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Territorialidades y lucha
por el territorio
en América Latina
Geografía de los movimientos sociales
en América Latina
4● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 5
Territorialidades y lucha
por el territorio
en América Latina
Geografía de los movimientos sociales
en América Latina
Traducción
José Quintero Weir.
Escuela de Letras-LUZ
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 7
Presentación
des que así, generan formas de ver y entender el mundo que les
son propias y, por tanto, generando su propia racionalidad.
Esperamos pues, que este y los números por venir,
cumplan con el cometido que nos anima: contribuir a elevar el
espíritu crítico de nuestros estudiantes como camino verdadero
a su propia emancipación y a su aporte en la emancipación de
todos.
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Prólogo
Descartes
2 Ver: Edgardo Lander, Contribución a la crítica del marxismo realmente existente. Verdad,
ciencia y tecnología, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Caracas, 2008.
16 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
5 Sobre esto, la Declaración de las naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indíge-
nas no deja dudas: “... si los pueblos indígenas controlan los acontecimientos que los afecten
a ellos y a sus tierras, territorios y recursos podrán mantener y reforzar sus instituciones,
culturas y tradiciones y promover su desarrollo de acuerdo con sus aspiraciones y necesida-
des...” De acuerdo al artículo 26 de esta declaración: “1. Los pueblos indígenas tienen dere-
cho a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado, utilizado
o adquirido. 2. Los pueblos indígenas tienen derecho a poseer, utilizar, desarrollar y controlar
las tierras, territorios y recursos que poseen en razón de la propiedad tradicional u otro tipo
tradicional de ocupación o utilización, así como aquellos que hayan adquirido de otra forma.
3. Los Estados asegurarán el reconocimiento y protección jurídicos de esas tierras, territorios
y recursos. Dicho reconocimiento respetará debidamente las costumbres, las tradiciones y los
sistemas de tenencia de la la tierra de los pueblos indígenas de que se trate.”
6 “Balance general de los diez años del proceso bolivariano: pueblos indígenas. Un recono-
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cimiento histórico con fuertes problemas colaterales”, en Diez años de la revolución boli-
variana. Segunda parte, Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, Caracas,
enero-abril, 2009. P. 162.
7 Op. cit., pp. 163-164.
24 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Primera Parte
De Geografías, desarrollo y territorialidades
26 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
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♣ Publicado originalmente en: Ceceña, Ana E., Sader, Emir (2002), La guerra infinita: hege-
monía y terror mundial, CLACSO, Buenos Aires.
28 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
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De Epistemes y de territorios
14 Observemos, sin embargo, que estos pensadores son llamados por el nombre de otro
pensador que ni siquiera conocieron –Sócrates- y así, son todos conocidos con el nombre
de presocráticos, tal como los diferentes pueblos del mundo fueron llamados indígenas o
aborígenes.
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15 En una época, se registra, Grecia pertenecía mucho más al mundo oriental que de la
actual Europa, que no pasaba de ser una península del Asia habitada por bárbaros.
16 Es interesante observar cómo en el lenguaje del sentido común, verdad y razón son tér-
minos equivalentes. Siempre se debate para saber quien tiene razón, quien está con la
verdad. Lo más interesante es que “el dueño de la verdad” es, casi siempre, visto con
resabio, lo que indica que tan importante como saber quien está con la razón o quien está
con la verdad es el debate para llegar a la razón y a la verdad. Una vez más retornamos
al ágora griega.
17 Que, en este caso, está mucho más próxima a la Theo-logía.
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18 Tiranía cuando uno define los límites para todos. Oligarquía cuando unos pocos definen
los límites y Democracia cuando todos los ciudadanos definen los límites para todos.
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19 Riesgos estos, dicho sea de paso, producidos e intensificados por una razón instrumental
que se propone dominar a la naturaleza (Efecto Invernadero, Disminución de la Capa
de Ozono, Efectos de la Vaca Loca, Disminución de la Diversidad Biológica, Lluvias Áci-
das, entre otros, tienen todos en común la contribución decisiva del complejo tecnológico
moderno-colonial)
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Michel Foucault
20 Se sabe que un grado de longitud equivale a una hora; una hora a 60 minutos y un minuto
a 60 segundos.
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22 La geografía, en cuanto saber que se mantuvo preso al espacio, pagó un precio caro por
ello. Por haberse desarrollado preocupada por el espacio tuvo que lidiar con la relación de
la sociedad con la naturaleza y así, también fue mal reconocida en la división del trabajo
científico entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. El paradigma de cientificidad
hegemónico heredado exigía ese recorte entre lo natural y lo histórico y hay allí más de
una razón para que la geografía fuese descalificada en la jerarquía del poder científico.
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Esta identificación entre lo natural y lo social era suficiente para que se descalificase el
conocimiento como un conocimiento precientífico. “Además, siempre hubo ciencias que se
mal reconocieron en estas distinciones tanto que se tuvieron que fracturar internamente
para adecuarlas mínimamente. Me refiero a la antropología, la geografía y también la psi-
cología. Se condensaron, privilegiadamente las contradicciones de la separación ciencias
naturales/ciencias sociales. De allí que, en un periodo de transición entre paradigmas, sea
particularmente importante, desde el punto de vista epistemológico, observar lo que pasa
en estas ciencias” (de Sousa, 1996:46).
23 Aquello que los geógrafos, de una manera hasta cierto punto pueril, dicen es su objeto de
estudio –la organización del espacio- es, en verdad, un atributo del Estado, entre ellos los
geógrafos. En verdad, para los geógrafos la organización del espacio es, casi siempre, un
objeto de deseo tanto en cuanto un objeto de estudio.
24 Esta cuestión se coloca en el mismo plano de la búsqueda de nuevos paradigmas en la
medida en que todo nuevo paradigma es instituido teniendo, por tanto, procesos y sujetos
instituyentes.
25 El caso brasileño es ejemplo de esta tesis. Solamente en 1823, por tanto, un año después
de la independencia del Brasil de Portugal, las elites luso-amazónicas resolvieron aliarse
a Río de Janeiro, entonces capital del Brasil, integrando la actual Amazonia, entonces
Provincia del Gran-Pará y Río Negro, dando los contornos aproximados del territorio del
Brasil de hoy. Se registra que el 54% de estos territorios fueron integrados al Brasil porque
las elites lusas de la Amazonia temían de la abolición de la esclavitud en Portugal y, de este
modo, asociándose a Río de Janeiro, la esclavitud permaneció. Tal vez, aquí encontremos
buenas razones para el perfil de la enorme concentración de riqueza y poder reinante en el
territorio de la sociedad brasileña (Porto-Gonçalves, 2001b.).
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26 En Geografía hubo quien dijera (Vidal de la Blache) que era una ciencia de los lugares, no
de los hombres. O también B. Werlen que dice que ‘si la acción, en lugar del espacio, se
tornase en el objeto central de la Geografía social, la disposición espacial de los objetos
sería relevante no como una causa sino como una condición y una consecuencia necesa-
ria de la acción humana’ (citado por Milton Santos, op. Cit., p. 68).
27 La misma cantidad de trabajo humano no produce la misma riqueza si opera con petró-
leo o con otra forma de energía. De este modo, apropiarse de reservas de petróleo es
apropiarse de más valor potencial en la medida en que energía –capacidad de trabajo- es
más valor potencial.
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29 Es, completa “en la medida en que otros especialistas la pueden acoger, en el listado de
acciones y en la población de objetos, aquellos que interesan a sus estudios sectoriales,
el geógrafo es obligado a trabajar con todos los objetos y todas las acciones” (Santos,
1996:257-8). O, a pesar que nos enseña que “la significación geográfica y el valor geo-
gráfico de los objetos vienen del papel que, por el hecho de estar en contigüidad, forman-
do una extensión continua, y sistemáticamente interconectados, ellos se desempeñan en
un proceso social” (Santos, 1996:63).
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técnico concreto (G. Simondon) pretende ser “la más perfecta con-
vergencia entre la tecnología y la función deseada, perfección imposible
de ser alcanzada en la naturaleza” (Santos, 1996:233).
Aquí se ve que la perfección del objeto técnico es tanto
mayor cuanto más reducido a la intencionalidad. Lo que se
procura con los objetos técnicos que cada vez más pueblan
nuestra cotidianidad “es un aumento de la eficacia de la acción que
depende de la gran certeza con que es ejercida –just in’time, just in
space (sólo en el tiempo, sólo en el espacio)- y la información
contenida en los objetos técnicos procura disminuir la incerteza”
(Santos, 1996:237-8).
A la técnica convertida ‘en una especie de principio para toda
actividad, toda cosa’ es, en sí misma, ‘un principio de raciona-
lidad’, dice Marc Humbert (Humbert, 1991:54). Insertada en los
objetos, aparece como una ‘lógica inscrita, gracias al ingeniero, en
la naturaleza de las cosas’ (Latour, 1989:21; Gras, 1993:218). Hay,
de este modo, en el objeto técnico, la previa determinación de
una racionalidad, ‘una forma predeterminada de acción sobre la
naturaleza’ gracias a la ‘conexión inmediata de la tecnología con
las actividades prácticas de la vida’ (Santos, 1996:238).
30 Podríamos aquí explorar las pistas entre espacio y poder con la visión. Nos basta indicar
el Panopticum de J. Bentham recuperado por Michel Foucault como metáfora y práctica
y observarnos en los televisores que nos filman en las vías y en los edificios en la nueva
sociedad de control.
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31 No hay como dejar de explicitar la inspiración del tiempo de larga duración de F. Brau-
del.
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32 Se sabe que sólo 20 (andares) pertenecían a una de las mayores empresas del mundo
financiero y, además, que allí funcionaba una importante oficina de la CIA.
33 No olvidemos que nos referimos al imperialismo siempre con una cualificación geográ-
fica nacional (imperialismo alemán, imperialismo belga, imperialismo yanqui, imperialis-
mo francés, imperialismo italiano, imperialismo japonés, entre otros).
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34 Y no virtualmente.
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La naturaleza re-visitada.
35 “Globalifóbicos” fue el término usado por los medios de comunicación mexicanos para
designar a los jóvenes que en Guadalajara protestaron en las calles contra la reunión
del G-8. La represión y encarcelamiento de muchos de ellos era justificado por los
medios en virtud de tal condición. (Nota del Traductor, con todo consentimiento del
autor).
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36 Aquí, uno de los pilares de la modernidad, o sea, aquel que dice que hombres y mujeres
son iguales, queda amenazado.
37 Elmar Altvater (Altvater, 1994) nos da una lista de la dependencia de recursos minerales
por parte de los países hegemónicos.
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los softwares libres y aquellos que los quieren cerrados por pa-
tente (Linux-Microsoft); así como el debate sobre los derechos
de autor coloca como interlocutores válidos, por el conocimiento
que producen, varias poblaciones y sus culturas que hasta ahora
fueron descalificadas40.
Es interesante observar que en este seno surge lo que pare-
cía imposible, esto es, una especie de “internacional campesina”
como la Vía Campesina41. Tal vez aquí se viene haciendo más
explícita que en cualquier otro campo la tensión de territoriali-
dades y todo el potencial de que nuestro mundo está preñado
de nuevas territorialidades. Aquí está en juego los diferentes
sabores con que nos alimentamos día a día y que, sabemos,
implica saberes (savoir y saveur) y así, es toda la cultura la que
está implicada. Asimismo los paisajes, para nuestro confort y
placer, puesto que fueron conformados por las más diferentes
prácticas culturales (de allí que se hable de agri+cultura) que
de esta manera, estamos viendo, nos ofrecen mucho más que
alimentos y materias primas. Es la multifuncionalidad de la
agricultura, muy próxima a lo que Enrique Leff viene llamando
racionalidad ambiental, enfatizando en su carácter político y de
justicia social, junto con sus dimensiones técnica y cultural (Leff,
1994; 1998; 2000 y 2001).
40 Es significativo la tensión de territorialidades que caracteriza los días que corren, sobre
todo después del 11 de septiembre de 2001, que la OMC consiga hacer su primera
reunión inmediatamente después de este suceso, en noviembre de ese mismo año, la
primera que se da sin que tuvieran lugar amplias manifestaciones de la sociedad civil
conforme venía sucediendo últimamente. La tranquilidad de la referida reunión pudo ser
obtenida en Doha, capital de Qatar en el Medio Oriente, allí mismo donde los regímenes
políticos controlan rígidamente la participación de la sociedad civil al mismo tiempo que
garantizan el flujo de petróleo a Occidente.
