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TERCER LIBRO DE AJEDREZ

FREO REINFELO

TERCER
LI.BRO DE
AJEDREZ

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.
Barcelona · Buenos Aires • Bogotó
TÍTULO ORIGINAL:

FIFTH BOOK OF CHESS


SIXTH BOOK OF CHESS

VERSIÓN ESPAÑOLA DE

EDITORIAL BRUGUERA, S. A.

ADAPl'ACIÓN Y REVISIÓN DE

S~ RODRIGUEZ DE LOS RIOS

1.• EDICIÓN: ENERO • 1962

~RESO EN ESPAÑA • PRINTED IN SPAIN

·JI
DEPOSITO LEGAL B 11.761 - 1961 (III)

@EDITORIAL BRUGUERA, S. A.· 1962

Impreso en los Talleres Gráficos de Editorial Brnguera, S. A.


Mor¡,. la Nueva, 2 • Barcelona • UG2

N. R. B 13/62
PRIMERA PARTE

COMO EXPLOTAR
LA VENTAJA
CAPITULO PRIMERO

EL BANDO QUE POSEE MAYORIA DE FUERZA


DEBE VENCER

Nuestro fin principál es dejar sentádo que se debe ganar


cuando uno se encuentra en una situación ventajosa, porque,
en el juego de ajedrez, el bando que tenga mayoría de fuerzas
debe resultar vencedor.
Ocurre en algunas ocasiones que, aun llevando ventaja, no
se ha sido capaz de ganar. Vamos a tratar de ayudar a los
que se encuentran en este caso. Desde el momento en que se
tiene una fuerza adecuada, debe uno de ser capaz de ganar
con ella.
Resulta sencillo prever que, cuando se tiene una Dama
de ventaja, o una Torre, o aun un Alfil o un Caballo, la vic-
toria será fácil. En las partidas serias, cuando un jugador
pierde una pieza, sin compensación, se avizora el final y suele
1·endirse.
Pero imaginemos que la ventaja es «sólo» un Peón. Ganar
un Peón es mucho más corriente que ganar una pieza. Y como
todos sabemos, gran número de partidas importantes se deci-
den por un Peón de más.
Muchas partidas de aficionados podrían asimismo ser
decididas por la ventaja de un P_eón, si- y éste es un impor-
tante <<Si» - el jugador asiduo de ajedrez supiera cómo
hacer uso de un Peón de más.
Estos capftulos, en gran parte, hacen referencia a esta
cuestión. Se verá cómo el Peón va aumentando considera-
blemente de importancia, a medida que se aproxima la fase
final de la partida~ En la apertura, cuando hay gran número

7
de piezas sobre el tableco, un Peón de más puede parecer algo
baladí; pero en los finales, con el Rey y quizá con un solo
Peón como remanente contra el Rey, el Peón de más adquiere
proporciones mucho mayores mientras, de una manera inexo-
rable, avanza hacia la casilla de promoción.
He aquí descifrado. con una sola frase, el secreto del
poder que entraña la posesión de un Peón de ventaja, a sa-
ber : la facultad -que tiene de transformarse en Dama, u otra
pieza, una vez alcanzada la octava fila. Aquí serán facilitados
muchos ejemplos de este poder del peón. El estudio de estos
ejemplos fa.cilité¡lrá ganar muchas más partidas; se apren-
derá a ganar cuando 's e lleve tal ventaja. '

Elementos de mate
Los ejemplos básicos más señalados del uso de la mayoría
de fuerza, son los mates elementales.
Con Rey y Dama contra Rey.
Con Rey y Torre contra Rey.
Con Rey y dos Alfiles contra Rey.
Con Rey, Alfil y Caballo contra Rey.
Estos mates son llevados a término sobre un tablero des-
pejado, es decir, sin otras piezas que las unidades mencio-
nadas.
¿Por qué son importantes estos mates?
Representan la fuerza mínima imprescindible para llevar
a cabo el mate, que puede realizarse cualquiera que sea el
juego del adversario. El ajedrecista familiarizado con estos
mates, advierte la existencia de un objetivo, mientras que el
que no lo está necesariamente se encuentra en una posición
desventajosa para asimilar la forma de conducir una partida
de ajedrez hacia un final satisfactório.
Así, pues, el conocimiento de estos mates constituye el
primer paso para la práctica concluyente del ajedrez y pro-
porciona un objetivo claro a seguir.
Mate con la Dama
_,~

1
Las blancas juegan. Las blancas lle-
van su Rey hacia el centro del table-
ro, reduciendo el terreno libre del
Rey negro y obligándole, con ayuda
de algunas jugadas de Dama, a si-
tuarse en el borde del tablero, don-
de tendrá lugar el jaque mate.

1. R2A R4D S. R4A R3C


2. R3D R4A 6. D7D R3T
3. D6A R4D 7. RSA R4T
4. D7R R3A 8. D7TD, mate

También es mate 8. D S C.

Mate con la Torre

El mate con la Torre no resulta tan sencillo. Existen sus


motivos, puesto que la Dama posee las ventajas combinadas
de los movimientos de Torre y Alfil.

2
Las blancas juegan. De nuevo las
blancas conducen su Rey al céntro
del tablero y entonces tratan de
reducir el terreno libre del Rey ne-
gro, buscando su confinamiento en
una banda.

9
1. R2C R.SD 4. R4A R5R
2. R2A R5R 5. TlRj : R4A
3. R3A R4R 6. R4D R5A

Nótese lo acontecido en la jugada 4. Cuando los dos Reyes


se enfrentan recíprocamente (horizontal o verticalmente), el
jaque de la Torre reduce sensiblemente el área de movilidad
del Rey negro. En fa próxima jugada las blancas repiten la
maniobra. En consecuencia, el Rey negro ve reducido su ám-
bito libre a tres casillas.

7. T1ARj. R4C 9. R5R R4C


8. R4R R3C 10. T 1 C R j. R4T

El Rey negro, ahora, se encuentra aislado en una banda


del tablero. El fin está cercano.

11. R 4 A R3T 13. R6A R lT


12. R5A R2T 14. R7A R2T
15. T 1 TRmate.

Este mate con Torre termina con las piezas en una posi-
ción típica muy similar a la del mate efectuado con la Dama,
como ha quedado expuesto anteriormente. Existe, sin embar-
go, una importante diferencia: la mayor posibilidad de movi-
mientos que posee la Dama, le otorga mayores alternativas
en la elección de posiciones para dar el mate. No acontece
lo mismo en el caso de la Torre.

Mate con los dos Alfiles


De la misma manera que la Torre es más débil que la
Dama, el Alfil o el Cabállo son más débiles que la Torre.
Con un Alfil o un Caballo solamente no se puede dar el
mate. De hecho, ni siquiera con dos Caballos se puede dar
el mate.
Dos Alfiles, en cambio, pueden darlo. El procedimiento,
aunque algo lento, resulta fascinante, pues nos permite vis-
lumbrar las facultades de los Alfiles sobre un tablero des-
pejado.

10
3
Las blancas juegan. A diferencia de
la Dama y la Torre, los dos Alfiles ;"='"~=--"""
solamente pueden dar el mate en
una de las cuatro casillas del rincón
del tablero. El Rey negro está en
esta posición bien situado para una
resistencia prolongada.

1. AlR R6D 4. R3A ,R6A


2. R2C R7R 5. R4R RSA
3. A2AR R6D 6. A4D RSC

Las blancas han hecho entrar en accwn a su Rey y la


inmediata misión de éste es empujar al Rey negro hacia una
banda. El procedimiento es lento, pero seguro.

7. Al D RSA lO. ASAD R3T


8. A2AD RSC 11. R 6 A R4T
9. RSD R4C 12. A 6 D R3T
Las blancas han empujado al Rey negro hacia la banda.
Adviértase la cooperación decisiva de ambos Alfiles. El obje-
tivo de la fase final es obligar al Rey negro a que entre en
la casilla 1 T D, para darle allí el mate.

13. A4 C D R2T 15. A 3D j. R2T


14. R 7 A R3T 16. ASAj. RlT
17. A4Rmate.

Las blancas desplazaron su Rey hacia el centro, forzando


al Rey negro a ir hacia un lado, colocándole en situación pro-
picia para eliminarlo. La cooperación de los Alfiles hace posi-
ble, finalmente, el mate en la casilla del rincón.

1T
Mate con Alfil y Caballo
Este mate es verdaderamente difícil y, hasta los ajedre-
cistas con experiencia, se han encontrado en un aprieto á:l
verse constreñidos a lograr este mate en SO jugadas.

4
Las blancas juegan. Para conseguir
este mate se precisa la cooperación
más estrecha posible entre las fuer-
zas asediantes. El mate sólo podrá
efectuarse en uno de los rincones
de casilla del mismo color por el
que circula el Alfil.

l. C3Cj. R3A 6. RSD R2A


2. R4C R4D 7. CSA R3A
3. A 3 Aj. R3D 8. C6D R3C
4. C4D R4R 9. RSR R2C
5. R4A R3A 10. A4 R R1C
Las blancas, con tenacidad, consiguieron al fin empujar
al Rey negro hacia un lado. Su próxima ta:-ea será la de
forzarle a entrar en ur.a de las casillas blancas del rincón:
en su 1 T D. ¡Hay que tener paciencia!

11. R 6 A RlT 16. e 7 n j. RlR


12. C7Aj. Rle 17. R6 R RlD
13. ASA R1A 18. R6 D RIR
14. A 7 T R1R 19. A 6 e J. RlD
1s. es R R1A 20. AS T RlA
Las blancas han llevado a cabo la parte más ardua de su
tarea; sin embargo, aunque el Rey negro está a sólo dos
casillas del rincón, serán necesarias nueve jugadas más para
dar por terminada aquélla.
2L CSA RlD 25. A4Cj. RlC
22. e 7 Cj. RlA 26. ASA RlT
23. R6A RlC 27. CSA RlC
24. R6C RlA 28. C6 T j. RlT
29. A4 Rmate.

Una de las mejores maneras para familiarizarse con el


valor de las piezas es practicar esws mates.

Por qué el bando con mayoría de fuerza debe vencer


De estos mates básicos colegimos, pues, que existe]} deter-
minadas ventajas sustanciales que nos facilitan el camino
para dar el mate. ·
· Sin embargo, una ventaja numérica tiene múltiples apli-
caciones. Tampoco tenemos que aguardar a que la mayoría
de las piezas hayan desaparecido del tablero para vencer.
Por ejemplo: hemo:; aprendido cómo dar el mate a un
solitario Rey con el propio y la Dama. Ahora bien, supon-
gamos una partida que se inicia de la siguiente manera:

1. P4R P4R 4. D2R C3AR??


2.: C3AR C3AR 5. C 6 Aj. dsc. A2R
3. CxP CxP? 6. CxD RxC

Las blancas han capturado la Dama blanca a cambio de


ün simple Caballo.
¿Qué desarrollo tendrá el juego a partir de este momento?
El valor preeminente de la Dama ha quedado eliminado con
gran ventaja para las blancas. Hay que recordar la amplia
esfera de acción de la Dama, sus ataques dobles y todas las
potentes jugadas que puede realizar.
De una forma clara puede verse que las blancas pueden
llevar a cabo toda clase de ataques, que las negras, debido
á su considerable desventaja, no estarán en condiciones de
contrarrestar adecuadamente. El poder de los ataques de
las blancas será superior a la defensa que las negras puedan
hacer.
Resumiendo: la ventaja inicial de las blancas, las condu·
eirá a una situación ulterior todavía más ventajosa.

13
También puede hacerse uso de esta ventaja de otra ma-
nera. Cuantos más, cambios se efectúen, más cercano estará
el final, en el que las negras no pueden tener ninguna espe-
ranza: de escapar del mate. De modo que todo cambio ha de
ser rehusado por las negras. Ante tales perspectivas, lo más
probable es que las negras ante lo desesperado de la situa-
ción opten por rendirse, admitiendo que el bando con mayo-
ría de fuerza ha de resultar vencedor.
Supongamos ahora que uno de los bandos consigue la
ganancia de una Torre. De nuevo, en esta circunstancia, bajo
la amenaza: de cambios o bajo la tuerza opresiva de la ventaja
numérica, el triunfo es fácil.
Imaginemos la ganancia de un Alfil o un Caballo.
La situación sigue siendo la misma, a pesar de que ninguna
de estas piezas pueda conseguir el mate, sola, en el final.
Durante la fase anterior de la partida, puede ejercer su
potencia superior en muchos cometidos, como capturar peo-
nes.
¿Capturar peones? Seguramente ello significa muy poco.
Muchos jugadores, de poca experiencia, pierden los peones
sin ningún remordimiento. Y, naturalmente, es absurdo pen-
sar que un Peón pueda conseguir el mate.
Sin embargo, esta actitud de menosprecio, por muy gene-
ralizada que esté, es un grave error, ya que el Peón posee
la facultad de transformarse en Dama, o en cualquier otra
pieza, al llegar a la octava fila. Así, pues, el Peón tiene un
gran valor.
Entre expertos, 1~ ventaja de un Peón generalmente deci-
de la suerte de la partida. Por ejemplo, en la gran compe-
tición entre Alekhine y Capablanca, del año 1927, el primero
ganó el campeonato mundial gracias a la ventaja de «Un
simple Peón».
Esta misma ventaja podría resultar decisiva en las parti-
das jugadas entre ajedrecistas más modestos si supieran
cómo aprovecharse de la misma. El objetivo de este libro
es tratar este problema, práctico y vital al mismo tiempo.
Aprendiendo a vencer cuando uno lleva ventaja se aumentará
considerablemente el número de las victorias.
Antes de estudiar algunos aspectos importantes de la ma~
nera de usar la ventaja ntJ.mérica, es necesario tener una idea
clara sobre el valor de cada pieza en relación con las demás.

14
Valor numérico de las piezas
En el primer libro de esta serie ya fue facilitada la tabla
de •valores, que repetimos a continuación.

Dama 9 Puntos
Torre S })

Alfil 3 »
Caballo 3 ))

Peón 1 ))

Para una gran parte de los lectores, esta tabla de valores


tendrá carácter de repaso, pero insistimos brevemente en
lo que nos sugiere.
La Dama es con mucho el elemento más poderoso, del
que uno no puede desprenderse, a menos de recibir a cambio
una sólida compensación.
Dos Torres, que son el equivalente a diez puntos, son algo
más poderosas que una Dama solitaria.
El Alfil y el Caballo, consideradas «piezas menores», están,
cada una de ellas, valoradas en tres puntos. Puede por,,lo
tanto cambiarse sin preocupación un Alfil por un Cab?,llÓ,. o
un Céiballo por un Alfil. +
.· . Una Torre es más valiosa que upa pieza menor. ·cinco
puntos contra tres puntos.
Asimismo, una Torre vale más que una pieza ·menor · y
un Peón, conjuntamente (4 puntos).
Dos piezas menores (6 puntos) valen más que una Torre
(S puntos).
Para jugar bien al ajedrez es esencial tener un . conoci~
miento perfecto del valor de las piezas.
Sin esto no puede saberse concretamente si se lleva o no
ventaja en la partida. Por otra parte, el jugador que ignore
el valor de las piezas no puede saber cuándo un cambio es
deseable o no lo es.
Dijimos que, en conjunto, el bando que posee mayoría
de fuerzas debe resultar vencedor en la mayoría de las oca-
siones, o generalmente. Existen importante~ rawne~ para
usar de una forma tan machacona estas frases fijas.
Lo triste del caso es que no siempre resulta vencedor el
bando que posee mayoría de fuerzas. ¿Por qué?
En primer lugar, se .dan ciertas posiciones teóricas de
excepción (situación de tablas por ahogo, por ejemplo), en
las cuales el bando que posee mayoría de fuerzas no triunfa.
Por regla general, de todas formas, el ajedrecista de alguna
experiencia y que sabe reaccionar con prontitud puede evitar
tales decepciones.
Una segunda excepción a la regla de que el bando con
mayoría de fuerzas debe resultar vencedor, descansa en la
posibilidad de los sacrificios. Estos son movimientos brillan-
tes en los que se entr:=gan piezas adrede con el deliberado
propósito de obtener un,:¡ compensación adecuada o más que
adecuada. ·
Veamos la siguiente posición como ejemplo.

5
Las blancas juegan. Las blancas
juegan l. D )( P R j. ! !, una bo-
nita ju~ada que fuerza l. ... P x D.
2. T 6 t\: mate.

Este es un buen ejemplo de «sacrificio». Normalmente,


cuando un jugador pierde una pieza, se trata de un error.
Pero cuando un jugador entrega su Dama, u otra pieza, por
un Peón (y sabe lo que está haciendo), vemos que se trata
de un «SacrifiCio», que reporta alguna ventaja.
Si se medita cuidadosamente., se verá que los sacrificios
no son realmente una excepción a la regla de que el bando
con mayoría de fuerza debe ganar. El sacrificio tiende a la
consecución del mate o a la ganancia de material o a alguna
otra ventaja. Por lo tanto, a pesar de que puede sorpren-
dernos a menudo, existe en realidad un sistema bajo su apa-
rente despropósito.
La tercera excepción a la regla de que el bando que posee
mayoría de fuerzas debe ganar, es una excepción tristísima.

16
Un jugador que lleva superioridad numérica debe triunfar;
pero si desperdicia su ventaja, o no sabe cómo sacar provecho
de ella, o permite que su adversario se libere de sus dificul-
tades, es muy posible que se termine la partida sin que él
haya logrado vencer.
Más adelante volveremos a ocuparnos de estas excepcio-
nes, pero primero estudiaremos las técnicas para vencer
cuando se posee mayoría de fuerzas.

17
CAPITULO 11

LA IMPORTANCIA DE LA PROMOCION DEL PEON

La jugada más eficaz que puede realizar sobre el tablero


de ajedrez- dejando aparte el mate- es conseguir el triun-
fo de coronar un Peón.
Obtener una Dama a tan poco precio equivale a capturar
la Dama del adversario.
Si consideramos de esta manera la promoción de un Peón,
entenderemos por qué un Peón de ventaja es de tanta impor-
tancia en las partidas de los buenos jugadores y el motivo
por el cual también en nuestras partidas, debiera ser decisiva.
En los siguientes ejemplos veremos la importancia deci-
siva de la coronación de un Peón.

•.-*•• .•••
• • a • • •
••••
a,..
~- ·~
~ ~
~- '/.~
rJ! m •
8

6
Juegan las blancas. En esta posi·
ción, las blancas tienen una des-
•~ -~

e
B11R8
• •
.'GflJ".
a
v_entaja de ~~~erial que, de no exis·
¡¡(1~ rihw~ trr la posrbrhdad de coronar el
Peón, las obligaría a rendirse. Pero
con l. P 8 R ( =. D) jaque, ganan la
Torre y la partrda.

Algunas veces, la Dama recién creada es inmediatamente


capturada, pero a costa de una pieza, lo que suele decidir.
7
Juegan las blancas. Aquí las blan·
cas coronan el Peón, que se trans·
forma en Dama, que es capturada
por la Torre negra, que, a su · vez,
capturan las blancas, consiguiendo
:--...:::::=---=--==-~ · una ventaja decisiva.

Ya vimos antes que un Alfil o un Caballo, por sí solos no


pueden forzar el mate. Pero si el Alfil o el Caballo tiene la
colaboración de un solo Peón, puede conseguir la promoción
de éste y ganar.

8
Juegan las blancas. Sin el solitario
Peón blanco, esta posición termina-
ría en tablas. Pero como el Rey ne-
gro no puede mantener la defensa
de sus Peones, éstos se pierden y
el Peón blanco corona. l. R 4 C;
R juega. 2. R x P seguido de 3.
R x P y el Peón blanco avanza
hasta la octava fila.

Los ejemplos expuestos nos muestran el enorme poder


de la promoción del Pt.:ón.
Sin embargo, no tenemos que llegar a la conclusión que
la promoción es fácil de practicar o es apropiada en cualquier
período del juego.
En la apertura es muy raro poder coronar un Peón, ya
que éste debe invertir varias jugadas para alcanzar la octava
fila y por el gran número de piezas que hay sobre el tablero
en las primeras fases del juego, las posibilidades de coronar
un Peón son muy escasas.

19 ·
En el medio juego, las oportuni_d ades de conseguir la pro-
moción son algo más claras, aunque aquí el juego resulta
complicado.
En el período final, cuando han sido cambiadas las Damas
y son pocas las piezas que quedan sobre el tablero, la pro-
moción empieza a ser el centro de gravedad de la lucha.
Suele acontecer en estas situaciones simplificadas del pe-
ríodo final, que los Reyes tienen un importante papel, inter-
viniendo en la lucha si:l temor a los ataques de las piezas
mayores.
La movilidad de los Reyes en esta fase simplificada nos
recuerda que los finales con Reyes y Peones solamente, son
loJ finales más simples y por lo tanto los primeros que deben
ser estudiados. Así, pues, vamos a ocuparnos de ellos.
CAPITULO 111

FINALES DE REYES Y PEONES

En cierto sentido, los finales de Reyes y Peones son sen-


cillos.
Las piezas sobre el tablero son muy pocas. Sólo quedan
Reyes y Peones. Todas las demás han sido elimanadas.
Sin embargo, estos finales presentan situaciones pródigas
en sutilezas. En este sentido no resultan nada sencillos.
Hay que familiarizarse con los finales de Reyes y Peones,
porque algunos de ellos, como pronto veremos, se manifiestan
en un orden clásico, que preludian la victoria.
Esto significa que, cuando se consigue la ganancia de un
Peón, se está en camino de poder conseguir el cambio total
de piezas, reduciendo la partida a un clásico final de Reyes
y Peón, en que la victoria puede ser automática.
La amenaza de esta simplificación es una poderosa arma
en las manipulaciones del juego.

Peones pasados
Todas las maniobras en la clase de finales que estamos
viendo se relacionan con ·los Peones pasados : su creación y
su avance hasta la casilla de promoción.
Un Peón pasado es aquel que no está obstaculizado en
su avance por ningún Peón contrario. En los diagramas 9 y 10,
las blancas tienen dos Peones pasados.
Algunos Peones pasados resultan especialmente poderosos
como podemos comprobarlo en los siguientes diagramas.

21
9
Peones pasados ligados. Los Peones
pasados están ligados, es decir, es-
tán situados en columnas adyacen-
tes. Están en condiciones de apo-
yarse recíprocamente sin la ayuda
de su Rey.

He aquí un giro característico de juego que da la victoria


a las blancas.
l. P6C R3A
Si l. ... RxP. 2. P 7 C y no puede evitarse que el Peón
alcance la casilla de promoción.
2. R4A R2R 5. P 7 Aj. RlA
3. RSR RlA 6. R6R R2C
4. P6A RlC 7. R7R
El Rey blanco protege la casilla de coronación y pueden
continuar con P 8 A (=D) jaque, con mate en pocas jugadas.

10
Peones distantes pasados. Los peo-
nes blancos en esta posición se de-
nominan aPeones pasados distanteS>>
o «Peones pasados no ligados». En
el grado de avance en que se en·
cuentran estos Peones, son tan pode-
rosos que puede coronar uno de ellos
sin la ayuda de su Rey.

El juego puede continuar de la siguiente forma:

22 .
l. P6C

Igualmente puede jugarse l. P 6 A.

l. R3A 3. PTA R2D


2. P6A R3R 4. P7C

Y el Rey negro no puede impedir la coronación del Peón.

11
Las blancas juegan. El Peón pasado
distante se corona por sí solo, sin la
a~da del Rey.

1. P4T R2C 3. P6T R2R


2. PST R2A 4. P7T

Y el Peón se corona sin dificultad.


,'. A través de estos ejemplos hemos visto el poder de los
Peones pasados. Ahora nos referiremos a un concepto básico
ep ajedrez, ,conocido por «oposición».

12
Las blancas juegan. Ambos Reyes es-
tán en «oposición». Utilizamos este
término cuando aquéllos se encuen-
tran el uno frente al otro mediando
una sola casilla entre ellos. El Rey
que NO tiene que moverse dícese
que «posee la oposición»,

23 _:
En los finales normales de Rey y Peón, que ahora estamos
estudiando, su procedimiento idóneo depende a menudo de
«poseer la oposición».
Para facilitar nuestro estudio del diagrama que antecede,
supongamos por el momento que son mano las negras. Estas
juegan l. ... P 4 T D y las blancas responden con 2. P 4 T D 1
Los movimientos de Peones negros están prácticamente
agotados y ahora las negras se ven obligadas a mover su Rey.
Esto significa que las blancas tienen la oposición. El Rey
negro debe ced'er posiciones.
¿Qué importancia tiene esto? Las blancas tienen un Peón
de ventaja, el Peón de Rey que está pasado pero que, de
momento, está bloqueado. Si se abre vía libre para este Peón,
las blancas podrán avanzarlo, apoyado por su Rey, dirigién-
dole hacia la casilla de promoción.
Y no solamente esto. Si el Rey negro cede su posición,
las blancas pueden avanzar su Rey a S D. capturando los débi-
les Peones de Alfil. He aquí lo que sucede.

2. R2R 4. RxP R3R


3. RSD R2D 5. R4D!

Ahora las negras han de mover su Rey, dejando que las


blancas jueguen 6. R X P. Entonces las blancas tendrán tres
Peones de ventaja y poseerán un nuevo Peón pasado, el de
Alfil de Dama. El avance de ambos Peones, apoyados por el
Rey, asegura la victoria.
Hasta aquí todo resulta claro y convincente, pero recuér-
dese que en la posición del diagrama 12 son las blancas las
que tienen que jugar en primer lugar. Siendo mano han de
proceder con sumo cuidado. ·
Supongamos, por ejemplo, que en la posición del diagrama
las blancas comienzan con l. P 4 T ?, dando lugar a que las
negras contesten l. ... P 4 T !
Ahora las blancas lo han estropeado. No pueden mover
los Peones y ha de hacerlo el Rey. En otras palabras, las
negras tienen la oposición. ·
¿Cuál es la consecuencia? Después que las blancas hayan
movido su Rey perderán su Peón del centro y la partida
terminatá en tablas.

24
Volvamos a la posición del diagrama. Las blancas pueden
ganar de la siguiente manera:

1. P3T!! P4T 2. P4T 1

Adviértase que toda la diferencia consiste en avanzar uno


o dos pasos el P T. Ahora son las blancas las que tienen la
oposición; el Rey negro ha de ceder posiciones. Las blancas
juegan 3. R 5 D, con la continuación que ya hemos indicado
anteriormente.
Es a esto a lo que nos referíamos al decir que los sencillos
finales de Rey y Peón no son siempre tan «Sencillos», pero
esta clase de sutilezas aumenta su atractivo.

13
¿Quién es mano? Si juegan las ne·
gras, las blancas ganan. S1 salen es
tas, únicamente consiguen tablas
En otras palabras: si las blancas lit:·
nen la oposición, vencen. Si son la~
negras las que tienen la oposición,
hacen tablas.

Esta es una de las posiciones importantes en los finales


normales de Rey y Peón.
Si juegan las negras, he aquí lo que sucederá: ~

1. RlD 2. P7D R2R


3. R 7 A

Y en la prox1ma jugada las blancas coronarán su Peón.


Si son las blancas las que mueven, no pueden ganar. Por
ejemplo:

1. p 7 j. RlD

Ahora la única jugada para defender el Peón es 2. R 6 D,

25
pero esto da lugar a tablas, porque el Rey negro queda aho-
gado.
Supongamos que la:; blancas intentan otro camino.

1. R6C R2D 3. R6A RlA


2. RSA RlD!

Las negras han maniobrado con su Rey, manteniendo la


óposición y la partida termina en tablas.
El principio esencial, pues, es que en los finales normales
de Rey y Peón contra Rey, hay que asegurarse la oposición.
El método para ello será explicado luego al exponer otros
finales.

14
Las blancas juegan. Aquí también
se encuentran las blancas con pro-
blemas derivados de las tablas por
ahogo. Si l. R 5 A; R 1 T. 2. R 6 A,
y el Rey negro está ahogado. ¿Cómo
pueden ganar las blancas?

En esta posición, las blancas tienen un Peón más de lo


necesario para vencer. He aquí cómo resuelven su dificultad
librándose ·de las tablas.

