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Una mirada sobre los programas de seguimiento de

egresados en Iberoamérica
Sus motivaciones, sus métodos y sus dimensiones

Sofía Vanoli Imperiale

Montevideo, noviembre de 2016


Introducción: objetivos y motivaciones

Es claro el impulso que desde finales del siglo XX han tenido en el mundo los
estudios de seguimiento de egresados, y durante los primeros años del nuevo
milenio en Iberoamérica. A mediados de la primera década del siglo XXI tan sólo el
24% de las universidades europeas no habían realizado un estudio de egresados, y
el 32% en América Latina; mientras aproximadamente el 90% de las universidades
en Estados Unidos realizaban encuestas de seguimiento de egresados (CINDA,
2012, p. 40). Junto a esto, ha habido al respecto proyectos interinstitucionales de
amplio alcance en varios continentes: el estudio CHEERS (Careers after Higher
Education - an European Research Survey), por ejemplo, que encuestó a más de 36
mil egresados 1995 de 12 países de Europa a finales de los 90 y se replicó años
después mediante el proyecto Reflex con más de 40 mil encuestas para los
egresados 2000; así como el proyecto Proflex (El Profesional Flexible en la
Sociedad del Conocimiento) en América Latina, que, financiado en su mayor parte
por la comunidad europea, reeditó para Latinoamérica los proyectos europeos
anteriores, encuestando a aproximadamente 10 mil egresados universitarios.

Quienes los observan con una mirada teórica y reflexiva advierten que estas
iniciativas nacen como respuesta a los cambios que supone la globalización y las
transformaciones del modelo de producción en el mercado de trabajo. Los
egresados se encuentran al salir de la universidad con un campo laboral
caracterizado por una mayor flexibilidad en los perfiles de empleos y en los formatos
de contratación, y esa complejidad se vuelve un desafío para las instituciones de
educación superior, sobre las que recae la responsabilidad de proveer propuestas
de formación coherentes con los perfiles de profesionales que se requieren.

Vega et al. (2012) advierten al respecto en el primer capítulo del libro Seguimiento
de egresados e inserción laboral: experiencias universitarias, editado por el Centro
Interuniversitario de Desarrollo de Chile, que el alejamiento del modelo fordista de
producción, rígido y estrictamente pautado, y el asentamiento del modelo toyotista,
intrínsecamente flexible en todas sus etapas, enfocado en la reducción de costos, la
eliminación de las distancias mediante la potenciación inédita de las redes y medios
de comunicación y transporte, el aumento del sector servicios y la intensificación del
desarrollo y rol de las tecnologías en el proceso productivo suponen cambios
nucleares en los mercados de trabajo (p 21). Esto se imbrica de manera compleja
con lo que los autores denominan el pasaje a una Sociedad de la Información, del
Conocimiento, de las Comunicaciones y del Consumo, que se vuelve el ámbito
macro en el que los egresados deben dar el paso de la etapa de formación a la
etapa de trabajo (2012, p. 26).

Ante ese diagnóstico, los autores advierten que el sistema educativo superior debe
trabajar en su eficiencia, en el sentido de asegurar una “mayor capacidad de
respuesta a los requerimientos del desarrollo nacional, que asegure la equidad en el

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sentido de brindar igualdad de oportunidades en el acceso y en el aprendizaje y que
diversifique la fuerza laboral en el contexto de la globalización” (2012, p. 24).

A partir de ese desafío y esa presión ejercida sobre las instituciones de educación
superior es que se entiende la proliferación de oficinas y programas de estudio y
seguimiento de egresados, que se han dado de manera constante en países con
estructuras sociales, políticas y económicas divergentes, demostrando una
“increíble similitud” relacionada a “la búsqueda de respuestas comunes a problemas
comunes” (Vega et al., 2012, p. 20).

Asimismo, además de encontrarse en América Latina casos en los que la


motivación para la generación de un programa de seguimiento de egresados surge
del diagnóstico de la misma institución sobre los cambios sociales, a partir del cual
se genera la necesidad de producir información sobre cómo los egresados se
insertan al mercado laboral; en muchos casos la incitación es externa, y parte desde
las instituciones gubernamentales de regulación educativa o de organismos de
evaluación y acreditación nacional o internacional. Como ejemplo manifiesto de esto
puede citarse el caso de la universidad colombiana Eafit, cuyo programa de
seguimiento de egresados surgió como consecuencia de la vinculación de esa
institución al Sistema Colombiano de Acreditación.

