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Tbeatvo de la gentilidad

El señor y lo demás, son cuentos:


una recuperación necesaria
Francisco Javier DíezI de Revenga

nuación, nos da muy buena cuenta creo que responde también «El Se-
Pdad
OSIBLEMENTE, en la actuali-
ningún otro novelista espa- el especialista que se ha encargado
de prologar el volumen, que no es
ñ o r ~ , historia bellísima de amor
místico y de muerte, en la que lo
ñol del siglo XIX ha recibido una
atención editorial tan fecunda como otro que Gonzalo Sobejano, que, espiritual y la ternura poética de un
Leopoldo Alas, Clarín, si hacemos como es generalmente conocido, ha argumento muy clariniano, consti- .
excepción del siempre vigente Be- probado ya en muy diferentes em- tuyen el tono o la temperatura bá-
nito Pérez Galdós. En la línea de presas su fidelidad a Clarín y su ex- sica del relato, que culmina en la
recuperaciones de la vieja Colección celente conocimiento de la obra y escena final, tan definitiva como
Austral, que actualmente lleva a de la personalidad del autor de La otras veces en Clarín, en que el
cabo la Editorial Espasa-Calpe, le Regenta 2. protagonista, un sacerdote bueno y
ha tocado el turno a la colección de Resulta aleccionador ver por fin, limpio, enamorado platónicamente
cuentos clarinianos que tales edito- y en orden, restablecida la vieja edi- de la que habría de convertirse en
rial y colección tenían integrada en ción de 1893, con el cuento «El Se- agonizante moribunda, recoge los
sus catálogos con el titulo irregular ñor* a la cabeza del volumen, lo santos óleos derramados involunta-
de ¡Adiós, Cordera! y otros cuentos. que sin duda respondía a los deseos, riamente en la calle, al regreso de
Como es habitual, al ,reponer el expresados por su propio autor, de llevar «el Señor* a su inocente e ig-
texto, se acompaña éste ahora del mostrar Clarín en este cuento una norante amada. Como ya había se-
prólogo de un especialista y de al- especie algo diferente de la del resto ñalado Gonzalo Sobejano en su li-
gunas notas. De este modo, acaba de las producciones que componen bro sobre Clarín, y ahora recuerda
de aparecer el volumen con el titulo el volumen. *El Señor* es desde el en el prólogo: *Representa *El Se-
de El Senor y lo demás, son cuen- punto de vista del género literario ñ o r ~ ,como ninguna otra obra de
',
tos que es exactamente cómo esta un «cuento largo* o una unovela Clarín, el ideal de un amor puro,
colección de cuentos fue titulada corta* o unovelette*, condición a la sublimado al último grado de per-
por Leopoldo Alas cuando se la pu- que n o responde ninguno de los fección desde la atracción de la
blicó el editor Manuel Fernándtz y otros textos del volumen. Los de- carne... Es «El Señor* la novela
Lasanta (Madrid, 1893), ya que la más en efectos son cuentos-cuentos, cona más concentrada de cuantas
colección, diseñada por el propio acuñados con la maestría que Clarín Clarín compuso, y la más lírica ...
autor de La Regenta, se encabezaba mostró siempre. Pero uEl Señor*, La prosa narrativa se hace poesía
con el cuento .El Señor*, seguido a más extensso que el resto, aunque que selecciona y acentúa los senti-
continuación de « iAdiós, cordera! * más breve que algunas de las nove- mientos. La poesía del corazón
y de once cuentos más. Tendría que las cortas más conocidas de Clarín apenas puede detenerse a configurar
venir 1944 para que, por razones (*Doña Bertan o «Pipá*), parece el mundo prosaico, y todo lo alza a
quizá de temor a la censura, Espasa- encerrar unas características pecu- un firmamento de belleza moral*.
Calpe, al coleccionar nuevamente liares, tales como las producidas por Interesa mucho, además de lo que
este volumen prescindiese de *El la tensión «poética» de su argu- supone esta edición como recupera-
Señor, y gasase a primer lugar el mento. Hace ya algunos años, sobre ción completa e íntegra de un pro-
famoso cuento de la vaca y los ni- lecturas de uPipá* y *Doña Berta* ducto clariniano, también el resto
ños dando título, en contra de la planteé la poeticidad de algunos re- de los comentarios incluidos por