1. P8T(=D)j. RxD 2. R6T!

Lo esencial. Las blancas poseen la oposición; el Rey negro


ha de ceder.

2. RlC 3. p7

De aquí podemos deducir una importante regla. Siempre


que el Peón avanza has1a la séptima fila sin dar jaque (estan·
do defendido por su Rey), el bando del Peón gana.
Las negras han· de jugar ahora 3 .... R 2 A, después de lo
cual, las blancas, continuando con 4. R 7 T consiguen que el
Peón corone, ganando.

1S
¿Qué bando es mano? Cualquiera
que sea mano, las blancas ganan,
pues teniendo su Peón en la qum-
ta fila, podrán avanzarlo cuando ha-
yan perdido la oposición. Con este
movimiento, obligarán al Rey ne-
gro a perder la oposición.

Supongamos que en esta posición son las negras las que


juegan en primer lugar. En tal caso éstas han perdido la
oposición y su Rey ha de ceder terreno.

l. RlD 2. R7A

O, l. ... R 1 A. 2. R 7 D, con el mismo resultado.

2. R2D 3. P6Rj. RlD


Ahora las blancas continúan con 4. P 7 j. y no tienen nin-
guna dificultad en coronar su Peón.
. . Si en la posición del diagrama suponemos que son las
blancas las que juegan. lo que sigue es extremadamente im-
, portante y debe ser estudiado hasta que se comprenda ple-
namente.
Las blancas tienen que jugar su Rey y debido a ello tienen
que perder la oposición.

l. R6D

(Adviértase que 1. R 6 A conduce a lo mismo).

l. RlD

27
Las negras siguen teniendo la oposición, pero ahora las
blancas tienen una jugada de reserva. ,

2. P6Rl RlR

El Rey negro ha de ceder. Ha perdido la oposición.

3. P7

El Peón ha avanzado hasta la séptima fila, sin dar jaque.


Como sabemos ya, esto significa que el Peón coronará y las
blancas ganarán la partida.
Un principio importante deducimos de la posición del
diagrama 15, que es el siguiente: si el Peón no ha alcanzado
la sexta fila, no se le debe hacer avanzar con demasiada
premura. Hay que reservar esta jugada hasta el momento
que sea necesario.
Apliquemos ahora lo que hemos aprendido.

16
¿Tiene importancia ser mano en
esta posición? No tiene importancia
ser mano. Si juegan las negras, pier-
den inmediatamente la oposición, y
las blancas ganan sin dificultades.
Si corresponde jt<gar a las blancas,
éstas conservan la oposición con
l.P4DI

La posición del diagrama no ofrece dificultad alguna para


las blancas.
Si las primeras en jugar son las negras, las blancas rápi-
damente consiguen paso para su Peón hasta la casilla de
coronación. Por ejemplo:

1. R2R 3. R6D RlA


2. R6AI RlD 4. P4D RlD
5. PSD

28
De nuevo las negras pierden la oposición: 5.... R 1 R. 6.
R 7 A, etc. O bien, 5.... R 1 A. 6. R 7 R, etc., y el Rey blanco,
en ambos casos, controla la casilla de promoción.
Si son las blancas las primeras en jugar, en la posición
del diagrama, el desenvolvimiento es muy parecido.

l. P4DI R2R 5. p 5 RlR


2. R6A RlD 6. p 6 RlA
3. R6D RlR 7. P7
4. R 7 A R2R

Y de nuevo el Peón puede coronar y las blancas ganan.


Existe aún un punto esencial que es necesario que conoz-
camos respecto a los finales de Rey y Peón.
En el diagrama 16, el Rey blanco estaba en una posición
ideal: delante del Peón. Con el Rey al lado del Peón o detrás
de él, el Rey del bando débil tiene más campo para maniobrar.

17
Las negras juegan. Las negras pue-
den conseguir el empate, por la
desfavorable situación del Rey blan-
co. Las negras pueden mantener la
oposición, en todos los casos, cual-
quiera que sea mano.

Veamos primero el desarrollo del juego, siendo mano las


negras. Pierden la oposición momentáneamente, pero pueden
recuperarla en el momento preciso. Esto nos lleva a aclarar
el procedimiento empleado en la posición del diagrama 13.

1. R4D 2. P4 R3Dl

Después de 2.... R 5 ·A ?? 3. R 4 R ! las blancas ganan,


porque las negras no pueden recobrar más la oposición. (Si
3.... R 4 C. 4. R 5 D !.)

29
3. R4R R3R! 5. R4D R2D
4. P 5 D j. R3D 6. RSR R2R!

Si 6.... R 2 A ? 7. R 6 R y las blancas logran la oposición


después de 7.... R 1 D. 8. R 6 D. Entonces si 8.... R 1 R. 9.
R 7 A; o bien 8.... R 1 A. 9. R 7 R gana de manera similar.

7. p 6 j. R2D 8. RSD

Una situación crucial para las negras. Si 8.... R 1 A. 9.


R 6 A. Las blancas consiguen la oposición y el triunfo. Lo
mismo acontece después de 8.... R 1 R. 9. R 6 R.
Pero las negras tienen una jugada salvadora.

8. RlDI 9. R6A

O bien, 9. R 6 R, con una continuación similar.

9. RlA

Ahora tenemos la posición exacta del diagrama 13, con


los Reyes en oposición y tocándole jugar a las blancas. Como
sabemos por el estudio sobre la posición del citado diagrama,
el juego es tablas.
Del estudio sobre las posiciones en este capítulo, se des-
prende cuáles son favorables en los finales de Rey y Peón, y
cuáles son las posicionl:!s que deben evitarse.
También hemos visto la trascendencia de la oposición y
el modo de sacar provecho de ella y la importancia que tiene
poder tener en reserva alguna jugada de Peón.
Estas posiciones vale la pena que sean practicadas, prefe-
riblemente con un amigo, con objeto de eliminar cualquier
clase de error. Familiarizarse con estos finales es muy prove-
choso y proporcionará la ganancia de muchas partidas.

30
CAPITULO IV

FINALES CON UNA PIEZA DE VENTAJA

Los finales en los que se lleva una pieza de ventaja son


generalmente ganados si se tiene uno o más Peones.
Si se posee una Torre y un Alfil (o una Torre y un Caballo)
contra una Torre, cornentemente no puede ganarse. Puede
acontecer, pero raramente, que el bando con mayoría de fuer-
za consiga vencer gracias a algún detalle fortuito, pero po:r
regla general estas posiciones acaban en tablas.
La presencia de Peones sobre el tablero da un giro radi-
calmente distinto a dichas situaciones. Aunque no haya más
que un solo Peón existe la posibilidad de coronarlo. A la
consecución de este objetivo deberá dedicarse la pieza de
ventaja.
A continuación veremos algunos ejemplos de estos finales,
que nos enseñarán cómo puede ganarse en estas circunstan-
cias.

Una obra maestra en la ejecución

18
Las blancas juegan. Las negras ti&
nen t~es Peones de venta ja contra
una p1eza de las blancas. En ciertas
circunstancias, ello sería suficiente
.para asegurar las tablas, pero no en .
este caso, como lo demuestran las
blancas con la eficaz y útil manio-
bra de sus fuerzas. ·
31 -.
Situaciones como estas suelen presentarse bastante a me-
nudo sobre el tablero. He aquí los aspectos más sobresalien-
tes del método afortunado de las blancas.
l. Las blancas deben valorar la pieza de ventaja que
tienen.
Han de situar sus piezas en la forma más ventajosa; ame-
nazar los Peones enemigos; provocar su avance (lo que les
hará más susceptibles de ser atacados); forzarles a situacio-
nes en las que cualquier cambio puede resultar lo más perju-
dicial posible para ellos.
2. Las blancas han de emplazar su Rey en el área central
(digamos en las casillas SR, ó SD, ó 4 AD, desde dondepuede
aumentar la presión sobre el juego de las negras).
3. Las blancas han de evitar el cambio de Peones. Estos
Peones pueden parecer insignificantes en el momento pre-
sente, pero son candidatos a Dama, en potencia. Sin estos
Peones, las blancas no pueden ganar. El cambio de Peones
arruinaría la partida.

1. T3D

Situando la Torre en una columna abierta, en la que ten-


drá la máxima movilidad.

1. P4TD 2. R2C!

El Rey se dirige hacia el centro.

2. R2C 3. R3A R3A

Las negras siguen el ejemplo con su Rey. Tratan de cus-


todiar con él la mayor cantidad posible de casillas.

4. P4 T R!

Con objeto de evitar P 4 C j. cuando jueguen R 4 A.


Una vez que las blancas han llegado hasta aquí pueden
planear una penetración ulterior más profunda, a su debido
tiempo, con T 6 D j. y R 5 R.
Para aprender con el máximo provecho la enseñanza de

32
este final, debe estudiarse la paulatina y fructífera conquista
de terreno de las blancas.

4.... T3C

Con objeto de proteger la tercera fila de una invasión


eventual. 4.... P 4 C parecería adecuado aquí, pero debilitaría
el Peón negro de A R. El porqué y la razón de esto será
aclarado muy pronto.

5. A2A

Las blancas pierden· el tiempo con la idea de realizar un


ataque frontal contra el P A D, con T 3 A. Pero las negras
están sobre aviso.

S. .. . R4R

Ahora las negras amenazan 6.... P S A D. 7. T 3 A; R S D.


Así, pues, las blancas intentan un camino distinto.

ó. A3C R3A 7. A4A

Ahora el Alfil no puede ser atacado y la Torre blanca entra


en actividad.

7. P3T 8. R3RI

No 8. R 4 A ?; P 4 C j. ! cambio de Peones. El Peón blanco


T R -va a ju~ar un pape! muy activo.

8.... P4C

Inevitable. Si 8.... T 3 A. 9. T 7 D con desagradables ame-


nazas, tales como T 7 T D.
La próxima jugada de las blancas es la clave para el final.
Creará al P T R, negro, una debilidad decisiva. Al mismo
tiempo, todos los restantes Peones· negros serán futuros ob-
jetivos.

33
9. PS T! T3A 11. T7TR R4R
10. T 7 D T3C 12. T7Rj. R3D
Si 12 .... R 3 A. 13. T 7 A D, y las blancas ganan.

13. T6Rj. R2A 14. T 5 R!

Adviértase que 14. T 6 e también gana, pero la jugada efec-


tuada está más de acuerdo con el plan de las blancas : faci-
litar la penetración del Rey blanco.

14. . .. P 5 A R j. 15. R 4 R T3AD


Si 15 .... R 3 A. 16. T 6 R j.; R 2 A. 17. T 6 e seguido
de R S D, y las blancas ganan.

16. T 7 R j. R 1D

La alternativa, 16 . .. . R 3 e, permite 17. T 7 e, seguido de


T 6 e y R S D.

17. T7eR T3D 19. AS D P6A


18. R SR TSD 20. R6D R1A
21. T 8 C mate.

El plan de penetración de las blancas ha sido llevado a


cabo pulcramente.

Un final difícil

19
Las negras juegan. El juego de las
negras en este final es muy siste-
mático y su proceso extremadamen-
te interesante. Este final exige mu~
cha paciencia y el lógico desarro·
llo de las jugadas hace que aquél
parezca sencillo. Las negras tienen
el plan fundamental que las blan-
cas no tolerarán un cambio de T~
rres.

34
Si las Torres se cambian, las blancas se encontrarán
desamparadas ante el avance del Rey y el Alfil negro hasta
el punto que los Peones blancos se encontrarán indefensos.
Entonces, a su debido tiempo, las negras coronarán el Peón
que les queda.
Para comprobar lo dicho, sáquense del tablero ambas To-
rres y efectúense unas diez jugadas.
El hecho que las blancas no puedan llevar a efecto el cam-
bio de Torres sin perder la partida, confiere un gran poder
a las negras. Ello significa que las negras pueden reforzar
su posición convenientemente, ofreciendo el cambio de Torres.
Las blancas tendrán siempre que rehuir el cambio, cedien-
do terreno en cada ocasión. Esto ofrece a las negras una
base para una política de penetración gradual. Pero téngase
presente que las negras no deben nunca permitir que se
lleve a efecto el cambio de su único Peón.
Ahora bien, ¿cuál d~be ser el objeto de la presión de las
negras? Sin duda, el Peón de Alfil blanco.
El mejor medio que tienen las negras para amenazarlo
es situando su Torre en la séptima fila y su Alfil en S R ó 4 A R.
Esto reducirá a la Torre blanca a tma completa pasividad
en la columna Alfil de Dama. Las negras podrán entonces
avanzar su Rey con resultados decisivos.

l. TSR 4. T7 A R3D
2. T8T R4A S. T 7TR A4e
3. T8AD T lR! 6. R3A AST

Las negras amenazan · ... T 1 A D j. capturando el Peón.


Esto obliga a la Torre blanca a situarse en la segunda fila.

7. T2T TSR 9. T2T T6Rj.


8. T 2e R4A 10. R2 e A4e!
A fin de apoderarse de la segunda fila blanca con ... T 7 R.
El plan de las negras sigue progresando.

11. ,T8T T7R 13. R 3 e ASAJ.


12 . . T8ADj. RSD 14. R2 e A6D!

35
Atajando doblemente al Peón blanco y con objeto de situar
su Alfil en 4 A R, atacando también la Torre blanca.

ts. R3 e A4A 16. T 7 A TlR!

La retirada maestra de las negras con la Torre, amenaza


un posible cambio de Torres, por ... T 1 A D. Esto revela el
escondido propósito de las dos últimas jugadas de las negras.
Las blancas se encuentran en un aprieto para acertar con
la buena jugada.
Si 17. T 7 C D; entonces 17 ... .T l. A D captura el infeliz
Peón. Con otras jugadas de la Torre en la séptima línea, 17 .
... T 1 C D, j. gana el Peón.

17. P3Aj. R6D 18. T S T 1 C D j.

Obligando al Rey a abandonar la defensa del Peón, que


ahora está perdido.

19. R 4 T ASR 22. T S ASA


20. T 7 R7A 23. RS RxP
21. T 6 A6D 24. P4 T 1 T D j.

Las blancas abandonan. El juego preciso de las negras ha


sido un triunfo de la lógica.

Victoria conseguida por los Peones pasados


Como sabemos, tres Peones tienen un valor que equivale,
aproximadamente, al de una pieza menor. En los comienzos
del juego, valoramos más una pieza, ya que las posibilidades
de sernos útil es mucho mayor. Hacia el final, los Peones
pesarán más en la escala de valores, especialmente si tienen
ante sí la oportunidad de coronar y la situación resulta sim~
plificada.
En el final reseñado a continuación, los Peones son, sin
duda, preferibles.

36
20
Las blancas juegan. Las negras ba·
san sti plan de juego en el hecho
que el Rey blanco tiene que alejar·
se del centro de la lucha, por el
Peón pasado de T. Como consecuen-
cia, los Peones negros ligados, apo-
yados por su Rey, son demasiado
para el Alfil.

l. RSC PSAR!

Las negras no pierden el tiempo. ¡Los Peones pasados hay


que empujarlos adelante!

2. RxP P6A 4. R4A R6R


3. R4C RSA 5. RSD P4T
6. A 7D

En las jugadas suce;;ivas, las negras avanzan sencillamente


sus Peones y, finalmente, coronan uno de ellos.

6. P7A 8. RSR R7C


7. ASC R6A 9. R4A RxP
10. R 3R P6C

Las blancas se rinden. Un desenlace instructivo.

3.7 -
CAPITULO V

FINALES CON VENTAJA DE CALIDAD

La Torre contra un Alfil o un Cabaiio, generalmente garan-


tiza la victoria. Sin embargo, la cosa no suele ser fácil y suele
pasarse algún apuro o por lo menos hay que realizar una
ardua labor. La victoria, con ventaja de calidad, no se alcanza
por sí sola.

, la superiorid,ad de la Torre

21
Las blancas juegan. Las blancas lle-
van ventaja de calidad por un Peón.
Esto, naturalmente, motiva que el
triunfo sea más dificultoso que si
las negras no tuvieran un Peón de
más. Todos los Peones blancos es-
tán aislados, lo que les resta efec-
tividad y las blancas tienen el pro-
blema de sacar algún provecho de
ellos.

Hay cierta compensación porque los Peones negros no


están tampoco en muy buena formación. El Peón negro de
Rey y los otros Peones de los flancos, necesitan la protección
de pieza.
Estos «Peones retrasados» son débiles, porque no pueden
ser protegidos por otros Peones, siendo vulnerables a los
ataques de la Torre. Afortunadamente para las blancas, su
Torre tiene una vasta esfera de acción: puede elegir entre
tres columnas abiertas.

38
Para ganar, contando con la superioridad de la Torre,
necesitan las blancas aumentar su movilidad, creando nue-
vas vías libres adicionales para la Torre, lo que puede con-
seguirse con P 4 A D y P 5 A R. Esto creará puntos de acceso
a la incursión invasora del Rey.
Las negras no tardarán en verse en un aprieto, debido a
que su Rey y su Alfil se encu~ntran ligados a la defensa de
los débiles Peones.

l. P4AD! R3A
O bien l. ... PxP, j. 2. RXP y las blancas dispondrán de
una an1enaza duradera con R 5 e, o R 5 D, después de P 5 A R
y el Gan1bio de Peones.
2. T se! A2R 3. PSAR!

Espléndido cronometraje. Obsérvese cómo ha aumentado


la movilidad de las piezas blancas.
3. . .. P DXP j. 4. RXP fxP
5. TXP A3A

Pese a que la posicición de las negras parece tan sólida


como al principio, las blancas, de hecho, han realizado gran-
des progresos.
Su próximo objetivo es un jaque con la Torre en la sexta
fila, obligando al Rey negro a retirarse.
6. P4A R3D 8. PSA
7. T S e D R3A
Las negras sienten cerrarse el lazo, puesto que si 8. .. .A
8 T. 9. T 1 e; A 3 A. 10. T 1 R, y las blancas están listas
para la decisiva. 11. T 6 R j.
8. A4e 10. T6Rj. R2A
9. TSR! A3A 11. R se ASD
Las negras tienen su mejor posición defensiva, pero las
blancas las obligan a elegir entre la pérdida de uno u otro
Peón.

39
12. T 6 ADj.

1Magnífica jugada de final!


La laboriosa defensa de las negras se viene abajo como
consecuencia de este golpe maestro, pues si 12 .... R 2 C. 13.
T 4 A; A 7 C. 14. T 4 R; A 3 A. 15. T 6 R; A S D. 16. T 6 D
y las blancas capturan un Peón.

12. R2D 14. T4CR R2R


13. T 4A 1 A4A

No pueden salvar el P C R.

15. TxP j. R3A 16. T 6 ej. RXP


17. TxP T Abandonan

Ya no hay ninguna defensa. Seguiría 18. TxP.

Delicadas maniobras de la Torre


De la exposición de este final también puede aprenderse
la manera de sacar una espléndida ventaja de la superior
movilidad de la Torre.

22
Las blancas juegan. Este final pa·
rece fácil a primera vista. Aparen·
temente, las blancas sólo necesitan
atacar el Peón negro con su Torre
y Rey y jugar T x P (entregando
la calidad por el Peón) para entrar
en un final de Rey y Peón contra
Rey. Pero la cosa no es tan fácil
como parece.

t~ T7ARJ. RlR

40
Lo mejor. Si 1. ... R 1 C. 2. R 6 A; A 5 D j. 3. R 6 C;
A 6 R. 4. T 5 A ! y por la mala posición del Rey negro, las
blancas ganan con facilidad. Podía seguir 4 .... A 7 A. 5. T 5 D
(amenazando mate); A 5 C. 6. T 8 D j.; A 1 A. 7. T 8 R. ¡O
cualquier otro movimiento de la Torre en la octava fila, se-
guido de mate en la próxima jugada! Si 4... .A 8 A. 5. T 5 A D
gana de la misma manera.

2. TSA

Ahora las negras tienen limitada la elección de su juego.


Si 2.... A 8 A ? 3. T 5 A gana. Y si 2 . .. . R 1 D. 3. T 8 A j.
alejando al Rey negro de tal modo que después de 3.... R 2 A.
4. R 5 R; R 2 D. 5. TxP; AXT j. 6. RxA; R 3 R. 7; R 5 C
y las blancas aseguran la promoción de su Peón.

2. ... A7D

Las blancas pueden ahora capturar el Peón con 3. R 5 R;


R 2 R. 4. TxP ?; AXT j. Pero después de 5.... R 3 A !, las
negras ganan la oposición y consiguen tablas.

3. R6A!

Aprovechando la circunstancia de que las negras no pue-


jen jugar 3 .... R 1 D, ó 3.... R 2 D porque siguiría 4. T 5 D j.

3. RlA
4. T SA

Amenazando mate. Si las negras lo evitan con 4.... R 1 R,


entonces 5. R 7 e ! seguido de T 5 R j. y T 4 R y el Rey negro
queda fuera de la columna de Rey, de tal manera que las
blancas pueden jugar cómodamente R 6 e y R 5 A y capturar
entonces el Peón negro con un sencillo final victorioso de Rey
y Peón.

4. "' Rle S. T 8 Aj. R2T


6. R 7 A Abandonan

41 .
Cualquiera que sea la jugada de las negras, las blancas
jugarán 7. T 8 C R y 8. T 4 C, y después de la captura del
Peón, las blancas quedan con final ganado.
Las maniobras de la Torre nos dan una clara idea del valor
de esta pieza.

La lucha de los Peones pasados por la supremacía

23
Las blancas juegan. Las blancas
tienen ventaja de calidad, pero un
Peón menos. Su Rey está inmovili-
zado a causa del Peón negro en sép·
tima. Además, ha de vigilar ... R 6 D,
7 D ... R x P, seguido del avance
del Peón del centro.

La Torre blanca está destinada a operar en la séptima fila,


pero antes debe conseguir mejorar su situación para no de-
jarse sorprender por las celadas de las negras, por lo tanto:

l. RlR! RXP 2. R2D

Ahora las blancas tienen mejor posición y se disponen a


invadir la séptima fila.

2. ' ... P3TD 3. T7C A6D


4. T7 ÁD

Obligando a las negras a jugar el P T R, mientras el Alfil


negro está abrumado por sus misiones defensivas. Las blan-
cas utilizan -eficazmente la superioridad de la Torre.

4. P4TR 7. T6R! ASAD


5. P4T RSR 8. T6 T RSR
6. T7Rj. RSD 9. TxPTR RSA

42
Las hábiles maniobras de la Torre blanca han obtenido
buenos resultados. Las blancas se encuentran ahora en buena
situación para iniciar el avance de su Peón pasado, pero no
han de descartar la posibilidad de ... R 6 A y ... R 7 A, con lo
que las negras podían renovar su amenaza de coronar un
Peón.

10. T 5 e!

Las blancas cierran el paso al Rey negro en cualquier


intento de éste para detener el Peón pasado, Las negras in·
tentan, a la desesperada, su última oportunidad para contra-
atacar.

10. P5D 12. P5T R6A


11. T 7 e P6D 13. T 7 R· R7A
14. P6T AlC
15. P7 T!

Muy diestro. Si 15 .... AxP. 16. T 7 A R j. seguido de TXA


(pero no 16. TXA directamente).

15. P 8 R (D) j. 17. T 6 R Abandonan


16. TxD AXP
-·,.t·u ~l,.~.¡-~;;;=.~-?::·

Las blancas han reducido a las negras a un:;v.4ii~~diÓ~


desesperada, en vista de la próxima T x P, seguido>del avance
del Peón. .:·-.··

Victoria de la pieza menor

Cuando un jugador tiene la desventaja de la c·~.IféÍ·~. pero.


tiene dos Peones como compensación, el juego pue~e.;cg¡!is~
derarse como igualado. Cuando los Peones son pasa.d&s:.:~~­
hallan muy avanzados, la Torre se encuentra corrientemente
en posición desventajosa.

43
24
Las blancas juegan. Las blancas se
encuentran en apuros, debido a que
sus fuerzas están desunidas. Su Rey
tiene que detener uno de los Peones
pasados; la Torre ha de detener al
otro. El plan de las negras es entre·
gar oportunamente el P C D, ase·
gurando la coronación del otro.

1. . T se j. R7A 3. T8Rj. R8A


2. R2A R7R 4. T 8AR P7 A

Ahora que este Peón está a punto de coronar, a las negras


les queda solamente encontrar protección para su Rey contra
los jaques de la Torre.

5. T7A R7R 7. T 7 Aj. ASA!


6. T7Rj. R6A

Las blancas se rinden al no poder evitar la coronación del


Peón.
Este ejemplo nos enseña que cuando los Peones pasados
se encuentran muy avanzados y debidamente defendidos,
hasta la Torre resulta impotente contra ellos.

44
CAPITULO VI

FINALES DE TORRE Y PEON

Esta es una de las clases de finales que se presentan con


mayor frecuencia. Por ello resulta valioso conocer algo más
sobre las facultades de la Torre. Una de las posiciones de
mayor rendimiento para la Torre es situada en la séptima
fila libre. En esta fila, la Torre puede hacer estragos entre
los Peones del adversario. La Torre puede desarrollar una
gran tarea cuando se encuentra en filas y columnas libres de
otras piezas.
Con el Peón pasado, es conveniente emplazar la Torre
detrás del mismo, protegiendo el avance del Peón hasta la
octava fila. -
En la defensa contra un Peón pasado, también es conve-
niente situar la Torre detrás del Peón. Estando delante del
Peón, la Torre de la defensa pierde gran parte de su movi-
lidad, quedando sujeta al bloqueo del Peón.
En esta clase de finales, los Reyes también desempeñan
una misión muy activa, protegiendo sus propios Peones o
atacando a los del adversario.
Hay que recordar que con un Peón de ventaja, en un final
de Torres y Peón- o Peones- puede reducirse al adversario
a la impotencia amenazándole con el cambio de Torres, sim-
plificando la partida hacia un sencillo final de Rey y Peón,
que pueda ganarse fácilmente.

45
Dos finales fundamentales

25
Las blancas juegan. La posición del
diagrama tiene una importancia
fundamental, ya que nos muestra
una estructura esencial que puede
conseguirse . a menudo con un Peón
de ventaja. A fin de ganar, las blan-
cas han de crear un espacio para
su Rey y han de salvaguardarlo de
los jaques de la Torre.

l. T 1 ADj. R2C

Las blanca~ necesitan una hábil preparación antes de tras-


ladar su Rey y amenazar con la coronación del Peón.
Así si 2. R 7 D; T 7 D j. 3. R 6 R; T 7 R j. 4. R 6 D;
T 7 D j. y las blancas nada consiguen por no poder evitar la
repetición de los jaques.

2. T4A !! T8A S. R6A T8Aj.


3. R7D T8Dj. 6. RSR T8Rj.
4. R6R T8 Rj. 7. T4R!

Ahora puede comprenderse la razón de las dos primeras


jugadas de las blanca::;. Separaron al Rey negro y pueden
cubrir con la Torre los jaques de las negras. Las ·negras no
pueden evitar que el Peón corone.
El final que sigue nos ilustra sobre una estratagema que
a menudo resulta útil.

46
26
Las blancas juegan. Las negras ame-
nazan con llevar su Rey a la casi·
Ha 2 e D, con objeto de capturar el
Peón y de este modo conseguir ta·
blas. Pero las blancas vencen gra-
cias a un ataque fulminante.

1. TSTR!! TxP 2. T7Tj. Ganando la Torre.

Los peones p.(:lsados obtienen el triunfo

21
Las blancas juegan. De esta posi·
ción se infiere que para ganar con
un Peón de ventaja, hay que em·
plear una táctica esmerada. El Peón
está a punto de coronar, pero el
Rey blanco está en jaque y la jllga·
da R 8 R resulta inútil, por ... T 1 T, j.
Las blancas tienen que retroceder
con su Rey hasta la casilla 2 e R.

1. R6A

Si l. ... T 1 T. 2. T 8 A permite coronar al Peón, de ma-


nera que las negras han de continuar dando jaques.

l. T 3T j.

Las negras esperan 2. R 5 R ? a lo que seguiría ... T 3 C R


y ... R 3 T capturando el Peón. Pero las blancas llevan a cabo
una estratagema.