La motivación para la generación de ese tipo de programas, a su vez, indican Vega


et al., depende del tipo de universidad que se proponga realizarlo. Así, una
“universidad empresa” se anticipa que esté más pendiente de los procesos de
acreditación, y que a la vez conceptualice “a sus estudiantes como a `clientes´ que
reciben un servicio que han comprado previamente” y busquen fidelizarlos (2012, p.
29). Las universidades que se entienden más desde la perspectiva de “comunidad
de conocimiento” suelen interpretar los procesos de seguimiento de egresados
como herramientas para “favorecer la comunicación para la colaboración y la
construcción” de conocimiento (ídem).

En un punto intermedio puede citarse el caso especial, por ejemplo, de las


universidades estadounidenses, que en su conformación híbrida -como iniciativas
privadas y como verdaderas comunidades identitarias y de conocimiento- suelen
enfocar en algunas vertientes sus estudios de seguimiento de egresados a la
constatación y fomento de “donaciones y contribuciones del egresado a la
universidad” (Vega et al., 2012, p. 40).

De esto se desprende que además de los objetivos de diagnóstico y generación de


información, los proyectos de seguimiento suelen constituir también instrumentos de
vinculación entre los egresados y la institución, pudiendo ser considerados por los
primeros como una oportunidad de ofrecerle a la institución una opinión de
evaluación sobre su experiencia de educación, un ámbito de retroalimentación.

En su fundamentación medular, no obstante, el énfasis de las universidades en la


generación y sistematización de programas de seguimiento de egresados deviene

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de la necesidad de evaluar el actuar de la institución desde lo que cada vez más se
resume bajo el término eficiencia; es decir, su capacidad de cumplir con las
demandas sociales. Los programas de seguimiento suelen ser enfocados entonces
a dos objetivos: estudiar qué tanto se adapta el perfil teórico de egreso de la
institución con las demandas y transformaciones sociales, y evaluar si la universidad
logra cumplir con los egresados la formación anticipada, esto es, si logra formarlos
hacia el perfil de egreso prometido.

Los estudios de seguimiento de egresados permiten en su propósito más general,


por lo tanto, contribuir a la “pertinencia social de los programas” (Vega et al., 2012,
p. 49). El seguimiento de los egresados y la caracterización de su pasaje e inserción
al ámbito laboral se convierten en insumos para evaluar la calidad de la formación
propuesta por la institución, en tanto “el éxito de las universidades se mide
principalmente en el resultado de sus estudiantes con respecto a su situación
laboral y su compromiso social” (Vega et al., 2012, p. 31). En el mismo sentido,
desde la Red de Oficinas y Centros de Graduados del Suroccidente Colombiano
(Red Sur) se advierte que los graduados de las instituciones universitarias son su
carta de presentación, “porque a través de ellos se puede identificar y evaluar la
calidad académica de los programas” (s.f., p. 3).

Un poco más lejos van los redactores del documento de presentación del Programa
institucional de seguimiento de egresados de la Universidad Juárez Autónoma de
Tabasco (UJAT), en México, al advertir que “los estudios de egresados no
constituyen pues, una simple referencia del proceso de inserción de los nuevos
profesionales en el mercado de trabajo, no son sólo indicadores de satisfacción del
egresado respecto de la formación recibida. Son también mecanismos poderosos de
diagnóstico de la realidad con el potencial de inducir en las instituciones la reflexión
a fondo sobre sus fines y sus valores” (2004, p. 14).

Así, los autores de la UJAT proponen una serie de problematizaciones que, cuasi a
modo de hipótesis, se vuelven puntos focales relevantes para los estudios de
seguimiento de egresados a la hora de caracterizar el trayecto de incorporación al
mercado laboral de los graduados: “si se incorporan a las empresas productivas y
de servicios, si dentro de ellas se estancan en los puestos bajos o intermedios, o
bien, si gracias a su formación pueden acceder progresiva y rápidamente a
posiciones complejas” (2004, p. 14) o, por otro lado, “conocer si la formación
recibida en la institución donde cursaron sus estudios superiores les permite
desenvolverse en el área de conocimiento que determinó su vocación, o bien, si han
requerido prácticamente volver a formarse para desempeñar adecuadamente las
actividades profesionales” (ídem).

