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ESQUEMA TEMA 4

SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL E IMPERIALISMO


1. LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

➢ 1.1. Crecimiento demográfico y migraciones


Mejoras:
Dieta.
Sanidad.
Medicina.
Dichas mejoras supusieron un crecimiento demográfico en el continente europeo.
Explosión demográfica debido a:
Descenso de la mortalidad (vacunas).
Descenso de la mortalidad infantil.
Mantenimiento de una tasa de natalidad
elevada. Aumento de la esperanza de vida.
A pesar de todo, siguió habiendo un desequilibrio en la distribución de la riqueza, lo que
provocó la emigración de 60 millones de personas entre 1800 y 1914.
La emigración europea fue principalmente:
De Gran Bretaña e Irlanda a Canadá, Estados Unidos y Australia (1ª mitad del siglo
XIX).
De Italia y los países eslavos a las dos Américas, y de españoles a América Latina (2ª
mitad del siglo XIX).
➢ 1.2. Las nuevas fuentes de energía
Entre 1884 y 1914, dos nuevas fuentes de energía consiguieron destronar al carbón: el
petróleo y la electricidad.
Electricidad:
Con la invención del transformador se hacía fácil trasladarla a puntos
distantes. Limpia y fácil de convertir en luz, calor o movimiento.
Posibilitó el cambio de ubicación de las empresas, al no necesitar estar situadas en
lugares cercanos a las tradicionales fuentes de energía.
Provocó el descenso del precio de la energía, propiciando un aumento de la
productividad.
Tuvo numerosas aplicaciones:
• Comunicaciones (teléfono, telégrafo y radio).
• Transporte (ferrocarril eléctrico, tranvía, metro...).
• Iluminación (bombilla de Edison).
• Ocio (fonógrafo, cinematógrafo...).
Petróleo:
Su explotación comercial comenzó en 1859 en Estados Unidos.
Inicialmente fue utilizado para la iluminación, pero los avances en su destilación
hicieron posible ampliar su uso (lámparas, lubricantes y calefacción doméstica e
industrial).
La aplicación más importante fue en los medios de transporte gracias a su uso como
combustible en los automóviles, barcos y aviones.

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➢ 1.3. Los nuevos medios de transporte
Las nuevas fuentes de energía impulsaron una nueva revolución de los transportes, que
fue esencial en el crecimiento económico.
Electricidad en (Europa):
Ferrocarriles metropolitanos.
Tranvías.
A partir de los años 70:
Construcción de buques (acero y mayor potencia de motores).
La navegación acortó la duración de los viajes transoceánicos, favoreciendo las
grandes migraciones europeas.
Apertura de nuevos canales, como el de Suez (1869-Ferdinand de Lesseps-) y el de
Panamá (1914). Supuso acortar distancias y estimular el comercio marítimo.
Aparición de la bicicleta, tras la invención del pedal (1865) y del neumático (1888).
La aparición del automóvil revolucionó el transporte, al combinar el motor de explosión,
el neumático y la utilización del petróleo como combustible.
El ingeniero alemán Karl Benz desarrolló el primer automóvil con gasolina en 1885
(Benz, Daimler, Jellinek), y a partir de 1900 se inició su producción masiva en
Francia (Armand Peugeot) y en Estados Unidos (Henry Ford).
Desarrollo de la aviación. El primer vuelo en avión lo realizaron los hermanos Wright en
1903, aunque fue a partir de 1909, después de que Blériot atravesase el canal de la
Mancha, cuando la aviación se convirtió en un fenómeno industrial y militar.
➢ 1.4. Nuevos inventos, nuevas industrias
Finales del siglo XIX:
Empuje industrial ligado a la innovación tecnológica.
El avance tecnológico fue el resultado del trabajo en laboratorios de investigación.
Descubrimiento de nuevos productos o aplicaciones de otros pocos utilizados hasta
entonces:
• Fibras artificiales.
• Vidrio.
• Tintes químicos.
• Caucho.
• Abonos químicos.
Industria siderúrgica:
• Acero.
• Aluminio.
Industria metalúrgica:
• Automóvil.
• Aparatos eléctricos.
Industria eléctrica, aplicada en:
• Alumbrado.
• Modernos medios de transporte.
• Telecomunicaciones.
Sector químico:
• Abonos.
• Tintes.
• Fibras sintéticas.

