Una de las novedades de este periodo fue el establecimiento de la monarquía imperial,
un nuevo marco político idóneo para la sociedad romana de esos tiempos. Otra innovación fue la integración de las provincias y de los provinciales en el sistema estatal y social romano conformando el “modelo social romano” que fue exportado a las poblaciones de la mayoría de las provincias y significo la consolidación de una aristocracia homogénea a escala imperial y la unificación de las elites locales. Lejos de modificarse el orden social fuertemente jerarquizado, en esta época alcanzó su forma “clásica”. Sin embargo, este modelo de sociedad no constituyó una realidad estática, sino que estuvo sometido a un cambio lento pero permanente dentro de ese marco tradicional, que devino en una crisis profunda pasado el gobierno de Antonio Pío. El autor califica al Principado como la época dorada de la economía romana por su gran auge económico por el crecimiento tanto cuantitativo como cualitativo de la producción. Esto se debió a la urbanización del mundo provincial bajo las condiciones de la Pax Romana. Sin embargo, esto no condujo a una transformación radical del modo de producción, ya que siguió siendo durante la época imperial un estado agrario. A partir de la monarquía imperial de Augusto se conoció una nueva posición de cabeza que se vino a superponer con el antiguo vértice la pirámide social: el circulo de familias de la oligarquía rivales entre si. Princeps tenía un poder ilimitado. Portaba el imperium, gobernaba las provincias senatoriales en colaboración con los funcionarios nombrados por el senado. Poseía la más alta dignitas y podía apelar en cualquier momento a la autocritas. Había un culto a su persona dado por su carisma religioso. El emperador tenia lazos recíprocos con los distintos ordenes. La mayoría de la población tenia para con el una relación de patrono-cliente. Todos los cargos en el estado se definían a partir del servicio al emperador. La integración de las provincias y provinciales fue estimulada de distintas maneras: por el trazado de una extensa red viaria, mediante la introducción de una administración unitaria, por la atracción de los provinciales al servicio militar y sobre todo, mediante la concesión del derecho de ciudadanía romana. La sociedad se descomponía en dos partes fundamentales: las capas altas y las capas bajas (más numerosas). Los “mejores” estaban para gobernar y la “masa” para obedecer. En los estratos superiores estaban aquellos que tenían una posición social privilegiada donde coexistían fortuna, altos cargos y prestigio social. Si bien el principio aristocrático en virtud del nacimiento noble era importante, existía un margen de juego a las cualidades y ambiciones de cada individuo. Orden senatorial era un estamento numéricamente reducido y exclusivista. Todo senador era al mismo tiempo gran propietario. En época de Augusto, se fueron separando cada vez los cargos senatoriales y ecuestres, hasta la reforma de Calìgula (38) donde quedaron definitivamente deslindados. Los senadores se vinculaban entre si a través de alianzas (matrimonios, adopciones, amistades) y todos ellos recibían una educación uniforme en oratoria, jurisprudencia y en el arte de guerra además de historia, literatura y filosofía. Este orden era bastante heterogéneo en su composición interna y durante el principado quedo sujeto a permanente fluctuaciones. Por ejemplo, los homines novi (ex caballeros, hombres de la capa alta de las ciudades del imperio) jugaron un papel muy importante. Eran seleccionados en virtud de sus cualidades para formar el estamento principal y eran incorporados a la aristocracia por prestar servicios al estado al mismo tiempo que eran favorecidos por el césar. Los cargos que podían ocupar los senadores estaban dados por las posibilidades del cursus honorum. Otros órdenes y estratos elevados el ordo equester tenía más miembros que el senatorial. Si bien tenían una conciencia de grupo estamental, no era tan homogéneo como el senatorial. La pertenencia al grupo no era hereditaria, era una nobleza de la persona y no de sangre. Era posible que los caballeros ascendieran al orden senatorial. Entre los caballeros abundaban los grandes comerciantes, los poderosos empresarios y los banqueros aunque estaban principalmente interesados en el agro. Era un grupo muy mezclado, con integrantes de distintas procedencia: hijos de libertos que habían ascendido por su habilidad en los negocios, otros provenían de hacer una larga carrera militar y otros eran provinciales que podían reunir el censo mínimo ecuestre. No todos ocupaban cargos públicos en el estado. La elite urbana se configuraba como una corporación independiente en cada ciudad. A ella ingresaba cualquier ciudadano acaudalado que después de los 25 o 30 años que luego de desempeñar magistraturas municipales era llamado a formar parte del consejo local (decurionato). A pesar de que tenían los mismos derechos y obligaciones, formaban un grupo heterogéneo en cuanto a su posición económica. Junto con los libertos ricos, eran los que pagaban la mayor parte de los gastos de las ciudades. Al encargarse de la administración local, constituían un gran alivio para el estado. Además, se encargaban de velar por los ideales y las costumbres romanas. El decurionato permitió la unidad del Imperio Romano. Los libertos ricos eran acaudalados que habían obtenido su fortuna en el comercio, la banca y la producción artesanal, aunque colocaban sus fortunas en bienes raíces. Solo en ocasiones especiales lograban acceder al decurionato, ya que el estigma de su nacimiento esclavo les imponía barreras. Debido a que su fortuna se los permitía apoyaban con ayuda financiera a las ciudades. Estratos urbanos inferiores la plebe urbana tenía una posición más favorable que la de las masas campesinas. Eran tratados con desprecio por los más encumbrados y provistos de grano por el imperio. Realizaban profesiones liberales e intelectuales y se desempeñaban en la mayoría de los casos como artesanos y comerciantes. Tenían acceso a los entretenimientos propios de la ciudad como el circo y el teatro. Gran parte de la capas bajas de la población urbana estaba formada por esclavos. El origen de la mayoría no fue por la fuerza sino por esclavización voluntaria. La esclavitud se volvió durante el principado mas flexible, debido a que los amos necesitaban mejores rendimientos de los pocos esclavos que había. Se les daba mayores posibilidades de liberación, un oficio artesanal, era alimentado en casa del amo. De todas formas, una vez liberados, los esclavos tenían obligaciones con sus antiguos amos que iban desde entregar parte de las ganancias hasta la prestación de servicios personales. Estratos campesinos inferiores la plebe rustica estaba compuesta por la mayoría de la población del imperio. Existían dos tipos de esclavitud: los de los pequeños y medianos campesinos y aquellos que trabajaban en los grandes latifundios. Su situación mejoro durante el principado. Debido a que se hacia cada vez mas difícil la renovación de la mano de obra esclava en los latifundios, su lugar fue ocupado por el sistema del colonato. El colono era un arrendatario que tomaba en arriendo un pequeño trozo de tierra y lo cultivaba junto a su familia y daba una determinada renta por los productos obtenidos al propietario. Los colonos eran libres, sin embargo, eran tratados como esclavos. El autor afirma que el orden de la sociedad romana era estamental y que no se puede hablar de clases, ya que el concepto de clase es un criterio económico en función de la propiedad de los medios de producción (poseedores y desposeídos). Esta sociedad, sin embargo, se articulaba en función de puntos de vista sociales y jurídicos que no coincidían plenamente con los económicos. La época del principado fue una época de gran estabilidad, ya que las luchas entre los estratos eran muy poco factibles.