47
2. RSA

Si 2.... T 3 C. 3. P 8 (=D); TxP. 4. T 7 T mate.

2. T4Tj. 3. R4A

Y si ahora 3.... T 4 C R. 4. T 5 A ! gana.

3.... T 5 T j. 4. R3A

Las blancas juegan muy ingeniosamente. A 4.... T 5 C R,


sigue 5. T 5 A j.; R 5 T (obligado) 6. T 4 R !, clavando la Torre
y ganando.

4.... T6Tj. S. R2C T7T j.


6. T2A!
~
-Las negras han terminado con los jaques. Su continuación
es forzada.

6. TlT T8A

Naturalmente, las negras no pueden cambiar las Torres.

7. T7T j. 10. R5 D T4Tj.


8. R3A T 6T j. 11. R 6 A T 3Tj.
9. R4R TST j. 12. R 1 e Abandonan

Al fin el Peón puede coronar.


Este interesante final muestra cuán equivocados están al-
gunos jugadores al pensar que los finales no permiten trazar
un plan para un juego combinado.
En el siguiente ejemplo, sin embargo, las blancas realizan
un juego completamente sistemático.

48
28
Las blancas juegan. Adviértase có-
mo la Torre blanca cierra el paso
al Rey negro, evitando que se apro-
xime al Peón blanco pasado. Por
otra parte, el Rey blanco puede apo-
yar activamente a este Peón.

l. R2A P4T 4. R3D T1T


2. R1 R! P4e S. P4A T 1 D j.
3. R2D R4A 6. R3A T1AD

Para impedir P S A, pero las blancas siguen avanzando


de todos modos.

1. R4e T 1 e D j. 9. RSe T 1 ej.


8. RST T 1AD 10. R6 T T1AD

Ahora las blancas pueden colocar su Torre detrás del Peón.

11. T2AD R4R 13. R6 e Rinden.


12. R 7C! T4A

-29
Las negras juegan. El triunfo. aquí
es más difícil. Las negras tienen
un Peón de ventaja, mas no tienen
ninguno pasado, pero pueden conse-
guir uno en el flanco de Rey.

49
l. ... P4CR! 2. T 1 CR P5C
Si ahora 3. P 3 T R; T 1 C. 4. PxP; TxP y las negras
han conseguido su Peón pasado.
3. T1AD T1D 4. T1AR T6Dj.
Muy difícil de contestar, pues si S. R 2 A; T 6 R. 6. T 5 A;
T 7 j. 7. R 3 A; TxP T. 8. TxP j.; R 3 A. 9. T S A j.;
R 3 C y los dos Peones ligados y pasados de las negras vencen
rápidamente.
S. R4A T S D j. 8. T ST P6C
6. RSA TxP 9. PxP PxP
7. T SA PST 10. RS D T7
Como en el ejemplo anterior, el Rey del bando débil tiene
interceptado el camino hacia el Peón pasado.
11. T S C P7C 13. T 8 e R4A
12. P 4 e R3A 14. T7 e T7Dj.
15. R4A RSA
"
Las-ñ1apcas se rinden, ya que el Rey negro apoyará el
avance del Peón hasta la casilla de coronación.

Triunfo simplificado
Hemos hablado ya de los cambios cuando puede conse-
guirse un final de Rey y Peón que deba 'ganarse. En el siguien-
te ejemplo se demuestra cómo llevar a cabo la simplificación.

30
Las blancas juegan. Las blancas tie-
nen un Peón del centro, pasado y la
posibilidad de capturar el Peón de
las negras, que · será débil.

50
1. T 7 C j. R 1A

Si l. ... R 1 R, para aproximarse al Peón blanco, éstas


pueden jugar 2. T 7 C R, capturando el Peón de las negra!).

2. P6D ....
Amenazando con 3. T 8 C j. y 4. P 7, forzando la promoción
del Peón.

2. RlR

Las negras luchan firmemente. Si 3. T 8 C j. ?; R 2 D. O


si 3. T 7 C; T 3 R. 4. P 7 D j.; R 1 D y las negras -pueden
hacer tablas.
Las blancas vencen sacrificando su Peón de ventaja y con-
siguiendo un final de Rey y Peón contra Rey y Peón, ganado
por las blancas.

3. T7Rj. TxT 4. PxT

Si ahora 4.... RxP. S. R SR; R 2 A. 6. R 6 D; R 1 A. 7.


R 6 R; R 2 C. 8. R 7 R; R 2 T. 9. R 7 A, capturando el Peón
con un final ganado típico, como ya hemos visto en ejemplos
anteriores.

4. R2D
Las negras están deseando S. R S R para entonces S.
... RxP, ganando la oposición y el Rey blanco no puede pene-
trar hasta el Peón. · ·

S. R4R! RlR 6. RSD R2D


Si 6... .RxP. R S R ! obtiene la victoria.

7 P 8 ( =D) j. RXD 8. R6R Se rinden.

En el siguiente ejemplo también las . blancas vencen de


un modo parecido, consiguiendo la simplificación, llegando
a un final de Rey y Peón.

51 .
... .
••••*•• .
~

-~·
31
•..
·'

~ B.tB B.t

.. • • ••
Las blancas juegan. Los Peones
• u o
iW1
B. B. H
"~
. . .
~
."
6 blancos tienen poca movilidad y su
' Rey no tiene grandes posibilidades
de realizar una misión activa. El
.~. o curso lógico de la partida conducirá
a las blancas a cambiar su avanza-
do Peón de Alfil por el de Torre de
~ ~ las negras.

l. PSAj. RxP 2. TxP j.

Las _blancas han logrado un posible campo de invasión


para su Rey y han conseguido un Peón pasado.

2. R3e 6. P 5 T T2T
3. T8T R4A " 7. r 3e T2T
4. T8 e T 8A i., 8. T 3 T R4e
5. R2e T8TD 9. R3A T3T

Después de 9.... TxP. 10. TxT j.; R><T, las negras están
p~.rcl~das. Esto será expliL:o.do más adelante.

10. T 1 T R4A 13. T4Aj. R4e


11. R3e R4e 14. T4ej.
12. T 4 T R4A

Y aquí, también, si 14 .... RxP. 15. T 4 T j; R 4 C. 16.


TxT; RxT, las negras están perdidas, como veremos más
adelante. ·

14. R4A 17. P 6 T T8TD


15. R4T T1T 18. r 3e T 8 T j.
16. r 1e T1TD 19. T 3 T T8eR

Ahora, si las blancas juegan irreflexivamente 20. P 7 T ?,


las negras consiguen tablas por jaque continuo, con 20 .
... T S ej., etc.

52
20; T 3 A j.! R3C 23. R4 e R3C
21 T3Cj.! TxT 24. R4A
22. RxT RxP

Ahora vemos por qué las blancas estaban tan deseosas de


conseguir un final de Rey y Peón, sacrificando su Peón de ven-
taj a'. Si las negras intentan 24 .... P 4 A R. 25. R 5 R; R 4 C.
26. P 3 A; R 3 C. 27. P 4 A !, da la victoria a las blancas,
puesto que las negras no pueden defender el Peón de Alfil.

24. R2C 26. P 3 A! Abandonan


25. R5A R2A

Pues si 26 ... . R 2 R. 27. R 6 C; R 3 R. 28. P 4 A; R 2 R.


29. P 5 A, ganando el P A R negro. Y si 26 .... R 2 C. 27.
R 6 R. lleva al mismo resultado. Un espléndido ejemplo de
un eficiente plan preconcebido para un final

Dos Torres por cada bando


Los finales con las cuatro Torres no suelen ocurrir a me-
nudo. De todas maneras, vale la pena tomar en considera-
ción dicha posibilidad por el poder agresivo que constituye
la estrecha colaboración entre dos Torres. Tómese el siguiente
diagrama como un ejemplo. ·

32
Juegan las blancas. Para las blancas
sería un gran error jugar l. T X T;
T x T, puesto que las negras po-
drían jugar ... R 2 R, y ... R 3 A apo-
yando su Peón. Las blancas, por lo
tanto, deben confiar en el poder
ofensivo de sus Torres.

l. T4TD

53 '
Esta inteligente jugi:lda amenaza con capturar ·una Torre
con 2. T 8 T "D j .; R 2 R. 3. TxT j., etc.
Las negras se encuentran en un apuro, ya que si intentan
l. ... TxP A D ??, reciben mate con 2. T 8 T j.; T 1 A D.
3. TxT, mate.
No resulta mucho mejor l. ... TxT. 2. T 8 T j.; R 2 R.
3. P X T, y el Peón se corona. "
Incluso la escapada l. ... P 3 C. 2. T 8 T j.; R 2 C, no sería
una solución porque entonces 3. T (8 T) 7 T, obliga al cambio
de todas las Torres y el Peón blanco llega a la octava fila.

l. TIA 2. T(4)7T

Y ahora, si 2.... T 3 A, las blancas ganan con 3. T 7 D !, ya


que su Peón de Alfil permanece inmune. De ahí puede seguir
3.... P 3 C. ,fl. T (7 T) 7 C; P 4 T. 5. P 7 !; R 1 R. 6. T 7 T R,
y las legras no tienen defensa contra 7. T 8 C D !

2. .:. T4A 3. TxP TxPAD


, ~ 4. T7 T

ft.lllenazando mate. Las Torres tienen un enorme poder en


la séptima fila, cuyo resultado es que las blancas capturen
un segundo Peón.

4. R1C 6. P5T T6C


5. TxP T4CD 7. T 6 Cj. RlT
8. T6A

Amenazando mate.

8. TlC 11. T 8Aj. TlC


9. P6T TlC 12. TxTj. RxT
10. T (6) 7 A T3CR 13. T7R Abandonan

Las blancas pueden úbtener la victoria por una gran varie-


dad de caminos.
Este ejemplo muestra nuevamente lo que venimos repic
tiendo en este capítUlo, esto es, que la Torre desarrolla una
enorme potencia en las filas y columnas abiertas.

54
CAPITULO VIl

FINALES DE PIEZAS MENORES

En los finales de piezas menores, a menudo tiene lugar la


lucha entre el Caballo y el Alfil.
Se ha discutido mucho sobre cuál de estas dos piezas debe
ser la preferida. En los juegos de los maestros modernos, el
Alfil es la pieza más popular, debido, principalmente, a que
su esfera de actividad resulta de mayor efectividad. Los fina-
les expuestos a continuación ilustran sobre la potencia varia-
ble del Alfil en su lucha contra el Caballo.

El ágil Alfil

33 '
Las negras juegan. A pesar de que •
las negras tienen un Peón de ven- 1
taja, parece que en principio tienen "
- .u.. ;¡.
E.
~

M
••.
-

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~ ~ ~J.Í!

W'~ &':~ M~

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~
.~ A.

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~

B B ft •

·- -
ante sí una tarea de difícil resolu-¡•
ción, ya que su Rey no puede avan· B ~j • M
zar y no parece que pueda haber
U?_a mejoría inmediata de la posi-
. M>»'-*
1•ftt:i~
;w,w
f'~
Wffi-J¡;
r.- . :a

~~ ~¡(:
-~-
La jugada correcta es 1. ... A 5 A !, cortando los movimien-
tos del Caballo. Esto obliga al Rey blanco a desplazarse, de

55
tal modo que a las negras les será factible capturar pronto
otro Peón.
Como queda indicado, las negras obtienen la victoria rá-
pidamente con l. ... A S A. De ahí puede seguir 2. R 4 C; R 4 D,
y ahora las negras ' amenazan con una marcha devastadora:
... R S D; 6 D; 7 R, capturando el Caballo.
Las blancas no tienen otra posibilidad que 3. R 3 A, per-
mitiendo 3.... R 4 A, que captura el P A. Con dos Peones de
ventaja, uno de ellos pasado, las negras vencen con facilidad.
Otro método para vencer es 3.... P S R !, asegurando una
fructuosa incursión ciel Rey negro. .
En el siguiente- dia:g"-fama, las blancas no solamente tienen
un Peón de ventaja, sino que se trata de un lejano Peón
pasado. La victoria puede que se haga esperar algo, pero es
de una certeza absoluta.

34
Las blancas juegan. El Peón pasado
blanco divide las fuerzas negras. El
Rey o el Caballo, o ambos, tendrán
que impedir la promoción del Peón.
Mientras tanto, las blancas invaden
el flanco indefenso de Rey. En pri-
mer lugar, deberán llevar el Rey
hacia el centro del tablero.

1. R3A R2R 2. R3R P3A

Requisito esencial antes de jugar ... R 3 D, pero ahora esté


Peón constituirá un punto débil.

3. R4D R3D S. A3A ClA


4. AlD C3C 6. P4T! C2R
7. A4R!

Ahora ,eL Caballo está vinculado a la defensa del Peón. El


Rey negro no se atreve a moverse, ya que ello permitiría la

56
penetración R S A. El Peón pasado paraliza al Rey negro.
Por consiguiente, un débil movimiento de peones es forz¡1do.
Si los Peones negros se colocan en las casillas blancas, el
Alfil resultará de una eficacia contundente, por ejemplo:
7 .... P 4 A. 8. A 3 A; C 1 A; 9. A S D; C 2 R. 10. A 7 A; R 2 D.
11. R S R, seguido de R 6 A, capturando todos los Peones.
Si, en cambio, 7.... P 4 T. 8. P 3 C !; P 4 A. 9. A 3 A;
C 1 A. 10. A S D; C 2 R. 11. A 7 A; R 2 D. 12. R S R, como
ha quedado indicado anteriormente.

7. P4C 13. R4A C1C


8. PAXP PAxP 14. RxP C3A
9. PxP PxP 1S. A3A C2D
10. P6C! PSC 16. R4A R3D
11. P7C R2A 17. RSA R2R
12. RSR P6C 18. A6A ClC
19. ASC! Abandonan

Aunque las negras pueden impedir con su Rey que el


P C R se corone, las blancas pueden llegar con su Rey hasta
7 A D, capturando el Caballo y coronar el P C D. ·

35
Las negras juegan. Las negras tie-
nen un Peón de ventaja y a punto
de promocionar. Una confianza ex-
cesiva podría ser la causa de su
ruina.

Si l. ... A 3 T (ó l. ... A 6 T). 2. P 6 C !; P 8 A ( =D) ?.


3. CxD; AxC ?? 4. P 7 C, y este Peón no puede ser detenido.

En la posición del diagrama, las negras, cautelosamente,


juegan:

57
l. ... P S!!

Ello abre una diagonal que permite al Alfil detener a tiem-


po el Peón.

2. PXP A3T 4. CxD AXC


3. P6C P8(=D) 5. R3A

Si 5. P 7 C, las negras pueden jugar 5.... A 5 A, y ganan.

S. A6T 6. PS R

Amenazando 7. P 7 C, seguido de la promoción.

6. /
, A4A 7. P7 e A2T
Defendiendo su casilla 1 C D en el momento preciso. El
resto es un típico final con una pieza de ventaja. Las negras,
o bien capturan más peones, o bien entregan su Alfil a cam-
bio de obtener un beneficio de otro tipo.
Por ejemplo: 8. R 4 R; R 2 A. 9. R 5 D; A 1 C. 10.
P 6 R j.; R 2 R. 11. P 3 T; P 3 T, y las blancas pierden el
Peón del centro.

8. R4C P3T 14. R 1 T R6A


9. R4A R2A 15. R 1 e P4T
10. R4 R R3R 16. R 1 T A2T!
11. R 4 A A1C 17. P 4 T R6C
12. R 3 A RxP 18. P8(=D)j. AXD
13. R2 e R5A Abandonan

El ágil Caballo
Es una equivocación menospreciar el Caballo, como mu-
chos ajedrecistas modernos suelen hacer. Esta pieza puede
algunas veces desarrollar un enorme poder, especialmente
donde el contrincante tiene la mayoría de sus Peones, situa-
dos en las casillas del mismo color por donde debe despla-
zarse su Alfil.

58
36
Las blancas juegan. De momento,
ambos bandos están igualados en
cuanto a material, pero pronto se
romperá el equilibrio. El Alfil tie-
ne ante sí la tarea imposible de de-
fender cuatro Peones colocados so-
bre casillas negras. Estos Peones,
a su vez, privan de movilidad al
alfil.

l. P6D!

Esto deja a las negras sin elección, ya que si 1. ... A 4 T.


2. P 7 D !; A 3 C. 3. C 6 T; R 2 R. 4. CxP !, venciendo.

2. PxP 3. CxP

Si ahora 2. R 2 R. 3. C 8 A j., seguido de 4. CxP, con


una fácil victoria para las blancas debido a sus dos Peones
ligados y pasados.

2.... P3A 3. C4R!

La cláS¡'ca elegancia de los movimientos del Caballo es de-


liciosa. El primer punto de este desplazamiento es que 3.
... P 4 A, permite 4. CxP. El segundo punto es que las negras
no pueden jugar ... A 6 A.

3. R2R 4. R 7C

Ahora vemos la principal idea del movimiento anterior del


Caballo: las negras no pueden jugar ... A 7 A, para defender
el Peón. Por lo tanto, las blancas capturan el Peón de Torre,
consiguiendo dos Peones pasados y ligados, con una victoria
técnicamente fácil.

59"
Excepción a una excepción
El diagrama siguiente nos muestra un final con Alfiles de
distinto color.
Dícese que los Alfiles son de diferente color, cuando uno
de los bandos tiene un Alfil que se mueve por las casillas
blancas, mientras que su contrincante tiene un Alfil que lo
ha:e por las casillas negras.
Suele suceder, a veces, en tales finales, que la ventaja
de un Peón, o aun de dos, no es suficiente para ganar. Esto
es debido al hecho de qué el jugador con los Peones de ven-
taja no domina las casillas a las cuales su Alfil no tiepe
acceso.

Las blancas juegan. Basándose en


la característica de movilidad de
los Alfiles de distinto color, las blan-
cas llevan a cabo el cambio de Da-
mas. Sin embargo, no tienen en
cuenta que su Alfil quedará inmo-
vilizado, sujeto a la defensa de su
casilla 1 C D, evitando la corona-
ción del Peón negro.

l. DxD PxD! 10. A 1 e P6e


2. A3D R4R 11. R 3A ASA
3. R3A A4A 12. R 2e R4R
4. A1e R3A 13. R 3A RSD
S. R4R P4T! 14. R 2e R6A
6. A2A P4e! 15. R 3A R7D
1. A 1e A3D 16. R2 e R8A
8. A2A PSe 17. A4 R P 8 ( =D:
9. PxP PxP 18. AXD RxA
Así, la coronación del Peón ha ganado una pieza de una
manera clásica, dejando a las negras ante una fácil victoria.

60
Partida premiosa
En el siguiente diagrama, vemos un memorable final de
Caballo y Peón, en el cual el vencedor sortea varias astutas
trampas.

38
Las negras juegan. Las negras tie-
nen un Peón de ventaja. De todas
maneras, parece que el Peón pasa·
do es fácil presa. Y como veremos,
pueden colegirse otros peligros de
la posición. Sin embargo, las ne-
gras pueden triunfar, sacrificando
oportunamente su Caballo.

1. ... C6D!!

Pues si 2. CxC; P 7. 3. R 2 C; Rxe, y las negras capturan


todos los peones blancos.
Y si 2. C 2 T; R 7 R. 3. R 3 e; R 7 D. 4. R X P; R 7 A !

2. e3e es Rj. 4. RxC RxP


3. R 1 D R6D 5. e tT
Ahora las negras pueden recobrar la pieza con 5.... R 7 e ?
6. R 2 D; RxC. Pero después de 7. R 1 A; R 7 T. 8. R 2 A, la
partida es tablas.

5.... RxPD! 6. e 2Aj. R6A

Todo esto está magníficamente jugado. Si ahora 7. CxP;


R 7 C, atrapando al Caballo, que en esta ocasión puede ser
capturado sin dificultad.

7. R 1 D P7T 9. e1T P6D


8. RlA PSD 10. e 2A
61
Tratan de engañar a las negras, ya que si jugaran 10.
R 1 D; R 7 C sería definitiva.

10 . ... P4 A!

Naturalmente, no 10 .. .. PxC ?, ahogando al Rey.


Después de 10 .... P 4 A !, las blancas se rinden, ya que
a H. PxP; PxC, seguido de ... P 8 T (=D), mate.

62:
CAPITULO VIII

Otros tipos de finales

En este capítulo estudiaremos varios tipos de finales que


son de algún modo más difíciles que los que hemos exami-
nado hasta ahora. En cada caso, excepto en el último ejem-
plo, uno de los jugadores tiene un Peón de ventaja. Y en
cada caso, el método para vencer es altamente instructivo
y de gran valor práctico.

Torres y piezas menores


En la posición del diagrama que sigue, se descubren deta-
lles táctieos en abundancia que resultan interesantes, teniendo
en cuenta las muchas piezas que han sido cambiadas.

39
Las negras juegan. A pesar del Peón
de ventaja de las negras, las blan-
-cas podrían tener aquí buenas opor-
tunidades para luchar si las negras
no poseyeran algunos inteligentes
recursos tácticos a su disposición.

l. P6A!

63 ·.
Primer punto táctico. Si ahora 2. T 2 A R; TxC. 3.
RxT; C 5 R j., seguido de ... CxT, con ganancia de una pieza.

2. T 1 T P7 A

Segundo punto táctico. Si 3. R 3 D; T 4 T R. 4. T 1 T;


TxP! 5. TxT; P 8 (=D) j.

3. T 1 AR C4Aj. 4. R3D TxCj.

Tercer punto táctico. Las negras saldrán con una pieza de


ventaja.

5. RxT C6R 6. TxP C8Dj.

Las blancas no tuvieron elección.

7. R4D CxT 9. R4R P3T


8. P4T ese Abandonan
Ya que si 10. R 4 A; C 3 A. 11. R S R; P 4 C. 12. PxP;
PxP. 13. R 5 A; P S C ! Ahora las blancas no podrán nunca
apresar el Caballo, puesto que el Peón negro se coronaría sin
dificultad. Las negras, primero capturarán el Peón blanco y,
finalmente, con su Rey apoyarán su Peón hasta la octava fila.
Las blancas, en el siguiente diagrama, tienen un Peón de
ventaja y amenazados los restantes Peones negros. Por otra
parte, todas las piezas negras se hallan en una incómoda
posición defensiva. El problema de la defensa, en tales posi-
ciones, es encontrar el modo de librarse de la opresión.

40
Las negras juegan. Las blancas es"
tán bien preparadas contra 1 ... R 2 A,
j. dsc., a lo que contestarían con
2. R 5 R; R 3 C. 3. P 4 C ! ; A 6 D.
4. A X P j. y 5. R 4 D. Así, pues, las
negras intentan otro camino, pero
las blancas tienen un buen plan
a mano.
64
1 A6D 3. RS R
2. A2 T. j. R2D,j.dsc.

Las blancas amenazan 4. A 1 91 éapturando el Peón de


Alfil.

3. R2A

Si ahora 4. A 1 C; R 3 C. 5. P 4 C; AxP (gracias a 1.


A 6 D).

4. R 5 D j. dsc. R3C S. TxP T j.!


La clave de la sutil maniobra del Rey.

S. RxT 7. RxP AXP


6. RxT A8C 8. P4C R2C

Con dos Peones de ventaja, la victoria ya no resulta difícil.


Adviértase con cuánto cuidado las blancas sortean las difi-
cultades que más tarde aparecerán.

9. PS C! A8C 13. RSA A7C


10. R4 e A5R 14. P 6e AXP
11. P S A A6A 15. RXA P4C
12. P 6 Aj. RlA 16. P7Cj. Abandonan

Porque el Peón corona, seguido de mate en pocas jugadas.


Pero adviértase que 16. P X P ? ?, da lugar a tablas por ahogo.

Finales de Dama y Peón


Es . notorio que estos finales presentan gran dificultad
y que son también desesperames. El jugador que se en-
cuentra en desventaja, en cuanto a material, a menudo debe
soportar jaques en abundancia. Exige la mayor paciencia el
poder sobrevivir a tal serie de jaques.
Puesto que estamos sólo interesados en los principios fun-
damentales del procedimiento para vencer, estudiaremos dos
finales de Dama y Peón, relativamente sencillos.

65
41
Las blancas juegan. Las blancas
tienen un Peón de ventaja, pero
lo más importante es que poseen
dos Peones pasados ligados en el
flanco de Dama. Ello significa que
seguirán avanzando ambos Peones,
aunque haya que entregar varios
Peones del flanco de Rey durante
el desarrollo del juego.

l. D3D P3A 4. P4 CD! D7T


2. R2R D 3 Rj. S. D2R D2A
3. R2D D4R 6. D3D D7T
En este punto, I'&s blancas deciden llevar a cabo el avanc~
general de los Peones del flanco de Dama.

7. PSC DxPCj. 8. D2R! DxPT


Las negras, naturalmente, evitan 8... .DxD, que produce
un final completamente perdido para ellas, debido a los
Peones del flanco de Dama.

9. P6C

Las blancas han perdido su ventaja material, pero su


Peón de Caballo resulta ahora una seria amenaza. Si ahora
9.... D 1 A. 10. D 7 R j., seguido de 11. D 7 A D, fuerza la
inmediata promoción del Peón.

9.... D2D 10. D 4A

Buscando forzar el cambio de Damas con 11. D 7 A D, des-


pués de lo cual el avanzado Peón de Caballo resultará decisivo.

10. R3C 12. D 2 Aj. P4A


11. D 7 AD D3R 13. n 3 e 1

66
De nuevo el siniestro astmto del final de Rey y Peón, que
es mortal para las negras.

13. D4R 16. D6ej. R2R


14. P 1 e D1e 17. DxPT! D4R
15. R 3D R3A 18. D7Tj. R3R

Una exquisita variante es aquí 18. . .. R 1 A. 19. P 8


(=D) j. !; DxD. 20. D 8 T j. O bien 18. ... 19. D 8 T j. !;
D xD. 20. P 8 ( =D) j. En ambos casos, las blancas capturan
la Dama negra, en un ataque fulminante.

19. D 8 ej. R2R 21. R4 A D6Aj.


20. P8(=D) D6Rj. 22. R S e Rnden.

Las negras no tienen probabilidad de defenderse.


En el" siguiente ejemplo, el sistema para vencer es igual-
mente interesante.

42
Las negras juegan. Las negras tie-
nen un Peón de ventaja y está a
la vista que sus esperanzas de ven-
cer están puestas en su avanzado
Peón T R. Para que este Peón ob-
tenga el triunfo, es necesario de
nuevo un ataque fulminante.

L ... . D4Dj.

Si ahora 2. R 4 A; P 7 T !. 3. D 2 A j.; R 2 e, y las blancas


están perdidas, ya que no es posible 4. D X P; D 3 D j ., cap-
turando la Dama.
Si 2. R 3 R; P 3 A, amenazando ganar inmediatamente, for-
zando el cambio de Damas. Después . que las blancas eviten
esta jugada, las negras pueden seguir con ... R 4 C, con una
lenta pero segura victoria.

67
2. R3C D7Cj. 4. D 3D j. R2C
3. R4T P7T 5. D 4 D j. P3A!

Y ahora las blancas ya pueden rendirse, pues si 6. D 7 T j.;


R 3 C !, ó 6. D 7 D j.; R 3 T, y los jaques han terminado.

Da.ma contra Pe6n

Esto suena a juego de nifíos, pero en este caso especial,


la tarea resulta ardua, a pesar de la enorme difer encia de
material.

43
Las blancas juegan. Las blancas
necesitan llevar su Rey cerca del
Peón. Si el Peón estuviese me·
nos avanzado, las blancas gana-
rían con facilidad. Mortunadamente
para ellas, las blancas tienen me·
dios para vencer.

Existe sólo una manera de conseguir el triunfo : dar una


serie de jaques que obliguen al Rey negro a situarse delante
de su Peón, impidiéndole avanzar. He aquí cómo puede des-
arrollarse el juego:

l. D 8Aj. R7T 5. DSC R7A


2. D 8 T j. R6C 6. D 4 Aj. R7D
3. D 7 Cj. R7A 7. D3C RSA
4. D6Aj. R7D 8. D3Aj. R8C

68
Las blancas han c;onseguido obligar al Rey negro a colo-
carse delante de su Peón. Esto da a las blancas un tiempo
para acercar su Rey.