41 Un cotejo de esta experiencia con lo que dice el Manifiesto Comunista de 1848 con
respecto de los campesinos, tal vez se constituya en un buen primer paso para reunir
movimientos sociales distintos y apuntar hacia posibles nuevas perspectivas paradigmá-
ticas y políticas.
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42 Aquí es importante resaltar que el gobierno colombiano, en tanto gobierno electo, puede
invocar la legalidad jurídica y política para, en nombre del estado, hacer la mediación con
los Estados Unidos. Sin embargo, debemos saber también, que prefectos de 17 Munici-
pios del Norte de Colombia, igualmente electos, aceptan los términos que tanto las FARC
(Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como el ELN (Ejército de Liberación Na-
cional) plantearan un acuerdo nacional que, los prefectos buscan hacerlo regionalmente,
lo que el gobierno nacional ha procurado evitar a toda costa. Lo mismo puede ser visto en
el Departamento del Cauca al sur de Colombia, en el que el Bloque Social Alternativo que
al tiempo (2000-2003) eligió a Floro Tunubalá, un indígena que, por primera vez se hizo
gobernador y presenta un plan alternativo para la erradicación manual de la coca en con-
tra de la fumigación con Glisofato hecha con aviones del Plan Estados Unidos/Colombia,
acompañado de un conjunto de medidas agrícolas/agrarias para ofrecer alternativas a las
poblaciones indígenas, campesinas y las comunidades negras de la región y que tampoco
han recibido apoyo del gobierno nacional para implementar estas medidas. Además, se
informa que la principal exigencia planteada para que haya un pacto entre las partes es el
control de los grupos paramilitares por parte del gobierno nacional colombiano. Y, sabe-
mos, que el paramilitarismo es la interfase más visible de la relación entre el Estado y el
Para-Estado vía tráfico de drogas y de armas.
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43 No veo ninguna razón consistente para hablar de local y global solamente, sobrepasan-
do las escalas regional y nacional. Como ninguna territorialidad es natural pues, todas
son instituidas por sujetos que se hacen a sí mismos por medio de las territorialidades
que instituyen, las escalas regionales y los territorios nacionales deben estar abiertas al
debate y no negadas a priori, lo que bien puede indicar una concesión al espacismo. Y
escala, no olvidemos, es también escalera, grados hacia arriba y hacia abajo, lenguaje
topológico tan caro a la política como centro y periferia.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 65
I. Introducción
El mundo en los últimos 30/40 años viene pasando por
un importante proceso de reorganización social cuya dimensión
espacial, geográfica, es parte constitutiva. Este proceso puede
ser comparado con aquel que pasó la sociedad occidental en
el Renacimiento (siglo XVI) y durante el siglo de las Luces y la
consolidación de la Revolución Industrial (siglos XVIII y XIX).
Las relaciones entre sociedad y organización espacial, casi
siempre objeto de poca atención, se revelan en estos momentos
particularmente relevantes. En estos momentos la Geografía
tiende a dejar de ser un sustantivo y mostrarse como verdade-
ramente es, o sea el verbo, entendido como la acción de sujetos
sociales haciendo grafías en la tierra. Cualquier sociedad humana
instituye un orden de significaciones, de normas, de reglas y
valores, en fin, instituye un ethos que da sentido a sí misma, a
sus prácticas.
Mismo Marx, considerado uno de los materialistas mo-
dernos, afirma que lo que distingue al peor arquitecto de una
abeja, es el hecho de imaginar, idealizar, figurar su obra antes de
realizarla. El proceso de apropiación de la naturaleza, inherente
a cualquier sociedad, no puede ser entendido, como infelizmente
viene siendo hecho, como un proceso exclusivamente material,
casi siempre de carácter económico, como si la apropiación ma-
terial fuese destituida de los sentidos. Toda apropiación material,
46 Estoy conciente de las implicaciones religiosas de esta idea, tanto en cuanto los científi-
cos y Expertos del desarrollo hablan de los milagros de la ciencia y de la tecnología.
70 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
seguridad social.
Así el Fordismo ganaba con el keynesianismo, contornos
mas efectivos, donde una vez mas el Estado se fortalecía en la
medida que incorporaba demandas sociales. El Estado Nacional
pasa así a ser más que nunca una comunidad de destino para
gran parte de los pueblos, particularmente en Europa y Estados
Unidos. La social democracia europea abandona definitivamente
cualquier pretensión internacionalista y se consagra como parte
de un nuevo pacto de regulación social de carácter nacional, el
Welfare State.
Fuera de Europa Occidental y de Estados Unidos se puede
decir acompañando la tesis de Paul Mattick, un pensador belga
inspirado en Rosa Luxemburgo, que la URSS ponía en práctica,
en sus circunstancias el Welfare State. Pues según él lo que hacia
diferir la social democracia de los bolcheviques era la forma de
toma del poder, pero no en la forma de ejercerlo.
La ausencia de una burguesía fuerte en los países del
este europeo, asociada, (como nos enseña Lucio Colletti en su
excelente libro Superando el Marxismo), a la falta de tradiciones
democráticas, aquellas a las que hicimos alusión cuando nos re-
ferimos a las tradiciones de las luchas de la burguesía mercantil
en las ciudades de la Edad Media en Europa Occidental, los com-
munards, hace que las demandas sociales quedasen al margen del
proceso institucional y reventasen en procesos revolucionarios.
En tanto, mismo en los países del Este Europeo, bajo el control
de los Partidos Comunistas, se abandonaron, también las pre-
tensiones internacionalistas y se dedicaron a políticas públicas
de carácter desarrollistas, produciendo a su moda su Keynnes,
Michal Kallecky (1899-1970), afirmando el carácter nacional. Ya
antes de la Segunda Guerra Mundial, José Stalin (1878-1953),
había consagrado la tesis del “socialismo en un solo país”.
Fuera de esas experiencias, el entonces llamado Tercer
Mundo, principalmente después de 1945, inicia el proceso de
romper con el antiguo sistema colonialista, a través de lo que
quedó conocido como descolonización, con diversas experiencias
de Revoluciones Nacionales Liberadoras. Allí también la ausen-
cia de burguesías fuertes o de una sociedad civil constituida
llevó a que los Estados asumiesen un papel central de políticas
desarrollistas, con mayores o menores logros. En estos casos, el
carácter nacional de los Estados se dio menos por el vigor de
la sociedad civil y de los movimientos populares, ante todo de
las capas proletarias, en gran parte responsables por la relativa
equidad social en los países europeos, que por el contraste con
los antiguos colonizadores. Aquí, la afirmación del carácter
nacional fue sobre todo anticolonial.
En estos casos, en la expresión Estado Nacional el término
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Yo tuve un sueño.
Que cierto día estaba
en un congreso mundial
discutiendo economía.
Argumentaba en favor de más trabajo,
más empleo, más esfuerzo, más control, más valor.
Hablé de polos industriales, de energía
Demostré de mil maneras
Cómo es que un país crecía
y me batí por la pujanza económica
Basada en la idea de la tecnología
Presenté estadísticas y gráficos
Demostrando los maléficos
Efectos de la teoría
Principalmente al ocio, al descanso
De la ampliación del espacio cultural, de la poesía
Dije por fin a todos los presentes
Que un país sólo avanza
Si trabaja todo el día
Estaba seguro que todo lo que yo decía
Representaba la verdad para todo el mundo que la oía
Fue cuando un viejo se levantó del asiento
y salió silbando una triste melodía
Que parecía un preludio bachiano
Un frevo48 pernambucano, un choro49 de Pixinguinha
y en el salón todas las bocas sonreían
48 Frevo: baile en el que los danzantes llevan paraguas y ejecutan una coreografía con un
ágil movimiento de las piernas.
49 Choro: música sentimental y pícara acompañada de flauta y guitarra.
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“Un sueño”
Gilberto Gil
no se era libre. Libres eran aquellos que estaban fuera del mundo
del trabajo. Estamos pues en la Modernidad delante de una pro-
funda revolución espiritual donde la categoría trabajo comienza
a ganar contornos positivos, de liberación del hombre.
En la Edad Media, los Señores vivían no del trabajo, pero
si de la renta, que les era paga por los Siervos y el Otium era
practicado por la Nobleza. Cabe una vez más a la Burguesía un
papel fundamental en los cambios de los valores, pues margina-
lizada en el contexto de la Edad Media, dependía de sus propias
iniciativas mundanas para afirmarse. Negar el ocio, Nec + Otium,
era el fundamento de quien vivía de los Negocios. De esa forma
el trabajo, y no el ocio, se afirma como la categoría positiva de
la Modernidad. No es difícil ver aquí el nexo estructural de la
consolidación de las relaciones capital-trabajo que, más tarde, en
los siglos XVIII y XIX se vendría a constituir en los fundamentos
de las relaciones sociales modernas.
Al mismo tiempo, el sentido de la producción de riquezas
se desplaza desde la tierra, un medio de producción inmueble
y limitado, hacia el dinero, un símbolo, y por lo tanto, plástico,
maleable, móvil e ilimitado. Por ejemplo, en la Edad Media, la
riqueza del Señor provenía del trabajo del Siervo y era atesora-
da bajo la forma de castillos, iglesias suntuosas y obras de arte,
aquello que los economistas más tarde llamarían de consumo
improductivo, ya que el excedente, la renta, no retornaba al
proceso productivo tendiente a la reproducción ampliada, a
la acumulación. Siendo así, la explotación del trabajador y de
la naturaleza encontraban fuertes límites. En ese contexto, la
famosa ley poblacional de Malthus tenía sentido, ya que la
producción de alimentos, por ejemplo, no lograba acompañar
el crecimiento de la población y el hambre y la guerra se encar-
gaban de reestablecer el equilibrio “natural”, esto es, el orden
social. Con la negación del ocio, con el trabajo y el dinero, este
como símbolo mayor, el hombre podría alcanzar vuelo, liberarse
de las limitaciones naturales y sobrenaturales.
Fue necesario por lo tanto, expulsar los dioses que ya
habitaban este mundo y, con la desacralización de la naturaleza,
manipularla para que con la ayuda de la ciencia, se la someta
a los designios del hombre moderno. La naturaleza pasa a ser
una fuente de recursos y el hombre el centro del universo, ya
que el Todo Poderoso había sido alzado a los cielos. Ahora libre
de los misticismos religiosos, los hombres pueden todo, esto es
son los Todo-Poderosos.
La libertad de creación humana no se restringe ahora,
solamente al mundo de las Ideas, el Arte y la Filosofía y mismo
la Religión, y desciende a la Tierra a través de la ciencia transfor-
mada en técnica productiva. La naturaleza pasará a ser disecada
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 89
a final del siglo XIX y principios del siglo XX, eran instituidos
derechos individuales y colectivos, empresas alemanas en el
Congo, cortaban las manos de los trabajadores negros que no
alcanzasen el volumen de producción esperado que, a su vez
debía ser mayor, cuanto mayor el desarrollo tecnológico en
Europa.
En el contexto actual mundializado de acumulación
flexible, los derechos humanos, en sí mismos históricamente
inseparables de los derechos sociales, acaban siendo objeto de
conflictos significativos envolviendo los derechos de soberanía,
lo que refuerza el argumento anterior. Del punto de vista de la
sociedad civil, de lo local y lo comunitario, y no del capital, esa
es, sin duda, una de las brechas que se abre en el interior de ese
proceso de mundializacion, teniendo en cuenta los dificultades
a las que se enfrentan los gobiernos, ante todo los Estados del
llamado Tercer Mundo, donde ni los derechos humanos, ni los
derechos sociales son contemplados. Las denuncias realizadas
internacionalmente de violencia a los menores, o mismo el
asesinato de líderes sindicales, como el caso de Chico Mendes
que fue el mas expresivo, dio cuenta de un nuevo escenario de
construcción de derechos a contramano de la globalización.
La contradicción a ser superada es, si corresponde al Esta-
do cumplir el papel que acabó por ejercer en el contexto europeo
y norteamericano, de garantizar esos derechos o si al contrario,
el carácter de No Gobierno prevalecerá, como de cierta forma la
propia naturaleza de las Organizaciones No Gubernamentales
sugiere. A juzgar por la valorización de las escalas mundial y
local, que vienen conformando el proceso de mundializacion de
acumulación flexible, a través de sujetos sociales que lo instituye,
entre ellas las Organizaciones No Gubernamentales y, particu-
larmente el Movimiento Ambientalista, el segundo escenario de
No Gobierno se delinea como más probable. Ahí el desafío en
que se encuentra la sociedad civil, fuente de lo instituyente. Un
tercer aspecto que debe ser debidamente considerado, mismo
aquí solamente indicado, es el que esas Organizaciones No Gu-
bernamentales apuntan para una nueva comunidad de destino
internacional, mundial, planetario. Y al hacerlo en esa escala, se
mueven en un vacío de representación política mediado por la
sociedad civil, hasta porque como resaltamos, el orden jurídico
que rige mas allá de las fronteras, es sobre todo inter-estatal mas
que inter-nacional.
