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Capital Social y Participación Ciudadana en México

Marco Tulio Bustos Gutiérrez1(Universidad de La Frontera, Chile)

mbustos@ufro.cl

Marjorie Liz Morales Casetti2 (Universidad de La Frontera, Chile)

marjoriemorales@ufro.cl

Resumen

De acuerdo a Robert Putnam, la presencia de capital social (entendido como la

confianza, normas y redes de una sociedad), contribuye al desarrollo económico y

social. Algunos autores consideran que una mayor presencia de capital social aumenta

la cooperación y participación ciudadana tanto en lo local como en lo público. Otros

autores, consideran que una mayor presencia de capital social aumenta la exclusión y el

empoderamiento de algunos sectores de la sociedad. Considerando lo anterior en este

trabajo se presenta el resultado de una investigación exploratoria que analiza la relación

entre los componentes del capital social y de la participación ciudadana en México,

mediante la información de la Encuesta Nacional de Capital Social Urbano. Entre los

resultados encontrados destaca el bajo nivel de confianza y de compromiso cívico de los

mexicanos.

Palabras clave/ key words:

Capital Social, Participación Ciudadana, Confianza

1
Es Economista por la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, Maestro en Gobierno y
Asuntos Públicos y Doctor en Ciencias Sociales por FLACSO México. Se desempeña como profesor
investigador en el Departamento de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de La Frontera.
2
Es Ingeniero Civil Industrial, Doctora en Ciencias Sociales por FLACSO México; se desempeña como
profesora investigadora en el Departamento de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de La Frontera.
La participación ciudadana considera el conjunto de las acciones o intervenciones que

realizan los individuos dentro de su esfera social o política, en la búsqueda de fines

compartidos. A este respecto, Norris (2002) identifica tres tipos de participación:

electoral, ciudadana y, protesta. El primero se refiere al activismo político y a la

obligatoriedad de participar que en algún momento de la vida, llegan a experimentar los

ciudadanos en sus respectivos países. El segundo, se refiere al conjunto de asociaciones

o agrupaciones donde prima la afiliación voluntaria de sus miembros y la capacidad de

hacer llegar sus intereses a las autoridades públicas. El tercero, es el elemento más

radical pues implica una gran concentración de individuos que buscan dar a conocer sus

necesidades mediante la acción directa. Sin embargo y a pesar de que en casi todos los

países de Latinoamérica se está fomentando -en mayor o menor grado-, el proceso de

participación ciudadana se enfrenta a problemas de representación y legitimidad,

integración e interacción de los distintos grupos o actores.

Se considera que la participación mejora el funcionamiento de las instituciones,

favorece la gestión pública, hace a los ciudadanos participes de los procesos públicos y

permite que hagan suyas las políticas públicas (Pastor, 2009). Sin embargo, ¿qué es lo

que posibilita que individuos provenientes de un mismo contexto se relacionen y

establezcan vínculos e intercambios con individuos de disimiles contextos? ¿Es sólo el

interés personal lo que los une o existe un elemento adicional lo que permite esta

amalgama de ideas y sentimientos?

El mecanismo que va a explicar el proceso de asociación y participación ciudadana es el

capital social. De acuerdo a Bourdieu (1986, 2001), individuos que comparten aspectos

económicos y culturales pueden obtener diferentes resultados en la consecución de un


fin determinado. Para este autor, el capital social se asume como “el conjunto de los

recursos reales o potenciales vinculados a la posesión de una red duradera de relaciones

más o menos institucionalizada de conocimiento y reconocimiento” (Bourdieu,

1986:51), de modo que implica la pertenencia de las personas a grupos específicos,

insertas en relaciones que no se encuentran acotadas por la proximidad espacial ni por el

ámbito económico-social, sino por una serie de intercambios que van más allá de lo

simbólico o material (Bourdieu, 2001). En este sentido, la conformación y pertenencia

un grupo posibilita el acceso a los recursos del mismo, sin embargo hay que destacar

que los beneficios estarán en función de la solidaridad del grupo -a la disposición de los

miembros del grupo para compartir dichos recursos- así como de la posición

socioeconómica de los miembros -mientras más recursos posean más fácil será el

desprenderse de algunos y compartirlos con la esperanza de que retornen aumentados-.