9. R3R R7T 11. D4Tj. R8C


10. D 2A R8T 12. R2R!

Otra manera es 12. R 3 D, que también conduce al mate.


8
-~ 12. .. . R6 A 13. D 1 D mate

69
CAPITULO IX {'

COMO SIMPLIFICAR PARA CONSEGUIR


UN FIN AL VICTORIOSO

La simplificación tiene dos aspectos.


El jugador que tiene ventaja de material, quiere una par-
tida plácida, sin complicaciones, de manera que pueda pro-
ceder a hacer uso de su material sin ser estorbado por cues-
tiones marginales.
El jugador que está en desventaja, por lo que se refiere
a material, naturalmente rehúye la simplificación todo lo que
puede y, de la misma manera, busca complicaciones. Cuanto
más sencilla es la posición, más asegurada tiene su derrota.
Complicaciones, trucos, confusión, pueden darle su mejor
oportunidad práctica.
Pero éste no es el único conflicto de la simplificación.
El jugador que tiene ventaja material quiere simplificar
a base de cambio de piezas, especialmente la Dama. La
Dama es la causante de las más grandes inquietudes en tales
situaciones; su potencia de largo alcance puede dar lugar
a alguna sorpresa desagradable.
Sin embargo, este mismo jugador, es contrario al cambio
de Peones. Hemos observado esto en varios finales ya ex-
puestos. Este deseo se basa en dos puntos.
Primero, necesita Peones como futuros candidatos a la
promoción. Cuantos más Peones retenga, mayores serán sus
probabilidades de coronar alguno de ellos.
No se interprete este punto demasiado al pie de la letra.
No quiere ello decir que ha de estar uno esclavizado, atento

70 :'
sólo a evitar todo cambio de Peones; sólo se quiere subrayar
que es necesario cautela.
Segundo, el adversario, que está en desventaja de ma-
terial, evitará el cambio de piezas todo lo que pueda, pero
buscará el cambio de Peones allí donde le sea posible.

Cambio de Damas
Ahora veamos algunos ejemplos sobre el cambio de Da-
mas, en el aspecto que estamos considerando.

44
Las blancas juegan. Las blancas tie-
nen un Peón de ventaja, y, natural-
mente, están deseosas de llevar a
cabo el cambio de Damas. Esto es
realizado directamente por medio
de un jaque: 7. D 4 R j.

En el siguiente diagrama vemos también que un jaque


produce el efecto deseado.

45
Las negras juegan. Las blancas tie-
nen dos Peones de ventaja, pero
tendrán que hacer frente a una , lar-
ga serie de jaques en el futuro.
Pero cuando las negras intentan
l. ... D 4 C j., las blancas disponen
de 2. D 2 R j ., forzando un final
ganado de Rey y dos Peones.

71
En la posición del diagrama 46, la rendición inmediata de
las negras llega como algo sorprendente.

46
Las negras juegan. A pesar que
las blancas tienen un Peón de ven-
taja; no parece fácil para ellas man-
tener éste.' Y se encuentran en una
posición tan abierta, que las posi-
bilidades de las negras de poder
realizar jaque continuo son muy
pn?metedoras.

iSin embargo, la rendición de las negras está bien cer-


cana; como podremos ver a continuación por el desarrollo
del -juego.

l. R2A

(O cualquier otra jugada del Rey en la segunda fila.)

2. D 7 D j.!

Si el Rey negro se sitúa -e n la tercera fila, entonces 3.


D 6 D j. obliga al cambio de Damas, después de lo cual, el
Rey blanco captura el Peón negro y avanza su Peón C D hasta
la coronación: Mientras tanto, el Rey negro está inmovilizado
por el P T R blanco, que· no puede dejar que avance.

2. RlC 4. D7Cj.
3. D 8 Aj.! R2A

Obligando al cambio de Damas.


Este es un buen ejemplo de técnica de simplificación.
Naturalmente, no siempre es necesario tener la posibili-
dad de realizar jaques con objeto de obligar a los cambios
para simplificar. Cualquier clase de amenaza decisiva, puede
llevar a conseguir el mismo resultado.

72
47
Juegan las blancas. Las blancas tle-
nen un Peón de ventaja, y, por lo
~.t•

.• • •*•
· d
·• i B
··
11·~. •...
M.&;-. A

tanto, desearían realizar un cambw B. ~- B. B.


de Damas. No tienen la posibilidad • ~--~ ~­
de llevar a cabo un jaque, pem con
8
.. A B .. ·..
!~fta~o~ ~~~~sif~e f~:r~n~:~~ r:~ •.ft.'..ft • miJ.uR..ft 6
encuentra amenazada, no tienen las '
negras nada que hacer mej'or que R
2... .D X D. y las blancas han con- d
seguido su objetivo.,
.l::;j,..
~-~ ~·-. ·~
a .

En la siguiente posición, también ocurre igual. Las blan-


cas no disponen de ningún jaque, pero en cambio, tienen la
posibilidad de llevar a efecto una amenaza igualmente efectiva.

48
Las negras juegan. Las .blancas tie-
nen un Peón de ventaja. Adepí.~s,
_,.......----.......... están en una posic~ón pre'ponderai1-
te en vista de una amenaza de ma-
-·----""""'' .te con D 7 R, por lo tanto, fuerzan
a las negras a buscar el cambio de
-="---...1 Damas.

l. D8Aj. 4. T7 AD Tl C.D
2. R2C DSA 5. TxPA T3C
3. DxD PxD 6. T7 A T7C

Si la Torre negra se queda en la tercera fila, las blancas


vencen avanzando los Peones del flanco de Rey, escoltados
por el mismo:

73
7. T6A TxPT 12. P3A P4TD
8. TxPA R .2 C 13. P4T P3T
9. T6D T4T 14. PSC P4T
10. P4C TST 1S. PSA T8T
11. R3C T6 T j. 16. T7 Cj. Abandonan

Los Peones blancos avanzan irresistiblemente.

Otros métodos d'e simplificación


En' la pOsición del diagrama 49, vemos todo un arsenal
de amenazas, utiiizadas por las blancas, para obligar a un
final favorable y luego resolverlo victoriosamente.

49
Las negras juegan. De momento, el
material está igualado. Sin embar-
go, l<1s ,blancas tienen a su favor la
desagradable amenaza de .T 8 D, ja-
que, capturando la Dama negra. Si
las negras intentan l. ... D S R, j.
2. P 3 A; D 6 R. 3. A 6 A !, gana.
Y si l. ...D 3 R. 2. D 3 D !, es deci-
sivo.

En vista de estas variantes, las negras deciden entregar la


Dama.

l. TXA 3. DxD
2. T 8 D j. RxT

La Dama es, sin lugar a dudas, más fuerte que la Torre


y el Alfil. La continuación de la partida es un magnífico ejem-
plo del poder de la Dama.
La amenaza inmediata de las blancas es de 4. D S R, ata-
cando la Torre. Si entonces 4.... T 3 C. S. D 8 T j., captu-
rando un Peón. Asimismo, después de 4. A 1 A. S. D 8 C j.
Finalmente, si 4.... T 1 C ? ?. S. D 8 C j., captura la Torre.

74
3. .. . . T3C 4. D4R!

Amenazando capturar el P T D, con 5. D 8 C j., o el P T R,


con 5. D 4 T j.

Las negras deben perder uno u otro Peón. ¿Cuál de ellos


ha de conservar? El P T R, puesto que si pierden éste, las
blancas conseguirán inmediatamente un Peón pasado. Este
Peón pasado avanzará de inmediato, constituyéndose en una
muy seria amenaza.

4. P3TR 6. DXP j. R1A


5. D8Tj. R2R 7. P4 TD!

Una jugada inteligente. Las blancas amenazan con 8.


P 5, aprovechando la circunstancia de que las negras no
pueden jugar P X P, porque perderían el Alfil, y la continua-
ción sería P 6 T, con un peligroso Peón pasado, que no
tardaría en coronar.

7. ASC 9. D 5 R j. RlC
8. n 8 ej. R2C 10. P4 A

Una buena jugada encaminada a desplazar la Torre de


su fuerte posición en la tercera fila.

10. . . . T3R 11. D5CD AlA

Adviértase que 11. ... A 4 D, es una equivocación com-


pleta, debido a 12. P 5 T !, y 13. P 6 T, con un victorioso
Peón pasado.

12. P5A T3D 13. R 3A!

Las blancas trasladan su Rey al flanco de Dama. Intentan


capturar el P C D.

13. . .. TSD 14. R 3 R

Cambiar Peones con 14. DXP; TxP, iría contra el prin-

75
cipio de evitar el cambio de Peones. Esta captura haría extre-
madamente difícil la victoria de las blancas.

14. . .. T5CD

Si, en cambio, 14 .... A 4 A. 15. D 8 R j.; R 2 C (tiene que


proteger su P A), 16. D 5 R j., seguido de 17. DxT !, con
una victoria fácil.

15. D 8 R R2C 16. R3 D RlC


17. R 3 A

Amenazando con la liquidación mediante 18. DXA j., se-


guido de 19. RxT, etc.

17. . .. T5C

Tratan de evitar que el Rey blanco atraviese la cuarta


fila. ~i 17.... T 8 C. 18. R 4 A; T 5 C j. 19. R S D; T 7 C.
20. R 6 A, y mientras mantienen al P C D bajo ataque, avan-
zan los Peones del flanco de Rey contra las debilitadas fuer-
zas de las negras.

18. D 5 C A 4A

El juego está alcanzando su punto decisivo.

19. R 3 e

Ahora las negras están perdidas.


Si 19 .... T S C j. 20. DxT !; AxD, y 21. RxA, etc.
Si 19 .... A S D. 20. P 6 A !, amenazando con 21. D 8 R j.,
y 22. D X P j. Después de 20. . .. A X P. 21. D X P, y obtienen,
por fin, el Peón pasado en el flanco de Dama.
Así, pues, las negras no tienen nada mejor que hacer que
20 .... R 2 T. Pero, entonces, 21. D S A j.; T 3 C. 22. D 7 D;
AxP. 23. DxP j.; A 2 C. 24. D S A, es decisivo.

19. . .. R2C 20. P 5 T! Se rinden

76
1)
Puesto que si 20 .... T S C j. 21. DxT; Ax á 22. P 6 T !1,
fuerza la coronación del Peón.
Un final magnífico, jugado con estilo maestro por las
blancas. r

En la posición del siguiente diagrama, una maniobra, ex-


tremadamente sutil, da la victoria a las blancas.

so
Las blancas juegan. Dado que las
blancas tienen un Peón de ventaja,
parece a primera vista que la con-
tinuación lógica es realizar el cam-
bio de Damas y Torres, pero en
este caso, las blancas no pueden ga-
nar.

Si las blancas juegan l. DXD j.; RxD. 2. TxT j.;


R X T, la simplificación a nada práctico conduce, porque el
Rey blanco se encuentra encadenado por el Peón negro pa-
sado de T D. Los Peones del flanco ¡:le Rey blancos, no pue-
den ganar por sí solos, y por ello las blancas se yen obligadas
a hacer tablas. .· · ·
.Sin embargo, las blancas pueden triunfar con un sutil
movimiento de espera.

1. D6C!!

Ahora las negras no pueden jug~r l. ... R 1 A ? ?, debido


a 2. T 8 C, mate. "
Ni tampoco pueden jugar l. ... D 2 D ? ?, por 2. T 8C j.;
R 2 R. 3. D S C j., y mate a la próxima jugada.
Tampoco pueden desplazar su Dama muy lejos, por la
contestación 2. D X P j. ,.
Por lo tanto, las negras sólo pueden efectuar una jugada
de Peón.
Si juegan 1. ... P S T, entonces 2. R 1 A !. Si ahora 2.
... P 6 T, las blancas cambian todas las piezas y entonces jue-

77'
gan R 1 C, R 2 T, capturando el Peón y venCiendo fácilmente
después . de R 4 C, S A, 6 D, etc; ·
Y si las negras juegan 2. . ..D 6 T j ., las blancas ganan con
3. R 1 C; D 2 R. 4 R 2 T; P 6 T (obligado). S. D xT j., etc;
1. ... P SC 2. PxP PxP
O bien 2 .... D x P j. 3. R 2 R; D 2 R. 4. D x T j.; DxD.
S. TxD; RxT; 6. R2 D; R 3 C. 7. R 3 A, seguido de R 2 C,
3 T, 4, T y RxP.
3. Rl D! Se rinden
Lª§"_ neg:tªs Jtl:laiJ.dpnan la lucha porque si 3 .... P 6 C. 4.
P X P, y las blancas, d~spués de las cambios, capturan con su
Rey el Peón negro.
O bien, si 3.... P 6 A, después de los cambios las blancas,
co~)í;l maniobraR 1 A, 1 C, 2 T, 3 e y RxP.

51
Las blancas juegan. Las blancas tie-
nen un Peón de ventaja, pero _no
pueden, de ningún modo, hácerlo
valer en un final de T y P. Por lo
tanto, deciden realizar la maniobra
T 6 R seguido de T S R, forzando
un victorioso final.

En el siguiente ejemplo, las blancas vencen a través de


una serie de deliciosas estratagemas.
l. T6R R2D 2. TSR TxT
3. PXT
Si ahora 3... .R 3 R. 4. R 4 D; R 2 R. S. R S D; R 2 D.
6. P 6 j.; R 2 R. 7. R S R; seguido de 8. RxP, y las blancas
ganan.

3. ... R2R!
Poniendo una taimada trampa.
Si 4. R 4 D; R 3 R, y las blancas no pueden ganar.
Por ejemplo: 5. P 4 R ?; P 5 A !, y las negras capturan el
Peón avanzado.
O bien, si 5. R 5 A; RxP. 6. RxP; R 5 R. 7. RxP;
RxP. 8. P 4 C; P 5 A, ambos bandos obtienen nuevas<Da-
mas, con un final de tablas.
4. R3D
Ahora, a 4.... R 3 R. 5. D 4 D, gana, como se ha mos-
trado anteriormente.
4. ... R2D 5. P4R!!
Si 5.... PxP. 6. RxP; R 3 R. 7. R 4 D; R 2 R. 8. R 5 A,
y las blancas entregan su Peón del centro, para capturar am-
bos peones del flanco, con lo cual ganan.
5. . .. P5A! 6. R2R!! R3R
La última esperanza de las negras. Después de la respues-
ta 7. R 3 A ? ?; RxP, y las blancas pierden.
7. R 2 A ! ! R XP 8. R 3 A Abandonan
Puesto que tienen qne mover su Rey, permitiendo 9. RxP.
Un emocionante y bello final.
La posición del diagrama 52, que figura a continuación,
conduce a una habilidosa transición hacia un victorioso final
de Rey y Peón.

52
Las negras juegan. El material está
igualado, pero las negras pueden
forzar un victorioso final de Rey y
Peón. El primer movimiento de las
negras es la clave del triunfo.

79
l. T SAj. 3. · RXT RxT
2. TxT TxT j. 4. R2D R7C

Las negras continúan, cualquiera que sea la jugada de


las blancas, con .. .R 6 C y ... R x P. Esto les proporciona un
victorioso final de Rey y Peón, como ya sabemos por los
ejemplos vistos.
Hasta ahora hemos estado hc\ciendo uso de valiosas reglas
para ganar con ventaja de material.
Pero estas reglas no son leyes infalibles; son sólo reglas
orientadoras, y tienen algunas excepciones.
En el próximo capítulo estudiaremos las más importantes.

80
CAPITULO X

EXCEPCIONES: NO SIEMPRE SE VENCE


CUANDO SE TIENE VENTAJA MATERIAL

Cuando un jugador ha trabajado duramente para conse-


guir ventaja de material y luego se da cuenta de que, a pesar
de ello, no puede ganar, sufre una honda decepción. Desde
un punto de visto sicológico, resulta de gran ayuda fami-
liarizarse con algunos casos comunes, en los que poseer ven-
taja material no es suficiente.
Tal conocimiento tiene también un gran valor práctico.
Si se está preparado para hacer frente a un peligro, es más
fácil de evitar.

Alfiles de distinto color


Ya hemos visto algunos casos de este tipo de finales.

53
Las blancas juegan. A pesar de po-
seer dos Peones de ventaja, las blan·
cas se ven impotentes para vencer.
Su dificultad estriba en que no do-
minan las casillas negras. Sus Peo-
nes no pueden avanzar y su ver.>·
taja de material es una ilusión.
81
Adviértase, de todas maneras, lo siguiente: Si los Peones
blancos estuvieran separados, a gran distancia, digamos, por
ejemplo un P A R y un Peón del flanco de Dama, entonces
vencerían, puesto que las fuerzas defensivas estarían dividi-
das, con el Rey negro bloqueando el avance de un Peón
y el Alfil deteniendo al otro. Como ya sabemos, por ejemplos
vistos en este libro, la defensa dividida está llamada a fra-
casar.
En otras palabras, no hay nada dogmático sobre esta <<ex-
cepción». Los Alfiles de distinto color pueden dar lugar a
tablas, como pueden no dar lugar a ello. Todo depende de
la posición del resto de las piezas. Esto explica que, en cier-
tas posiciones (diagrama 37), con un Peón de ventaja se gane,
y en otras (diagrama 53), con dos Peones de ventaja, no
pueda ganarse.
Todavía otra <<excepción a la excepción», aparece en el
final de Alfil y Peón (diagrama 40). En aquella posición, las
blancas, con dos peones pasados y ligados, dominan las casi-
llas de ambos colores.

Cuándo se pierde, tenie-nd.o ventaja de material

••••
R:tB •tt~t
tB ~• at•
• • • • 54
• ••••
~ ljlll ·~ ljWJJ l j Las blancas
iJ, • •
jt O • •
- · "~ W.B ~
juegan. Las negras tie·
nen dos Peones más y calidad. Sin
"~ embargo, las blancas deben gan~r
. W..~U po;que la cla~ada de la Torre anuta
• • ii~::J. a a. e.s~a y parahza por completo la po·
SlCIOn.

1. TXT TXT 2. P4T R

Jugada para prevenir ... P 4 C, seguido de ... R 3 C, por


lo cual las negras se libertarían, ganando.

82
Las blancas deben mantener la posición. Este es el mé-
todo para ganar.

2. P3T 3. R2C P4CR

Las negras confían en poder jugar ... R 3 C.

4. p 5! Abandonan

¿Por qué? Las negras no podrán jamás liberarse de la


posición en que se encuentran. Tienen, por lo tanto, que limi-
tarse a mover los Peones. Pronto o tarde, terminarán con el
movimiento de los Peones y tendrán entonces que mover su
Rey, perdiendo la Torre. · ··
Los Peones blancos resultaron tan eficaces, que el Alfil
blanco ha valido más que la Torre negra.
En el diagrama 55, tenemos otro ejemplo de «zugzwang>>,
vocablo alemán utilizado para describir aquellas situaciones
en las que la obligación de jugar ocasiona un perjuicio.

SS
Las blancas juegan. Esta excepción
es realmente sorprendente. Si las
negras tuvieran un Peón de venta-
ja, el resultado sería tablas. Pero
con dos Peones de ventaja, las ne-
gras están .perdidas.

l. D7Rj.

Ante esto, las negras tienen una sola contestación, ya que


si l. ... P 4 C. 2. D 1 R j., y mate en la próxima jugada. ·

1. ' ... D4C 2. D 4 Rj.! D5C

83
Ahora viene la jugada que coloca a las negras ante el «ZUg·
zwang»:

3. D3R!! Se rinden

De cualquier manera que jueguen las negras, son forzadas


a una posición de mate. Por ejemplo:

3.... P 4 C. 4. D 1 R j., y mate a continuación.


3... .D 4 C. 4. D 3 T, mate.
3... .D 4 A. 4. D 3- C, mate.

Tablas por ahogo


Hace siglos, cuando fue ideada la regla de tablas por
ahogo, se la concibió, sin duda, como un castigo para juga·
dores descuidados o ambiciosos. Hoy es, más que nada, un
medio para que ingeniosos ajedrecistas desesperados se las
arreglen para encontrar lo que a veces es la única salida en
posiciones que estarían totalmente perdidas, sin este recurso.

56
Las blancas juegan. Ya hemos visto
en otro ejemplo (diagrama 43) cuan·
do tuvieron que luchar las blancas
para ganar con una Dama contra
tm simple Peón. En esta posición,
el caso es más humillante, porque
no hay manera de conseguir el
triunfo.

El Rey negro se encuentra ahogado. Si la Dama se alej a


para dar al Rey libertad de movimiento, entonces las negras
juegan ... R 7 C y amenazan con coronar su Peón. La única
manera que las blanca<> tienen para evitarlo, son nuevos ja-
ques, con lo que se repetirá la posición de ahogo. Resultado :
¡tablas!

84
57
Tablas. Si en la posición del diagra-
ma se corrieran todas las piezas una ,
columna, las blancas vencerían fá-
cilmente. Pero en esta posición, el
Peón en la columna de Torre con
el Rey contrario delante, el resul-
tado es tablas, cualquiera que sea
mano. )

Si son las blancas las primeras en jugar, el juego puede


seguir:
l. PST RlC
Con el Peón en cualquier otra columna que no sea la de
Torre, en la disposición en que se encuentran las piezas, las
blancas ganarían, simplemente, avanzando su Rey hasta la
séptima fila, con lo que se asegura la coronación del Peón.
Con el Peón en la columna de Torre, esto es imposible, por-
que el Rey blanco no dispone de espacio.
2. R6C RlT 4. p 7 j. RlT
3. P6 RlC 5. R6T ¡Tablas!
Si son las negras las que juegan en primer lugar, el resul-

... . . .
tado es el mismo .


it~
• •
• • •


58
U g ~ Las bl~ncas juegan. ~on un Peón y
•~ •~ !W'$ií;lf. • •;;z~ una preza de ventaja, las blancas
B B. B. • ganan ~á~ilmente. l. A 5 D j ; ~ 1 C.

~q
·.~gJt·• B.• JI~ ~~prlMci;
g
~!t~· Ji: e~b;r~~. j~~~~
posición del sig~iente dia~rama •. con
JI• R • .B ·.. ~ la mrsma ventaja de Peon y pieza,
las blancas tienen que, conformarse
:r:m 0 con tablas.

85
•••
••"f,•• ••.••
ft~ •
• • •
• • • • .59
E ~ ] E . .E • E • .Las
Tablas, cualquiera que sea mano.
• . · • !'#.'. ~. blancas tienen la misma venta-
~
.,.•~---.:::•=~"""-""'•-.·-"'"•
""
~"'"
ja material que en el ejemplo ante-
" --' rior. ¿Cuál es la diferencia para
- que esta posición sea tablas?

La diferencia entre las posiciones de los dos últimos dia-


gramas consiste en que el Alfil blanco, en el primer ejemplo,
se mueve por casillas blancas, y en el segundo ejemplo, por
casillas negras. En el primer caso pueden desplazar al Rey
negro, ppr medio de un jaque, de la casilla 1 T, y' en el
segundo caso, nunca podrán conseguirlo.
En la posición del diagrama 59, si las blancas juegan de
inmediato l. P 7, se ha llegado a una posición de tablas, ya
que el Rey negro no tiene casilla para moverse. Cualquier
otra maniobra, tampoco conduce al triunfo. Por ejemplo:
l. ASR
Y de nuevo se ha llegado a tablas. O bien:

l. RST R2T 3. R6C RlC


2. RSC RlT 4. ASR Rl T!
Y las blancas nada pueden conseguir.
Hemos visto, por consiguiente, que cuando la casilla de
coronación es de diferente color de las casillas por la que se
mueve el Alfil, el juego es tablas. Esto tiene aplicación única-
mente en el caso que se trate de un Peón de Torre, y con las
fuerzas, únicamente, de los ejemplos que estamos conside-
rando: Rey, Alfil y Peón contra Rey.
Es muy conveniente familiarizarse con las excepciones
que hemos señalado en el presente capítulo, para evitar sor-
presas desagradables y poder apreciar, en su valor real, cier-
tas posiciones.

86
CAPITULO XI

LA CONFIANZA EXCESIVA ES PELIGROSA

Nada crea tanta confianza excesiva, en ajedrez, como la


ganancia de material.
Y, recíprocamente, lo más desalentador es la pérdida de
material debido a algún movimiento mal meditado.
Tales equivocaciones, cuando se cometen al principio, pue-
den ser neutralizadas más adelante. Es aún posible remediar
satisfactoriamente una equivocación cometida a mitád del
juegó. Pero en el final, cuando el resultado del juego ya está
a la vista, los errores de última hora, producto de la con-
fianza excesiva, pueden resultar altamente penosos.

El elemento de sorpresa

La confianza excesiva genera el error cuando creemos que


está garantizado el curso normal de la partida; cuando no
precavemos un poderoso recurso infrecuente, como un jaque;
un sacrificio, una posición de ahogo. Después, la víctima lo
deplorará: «Pero, ¿quién hubiera imaginado que una jugada
de aspecto tan tonto ... ?»

87
60
Las negras tienen una pieza de ven-
taja, pero se encuentran algo re-
trasadas en el desarrollo. Advier-
ten que su T D no puede ser
capturada, debido a la réplica
... D X P T mate. Esto les da una
tal seguridad que desdeñan la cui-
dadosa (y victoriosa) jugada l.
.=.=a--....1 .. . T 2 T D.

En la posición del diagrama, las negras, confiadas, come-


ten un grave error.

1. A2C??

Esperando 2. DxA; DxP T mate. Pero ...

2. TxPAj.!!

La brillante jugada, que las negras no tuvieron en cuenta.

2. RxT 3. DxAj. D2R

Si el Rey se mueve, Ias blancas capturan la Torre con


jaque, y aún les queda tiempo para detener la amenaza de
mate de las negras.

4. T 3ARj.!

La jugada que demuestra la firmeza de la combinación.

4. RlR 8. TxPC R2A


5. DxT j. DlD 9. T2C RlR
6. DxDj. RxD 10. T 1 e T6T
7. T6A R2R 11. T7TD Abandonan

Naturalmente, la enorme ventaja de material que las


blancas tienen, ha de proporcionarles fácilmente la victoria.

88
¡Tablas por Rey ahogado, en la partida de un experto!
Esto, en efecto, le ocurrió a uno de los más grandes aje-
drecistas actuales; descuidó la lógica posibilidad de ahogo.
Sammy Reshevsky, en el torneo de candidatos para el
Campeonato Mundial de 1953, y jugando con blancas, llegó
a la posición del siguiente diagrama, con perspectivas de una
fácil victoria.

61
Las blancas juegan. Con dos peones
de ventaja, las blancas deberían
vencer. Su continuación natural es
l. T 8 T D, con una lenta pero se-
gura victoria. En lugar de ello, des-
cuidan por completo la posibilidad
de tablas, por ahogo, jugando irre-
flexivamente, como sigue.

l. T6AR?? T6Aj.

Ahora, si 2. R 2 R; TxP C. 3. TxP j., y las negras con-


siguen fácilmente las tablas, ya que las fuerzas de las blan-
cas. están demasiado mal emplazadas para valorizar el Peón
de ventaja.

2. R2C TxP ej. Tablas


1
Si las blancas capturan la Torre, el Rey negro está ahcr
gado. Si las blancas no toman la Torre, la continuación po-
dría ser la siguiente:

3. R2T T 6 T j. S. R2A T6Aj.


4. R2C T6 CJ. 6. R2R TxP

Así, pues, las blancas aceptaron las tablas inmediatamente.

89
El que ríe el último
Con un Peón de ventaja, las negras conducían la partida
confiadamente, llegándose a la posición del siguiente dia-
grama.

62
Las blancas juegan. Las blancas
atacan el Caballo, pero su Alfil de
-~·.:;::::, 1 Rey también está atacado. Si las
blancas juegan l. A X e, las negras
contestan l. . T X A. Pero las ne-
o o

gras no han previsto otras posi-bi-


lidades de las blancas.

l. ASAD!!

