Vous êtes sur la page 1sur 2

Historia del libro que no fue escrito

Agon Lequeleque escribió el c+elebre libro “la libélula se posa” como un divertimento más a su
inagotable creatividad. Sin sospechar que siglos después causaría un revuele en todos los
círculos académicos, perfectos e imperfectos. Los mejores teóricos revisaron el libro, que se
convirtió en el némesis de los mejores lectorews, quienes se fueron a la tumba sin poder leer
sus secretos. Muchos creyeron que el lenguaje con que había sido escrito pertenecia a una
sofisticado idioma o sistema de signos; otros creyeron que requeria una condición
sobrenatural para ver los fragemas, otros, sencillamente no se sintieron los elegidos, peus
como dirían algunos el libro elige a su lector. LO que no sabían los 45 millones de lectores que
intentaron leerlo, es que Agon Lequeleque, tacneo de nacimiento, nacido en el año 1890,
autor de muchos otros liros como el rubor de lo que se presiente, o lo que no fui ni tampoco
seré, escribió la libélula se posa de una maner abstrusa. Primero eligió el titulo del libro, y
luego dejo 450 páginas en blanco, lo andó a publicar, y de ahí ya concoen el resto. En sus
diarios se puede leer la frase “la libélula se posa” es un libro que escribí y no escribí, yo ismo
nunca pudo leerlo, o mejor dicho, lo leí rápidamente, justamente porque no tiene contenido
alguno.

Monja sacrificada y la mezcla de todo

Llegue a ese lugar llamado Interzona, no sé donde acabo ni donde termino. No hay
coordenadas, no hay arriba o abaje, no hay color, sonido, o forma alguna. Todo es un flujo
inestable y tranquio cómo saberlo? En vida vivi automartirizada creyendo que el dolor me
acercaría a Dios, me enseñaron los heranos spinozianos que todos somos un fragmento de
Dios, la divina revelación de Descarte también me enseñó que solo puedo llegar a ser parte de
la natura naturata, y aquí estoy soy dios, estoy en dios, junto a otras voces o sospecha de
voces, siento que no estoy sola ni tamcpoc acompañada. Se que hay presencias al igual que yo,
errando o gozando este inusual extraño de la materia. Puedo sentir, puedo pensar, mi flujo de
conciencia es lo único que me hace sentir yo, pero aquí somos Nosotros. Siento el alma de mi
madre, y dela madre de su madre. Los hijos que no tuve incluso están aquí, al igual que sus
hijos, mis nietos, y tataranieos. HE contado el máximo numero, y he heho combinaciones
infinitas de palabras. Aquí estoy, Y todos hacemos con nuestro ruido, un insoportable silencio
que es Dios.

La ciudad que no cimia carne

Cuando a Juan Diezmado se hartó de comer carne, pescado y pollo, decidión volverse
vegetariano. Un dolor que lo enlazaba visceralmente a los animales, le indujo a tal idea. Con el
apso del tiempo, deseaba volver a comer carne. NO se le ocurrio mejor idea que experimentar.
Con toda la inteligencia que los años y la motivación logran, estudio esta posibilidad. Y
finalmente la realizó en el año de la hidra con cabezas en todas partes. Su invento consistía en
producir un árbol que diera frutos cárnicos. Asi en lugar de una manzanada hecha de azucares,
produjo un frutos llenos de protenias provenientes del vacuno, el pescado, entre otros. Tan
extraño fue su experimento y creación, que tuvo que aislarse y fundar una pequeña ciudad
para tal empresa. Una vez conseguido su creación, consiguió una esposa, levó a unos amigos, y
ahí fundaron su ciudad personal a la que llamaron, “Juarez”. Vivio por años, pero la tristeza de
Juan Diezmado no se le iba. Todavía vivian en el restricciones y escrupulos. Creia que el árbol
que había inventado era un mal sobre la naturaleza. Se sentía fatal, y decidió no comer los
frutos de ese árbol. Asi vivio hasta sus últimos años, sin probar carne y con una conciencia de
culpa titánica. Juan Diezmado, tuvo hijos, tuvo nietos, y con el paso del tiempo, nadie heredó
esta culpa. Juarez fue prospera. Algunas veces exploradores vienen a la ciudad de Juarez, y
cuando preguntan a los pobladores si son vegetarianos o carnívoros, sencillamente los
aldeanos se encojen de hombros. Estos exploradores apuntan en sus diarios de viajes: comen
frutos de un árbol, cuyo sabor es la de la carne.

Historia sexual

Vous aimerez peut-être aussi