El éxito del capital social está mediado por la presencia de una red de relaciones

sociales recíprocas. Sin embargo, esta red de relaciones y los intercambios que se den a

través de la misma, pueden generar “externalidades que afectan a la comunidad en el

sentido más amplio, de modo que los costes y beneficios de los vínculos sociales no

tiene como único destinatario la persona que establece el contacto” (Putnam, 2002:16).

Propiciar beneficios y su derrame a la sociedad es lo que se encuentra detrás del proceso

de participación ciudadana. Si bien se supone que un exceso de capital social puede

tener efectos negativos (Portes, 1998, 2000; Putnam, 2002), se considera que su

ausencia puede traer efectos adversos hacia la comunidad. Para sustentar esta idea, en la

presente investigación tratamos de conciliar el concepto de capital social con

participación ciudadana, para ello utilizando para ello la información realizamos un

análisis descriptivo para el caso de México, considerando los componentes del capital
social a partir de la información contenida en la Encuesta Nacional de Capital Social

Urbano (ENCASU). La forma de hacer esto es la siguiente, en el siguiente apartado

presentamos el concepto de capital social y sus componentes; en el segundo

presentamos la información contenida en la ENCASU. Por último, en el último apartado

presentamos las conclusiones y comentarios finales.

1. El Capital Social y Participación Ciudadana

Pierre Bourdieu señala que la conformación de las redes de vínculos no son de

consistencia natural ni permanente sino que son producto de un trabajo constante y

necesario para producir, mantener y reproducir vínculos duraderos y útiles3. Bajo esta

lógica, las ventajas que los individuos van a obtener de sus vínculos no son producto del

azar sino del razonamiento, en palabras de Bourdieu son “producto de estrategias de

inversión, individual o colectiva, consciente o inconscientemente, destinada al

establecimiento o reproducción de relaciones sociales que se pueden utilizar

directamente en el corto o largo plazo” (Bourdieu, 1986:52).

En este sentido, las personas van a buscar transformar las relaciones comunes que tienen

con sus vecinos, compañeros de trabajo o parientes; en relaciones que impliquen

obligaciones condicionadas por la subjetividad (como la gratitud, el respeto, la amistad)

o por las instituciones (como los derechos establecidos por la ley, por ejemplo,

contratos). Esta transformación no es gratuita, más bien es una situación de inversión,

que se logra mediante el intercambio recíproco de palabras, regalos, etc. (Bourdieu,

2001). Por tanto, el capital social se va a convertir en el elemento (a través de la red de

relaciones) que va a permitir a las personas crear y acumular más recursos individuales.

3
En el sentido de utilidad que tengan las personas pertenecientes al grupo en cuestión, pues ésta varía de
persona en persona y de grupo en grupo.
Para este autor la pertenencia a un grupo y la cantidad de recursos que los individuos

van a tener a su alcance están en función del número de vínculos a los que pueden

recurrir así como del capital (económico, cultural o simbólico) que cada uno de estos

vínculos posea.

El elemento que vino a reforzar esta idea y que cobro fuerza propia fue el trabajo de

Robert Putnam Para Hacer que la Democracia Funcione (Putnam, 1994). Para este

autor el capital social se refiere a “las características de la organización social, tales

como la confianza, las normas y redes que pueden mejorar la eficiencia de la sociedad

mediante la facilitación de acciones coordinadas” (Putnam, 1994:212). Considera que el

capital social incorporado en forma de normas y redes de compromiso cívico es una

precondición para el buen gobierno y el desarrollo económico: “las redes de

compromiso cívico fomentan robustas normas de reciprocidad generalizada […] y una

sociedad que se basa en reciprocidad generalizada es más eficiente que una sociedad

plagada en la desconfianza” (Putnam, 2001:93).