Ataca la Torre negra y amenaza mate con 2. A 8 A jo; R 1 C


(o R 1 T). 3. A 6 T j. dsco, y mate en la próxima jugada.

l. ... A2R
Las negras intentan perder «Solamente» la calidad, pero,
naturalmente, esto es suficiente para perder la partida.
2. AXT AXA 5. T 8 R P4A
3. PSA! P6R 6. A 4 A A 3D
4. P6A! CSR 7. P7 A AxPCj.
No importa lo que hagan las negras. El Peón de Alfil pa-
sado, les costará una pieza.

8. R2C AxP 10. TxA PSA


9. T7Rj. R3A 11. R 3 A Se rinden
Con una Torre de ventaja, las blancas pueden vencer a
placer.

90
Todo es bueno cuando termin,a. bien
Hacer hincapié en las equivocaciones derivadas de la con-
fianza excesiva, sería una triste nota para acabar este libro.
Así, pues, lancemos una última mirada a una situación en la
cual el futuro ganador ha adquirido una confianza excesiva,
pero puede todavía arreglárselas para reaccionar magistral-
mente antes de que sea demasiado tarde.

63
Las negras juegan. Con tres Peones
de ventaja, las blancas están com-
prensivamente alegres con su posi-
ción. Pero la fantástica jugada de
las negras, pronto destruirá esta
sensación de confianza excesiva.

l. T8Tj.?! 2. RXT PxP


Ni el Rey blanco ni su Torre, a lo que parece, pueden
detener el Peón, que se convertirá en Dama.
De todas maneras, las blancas pueden salvar el juego.
A la violenta jugada sorpresa de las negras, las blancas res-
ponden con otra aún más efectiva y violenta sorpresa.

3. T SAR ft RxT 4. · P4CRj.!! RxP


Ahora, las blancas pueden parar el Peón.

S. R2C Abandonan

Las blancas, triunfalmente, han justificado la tesis de este


libro: ¡ El bando que posee la mayoría de fuerza, debe resul-
tar vencedor!

91
SEGUNDA PARTE

COMO LUCHAR
EN LA DEFENSA
Esta parte del libro está completamente con-
sagrada a la técnica del combate defensivo. Nos
enseña los recursos que se pueden encontrar para
una defensa, y proyectar la manera de organizar
debidamente un contraataque.
Míster Reinfeld, una autoridad internacional
en el mundo del ajedrez, ilustra su texto con mu-
cos ejemplos instructivos, que facilitan su com-
prensión. Y demuestra que, muchas veces, el
jugador que está a la defensiva, puede sentirse
satisfecho con una defensa factible, en lugar de
engañarse a sí mismo, tratando de conseguir más
de lo que las circunstancias le ofrecen.
Algunas veces, los planes de defensa se desvían
o debilitan en un momento crucial, lo cual puede
dar lugar a un colapso de la posición. Míster
Reinfeld cree que mediante el estudio de estos
fallos, así como por una buena ejecución de la
defensa, se podrá aprender la manera de cuándo
y cómo evitar un desastre.
Durante los años en que el lector se dedique
a jugar al ajedrez, podrá encontrarse en muchas
importantes ocasiones en las cuales el conoci-
miento de estos capítulos le será de inestimable
valor.
CAPITULO PRIMERO

CONTRAATAQUE: COMO RESOLVER LA CRISIS

No hace mucho tiempo leí, en una revista, un artículo


acerca del presidente de un club de beisbol, el cual es famoso
por su espíritu combativo y agresividad. No me sorprendió
enterarme que este presidente no tenía igual en cuanto a
vociferar y chillar durante el curso de un partido. Pero en
cuanto fallaba su equipo, este individuo parecía que «había
perdido ya todo interés».
Lo mismo sucede con algunos jugadores de ajedrez. Ata-
can, porque les ~usta hacerlo; se defienden porque no tienen
más remedio.
Pero tendemos a realizar mal las cosas que nos disgus-
tan.Y como suele disgustarnos la defensa, nos defendemos de
un modo mezquino; sucediendo que muchos juegos que se
pierden, podrían haberse ganado.
¿Quién no se ha detenido a pensar, que la habilidad en un
juego de ataque, puede jugar un gran papel en la defensiva?
Hay que olvidar la cree:p.cia general de que la defensiva sola-
mente consiste en una maniobra pasiva, moviéndose con
lentitud y siempre con el temor de recibir un golpe decisivo.
, Muchas veces es posible aplastar al adversario atacante,
mediante la realización de un empuje vigoroso.
Si se aplican los recursos disponibles con toda exactitud,
el atacado, a su vez, puede atacar. En una palabra, em-p lear
la defensa en una modalidad agresivá. He aquí cómo:

97
Circunstancias para un contrajuego
Pondremos algunos ejemplos con objeto de poder darnos
cuenta de la diferencia existente entre una defensa activa y
una defensa pasiva.
En el diagrama 1 veremos, por ejemplo, lo que nunca
haría un jugador pasivo.

1
Las negras juegan. A primera vista
parece que las negras pueden ganar
una pieza con el doble ataque
... D 3 R j . El Alfil blanco está ata·
cando la Torre negra. Estas, de un
modo sencillo pueden salvarla con
... T 1 C. En su lugar jugaron como
sigue.

l. D3 Rj.

Ahora si las blancas intentan salvar su Alfil mediante


2. A S R ? (defensa pasiva), perderán su Alfil después de 2.
... P 3 A R.
Las blancas deben de encontrar la manera de realizar un
contrajuego. .. ¡Una defensa activa! Por ejemplo:

2. D2R

La Dama negra queda clavada y de ·e sta manera se ha


salvado el Alfil.
Este es un ejemplo muy claro, en el cual las blancas se
han enfrentado tomando una enérgica decisión. Tenían que
encontrar el movimiento preciso, de otro modo su Alfil se
perdería inmediatamente.
Pero algunas veces la crisis, aunque real, no resulta tan
apremiante para la defensa. En tales casos resulta mucho
más fácil enderezar un juego que parece perdido.

98
El diagrama 2 ilustra esta posibilidad.

2
Las blancas juegan. Las blancas ne-
cesitan salvar su P R, atacado, y· al
mismo tiempo, conseguir un poten-
te Peón en el centro, con P 4 R. ¿Es
este un plan bueno o malo?

Las blancas juegan de un modo que parece lógico.

l. P4R PxP

Ahora las negras deben proceder con sumo cuidado. Si


juegan torpemente, 2.... C 2 R les quedará una posición sin
esperanzas, después de 3. P 5 R; C (3A) 4 D. 4. C 4 R. Las
blancas consiguen una magnífica posición de ataque con la
columna abierta de A R, y con un potente Caballo centra-
lizado, así como su Dama y Alfil dispuestos para una acción
en el flanco de Rey. Y su T D puede también cooperar rápi-
damente al ataque mediante T 2 T- T 2 A R.
De este modo se presenta la crisis. Las negras pueden
jugar descuidadamente, cayendo en una posición defensiva
irremediable, o bien, crear para las blancas una situación de
debilidad.

2. CxPD

De este modo se gana un Peón y destruye el potente Peón


del centro de las blancas y con ello su espléndida posición
de ataque. Si ahora 3. P XC; D X P j. capturando la T D de
las blancas.
Se ve, pues, que el vigoroso contrajuego de las negras ha
resuelto su problema.
En el diagrama 3 se puede observar clara1ne:VJ.te cómo

99
volvemos a una situación en la cual la crisis es drástica e
inmediata.
La posición de las negras está tan enérgicamente amena-
zada, que parece que su'.juego está completamente perdido .

•• .
BJ..E
~. -~-
~i1il
..

•• ••••
~ ~ . .

t•~·
[1tB
~

3
B ~
• o ¡iiJ.í-~·
~.
Las negras juegan. Las blancas

• •••
amenazan D X A, j. seguido de
mate. También las blancas amena-
Dftll
"' ~ zan ganar una pieza con T x A,
-~
, • < o C X A. ¿Podrán las negras sos-
¡¡ 1!1'* < 7.
tenerse en esta situación?
''~-

La mayoría de los jugadores no verán la manera de sal-


varse en esta apurada situación. ¡ Pero existe un medio, si
las negras están decididas a ponerlo en práctica!
El problema es el siguiente: ¿Cómo evitar el mate sin que
sea a costa de la pérdida del Alfil?
Si existe un medio, debe estar fundamentado en una «con-
traamenaza», por ejemplo, con una amenaza de mate y de
este modo las negras encontrarán los recursos que precisan:

1. D3CR

Defendiéndose contra la amenaza de mate. Al mismo tiem-


po, las negras, de un modo indirecto, defienden su Alfil por
su amenaza de ... D 8 C D j. seguido de mate.
En otras palabras, las blancas deben estar ahora preve-
nidas para evitar el mate, dando a las negras tiempo para
salvar su Aliil.
De este modo puede verse cómo las negras, con su contra-
juego, salvan una situación en la cual muchos jugadores
hubiesen ya considerado el juego perdido.

100
Cómo encontrar el fallo oculto
Los primeros pasos para llegar a ser un jugador diestro
es el establecer una defensa con un espíritu agresivo.
Si el jugador procede de este modo le será posible encon-
trar sutiles recursos defensivos, los cuales otro jugador nunca
podría spñar.
Mediante el logro de un contrajuego activo, con frecuen-
cia puede conseguirse la dispersión de las fuerzas atacantes,
y aún más todavía, llegar a dominar al adversario.
El diagrama 4 nos ofrece un buen ejemplo que sirve de
comprobación a lo manifestado.

4
Las negras juegan. La Dama negra
está atacada, así como su P. D. Na-
turalmente, hay que pensar prime-
ro · en salvar la Dama. ¿Significará
esto la pérdida del Peón? No cabe
duda que se trata de una difícil
situación para las negras.
Si juegan simplemente ... D 2 A, entonces las blancas con
2. D X P D ganan un Peón. 1
Si las negras juegan l. ... D 5 C, sigue 2. DxD; PxD. 3.
C 6 C; T 1 C. 4. CxA; TxC y 5. TxP, de nuevo las blancas
han ganado el Peón, sin compensación para las negras.
¿Tienen las negras que perder un Peón? Si están lo bas-
tante alerta para: dárse' cuenta de lo que sucede, podrán jugar

l. D2A 2. DxPD

Ahora viene una sorpresa.

2. T 1 D !!

101
¿Entrega de Dama?

3. DxD TxT j. 4. e 1A AlD!

El plan excepcional de las negras consigue atrapar la


Dama blanca, que no puede hacer nada mejor que capturar
una pieza menor . En este caso, las negras han conseguido
la calidad por un Peón. Esta ventaja asegurará la victoria
a las negras. ·¡
El juego de las negras en el ejemplo anterior es nota-
blemente sagaz, pero la manera de defenderse las blancas
en el siguie.g.te ejemplo, es todavía más fascinadora, especial-
mente desde el punto de vista deportivo.
En la posición del siguiente diagrama, las blancas empren-
den su defensa en un momento ya difícil y con la certeza
de todos los espectadores, que las negras conducen una parti-
da brillantemente vencedora.
~

S
Las negras juegan. Aparentemente,
la situación está igualada en lo que
respecta a material. Pero la posi-
ción de las negras es más amena·
zadora, con una Torre en séptima,
que es una fuerte amenaza. En cam·
bio, las fuerzas blancas están dis-
persas y la Dama no puede acudir
a la defensa del flanco de Rey.

Bien conscientes de la fortaleza de su posición, las negras


tratan de llevar a cabo una decisión ·en e¡ flanco de Rey.

l. DlA

Esta parece una jugada muy fuerte, ya que las negras


amenazan con 2... .TxP C R j.
Si entonces 3. PxT; D 7 A j. seguido de mate. Si en su
lugar se juega 3. R 1 T; TxP T j. 4. RxT; D 7 A j., etc.
¿Cómo pueden defenderse las blancas?

102
Si aplican un juego puramente pasivo con 2. T 1 A R, las
negras responderán con 2.... TxT j. 3. DxT; D 4 A j. ganan-
do el Caballo. ·
Esto dejaría a las negras con la ventaja de dos Peones y
calidad y con un juego en vías de ganarlo.
Por lo cual, la mejor jugada que podrán realizar las blan-
cas podría ser la siguiente:

2. AXT DXA

Aparentemente, las negras habían calculado muy bien las


jugadas, ya que amenazan con 3 ... D 7 C mate.
Si las blancas juegan 3. D 1 A, que parece ser la ·única
defensa, seguiría 3.... T 7 C j. 4. DXT; DxT j. y S.... DxC.
Y con dos Peones de ventaja las negras tienen una partida
fácilmente ganada.
Pueden verse las alternativas de las blancas: o reciben
mate- mate inmediato- o pierden el final (con una muerte
lenta, con tortura). O bien ... , ¿tienen las blancas alguna salida?
¡Solamente hay la siguiente!

3. C6Aj. ¡Abandonan!

¿Cómo es posible que las negras abandonen cuando están


a punto de conseguir el mate? ¿Por qué?
En primer lugar, si las negras juegan 3... .P XC, permitiría
a las blancas continuar el ataque con 4. D 8 R j.; R 2 C. 5.
T 7 D mate.
Si las negras juegan 3.... R 2 A (o R 1 T. 4. D 8 Rmate).
4. D 8 R j.; RxC. ~~·· 6 D j.; R 4 C. 6. D 6 C mate !
También las negp · 'tl:'" í.<Úl jugar 3.... DxC, pero seguiría
4. D 3 e j. ganando.~ ~~iY por consiguiente la partida.
El recurso uti ;:'~las blancas no es fácil de ver,
y la causa es que P....,;.... . adores, amenazados de mate, ten-
drían la necesaria irrl.~gi~ , ión para tratar de luchar con un
brioso juego, en lugar' de;f .e signarse a un final sin esperanzas.
En el diagrama 6 se puede observar el mismo tema, de
un modo más forzado. Las piezas blancas están muy bien
situadas, pero su Dama está perdida. ¿Qué haría en tal situa-
ción un jugador? ¿Abandonaría o esperaría la derrota final?
¿O intentaría encontrar una salida airosa?

103
6
Las blancas juegan. La Dama blan-
ca está perdida. ¿Cómo proceder?
¿Está el juego perdido o existe al·
gún ,sutil recurso que permita ganar
a las blancas?

La clave que puede justificar el movimiento de las blancas


está en el hecho siguiente: el Rey de las negras se encuentra
en una posición muy precaria, expuesto a los ataques de las
Torres blancas.
¿Qué se hará, pues? Supongamos que las blancas efectúan
un jaque descubierto:

l. C3Aj.dsc. RlA

Las negras podrían prolongar la defensa con l. ... A 2 D.


Pero, ¿por qué hacer esta jugada renunciando a la captura
de la Dama?
De este modo, nos encontramos en una crítica situación.
¿Qué podrán hacer las blancas ante Ia amenaza de perder la
Dama?

2. e
Si ahora 2. .,.. P XC; se ha salvado.
Pero las negras no cejan.

2. AXD

¿Qué hacer ahora?

104
3. A6Rj. RlC 4. e 7 D J. RlA

¡Maravilloso! Las blancas han conseguido tablas por jaque


continuo, sin más que mover su Caballo adelante y atrás.
Su fe en la fortaleza de su posición ha sido justificada.
Pero esperemos ... este es un momento peligroso.
Sería una lástima que las blancas, después de superado
el momento de peligro, se conformasen con tablas. ¿Hay algo
más? Veamos.

5. C8Aj.dsc. RlC 6. T 8 D j. ClA


7. TxCmate.

La lucha osada y enérgica de las blancas fue muy bien


recompensada. Pero se necesitó un gran valor para luchar
como lo hicieron, dada la situación desesperada en que se
encontraba su Dama.
Pero nótese esto, lo cual es típico: en lugar de darse a
la desesperación, las blancas, con calma, se dan cuenta de la
situación y hacen todo lo posible para utilizar aquellos fac-
tores que puedan favorecerlas.
En este caso, fue la espléndida posición de ataque de
sus piezas, aprovechada para aniquilar al Rey negro, con-
siguiendo un feliz remate de juego.
Existe un punto oscuro: ¿cómo es posible que las blancas
desencadenen un ataque tan poderoso sin disponer de la
Dama? La respuesta ha sido dada de un modo parcial, ya
que hemos visto que el Rey de las negras estaba ·muy ex-
puesto, ante el ataque de las blancas.
Pero esto no es la respuesta completa, el elemento vital
del triunfo está en que la Dama de las negras no se encuentra
en una posición capaz de poder ayudar a la defensa.
Por esta razón la pérdida de la Dama de las blancas no
se hizo sentir tanto, y además, por el ataque eficaZ desarro-
~l,ado con el _;:~~~~~.de las piezas blancas.
,, , --: c;:¡·~~n:~~>,
~· En la po~ici'ó'ñ;t~~l diagrama 7, que veremos a continuación,
todo se p;r,ese]l~ .;!JP tanto falaz.

~ "'~"" 105
7
Las blancas juegan. Las negras tie·
nen un Peón de ventaja, mientras
que el desarrollo de sus piezas está
algo retrasado. Al parecer, no hay
razón· para preocuparse.

Las blancas, de un modo deliberado, han deseado esta


situación, desde donde pueden atacar en condiciones muy
ventajosas.

l. TxP?

La primera reacción de las negras puede ser de terror al


considerar las consecuencias de la jugada: l. ... D X T. 2.
P 6 D. Y el avance de este Peón abre formidables posibili-
dades de juego a las blancas.
Si 2 .... D 2 C. 3. PxC; AxP. 4. AXA; DxA. 5. D 5 D j.
ganando la T D negra.
O bien 2.... D 1 D. 3. PxC; AxP. 4. AxA, ganando de
la misma manera.
El mismo resultado aparece después de 2 .... D 3 A. 3.
PxC; A 2 C R. 4. D S D j.; DxD. S. P 8 (==D) j. y ganan.
Las negras, a la desesperada, pueden intentar la jugada
2.... TxP. 3. AxT. Pero las blancas recuperan su :Peón y
quedan con una posición muy superior. ¡
Es muy útil el estudio de esta posición serenamente, pues
es corriente que un jugador, al enfrentars_e con una situación
poco atractiva en posibilidades, suela perder por completo
la cab eza. ·i:' ;' ;61 -.
'~"[
Pero en este caso, el jugador de las negras, con admirable
equilibrio, no duda en desencadenar un brioso contraataque,
que deja a las blancas con un juego perdido. ·

1. C4A!!

106
Una magnífica jugada, a la que han dado lugar las blancas,
y que resta eficacia a la temida P 6 D.
Las negras amenazan ahora 2.... DxT, ó 2 .... AXA, ó 2.
. . .C 6 R, y la iniciativa es arrebatada a las blancas.
Si las blancas intentan 2. TxA; TxT. 3. PXC; entonces,
3.... AxA, quedando las negras con la ventaja de calidad.
Ahora bien, si 2. TxA; TxT. 3. AxA; entonces, la répli-
ca 3... .C 6 R es contundente.
Las blancas tratan de revolverse, pero las negras perma-
necen con el juego ganado.

2'. AXA DxT 3. A3 T C6R


4. D lA

Ahora las negras tienen dos maneras de proceder.


Pueden jugar 4.... D 2 D, atacando al Caballo, o también
4.... D 2 C R, iniciando un ataque en el flanco de Rey.
Ahora las negras, en la partida, eligen el segundo movi-
miento, pero esto, en realidad, no nos interesa en estos mo-
mentos. Lo que nos interesa es que las negras, enfrentadas
con un serio desafío, resuelven la crisis con un soberbio con-
trajuego, que cambia el curso de la partida a su favor.
La consecuencia que podemos sacar de este capítulo es
que una defensa pasiva puede llevar a una situación de derro-
ta. En cambio, no sucede lo mismo cuando los movimientos
defensivos son activos y agresivos.
No hay que quedar satisfecho con la realización de unas
jugadas que sirvan solamente para rechazar un ataque, sino
que es preciso que los movimientos sean capaces de apode-
rarse de la dirección del ataque, dominando al adversario.
Los ejemplos dados en este capítulo lo confirman plena-
mente.

107
CAPITULO 11

RECURSOS DE LA DEFENSA. COMO SIMPLIFICARLA

Después de lo dicho sobre las ventajas de una defensa


activa, debemos añadir algo para evitar excesivos entusiasmos.
Una actuación agresiva es seductora, pero téngase en
cuenta que no siempre será posible. ¿Cómo proceder de no
ser factible? ¿Dejarse desbordar por el ataque del adversario?
¿Podrá emplearse otro recurso contra el ataque enemigo?

Simplificación
POSQ$ \~e. nosotros nos damos cuenta que una de las me-
jores #.fmas contra un ataque es procurar el cambio de
piezas.-, , <. ""·'-
Un a¡tªque . tiene éxito basado en las complicaciones y en
la acción de piezas situadas en fuertes posiciones.
El juego se simplificará y será más sencillo cada vez que
se logre apartar una pieza hostil, que puede causarnos daño ,
Por encima de todo hay que tener presente que el propó-
sito es reducir la intensidad del ataque adversario, es decir,
aminorar el peligro a que se está expuesto.
Y debe recordarse esto: Si se dispone de un exceso de
material, la simplificación puede ser en este caso más útil,
pues no solamente suavizará el ataque, sino que llevará el
juego a una etapa en que se pueda hacer mejor uso del ma·
!erial remanente.
Para apreciar mejor lo dicho, estudiaremos algunos casos
particulares.

108
8
Las negras juegan. Las negras tie-
nen ventaja de material, pero su si-
tuación no es cómoda. ¿Cuál será
su mejor línea de juego?

Las negras han de procurar el mayor cambio posible de


piezas.
1. DST j.
Este movimiento deja a las blancas sin elección.
2. RXD C7 Aj.
Las negras continuarán. con 3.... CxD y no tienen nada
que temer, ganando con facilidad gracias a su material extra.
La situación en la posición del diagrama 9 es mucho más
confusa. Las negras tienen una pieza por un Peón, pero su
Torre de 1 D está atacada y no puede moverse. Pero esta
Torre atacada es la clave de la defensa, defendiendo su Alfil.
En resumen, las negras tienen ante sí un grave problema.
¿Cómo resolverlo?

9
Las negras juegan. Las negras, en
esta posición, pueden jugar equivo-
cádament~, con facilidad, ya que el
momento es crítico y difícil. Por
ejemplo, si l. ... A 3 R ? ? 2. D x T
j.; e X D. 3. T X C, mate. o bien,
1. ... C 2 R. 2. D 6 D; C 1 A. 3. T X C !
y ganan.

109
Tales precarias jugadas defensivas no conducen a nada.
La manera razonable de defenderse en este caso es buscar
la simplificación mediante cambios de piezas.

1. DxTj.!!

Esta jugada rompe el ataque.

2. DxD A S C!!

¡Espléndida jugada!
Si ahora 3. AxT; AxD, y las negras siguen con una pieza
de ventaja y un juego fácil.
O bien 3. DxT j.; CxD, con el mismo resultado.
O también 3. DxA; PxD. 4. AxT, RxA, y de nuevo el
mismo resultado.
En cualquier caso, las negras quedan con un juego claro,
con ventaja de una pieza. Y han aplastado el ataque blanco.

Cómo preparar la simplificación

Aunque la simplificación puede ser deseable en ciertas


posiCIOnes, algunas veces puede requerir cierta preparación.
Este el caso del siguiente ejemplo. Diagrama 10.

10
Las negras juegan. Las negras tie-
nen dos Peones más que las blancas
pero se encuentran en dificultades.
Están expuestas a una doble ame-
naza, y, además, deben prevenirse
contra la jugada P 5 A. El hecho de
·=----~·· disponer de dos Peones más, indi-
ca la forma en que deberán pro-
~::::---'='---=='---"="'---' ceder.

Las negras pueden ceder uno de los Peones extras, si de


este modo pueden simplificar la situación. Si lo consiguen

11 o
no estarán mucho tiempo sometidas al ataque y, lo que es
más deseable, se encontrarán en condiciones de llegar a un
quede.
final de juego que deberán ganar por el Peón extra que les
La jugada de las negras es ahora clara:

l. D2A!

Las negras ofrecen el cambio del Alfil, amenazando ... AxA,


y también ... D 3 C j. que forzaría el cambio de Damas.

2. AxA PxA

Nótese de qué manera tan sencilla se desarrolla el plan


de las negras.
Si ahora 3. TxP; D 3 C j . 4. D x D; P x D. 5. Ax C;
PxA. 6. TxP A R; TxP, y las negras deben ganar el final
con su Peón de ventaja.

3. T(l R) 3 R

De este modo se evita momentáneamente el cambio de


Damas.

3. T lAR!

¡Buena jugada! Libera el Caballo, que amenaza ... C 4 D.


Esto obliga a retirar la Torre de las blancas de la casilla 3 R
y entonces podrán jugar .. .D 3 C j . con el cambio de Damas.
Las negras han desconcertado a las blancas, impidiéndoles
una buena continuación, con lo cual, las blancas no tienen
nada mejor que hacer que recuperar uno de sus Peones. Así:

4. AxC TxA 6. TxT D3Cj.


5. TxP TxT 7. DxD PxD

Las negras han realizado sus propósitos. Mediante la sim-


plificación han aliviado la presión sobre su juego. El ataque
de las blancas está terminado y las negras ganarán el final.
En el diagrama 11 vemos que las negras se enfrentan con

111
muchas más dificultades para una tarea defensiva. Tienen
un Peón menos que las blancas, su Rey está inseguro y tienen
la amenaza inmediata T X A.

11
Las negras juegan. ¿Cuál será el
movimiento más satisfactorio de las
-...z::.""----"='--~~--' negras en esta dificil situación?

En lugar de una defensa pasiva, las negras encuentran


un magnífico recurso :

l. PSe!

Esto amenaza con ... P 6 e, y así inducen a las blancas a


simplificar.

2. TXA D3T j.

La jugada previa l. ... P S e ha preparado la posibilidad


de esta contestación, que las blancas no han tenido en cuenta.

3. A3D DxT 5. PST P6e!


4. DxD RXD 6. P6T

Un final excitante. Las negras calcularon bien, habiendo


previsto que si 6. R 2 D (en lugar del último movimiento de
las blancas) entonces jugarían las negras 6.... P 7 e, ganando
en seguida.

6. P4T! 7. P7T PST

La Torre de las negras es más ágil que el Alfil de las blan-

112
cas, y los Peones ligados de las primeras son más amenaza-
dores que el P T de las blancas.
Las negras tienen una esp léndida ocasión de aplicar el
juego de la simplificación. Aunque el final está cercano, este
medio las favorec e en todas las variantes.
Consideremos esta posibilidad: 8. R 2 D; P 6 T. 9. R 3 A;
P 7 T. 10. R 2 C; T x A !! 11. P 8. (=D); T 8 D !
Si ahora 12. D 7 T j.; R 3 T, las negras ganan con ... P 8 T
(=D) j. ¡Hermoso juego!

8. A4A
Ahora las negras pueden ganar con 8.... P 7 C. 9. A 2 T;
P 6 T. 10. A 1 C; T 1 T R. 11. R 2 D; l'XP ! y si 12. AxT;
P 7 T, coronando un Peón.
Pero las negras tienen bastantes apuros y deciden jugar:

8. ... T 1 TR
La idea de las negras es que si ahora 9. A 8 C; podrían
seguir con 9 .... P 7 C, forzando al Alfil a ir a 2 T, y entonces
10 .... TxP.

9. A3D P6
Las blancas abandonan, pues si 10. A 1 C; P 7 T. La deci-
dida actitud de las negr as ha hecho que, para ellas, el final
del juego haya sido un placer. Todo por haber aplicado de
un m odo muy h ábil la simplificación, ya que de este modo
han neutralizado todas las posibilidades de ataque por parte
de las blancas y se prepararon para, finalmente, ganar el
juego.

Defensa paciente
La defensa agresiva es buena... si es posible realizarla.
La simplificación es buena... si es posible aplicarla.
¿Pero cómo procederemos si no es posible emplear nin-
guno de taies medios? En este caso hay que resistir, no afe-
rrado a una defensa pasiva, sino que se debe estar, de un

'113
modo constante, a la mira de poder aplicar en un momento
dado, tanto la agresión como la simplificación.
De cómo el defensor puede alcanzar un resultado lisonjero,
se muestra en la siguiente partida, la cual resulta más dificul-
tosa que los ejemplos precedentes.

