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Trabajo practico

“Bartolomé de las
Casas y lso
derechos naturales”

Docente: Gabriel Miranda

Espacio curricular: Ética

Estudiante: Emanuel Leguizamon

2 año, Profesorado en Ciencia


Política
El texto escrito por Emilio García García problematiza la vigencia de los planteos llevados
adelante por Fray Bartolomé de las Casas (1484-1566) en sus disputas por defender los
derechos de los habitantes de suelo americano.

Este ensayo tiene como objetivo transmitir la actitud que llevó a Fray Bartolomé a estas
conclusiones, en línea con una postura que desea ampliar los derechos naturales, y valorar la
radicalidad que representaban estos pensamientos.

Para ello, la primer parte del texto hace un profundo recorrido biográfico de Fray Bartolomé a
quien sitúa como miembro de una familia que tenía contacto directo con el “nuevo mundo” ya
que su padre y su tío embarcarían en el segundo viaje de Colon a las Américas del que
regresarían con un esclavo.

Tras sus experiencias como miembro de tripulaciones hacia las Américas, es nombrado
sacerdote en 1507. En 1511 comienza su giro a favor de los nativos al escuchar un fuerte
sermón del Fray Antón de Montesinos en el que denunciaba las atrocidades de los invasores y
condenaba su accionar desde el punto de vista religioso y humano.

Sin embargo, no sería hasta 1514 cuando este cruce de vereda se daría por completo cuando,
ante la mirada de Diego Velázquez, renuncia a sus esclavos y condena su tenencia. Esta es
considerada como la “Primer conversión” de Fray Bartolomé a sus treinta años.

A partir de allí se unirá a Montesinos para defender la racionalidad, la libertad y la propiedad


de los nativos frente a los invasores y llevar el mensaje de salvación cristiana de manera
pedagógica, dialógica y no bélica.

Luego de las leyes nacidas del concilio convocado por Carlos V, a las que criticó pero recibió
como un buen comienzo, fue víctima de varios ataques puesto que los encomenderos
rechazaron apegarse a ellas y renunciar a sus privilegios.

Al final de su vida se encontrará con su rival más duro, Juan Ginés de Sepúlveda, quien
afirmaba la inferioridad de los indios, sus pecados y justificaba el accionar colonizador como
respuesta a los primeros. Si bien el debate no tuvo un claro vencedor, sirvió para esclarecer
posiciones.

Tras este intercambio, Fray Bartolomé se dedicó a publicar libros hasta su muerte en 1566.
Días antes de su fallecimiento, escribió ocho tesis donde resumía las ideas que guiaron toda su
obra que defendería a lo largo de toda una vida.

La segunda parte del texto se caracteriza por una exhaustiva descripción de la formación e
implicación filosófica y teológica de Fray Bartolomé.

Comienza con las influencias de la escolástica y el espíritu renacentista. Según la primera


corriente el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios y por tanto, poseía una dignidad
inalienable e innegable por el simple hecho de existir. En el caso de la segunda, reconocía que
todos los hombres son racionales por naturaleza. Ambos argumentos serian troncales en las
intervenciones de Fray Bartolomé.
La primera de las ideas que García García destaca es la consideración de todos los hombres
como racionales y libres. Esta idea es la fundamental en el debate con Sepúlveda ya que Fray
Bartolomé afirma que todos disponemos de los cinco sentidos externos y los cuatro internos
con la misma intensidad.

De esta se deriva el derecho a la libertad ya que todos disponen de una misma naturaleza y
nadie ha nacido con características de esclavo, esta, creía Fray Bartolomé, es una desviación
del derecho.

Del derecho a la libertad nace el derecho a vivir en sociedad. La comunidad establece los
principios que establece su racionalidad natural y desarrolla sus expresiones culturales
particulares siempre que no entren en contradicción con las creencias cristianas.

La organización de la sociedad, al ser independiente de dominación exterior, le otorga la


facultad de establecer sus propios reyes y gobernantes que sean justos para con el pueblo y
sigan los mandatos divinos ya que su autoridad deviene de Dios a través del pueblo.

A su vez, los nativos debían poseer libertad de pensamiento y creencia. Establecer el dialogo y
revitalizar la retórica como herramientas de evangelización aceptando la negativa o diferencia
de cuestiones religiosas.

En la tercera parte, se justifica la inclusión de Bartolomé de las Casas en la “generación cero”


en la defensa de los derechos humanos. Para ello se describe en tres generaciones las
posteriores expresiones en defensa de la dignidad humana.

La primera se caracteriza por las ideas de la Ilustración y la racionalidad de los siglos XVIII y XIX.
Están centradas en la idea de libertad. A ella responden los derechos civiles y políticos que
garanticen su autonomía frente a diversos poderes y la seguridad de su propiedad e integridad
física.

La segunda generación tendrá como eje la idea de Igualdad. Frente al individualismo de la


primera generación, la segunda pedirá, a mediados del siglo XIX, una intervención del estado
como garante en la igualdad de oportunidades al proveer de salud, educación, trabajo y
diversos beneficios sociales.

La tercera generación reivindica un conjunto de medidas hacia sectores específicos de la


sociedad. Estos derechos conocidos como “de la solidaridad” intentan priorizar a sectores
desfavorecidos y equilibrar la balanza aun cuando su implementación pueda presentarse a
primera vista como injusta. Su lucha pertenece a la contemporaneidad.

La vida de Fray Bartolomé de las Casas constituye un ejemplo, sumamente olvidado por la
historia universal, de un luchador incansable por los derechos naturales del hombre, su
igualdad y respeto por la diversidad y el consenso.

Las razones que guiaron sus pensamientos serian retomadas con posterioridad por
revolucionarios y se harían parte de la base incuestionable de la sociedad. Sin embargo, para
que ello ocurriera, primero tuvieron que ser postuladas por personas que se animaran a ir
contra la lógica de la época a pesar de su precio.

Recuperar a la figura de Bartolomé de las Casas representa recuperar una visión de los
derechos naturales más allá de lo que comprenda la época, escuchando las voces de los
oprimidos y los desfavorecidos hasta llegar al punto de negar las creencias sostenidas
firmemente con anterioridad como sucedió en su caso.

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