La reputación y la honestidad son los elementos que reducen el incumplimiento porque

pueden dar sustento a las normas y redes de compromiso recíproco: “cuando las

personas han desarrollado normas y patrones de reciprocidad compartidos, poseen el

capital social con el que pueden hacer arreglos institucionales para resolver los dilemas

relacionados con la gestión de los recursos comunes” (Putnam, 1994:214). En este

contexto, las prácticas de ayuda mutua son consideradas como inversiones de capital

social que se acumulan a través de la confianza4: “la confianza se constituye como un

4
Putnam considera a la confianza como el lubricante de todas las actividades, incluida la económica, ya
que facilita la cooperación entre los elementos que constituyen al gobierno, los grupos privados y las
empresas: “a mayor nivel de confianza en la comunidad, mayor probabilidad de cooperación y la
cooperación en sí genera confianza” (Putnam, 1994:217).
recurso moral, recurso cuyo suministro aumenta con el uso y se agota con el desuso.

Cuanta mayor confianza recíproca desplieguen dos personas, tanto mayor será su

esperanza mutua y a la inversa” (Putnam, 1994:215).

Por otro lado -y relacionado con las redes- destaca la influencia que va a tener la forma

en que se agrupan las personas: si es de tipo horizontal, se tendrán grupos de personas

con igual estatus y poder equivalente; si es de tipo vertical, se tendrán grupos con

relaciones desiguales de jerarquía, de manera que prevalecerá la condición de

dominación. Para Putnam, las redes de tipo horizontal (asociaciones de vecinos, corales,

cooperativas, clubes, partidos políticos, etc.) son la clave para el éxito social

compartido. Asociado a este tipo de redes, se encuentra la densidad5, debido a que ellas

posibilitan la existencia de normas de reciprocidad robusta, mejoran la cooperación y el

flujo de la información además de que posibilitan futuras cooperaciones: “cuanto más

horizontalmente esté estructurada una sociedad, mayor será el éxito institucional a nivel

de toda una comunidad y esto se relacionará positivamente con un buen gobierno”; de

manera que el capital social se convierte en el elemento que facilita el actuar del

gobierno: “el capital social no es substituto de una política pública efectiva, sino un

prerrequisito de la misma, y en parte consecuencia de ella […,] el capital social

funciona a través de los estados y los mercados, no en lugar de éstos” (Putnam;

2001:102).

En el caso de las redes verticales no se puede mantener la confianza ni la cooperación,

el caudal de la información no fluye correctamente de los niveles altos a los bajos,

propicia que haya menos posibilidad de sancionar los niveles superiores de la estructura

5
Número de vínculos que existen entre los miembros de la red o contactos.
social y político-administrativa y, puede darse la presencia de clientelismo y

oportunismo (Putnam, 1994).

La obra de Putnam ha sido retomada principalmente en los estudios de ciencia política,

destacando el papel de la confianza y las normas, las redes y la participación civil y, las

instituciones6 (Boix y Posner, 2000; Jordana, 2000 y; Ostrom y Ahn, 2003), debido a

que se considera al capital social como un medio para solucionar problemas de acción

colectiva a los que se enfrentan personas que poseen pocos recursos. En este sentido, las

redes son consideradas elementos importantes porque trasmiten información sobre las

conductas de los otros individuos y porque facilitan la coordinación y; las instituciones

son consideradas como los medios que establecen los incentivos necesarios para

modificar la conducta de los individuos (mediante mecanismos de recompensas y

castigos) y controlar las estrategias de acción. Si bien es importante el papel de las redes

y las instituciones, el factor que más influye para que los actores individuales o

colectivos cooperen es la confianza.

Antes de continuar, hay que mencionar que Putnam no desarrolla el concepto de

institución con propiedad y, sólo se refiere a las instituciones como organizaciones

políticas y administrativas y, en consecuencia, éstas pueden adoptar formas muy

diversas así como los resultados logrados por dichas instituciones (Jordana, 2000). A

pesar de lo anterior, los modelos de acción colectiva se orientan a discutir y aplicar

modelos abstractos de cooperación y conflicto: si el capital social se crea como

producto de las interacciones, entonces, los modelos de acción colectiva pueden ayudar

a interpretar los tipos de cooperación y a analizar las instituciones.