12
Las blancas juegan. Las negras tie-
nen dos Peones más que las blan-
cas, pero ante el ataque de éstas,
no pueden aprovechar su ventaja
--=:::l....---!='---1 material.

Muchos jugadores en la situación de las negras ( diagra-


ma 12) pensarían: «No queda otro recurso que atacar», pero
no están preparadas para ello ni tienen tiempo para hacerlo
por el fuerte ataque que conducen las blancas.
Desde luego si las blancas juegan L A XC (esperando 1.
... AXA), las negras contestan l. ... TxA, sin ningún temor.
Pero las blancas juegan de una manera distinta.
l. AxP j.
Esto no es muy peligroso, pero las negras deben proceder
con gran cautela.
l. .. . CxA
Las negras no temen 2. AXA; DxA. 3. T 4 T R; a pesar
que tales jugadas parecen mortales, pues entonces las negras
pueden jugar 3 .... D 3 A ! (amenazando mate en dos jugadas)
y ganando tiempo para situar su Dama adecuadamente para
la defensa.

2. T4 TR AXA 4. TXA PXT


3. TxC . A3T S. DxPT

114
Las blancas amenazan con 6. T 3 R, seguido por T 3 e j.
seguido de mate. Pero las negras se han preparado contra
este decisivo ataque.
5 . .. . T2C!!
Pero no S.... P 3 A ?? 6. D 6 e j.; R 1 T. 7. T 3 R, y las
negras pueden abandonar.
6. T3R P3A 7. T3Cj. R2A
Nótese de qué manera las negras han combinado los deta-
lles de su plan defensivo. Ellas no temen 8. T 7 e j. (o un
movimiento similar) porque su Torre, en la casilla 2 e D,
está defendida por su AlfiL Las negras han conseguido una
defensa eficaz.
8. P4A D 3 Cj. 10. P SA P4R
9. RlA R1R 11. T 6 e A4ej.
Las blancas abandonan.
Ha sido este un ejemplo interesante de los recursos apli-
cados por las negras en su juego defensivo.
En el diagrama 13, el problema para las negras es también
muy difícil, aunque las circunstancias son algo diferentes a
las del caso anterior. Ellas tienen un Caballo y un Peón de
ventaja, pero su Rey está sin enrocar y está en una peligrosa
situación. Y aún peor, las piezas blancas están todas desple-
gadas en actitud agresiva, mientras las de las negras están
muy retrasadas en el desarrollo.

13
Las blancas juegan. Las negras tie-
nen el 11roblema de poder defender-
se con éxito, a pesar de su retra-
sado desarrollo. Si pueden realizar
uno o dos movimientos, podrán
completar su desarrollo y simplifi·
car el juego.
Como consecuencia, si las blancas quieren mantener eficaz-
mente su ataque, deberán forzar la marcha y con unas cuan-
tas jugadas la situación puede hacer crítica.

l. A3A T 1 CR 2. A6A A4C

Las negras deben liberarse lo antes posible.

3. TxC!?

Las blancas están esperando que las negras continúen por


el siguiente camino: 3.... CxT. 4. CxC; DxA. 5. CxT;
D2C. 6.P4TR;AxP. 7.DxP;A4C. 8.DxPAR,ylas
blancas han recuperado la pieza.

3. . .. AXA

Las negras no entran en la combinación, después de lo


cual, las blancas deben retirarse y el cambio de piezas ha
facilitado el juego de las negras.

4. T4R A4C 6. P4T R AxP


5. P4 C R D3C 7. DxP P3D

Las negras amenazan ... D X P j ., que fuerza a las blancas


a comer uno o dos Peon·es. Pero el resultado es un cambio
de Damas, con lo que mejora, aún más, la situación de las
negras.

8. DXPA DXD 10. TxP T CxA


9. TxD C4Rl 11. TxC P3A

El juego de las negras es lento pero carente de peligro.


Con las Damas fuera del tablero ya no pueden sentir temor.

12. e 7 A T1C 14. T(4A)7A RxC


13. T 4A A2R 15. TxAj. R3C

No es preciso seguir más allá el juego. Con una pieza de


ventaja y el Rey en perfecta seguridad, las negras están se-
guras de ganar.

116
Es preciso que aprendamos un cierto número de técnicas
para el juego defensivo. En la defensa es preciso estar muy
alerta, y lo más agresivo posible.
Hemos podido observar la importancia de una simplifi-
cación, con el cambio de piezas, para desarticular un ataque
que parecía irresistible.
Mas no es esto todo. El defensor debe realizar un cierto
número de movimientos para ganar tiempo hasta encontrarse
seguro ante el peligro.
En el próximo Capítulo daremos cuenta de otra impor-
tante faceta del juego defensivo. Se resaltará la premisa de
que el defensor alguna vez puede tener éxito solamente por
una limitación drástica de su objetivo.
Aunque esto parezca una paradoja, su aplicación y obser-
vancia, sin embargo, evitará muchas veces la pérdida de la
partida.

117
CAPITULO 111

ACTUAR A MEDIAS ES MEJOR 'QUE NO HACER NADA

Queremos decir que conseguir medio punto es mejor que


no lograr ninguno.
Un gran escritor una vez manifestó que, muchas veces,
un maestro conseguirí<l más limitando sus ambiciones.
En esta observación hay una gran dosis de verdad.
Cuando el adversario está atacando con un gran ímpetu,
y cuando uno se encuentra realmente apretado, uno se con-
tentará .con poder escapar, aün con una pérdida. Un momen-
to más tarde, cuando b presión ha cesado, se olvidan todos
los apuros pasados y de un modo temerario se juega para
ganar.
Algunos jugadores son aún más optimistas o, como noso-
tros diríamos, más testarudos. Aun en las situaciones más
difíciles, ellos insisten en el lema: «Todo o nada- ganar o
perder».
Es muy frecuente que ellos pierdan precisamente, porque
se niegan a conceder medio punto al adversario.
Establezcamos la siguiente premisa: Existen algunas si-
tuaciones en que es difícil la defensa, y se hará bien en poder
llegar a unas tablas. Con mucha frecuencia no querer darse
por satisfecho con un empate, conduce a la derrota total.
Conseguir unas tablas en una situación difícil, es tan
meritorio como ganar una partida. Los siguientes ejemplos
demuestran la destreza que es necesaria.

118
Tablas por jaque continuo
La posibilidad de dar continuamente jaques, es un recurso
para conseguir tablas en una posición difícil o en aquellas
que estaría perdida no existiendo el jaque continuo. Tal es
el caso que se presenta en el di~grama 14.

14
Las negras juegan. Con un Peón de
menos, las negras tienen ocasión de
forzar unas tablas con un jaque
continuo. El modo de conseguirlo es
muy ingenioso.
l. DxP j. 3. R3C T4 Cj.
2. RxD T4Tj. 4. R4A T4Aj.
Y las blancas tienen que aceptar las tablas .
En este ejemplo puede verse claramente la utilidad de
poder forzar unas tablas en una posición que, a la larga,
estaría perdida. ¿Y quién puede dudar que las negras, des-
plegando un depurado arte, han encontrado un magnífico
recurso?
En el siguiente diagj·ama vemos que el defensor está en
una situación todavía más desesperada.

15
Las negras juegan. Las blancas
amenazan con la jugada D 7 C ma-
te. Si las negras intentan defender-
se con l. ... T 1 C ó l. ... C 3 C, en-
tonces 2. D 6 A j ., forzando el ma-
te. ¿Pueden las negras salvar el jue-
go?

119
Sin duda, la situación de las negras es desesperada.
Pero nótese lo siguiente : Con objeto de planear su ata-
que, las blancas, previamente, han sacrificado una Torre.
Con una Torre de más, las negras pueden ceder material para
librarse del mate.
Veremos la única posibilidad :
l. ... C4A!!
¡Espléndida jugada! Si 2. P XC (otra vez amenazando ma-
te), las negras ganan con 2.... D xP j. forzando el cambio de
Damas y, con la ventaja de la calidad, las negras deben
ganar.
Con esta jugada, las negras han evitado el mate, y mien-
tras tanto amenazan ... CxA, terminando con el ataque.
Pero en el supuesto que las blancas jugasen 2. A 3 T, con
vistas a A XC y ganar, ¿cómo procederían las negras?
En el caso de 2. A 3 T, las negras pueden salvarse con
2.... D 2 D !!
En este caso 3. DXD; CxD, equivale a que las blancas
tengan que abandonar. Y si 3. PxA; DXD igualmente, las
negras tienen un juego ganado.
Ante estas consideraciones, las blancas se deciden a con-
formarse con tablas, que consiguen por un jaque perpetuo.
2. D6Aj. RlC 3. D S Cj. RlT
Tablas. Ambos jugadores deben estar satisfechos con este
resultado. Las blancas hacen tablas a pesar de su inferioridad
material. Las negras obtienen este resultado, a pesar de la
fuerza del ataque blanco.

16
Las blancas juegan. Las blancas.han
perdido dos Peones y tienen que
arriesgarlo todo en el ataque. Las
negras a duras penas pueden esca-
par del desastre.

120
En el diagrama 16, el juego es todavia más interesante.
Las blancas son conducidas por Andersen, uno de los
mejores jugadores de ataque y las negras las juega Zuker-
tort, uno de sus más brillantes discípulos.
Ambos maestros, dotados de un gran espíritu combativo,
disponen siempre de magníficos recursos.
Las blancas continúan el juego con un brillante y extraor-
dinario ataque.

l. DSC! D7D

Las blancas amenazaban, con su primera jugada, D 6 T,


seguido de mate. Larespuesta de las negras evita esta jugada
y a su vez amenaza con ... D X P mate. Las blancas encuentran
un sorprendente recurso.

2. CSA!!

Una jugada con muchas posibilidades.


Por ejemplo, si 2.... DXA. 3. C 7 R j.; R 1 T. 4. TxP j.;
RxT. S. D 4 T mate.
O bien 2 .... DxP j. 3. DXD; AXD. 4. C 7 R j.; R 1 T.
S. CxP j.; PxC. 6. P 7 j. dsc. seguido de mate. O 5.... R 1 C.
6. C 7 R j.; R 1 T. 7. TxP mate.
Las negras sólo tienen la siguiente defensa:

2 . ... DxD

¿Están mejor las negras? Han ganado la Dama y están


amenazando mate. Sin embargo, deben considerarse felices
si consiguen tablas.

3. C7Rj. R1T 4. CxP j.!!

Como se ha visto antes, si las negras juegan ... PxC, o


... R 1 C, reciben mate, por consiguiente deben devolver la
Dama.

4. DxC S. AxD

Y ahora si 5.. ..PxA. 6. P 7 j. dese~ con mate.

121
5.... T7DI

Con una formidable contraamenaza. Las blancas pueden


considerarse satisfecha> teniendo a su disposición un jaque
continuo.

6. TxP j. RlC 7. T7Cj. Tablas.

Las negras no pueden evitar el jaque continuo.


Esta partida es uno de los más interesantes ejemplos.

Otra modalidad de tablas

Los ejemplos dados de un jaque continuo, nos han mos-


trado los sorprendentes resultados a que puede dar lugar
una partida. Nos demuestra asimismo hasta dónde se puede
lograr lo que parece a primera vista imposible.
El llegar en aquellas circunstancias a conseguir unas ta·
bias, parece realmente milagroso. Un adversario, que es lo
bastante diestro para ganarle material a uno, debe ser lo
suficientemente hábil para no consentir unas tablas en una
posición que debiera ganarse. Sin embargo, esto sucede con
frecuencia.
Un caso extraordinario puede ser observado en el diagra-
ma 17, en el cual las blancas, con dos Peones de más, permi·
ten a su adversario que imponga las tablas.

17
Las blancas juegan. El Alfil de las
blancas está atacado. Hay muchas
maneras de librarse de esta ame·
naza. ¿Qué será lo mejor?

122
l. A3A??

La jugada ha sido una pifia imperdonable. El Rey negro


no dispone de ninguna casilla adonde jugar.

1. ... D7 Aj.!! Tablas.

El Rey negro ·está ahogado, por lo cual 2. RxD, tablas y


con cualquier otra jugada, las blancas no pueden evitar que
la Dama negra siga jaqueando impunemente.
En la situación del diagrama 18, el juego se desarrolla
aún más espectacular. En este caso se trata de un intento,
no sólo de librarse de perder el juego, sino que se pretende
ganarlo. Las negras proceden de un modo sumamente in·
genios o.

18
Las blancas juegan. El plan de con-
seguir la victoria, por parte de las
blancas, conduce a que las negras
empleen hasta el límite todos los
recursos de que disponen. La pode-
rosa situación de una de sus Torres
en la séptima fila, proporciona a las
blancas una ingeniosa idea para ga-
nar.

1. TxC!

Esperando la continuación l. ... TxT. 2. CxP, con la do-


ble amenaza de 3. T 7 T j. mate, ó 3. CxT.
Aparentemente, las negras están perdidas, pero encuentran
una defensa maestra con la idea seductora de conseguir unas
tablas. ·

1. ... T4T j.

Esta jugada es el fundamento del plan de las negras.

123
2. RlC TxT 3. CXP T 8T j.

¡ El primer punto!

4. RxT TB Rj. 5. R2T T8TRj

El punto final. Después de 6. RxT, el Rey ne~ro está


ahogado.
El siguiente ejemplo es del mismo modo divertido.
En la situación del diagrama 19, las negras, al parecer,
se encuentran en una situación desesperada.
Las blancas tienen cuatro Peones por la calidad y el Rey
negro está muy expuesto al ataque.

19
Las negras juegan. La situación de
las negras parece estar a pun~o
para rendirse, pero ep.cuentran el
camino para forzar las tablas. Esta
partida ha sido jugada realmente
en un torneo internacional.

l. TxPTRj. 3. D X D Tablas.
2. RXT D3Rj. ¡El Rey negro está ahogado!

Partida nula por repetici6n de jugadas


Este método de tablas no suele ser muy frecuente, pero
ha dado lugar a algunos finales notables.
Implica una posición en la cual ambos jugadores se en-
cuentran forzados a repetir las jugadas, pues el que no lo
haga pierde.
El diagrama 20 es un buen ejemplo de ello.

124
20
Las blancas juegan. Las negras
amenazan con l. ... T x A j. 2. R x T;
T 8 mate. Para librarse, las blancas
tratan de liberar su Torre.

l. RlT D7R
Las negras han encontrado el modo de mantener la fuerza
de su amenaza con 2.... T o DxA j. seguido de mate.
Como las blancas no pueden jugar 2. TxD por 2... .TxA,
mate, se ven obligadas a volver con su Rey.
2. R 1 e D6 R
Renovando Ia amenaza.
3. T lR! D7R 4. R 1 e D6R!
Tablas. Ningún jugador puede variar sus jugadas sin fata-
les consecuencias. No hay solución.
El diagrama 21 ilustra la misma técnica, pero en una
forma más atractiva.

21
Las blancas juegan. Las blancas tie·
nen un Caballo y un Peón de venta·
Ja, pero su partida parece perdiaa,
ya que su Dama está amenazada y
si abandona la columna de Caballo
recibirán mate.
125
Es cierto que las blancas no pueden mover su Dama, pero
les será posible aplicar uno de los mejores recursos: el con-
traataque.

l. TSe!

Una jugada maestra. Si l. ... DxT ó l. ... TxD, las blancas


ganan. Igualmente pierden las negras si su Dama deja de
defender la Torre o su casilla 2 e D, tarea que tiene que
realizar simultáneamente.

l. T1R

Las negras renuevan su ataque. Ahora amenazan ...T 8


mate y ... DxT. Las blancas sólo encuentran un camino para
librarse de tales amenazas.

2. T 1e! T 1 eR!

Naturalmente, en vista de su desventaja de material, las


negras tienen que volver a su amenaza. Y del mismo modo,
las blancas se ven forzadas a repetir su jugada.

3. T se 1 T1R 4. T 1 e TlCR

Tablas. La forzosa repetición de jugadas, por ambas par-


tes, fuerza el empate.
Todos estos ejemplos han sido, a la vez, entretenidos e
instructivos. Un juego nulo es perfectamente bien visto y
un legítimo desenlace en una desesperada situación en que
no existe otra solución mejor. Medio punto es más conve-
niente que ninguno.

126
CAPITULO IV

DEFENSAS DEFECTUOSAS

Acabamos de ver lo:; buenos resultados que pueden con-


seguirse con la aplicación de una táctica seleccionada y hábil
en una defensa. Pero, por propia experiencia, es sabido que
una defensa puede convertirse en una cuestión muy embro-
llada.
Una jugada magnífica puede venir seguida de otra lamen-
table, que lleve a la catástrofe.
Es confortante e instructivo el estudio de ejemplos de
unas buenas defensas. Pero aún es más instructivo ver ejem-
plos de defensas defectuosas, y en las que sería factible evitar
los errores. ·
El estudio de estos errores nos servirá de ejemplo para
evitar, en nuestras partidas, caer en tales faltas y sus desas-
trosas consecuencias.

El modo eficaz y el modo erróneo

L,a mayoría de las derrotas, en una defensa, provienen


de que un jugador efectúa una jugada equivocada. Unas
jugadas podrían clasificarse como salvadoras, mientras que
otras son desastrosas.
Una mala elección en los movimientos conduce a la pér-
dida de la partida.

127 .
22
Las blancas juegan. El próximo mo-
vimiento de las blancas está claro,
pero no así el de las negras . Su me-
jor respuesta sería l. ... O • O !.
Pero la réplica que efectúan redun-
da muy rápidamente en contra suya.

l. CxC PxC?

Esta jugada ha sido poco meditada, y es perjudicial para


las negras, como las blancas lo prueban de un modo con-
vincente.

2. DxC
Ahora las negras se dan cuenta, sorprendidas, que están
acorraladas por tres sitios distintos. Ninguno de los Peones
puede tomar la Dama, ya que ambos están clavados, y si 2.
... PxA, sigue 3. DxT. La jugada 2.... A- 2 D tampoco es sufi-
ciente porque las blancas simplemente retrocederían con su
Dama a 4 R 6 3 A.
De este modo, con una pieza menos, y sin posibilidad de
recuperarla, las negras están perdidas sin esperanzas.
Volvamos a la posición del diagrama 22, y veamos cómo
las negras debieron haber jugado. Después de l. C X e, la
réplica razonable es l. ... 0- O! En este caso, con la retirada
del Rey de la columna de Rey, las blancas ya no pueden
jugar 2. D X e, y como el Caballo de las blancas, en la qtsilla
6 A D, no tiene escape, las negras recuperan la pieza.
Es cierto que las blancas pueden jugar 2. exP, ganando
un Peón. Sin embargo, las negras pueden aún seguir luchan-
do, pues queda mucho juego.
El simple enroque era, para las negras, el justo movimiento
defensivo.
En el diagrama 23, las negras cometen parecidos errores.

128
E
~-
U .M.•
-A~
• . • irl.
•w~ •~
n
~ ·· lW.4ií ~BW
• .¡¡¡¡,
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U

••••
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23 •it 9 ·~· 6B ft
Las blancas juegan. El Rey de las
negras está muy presionado, pero •
.-~
~
¡¿¡M~~-•~~.
p
iWííí§ D ~·
-.·. ~
puede librarse con un buen juego. ~~
~=
~~" ~=~~
- ~=~~
~ --~~

Las negras están en un apuro, pero tienen defensa. Si, por


ejemplo, l. T x T; C 6 A j. ! 2. R 2 C (siR 1 T; D 8 A mate);
C 8 R j. con tablas por jaque continuo. Las blancas jugaron.

l. A 7 R j.! ? R3C??

Y las negras están perdidas. El resto es la agonia.

2. DxP j. R4T 4. A6D PxP


3. DxC PSA S. D 8 Rj. Abandonan

Pues si S.... R S T. 6. PxP j.; RXP T. 7. D S T mafe.


Y si S.... D 3 C. 6. D 2 R j. y ganan.
Después de l. A 7 R j. la adecuada réplica de las negras
debió ser, aunque pareciese peligrosa, l. .. .TxA. En este
caso, si 2. D 8 A j. las negras pueden contestar 2... .T 2 A.
Y después de la continuación 2. D 8 T j. las negras ahora no
cometen error jugando 2.... R 3 C, pues si 3. D x C; TxT. 4.
DxT; D 8 C j. y el juego de las negras es perfectamente satis-
factorio. Y si 3. T x T; C 6 A j. con jaque continuo, como ya
hemos visto.
Las negras hicieron una elección equivocada y como con-
secuencia perdieron la partida.
En la posición del diagrama ·24, el contraste entre la ma-
nera justa de proceder y la errónea, resalta más.

129
24
Las blancas juegan. Jugando las
blancas l. T X P ? ?, tienden una
trampa que las negras pueden re-
chazar de un modo incisivo. ¡ Pero
las negras tienen ocasión de equi·
vocarse!

l. TxP ?? D3Cj. 2. R2C DXT??

Esto es totalmente malo. Las blancas dan mate en tres


jugadas.

3. C7Rj. RlT S. T 1 Tmate.


4. DxP j. RxD

Las negras, después de l. TxP ??, debieron haber jugado


l. ... A XC, atacando a la Dama y manteniendo la amenaza de
... D 3 C j., que ahora ya es buena porque ha desaparecido el
Caballo. También las negras pueden efectuar el cambio A XC,
después del jaque: l. ... D 3 C j. 2. R 2 C; AxC, con ganancia
de pieza, pues el mate relárppago ya no existe.

La trampa
Uno de los peores errores es caer en la trampa que el
adversario ha preparado de un modo deliberado. Nada, en
efecto, es más conducente al despiste como la creencia de
que nuestro adversario está de~pistado.
Nuestros sentidos nos ciegan hasta el punto de que no
existen otras posibilidades que las. que vemos ante nuestros
ojos.
Así, en el diagrama 25, las negras ven que pueden ganar
una pieza. Antes de seguir adelante en la reflexión sobre las
consecuencias, se aferran a la ganancia del Caballo.

130
25
Las negras juegan. ¿Qué es lo que
amenazan las blancas y cómo pue-
den defenderse las negras de esta
amenaza? ¿Deberán aceptar o re-
chazar la captura del Caballo?
En la posición del diagrama, las blancas amenazan 1.
C 6 R ! Si entonces l. ... PxC. 2. D 7 T j. y 3. DxA mate.
Ahora bien, si l. ... AxA j. 2. RxA; PxC. 3. D 8 T j.; R 2 A.
4. T 7 T mate.
La jugada mejor para las negras parece ser: l. ... C 1 A,
y si entonces 2. C 6 R ?; AXA j. 3. RxA; D 3 A j. y las negras
evitan el mate y ganan una pieza.
En lugar de este modo, las negras lo hacen de un modo
muy inocente. Creen que pueden capturar el Caballo y actúan
sin tener en cuenta si es oportuno.
l. ... AxC ?? 3. TxAmate.
2. D 8 T j. AXD \
Ahora está claro. El Caballo fue un simple cebo.
En el diagrama 26 es aún más notorio lo que pu cch ocurrir
cuando no se procede con cautela.

26
Las negras juegan. Las negras pue-
den capturar la Dama blanca. ¿De-
ben hacerlo? Como veremos, sería
un grave error. Sin embargo, es
excusable. Las negras calculan la
segunda jugada de las blancas, pero
no la continuación. Hay que reco-
nocer que no era fácil prever.

131
1. CxD 2. TxP j. R1T

Esto es lo que habían calculado las negras y no temen


al jaque al descubierto, ya que el Alfil está atacado por el
Caballo. Pero hay algo más.

3. T8Cj.doble!!

La jugada que no habían previsto las negras.

3. RxT (forzoso) 5. TxD mate.


4. TlCj. D4C

En el diagrama 27, también el fracaso es perdonable por


no haber previsto las intenciones en el ataque de las blancas.
Pocas partidas se habrán jugado con tal sutileza.

27
Las blancas juegan. La primera ju-
gada de las blancas está muy bien
calculado para confundir a su opo-
nente, que no sospecha nada.

l. C(2D)4A!!

Este lantástico movimiento probablemente tendrá su me-


jor respuesta con l. ... A 3 A, creando un escape para el Rey,
que lo necesitará, como pronto se verá. En lugar de pesar
estas posibilidades, las negras capturan el Caballo.

l. PxC 2. DxCl!

Amenazando 3. DxP T j.; R 1 A. 4. D 8 T mate.

132
2. .. . PTxD

Las negras ven que después de 2.... P AxD, las blancas


fuerzan el mate con 3. AxP j.; R 1 T. 4. CxP mate. O 3.
... R 1 A. 4. CxP j. P x C. S. T 8 T mate.

3. CxP

Amenazando mate con 4. T 8 T.

3. PXC 4. AxP j. RlA

Otras jugadas, como ... D 4 D o .. .A 3 R sólo sirven para


retardar el mate.

5. T 8 Tmate.
No prever esta combinación es perdonable a las negras.
Pero no podemos decir lo mismo con lo que ocurre en el
siguiente ejemplo.
En la posición del diagrama 28, se observa una sólida
defensa, pero las negras no se dan cuenta de que el bloqueo
de la casilla 2 A R es necesario.

28
Las negras juegan. ¿Qué sucederá
si las negras mueven su Torre de
2 A R? La posición de las blancas
es más agresiva en general, pero
las negras pueden defenderse man-
teniendo el bloqueo de la casi·
lla 2 A R. Pero no se dan cuenta
de la importancia de esto.

l. T (2 A) 2 D?

Esto permite a las blancas abrir la diagonal 1 T D - 8 T R.


lo que compensa suficientemente el sacrificio de calidad.

133
2. TxC! PxT 3. P7Aj .

Abriendo la diagonal. Si primero 3. D X P, las negras po-


drían bloquear el Peón.

3. TXP 4. DXP

Amenazando mate. Ahora podemos apreciar la potencia


del ataque a lo largo de la diagonal.

4. ... RlA S. D 7 ej.

Con esta jugada, las blancas fuerzan el juego. Si ahora


6. D 8 ej.; R 2 R. 7. A 4 ej.; R 2 D. 8. TxT j.
5 .... R 1 R.
seguido de mate.

5. R2R 6. A4 ej. Abandonan

Las negras no tienen defensa. Si tratan de jugar 6. ... T 3D;


7. TxT j.; AxT. 8. D S R j.; D 3 R. 9. AXT j.
O si 6.... R 2 D. 7. TxT j. AxT. 8. DXA .mate.
El rápido colapso de las negras viene después de haber
abierto las puertas al enemigo, levantando el bloqueo de la
casilla 2 A R.
En este Capítulo hemos visto algunas de las maneras cómo
puede equivocarse la defensa. Es la falta de atención, falta
de espíritu agresivo lo que conduce a rendirse prontamente.
La eterna vigilancia puede tener por premio la victoria en
t:ma posición defensiva.
CAPITULO V

EJEMPLOS PRACTICOS
. DE DEFENSA
.

Uria cosa es saber cómo defenderse y otra ser capaz de


hacerlo con los medios que se tenga a disposición.
Por esta causa vamos a exponer una serie de juegos, en
los cuales se pondrá de manifiesto las equivocaciones que
pueden cometerse al principio del juego. Observaremos cómo
tales errores conducen a una gran cantidad de dificultades.
Vigilaremos la posición crítica a que se ha llegado, y es-
taremos en condiciones de juzgar si el jugador sometido a
presión está o no en condiciones de poder resolver su pro-
blema con éxito.
Estudiaremos modelos de «juegos completos», con lo que
se podrá estar en condiciones de contraatacar de un modo
más competente en el caso de una partida.

Defensa defectuosa
Primeramente veremos lo que sucede cuando un jugador
se encuentra metido en un gran apuro y no sabe cómo salir
de él.

Defensa irregular

1. P-4 R P3R 2. P4D P3CR?

Con esta jugada, las negras han cometido un error que


puede conducirlas a la pérdida del juego.

