEALES TIENEN DESCONCERTADOS no tardará en ser desmontado por nuestra
Artillería. El repliegue de los traidores, de
la República y a la patria es conístante. En
A LOS GRUPOS REBELDES su huida echan mano de cualquier recurso
para salvar la pelleja y no vacilan en sacri-
ficar varias vidas con tal.de poder seguir htt-
La eficacia de nuestra Aviación. Cómo se trata a los facciosos que se yando, quizá sin dirección determinada/ Él
caso es dar la espalda lo más rápidairiente
pasan al bando Jeal, Las tropas del régimen saben toda la verdad. posible. . '
Hemos repartido esta mañana numerosos
y una vez que han saciado el hambre, cuen- ejemplares de la Prensa madrileña, que eran
Todos voluntarios tan y no acaban de las coacciones de que son leídos ávidamente por nuestras fuerzas. Se
En la Sierra 3. Continúan nuestras tro- objetó por parte de los jefecillos del fascis- tiene vivísimo interés en que las tropas léa-
pas peleando frente a los facciosos con todo mo. Todas las crueldades que se imaginen les al régimen y a las milicias sepan la rea-
entusiasmo y valentía y ganándoles terre- son pocas. Allí; en el frente rebelde, se les lidad de 'lo que en España ocurre. Los .que
no en frecuentes movimientos envolventes. mantiene a fuerza de violencias impropias combaten por la República, por la Libertad
Cuando se precisa destacar unas guerrillas de personas civilizadas. Viven en un cons- y ¡por el Gobierno legítimamente constituido
para cualquier exploración salen centenares tante sobresalto, pues los cabecillas llevan saben que el movimiento fascista está dando
de voluntarios para cumplir la misión. Los continuamente la pistola en la mano—cuan- los últimos coletazos, que-se halla an los
jefes han de proceder rápidamente a esta se- do no una bomba en cada una—para hacerse estertores de su agonía.
lección para evitar que todos vayan a cum- obedecer. Aun así, numerosas veces no lo He aquí una de ias muchas causas por la
plirla con un espíritu elevadísimo y un arro- consiguen. '•'.... que la moral de nuestras tropas es elevá-
jo sin ejemplo. dísima: conocen la verdad de lo que pasa
Apenas comenzada la operación en las pri- en su patria. Saben que la República es in-
imefas horas de la mañana, nuestra aviación El miedo del ex rebelde vencible. Que no hay quien la mueva. Les
realizó frecuentes incursiones en el campo consta que la victoria es suya/porque a sa-
faccioso, que surtieron excelente' efecto, y Buena prueba'de ello es-la! escena que nos lado está la razón, el derecho, la justicia y
lanzó sobre los focos rebeldes gran cantidad ha sido dado presenciar. Después de haber la libertad. A esto hay que unir que el Go-
de explosivos. Los facciosos' huyeron rápi- sido atendido, uno de los fugados del frente bierno nada les oculta del aplastaiwieñtoVdel
'dámente, intentando protegerse en los acci- faccioso fue a incorporarse a las filas lea- movimiento fascista. < .
dentes del terreno. les. Cuando el muchacho caminaba hacía él
Se p_udo apreciar con claridad que nuestra punto que le habían destinado, un oficial le
aviación produjo gran número • de víctimas, llamó: En los árboles hay fugitivos .'•,'
porque era inútil que los fascistas tratasen —¡ Eli, muchacho ! ¿Dónde vas? Cuando nuestras tropas acaban de toítiaí
de meterse debajo de los puentes. Varios El soldado se volvió aterrado, haciendo el rancho, se reanuda la ofensiva. El avarice
prisioneros cayeron en manos de las fuer- un movimiento que causó la hilaridad de los continúa, ante la fuga de las rebeldes. Es-
zas leales, que los entregaron a las autori- presentes. Una vez repuesto del susto se tos, como a'veces no pueden liuir tan preci-
dades. acercó al'oficial para ponerse a sus órdenes, pitadamente como quisieran, han adoptado
y le explicó hacia dónde se encaminaba. la actitud de subirse a la copa de los pinos
No tenemos heridos —No lo puedo remediar—explicaba—. Es que a su paso encuentran. Claro'• está que
la fuerza de la costumbre. En cuanto oíamos desde el primer momento las fuerzas leales
En los pueblos, la gente secunda con en- en el campo rebelde la voz de un oficial, era, íes sorprendieron en su burda, estratagemi,
tusiasmo la actuación de nuestras tropas. por lo menos, para recibir malos tratos. que, desde entonces, de nada 'les sirve. Nues-
No se limita a acogerlas con manifestacio- ¡ Qué diferencia tan grande ! tras tropas disparan a las copas de Jos ár-
nes de entusiasmo, a su paso por los pobla- •El soldadito marchó después alegremente boles cuando los rebeldes abandonan el te«
dos, sino que pone a su disposición desde'la a combatir por la> causa de la República. rreno. Los prisioneros hechos por este ¡pro*
.casa en que habitan hasta sus modestísimas
posesiones. En una cualquiera de las casas
se instala ¡o que se llama el hospital de san-
gre, que afortunadamente nó ha servido has- Sorpresa... a medias
ta ahora sino para curar escasísimos heridos.