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• Explosivos.
• Medicamentos (industria farmacéutica).
➢ 1.5. La nueva organización del capital y del trabajo
Concentración empresarial:
Sólo las grandes empresas eran capaces de hacer frente a la guerra de precios, a la
competencia y a la renovación constante, imprescindibles para conquistar nuevos
mercados.
Mediante fusiones de pequeñas empresas, absorciones y acuerdos entre bancos e
industrias, fueron apareciendo verdaderos gigantes empresariales. Esta
concentración empresarial adquirió diferentes formas:
• Concentración horizontal:
• Organizada por empresas que trabajan en un mismo ramo
productivo, por ejemplo, el siderúrgico.
• Concentración vertical:
• Agrupando a sociedades que ejercen actividades
complementarias, por ejemplo, carbón, mineral de hierro y siderurgia.
• Desde el punto de vista financiero, entre las formas más
habituales encontramos:
• Cartel, asociación de empresas para restringir o eliminar la
competencia.
• Trust, fusión de diversas empresas en una nueva.
• Holding, sociedad financiera que posee capital en diversas y
variadas empresas para controlar sus actividades.
• Monopolio, que consiste en que un fabricante o distribuidor tiene la
exclusiva sobre un producto e impone sin ningún control los precios.
Producción en serie:
La mayor competencia entre los países industrializados dio paso a nuevas formas de
organización del trabajo para mejorar la productividad.
El fenómeno fue especialmente intenso en Estados Unidos, donde el taylorismo y el
fordismo contribuyeron a aumentar la productividad y a reducir costes.
Taylorismo:
• Método de organización industrial, cuyo fin es aumentar la productividad, a
base de eliminar los movimientos inútiles del obrero y optimizar el tiempo
empleado, para así reducir costes.
• La producción se organiza en serie a través de una cadena de montaje, es
decir, una cinta continua por la que se desplazan los productos en fase de
fabricación.
• El movimiento continuo de la cinta marca el ritmo de producción, evita la
pérdida de tiempo y sistematiza las acciones que deben realizar los obreros.
Fordismo:
• Henry Ford, en su fábrica de Detroit, adaptó la cadena de montaje
a la producción de automóviles.
• Fabricación de una gran número de automóviles a bajo coste.
• Utilización de una maquinaria innovadora y numerosos trabajadores
especializados, a los que se les pagaba unos salarios más elevados con la idea de
convertirlos en consumidores.
• Automóviles sencillos y baratos, destinados al consumo masivo de la
familia media americana.

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• Con el modelo Ford T, el automóvil se puso al alcance de las clases
medias, introduciendo la era del consumo en masa.
➢ 1.6. El aumento de la competencia
Las nuevas potencias industriales:
En 1870 la producción industrial británica representaba un tercio del total mundial. En
1914 la producción industrial británica había descendido hasta el 14%.
La economía británica dejó de ser la única industrializada y muchos otros
competidores aparecieron en el mercado mundial.
La libra esterlina continuó siendo la moneda mayoritariamente utilizada en el
comercio mundial.
Los productos británicos perdieron posiciones en muchos mercados.
En Europa, el principal competidor fue Alemania.
A finales del siglo XIX, Alemania se convirtió en una potencia, tanto en sectores
base (carbón, siderurgia), como en industrias tecnológicamente avanzadas.
La expansión del comercio:
Aparecieron los grandes almacenes que, con el tiempo, acabarían conquistando el
mercado.
Grandes superficies comerciales polivalentes que ofrecían una gran variedad de
productos, a precios más bajos que las tiendas tradicionales.
El aumento de los salarios obreros y la difusión de nuevos sistemas de venta (a
plazos y con préstamos bancarios) abrieron el camino a la era del consumo de masas.
Se introdujo la publicidad y, sobre todo, las rebajas y las oportunidades.
El comercio internacional también conoció un gran crecimiento., gracias a los
progresos del transporte, la expansión del librecambio y la producción masiva
de bienes, que permitió una reducción de su precio.
2. LAS CAUSAS DEL IMPERIALISMO

