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EL “RETORNO A LO REAL” EN EL ARTE DE FINALES DEL SIGLO XX

Citas de la sesión

David Nebreda:

¿Cómo hacer comprensibles las sensaciones que me producen mi sangre y mis excrementos?
Sentimientos primarios de reconocimiento, de plenitud, de alegría, de ternura, de lejana
identificación, de amor. Los he tomado y guardado; los he tocado, manejado, he cubierto mi
rostro y mi cuerpo con ellos. Los he introducido en mi boca y han sido secretamente conservados
hasta el día de mi sacrificio.

Georges Bataille:

El asco, el miedo, en el momento en que el deseo nace de lo que da miedo, y da naúseas, son la
cumbre de la vida erótica: el miedo nos deja al borde de desfallecer. Pero el signo del vacío (la
basura) no sólo tiene el poder de traer el desfallecimiento. Le hace falta, uniéndose a los colores
seductores, concertar su horror con ella a fin de mantenernos angustiados en la alternativa del
deseo y de la náusea. El sexo está unido a la basura /…/.

Karl Rosenkranz:

Estamos inmersos en el mal y el pecado, pero también en lo feo. El terror de lo informe y de la


deformidad, de la vulgaridad y de la atrocidad nos rodea en innumerables figuras desde sus
pigmeos comienzos a la deformidad gigantesca con la que la maldad infernal ríe sardónicamente
enseñándonos los dientes. Y es a ese infierno de lo bello al que queremos descender. Es imposible
simultáneamente penetrar en el infierno del mal, en el infierno real, pues lo más feo de lo feo no
es lo que nos repugna en la naturaleza: en pantanos, árboles mutilados, sapos y salamandras,
en monstruos marinos de ojos saltones y voluminosos paquidermos, en ratas y simios; lo más feo
de lo feo es el egoísmo, que manifiesta su locura en los gestos pérfidos y frívolos, en las cicatrices
de la pasión, en la mirada torva del ojo, en el crimen.

Gunther Brus:

¿Y no es el sufrimiento, la amenaza de muerte, la momificación, el desangramiento, el énfasis


puesto en el agujero de lo real (Lacan), o en el agujero del ano, una de las formas más radicales
de sustraerse a la manipulación ideológica del cuerpo y de sus productos, sangre, leche, semen,
sudor, excremento?

Joel-Peter Witkin:

Cuando me lo regresaron, lo coloqué en una silla y le tomé unos retratos allí sentado. Luego me
pasé con él una hora y media hasta que se vio como San Sebastián. Se miraba como una persona
que tenía elegancia. Sus dedos, lo juro, habían crecido como cincuenta por ciento. Se veían
elegantes. Eran los dedos más alargados que le haya yo jamás visto a un hombre. Parecía que
deseaban alcanzar la eternidad.

Jo Spence:

¿De qué modo comenzamos a hablar de lo que significa vivir con cáncer? ¿Cómo encontramos
un lenguaje para expresarnos? ¿Qué podemos decir si nos remitimos al lenguaje médico de
tumores, drogas y procedimientos quirúrgicos: un lenguaje que puede ser crucial para ayudar a
los profesionales a diagnosticar y tratar el cáncer, pero que sólo habla de las personas como
objetos mecánicos? ¿Podemos hacer uso del lenguaje no médico, el cual está obsesionado por el
idealismo de la juventud y la belleza?

Joel-Peter Witkin:

Un listado parcial de lo que me interesa. Prodigios físicos de todo tipo: cabezas pequeñas como
un alfiler, enanos, gigantes, jorobados, transexuales antes de la cirugía, mujeres barbudas,
artistas de la barraca que trabajen o sean ya pensionados, contorsionistas (eróticas), mujeres
con un solo seno (central), personas que viven como artistas del fuego. Sátiros, gemelos unidos
por la frente, incluso quien tenga un gemelo parásito, gemelos que tienen en común un brazo o
una pierna, cíclopes vivientes, personas con cola, cuernos, alas, garras, pies o manos dadas
vuelta, con miembros de elefante, etc. Quien tenga brazos, piernas, ojos, senos, genitales, orejas,
nariz o labios de más. Quien haya nacido sin brazos, piernas, ojos, senos, genitales, orejas, nariz,
labios. Todas las personas con genitales extraordinariamente grandes. Patrones y esclavos del
sexo. Mujeres con el rostro cubierto de pelos o grandes lesiones en la piel que estén dispuestas
a posar en ropa de noche. Cinco andróginos dispuestos a posar juntos como “Las señoritas de
Aviñón”. Anoréxicas sin piel. Esqueletos humanos. Personas con un guardarropa entero de goma.
Hombres-lobos. Colecciones privadas de instrumentos de tortura. Historias de humanos, de
animales, de alienados. Cualquier tipo de perversidad que pueda verse. Hermafroditas y
monstruos (vivos y muertos). Una chica rubia con dos rostros. Cualquier mito viviente. Quien sea
que lleve las heridas de Cristo.

Michel Onfray:

No una miseria metafísica, limpia, transfigurada por la filosofía que la definiría como carencia o
penuria existencial, inadecuación entre el ser y el tener, antinomia radical entre la aspiración y
la posesión, imposibilidad total de gastar que supondría el confinamiento en la única
preocupación por una economía propia o de pura y simple supervivencia, sino la miseria
encarnada, la miseria sucia que tiene nombres: vagabundos y parados, delincuentes y
trabajadores temporales, aprendices y empleados, obreros y proletarios, la que hace la calle con
las prostitutas, duerme bajo los puentes con los sin techo, se acuesta en la cama de los presos,
acosa obstinadamente el sueño y las noches de la gente sin trabajo.

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