135
Para hacer ver por qué este movimiento es equivocado,
nos haremos la siguiente pregunta: ¿Cuál será el segundo
movimiento mejor para las negras?
Lo más razonable sería 2.... P 4 D. En este caso, las negras
luchan por el control de las casillas del centro. La disputa
por este control es un empeño que hay que ganar, ya que el
mismo propósito tienen las blancas.
Así, jugando 2... . P 3 C R ? las negras ignoran la lucha
por el control del centro. Y sus piezas llegarán a estar faltas
de movilidad, dispondrán de poco espacio y serán forzadas
a agruparse en una formación defen?iva.
Jugarán sin desarrollar sus piezas y podrá verse cómo el
apartarse de las normas será el fracaso del juego de las negras.

3. A3D A2C 5. C2R P3C


4. A3R C2R 6. C2D A2C

Las piezas negras no tienen ninguna perspectiva de juego


activo.
El juego se desarrolla con arreglo a nuestro diagnóstico.
La situación de las negras es muy apurada, y carecen de un
plan positivo ventajoso. Aun estando en estas primera:'? juga-
das, no tienen otro recurso que adoptar la defensa. No tienen
ante sí ninguna perspectiva esperanzadora.
Pero las blancas, como puede verse, tienen un juego más
libre y una elecCión de posibles iniciativas.

7. 0- O P4D

A esta jugada, las blancas responden con un avance agre-


sivo.

8. PS R 0-0 9. P4AR P4AR

Una estrategia justa para las negras, desde el momento


que su movilidad está limitada: juega para bloquear la si-
tuación.
Y ahora las blancas tratarán de atacar y romper la barrera
que han puesto las negras.
La idea defensiva es plausible. Desgraciadamente, el peso
de la experiencia está contra ella. En ajedrez, es generalmente

136
cierto que donde hay una voluntad hay un camino. Las blan-
cas tienen más movilidad, tienen la iniciativa y tienen el fu-
turo. Si proceden de un modo agresivo, salvarán los obs-
táculos.
¿Será esto posible aun ante una sólida defensa? Sí, aun
en estas condiciones. Pues en una situación defensiva donde
las piezas del defensor estando juntas, amontonadas- como
lo están en este caso- sus piezas no tienen mucho valor.
Como consecuencia, un sacrificio de material por parte
del atacante, no involucra un gran riesgo.
Podrá observarse que los apuros del defensor son debidos
a que no pueden desplegar sus amontonadas piezas muy
rápidamente y lanzarlas al lugar de la lucha.
Como consecuencia, la situación de su Rey debe ser prote-
gida, mientras sus intítiles piezas deben combatir ociosa-
mente lejos del campo de batalla.

10. P 3 T R C2D 12. P 3 A PSA


11. R 2 T P4A 13. A2AD P3TD

Las negras están retozando con un ligero intento de contra-


juego. Necesitan avanzar su P C D y tratar de forzar la aper-
tura de una columna mediante un cambio de Peones.
Esperan, de este modo, distraer la atención de las blancas
del flanco de Rey. Pero desde luego esta es una fútil espe-
ranza, pues el correspondiente avance de las blancas en el
flanco de Rey es mucho más agresivo.
De este modo vemos el máximo esfuerzo de un juego
defensivo, con un intento de distraer la atención del atacante
y mediante un hostigamiento de grado muy íntimo.

14. e 3A P3T?

Este movimiento sirve de ayuda al enemigo. Los movi-


mientos de Peón del enroque, debilitan la posición de las
negras. Con su última jugada, las negras han minado el apoyó
de suPe R.
Esto hace posible el sacrificio ganancioso de las blancas
contra el punto débil.
Otra objeción al último movimiento de las negras es que
se trata de una jugada sin la menor consistencia.

137
Desde el momento que las negras han demostrado su
propósito de contraatacar el flanco de Dama, deberían jugar
... P 4 C D. En lugar de esto, las negras han vacilado. No saben
lo que se hacen ni saben lo que deben hacer.
En su ignorancia están derribando los pilares de su propia
armazón defensiva.

15. P4 CR R2T 16. T 1 CR!

Las blancas, por el contrario, saben muy bien lo que les


exige su posición. Están dispuestas a abrir columna en el
flanco de Rey y han colocado su artillería pesada en la colum-
na que se abrirá.

16. . .. T1CR 17. D 1 R C3AD

Aunque las negras pueden perder en cualquier momento,


esto hace las cosas demasiado fáciles para su adversario.
Ya hemos visto que a partir de la jugada 14, el P C R de
las negras se ha debilitado. En tal estado, el Peón no protege
al Rey. «Debe ser protegido por las piezas».
Como consecuencia, el Caballo en 2 R estaba haciendo una
labor útil, defendiendo el Peón.

18. e 4T' D1AR?


Otro error. El último movimiento de las blancas amenaza
al débil Peón de Caballo Rey, el cual precisa de más protec-
ción. 18 .... C 1 A sería Jo indicado.
Las negras han debilitado su posición de un modo irrepa-
rable y sucumbirán ante un ataque aplastante.

19. exP e!! RxC

Si 19 .... D 2 A. 20. PxP; PxP. 21. e 4 T; e 2 R. 22.


exP !; exc. 23. C 3 e ! Y las blancas ganan el Caballo
clavado permaneciendo con ventaja material y con ataque
aplastante.

20. PxP j. doble.


Ahora las blancas irrumpen a través de la columna rle
Caballo, lo que han preparado con sus jugadas, 11, 15 y 16.
Las negras tienen ya poco que elegir, pues si intentan 20 .
. . .R 2 T, entonces 21. P X P j. dsc.

20. R2A 22: P 5 A j. R2R


21. PXP j. RxP 23. D 4 T j. RlR

El Rey negro está siendo atacado brutalmente. Las negra~


aún tienen más material que las blancas. Sin embargo, esto
significa poca cosa darla la situación de las piezas blancas
con todo su poder, mientras que las negras están obstaculi-
zadas y con una actuación ineficaz, como ya habíamos pro-
nosticado después de la jugada 9 de las negras.

24. P6A

Los acometedores Peones blancos tienen un irresistible


poder dinártíico.
Si ahora las negras intentan 24 .... A 1 T, las blancas pue-
den continuar simplemente con 25. TxT; DxT. 26. T 1 e R;
D 1 A. 27. AXP. En este caso tienen un tercer Peón por la
pieza y su ataque es arrollador.

24 .... AxP

Las negras ceden la pieza con objeto de detener el avance


del Peón.

25. PXA TxT 26. TxT exPA

El Rey negro se encuentra ante el fuego cruzado de las


piezas blancas.

27. A6ej. R2D 29. AxP DlT


28. A5Aj. RlR 30. T 1 e e teR
Como resultado de los errores, la defensa e~ defectuosa.
Las negras sucumbirán.
Las negras han llegado al final de su camino. Las blancas

139
anuncian ahora el mate en tres jugadas, con 31. A 6 e j.;
R 1 A. 32. D 4 A j.; e 3 A. 33. Dxe mate.
Nótese la concentración de cuatro piezas blancas- Dama,
Torre y dos Alfiles- contra el Rey privado de movimientos.
Las negras confiaban en la barrera del Peón para proteger
al Rey de todo daño. Esta confianza estaba fundada en una
idea equivocada: que permanecería así. Esto es la esencia
de una mala idea defensiva.
Si el atacante está alerta y lo bastante agresivo, siempre
encontrará la manera de romper una barrera puesta en su
camino.
Cu(lndo .se está a la defensiva, la principal labor será vigi·
lar todo movimiento mortífero que le pueden preparar.
¿Cómo? Una de las maneras es tratar de dar a las piezas. el
máximo de movilidad, con el objeto de poder encontrarse en
condiciones de contraatacar.
Si la situación no es apropiada para el contraataque, en-
tonces la movildad es aún más necesaria. En tanto que las
piezas de la defensa puedan disponer de libertad de acción,
podrán acudir a la zona amenazada.
Por encima de todo, debe evitarse llegar a la situación de
las negras, en la partida que hemos visto, después de sú.
jugada 18, donde tres piezas, en el flanco de Dama nada
hacen, en cuanto a la defensa de su Rey.
En la partida anterior no existe un apreciable esfuerzo
defensivo. Las negras han cometido errores considerables en
su defensa y esto les ha conducido al desastre.
En otras partidas veremos lo que sucede cuando el de-
fensor realiza una buena labor.

Contrajuego gradual
El siguiente juego es característico. Las negras están en
una situación deprimente, a consecuencia de su salida. Pero,
como se verá, pronto se dan cuenta del peligro y se caneen;
tran en tratar que sus piezas puedan moverse de un modo
eficaz, procurando situarlas en las mejores casillas.
Habiendo aceptado un gambito, en la apertura, las negras
disponen de un Peón de más. Pero no se dedican a conser-
varlo, de un modo precario. Al llegar ya al sexto movimiento,

140
. están dispuestas a cederlo. Esto es importante, pues muchos
defensores han arruinado la partida, sin posible enmienda,
por aferrarse a la idea de conservar con tesón su material.
Aun cuando las negras pierdan el enroque, no deben dés-
mayar. El peligro será mínimo porque su marcha es satis-
factoria. Como consecuencia, las blancas no podrán aprove-
char la falta de enroque.
A su debido tiempo, las negras emprenderán el contra-
ataque.
Este contraataque causará al adversario una verdadera
sorpresa. Este es un juego que puede servir de ejemplo mu-
chas veces. Parece, a primera vista, un juego decepcionante,
porque las negras juegan tan bien que el trabajo de su defen·
sa y contraataque parece ser una cosa sencilla. ¡Y no lo es!

Gambito Evan.s
l. P4R P4R 3. A4A A4A
2. C 3 AR C3AD 4. P 4 e D

Este es uno de 'los gambitos más interesantes. Las blancas


ofrecen un Peón con objeto de establecer un fuerte centro
de Peones y ganar tiempo para obtener una gran oportunidad
de movimientos.
Si las negras no juegan cuidadosamente, pueden verse re-
basadas por la iniciativa de las blancas.

4. AxPC

A la luz del comentario anterior, este es el momento de


las decisiones. Las negras se encuentran ante una gran res-
ponsabilidad, pero, como veremos por sus movimientos, se
han dado cuenta de lo que se trama y se disponen a defen-
derse.

5. P 3A A4T 6. P4D P3D!

Con su última jugada, las negras plantean a su adversario


un problema difícil.

141
La jugada 6.... P 3 D ! es un buen movimiento, en el
sentido técnico. Pero su impacto sicológico aún es mayor.
Por este movimiento, las negras conservan un Peón en el
centro y preparan el desarrollo de su Alfil de Dama, lo cual
es una gran cosa.
El movimiento tiene un profundo significado. Indica que
las negras están dispuestas, ya en esta primera fase, a ceder
el Peón extra.
Las blancas pueden recuperar el Peón con 7. PxP; PxP.
8. DxD j.; CxD. 9. CxP. Pero en este caso, se han cam-
biado las Damas y con ello las posibilidades de ataque de
las blancas. Las negras pueden continuar, simplemente con
9.... A 3 R, con un prosaico final dé juego que, de un modo
incomprensible, no tiene atracción para las blancas.
Las blancas, naturalmente, evitan esta posibilidad simpli-
ficadora, pero es indudable que se encuentran sorprendidas
por la revelación de que las negras están menos interesadas
por la pérdida de material que por el éxito de su ataque de
ruptura.

7. A 5 e R P3A s. n 3 e
El juego típico en un gambito: tratar de confundir al ad-
versario con movimientos sorpresa.
Si las negras juegan 8.... PxA, entonces 9. Axe (amena-
zando mate).

8. .. . eR2R

Las negras hacen frente a la amenaza del mejor modo:


desarrollando una pieza.
9. A 7 Aj.
Las blancas gastan un tiempo con objeto de forzar la
pérdida del enroque de las negras. Generalmente, esto sería
un grave defecto para la posición de la defensa, pero no en
este caso, ya que las negras continúan defendiéndose con gran
cuidado.

9.... RlA 10. A 5 T

Amenazando D 7 A mate.

142
Pero las negras deshacen fácilmente la amenaza, y al mis·
mo tiempo consiguen espacio para su Dama. ~

10. .. . C3C 11. A 3 R D2R

Nótese cómo las negras, cuidadosamente, se van concen-


trando para la maniobra de sus piezas.

12. o- o A3C 13. CD2D A3R!

¡Bien jugado! O la Dama blanca abandona la diagonal


o tiene que jugar 14. P 5 D, con lo cual se cierra para el
ataque.

14. P 5 D

Contrariamente a lo que parece, este avance no gana una


pieza negra. ¡El contraataque es la respuesta!

14. C4T 16. P 4A C5A


15. D 4 e A2D

Esto representa un marcado progreso para las negras.


Las blancas se ven ahora impulsadas a juego de cambios,
lo cual da a las negras dos Alfiles contra Alfil y Caballo.
Como se ve, los Alfiles de las negras llegarán a tener una
gran actividad, mientras que las piezas menores blancas os-
cilarán buscando algo que hacer.

17. AxC PxA 18. e4T


Las negras amenazan ganar una pieza con ... P 3 C. Vemos
cómo, poco a poco, 'las negras van pasando de la defensa al
ataque.

18. ... D4R!

La situación de las negras ha mejorado notablemente. Han


centralizado fuertemente a su Dama, atacando al Alfil de las
blancas y también amenazando otras líneas.
Las negras, realmente, ahora fuerzan el paso, pues si 19.

143
A 3 A; D 4 C !. 20. P 3 C; PxP. 21. P TxP; DxP j., y las
blancas pueden abandonar con toda tranquilidad.
Duramente presionadas, las blancas han sido «estafadas».

19. A6C?

Es claro que si 19 .... PxA. 20. CxP j., ganando la Dama.


Pero las negras no tienen por qué entrar en tal variante.
El peligro real que tienen las negras ante sí, es si realizan el
atrevido movimiento 19 .... D 4 C. A lo que seguiría 20.
C (2 D) 3 A; D 3 T. 21. A 5 A, y con la descentralización de
la Dama negra, el juego de las blancas mejoraría considera-
blemente. En lugar de todo esto, las negras emprenden una
notable combinación.

19. ... AxP j.!!

Forzando a las blancas a capturar, ya que no pueden per-


mitir .. .Ax C. Y han de capturar con Rey, pues de hacerlo
con la Torre, seguiría 20 .... D x T. ·

20. RxA DSDj. 21. R2 R

Otra vez las negras han forzado ·la réplica de las blancas,
pues si 22, R 3 A; D 6 R mate, o si 22. R 1 R; DxT j.

21. ... AS C j.

Las negras deben estar muy seguras de lo que están


haciendo, pues han sacrificado una pieza y su Caballo está
bajo ataque. _
Si las blancas intentan 22. C (2 D) 3 A, seguiría 22 .... CxP,
manteniendo una presión ganadora.
Una notable posibilidad sería 23. A 5 A; P 3 C R ! (no 23 .
... AxA ?? 24. CXD). 24. AxA; DxP j. 25. D 1 D; C 6 R j.,
seguido de ... DxD.

22. C(4T)3A PxA 23. DxC

Las negras tienen una pieza menos, por varios Peones,

144
pero su Dama está en medio de la refriega, mientras que la
Dama blanca está apartada.

23 .... TxP 24. T 1 cf? P4AR!

¡Hermosa jugada! Si ahora 25. PxP; T 1 R j. 26. R 1 D,


y las negras pueden capturar la Torre con su Dama.
O: 25. PxP; T 1 R j. 26. R 1 A; D 6 D j. 27. R 2 A;
D 7 Rmate.

25. DxPA D6Rj.

Forzando la réplica de las blancas, pues 26. R 1 D, permi-


tiría ... DxT j.

26. R 1A PxP

Pues si 27. CxT; D 7 R mate. Todo esto ha sido calculado


por las negras con gran precisión y audacia.

27. DxPD j. RlC 28. CxP D6Dj.

Y las blancas abandonan.


Si hubiesen jugado 29. R 2 A; DxC (3 A) j. 30. R 1 R;
D 7 R, mate.
O bien 29. R 1 R; T 1 R !, y las blancas nada pueden hacer.
Si 30. CxT, ó 30. C (3 A) 2 D; D 7 R, mate.
Este es un ejemplo de maestro, en el que se ve cómo el
defensor maneja sus piezas, consolida su posición y, gra-
dualmente, emprende el contraataque.
Aun en el final del ataque de las negras, es un tributo
para su .maniobra iniciada muy al principio. Debido al cui-
dadoso impulso inicial, ha sido posible que cada pieza negra
estuviese en su casilla precisa y en el tiempo debido.

145
El preciado medio punto
En este juego también veremos la maravillosa defensa
precavida y el contraataque realizado por las negraE .
En él se verá que el poder retirarse es una tarea muy
difícil, y el realizarlo sin perder, es realmente algo notable,
y el que lo realiza puede realmente sentirse orgulloso de ello.

Ga.mbito de Rey

l. P4R P4R 2. P4AR PxP

Las negras aceptan el gambito. Saben que para ellas es


una dificultad y les representa una lucha defensiva muy dura.
Podrá observarse lo importante que es para un jugador
la actitud adoptada en una apertura.
Si él comienza con indiferencia o ignorancia, puede ser
aplastado por el gambito antes de que se dé cuenta de lo
que está sucediendo.
Por otra parte, si él conoce lo que se trama, entonces se
preparará desde un principio para una dura lucha. Como con-
secuencia, las difíciles situaciones en que pueda encontrarse
ya no serán una sorpresa para él.
Si se estudia con detenimiento esta partida, se verá lo
importante que es adoptar esta actitud en el juego.

3. C3AR P4CR

Y este movimiento es también un riesgo calculado. Las


negras defienden su avanzado Peón, el cual pronto caerá bajo
el ataque. Sin embargo, en aras de esta protección, las negras
debilitan el flanco de Rey, creando una brecha en la forma-
ción de los Peones.
Más tarde, las blanc2s se aprovecharán de esta debilidad,
para desencadenar un poderoso ataque. Pero las negras están
bien preparadas para ello.

4. P4 TR

146
Ahora el juego entra en una fase critica. Las blancas rom-
pen la cadena de Peones de las negras, así como los Peones
avanzados de las negras se encontrarán en peligro de ser
capturados y, mientras tanto, la debilidad de las negras en el
flanco de Rey persiste.
Si las negras, en un momento dado, enrocan en este lado,
su Rey quedará expuesto al ataque.

4. PSe 5. e5R

Ahora las negras pueden defender su P e R con 5. P 4 T R.


Pero después de 6. A 4 A; C 3 T R. 7. P 4 D. Las blancas, con
su maniobra, habrán conseguido un fuerte centro y la certeza
de la victoria. Las negras tendrían una penosa defensa, en
una situación inferior.
De este modo, las negras realizarían una defensa pasiva,
sin el menor ingenio.
Lo que precisan es: un sistemático desarrollo de manio-
bra y contraataque. Así:

5. ... C3AR!

Las negras deben preparar el contraataque. Por la manio-


bra del Caballo, las negras demuestran que el contraataque
·será la piedra de toque de su táctica, desde ahora.
El juego está muy complicado, ya que ambos jugadores
luchan atacando.

6. A4A P4D 7. PxP A2e!

¡Más maniobra!

8. P4D e4 T

Las negras protegen el amenazado Peón y al mismo tiem-


po tienden una trampa.
Si las blancas juegan 9. exP C, entonces 9.... e 6 C, ¡da
a las negras el juego ganado! Pues después de 10. T 2 T (ne-
cesario para prevenir ... D X P T), y las blancas no tienen
J;?~o.a jl,lga~.
Por ejemplo, 11. R 2 A; Axe. 12. DxA; AxP j., seguido
de mate.
0: 11. A 2 R; Axe, ganado. 0: 11. R 2 D; e SR j. 12.
R 3D; Axe. 13. DxA; e 7 A j., ganando la Dama.

9. e3AD 0-0

Las negras no pueden dejar a su Rey en el centro, por eso


enrocan. Pero, con sus Peones del flanco de Rey tan avanza-
dos, pueden fácilmente encontrarse en una peligrosa situa-
ción.

10. C2 R

Al final, se ganará el Peón del gambito, abriendo las co-


lumnas en el flanco de Rey, al mismo tiempo.
Jugada a jugada, la situación cada vez se hace más crítica
para las negras.

10. P6A 12. CxP P4e!


11. PxP PxP

Esta es la clase de jugada que nos gusta ver, pues llega


como una verdadera sorpresa. Es un movimiento· fuerte.
En este caso, la idea de 12. P 4 e l es dar a las negras un
juego vigoroso sobre la diagonal que va desde 1 T D a 8 T K
Así, si 13. AxP; DxP, con la posición prometedora para las
negras, de acuerdo con sus propósitos de contrajuego.
Las blancas, con espíritu agresivo, prefieren optar por el
ataque.

13. A 3 e A2e! 1s. es e 1 e3AR


14. D 3D ADXP 16. T 1 A

Las blancas preparan el ataque con habilidad. Su inme-


diata amenaza es 17. Txe, seguido de 18. DxP T, mate. Pero
las negras encuentran un ingenioso contrajuego.

16. . .. TlR

Creando una casilla de escape para el Rey. Al mismo tiem-

148
po, la Torre de las negras en 1 R está en una posición ame-
nazadora, en la columna de Rey.

17. TxC!?

Aunque las negras no tienen la amenaza de un mate inme-


diato, deben, no obstante, obrar con toda cautela y apro-
vechar todos sus recursos.
La siguiente réplica de las negras es forzada, ya que no
es posible ... D x T, a causa de AxA.

17. AxT 19. exP!


18. DxPTj. R1A

Un movimiento brutal. Si las negras replican 19 .... Axe? ?,


entonces 20. DXA, mate. Si juegan 19 .... D 2 R ? ? (amena-
zando mate), las blanca:> juegan 20. A 6 T j., y mate a la próxi-
ma jugada. Tampoco es útil 19 .... D 2 D ? ?, pues seguiría
20. A 6 T j.; R 2 R. 21. e S R j. dese., ganando la Dama.
A pesar del aspecto desesperado de la situación, las ne-
gras encuentran una salida. ¡Un contrasacrificio!

19. ... TxCj.

¡Hay que maravillarse de la calma de las negras al enfren-


tarse con tantos peligros!

· 20. RxT D2Rj.

Aquí se encuentra un punto sutil de la defensa de las ne-


gras. Si ahora 21. R 1 A?; DxC! 22. A 6 T j.; A 2 ej. dese.
¡Y Ias negras tienen uní:l pieza de más!

21. R 3D!?

Un ingenioso movimiento conducente a despistar a las


negras. Si 21. ... AxC ?. 22. A 6 T j.; R 1 R. 23. T 1 R; DxT.
24. DxA j., seguido de 25. DxA j., y las blancas tienen un
ataque victorioso.
Pero las negras, después de 21. ... D XC !. 22. A 6 T j .;

149
R 1 R. 23. T 1 R j.; A 2 R, tienen una defensa satisfactoria,
con ventaja material.
En su intento por Ul.l activo contrajuego, las negras optan
por un sutil recurso defensivo.

21. ... A5Aj.?l 22. AXA PXAj.

Si ahora 23. RxP, DxC j., forzando el cambio de Damas


y quedando las negras con un final ganado.

23. R3A!

¿Jugarán las negras 23 .... DxC?


Sería muy pobre la mentalidad de las negras si, solamente
por éonquistar una pieza, se decidiesen por la jugada 23 .
... DxC ?. A esta jugad<t seguiría 24. A 6 T j., y las blancas
recuperarían la pieza con un juego ganado: 24 .... A 2 C. 25.,
D 8 T j., etc. O bien 24 .... R 1 (ó 2) R. 25. D 4 R j., ganando
la Torre negra.

23 .... AXPj.!

Si las negras juegan 24. RXA, sigue 24 .... C 3 A j. 25.


RxP; C 4 R j., y el ataque concentrado de las piezas negras
es decisivo.

24. RXP A2C

Esta prudente retirada se impone, pues ·sería un suicidio


jugar 24 .... DxC j. 25 DxD j.; RxD. 26. RxA, quedando
las blancas con dos Peones de más y un final fácilmente
ganado.
Después de esta retirada, la situación de las negras parece
ser más sólida, mientras que se han debilitado las blancas.
Sin embargo, las negras, con dos Peones menos, no tienen
muchas probabilidades de triunfo.
Ambos jugadores se deberán sentir satisfechos con tablas.

25. es e C3A 26. DSAj.

Si ahora 26 .... D 3 A ? ?. 27. C 7 T j.

150
26. RlR 28. D S A j. R1R
21. n 6 ej. R2D Tablas

De común acuerdo, ambos jugadores dieron el juego por


tablas, dándose cuenta que la discreción es la mejor parte
del valor en esta situación.
A pesar del hecho que las negras perdieron la oportuni-
dad de ganar en , el movimiento 21, este juego es digno de
estudiarse. En efecto, el lapso de las negras da a la partida
un sabor más realista y la hace más verosímil.
La principal impresión que se obtiene con este juego es
que la dura lucha por un final honroso, es muchas veces más
meritoria que la obtención de un juego ganado fácilmente,
con una débil oposición.
Las negras deben permanecer alerta desde los comienzos
de la partida hasta el final. El ganar tiempo solamente no
parece evitar el desastre.
Con un juego semejante, puede sacarse la conclusión so-
bre lo mucho que puede conseguirse armándose de paciencia
y gran tesón, que se requieren para poder salir de una situa-
ción dificultosa.

Defensa pasiva que. se co,nvierte en activa

Este caso es el más duro de todas las maniobras defensi-


vas, en una partida de ajedrez. Transformar el carácter de la
defensa, cuando todo parece depender de las decisiones del
adversario. Pocos problemas, en ajedrez, son más intrincados.
Pocos requieren más ingenio y más espíritu combativo, ya
que obliga a enfrentarse con una ardua tarea, que requiere
una gran voluntad.
Una labor difícil, pero no imposible. El principal reque-
rimiento es saber darse cuenta de la verdadera situación y
comprender lo que hay que hacer. Algunos jugadores están
tan abrumados por la rutina que, estando a la defensiva, no
les pasa por la imaginación el tratar de luchar adoptando
una ofensiva fructuosa.
En el ejemplo que se indica a continuació11, la defensa está
dirigida por un gran maestro. Aunque su posición, en su
origen, está muy ahogada, lucha enérgicamente para resta-

151
blecer una situación que le permita atacar, en lugar de de-
fenderse simplemente.
El cambio llega de un modo repentino, hasta tal punto
que, sorprendido su adversario, se desconcierta.

Gambito de Dama rehusado

1. P4 D P4D 2. P4AD P3R

Este movimiento es tan convencional que podemos, fácil-


mente, olvidar sus consecuencias.
Con la jugada 2... .P 3 R, las negras adquieren la seguridad
de tener un Peón en el centro. De esta manera impiden que
las blancas ganen demasiado terreno en este, tan importante,
sector del tablero.
Por otra parte, la jugada 2.... P 3 R tiene un importante
significado, ya que bloquea el movimiento del Alfil de Dama
de las negras. De modo que en esta primera fase, las negras
deben fijarse en este Alfil y darse cuenta que su limitación
de movimientos puede causarles muchas desazones en el fu-
turo.
El darse cuenta de los problemas con que se enfrenta un
jugador, tan al principio de la partida, es de gran valor. Si
uno se da cuenta de cuál va a ser su problema, ya tiene
mucho adelantado para poder resolverlo.
Muchos jugadores han perdido el juego con las negras, en .
esta apertura, precisamente porque estaban inconscientes de
su situación defectuos-O\. Por lo cual jugaban plácidamente,
sin hacer nada por liberar a su Alfil aprisionado.

3. C3AD C3AR 4. ASC CD2D

Ahora el aprisionamiento del Alfil de Dama de las negras


parece estar peor que antes. Sin embargo, es un estado pro-
visional de la cuestión.

5. P3R P3A 7. D2A 0-0


6. C3A A2R 8. P 3 T D TlR

152
29
Posición después de 8. . .. T 1 R. La
posición de las negras está extre-
madamente ahogada. Una mirada a
este diagrama nos muestra las difi-
cultades con que tienen que enfren-
tarse las negras. Las blancas tienen
libertad y disponen de espacio. Las
negras disponen de muy poca movi-
lidad.