Recordemos que fue la sociedad civil que volvió Nacional
el Estado al incorporar exactamente sus demandas sociales. En
tanto son las razones de Estado (Territorial) las geopolíticas,
que están subyacentes a las relaciones de poder en la esfera más
allá de las fronteras. Es preciso que reconozcamos que el Poder
110 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Introducción.
Allá por los años sesenta resonó en las calles el grito:
“Abajo las fronteras”. La expresión se nos mostró libertaria pero
también, liberal; o mejor, neoliberal. Que no se critique a los que
estaban en aquellas barricadas del deseo en 1968 (Matos, 1981)
propugnando por el fin de las fronteras que, después, un gerente
de una empresa transnacional, el Sr. Jacques Mainsonrouge,
invocó el mismo grito del 68, puesto que Karl Marx y Frederic
Engels ya nos habían anticipado que el capital no tiene patria,
convocándonos imperativamente –“proletarios de todo el mundo,
uníos”- a pensar y actuar más allá de los territorios nacionales.
La respuesta burguesa al internacionalismo proletario del Mani-
fiesto Comunista de 1848 fue el nacionalismo, una territorialidad
que, luego luego, se transformó en imperialismo51.
A la creciente importancia de los partidos obreros social-
demócratas52 en la segunda mitad del siglo XIX le siguió la
expansión imperialista. El millonario inglés Cecil Rhodes, en
1895, se expresó de esta manera en el Die Neve Zeit:
“Ayer estuve en el East-End53 londinense y asistí a una asamblea
de desempleados. Al escuchar en la referida reunión discursos
exaltados cuya nota dominante era el grito: ¡Pan! ¡Pan!, y luego, al
reflexionar de regreso a casa sobre lo escuchado, me convencí más
que nunca de la importancia del imperialismo…Estoy íntimamente
convencido de que mi idea representa la solución del problema
50 Publicado original y parcialmente en: Ceceña, Ana Esther (2006), Los desafíos de las
emancipaciones en un contexto militarizado, CLACSO. Buenos Aires.
51 En rigor, el nacionalismo en tanto ideología del Estado-nación es una forma de imperia-
lismo. Si no que lo digan los pueblos indígenas o los afrodescendientes en América La-
tina y el Caribe, o cualquier pueblo que fuera sometido a un Estado-Nación en cualquier
lugar del mundo (los vascos, los catalanes y los gallegos en España; los irlandeses en
Gran Bretaña). Para mejor entender este tema ver Eric Hobsbawn (1991).
52 El más importante de ellos, el alemán, tuvo entre sus más eminentes fundadores a Karl
Marx y Federico Engels.
53 El East-End era para la época un barrio obrero de Londres.
126 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
55 No olvidemos que este signo de nuevo sólo puede ser entendido cuando se lo ve en
perspectiva histórica, donde la tradición debe ser negada. Y la tradición, no olvidemos,
estaba en Oriente. Hasta entonces, tomar el camino cierto era orientar-se, ir hacia el
Oriente. El nuevo continente recién encontrado por los europeos fue designado por algo
que le era externo, Indias Occidentales, aunque tuviese nombres propios, como vimos
en Abya Yala (PORTO-GONÇALVES, 2008) y, así, Europa puede afirmar como su nuevo
continente, fuente de la riqueza que permitió su afirmación como centro del mundo. Ya allí,
en la primera moderno-colonialidad, el continente nuevo tenía un papel protagónico.
56 Ver PORTO-GONÇALVES, Carlos Walter Abya Yala, el des-cubrimiento de América en
www.otrosbicentenarios.org y del mismo autor Abya Yala en SADER, Emir et al Enciclo-
pedia Latinoamericana (ed. en español), Ed. Boitempo, 2008, São Paulo.
57 Hay toda una historia contada a partir de Europa que habla del paso de lo artesanal a la
manufactura y de esta a la maquino-factura, a la gran industria. Ella puede ser leída en El
Capital de Karl Marx sin ninguna referencia a estas primeras tecnologías modernas que
estaban aquí en América y no en Europa. La consideración de esta geografía, tal vez,
pueda contribuir a la crítica del tecnocentrismo eurocéntrico tan cultivado también entre
los críticos del capitalismo.
128 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
58 Por más que una ideología tecnocéntrica atribuya a la técnica un dinamismo a partir
del cual todo gira, como se fuera algo que camina por sí mismo y determina las demás
esferas de la vida social, nuestro análisis nos permite afirmar que la técnica es una
creación social y, como tal, es siempre parte de las relaciones sociales y de poder. Para
profundizar en este tema leer BARTRA, Armando El Hombre de Hierro: los limites so-
ciales y ambientales del capital, Ed. Era, México, 2008 y PORTO-GONÇALVES, Carlos
Walter La Globalizacion de la naturaleza y la naturaleza de la globalizacion, Ed. Casa de
las Américas, La Habana, Cuba, 2008.
59 No menospreciemos la dimensión religiosa incluida en la ciencia y la técnica. La fe en
la Ciencia, en su contribución fundamental al progreso, es, como toda fe, religión y no
Ciencia. No es poco común escuchar decir que la Ciencia y la Técnica hacen milagros,
o escuchar hablar acerca del buen Físico o el buen matemático como si se tratara del
Papa de la Física o del Papa de la Matemática.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 129
60 Tal vez tengamos mucho que aprender con esta revolución, hasta para comprender
cómo de una revolución contra el Estado nace un Estado tan poderoso como el imperio
estadounidense actual.
130 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
62 HINKELAMMERT, Franz J. 2006, El Sujeto y la ley: el retorno del sujeto reprimido. Edito-
rial Caminos, La Habana, Cuba.
134 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
64 Lo mismo haría en la Guerra de Las Malvinas, pretejiendo a los argentinos una vez más,
a favor de los ingleses.
136 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
65 Indigenato es un neologismo creado por Darci Ribeiro para dar cuenta de la formación
de un grupo social muy específico de nuestra América. Ribeiro construyó la categoría
indigenato a partir de lo indígena y el campesinado, queriendo con esto referirse a la
formación de un campesinado etnicamente diferenciado. Tiene el mismo sentido que la
expresión campesíndios del sociólogo mexicano Armando Bartra.
66 Tal vez, pudiera decirse que, más que la búsqueda de la institucionalización del conflic-
to por medio de la norma escrita (el derecho), tendríamos la cordialidad, tal como fue
formulada por Sergio Buarque de Holanda. Según Holanda, esta cordialidad deriva del
latín cordis, corazón, y así, está marcada por los impulsos, para bien o para mal. La
cordialidad no es, necesariamente, afectividad o afabilidad.
67 Estos nacionalismos coloniales, dicho sea de paso, se siguieron exacerbando del nacio-
nalismo imperialista que llevó al mundo a dos guerras.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 137
72 También Gramsci ve el bloque histórico y se olvida del carácter geográfico que, sin em-
bargo, está tan en el centro de su análisis que denomina los dos bloques históricos que
van a conformar el estado territorial italiano como “Norte” y como “Sur”.
73 El excelente libro, La Invención del Nordeste de Durval Muniz de Albuquerque Ju-
nior, nos muestra cómo la región Nordeste brasilera es una invención, en las circunstan-
cias históricas del inicio del siglo XX, de las oligarquías del sertão semi-árido algodone-
ro-pecuarista y de la zona de la Mata canavieira a partir del momento, final del siglo XIX
e inicios del XX, en que ocurre el desplazamiento del polo geopolítico y económico hacia
el sudeste del país, con el avance del café y el inicio de la industrialización reconfiguran-
do las relaciones de poder. Aquellas oligarquías tradicionales comienzan a invocar una
regionalidad que, hasta entonces no existía. Según el autor, en ningún pronunciamiento
político de diputados y senadores a lo largo de todo el siglo XIX fue invocada la palabra
Nordeste. Que la existencia del Nordeste sea una invención política datada prueba la in-
existencia de los otros puntos colaterales nombrando otras regiones, como el Noroeste
o el Sudoeste del Brasil, puesto que nadie invocó políticamente estas regiones.
74 Por ejemplo, en Brasil existen nordestinos, nortistas y suristas en tanto nombres que se
atribuyen a los que nacen en las regiones Nordeste, Norte y Sur del país y no se usa la
expresión sudestino para designar a los que nacem en el Sudeste del país donde, hoy,
se concentra el poder económico y simbólico del país, inclusive los principales centros
de comunicación. Por ser el centro y, como tal, el Sudeste brasilero no se ve como
región. Región es como si fuese parte de un todo, por ejemplo, de región frontal del cere-
bro. Lo regional, así, nunca es lo nacional y, si, parte de él y sólo habla en tanto tal. Por
eso, en el Brasil no hay sudestinos: el centro de poder no es parte y, si, el propio todo,
inclusive el poder de nombrar a la parte como tal. Lo mismo puede ser visto en el caso
de las direcciones de email donde cada país se ve obligado a colocar su sigla luego del
punto final: .br para Brasil; .ve para Venezuela; .cu para Cuba; .fr para Francia y así para
cada uno. Sólo los Estados Unidos de América no están obligados a usar .us. En este
caso, cada país es obligado a verse como parte (región) y, más que eso, es obligado
a colocarse como tal por las reglas establecidas por el centro. Ver Porto-Gonçalves,
2006 in Lander, 2006.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 141
75 Cabaño deriva de cabaña que significa habitación pobre, lo que muestra bien la idea de
quiénes eran los cabaños.
142 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
76 Frente a esto, no quedó alternativa a las fuerzas políticas liberales más a la izquierda y a
la propia izquierda que organizar políticamente la resistencia histórica del campesinado
bajo la forma de lucha armada. Las FARCs se forman a partir de esta alianza entre
comunistas y liberales de izquierda. La legitimidad de esta resistencia lo demuestra la
propia permanencia de las FARCs y del ELN, aunque hoy, el apoyo que, en algún sen-
tido, estos grupos obtienen, sea mucho más local o regional que nacional.
77 La situación vivida en Irak y en Afganistán llega a ser didáctica al demostrar las dificul-
tades de los pactos territoriales y la conformación de cualquier unidad territorial. Allí,
ningún grupo o clase social y/o etnia consigue ejercer la hegemonía ni, tampoco, la
coerción que, casi siempre, antecede el ejercicio de la persuasión (hegemonía, según
Gramsci, es coerción + persuasión).
78 En nombre del rigor científico me rehuso a llamar a Europa continente. Solamente el eu-
rocentrismo consigue este milagro de transformar las varias penínsulas que emanan de
Asia – las penínsulas escandinava, ibérica, itálica y balcánica – en un continente. Europa
no pasa de ser un subcontinente que se proyecta desde Asia hasta el Atlántico.
79 Una vez más los casos de Afganistán y de Irak pueden ayudarnos, cuando vemos a
los kurdos y otras etnias territorializadas sufrir violencias difundidas mundialmente por
los medios de comunicación hegemónicos o por la internet, lo que no estaba presente
cuando la formación de estados territoriales en otros períodos históricos. El ejercicio de
la violencia implica hoy otras negociaciones.
80 Hay, también, un número expresivo de desplazados por otras razones inmediatas, como
los terremotos, inundaciones, deslizamientos de tierras y otras catástrofes socio-natu-
rales.
144 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
81 La coca, antes de ser materia prima para alucinógenos, es objeto milenario de culto
religioso que, en el caso de Colombia, habla respecto solamente a los indígenas del
sur del país, en la frontera con Ecuador, puesto que en las demás regiones el plantío
de coca sólo se expandió luego del combate al narcotráfico emprendido por la DEA, la
agencia estadounidense, en Perú y Bolivia, para no alejarnos más en el tiempo, puesto
que este desplazamiento geográfico del narcotráfico hacia América del Sur nos remite
al combate al cultivo de marihuana en México aunque en los años 1980. No olvidemos
que en nombre del narcotráfico, las fuerzas policiales y militares estadounidenses se
hacen presentes en áreas de fuerte presencia campesina que durante décadas fue la
base social de movimientos revolucionarios. Tengamos en cuenta, además, que en el
caso colombiano y peruano la presencia de estas fuerzas proporciona un escenario,
en lenguaje militar se dice teatro de operaciones, de aprendizaje para el combate en la
Amazonia que, como se sabe, es reserva estratégica de biodiversidad, de agua y de
conocimiento, en el caso de los pueblos originarios, afrodescendientes y de campesinos
hay muchos territorializados en la región.