6
Entendidas como las reglas formales e informales.
De manera similar, Boix y Posner (2000) consideran al capital social como la existencia

de expectativas de cooperación, sostenidas por redes institucionales (asociaciones) en

las que se materializan estas expectativas. Estos autores señalan que hay que distinguir

si la asociación que surge es para producir bienes públicos o privados. En el caso de la

producción de bienes públicos se considera que hay un capital social más fuerte, ya que

si bien la distinción de bien público puede generar conductas oportunistas (free riders),

los miembros pueden contrarrestar esta situación con una mayor cooperación pues se

fomentan las normas de reciprocidad y el aumento de la confianza basada en la

reputación que se percibe entre los miembros. En el caso de las asociaciones que

producen bienes privados, no se alcanza a generar esta estrechez en la cooperación

debido a que ésta surge por convergencia de intereses más que por la presencia de

confianza.

Pastor (2009) señala que la participación y el desarrollo social son elementos que van de

la mano, el formar parte de un sistema o red, genera un sentimiento de pertenencia tanto

de la toma de decisiones como del poder. Para el sector público es importante la

participación ciudadana debido a que:

• Permite construir una visión compartida del desarrollo.

• Posibilita la transparencia y la rendición de cuentas.

• Aumenta la eficiencia del gobierno y permite aprovechar el conocimiento de la

sociedad sobre problemas particulares (Gobierno Federal, 2008).

La participación ciudadana puede ser considerada desde distintos ángulos y perspectivas; sin

embargo, desde el punto que nos atañe puede ser entendida como “la posibilidad de la sociedad

de contribuir e influir en las decisiones gubernamentales que le afectan, sin necesidad de

formar parte de la administración pública” (Gobierno Federal, 2008:5). Para que esto
ocurra deben darse las condiciones legales así como existir los mecanismos apropiados

para ello.

En el caso de México, la participación ciudadana se rige por lo establecido en los

artículos 6, 8, 9 y 26 de la Constitución Mexicana; la Ley de Planeación en sus artículos

20 a 40; Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública

Gubernamental y; la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por

Organizaciones de la Sociedad Civil (Gobierno Federal, 2008).

2. La Encuesta Nacional de Capital Social Urbano

La fuente de información que se utilizó en este trabajo fue la Encuesta Nacional de

Capital Social en el Medio Urbano 2006. La cual considera información de una muestra

representativa de hogares del medio urbano7, correspondiente a 2.175 viviendas. La

base cuenta con 8.854 observaciones, de las cuales 2167 son individuos mayores de 18

años. Esta encuesta se divide en 7 módulos: 2 que dan cuenta del entrevistado y su

vivienda y, 5 que consideran al capital social: confianza, participación en asociaciones,

cohesión social y acción colectiva, valores y, redes.

El análisis sobre confianza se realiza a un nivel generalizado (confianza en las personas,

organizaciones e instituciones). La participación en asociaciones considera la naturaleza

y extensión de la participación en diversos tipos de organizaciones sociales y redes

informales. La cohesión social y acción colectiva considera las percepciones de las

personas sobre la unidad social en la comunidad. Los valores ciudadanos buscan

caracterizar la inclusión, el interés público, responsabilidad y, legalidad dentro de la

7
En el caso de México, se consideran localidades de más de 2.500 habitantes. A nivel nacional, poco más
del 70% de la población vive en zonas urbanas.
comunidad social en que la actúa. Por último, las redes buscan caracterizar las

relaciones sociales de las personas y su uso para resolver las necesidades habituales. A

continuación presentamos algunos de los resultados que arrojó la ENCASU.

Confianza

Como ya se ha mencionado, son tres los elementos que conforman al capital social:

confianza, normas (formales e informales) y redes (Putnam, 1994; Ostrom y Ahn,

2003). El capital social puede ser visto como “un atributo de los individuos y de sus

relaciones, que acrecienta su habilidad para resolver problemas” (Ostrom y Ahn,

2003:179). En este sentido la confianza es el factor que posibilita la cooperación: “La

democracia se alimenta del capital de confianza de las personas en el futuro y en su

propia capacidad de acción” (Pastor, 2009:25).