Consideraciones metodológicas

Todo lo que se introdujo anteriormente vuelve relevante la definición amplia de


seguimiento de egresados que proponen Vega et al., definiéndolo como un

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“mecanismo de gestión de carácter investigativo para la recogida de información y
que permite a las instituciones evaluar la calidad de los procesos y resultados de la
formación e introducir las mejoras que sean necesarias” (2012, p. 50).

Ese carácter investigativo de los estudios de seguimiento de egresados que


enfatizan los autores obliga a pensar en el método. Gran parte de los apartados
metodológicos creados al respecto coinciden en que la encuesta es el método de
preferencia de los estudios de egresados. En mucho de los casos se opta además,
si se tienen los recursos humanos y materiales para hacerlo, por un estudio
longitudinal, en tanto la inserción de los egresados al mercado laboral se
conceptualiza como un proceso progresivo y multietápico incapaz de ser abordado
en su complejidad desde una perspectiva transversal.

De esa manera, destacan Jaramillo, Giraldo y Ortiz en su artículo sobre los estudios
de egresados en la universidad Eafit de Colombia, los diversos programas de
seguimientos de egresados no suelen diferenciarse tanto por el método sino por las
temáticas y dimensiones que aborda el formulario y el modo de administración
seleccionado para la encuesta. En el mismo artículo, publicado inicialmente en
2006, los autores advertían que el mejor modo de aplicación era el cuestionario
autoadministrado; y citaban en ese entonces como manera de localización más
eficiente el correo postal, aunque advertían que la tasa de respuesta que aseguraba
apenas solía pasar el 25%. Ante eso, la segunda consideración de los autores iba
hacia la encuesta telefónica, con el alto riesgo de sesgo por parte del entrevistador.
La encuesta autoadministrada online se encontraba tercera entre sus preferencias,
dada la baja cobertura del uso de internet. Esa constricción, no obstante,
probablemente ya no sea tal en mucho de los países de América Latina que quieran
ubicar a sus egresados universitarios, por lo que vuelve a la autoadmnistración vía
web el modo más fiable de llegada a los graduados.

El proceso de diseño de la investigación incluye ciertas decisiones ineludibles a


nivel operativo, según advierten Gallart y Bertoncello en Cuestiones actuales de la
formación, editado por la Organización Internacional del Trabajo, y las enumeran de
la siguiente manera: la población a cubrir y su modo de abordaje -si se trabajará con
un censo o con una muestra-; la identificación de los encuestados, es decir, la
creación de un criterio de selección que permita tener un marco muestral con datos
actualizados; el período de referencia sobre el que se recogerá información; el modo
de recolección de los datos, que ya se introdujo en el párrafo anterior; y por último la
forma de llegar al encuestado -la convocatoria y presentación del estudio- (1997, p.
44). Esas decisiones, a su vez, confluyen en los siguientes pasos de trabajo:
redacción de los objetivos, definición de la muestra, construcción del cuestionario,
realización y efectivización del cronograma de trabajo y, finalmente, el análisis de
los resultados (Ídem).

Dimensiones medulares: trayectoria laboral y evaluación institucional

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En cuanto al contenido, esto es, a las dimensiones de consideración por parte del
estudio que operacionalizadas en indicadores se convertirán en los estímulos y las
preguntas que conformarán el formulario, la mayoría de los estudios de egresados
en América Latina demuestran coincidencia en los tópicos de priorización. Esto
debido en gran medida a sus objetivos compartidos como también a los esfuerzos
de estandarización por parte de asociaciones que generan recursos,
recomendaciones y guías para las universidades que se propongan iniciar un
estudio de seguimiento de egresados.

Así, se destaca por ejemplo el Manual de instrumentos y recomendaciones sobre el


seguimiento de egresados, generado a partir del proyecto Gradua2 que, auspiciado
por la Comunidad Europea, nuclea a una serie de instituciones universitarias
europeas y otras tantas latinoamericanas, entre las que se pueden destacar el
Consejo Superior Universitario Centroamericano, las Universidades Católicas de
Perú, Colombia y Valparaíso (Chile), la Universidad de Belgrano y la Universidad
Nacional de Mar del Plata (Argentina), la Universidad del Pacífico (Perú), la
Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil), la Universidad Iberoamericana y el
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México), funcionando
esta última como institución coordinadora del proyecto.