82 El mercado de cocaína está, básicamente, en las grandes ciudades, sobre todo de los
Estados Unidos, Europa (cada vez más en Rusia) y el Japón. No olvidemos, además,
que el objetivo de los narcotraficantes no es drogarse, pero si ganar dinero. De este
modo, todo el sistema bancario internacional está comprometido, en mayor o menor
grado, con el narcotráfico, hasta por el volumen de dinero que circula en esta actividad.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 145
***
Sociedad y territorio, podemos ver, son indisociables.
Toda sociedad al constituirse lo hace constituyendo su espacio,
su hábitat, su territorio. Al contrario del pensamiento disyuntivo
que opera por dicotomías, como quiere hacer creer el aún hege-
mónico pensamiento eurocéntrico moderno, no tenemos primero
a la sociedad (o el espacio) y después el espacio (o la sociedad)
–sociedad y espacio. En verdad, sociedad es espacio, ante todo,
porque es constituida por hombres y mujeres de carne y hueso
que en su materialidad corporal no puede prescindir del agua,
de la tierra, del aire y del fuego. El hecho de que los hombres y
mujeres serán seres que hacen historia y cultura, los animales
simbólicos que son, no los hace dejar de ser materia viva. Toda
apropiación material es, al mismo tiempo, y no antes ni después,
87 La cuestión ambiental tendría algún potencial para superar esta dicotomía. Digo tendría
porque la resignificación de la naturaleza comporta visiones del mundo (y sus prácticas
e instituciones) distintas, como la idea de naturaleza para los pueblos originarios de
América que es diferente de la re-significación de la naturaleza por la biología molecular.
Ver más adelante.
148 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
nas’ que en otros países europeos el aumento real entre 1966-1968 fue de 3,3% (con-
secuencia de la primera recesión de 1966-1967), y de 9,2% en 1969-1970 (consecuencia
de la ‘huelga de septiembre’ y de las elecciones de 1969) (Altvater, 1994).
90 Considérese que el movimiento obrero de la época, sea por medio de huelgas salvajes
y otras formas de manifestación luchó por democracia en los lugares de trabajo, tanto
en Europa Occidental y en los Estados Unidos, como en los países del Este europeo
pues, todo indica, que no toda crítica al comunismo venía del mundo capitalista como
hicieron creer los gestores comunistas en el poder. Tal vez, aquí se esconda una secreta
alianza práctica, conveniente al mundo burgués, de no divulgar estas luchas en el mun-
do occidental, hasta porque ello implicaría admitir que la democracia debería llegar a
las fábricas también en el Occidente capitalista, mostrando un sentido más radical a la
democracia que, sabemos, es uno de los mayores obstáculos a la justicia social y a una
sociedad ecológicamente equilibrada (Ver, también, Abensour, 1998).
150 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
nuevas fábricas?)93.
Con la desmaterialización, la materia pasa a ser tratada no
como aprendemos a manosearla y nombrarla, sino como com-
puestos elementales, sean ellos químicos o genéticos, señalando
la posibilidad de elaboración de nuevos materiales, como los
materiales sintéticos de la química o los organismos laborato-
rialmente modificados94, lo que provoca una revolución tanto
en el mundo de los metales como en el de la biología y, se habla
menos, en el campo de la antropología y de la geografía política.
Son innumerables los ejemplos que pueblan nuestra cotidianidad
con los materiales sintéticos y compuestos químicos que no sólo
sustituyen el acero en la fabricación de las carrocerías de los auto-
móviles; el vidrio, las fibras naturales con materiales reforzados;
los tubos de plomo por plásticos, sino también alimentos que
son producidos a partir de substancias sintéticas (aromatizantes,
acidificantes, colorantes, dulcificantes y tantos otros).
Con esta revolución en las relaciones de poder por medio
de la tecnología nuestro paisaje cotidiano pasa por grandes
cambios. En el pasado
“…las casas eran de piedra en las zonas donde había rocas de ma-
nipulación relativamente simple, mientras que en otras zonas las
habitaciones eran de adobe y en zonas desérticas eran de roca y de
tejidos fabricados con fibras vegetales. Los relatos de los viajeros y
los primeros libros de geografía describían cómo los nativos de cada
comarca fabricaban sus casas y utensilios utilizando los recursos
que tenían a mano (…) Esto fue cambiando gradualmente, acele-
rándose a partir de la segunda mitad del siglo XX. Hoy en día –más
que nunca antes- la fuerza impulsora del ciclo es la producción de
materiales de características predeterminadas, sobre cuya base se
fabrican componentes y sistemas que responden a las necesidades
y urgencias de un desarrollo tecnológico orientado a satisfacer un
mercado mundializado (o “globalizado”) cada vez más sofisticado
y exigente. Por ejemplo, los materiales de construcción (aceros,
cimientos, etc.) que se usan en todo el mundo están normalizados;
una empresa fabricante de una determinada marca de automóviles,
televisores, o cualquier otro bien de capital, usará en sus sucursales
en Japón, en los Estados Unidos, en Brasil u otro país, materiales
que responden a las mismas especificaciones y que pueden ser
provenientes de los más diversos países” (Mari: 69-70).
93 En los laboratorios de investigación, cada vez más, la lógica productivista se viene im-
poniendo. Entre los investigadores la preocupación por las patentes, esto es, por la pro-
piedad privada del conocimiento, nos está conduciendo a efectos preocupantes, hasta
porque los investigadores vienen guardando el secreto de sus descubrimientos. Si el
secreto es el alma del negocio, como se dice en el mercado, es bueno que se diga que el
desarrollo científico hasta hoy se ha dado por la amplia publicación de los descubrimien-
tos. Publicar es hacer público y esta era la mayor gloria de un científico. Con la lógica del
mercado, el conocimiento deja de tener un sentido público.
94 PORTO-GONÇALVES, Carlos Walter 2007 En Defensa de los Organismos Laboratorial-
mente Modificados - en busca de la precisión conceptual. Consultar site del jornal Brasil
de Fato.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 153
95 Uso aquí esta expresión con el mismo sentido de Marx en La ideología alemana, esto es,
como capacidad humana de crear, industrializar. Se hablaba, en esa época, del hombre
industrioso, en el sentido del hombre creativo. Más que ingeniero, ingenioso. La industria
humana no se había convertido en cosa.
96 Profundas transformaciones en la geografía económica, política y cultural están en cur-
so. Veintiocho países productores de café están siendo afectados por biotecnologías, tal
como la cultura de los tejidos y el de células y transgénesis vegetal; son 16 los países
afectados, en el caso del azúcar y del banano (plátano); 15 países, en el caso del algodón
y el cacao; 10 países, en el caso del coco; 6 países en el caso del arroz; 5 países en el
caso del caucho; 4 países en el caso del té; 3 países en los casos del aceite de palma, de
la soja y del trigo; 2 países en los casos de la vainilla, del tabaco y del millo y, por lo menos,
un país en los casos del girasol, de la mandioca y de la batata (Seiler, 1998:50).
154 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
97 La supervaloración del ver por sobre los otros sentidos es una de las características
marcadas en la tradición hegemónica de la cultura occidental. Un hombre inteligente
es un hombre de visión y no un hombre que sepa escuchar, por ejemplo. La audición
no se inscribe como uno de los sentidos más apreciados, mucho menos el tacto. Tener
una visión amplia, tal como un águila, caracteriza a un hombre que ve lejos, en fin, un
hombre de visión.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 155
98 Recordemos que el sol es fuente de toda energía hasta ahora explorada, sean las fósiles,
como el carbón y el petróleo, sea de biomasa, como la leña o el biodiesel.
99 Al final, como nos enseñan los físicos, sin energía no hay trabajo y, sin trabajo, no hay
transformación de la materia.
100 No nos escudemos diciendo que así tiene que ser puesto que, al contrario de nues-
tros abuelos, hoy sabemos algunos de los efectos de lo que estamos haciendo. Y los
efectos conocidos no son cualquier efecto al punto de que la sociedad contemporánea
ha merecido la caracterización de ‘sociedad de riesgo’ por parte de algunos científicos
como Giddens y Beck. Las implicaciones del sistema técnico hacen hoy presentes, no
sólo los riesgos de sus propios efectos sino también de aquellos que prometió superar,
como el hambre y la peste cuyo decantado hecho es controvertido. Exigir el derecho
de hacer hoy lo que las generaciones de burguesías de algunos países en Europa y en
los Estados Unidos hicieron en el pasado, como parecen exigir las burguesías de algu-
nos países emergentes con su desarrollismo, se torna un verdadero absurdo. Mahatma
Ghandi (1869-1948) nos había alertado con la afirmación: Para desarrollar a Inglaterra
fue necesario el planeta entero, ¿qué será necesario para desarrollar la India?
101 Además de, a corto plazo, buscar controlar las fuentes fósiles como ha quedado claro con
la guerra por el control de Asia Central –Afganistán y Chechenia; por el Control del Medio
Oriente –Irak; por el control de Nigeria en el África y, aún, por el control de los países
158 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
andinos –el Plan Patriota es la expresión del Plan Colombia- con el apoyo a la oposición
a Chávez en Venezuela, y por la presión contra el gobierno indígena en Bolivia (Masacre
de Pando y movimiento separatista de las provincias del Oriente).
102 El capital, por medio del dinero, busca abstraerse de la materialidad, siempre cualitati-
vamente distinta, y se refugia en la cantidad. Confunde, y nos confunde, la medida de la
riqueza con la riqueza. Que el dinero, en tanto medida de la riqueza, no sea la riqueza
misma, pruebe intentando comerlo o beberlo en vez de tener acceso a la riqueza en su
materialidad en la forma de millo, trigo, arroz, mandioca, agua. El capital, no tiene patria
porque no quiere límites. Pero límites, libremente instituidos, es la esencia de la política.
No olvidemos que, un hombre privado, en toda la extensión de la palabra, no puede ser
libre.
103 Dendê: planta de donde se extrae el aceite de palma en el nordeste del Brasil.
104 Los ecologistas reduccionistas ven el ambiente sólo en su mitad natural y no como un
todo. Reproducen así, la separación naturaleza y sociedad tan cara al saber eurocéntrico
que, ya lo dijimos en otro lugar (Porto-Gonçalves, 1989), más que solución es parte del
problema a ser superado. La aceptación acrítica de esta separación produce los reduc-
cionismos naturalistas y antropocéntricos, ambos hijos de la misma matriz filosófica. No
hay vencedor en esta oposición, todos somos derrotados mientras prevalece la hegemo-
nía de una cierta ciencia y de una cierta filosofía eurocéntrica. La batalla de las ideas es
estratégica.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 159
105 Se podría inventariar un buen número de casos de conflictos intensos en el África del
sur, en Argentina, en la India, en Brasil (campesinos de Riachão, afluente del río São
Francisco, en Minas Gerais).
106 Como se ve, el cartesianismo es más que un paradigma. O mejor, los paradigmas son
instituidos por sujetos históricos. Así, no es posible cambiar paradigmas sin, políticamen-
te, desubicar los sujetos que los instituyen, como parece ignorar las obras de F. Capra y
E. Morin.
107 Al final, como dicen los economistas liberales, un bien sólo tiene valor mercantil si es
escaso. Es interesante verificar que la economía liberal tenga muy poco que decir sobre
la riqueza, que es sinónimo de abundancia, porque está fundada en el principio de la
escasez.