➢ 2.1. La Europa dominante


Avance de la industrialización a finales del siglo
XIX. Enorme desarrollo tecnológico en Europa.
Fragmentación del mundo en dos polos: los países industrializados y los
no industrializados.
A principios del siglo XX los países no industrializados quedaron bajo la dependencia de
Europa (países industrializados).
A partir de 1870 se desarrolló en la Europa industrializada una crisis económica, que
tuvo su origen en una crisis agrícola. Se produjo la llegada a Europa de trigo
procedente, sobre todo, de Estados Unidos y Rusia. En poco tiempo se inició una crisis
de sobreproducción en todos los sectores.
Salida de la crisis:
Innovación técnica.
Se hizo necesario la ampliación de mercados y de recursos en otras zonas del
mundo. Los países industrializados tuvieron que dirigirse hacia otros territorios
todavía sin explotar:
• Asia.
• África.

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• América Latina.
• En Europa se hizo difícil debido al proteccionismo de numerosos países.
➢ 2.2. Las causas económicas
Vinculadas a las necesidades de la industria de los países desarrollados.
Para:
Establecer mercados donde exportar su producción industrial, muchas veces en
régimen de monopolio.
Conseguir materias primas y fuentes de energía baratas.
Utilizar mano de obra no cualificada y con bajos salarios.
Construcción de infraestructuras, con la finalidad de favorecer la entrada y salida
de productos.
Necesidad de buscar nuevos territorios donde invertir el capital sobrante.
La mayoría del comercio exterior, tanto de productos industriales como agrarios, siguió
realizándose entre los propios países industrializados.
Las inversiones exteriores de las economías desarrolladas se orientaron hacia otros
países industrializados o en proceso de rápida industrialización.
En cuanto a la rentabilidad económica del imperialismo:
Existió para las empresas.
No hubo ningún tipo de rentabilidad económica para los contribuyentes, quienes se
vieron en la obligación de mantener las colonias a través del pago de impuestos.
➢ 2.3. Los factores políticos y demográficos
Potencias industriales:
Deseo de aumentar el poder político a escala internacional mediante la hegemonía
colonial.
Se apresuraron a controlar comercial y militarmente las rutas marítimas y
terrestres, a obstaculizar la expansión de sus competidoras y a aumentar su
influencia en el contexto diplomático internacional.
Consideraron las colonias como un factor estratégico para incrementar su
poder militar en todos los rincones del mundo.
Enorme crecimiento natural en Europa:
Importante flujo migratorio, y la posibilidad de contar con territorios
coloniales donde establecer a esa población.
Grueso de la población acabó dirigiéndose a América.
➢ 2.4. Las causas ideológicas
A lo largo del siglo XIX se extendió el interés científico por explorar zonas del
mundo hasta entonces desconocidas por los europeos.
Se constituyeron sociedades científicas que organizaron expediciones geográficas y
antropológicas para adentrarse en África y Asia, como las llevadas a cabo por periodistas
(Stanley), misioneros (Livingstone) o aventureros (De Brazza). Estas expediciones
abrieron nuevas rutas que, posteriormente, serían utilizadas por los colonizadores con
fines militares o económicos.
Concepciones racistas:
Defendían la superioridad de los blancos.
Acompañado de la exaltación nacionalista de los grandes Estados coloniales:
• Afirmaban su superioridad y proclamaban su deber de difundir la cultura, la

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religión y la civilización europeas por todo el mundo.
• Etnocentrismo: análisis del mundo a partir de los parámetros de la cultura
propia.
• Chovinismo: creencia narcisista próxima a la paranoia de que lo propio del
país o región al que uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto.
• Jingoísmo: nacionalismo exaltado partidario de la expansión violenta sobre
otras naciones.
El colonialismo se disfrazó de un paternalismo que sostenía, según Rudyard Kipling,
que la “responsabilidad del hombre blanco” era civilizar a los pueblos considerados
inferiores mediante la instrucción y la educación. En esa labor destacó la actividad
misionera de las iglesias cristianas anglicana, católica y protestante, que justificaban su
intervención por la necesidad de evangelizar a los pueblos considerados como
primitivos.
3. EL REPARTO DEL MUNDO