9. T lA PxP

Y ahora, con este cambio, retirando un Peón del centro,


las negras dan a su adversario manos libres en el centro. Por
ejemplo, les permite hacer tales movimientos como: 12.
C 4 R ! y 17. P 4 R, con lo cual las blancas afianzan su posi-
ción en el centro y consiguen una gran agresividad para su
formación.
¿Significa esto que 9 .... PxP es un desatino? No del todo.
Las negras tienen sus buenas razones para hacer este movi-
miento. Es el paso preliminar para un cambio de piezas. El
valor de tal cambio pronto se verá claramente.

10. AXP C4D 11. AXA DxA

¿Qué ha sucedido como consecuencia de este cambio de


piezas?
Las negras han cambiado su precario Alfil de Rey por el
activo Alfil de Dama de las blancas. Esto, ciertamente, re-
presenta una mejora para el juego de las negras.
Además, como resultado del cambio, la Dama negra se
encuentra ahora en la casilla 2 R, y esto es también una
mejora.
Este ejemplo específico nos muestra por qué se aconseja
que, en situaciones ahogadas, se busque el cambio de piezas,
simplificando la posición.
De esta manera se pueden poner en marcha piezas inac-

153
tivas y enfrentarlas con piezas activas del adversario. Esto
es lo que ha sucedido en este caso.

12. e 4 R!

Siguiendo el razonamiento anterior, las blancas tratan de


evitar otró cambio.

12. . .. e(4D)3A 13. e3e


Las negras siguen cavilando todavía sobre la manera de
maniobrar con su Alfil.
En primer lugar, la jugada 13 .... P 4 R parece ser la res-
puesta adecuada a todas las dificultades de "las negras, ya
que les abre la diagonal de su aprisionado Alfil. Sin embargo,
después de 13 .... P 4 R. 14. e 5 A, y las negras se encon-
tratarán aún bajo presión, en una posición retrasada en des-
arrollo y con pocas posibilidades.
Por esta razón, no realizan la jugada 13 .... P 4 R.

13. ... P4A!

Un excelente movimiento, que les promete, vagamente, la


libertad para su Alfil, por un eventual ... A 2 D, y ... A 3 A.
Pero el momento de la liberación está aún distante.

14. o- o PXP 16. A2 T Tle


15. exP e3e

Parece un movimiento extraño, pero las negras no desean


comprometerse con la jugada ... P 4 R.
No somos partidarios de los movimientos sin objeto, pero
como compases de espera, estos movimientos son recomen-
dables.

17. P 4 R

Este avance en el centro da como resultado limitar la mo-


vilidad de las negras, asi ... e 4 D es imposible. Sin embargo,
las negras pueden maniobrar con calma en el poco espacio
que se les ha dejado.

t154
17.... TlD 18. T R 1D A2D
¡Al fin el Alfil es liberado! Pero las negras aún están lejos
de poder alcanzar la libertad.

19. P 5 R

A pesar de su apariencia agresiva, este movimiento abre


posibilidades que las negras no tardarán en captar.
Sin embargo, el avance del Peón constituye una sutil t ram-
pa, de posición. Si ahora 19 ... C 3 A 4 D, lo cual parece
natural, las blancas replicarían con 20. C 4 R, seguido de
C 6 D, con un juego poderoso.
Con el Caballo blanco firmemente afianzado en el cora-
zón de la posición negra, éstas se encontrarían en situación
muy apurada.

19. ... ClR!

Muy pocos jugadores harían este movimiento para man-


tenerse en guardia contra el peligro de C 4 R, C 6 D.

20. A 1€ P3e

Con la amenaza de mate, las blancas fuerzan a las negras


a debilitar su enroque.

21. D4R AST!

Por fin, la vigilancia de las negras es recompensada. El


Alfil entra en juego agresivamente.
Desde luego, las blancas pueden replicar simplemente
T 2 D, pero, sicológicamente, la liberación del Alfil es des~
agradable para ellas.
Intentarán hacer retroceder al Alfil. Pero para conseguir
esto tienen que avanzar los Peones, con el resultado de crear
puntos de invasión para las fuerzas negras. Esto será expli-
cado en la nota siguiente.

22. P 3 CD A2D 23. P4TD

155
Las blancas han rechazado el Alfil, pero por el avance de
los Peones han abierto el flanco de Dama a una posible inva-
sión de los Caballos negros. Más tarde, cuando el contra-
ataque de las negras S¿!a como una riada, apostarán los Ca-
ballos, agresivamente, en las casillas 5 C D y 6 A D.
Y todo esto, gracias a los movimientos de los Peones, que
las negras han provocado astutamente.

23. C4D
Nótese lo siguiente: como resultado de los movimientos,
de apariencia agresiva de las blancas, P 4 R y P 5 R, las ne-
gras han sido capaces de apostar su Caballo en la casilla
eterna 4 D.
Las cosas se están empezando a poner bien para las negras.
24. A 3D TDlA
Ahora amenaza ganar la calidad con C 6 A. (Véase la nota
para el movimiento 23 de las blancas.)

25. A4A A3A 26. CXA PxC


Las negras han mejorado notablemente su posición. Han
cambiado su baqueteado Alfil y su Caballo, en la casilla 4 D,
en un fuerte baluarte.

27. T 3D C5C! 28. T 3AR T2A!


Preparando doblar las Torres en la columna abierta de
Dama. El Caballo ha dejado la casilla 4 D para situarse en
5 C, que es aún más agresiva. Pero cuando precisamente las
negras están a punto de salir de apuros, se les aparece un
nuevo peligro;
29. P 4T

Las blancas avanzan este Peón con objeto de debilitar el


enroque negro. Las negras tienen que emprender una dura
lucha.
~9. . .. T (2A) 2 D 30. P5T A D4C!

156
¡Contraataque! Y amenaza de ... DxT.

31. T 1 R TSD!

eontrajuego en la columna abierta.

32. PxP!
\

Ofreciendo su Dama. La idea es : 32. .. .T X D ?. 33.


PxP A j.; R 1 A (forzado). 34. Pxe (=D) j. doble; RxD.
35. exT; Dxe. 36. e 6 D j.; R 2 R. 37. T 7 A j. Ahora, las
negras deben entregar su Dama, y después de 37 .... DxT.
38. e X D; R X e, las negras quedan con un Peón menos y el
juego perdido.

32. . .. PTXP

Las negras no aceptan el «sacrificio».

33. D2R T7D! 34. D 1 A?

La línea más juiciosa de juego sería 34. D 3 R, con una


liquidación después del cambio de Damas. Pero las blancas,
que han tenido la iniciativa durante la mayor parte de la
partida, no pueden reconciliarse con la igualdad de juego,
y éste es el punto básico de la partida.

30
Posición después de 34. D 1 A ?
Las blancas amenazan ganar la ca-
lidad con C 4 R. ¿Cómo se librarán
las negras de esta amenaza?
34. ... e7A!

157
Las negras no hacen caso de la amenaza porque preten-
den sacrificar su Dama.

35. e4R DXPR!

Ahora, al final, las negras se han cansado del papel de de-


fensoras y toman la iniciativa. Si ahora 36. CxT; DxT, y las
negras han ganado un Peón en el final del juego.
36. C6Aj. DxC 37. TxD CxT (3A,

¿Cuáles son las consecuencias de esta combinación de las -


negras? Su Dama ha sido ampliamente compensada con To-
rre, Caballo y Peón. ·
La misión principal de las negras, ahora, es atacar y cesar
en la defensa.

38. T 1 A CSR!
Los caballos de las negras dominan el tablero. La ame-
naza inmediata es: 39 .... T X P, forzando el final, en el cual
las negras tienen dos Peones de ventaja.
Las blancas evitan este final sin esperanza, pero los Ca-
ballos de las negras continúan su alegre marcha.
39. A2R CSD 40. A3A CXPA!

Ahora la amenaza es: 41. . .. CxA j. 42. PxC; T 8 D !, for-


zando el final con ventaja negra.
Las blancas escapan a esto, pero los Caballos negros fuer-
zan una decisiva penetración en la posición del Rey blanco.

41. D 4A C6D! 42. T 1 A C4R!

Las fuerzas negras, en un ataque decisivo, irrumpen en


la posición del Rey blanco.
Las negras, ahora, no solamente están mejor de material,
sino que sus fuerzas son más activas y conducen un ataque
victorioso.

43. D 4 e C(4R)XAj. 45. R¡T CSAj.dsc.


44. PxC C7RJ.

158
Las negras fuerzan al Rey blanco a retirarse a la primera
fila. A las blancas no les gusta tener al Rey en esa fila, ame-
nazado por la potente Torre negra en la séptima fila. Sin
embargo, en el caso de 46. R 3 C, sigue 46 .. .. P 4 C !, amena- ,
zando 47 .... T 7 C, mate.
En esta variante, la; negras también ganan, si 47. T 2 A.
Sigue TxT j. 48. RxT; C 6 D j., ganando la Dama.
Podrían escapar las blancas con 47. T 1 C R. Pero en este
caso, las negras jugarían 47 .... T (1 D) 5 D !. 48. D 8 C j.;
R 2 C. 49. D 5 R j.; P 3 A. 50. D 7 A j.; R 3 C. Ahora las
negras están libres de jaques y continuarán con 51. ... C 4 T j.
y 52.... T 5 T, mate.
Estas variantes son notables porque las negras, haciendo
uso de sus recursos de contraataque, inician su plan cuando
las perspectivas son poco claras. Es decir, que las negras se
benefician, por su táctica, de buscar buenas casillas para sus
·Caballos y doblando sus Torres en la columna de Dama.
Gracias a estos laboriosos preparativos, las negras son
ahora dueñas de todo el tablero.

46. R 1T T(7D)SD!

La Torre negra abandona su magnífico puesto en 7 D.


Pero este control en la columna de Dama es un factor im-
portante, que conduce a la victoria.

47. D7R R2C!

Este movimiento, de aspecto inocente, descubre de pronto


que las negras disponen de otra columna abierta para sus
maniobras.
Por una ¡::ruel ironía, han sido las blancas las que han
abierto esta columna, mientras estaban realizando lo que
creían un ataque ganador. (Véanse los movimientos 29, 30
y 32 de las blancas.)
La amenaza de las negras, en esta situación, es: 48 .
... T 1 T j. 49. R 1 C.; T 7 D. 50. T 2 A; C 6 T j., etc.

48. D 7A

Atacando al Caballo, las blancas impiden la variante que


se acaba de mostrar , pues las negras no pueden jugar
... T 7 D.
Sin embargo, dado que las piezas negras están tan bien
colocadas, no hay dificultad en encontrar un camino dife-
rente.

48. T (1 D) 4 D!

Obsérvese cómo el plan de ataque continúa desarrollán-


dose admirablemente, teniendo como eje la columna abierta
de Dama. Disponen de una operación combinada de sus tres
piezas, que aplastarán a las blancas.

49. T 1 R T4CR!

Con la amenaza de ganar la Dama blanca, mediante


... C 4 D !, amenazando simultáneamente a la Dama y el mate
con ... T 5 T. Por ejemp!o, 50 .... C 4 D. 51. D 2 T; T 4 T !,
clavando la Dama.
Solamente la jugada de las blancas 50. T S R, parece ser
de alguna utilidad, pero seguiría 50 .... T 8 D j. 51. R 2 T;
T 7 C, mate.

50. DxPAD T1D! Abandonan

El último y plácido movimiento de las negras, deja a las


blancas sin defensa contra la amenaza 51. ... T 1 T, mate.
¡Qué cantidad de cambios laboriosos han ocurrido desde
el principio del juego hasta la crisis, convertida en un ata-
que aplastante por parte de las negras! Esta partida es uno
de los más instructivos ejemplos que se conocen de un cam-
bio de una defensa pasiva a una ofensiva.
Hemos tratado esta partida con gran detalle porque crec.,'-
mos que es de gran importancia para el estudio de cómo
pueden resolverse los problemas de una manera práctica. En
un juego de defensa con contraataque, el ideal es cambiar,
como en este caso, en beneficio de la defensa las aparentes
ventajas del atacante.

160
CAPITULO VI

CUANDO YA NO HAY SOLUC!ON

En casi todas las partidas de ajedrez, llega un momento


de crisis que debe ser reconocido. De una manera o de otra,
un jugador arriesga algo. Si sabe lo que está haciendo, diría-
mos que es «un riesgo calculado».
Si se comprende la naturaleza de esta crisis, si se da uno-
cuenta de la manera en que se llegó a cierta línea de juego,
si pudo preverse la naturaleza de la empresa que nos hemos
echado encima y de las dificultades que la acompañan, todo ira
bien. Pero si está ausente todo raciocinio, entonces el juego
puede considerarse perdido, y con la defensa no se conseguirá
nada.
Una de las cosas que hacen maestros a los grandes juga-
dores es, precisamente, que se dan cuenta del momento en
que <<no hay solución».
En la partida que sigue, el punto crucial no llega hasta el
cuarto movimiento de las blancas, y si se estudia el juego,
no cabrá duda que el jugador se dará perfecta cuenta de la
crisis.

Gambito vien.é s

l. P4R P4R 3. P4A PxP


2. C3 AD C3AD 4. P 4 D!?

Una de las formas más peligrosas del gambito que lleva


a un punto sin salida, en cuanto al juego se refiere.

161
Las blancas se apresuran a formar un amplio y potente
centro de Peones, a costa de exponer su Rey a un ataque.
Esto hace que sea muy diferente, en este planteo, si el
que juega con blancas es un inexperto, que no puede prever
las peligrosas consecuencias de la réplica de las negras, o se
trata de un maestro, que desde este momento se mantenga
en guardia.

4. . ..

Con esta jugada, las negras llevan al Rey blanco a la Cll.·


silla 2 R, perdiendo el enroque y bloqueando al Alfil de Rey.
Parece como si estuviera jugando un bisoño. Y precisamente
porque el que conduce las blancas sabe que ha llegado a un
punto crítico, hace que estas contrariedades se disuelvan
como si nunca hubiesen existido.

5. R2R P3D 7. AxP 0-0-0


6. C3A ASC 8. R3R!

Las blancas, sabiendo la importancia de cada movimien-


to en su crítica situación, juegan haciendo uso de todos sus
recursos. Para liberar su clavado Caballo, ahora amenazan
con ... CxD, ganando una pieza.
Pero el movimiento del Rey tiene otro importante signi-
ficado. Por ejemplo, protege al Alfil en la casilla 4 A, mien-
tras, al mismo tiempo, permite que pueda jugar su A R.

8. D4T 10. P 3 T D AXC


9. A2R D4T 11. RxA l

Las negras esperapan: 11. AxA; P 4 C R. 12. A 3 C;


A 2 C. 13. C 2 R; P 4 T. 14. P 3 T; C 3 A, y las negras tienen
buenas posibilidades de ataque.
Pero después del sorprendente movimiento del Rey, las
blancas pueden responder a 11 .... P 4 C, con 12. P 4 C D, y
después de 12 .... D 3 C, tienen 13. A 3 R, con potentes ame-
nazas, tales como P 5 D, ó C S D, ó C 4 T.

11. D4T j. 13. P 4 e D! P4CR


12. R 3 R DST 14. A 3 e D3T

162
La~ negras creen que tienen el ataque, pero se equivocan.
Las blancas están montando un fuerte ataque sobre el fl~nco
de Dama. Disponen también de una valiosa columna de A R
para su Torre. El hecho asombroso es que su Rey se encu~n­
tra a cubierto y seguro tras los Peones.
Las negras tienen sus fuerzas divididas y sin desarrollar,
y su Dama se encuentra fuera de juego.

1s. Pse C(3A)2R 17. R2A C3C


16. T 1 A R! e3AR 18. R 1 e D2C

Ahora no cabe duda que las blancas han superado la cr;sis.


Su Rey ha enrocado artificialmente y está seguro, mientlas
que el Rey negro se encuentra amenazado de desazones.

19. D2D P3TR 21. P 6 e!! PTxP


20. P4 TD TlC 22. TxC!! DxT

El juego de las blancas es muy fino. Por medio de 21.


P 6 C ! !, fuerzan la apertura de una columna, que será
utilizada en el ataque contra el Rey negro. Y con 22. T XC 1 !,
eliminan una pieza negra que hubiera podido estorbar el
avance del ataque. ·

23. A4Cj. RlC 25. P5T


24. es D D2C

¿Es una buena defensa 25 .... P 4 C?


Como es natural, la'.i blancas tratan de abrir línea contra
el Rey negro. Si las negras tratan de oponerse a estos propó-
sitos con 25 .... P 4 C, las blancas tratarán de romper con
26. P 6 T; P 3 C. 27. P 7 j.; R 2 C. 28. P 8 (=D) j.; TxD.
29. TxT; RxT. 30. CxP A j.; R 2 C. 31. e 8 R; D 1 T
(¡qué movimiento!). 32. D 3 A, y las blancas deben ganar.

25. . .. P4AR! 26. PTXP

Las blancas no toman en consideración el ataque a su


Alfil y preparan el mate, empezando con 27. T 8 T j. !

26 .... PADXP 27. CxP

163
Otra línea para ganar es: 27. D 3 A (amenazando con 28.
exP, y 29. T 8 T, mate). Si entonces 27 .... T 1 A. 28. D 3 T
decidiría en seguida.

27. e2R
O bien 27 .... R 2 A, permitiendo 28. D 3 A, con efectos
aplastantes.
Una y otra vez nos debe maravillar la destreza de las
blancas. Su Rey está perfectamente seguro, mientras que el
Rey negro está expuesto a todos los golpes.

28. PxP

Sigue la amenaza. Esta vez es: 29. D 3 A; e 3 A. 30.


T 8 T j.; R 2 A. 31. e 5 D j.; R 2 D. 32. P 6 A j. dsc., ganan-
do la Dama.

28. D2A 29. P6A!!

Si 29 .... DxP. 30. D 3 A; C 3 A. 31. T 8 T j.; R 2 A;


32.e 5 D, mate.
Las negras pueden evitar esto, pero será a costa de tales
pérdidas de material qne sería equivalente a abandonar.

29. e3A 33. PxD exP


30. P 4 A e2T 34. D 7 T j. R2A
31. D 2 T e4e 35. T 1 ADj. e3A
32. es D Dxe 36. Txe, mate

De este modo, se ha podido ver cómo el soberbio juego


desplegado por las blancas, dándose cuenta de la crisis, ha
salvado la partida y les ha proporcionado el triunfo.
Su vigilancia, capturando una pieza adversaria en el mo-
vimiento 11, se realizó en el momento crucial de la lucha.
Muy pocos jugadores hubiesen visto aquella posibilidad
sorprendente y que, en este caso, hizo cambiar por completo
el juego. •
En la próxima partida, tenemos uno de los mejores ejem-
plos de una crisis, la cual se desarrolla hacia el final de la
apertura. Una vez que es alcanzado el punto crucial o peli-

164
groso, cada jugador sabe exactamente cuál es su situación
y debe hacer lo posible por vencer, evitando el fracaso.
Esta tensión se incrementa hasta un grado inconcebible,
cuando cada jugador sigue el curso indicado para llegar a la
predestinada conclusión.

Gambito de Dama rehusado


l. P4D P4D 3. C3 AD C3AR
2. P4AD P3R 4. ASC A2R

Es una apertura completamente distinta de la que hemos


visto en el juego precedente. En ésta no se presenta ningún
peligro inmediato para ninguno de los Reyes. Los objetivos
de momento son imprecisos, y las posibilidades de llegar
a un resultado son aún remotas.

S. C3A CD2D 7. P 3 R P3CD


6. T lA 0-0

Con objeto de desarrollar su Alfil sobre la gran diagonal.


La crisis, de un modo gradual, va adquiriendo forma.

8. PxP

Ahora, si las negras juegan su Caballo para recuperar el


Peón, las blancas pueden dominar el centro, por medio de
la jugada P 4 R, por ejemplo. Las negras recuperan el Peón,
con su P R, con objeto de mantenerse firmes en el centro.

8. PxP 10. o- o P4A


9 A3D A2C

Si en este punto, las blancas cambian peones, permitirán


a las negras alguna libertad adicional. Por otra parte, las blan-
cas necesitan centralizar un Caballo en la casilla S R. Para
este propósito necesitan mantener el P D, en la casilla 4 D.
1

11. TlR PSA

. 165
Las blancas han pasado el punto crítico. Han permitido
a las negras establecer «una mayoría de Peones en el flanco
de Dama». Es decir, tres Peones negros contra dos Peones
blancos, en dicho flanco.
Si las negras, de un modo sistemático, avanzan sus Peo-
nes de este flanco, podrán obtener un Peón pasado que po-
dría proporcionarles la victoria.
Las blancas, para contrarrestar este peligro, han de en-
contrar compensaciones de alguna manera.

12. A 1 e P3TD 14. P4 A T 1 It


13. C5R! P4e 15., D 3 A ClA

Podrá observarse que las negras han puesto en movi-


miento los Peones del flanco de Dama. ¿Cuál será el contra-
juego de las blancas? Atacar el flanco de Rey. De este modo
y desde ahora, se verá que las blancas tratan de organizar
un ataque en el flanco de Rey.
Las negras necesitan preparar el avance de los Peones del
flanco de Dama, pero también necesitan su tiempo para
preparar una defensa adecuada de su Rey.

16. C2 R e SR 19. D 3 e P3A


17. AXA TxA 20. e4 e RlT
18. AxC PxA 21. P5A D2D

Ambos bandos realizan progresos, aunque las negras no


se percatan de los peligros de su situación y están inclinadas
a proceder más lentamt::nte.

22. TlA TlD 24. D4T! TDl! /(.


23. T 4A D3D

Si las negras dispusiesen de tiempo suficiente, avanzarían


los Peones del flanco de Dama. Las blancas deben atacar lo
más rápidamente posible en el flanco de Rey. El modo de
hacer esto, será abriendo líneas sobre el Rey, con el avance
del pe R.
La continuación apropiada para las blancas será: 25. e 2 A
(abriendo paso al Peón); A 4 D. 26. P 4 C R; P 3 T (evitando
P 5). , 27. D 3 C (para poder jugar el P T R); P 5 C. 28.

166
P 4 T R !, y las blancas estarán dispuestas a avanzar P 5 C,
como un contrapeso a la amenaza de las negras sobre el
otro flanco.

2s. e 3 A?

La jugada anterior de las blancas es un desacierto, ya


que desprecia la posibilidad de avance del P C R. Aparte de
esto, la movida del Caballo es una pérdida de tiempo, ya que
las negras pueden desalojado con ... P S C.

2S. A4D 27. T 1A P5C


26. C2A D3A 28. C2R D5T

Ahora las blancas están fuertemente presionadas. Para


empezar hay la amenaza ... DxP.

29. e 4 e!

¡Muy bien! Si 29 .... DxP ?. 30. CxP; PxC. 31. DXP A


jaque y ganan. Las negras deben precaverse contra esta ame-
naza.

29 .... C2D 30. T ( 4 A) 2 A !

Otro, brillante recurso, el cual combina la amenaza en el


flanco de Rey con la ddensa en el flanco . de Dama. Después
de 30 .... DxP. 31. C 4 A; A 2 A. 32. C 6 C j.; AxC. 33. PxA,
el ataque de las blancas debe tener éxito.
Por ejemplo: 33 .... P 3 T. 34. CxP T ! !; PxC. 35.
DxP T j.; R 1 C. 36. T 5 A !, a lo que seguirá 37. T S T,
decidiendo el juego a favor de l~s blancas.
O bien 33 .... C 1 A. 34. CxP !; PxC. 35. TxP; R 1 C.
36. T 7 A y ganan las blancas.

30. R1C 31. e1A P6A!

Así las negras obtienen el peligroso Peón pasado, cuya


existencia se había profetizado cuando 11. ... P S A. Por este
Peón la situación de las blancas es realmente desesperada.

167
32. P 3 en D3A 34. e 2 T PST
33. P 3 T R P4TD 35. P 4 e PxP

De movimiento en movimiento, la tensión va aumentando.


Las negras deben detenerse un momento, antes de proseguir
su ataque, para jugar 36 .... P 3 T. Y después de 37. D 3 C;
C 1 A. 38. P 4 T; C 2 T, las blancas son incapaces de jugar
P 5 C. Y el ataque de las negras en el flanco de Dama conti-
nuará su curso.

36. PxP TlT?

Este es el verdadero punto crítico para las negras. Al


consentir el siguiente movimiento de las blancas, están abo-
cadas a la derrota. ·

37. P se!! T6T 38. e 4 e!


Con este ingenioso y valeroso contraataque de las blan-
cas, logran salvar el juego. Las negras ahora ganan un Peón,
con lo cual consiguen dos Peones ligados y pasados. Estos
necesitan pocos movimientos para alcanzar la octava fila.

38. . .. AXP

La jugada 38 .... T x P, invitando al cambio y conservando


el Alfil para defender el flanco de Rey, no es suficiente. Por
ejemplo 38 .... TxP. 39. CxT; AxC. 40. T 2 C R; R · l T.
41. PxP; PxP. 42. C 5 R; CxC. 43. PxC y ahora las blan-
cas ganan después de 43 .... TxP. 44. D 6 T ! O bien 43 .
.. . P 7 A. 44. P 6 R ! y ganan.
Pero después del último movimiento (38 .... AXP) las ne.
gras esperan 39. CxA ?; TxC. 40. T 2 C R; T 7 C !
En su lugar, las blancas dejan de capturar el Alfil y ganan
un tiempo valioso.

39. T 2 CR!

Si ahora 39 .... PxP. 40. DxP; R 1 A. 41. CXA; TxC.


42. P 6 A. y las blancas ganan.

168
39. .. . RlT 40. PxP

Si las negras intentan 40 .. .. exP, entonces 41. e .5 R; D 1 R.


42., e 6 ej.

40 .... · PxP 41. exA!


i
Ahora la ausencia del Alfil se hace sentir en 'l a defensa
de las negras.

41. ... Txe 42. e6T


Las blancas amenazan 43. T 8 e mate. Y si 42 . .. .T 1 R.
43. e 7 A mate.

42. ... T2e

La única defensa. Pero las blancas tienen todavía buenos


recursos.

43. T x T RxT 44. D 3 ej.!

Y ahora si 44 .... R 1 A. 45. D 8 e j. y 46. DxT.

44. .. . Rxe 45. RlT!!

En caso de 45. T 4 A, las negras consiguen jaque continuo


con 45 .... T 8 e j., etc.

45. D4D 49. TXD PxT


46. T 1 eR DxPA 50. D6Dj. R4T
47. D4Tj . D4T 51. Dxe P7A
48. D4Aj. D4e 52. D X P mate.

En estos dos brillantes juegos han podido observarse


ejemplos de uno de los más importantes conceptos del aje-
drez. El momento crítico que obliga a un jugador a continuar
un cierto curso.
Se han visto las enormes ventajas que reporta a un juga-
dor estar familiarizado con la teoría del punto critico.

T69
No darse cuenta de la gravedad de encontrarse en este
punto crítico, deja al jugador que tal hace a merced de su
adversario.
Poseer este conocimiento, proporciona la claridad nece-
saria para poder hacer uso de todas las armas disponibles
en una defensa, cuando se encuentra un jugador sometido
a una dura presión por un ataque enemigo.

110
IN DICE
PRIMERA PARTE

Cómo explotar lo ventaja

I. El bando que posee mayoría de fuerza debe vencer 7


--~; - ' '

II. La imp01·tancia de la promoción del Peón . 18


III. Finales de Reyes y Peones . 21
IV. Finales con una pieza de ventaja 31
V. Finales con ventaja de calidad . 38
VI. Finales de Torre y Peón 45
VII. Finales de piezas menores 55
VIII. Otros tipos de finales 63
IX. Cómo simplificar para conseguir un final victo-
~m ro
X. Excepciones : no siempre se vence cuando se tiene
ventaja material 81
XI. La confianza excesiva es peligrosa . 87

173
SEGUNDA PARTE

Cómo luchar en lo defensa

I. Contraataque. Cómo resolver la crisis . 97


II. Recursos de la defensa. Cómo simplificarla 108
III. Actuar a medias es mejor que no hacer nada . 118
IV. Defensas defectuosas 127
V. Ejemplos prácticos de defensa 135
VI. Cuando ya no hay solución . 161

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