108 Es el caso de una organización sui generis como el FUNBIO, en Brasil, en la que los
miembros del gobierno tienen acento pero no gobiernan, que está autorizada a captar
dinero junto empresas para implantar la Convención de Diversidad Biológica, bajo el
incentivo explícito de organismos multilaterales. Un bello caso de desubicación de sobe-
ranía y de los intereses públicos, que el Estado podría representar para organizaciones
sobre las cuales el pueblo (lo público), en tanto soberano, no ejerce control. Los recursos
internacionales corren con más facilidad para organismos como estos que para los Esta-
dos que tendrían que someterse a controles políticos, públicos. Uno de los más eminen-
tes consejeros de esta institución responsable para la implantación de la convención de
diversidad biológica en Brasil es uno de los mayores empresarios brasileños dedicado
a la monocultura del eucalipto para la producción de celulosa. La diversidad biológica
debe estar en algún lugar fuera de sus propiedades monocultoras. En esos otros lugares
el pacto territorial hegemónico es impacto, como bien demostró A.C. Diegues (Diegues,
1996). Es de destacar aquí, los “latifundios genéticos” (Porto-Gonçalves, 2002) de las
unidades de conservación que expulsan pueblos originarios, campesinos y afrodescen-
dientes por medio de organizaciones Neo-gubernamentales financiadas con recursos
privados y con apoyo de organismos multilaterales.
160 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
sus análisis sobre la misión civilizadora del capital en la India o en México. Aunque, re-
cientemente, según John Pilger, un oficial británico de alto rango afirmó que “los ameri-
canos consideran a los irakíes como Untermenschen, un término que Hitler usó en Mein
Kampf para describir a los judíos, los rumanos y los esclavos, o sea, como subhumanos.
Es así que, el ejército nazista asedió las ciudades rusas matando tantos combatientes en
tanto no combatientes” (Pilger, 2004).
112 Aunque hoy, teniendo que afrontar la presencia en sus territorios de oleadas cada vez
mayores de migrantes, generalmente de excolonias, la colonialidad y su racismo se pre-
sentan en su espacio directamente. La generalización de los derechos se ve tensionada
cuando debe ser repartida entre aquellos que, hasta ahora, era considerados sub-huma-
nos y, por tanto, sin derechos. La naturaleza habrá que esperar por la fuerza ética, moral
y política del movimiento indígena para insertarla como protagonista de derechos como
en la recién Constitución Política del Ecuador.
162 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
116 El territorio, insisto, es el concepto que mejor permite leer la relación social y de poder que
conforma la relación de la sociedad con la naturaleza en tanto relación espacio-tempo-
ralmente indeterminada. Con la expresión espacio-temporalmente indeterminada quiero
escapar de los determinismos simples e indicar que la indeterminación no es absoluta,
pero si contextualizada y, por tanto, bajo condiciones. Al final, los hombres y mujeres son,
siempre, seres con necesidades, seres necesitados y, como tales, crean, inventan, ins-
tituyen mundos. La pulsión del hambre, por ejemplo, nos instiga a la cultura, a la agri +
cultura. No se sacia el hambre simplemente con proteínas y calorías, más sin embargo no
lo hacemos sin ellas, pero con sabores que son saberes cultivados, cultuados.
117 Campo Verde, en el Planalto Central goiano brasilero, es un municipio casi en su totalidad
cubierto por la soja de los grandes latifundios empresariales que cumplen con la legislación
ambiental comprando tierras en otros municipios lejanos. En estos otros municipios estos
mismos empresarios mantienen RPPS – reservas particulares de patrimonio natural-, casi
siempre apoyando, cuando no creando, alguna entidad no gubernamental ambientalista.
Imponen así, su división ecológica territorial del trabajo.
164 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
118 Donde la letra ese, de social, tiene en la sigla un tamaño menor tal como le es reservado
en la práctica.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 165
119 Ver Porto-Gonçalves, 2009. Otra verdad inconveniente: la nueva geografía política de
la energía en una perspectiva subalterna.
166 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
120 Con el reciente saneamiento de este valle, las oligarquías blanco-mestizas pudieron pe-
netrarlo y la paz de las comunidades negras viene siendo amenazada por jagunços y
pistoleros al mando de los hacendados. He allí un caso emblemático de la llamada mo-
dernidad entre nosotros: la llegada de la ciencia y de la técnica de saneamiento lejos de
emancipar llega como condición de opresión de los pueblos, tal como aquí llegaron las
primeras manufacturas moderno-coloniales en los siglos XVI y XVII.
121 Para esto remito a los libros de Raul Zibechi y James Scott.
122 Que contó con el apoyo de los Estados Unidos y sus asesores, los Chicago´s Boys.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 167
123 Archi-enemigo de los EUA solamente después de la Revolución Chiita de 1979, pues
hasta entonces Irán era el principal aliado de los EUA en la región sobre todo con Moha-
med Rheza Pahlevi.
124 Díaz-Polanco, Héctor 2004. El Canon Snorry. Ediciones de UACM, México.
125 Una situación análoga fue vivida en otro contexto revolucionario en América Latina, en
1952, en la Revolución boliviana cuando las izquierdas, allí también marcadas por el
eurocentrismo, ignoraron la propiedad comunitaria de los pueblos originarios - los ayllus
– e impusieron una reforma agraria de carácter campesino, con base en la pequeña
propiedad privada.
168 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
126 Raúl Alfonsín se vio obligado a abandonar su mandato seis meses antes, luego de intentar
implantar o recetario recomendado por el FMI y el Banco Mundial. Él fue el primero de una
serie que, hasta el año de 2005, alcanzará casi dos decenas de presidentes derribados.
127 La masacre de los manifestantes populares en la calles de Caracas abrirá una herida
profunda en las fuerzas armadas venezolanas de donde, más tarde, emergerá la figura de
Hugo Chávez Frías por rebelarse contra esta violencia practicada por las fuerzas armadas
contra su propia población.
128 Inaugurando operaciones aéreas que más tarde serían conocidas como Operación Páni-
co y Terror.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 169
129 Más allá de esto, en la geografía del imaginario eurocéntrico nos cabe el lugar de la
naturaleza, donde hasta los mismos pueblos son salvajes, cabiendo a Europa el lugar
de la cultura. Como en el imaginario eurocéntrico hegemónico cabe a la cultura dominar
la naturaleza la dominación sobre nosotros estaría plenamente justificada.
130 La otra gran formación territorial pre-existente a la llegada de los europeos es el Anau-
hac que abarcaba gran parte desde la actual América Central (Guatemala y México) a
Texas, Nuevo México, Arizona, Utah y California.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 171
131 El litio, en su forma pura, es un metal de coloración blanco-plateada, que se oxida rapi-
damente en contacto con el aire y el agua. Es un elemento sólido - el nombre litio viene
de piedra -, sin embargo leve, siendo empleado especialmente en la producción de ligas
metálicas conductoras de calor, en baterias eléctricas y, sus sales, en el tratamiento de
transtorno bipolar. En la crisis energética que se avecina, el litio se coloca como un mine-
ral estratégico.
132 Los nuevos piratas, dicho sea de paso, son las grandes corporaciones capitalistas de
los sectores de fármacos, de la ingeniería genética, de las semillas industriales, entre
otros.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 173
133 Tal vez aquí, entre los marginalizados, podamos entender las razones de Sócrates para
no registrar con la escritura el saber.
174 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
134 La apropiación y resignificación del vector ecológico global por la lucha campesina es
aquí, evidente. Arturo Escobar y Libia Grueso percibieron lo mismo entre los afrodes-
cendientes en el litoral del Pacífico Sur colombiano.
135 Un bello pasaje de rechazo al evolucionismo lineal característico del pensamiento euro-
céntrico que, a veces, ronda al propio Marx. Tal vez, el lugar desde donde habla Vera
Zasulich no permita esta linealidad puesto que en la Rusia la contemporaneidad de
temporalidades distintas nos recuerda las contribuciones de Mariátegui para América.
136 Merece ser debidamente considerada esta historia de resistencia del campesinado
como formación social, quizás, por esta habilidad adquirida para actuar entre el Merca-
do, al que siempre compareció, y el uso común de los recursos naturales, que siempre
practicó. Tal vez merezca ser ojeada con más atención la sutil distinción de Kautsky
entre campesino y agricultor. La subordinación exclusiva al mercado marcaría este
desplazamiento.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 175
137 O aún en Bombai, Lagos o Johannesburgo, o donde viven los más pobres de Nueva
York, París o Tokio. Según la ONU, 53 millones de la población marginada del mundo
vive en los países del primer mundo
138 Los diccionarios aún acusan que lo urbano es sinónimo de educado, así como urbano
es sinónimo de civilidad.
178 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
139 E. Thompson en Costumbres en común nos llama la atención acerca de que, la gene-
ración post años 60 es la primera en la historia de la humanidad en que la producción
de necesidades escapa a los círculos de socialización primario, como la familia, por
ejemplo. Cada vez más, quien produce las necesidades son las máquinas mediáticas.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 179
141 Empoderamiento. Esta substancialización del poder va contra todo lo que la ciencia
política y la filosofia han añadido en los últimos 30/40 años. Es como si el poder fuese
una cosa que se pudiera dar a alguien. En fin, ...
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 181
142 Aquí, la autora está enfatizando la distinción entre la interculturalidad, que defiende, y
la pluriculturalidad.
182 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
143 Insisto en la tesis de que hay una cuestión territorial implicada en estas diferentes
conformaciones territoriales: la escala nacional implica jerarquía de lugares en tanto
jerarquía de poder. La conformación territorial no es indiferente a las formaciones de
grupos y clases que se constituyen en y por el espacio.
184 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
144 El movimiento de los desurbanistas rusos en los años que antecedieron y siguieron
inmediatamente a la revolución percibió esta dimensión espacial del poder y, hasta
donde pudo conocer, intentó colocar la democracia de base soviética en oposición al
plan quinquenal elaborado por expertos. Percibió que la vieja distinción entre trabajo
manual y trabajo intelectual conforma y estructura clases (Rodrigues, 1973).
145 Tal como el feminismo, está en curso una revolución de largo tiempo (Antonio Gramsci),
donde nuevos valores vienen siendo gestados y que pueden ser vistos, igualmente, en
la onda de solidaridad mundial que seguió a los trágicos acontecimientos provocados
a partir del tsunami de diciembre de 2004. Allí, ni los estados más insensibles a la
injusticia social, con sus políticos, sus burócratas y con sus íconos de celebridades
mediáticas que conforman el orden globalizado que-ahí-está (Santos, 2001) pudieron
quedar insensibles a aquellos dramas humanos. Desde el punto de vista hegemónico,
hay que disputarle a los movimientos emancipatorios la solidaridad para lo que, sin
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 185
duda, una catástrofe con causa inmediata natural puede ser una buena oportunidad.
Sin embargo, los hechos comprueban que la magnitud de aquella tragedia se dio no
sólo por la excepcionalidad natural del tsunami, sino sobre todo, por la situación de ex-
trema vulnerabilidad social a la que están sometidas enormes parcelas de la población
que, paradójicamente, son el objeto de las luchas de los movimientos por la justicia
social, ambiental y cultural que, invariablemente, han sido invisibilizados, cuando no
descalificados, por intelectuales y por los medios. Cabría, además, dos comentarios
ligeros: 1- Los eventos dramáticos de 2004, tal como el Titanic, fue una tragedia que
alcanzó no sólo a los de debajo de la sociedad sino también, a la más alta burguesía
que gozaba, allí, del privilegio de un turismo que se ubica como uno de los más caros
del mundo; 2- La temporada intensa de huracanes de 2004, en el Caribe, tuvo en Cuba
su menor número de víctimas, lo que mereció elogios de la ONU. Así, no es el PIB
mayor o menor lo que explica la vulnerabilidad de la población.
146 El surgimiento del Estado Territorial, tal como hoy lo conocemos, se dio (1) con el esta-
blecimiento de la norma escrita (Derecho Romano) y con el desplazamiento de los mo-
dos de producción/reproducción sociales fundados en la oralidad, en las costumbres,
en el cuerpo a cuerpo y (2) con el monopolio de la violencia y la delegación del poder
a un soberano. No olvidemos que toda esta arquitectura política se erigió teniendo en
cuenta las luchas campesinas que crecían de modo cada vez más intenso contra la
opresión y la miseria en la Edad Media europea. La constituición de Ejércitos central-
izados implica el poder de cobrar impuestos y, así, apropiarse de modo centralizado del
excedente social. Atendamos, pues, hacia el sentido de Ejército, que significa el poder
en ejercicio – acción, verbo - y, así, se-sustantiva – Ejército -; en tanto Impuesto es lo
que es impuesto y, así, el acto de imponer – acción, verbo – también se sustantiva en
tanto cosa Impuesta.