➢ 3.1. Del colonialismo al imperialismo


El imperialismo es la culminación del colonialismo iniciado en el siglo XVI, pero ambas
formas de dominación colonial difieren sustancialmente:
1. Los viejos imperios estaban ubicados principalmente en el continente americano;
en cambio, en la nueva etapa, la ocupación se realiza sobre todo en África, en Asia
y en el Pacífico.
2. Mientras las antiguas colonias habían sido fundamentalmente de asentamiento y
los emigrantes habían creado sociedades similares a las europeas, las nuevas serán,
sobre todo, territorios de ocupación.
3. El ritmo de ocupación, que había sido lento y limitado en el espacio en la etapa
anterior, fue muy rápido en el siglo XIX.
4. Las posesiones coloniales de la etapa precedente dieron lugar a escasos conflictos,
mientras que el imperialismo del siglo XIX presentó un carácter belicoso, con
frecuentes guerras, ya que las expansión colonial se había convertido en un objetivo
fundamental de la economía y la política de los países industrializados.
➢ 3.2. El desmembramiento de África
A principios del siglo XIX, los europeos sólo disponían en África de factorías costeras
o de pequeñas colonias.
En la segunda del siglo XIX, exploradores y misioneros recorrieron África y se
internaron por las cuencas de los ríos Níger y Nilo, y por las tierras de África central:
Sáhara, Sudán y los ríos Congo y Zambeze.
A partir de 1870 las expediciones aumentaron y las potencias europeas, sobre todo
Gran Bretaña y Francia, se lanzaron a conquistar y colonizar el continente:
- El proyecto británico trató de conectar el norte con el sur de África mediante
el ferrocarril El Cairo-El Cabo, con el objetivo de dominar la fachada oriental
del continente y controlar el océano Índico.
- El proyecto francés pretendía ejercer el dominio de una franja que se extendía en
sentido este-oeste. Desde sus posiciones en Argelia, dominó el norte de África
(Marruecos y Túnez) y se extendió hacia Sudán, donde acabaría enfrentándose
con los británicos (incidente de Fachoda).
El rey de Bélgica, Leopoldo II, encargó la exploración de la zona del Congo.
Los comerciantes alemanes se instalaron en África central y esa área se convirtió en

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una zona de conflicto entre las potencias europeas.
En 1885 el canciller alemán Bismarck convocó una Conferencia Internacional en Berlín,
a la que asistieron 14 países europeos. Como resultado, se elaboró un acta que
estipulaba algunas condiciones para la expansión colonial en África:
Garantizaba la libre navegación por los ríos Níger y Congo.
Establecía los principios para ocupar los territorios africanos por parte de la
metrópoli:
• Dominio efectivo de todo el territorio.
• Notificación diplomática al resto de potencias del establecimiento de una
nueva colonia (bandera).
En los años posteriores otros Estados europeos penetraron en África. A los imperios
francés e inglés se añadieron:
Intereses alemanes establecidos en el África subsahariana (Togo, Camerún,
África suroccidental y Tanganica).
Intereses portugueses, que se consolidaron en Angola, Mozambique y Guinea-
Bissau.
Países como Italia (Libia, Eritrea, Somalia) y España (Río de Oro, Marruecos,
Guinea Ecuatorial) también pugnaron por conseguir pequeños territorios.
Conflictos:
Guerra de los bóers, que se desarrolló en dos fases (1880-1881 y 1899-1902). Ambas
enfrentaron al Reino Unido con los colonos holandeses, llamados bóers (granjeros)
de Sudáfrica, a raíz de la pretensión de Cecil Rhodes, por entonces primer ministro
de la colonia de El Cabo, de imponer el dominio británico en toda la zona. Los bóers
habitaban las repúblicas vecinas de Transvaal y del Estado Libre de Orange, donde
se habían instalado a mediados del siglo XIX, huyendo de la ocupación británica. La
noticia de que se habían encontrado importantes minas (piedras preciosas) en el
Transvaal fue el motivo que impulsó a los británicos a invadir esas pequeñas
repúblicas. Al cabo de varios años de guerra, los territorios bóers fueron
anexionados al Imperio británico.
Incidente de Fachoda. Enfrentó a Francia y Gran Bretaña en 1898, en un territorio al
este del lago Chad, en el alto Nilo, llamado Fachoda. Ambos ejércitos coincidieron
allí para ocupar la zona y la guerra estuvo a punto de estallar. Finalmente, los
franceses cedieron y se retiraron del territorio.
➢ 3.3. La ocupación de Asia
En el siglo XIX se produjo también la penetración europea en Asia.
No sólo intervinieron las grandes potencias coloniales tradicionales (Francia, Gran
Bretaña, Países Bajos, etc.) sino también otras nuevas, como Rusia, Estados Unidos y
Japón.
Reino Unido:
La colonización británica se concentró, sobre todo, en la zona de la India, donde
desde el siglo XVIII la Compañía Inglesa de las Indias poseía los puertos de
Madrás, Calcuta y Bombay.
La India era considerada la joya de la corona británica.
Tras las revueltas de los cipayos (soldados indígenas del ejército británico), en 1857,
el gobierno británico asumió directamente el control de la India y estableció un
virrey.