El documento, que tiene como objetivo “apoyar a las instituciones de educación


superior en la elaboración de estudios de seguimiento de egresados y en la
aplicación de sus resultados en los procesos de mejora continua” (2006, p. 5),
indican en su introducción que los estudios de seguimiento de egresados en su
objetivo de investigar el pasaje de los graduados desde la institución educativa al
mercado laboral deben incluir una serie amplia de dimensiones, dado que desde
una perspectiva de control debe ser advertido que “la relación entre el título obtenido
y el desempeño profesional puede verse afectada no sólo por las variables de
mercado laboral, sino también por las variables sociales, familiares y educativas que
caracterizan a cada egresado” (2006, p. 17). En ese sentido, desde el manual se
recomienda extender el contexto de los datos de interés a un continuo que incluya
antecedentes sociales y educacionales, información sobre la educación superior,
sobre el mercado laboral, sobre el empleo y finalmente sobre realización personal.

En esa línea, desde el documento elaborado por el proyecto Gradua2 se determinan


tres tópicos básicos que consideran medulares para todo estudio de seguimiento de
egresados que trabaje con los objetivos que se manejaron al principio: el perfil del
egresado, que incluye tanto información socioeconómica como antecedentes
educativos; su relación con el mercado de trabajo, que destaca su situación laboral;
y su relación con la institución de egreso, que apunta a medir la satisfacción del
egresado con la institución en la que cursó sus estudios superiores.

A partir de esos tópicos básicos, el documento señala a continuación una serie de


módulos ampliatorios de esa información, entre los que se enumera la transición de
la situación de educación a la situación laboral, que incluye información sobre

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trayectorias laborales anteriores y primer empleo; el desempeño en el empleo, que
puede combinar abordajes más objetivos y otros de opinión de evaluación subjetiva
del egresado; el vínculo entre las tareas que debe realizar en su empleo y las
competencias adquiridas; y la exploración de las motivaciones y expectativas de los
egresados, así como la vinculación de esos elementos con su trayectoria
profesional.

El manual elaborado por el Proyecto Gradua2, que ofrece una guía sobre todos los
pasos de diseño de la investigación (y que además de centrarse en los estudios de
egresados genera apuntes sobre otro tipo de estudios vinculados a explorar la
relación institución educativa - mercado laboral: los estudios de empleadores)
culmina ofreciendo en su anexo una serie de ejemplos de cuestionarios aplicables
en estudios de seguimiento de egresados.

Una serie similar de dimensiones recomienda la Asociación Nacional de


Universidades e Instituciones de Educación Superior de México (ANUIES),
asociación no gubernamental que agremia 187 instituciones de educación superior
del país, en su libro Esquema básico para estudios de egresados, publicado en
2003, que ha servido como modelo inicial para el diseño de cuestionarios en
universidades mexicanas y de la región.

Es el caso del programa de seguimiento de egresados de la Universidad Juárez


Autónoma de Tabasco, que parte del cuestionario recomendado por la ANUIES y lo
adapta a 51 preguntas, que se agrupan en las siguientes diez dimensiones: datos
generales y antecedentes familiares, trayectoria académica, trayectoria laboral,
desempeño profesional, exigencia en el desempeño de las actividades, opinión
sobre la formación profesional que recibió, opinión sobre la formación social
recibida, sugerencias del egresado para mejorar el perfil profesional propuesto por
la institución, opinión sobre la organización académica y desempeño profesional de
la institución y satisfacción general del egresado con la universidad (2004, p. 23-24).

Lo anterior deja advertir que ambas propuestas guía -la del proyecto Gradua2 y la
de la ANUIES- sobre el contenido recomendado para elaborar los cuestionarios a
egresados se pueden reducir a dos núcleos que se vuelven constantes en los
estudios de egresados del continente: trayectoria laboral y evaluación del egresado
sobre la formación recibida. Esto determina que los cuestionarios suelan diseñarse
por un lado con variables de naturaleza más fáctica y constatativa -de respuesta
objetivable- y por el otro con variables de naturaleza evaluativa y valorativa -de
respuesta más subjetiva-.