voluntad de Clarín, al tomito. De latos de Alas y a este mismo tono Sobejano en el prólogo del libro. Se
todo esto y de muchas otras cues- destaca en este momento la aplica- O
tiones, que comentaremos a conti- 2 Entre otros estudios, hay que destacar ción práctica que el estudioso lleva a 9
su edición de La Regenta, Clásicos Castalia,
S
(3
Madrid, 3.. edición, 1983, y su libro Clarín f
1 Leopoldo Alas, Clm'n: El Señor y lo
a'emús, son cuentos, edición de Gonzalo So-
en su obra ejemplar, Castalia, Madrid, 1985.
3 F. J. Díez de Revenga, *Poesía y no-
2
Z
bejano, Colección Austral, Espasa-Cdpe, vela en Clarín: en tomo a Dolúr Berta y Clarín y *La Regenta* en su tiempo, Uni- O
Madrid, 1988. otros relatos breves de Leopoldo Alas*, versidad, Oviedo, 1987, pp. 841-847. 2
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Theutro de la gentilidad
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m
cabo de su ya conocida -y muy «La rosa de oro,, es decir, sola- el carácter mínimo de su acción, y
lúcida y clarificadora- división de mente tres, mientras que los res- en consecuencia la importancia de
los cuentos de la época en «cuentos tantes nueve serían novelísticos. De los caracteres, que se configuran
fabulísticos~ y «cuentos novelísti- ellos, destacan por su especial poe' como expresión de un especial clima
cos,, entendiendo los primeros ticidad «Cambio de luz*, «Un viejo de amor y de ternura, en el que
como aquellos que transfiguran el verde*, « U n jornalero* y «La tanto juegan un papel los dos niños
mundo en mito, ejemplo, maravilla Ronca*, pero indudablemente entre protagonistas como la vaca-abuela,
o fantasía, y considerando los se- ellos, la perla de la colección, por lo sublimada hasta la incorporación a
gundos como «ejemplos del vivir, menos en mi opinión, sigue siendo la familia. Pero quizá es .la organi-
segmentos o muestras de la existen- «¡Adiós, Cordera!,, verdadera joya zación del famoso relato lo que más
cia común, iluminados por el ansia de la cuentística española que sigue se destaca a la hora de valorarlo en
de una fe, el resplandor del amor y emocionando, con la limpidez de si el conjunto de esta colección de
la preocupación responsable acerca argumento tan sabiamente estruc, cuentos, y así lo hace, en efecto,
de problemas morales, sociales, po- turado como el primer día. Conta Gonzalo Sobejano: «Paralelismos,
líticos*. mos ahora, en el prólogo de est; repeticiones de motivos y símbolos,
De los que en esta colección fi- edición con un buen comentario dc oscuridad acentuada en las escenas
guran, fabulísticos serían los titula- Sobejano sobre el conocidísimc del alejamiento del animal en con-
dos «Protesto», «Cuento futuro, y cuento clariniano, en el que destac; traste con la luminosa evocación de
su ayer de tranquila pastura en el
prado, y sobre todo la empatia con
que el narrador se adentra en la
conciencia de los familiares y en la
paciencia de la «vaca santa,, organi-
zan el relato con suma eficacia ar-
tística y explican que sea este cuento
no sólo muy divulgado entre toda
clase de lectores, sino también uno
de los más preciados por la crítica*.
Y es sobre todo el lirismo y la poe-
sía los que hacen a este relato algo
singular, aunque muy bien acompa-
ñado en la colección de productos
del mismo tono como «El Señor* o
«Cambio de luz,, que vienen a
constituir con « iAdiós, Cordera!, ,
el triple comienzo especialmente
poético del libro.
Hay que celebrar que la empresa
editora haya escogido a Gonzalo
Sobejano para que con breves y sa-
bias palabras introduzca una colec-
ción cuentística fundamental del
mejor autor de relatos breves de
toda nuestra literatura. Pero quizá
haya que valorar aún más lo que
esta edición dirigida por tan presti-
gioso especialista tiene de restaura-
ción de un macrotexto, de recupe-
ración de un conjunto de narracio-
nes que fueron coleccionadas por su
autor de la forma que ahora, por
fin, se nos presenta y no d é otras
motivadas por prejuicios extralite-
rarios.

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