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La reina Victoria fue proclamada emperatriz de la India (1877).
Tuvo que rivalizar con Francia para anexionarse Birmania (1886).
Impuso su dominio sobre los Estados Malayos y Singapur.
Francia:
La expansión francesa tuvo su centro en Indochina, lo que dio origen a una serie de
conflictos en Asia suroriental.
Presente en la Cochinchina desde 1858-1860.
Fue anexionándose, entre 1860 y 1880, toda la región del Mekong y estableció un
protectorado en Camboya.
Después de una guerra con China, implantó protectorados en Annam y Tonkín.
Con todos esos territorios, en el año 1887, Francia creó la Unión Indochina, a la que,
en 1893, se unió el reino de Laos.
Franceses e ingleses se pusieron de acuerdo para mantener libre y neutral el Estado de
Siam (Estado tapón), que servía de frontera entre los dos imperios (1895-1896).
En el siglo XIX el Imperio ruso:
Continuó su expansión hacia Siberia, iniciada en el siglo XVII.
Se expandió hacia el sur, llegando a los límites del Imperio británico en la India, con
el que mantuvo un importante litigio por el control de Persia y Afganistán (1880) y
del Tíbet (1904).
Rivalizó con China y en 1904-1905 se produjo la guerra ruso-japonesa, que
enfrentó a las dos grandes potencias imperialistas asiáticas.
China:
No fue ocupada por ningún país, aunque los europeos consiguieron, a principio del
siglo XIX, establecer algunos enclaves comerciales.
Los ingleses equilibraban las compras de té y seda chinos con la venta de opio que
traían de la India. En 1839, el gobierno chino prohibió la entrada de opio, pero los
ingleses continuaron vendiéndolo. El conflicto desembocó en las guerras del opio
(1839-1842 y 1856-1860) gracias a las cuales el gobierno británico consiguió el
enclave de Hong Kong y la apertura de doce puertos al comercio internacional, lo
que evidenció la debilidad del Imperio chino ante Occidente.
Entre 1885 y 1911 se produjo un verdadero asalto a China por parte de los
países europeos y de Japón:
• Francia se situó al sudoeste.
• Gran Bretaña se situó en el sur y en el río Yangtsé.
• Rusia y Japón se situaron en el nordeste, alrededor de Manchuria.
• Alemania y de nuevo Gran Bretaña se situaron en la península de Shandong.
• A partir de ese momento se intensificó la injerencia económica británica,
especialmente de las minas, ferrocarriles y control del comercio, lo que
originó reacciones nacionalistas, como:
• Levantamiento de los Cien Días (1898).
• Revuelta popular de los bóxers (1900-1901).
En 1911 un revolución puso fin al imperio y proclamó la república, en un intento de
liberar a China de la dependencia colonial y de conseguir la reconstrucción nacional.
Oceanía (lo incluimos dentro de la ocupación asiática, a pesar de tratarse de otro
continente, al no introducir demasiada información):
Reino Unido:

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• Poseía los dos territorios más importantes, Australia y Nueva Zelanda,
colonias de poblamiento que se constituyeron como Estados soberanos dentro
del Imperio británico.
Países Bajos:
• Había establecido una importante colonia en Indonesia.

