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1: Fisiopatología de la depresión
1: Introducción:
Aunque la depresión es una enfermedad multifactorial, se sabe que hay una serie de factores de
riesgo relacionadas con ella, sin embargo, no se ha podido determinar con exactitud el peso de
cada una de ellas, los factores de riesgo pueden clasificarse como personales-sociales,
cognitivos y familiares-genéticos.
El año 2006 el estudio ESEMeD determinó que un 19,5 % de la población Española presentaron
algún trastorno mental en algún momento de su vida y un 8,4 % lo había padecido en los
últimos 12 meses, el más habitual era la depresión mayor que la padecería el 10,5 % de la
población a lo largo de su vida y que lo estaba padeciendo el 3,9 % de la población en los
últimos 12 meses. Otros autores destacan también la prevalencia de la depresión subclínica (la
definiremos más adelante) indicando una prevalencia de la misma que puede llegar hasta el
12,9% de la población (Goldney et al, 2004).
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3.1: Fisiopatología de la depresión
Estudios más recientes publicados en el año 2017 por la organización mundial de la salud
(OMS) tasan la prevalencia de depresión en España en un 5,2 %, habiendo aumentado un 18,4
% en los últimos diez años, de los cuales la mitad sufre también trastornos de ansiedad.
Aunque muchos de los participantes en nuestros cursos no son médicos, entendemos que es
conveniente conocer como se realiza el diagnóstico de las enfermedades de las que hablamos
para ayudar a nuestros pacientes en su tratamiento, en el caso de la depresión se establecen los
criterios de la clasificación internacional de enfermedades (IC10). En esta clasificación se
establecen tres tipos de criterios (A,B,C) y se clasifica el episodio depresivo en función de la
frecuencia de esos criterios, los criterios desarrollados en la IC10 son (Louro et al, 2104):
C. Además debe estar presente uno o más síntomas de la siguiente lista, para que la suma
total sea al menos de 4:
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3.1: Fisiopatología de la depresión
Episodio depresivo leve: están presentes dos o tres síntomas del criterio B. La persona
con un episodio leve probablemente está apta para continuar la mayoría de sus
actividades.
Episodio depresivo moderado: están presentes al menos dos síntomas del criterio B y
síntomas del criterio C hasta sumar un mínimo de 6 síntomas. La persona con un
episodio moderado probablemente tendrá dificultades para continuar con sus
actividades ordinarias.
Episodio depresivo grave: deben existir los 3 síntomas del criterio B y síntomas del
criterio C con un mínimo de 8 síntomas. Las personas con este tipo de depresión
presentan síntomas marcados y angustiantes, principalmente la pérdida de autoestima y
los sentimientos de culpa e inutilidad. Son frecuentes las ideas y acciones suicidas y se
presentan síntomas somáticos importantes. Pueden aparecer síntomas psicóticos tales
como alucinaciones, delirios, retardo psicomotor o estupor grave. En este caso se
denomina como episodio depresivo grave con síntomas psicóticos. Los fenómenos
psicóticos como las alucinaciones o el delirio pueden ser congruentes o no congruentes
con el estado de ánimo.
Por otro lado como indicamos previamente en este mismo tema habría que incluir la depresión
subclínica en esta clasificación, la depresión subclínica tiene un escaso reconocimiento en los
manuales actuales (Rivas M et al, 2010) y se define como la aparición un síntoma del criterio B
durante dos semanas asociados a evidencia de disfunción social. Para explicar porque pensamos
que la depresión subclínica debería constar en las clasificaciones internacionalmente aceptadas,
queremos mostrar los resultados de un estudio de la OMS sobre 5459 personas en el que se
mostró los efectos para la salud de la depresión sublínica en comparación con las personas que
no sufrían depresión, en el grupo de depresión subclínica se demostró que tenían más problemas
de ánimo, más trastornos del sueño, más dificultad para concentrarse, menos habilidades
interpersonales, incluso, en lo referido al autocuidado, un menor mantenimiento de la apariencia
física (Rivas M, et al, 2010). Por tanto a la clasificación clásica de los trastornos depresivos
mayores debemos ahora sumarle el trastorno depresivo subclínico, un tipo de trastorno sobre el
que podemos actuar con eficacia con la fitoterapia.
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3.1: Fisiopatología de la depresión
Con el objetivo de diferenciar a los pacientes que sufren trastornos de depresión mayor, el
DSMV (Diagnostic and statistical manual of mental disorders, ed 5,) de la American Psychiatric
association estableció varios subtipos de depresión (Fava et al, 2018):
Depresión ansiosa: Los pacientes refieren excesiva preocupación, tensión, miedo frente
a la angustia. La prevalencia entre los pacientes depresivos es del 45 % y tienden a
mostrar una respuesta más lenta al tratamiento.
Depresión mixta: Este tipo de pacientes además de los criterios establecidos
anteriormente tienen el estado de ánimo alterado, más elevado, con pensamientos
rápidos y un habla apresurada, estos pacientes tienen más riesgo de padecer trastorno
bipolar.
Depresión melancólica: Pacientes incapaces de experimentar placer, muy decaídos,
tienen un peor estado de ánimo por la mañana, padecen de una culpa excesiva y tienen
pérdida de apetito.
Depresión atípica: Son pacientes que en ocasiones tienen el estado de ánimo que les
permite experimentar sensaciones positivas, y en otras ocasiones tienen sensibilidad al
rechazo y una elevada astenia física.
Depresión psicótica: Son pacientes que sufren delirios, este tipo de trastorno suele
acompañarse de deterioro cognitivo.
Depresión periparto: Lo padecen algunas mujeres embarazadas en las primeras semanas
de gestación.
Depresión estacional: El comienzo de la enfermedad se suele dar en otoño o en
invierno, pero remite también durante la primavera.
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3.1: Fisiopatología de la depresión
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Bibliografía:
Goldney R.D., Fisher L.J., Dal G.E., and Taylor A.W.: Subsyndromal depression:
prevalence, use of health services and quality of life in an Australian population. Soc
Psychiatry Psychiatr Epidemiol 2004; 39: pp. 293-298.