Vous êtes sur la page 1sur 4

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Filosofía y Letras


Colegio de Letras hispánicas
Literatura española VII
Roberto Magaña Morales

Reseña de Tu rostro mañana 1. Fiebre y lanza

La narrativa de Javier Marías aparece en las letras españolas en los últimos años del

franquismo: su primera novela, Los dominios del lobo, fue publicada en 1971. No obstante,

no será hasta finales de los años ochenta cuando la obra de Marías consiga un reconocimiento

en España: las apariciones de El hombre sentimental, en 1986, y Todas las almas, en 1989,

marcan el momento en que la voz de Marías comienza a tomar lugar dentro de la literatura

española. Ya en 1992, la publicación de Corazón tan blanco es la confirmación de su lugar

de escritor destacado dado el gran éxito que tiene este libro tanto en España como en el

exterior (en Alemania las ventas de esta novela fueron un rotundo triunfo editorial). En este

contexto aparece Tu rostro mañana 1. Fiebre y lanza, novela publicada en 2002, dentro del

campo literario español: una novela que confirmó el lugar de Marías como uno de los

escritores más aclamados de España, la lengua española y el mundo.

La estructura narrativa de Tu rostro mañana 1. Fiebre y lanza está constituida por dos

partes que se llaman respectivamente como cada uno de los subtítulos de la novela. A su vez,

cada una de estas partes está conformada por varios capítulos: la primera parte se fracciona

en catorce capítulos; la segunda en diez: ninguno de estos capítulos lleva nombre ni siguen

una narración lineal; el contenido de estos depende de la fragmentación de la narración que

cuenta el narrador homodiegético, que nos introduce en sus pensamientos, y da voz a las

charlas y recuerdos que aparecen dentro de la diégesis.

La trama de la novela es más que sencilla: Jacobo (también llamado Jack, Jacques,

Jaime, Yago) Deza es un profesor español que vive en Londres a consecuencia de la reciente
separación que tuvo con Luisa, su ahora exesposa. Jacobo Deza se presenta desde un

principio como un hombre solitario: vive en un pequeño cuarto de Londres y apenas convive

con otras personas en aquel país extranjero. En este cuarto, Deza hace memoria de una

estancia anterior que tuvo en Londres, la cual es narrada en Todas las almas, una de las

novelas anteriores de Marías: Deza, quien no tenía nombre en aquel libro, vivió durante dos

años en Oxford, antes de conocer a Luisa y casarse con ella. En el transcurso de ese tiempo,

Deza conoció a Toby Rylands, un profesor ya finado especialista en el Tristram Shandy,

hermano, como después se sabe, del hombre que lo llama al departamento donde vive su

segundo exilio inglés para invitarlo a cenar a un convite que organiza en su casa, Peter

Wheeler.

Después de la cena, Jacobo Deza y el viejo Don oxoniense charlan sobre distintos

incidentes que ocurrieron durante el agasajo. La conversación se extiende hasta las altas horas

de la noche, tras lo cual, Peter Wheeler decide irse a dormir, por su parte, Deza se queda

revisando distintos libros sobre la Guerra Civil Española, el principal tema que tocaron

durante su conversación.

La charla se retoma al día siguiente después del desayuno: Peter Wheeler le cuenta a

Deza sobre la Careless talk¸ un fenómeno que ocurrió en Reino Unido durante la Segunda

Guerra Mundial. Sin embargo, la plática se interrumpe por un helicóptero que iba aterrizar

cerca de la casa de Wheeler.

Lo anterior es la línea principal del relato que nos presenta Marías, la cual, más que

ser una sucesión de acontecimientos y acciones que impactan al lector y lo enganchan para

que se enfrasque de lleno en la novela, es la base para que el escritor madrileño pueda mostrar

el largo flujo de consciencia de Jacobo Deza, el narrador que nos presenta todos los sucesos
que acontecen dentro del libro, y, asimismo, las largas reflexiones que giran alrededor del

punto principal de la obra: ¿Qué es posible contar?

Desde el inicio del texto, “No debería uno contar nunca nada…” (Marías,13), el

narrador, del que no sabemos su nombre hasta ya entrado el relato, introduce al lector al

dilema que lo agobia a lo largo de las casi 500 páginas que dura la novela y que provoca las

repentinas anacronías temporales, tanto analépticas como prolépticas, que da el relato entre

el presente narrado y el pasado que, a pesar de su oposición a no contar aquello que se sabe,

no deja de tener en su cabeza.

La novela de Marías se transforma en un largo ejercicio de escritura que trata de

representar el obsesivo trabajo mental de recordar con todas las dificultades que esto atañe:

las recurrentes y humanas digresiones mentales, la indecidibilidad de algunos recovecos de

la memoria, la necesidad totalmente humana de contarle a otro lo que nos ocurre y nos agobia:

Jacobo Deza no puede dejar de pensar en todo aquello que dijo y no debió decir; lo que pensó

y no debió pensar, lo cual provoca que algunos momentos de la novela, como el inicio de la

segunda parte, se transformen en cumbre literarias que recuerda los monólogos del Hamlet o

Julio Cesar de Shakespeare.

Probablemente, el mayor logro de la novela de Javier Marías es la de contrastar

argumentos filosóficos, que bien podrían parecer banales y sencillos, a lo largo de todo el

relato que Jacobo Deza nos está contando (o pensando sólo para sí). Así, pues, Marías

presenta en escena, con un trabajo lingüístico totalmente impecable, la necesidad humana de

contar y hablar que explica Peter Wheeler al profesor español: contar muchas veces es la

mejor forma de mantener en la memoria aquello que se sufrió y se vivió en el pasado, como

las muertes que existieron en la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial, o, en el caso de

Jacobo Deza y Javier Marías, la vida que su padre vivió durante la Guerra Civil Española: a
fin de cuentas, narrar, contar y recordar son tan sólo diferentes formas de nombrar la acción

de traer al presente lo que ya no está y, también, las vidas de quien nos han dejado.

Vous aimerez peut-être aussi