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CURSO: Quechua
CODIGO: 75168019
FECHA: 02 – 12 – 18
Gregorio Condori fue una persona que sufrió desde muy pequeño, ya que quedó huérfano y
fue adoptado por su madrina que no podía tener hijos junto a su esposo. Él vivió con su
madrina hasta que un día ella le dijo que era el momento de trabajar. Al día siguiente de haber
escuchado a su madrina, decidido fue a buscar trabajo con un arriero llamado Jacinto Mamani
en un primer momento lo discrimino por ser muy chico pero logro convencerlo de llevarlo a
Cuzco. Sin embargo, Gregorio se enfermó en el transcurso del viaje, por ello Jacinto lo
abandono en una estancia de ovejeros. Y cuando se recuperó la dueña del lugar le hizo la
invitación de quedarse con ellos a pastear, pero era maltratado por ellos, porque Gregorio se
defendía de los hijos del patrón que lo molestaban mucho. Así que decidió escaparse con
unos arrieros que se dirigían a su pueblo natal Acopia donde se instaló un día en casa de su
madrina pero por vergüenza decidió ir a Layo donde vivió con un carnicero que también lo
abandono. Y así conoció a otro carnicero en Sicuani que le pegaban por haber perdido ovejas,
y descuidado cuyes, sin embargo cuando un día perdió un asno él sabía que el castigo seria
mayor así que decidió escapar.
Al salir del cuartel se dirigio con un amigo a Quincemil, en donde se decía que había oro en
el río. Comenzaron el viaje, pero al caer la noche decidieron alojarse en la casa de un
conocido del amigo de Gregorio, en Ccatcca, sin saber que habían robado el ganado de unos
mistis, y por ello lo encarcelaron. Luego de esos meses, Gregorio llegó a Cuzco en donde
trabajo en el convento de La Merced, abriendo puertas y ventanas a la calle ahí es donde
conoció a su primera mujer llamada Rosa Puma quien era cocinera y ya había estado casada,
pero la abandonaron. Ella lo acompañaba en todos los viajes hasta que un día quedo como
paralizada y al final falleció.
En esta parte Gregorio nos relata de lo difícil que era conseguir un hogar estable, habla
también de como llego a una fábrica a trabajar como albañil cuando el solo era peón que lo
despedirían un tiempo después aunque volvió como barrendero, pero terminaron cerrando la
fábrica y se quedaron sin trabajo más de cuatrocientos obreros. Gregorio cuenta como
mataron a Emiliano Huamantica un macho que no se dejaba amedrentar por nadie y que
abogaba por los pobres lo asesinaron dándole veneno ya que se oponía a los hacendados
ricos.
Por último Gregorio, nos cuenta de su vejez y de cómo la pasaba de cargador, que nadie lo
quería contratar por su edad él piensa y siente que hay personas forasteras que son más
olvidadas que él mismo. Y que el Estado debería implementar ciertas medidas para aquellas
personas que viven en esa misma coyuntura, que hayan leyes que velen por los derechos de
estas personas que en el caso de Gregorio ya no están en edad para trabajar.
En la lectura menciona que para subir de cargo en el cuartel, Gregorio tenía que hablar
obligatoriamente el castellano. Esto quiere decir que se le tenía prohibido hablar su lengua
natal a todos sus compañeros que eran indios también. O peor es que por hablar así y ser
indios no les dejaban ascender. Esto hace notar las diferencias que existen aún en la sociedad
y en las oportunidades que se brindan a las personas que si hablan español. Esto sucede por
vergüenza o discriminación en la lengua lo cual podría provocar deje de existir. En vez de
desplazar a estas personas deberían enseñarles a sentirse orgullosos porque por esto también
se puede acabar, hasta su cultura.
Debería existir mayor preocupación por parte del Estado de crear escuelas en zonas rurales
donde los profesores estén capacitados para enseñar su lengua materna y vea que también
pueden generar dinero y ser felices enseñando a otros como ellos lo saben hacer. Porque no
es lo mismo enseñar en tu lengua, a que enseñar en una que no es tuya. Así es como la
autobiografía de Gregorio nos muestra que en el Perú aún hay brechas y muchas veces la
lengua española es más hablada y los quechua hablantes suelen sentirse marginados