Para dar cuenta del nivel de confianza de los mexicanos, se les preguntó a las personas

sobre la cantidad de ayuda que recibieron respecto del año anterior y sobre los aspectos

que la condicionaban. En este caso, solo un 22% respondió recibir más ayuda (debido a

que existe confianza). La gran mayoría respondió que la gente se ayuda menos,

principalmente porque no lo permite la situación económica por la que atraviesan.

En cuanto al grado de confianza social, se planteó la pregunta “En términos generales

¿usted diría que la mayoría de la gente es confiable o que la mayoría de las veces uno

debe cuidarse las espaldas?” En el caso de México, el elemento que predomina en la

sociedad es la desconfianza (Gráfico 1).


Gráfico 1. México: Confianza en la gente. Porcentajes.
80,0
70,0
60,0
50,0
40,0
30,0
20,0
10,0
,0
La mayoría es Uno debe cuidarse Hay de todo No sabe
confiable las espaldas

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Capital Social

Ante esta situación tan generalizada de desconfianza, cabría la pena preguntarse en

quiénes confían los mexicanos. En el Gráfico 2, se muestra las instituciones sobre las

que se tiene los mayores niveles de confianza.. Las instituciones más tradicionales son
so

las que ocupan los primeros lugares: la familia, la iglesia y los maestros.

Las instituciones vinculadas a la esfera pública, son las menos favorecidas: los

empresarios, la policía y, los partidos políticos


políticos (siendo este último el que menos

confianza reporta).
). Un aspecto que puede ayudar a entender el bajo nivel de confianza

en el gobierno y en los partidos políticos, es la tendencia a considerar como fraudulento

cualquier proceso político,, en especial las elecciones presidenciales8. A pesar de lo

anterior,
rior, si bien el nivel de confianza en el gobierno no es alto, goza de mejor posición

que la impartición de justicia (jueces) y el mundo laboral (compañeros de trabajo y

jefes).

8
Las elecciones federales celebradas el primero de julio de 2012, dieron como resultado el retorno del
hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), tras doce años de ausencia.
Gráfico 2. México: Confianza absoluta. Porcentajes.
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Capital Social

Asociación

Como se ha señalado, la vinculación de los individuos y su nivel de participación en

asociaciones juega un papel importante dentro del desarrollo económico. En este

sentido, el capital social se constituye en un instrumento de acción, pues “cada actor

controla determinados recursos y tiene intereses en determinados recursos y en que se

produzcan determinados sucesos” (Coleman, 1988:98). El uso de estos recursos van a

posibilitar la consecución de determinados fines, tanto económicos como no

económicos, inalcanzables sin él. Sin embargo, como ya apuntaba Putnam, para que

forme parte del círculo virtuoso es necesario el desarrollo de la asociación cívica,

situación que da cuenta del nivel de compromiso comunitario existente.

A este respecto señala Putnam: “Lo que importa de verdad desde el punto de vista del

capital social y el comportamiento cívico no es sólo la afiliación nominal, sino una

afiliación activa y comprometida” (Putnam, 2002:71). En el caso de México (Gráfico

3), encontramos que la mayor participación se da en asociaciones de tipo religioso (lo


cual concuerda con la nivel de confianza que se tiene sobre la iglesia) y de tipo laboral

(sindicatos). En aquellas organizaciones que implican beneficios comunes e

individuales (grupos de vecinos, tercer edad y, autoayuda) la participación es muy baja.

Inclusive aquella que podría servir para fomentar el capital humano9 (asociación de

padres/madres), es baja también. Sin embargo, al considerar el papel que juegan

aquellos que sí participan (25% de los entrevistados), se encontró que el 69% son

miembros activos y 7% son dirigentes; De aquellos que asisten regularmente a su

asociación, el 50% y 27% participan en forma semanal y mensual respectivamente, lo

que da cuenta del nivel de involucramiento que tienen las personas que participan en

alguna asociación.

Gráfico 3. México: Participación en asociaciones. Porcentajes.