En la propuesta de seguimiento de egresados de la Universidad Eafit de Colombia,


por ejemplo, la cimentación de la investigación en esos dos núcleos se vuelve
manifiesta. Lo anticipan desde sus objetivos indicando que el propósito es doble:
“por una parte, sintetizar en una unidad de medida (índices, distribución porcentual,
etc.) las percepciones de los egresados sobre la calidad de la formación recibida;

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por la otra, construir indicadores agregados sobre sus trayectorias académicas,
laborales y de creación de empresa, como expresiones del aprendizaje realizado en
la universidad y, por ende, reflejo de la pertinencia social de éste” (2006, p, 114).
Desprendiéndose de lo anterior, el cuestionario se estructuró de la siguiente
manera: 12 preguntas sobre datos generales del egresado, 41 preguntas sobre
información laboral, 21 preguntas sobre trayectoria académica y profesional y 24
preguntas sobre evaluación del egresado de la calidad del programa académico
(2006, p. 117).

Conclusiones y desafíos

La proliferación de los estudios de egresados en Latinoamérica, siguiendo el


impulso de los grandes proyectos europeos, y el asentamiento de los programas de
seguimiento de egresados como requisito ineludible para asegurar un control de
calidad sobre el vínculo entre las instituciones educativas, sus egresados y el
mercado laboral generan una serie de reflexiones sobre nuevos desafíos, tanto a
nivel teórico como metodológico.

Por un lado y a nivel de objetivos es fundamental dar espacio a la problematización


sobre el rol de la institución universitaria en la sociedad. La conceptualización de los
estudios de egresados como insumos para una mejor articulación entre los perfiles
de egreso propuestos por las instituciones de educación y los requeridos por el
mercado laboral generan el riesgo de subsumir los objetivos de los primeros a los
intereses de los segundos. Las universidades se encuentran en el desafío, en ese
punto, de mantener un sólido equilibrio entre el cumplimiento de las demandas del
mercado laboral, y de, por lo tanto, consolidación laboral de sus egresados, y su rol
como fuente de conocimiento crítico cumpliendo así con las demandas macro de la
sociedad.

A nivel metodológico, por otro lado, los mayores desafíos surgen a partir de la
sistematización de los programas y la necesidad de enfoques longitudinales que
obligan a una actualización constante de las bases de datos de egresados y a un
seguimiento que motive a los graduados a brindar su información sin propender a la
desvinculación. La confiabilidad de los datos se esgrime como el objetivo principal
en este punto.

En lo que respecta al análisis, el desafío es asegurar la generación de indicadores y


agregados estadísticos válidos como insumos para los objetivos de diagnósticos
propuestos por los programas que mantengan un equilibrio adecuado entre la
consideración de la especificidad de la región, la institución y las diferentes carreras
y la potencialidad, a su vez, para la comparabilidad intrainstitucional, nacional,
regional e internacional.

El desafío final, ya en el límite de sus alcances y en la frontera que los une al resto
de las iniciativas de auto-evaluación y administración organizacional y académica de
la institución universitaria, se dirige a lograr el uso efectivo de los insumos para los

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objetivos que los motivaron. Esto es, que los programas de seguimiento de
egresados puedan generar recursos con un alto nivel de precisión y desagregación
y con verdadero estatuto de diagnóstico, es decir, que circulen a nivel institucional,
entre sus órganos, facultades, departamentos, unidades, cátedras y proyectos como
impulsores para la revisión de los perfiles de egreso de los programas, las currículas
y los abordajes académicos e institucionales.

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Referencias bibliográficas

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egresados” en Cuestiones actuales de la formación. Montevideo, Uruguay:
Cinterfor/OIT

Giraldo, Andrés; Jaramillo, Alberto; Ortiz, Javier (2006) “Estudios sobre egresados la
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Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.

Vega, Andrea; Zúñiga, María (Universidad de La Serena); Carrasco, Selín; Herrera,


Ricardo; González, Eduardo (Universidad de la Frontera); Sánchez, José;
Solar, María (Universidad de Concepción); Fonseca, Gonzalo; Peña, Marco;
Toro, Gloria (Universidad Católica de la Santísima Concepción) (2012)
“Aspectos referenciales sobre la inserción laboral y seguimiento de
egresados” en Seguimiento de egresados e inserción laboral: experiencias
universitarias. Centro Interuniversitario de Desarrollo, Chile.

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