186 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
la Guerra del Agua (2000) pasando por la Guerra del Gas (2003),
hasta la elección de Evo Morales Ayma en diciembre de 2005;
en Argentina, particularmente desde 2001, con las amplias
movilizaciones populares (‘que se vayan todos’) y la elección
seguida de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Kirchner
(2007-); en Ecuador, no sólo con el derribo de tres presidentes
desde finales de los años 90 (Abdala Bucaran, en 1997, Jamil
Mahuad, en 1999, y del Coronel Lucio Gutierrez147 en 2005 y su
exilio en Brasil), a lo que siguió la elección de Rafael Correa, en
2006, más próximo de los reclamos de los movimientos sociales,
aunque manteniendo independencia en relación a ellos; en Perú
con las amplias movilizaciones iniciadas en Arequipa, en 2003,
que llevaron a la caída de Alberto Fujimori, además de la gran
votación del oposicionista Ullanta Omala, en 2006; las amplias
movilizaciones que vienen ocurriendo en México, además de
los zapatistas, destacándose la APPO – Asamblea Popular de Los
Pueblos de Oaxaca, además de las amplias movilizaciones que
siguieron a la derrota de López Obrador, luego de unas eleccio-
nes con fuertes indicios de fraude que llevaron al gobierno al
derechista Felipe Calderón; las elecciones de Luis Inácio Lula da
Silva en Brasil (2002-2006 y 2006-), de Tavaré Vazquez (2004-) en
Uruguay, de Daniel Ortega (2008-) en Nicaragua y de Fernando
Lugo (2008-) en Paraguay148 y, aún, el triunfo del candidato del
Frente Farabundo Marti de Liberación Nacional en El Salvador,
en marzo de 2009. Recuérdese que el fenómeno más importante
en estos casos, es que esos gobiernos sólo fueron posibles de cara
al protagonismo de los movimientos sociales y la paulatina desle-
gitimación de las medidas neoliberales. Se puede decir igual que
los límites de las transformaciones desde el Estado enfrentado
por esos gobiernos se encuentra en la medida exacta de la mayor
o menor movilización popular para garantizarlas. Al contrario
de los cambios constitucionales de carácter neoliberal, el recurrir
147 Su trayectoria política se inscribe entre las más erráticas entre tantas ya vistas en nuetro
continente. Lucio Gutierrez se notabiliza por haber sido apartado de las Fuerzas Armadas
ecuatorianas por rehusarse a reprimir manifestaciones populares y, con la aceptación
popular de allí derivada, se lanza como candidato a la Presidencia con un discurso con-
siderado izquierdista, lo que no impide de, entre el 1° y la 2° vuelta de las elecciones aún
en curso y después de un viaje a los EUA, retorne asegurando las medidas del recetario
neoliberal bajo elogios de La Embajada.
148 Los gobiernos de Ricardo Lagos (2000-2006) y Michele Bachelet (2006-) en Chile,
aunque se reivindican de izquierda y, sobre todo esta última procure aproximarse a
los nuevos gobiernos que, de alguna forma, buscan alternativas a las políticas neo-
liberales, se inscriben en La Concertación que siguió al fin de la dictadura de Augusto
Pinochet, que abarca desde la izquierda moderada hasta la centro-derecha demócrata-
cristiana. La Revolución de los Pingüinos, desencadenada por los estudiantes de se-
cundara chilenos en junio de 2006, fue la mayor manifestación de calle en Chile desde
el gobierno de Salvador Allende y tiene el significado de haber sido heccha por jóvenes
que no vivieron políticamente en la dictadura ni son responsables por La Concertación,
pero que se manifiestan contra la decadencia del sistema educacional del país que,
dicho sea de paso, se colocaba tradicionalmente como de los mejores en toda América
Latina antes de las reformas neoliberales.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 189
150 “Cualquier persona medianamente imparcial que visite Venezuela puede comprobar por
sí misma que existen pocos países en el mundo en donde el sector privado, opositor al
gobierno, tenga un control tan extraordinario sobre los medios. Hablo en términos cuanti-
tativos y cualitativos: no sólo se trata de que domina la mayoría de los medios, sino tam-
bién los más poderosos y penetrantes (los electrónicos, sin faltar los impresos: diarios,
etc.). De hecho, puede decirse que el factor integrador de la oposición venezolana son
los medios; y éstos funcionan en su conjunto como su partido político. Cuando uno lee, ve
o escucha los medios venezolanos, se da cuenta de que es un país que disfruta de una
gran libertad de expresión, que en ocasiones raya en el libertinaje (desde el punto de vis-
ta de la normatividad vigente). Esos medios de oposición se dan el lujo no solo de mentir,
sino de violar las leyes abiertamente en forma aún más grave (por ejemplo incitando al
magnicidio, es decir, al asesinato del presidente). En Estados Unidos y en otros países,
ese delito tendría como consecuencia la cárcel para sus autores. No en Venezuela. Los
medios opositores deforman los hechos y difunden mentiras, y no de manera esporádica
o por error sino de manera intencionada y sistemática” (Diaz-Polanco, 2009).
151 “Los datos que proporcionan fuentes nada sospechosas del chavismo, como la CEPAL y
Naciones Unidas, muestran que las condiciones en Venezuela han cambiado favorable-
mente para los sectores populares en el campo de la educación (hace poco, Venezuela
fue declarada por la UNESCO como país libre de analfabetismo), la salud, la alimenta-
ción, entre otros. Pero sobre todo, los que pueden ver claramente resultados son los
millones de pobres beneficiados” (Diaz-Polanco, 2009).
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 191
152 La FEJUVE - Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) de El Alto, junto a otras or-
ganizaciones sociales por todo el territorio nacional, aún en enero de 2005, lanzo un
conjunto de demandas concretas al entonces Presidente Carlos Mesa que nos da
cuenta de lo que señalamos, veamos: ‘reversión del alza de carburantes, expulsión de
la transnacional Aguas del Illimani de El Alto, rechazo a la inmunidad de los súbditos
estadounidenses, juicio y cárcel para el ex presidente Sánchez de Lozada, aprobación
de la nueva Ley de Hidrocarburos y convocatoria a la Asamblea Popular Constituyente’.
Para mayores detalles consultese http://alainet.org/active/show_text.php3?key=7386.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 193
153 No queda duda que la reestructuración productiva en curso visualizó, con su revolución
en las relaciones sociales y de poder por medio de la tecnología, disminuir las conquistas
dentro del orden, como acostumbraba hablar Florestán Fernández, que el proletariado
había alcanzado, sobre todo, en los países hegemónicos. Recordemos que la primera
experiencia de lo que después vendría a ser conocido como política neoliberal, se dio en
Chile luego de la masacre que siguió a la experiencia del gobierno democrático-popular
y socialista de Salvador Allende.
194 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
De movilidad y de multiterritorialidades.
154 Marx anota en El Capital que la mayor parte de los migrantes de las ciudades inglesas
que se industrializaron en el siglo XIX, no sabían lo que era Inglaterra, pues, mal cono-
cían cualquier lugar que no fuesen sus condados rurales de origen.
198 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
155 Edward Said (Said, 2000) afirmó que era más fácil publicar sus textos en Israel que en los
EUA, cosa que atribuía al hecho de la mayor aceptación por parte de los judíos israelíes
de la convivencia con los palestinos que los judíos estadounidenses, por la historia allí
vivida. Said llega a cuestionar, no sin cierta ironía, el hecho de que los judíos estadouni-
denses apoyen a Israel con tanto empeño…desde lejos.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 199
156 Agradezco al geógrafo Helion Povoa del NIEM –Núcleo Interdisciplinario de Estudios
Migratorios- de la UERJ, la gentileza de estas informaciones.
157 Esclareçamos que João Bernardo distingue el Capitalismo Monopolista de Estado, sob
hegemonia dos EUA, del Capitalismo de Estado Monopolista, sob hegemonia de URSS
e actualmente de China.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 201
158 Parodio aquí, conscientemente, a Karl Marx que afirma en su juventud que el comunismo
es el movimiento real que suprime el estado de cosas existente. No consigo una defi-
nición más abierta de lo que podría ser un movimiento emancipatorio. Miremos, pues,
menos hacia el capital y su lógica, si es que existe una lógica del capital fuera del terreno
movedizo de la historia, y acompañemos más de cerca de las relaciones sociales y de
poder que están siendo engendradas al interior de los movimientos reales. Marx lo hizo
en la Comuna de París.
202 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
160 Se estima que en la bolsa de valores agrícolas en los últimos años, cerca del 40% de
todos los contratos de compra fueron hechos por fondos de inversiones sólo para espe-
culación. Y hoy, los volúmenes de negocios hechos en estas bolsas entre los diferentes
especuladores sobrepasan diez veces el volumen real de la producción agrícola a ser
producida. Los periódicos informan que sólo uno de los fondos de inversiones que es-
pecula en la bolsa de valores agrícolas, el Fondo Hedge de los EUA, tuvo una ganancia
líquida de 3,7 billones de dólares en 2007.
206 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
MAPA 01
Fuente: ICONE
161 Llamamos la atención hacia los autores de este mapa que son investigadores del ICONE
– Instituto de Estudios del Comercio y Negociaciones Internacionales – que, además de
asesorar a las asociaciones ligadas a los agro-negociantes, vienen asesorando también
al gobierno brasilero en la defensa de sus intereses, esto es, los intereses de los agro-
negociantes. Consulte el site http://www.iconebrasil.org.br/pt/ .
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 207
CUADRO 1
Cana de Açúcar - Área plantada (Hectare) - 1990 Cana de Açúcar - Área plantada (Hectare) - 2006
Amazônia
4%
Amazônia
3% Nordeste
18%
Nordeste
34%
Centro-Sul
Centro-Sul
63% 78%
7000 6178
6000
4818 4323
5000
4000 1990
2746
3000 2006
2000 1457
1095
1000
120 265
0
Amazônia Nordeste Centro-Sul Brasil
Soja - Área Plantada (ha) - 1990 Soja - Área Plantada (ha) - 2006
Amazônia
14%
Nordeste
Amazônia
3% 30%
Centro-Sul Nordeste
Centro-Sul 65% 5%
83%
25000 22083
20000
14254
15000 11585 1990
9620
10000 2006
6724
5000
1603 362 1105
0
Amazônia Nordeste Centro-Sul Brasil
Fuente: IBGE.
Milho - Área Plantada (ha) - 1990 Milho - Área Plantada (ha) - 2006
Amazônia Amazônia
10%
15%
Nordeste
18%
Nordeste
19%
Centro-Sul Centro-Sul
72% 66%
15000
12023 12997
8682 8500
10000
1990
5000 2006
1996 2163 2501
1178
0
Amazônia Nordeste Centro-Sul Brasil
Arroz - Área Plantada (ha) - 2006 Arroz - Área Plantada (ha) - 1990
Amazôni a
Amazônia Cent r o-Sul
37%
Centro-Sul
42% 53%
50%
Nor dest e
Nordeste 10%
8%
5000
4159
4000
3010
3000 2219 1990
1540 1519
2000 2006
1264 400
1000
227
0
Amazônia Nordeste Centro-Sul Brasil
Feijão - Área Plantada (ha) - 2006 Feijão - Área Plantada (ha) - 1990
Amazônia Amazônia
7% 7%
Centro-Sul
40% Centro-Sul
48% Nordeste
45%
Nordeste
53%
6000 5304
5000 4244
4000
2366 2565 1990
3000 2263 1685 2006
2000
373
1000 296
0
Amazônia Nordeste Centro-Sul Brasil
2500
1976 1974
2000
1500 1990
748 901
1000 2006
599 742 484
476
500
0
Amazônia Nordeste Centro-Sul Brasil
QUADRO 2
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 217
250.000 205.886
200.000
147.102
150.000 1990
73.738 98.554 110.880
100.000 2006
26.258
50.000 22.290 21.268
0
Amazônia Nordeste Centro-Sul Brasil
Fuente: IBGE.
120.000.000
100.766.899
100.000.000
87.426.830
80.000.000
1990
60.000.000
47.024.280 2006
45.333.392
40.000.000
20.000.000
5.690.707 7.649.362
1.379.327 300.349
0
Brasil Amazônia Nordeste Centro-Sul
Fuente: IBGE.
Nordeste
Amazônia
18%
62%
Fuente: CPT
164 Faxinal es el nombre dado por ciertas poblaciones del sur de Brasil para áreas de uso
común de los recursos naturales. Faxinalenses son poblaciones tradicionales campesi-
nas culturalmente distintas del estado de Paraná en sur del país.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 221
50.000.000
45.845.248
40.000.000
32.952.856 31.451.822
30.000.000 1990
2006
20.000.000
7.582.995
10.000.000
1.379.327 1.686.486
121.707
0
Brasil Amazônia Nordeste Centro-Sul
Fuente: IBGE.