18,0
16,0
14,0
12,0
10,0
8,0
6,0
4,0
2,0
,0

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Capital Social

Reciprocidad

La reciprocidad es un elemento importante dentro del capital social, pues posibilita el

mantener y aumentar los niveles de confianza. Para Coleman (1988) las obligaciones y

9
Coleman (1988).
expectativas de ayuda, se refieren a una especie de contrato de reciprocidad no escrito,

en el que se espera recibir/otorgar ayuda del grupo en el futuro como una forma de

compensación por la ayuda que los individuos otorgaron/recibieron en algún momento

pasado. La forma más sencilla de observar la presencia de reciprocidad, es mediante el

simple hecho de cuidar la casa del vecino cuando éste se encuentra ausente. En el caso

de México, hay una alta probabilidad de que esto ocurra, pus casi el 60% de los

encuestados consideran probable que sus vecinos cuiden su casa mientras no están

(Gráfico 4).

Gráfico 4. México: Probabilidad de que los vecinos estén al pendiente de la


casa. Porcentajes.
35,0

30,0

25,0

20,0

15,0

10,0

5,0

,0
Muy Probable Poco Nada Ni probable No sabe
probable probable probable ni
improbable

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Capital Social

Redes

Coleman (1988) sostiene que la efectividad del capital social está en función de un

entorno social honesto en el que las obligaciones contraídas son cumplidas. La

magnitud en que la sociedad utiliza las obligaciones y reciprocidad está a su vez en

función de: i) la existencia de recursos alternativos de ayuda, ii) la riqueza de las

personas, iii) el cierre (closure) de las redes sociales y, iv) la capacidad de acceder a los
contactos sociales. Siguiendo a Granovetter (1973), encontramos la existencia de dos

tipos de vínculos: los fuertes y los débiles. El primero se refiere al que mantenemos con

la familia; el segundo se refiere al que tenemos con amistades y conocidos. Los lazos o

vínculos débiles forman puentes que van a servir como medio para que dos personas o

grupos de personas con diferentes características puedan tener algún tipo de interacción;

la importancia de contar con lazos débiles radica en que éstos se mueven en esferas o

ámbitos diferentes al propio, posibilitando el acceso a diferentes recursos y

oportunidades a las que de otra forma no se tendría acceso (Granovetter, 1973). Dentro

de los lazos débiles se pueden considerar también los vínculos que se van desarrollando

durante la vida profesional

Putnam (2002) señala que otra característica importante de la red social es que sirve de

conducto para el flujo de información útil (Coleman, 1990) que facilita la consecución

de objetivos (por ejemplo, para la inserción laboral). Agrega que en ausencia de capital

social, “las perspectivas económicas se reducen gravemente, aunque poseamos mucho

talento y formación” (Putnam, 2002:389). En este sentido, las redes se constituyen en

un elemento valioso, ya que estas proporcionan “a los miembros de la red de contactos

una credencial que les da derecho a crédito… ya que se encuentra arraigado dentro de

las redes de mutuo conocimiento y reconocimiento” (Nahapiet y Ghoshal, 1998:243), lo

que permite tanto la búsqueda como la transmisión de recursos.

Estos aspectos los podemos observar al considerar la forma de conseguir empleo: cerca

de la mitad de las personas entrevistadas consiguió trabajo recurriendo a familiares,

amigos y, conocidos (Gráfico 5). Bustos (2011) encontró una situación similar: los
contactos son un recurso habitual para conseguir empleo aún entre aquellas personas

que han alcanzado altos niveles de formación (maestría y doctorado).

Gráfico 5. México: Medio por el cual consiguió trabajo. Porcentajes.


40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Capital Social

Cohesión Social y Acción Colectiva

De acuerdo al BID (2007), la cohesión social puede entenderse como el conjunto de

factores que contribuyen a establecer los equilibrios básicos entre los individuos de una

sociedad, manifestándose a través del grado de integración económica, social, política y

cultural. Si bien la cohesión social se asemeja al concepto de capital social, no es lo

mismo; la diferencia radica en que el primero genera externalidades positivas y, el

segundo, externalidades tanto positivas como negativas.