4. LAS NUEVAS POTENCIAS IMPERIALISTAS

➢ 4.1. El imperialismo de Estados Unidos


Las causas económicas del expansionismo americano se explican a partir del gran
crecimiento económico de Estados Unidos a finales del siglo XIX y son consecuencia
directa del intenso proteccionismo europeo.
La opinión mayoritaria defendió que el continente americano era su espacio natural
de expansión y que Estados Unidos podía, y debía, intervenir en cualquier lugar para
defender sus intereses (Doctrina Monroe-América para los americanos-).
La política expansionista de Estados Unidos se orientó hacia
el: Caribe.
Centro y Sudamérica.
Pacífico.
Para asegurarse el control del estrecho de Bering, paso entre América y Asia, compró
Alaska a Rusia en 1867.
El colonialismo americano, a diferencia del europeo y del japonés, no se caracterizó por
la conquista territorial y la imposición de una administración metropolitana, sino por la
injerencia en los asuntos internos de los países y la sumisión económica de los
gobiernos autóctonos a sus intereses (neocolonialismo).
Esta política (neocolonialismo) encontró su mejor exponente en las pequeñas
repúblicas del Caribe:
Cuba.
República Dominicana.
Haití.
Panamá.
Nicaragua.
La guerra contra España, en 1898, a propósito de Cuba y Filipinas, ejemplifica esta
política (neocolonial). Tras la declaración de independencia de la primera, Estados
Unidos aprobó, en 1903, su derecho a establecer una base naval en la isla (Guantánamo)
y a intervenir de cualquier forma para “preservar la independencia de Cuba, la
protección de la vida, la propiedad y la libertad individual”.
➢ 4.2. El expansionismo japonés
Como consecuencia de la revolución Meiji (1868), Japón puso fin a 256 años de
feudalismo e inició un proceso de modernización económica asociado a la aproximación
a Occidente.
Política imperialista hacia:
Pacífico.
Asia.
Principal objetivo del expansionismo japonés:
Corea. Reino formalmente independiente, pero en realidad vasallo de China. Esta

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situación provocaría una guerra entre Japón y China (1894-1895), con la
consiguiente victoria nipona y el control de los vencedores sobre Formosa, Port
Arthur y la península de Liaotung, en el extremo sur de Manchuria (Tratado de
Shimonoseki), aunque tuvo que renunciar a este último territorio debido a las
presiones occidentales.
El expansionismo japonés se enfrentó con los rusos en Manchuria. En 1905 declaró la
guerra a la Rusia zarista y derrotó a su ejército. Así consolidó su dominio sobre Corea y
definitivamente también sobre el sur de Manchuria.
5. ORGANIZACIÓN DE LOS IMPERIOS COLONIALES

➢ 5.1. La administración colonial


Dependiendo del tipo de poblamiento, podemos distinguir dos clases diferentes de
colonias:
Las colonias de explotación tenían escasa población emigrada de la metrópoli, y se
centraban en la explotación sistemática de sus recursos.
Las colonias de poblamiento contaban con un fuerte contingente de población
europea emigrada que gozaba de los mismos derechos y privilegios que los
metropolitanos y se imponía a la población indígena.
El Imperio británico fue el que implantó un modelo de organización administrativa que,
con modalidades y formas diversas, se generalizó al resto de los imperios coloniales.
Así pues, las colonias, según el modelo impuesto por la metrópoli, se dividieron en:
Colonias (propiamente dichas):
• No tenían gobierno propio.
• Dependían directamente de la administración metropolitana.
• Autoridad en manos de un gobernador, que actuaba ayudado por un
numeroso grupo de funcionarios (élite dirigente).
• Estaban sometidos de una forma más absoluta a los intereses económicos
de la metrópoli.
• Ejemplos: Camerún, Nigeria,
Tanganica. Protectorados:
• Teóricamente subsistía y actuaba un gobierno indígena, que era respetado
por la administración metropolitana.
• En la práctica, la metrópoli creaba e imponía un gobierno paralelo y
dominante que ejercía unilateralmente las funciones de defensa y representación
exterior.
• Esta fórmula se implantó en aquellas colonias que con anterioridad habían
sido Estados estructurados y con relaciones internacionales.
• Ejemplos: Egipto, Marruecos.
Dominios:
• Territorios con escasa población indígena.
• La minoría blanca dispuso de un gobierno y de un sistema parlamentario
propio.
• Mantenían relaciones de dependencia con la metrópoli.
• Ejemplos: Nueva Zelanda, Canadá, Sudáfrica, Australia.
Mandatos:
• Nacieron después de la Primera Guerra Mundial.
• La finalidad fue administrar los territorios dependientes de las potencias