165 Lamentablemente, el IBGE no provee datos sobre el área plantada, como en el caso de
los productos agrícolas, sólo datos sobre la producción.
222 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
166 En portugués hay un sentido poético en la expresión matar y desmatar que nos ayuda
a fijar el sentido de la violencia del proceso de formación territorial del país. Matar es lo
mismo que en español y desmatar es lo mismo que desmontar. Así en Brasil matar los
que habitan en los bosques, sabanas y otros biomas es desmontar los bosques y otros
biomas, son procesos que caminan juntos.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 223
De Soberania, de Protecionismo
y de Territorios
168 Ver Linhagens do Estado Absolutista, Ed. Brasiliense, São Paulo, 1981.
228 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
169 LEFEBVRE, Henri, La production de l’espace. Paris: Anthropos, 1974. Hay otros pen-
sadores donde el territorio es considerado, pero como un concepto pasivo, en tanto
base de un Estado, como por ejemplo, en Jean de Bodin (1530-1596).
170 Pierre George, geógrafo francés, nos informa que el nombre de Países Bajos no deviene
del hecho de Holanda construir polders a partir de sus planicies aluviales, pero si del
hecho de que en la región de la desembocadura del río Reno se reunían muchos comer-
ciantes. A la época, el dinero era pecado, cosa de gente baja. De allí lo de Países Bajos.
Ver GEORGE, Pierre, 1974 Précis de Géographie Urbaine. Ed. PUF, Paris.
171 En este caso, los pueblos indígenas, por ejemplo, son siempre vistos como obstáculo
y su inscripción territorial implica que sus luchas sean siempre contra la desterritorial-
ización. Téngase en cuenta que no hay una sola territorialidad entre estos pueblos que,
a su vez, están lejos de ser inmóviles. La territorialidad guaraní, por ejemplo, no es mu-
tuamente excluyente como la del Estado territorial que está fundada en la propiedad
privada absoluta de la tierra. La problemática ambiental viene exigiendo que se repiense
la propiedad privada absoluta, en la medida que los flujos bio-geofísicos no respetan la
propiedad privada, ni los límites del estado territorial que se instituye como base en ella.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 229
172 “En sentido litúrgico, el latín féria corresponde a ‘día de fiesta’, ‘día de reposo’, ‘día feria-
do’: pero como en esos días era costumbre, los mercaderes ofrecían en la plaza pública
a los frecuentadores de las festividades religiosas sus mercancías, las expresiones se-
cunda feria, tertia feria, etc. pasaron a denominar los días de la semana, perdida como
fue la noción original de día de reposo en razón del predominio de las ‘ferias’ comerciales
sobre las ‘ferias’ litúrgicas (Cunha, Antonio Geraldo 1982. Dicionário Etimológico da Lín-
gua Portuguesa, Ed. Nova Fronteira, Río de Janeiro, p. 532). Una vez más, lo religioso
subsumido en el dinero, en el capital, tal como en la deuda y el interés, expresiones que
devienen del mundo religioso. En el capitalismo, el fetichismo de la mercancía (Marx)
lleva esto a las últimas consecuencias, pero no lo inventa, como se ve.
173 De loggia, templo masónico. Una vez más, templo religioso.
174 La mano de obra nunca fue sólo mano, igual bajo el comando del capital y sus gestores.
El robot es la expropiación de la inteligencia del trabajador que materializa en la máquina
inteligente que, sin embargo, es fruto de la inteligencia del trabajador.
230 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
177 Cualquier definición de limite, sea el limite de lo que es hombre y de lo que es mujer, entre
el bien y el mal, es siempre instituido y nunca natural. Por tanto, hay siempre una tensión
constitutiva de los limites que es la naturaleza de la política.
178 Lo mismo puede ser dicho del machismo y de la relación capital-trabajo y otras.
179 Aunque en el caso del capital industrial ‘M’ se constituye como materias primas y
máquinas, de un lado, y mano de obra, del otro lado, en fin, capital constante y capital
variable.
180 El hecho de cada quien poder entrar en un site y comprar una pizza vía computador, así
como hacer tantas y tantas otras operaciones, han llevado a un aumento exponencial
de motocicletas en las calles de nuestras ciudades y, con ellas, un aumento igualmente
exponencial de la muerte de motoboys. Lo virtual no está pues, desprovisto de materi-
alidad. Ver Porto-Gonçalves, Carlos Walter. A Globalização da Natureza e a Natureza
da Globalização, Ed, Civilização Brasileira, Río de Janeiro, 2006.
181 El individualismo burgués sufre del síndrome de Robinson Crusoe aislado en su isla.
232 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
182 “Los números son significativos: en Ecuador, en 2002, nada menos que 14% de la po-
blación adulta del país recibió alguna ayuda de sus parientes en el exterior; los US$ 1,5
billones enviados del exterior correspondían a 1/3 de las exportaciones totales del país,
diez veces el total de asistencia económica oficial obtenido y cinco veces el crédito del
FMI en el año, según Charo Quesada (Revista do BID). En Colombia, en 2003, entraron
legalmente al país, US$ 3,6 billones, lo que equivale a 3,8 veces el total de las exportacio-
nes de café, y 2,2 veces las exportaciones de carbón y sólo fue inferior a las exportacio-
nes de petróleo. En El Salvador, los envíos correspondieron a 67% de las exportaciones
totales y a 14,1% del PIB. Del total de US$ 38 billones que ingresaron en la región por
el trabajo de los más pobres, nada menos que US$ 30 billones vinieron de los EUA”
(PORTO-GONÇALVES, Carlos Walter. A reinvenção dos territórios: A experiência latino-
americana e caribenha. In: CECEÑA, A. E. (comp.). Los desafíos de las emancipaciones
en un contexto militarizado. Buenos Aires: CLACSO, 2006. p.151-197.).
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 233
183 Ver su excelente artículo La crisis económica vista desde la economía ecológica disponi-
ble en http://www.ecoportal.net/content/view/full/82771/://.
184 ARENDT, Hanna. 1987 A Condição Humana, São Paulo, Ed. Universitária.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 235
Segunda Parte
De la ciencia, los saberes y el medio ambiente
238 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 239
185 Descalificación primordial con certeza instituyente de los sin-razón y, por ahí, sin dere-
chos, sin…
186 Lo mismo puede ser visto en la expresión Homo Sapiens donde lo sapiens oscurece lo
demens que también nos habita, como también lo demostró Egar Morin. Somos homos
sapiens demens.
187 Francis Bacon llega a hablar de torturar a la naturaleza para arrancarle su verdad,
revelar sus misterios.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 241
188 La fe en la ciencia no es ciencia. Es fe. Esa idea vale bien una misa, me apropio en otro
contexto de la frase famosa de Marx.
242 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
189 La fe en la ciencia no es ciencia. Es fe. Esa idea vale bien una misa, me apropio en otro
contexto de la frase famosa de Marx.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 243
194 La Proyección de Mercator utiliza el cilindro y ha sido elaborada por Gerhard Kremer
(1512 -1594) más conocido por Mercator.
195 Y cada 15 grados de longitud corresponde a una hora, o sea, un huso horario, equiva-
lente a la división del circulo de 360° desarrollado por la Tierra a cada 24 horas (360°
dividido por 24 (horas) es igual a 15).
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 245
196 Cuando la unificación de Italia, en 1859, solamente 2,5% (dos y medio por ciento) de los
que vivían en la península itálica hablaban el italiano, lo que inspiró la máxima de Mazzini:
“Acabamos de inventar a Italia. Necesitamos ahora, inventar los italianos”.
246 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
197 Karl Polanyi, en su excelente ensayo: “La gran transformación” llama la atención hacia
la necesidad de la paz para que los negocios prosperen, sin embargo, sabemos que
algunos ganan dinero con las guerras, con la industria de la guerra.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 247
198 Si es que algún día lo fue, a no ser para aquellos que creyeron en una verdad definitiva
que las matemáticas ayudarían a construir porque sería un lenguaje exacto. Sin em-
bargo, el poeta ya nos enseñó que “Navegar es preciso. Vivir no es preciso” (Fernando
Pessoa). “Navegar es preciso en el sentido de exacto en portugués. Vivir no es preciso
en el sentido ambiguo de exacto y necesario”. Dejándonos entrever que sobre la navega-
ción cabe la precisión pero la vida es, siempre, de reojo (Caetano Veloso), en fin, no es
precisa. La cultura es, siempre, un sin sentido, si es observada desde fuera de los que en
ella viven pero que, no obstante, da sentido a aquellos que en ella viven.
248 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
199 “La geografía del hambre”, reeditado por la Editorial Gryphus en Brasilia en 1996.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 249
200 Al final, el Poder Económico es el único poder que no es tratado por la politica y sí por
la economía. Y si el poder habla respecto a las relaciones de mando y obediencia, la
mejor relación de poder es aquella que no es vista como tal.
201 El nuevo Greenwich.
202 OMHAE, Kenichi 1989 Poder da Tríade, a emergência da concorrência global, Ed.
Pioneira, São Paulo.
250 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
205 Hablar sobre presupone colocar fuera de. Heidegger ya lo había remarcado.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 255
206 Cuántas revoluciones está demandando el mundo, lo que demanda también, osadía
intelectual y responsabilidad política. El momento histórico pide. El momento pide que
seamos osados, que seamos capaces de entender a profundidad lo que está siendo
expuesto. Esto implica que tengamos que despedirnos de una enorme cantidad de pre-
juicios que nosotros mismos fuimos construyendo a lo largo de todos estos años. Estas
poblaciones son fundamentales pues, al mismo tiempo que son analfabetas en el sentido
formal, detentan un saber fantástico. Sin embargo, vemos el predominio de toda una
visión que diluye la cuestión ambiental, naturalizándola y, así, empobreciéndola, puesto
que repone el paradigma dicotómico que separa sociedad de naturaleza, naturaleza de
cultura y, de este modo, reafirma el paradigma que precisa ser superado.
207 Empate es el nombre que los seringueiros dan a la práctica de reunir niños, mujeres
y hombres para impedir (empatar) los desmontes del bosques. En estas prácticas los
seringueiros afirmaban con su lucha su identidad político-cultural.
256 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
208 Todos estos nombres son de frutos de la selva muy usados por las poblaciones que en
ella viven.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 257
****
Estas poblaciones con sus culturas prácticas (y sus respecti-
vos sentidos comunes) deben ser vistas de un modo radicalmente
nuevo, por todo lo que ellas significan para la construcción de
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 259
209 Continuamos haciendo afirmaciones como “país productor de petróleo” cuando nadie
produce petróleo. Los países, en la mejor de las hipótesis, extraen petróleo. Al final, es
preciso decirlo, el petróleo lleva algunos millones de años para formarse y por ello, ningún
país lo produce. Es la naturaleza quien lo hace.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 261
*****
Últimamente se observa que la crítica a los paradigmas
hegemónicos se hace cada vez más frecuente. Es necesario ir más
allá de la crítica a los paradigmas en tanto sistemas de ideas. ¿Por
qué Descartes y no Montaigne? ¿Por qué Kan y no Herder? A la
final, estas duplas fueron contemporáneas entre sí y si uno de
ellos fue escogido por la historia en detrimento del otro, de otros,
no fue porque eran mejores o porque tenían la Razón, sino sobre
todo, porque encarnaban en sus ideas determinadas prácticas
sociales que así, más que los paradigmas son también prácticas.
Así, los paradigmas son más que ideas de referencia. Ellos fue-
ron instituidos y, por lo mismo, hay procesos instituyentes de
los paradigmas. La crítica de los paradigmas dominantes que,
decimos están en crisis, no es una cuestión solamente filosófica,
como si bastase descubrir por el conocimiento nuevos paradig-
mas y eso fuera suficiente para que ellos broten. Los paradigmas
son praxicos.
Pensar diferente al modo dicotomizado naturaleza y hom-
bre y decir que tenemos que pensar de modo relacional, como
totalidad, como un holos griego, tiene implicaciones prácticas
más allá de la filosofía. Primera cuestión concreta –hacer que las
personas vuelvan a tener contacto con la tierra. Pero el desarrollo
de la sociedad capitalista comienza, exactamente, separando al
hombre de la tierra. Si usted tiene tierra y produce los bienes
necesarios para su sobrevivencia, usted no se asalariza, esto es,
no necesita venderse a nadie, no necesita convertir su capacidad
de trabajo en mercancía.