La .mayoría de ellos no'lo':han sido por ba-
las enemigas, sino por algunas caídas. Has-
MARCH ESTA 1N LISBOA CON GIL ROBLES
: V
. ta ahora Tos escasos leales que hemos visto • Lisboa'4, -'ÍJÍ3O'madrugada.' Cuando ós comuniqué la llegada a ésta del,
entrar en el citado hospital han salido a los Sr. Gil 'Robles,'ajbordq¡del•;';"Avilaí Star", ignoraba yo la parte más curiosa
pocos minutos, lo que indica que su lesión del hecho, y es'que'^h.el;]ífe^cedlsta venía March, el contrabandista.
íera, afortunadamente, levísima. . Y,;en efecto, -he'podido Comprobar que con el jefe de la Ceda vino en el
* Los rebeldes, en cambio, sufren cada día "Avila 'Star'A el;financiadór'ider movimiento fascista.
nuevas bajas. En el de hoy han alejado más
y más la única pieza de artillería que po- ííéáerríBafcaróh s^párádaméntef procurando el Sr. March pasar inadver-
seen. Cada_ día están más desmoralizados y tido y como si no conociiese'al jefe cedista.
las deserciones cunden enormemente. Los ' \ Juntos senaHánien elíiotel, de Estoril, centro de reunión del Comité que
pocos individuos que con engaño se llevaron desde aquí actúa con' dinerbí'del fá'mosó contrabandista, a cuya devoción, se
se juegan la vida por escapar' de los faccio- halla—por razones de "dinero tanto como políticas—la mayor parte de los
- sos y venir a pelear con los leales. diarios portugueses. .
Pero, como ya dije, el negocio que aquí se pensaba ultimar—que en rea-
Cuando llega un evadido lidad eran cuatro del mismo tipo—fracasó por la actitud del Gobierno fran-
. Cuando estos valientes llegan a las avan- cés al enterarse del descenso en Burdeos de los cuatro extranjeros que ya
• zadas republicanas, el Ejército del Gobierno os dije. °
3es recibe alegremente y previa la compro- Deshecho el asunto, pues lo que esperaban March y Gil Robles no ha po-
bación de que no son personas pertenecien- dido llegar—ni llegará—, éstos aguardan un barco que los devuelva a Francia.
tes al fascio, proceden a llevarlos al cuartel March y Gil Robles han paseado por la playa con una especie de escolta
'general. Allí se procede, en primer lugar, a de fascistas españoles. Y se ha podido advertir la actitud de humilde subor-
darles varios baños, y una vez que la fresca dinación en que se halla Gil Robles en orden al financiador del movimiento]
agua de la sierra les ha limpiado de barro,
se procede a cortarles el pelo y afeitarles. Excusado es añadir que la presencia de March junto a Gil Robles com-
Cuando estas víctimas del fascismo han re- prueba que el negocio a que se pensaba poner término aquí se hacía a cargo
cobrado su aspecto normal, se les da de co- íde los otros tres millones que, según rumor público, ha dado el contraban-
mer. Es curioso que todos ellos comen con diátá mallorquín para la intentona fascista.
una avidez enorme, lo que evidencia cuánto En la colonia española, casi toda republicana, sigue tributándose vivos
escasean los comestibles entre los queque- elogios a la noble conducta que ha seguido Francia en"" este frustrado
¿"íán asesinar a España.
• a s u n t o . — - C ¿ ' • • ' • • • • • • . • • • • - • • - - v . ••••.-•;-.••;••• '•• • ' . • • • . ' ; • • '
Sobre, los evadidos llueven las preguntas
ABC (Madrid) - 04/08/1936, Página 19
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