Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
2016
Perú-cañete
INTRODUCCIÓN
El problema socioambiental que enfrenta La Oroya tiene tanto de antiguo como de actual.
Si los primeros impactos contra el ambiente comenzaron a ser registrados en 1922, a pocos
meses de entrar en operaciones la fundición metalúrgica, hoy, después de 90 años de
actividades casi ininterrumpidas, las anomalías se han extendido más allá de la salud
pública local para convertirse en un problema socioambiental bastante complejo. Dicha
complicación se hace manifiesta a través de la relación de dependencia estructural de la
ciudad respecto de la fundición, apremiantes decisiones financieras y empresariales, tensas
relaciones entre población, empresa, ONG y Estado, así como críticas condiciones
ambientales y fuertes presiones mediáticas; sin olvidar denuncias judiciales y querellas
contractuales pendientes de resolverse en instancias nacionales e internacionales.
El objeto de esta investigación está conformado por las orientaciones, supuestos, metas,
mecanismos y aplicaciones que se materializan en las propuestas formuladas para
responder al problema de contaminación ambiental en La Oroya. El examen de dichos
componentes permitirá conocer14 las posibles causas que explican el grado de efectividad
logrado por tales iniciativas, sea porque las propuestas exhiben limitaciones técnicas o
económicas, inherentes a ellas mismas; sea porque ciertos elementos sociales o políticos de
contexto las hacen inviables (por ejemplo, falta de decisión política, incapacidad de lograr
consensos, falta de convicción de los actores involucrados, etcétera
LA OROYA EN RELACIÓN A SU CONTAMINACIÓN
Doe Run Perú, subsidiaria de la empresa norteamericana Doe Run Company, comenzó a
operar el complejo tras su privatización en 1997. Tanto la empresa como el Estado peruano
han incumplido sus obligaciones para prevenir el impacto ambiental y respetar los derechos
humanos de la población de La Oroya. Ante ello, en 2005, la Asociación Interamericana
para la Defensa del Ambiente (AIDA) y otras organizaciones solicitaron a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas de protección para las personas
cuya salud estaba en grave riesgo por la contaminación en la ciudad. El 31 de agosto de
2007, la CIDH ordenó al Estado la adopción de medidas para proteger la salud, integridad
y vida de un grupo de residentes de La Oroya.
DE QUE HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE CONTAMINACIÓN
La Oroya es el centro metalúrgico de fundición y refinación más grande y antiguo del Perú.
La población de esta ciudad ha estado y está expuesta a las partículas emitidas durante el
proceso de fundición y refinación.
Expertos internacionales han propuesto controlar de inmediato las emisiones fugitivas que
se producen en el centro metalúrgico y reducir las emisiones actuales de su chimenea
central, como un plan concreto para disminuir la contaminación de la atmósfera.
Los pasivos ambientales y las emisiones actuales de plomo, cadmio, arsénico, dióxido de
azufre y materiales particulados deben ser tomadas en cuenta en los planes de reducción de
la contaminación que se propongan.
LA OROYA ES LA QUINTA CIUDAD MÁS CONTAMINADA DEL PLANETA
MÁS POLUCIÓN
Por esto, La Oroya supera a Linfen, en China, que contamina con carbón a 3 millones de
personas; a Mailuu-Suu, en Kirguistán, con sus minas de uranio; a Norilsk, en Rusia, con
sus fatales fundiciones de metales; a Ranipet, en India, con sus desperdicios venenosos de
cromo y aSumgait, en Azerbaiyán, que emite 120.000 toneladas de mercurio a la atmósfera.
- CASO ADMITIDO ANTE LA CIDH
El 5 de agosto de 2009 la CIDH admitió oficialmente el caso para su revisión. Esto es muy
importante, pues la Comisión concluyó que la información de la situación de La Oroya y
en particular del grupo de 65 personas es suficiente para concluir que hay afectaciones a la
vida, a la integridad y a la salud de las personas y que las acciones y omisiones del Estado
pueden implicar responsabilidad internacional por la violación a los derechos humanos.
Que en efecto, la manipulación y falta de información puede afectar el derecho a la
información. Además, la CIDH concluyó que no se ha cumplido con la sentencia del
Tribunal Constitucional y dado que ya han pasado tres años, hay una demora injustificada
para cumplir con esta decisión.
Según AIDA, "en 2007, la CIDH ordenó implementar medidas cautelares para prevenir el
daño a la salud, la integridad y la vida de la población de La Oroya, solicitó al Estado
peruano diagnosticar y proveer de tratamiento médico especializado al grupo de personas
que representamos. Debido a que el Estado fue lento en su respuesta, la CIDH se reunió
con las partes en el 2008 y 2009, y le reiteró - al Estado peruano- la necesidad de
implementar las medidas apropiadas, las que se viene dando de manera parcial y que
demoró injustificadamente el cumplimiento de la decisión del Tribunal Constitucional de
2006, por lo que podría estar violando los derechos de las personas, como el acceso a la
justicia y a las soluciones nacionales efectivas". Ante el inminente reinicio de las
operaciones de la fundición, los afectados dicen que darán el siguiente paso: llevarán esta
vez su demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, así se harían escuchar.
. CONCLUSIONES
ALARCÓN, Carlos (1994). Catástrofe ecológica en la Sierra Central del Perú: incidencia
de la actividad minero-metalúrgica en el medio ambiente. Lima: IPEMIN.