Los paradigmas, insisto, no son solamente ideas filosó-
262 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
211 Así es, también, con la cultura oriental. Ella tiene otra relación con la naturaleza. Sin
embargo, ¿cómo se ha dado el intercambio occidente-oriente? ¿Será que es en una
academia de yoga o en los departamentos al fondo de la bolsa de valores? Así, se des-
piritualiza el yoga o el tai chi chuan que se transforma en modismo. Aquí, una vez más,
se instrumentaliza para otros fines intentando recuperar, por la puerta del fondo, aquello
que se perdió en la base constitutiva de esta sociedad capitalista-mercantil al separarse
el hombre de la naturaleza, promoviéndose la des-unión, exactamente lo contrario de
re-unión.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 267
I. La crisis de la razón
Vivimos en un momento crítico. Es, por lo tanto, un mo-
mento que clama por lucidez, creatividad e imaginación. De to-
dos lados, a la derecha y a la izquierda, se proclama que vivimos
una crisis, ya en el plano económico, el plano jurídico-político, de
los valores y de las normas, del arte y de la cultura. La ciencia,
cada vez más transformada en fuerza productiva, se ve en la
circunstancia de repensar sus fundamentos epistemológicos y
metodológicos; en fin, sus relaciones con la filosofía.
Hay, indiscutiblemente, una ideología de la crisis. En ella,
las contradicciones y conflictos del mundo moderno aparecen
en una perspectiva apocalíptica. Es el fin del mundo. Para el
pensamiento conservador, la crisis de los valores que afecta a la
familia anuncia el caos y el desorden. La autoridad no consigue
imponer respeto y de allí la crisis de gobernabilidad y, con ella,
la del Estado.
Paradójicamente, en los medios que se pretenden críticos a
la razón científica y técnica es acusada de suprimir la libertad por
su relación íntima con el poder. SABER ES PODER. El irraciona-
lismo gana terreno. Pero, como nos muestra Rouanet (1987)
270 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
212 Rouanet, S. Paulo. “Las razones del Iluminismo”. Compañía de las letras, Sâo Paulo,
1987, p. 12.
213 Ibidem, p. 16.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 271
214 Morin, E., “El enigma del hombre”, Río de Janeiro, Zahar.
272 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Y Dios dijo: “He aquí que doy a vosotros todas las hierbas que
dan semilla sobre la tierra, y todos los árboles que en sí mismos
encierran la semilla de su género para que sirvan de alimento a
vosotros, y a todos los animales de la tierra y a todas las aves del
cielo y a todo lo que se mueve sobre la tierra y en el que hay alma
viviente, para que tengan que comer”.
Génesis – 1,29.
220 Marcuse, Herbert. Ideología de la sociedad industrial, Río de Janeiro, Zahar, 1969, p. 142
y ss.
221 Paiva Duarte, Rodrigo, “Marx y la Naturaleza en el Capital”, Sâo Paulo, Ed. Loyda, 1986,
p. 23.
222 Discurso del Método-Gamier-Flammarion, París, 1966, p.64.
276 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
223 Técnica y Civilización –Alianza Editorial, Madrid, 4ª Edición, 1982, p.47. (La Traducción
es mía).
224 El pensamiento mágico no es un estreno, un comienzo, un esbozo, parte de un todo
aunque no realizado; forma un sistema bien articulado; independiente, en este punto, de
este otro sistema que constituirá la ciencia, excepto en cuanto a la analogía formal que
los aproxima y que hace del primero una especie de expresión metafórica del segundo”.
Lévy-Strauss, citado por Paiva Duarte, op. Cit., p. 17
225 Citado por Lewis Munford, op. Cit., p. 45. La traducción es mía.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 277
226 Ver Pierre Clastres, “La sociedad contra la naturaleza” y en “Arqueología de la violen-
cia”.
227 Referencia al poeta Caetano Veloso.
228 Es necesario tener en cuenta que el romanticismo del siglo XVIII e inicios del XIX se
desarrolló como una crítica al pensamiento ilustrado, de las Luces, se coloca entre otras
cosas, contra el pensamiento abstracto, la búsqueda de las leyes universales, las gene-
ralizaciones. Con Herder, en Alemania, va a fundamentarse toda una visión del naciona-
lismo con base en la naturaleza y en las tradiciones y que va a ejercer gran influencia, por
ejemplo, en el pensamiento de la Geografía y de la Historia.
229 Tengo en consideración la caracterización de la evolución psicolingüística, tal como fue
formulada por Jean Piaget. Sin embargo, insisto, el hecho de haber fases bien distintas
en la evolución psicogenética de la infancia, conforme Piaget comprueba con sus inves-
tigaciones, no autoriza la discriminación. La diferencia no autoriza la jerarquía.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 279
B. El paradigma atomístico-individualista.
233 Rouanet, S. Paulo. “La razón cautiva: las ilusiones de la conciencia de Platón a Freud”,
Sâo Paulo, Brasiliense, 1975.
234 Es comprensible que este proceso se haya dado inicialmente en la física y en la astrono-
mía con Galileo (1564-1642), Kepler (1571-1630) y Newton, por ejemplo. La observación
paciente del movimiento de los astros era posible de expresarse en una rigurosa lógica
matemática. Este lenguaje va, poco a poco, afirmándose como paradigma de cientifi-
cidad. Ser ciencia es incorporar este paradigma. La filosofía analítica es el climax de
este proceso. Por imitación, las ciencias sociales van a incorporar esta perspectiva, ab-
sorbiéndola acríticamente. Como la subjetividad que se desarrolla en el campo de las
relaciones sociales es un atributo del “objeto-hombre” y no se deja aprehender totalmente
por este paradigma –el problema de lo simbólico, por ejemplo- las ciencias sociales van
a dejar escapar la especificidad de su objeto cuando adoptan este abordaje.
235 Norbert Nisbet. “Historia de la idea de progreso”, Brasilia, INL –Universidad de Brasilia,
1985.
236 Gomes Mendoza J., y otros. “El pensamiento geográfico”. Madrid, Alianza Universidad,
1982, p. 193 y siguientes.
237 Foucault, Michel, “Vigilar y Castigar”.
238 Clarice Lispector captó con profundidad esta cuestión en su “La hora de la estrella”
llevada al cine por Susana Amaral.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 281
239 C. Castoriadis.
282 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
C. El orden – El mismo.
242 Adorno, T. y Horkheimer, “Dialéctica del Iluminismo”, en “Los Pensadores”, Sâo Paulo,
Ed. Abril, 1975.
243 Morin, E. El Método 1- op. Cit., p.94
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 285
252 No es este el lugar para desarrollar un análisis del multifacético proceso de hominiza-
ción. Para esto remito al lector hacia las siguientes obras que apuntan al sentido que
aquí proponemos y en los cuales nos inspiramos: Edgar Morin, “El enigma del hombre”;
Serge Moscovici, “La sociedad contra la naturaleza” y, del mismo autor, “En sayo sobre
la historia humana de la naturaleza”, Flamarion, París, 1968.
253 Sahlins, M. “Crítica de la razón práctica”.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 289
256 Taylor citado por Braverman, H. “Trabajo y capital monopolista: la degradación del tra-
bajo en el siglo XX”, Zahar ed., Río de Janeiro, 1978, p. 103.
257 Idem, ibden.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 291
Más sin embargo, con todo lo físico que la máquina contiene, esta
inserta en esta compleja realidad también biológica, sociocultural
y política. Esta inserción de la máquina no es ingenua, pues,
es instituida en un contexto contradictorio. Las consecuencias
sociales y ambientales se harán sentir luego.
Hoy ya no es posible repensar estas complejas relaciones
de la sociedad con la ciencia, la filosofía y la técnica. Más que
posible es necesario. Los nuevos descubrimientos científicos
y los nuevos movimientos sociales que buscan afirmar su
singularidad están allí para exigir. Nosotros, que estamos en
la universidad, tenemos que romper con el aislamiento al que
estamos reducidos por un pensamiento heredado, que privi-
legia el trabajo intelectual frente al trabajo manual y también,
por el paradigma reduccionista, atomístico, que hace que cada
uno quede clausurado en su propio territorio. Así como la idea
de objeto es superada por el sistema, el científico también tiene
que reconocer que forma parte de un sistema, donde, hagamos
conciencia o no de esto, estaremos en relación con otros seres
similares y diferentes.
260 Castoriadis, C. “Las encrucijadas del laberinto 1”, Ed. Paz y Tierra, Río, 1986, pp. 231-
232.
296 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
261 Es del Sr. Jeb Bush la frase: “del ALCA al Alcool”. Con esto se explican los objetivos
geopolíticos de la Asociación Interamericana de Etanol.
300 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 301
262 J.L. Borges, 1988, Historia Universal de la Infamia, Editora Globo, Río de Janeiro.
302 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
265 Caatinga: vegetación propia del nordeste del Brasil, constituida por arbustos pequeños
y espinosos. Está ubicada en una región de clima semi-árido. NT.
266 ¿Para no ser visto?
304 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Tercera Parte
En defensa de Abya Yala
308 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 309
Tercera Parte
En defensa de Abya Yala
Chico Mendes, un ecosocialista274
274 Versión traducida del portugués por Leticia Durand y Arturo Argueta, Investigadores del
Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, Universidad Nacional Autónoma
de México. 1° /dic/2008
275 Seringal es una área de la selva amazónica onde hay explotación de seringueiras, árbo-
les de la especie Hevea brasiliensis, de cuales se extrae el látex o seringa (N.t.)
276 El nordeste de Brasil es una región semiárida, de sequías prolongadas, con una distri-
bución desigual de tierra y que al ser de las más pobres del país, la hacen una zona de
fuerte expulsión de población (N.t.).
277 Chico, diminutivo de Francisco en portugués (N. t.)
310 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
279 Ailton Krenak es un líder histórico de los pueblos indígenas, coordinador de la Unión de
Naciones Indígenas de Brasil (UNI), en 1989. (N.t.)
280 Se trata de las pequeñas casas de avío, que dependían de las grandes Casas que ope-
raban en Belem o Manaus, y que compraban cada vez más barato el látex y vendían sus
avíos cada vez más caros, sujetando al seringueiro a una cadena de deudas impagables
(N.t.).
281 Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (N.t.)
282 El SNUC aglutina a todas las Unidades de Conservación federales, estatales y municipa-
les, como son los Parques Nacionales y Estatales, las Reservas Biológicas, las Reservas
Ecológicas, las Estaciones Ecológicas las Áreas de Protección Ambiental, según la Ley
9985/2000 (N.t.)
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 313
283 Eliminan así al Sujeto social y colectivo, constituido por los indios de las selvas y los
seringueiros (N.t.).
284 Instrumento que los seringueiros cargan sobre su cabeza para iluminar los caminos en
la selva cuando salen en la madrugada a trabajar. Chico Mendes le puso el nombre de
poronga a la cartilla de alfabetización de los seringueiros.
314 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 315
285 Nota a la edición venezolana. El sociólogo mexicano Armando Bartra llama campesíndio
con el mismo sentido que Darcy Ribeiro empresto a la expresión indigenato. Indigenato, en
portugués, es una palabra compuesta por indígena y camponês (campesino) y con el neo-
logismo Indigenato Darcy Ribeiro quiere decir campesinos étnicamente diferenciados.
320 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
286 Presentación a la edición brasileña del libro del mismo título coordinado por Edgardo
Lander.
287 Referente a la región Centro-Oeste, hoy dominada por los grandes capitales (agronego-
cio, sobre todo) y, por tanto, extensión del centro.
322 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
288 Además, los griegos tuvieron su legado guardado mucho tiempo en una biblioteca de
Egipto, en Alexandría y, sólo en la geografía construida a partir de la moderno-coloniali-
dad, Grecia pasó a ser considerada cuna de la civilización occidental. Fernando Coronil
nos dirá, además, que Aristóteles sólo llegó a París en el siglo XII y, asimismo, a partir de
una traducción hecha en Toledo, actual España.
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 323
289 Umberto Eco llama fundamentalista a aquella idea que no necesita ser argumentada, es
fundamento. Así, lo nuevo es bueno porque es nuevo y, por obra de este razonamiento
tautológico que nos es impuesto, lo viejo es ruin porque es viejo. No se necesita entrar en
el mérito, lo nuevo es consagrado y lo viejo demonizado.
324 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves
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Estatal da Borracha: Suas Consequencias Politicas, Socias,
Territorialidades y lucha por el territorio en América Latina ● 333
Índice
Presentación
Bibliografía General
Indice
340 ● Carlos Walter Porto-Gonçalves