Cuando se les pregunta a los mexicanos sobre la capacidad que tienen de influir en las

autoridades para que les ayuden a solucionar problemas, sólo un tercio considera que

tienen probabilidades de generar algún tipo de influencia para dar solución a los

problemas de la localidad.
Gráfico 6. México: Influencia en autoridades. Porcentajes.
45,0
40,0
35,0
30,0
25,0
20,0
15,0
10,0
5,0
-

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Capital Social

La acción colectiva es entendida como el conjunto de acciones concretas llevadas a

cabo por dos o más individuos en la búsqueda de un fin común o para defender sus

intereses políticos, económicos o territoriales (Jímenez y Ramiréz, 2010). Este tipo de

acciones implica que los individuos deben establecer algún tipo de contacto e

intercambio al momento de querer alcanzar un fin particular. En el caso de las personas

que fueron encuestadas, el número de personas que se organiza para realizar algún tipo

de actividad es bajo. El 11.3% se reunió/organizó para presentar un problema en las

oficinas de la municipalidad; el 6.2% para pedir la intervención de algún político por un

problema; el 4.9% para exigir que se cumpla el derecho a educación de calidad y; sólo

el 4.8% para participar en un movimiento político. La principal razón por la que la gente

no se colabora es porque solo le interesan sus propios problemas (51.5%), seguido de la

falta de acuerdo entre las partes interesadas (31.4%) y, de la incapacidad de alcanzar los

objetivos por los cuales se reunieron (6.6%).


Valores

Los valores ciudadanos buscan caracterizar la inclusión, el interés público,

responsabilidad y, legalidad dentro de la comunidad social. En México el interés

público es muy bajo: al considerar el interés que tienen las personas sobre los asuntos

políticos del país, sólo un 28% manifestó tenerlo. Por otro lado, del total de personas

encuestadas, manifestaron un sentimiento de legalidad alto: 85.2% reconoció que vale la

pena respetar la ley y, un 89.4% considera que deben recibir respeto quienes cumplen

con la ley. Este sentir se contrapone a la realidad que experimentan muchos mexicanos,

pues cerca de un tercio de la población se encuentra trabajando en condiciones de

informalidad10(de acuerdo la Secretaría del Trabajo y Previsión Social11).

3. Comentarios y conclusiones

El capital social es un elemento primordial para tener un buen gobierno y lograr el

desarrollo económico, aunque para ello es necesaria la existencia de tanto de normas

como de redes de compromiso cívico, es decir, asociaciones de tipo horizontal en las

que participen las personas en forma voluntaria. Otro elemento necesario es la presencia

de redes, ya que permite el flujo de información y facilitan la coordinación de las

acciones.

Al considerar el proceso de participación ciudadana en México, Norris (2002) encontró

una moderada participación en asociaciones de afiliación voluntaria y organizaciones

comunitarias. Esta situación no escapa a los resultados que arroja la ENCASU: sólo el

25% de los entrevistados participa en algún tipo de asociación y de estos, dos de cada

tres lo hace activamente. Bajo esta línea destaca -en coincidencia con Norris (2002)- el

10
Sin contrato, sin prestaciones sociales, sin pago de impuestos.
11
En http://www.cnnexpansion.com/economia/2012/05/11/informales-crecen-a-137-millones.
bajo interés por los movimientos políticos y el involucramiento de las autoridades en los

problemas locales, aspectos que son clave dentro de los procesos de participación

ciudadana. Otra coincidencia son los altos niveles de desconfianza, tanto interpersonal

como hacia las distintas instituciones.

Sin embargo un hecho que parece contradictorio es la alta preocupación hacia los

vecinos y sus propiedades y, un bajo interés en contribuir al bienestar social o de la

localidad.

Debido a que el estudio presentado es de tipo descriptivo todavía queda mucho por

explorar en la información que contiene está encuesta. Entre los aspectos que podrían

profundizarse están el determinar el grado de correlación entre las variables que

conforman el capital social y los niveles de formación, ingreso, etnicidad y, seguridad

laboral. Queda además en el tintero, la generación de un índice de capital social que

pueda ser empleado como referente al momento de realizar otro tipo de estudios que

consideren a los componentes del capital social como parte de sus variables

explicativas.
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Recursos en internet

www.sedesol.gob.mx Encuesta Nacional de Capital Social Urbano2006.

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