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perdedoras en la contienda.
• Una potencia colonial (en la práctica Gran Bretaña y Francia) ejercía la
tutela sobre un determinado territorio en representación de la Sociedad de
Naciones.
➢ 5.2. El dominio de los pueblos colonizados
Los territorios colonizados sufrieron un profundo impacto que trastocó el modo de vida
de los pueblos indígenas.
Impacto:
Desde un punto de vista económico:
• La situación empeoró para la mayoría de la población.
• Se produjo un proceso de expropiación de tierras indígenas, que pasaron a
manos de los colonizadores.
• Se abandonaron los cultivos tradicionales, que aseguraban las
subsistencia familiar, y se potenciaron las plantaciones, implantando un
monocultivo extensivo, que respondían a las necesidades de la metrópolis.
En el orden demográfico:
• Se introdujeron nuevas vacunas.
• Se construyeron hospitales.
• Mejoraron las condiciones higiénicas.
• Se redujo la mortalidad y aumentó la población.
• Pero el sometimiento de los indígenas a trabajos forzados provocó
una disminución de la población.
• El aumento de habitantes rompió el equilibrio población-recursos y
empezaron a producirse problemas de abastecimiento de alimentos que dieron
lugar a una situación de subalimentación crónica.
La estructura social cambió:
• Los nuevos ritmos de trabajo desorganizaron la vida tribal y el antiguo
sistema de jerarquías sociales (papel de los ancianos, tipo de familia...).
• Unidades étnicas fueron divididas o unidas de manera artificial y, de esta
forma, se rompieron etnias y se forzó la convivencia de grupos enfrentados.
• Los europeos utilizaron a determinados grupos indígenas para reclutar a
su ejército y a sus funcionarios, y favorecieron a determinadas élites a cambio
de fidelidad.
En el ámbito cultural:
• Las costumbres autóctonas, de tradición oral y sin elaboraciones teóricas, no
ofrecieron resistencia al impacto de la cultura occidental, que les hizo perder una
buena parte de su identidad y perturbó sus creencias y tradiciones.
• La difusión de la enseñanza contribuyó a la extensión de las
lenguas, las creencias y los modos de vida europeos.
• Los misioneros se encargaron de difundir el cristianismo.
• Estos cambios culturales se dieron principalmente en el continente
africano, mientras que algunas civilizaciones asiáticas de tradición milenaria,
como ocurrió en la India, resistieron mejor el asalto cultural europeo.

– ¿CIVILIZACIÓN O EXPLOTACIÓN?

➢ Para los colonialistas del siglo XIX:

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Colonización era símbolo de civilización.
El argumento humanitario estaba en boca de todos.
Defendían que la metrópolis enviara soldados para pacificar las luchas internas, médicos
para curar, técnicos para los nuevos métodos de producción, maestros para educar y
misioneros para salvar las almas.
➢ Los que se oponían a la carrera colonial:
Denunciaron que, tras esa visión civilizadora, se escondían unas enormes ansias de
enriquecimiento.
La construcción de ferrocarriles, carreteras y otras infraestructuras comportó elevadas
inversiones, que generaron grandes beneficios, gracias, sobre todo, a la explotación de la
mano de obra indígena.
➢ La explotación colonial no benefició a todos por igual: las clases dirigentes metropolitanas
fueron las grandes beneficiarias, ya que el mantenimiento del imperio tenía un elevado coste
para la hacienda estatal, que se nutría de los impuestos de toda la población.

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